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Mythology, Cosmogony
and Rituals
Proceedings of the 2nd REEA Conference
Ritual Americas: Configurations and
Recombining of the Ritual Devices and
Behaviors in the New World, in Historical and
Contemporary Societies
Louvain-la-Neuve (Belgium) April 2-5, 2008
Edited by
Françoise Fauconnier
Serge Lemaitre
Archaeopress
Publishers of British Archaeological Reports
Gordon House
276 Banbury Road
Oxford OX2 7ED
England
bar@archaeopress.com
www.archaeopress.com
BAR S2448
Rock Art in the Americas: Mythology, Cosmogony and Rituals. Proceedings of the 2nd REEA Conference
Ritual Americas: Configurations and Recombining of the Ritual Devices and Behaviors in the New World, in
Historical and Contemporary Societies Louvain-la-Neuve (Belgium) April 2-5, 2008
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Imágenes de guerreros en el arte rupestre del norte de Michoacán.
Una aproximación a los ritos de los cazadores recolectores del Posclásico
Brigitte Faugère1
Abstract
The paintings found in rockshelters of Northern Michoacan, Mexico, illustrate complex scenes in which the warrior
figure, with weapons and shield, is dominant. The style and the radiocarbon dating obtained recently from a black
pigment sample, indicate that these paintings belong to the “semi-arid tradition” of Northwestern Mexico (Faugère,
1997) and to the Postclassic period. At this time period, agricultural population had partially abandoned the region
and was replaced by semi-nomadic groups who more frequently lived in its numerous caves and rockshelters. The
iconographic study has shown that, in many cases, the heads of those human figures are represented as circles with
internal divisions, sometimes surrounded by rays, and that some bodies could show corporal deformations. This paper
presents the analysis of the paintings from three sites (Cueva de las Pinturas, Cueva de los Soles and Barranca de los
Tecolotes) and proposes an interpretation of the scenes. I suggest that the corporal deformations represented could be
interpreted as the manifestation of visions obtained during ritual activities and that the circles may represent a type of
forehead shield that functioned as a “cosmic eye”.
El periodo Posclásico está caracterizado en el norte del caducifolio. A partir del Posclásico, la zona se caracteri-
estado de Michoacán y buena parte del sur de los esta- za, como ya se ha dicho, por ser también una zona de
dos de Guanajuato y de Querétaro por un cambio drásti- transición cultural. Mientras que los agricultores se
co en la manera de ocupar el espacio. Los agricultores agrupan en los primeros relieves del eje neo-volcánico,
que vivían en pueblos bien organizados y que explota- grupos semi-nómadas o nómadas ocupan los abrigos
ban extensas redes de terrazas agrícolas a veces desde rocosos de la parte norte de la zona estudiada (Arnauld
más de un milenio dejan estos sectores ubicados en las y Faugère K. 1998). Las fuentes etnohistóricas del siglo
márgenes de las amplias planicies semi-áridas y exten- XVI dan unas precisiones mencionando la presencia de
sas regiones están desocupadas (Figura 1). Este abando- Guamares, unas de las naciones chichimecas que ocu-
no masivo de las zonas semi-áridas del norte de México, pan el norte de México, en esta región (Gerhard 1972,
que inicia de manera más temprana en las regiones nor- 1982). La presencia de pinturas rupestres precisamente
teñas y orientales y se persigue hacia 850/1100 d.C. en en esta porción norte y el hecho de que se distinguen de
el sur de Guanajuato, seria la manifestación de un des- las tradiciones rupestres de los agricultores, los cuales
plome de la frontera norte de Mesoamérica (Armillas grababan en las rocas esencialmente figuras geométri-
1969; Braniff 1989; Hers 1995). En Michoacán, los cas, nos llevo a formular la hipótesis de que las pinturas
primeros efectos indirectos se manifiestan hacia 850 fueron realizadas precisamente por los grupos nómadas
d.C. con la llegada de poblaciones norteñas, las cuales del Posclásico (Faugère K. 1997). Un fechamiento obte-
se instalan en medio de los grupos locales (Faugère K. nido unos años después, gracias al análisis por AMS de
1991, 1996, 2009), pero hay que esperar 1100/1200 d.C. una muestra de pigmento negro utilizado para dibujar
para que los agricultores sedentarios abandonen la zona los grafismos, confirmó esta atribución cultural
de vertiente donde termina el eje neo-volcánico para (Faugère K. 2003).
