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INTRODUCCION
Se han preparado estos apuntes para la examinación final. Los que permiten hacer
un recorrido de los principales explorados. Dado que el curso inicialmente abordó
elementos de la comprensión que distingue los orígenes históricos de los más relevantes
fundamentos ético – filosóficos, así como las aspiraciones, tensiones y problemas del
carácter progresivo y regresivo dado a los DDHH, discutiendo acerca de su
conceptualización en relación al poder, de las relaciones sociales y la inexigibilidad desde
el quehacer de los distintos actores sociales, se deben tener en mente las lecturas vistas en
relación a Kant, Marx y Schmidt.
Luego, se aborda críticamente la complejidad de los derechos humanos: las normas,
los actores y las instituciones que desempeñan un papel en la protección de los derechos
humanos desde la perspectiva de la pretensión Universalista para pasar a la Legalización e
Institucionalización.
Posterior a ello, para ejemplificar en un caso concreto la institucionalización, se
aborda el sistema interamericano. De hecho, el curso incluye aspectos discutibles de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Entre otros, como las teorías de los DDHH, la
complejidad de los DDHH como derechos, el contexto de la globalización, de sus
fundamentos, de la cultura y su realidad moral. En específico, los DDHH, la
interculturalidad y la racionalidad de la resistencia para abordar la perspectiva de la
conflictividad social, entre otras.
Pero el curso incluye la discusión de los fundamentos conceptuales de los derechos
humanos en relación al incumplimiento de los derechos humanos desde la perspectiva de
teorías de las relaciones y el derecho internacional; desde donde se discuten temas
controvertidos en la legislación comparada de derechos humanos, como la pena de muerte,
los derechos a la salud y la educación; mecanismos internacionales, regionales y nacionales
para la interpretación, implementación y cumplimiento de los derechos humanos
(particularmente dentro de los sistemas regionales de protección de derechos, incluidos
procedimientos internacionales de denuncia, procesos de reporte periódicos, procedimientos
de supervisión y revisión, tácticas reputacionales de escarnio y vergüenza, uso de
indicadores y metodologías de evaluación comparativa, y otras herramientas basadas en
incentivos diseñadas para modificar el comportamiento de los actores estatales y no
estatales); y doctrinas especializadas de interpretación cuando los derechos humanos entran
en conflicto.
Luego, se debe observar si hay puntos de contacto entre el derecho internacional
y el derecho interno con relación a los derechos humanos. Lo que se abordará
brevemente desde la perspectiva del caso chileno entre las problemáticas prácticas
asociadas a las relaciones de derechos: los conflictos y aplicación de ambos ordenes
jurídicos y la jerarquía normativa. De esta manera se observará la interrelación entre el
Derecho Internacional y el Derecho Nacional y como se da valor jurídico del Derecho
Internacional en el orden interno. También se observará el proceso para la incorporación
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de octubre, algo que pudo ser (sin ser causal) un antecedente de las Naciones unidas.
Por otro lado, esto da paso a otro paralelismo histórico que se encarna en dos personajes
políticos, uno kantiano y otro marxista, Lennin y Wilson. Cada uno de ellos representa
una propuesta de carácter y empuje universal que son antagónicas, y están encarnadas
en la UURS y EEUU. Ahora lo importante es entender cuál es el papel que juega
la violencia en toda esta lucha cuya escena es la historia universal y que cercena o
castra pretensiones universalistas dado que aquí está el origen de los modernos
derechos humanos. Es decir, se presentan como una reacción desde la experiencia
histórica del liberalismo, no solo en contra de la omnímoda potestad de los estados
frente a los individuos particulares que había llegado a su apoteosis con el fascismo y
nazismo, sino también en contra del programa revolucionario del marxismo-leninismo
encarnado por la UURS. Dicho en otras palabras, el fascismo, que es el ala más radical
del anticomunismo liberal, se expresa y se debe advertir si al expresarse conquisto a los
derechos humanos modernos como un reflejo de su violencia). Esta se va articulando a
nivel de una demostración teórica y a nivel histórico.
Kant expone una premisa en donde la estructura institucional supranacional podría
ser capaz de hacer la paz mundial. La idea de paz perpetua e universal sería resultado de
la capacidad de piezas institucionales de alterar los intereses estatales. Sin embargo,
Hegel parece (sin refutar) en la "dialéctica del amo y el esclavo" tensionar aquella
posibilidad de paz en la medida que los esclavos deban liberan una guerra abolicionista
para arrebatar su libertad al amo. Acabada la esclavitud, aún la posibilidad de paz
universal parece no emerger, principalmente cuando frente a la revolución industrial
Marx teoriza que la emancipación del hombre, cuya idea se proclamó por vez primera
en la revolución francesa, no se ha alcanzado aún, pues la esclavitud se ha transformado
en opresión alienante, en la explotación del hombre por el hombre en el moderno
sistema capitalista mundial, y si antes teníamos amo y esclavo, ahora tenemos
burgueses y proletarios.
Por lo tanto, en un segundo momento desde la dialéctica del amo y el esclavo en
Hegel, se hace una exposición de la doctrina de Kant sobre la paz perpetúa que seguida
de la exposición del concepto de lucha de clases en Marx permite a los estudiantes estar
en condiciones de enfrentar el universalismo del ciudadano en Kant v/s el
universalismo del proletariado en Marx. De esa manera entender el surgimiento de la
democracia en América dentro de un momento en cual se abre un proceso histórico que
culminará con la hegemonía del capital a nivel mundial, liderada por EEUU y la
revolución rusa por otra parte. Aquí es importante entender la discusión de los
programas políticos de Wilson versus Lenin y Wilson como dos programas políticos de
alcance universal que luego se expresan en EEUU y la URSS en la lucha por la
hegemonía mundial, pero sin olvidar la relación que se da a la revolución de octubre y
la teoría bolchevique del estado socialista. El mundo se divide en bandos ideológicos,
por tanto, el anticomunismo natural del capital se deshace de la democracia para dar
origen al fascismo, movimiento anti-bolchevique radical. El bolchevismo y el fascismo
entran en abierta pugna. A pesar de que era la URSS la que pretendía emprender una
lucha contra el capital y las democracias occidentales, no Alemania, se unieron contra
Alemania, tal vez, como dijo Churchill "si Hitler invadiera el infierno, no tendría duda
en hablar bien del mismo diablo." Por lo tanto, no era una decisión de principios y
moral, sino de orden material y geopolítico. Inglaterra y Francia vieron en Alemania un
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poder mayor que el de Rusia. Por lo que se vieron amenazados por la intromisión de
una Alemania Imperial al centro de Europa, que pusiera en riesgo su estatus de potencia
y sus dominios coloniales.
Por lo mismo se aborda el surgimiento del Tercer Reich como una alternativa de
dominación, y se observa el decisionismo y justificación del régimen Nazi. Desde
donde se abre una mirada a C. Schmitt; a la violencia política, que permita hacer la
diferencia sustancial entre Stalin y Hitler, la clase y la raza; la segunda guerra mundial y
el hartazgo de la violencia; la bomba atómica y el comienzo de la guerra fría hasta
llegar a la creación de la Asamblea general de naciones unidas como instrumento
hegemónico de EEUU y la proclamación de los derechos humanos. Para finalizar con
entender lo que significó una débil pretensión de universalidad de los derechos
humanos.
De hecho, luego que el marxismo vence al fascismo se vuelve a la dinámica
histórica, es decir, dos bandos ideológicos clásicos en tensión, es decir, comunistas y
liberales que se disputarán entonces el dominio de la escena mundial. Escenario donde
la imposibilidad de una paz perpetua se extiende. La ONU, como antigua propuesta de
Kant, podría ser entendida como instrumento de diálogo entra Naciones alineadas no
alineadas y neutrales. Sin embargo, los proyectos de las dos grandes potencias se
excluían mutuamente y estaban en realidad, materialmente en guerra. Una guerra fría,
no abierta solo porque los poderosos arcángeles de la paz, con fuerza nuclear para
destruir el mundo unos cientos de veces le fijaban a la guerra unos márgenes tales que
esta había de darse fuera de la vista de estos poderosos seres. Llegado el 48 se hace la
"declaración universal de los derechos humanos," pero, qué fin y función y sobretodo
que pretensión de universalidad podían tener tales derechos en un mundo en guerra, si
el antecedente de aquello había sido la de un tratado de asistencia recíproca para la
seguridad colectiva y combatir la agresión global y el conflicto en la posguerra,
precisamente para América Latina. Con ello, se da un escenario donde ambas potencias
con fines estratégicos diversos hacen de los derechos humanos inoperantes. Estos temas
permitirán a los estudiantes estar preparados para abordar más en profundidad en el
futuro lo que implica la guerra fría en Latinoamérica, la lucha revolucionaria en
Latinoamérica y la posición ambigua ante los derechos humanos y la democracia,
Guevarismo y Allendismo. Entender cómo se pensó el rol del guerrillero y su proyecto
revolucionario emancipador, todo desde una interpretación desde la teoría del partisano
de C. Schmitt y el surgimiento de un nuevo tipo de enemigo. Para que se pueda criticar
acerca de la arremetida de EEUU, demostración histórica de su compromiso
instrumental con los derechos humanos y la democracia. La cuestión de la batalla final
por la paz. Y ver como todo ello se expresa en la crisis de los misiles, Castro contra
Kruschov. El fin de la Guerra fría. El surgimiento de una Izquierda sin la URSS, caída
de las dictaduras, comienzo de la aplicación de los derechos humanos y la lucha por la
democracia como un programa ideológico nuevo para una izquierda derrotada en el
escenario de la historia. El surgimiento de Hugo Chávez. Despotenciación de la
democracia y los derechos humanos, como ideario ideológico de la izquierda
latinoamericana. La posibilidad de ideario o proyecto de derechos humanos en la
izquierda parece castrarse sin Allende.
Por lo anterior se revisan entre los conceptos teóricos, comprensiones en relación a:
Kant y la posibilidad de una concordia universal; Hegel y la dialéctica del amo y el
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caso específico, la Corte no puede intervenir. Al menos en teoría, existe total libertad para
que los miembros de la OEA ratifiquen la Convención Americana, para reconocer o
rechazar la competencia / jurisdicción opcional de la Corte.
Los procedimientos ordenados por la Convención facultan a la Corte para garantizar
el cumplimiento del Estado con los derechos establecidos en el instrumento y en la Carta de
la OEA. El Tribunal es responsable de supervisar esta aplicación por los Estados partes.
Para hacerlo, se concede al Tribunal la función adjudicatoria. Esta función es el mecanismo
mediante el cual el Tribunal determina si un Estado ha incurrido en responsabilidad
internacional por haber violado alguno de los derechos estipulados en el Convenio u otros
tratados de derechos humanos aplicables. Los juicios de la ICHR describen el significado y
el alcance de los derechos humanos, las obligaciones del Estado y las reglamentaciones
procesales y probatorias. Los Estados Partes en la Convención, que han aceptado la
jurisdicción de la Corte y la Comisión (cuando no se han cumplido sus recomendaciones
sobre la responsabilidad internacional de los Estados por violaciones de DD.HH.) tienen
derecho a someter un caso a la Corte, de conformidad con el Artículo 61 (1) de la
Convención. Individuos como Víctimas y Representantes, grupos de personas u
organizaciones que alegan violaciones de la Convención no tenían un recurso directo a la
ICHR; primero deben presentar su petición a la Comisión y seguir el procedimiento para
los casos ante la Comisión, ahora es distinto porque hay más apertura a la individualidad.
Durante treinta y dos años, el ladrido de este perro guardián (ICHR) fue mucho más
"grande que su mordedura" ya que a veces parecía que "no estaba dispuesto o no podía
detener el abuso generalizado de derechos humanos en la región." Algunos sugieren que
desde 1965 la autoridad de la Comisión en los casos de violaciones de los derechos
humanos, que siempre interviene antes de que la Corte conozca un caso, han
impedido/retrasado la adopción de medidas más enérgicas por parte de la Corte. Desde
2002, la Comisión ha revisado más de 10,234 peticiones, mientras que la Corte solo recibió
154 de estas.
La Corte dictaminó que su primer caso era inadmisible, es el caso Viviana Gallardo
Costa Rica (1983), por lo que solo hasta 1988 en el caso Velásquez Rodríguez (Honduras)
la Corte dictaminó un fallo sobre el fondo. La Corte emite sentencias sobre el fondo de los
asuntos, pero también sobre reparaciones y costas y sentencias de supervisión de
cumplimiento. El setenta por ciento de los casos de la Corte incluyen denuncias de
ejecución extrajudicial, tortura, detención ilegal, privación de libertad y juicio injusto y
sentencia.
Dado que el Tribunal también es responsable de supervisar la implementación de
sus sentencias por los Estados partes y las sentencias de la Corte pueden incluir
reparaciones múltiples ordenadas por la Corte, en consecuencia, la determinación de si un
Estado ha cumplido la sentencia es una facultad perteneciente exclusivamente a la Corte.
Cuando un Estado cumple con los deberes que emanan de estas reparaciones, la Corte
declara que los Estados tienen pleno cumplimiento de las reparaciones individuales y cierra
el caso declarando el pleno cumplimiento de todas las reparaciones. Los casos que
permanecen abiertos más allá de los plazos iniciales dados por el Tribunal se consideran en
incumplimiento. Se dice que estos casos "se encuentran en la etapa de supervisión del
cumplimiento". Esta fase de cumplimiento de seguimiento con los fallos se denomina
"proceso de supervisión".
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En 1999, el Tribunal aclara que, como órgano con funciones jurisdiccionales, tiene
la autoridad inherente para determinar el alcance de su jurisdicción (es decir, compétence
de la compétence / Kompetenz-Kompetenz). En 2002, el estado de Panamá acusó a la Corte
de "extender unilateralmente su función jurisdiccional para crear una función de
supervisión." También se acusó a la Corte de "interpretar su propio juicio", lo que
constituye una "etapa posterior a la sentencia" [...]; [que] no cayó dentro del ámbito judicial
de la Corte, sino estrictamente dentro del ámbito político de la Asamblea General de la
OEA. "El 28 de noviembre de 2003, a través de su primera Sentencia sobre Competencia,
la Corte" rechaza como inadmisible el cuestionamiento por el Estado de la competencia de
la Corte para monitorear el cumplimiento de sus fallos "porque su autoridad para
monitorear las sentencias se basaba en promover" la efectividad de las decisiones sobre
reparaciones ". Asimismo, la Corte aclaró su competencia" inherente y no discrecional para
monitorear el cumplimiento y reportar el incumplimiento a la Asamblea General. Del
mismo modo, la Corte también explicó su competencia para exigir a los Estados que hayan
sido declarados internacionalmente responsables de informar periódicamente sobre el
cumplimiento de conformidad con diversos preceptos. Tales como el Artículo de la
Convención, los Estatutos de la Corte y la Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados.
La Corte también considera que, como "intérprete máximo de la Convención", es
competente para emitir interpretaciones de todas sus disposiciones, incluso las de carácter
procesal, con plena autoridad. En 2009, el Tribunal aprobó por unanimidad los
fundamentos jurídicos de la competencia del CIDH para supervisar el cumplimiento de sus
sentencias a través del artículo 69 del Reglamento. El Tribunal considera que su facultad
para crear reglas también se mantiene explícita en el ejercicio de su función de
asesoramiento que presupone la aceptación del derecho de la Corte a decidir sobre el
alcance de su jurisdicción. El artículo 64.1 de la Convención otorga a la Corte competencia
para resolver la solicitud de opinión consultiva sobre la interpretación de la Convención u
otros tratados relativos a la protección de los derechos humanos en los Estados de las
Américas. Esta función es "un servicio" mediante el cual la Corte proporciona a todos los
miembros del sistema interamericano de derechos humanos "interpretaciones y aclaraciones
sobre el significado y el propósito de las disposiciones de la ley internacional de derechos
humanos".
De hecho, la Corte no tiene un mecanismo formal y efectivo para hacer cumplir sus
fallos. La Convención solo establece que la Corte presentará su informe anual a la
Asamblea General de la OEA. Cuando el Tribunal presenta recomendaciones a la
Asamblea General sobre los casos en que los Estados no cumplen, la Asamblea General
está facultada para examinar el caso y adoptar medidas políticas contra el Estado. Sin
embargo, la presión política para cumplir con las sentencias de la Corte no se ha
materializado, ya que la Asamblea General no se ha pronunciado sobre ninguno de los
informes de incumplimiento de la Corte. El Informe Anual de la Corte no está incluido en
la agenda de la Asamblea General. El Consejo Permanente -el cuerpo político integrado por
embajadores de la OEA- recibe el informe y controla la agenda de la Asamblea General, lo
que impide el debate político. Como observó Cavallaro, la OEA no hace eco de los
requisitos de la Corte. Es razonable decir que "la Corte no cuenta con un fuerte respaldo
político de la OEA". Sin ese apoyo, la ICHR no tiene el poder para exigir el cumplimiento.
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controversial, han sido criticadas e ignoradas, sin embargo, muchos de los cambios sociales
y políticos han surgido de la afirmación de que los seres humanos tienen ciertos derechos
fundamentales que los ordenamientos jurídicos deben proteger, afirmación que han hecho
suya los actores de todo el mundo, sin embargo, la efectividad del régimen internacional de
los derechos humanos parece no ser tan cierto al medir el cumplimiento real de sus normas
y sentencias. Así lo demuestra la baja tasa de cumplimiento de las sentencias dictadas por la
Corte Interamericana de Derecho Humanos. Bajo este entendimiento, las principales
teorías de cumplimiento existentes en las relaciones internacionales parecen desafiadas al
desatender a las organizaciones o institucionales internacionales en las mediciones de la
eficacia de los regímenes internacionales. Específicamente, las teorías de las relaciones
internacionales no tienen en cuenta sistemáticamente la capacidad de
las Cortes internacionales para ejercer algún poder independiente del poder del Estado,
tampoco las investigaciones han escudriñado en cómo las Cortes
internacionales puede motivar o desafiar las preferencias de los Estados, ni como
aquello afectaría al régimen internacional de los derechos humanos en términos de
cumplimiento/incumplimiento.
Cada una de las principales teorías de las relaciones internacionales, dícese,
del realismo, institucionalismo, liberalismo y constructivismo aborda características del
incumplimiento. Y, aunque las teorías no siempre son incompatibles, incluso cuando se
toman de manera acumulativa, dejan algunos vacíos en nuestro entendimiento sobre la
eficacia de los regímenes internacionales en términos de cumplimiento/incumplimiento. El
realismo y el institucionalismo se centran en los Estados y las relaciones interestatales.
Dado que el ejercicio de poder de la Corte no puede ser acomodado en el escenario en el cual
son los Estados los que ejercen su poder material para afectar el cumplimiento, el papel de
las Cortes internacionales y su capacidad para influir en las relaciones internacionales se
subestima. De manera similar, el liberalismo y el constructivismo reconocen la posible
influencia de las Cortes internacionales en la política nacional e internacional, pero no
asignan poder material a otras partes del sistema internacional que no sean los Estados, con
lo cual poco se dice respecto de la eficacia de los regímenes internacionales en términos de
cumplimiento/incumplimiento.
Las teorías del derecho internacional, dícese de la legitimidad, de la
gestión, del cumplimiento y la teoría de los procesos legales transnacionales se centran en el
poder persuasivo de las normas. Aunque estas teorías reconocen que las organizaciones o
instituciones internacionales son el foro para la articulación y aplicación de normas, no
reconocen plenamente que los Estados puedan ser inducidos hacia el cumplimiento a través
de la acción de una institución internacional (por ejemplo, participación o presión) de las
Cortes internacionales. Las cuatro teorías del derecho internacional reconocen a las Cortes
internacionales como un "actor motivado por normas” y le asignan algunas
tácticas/estrategias para aumentar la probabilidad de que sus sentencias sean observadas. La
Corte puede actuar estratégicamente porque el incumplimiento es costoso para el sistema y
su "posición [dentro del] sistema." Sin embargo, las teorías del derecho internacional limitan
los poderes de las Cortes internacionales para justificar sus decisiones y ganar un papel en
las acciones del Estado a través del discurso y la persuasión, algunas veces a través o con los
poderes del Estado o del Sistema. Las teorías del derecho internacional, entonces,
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solo reconocen, hasta cierto punto, que la Corte interactúa con los Estados y el sistema, pero
a costa de limitar su poder en esas interacciones.
En los últimos veinte años, la literatura sobre la eficacia de los regímenes
internacionales ha demostrado la existencia de un vacío entre las teorías de cumplimiento
basadas en las relaciones internacionales y las del derecho internacional respecto a si las
Cortes internacionales y sus sentencias como parte de un régimen son eficaces, el vació surge
a propósito de que las teorías de las relaciones internacionales enfatizan en los intereses
estatales mientras que las del derecho internacional no toman en consideración la plena
capacidad de las Cortes internacionales para influir en el cumplimiento. Dado que la atención
prestada hasta ahora, ha sido: escasa, aislada y reciente especialmente para la realidad de las
sentencias internacionales del régimen internacional regional de los derechos humanos en
América Latina, que aún no son objeto de estudios sistemáticos, se abordará esta realidad
como una evidencia para determinar cómo las teorías de las relaciones internacionales y del
derecho internacional podrían explicar el problema de la eficacia del régimen internacional
de los derechos humanos.
Se evalúan las teorías aludidas a la luz de los casos de la Corte Interamericana de
derechos humanos, por ello se deberá primero revisar las hipótesis que cada teoría
aplicaría a los casos en cuestión para evaluar el problema de la efectividad y luego explorar
hasta qué punto esas hipótesis explican los eventos en el régimen internacional de los
derechos humanos. e los Estados y la eficacia del régimen internacional de los derechos
humanos.
leyes) se basan en las preferencias de los actores no estatales (por ejemplo, individuos,
partes privadas) y el sistema internacional.
Cuando se concibe al Estado como una multiplicidad de actores, las normas y
juicios internacionales ejercen un impacto sobre los intereses del Estado como incentivos.
Los eruditos afirman que los Estados liberales se basan en las normas internacionales en
sus relaciones internacionales, y en el juicio internacional de la Corte para resolver disputas
internacionales, al menos en sus relaciones con otros Estados liberales. La teoría liberal
republicana de Moravcsik sugiere que el cumplimiento de los regímenes de RH cambia el
comportamiento en las naciones liberales. Esto explicaría por qué los Liberales asumen -y
tal vez tienen razón- que "el cumplimiento del Sistema Europeo de RR.HH. (en gran parte
por las democracias liberales) es más fuerte que con el desarrollo del Sistema de RH [como
el Interamericano], que aborda una colección de Estados [liberales] democráticos y [ex]
autoritarios ".
Utilizando el modelo internacionalista liberal de las relaciones jurídicas
transnacionales, los Tribunales han asegurado que RR.HH. incorpore las normas y los
juicios internacionales en el sistema jurídico nacional. Según Slaugther, los tribunales
pueden tener un mayor impacto a largo plazo en la fortaleza del sistema judicial nacional.
Sin embargo, solo influyen en el comportamiento del Estado cuando el cumplimiento se ha
convertido en una preferencia. Si el cumplimiento resulta ser, por alguna razón, la
preferencia de un Estado, puede parecer que la institución está influyendo en el Estado,
pero como Goldsmith y otros han argumentado, esta apariencia es ilusoria. Por lo tanto, el
liberalismo reconoce la presencia de Tribunales internacionales en la política internacional,
pero descuida el poder directo de la Corte porque el impacto de cualquier actor se filtra a
través de las preferencias del Estado.
