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Conviene asimismo saber que si bien el DMSO no se encuentra formando parte de los
seres vivos se produce en la naturaleza por oxidación en la atmósfera de su forma
reducida, el Dimetil-Sulfuro (DMS), metabolito presente en muchas bacterias, algas y
plantas que al emitirse al aire libre dan a éste un olor característico e inconfundible. Y,
por cierto, la liberación por algas y corales del DMS que rápidamente se transforma en
DMSO es un ejemplo del control biológico de la Meteorología ya que estas moléculas
actúan en la atmósfera como núcleos de vapor de agua formando nubes y,
eventualmente, lluvia.
¿Y cuándo y quién descubrió que el DMSO puede atravesar la piel y otras membranas
sin dañarlas? Pues lo hizo en 1963 un grupo de científicos de la Oregon Universtity
Medical School dirigido por el Dr. Stanley Jacob. De hecho constataron que es perfecta
para trasportar sustancias analgésicas y antiinflamatorias al permitir acceder
rápidamente a los tejidos subdérmicos inflamados que causan dolor; sobre todo en las
lesiones poco profundas: contusiones, esguinces, tendinitis, artritis… Hoy se usa por
ello incluso en los antimicóticos pues es capaz de atravesar hasta la capa córnea de las
uñas.
Es más, son numerosos los trabajos posteriores que demuestran la utilidad del DMSO
como agente de transporte transdérmico por lo que solo vamos a citar uno de los
primeros. Nos referimos al artículo de síntesis que los doctores D. C. Wood y J. Wood
-de la St. Louis University School of Medicine- publicaron en 1975 en Annals of the
New York Academy of Sciences en el que se exponen diversos ejemplos que demuestran
tanto su capacidad para transportar todo tipo de sustancias a través de la piel como las
enormes posibilidades de este mecanismo para acelerar y ajustar el acceso directo de
sustancias terapéuticas a zonas concretas del organismo.
Tres años después -en 1978- los doctores S. W. Shirley, B. H. Stewart y S. Mirelman
publicaron en Urology los resultados de un amplio estudio con 213 pacientes con
problemas de cistitis intersticial o síndrome de vejiga dolorosa demostrando que la
instilación (irrigación) intravesical (por medio de un catéter que penetra por la uretra
hasta la vejiga) de una solución de DMSO diluida en agua lograba un significativo
alivio del dolor en el 70% de los pacientes que no respondían ya a los tratamientos
analgésicos habituales. Una experiencia pionera que fue seguida por muchos médicos
corroborando en 1994 el Dr. S. J. Childs -de la Universidad de Alabama-Tuscaloosa
(EEUU)- con otros pacientes que sufrían el mismo problema -el trabajo se publicó en
Urologic Clinics of North America- que el procedimiento carece de efectos secundarios
negativos. Lo que refrendarían los 300 pacientes con esa dolencia tratados por los
doctores J. Parkin, C. Shea y G. R. Sant en el New England Medical Center de Boston
(EEUU) según explicarían en 1997 en Urology.
Hoy se calcula que en los poco más de 50 años transcurridos desde su descubrimiento se
han escrito más de 40.000 artículos científicos sobre el DMSO de los que unos 11.000
se refieren a sus posibilidades terapéuticas, tanto en animales como en humanos. De
hecho los veterinarios lo usan actualmente en casi todos los países desarrollados.
Cabe añadir que una vez el DMSO es ingerido o atraviesa la barrera de la piel-en uso
tópico- hasta alcanzar el torrente sanguíneo es metabolizado por el organismo sin
producir desechos tóxicos. Así lo constató -entre otros- un equipo del Squibb Institute
for Medical Research de New Jersey (EEUU) dirigido por el Dr. K. K. Wong -el
trabajo se publicó en 1971 en Journal of Investigative Dermatology– tras varios análisis
efectuados tanto con conejillos de indias como con seres humanos. Según esos
DMSO: una sustancia útil en diversas patologías, cáncer incluido 4
investigadores el DMSO (al 80%) aplicado tópicamente a la altura del codo se absorbe a
las 4 horas en un 35%. Y una vez en el organismo el DMSO se transforma parcialmente
en Dimetil-Sulfona y en Dimetil-Sulfuro (DMS) que junto con el DMSO remanente se
eliminan por vía urinaria (salvo el Dimetil-Sulfuro que mayoritariamente se exhala con
la respiración).
