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contrareplica.mx/nota-Cuatro-esperanzas-priistas201912242
Hay una escena de la película Los intocables, donde alguien le dice a Eliot Ness que
nunca podrá detener a Al Capone, pues toda la policía de Chicago se corrompió y recibe
dinero del mafioso. Entonces el personaje de Sean Connery le ordena a Eliot “vamos
directo al árbol porque ahí la fruta todavía no se pudre: La academia policíaca. Nuestra
esperanza son los jóvenes.”
Considero indispensable que la próxima dirigencia del PRI esté encabezada por una
joven. Frente a la ortodoxia exigiendo repetir las mismas caras, pongo el ejemplo de
Alexandra Ocazio-Cortez en el sistema político estadounidense. No solamente por
motivos de justicia histórica y sintonía con los tiempos, sino porque las discusiones
políticas venideras lo exigen. Sugiero cuatro nombres.
2.- Laura Reyna de la Garza. Su juicio sereno y una trayectoria académica sólida (está por
recibir su título doctoral) la vuelven un elemento de considerable valor en la formulación
de políticas públicas. Laura representa la tradición tecnocrática del partido. Fue una
servidora pública notable en la Secretaría de Gobernación, donde ganó el
reconocimiento de propios y extraños. Actualmente es panelista en televisión y radio.
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3.- Tania Larios. Heredera de la tradición de astucia, malicia, e inteligencia maquiavélica
en el mejor de los sentidos. Consciente como nadie de las amenazas que se ciernen
sobre las instituciones democráticas mexicanas. Una estratega formidable, capaz de ver
hacia adelante y entender la ciudadanía y los tiempos que corren. Valorada por las ONG,
mente brillante, aguda y moderna donde las hay, Tania es el león disfrazado de cordero
cuya contundencia argumentativa hace de ella polemista invencible.
Ninguna sabe que yo la iba a mencionar en este texto. Están acostumbradas a pedir
permiso a sus dirigentes. Es el momento, aprovechen la elección interna plenamente
democrática prometida por Ruíz Massieu. La coyuntura es favorable para una revolución
de la militancia, encabezada con valentía y dignidad por cualquiera de estas mujeres.
Háganlo por su partido, pero especialmente, por México, al que le urge una oposición
fresca. Los liderazgos convencionales fracasaron monumentalmente. Brínquense las
trancas, el país las necesita.
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