DI tiene pocos mecanismos para considerar las preferencias del Estado. Por lo tanto,
en ausencia de procesos para respaldar las normas y los juicios, DI tiene una mínima
posibilidad de conectar instituciones nacionales e internacionales y de promover el
cumplimiento.
Como Hathaway afirma, bajo este punto de vista, "las decisiones estatales en el
ámbito internacional [requieren] la comprensión de la política interna que las sustenta".
Para ilustrar, en el caso de Hilaire, Constantine y Benjamin et al. v. Trinidad y Tobago:
vemos que a pesar de las reservas de Trinidad y Tobago con respecto a la aplicación de la
pena capital en el momento de la ratificación de la Convención Americana, la sentencia de
ICHR ordenó al Estado abstenerse de ejecuciones. Trinidad y Tobago impugnó la orden
citando un proceso legal interno que impidió el cumplimiento de algunas reparaciones
ordenadas en este caso. La sentencia fue incompatible con el sistema jurídico del Estado al
especificar el cese de la pena capital en lugar de la facultad discrecional de indulto
disponible en la legislación del Estado infractor Como Hathaway afirma, bajo este punto de
vista, "las decisiones estatales en el ámbito internacional [demanda] la comprensión de la
política interna que las sustenta". Para ilustrar, en caso de Hilaire, Constantine y Benjamin
et al. v. Trinidad y Tobago: vista que a pesar de las reservas de Trinidad y Tobago con
respecto a la aplicación de la pena capital en el momento de la ratificación de la
Convención Americana, la sentencia de la Corte IDH ordenó al Estado abstenerse de
ejecuciones. Trinidad y Tobago impugnó la orden citando un proceso legal interno que
impidió el cumplimiento de algunas reparaciones ordenadas en este caso. La sentencia fue
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incompatible con el sistema jurídico del Estado al especificar el costo de la pena capital en
el lugar de la facultad discrecional de indulto disponible en la legislación del Estado
infractor.
4. Constructivismo
Bajo esta escuela, "los estados no tienen intereses preexistentes; más bien, los
intereses del Estado se crean y cambian a través de las interacciones [interestatales]. La
participación en instituciones internacionales ayuda a los Estados a lograr un entendimiento
compartido. "Estos entendimientos, a su vez, alteran la percepción de un Estado de sus
propios intereses. El comportamiento estatal está mediado por normas sociales. Estas
normas sociales, incluido el cumplimiento y el incumplimiento, se construyen socialmente.
Por lo tanto, el incumplimiento indica una construcción social débil de la norma de
"cumplimiento" de las normas de derechos humanos, o la falta de participación en el
sistema de derechos humanos.
La forma en que las instituciones internacionales están involucradas en los procesos
de construcción social de la percepción del actor sobre sus intereses ha sido examinada por
Martha Finnemore. Los intereses estatales, explica, "se construyen a través de la interacción
social". Ella ofrece tres estudios de casos de dicha construcción. Al centrarse en cómo las
instituciones internacionales usan la retórica persuasiva y el lenguaje para influir en el
comportamiento del Estado y construir la realidad social del sistema internacional, los
constructivistas a menudo son vistos como más optimistas sobre el progreso en RI que las
versiones de realismo. Estas instituciones son actores de la burocracia internacional,
persiguiendo sus propios intereses, incluso aquellos que contradigan los intereses de los
Estados que los crearon (por ejemplo, los tribunales de derechos humanos).
La administración en el poder debe cumplir con las normas y juicios internacionales
para evitar que los actores domésticos se levanten en su contra. Dado que los intereses
estatales ya no son los únicos intereses que importan, las modificaciones de los intereses
forman continuos "ciclos de retroalimentación" que afectan los cambios sociales.
Los constructivistas ven la estructura de RI como fundamentalmente ideacional, en
lugar de material; no están obligados a centrar su análisis en el Estado como unidad.
Todavía no está claro por qué los constructivistas líderes se concentraron en la construcción
de intereses estatales, que son más materiales que puramente ideacionales. Sin embargo,
estudiar la naturaleza del comportamiento del Estado y su formación es parte integral de la
metodología del Constructivismo para explicar el sistema internacional. El constructivismo
respalda la capacidad inmaterial e ideacional de las instituciones internacionales para
afectar el RI al moldear la percepción e interés del Estado. Si bien reconocen la presencia
de instituciones en los asuntos internacionales, descuidan el poder directo de la Corte en el
sistema porque el impacto de cualquier actor se filtra a través de las normas sociales.
Aunque el constructivismo prevé la posibilidad de que las normas sociales también se vean
afectadas por las instituciones internacionales, dado que los Estados ejercen un mayor
poder material que las instituciones, los Estados tienen ciertos privilegios para actuar en el
constructivismo.
La tasa de incumplimiento del 86% sugiere (teóricamente) que el proceso de
monitoreo (una institución que facilita un proceso de construcción social de ideas sobre
RR.HH. y el cumplimiento de la CIDH) no ha logrado construir ideas y actitudes
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alternativa que la desobediencia. Por lo tanto, cada régimen debe estar preparado para
implementar diferentes sanciones externas (débiles, moderadas y severas).
La aplicación de sanciones requiere la consideración del tipo de institución involucrada
en el proceso de aplicación de la sanción o castigo. La aplicación en una institución
multilateral, por ejemplo, implica más que un simple sistema de castigos recíprocos. En
estos casos, puede ser necesario que la institución o el Tribunal retenga beneficios de otro
acuerdo en el que participen las partes, o que limite la capacidad del infractor de participar
en acuerdos posteriores disminuyendo su reputación.
Estrictamente hablando, las medidas de aplicación presentadas por la teoría deben
aplicarse entre los propios Estados. Los Estados también tienen el privilegio de actuar más
allá de las disposiciones que crean medidas coercitivas, a través de medidas de aplicación
alternativas que se producen, en la práctica, a nivel estatal.
Por ejemplo, en lugar de tomar represalias contra la deserción, las acciones del Estado
pueden invocar una multa por incumplimiento o confiar en soluciones políticas más allá de
los límites del acuerdo, como retirar parte de sus misiones diplomáticas o detener
negociaciones sobre un tema aparentemente no relacionado. Por lo tanto, un tribunal que
desee aplicar las estrategias de ejecución depende de que el Estado lo haga. En
consecuencia, el poder de un Tribunal internacional está subordinado a la calidad de las
disposiciones que crean la estrategia y las acciones de aplicación de los Estados con poder
para aplicarlas.
En su interacción con los Estados infractores, los tribunales no parecen encontrar
mecanismos de aplicación abundantes de inmediato. La teoría parece flexible en la
aplicación de alternativas de aplicación matizadas para reforzar el cumplimiento; sin
embargo, se usan cuando la capacidad de hacer cumplir está restringida. Como se discutió
anteriormente (en la sección III), a diferencia de la mayoría de los regímenes
internacionales, los regímenes de derechos humanos y sus tribunales generalmente no se
aplican mediante sanciones. Algunos afirman que la capacidad de la Corte para hacer
cumplir el cumplimiento es limitada sin estas sanciones. A pesar de no ser discutido
directamente para las instituciones, las siguientes alternativas funcionarían bien con la
teoría de la aplicación: los jueces pueden alentar a terceros con poder social o político como
"perros guardianes" para promover o monitorear el cumplimiento del juicio. Del mismo
modo, un tribunal puede aprovechar la estrategia de relaciones públicas o utilizar el
razonamiento que es demasiado discrecional o acciones disciplinarias durante el proceso de
supervisión. El Tribunal puede reforzar el cumplimiento, pero corre el riesgo de una cierta
probabilidad de incumplimiento como consecuencia de cálculos inexactos.
4. Teoría del proceso legal transnacional
La Teoría del Proceso Legal Transnacional afirma que los Estados obedecerán las
normas internacionales a través de un proceso legal transnacional compuesto de tres pasos
secuenciales: interacción, interpretación e internalización. La interacción puede fomentarse
a través de múltiples actores transnacionales, lo que lleva a los Estados a obedecer las
normas a pesar de los intereses opuestos de sus gobernantes, utilizar interacciones
recíprocas y la participación repetida con los Estados (poder ejecutivo, legislativo y
judicial). El objetivo de la interacción es producir la interpretación o "enunciación de la
norma global aplicable a la situación" que se promueve institucionalmente. Durante estos
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dos pasos (interactivo e interpretativo) se desarrolla una reconstitución de los intereses del
Estado. Finalmente, la internalización de la norma puede ocurrir a través de una variedad de
medios domésticos tales como la incorporación a través de la interpretación judicial, la
aceptación parlamentaria, de la élite, de los que están en el poder, etc.
Esta teoría examina cómo opera el vínculo transnacional entre: los niveles nacional e
internacional. En consecuencia, algunos estudios analizan las interacciones entre los
Estados y la Corte sobre la base de las reparaciones que figuran en sus sentencias, mientras
que otros basan su trabajo en las instituciones del Estado que allí se invocan. Sin embargo,
estos dos factores a menudo interactúan de tal manera que influyen en el cumplimiento de
forma conjunta. Para entender cómo interactúan, uno debe estudiar la política de las
instituciones domésticas, incluidas las características de las instituciones invocadas en el
juicio, el tipo de respuesta y el procedimiento, de acuerdo con Spriggs.
La teoría del proceso legal transnacional ha sido criticada porque, a pesar de ofrecer una
comprensión más amplia del proceso en el cual las normas internacionales se aferran a las
variables explicativas de los sistemas jurídicos nacionales, son "demasiado reducidas", lo
que lleva a la obediencia normativa. Según esta visión, la internalización depende
principalmente de las características de la norma en cuestión y menos de los atributos
internos del Estado y las instituciones internacionales que participan en el proceso
interactivo. Incluso después de concentrar demasiado esfuerzo en cómo las normas
internalizadas e interpretadas reflejan el proceso de interacción, la teoría del proceso legal
transnacional no predice qué normas se internalizan ni si las normas se internalizan como
resultado de una característica de la norma, el Estado que cumple o alguna otra norma.
participante involucrado en el proceso. Finalmente, su propio autor, que indica que la
obediencia a los derechos humanos requiere una explicación que une la teoría de RI e DI,
revela una limitación de la teoría del proceso legal transnacional.
En resumen, las cuatro teorías de DI reconocen a la Corte como un "actor motivado por
normas" y le asignan algunas tácticas / estrategias para aumentar la probabilidad de que sus
juicios se mantengan. La Corte puede actuar estratégicamente porque el incumplimiento es
costoso para el sistema y su "posición [dentro del] sistema". Sin embargo, las teorías DI
limitan los poderes de los Tribunales para justificar sus decisiones y ganar un papel en las
acciones del Estado a través del discurso y la persuasión. con los poderes del Estado o el
Sistema. Las teorías de DI reconocen, hasta cierto punto, que la Corte interactúa con los
Estados y el sistema a costa de limitar el poder de la Corte en sus interacciones.
En los últimos veinte años, la literatura sobre las acciones de la Corte demostró una
brecha entre la creación de las autoridades / tribunales para restringir la soberanía del
Estado y las teorías de cumplimiento basadas en RI e DI. Esta brecha surge de poner
demasiado énfasis en los intereses estatales (teorías RI) o en las normas (teorías DI), que no
toman en consideración la capacidad plena de la Corte para influir en el cumplimiento a
través de su interacción con los Estados.
RECAPITULACION TEORICA :
LAS TEORÍAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
Cada teoría, realismo, institucionalismo, liberalismo y constructivismo, explica el
incumplimiento de una manera diferente y aunque en conjunto, estas teorías reconocen la
24
los autores que afirman que el Derecho Internacional nace solo del consenso de los
Estados7.
Después de las guerras mundiales se declara que los Estados civilizados deben
respetar el contenido de las normas de derecho internacional, entre ellas las de jus cogens8,
lo que precedió a su reconocimiento positivo en la Convención de Viena sobre el Derecho
de los Tratados de 19699. Se impone una obligación negativa a los Estados, los que deben
respetar las normas de jus cogens no pactando algo contrario a ellas en sus tratados, sino
éste perdería su valor, así se dice en su texto positivo:
El Artículo 53 señala que: “Tratados que están en oposición con una norma
imperativa de derecho internacional general ("jus cogens"). Es nulo todo tratado que, en el
momento de su celebración. esté en oposición con una norma imperativa de derecho
internacional general. Para los efectos de la presente Convención, una norma imperativa de
derecho internacional general es una norma aceptada y reconocida por la comunidad
internacional de Estados en su conjunto como norma que no admite acuerdo en contrario y
que sólo puede ser modificada por una norma ulterior de derecho internacional general que
tenga el mismo carácter.”10
Pese a este expreso reconocimiento en la Convención, otros siguen desconfiando de
la fuerza vinculante del ius cogens.11 Jiménez de Aréchaga, dice que el artículo 53 solo
describe los efectos jurídicos de contravenir el ius cogens pero no lo que es. El dice que no
es que ciertas normas sean ius cogens porque no permiten acuerdos en contrario; más bien,
no se permiten acuerdos en contrario a ciertas normas porque son ius cogens. Y éstos son
principios morales que protegen valores e intereses fundamentales de la comunidad
internacional y no de una parte de ella.12
A fines del siglo XX el trabajo de las Organizaciones y Jurisprudencia
Internacional, especialmente la Corte Interamericana de Derechos Humanos, permiten que
éstas normas imperativas de derecho internacional general dejen de aplicarse solo como
causal de nulidad de los Tratados y se extienda su aplicación al ámbito del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, del Derecho Internacional Humanitario y del
Derecho Penal Internacional.13 Un ejemplo de lo afirmado podemos observarlo cuando la
Corte Interamericana de Derechos Humanos hace una especial mención del jus cogens que
incluye el análisis de la legislación de Chile en el Caso Almonacid.14
Algunos empiezan por sostener la jerarquía del jus cogens, enfatizando en la
necesidad de establecer una jerarquía en el derecho internacional15, derivado de su
aceptación y reconocimiento general. La especial imperatividad del jus cogens le permite
prevalecer frente a antinomias con otras normas internacionales -que no sean jus cogens-, o
con normas internas y/o cualquier acto o acuerdo contrarios a ellas16. De ahí, que la
doctrina asimile el jus cogens al Derecho Natural17, o al Orden Público Internacional18, o
al “Derecho Constitucional” del Derecho Internacional19. Es decir, el jus cogens es
asimilado con normas universales que son las bases del orden internacional y que le
entregan al Derecho Internacional Público una estructura independiente de la voluntad o
consenso de los Estados.20
28
Humanos ha sido una guía para precisar a los tribunales chilenos en qué términos debe la
categoría normativa ius cogens ser conocida, aplicada y respetada por los Estados
miembros del sistema regional, de lo que se dará cuenta brevemente a continuación.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos señaló qué aunque Chile no había
ratificado la Convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los
crímenes de lesa humanidad, tal imprescriptibilidad es ius cogens. Indica que la
imprescriptibilidad no nace con la mencionada Convención, sino que es reconocida en ella,
y que no puede dejar de ser cumplirla47. En consecuencia, Chile se encuentra obligado a
cumplir con las normas y principios internacionales del jus cogens, obligación que no está
vinculada a la ratificación de tratado o convención alguna. Debiendo ser reconocida como
una obligación que es preexistente. Importante fallo que ha sido parte de los principales
argumentos usados por los tribunales chilenos en referencia a la categoría del jus cogens.
Así, siguiendo la línea argumentativa ofrecida por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos la obligatoriedad del ius cogens en los ordenamientos internos estaría
desvinculada a la ratificación de la Convención de Viena o al reconocimiento del derecho
consuetudinario o de los principios generales del derecho internacional: El ius cogens sería
aplicable en los ordenamientos jurídicos internos, por ser normas básicas fundamentales y
estructurantes del Derecho Internacional Público que no requieren el consentimiento
individual de cada uno de los Estados. Bastando la aceptación de su carácter por la mayoría
de los países de la comunidad internacional para ser obligatorio.
Bajo estos enunciados, será suficiente decir que en materia de Derechos Humanos,
Chile es un Estado miembro del Sistema Interamericano (OEA) y del Sistema Universal
(ONU) de protección de los Derechos Humanos, y se ha comprometido voluntariamente a
respetar, proteger y promover los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana.
Dentro de este contexto se ha obligado a respetar las normas ius cogens existentes,
especialmente en materia de derechos humanos, algo que también así se reconoce por
nuestra Constitución Política, que será objeto de su análisis en el capítulo siguiente.
El juez Cançado, en su voto razonado de la sentencia del Caso Blake (1999), usa,
por primera vez en la Corte, la expresión ius cogens, indicando que representa lo más
progresista en la Convención de Viena, y que fomenta la moralización del derecho de los
tratados48. Luego, en otro voto concurrente (2003), señala que es perfectamente posible
identificar el ius cogens con “los principios generales del derecho de orden material, que
son garantes del propio ordenamiento jurídico, de su unidad, integridad, y cohesión”49. Y
agrega, que la consagración del ius cogens en el Derecho Internacional atiende “a la
necesidad de un mínimo de verticalización en el ordenamiento jurídico internacional”.50
31
materia de derechos humanos78, entre ellas, especialmente por la categoría normativa del
ius cogens.
2.3 Las bases del ordenamiento constitucional chileno reconocen los derechos humanos y
en especial al Jus Cogens
En relación a la jerarquía de las normas y principios internacionales, la Constitución
es la norma suprema que representa las bases del ordenamiento jurídico del Estado
Chileno79. Determina los órganos competentes para la producción de normas y la jerarquía
de las fuentes del derecho interno80. Aunque sin referir expresamente cuál es la jerarquía
de las normas y principios internacionales, ha sido clara en prescribir que el ordenamiento
jurídico -completo- debe ordenarse para asegurar los derechos humanos a las personas81.
En consecuencia, el Estado debe garantizar la eficacia de los derechos humanos con
todos los medios a su alcance82, entre ellos sus tribunales de justicia quienes interpretando
el artículo 5 inciso segundo de la Constitución han debido resolver la jerarquía de las las
normas y principios internacionales, privilegiando al jus cogens.
Apelaciones. Se busca enfatizar que a pesar de que el ius cogens se ha desarrollado con una
imprecisión en el uso del término, poca claridad en cuanto a su significado, y confusión en
cuanto a su contenido. Lo dicho no ha sido obstáculo para que progresivamente se le
reconociera su jerarquía como una categoría de normas fundamentales del Derecho
Internacional en el derecho nacional. Así, previo al análisis del conjunto de sentencias que
exhibirán como los tribunales han reconocido la jerarquía del ius cogens parece interesante
abordar en forma breve como ha sido entendida. En en siguiente orden será presentada:
Percepción de la Corte Suprema Chilena, seguida de la Percepción de las Cortes de
Apelaciones Chilenas para finalizar con algunos breves comentarios respecto al deber de
precisar pendiente de los Tribunales Superiores.
Así, habiéndose cumplido con dar breve cuenta de como ha sido percibido el ius
cogens entre nuestros tribunales, nuestra doctrina más experta y nuestra Constitución se
seguirá ahora evaluando como ha sido reconocida su jerarquía junto a los derechos
humanos, misión principal de ésta presentación.
Por esta razón algunos autores, como Strupp y otros, han llegado a la conclusión de que
la culpabilidad o "culpa", aun cuando no se aplique a actos positivos, es un requisito previo
a la violación del Derecho Internacional por omisión ("Les Regles générales du droit de la
paix", 47 HR, 263 a 564 (1934); ver también Sorensen, "Príncipes du droit international
public", 102 HR, 1, 228-9 (1960)).
Sin embargo, estos laudos pueden explicarse sin que impliquen, necesariamente, una
aceptación del concepto de la culpa. Si un Estado es responsable en estos casos, lo es sólo
porque ha dejado de cumplir con el deber internacional de usar la "diligencia debida" dentro
de los medios a su disposición, para impedir dichos actos. La "diligencia debida" no es un
elemento subjetivo, sino el contenido mismo de la obligación preexistente por' cuya violación
es 'responsable el Estado.
La responsabilidad del Estado no requiere la 'existencia de un acto de malicia, negligencia
o descuido por parte de cualquier agente individual; puede consistir en un defecto general o
en una falla en la estructura del Estado, o en su administración pública, y estar absolutamente
38
separado de toda intención subjetiva. Puede aun radicar -como lo decidió el arbitraje en el
caso Alabama- en la "insuficiencia" de los poderes legales del, gobierno (Lapradelle et
Politis, op. cit., pág. 891), En estos casos, sería inútil buscar la culpa del órgano legislativo o
constitucional del Estado.
JURISPRUDENCIA DE LA CORTE INTERNACION AL EN RELACIÓN CON LA
CULPA
La sentencia en el caso Corfu Channel (1949), ICJ. Rep. 4) ha sido interpretada como
una aplicacion de la teoría de la culpa, porque la Corte fundó su decisión en "la conclusión
de que la siembra del campo de minas que causó las explosiones, no pudo haberse efectuado
sin el conocimiento del gobierno de Albania" (Oppenheim, InternationaZ Law, 8, ed., Vol.
1, pág. 343).
Sin embargo, en este caso la Corte no intentó determinar si la responsabilidad
internacional tuvo su origen en la "culpa" o en el "riesgo", y no hizo referencia alguna a la
culpa. Si la sentencia se hubiera fundado en el concepto de la "culpa", no habría sido
necesario para, los jueces Krylov, Azevedo y Ecer declararse en favor de esa doctrina en sus
votos disidentes.
La Corte buscó determinar la responsabilidad internacional tratando de ver si había
existido la violación de una obligación preexistente, La conclusión de que Albania tenía
conocimiento de la existencia del campo de minas no implicó la aceptac,ión de la doctrina
de la "culpa, sino el rechazo de la teoría del "riesgo" o de la responsabilidad absoluta, El
conocimiento invocado por la Corte fue necesario para determinar que una obligación
preexistente había sido violada puesto que sólo el Estado que sabe que en sus aguas
territoriales se ha establecido un campo minado podías estar obligado a notificar tal hecho a
los otros Estados.
Después de determinar la existencia de una obligación jurídica basada en ciertos
principios generales y bien reconocidos, la Corte,siguiendo la tradición de los tribunales de
arbitraje, examinó los medios de que disponían las autoridades de Albania para cumplir su
obligación. Llegó a la conclusión de que era posible que dichas autoridades previnieran a las
embarcaciones. Albania fue entonces declarada responsable de la violación ob' etiva de un
deber internacional y, en consecuencia, no ue necesaria ninguna mvestigación con respecto
a la posición subjetiva de cualquier órgano individual o agente del gobierno de Albania,
Otro aspecto interesante de la sentencia es la estrecha relación que reconoce entre el
problema sustantivo de la responsabilidad y la cuestión de la prueba. La prueba es de
importancia decisiva en materia de responsabilidad, ya que siempre es de difícil prodicción
por la parte perjudicada. La dificultad aumenta cuando el Estado reclamante no puede obtener
pruebas respecto del origen de los daños porque el Estado demandado ejerce coptrol
exclusivo sobre su territorio.