PROPIEDADES TERAPÉUTICAS
-Es un eficaz antimicrobiano con efecto bacteriostático -no produce la muerte de las
bacterias patógenas pero impide su reproducción-, antivírico, antifúngico y
antiprotozoario.
Veamos ahora algunos de los trabajos que así lo indican y otros sobre su utilidad en
muy distintas patologías.
Antimicrobiano.
El Dr. Lázaro Sehtman, dermatólogo del Hospital Alvear de Buenos Aires (Argentina),
utilizó por su parte un spray con fármacos antiinflamatorios y antivirales al que añadió
DMSO en 17 pacientes con herpes zóster y herpes simple consiguiendo la remisión total
DMSO: una sustancia útil en diversas patologías, cáncer incluido 5
en 48 horas con apenas dos aplicaciones al día; lo explicaron en un artículo que en 1975
publicaron en Annals of the New York Academy of Sciences.
Potente analgésico.
Un año después -en 1994- se publicaría en Fortschritte der Medizin un artículo firmado
por los doctores W. Kneer, S. Kühnau, P. Bias y R. F. Haag -del Orthopädische
Gemeinschaftpraxis en Stockach (Alemania)- informaba del tratamiento de
tendinopatías agudas con DMSO. Se realizó un estudio con placebo y doble ciego sobre
157 pacientes con epicondilitis lateral a parte de los cuales se trató tres veces al día -
durante 14- con un gel al que se había añadido DMSO al 10% y a los otros con el
mismo gel pero sin el DMSO (en las 72 horas subsiguientes a los síntomas agudos de
dolor). Pues bien, al finalizar el dolor había desaparecido por completo en el 44% de los
tratados con DMSO lo que solo acaeció en el 9% de los tratados sin él.
Cabe añadir que las virtudes analgésicas del DMSO son especialmente interesantes en
los casos de cáncer terminal. Varios médicos del Allergy Research Group de Alameda
(California, EEUU) encabezados por el Dr. B. X. Hoang trataron exitosamente con
DMSO a pacientes de cáncer en ese estado que sufren hipersensibilidad de las
membranas celulares y la activación de los receptores de glutamato haciendo que se
vuelvan insensibles a los opioides. El estudio se publicó en 2010 en Inflammation
Allergy Drug Targets. Y el mismo director médico aunque al frente de un nuevo equipo
-esa vez del Hospital 198 de Hanoi (Vietnam)- trató a 26 pacientes en estado terminal
de cáncer con intensos dolores mediante perfusiones intravenosas de DMSO diluido y
bicarbonato sódico logrando aliviarles el dolor durante más de tres meses. El
tratamiento y sus resultados se describieron en 2011 en Journal of Pain Relief and
Palliative Care Pharmacotherapy.
amiloidosis en la región articular. Eso sí, hay que tener en cuenta que tanto el DMSO
como las sustancias analgésicas y antiinflamatorias incluidas en el tópico pueden causar
irritación en la piel de las personas más sensibles o alérgicas por lo que es aconsejable
hacer una mínima dosificación de prueba antes del tratamiento tópico.
Utilidad en la esclerodermia.
EFICAZ EN CÁNCER
Antiangiogénico y antimetastásico.
Antioxidante.
