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Siglo”
Carlos Cowan Ros
Resumen
I. Introducción
1
El presente artículo constituye la primera parte del trabajo “ONGDR: Dimensión y Estrategias en la
Argentina de Fin de Siglo” realizado por el autor. Se agradecen los aportes y sugerencias de Ana Bocchicchio,
Mercedes Basco y Celeste Golsberg.
2
Se entiende por Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo Rural a aquellas organizaciones que: a)
no tienen fines de lucro, b) no son organizaciones gremiales ni reivindicativas c) realizan actividades de
apoyo y promoción a productores rurales y los beneficiarios de sus proyectos no son sus integrantes y d)
persiguen el desarrollo social. (Thompson, A. 1990).
1
Las transformaciones producidas en la economía y en las instituciones nacionales a
principios de los 90´, como producto de la consolidación del modelo neoliberal, cambian de
manera gradual y significativa el medio en el cual se desenvuelven las ONGDR.
En el ámbito rural se produce un aumento de los sectores sociales excluidos del sistema
productivo con el consecuente incremento de la pobreza. “En este momento se está
poniendo en duda que el sector campesino tenga un papel definido a jugar en el proceso de
acumulación del capitalismo agrario, lo cual constituye un punto de ruptura teórica con
interpretaciones históricas que le asignaban el papel de productor de bienes salario a
precios bajos, o de fuerza trabajo para el capitalismo agrario o urbano que no pagaba sus
costos de reproducción. Parecería que el desarrollo capitalista podría prescindir de los
campesino, quebrándose de esta manera la idea de su funcionalidad y emergiendo con más
claridad la idea de pobreza y exclusión” (Ruben de Dios 1998). Esto ha reavivado los
debates acerca de la viabilidad de la pequeña producción familiar y las alternativas de
desarrollo de los pobres estructurales rurales, debate que aún sigue sin resolución y
mantiene en la incertidumbre a muchos de los actores del desarrollo rural.
En este marco, los organismos multi y bilaterales internacionales y el Estado argentino, ven
a las organizaciones de la sociedad civil o no gubernamentales como potenciales aliadas
para contener los efectos negativos del modelo económico en los sectores sociales de
escasos recursos. Esto se materializa en una creciente vinculación entre el Estado y las
ONG´s.
Esta nueva política del Estado que trajo aparejado la canalización de recursos (del BID,
FIDA, BM, etc.) a la sociedad civil impulsó el surgimiento de nuevas ONGDR
2
A pesar del importante lugar que ocupan las organizaciones de la sociedad civil en los
discursos de los organismos internacionales (BID, FIDA, BM, FMI, etc.) y el Estado
argentino y en la ejecución de los programas sociales, poco se conoce sobre la estructura,
dimensión y estrategias de desarrollo de las mismas en Argentina3.
A fines de la década de los 90´ es difícil precisar el número de organizaciones que integran
el sector de ONGDR, debido a la importante volatilidad de éstas como producto de las
frecuentes crisis financieras. En un intento por cuantificar dicho número, se realizó un
relevamiento4 y se identificaron 20 ONGDR que se desempeñaron en 1998 en la Argentina.
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La mayoría de los trabajos referidos a las ONGDR toman como unidad de análisis a las ONGDR más
antiguas (FUNDAPAZ, INCUPO e INDES) que por su trayectoria, dimensión y disponibilidad de recursos se
diferencian de las otras organizaciones del sector.
4
El relevamiento se realizó en base al catálogo “Confines Sociales” GADIS-PNUD, 1997 y el banco de datos
del Centro Nacional de Organizaciones de la Comunidad –CENOC-. Dicha información fue triangulada con
la provista por informantes calificados y dirigentes de ONGDR y la realización de encuestas.
3
Cuadro 1
Evolución del Sector de ONGDR
a) Población Asistida
Las ONGDR tienen como población objetivo a la familias rurales pobres, siendo los
destinatarios de sus proyectos los productores minifundistas, las mujeres, las comunidades
indígenas y en menor medida los jóvenes, los niños, las organizaciones de base y dirigentes
rurales.
4
De acuerdo a los datos relevados para 19 organizaciones, se estima que en 1998, el número
de familias que recibieron apoyo continuo e intensivo por este sector superó levemente las
25 mil familias5, de las cuales 23.200 correspondieron al ámbito rural y 2200 al urbano
(Gráfico 1).
Gráfico 1
Familias rurales y urbanas con asistencia de las ONGDR (n=19)
1500
1000
3870
2209 1980 2305
500 200 29
0
Sector ONGDR Primera Segunda Tercera
Generación de ONGDR
Fuente: elaboración propia en base a información brindada por las ONGDR.