El Reino Unido invocó ante la Corte el principio res ipsa loquitur del common law que
traslada la carga de la prueba del demandante cuando el demandado tiene el. control
exclusivo del objeto que causó el daño (ICJ. Pleadings, Vol. IV, págs. 480 y sigs.).
El traslado de la carga de la prueba del demandante al demandado o el establecimiento de
39
presunciones que tienen el mismo efecto, son instrumentos importantes usados por el derecho
interno para promover la evolución del derecho de la responsabilidad con base en los
conceptos del riesgo o de la responsabilidad absoluta.
La Corte se negó a dar el paso hacia la responsabilidad absoluta solicitado por el Reino
Unido, declarando: "el mero hecho del control ejercido por un Estado sobre su territorio y
sus aguas, por sí mismo, y aparte de otras circunstancias, no implica prima facie responsabili-
dad ni traslada la carga de la prueba". Sin embargo, debido. a este control territorial exclusivo,
a la víctima "debe permitírsele un recurso más liberal a las inferencias de los hechos y a la
prueba circunstancial" (ICJ. Reports, 1949, Rep. 18)."
b) Teoría del riesgo o de la responsabilidad objetiva, Según esta teoría "el que por su
propio placer o utilidad introduce algo peligroso a la sociedad, es responsable de cualquier
accidente que de ello se derive, aun cuando no se le pueda imputar culpa o negligencia
alguna" 105
La responsabilidad surge así, no de un hecho ilícito internacional, sino de un hecho lícito.
Esta teoría se aplica en determinadas áreas que se han establecido mediante acuerdos
internacionales. Así, la Convención de Roma, de 1952, la acepta respecto de daños causados
por aeronaves extranjeras a personas en tierra; o resultantes de los usos pacíficos de la energía
nuclear -Convención de 1963 sobre responsabilidad frente a terceros por daño nuclar-, o por
la responsabilidad de los operadores de naves nucleares. También cabe frente a los daños
y perjuicios causados por el lanzamiento de objetos al espacio exterior y su caída a la Tierra.
El Tratado de 1967, sobre el Espacio Ultraterrestre, establece en su artículo VII lo siguiente:
"Todo Estado Parte en el Tratado, que lance o promueva el lanzamiento de un objeto al
espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, y todo Estado Parte en el
Tratado, desde cuyo territorio o cuyas instalaciones se lance un objeto, será responsable
internacionalmente de los daños causados a otro Estado Parte en el Tratado o a sus personas
naturales o jurídicas por dicho objeto o sus partes componentes en la Tierra, en el espacio
aéreo o en el espacio ultraterrestre, incluso la Luna v otros cuerpos celestes. .
. Como señala Rousseau 106, esta teoría se halla más acorde con el verdadero fundamento
de la responsabilidad internacional, que es el de mantener la seguridad de las relaciones
interestatales,.seguridad que se convertiría en ilusoria si un Estado pudiera sustraerse a la
responsabilidad de sus funcionarios, alegando que no se ha cometido falta respecto a su
derecho interno. Por otra parte, es la única que explica la responsabilidad del Estado por actos
realizados por sus funcionarios incompetentes. Pero se la critica por el hecho de que pretende
ir demasiado lejos al procurar una garantía absoluta para el individuo reclamante 107
Esta teoría ha sido recogida en la jurisprudencia internacional, entre otros casos, en el
caso Caire, en 1929, y Gut Dam, en 1967 108. Se cita también el caso del Canal de Corfú.
El Proyecto del Relator de la CDI 109 señala en su artículo1: Los presentes artículos se
aplicarán a las actividades que se desarrollen en el territorio de un Estado o en otros lugares
bajo su jurisdicción reconocida por el derecho internacional o a falta de ésta bajo su control,
40
cuando las consecuencias físicas de tales actividades causen a lo largo de su desarrollo daños
transfronterizos o creen el riesgo de causarlo.
Artículo 2. a) ” actividades de riesgo” son aquellas del artículo 1, incluyendo las llevadas
adelante por el Estado que: i) se ocupen del manejo, almacenamiento, producción transporte,
descarga u otra operación de similar naturaleza, de una o más sustancias peligrosas; ii)
empleen tecnologías productoras de irradiaciones peligrosas; o iii) introduzcan en el medio
ambiente organismos genéticamente modificados peligrosos y microorganismos peligrosos;
b) “Sustancias peligrosas” son aquellas que ofrecen un riesgo (apreciable)(
significativo) de daño para las personas, los bienes ( el uso o disfrute de zonas) o el medio
ambiente, tales como las inflamables, explosivas, corrosivas, oxidantes, irritativas,
carcinógenas, mutagenéticas, tóxicas, ecotóxicas, y radiogénicas, como las indicadas en el
anexo. Una sustancia puede ser considerada peligrosa sólo si se presenta en ciertas cantidades
o concentraciones o en relación con ciertos riesgos o situaciones en que puede encontrarse
dicha sustancia, sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado a);
c) “Organismos genéticamente modificados peligrosos” son aquellos cuyo
material genético ha sido alterado de una manera que no ocurre naturalmente por el
acoplamiento o por una recombinación natural y que crea un riesgo para las personas, los
bienes ( el uso o disfrute de zonas) o el medio ambiente según el anexo;
d) “Microorganismos peligrosos” son los que crean un riesgo para las
personas, los bienes ( el uso o disfrute de zonas) o el medio ambiente, como los patógenos o
productores de toxinas;
cuenta en las consultas o negociaciones, como por ejemplo, el grado de probabilidad del daño
transfronterizo, su posible gravedad y extensión, la probable incidencia de la acumulación de
los efectos de la actividad en los Estados afectados, etc.
La reparación puede tener la modalidad de restablecer las cosas al estado anterior, la
satisfacción y la indemnización.
Como ejemplos de daños transfronterrizos se señalan: el Asunto Amoco Cádiz, 1978,
buque petrolero que derramó 220.000 toneladas de crudo en Gran Bretaña; el Asunto Bhopal,
1984, fábrica en la India que derramó 30 toneladas de pesticida, causando la muerte de 2.800
personas, y obligando a huir a más de 200.000 personas; el Asunto Basilea, 1986, que causó
el incendio de un almacén con 1.250 toneladas de pesticida e insecticida y que contaminó
250 kilómetros del río Rin; y el Asunto Chernobyl, 1986, en la ex Unión Soviética, que causó
el incendio de un reactor nuclear que causó 32 muertos, provocó la evacuación de 12.00
habitantes y la reubicación de 135.000 personas 110
c) Doctrina del abuso del derecho. Se ha tratado de fundamentar en esta doctrina la
responsabilidad proveniente de las pruebas nucleares. Para ello, se invoca el caso Trail
Smelter, sometido a arbitraje.
En el laudo respectivo se dijo: "Ningún Estado tiene derecho a usar o permitir el uso de
su territorio, de tal modo que cause daño por razón del lanzamiento de emanaciones en o
hacia el territorio de otro" 111
En consecuencia, si no hay derecho no puede haber abuso de él. El Estado que
afecta a otro, por ejemplo, con los efectos de sus
pruebas nucleares, no está abusando de derecho sino que estaría infringiendo los derechos de
los otros, la integridad e inviolabilidad territorial del Estado afectado.
Como lo señala Sorensen 112: "Si el principio que prohíbe el abuso del derecho ha sido
aceptado como norma de Derecho Internacional, entonces cualquier abuso de un derecho
constituirá una violación de dicha regla y, por tanto, será un acto ilegal que dará lugar a
responsabilidad. Es posible llegar a la conclusión de que, en contraposición a la teoría del
riesgo, la doctrina del abuso del derecho no constituye una excepción al principio general de
que es necesario un acto ilícito para que se origine la responsabilidad internacional."
d) Doctrina de la necesidad. De acuerdo a esta doctrina, si un Estado comete un acto
ilícito con el fin de salvarse de un peligro grave e inminente, ello lo eximiría de toda
responsabilidad internacional.
El peligro debe ser de tal naturaleza, se sostiene, que debe amenazar la propia existencia
del Estado.
Establece la Carta de la OEA en su artículo 14, lo siguiente: "El derecho que tiene el
Estado de proteger y desarrollar su existencia no lo autoriza a ejecutar actos injustos contra
otro Estado."
Si bien algunos laudos parecieron recoger, en el siglo XIX, una distinción respecto a la
jerarquía administrativa del funcionario responsable, se ha determinado. que en tales casos
se rechazó la responsabilidad del Estado por no haberse agotado los recursos locales, y no en
razón al lugar que ocupaba el funcionario en la Administración del Estado. Esta causal en
que se incurrió -omisión del agotamiento de los recursos locales- tuvo una importancia
decisiva, ya que, siendo el funcionario subalterno, existió un sinnúmero de recursos ante sus
superiores jerárquicos que pudieron ser utilizados para dejar sin efecto el acto ilícito, lo que
no se hizo, antes de intentar una acción internacional en contra de su Estado. La distinción
anotada fue también rechazada en la Conferencia de Codificación de La Haya de 1930 123Así,
los proyectos de los artículos 79 y 89 no establecen diferencias entre la categoría de los
funcionarios responsables. El artículo 79 hace incurrir al Estado en responsabilidad
internacional "como resultado de un acto u omisión por parte del Poder Ejecutivo,
incompatible con las obligaciones internacionales del Estado"; y el artículo 89 la establece
"como resultado de actos u omisiones de sus funcionarios mientras actúan dentro de los
límites de su autoridad, cuando dichos actos u omisiones infringen las obligaciones
internacionales del Estado".
Señala Sorensen 124 que dicha distinción ha sido rechazada expresamente por los laudos
arbitrales de mayor autoridad que afirman sin vacilación la responsabilidad directa de los
Estados por actos de los órganos ejecutivos de menor categoría: un alguacil delegado (Caso
Quinti1la (1926); un policía (Caso Pugh (1933»); el Caso Roper (1927); el Caso Mallén
(1927); el Caso Langdon (1933); un funcionario de aduanas (el Caso Koch (1908; o soldados
en tiempos de paz (Caso De Falcon (1926)); Caso García y Garza (1926); Caso Kling
(1930).
Un caso que afectó a Chile fue el asesinato de diplomáticos chilenos en la Embajada de
Chile en Costa Rica, el 27 de julio de 2004, cuando el guardia costarricense que estaba a
cargo de la seguridad de nuestra representación diplomática, entró a las oficinas y mató a tres
miembros de la Embajada. El gobierno de Costa Rica, sintiéndose responsable por dicha
masacre, indemnizó a las familias del personal diplomático asesinado.
46
obligaciones internacionales del Estado. Así, un fallo injusto sería también contrario al
Derecho Internacional al incurrirse en una violaciópn del principio de la protección judicial
que todo Estado asume con los extranjeros.
Finalmente, también queda comprometida la responsabilidad internacional del Estado
por actor del Poder Judicial que entrañan una denegación de justicia.
Denegación de Justicia. Se ha tratado de identifcar la expresión denegación de justicia con
todo daño, cometido por un Estado o sus órganos en perjuicio de un extranjero. Pero es
evidente que el mismo término nos remite a un concepto más limitado, vinculado a actos de
los tribunales de justicia de un Estado.
MAX SORENSEN. Manual de Derecho Internacional Público. México,
1973, págs. 524 a 528.
DENEGACIÓN DE JUSTICIA
La expresión "denegación de justicia" se encuentra unida históricamente a la
responsabilidad del Estado por dañoscausados en su territorio a la peersona o a los bienes de
los extranjeros, y en la Edad Media estaba relacionada con la práctica de represalias privadas,
siendo una condición de su legalidad. El extranjero a quien se causaba daños en un país
extraño tenía que dirigirse al soberano local para una reparación por ellos. Si dicho recurso
resultaba inútil, si al mal original se le sumaba 1º que desde aquel tiempo se denominó
denegatío justítiae, entonces el extranjero perjudicado tenía el derechode dirigirse a su propio
príncipe. El príncipe de acuerdo con una costumbre que se originó en el siglo XII podía
entregarlelettres de marque o de represalias. Dichas cartas autorizaban, en efecto, el ejercicio
de la justicia privada: el individuo que las recibía tenía derecho de recobrar, aun por la fuerza,
sus bienes o el valor equivalente a ellos, de los súbditos delpríncipe que le había denegado la
justicia. La labor de los juristas se desplegó sobre esta práctica primitiva con el objeto de
moderar y regular su ejercicio mediante la distinción entre el juez que deniega la justicia y
aquel que comete una injusticia. En el último caso, no se podían declarar las represalias; ese
derecho quedaba estrictamente subordinado a la denegación de justicia, considerada como
una abstención en el ejercicio de la jurisdicción y no comprendía el caso en el cuai
elextranjero alegaba que la sentencia dictada contra él era injusta.Siguiendo esta premisa,
Grocio hace una distinción entre déni de justice y défi de justice. Existe una denegación de
justicia “ cuando un fallo no puede obtenerse dentro de un tiempo razonable”; existe una défi
de justíce "cuando, en un caso muy evidente, el fallo se ha dictado en forma manifiesta
manifiestamente contraria al derecho", pero "en caso de duda, existe la presunción a favor
de quienes el Estado ha escogido para dictar el fallo" (De Jure Belli ac Pacis, Libro IlI, Cap.
2, párr. 5. Véase también Spiegel, "Origin and Development of Denial of Justice", 32 AJIL,
pag. 63 (1938) ).
Vattel dio forma definitiva a esta doctrina al definir "denegación de justicia",
propiamente dicha,como una negativa de permitir a los sujetos de un Estado extranjero que
reclamen o afirmen sus derechos ante los tribunales ordinarios, y al distinguir entre el caso
de dicha denegación y el de un fallo injusto y parcial. No deben permItirse las represalias
48
contra la materia de un fallo, a no ser que la injusticia del fallo sea evidente e inconfundible
(The Law of Nations, Lib, 11,- Cap.XVII, parr: 350. Esta distinción tradicional fue
preservada por el fundador de la teoría moderna de la responsabilidad del Estado, Anzilotti,
quien señaló:
El resultado desfavorable de un proceso no es nunca, en sí mismo, una denegación de
justicia, Es necesario considerar como tal a la negativa de dar acceso a los extranjeros a los
tribunales nacionales parala protección de sus derechos. Cada vez que exista contradicción
entre una decision pronunciada en forma regular y el Derecho Internacional, la
responsabilidad en que incurre el Estado no surge de la denegación de justicia sino de otra
violación del Derecho Internacional (Corso di dírítto Internazionale, Vol. .1, págs. 171-3;
Strupp, Eléments, pág, 332; FauchilIe, Traité, Vol. 1, págs. 533-4; Arts, 5º y 6º del proyecto
del Institut de Droit International, Annuaire, 1927, Vol. III, págs, 31-2).En relación con los
laudos arbitrales, el caso principal que analiza el concepto de la denegación de justicia es la
reclamación Fabiani (l896.), en la cual se mantuvo que la “denegación de justicia" incluye
"no sólo la negativa de la autoridad judicial para ejercer sus funciones, y en especial para
para dar un fallo sobre el asunto sometido a ella, sino también la demora injusta en pronunciar
el mismoe (Moore, lnternational Arbitration pág. 4895) . En el caso Cotesworth and Powell
(1875),el árbitro afirmó que la res{ponsabilidad podía surgir, en primer lugar, por denegación
de justicia, y en segundo, por actosde injusticia notoria.
Lo primero ocurre cuando los tribunales se niegan a oír una queja o a decidir sobre las
peticiones del demandante, presentadas de acuerdo con las reglas procesales establecidas, o
cuando ocurren demoras indebidas e inexcusables para dar el fallo. Lo segundo tiene lugar
cuando las sentencias se pronuncian y se ejecutan en violación abierta del derecho, o cuando
son manifiestamente injustas, (Ibid., pág, 2083; el caso Medina (1862), Ibid. pág. 2317; el
caso Chattin (1927),4 RIAA, pág. 282; el caso Rudloff (1903), 9 RIAA, pág, 244; Company
General of the Orínoco (1902),9 RIAA, pág. 180).
En estos laudos, el concepto de la "denegación de justicia", fue ampliado para incluir la
demora irrazonable en la administración de justicia como equivalente a la denegación.
En tiempos recientes ha existido la tendencia- representada principalmente por autores
ingleses y norteamericanos- de ampliar el concepto tradicional de la denegación de iusticia
para incluir dentro de dicha expresión otros actos del poder judicial, tales como el
fallo manifiestamente injusto (véase Fitzmaurice, "The Meaning of the Term 'Denial of
Justice ", 13 BYlL, pág. 93 (1932); Brierly, Law of Nations; Hackworth en lC] Reports
(1954), pág. 90), hipótesis que los autores clásicos diferenciaron cuidadosamente con el
objeto de no autorizar represalias por tal razón. Freeman trata de incorporar al Derecho
Internacional, por medio de este concepto, el concepto del derecho constitucional de "Due
Process of Law" (Denialof Justice, pág. 161). Un criterio aún más amplio es mantenido por
otros que aplican dicho término a cualquier forma de tratamiento internacionalmente ilegal
ejercido contra los extranjeros.( Hyde, Internacional Law, Vol I, pags. 491-
492;'Borchard,Diplomatic Protection, pág. 330; Nielsen Dissenting Opinion, lnternational
Fisheries Case (1931) 4 RIAA, 691; Hackworth, Digest, Vol. 5, pág. 526, una acepción tan
amplia que la expresión "pierde su valor como distinción técnica", el caso Chattin, 4 RIAA,
pág. 282). En el caso Salem (1932) el laudo rechazó dicho uso declarando: "si la teoría y la
práctica estadounidenses parecen inclinadas a extender esta noción, el Tribunal de Arbitraje
49
autoridades judiciales en materia tal como la detención mientras se celebra el juicio -habeas
corpus- y que no era un problema de negación de dar acceso a los tribunales. Eso es cierto.
Los fallos judiciales en cuestión son los que pueden dictar los tribunales en materia especial,
la libertad personal. Por ende, nuestros colegas norteamericanos estaban ansiosos de que se
incluyera esta fórmula más general. (Acts, pág. 153).
El delegado de Uruguay, M. Buero, se opuso a este texto y sugirió una modificación,
declarando:
La segunda parte del texto se propone, en realidad, como una definición de la
denegación de justicia. Mi pais ha firmado tratados con ciertos paises -por ejemplo, con
Inglaterra, Francia e Italia- que estipulan definitivamente que cuando las autoridades
judiciales del país son competentss para tratar la cuestión que se discute, es sólo en caso de
denegación de justicia cuando puede invocarse la jurisdicción arbitral con respecto a una
disputa entre una persona privada o sociedad de uno de los Estados contratantes y el otro
Estado contratante. (Ibid., pág. 152).
Por tanto, sugirió una ligera modificación, de acuerdo con la cual el texto expresaría:
Que, de una manera incompatible con las obligaciones internacionalesdel Estado, el
extranjero ha sido obstaculizado porlas autoridades judiciales en el ejercicio de su derecho a
comparecer ante los tribunales, o su proceso ha tropezado con obstáculos inexcusables o
demoras que implican la denegación de justicia.
Aunque los delegados de Estados Unidos se opusieron a la modificación, ésta fue
apoyada por el relator especial, por cuanto "hace el texto más definitivo", y finalmente se
aprobó por 15 votos contra 7; el segundo párrafo fue aprobado en la forma modificada por
30 votos sin oposición (Acts, pág. 158)".
d) Responsabilidad del Estado por actos realizados por particulares.La doctrina moderna
fundamenta la responsabilidad del Estado por actos realizados por los particulares en la
omisión de su deber de impedir o reprimir el acto ilícito.
De allí que la responsabilidad deriva de acciones u omisiones de los agentes del Estado
que debieran impedir el acto ilícito, protegiendo así a los extranjeros amenazados y no lo
hicieron o, cometido ya el daño contra éstos, de castigar a los autores y reparar a las víctimas,
lo que tampoco hicieron los órganos del Estado.
En consecuencia, la responsabilidad nace, en definitiva, no por los actos cometidos por
los particulares, sino por no existir la debida diligencia de los órganos del Estado.
Hay pues, un deber de prevención y de represión por parte del Estado que no ha sido
cumplido.
Un fallo que arroja claras luces respecto a la responsabilidad del Estado por actos de
particulares, es el emitido por la CJI en el caso del Personal Diplomático y Consular de los
Estados Unidos en Irán, en 1980, en el que grupos civiles armados iraníes entraron a la
Embajada de los Estados Unidos en Teherán, en 1979, y mantuvieron como rehenes a
diplomáticos norteamericanos.
51
Este caso fue sometido a la CIJ 127 y ésta, mediante fallo de 1980, señaló que los civiles
habían actuado, de hecho, por cuenta del Estado iraní y que éste no había hecho nada para
evitar la toma de la Embajada norteamericana. Incluso, se refirió a la aprobación dada por
las autoridades iraníes a esta acción para establecer claramente la responsabilidad del Estado
iraní
Sobre el particular citaremos el artículo 8 del proyecto de la CDI, que establece que se
considerará también hecho del Estado, según el derecho internacional, el comportamiento de
una persona o grupo de personas si: a) consta que esa persona o ese grupo de personas actuaba
de hecho por cuenta de ese Estado, o b) esa persona o ese grupo de personas ejercía de hecho
prerrogativas del poder público en defecto de las autoridades oficiales y en circunstancias
que justificaban el ejercicio de esas prerrogativas.
Rousseau 128 señala lo siguiente:
“I.- Deber de prevención. Ante todo, el Estado ha de impedir, en lo posible, la perpetración
de actos ilegítimos y, en su caso, debe proteger a los extranjeros amenazados por ellos. En
el cumplimiento de esta obligación de prevenir, el Estado ha de tener en cuenta: a) el lugar (
por ejemplo, deber especial de proteger las embajadas, obligación de ejercer una mayor
vigilancia en las zonas fronterizas); b) el momento ( por ejemplo la jornada del 1º de mayo);
c) el carácter previsible o imprevisible del acontecimiento; d) el carácter público del
ciudadano extranjero ( Jefe de Estado, Ministro, agente diplomático) 129
Interesa a este respecto recordar la opinión que el Comité de Juristas creado por el
Consejo de la Sociedad de las Naciones, emitió el 24 de enero de 1924, como consecuencia
del asesinato en territorio griego, del general italiano Tellini, presidente de la comisión
delimites de la frontera greco-albanesa: “La responsabilidad de un Estado por un crimen
político cometido en su territorio, en la persona de un extranjero, sólo surge cuando este
Estado no ha sabido tomar las disposiciones apropiadas para prevenir el crimen y para
perseguir, detener y juzgar al criminal. El carácter público de un determinado súbdito
extranjero, y las circunstancias por razón de las cuales se encuentra en el territorio del Estado,
imponen a éste un deber especial de vigilancia”
En la práctica, es muy difícil demostrar en un caso concreto, que las autoridades locales
han faltado a su deber de protección. Sin embargo, ciertas situaciones pueden servir para
formarse un criterio al respecto:
1º. Entre los hechos susceptibles de determinar la responsabilidad internacional 'pueden
mencionarse: a) la negativa a tomar las medidadas que resulten necesarias en un caso dado,
a pesar que así lo hayan reclamado los agentes diplomáticos o los interesados (por ejemplo:
negativa de facilitar una escolta armada a los extranjeros que han de atravesar una región
peligrosa, caso que ha sido frecuentemente tomado en consideración por las Comisiones de
reclamación mexicanas); b) la participación de soldados, policías o funcionarios en actos de
violencia cometidos contra extranjeros; c) la complicidad o la indiferencia de los agentes
públicos _que hayan sido testigos del hechoilícito 130
2º. Inversamente, existen hechos que eximen al Estado de toda responsabilidad: a) la
actitud provocadora del extranjero; b) el consejo de abandonar el país, dado previamente al
súbdito extranjero [que luego resultó perjudicado) por parte del Estado a que pertenece,
52
consejo que los gobiernos extranjeros suelen dar a sus ciudadanos en caso de guerra civil
(España, 1936-1939; China, 1949-1951).