desplazarse hacia las tierras mas húmedas de la región
de Zacapú (Faugère K. 1996; Arnauld y Faugère K. En las publicaciones anteriores, nos hemos dedicado a
1998). Las causas de estos abandonos masivos no están estudiar detalladamente las tradiciones rupestres presen-
todavía claramente identificadas, aun si se sospecha que tes en esta región, así como sus implicaciones de orden
episodios de sequías, observados en otras zonas de Me- histórico-cultural (Faugère K. 1997). No nos hemos
soamérica, tuvieron un impacto decisivo en la evolución aventurado hasta ahora en la vía de la interpretación o
del poblamiento y la puesta en acción de las migracio- del significado de las obras, y tampoco hemos tratado de
nes entender la función que pudieron haber tenido estos
sitios rupestres para los grupos que los ocuparon. Con
El norte del estado de Michoacán aparece como un sec- más madurez, y gracias al hecho de que los estudios de
tor de vertiente entre las tierras altas de la Meseta taras- arte rupestre se multiplicaron en los últimos años y au-
ca y el valle del Río Lerma (Figura 1). De esta manera, torizan hoy en día proponer comparaciones regionales
se caracteriza por un medio ambiente que asuma la tran- más amplias, quisiéramos proponer en este estudio unas
sición entre dos formaciones ecológicas contrastadas interpretaciones a la vez del significado de las obras y
con, al sur, los primeros relieves, más templados y cu- de la función de los sitios rupestres. Con tal propósito,
biertos de bosques de pino-encino y, al norte, un clima nos apoyaremos sobre las pinturas rupestres que perte-
globalmente más seco y formaciones de bosque tropical necen a la tradición “México semi-árido”2 (Faugère K.
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Universidad Paris 1, UMR 8096 CNRS. C. Viramontes (2002; 2005) propone el nombre de « semidesierto ».
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Rock Art in the Americas: Mythologies, Cosmogonies and Rituals
1997), ya que su carácter figurativo nos da informacio- la época prehispánica, hasta nuestros días. Sin embargo,
nes más fáciles de interpretar. Retomaremos unos datos atribuciones cronológicas y culturales tentativas pudie-
publicados, en particular los procedentes del sitio Cueva ron en este momento ser propuestas en particular gracias
de las Pinturas (358), a los cuales adjuntaremos los de a las evoluciones observadas dentro del patrón de asen-
sitios que fueron hallados posteriormente,3 Cueva de los tamiento, el norte de la zona siendo desocupado por los
Soles (406) y Barranca de los Tecolotes (409), todos agricultores hacia 1100 d.C., y gracias a comparaciones
ubicados en el Municipio de Penjamillo (Figura 2). con la iconografía de sitios vecinos. Se considero así
que las pinturas habían sido realizadas durante el último
El estudio de la iconografía nos informa en este caso periodo de la época prehispánica por los grupos de semi
sobre el mensaje que los pintores quisieron dejar en los -nómadas que ocupaban la zona después del desplome
abrigos rocosos. Nos focalizaremos en particular sobre de la frontera norte.
las representaciones, repetidas varias veces en los pane-
les, de antropomorfos que llevan escudos de gran tama- En el transcurso de los 10 últimos años, el campo de las
ño que se parecen a los chimalli de los códices del comparaciones se ha incrementado sustancialmente y
Posclásico. Estos guerreros presentan también en mu- nuevos conocimientos sobre la franja norteña de Meso-
chos casos cabezas deformadas en forma de círculos con américa permiten afinar las interpretaciones sobre estas
compartimentos interiores y rayos exteriores y otras pinturas rupestres michoacanas. De hecho, otros sitios
veces la cabeza misma parece transformarse en escudo. de recolectores-cazadores o de agricultores ocasionales
Nuestra hipótesis es que se trataría de representaciones que ocuparon este territorio durante el Posclásico han
de guerreros y/o especialistas rituales realizando cere- sido estudiados (véase en particular C. Viramontes
monias en las cuales se afirma el "poder de ver" de al- 2005), lo que nos permite lograr acercamientos más
gunos miembros del grupo. Pintar las paredes rocosas detallados a nivel regional y abrir perspectivas en cuan-
de los lugares donde supuestamente se desarrollaron to a interpretaciones de la iconografía.
estos rituales denota una voluntad de dejar un testimo-
nio de las ceremonias y dar a un entorno natural bien
determinado una función mágica. Las tradiciones rupestres pintadas
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Brigitte Faugère — Imágenes de guerreros en el arte rupestre del norte de Michoacán.
Una aproximación a los ritos de los cazadores recolectores del Posclásico
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Rock Art in the Americas: Mythologies, Cosmogonies and Rituals
anteriores. Unos antropomorfos presentan deformacio- probablemente unos mamíferos, mirando uno a otro.
nes corporales, sea del cuerpo (n°34), sea de los miem-
bros inferiores y superiores (n°37), sea de la cabeza (n° Al igual que en el caso del panel de la Cueva de las Pin-
33), la cual aparece en un caso como un círculo concén- turas, un individuo principal ocupa la parte central del
trico radiante. Del lado derecho de unos de estos indivi- panel. El trazado para formar el cuerpo no es rectilíneo
duos se encuentran círculos radiantes y a veces elemen- y el espacio de la cabeza esta ocupado por un círculo
tos lineares del lado de su brazo izquierdo. Estimamos con divisiones interiores poco claras y con rayos perifé-
que los grupos de grafismos de la parte central y de la ricos (Figura 5). De su lado derecho, lleva un escudo
parte derecha del panel representan escenas similares y representado por círculos concéntricos con rayos exte-
se refieren a eventos rituales de un mismo índole. riores en la parte superior y plumas colgadas en la parte
inferior. Este escudo se acerca claramente de las repre-
sentaciones de los chimalli en los códices. De su lado
Cueva de los Soles (panel central) izquierdo, el antropomorfo tenía también un brazo, pero
esta parte del panel quedo erosionada y difícil de inter-
El sitio (406) presenta todavía 3 paneles pintados dis- pretar.