5
Según los dirigentes de las ONGDR la superposición existente entre la población asistida en forma continua
e intensiva por las organizaciones es de bajas proporciones. No obstante, es probable que la cifra del total de
familias beneficiarias esté sobreestimando un poco el público usuario real de estas organizaciones. Este
supuesto se debe a la existencia de diferencias de criterio entre las ONGDR, en lo que respecta a la intensidad
del apoyo técnico.
5
la prioridad que le están asignando los entes de financiamiento (nacionales e
internacionales) a la pobreza urbana, ante la agudización de la crisis económica en las
ciudades y la necesidad de las ONGDR de acceder a financiamiento.
Cuadro 2
ONGDR según número de familias asistidas con apoyo continúo en el
área rural y urbana. 1998.
La distribución geográfica de la población rural beneficiaria del sector tiene una alta
correlación con el mapa de la pobreza rural nacional, concentrándose principalmente en el
norte del país. El 44% (10200 familias) de la población rural asistida se localiza en el NOA,
el 42% (9950 familias) en el NEA, el 13% (3074 flias.) en la Patagonia y una cifra
despreciable en Cuyo y en la Región Pampeana.
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En el mismo sentido, si se calcula el número de familias promedio asistida por las ONGDR en cada
generación se observa una diferencia significativa entre las de primera generación (3412 flias/ONGDR) con
las de segunda y tercera (484 y 461 flias/ONGDR respectivamente)
6
La distribución geográfica, ha variado significativamente con respecto a los años 70´,
donde las ONGDR desarrollaban sus acciones principalmente en el NEA. Este cambio se
ha dado principalmente porque las organizaciones de segunda y tercera generación se han
localizado preferentemente en el NOA y en menor mediada en la Patagonia, mientras que
las de primera generación continúan asistiendo a la mayor parte de sus beneficiarios en el
NEA.
b) Recursos Disponibles
• Presupuesto anual
• Fuentes de financiamiento
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Un número importante de organizaciones tienen un presupuesto inferior a los 150 mil pesos anuales y sólo
existen cuatro organizaciones cuyos presupuestos anual supera el millón de pesos.
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(principalmente GTZ) con el (6.4%) y multilaterales –BID y Unión Europea- con el 1% del
financiamiento total (Gráfico 2).
En tercer lugar se ubica la Generación de Recursos por las propias ONGDR, con el 14.8%
del total y le siguen las Entidades Privadas 3.0%, el Aporte de los Beneficiarios con el
1.1% y la Iglesia Católica con el 0.1% del financiamiento.
Gráfico 2
Composición del financiamiento según generación de ONGDR (n=17)
100%
13,3
del presupuesto
14,8 15,5 17
1,1
1,1
80% 3 5,5 6
8,6
38,4
60% 45,7
58
Composición
40%
68,4
47,2
20% 35,1
21
0%
Sector de Primera Segunda Tercera
ONGDR Generación de ONGDR
8
Un aspecto a destacar, es la creciente participación que está teniendo el Estado Argentino8
en el financiamiento de las ONGDR. Si bien, todas las organizaciones reciben
financiamiento de esta fuente, esto no garantiza una estabilidad financiera ya que la misma
se caracteriza por el escaso monto y plazo (menor a un año) y la discontinuidad en las
asignaciones debido a la inestabilidad de las políticas sociales gubernamentales.
No obstante, a partir de la década de los 90´ las ONG internacionales de apoyo financiero
han iniciado un retiro planificado de su apoyo financiero a las ONGDR locales. Entre los
motivos se encuentran: a) la Argentina por su PBI/per cápita es considerado un país
desarrollado y no se lo prioriza frente a la realidad de otros países de la región, ya que se
entiende que el Estado puede y debe asumir ese rol, b) la paridad peso dólar (1:1) encarece
notablemente la ayuda en el país y c) ya existen en el país ONGDR consolidadas, por lo
que no es necesario un apoyo externo.
Por otro lado, en un momento de repliegue, las ONG de apoyo financiero no están
dispuestas a integrar a sus proyectos a nuevas ONGDR que no conocen y con las cuales no
tienen acordada una metodología de trabajo. Esto sumado a los costos de gestión para
acceder a este tipo de financiamiento se convierte en una limitante para las ONGDR de
segunda y tercera generación que desean acceder a estas fuentes de financiamiento y así dar
un salto cualitativo en su dimensión e impacto de sus acciones.