II. Deber de represión. Cuando se ha producido el daño, el Estado se halla obligado a
hacer lo posible para castigar a los autoresy asegurar una reparación a las víctimas.En otros
términos, el Estado tiene la obligación de reprimir. De ahí que su responsabilidad pueda
resultar de uno cualquiera de los hechos siguientes: a) negativa de perseguir a los culpables
o negligencia voluntaria en su busca y captura; b) negativa de juzgar;131; c) negativa de
castigar 132;d) negligencias en la vigilancia, que faciliten la evasión de los culpables; e)
concesión prematura del indulto o amnistía. Esta materia constituye un campo típico de
aplicación de la responsabilidad por omisión; es un sector de la vida internacional en el que
la teoría de la falta sigue teniendo valor."
Como se señaló en el caso arbitral de la Isla de Palmas (1928):
"La soberanía territorial entraña el deber exclusivo de desplegar las actividades del
Estado . Este derecho tiene como corolario un deber: la obligación de proteger, dentro de su
territorio los derechos de otros Estados, especialmente en cuanto al derecho a la integridad e
inviolabilidad en tiempos de paz y de guerra, junto con los derechos que cada Estado puede
reclamar para-sus nacionales en territorio extranjero”
e) Responsabilidad del Estado en caso de disturbios. Es evidente que, por regla general,
un Estado no puede ser responsable por la violencia efectuada por grupos de personas que
cometen disturbios.
Los daños así mproducidos no pueden ser imputados a gobierno alguno. Así se declaró en
el caso Home Missionary Society (1920).
"Es un principio bien establecido de Derecho Internacional, que a ningún gobierno se le
puede hacer responsable por el acto de los grupos de hombres sublevados, cometidos en
violación de la autoridad de éste cuando el gobierno mismo no ha cometido infracción alguna
contra la buena fe ni ha demostrado negligencia al reprimir la insurrección. Sería casi
imposible a cualquier gobierno impedir tales actos mediante la omnipresencia de sus fuerzas.
Al gobierno no puede considerárselo un asegurador de vidas y propiedades" 133.
Y en el caso Spanish Zone of Morocco, dijo el Juez Huber:
"La no responsabilidad de ningún modo excluye el deber de emplear cierta vigilancia. Si
un Estado no es responsable de las actividades revolucionarias en sí, puede no obstante serlo
por los pasos dados, o no dados por sus propias autoridades para tratar, hasta donde fuere
posible, de evitar sus consecuencias." 134
Sólo habría responsabilidad si los disturbios se dirigen contra los extranjeros como tales,
o contra los nacionales de un Estado determlinado, y las autoridades, habiendo previsto el
daño, no lo impidieron.
"¿Hasta qué punto los daños sufridos por extranjeros, en el transéurso de una guerra civil,
engendran la responsabilidad del Estado en que se producen? Es ésta uná cuestión que
todavía no se ha resuelto y en la que importa distinguir entre el derecho común y ciertas
soluciones excepcionales.
I. Derecho común. Para el estudio del derecho común. apenas se puede hacer otra cosa
que sistematizar las soluciones formuladas por la jurisprudencia internacional.
Los dos precedentes, esenciales en este punto son: la sentencia del 19 de mayo de 1925,
dictada por Max Huber en el asunto de las reclamaciones británicas por daños causados a
súbditos ingleses en la zona española de Marruecos 135, el fallo de 19 de octubre de 1928 del
árbitro Verzijl, presidente de la Comisión franco-mexicana de reclamaciones, en el asunto
Georges Pinson136
Hay que distinguir tres clases de daños absolutamente diferenciados:
A. Daños producidos en el momento mismo del combate.Generalmente, la jurisprudencia
internacional , por aplicación analógica de las normas del derecho de guerra admite la no
responsabilidad del Estado. Así, por ejemplo, un extranjero no será indemnizado por la
destrucción de un inmueble debido a un bombardeo. La jurisprudencia internacional
acostumbra Justificar esta solución recurriendo a la excepción de fuerza mayor.
Las dos decisiones antes citadas han hecho aplicación de este principio: a) en
la, sentencia de Max Huber, se dice: "El Estado no puede ser responsable de las
consecuencias de haber restablecido el orden o de haber combatido al enemigo por la fuerza
armada. Haciéndolo así, el Estado se ha limitado a cumplir un deber primordial...El Estado
no es responsable de los daños causados, ni siquiera por las operaciones militares de sus
propias tropas" 137; b) en la decisión de la Comisión franco-mexicana se declara: "El simple
hecho de que para reprimir motines o revoluciones el Gobierno legítimo se vea en la
necesidad de adoptar medidas militares perjudiciales para algunos súbditos extranjeros no
basta para engendrar la responsabilidad internacional." 138.
B. Daños resultantes de medidas tomadas por las autoridades gubernativas. Siempre que
se trata de una medidaespecial y concreta tomada contra un extranjero, en su calidad de tal,
y que excede los límites de lo que pueda aceptarse sin indemnización, existe responsabilidad
del Estado (por ejemplo: destrucciones mi1itarmente innecesarias, saqueo, homicidio no
realizado con ocasión de un combate, ejecución sumarísima , requisa acompañada de
sevicias, etc. 139
C. Daños resultantes de medidas tomadas por los insurrectos. En este punto, la
jurisprudencia distingue dos casos:
1º Caso de que los insurrectos sean vencidos, en el que estima que el Estado no es
responsable
Este principio ha sido enunciado en 1903, en el asunto Sambiaggio,por el árbitro Ralston,
presidente de la comisión Ítalo-venezolana de reclamaciones: "La norma ordinaria es la de
que un Gobierno, al igual que un individuo, es exclusivamente responsable de los actos de
sus agentes o de las personas cuya responsabilidad ha asumido de modo expreso". La misma
54
A este resultado se puede llegar por dos procedimientos técnicos: a) Mediante un arreglo
por vía convencional, en el que diversos Estados se concedan, según modalidades diversas
una recíproca irresponsabilidad 142; b) porque un Estado se cree, por vía unilateral, una
situación de irresponbilidad 143 b)porque un Estado se cree, por vía unilateral, una situación
de irresponsabilidad 144
En la práctica, se puede señalar la ausencia total de reparación de los daños
producidos como consecuencia de la revolución rusa de 1917145.
:a) el intercambio de notas franco-soviético de 28 y 29 de octubre de 1924 reservaba los
derechos de los reclamantes franceses, pero las proposiciones soviéticas, presentadas en dos
ocasiones, en el curso de.las negociaciones de septiembre de 1925.y en las de febrero de 1926
a septiembre de 1927 (ofrecimiento de pagar 62 anualidades de 60 millones de francos oro),
fueron consideradas como insuficientes por el Gobierno francés y las conversaciones no
volvieron a ser reanudadas; b) también fracasaron las negociaciones directas anglo-soviéti-
cas, previstas en el protocolo de 3 de octubre de 1929; c) igual fracaso sufrieron (31 de enero
de 1935) las negociaciones directas entre los Estados Unidos y la URSS, que habian sido
previstas en el acuerdo de 16 de noviembre de 1933.
Hay que señalar idéntico resultado negativo, en relación con los daños causados por la
guerra civil española de 1936-1939.
(1933), 6 RIAA 312), la regla no se puede extender, sin salvedades, a los insurgentes. Si la
amnistía es de carácter general, fundada en razones de política nacional y concedida con el
propósito de lograr la pacificación de un país, no entraña responsabilidad para el Estado,
puesto que se aplica a delitos políticos o relacionados con la política. Por ejemplo, nunca se
pidió que Estados Unidos asumiera responsabilidad por los actos de la Confederación, por
razón de haber indultado a sus jefes (véase Moore, op. cit., pág. 2981; Ralston, op. cit., pág.
356) .La respuesta debe ser distinta en el caso de delitos comunes, que no se pueden
considerar como incidentes normales de una guerra civil. En cuanto a dicha distinción, véase
caso Buena Tierra Miníng Co. (1931), 5 RIAA, pág. 247; caso Pringle (Santa Isabel) (1926),
4 RIAA, 783.)
situación que con toda probabilidad hubiera existido si no se hubiera cometido el acto. La
restitución en especie, o de no ser
ésta posible, el pago de una cantidad correspondiente al valor que tendría la restitución en
especie, y la concesión, en caso de ser necesario, de una indemmzación de daños por la
pérdida sufrida si ésta no resulta cubierta por la restitución en especie o por el pago en lugar
de ella, esos son los principios que deben servir para determinar el monto de la indemnización
debida por un acto contrario al Derecho Internacional" 149
En el caso relativo al personal Diplomático y Consular de los Estados Unidos en
Teherán, dijo la CIJ: ” Las violaciones continuas y sucesivas por Irán de las obligaciones que
le incumben en virtud de las Convenciones de Viena de 1961 y 1963 sibre relaciones
diplomáticas y consulares, del Tratado de Amistad, Comercio y Derechos Consulares entre
Estados Unidos e Irán, de 1955, y las reglas de Derecho Internacional general en la materia,
originan la responsabilidad internacional de Iran respecto de los Estados Unidos.Una
consecuencia evidente ...es que el Estado iraní tiene la obligación de reparar el perjuicio
causado a los Estados Unidos”150
Además del restablecimiento de las cosas al estado anterior y de la indemnización de
daños y perjuicios, como lo señala la Corte Permanente, habría que agregar la reparación del
daño no material, esto es, se exige la satisfacción por el daño moral producido.
Al respecto, el Proyecto de la CDI señala en su artículo 45: “ 1. El Estado lesionado podrá
obtener del Estado que haya cometido un hecho internacionalmente ilícito una satisfacción
por el daño, en particular el daño moral, causado por ese hecho, si ello es necesario para que
la reparación sea íntegra y en la medida en que sea necesario. 2. La satisfacción podrá darse
en una o varias de las siguientes formas: a) disculpas; b) daños y perjuicios simbólicos; c) en
caso de vulneración manifiesta de los derechos del Estado lesionado, indemnización de daños
y perjuicios correspondientes a la gravedad de esa vulneración; d) en caso que el hecho
internacionalmente ilícito sea consecuencia de una falta grave de funcionarios públicos o de
particulares, medidas disciplinarias contra los responsables o castigos de éstos. 3. El derecho
del Estado lesionado a obtener satisfacción no justifican demandas que menoscaben la
dignidad del Estado que ha cometido el hecho internacionalmente ilícito”
al estado que existía antes de cometerse el acto ilícito sancionado. Así, por ejemplo, se
derogará la ley nacional contraria al tratado internacional o habrá casos de restitución en
especie, por ejemplo, la devolución de impuestos cobrados ilegalmente, o la restitución de
los bienes confiscados, etc.
En el caso del Personal Diplomático y Consular de los Estados Unidos en Teherán, de
1980, la CIJ indicó que Irán estaba en la obligación de restituir la libertad a los
norteamericanos tomados como rehenes, así como el edificio de la Embajada y los
documentos.
de 13 de octubre de 1922 (asunto de la requisa de barcos noruegos por los Estados Unidos):
"La justa compensación implica el restablecimiento completo del statu quo". 152
Consecuencias del principio: El principio de la integridad de la reparación lleva consigo
dos consecuencias: a) La reparación no debe ser inferior al perjuicio; pero b) tampoco debe
ser superior
Primera consecuencia: La reparación no debe ser inferior al perjuicio. La reparación debe
cubrir todo el perjuicio y compensarlo en su integridad 153 . Este principio presenta un triple
aspecto:
c) Por último, la cuantía de los intereses es también muy variable (del 4 al 6% e inclusos
tipos más altos).
En el caso Estados Unidos con República Islámica de Irán, de 1987, la Corte señaló:
“De hecho, es habitual que los tribunales arbitrales concedan intereses como parte de una
decisión sobre daños y perjuicios, a pesar de la ausencia de toda referencia expresa a los
intereses en el compromis. Dado que la facultad de otorgar intereses es parte intrínseca de las
facultades del Tribunal para resolver las controversias, la exclusión de esa facultad sólo
podría basarse en una disposición expresa de la Declaración sobre solución de controversias.
Tal disposición no existe. En consecuencia, el Tribunal llega a la conclusión de que forma
parte claramente de sus facultades otorgar intereses a título de indemnización del daño
sufrido”156.
Y en la caso del M. Saiga, de 1999, del Tribunal Internacional sobre el Derecho del Mar,
no sólo se ordenó una indemnización por daños y perjuicios, sino que se ordenó también el
pago de intereses.157
Por su parte, la Corte Internacional de Justicia en el caso del Canal Corfú declaró: "Para
62
garantizar el respeto al Derecho Internacional, del cual es el órgano, la Corte debe declarar
que la acción de la Marina de Guerra británica constituye una violación de .la soberanía de
Albania a través de su abogado, y es en sí una satisfacción apropiada".
fundamentales:
Primera regla: Nacionalidad de la demanda desde su origen. Según esta regla, la demanda
debe ser nacional desde su origen: a claim must be national in origin.
Pero la expresión "momento de la demanda" se presta a distintas interpretaciones, ya que
es posible situarlo en cuatro fechas: a) en la del acto ilícito (es decir, en el momento de
producirse el acto generador del daño); b) en la de la firma o de la entrada en vigor del
convenio de reclamaciones; c) en la de presentación de la demanda ante la Comisión de
reclamaciones, y d) en aquella en que la Comisión dicte su sentencia.
utilizado, nacionalidad de la esposa, prestación del servicio militar, etc.) que permiten
determinar su nacionalidad real o efectiva.
La solución ha sido consagrada por los tribunales arbitrales mixtos, por el Tribunal
Internacional de Justicia, en su resolución de 6 de abril de 1955 relativa al asunto Nottebohm
Y por la Comisión de conciliación ítalo-americana, en su decisión de 10 de junio de 1955
relativa al asunto Stronsky-Mergé 174. Contrariamente, fue descartada por el Tribunal arbitral
instituido entre Egipto y los Estados Uni.dos en el asunto Salem 175
La prueba de la nacionalidad es una cuestión que surge frecuentemente ante el juez
internacional, planteando un dilema de delicada solución, cual es el de determinar si el juez
internacional ha de aceptar la prueba de la nacionalidad que presenta el propio demandante
y que le ha sido proporcionada por las autoridades del país al que dice pertenecer (certificados
de nacionalidad, certificados consulares, decisiones judiciales internas) o, por el contrario,
ha de comprobar por sí mismo la regularidad de las pruebas de nacionalidad que le son
presentadas. La regla generalmente adoptada por la jurisprudencia es la de que la
nacionalidad de1 reclamante viene determinada por el derecho interno del Estado a que dice
pertenecer, bajo reserva de la comprobación de todos los documentos presentados; pues el
juez internacional tiene derecho a investigar si el reclamante posee, realmente, la na-
cionalidad que alega” 176
Caso Nottebohm (2ª fase) Liechtenstein c. Guatemala 177. "Friedrich Nottebohm había
nacido en Alemania el 16 de septiembre de 1881; establecido en Guatemala en 1905, residió
en ella en forma permanente a partir de .esa fecha, aunque viajando regularmente a Alemania
por negocios. En la primavera de 1939 salió de Guatemala dirigiéndose a Liechtenstein, en
donde solicitó su naturalización. Esta le fue otorgada en octubre de 1939, luego de lo cual
regresó a Guatemala a principios de 1940. En 1943, después de haber declarado Guatemala
la guerra a Alemania, Nottebohm fue puesto bajó custodia y trasladado posteriormente a los
Estados Unidos, donde fue internado como súbdito enemigo hasta principios de 1946. En ese
lapso, el gobierno guatemalteco se había incautado también de su propiedad por considerada
enemiga.
Ahora bien, Nottebohm adujo en todo momento que no era ya alemán, puesto que después
del año 1939 había cambiado de nacionalidad y Liechtenstein era un país neutral. En
consecuencia, todo el proceso de su detención, internamiento y disposición de su propiedad
era internacionalmente ilegal. Como el gobierno guatemalteco se negó a reparar los
perjuicios y rechazó la protección de Liechtenstein, este país demandó a Guatemala ante la
Corte para que ésta declarara la existencia del entuerto internacional y fijara la debida
reparación. La Corte no llegó a fallar con respecto al fondo. Como Guatemala sostenía que
la nacionalidad de Liechtenstein no había sido adquirida por parte de Nottebohm según el D
i., no correspondía la protección de ese país, ya que no se cumplía el requisito
correspondiente, debió pronunciarse con respecto a esta excepción preliminar, y el fallo, que
se dio a conocer el 6 de abril de 1955, confirmó lo sustancial de la posición guatemalteca en
los términos siguentes "Corresponde a Liechtenstein, como Estado soberano, reglamentar
por su propia legislación la adquisición de su nacionalidad, así como conferirla por
naturalización otorgada por sus propios órganos con arreglo a esta legis1ación. No cabe
determinar si el Derecho Internacional establece algunos límites a la libertad de sus
decisiones en este campo. Por otra parte, los efectos más inmediatos de la nacionalidad, los
66
más amplios y, para la mayoría de las personas, los únicos que pueden darse, se verifican en
el orden jurídico del Estado que la confirió. La nacionalidad sirve ante todo para determinar
que quien la ostenta goza de los derechos y es pasible de las obligaciones que la legislación
de ese Estado acuerda o impone a sus nacionales. Esto está contenidq implícitamente en la
noción más amplia, según la cual la nacionalidad pertenece a la jurisdicción interna del
Estado.
"Pero la cuestión que debe resolver la Corte no pertenece al orden jurídico de
Liechtenstein. No depende ni de la ley ni de las decisiones de Liechtenstein establecer si este
Estado tiene el derecho de ejercer su protección en el caso en cuestión. Ejercer la protección,
dirigirse a la Corte, es colocarse en el plano del Derecho Internacional. Es el Derecho
Internacional el que determina si un Estado tiene personería para ejercer su protección y para
.recurrir ante la Corte.
"La naturalización de Nottebohm es un acto llevado a cabo por Liechtenstein en el
ejercicio de su jurisdicción interna. Se trata de determinar si este acto produce el efecto
internacional aquí considerado.
"En realidad, la práctica internacional ofrece muchos ejemplos de actos cumplidos en
ejercicio de su jurisdicción interna que no tienen necesaria o automáticamente efecto
internacional, que no se imponen a los demás Estados o que no se imponen sino en
determinadas condiciones: -es el caso, por ejemplo, de una sentencia dictada por el tribunal
competente de un Estado y que se intenta invocar en otro Estado.
"En el presente, caso, se trata de determinar si la naturalización conferida a Nottebohm
puede invocarse válidamente contra Guatemala si, tal como ya se ha dicho, le es oponible al
extremo de que Liechtenstein pueda fundarse en ella para ejercer la protección en favor de
Nottebohm contra Guatemala (.. .].
"Según la práctica de los Estados, las decisiones arbitrales y judiciales y las opiniones
doctrinales, la nacionalidad es un lazo jurídico que tiene como fundamento un hecho social
de vinculación, una solidaridad efectiva de existencia, intereses, sentimiento, junto a una
reciprocídad de derechos y deberes. Podría decirse que es la expresión jurídica del hecho de.
que el individuo a quien se la confiere, sea directamente por la ley, ora por un acto de las
autoridades se encuentra en realidad más vinculado a la población del Estado que la otorga
que a cualquier otro Estado. Conferida por un Estado, no lo autoriza al ejercicio de la
protección contra otro Estado, sino en el caso de que traduzca en términos jurídicos la
vinculación del individuo en cuestión al Estado que lo ha hecho su nacional.
"La protección diplomática y la protección por vía de recurso ante la justicia internacional
constituyen un medio de defensa de los derechos del Estado. Como lo ha dicho y repetido la
Corte Permanente de Justicia Internacional, "al tomar partido por uno de sus nacionales, al
recurrir a la acción diplomática o la acción judicial, lo que en realidad hace el Estado es hacer
valer su propio derecho; el derecho que le pertenece de hacer respetar en la persona de sus
nacionales el Derecho Internacional" (C.P.J.I., serie A, Nº 2, pág. 12, y serie AB, Nos. 20-21
pág. 17).
"Siendo ésa la característica que debe presentar la nacionalidad cuando se la invoca para
proporcionar al Estado que la confirió un título para ejercer la protección y recurrir a la acción
67
"Estos hechos demuestran claramente, por una parte, la ausencia de toda vinculación entre
Nottebohm y Liechtenstein, y por otra la existencia de una antigua y estrecha vinculación
con Guatemala; vinculación que su naturalización no disminuyó en absoluto. Esta natura-
lización no se basa en un vínculo real con Lichtenstein anterior a ella y en nada tuvo la virtud
de cambiar el género de vida de quien la obtuvo en condiciones excepcionales de rapidez y
benevolencia. En ambos aspectos, carece de la sinceridad que debe esperarse en un acto tan
trascendente para que pueda un Estado que se encuentra en la situación de Guatemala. Ha
sido otorgada sin tener en cuenta el concepto de nacionalidad en las relaciones
internacionales.
"Esta naturalización fue solicitada, no para obtener la consagración en el Derecho de la
integración real de Nottebohm a la población de Liechtenstein, sino que se la buscó como un
medio para lograr la sustitución de su cualidad de nacional de un Estado beligerante por la
de nacional de un Estado neutral, con el único objeto de colocarse así bajo la protección de
Liechtenstein y no seguir sus tradiciones, sus intereses, género de vida y asumir sus
obligaciones -que no sean las puramente fiscales- y ejercer los derechos que corresponden a
la calidad así adquirida. .
"Guatemala no está obligada a reconocer una nacionalidad así adquirida. En
consecuencia, Liechtenstein no puede legalmente proteger diplomáticamente a Nottebohm
con respecto a Guatemala y por este motivo debe ser declarada inadmisible su demanda".
"Las primeras decisiones fueron negativas. "Es muy significativo señalar en este sentido
que al reclamar una sociedad constituida en Gran Bretaña por un impuesto argentino que
presumiblemente infringía el Tratado de 1825 entre la República Argentina y Gran Bretaña,
los consejeros legales de la Corona contestaron que "las sociedades constituidas según el
Derecho británico no debían reputarse súbditos británicos al tenor de lo establecido en el
Tratado de modo que pudieran reclamar los privilegios comerciales con él previstos". El
Tratado, en su art. 9, habla de "súbditos y ciudadanos de las dos partes contratantes" (subjects
and citizens)" (Arnold Mac N air ). Se consideraba que la sociedad se constituía en virtud de
un contrato y que, en consecuencia, lo único que podía plantearse internacionalmente era el
69
problema del Derecho aplicable en caso de controversia, cuando la sociedad actuaba en otro
país. Se dijo entonces que el punto de conexión debería ser el de la "nacionalidad" de la
compañía. Y a su vez la nacionalidad se determinó en virtud de dos criterios distintos: el de
la sede social, seguido por países europeos, y el de la autorización, seguido por los países
del common law.
