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Introducción.
Por último en el Quinto Capítulo podremos leer las Conclusiones del trabajo llevado
a cabo considerando las aportaciones que se espera brinde la implementación del
diseño del instrumento. Se describen algunas recomendaciones para posteriores
investigaciones y seguimiento en la mejora continua del instrumento.
1.2. Justificación.
El enfoque actual de la evaluación de los aprendizajes no estriba en la
comprobación del logro de objetivos, por tal motivo se ha mudado a una práctica de
encauzamiento, regulación, reorientación y ordenación de los aprendizajes, para
mejorar el proceso educativo.
Este nuevo planteamiento de la evaluación centrada en el logro educativo, atiende
a las necesidades específicas de aprendizaje de cada uno de los estudiantes, lo
que se convierte en un aspecto sustantivo para mejorar este proceso en los tres
niveles que integran la Educación Básica. Tal como lo establece el Plan de estudios
2011, se debe “evaluar para aprender”. El propósito de la evaluación en el aula es
buscar las mejores oportunidades que propician el aprendizaje y desempeño de los
alumnos, a partir del rendimiento que obtienen en cada una de las evaluaciones que
presentan durante un ciclo escolar.
Un inconveniente que se presenta recurrentemente es la implementación de
instrumentos inválidos en el proceso de evaluación, lo que influye
perniciosamente en la valoración residual de conocimientos adquiridos por los
alumnos. Para compensar esta situación, se requiere que el docente diseñe o en su
defecto seleccione los instrumentos válidos de evaluación que considere aptos para
el acopio de información sustancial que adviertan oportunamente las necesidades
de aprendizaje del alumno.
El campo de estudio donde se desenvuelve esta investigación pertenece a la
evaluación sumativa o acumulativa, en la cual el objetivo que se persigue es
averiguar el dominio cognoscitivo del alumno, con la finalidad de ratificar el logro de
los aprendizajes, para asignar una calificación de aptitud o inaptitud, destrezas o
capacidades en función de los objetivos establecidos en el currículo.
Por tal motivo en esta investigación se pretende mostrar una metodología
estructurada para el diseño de pruebas válidas con aplicación estándar a la amplia
gama de asignaturas que se imparten en nuestro sistema educativo, que permitirán
recabar información objetiva de los aprendizajes alcanzados por el alumno. Aunque
para este caso en particular se realizó el estudio para la materia de Ciencias 2, con
énfasis en Física para nivel secundaria.
La profesión docente exige dar el mayor esfuerzo en la búsqueda de una sociedad
emancipada de la ignorancia, por lo cual se cree que brindado esta metodología se
facilitará el acopio de información objetiva que permita fortalecer las deficiencias de
aprendizaje personales de los alumnos, lo que repercute en la mejora cultural de
nuestra sociedad.
Este problema es grave ya que se corre el riesgo de hacer estimaciones sesgadas
sobre los aprendizajes alcanzados por el alumno, pero se cree que si el docente
emplea esta metodología para el diseño técnico-estructurado de los instrumentos
de evaluación se podrá disminuir esta oblicuidad hasta el punto de la erradicación.
1.3. Objetivos de la investigación.
1.3.1. Objetivo específico.
Diseño de examen residual de conocimientos y habilidades en la asignatura de
Ciencias II, con énfasis en Física, para nivel secundaria.
Revisión de la literatura.
Al inicio de la construcción de un instrumento, se tiene que investigar si existe un
instrumento o teoría previa encaminada a realizar la medición que se pretende
realizar, se debe indagar el conocimiento que se tiene hasta el momento del
concepto que se desea medir.
Según Supo (2013), en este paso se pueden presentar las siguientes situaciones:
Primera, el concepto se encuentra plenamente definido; segunda, el concepto está
parcialmente definido; y tercera circunstancia, el concepto no está definido. Veamos
un ejemplo en cada una de estas tres situaciones y lo que debemos hacer para
construir un instrumento que tenga validez de contenido. (p. 1)
Primero, totalmente definido:
Esta etapa se considera utópica para todo investigador, ya que como el concepto
que prima el objeto de estudio está totalmente explorado, puede ser que
simplemente se tenga que utilizar el instrumento diseñado para ese objetivo y quizás
haya que adaptarlo al contexto en el cuál se pretende realizar la investigación.
Pero la realidad de las cosas es que no siempre nos encontraremos con una
circunstancia tan sencilla si de investigación es el tema. Si bien una vez identificadas
las dimensiones del instrumento que queremos construir, nos faltaría conocer el
número de reactivos que deberemos incorporar para cada una de estas
dimensiones; por lo que podemos entender que, para cubrir exactamente con el
contenido del concepto que se desea medir debe ser revisada toda teoría
disponible.
Segundo, el concepto está parcialmente definido:
Hay ocasiones en donde encontramos teorías que no han desarrollado plenamente
un concepto, por lo que los instrumentos diseñados para ello no son fiables para
medirlo, poniendo en riesgo la investigación. Para estos casos la tarea consiste en
iniciar un proceso de exploración a fondo del concepto.