8
Una parte importante de los fondos que canaliza el Estado a través de los programas de desarrollo, es
contrapartida de los entes bi y multinacionales, que ponen como condición la tercerización de acciones de los
programas a las ONG´s.
9
asesorías, formulación y evaluación de proyectos, etc.) generalmente a instituciones/
programas del Estado o de otras organizaciones. En aquellas situaciones que es posible los
propios beneficiarios deben contribuir económicamente para seguir recibiendo el apoyo
técnico.
• Recursos humanos
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La inestabilidad financiera de las ONGDR es una limitante para formar y consolidar un
equipo de trabajo, debido a que periódicamente los técnicos que se formaron, adquirieron
experiencia y consensuaron una política de trabajo, por falta de presupuesto deben
emplearse en otras instituciones, generalmente estatales, perdiendo periódicamente las
ONGDR parte de su capital humano.
c) Estrategias de intervención
Cuadro 3
ONGDR según Areas Tem áticas (n=17)
18
16
14
12
10
8
6
4
2
0
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A
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Areas temáticas
11
En el Gráfico 4 se visualizan las principales líneas de acción o componentes de proyectos a
través de los cuales las ONGDR abordan las áreas temáticas vistas anteriormente. En el
mismo, se observa que la acción de las ONGDR se sustenta fuertemente en la asistencia
técnica, la capacitación y la promoción de la organización. Esta concepción de trabajo fue
tomada como modelo por el Estado cuando se diseñaron los Programas de desarrollo rural y
social.
Gráfico 4
Núm ero de ONGDR según línea de trabajo (n=17)
18
16
14
12
10
8
6
4
2
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línea de trabajo
Fuente: elaboración propia en base a información brindada por las organizaciones.
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El componente créditos y subsidios es una herramienta fundamental para la reconversión de
los sistemas productivos minifundistas. No obstante, por falta de financiamiento sólo diez
organizaciones lo están abordando y en muchos casos lo hacen a través de los fondos que
brinda el Programa Social Agropecuario.
No obstante son muy pocas las ONGDR (en particular se destaca el CENEPP) que abordan
la problemática de la tierra de los campesinos criollos, ya que la carencia de un marco legal
favorable y la falta de voluntad política de los gobiernos provinciales, provoca situaciones
tensas entre las distintas partes en cuestión. Esto se convierte en un obstáculo para acceder
a fuentes de financiamiento estatales para las ONGDR.
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Cuadro 5
Dimensión del Sector de ONGDR y Programas de Desarrollo Rural del Estado
(1997/98)
Actor Población rural % de la Cobertura Regional Presupuesto anual (en
beneficiaria población millones de pesos)
(1997/98) objetivo (1)
Sector ONGDR 23500 15.0 Principalmente NEA, NOA y 10.8
Patagonia
PSA 22200 14.0 NEA, NOA, Cuyo, Pampeana (2) 10.0
y 3 provincias de la Patagonia
Unidad de Minifundio 12700 7.7 22 provincias (4) 1.5
(1997) (3)
Programa NEA (1997) (2) 6200 s/d NEA (3 provincias) 3.3
Fuente: elaboración propia en base a información brindada por las instituciones salvo indicación.
Nota:
(1) Se toma por población objetivo a los 160 mil productores minifundistas identificados por la SAGPyA. (Basco, M. y
Cowan Ros, C. 1998).
(2) Basco, M. y Cowan Ros, C. (1998)
(3) Hace referencia a los proyectos en ejecución en 1997 y a los beneficiarios reales (no potenciales). Desde sus
inicios la Unidad ha asistido a mas de 21 mil productores (INTA, 1997).
(4) No incluye el monto correspondiente a la otorgación de créditos.
A fines de los 90´, el sector de ONGDR sigue siendo uno de los principales actores del
desarrollo rural en Argentina. No obstante, a diferencia de los 70´y hasta mediados de los
80´ donde el sector se constituía prácticamente como el único actor que interactuaba con los
pequeños productores minifundistas (desde la perspectiva del desarrollo rural), en la
actualidad ha perdido esa categoría ya que el Estado, a través del conjunto de programas
que ejecuta, ha cobrado un importante protagonismo en esta temática.
9
En 1988, Benencia “estima que los programas de las ONG vinculadas a la problemática del desarrollo rural
cuentan con no menos de 10 mil familias beneficiarias directas concentradas sobre todo en la Región
Nordeste. (Benencia, R. y otros, 1988).
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Si bien el sector de ONGDR ha crecido notablemente, la articulación entre las
organizaciones que lo conforman es muy débil10. Este funcionamiento atomizado,
probablemente le reste influencia, a la valiosa labor realizada por las ONGDR, en lo que
concierne a la influencia en las políticas nacionales y provinciales y en la negociación con
los programas estatales.