En otras palabras, la sociedad tiene la nacionalidad del país en que se halla su sede social,
o la del Estado que la autorizó a funcionar como tal.
. Cuando comenzaron a plantearse conflictos entre los Estados y las compañías extranjeras
que operaban dentro de sus fronteras debido a hechos que podrían ser ilícitos
internacionalmente, las grandes potencias cambiaron su criterio y comenzaron a reivindicar
para las sociedades el mismo derecho de protección diplomática que correspondía -a los
individuos. Para ello fue menester determinar previamente la nacionalidad. Pareció natural
en ese momento seguir los mismos criterios que se habían adoptado en el Derecho
Internacional privado para determinar el Derecho aplicable. Pero muy pronto se advirtió que
desde este punto de vista no eran satisfactorios.
Teoría del control. En efecto: ni por aplicación del criterio de la sede social ni menos
por el de la.autorización posible saber quiénes controlaban realmente la sociedad. Esto se vio
claramente durante la Primera Guerra Mundial cuando sociedades que tenían su sede social
en París, pertenecían en verdad a capitales alemanes. Fue necesario, por consiguiente, como
dice gráficamente un autor, "rasgar el velo que cubría la personalidad jurídica" (Martín
Domke).
Surgió así la teoría del control, según la cual la nacionalidad de una sociedad, para los
efectos de la protección diplomática, viene determinada por la nacionalidad de las personas
que controlan sus decisiones.
No puede decisrse que predomine efectivamente uno u otro criterio. En los últimos años,
y especialmente en el período entre guerras y el inmediatamente posterior a la Segunda
Guerra Mundial, pareció predominar el criterio del control. Hasta llegó a plantearse la
posibilidad de que grupos minoritarios de accionistas pudieran ser protegidos por el Estado
de su nacionalidad aún cuando el Estado de la nacionalidad de la compañía no ejerciera
ninguna acción. Este fue el criterio que pretendieron impulsar los Estados Unidos a causa de
daños sufridos en China por sociedades no estadounidenses en que, sin embargo, individuos
de esta nacionalidad tenían intereses. Así, por ejemplo, en una nota remitida por el
Departamento de Estado al Gobierno de China sobre el particular el 15 de febrero de 1938,
se decía: "Los daños sufridos por organizaciones no autorizadas por los Estados Unidos.
pueden dar lugar a reclamaciones por parte de este gobierno en favor de nacionales
estadounidenses, pero sólo en la proporción del dominio estadounidense en tales empresas.
Por ejemplo, si nacionales estadounidenses son propietarios del 40% de las acciones de una
sociedad extranjera, puede reclamarse en favor de tales nacionales hasta el 40% de lós daños
sufridos por la sociedad" (Green Haywood Hackworth). Sin embargo, en la última decisión
jurisdiccional importante sobre este tema, dada a conocer por febrero de 1970, se descartó
este criterio y se siguió considerando válidos para determinar la nacionalidad, a los efectos
de la protección diplomática, a los de la sede social y de la autorización”.
70
Anota Rousseau 179 que en un comienzo se aceptó que los propietarios de los capitales
aportados a una sociedad o los acreedores de ésta pudieran por su sola condición de tales,
independientemente de toda vinculación con el Estado, al que igualmente pertenece la so-
ciedad, reclamar para sí la intervención diplomática de su propio Estado contra aquel al que
le son imputables las medidas que afectan a la sociedad.
Posteriormente se rechazó la teoría tradicional de la ficción, que consideraba a la sociedad
como entidad jurídica abstracta, totalmente independiente de las personas físicas que la
componen. La nueva teoría de la realidad jurídica contempla los elementos reales que
constituyen una sociedad: individuos y capitales.
Así, la Comisión Mixta de Lima, asunto Ruden, entre los Estados Unidos y el Perú 180-
aceptó esa última posición jurídica: la admisibilidad de la intervención en favor de los
accionistas de una sociedad extranjera. . - - J
Sorensen 181 discute la afirmación de que "la práctica estatal y los laudos arbitrales
internacionales han llegado a reconocer el derecho de un Estado a intervenir en favor de sus
nacionales accionistas de una compañía que ha sido perjudicada por el Estado de la propia
nacionalidad de ella" 182.
Sobre el particular señala lo siguiente:
"Es opinión nuestra que un análisis de la práctica estatal y de los laudos arbitrales
correspondientes arroja dudas sobre esta conclusión. En cuanto a la práctica de los Estados,
es cierto que en algunos casos se han enviado reclamaciones a los Ministerios de Relaciones
Exteriores en nombre de los accionistas, por Estados Unidos y el Reino Unido (Jones,
"Claims on behalf of National who are Shareholders in Foreign Companies", 26 BYIL, 225
(1949); pero tales reclamaciones que no siempre constituyeron un ejercicio formal del
derecho de la protección diplomática, fueron rechazadas por los países a los cuales fueron
dirigidas, y se llegó a la solución definitiva por acuerdos mutuos mediante satisfacciones
hechas a las sociedades (26 BYIL, 239 (1949). y lo que es aún más sigficativo, en ciertos
casos importantes, el Reino Unido elaboró argumentos de .peso para rechazar reclamaciones
similares dirigidas a su propio gobierno (US For. Rel., 1928, Volumen II, págs. 957 y ss.), y
Estados Unidos declinó intervenir en nombre de los accionistas por respeto a la personalidad
jurídica social (Moore' s Digest, págs. 644 y 646). Por lo tanto, no se puede aducir ningún
argumento válido con base en una práctica estatal tan limitada y contradictoria.
. Sobre los precedentes arbitrales, no existen laudos arbitral es basados en el derecho
internacional que reconozcan o proclamen el derecho de un Estado para tomar el caso de sus
nacionales, accionistas de una sociedad, por actos que afecten a la compañía, en relación con
el Estado de la nacionalidad de la compañía o con cualquier otro Estado. El caso Delagoa
Bay Railway, frecuentemente invocado (Moore, op. cit., págs. 1866 y ss.), no sirve de
autoridad para tal proposición. El ius standi de los reclamantes fue reconocido por Portugal
en el compromis, y el laudo se basa explícitamente en este acuerdo específico y no en el
derecho internacional general que, sugiere el tribunal, hubiera llevado a una solución
diferente. El caso El Triunfo (1902) (US For. Rel., 1902, pág. 838) es un ejemplo de
protección de los accionistas afectados directamente en sus derechos de celebrar juntas y
elegir directores. Otros casos que se invocan, tales como Melilla-Ziat Ben Kiran (1924) (2
71
RIAA, 729); Shtlfeldt (1930) (2 RIAA, 1083) y Ruden (1870). Lapradelle et Politis (op. cit.,
Vol. 11, págs. 589 en 592) se refieren no a sociedades sino a compañías de tipo privado, cuya
personalidad jurídica no se encuentra reconocida por todos los sistemas jurídicos. Por último,
la reclamación Alsop (1911) (Hyde, op. cit., pág. 902, nota 5) fue decidida por el Tribunal no
con fundamentos jurídicos, sino como "amiable compositeur". Por otra parte, varios laudos
arbitrales han rechazado expresamente las reclamaciones presentadas a favor de los
accionistas y dirigidas contra el Estado de la nacionalidad de la compañía. En cuatro casos,
las Comisiones Mixtas venezolanas rechazaron reclamaciones en nombre de los accionistas
de sociedades de nacionalidad venezolana (caso Kunhardt (1903),9 RIAA, 171; caso Brewer,
Moller & Co. (1903), 10 RIAA,433; caso Baasch and Romer (1903), ibíd., 723; caso
Henríquez (1902), ibíd., 727)".
Caso de la Barcelona Traction, Light and Power Company Limited. 2ª fase (Bélgica c.
España) Corte Internacional de Justicia 183.
"Descripci6n del caso. La Barcelona Traction es una sociedad holding constituida, en
1911, en Toronto (Canadá), en dode se halla su sede. Con el propósito de establecer y
desarrollar en Cataluña una red de producción y distribución de de energía eléctrica habóa
fundado cierto número de sociedades auxiliares de explotación, financieras y titulares de
concesiones.
Sin embargo, al tenor de lo alegado por el gobierno belga, gran parte de las acciones
pasaron a manos de personas fisicas o jurídicas belgas después de la Primera Guerra Mundial.
Como consecuencia de las restricciones cambiarias establecidas por el gobierno
español a partir de la guerra civil, la sociedad no pudo hacer frente al pago de las obligaciones
que había contraído en libras esterlinas. Por ello, y en virtud de una demanda presentada por
tres tenedores españoles de obligaciones presentada el 9 de febrero de 1948, el tribunal
español decretó la quiebra dela sociedad y su poestrior liquidación. Debido a esta
circunstancia, el gobierno de Canadá, que había autorizado el funciona:miento de la sociedad,
asumió su protección y efectuó una serie de presentaciones diplomáticas ante el gobierno
español a partir del 27 de marzo de 1948 y hasta el 21 de abril de 1952. Posteriormente,
negociaciones oficiosas tuvieron lugar entre julio de 1954 y marzo de 1955. Estas gestiones
no continuaron y en la práctica se produjo a partir de esa fecha un desistimiento del gobierno
canadiense.
El gobierno belha había intervenido a favor de los accionistas de su nacionalidad también
a partir del 27 de marzo de 1948, y su acción diplomática continuó hasta fines de 1951, en
que propuso al gobierno español someter a arbitraje el conflicto. Esta proposición fue
rechazada.
consecuencia de las decisiones adoptadas por sus órganos jurisdiccionales. Pero España
opuso algunas excepciones preliminares, una de ellas referida a la legalidad de la protección
ejercida por el gobierno belga. La objeción consistía en que Bélgica carecía de jus standi ante
la Corte, ya que la compañía no tenía su nacionalidad.
. b) El fallo. La Corte decidió que era válida la excepción planteada en su fallo del 5 de
febrero de 1970 y, por consiguiente, no tuvo oportunidad de pronunciarse sobre la otra
excepción relativa al agotamiento de recursos internos no sobre el fondo. Expresó lo si-
guiente: "Al tratar de definir el Derecho aplicable en el presente caso, la Corte debe tener en
cuenta la evolución continua del Dere cho Internacional. La protección diplomática se refiere
a un sector muy delicado de las relaciones internacionales, desde que el interés de un Estado
en proteger a sus nacionales choca con los derechos del soberano territorial; un hecho que el
Derecho general en la materia ha debido tener en cuenta a fin de evitar abusos y fricciones.
Estrechamente ligada desde su origen al comercio internacional, la protección diplomática
se ha visto influida en forma muy particular por el desarrollo de las relaciones económicas
internacionales así como por las transformaciones profundas que han tenido lugar en la vida
económica de las naciones. Estos últimos cambios han engendrado en el Derecho interno
instituciones que han desbordado las fronteras y comenzado a ejercer una influencia
considerable sobre las relaciones internacionales. Uno de esos fenómenos, especialmente in-
teresante en este caso, concierne. a la sociedad anónima.
En este ámbito, el Derecho Internacional ha debido reconocer instituciones de Derecho
interno que desempeñan un papel importante y se han expandido extraordinariamente en el
plano internacional. No resulta necesariamente de ello una analogía entre sus propias
instituciones y las del Derecho interno; así como tampoco significa hacer depender las reglas
del Derecho Internacional de categorías de Derecho interno. Esto quiere decir simplemente
que el Derecho Internacional ha debido reconocer en la sociedad anónima una institución
creada por los Estados en un ámbito que pertenece esencialmente a la competencia nacional.
Este reconocimiento hace preciso que el Derecho Internacional se refiera a las reglas
pertinentes del Derecho interno, cada vez que se plantean cuestiones jurídicas relativas a los
derechos de los Estados que se refieren al tratamiento de sociedades y accionistas y a
propósito de los cuales el Derecho Internacional no ha formado sus propias reglas. [. . .J.
"EI Derecho interno determina no solamente la situación jurídica de la sociedad anónima,
sino también la situación jurídica de las personas que poseen acciones de esta sociedad. El
accionista no podría identificarse con la sociedad, de la que está separado por numerosas
barreras. Es sobre una estricta distinción entre dos entes separados, la sociedad y el
accionista, cada uno dotado de un conjunto de derechos distintos, que reposa la noción de
sociedad anónima y que se funda su estructura. La separación de los patrimonios de la
sociedad y del accionista es .una manifestación importante de esta distinción. Mientras la
sociedad subsiste, el accionista no tiene ningún derecho al activo social.
"Una de las características esenciales de la estructura de la sociedad anónima es que la
sociedad es la única en poder actuar, por intermedio de sus administradores o de su dirección
en toda cuestión de carácter social. Esto se explica fundamentalmente en base a la idea de
que al defender sus propios intereses la sociedad también sirve los de sus accionistas.
Normalmente ninguno de los accionistas puede intentar una acción en forma aislada, tanto
en nombre de la sociedad como en nombre propio. Si los accionistas no aprueban las
73
decisiones tomadas por la sociedad, pueden modificarlas o re. emplazar la dirección con
arreglo a los estatutos o a las disposiciones de la ley o adoptar las medidas autorizadas por la
ley. Así, con miras a proteger a la sociedad contra los abusos de la dirección o de una mayoría
de accionistas, numerosos sistemas de Derecho interno acuerdan a los accionistas (a veces a
un número determinado de ellos) el derecho de intentar una acción en defensa de la sociedad
y confieren ciertos derechos a los accionistas minoritarios para salvaguardarlos contra toda
decisión que atente a los derechos de la sociedad. respecto de la direccción o de los
accionistas mayoritarios. No obstante, los derechos de los accionistas respecto de la sociedad
y de sus bienes siguen siendo limitados, lo que por otra parte es un corolario del carácter
limitado de su responsabilidad
"Al abordar ahora el caso desde el ángulo visual del Derecho Internacional, la Corte debe,
como ya lo ha indicado, partir del he-cho de que el presente caso pone en juego esencialmente
factores provenientes del Derecho interno,- a saber, lo que hay de distinto y lo que hay de
común entre la sociedad y el accionista- que las partes han tomado como premisa de su
razonamiento aunque dando interpretaciones muy divergentes. Si la Corte debiera
pronunciarse sin tener en cuenta instituciones de Derecho interno, se expondría a graves
dificultades jurídicas y sin justificación, Perdería contacto con lo real, ya que no existen en
el Derecho Internacional instituciones correspondientes a las que la Corte pudiera acudir. Por
eso es que, como se dijo anteriormente, no sólo la Corte debe tomar en consideración el
Derecho interno, sino que debe referirse a él. Es a reglas generalmente aceptadas por los
sistemas del Derecho interno que reconocen a la sociedad anónima, cuyo capital está re-
presentado por acciones, y no al Derecho Internacional que debe acudir. Cuando apela a tales
reglas, la Corte no podría modificarlas y mucho menos reformarlas.
"En el plano internacional, el gobierno belga ha impulsado la idea que es admisible
rehusar al Estado nacional de los accionistas el derecho de ejercer su protección diplomática
por la sola razón de que otro Estado posee un derecho correspondiente en lo que atañe a la
misma sociedad. En buena lógica y en Derecho estricto, esta forma de presentar la pretensión
del gobierno belga, que le permitiría accionar, postula la existencia del derecho que
justamente sería necesario demostrar. En realidad, el gobierno belga ha destacado en varias
oportunidades que no existe ninguna regla de Derecho Internacional que deniegue al Estado
nacional de los accionistas el derecho de ejercer su protección diplomática para obtener la
reparación como consecuencia de hechos ilícitos cometidos por otro Estado contra la
sociedad de la cual sus nacionales son accionistas. Al enfatizar que este derecho no está
excluido expresamente, se admite a contrario que ninguna regla de Derecho Internacional
confiere expresamente tal derecho al Estado nacional de los accionistas.
La Corte va a examinar ahora algunos otros motivos en base a los cuales se podría
concebir que el gobierno belga está justificado en presentar una demanda en nombre de los
accionistas de la Barcelona Traction.
"Por las razones indicadas precedentemente, la Corte debe referirse aquí. al Derecho
interno [,. .]. Confrontado con la realidad económica el Derecho ha debido prever medidas
protectoras y recursos, tanto en interés de los que forman parte de la sociedad como de los
que, situándose afuera, tienen que tratar con ella: el Derecho ha reconocido que la existencia
independiente de la personalidad jurídica no debe ser considerada como un absoluto. Es
dentro de esta perspectiva que se ha considerado justificado y equitativo "levantar el velo
74
En enero de 1948 las autoridades suizas anularon el bloqueo de los bienes de .la
lnterhandel situados en Suiza, pero la Comisión mixta se negó a admitir los resultados de las
investigaciones realizadas en Suiza, sin que el asunto llegara a someterse a arbitraje. El
Gobierno suizo pidió a los Estados Unidos que pusiera fin al bloqueo de los bienes de la
77
En primer lugar, se alega que los Tribunales de Lituania no tienen competencia para
conocer de una acción que se intentase ante ellos en el presente negbcio. En segundo lugar
se alega que, en un punto -que constituye un elemento esencial de la causa de Estonía-, la
más alta instancia judicial de Lituania dio ya una decisión que no admitía la reclamación de
la sociedad de Estonia.
Si alguno de estos puntos pudiera ser acreditado, el Tribunal debería rechazar la segunda
excepción de Lituania. En efecto, no puede haber lugar al recurso a los Tribunales internos
si éstos no tienen competencia para estatuir; no es tampoco necesario recurrir una vez más a
los Tribunales internos si el resultado debe ser la re petición de una decisión ya dada.
(CPJI, serie A/B, núm. 76, pág. 18.)
La cuestión de si los Tribunales de Lituania son o no competentes para conocer de un
proceso determinado depende de la ley de Lituania y en esta materia únicamente los
Tribunales lituanos pueden dar una decisión definitiva. El Tribunal no tiene que apreciar los
argumentos desarrollados ante él, bien con el fin de establecer la competencia de los
Tribunales lituanos invocando ciertas disposiciones de las leyes en vigor en Lituania, bien
para denegar su competencia atribuyéndoles un carácter particular (competencia iure imperii)
al acto del Gobierno lituano. Mientras no se demuestre netamen ante él que los Tribunales
litua.nos no tienen competenciapara conocer de una acción introducida por la Sociedad
Esimene con el fin de que se reconozca su título de propiedad a la línea Panevezys-Sadutiskis,
el Tribunal no puede aceptar la tesis del agente del gobierno de Estonia, según la cual la regla
del agotamiento de los recursos internos no encontraría aplicación en el caso presente, porque
la ley lituana no concede ningún recurso".
79
concretas que se sigan ante uno de los tribunales internos, el reclamantedebe haber hecho uso
de todas las facilidades procesales que le conceda el ordenamiento jurídico interno en materia
de llamamiento de testigos, aportación de documentos, etc.".
Esta norma... bien establecida... significa que el Estado contra el que se incoa una acción
internacional por daños sufridos por particulares, tiene derecho a oponerse a dicha acción si
las personas que alegan haber sufrido los daños no han agotado primero todos los recursos
que les ofrece la legislación interna de dicho Estado. El Estado demandado tiene derecho a
exigir que se hayan utilizado plenamente todos los recursos internos antes de que el Estado
del que son nacionales las personas que alegan haber sufrido los daños lleve las materias
litigiosas al plano internacional.
Para sostener eficazmente quel procedimiento internacional es inadmisible, el Estado
demandado debe probar la existencia, en su sistema de Derecho interno, de recursos que no
se hayan utilizado. Sin embargo, las opiniones de los autores y los precedentes judiciales
coinciden en que la existencia de recursos evidentemente ineficaces no basta para justificar
la aplicación de la norma. El Estado demandado no puede, para impedir una acción
internacional, invocar recursos que no sean capaces de rectificar la situación.
Es más, se considera en general, a pesar de ello, que la ineficacia de los recursos
disponibles, sin ser cierta jurídicamente, puede obedecer también a circunstancias que no
permitan cifrar ninguna esperanza de reparación en el uso de dichos recursos. Mas, en seme-
jante caso, es esencial" demostrar que tales recursos, de haberse utilizado, habrían resultado
evidentemente inútiles.
80
Sin embargo, resulta claro que la norma no. puede forzarse de!llasiado. En sentido literal
implicaría que el hecho de no haber utilizado algunos medios procesales -incluso alguno que
no sea importante para la defensa .de la acción- bastaría para que el Estado demandado
pudiera alegar que no se han agotado los recursos internos y que, por consiguiente, no puede
incoarse la acción internacional. Ello daría a la norma del agotamiento previo de los recursos
internos un alcance inaceptable.
En el parecer de la Comisión, únicamente cabría aceptar que la no utilización de ciertos
medios constituya una falta de agotamiento de los recursos internos, si dicho uso fuera
esencial para fundamentar la pretensión del demandante ante los tribunales internos...
El Gobierno griego alega que si eÍ Sr. Ambatielos hubiera llamado a declarar como
testigo al Mayor Laing, Mr. Justice Hill (magistl:ado inglés que juzgó el caso en primera
instancia) hubiera dictado una decisión en su favor.
El criterio a seguir respecto a si el testimonio del Mayor Laing era esencial tiene que ser,
por consiguiente, aceptar lo que el gobierno reclamante alega, v. gr., que el testimonio del
Mayor Laing hubiera servido para fundamentar la reclamación presentada por el Sr.
Ambatielos ante Mr. Justice Hill.
Ambatielos no se hallaba impedido, según el Derecho inglés, para llamar al Mayor Laing
como testigo. . .. la omisión del Sr. Ambatielos al no llamar al Mayor Laing como testigo en
81
la vista ante Mr. Justice Hill tiene que sostenerse que equivale, por lo tanto, al no agotamiento
del recurso interno de que disponía en el procedimiento que seguía ante Mr. Justice Hill.
Puede ser que la decisión del Sr. Ambatielos de no llamar al Mayor Laing como testigo,
con la consecuencia de no agotar los recursos internos, se debiera a razones de conveníencia
-muy comprensibles en sí mismas- relativas a la presentación del caso ante Mr. Justice Hill.
Sin embargo, éste es un punto sobre el que no hay que pronunciarse. La Comisión no tiene
que ocuparse de si actuó correcta o equivocadamente al hacerlo de la forma que lo hizo. El
(Sr. Ambatielos) tomó su decisión corriendo su propio riesgo.
Se . tiene que presumir que el testimonio del Mayor Laing era esencial para el éxito de
la acción del Sr. Ambatielos ante Mr. Justice Hill. Pudo haber sido presentado. por el Sr.
Ambatielos, pero de hecho no se presentó. Por lo tanto, el Sr. Ambatielos no agotó los
recursos internos de que disponía en el procedimiento seguido ante Mr. Justice Hill. .. . . la
omisión del Sr. Ambatielos de continuar (la defensa) de la apelación general que había
interpuesto contra la decisión de Mr, Justice Hill debe considerarse normalmente como un
supuesto de no agotamiento de los recursos internos. . .
Sería injusto mantener que una parte que, al no agotar su oportunidad en el tribunal de
primera instancia, ha hecho que la apelación resulte inútil, pueda invocar este hecho para
eludir la norma del agotamiento de los recursos jurídicos ( Nations Unies, Recueil des
Sentences Arbitrales, vol. XII, págs. 119-122. Oriol Casanovas, obra citada, págs. 337 a
339)".