Diez años después -en 1981- un equipo de la University of Colorado School of Medicine
dirigido por el Dr. J. E. Repine publicó en Proceedings of the National Academy of
Sciences USA un trabajo según el cual los efectos anticancerígenos del DMSO se deben
probablemente a que protege las hebras de ADN gracias a su capacidad antioxidante. Al
menos así ocurrió al someter células cancerosas a los efectos de los radicales libres de
hidroxilo generados por rayos gamma. Y de hecho así lo confirmaría posteriormente un
equipo del New Jersey Medical School coordinado por el Dr. S. M. Goddu con un
trabajo publicado en 1996 en Acta Oncológica. Sus ensayos se realizaron sometiendo a
ratones a los efectos de yodo-123 (radionucleido) con y sin inyecciones de DMSO
intratesticular y observando las alteraciones del ADN en el esperma. Ya en 2010 un
grupo de investigadores del Research Reactor Institute de la Universidad de Kyoto
encabezado por el Dr. Genro Kashino publicó en Journal of Radiation Research un
ensayo in vitro sobre células según el cual el DMSO protege efectivamente las hebras
de ADN por su capacidad antioxidante y no por una posible reparación genética.
Agregaremos que un equipo del St. Olav’s University Hospital de Trondheim (Noruega)
coordinado por el Dr. E. Christensen efectuó una serie de pruebas con 44 pacientes
afectados por 60 tumores -carcinomas de células basales- a los que trató con ácido
aminolevulínico, DMSO y terapia fotodinámica conjuntamente obteniendo excelentes
resultados en el 81% de los casos tras 72 meses de seguimiento; la técnica utilizada y
sus resultados fueron publicados en 2009 en Journal of the European Academy of
Dermatology and Venereology.
Resumiendo: desde 1971 se sabe que el DMSO -sustancia totalmente inocua- puede
hacer que células tumorales se recuperen y vuelvan a ser normales. ¡Y los
oncólogos sin utilizarla!
Por lo que al tratamiento de las úlceras se refiere destaca el trabajo que publicó en 1975
en Annals of the New York Academy of Sciences el Dr. R. Miranda-Tirado, del
Hospital Clínico de la Universidad de Chile. Se trata de un amplio estudio clínico con
1.371 pacientes con úlceras crónicas de diverso origen -la mayoría resultado de
quemaduras- que llevaban más de un año sin resolverse y mostraban distintos grados de
infección. El caso es que tras aplicar con un spray tres veces por semana una solución
que contenía DMSO, antibióticos y antiinflamatorios el 95% se curó en unas semanas;
detallándose casos espectaculares como el de un paciente de 60 años con una ulcera de
origen varicoso en una pierna desde hacía ¡15 años!
El Dr. M. Lishner y sus colegas de la Universidad de Tel Aviv (Israel) presentaron por
su parte en 1985 un trabajo de investigación clínica que se publicaría en Journal of the
DMSO: una sustancia útil en diversas patologías, cáncer incluido 8
American Geriatrics Society. Veinte pacientes diabéticos con úlceras crónicas que no
respondían a los tratamientos farmacéuticos convencionales fueron tratados diariamente
-entre 4 y 15 semanas- con aplicaciones tópicas de DMSO lográndose la curación total
de 14 y mejora parcial en los otros cuatro; dos en cambio no mostraron mejoría. Los
investigadores lo atribuyeron a una mejor oxigenación del tejido, al aumento de la
vasodilatación local y a una disminución de la agregación plaquetaria. Aconsejando ese
tratamiento en todos los casos de úlceras diabéticas antes de optar por medidas
quirúrgicas.
Asimismo se han estudiado los efectos del DMSO en las úlceras que a veces provoca el
quimioterápico Adriamicina (Doxorubicina); lo hizo un equipo de la Trakya University
de Edirne (Turquía) coordinado por el Dr. S. Uzunoglu aplicando tópicamente DMSO
en zonas necrotizadas y extravasadas por el fármaco comprobando que es también
eficaz en este tipo de ulceraciones. Los resultados se publicaron en 2013 en Journal of
Plastic Surgery and Hand Surgery.
Uso en amiloidosis.
En 2012 apareció en Autophagy un trabajo firmado por un equipo dirigido por el Dr.
Young Mi Song -del Yonsei University College of Medicine de Seúl (Corea)- sobre el
papel del DMSO en el proceso de autofagia confirmando sus experimentos que activa
ésta al inhibir la expresión del gen ATF4… lo que disminuye la acumulación de
triglicéridos en los hepatocitos que da lugar al hígado graso.
¿Protector cardiaco?