puestos sobre las paredes que rodean un pequeño abrigo
rocoso ubicado en la falda sur de la Barranca de Arro- Otros antropomorfos lineales aparecen de cada lado de
yuelos (Figura 2). Al igual que el sitio Cueva de las este personaje principal, la mayoría de ellos simples y a
Pinturas, este abrigo se encuentra en el costado oriental veces sin cabezas, uno de los cuales con un círculo ra-
del Cerro Zináparo y ha sido formado por la erosión diante de su lado derecho. Sin embargo un grupo, al
paulatina de la ladera de la barranca ubicada a nivel de extremo izquierdo del panel, se desprende del conjunto.
la falla tectónica. De hecho, las rocas que constituyen De hecho, uno presenta un escudo similar al personaje
estos costados son heterogéneas y los bloques macizos principal en lugar de la cabeza y los dos demás llevan
de andesita alternan con zonas de lajas horizontales que sobre su cabeza un tocado de dos puntas. El último per-
pueden desplomarse fácilmente. De los tres paneles que sonaje a la izquierda, de mayor tamaño que los demás,
fueron pintados sobre las superficies planas de los blo- tiene además la particularidad de estar representado en
ques macizos de andesita, dos quedaron muy erosiona- posición dinámica, o con deformaciones corporales de
dos, pero el panel central esta, en cambio, bien conser- los miembros superiores e inferiores. Así, tres miembros
vado. Además, numerosos grafismos aislados pintados superiores aparecen curvilíneos, dos en posición baja y
en las zonas de lajas apiladas o sobre la bóveda de un uno alzado, mientras que los tres miembros inferiores
abrigo segundario comparten las características genera- están alzados (Figura 5).
les de los del panel central.
Para terminar con la descripción de este panel, examina-
Este panel, expuesto al noreste, mide aproximadamente remos su parte inferior, la cual se encuentra, como ya se
1,5 metro de ancho por 0,8 de alto y esta ubicado entre 2 ha dicho, en un estado de conservación bastante erosio-
y 3 metros de alto, lo que implica que los pintores tuvie- nado. Varios círculos con divisiones internas y radios o
ron que subir sobre escaleras o colgarse desde el techo almenas periféricas están dispuestos más o menos en
de la cueva. Fue pintado exclusivamente en negro y línea, pero observamos que varios de ellos están asocia-
presenta pocas superposiciones y también pocas altera- dos, aun si en una forma menos clara que en la parte
ciones modernas (menos una esvástica en la parte alta superior, con antropomorfos lineales. Es así que volve-
del panel) (Figura 4), lo que facilita el análisis de la mos en encontrar en tres casos (Figura 5) la figura de un
composición iconográfica. Es también muy homogéneo individuo que lleva de su lado izquierdo un objeto circu-
en cuanto a iconografía. lar que podría ser un escudo.
Una decena de individuos están representados sobre el Este panel de la Cueva de los Soles parece ilustrar una
panel, y una mayoría de ellos tiene una orientación que temática casi única, y repetida por lo menos cinco ve-
sigue un eje ligeramente oblicuo (inclinado hacia la ces, la de personajes llevando escudos de su lado iz-
izquierda) respeto al eje vertical del panel. Esta observa- quierdo. Sin embargo dos de ellos llevarían también el
ción permite pensar que estos grafismos han sido proba- escudo en cima de la cabeza, o tendrían la cabeza reem-
blemente trazados en un mismo tiempo y quizás tam- plazada por un escudo o deformada en círculo radiante.
bién por un mismo pintor, la inclinación de los antropo- El grupo de individuo con tocados de dos puntas parece
morfos correspondiendo verosímilmente a la posición encabezar la ceremonia representada, la cual podría
en la cual se mantenía el artista durante la realización de referirse a ritos realizados por guerreros o relacionados
la obra. La parte inferior del panel se encuentra en un con la guerra.
peor estado de conservación, quizás por erosión, aun si
los antropomorfos representados no siguen exactamente Barranca de los Tecolotes
la misma orientación que los demás y que uno de ellos
fue francamente dibujado según un eje perpendicular El sitio Barranca de los Tecolotes (409) se ubica en la
(Figura 5). parte central de la zona estudiada, sobre las laderas occi-
dentales de unos lomeríos que rodean uno de los conos
En el extremo inferior derecho del panel, fueron dibuja- volcánicos más elevados incluidos dentro del Valle del
dos dos pequeños zoomorfos con patas y colas largas, Río Lerma, el Cerro Guándaro. Depende administrativa-
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Brigitte Faugère — Imágenes de guerreros en el arte rupestre del norte de Michoacán.