Se exige también la existencia de un vínculo entre el extranjero y el Estado ante cuyos
tribunales se recurre previamente en demanda de justicia. Así lo exigió la Corte Internacional
en el caso relativo al incidente aéreo, de 27 de julio de 1955, entre Israel y Bulgaria.
"Ha sido la República mexicana, por sus peculiares relaciones con los Estados
Unidos, el país en donde mejor desarrollo legislativo ha alcanzado la referida Cláusula. Así,
el Artículo 27, Fracción I, de la Constitución mexicana de 1917: "La capacidad para adquirir
el dominio de las tierras y aguas de la nación se regirá por las siguientes prescripciones: 1.
Sólo los mexicanos por nacimiento o por naturalización y las sociedades mexicanas tienen
derecho para adquirir el dominio de las tierras, aguas y sus accesiones, y para obtener
concesiones de explotaciones de minas, aguas o combustibles minerales de la República
Mexicana. El Estado podrá conceder asimismo derecho a los extranjeros siempre que
convengan ante la Secretaría de Relaciones Exteriores en considerarse como nacionales con
respecto de dichos bienes, y no invocar, por lo mismo, la protección de sus gobiernos por lo
que se refiere a aquéllos, bajo la pena, en caso de faltar al convenio, de perder en beneficio
de la nación los bienes que hubieran adquirido en virtud del mismo" (en el mismo sentido el
Artículo 29 de la Ley Orgánica, de esta fracción, así como los Artículos 29 y 49 de su Re-
glamento, Artículo 12 de la Ley de Vías Generales de Comunicación, Artículo 69 de la Ley
de Pesca, e iguales disposiciones en la Ley del Petróleo .y en la Ley de Minas).
Una mejor redacción se encuentra en el Artículo 39 de la Ley para Promover la Inversión
Mexicana y Regular la Inversión Extranjera, de 16 de febrero de 1974 (Diario Oficial, marzo
9 de 1973), que establece: "Los extranjeros que adquieren bienes de cualquier naturaleza de
la República Mexicana, aceptan por ese mismo hecho, considerarse como nacionales
respecto de dichos bienes y no invocar la protección de su gobierno por lo que se refiere a
aquéllos, bajo la pena, en caso contrario, de perder, en beneficio de la nación, los bienes que
hubieren adquirido." . .
La esencia de esta cláusula es la de despojar de contenido material a cualquier
reclamación diplomática hecha por daño a un extranjero. La cláusula Calvo expresada en
estos términos es, pues, un. convenio y participa consecuentemente de todas las
características de estos actos jurídicos. La renuncia a realizar los movimientos necesarios
para solicitar la ayuda de su país viene a ser para el extranjero una condición que no lesiona
ningún derecho; es sólo un aumento en los riesgos de pérdida asociados normalmente a
cualquier relación contractual por la que se obtiene un privilegio.
El panorama actual de la cláusula Calvo. Ha sido posible notar en los últimos tiempos
una visible ausencia de la cláusula Calvo enel foro de las disputas internacionales. Desde que
terminó la labor de las Comisiones Mexicanas de Reclamaciones, en los treinta, no ha vuelto
a presentarse una discusión en cuanto al alcance y validez deeste dispositivo.
Shea lo atribuye a varias causas: a que la postguerra creó una tensión internacional que
alejó la posibilidad de discutir materias menores; a que han mejorado las condiciones de la
administración de justicia y las de estabilidad- política de buena voluntad en el Hemisferio.
Pero también este autor hace resaltar en su excelente libro que probablemente ello pueda
deberse a que al fin se le ha reconocido a la cláusula Calvo un cierto grado de validez por los
países inversionistas, y eso hace que el extranjero procure ceñirse a los términos de su
convenio y conformarse en su caso con el grado de reparación que la justicia interna del país
le conceda, a menos de que se le cometiera una flagrante, una manifiesta denegación de
justicia. Hace notar, asimismo, que no deja de influir en esto la circunstancia que las
relaciones entre el empresario extranjero y los gobiernos de la América Latina son mucho
más armónicas que en el pasado.
84
Señala también Shea que sin duda la cláusula Calvo, en una evolución lógica y natural
del derecho de gentes, tenderá a desaparecer, porque la protección diplomática -su causa
eficiente- no encontraría lugar en un sistema en el que los individuos a los que se habráde
reconocer la calidad de sujetos del derecho de gentes, podrán acudir a un tribunal
internacional a solicitar la reparación correspondiente si hubieren recibido alguna injuria por
parte de un Estado.
Pero también se puede atribuir ese desplazamiento de la cláusula Calvo a que la
comunidad internacional está mejor organizada que en los dorados tiempos de la intervención
y a que la opinión pública universal repele las presionantes actitudes de la interposición diplo-
mática, hoy ya en franco desprestigio. De otro lado, el método de la inversión privada
extranjera ha variado completamente, y muchos países procuran alejar esas inversiones de
campos peligrosos de conflicto, reservando ciertos renglones de inversión exclusivamente a
los nacion'ales (por ejemplo, véase decreto de 7 de julio de 1944, México, Diario Oficial,
julio 14 de 1944, por el cual determinados sectores de inversión pueden estar sólo en manos
de mexicanos por nacimiento,y en otros admite solamente el 49% de las porciones sociales
en poder de extranjeros)”
Ante esta realidad y bajo los auspicios del Banco Mundial195, se suscribió en el año
1966 la Convención que creó el Centro Internacional de Arreglos de Disputas de Inversiones
(CIADI) (la Convención, también conocida como la Convención de Washington), el cual
cumplidas ciertas condiciones puede dilucidar las disputas legales de inversiones que surjan
entre el inversionista extranjero y el Estado receptor.
85
CIADI, en consecuencia, trae la posibilidad que las disputas legales entre inversionista
y Estado receptor pueden ser dilucidadas en un foro neutral y en relativas condiciones de
igualdad 196.
De acuerdo al artículo 27 del Convenio de Washington: “Ningún Estado concederá
protección diplomática, ni promoverá reclamación alguna respecto de cualquier diferencia
que uno de sus nacionales y otro Estado Contratante hayan consentido en someter o hayan
sometido a arbitraje conforme a este Convenio, salvo que este último no haya acatado el
laudo dictado en tal diferencia o haya dejado de cumplirlo”.
De acuerdo a esta disposición legal, existe una doble renuncia: el inversionista
renuncia a la protección diplomática que podríam otorgarle su Estado; y el Estado receptor
de la inversión renuncia a su jurisdicción interna
Señalan Roberto Mayorga L., Joaquin Morales G.y Rodrigo Polanco L.197, que el
CIADI es un organismo público internacional que nació a la vija jurídica como consecuencia
de la celebración del Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre
Estados y Nacionales de otros Estados, tratado multilateral celebrado en Washington, en
1965, conocido como el “Convenio de Washington”; y que fue producto de una estrategia
del BIRF para estimular las inversiones de los países desarrollados en los en vias en
desarrollo. Agregan que 154 países han suscrito dicho convenio, 140 de los cuales lo han
ratificado. En Chile entró en vigencia el 14 de enero de 1992. La misión del CIADI es
proporcionar a los inversionistas extranjerosmecanismos de solución de controversias, tanto
de arbitraje, como de conciliación, los que pueden accionar en contra del Estado receptor de
la inversión por los daños que éste o sus organismos le causaren.
A agosto de 2004, se han tramitado 165 casos. Del total de casos terminados y en
tramitación, 4 correspondian a procedimientos de conciliación y 167 a arbitraje 198
El 24 de diciembre de 2002, las Empresas Lucchetti S.A. y Lucchetti Perú presentaron
una solicitud de arbitraje ante el CIADI, contra Perú, por la clausura de su planta en este país,
invocando el Convenio Bilateral para la Promoción y Protección de las Inversiones, suscrito
entre ambos países.
El CIADI, por sentencia de fecha 7 de febrero de 2005 se declaró incompetente para
conocer sobre el fondo de la controversia, aduciendo que ésta se había producido con
anterioridad a la entrada en vigor del referido convenio bilateral.
Otros casos que involucran a Chile o a sus nacionales son los siguientes:
Victor Pey Casado y Fundación Presidente Allende v. República de Chile, relativo a
los bienes de l diario “Clarín”; MTD Equito Sdn.Bhd. y MTD Chile S.A. v. Chile, que se
refiere a un proyecto comercial en la comuna de Pirque y a una empresa de Malasia. 199
86
Con el objeto de promover las inversiones extranjeras directas hacia las economías
emergentes y reducir la pobreza, se ha creado el Organismo Multilateral de Garantía de
Inversiones- MIGA-, que ofrece a inversionistas y financistas extranjeros garantías respecto
a riesgos políticos o no comerciales respecto a las inversiones. Fue creado mediante una
convención internacional aprobada por los Gobernadores del Banco Internacional de
Reconstrucción y Fomento, y entró en vigor el 12 de abril de 1988. Son suscriptores del
convenio 22 países industrializados y 142 Países en desarrollo, Chile entre éstos 200. En
nuestro país el convenio se encuentra vigente.201
Debido a estos instrumentos legales, la protección diplomática de los inversionistas
extranjeros tiende a desaparecer, conservándose, principalmente, en la protección de los
derechos humanos
8. el Estado debe pagar la cantidad total de US$39.700,00 (treinta y nueve mil setecientos
dólares de los Estados Unidos de América) o su equivalente en moneda hondureña, por
concepto de indemnización del daño material, distribuida de la siguiente
manera.......................
9. el Estado debe pagar la cantidad total de US$245.000,00 (doscientoscuarenta y cinco mil
dólares de los Estados Unidos de América) o su equivalente en moneda hondureña, por
concepto de indemnización del daño inmaterial, distribuida de la siguiente
manera:..............................
10. el Estado debe continuar investigando efectivamente los hechos del presente caso
......identificar a los responsables tanto materiales como intelectuales, así como a los
eventuales encubridores, y sancionarlos administrativa y penalmente según corresponda; que
los familiares de la víctima deberán tener pleno acceso y capacidad de actuar, en todas las
88
etapas e instancias de dichas investigaciones, de conformidad con la ley interna y las normas
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; y que los resultados de las
investigaciones deberán ser públicamente divulgados.
11. el Estado debe brindar las condiciones necesarias para trasladar los restos mortales del
señor Juan Humberto Sánchez al lugar de elección de sus familiares, sin costo alguno para
ellos en los términos de los párrafo 187 de la presente Sentencia.
12. el Estado, debe implementar un registro de detenidos que permita controlar la legalidad
de las detenciones, en los términos del párrafo 189 de la presente Sentencia.
dentro de los noventa días contados a partir de la notificación de la sentencia, libre de todo
impuesto que eventualmente pudiera considerarse aplicable. Sin embargo, el pago podrá ser
hecho por el Gobierno en seis cuotas mensuales iguales, la primera pagadera a los noventa
días mencionados y así sucesivamente, pero en este caso los saldos se acrecentarán con los
intereses correspondientes, que serán los bancarios corrientes en ese momento en Honduras.
90
directamente la suma que se le asigna. Los tres cuartos restantes a su la hija. Con la suma
atribuida a la hija se constituirá un fideicomiso en el Banco Central de Honduras, en las
condiciones más favorables según la práctica bancaria hondureña. La hija recibirá
mensualmente los beneficios de este fideicomiso y al cumplir los veinticinco años de edad
percibirá el capital.
54. Todo el proceso de cumplimiento de la indemnización compensatoria estará bajo la
supervisión de la Corte. El proceso se dará por concluido una vez que el Gobierno haya dado
cumplimiento integral a la presente sentencia.
PRÁCTICA INTERNACIONAL
92
“Caso M artini (Italia c. Venezuela) 207. Este caso fue decidido por la Comisión Mixta
italiano-venezolana, constituida en virtud del Tratado entre ambas naciones del 13 de febrero
de 1903. Ante la Comisión, Martini y Cía., concesionarios de un ferrocarril y de minas de
carbón en virtud de un contrato con el gobierno venezolano, presentaron una reclamación por
daños resultantes de varios acontecimientos y hechos relacionados con la guerra civil que
había tenido lugar en Venezuela.
Venezuela planteó previamente una excepción preliminar a la competencia de la
Comisión, basándose en el arto 16 del contrato, que decía: "Las dudas y controversias que
pudieran surgir en la interpretación y ejecución del presente contrato serán resueltas por los
tribunales de la República de conformidad con sus leyes y de ninguna forma podrán dar lugar
a una reclamación internacional".
Al respecto señaló el árbitro Ralston designado de común acuerdo: "Italia y Venezuela,
por iniciativa de sus respectivos gobiernos, han acordado someter, para su consideración por
esta Comisión Mixta, las reclamaciones de nacionales italianos contra Venezuela. El derecho
de un poder soberano de realizar un acuerdo de este tipo es completamente superior al del
individuo para renunciarlo. A mi juicio, se encontraba totalmente fuera de las posibilidades
de un nacional italiano extinguir el derecho superior de su nación".
Como se advierte, en este caso el árbitro desecha por completo la posibilidad de que la
Cláusula Calvo pueda tener alguna repercusión desde el punto de vista internacional.
“Caso The North American Dredging (Estados Unidos C. México)208 Este caso se refiere
a una sociedad estadounidense que había firmado con el gobierno mexicano, el 23 de
noviembre de 1912, un contrato para dragar el puerto de Salina Cruz. En el contrato existía
una cláusula en cuya virtud el contratista "no podría reclamar ni tendría, con respecto a los
intereses y negocios relacionados con el contrato, otros derechos o recursos para obtener su
reconocimiento que no fueran los acordados por las leyes de la República a los mexicanos ni
gozarían de otros derechos que no fueran los establecidos en favor de los mexicanos. Por
consiguiente, carecerían de todo derecho como extranjeros y en ningún caso se permitiría la
intervención a agentes diplomáticos extranjeros con motivo de cualquier asunto que se refiera
al contrato". La compañía, alegando pérdidas pecuniarias sufridas como consecuencia del
incumplimiento por parte de México de sus compromisos, logró que Estados Unidos
presentara, ante la Comisión Mixta establecida por el Tratado del 18 de septiembre de 1923,
una reclamación en su nombre. Según el art. I del tratado, la comisión debía pronunciarse
sobre todas aquellas reclamaciones "que hubieran podido ser presentadas a cada gobierno
para su patrocinio ante el otro". Según el art. V, "las altas partes contratantes, deseosas de
llevar a cabo un arreglo equitativo de las reclamaciones de sus respectivos nacionales, y por
tanto proporcionarles una compensación adecuada y justa por sus pérdidas y daños, acuerdan
que ninguna reclamación será rechazada o desestimada por la Comisión por aplicación del
principio general de Derecho Internacional en cuya virtud deben agotarse los recursos legales
como condición previa a la admisión de cualquier reclamación.
Ante la Comisión, el abogado mexicano solicitó que se rechazara la reclamación en
virtud de la Cláusula Calvo contenida en el contrato. La comisión decidió en favor de la
compañía y he aquí, sintéticamente expuestas, las razones alegadas. En primer lugar,
consideró que ]a Cláusula Calvo era legal y oponible a la parte contratante dado que "según
93
las normas del Derecho Internacional no existe ninguna disposición que impida a un
extranjero prometer que no ignorará los recursos locales. Por el contrario, la norma
internacional dispone que no puede interponerse una reclamación internacional a menos que
se hayan agotado los recursos locales". Pero, al proceder de esa forma, el reclamante "no
renunció a derechos que tiene como nacional estadounidense para recurrir a su gobierno por
protección contra violaciones del Derecho Internacional (hechos ilícito s internacionales), ya
sea que surgieran de este contrato o de otras situaciones", y "no afectó ni pudo afectar el
derecho de su gobierno de extender su protección en general o extenderle su protección
contra violaciones del Derecho Internacional”
Hasta ahora, la argumentación parece bastante lógica. Pero, si es que el individuo no
puede afectar el derecho de su Estado de protegerIo, y si "su" Estado ha acordado que el
hecho de no haber agotado los recursos internos no impediría el planteamiento de ]a
reclamación, puesto que la compañía no los había iniciado en efecto, ¿cómo impedir que se
presentara la reclamación en virtud de la cláusula? La comisión lo decide basada en una
interpretación del art. I del Tratado de Arbitraje. Según él, la Comisión sólo podría ocuparse
de aquellas reclamaciones "que hubieran podido ser presentadas a cada gobierno para su
patrocinio ante el otro". Según la cláusula, el individuo se había comprometido a no reclamar
la protección diplomática por hechos relativos al contrato; por consiguiente, no podía
"presentar" su reclamación, y por eso el art. V del Tratado no es aplicable.
Como se advierte, la validez de la cláusula se logra gracias a una interpretación del
tratado de arbitraje sumamente discutible si se lo plantea en términos estrictamente
normativos. En efecto, cuando e] tratado habla de las reclamaciones que "puedan haber sido
presentadas", se refiere, sin duda, a los requisitos que normalmente se exigen para que pueda
ejercerse la protección diplomática. Por otra parte, si no hubiera figurado esa cláusula,
¿querría eso significar que la renuncia a la protección habría sido inválida?
Lo que ha ocurrido, lisa y llanamente, es que el tribunal se pronunció por la validez de
la cláusula, pero no obstante quiso fundamentar su decisión en una línea que no rompiera
abruptamente con la teoría clásica: de aquí el concepto de la validez limitada, un fundamento
comprometido. La cláusula obliga al individuo, en cuento le mpide presentar a su gobierno
cualquier reclamación relacionada con el contrato, pero no a su Estado en cuanto no le impide
presentar una reclamación basada en la violación del D.I. Pero al mismo tiempo, en un caso
concreto la cláusula será realmente operativa si fue previsto en el tratado arbitral que el
árbitro sólo podrá entender en aquellas reclamaciones que "pueden" ser presentadas. Aparte
de estas disquisiciones aceptables como "razón alegada", vemos sin embargo aletear en el
trasfondo de la solución la verdadera razón: la protección es un recurso al cual puede
lícitamente renunciar el individuo en cuanto se afecten exclusivamente sus derechos
privados, y de eso se trataba, justamente 209.
Caso Flanagan (Estados Unidos c. Venezuela) 210 Se trataba de una reclamación hecha
contra Venezuela debido a la falta de pago de algunos bonos emitidos por la compañía del
Ferrocarril del Este, que luego fue nacionalizada por el gobierno de Venezuela. Los bonos
pertenecían a Flanagan, Bradley, Clarck & Co., a quienes junto con otros individuos de
nacionalidad venezolana, el gobierno venezolano había otorgado la concesión para la
construcción del ferrocarril en 1859. La reclamación se presentó ante la Comisión de
Reclamaciones venezolano-estadounidense establecida en virtud de las convenciones del 5
94
Basándose en esta razón alegada por la Comisión, algunos tratadistas opinan que
tampoco en este caso y los en él inspirados hay una genuina decisión en favor de la validez
internacional de la cláusula, puesto que sólo se la interpretaría como una mera reafirmación
de la norma de D.I que establece la irresponsabilidad del Estado por simples inejecueiones
contractuales. No nos ocuparemos en este momento de la exactitud de esta pretendida
descripción normativa. Lo que nos interesa señalar es que en otros casos se han admitido
reclamaciones basadas en meras inejecuciones contractuales del Estado. Llegamos, pues, a
la misma conclusión que en nuestro comentario del caso anterior; a pesar de la letra del laudo
y de la referencia a otros fundamentos, es en verdad la . existencia de la cláusula lo que
impidió su conocimiento por parte del árbitro" 212
1
Académica Investigadora, Escuela de Derecho, UAHC
2
Nótese que, from the field of International Law was born the idea of imperative norms that override the will of the parties. Véase
GONZALO AGUILAR CAVALLO, “El Reconocimiento Jurisprudencial de la Tortura y de la Desaparción Forzada de personas como
Normas Imperativas de Derecho Internacional Público,” Ius et Praxis 12 No 1, pp. 117- 154 (2006) at 121, he explains that this concept
also exists in Roman Law and Common Law and is extended to International Law through the theory of natural law. In the same sense, the
Concurring Opinion added by Hon. A.A. CANÇADO TRINDADE, the Court’s President, in Advisory Opinion OC-18/2003, Inter-Am.
Ct. H.R., para. 66 footnotes 109 (2003) (“For a historical account of the concept, going back to the old Roman law, but reappearing mainly as
from the XIXth century, cf. Jerzy Sztucki, Jus Cogens and the Vienna Convention on the Law of Treaties - A Critical Appraisal, Viena, Springer-
Verlag, 1974, pp. 6-11 and 97-108.”)
3
Véase, The Oscar Chinn Case (U.K. v. Belg), 1934 P.C.I.J (Ser. A/B) No 63, at 149-50 (Dec. 12) A separate opinion by Hon.
M. SCHÜCKING said: “I can hardly believe that the League of Nations would have already embarked on the codification of international
law if it were not possible, even to-day, to create a jus cogens, the effect of which would be that, once States have agreed on certain rules
of law, and have also given an undertaking that these rules may not be altered by some only of their number, any act adopted in contravention
of that undertaking would be automatically void”.
4
Véase, ALFRED VON VERDROSS, Forbidden Treatis in International Law: Comments on Professor Garner's Report on “The
Law of Treaties”, The American Journal of International Law, Vol. 31 No 4, on pages 572-3 (Oct. 1937) Published by: American Society
of International Law (He said that “Jus cogens consists of the general principle prohibiting states from concluding treaties contra bonos
mores. This prohibition, common to the juridical orders of all civilized states, is the consequence of the fact that every juridical order
regulates the rational and moral coexistence of the members of a community. No juridical order can, therefore, allow treaties between
juridical subjects, which are in obvious contradiction to the ethics of a certain community.”) On 573 he added that “This principle is valid
also in international law because the general principles of law recognized by civilized nations are also binding between the states, as the
history of international arbitrarior as well as Article 38, point 3, of the Statute of the Permanent Court of International J ustice incontestably
recognized as this one.”)
5
Id., at 574 (“which endanger its most important rights”)
96
6
Id., at 577 (“A treaty norm is contra bonos mores if a state is prevented by an international treaty from fulfilling the universally
recognized tasks of a civilized state. Such tasks are: the maintenance of the public order, the defense of the state against external attacks,
the care for the bodily and spiritual welfare of its citizens at home and the protection of nationals abroad” fall within thi s category.)
7
Id., at 572 (“The existence of such norms in general international law is particularly contested by those authors who base the
whole of international law on the agreement of the wills of the states. Consequently, they know no other international law but treaty law.”)
En la misma línea, años más tarde, a nivel jurisprudencial, el juez CANÇADO, en la nota de pie de página No 6 de su voto razonado de la
sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Blake (1999), recuerda la incompatibilidad existente entre el jus cogens
y la concepción voluntarista del Derecho Internacional; Idem., en su voto concurrente, pár 67 Opinión Consultiva n° 18, agregando que la
concepción voluntarista del Derecho Internacional tampoco logra explicar la formación de la s reglas del derecho internacional general ni
como elementos independientes del arbitrio de los Estados inciden en el proceso de formación y evolución del Derecho Internacional
contemporáneo.
