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1. Diagnóstico: seminograma
La forma de saber si un hombre presenta azoospermia es realizando un estudio completo de su
muestra de semen, es decir, hacer un seminograma, también conocido como espermiograma o
análisis seminal.
En esta prueba, el paciente deposita el semen en un bote estéril. La muestra deberá ser obtenida
tras un periodo de abstinencia eyaculatoria de unos 3 a 7 días aproximadamente.
Tipos y causas
Como hemos comentado, existen dos tipos principales de azoospermia:
Azoospermia obstructiva: aparece cuando la ausencia de espermatozoides va asociada a
problemas en los conductos seminales, pero no implica alteraciones en la producción
espermática. Esto significa que el testículo, donde ocurre la espermatogénesis (producción de
espermatozoides), no está alterado, pero existe un bloqueo en los conductos de eyaculación
(epidídimo, conductos deferentes o uretra) que impiden que los espermatozoides formen parte
del eyaculado.
Azoospermia secretora o no obstructiva: no se observan espermatozoides en el eyaculado
porque el testículo no los está produciendo. Esto puede ser debido a diferentes causas como
alteraciones de la regulación hormonal, traumatismos, aumento de la temperatura, alteraciones
genéticas, etc.
2. Síntomas
La azoospermia no da lugar a síntomas notables en el día a día como puedan ser dolor, molestias,
hinchazón, etc. Por ello, la forma segura de diagnosticarla no se basa en los síntomas, sino
únicamente en el resultado del seminograma.
Por esta razón, existen muchos hombres que no saben si presentan o no azoospermia hasta que
llevan un año buscando el embarazo sin éxito y acuden a una consulta de fertilidad.