Ahora bien, para elegir el camino que debemos seguir, es necesario tener
conocimientos acerca del concepto, lo que no ocurre cuando el concepto está
plenamente definido. Lo primordial es que la línea de investigación del investigador
debe ser congruente con el instrumento que se quiere construir, es decir, el
investigador es el primer experto en la temática, debe contar con amplia experiencia
en el desarrollo de estudios referente al concepto a estudiar, pero de cualquier forma
deberá apoyarse en la literatura especializada y en el conocimiento acumulado de
los investigadores que pertenecen a la misma línea de investigación, para
consensuar el concepto.
Tercero, cuando el concepto no está definido:
A falta de teorías, publicaciones al respecto e investigadores dentro de la misma
línea de investigación del concepto para el cual se pretende construir el instrumento,
el investigador debe considerar si es pertinente de acuerdo a su experiencia
enunciar su propia teoría, definiendo el concepto para la elaboración del
instrumento.
Por lo anterior se está en el entendido que si el concepto no se encuentra definido,
el investigador será el experto número uno en el tema, por ser quien despertara el
interés en la temática a investigar.
En este caso el camino por seguir es encontrar a personas que no siendo
investigadores dentro del tema se pueden incluir como expertos, y por lo tanto, como
única fuente de información para la construcción del instrumento. Según Supo
(2013), “Un experto es una persona con mucha experiencia en un determinado
campo, no necesariamente es investigador científico y un juez es una persona con
criterio científico, habitualmente se trata de un investigador. (p. 5)
Estos expertos pueden ayudarnos a explorar el concepto, pero esto corresponde al
siguiente paso que analizaremos a continuación.
Explorar el concepto.
Este procedimiento solo se realizará cuando el concepto está definido parcialmente
o cuando el concepto no se encuentra definido, ya que si el concepto se encuentra
definido, construir el instrumento cuyo contenido alcance el constructo no presenta
ninguna complicación.
Para este caso debemos hacer una exploración del concepto mediante una
aproximación a la población y a expertos, para lo cual se echará mano de la
entrevista a profundidad, es decir, se entrevistará a sujetos que pueden ser nuestro
objeto de estudio (población), o la entrevista se realizará a personas que no siendo
investigadores tienen un conocimiento pleno del tema el cual nosotros queremos
medir. Una vez identificadas las dos instancias o niveles donde se realizará la
entrevista a profundidad, procedemos con la entrevista.
La entrevista no es más que una conversación en la cual el investigador estimula y
conduce un discurso continuo delimitado por la temática bajo estudio, esto se logra
con una sola pregunta y a medida que el entrevistado sugiera las respuestas el
investigador irá formulando preguntas adicionales. En otras palabras se trata de una
entrevista cualitativa y holista porque se quiere indagar sobre el tema en la persona
entrevistada de una manera amplia.
No hay reglas, solo se trata de identificar las percepciones personales de los
expertos a nivel individual, el objetivo es encontrar el mayor número de
características que nos puedan emitir las personas entrevistadas. Es una
conversación sin límites, más que el de la propia investigación, ya que no hay otra
forma de explorar un concepto que aún no ha sido desarrollado.
En algunos casos por ser personas que han aprendido de manera empírica,
desconocen de la terminología técnica, así que de alguna manera debemos ser
capaces de traducirles lo que se quiere conocer, para alcanzar el éxito debemos
estar plenamente conscientes de la finalidad de la entrevista.
Evaluar la consistencia.
En este apartado se desea saber el grado en que un instrumento mide con precisión,
sin error. Es la condición de un instrumento de ser fiable, en otras palabras, la
capacidad de ofrecer en su empleo repetido resultados veraces y constantes en
condiciones similares de medición. Según Arribas (2004) la “Fiabilidad de un
instrumento es valorada a través de la consistencia, la estabilidad temporal y la
concordancia interobservadores.” (p. 27)
La consistencia de un instrumento es la relación que existe entre los diferentes ítems
o preguntas de una escala entre ellos mismos. Esta homogeneidad entre los ítems
nos indica el grado de acuerdo entre los mismos y, por tanto, lo que determinará
que éstos se puedan acumular y dar una puntuación global. El método estadístico
mayormente utilizado en la comprobación de la consistencia de un instrumento es
el Coeficiente Alfa de Cronbach, sus valores oscilan entre 0 y 1. Se considera que
existe una buena consistencia interna cuando el valor de alfa es superior a 0.7.
La estabilidad temporal es la concordancia obtenida entre los resultados del test al
ser evaluada la misma muestra por el mismo evaluador en dos situaciones distintas
(fiabilidad test-retest). La fiabilidad (normalmente calculada con el coeficiente de
correlación intraclase [CCI], para variables continuas y evaluaciones temporales
distantes) nos indica que el resultado de la medida tiene estabilidad temporal. Una
correlación de 0.7 indicaría una fiabilidad aceptable.
La concordancia interobservadores en el análisis del nivel de acuerdo obtenido al
ser evaluada la misma muestra en las mismas condiciones por dos evaluadores
distintos, o en diferente tiempo, se obtienen iguales resultados (fiabilidad
interobservadores). La concordancia entre observadores se puede analizar
mediante el porcentaje de acuerdo y el índice Kappa.