8
Véase en este sentido, CLAUDIO TRONCOSO REPETTO, La norma del ius cogens aplicada a los derechos, Derecho y
Sociedad, Revista de Ciencias Sociales Chile Vol. 1 No 1 at 73 (1984); JOSÉ JUSTE AND CASTILLO DAUDÍ, MIREYA, Derecho
Internacional Público, Valencia Punto y Coma, 106 (2002)
9
Véase en este sentido, que la Comisión de Derecho Internacional tuvo dificultades para determinar el contenido esencial del jus
cogens. Véase también en la misma línea, IAN MACTAGGART SINCLAIR, The Vienna Convention on the Law of Treaties, Manchester,
University Press, pgs 21-2 (1973) (According to Sinclair the Commission of International Law experienced difficulties in determining the
essential content of jus cogens, demonstrating that jus cogens is continuosly evolving, despite its apparent codification). This idea is echoed
by SCHWARZENBERGER, GEORG, International Jus Cogens, International Law and Order, London, Stevens & Sons, pp 55 (1971)
10
Véase, Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, 1969, artículo 53.
11
Véase, SCHWARZENBERGER, supra note 12, p. 29, 38, 48. (English author who was skeptical of jus cogens, following its
recognition in the Vienna Convention on the Law of Treaties of 1969, because of international society’s loss of the ability to organize itself.
Reference is made to this jurist, who participated in the debate and drafting of the Vienna Convention which through its Article 53,
consecrated the existence of these norms. He doubt of the international community's ability to organize in order to recognize the norms of
jus cogens would be disproved if the national courts recognize the existence, application and hierarchy of jus cogens.) (Now, 40 years later,
international regional courts have proven that the international community is capable of organizing itself efficiently and re specting
international norms. However, proving the existence of an international order that recognizes the direct application of jus cogens, requires
more than recognition by international courts in their judgments- National courts must provide the same recognition.)
12
Véase, EDUARDO JIMÉNEZ DE ARÉCHAGA, La nulidad y terminación de los tratados en el El Derecho Internacional
Contemporáneo, Madrid, Ed Tecnos, p. 81 (1980)
13
Véase, Juridical Condition and Rights of the Undocumented Migrants, Advisory Opinion OC-18/2003, Inter-Am. Ct. H.R.,
paras. 98-9 (2003)
14
Véase, Inter-Am Ct. H.R., Case of Almonacid Arellano et al v. Chile. Judgment of September 26, 2006. Series C No. 154,
Reasoned Opinion of Hon. CANÇADO TRINDAE, para 22, (The judge explained that “22. It is clear from this Judgment rendered by the
Court (para. 152) in the Case of Almonacid-Arellano that jus cogens transcend the law of treaties, to include general international law. And
it could not be otherwise because of its conceptualization as peremptory law. The Inter-American Court significantly finds, in the cas
d'espèce, that “The State may not invoke any national law or provision to exonerate itself from the Court's order to have a criminal court
investigate and punish those responsible for Mr. Almonacid-Arellano’s death. The Chilean State may not apply Decree Law No. 2.191
again, on account of all the considerations presented in this judgment, insofar as the state is under an obligation to set aside said Decree
Law (supra para. 144). Additionally, the state may not invoke the statute of limitations, the non-retroactivity of criminal law or the principle
of ne bis in idem to decline its duty to investigate and punish those responsible” (para. 151)”)
15
Véase, S.E. NAHLIK, The grounds for invalidation and termination of treaties, 65 Am. J. Int'IL., 745 (1971) In relation to
Article 53 cited, (he explains that “some hierarchy of norms is necessary in every legal system, including that of internatio nal law.”)
(Besides he explains that, “Even though it may appear new to supporters of traditional doctrines, the provision of the Vienna Convention
declaring void treaties which are contrary to a norm of international jus cogens is not an invention of the International La w Commission
nor the Vienna Conference. It reflects a state of affairs which slowly came into being at a much earlier date and which, with the entry into
force of the United Nations Charter, is no longer subject to any doubt.); Véase en un sentido particular, JOSÉ ACOSTA ESTEVEZ, Normas
de ius cogens, efecto erga omnes, crimen internacional y la teoría de los círculos concéntricos, Anuario de Derecho Internacional, Vol. 11,
at 11 (1995); Y en la misma línea de NAHLIK véase a LEE M. CAPLAN, State Immunity, Human Rights, and Jus Cogens: A Critique of the
Normative Hierarchy Theory, 97 AJIL at 741–2 (2003) (The “normative hierarchy theory” argues that states lose jurisdictional immunity
when they violate human rights norms because the latter are hierarchically superior. This author said that this theory is built on false
presumptions. State immunity, a limited exception to state jurisdiction, protects only a core of beneficial state autonomy. A better approach
to resolving the human rights litigation prob- lem is for the forum state, under a theory of collective state benefit, to curtail unnecessary
state immunity privileges for human rights violations.”)
16
Véase conjuntamente, arts. 53 y 27 of the Vienna Convention addresses the absolute nullity of treaties containing provisions
contradictory to the fundamental principles of international law. It is understood, on the basis of the same article, that unilateral acts contrary
to these principles are also null and void. Véase en este sentido también, JIMÉNEZ DE ARÉCHAGA , supra note 15, p. 81; JUSTE y CASTILLO,
supra note 11, at 105 no 77; JOSE MANUEL PUREZA, El Patrimonio común de la Humanidad. Hacia un derecho internacional de la
solidaridad at 129 (2002) (La aplicación conjunta de los art. 53 y 27 de la VCLT aparecen ilustrar mejor)
17
Véase, NAHLIK, supra note 18, at 745; SINCLAIR, supra note 12, at 112; PUREZA ibid., at 126; pár. 58 del voto concurrente del
juez CANÇADO en la Opinión Consultiva No 18. En el mismo sentido puede verse en Barcelona Traction, Light and Power Company,
Limited (Belgium v. Spain), Second Stage, Judgment of 5 Feb. 1970 [1970] ICJ Rep 3, at 32, para. 34. (en cuanto a las afirmaciones del
Honorable Juez Tanaka tomar en acento en este sentido aclarador)
18
Véase, SCHWARZENBERGER, supra note 12, at 27 y 28, summarizes the Commission of International Law's ideas for the
Vienna Convention on Law of Treaties (1969). It was concluded that the jus cogens are imperative norms of general international law in a
manner analogous to the public order of national law; CHARLES DE VISSCHER, Positivisme et jus cogens, Revue Generale de Droit
International Public, Vol. 75 at 9 (1971) p. 9; SINCLAIR , supra note 12, at 110-1; V ERDROSS, supra note 7, at 113; JIMÉNEZ DE ARÉCHAGA,
supra note 15, at 79; JUAN ANTONIO CARRILLO SALCEDO, “Funciones del Derecho Internacional en la comunidad internacional
contemporánea”, El Derecho Internacional en un mundo de cambio (Madrid, Tecnos) pp. 183- 225.(1984) p. 212 y véase también en su
Curso de Derecho Internacional Público: Introducción a su estructura, dinámica y funciones (Madrid, Editorial Tecnos) pp. 340 (1991) p.
97
102; JUSTE y CASTILLO, supra note 11, at 107; PUREZA (2002) at 128-9. However, on 1968 FERRER SANCHIS, Pedro Antonio, Los conceptos
ius cogens y ius dispositivum y la labor de la Comisión de Derecho Internacional, Revista Española de Derecho Internacional. Segunda
época, vol. 21 n° 1, pp. 763-780, (1968) at 778-9, he points out that the use of this terminology could result in confusion.
19
Véase, ACOSTA, supra note 18, p. 8, status that creating a list of jus cogens norms would be a task similar to drafting a
Constitution for the international community. This idea is rooted in a presentation by PASTOR RIDRUEJO en el Instituto Hispano-Luso-
Americano de Derecho Internacional in 1972. En el mismo sentido y en gran profundidad puede verse a BARDO FASSBENDER, the
United Nations Charter as the Constitution of the International Community, Martinus Nihoff Publishers, Boston, 2009
20
Véase en esta línea de pensamiento al profesor CRISTHIAN TOMUSCHAT quien considerando que sus ideas en relación a
“General international law is a topic which requires being developed.”, comentario realizado en comunicación personal sostenida al
respecto. Su visión nos ofrece una línea argumentativa especial en cuanto a la posición jerárquica del jus cogens, la que est á en progreso
en article in the Liber Amicorum for Santiago Torres Bernardéz: Guerra y Paz: 1945-2009. Obra homenaje al Dr. Santiago Torres
Bernárdez, Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco, 2010, ISBN: 978-84-9860-416-0, pp. 329-348; also in the Audiovisual
Library of International Law of the UN. www.un.org, Lecture Series, International Law, General International Law.
21
Véase, SINCLAIR, supra note 12, p. 21.
22
Véase en su mayoría doctrina internacional incluida, pero nótese que algunos autores nacionales se incorporan para ilustrar la
tendencia chilena: V ERDROSS, “Jus dispositivum and jus cogens in International Law”, American Journal of International Law, vol. 60 n°
1, pp. 55-63 (1966) p. 59; NAHLIK, supra note 18, p. 745; SINCLAIR , supra note 12, pp. 21, 116, 121 – 124; JIMÉNEZ DE ARÉCHAGA , supra
note 18, pp. 80 y 81; ACOSTA, supra note 18, p. 10; BASSIOUNI, M. Cherif, “International crimes: jus cogens and obligatio erga omnes”,
Law and Contemporary Problems, vol. 59 n° 4: pp. 63-74, (1996) p. 68; CUMPLIDO CERECEDA, Francisco “Alcances de la modificación
del artículo 5° de la Constitución Política chilena en relación a los tratados internacionales”, Revista Chilena de Derecho vol. 23 n°s 2 y 3,
Tomo I: pp. 255-258, (1996) p. 256; ROSSEL CONTRERAS, Mario, “Constitución y tratados de derechos humanos”, Ius et Praxis vol. 2 n°
2: pp. 113-119 (1997) p. 115; FRONTAURA RIVERA, Carlos,“Territorialidad, prescripción e inmunidad en materia de Derechos Humanos.
Comentario a la Sentencia de la Cámara de los Lores, 24 de marzo de 1999”, Revista Chilena de Derecho vol. 26 n° 1: pp. 203-245 (1999)
p. 238; MOHOR ABUAUAD , Salvador Y VARAS ALFONSO , Paulino (2000): “Corte Penal Internacional: evaluación crítica y cuestiones
constitucionales”, Temas de Derecho Edición especial, vol. 15 n° 1 y 2: pp. 97-124, (2000) p. 98; ÁVILA HERNÁNDEZ, Flor María (2002):
“La justicia penal internacional como posibilidad de coexistencia pacífica de la comunidad internacional”, Revista de Derecho Universidad
Austral (Valdivia), vol. XIII: pp. 245-253 (2002) p. 251; BOU, p. 287, (2002); JUSTE y CASTILLO supra note 11, p. 118; CANÇADO
TRINDADE, Antonio “Post scriptum: El primado del derecho sobre la fuerza como imperativo del jus cogens”, II Doctrina latinoamericana
del Derecho Internacional (San José de Costa Rica, Corte Interamericana de Derechos Humanos) pp. 49-66 (2003) pp. 54, 55 y 63; CAPLAN
supra note 18, p. 742; ARRAU C., Fernando, “Los crímenes de lesa humanidad: el jus cogens y las obligaciones erga omnes, la jurisdicción
universal y la imprescriptibilidad”, Serie Estudios n° 330, 26 pp. (2005) p. 5; B ASSIOUNI, M. Cherif (2005): “Jurisdicción universal para
crímenes internacionales: perspectivas históricas y práctica contemporánea”, AA.VV.: 18 Ensayos Justicia Transicional, Estado de
Derecho y Democracia (Santiago, Centro de Derechos Humanos, Facultad de Derecho, Universidad de Chile) 67 pp, (2005) pp. 1, 22, 55;
A GUILAR supra note 5, pp. 117, 124, 125, 135; SHELTON, Dinah “Normative hierarchy in International Law”, American Journal of
International Law, vol. 100 n° 2: pp. 291-323, (2006) p. 302; Caso Almonacid (2006) pár. 99; voto razonado del juez CANÇADO en Idem.,
pár. 18.
23
Véase, SHELTON, supra note 25, p. 303; SINCLAIR, supra note 12, pp. 123 y 124; pár. 7 de los fundamentos jurídicos de la Corte
Constitucional de Justicia de Colombia, en la revisión constitucional del Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra (II) ; Caso Barrios
Altos (2001) voto concurrente del juez CANÇADO, pár. 25; Voto concurrente del mismo juez en la Opinión Consultiva n° 18, pár. 29.
24
Véase, para ilustrar que la discusión también es parte de la arena nacional, las cartas sostenidas entre el autor constiutucionalista
Chileno, don Pablo Rodríguez Grez y doña Ximena Fuentes, quienes a través de cartas publicadas en el Diario El Mercurio y que se
reproducen en la Revista Actualidad Jurídica de la Universidad del Desarrollo N° 1, enero 2000, pp. 7-53, hacen méritos a ésta discusión.
25
Véase, SANTIAGO BENADAVA, Derecho Internacional Público, Editorial Jurídica de Chile, 3ª edición, 377 p. (1989)
26
Véase, TRONCOSO, supra note 11; PINOCHET ELORZA, César, “Ponencia: Contenido y eficacia jurídica del pacto en el
ordenamiento internacional”, Gaceta Jurídica n° 110: pp. 3-7, (1989)
27
Véase, ARRAU, supra note 25; AGUILAR , supra note 5.
28
Véase, CÉSAR PINOCHET, “Eficacia de la elevación a rango constitucional de los tratados internacionales sobre derechos
humanos”, Cuadernos de Análisis Jurídico n° 13: pp. 9-18, (1990); CUMPLIDO , supra note 25 y especialmente véase en su obra La reforma
constitucional de 1989 al inciso 2° del artículo 5° de la Constitución: sentido y alcance de la reforma. Doctrina y Jurisprud encia” Ius et
Praxis vol. 9 n° 1: pp.365-374 (2003); GAETE G ONZÁLEZ, Eugenio Alberto (1996): “Derecho Internacional y Derecho de los Estados.
Incorporación de los Derechos Humanos”, Revista Chilena de Derecho vol. 23 n°s 2 y 3, Tomo I: pp. 259-275, (1996); B USTOS
VALDERRAMA, Crisólogo, “La incorporación de los tratados en el derecho interno chileno. Análisis desde la perspectiva del Derecho
Internacional”, Ius et Praxis, vol. 2 n° 2 pp. 73-80, (1997); CEA EGAÑA , José Luis “Los tratados de Derechos Humanos y la Constitución
Política de la República”, Ius et Praxis vol. 2 n° 2: pp. 81-92, (1997); MURILLO (1997); R OSSEL, supra note 25; CRUZ F., Rafael, “La
jerarquía de los tratados sobre derechos humanos frente a la Constitución y la soberanía”, Actualidad Jurídica n° 6 pp. 75-136, (2002) pp.
91-93; NOGUEIRA ALCALÁ, Humberto “Aspectos fundamentales de la reforma constitucional 2005 en materia de tratados internacionales”,
NOGUEIRA ALCALÁ, Humberto (coordinador): La Constitución reformada de 2005 (Santiago, Librotecnia) pp.381-403 (2005).
29
Véase, BENADAVA, supra note 28, p. 56.
30
Véase en este mismo sentido que de acuerdo a BENADAVA, Id, p. 27, los principios generales del derecho designan a aquellos
principios fundamentales comunes a los sistemas jurídicos de los diversos Estados.
31
Véase, TRONCOSO, supra note 11, p. 72.
32
Id., p. 73.
33
Id., pp. 74, 82 dice que la esencia del jus cogens es ser un conjunto de valores muy preciados para la humanidad, por eso son
superiores, y la consecuencia de ello es que se limita la voluntad de los Estados.
34
Véase por ejemplo, Boletín de Proyecto de Ley No 3493-07, Ingresado a discusión parlamentaria el 7 del Abril del 2004.
35
Véase, ARRAU, supra note 25, p. 4.
36
Véase, AGUILAR , supra note 5, pp. 118, 119, 123.
37
Véase, NOGUEIRA, supra note 31, pp. 397 y 398.
38
Véase, PINOCHET, supra note 31, p. 12 (1990)
39
Véase, GAETE, supra note 31 pp. 259, 261 y 266; B USTOS, supra note 31, pp. 73-75; CEA, supra note 31 pp. 82-84.
98
40
Véase, ROSSEL, supra note 25, p. 114, señala la existencia de un Orden Público Internacional, refiriéndose a las normas de ius
cogens, pero luego afirma que éstas “conforman” costumbres o principios generales del derecho, lo cual de acuerdo a nuestra hipótesis es
confuso; debiera decir “están conformadas”, en vez de “conforman”.
41
Véase, ALFRED VON VERDROSS, Derecho Internacional Público, 5ta Ed. Alemana, refundida y aumentada con la
colaboración de Stephan Verosta y Karl Zemanek (Traducción Truyol y Serra Antonio, Madrid, Aguilar) 690 pp (1976) p. 133, el autor
distingue entre principios del Derecho Internacional y principios generales del derecho, dependiendo de si se hallan o no recogidos por el
Derecho Internacional convencional o consuetudinario. En cuanto a la confusión en el tratamiento del ius cogens por la doctrina chilena ha
de ser conscientes que al usar la voz principios no necesariamente ello es sinónimo de principios generales de derecho; al explicar la
naturaleza jurídica del ius cogens quizás se utiliza la locución principios, pero no entendido como una fuente del derecho, sino como
aquellos dogmas fundantes de un determinado sistema jurídico, en este caso del orden internacional.
42
Véase, AGUILAR, supra note 7, p. 125 y 126 señala que es habitual que se asimilen al ius cogens otras figuras, por la imprecisión
del concepto, sin embargo, él afirma categóricamente que las normas de ius cogens no son una fuente nueva del Derecho Internacional,
sino que se nutren de las ya existentes;
43
Véase, J UAN ARAB NESSRALLAH , “Aplicación de un tribunal internacional a la realidad chilena”, Actualidad Jurídica n° 2,
pp.33-54. (2000) p. 39, en su artículo sobre tribunales internacionales, señala al ius cogens como un ejemplo de fuente del ordenamiento
internacional. Para ilustrar el debate nacional.
44
Véase, FERNANDO DOUGNAC RODRÍGUEZ , Fernando, “Gravamen ambiental de la propiedad”, Gaceta Jurídica n° 311, pp. 37-
56 (2006) p. 41.
45
Id., p. 56.
46
Nótese que desde que Chile ha ratificado la Convención Americana sobre Derechos Humanos se ha obligado a respetar y cumplir
con lo en ella pactado mediante Decreto n° 873 del Ministerio de Relaciones Exteriores, promulgado 23 Agosto 1990, y publicad o en el
Diario Oficial 05 Enero 1991.
47
Véase, Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Sentencia de 26 septiembre
2006. Párrafos 152 y 153.
48
Véase, Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Blake (1999), voto razonado del juez CANÇADO, pár. 31.
49
Véase, Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinión Consultiva n° 18, voto concurrente del juez CANÇADO, pár. 58.
50
Id., pár. 66.
51
Véase, Opinión Consultiva n° 18- 2003, pár. 4.
52
Id., pár. 99.
53
Id., pár. 100, y punto resolutivo 4.
54
Id., pár. 101.
55
Id., pár. 110. Podríamos llegar a afirmar si la Corte con esta última mención expresa la idea de “jus cogens regional” que es
vinculante para los Estados miembros bajo esa jurisdicción.
56
Véase, CONSTITUCIÓN POLÍTICA CHILENA, art.1 inciso 1 (“Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos”);
En igual sentido el constitucionalista argentino CARLOS SANTIAGO NINO, Introducción al Análisis del Derecho, p. 417 (Editorial
Astrea, Buenos Aires, Argentina, 1980) (el autor afirma que “[S]iendo la propiedad de ser individuos humanos la circunstancia antecedente
que sirve de condición suficiente de estos derechos, todos los hombres tienen un título igual a ellos 'salvo que se sostuvier a, como algunos
partidarios de la esclavitud y del aborto han pensado, que la humanidad es una propiedad que puede presentarse en distintos grados'”)
57
Véase, CONSTITUCIÓN POLÍTICA CHILENA, art.1 inciso 1 y 4, supra note, (art.1 inciso 4 “El Estado está al servicio de la
persona humana y su finalidad es promover el bien común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones sociales que permitan a
todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y material posible, con pleno respeto a los
derechos y garantías que esta Constitución establece”)
58
Véase, CONSTITUCIÓN POLÍTICA CHILENA, art.5 inciso 2 (“El ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el
respeto a los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana. Es deber de los órganos del Estado respetar y promover tales
derechos, garantizados por esta Constitución, así como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes”)
59
Véase, CONSTITUCIÓN POLÍTICA CHILENA, art.9 (“El terrorismo, en cualquiera de sus formas, es por esencia contrario a
los derechos humanos”)
60
Véase, CONSTITUCIÓN POLÍTICA CHILENA, art.19 inciso 1 (“De los derechos y deberes constitucionales, inciso 1 […] La
Constitución asegura a todas las personas los derechos que señala [...]”)
61
Véase, CONSTITUCIÓN POLÍTICA CHILENA, art.1 inciso 1
62
Véase, CONSTITUCIÓN POLÍTICA CHILENA, art.1 inciso 4
63
Véase, CONSTITUCIÓN POLÍTICA CHILENA, art.5 inciso 2
64
Véase, CONSTITUCIÓN POLÍTICA CHILENA, art.9
65
Véase, CONSTITUCIÓN POLÍTICA CHILENA, art.19 inciso 1
66
Véase, CONSTITUCIÓN POLÍTICA CHILENA, art. 1 previamente citado.
67
Véase, HUMBERTO NOGUEIRA ALCALA, Los tratados Internacionales en el Ordenamiento Jurídico Chileno (en Revista
Chilena de Derecho Vol.23 Nos 2 y 3. Tomo I, mayo-agosto 1996) (p.351 y ss.) (En el mismo sentido sostiene que el constituyente, a
través de estas disposiciones - se refiere a los artículos 1º inciso 4º, artículo 5º inciso 2º, y artículo 19 inciso 1º y Nº 26 de la Constitución
Política de la República- , en una interpretación armónica y finalista, reconoce que los derechos no los crea ni establece el Estado, sino que
ellos emanan directamente de la dignidad y la naturaleza del ser humano; por lo tanto, el constituyente solo se limita a reconocer tales
derechos y a asegurarlos, a darles protección jurídica, a garantizarlos.)
68
Véase, JACQUES MARITAIN, Acerca de la filosofía de los derechos del hombre, p. 116 (Ed. Debate, Madrid, España, 1991)
(Sostuvo que se trata de establecer la existencia de derechos [….] inherentes al ser humano, anteriores y superiores a las legislaciones
escritas y a los acuerdos entre los gobiernos, derechos que no le incumbe a la comunidad civil otorgar, sino el reconocer y sancionar como
universalmente valederos, y que ninguna consideración de utilidad social podría, ni siquiera momentáneamente, abolir o autorizar su
infracción)
69
Nótese que alude a los siguientes derechos también: El Derecho Internacional de los Derechos Humanos y el Derecho
Internacional Humanitario
70
Véase, GREGORIO PECES-BARBA, Curso de derechos fundamentales. Teoría general, p. 37 (Ed. Universidad Carlos III de
Madrid, España, 1995); JOSE LUIS CEA EGAÑA, Derecho Constitucional Chileno, Tomo I, p. 221; y profesor HERNÁNDEZ VALLE
99
nacional de Costa Rica los define como el “conjunto de derechos y libertades jurídicas e institucionalmente reconocidos y garantizados por
el Derecho Positivo”.)