Una aproximación a los ritos de los cazadores recolectores del Posclásico
mente del pueblo de Patambarillo, aun si se ubica más Al terminar la descripción de los paneles de los tres
cerca de San José de Rábago (Figura 2). El sitio se pre- sitios estudiados aquí, se pueden destacar unas constan-
senta como un pequeño abrigo rocoso rodeado por estre- tes dentro de los motivos representados y dentro de la
chas terrazas que siguen una pared rocosa más o menos composición de los paneles.
vertical orientada aproximadamente norte-sur. Varios Estamos frente a la representación de grupos ordenados,
conjuntos de pinturas rupestres se encuentran dispersos con conjuntos de motivos repetidos figurando verosímil-
a lo largo de las terrazas, pero presentan en la mayoría mente escenas colectivas, agrupando varios individuos
de los casos un pésimo estado de conservación. El único dentro de una misma ceremonia ritual. Sin embargo el
conjunto suficientemente bien conservado para ser le- individuo del sitio Cueva de Las Pinturas parece de su
vantado completo esta estudiado a continuación. Se trata lado aislado, sobre todo por su tamaño- netamente supe-
de un panel de dimensión media (0,8 x 0,6 metros rior en relación con los demás grafismos del panel - y
aproximadamente), ubicado entre 0,8 y 1,7 metros de también por el hecho de que ha sido realizado en tri-
altura, es decir a la altura de un hombre parado, expues- cromía. Podríamos así estar frente a una ceremonia más
to al oeste-noroeste. individual, y quizás más prestigiosa, aun si notamos
también que este panel ha sido pintado varias veces y
El panel presenta varios grafismos suficientemente bien que es indudablemente más complejo que los demás
repartidos en el espacio, de tamaño homogéneo y sin estudiados aquí.
superposiciones para que se pueda pensar que fueron Los individuos, en mayoría hombres, reagrupados en
realizados en una sola vez y con la meta de representar estas escenas están en posición estática, alzan en general
una escena (Figura 6). Todos fueron realizados por la los brazos hasta el cielo- ¿marca de oración?- o llevan
técnica del trazado lineal (probablemente con el dedo) emblemas con su brazo derecho, círculos radiantes o
con pintura negra. Sin embargo, el panel no esta exento escudos. Algunos de estos personajes presentan también
de rasgos de erosión: sus partes superior, central e infe- cabezas en forma de círculos concéntricos radiantes o de
rior muestran grafismos en gran parte borrados por el escudo. En otro caso, llevan de su brazo derecho largos
escurrimiento de las aguas. artefactos alcanzando su propia altura y combinando
formas de peine y círculos. Hay que notar que existe en
Sin embargo cinco antropomorfos, asociados en ciertos cada panel una unidad en los emblemas utilizados, lo
casos con emblemas muy característicos, quedan clara- que parece indicar una especificidad de la escena repre-
mente identificables. Tres de ellos están dispuestos en sentada.
fila –aun si el espécimen del centro ha sido en parte Los grupos están encabezados por individuos ubicados
borrado-, mientras que dos se encuentran respectiva- en el borde izquierdo del panel. Estos presentan defor-
mente arriba y debajo de la fila central. Se supone que maciones corporales de los miembros superiores e infe-
esta fila representa la escena central que el pintor quiso riores y tocados de dos puntas, muchas veces asociados
representar. Se compone de dos grupos antropomorfo- en el norte y en el occidente de México con los especia-
emblema y de un personaje de mayor tamaño y con de- listas rituales.
formaciones corporales ubicado al extremo izquierdo
del panel (Figura 7).
Visiones y guerreros: hacia una interpretación de las
El grupo “antropomorfo-emblema” asocia un individuo pinturas
de sexo masculino parado y con los brazos alzados. Lle-
va sobre la cabeza un tocado de dos puntas. De su lado La interpretación de las escenas plasmadas sobre las
derecho aparece un emblema muy claramente represen- paredes rocosas por grupos de los cuales se conoce po-
tado: cuatro líneas horizontales están unidas en su parte co, como lo son los Guamares que ocuparon verosímil-
central por un eje vertical, el cual se prolonga hasta pa- mente la zona durante el Posclásico, lleva problemas
sar la altura de la cabeza del individuo. Sobre este eje metodológicos bien identificados. Sin embargo vamos a
vertical vienen apilados de tres a seis círculos, todos del tratar proponer aquí unas hipótesis sobre el significado
mismo tamaño. de las obras descritas anteriormente apoyándonos en
diferentes trabajos que fueron publicados sobre el tema
El individuo ubicado en el extremo izquierdo del panel y en comparaciones con datos etnográficos.
