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2017
IICA
COLPOS
Manejo de aves de corral en AUP 1
Objetivo
Que el participante conozca los principios básicos del manejo de aves de corral en sistemas de
agricultura urbana y periurbana.
En este tema se describen los principales puntos de la crianza de aves de corral, donde se incluye
el manejo y cuidado, la alimentación y componentes de la dieta de las aves, el alojamiento, así
como el manejo sanitario con énfasis en las principales enfermedades y calendarios de
vacunación.
Introducción
Las aves de corral en la agricultura urbana y periurbana son un elemento importante en la
producción de alimentos conducentes a la seguridad alimentaria del hogar. Constituyen una fuente
rica en proteínas, minerales y vitaminas, de fácil acceso y a bajo costo con múltiples ventajas,
siendo de alta preferencia en la dieta, que en promedio per cápita puede oscilar entre 15-30 kg de
carne de pollo y de 100 a 150 huevos al año.
Imagen: Características indicativas de gallinas buenas ponedoras. Cortesía Dr. Juan de Dios
Técnicas para disminuir costos en la crianza de aves 3
Con el afán de disminuir costos en instalaciones en la crianza de aves, se puede hacer uso del
reciclaje de diversos objetos que comúnmente utilizamos (botellas, bidones, tubos, contenedores,
etc.) para que sirvan de bebederos, comederos o nidales. A las aves que ya están incubando
huevos se deben de tener en un lugar tranquilo, fresco y aireado, con alimento y agua cerca del
nido para evitar que batalle en completar sus requerimientos nutricionales y que los huevos estén a
expensas de cambios bruscos de temperatura. Es también aconsejable mantener el nido bien
aseado (limpio de heces) y así evitar contaminación de huevos. Los huevos son porosos en su
cascarón, por tanto, si hay heces, que son reservorio de bacterias, los huevos pueden
contaminarse fácilmente.
Una vez que nacen los pollitos, se debe procurar que estén en un ambiente de confort durante las
primeras cuatro Módulos (sí es que hace frío, que no estén expuestos a él, o si está muy caluroso
que tengan ventilación, el objetivo es tener un lugar sin demasiadas fluctuaciones de temperatura).
Después de que los pollitos han pasado la etapa previa, están listos para iniciar su engorde
pudiendo alcanzar un peso mayor a un kg entre 3 ó 6 meses, en función de la calidad de la
alimentación y de la raza.
Imagen: Objetos reciclados para la alimentación de aves de corral. Cortesía Dr. Juan de Dios.
Esta comienza cuando el ave lleva a su boca el alimento, el cual al llegar al buche se debe de
humedecer siendo importante la ingesta de agua para ayudar a reblandecer el alimento. Este,
posteriormente pasa a la molleja, donde a través de las piedras que acumula el ave, muele el
alimento, transformándolo a partículas más pequeñas. En las aves que se encuentran en corral se
debe de asegurar un abastecimiento de piedrecillas para que sean ingeridas, de manera que se
promueva una nutrición más eficiente. Aparte del hígado, la hiel y el páncreas, que son órganos
importantes en el proceso de nutrición, los ciegos son otra parte del intestino del ave que reviste
importancia. Ahí se da una fermentación y existen microbios benéficos que ayudan al proceso
digestivo; cuando se aplican antibióticos, muchos de estos microorganismos benéficos mueren, por
tanto sus poblaciones deben de ser restauradas. Para ello, es importante que se administren
vitaminas del complejo B, las cuales se ha visto que tienen acción directa en la promoción de dicha
flora.
Los requerimientos del ave deben de ser cubiertos y, es este punto, uno de los más importantes
para tener una nutrición balanceada. El ave debe de asegurar el abastecimiento de agua, energía
(proveniente de azúcares y grasas), proteína, minerales y vitaminas.
El agua por ave, dependiendo del tamaño y de las condiciones ambientales, debe de estar entre ¼
a ½ litro, la cual debe de ser limpia y de calidad. Dentro de las fuentes de energía se tienen los
granos de maíz, cebada, trigo, arroz, sorgo y avena. En el caso de sorgo rojo, por tener taninos
(sustancias astringentes), se recomienda que no pase del 10% del total de la dieta, ya que se
puede ver afectada la absorción de proteínas. La avena, por su parte, es recomendable que no 4
supere el 15% de la dieta, porque es un producto alto en fibra y dificulta la mezcla en el buche e
inclusive en la molleja, causando trastornos digestivos al animal.
Dentro de las fuentes de proteína se tiene las semillas de soya, garbanzo, frijol, haba y chícharo,
entre otros. Es también recomendable que estas semillas sean tostadas para eliminar el efecto
nocivo que tiene los fitatos, substancias que inhiben la absorción de ciertos minerales como el
fósforo. Así mismo algunos inhibidores de la tripsina son eliminados con el cocimiento.
La proteína puede provenir también de insectos como termitas, larvas de ciertas especies,
chapulines y de lombrices de tierra, en especial aquellas ocupadas para elaborar lombricompostas.
Los minerales, por su parte, pueden provenir de huesos o cascarones de huevo tostados y
molidos, de la sal común y de sal mineral. Las vitaminas pueden ser obtenidas de especies de
plantas como la alfalfa u otras que se vea que consumen las aves. Deficiencia en minerales se
pueden manifestar en cascarones delgados y quebradizos; la carencia de vitaminas en
deformidades en las patas y dedos, y debilidad en general.