Tres años después -en 1978- un equipo dirigido por el Dr. R. K. Laha publicó en
Journal of Neurosurgery los resultados de unas investigaciones con perros sobre el
efecto protector del DMSO en caso de embolia arterial (carótidas) constatando que en
los animales tratados con DMSO -al contrario de lo que ocurrió con los del grupo de de
control- no se produjo infarto cerebral alguno.
recuperaron los parámetros normales a los 6 días de tratamiento probando así que el
DMSO intravenoso puede reducir rápidamente la presión intracraneal y facilitar la
recuperación neurológica.
Y en otro ensayo, esta vez con ratones, el Dr. S. Shimizu y sus colaboradores del
Departamento de Neurología de la Universidad de Pittsburgh observaron esos mismos
resultados protectores en caso de isquemia; el experimento se describe en un artículo
publicado en 1997 en Neuroscience Letters.
niños sirviendo otros tantos de grupo de control y los resultados fueron similares: claras
mejorías en los niños tratados.
Eficaz en alzheimer.
Los doctores Claudia Caputo y Andre I. Salama -del ICI Pharmaceuticals Group
(EEUU)- publicaron en 1989 en Microbiology of Ageing un artículo que analiza los
conocimientos que hasta entonces se tenían sobre el desarrollo de las placas de
amiloides en relación con el alzheimer concluyendo que dado que el DMSO se ha
mostrado eficaz en la disolución de los amiloides, tanto in vitro como en ratones,
debería investigarse más a fondo su utilidad en alzheimer. Y siguiendo esa misma línea
de deducción el Dr. S. A. Goppa -de la Medical University de Kisheinev de Moldavia-
presentó un trabajo de investigación clínica en la Fourth International Conference on
Alzheimer’s Disease and related Disorders celebrada en Minneapolis (EEUU) cinco
años después -en agosto de 1994- en el que se describen los resultados de administrar
durante nueve meses DMSO a 18 pacientes de alzheimer observándose mejorías a partir
del tercer mes que fueron aumentando hasta el final del tratamiento. Y en él no se habla
solo de recuperaciones a nivel cognitivo: la mejoría se cotejó con marcadores
sanguíneos de neuroproteínas e inmunoenzimas específicas del alzheimer. Lo insólito es
que han pasado 20 años desde aquel ensayo clínico y no se ha vuelto a publicar nada
sobre el DMSO en alzheimer ¿Será porque no es una sustancia patentable?
¿Cura el tinnitus?
El Dr. A. Zúñiga Caro -del Hospital de Niños de Santiago de Chile -publicó en 1975
en Annals of the New York Academy of Sciences un interesantísimo trabajo sobre el
DMSO en caso de acúfenos o tinnitus. Según explica en él trató a 15 pacientes de
tinnitus instilando en el canal auditivo con un aerosol una dilución de DMSO y algunos
fármacos antiinflamatorios y vasodilatadores una vez cada cuatro días durante un mes
mejorando todos; de hecho el tinnitus desapareció por completo en 9. Es interesante
destacar que algunos pacientes mejoraron también de sus problemas de cefaleas e
insomnio. Con posterioridad varios médicos han utilizado técnicas similares de
aplicación de DMSO pero combinándolo con aloe vera o capsicum obteniendo
resultados rápidos y positivos.
Cabe destacar que la medicina convencional carece hoy de soluciones para estos
pacientes con los que utiliza de forma tan ineficaz como peligrosa antibióticos y
DMSO: una sustancia útil en diversas patologías, cáncer incluido 12
CONCLUSIONES
Como el lector habrá advertido la mayoría de los estudios experimentales y clínicos que
demuestran las virtudes terapéuticas del DMSO se realizaron antes de 1978, año en el
que la FDA decidió prohibir su uso médico alegando “dudas sobre su seguridad” -sobre
todo en los ojos- y la posibilidad de reacciones alérgicas fuertes además de tacharlo de
potencial neurotoxina. Aseveraciones que los estudios que acabamos de citar ponen
claramente en entredicho. En fin, ¿alguna autoridad sanitaria puede explicarnos la
verdadera razón de que el DMSO no sea utilizado aun hoy de forma masiva?
P. Mirre