también parece ser de sexo masculino y lleva un tocado
de dos puntas, estas ultimas representadas en posición Las interpretaciones sobre el arte rupestre de la porción
horizontal y no vertical como en el caso anterior. Tiene centroccidental y septentrional de México siempre se
tres pares de piernas colgadas desde el eje del cuerpo y apoyan en los datos etnohistóricos y etnográficos. En su
los brazos alzados. Una línea curvilínea parece pasar estudio sobre la grafica rupestre en Querétaro, por ejem-
alrededor de su cuello y descansar sobre los brazos. plo, Carlos Viramontes utiliza las fuentes coloniales
Al igual que en el caso del panel central del sitio Cueva escritas sobre las regiones semidesérticas de la franja
de los Soles, este ultimo personaje parece encabezar la septentrional de Mesoamérica, así como comparaciones
ceremonia representada en el panel. La presencia y la etnográficas no solamente con grupos de regiones veci-
morfología de los emblemas llevados por los individuos nas del norte de México, sino también de sociedades de
que participan al rito son evidentemente esenciales para recolectores-cazadores que todavía sobreviven en otras
tratar de interpretar la escena, pero son muy difíciles de regiones semiáridas en el mundo, como los San de Áfri-
identificar con precisión. ca o los Barunga de Australia (Viramontes 2002). En el
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caso del Occidente de México, una larga tradición de zaban danzas alrededor de una fogata o por la ingestión
investigación sobre el arte rupestre se apoya también de plantas alucinógenas. El chaman lograba un estado
sobre comparaciones etnográficas, que se justifican, en de conciencia alterada que le permitía entonces entrar en
este caso, por una continuidad geográfica con el grupo contacto con seres sobrenaturales o ancestros.
huichol y sus vecinos Coras y Mexicaneros. El grupo
Huichol ha, en particular, conservado hasta nuestros Para el norte de México y los grupos de cazadores reco-
días una tradición cultural excepcionalmente rica y lectores se conocen varias plantas y hongos que fueron
además representa uno de los grupos indígenas más empleados para lograr un estado de conciencia alterada;
estudiados de México. En Jalisco y Nayarit las compa- entre los más comunes figuran la datura (Datura stra-
raciones etnográficas empezaron con los trabajos de monium) y el peyote (Lophophora williamsii). Este ulti-
Lumholtz (1981, 1986) y Hrdlicka (1903) y se desarro- ma planta esta todavía empleada por los Huicholes, los
llaron hasta fechas recientes (Deltour-Levie et al. 1993; cuales siguen realizando peregrinaciones anuales en su
Faba 2001; Fauconnier y Faba 2008; Mountjoy 1987). busca que representan eventos rituales sumamente im-
Estos trabajos proponen analogías entre los grafismos portantes en la vida de las comunidades (entre otros
rupestres y la iconografía de las producciones artesana- Neurath 2002). Pero Bernardino de Sahagún (1982
les contemporáneas y, por otra parte, interpretaciones [1540-1585]) precisa que estos cactos estaban también
que se apoyan en los conocimientos sobre la cosmovi- empleados por los chichimecas del siglo XVI como
sión huichol. medicinas y psicótropos. Carlos Viramontes aísla unos
motivos comunes en la grafica rupestre que podrían
Para el norte de Michoacán, desafortunadamente, no formar parte de las visiones del chaman durante el tran-
disponemos de una documentación etnohistórica apro- ce: diversos patrones geométricos podrían aparecer du-
piada y tampoco de datos antropológicos directos así rante la primera etapa del trance, mientras que círculos
que nos proponemos apoyarnos aquí tanto en los traba- franjeados se interpretan como la visión de vórtices y
jos anteriores como en comparaciones con la cosmovi- túneles. Por fin, durante la ultima etapa del trance el
sión huichol. Cabe señalar que no existe una filiación chaman trata de dotar de significado a sus visiones; in-
cultural directa entre los grupos de las dos zonas — aun terpreta las formas geométricas, por ejemplo, las visio-
si los Wixaritari reivindican unos ancestros nes de líneas onduladas están interpretadas como ser-
"chichimecas” — por lo cual trataremos de limitar las pientes, lo que podría explicar la representación de ele-
analogías directas y de utilizar más bien comparaciones mentos figurativos en los paneles pintados (Viramontes
generales en cuanto a la percepción del mundo y a los 2005, 164). De su lado, Leticia Gonzalez explica que el
medios utilizados para entrar en comunicación con los estado de conciencia alterada puede generar visiones de
ancestros. Sin embargo, entre los pocos datos contextua- deformaciones corporales, en particular con un alarga-
les disponibles, sabemos que la costumbre de plasmar miento del cuello y una distorsión de los miembros infe-
elementos importantes de la cosmovisión corresponde riores y superiores (Gonzalez 1992). Estos diferentes
localmente a prácticas que perduraron en el norte de elementos se encuentran en el arte rupestre del norte de
Michoacán hasta la época colonial. De hecho, hemos Michoacán.
observado la presencia de petrograbados representando
iglesias y cruces en un sitio vecino de los estudiados en
este trabajo (Faugère K. 1997). Una vez evangelizados, Las deformaciones corporales en el arte rupestre de
los descendientes de las poblaciones prehispánicas si- Michoacán
guieron así con la práctica de gravar conceptos de la
nueva religión en paredes rocosas y abrigos naturales, Las deformaciones corporales se consideran, así, como
en lugares apartados de los pueblos, de los centros reli- manifestaciones de las visiones y de alteraciones de la
giosos oficiales y de la multitud de los fieles. realidad producidas por el uso de productos alucinó-
genos. En los casos aquí estudiados, estas deformacio-
Las representaciones de “visiones” en el arte rupes- nes se manifiestan sobre todo a nivel de los miembros
tre del norte de México inferiores y superiores y de la cabeza.