Elaboración de alimento
Uno mismo puede elaborar el
alimento que consumirán las
aves en lugar de comprarlo a
las casas comerciales. Dietas
sencillas que contienen
energía, proteínas, minerales y
vitaminas pueden elaborarse
con recursos locales. Este es
un ejemplo para una dieta
sencilla de un kilogramo de
granos y semillas. Esta dieta
funciona bien para pollos en
crecimiento y aves adultas.
Sí se requiere iniciar a pollitos en las primeras 4 Módulos de edad se puede incrementar el maíz a
500 g y las semillas de leguminosas dejarlas en 500 g. Se le pueden disminuir 10 g al hueso y
cascarones y la sal permanecer igual. Las aves adultas por lo regular consumen entre 100 a 130 g
por día de alimento. Se pueden incluir sobras de cocina, las cuales pueden ser ofrecidas a
voluntad.
Ingrediente Cantidad
Maíz molido 400 gramos
Soya garbanzo, frijol, haba (tostados y molidos) 600 gramos
Hueso y cascarón (tostados y molidos) 35 gramos
Sal común y mineral 6 gramos
Forraje verde A voluntad
Alojamiento 5
Este debe de evitar las corrientes de aire, la humedad, el frío y el calor. Su diseño es en forma de
casa, pero debe ser tal, que incluya al menos una percha donde duerman las aves. Esta puede ser
de madera con cierta inclinación y separaciones transversales para que no se depositen excretas
de una gallina a otra. Debe tener nidales para las gallinas que se encuentran en reproducción. Este
alojamiento debe mantenerse limpio, para lo cual, el piso puede cubrirse con un plástico en el que
caigan las excretas y sacar este para limpiarlo y lavarlo, disminuyendo con ello el tiempo de
limpieza del gallinero y mejora de la higiene.
Debe de existir un área de esparcimiento de las aves y contar con un área de baño de polvo. Este
baño puede contener ceniza, arena y un acaricida para el aseo diario del ave. También es
recomendable tener un depósito con piedras de tamaño pequeño para que sean ingeridas por el
ave y mantener la molleja en condiciones de un mejor molido del alimento.
Imagen: Alojamiento de gallinas de familia periurbana con innovación, permite cosecha de huevas
externa. Puebla, México. Cortesía BHC.
Manejo Sanitario
Parásitos externos. Existen varios parásitos externos comunes a las aves de corral; de los más
frecuentes están los corucos, ácaros de tamaño diminuto que ocasionan daños en la piel del ave a
través de heridas pequeñas en las cuáles pueden penetrar algunas otras enfermedades como se
verá más adelante. Otros ácaros que también afectan son los que producen la sarna en las patas
de las aves. Provocan un cierto tipo de costra de aspecto corchoso que al caerse van exponiendo
la piel, daño que incomoda a las aves.
El tratamiento de los corucos puede realizarse con algún acaricida comercial, aseando bien los
lugares donde duermen y se bañan las aves, preferentemente aplicando agua hirviendo al suelo
para evitar su proliferación. La sarna, por su parte, puede controlarse sumergiendo las patas del
ave afectada en petróleo o en aceite quemado de vehículos.
Parásitos internos. Existen de tipo plano y cilíndricos alargados, que ocasionan severas pérdidas
en la ganancia de peso de las aves pues compiten por nutrientes. Los principales síntomas son 6
que los animales se notan cansados, caminan lento y la posición de sus plumas cambia a una
forma erizada. Para su control se recomienda desparasitar cada cuatro meses de acuerdo a las
dosis que recomienda el fabricante.
Otro tipo de parásitos son los protozoarios denominados coccidias, éstas producen diarrea blanca
o sanguinolenta que ocasiona pérdida de apetito, un decaimiento general y el ave tiende a arrastrar
las alas. La infestación por este tipo de protozoarios es contagiosa y para su control se sugiere
aplicar productos veterinarios específicos.
Bacterias y virus
Las bacterias son otro grupo de agentes infecciosos que afectan a las aves, las cuales ocasionan
diarreas, principalmente. Su control puede ser mediante antibióticos como la Tetraciclina y
Neomicina; aunque cabe aclarar que, después de la Módulo de aplicación es recomendable hacer
aplicaciones de vitaminas del complejo B con el fin de restaurar la flora intestinal, especialmente
aquella que se encuentra en los ciegos, pues es eliminada por los antibióticos.
Virus. Existen varias enfermedades virales de importancia económica que afectan a las aves
severamente. Dentro de las principales destacan las siguientes:
Newcastle o Peste aviar. Este tipo de virus causa una especie de catarro, donde el ave estornuda y
tiene dificultades de respirar, se presenta un hinchamiento o edema en la cara, mostrándose en
párpados abultados, lo que conduce a un decaimiento que puede ir acompañado de parálisis en
las patas, causar tortícolis y manifestarse una diarrea verde. Su prevención se basa en el uso de
vacunas que se deben de aplicar a los 10 días de nacido el pollito y un refuerzo a los siguientes 10
días. La vacuna que se emplea es la Cepa B1 de Newcastle y la cepa Lasota que son aplicadas en
el ojo a través de un gotero. Después de la primera vacunación, es recomendable vacunas cada 4
a 6 meses. Es mejor vender un ave y con el dinero que se obtenga comprar la vacuna, a exponer
toda la parvada a esta enfermedad y perder todos los animales por muerte.