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TEATRO
CRÓNICA
SICA r e s e ña s

Un libro muy la obra de Carlos Vives y La Provincia.


Allí los autores analizan ese impor-
por criterios de programación, modas
y contextos socioculturales, reciben
importante para tante –y exitoso– proyecto de reelabo- la música y la reelaboran de acuerdo
la musicología ración de la música colombiana que, a
la vez, desarrolló un “mitopaisaje” de-
con sus miradas particulares. También
aborda temas específicos de la obra de
en Colombia nominado “La Tierra del olvido”, un Vives, contextualizados en perspecti-
complejo poético donde lo tradicional vas más amplias y complejas.
Travesías por la tierra y lo moderno, el pasado y el presente, Por ejemplo, el libro deja en claro
del olvido: modernidad y lo local y lo global, lo rural y lo urbano que el famoso álbum Clásicos de la
colombianidad en la música de se mezclan, al menos aparentemente, Provincia (1993) fue en realidad un
Carlos Vives y La Provincia de una manera feliz y poco conflictiva. juicioso trabajo de producción que no
Varios autores Los autores emprendieron una llenó al vallenato de guitarras eléc-
Editorial Pontificia Universidad juiciosa investigación que abordó tricas y baterías, como se ha creído,
Javeriana, Bogotá, 2014, 436 págs., il. numerosas fuentes, con entrevistas a sino que adoptó estándares de otro
músicos (incluido Vives), productores, tipo de músicas, como el rock. Y el
Entre las publicaciones que –en- locutores y periodistas; una amplia resultado de fue hacerlo sonar más
horabuena– se han publicado en los revisión de prensa y un minucioso “internacional”. También describe el
últimos años sobre músicas tradicio- abordaje de trabajos académicos, rico proceso creativo del álbum La
nales y populares de Colombia, vale para desarrollar una descripción y un Tierra del Olvido (1995), momento en
la pena destacar la colección Culturas análisis de las relaciones complejas el que la banda ya estaba consolidada y
Musicales en Colombia, de la Edito- que se dieron entre los diferentes ele- se tuvieron márgenes de libertad poco
rial Pontificia Universidad Javeriana. mentos involucrados en la obra –y el comunes para la música comercial.
Contiene investigaciones que van des- discurso– de este artista. Pero el libro Posteriormente, menciona lo ocurrido
de Las músicas y prácticas sonoras en el no es la biografía de Vives o de sus mú- con álbumes que no tuvieron el éxito
Pacífico Afrocolombiano (2010), Muje- sicos, sino un detallado análisis de la esperado (Tengo fe, de 1997, y el Rock
res en la música en Colombia (2012) o música contemporánea en Colombia, de mi pueblo, de 2004); la llegada de
El libro de las gaitas largas. Tradición los contextos históricos de producción Vives al imperio de Emilio Estefan
de los Montes de María (2013), hasta –nacionales e internacionales– y las para lograr un sonido más “comer-
Arpa llanera y su tradición en el Torneo relaciones sociales que se establecen cial”, con álbumes como El amor de mi
Internacional del Joropo (2016). En to- en torno a la creación artística desde tierra (1999) y Déjame entrar (2001);
das ellas, la musicología y las ciencias las dimensiones estéticas, la orga- los años por fuera de la industria
sociales se retroalimentan por medio nización y los hechos impredecibles comercial (en los que, incluso, grabó
de textos bien documentados, sencillos que inevitablemente se presentan en Clásicos de la provincia 2, de 2009, con
de abordar y con agudas –y necesarias– cualquier creación. grandes ventas, pero poca repercusión
posturas críticas. El texto presenta secciones y capítu- mediática) y el exitoso regreso, de la
De esa colección hace parte tam- los en los que se habla de los conceptos mano de Sony Music, a los primeros
bién el libro Travesías por la tierra fundamentales utilizados, el contexto lugares de popularidad.
del olvido: modernidad y colombia- en el que se desarrolla la obra del El estudio también se refiere a la
nidad en la música de Carlos Vives artista, la metodología para hacer la influencia que el proyecto de Carlos
y La Provincia, de Manuel Sevilla, investigación, los aspectos sonoros, Vives y La Provincia tuvo en artistas
Carlos Eduardo  Cataño Arango y líricos, visuales y de puesta en esce- posteriores. Se refiere principalmente
Juan Sebastián Ochoa, profesores de na que caracterizaron a Vives y La a dos corrientes que surgieron en el
la Pontificia Universidad Javeriana, Provincia; la programación –con sus nuevo siglo: el tropipop y las llamadas
de Cali, y Carolina Santamaría-Del- criterios, muchas veces cuestionables– Nuevas Músicas Colombianas. En el
gado, profesora de la Universidad de de la radio juvenil, los parámetros caso del tropipop, el documento es
Antioquia. El trabajo obtuvo en 2015 “globales” de grabación y difusión, bastante crítico, pues afirma que
el premio Alejandro Ángel Escobar en entre otros elementos. este simplificó los patrones rítmicos
la categoría Ciencias Sociales y Huma- Cada capítulo empieza con peque- y melódicos de Vives cuando trató
nas, cuestión, por cierto, poco común, ños relatos que son, en cierta forma, de imitar su sonido, pero no tomó
por lo menos en Colombia, para un cuentos sin ficción y útiles para in- en cuenta su concepto. Por el con-
estudio que tiene como eje la música. troducir, con otro tono, los temas a trario, en el caso de las denominadas
Escrito con un lenguaje ameno y exponer. Eso demuestra un trabajo “Nuevas Músicas Colombianas” (un
sencillo, el libro analiza los procesos muy cuidadoso para la estructuración término que muchos no comparten,
que involucran la música popular y del libro. pues estandariza a un gran número
utiliza para ello numerosas referen- De esta manera, el texto pone en de propuestas), el texto es mucho
cias académicas que pasan por la discusión diferentes temas que carac- más generoso al afirmar que se tomó
sociología, la historia, la musicología terizan el desarrollo de propuestas el concepto de Vives, aunque no su
y la comunicación. Así, da cuenta de culturales en Colombia, desde la idea sonido, pues si bien hubo algunas
la enorme complejidad de la creación, misma del propio artista, hasta las similitudes, estas no fueron necesa-
producción, difusión y apropiación de formas en que los oyentes, influidos riamente estéticas.