Mucho se ha escrito sobre las relaciones entre chama- Deformación de los miembros inferiores y superiores
nismo y arte rupestre en el mundo, y Carlos Viramontes
propuso sobre este tema una síntesis muy completa para Las deformaciones de los miembros son frecuentes y
el norte y occidente de México (Viramontes 2002). Una son también las más fáciles de reconocer: los brazos
de las hipótesis más común para explicar el arte rupestre aparecen como curvilíneos y/o desproporcionados,
de la zona es la que asocia un especialista ritual, muchas mientras que las piernas pueden estar desmultiplicadas.
veces llamado también “chaman”, con actividades te- En el sitio Barranca de los Tecolotes (409), tres pares de
rapéuticas o adivinatorias. Ciertas pinturas rupestres piernas están así representadas sucesivamente. En el
podrían ser el resultado de las visiones obtenidas por el sitio Cueva de los Soles (406) tres piernas están alzadas
chaman y “plasmadas en las paredes rocosas en algún en posición dinámica. En el sitio Cueva de las Pinturas
momento posterior del trance, como recordatorio de la (358), una de las dos piernas esta claramente hipertro-
visiones o como parte del mismo ritual” (Viramontes fiada (n°37). En todos los casos, solamente tres dedos
2005, 160). Las visiones podían ser obtenidas durante aparecen en las extremidades. Se necesita también sub-
rituales que duraban varias horas en los cuales se reali- rayar que los individuos que presentan deformaciones
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Brigitte Faugère — Imágenes de guerreros en el arte rupestre del norte de Michoacán.
Una aproximación a los ritos de los cazadores recolectores del Posclásico
de los miembros muchas veces tienen tocados de doble diantes o pequeños cuadros. La parte frontal esta deco-
puntas, lo que permite suponer que se trata representa- rada en la mayoría de los casos por círculos concéntri-
ciones de especialistas rituales en estado de conciencia cos bi o tricromos, pero existe también un ejemplo con
alterada. una división cuadripartita con un centro claramente
marcado. Menos en un caso, los escudos aparecen siem-
Deformación del cuerpo pre a la izquierda de los antropomorfos, es decir que los
hombres los tenían en su mano derecha. Por extensión,
Aun si es poco frecuente, un tipo de deformación del consideramos que los círculos con rayos periféricos,
cuerpo se podría quizás observar en el sitio Cueva de las pero sin plumas visibles, ubicados a la izquierda de un
Pinturas (358). El grafismo n°34 representa un antropo- individuo se tienen que asimilar a un escudo. El sitio
morfo, aparentemente de sexo masculino, con un alarga- 406 muestra también un ejemplar en el cual el escudo,
miento desproporcionado del cuerpo y la presencia de con plumas colgantes, recubre toda la cabeza.
una pastilla en la parte media. Sin embargo, hay que La decoración de los escudos pone así en énfasis: un
considerar que esta pastilla podría también corresponder centro, dos o tres círculos encajados y un carácter solar.
a un atuendo particular llevado a nivel de la cintura o
del pecho. Los círculos radiantes
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Rock Art in the Americas: Mythologies, Cosmogonies and Rituals
(n°35, 39 y 40). Sin embargo hemos considerado que sentan una síntesis del universo (Kindl 2007). Como
estas figuras no tenían relaciones con el peine tricromo objeto "instrumento para ver" se conforma generalmente
y que podrían pertenecer a una etapa de realización dife- como un artefacto circular o en forma de quinconce con
rente (Faugère K. 1997). un hoyo o un espejo en su parte central que es a la vez
El peine podría consistir en un artefacto fabricado con un artefacto mágico y un "aparato óptico". Este aparato
madera, fibra de maguey, textil o plumas de varios colo- da la clarividencia absoluta que permite a la vez ver el
res. Carlos Viramontes considera, por su parte, que cier- mundo que nos rodea, pero también de comunicar con el
tos pectiformes podrían representar plantas o fitomorfos mundo paralelo de los ancestros. El paso entre los mun-
(Viramontes 2005). Pero se puede también que no sea dos se hace por el hoyo el cual tiene que ser mantenido
un artefacto, sino de un símbolo ligado al ritual. por una dinámica constante.
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Brigitte Faugère — Imágenes de guerreros en el arte rupestre del norte de Michoacán.