Si se parte que “el Desarrollo Rural es un campo de debate ideológico y teórico y toda
noción de desarrollo involucra una teoría de Cambio Social” y que “...es necesario que la
propuesta de desarrollo rural esté inscripta en una propuesta de Desarrollo Nacional”
(Plaza, O, 1991 )11 surge la necesidad que las ONGDR junto a las organizaciones de base y
técnicos de los programas nacionales, aúnen esfuerzos y planteen en el ámbito público la
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La mayoría de las ONGDR participan en Redes de ONG´s. Estas, se caracterizan por la amplia
heterogeneidad de ONG´s que la integran (de base, asistenciales, de desarrollo, reivindicativas, etc.) y
presentan dificultades para llevar a cabo acciones de conjunto, constituyéndose principalmente en ámbitos de
capacitación y socialización de nuevas fuentes de financiamiento. Por otro lado, aún, no existe una Red
exclusiva de ONGDR.
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En el mismo sentido el autor entiende que la inexistencia de una estrategia de Desarrollo Nacional, no
implica que no se puedan llevar a cabo actividades de desarrollo rural y que no se busquen organizaciones o
instancias que posibiliten un manejo racional de esta actividad a pesar de la necesidad de articulación entre el
Desarrollo Nacional y el Rural (Plaza, O 1998).
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contradicción existente entre el “desarrollo” y el modelo económico para pasar a discutir
una estrategia de Desarrollo Nacional y Rural.
Con respecto al segundo desafío, la crisis financiera del sector de ONGDR, no sólo limita
las acciones de muchas organizaciones del sector, sino que en algunos casos pone en riesgo
la continuidad de las mismas. Esta situación ha llevado a una competencia por recursos
entre las distintas ONG´s, en un marco donde el Estado se afianza como el principal ente
financiador.
El Estado establece relaciones con las ONGDR, con el fin de delegar en un actor eficiente y
eficaz la ejecución de los programas. En este sentido es restringido el espacio que les queda
a las ONGDR para participar en la definición de políticas y estrategias adoptando estas
últimas el mero rol de ejecutoras de las políticas gubernamentales. Esto a llevado a algunas
organizaciones a replantearse la conveniencia de participar de algunos programas y cómo
afecta esto a sus estrategias de desarrollo y a su autonomía. En otras palabras en esta
relación entra en contradicción el rol que el Estado le asigna a las ONGDR y el que estas o
cada una de estas pretenden asumir.
En este contexto, las distintas partes entran en un juego de negociación, en la cual cada una
trata de mediatizar las acciones e intenciones del otro a través de las fuentes de negociación
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que poseen. En este sentido, se observó una fuerte confianza de las ONGDR, en su
eficiencia y capacidad de éxito para realizar los proyectos, al negociar con el Estado.
Es interesante reflexionar acerca de cuál es la connotación de éxito para las ONGDR y para
el Estado. Probablemente para las primeras esté relacionado al desarrollo rural y a la
eliminación de la pobreza. Pero en el caso del Estado, donde las metas de los programas
sociales muchas veces son subordinadas a los interés (de corto plazo) de los gobernantes,
probablemente el éxito esté relacionado a la contención social y/o alivio de la pobreza. En
este sentido queda relativizada la mayor capacidad de éxito de las ONGDR en la ejecución
de este tipo de proyectos frente a las ONG mas subordinadas al Estado y las ONG de
partidos políticos que pueden cumplir “eficientemente” el rol asistencial de distribuir
recursos y subsidios a los pobres rurales.
En este contexto sería importante que las distintas organizaciones aúnen esfuerzos y
generen un ámbito de articulación para negociar de conjunto frente al Estado Nacional la
continuidad de los programas de desarrollo rural, sus estrategias, definir un marco legal y
ejecutivo el cual normatice los mecanismos y criterios a través de los cuales el Estado
asigne los recursos al sector de la sociedad civil teniendo en cuenta la heterogeneidad de
organizaciones que conforman al mismo.
Es indiscutible, el importante rol que han jugado y juegan las ONGDR en el desarrollo rural
argentino, y el potencial que aún tienen estas organizaciones para contribuir a eliminar la
pobreza rural en el país. No obstante, a diferencia de las décadas pasadas donde cada
organización resolvía en forma individual los problemas que surgían, en la actualidad
probablemente éstas deban proyectarse como un colectivo o sector de ONGDR articulado
para hacer frente a los mismos, y a su vez articularse con otros actores del desarrollo en
Argentina.
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Bibliografía
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