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TEATRO TEATRO
MÚ SICA
En este mismo contexto, los autores Binomio de Oro en temas como “Ba-
problematizan los conceptos de moder- rranquillera” (1985) y “La Candelosa”
nidad y globalización. Señalan que la (1996), entre otros.
masificación y la popularización de la Independientemente de esos míni-
música pueden producir novedades, mos detalles, Travesías por la tierra del
pero a la vez, generan estandariza- olvido: modernidad y colombianidad
ciones y eso hace que las diferencias en la música de Carlos  Vives y La
aceptables se homogenicen y las no Provincia es un trabajo que debería
aceptables se borren. De hecho, los convertirse en un punto de referencia
autores afirman que Vives también se para las nuevas investigaciones que
estandarizó, pues en los últimos años se hagan sobre la música popular en
sus álbumes pretendieron irse por el Colombia o, incluso, sobre otras ma-
camino seguro, ya que la innovación nifestaciones artísticas. De hecho, el
podría ser un riesgo innecesario. Asi- libro puede ser interesante, aun para
mismo, los autores cuestionan la au- quienes no gustan de la obra de Vives,
sencia de una mirada crítica en la obra pues, como dicen sus autores, se trata
de este artista, pues ese mitopaisaje de de un libro escrito con la cabeza y con
La tierra del olvido –y esa perspectiva el corazón, algo que se siente con cre-
de “colombianidad” – enfatizan en lo ces y que muchas veces se extraña en
“positivo” del país, pero no se detienen muchos de los trabajos académicos y
en lo “negativo”, es decir, en la violen- no académicos.
cia, la desigualdad socioeconómica, el
desplazamiento, los grupos armados o Petrit Baquero
la inseguridad, todas estas realidades
inocultables. Ante esta situación, los
autores señalan que aquella postura fue
clave para que la música de Vives fue-
ra patrocinada por los conglomerados
económicos y pudiera hacer parte del
mainstream mediático a escala global.
No obstante esos elementos crí-
ticos, presentes a lo largo del texto,
los autores describen y analizan una
propuesta artística que transformó, en
parte por su gran éxito comercial, la
música colombiana. En este escenario,
el texto demuestra que es posible es-
tudiar la música popular con seriedad,
por medio de trabajos que utilizan tan-
to las referencias académicas, como las
de la cultura popular, con un lenguaje
sencillo, pero al mismo tiempo profun-
do en sus análisis y referencias.
Hay que mencionar, sin embargo,
un par de imprecisiones. Los auto-
res confunden a Pete “el Conde”
Rodríguez, cantante puertorriqueño
afincado en Nueva York, con Pete
Rodríguez, pianista nacido en Nueva
York, famoso por su boogaloo “Micae-
la”. La confusión deja ver que, tal vez,
los autores del libro no son tan duchos
en la salsa como en otras músicas. De
otra parte, el texto se afirma que el
bombo electrónico utilizado en “La
gota fría” (1993) fue una innovación
para el vallenato hecha, con algo de
suerte, por el productor Eduardo de
Narváez, pero no menciona que este
ya era utilizado por grupos como el

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