Una aproximación a los ritos de los cazadores recolectores del Posclásico
nierika por excelencia. E. Seler considera, de su lado, podrían acercarse a unas de las múltiples acepciones de
que el nierika es la "cara" misma del dios solar (Seler los nierikate entre los Huicholes contemporáneos. Pero
1998). a nivel de las prácticas rituales representadas, podría
significar que los Guamares prehispánicos utilizaban
La utilización del nierika durante ciertas ceremonias durante ciertas ceremonias unos objetos que funciona-
permite percibir el mundo dentro de toda esa compleji- ban como nierikate. Sin embargo, vimos que la utiliza-
dad y de comunicar con los ancestros. Los individuos ción de conceptos polisémicos, como lo es el nierika,
(generalmente los chamanes) entran en el mundo de los pueden darnos más bien orientaciones para acercarnos
ancestros mirando las llamas el hogar central del espa- del significado de las obras, pero que difícilmente per-
cio ceremonial, bailando y gracias a la ingestión de pe- mite proponer interpretaciones directas para cada tipo
yote. Estos momentos son esenciales porque permiten de emblema y, por fin, para definir claramente la natura-
establecer una conexión necesaria para que la vida sea leza y las circunstancias en las cuales las escenas fueron
mantenida, que pone en relación los diferentes elemen- pintadas sobre la roca.
tos del cosmos, los hombres y los ancestros. En este
sentido, el papel del nierika es esencial ya que permite Como hombres modernos, vemos en las pinturas imáge-
el paso de doble sentido de un mundo al otro: de un nes de guerreros, fijados en posición estática, alzando
lado, los ancestros pueden ver por el hoyo central el los brazos hacia el cielo en forma de oración o unos
mundo donde viven los hombres, los cultos y ofrendas emblemas específicos. Vemos que los especialistas ri-
que estos últimos les ofrecen. En el sentido opuesto, los tuales encabezan ceremonias en las cuales participan
hombres pueden comunicar con los ancestros a través principalmente individuos de sexo masculino, con estos
los diferentes niveles del cosmos. emblemas que parecen, a primera vista, directamente
relacionados con actividades guerreras. Pero ¿quienes
La representación de individuos llevando escudos y con son estos guerreros? ¿Se trata de personajes que partici-
la cabeza reemplazada por un círculo radiante en el arte pan a ritos de iniciación utilizando el “don de ver”, o de
rupestre del norte de Michoacán podría referirse a las hombres que iban a salir en expediciones guerreras y
ceremonias durante las cuales se manifestaba el don de que querían asegurarse del apoyo de seres sobrenatura-
ver o el “poder” de ver de algunos miembros del grupo. les? ¿O bien se trata de representaciones de mitos de
Sin embargo, la polisemia del nierika, tal como aparece creación, en los cuales el dios solar tendría un papel
en los estudios etnográficos, permite percibir la dificul- central? ¿Seria posible ver también en la presencia mar-
tad para lograr una interpretación unívoca de las escenas ginal de zoomorfos en los paneles la manifestación de
representadas. Por una parte, la afirmación de la posi- procesos de transformaciones entre cazadores y guerre-
ción clave de los especialistas rituales, de su papel en ros comunes en la cosmovisión de numerosos grupos
ritos de iniciación de los guerreros, de cazadores/ del norte de México? Vemos que el sin numero de pre-
guerreros, o en ritos astrales donde el sol ocupa una guntas que quedan por resolver tocan tanto al significa-
posición central, parece encajar con los conocimientos do de las obras, como a los ritos que se desarrollaban en
generales que se tienen gracias a los textos del inicio de los sitios.
la Conquista sobre los grupos Chichimecas del Posclási-
co. Pero, ¿cuantas más posibilidades de interpretaciones
nos escapan? Podríamos también estar frente a la repre- Los lugares donde se plasmaron estos rituales no fueron
sentación no de escenas que se desarrollaban durante escogidos al azar, sino por sus características en rela-
ciertos periodos del año o que correspondían a etapas ción con un paisaje. Hemos notado que dos de los sitios
estructurantes de la vida de los grupos, sino a la de rela- estudiados aquí se encuentran en las faldas del volcán
tos míticos donde aparecen ancestros guerreros, que más imponente de la zona, el Cerro Zináparo (Figura 8).
podrían revestir la cara del dios solar, o bien dioses que La asociación de las pinturas rupestres con los cerros y
fueron iniciados para tener el don de ver (Neurath su papel dentro de la geografía sagrada de los recolecto-
2002). res cazadores del norte de México ha sido ampliamente
estudiada por C. Viramontes (2002) quien nota que los
sitios de arte rupestre se ubican en lugares privilegiados
A manera de conclusión que quizás marcaban un territorio sagrado. En ese terri-
torio, ciertos cerros aparecen como tan importantes que
Una interpretación única de estos paneles pintados seria podrían haber constituido un axis mundi de los grupos
arriesgada para empezar por la falta de testimonios di- que vivían en sus inmediaciones.
rectos sobre la cosmovisión y sobre los rituales de los
grupos chichimecas Guamares que realizaron las obras. El papel de los sitios rupestres dentro de la geografía
Sin embargo, hemos resaltado que algunos antropomor- sagrada también nos lleva a resaltar la ubicación y la
fos pintados sobre las paredes rocosas parecen represen- orientación de los paneles pintados. Hemos notado que
tar especialistas rituales con tocados específicos y defor- los dos paneles que incluyen en su iconografía numero-
maciones corporales que podrían indicar que están vi- sos círculos concéntricos radiantes, tienen una orienta-
viendo episodios de trance. Las formas circulares repeti- ción similar, ya que están expuestos al noreste, es decir
das varias veces y encajonadas, los escudos o las formas que están ubicados en una posición donde se puede
solares asociados con los personajes que participan a la apreciar con toda amplitud el sol naciente. La posición
ceremonia componen, a su vez, conjuntos de figuras que dominante de las plataformas, el hecho de que los
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Rock Art in the Americas: Mythologies, Cosmogonies and Rituals
paneles están también en posición alta podría significar y Barrancas. México, Centro de Estudios Mexicanos y
que tenían que estar expuestos a los primeros rayos del Centroamericanos - Instituto Nacional Indigenista.
sol. En cambio el panel del sitio Barranca de los Tecolo-
tes (409) esta orientado hacia el noroeste y no presenta Faba Zuleta, P. 2001. El simbolismo de algunos petro-
círculos radiantes. Si la muestra de sitios es todavía de- grabados de Nayarit y Jalisco a la luz de la mitología
masiada escasa para que estas diferencias puedan ser huichola. Tesis de Licenciatura no publicada, Escuela
consideradas como significantes, es posible considerar Nacional de Antropología e Historia, México.
que las ceremonias desarrolladas en los sitios eran
quizás diferentes. Los sitios con paneles expuestos a los Fauconnier, F. y Faba P. 2008. Las Adjuntas: arte rupes-
rayos del sol naciente podrían, por ejemplo, referirse a tre chalchihuiteño y cosmovisión huichola. En C. Bonfi-
ritos en los cuales el chaman “suena la salida del sol que glioli, A. Gutiérrez, M.-A. Hers y M.-E. Olavaria (eds),
vence las tinieblas” (Neurath 2002). Las Vías del Noroeste, II: Propuesta para una perspec-
tiva sistémica e interdisciplinaria, 475-536. México,
En todo caso, los abrigos en los cuales fueron realizadas Instituto de Investigaciones Antropológicas, Universi-
las pinturas fueron escogidos porque fueron lugares que dad Nacional Autónoma de México.
correspondían a necesidades rituales. Las pinturas mar-
can a la vez un lugar específico dentro de un paisaje Faugère K., B. 1991. San Antonio Carupo (centro-norte
sagrado y un testimonio de las ceremonias realizadas. de Michoacán, México): nuevas evidencias de ciertas
Conmemoran los rituales y consagran la función mágica transformaciones en el inicio del Postclásico, Journal de
de los sitios. La morfología de los sitios permite tam- la Société des Américanistes 77, 45-61.
bién imaginar que los ritos desarrollados allí reunían un
pequeño grupo de personas, que se hacia una fogata, Faugère K., B. 1996. Entre Zacapu y Río Lerma: cultu-
que los hombres bailaban, cantaban relatos míticos o ras en una zona fronteriza. Cuadernos de Estudios Mi-
mitotes. Quizás también, podemos imaginar que las choacanos 7. México, Centro de Estudios Mexicanos y
ceremonias se acompañaban de ayunos o que se hacían Centroamericanos.
una cierta forma de auto sacrificios para entrar en con-
tacto con los ancestros. El uso de plantas psicotrópicas Faugère K., B. 1997. Las representaciones rupestres del
por el especialista ritual y en ciertas circunstancias por centro-norte de Michoacán. Cuadernos de Estudios Mi-
todos los presentes facilitaba tal comunicación con los choacanos 8. México DF, Centro de Estudios Mexica-
ancestros. Los sitios funcionaban así como zonas de nos y Centroamericanos
paso entre diferentes estratos del universo, como los
lugares sagrados donde, en muy diversas oportunidades, Faugère K., B. 2003. Fechamiento de pinturas rupestres
se podía cumplir con obligaciones rituales para asegurar en el norte de Michoacán. Arqueología Mexicana XI
la sobre vivencia del grupo y la permanencia del mundo. (64), 14.
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Brigitte Faugère — Imágenes de guerreros en el arte rupestre del norte de Michoacán.
Una aproximación a los ritos de los cazadores recolectores del Posclásico
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Figura 1. Ubicación de la zona estudiada.
Location of the studied zone.
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Figura 3. Cueva de las pinturas: panel central.
Cave of the paintings: central panel.
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Figura 5. Dibujo del panel central de la Cueva de los Soles (406), con los grupos “antropomorfo-emblema”.
Drawing of the central panel of the Cave of the Suns (406).
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Figure 7. Dibujo del panel de la Barranca de los Tecolotes (409), con los grupos “antropomorfo-emblema”.
Drawing of the Barranca de los Tecolotes panel (409), with the groups “anthropomorphic figures-emblem”.
Figura 8. Fotografía del Cerro Zináparo. En el segundo plano, la falda donde se encuentran los sitios con pinturas.
Photograph of the Cerro Zináparo. At the second level, the slope where are the sites with paintings.
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