71
Véase, CONSTITUCIÓN POLÍTICA CHILENA, art.19 “La Constitución asegura a todas las personas 1º.- El derecho a la vida
y a la integridad física y psíquica de la persona.. […] 26º.- La seguridad de que los preceptos legales que por mandato de la Constitución
regulen o complementen las garantías que ésta establece o que las limiten en los casos en que ella lo autoriza, no podrán afectar los derechos
en su esencia, ni imponer condiciones, tributos o requisitos que impidan su libre ejercicio.”
72
Véase, CONVENCIÓN DE VIENA SOBRE EL DERECHO DE LOS TRATADOS, art. 26 y 27, 23 de mayo 1969, Viena, U.N.
Doc A/CONF.39/27 (1969), 1155 U.N.T.S. 331 [entró en vigencia el 27 de Enero de 1980] (art. 26 “Todo tratado en vigor obliga a las
partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe”) (art. 27 “Una parte no podrá invocar las disposiciones de su derecho inter no como
justificación del incumplimiento de un tratado”)
73
Véase, GERMAN BIDART CAMPOS, La Interpretación de los derechos humanos en Lecturas constitucionales andinas N° 3,
p. 34 (Ed. Comisión Andina de Juristas, Lima, Perú, 1994) (en materia de derechos humanos, éstos se encuentran en una constante evolución
desde el momento en que surgió la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948, desde ese momento los preceptos que se refieren
a cada derecho han ido ampliándose en su contenido a través de los diversos tratados y convenciones que se han referido a ellos,
desarrollando el ámbito del derecho y sus garantías, otorgándoles un "plus" sobre las normas anteriores, retroalimentándose recíprocamente.
Como lo afirma el profesor NOGUEIRA también.)
74
Véase, Sentencia del Tribunal Constitucional Chileno, 30 de Octubre de1995, Rol de la causa: 226–1995, considerando 25
(“[L]a doctrina como nuestra Constitución Política reconocen la existencia de derechos, aunque no estén consagrados en el texto
constitucional, a menos que esta consagración implique una violación a las normas fundamentales. Esta última expresión significa que los
hombres son titulares de derechos por ser tales, sin que sea menester que se aseguren constitucionalmente para que gocen de la protección
constitucional”) (lo subrayado es propio)
75
Véase, CONVENCIÓN AMERICANA DE LOS DERECHOS HUMANOS, art. 29 c), 22 de Noviembre de 1969, O.A.S.T.S.
No 36, 1144 U.N.T.S.123. (desde donde se desprende el efecto vinculante de otros derechos que sin haber sido expresamente recogidos
por los pactos internacionales o por la Constitución, quedarían implícitamente garantizados en virtud de la disposición que se analiza). (art.
29 “..[n]inguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el sentido de: c) Excluir otros derechos y garantías que son
inherentes al ser humano, o que se derivan de la forma democrática representativa de gobierno, y d) Excluir o limitar el efecto que puede
producir la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre y otros actos internacionales de la misma naturaleza. [...]”) (lo
subrayado es propio)
76
Véase, JOSÉ LUIS CEA EGAÑA y FRANCISCO CUMPLIDO CERECEDA, miembros de la Comisión Técnica que concordó
el texto de la reforma sometido a plesbicito por adición al artículo 5 en 1989. CUMPLIDO CERECEDA, FRANCISCO, "Los tratados
internacionales y el artículo 5º de la Constitución", Revista Ius et Praxis, año 2 Nº2, 1997, p. 95: "..nos pusimos de acuerdo para que en la
aprobación de esta reforma al artículo 5º, los derechos esenciales contenidos en los tratados internacionales ratificados por Chile y vigentes,
que conocía el constituyente _la Junta de Gobierno- y que conocían los negociadores, se entendiera que pasaban a formar parte de la
Constitución Política de 1980". CEA EGAÑA, JOSÉ LUIS, "Los tratados de derechos humanos y la Constitución política de la República",
Revista Ius et Praxis, año 2 Nº2, 1997, p. 82-83: "la reforma de 1989 hizo parte de la Carta Fundamental lo preceptuado en esos tratados
internacionales sobre derechos humanos. No solamente los que se hallaban vigentes al 17 de agosto de 1989, sino que como toda
Constitución tiene que ser siempre interpretada con una intencionalidad perdurable, se abrió a todos los tratados internacionales que se
puedan dictar en el futuro sobre derechos humanos".
77
Véase, Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC-5/86, Inter-Am. Ct. H.R. (para 67) (“El Estado
Chileno no puede invocar el bien común o el orden público para suprimir un derecho garantizado en la Constitución o en el der echo
internacional de los derechos humanos ratificado y vigente “[Y]a que dichos conceptos tienen como componentes esenciales el respeto a
la dignidad y los derechos humanos, además de que deben interpretarse de acuerdo a las justas exigencias de una sociedad democrática,
teniendo en consideración -como ha sostenido la Corte Interamericana de Derechos Humanos- el equilibrio entre los distintos intereses en
juego y las necesidades de preservar el objeto y fin de la Convención Americana de Derechos Humanos”.)
78
Véase para ejemplificar, algunas de las convenciones internacionales referentes a derechos humanos como refiere el artículo 5°
inciso 2° de la Constitución (califican a los derechos en ellos reconocidos y garantizados como derechos “inherentes a la per sona humana”
o “atributos de la persona humana” tal es el caso del Preámbulo de la Convención Americana de Derechos Humanos, que los define como
“atributos de la persona humana”, del Preámbulo común al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas; del Preámbulo de la Convención contra la Tortura y Tratos y Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes; como en la generalidad de las convenciones internacionales sobre la materia, siendo todos ellos
derechos esenciales, universales e inherentes a la persona humana. De allí se deriva su obligatorio respeto, garantía y promoción, por todos
los órganos estatales.)
79
Véase, CONSTITUCION POLITICA, art. 6 (“Los órganos del Estado deben someter su acción a la Constitución y a las normas
dictadas conforme a ella, y garantizar el orden institucional de la República. Los preceptos de esta Constitución obligan tanto a los titulares
o integrantes de dichos órganos como a toda persona, institución o grupo. La infracción de esta norma generará las responsabilidades y
sanciones que determine la ley.”)
80
Véase, en relación a la jerarquía de la norma internacional HANS KELSEN, Derecho Internacional Público, 1965, p. 359 (donde
declara que la cuestión de la jerarquía entre el derecho nacional y el internacional debe decidirse sobre la base del derecho nacional
correspondiente). (Así sólo la Constitución podría determinar si prevalece la norma nacional o la internacional)
81
Véase, CONSTITUCION POLITICA, art. 5 inciso 2 (considerando que la Constitución reconoce la obligación negativa del
Estado de no lesionar la esfera individual o institucional protegida por los derechos en el artículo 5º inciso 2º segunda oración, donde
precisa: “Es deber de los órganos del Estado respetar y promover tales derechos, garantizados por esta Constitución, así como por los
tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentran vigentes”) (El subrayado es propio)
82
Véase, Corte Interamericana de Derechos Humanos, Godínez Cruz, Inter-Am. Ct. H.R. (ser. C) No. 5, para. 166 (20 de Enero
de 1989) (“[L]a segunda obligación de los Estados Partes en la C.A.D.H., es la de «garantizar» el libre y pleno ejercicio de los derec hos
reconocidos en la convención a toda persona sujeta a su jurisdicción. Esta obligación implica el deber de los Estados Part es de organizar
todo el aparato gubernamental y, en general, todas las estructuras a través de los cuales se manifiesta el ejercicio del pode r público, de
manera tal que sean capaces de asegurar jurídicamente el libre y pleno ejercicio de los derechos huma nos. Como consecuencia de esta
obligación, los Estados deben prevenir, investigar y sancionar toda violación de los derechos reconocidos por la convención y procurar,
100
además, el restablecimiento, si es posible, del derecho conculcado y, en su caso, la reparación de los daños producidos por la violación de
los derechos humanos”) (El subrayado es propio)
83
Compárese, la CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, supra note 14, (art. 29) con PACTO
INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS (art. 5)
84
Véase, Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC-5/85, Inter-Am. Ct. H.R. (que desarrolla el
principio interpretativo de la aplicación de la fuente o norma que mejor protege a la persona humana) En el mismo sentido véa se ENRIQUE
EVANS DE LA CUADRA, Los derechos Constitucionales, Tomo I, p. 23-4, (Ed. Jurídica de Chile, Santiago, Chile, 1999) (el autor indica
que “la enumeración del artículo 19 no es taxativa. Todos los derechos fundamentales del hombre, estén o no en el texto constitucional,
están cautelados por él”). Más detalles pueden resultar orientadores en: La Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, en sesión 101ª
de fecha 9 de enero de 1975, (p. 12) (el Comisionado Jaime Guzmán señalaba: “…[E]se texto autoriza entablar incluso recursos de
inaplicabilidad y a pedir la inconstitucionalidad de leyes que aunque no violenten algún texto expreso de la Constitución, violenten derechos
fundamentales de la persona humana, porque al hacerlo están violentando el texto expreso de la Constitución: el que señala que la soberanía
está limitada por los derechos fundamentales o naturales del hombre”)
85
Véase, Corte Interamericana de Derechos Humanos, “La Ultima Tentación de Cristo” (Olmedo Bustos y otros) v. Chile (Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de febrero de 2001) (para considerar en este mismo sentido que el principio de eficacia directa o
autoejecutividad de los derechos humanos está dado por el hecho de que las normas sobre éstos derechos tienen aplicación directa, salvo
que sus enunciados normativos llamen a una intervención necesaria del legislador para otorgarles plena vigencia. Este principio busca
impedir que se retarde o bloquee la aplicación de ellos mientras se dictan normas reglamentarias o secundarias. Dejar de cump lir los
derechos constituye una forma de inconstitucionalidad por omisión, como asimismo dejar de cumplir los derechos asegurados en tratados
constituye violar el tratado y la consiguiente responsabilidad estatal por los actos de sus agentes.)
86
Véase, Desafuero Pinochet Ugarte (2006) considerando 10, Contra Flores y Rodríguez (2007) considerando 19, Contra Pinto
(2007) considerando 31 de la sentencia de casación y considerando 14 de la sentencia de reemplazo.
87
Véase, Desafuero Pinochet Ugarte (2006) considerando 13
88
Véase, Sentencia de Casación de la Corte Suprema, Contra Pinto (2007), Considerandos 31 y 32 de la sentencia de casación, y
considerando 14 de la sentencia de reemplazo
89
Véase, CODIGO ORGANICO DE TRIBUNALES DE CHILE, art. 67 (Para el funcionamiento del tribunal pleno se requerirá,
a lo menos, la concurrencia de la mayoría absoluta de los miembros de que se componga la Corte. Las salas no podrán funcionar sin la
concurrencia de tres jueces como mínimum.)
90
Véase por ejemplo, Contra Schernberger, Godoy, Teylorl, Rogel, Soto y Catalán (2005) considerando 8, Contra Gómez Aguilar
(2006), considerando 15, Contra Burgos, Medina, Durán y Darrigrandi (2006) considerando 18, Contra Ruiz, Madrid, Corvalán y Díaz
(2007) considerando 33, Contra Ruiz, Saavedra, Palma, Trujillo y Cartagena (2007) considerando 8 del voto disidente del Abogado
Integrante Sr. Nelson Pozo Silva, Contra Pinochet, Fagalde y Ferrier (2007) considerando 5, Contra Pinochet, Fagalde y Ferrier (2007)
considerando 11.
91
A secas, omitiendo que son normas imperativas de ese derecho (internacional general), lo cual es importante, pues no todas las
normas de derecho internacional general son ius cogens como se explica en el análisis hecho. Véase por ejemplo Contra Burgos, Medina,
Durán y Darrigrandi (2006) considerando 11, Espinosa con Fisco de Chile (2007) considerando 2 del voto disidente del Ministro señor
Lamberto Cisternas, Reyes con Fisco (2007) considerando 2, Valencia con Fisco de Chile (2007) considerando 2, Contra Pinochet, Fagalde
y Ferrier (2007) considerando 11. Nótese que el Ministro de Fuero Jorge Zepeda Arancibia, como tribunal de primera instancia en la causa
Contra Adonis, Soto, Corbalán y Andrade (2005), considerando 34, también califica al ius cogens como normas de derecho internacional
general, olvidando agregar que sólo son las imperativas del derecho general.
92
Véase por ejemplo, Contra Burgos, Medina, Durán y Darrigrandi (2006) considerandos 15 a 17, Contra Ruiz, Saavedra, Cobos,
Guimpert, Palma y Muñoz (2006) considerandos 5 y 11, Contra Vallejos y Pinochet Ugarte (2006) considerando 9°, Contra Pinochet,
Fagalde y Ferrier (2007) considerando 11
93
Véase, Contra Pinochet, Arellano, Mena, Carrera y Bravo (2007) considerando 16
94
Véase, Contra Burgos, Medina, Durán y Darrigrandi (2006) considerandos 16 y 17, opinión compartida por el Ministro Clavería
Guzmán en la prevención del fallo dictado por la Corte de Apelaciones de Antofagasta en los autos Contra Aguirre y González (2007). Por
otra parte, nótese que el Ministro de Fuero Jorge Zepeda Arancibia, como tribunal de primera instancia en la causa Contra Adonis, Soto,
Corbalán y Andrade (2005), considerando 4, también encierra al ius cogens en un ámbito más restringido, al señalar que son lo s principios
generales del Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
95
Nos referiremos únicamente a la responsabilidad internacional de los Estados.
96
El Instituto de Derecho Internacional, en su reunión de Lausana (1927), enunció el siguiente principio: "El Estado es responsable
de los daños que causa a los extranjeros por toda acción u omisión contrarias a sus obli gaciones internacionales, cual1uiera que sea el
órgano del Estado del cual proceda el acto: constituyente, legislativo, gubernativo o judicial". Algo más precisa era la fórmula provisional
adoptada por la 3ª Comisión de la Conferencia de Codificación del Derecho Internacional, reunida en La Haya, en 1930: "Toda infracción
de las obligaciones internacionales de un Estado, por parte de sus órganos (legislativo, ejecutivo y judicial) que causa perjuicio a la persona
o a los bienes de un extranjer.o en el territorio de dicho Estado, determina la responsabilidad de éste"Ch.Rosseau, obra citada, pág. 357.
97
Así, una ley puede ser contraria a un tratado: es lícita ante el derecho interno, pero ilícita ante el Derecho Internacional.
98
Caso Fábrica Chorzov -Serie A, Nº9, 1927, pág. 21
99
Caso Montijo, entre Colombia y los Estados Unidos (1875). Así fue confirmado, además, en la preparación de la Conf. sobre Codificación
de La Haya, de 1930. Ver también laudos arbitrales: caso Davey (1903), caso Pellet (1929) y caso Galván (1927), citados por Sorensen,
obra citada, pág. 528.
100
Caso sobre Reclamaciones británicas contra España por daños cal/sados a súbditos ingleses en la zona española de Marruecos. Asunto
de los fosfatos de Marruecos y Asunto relativo a los derechos de los súbditos norteamericanos en Marruecos.
101
101
Caso Mavrommatis
102
Para algunos, la culpa existe por el solo hecho de violar el Estado una obligación internacional, sin reparar en el elemento subjetivo de
malicia o negligencia.
103
Un Estado ha sido declarado responsable por errores de juicio de su agentes, aún si éstos han estado libres de malicia o negligencia
culpable. Ver caso Kling (1930), caso Wanderer (1921) y caso Malean (1921). Sorensen,. Obra citada, pág.509.
104
Obra citada, págs. 509 a 511.
105
Sorensen, obra citada, pág. 511.
106
Obra citada, pág. 356.
107
No ha sido aceptada aún por la jurisprudencia internacional.
108
Arbitraje entre los Estados Unidos y Canada por la construcción de una represa en la frontera.
109
Citado por Fabián Novak T. y Luis García- Corrochano M., obra citada, págs. 479 y 480.
110
Id. pág. 484.
111
3 RIAA, pág. 1.965. Sorensen, obra citada, pág. 513.
112
Obra citada, pág.513
113
Se exime de toda responsabilidad al Estado en casos de fuerza mayor,esto es, por la existencia de una causa externa independiente de la
voluntad delEstado, Por ej.: si por condiciones climáticas se viola el espacio aéreo de un E stado. También ella es contemplada en la Carta
de Naciones Unidas, la que, en su artículo 19, establece: "El miembro de las Naciones Unidas que esté en moraen el pago de su s cuotas
financieras para los gastos de la Organización no tendrávoto en la Asamblea General cuando Ja suma adeudada sea igualo superior al total
de las cuotas adeudadas por los años anteriores completos. La Asamblea General podrá, sin embargo, permitir que dicho miembro vote si
llegare a la,conclusión de que la mora se debe a circunstancias ajenas a la voluntad de dichomiembro."También son eximentes de
resfonsabilidad los casos de legítima defensa o si existe un consentimiento previo de Estado. Ej.: si un Estado acepta a otro que sus fuerzas
policiales persigan a un terrorista dentro de su territorio.
Señala el artículo 31 del Proyecto de la CDI, lo siguiente: “La ilicitud de un hecho de un Estado que no esté en conformidad con
una obligación internacional de ese Estado quedará excluída si el hecho se debió a una fuerza irresistible o a un acontecimiento exterior
imprevisible ajenos a su control que hicieron materiaslmente imposible que ese Estado procediera en conformidad con tal obligación o que
se percatara de que su comportamiento no era conforme a esa obligación. 2. El párrafo 1 no será aplicable si el Estado de que se trata ha
contribuido a que se produzca la situación de imposibilidad material ”.
114
Ver Teoría y práctica del Derecho Internacional Público, Tomo I, págs. 425 y siguientes.
115
Obra citada, págs. 370 a 372.
116
Véase G. Gidel, L'arres Nº 7 de la C.P.J.I, en R.I, 1927, págs. 76-132.
117
Véase Recueil O.N.U., tomo I, págs. 302-305.
118
Véase Recueil O.N.U., vol. 1, págs. 309-346.
119
Sobre este último problema, véase García Robles, La question du petrole du Mexique et le droit international, Paris, y artículo en RI.,
1939, I. págs. 514-538; J. L. Kunz, Mexican expropriations, Nueva York, 1940; C. W. Gordon, The expropriation of foreign-owned property
in Mexico. Washington, 1941; J. Botella Asensi, La expropiación en el derecho mexicano: el caso del petróleo, México, 1941; Woolser, en
A.J., 1938, págs. 519-526; Hyde, en id., 1938, págs. 759-566, y 1939, págs. 108-112; estudio anónimo, en R!., 1938, 1. págs. 518-532; el
texto de los documentos ha sido publicado en A. J., 1938, off. doc., págs. 181-207.
120
Véase Les nationalisations en Europe Oriental con reproducción delos textos esenciales en Doc. Fr. Nº 1592, 21 de marzo de 1952.
121
Véase Documents concernant l' affaire du pétrole iranien, en Doc. Fr. Nºs. 1532 y 1594, de 22 de septiembre de 1951 y de 27 de marzo
de 1952, respectivamente .
122
El Estado sólo era responsable si no se desautorizaba tal acto, o no se castigaba al funcionario responsable o se dejaba de i nvestigar el
caso
123
Sorensen, obra citada, pág. 519.
124
Id
102
125
Id., pág. 520.
126
CPJI, 1927, Serie A Nº 10.
127
ICJ, Reports, 1980
128
Obra citada, págs. 375 y 376.
129
Recuérdese, a este propósito, la gravedad del asesinato del rey Alejandro de Yugoslavia en Marsella, el 9 de octubre de 1934, debido
en parte al insuficiente servicio de vigiJancia.
130
Como ocurrió en los motines xenófobos que tuvieron lugar en El Cairo, el 26 de enero de 1952.
131
Como ocurrió en 1891, en el asunto de Nueva Orleans, cuando el grand iury se opuso a que se formulara acusación -contra los culpables
de haber linchado a unos italianos
132
Pueden surgir dificultades muy serias en caso de absolución de los culpables por el jurado, a causa del conflicto que se prod uce entre la
necesaria independencia de la represión penal y los deberes internacionales del Estado. Una de las razones de la prolongada ruptura
diplomática entre la URSS y Suiza (1923-1946) fue la absolución, por el jurado federal de Lausana, el 5 de noviembre de 1923, del emigrado
ruso Conradi que había asesinado, el 13 de mayo de aquel año, al plenipotenciario soviético en la conferencia de Lausana, Vorowsky.
También se produjo cierta tensión en las relaciones franco-italianas como efecto de la absolución, en 1928, por el Tribunal del Sena (Cour
d' assises) de un antifascista italiano, Sergio di Modunio, que había asesinado al conde Nardini, vicecónsul de Italia en París.
133
6 RIAA, 42 a 44. Sorensen, obra citada, págs. 531-532
134
2 RIAA, 617, en 642, Sorensen, obra citada, pág, 532
135
Véase Recueil ONU, vol. II, pág. 615.
136
Véase R. G., 1932, págs. 230-260, 391-436, 540-564 Y 649-704
137
Véase obra citada, pág. 645.
138
R. G., 1932, pág. 685.
139
Un ejemplo concreto nos lo ofrece el incidente Borchgrave, ocurrido en el curso de la guerra civil española (asesinato de un agregado
de la embajada belga en Madrid, el 20 de diciembre de 1936, por unos milicianos gubernamentales). Por compromiso, de 20 de febrero de
1937, se llevó el asunto a la CPJI, pero el 4 de enero de 1938, ambos gobiernos renunciaron a proseguir el juicio porque el gobierno español
entregó espontáneamente al belga la indemnización reclamada ( un millón de francos belgas)
140
Véase R. G., 1932, pág. 684.
141
Véase R. G., 1932, pág. 661.
142
Por ejemplo: el Tratado de 20 de enero de 1895, entre Guatemala y Honduras, el Tratado germano-soviético de RapaIlo, de 16 de abril
de 1922, que estipulaba la renuncia de ambos Estados a sus respectivas reclamaciones.
143
Por ejemplo, la Constitución de Honduras, de 14 de octubre de 1894, y la decisión del gobierno espa ñol, de 2 de marzo de 1951, que
declaraba “ no conforme a derecho” cualquier reclamación por daños sufridos por los extranjeros en el transcurso de la guerra civil.
144
Véase Sacks, en R.L., 1939, págs. 5-40 y 286-322.
145
Por ejemplo: el. convenio franco-mexicano de 25 de septiembre de 1924, cuyo articulo 29 enumera las diversas fuerzas de cuyos actos
el Estado mexicano acepta ser considerado responsable, para el período comprendido entre el 20 de no viembre de 1910 y el 31 de mayo
de 1920, sin que naya lugar a distinguir entre los casos normales de responsabilidad y los que no presentan tal carácter.
146
Véase el decreto francés, de 24 de diciembre de 1851, relativo alos desórdenes de 1848.
147
Por ejemplo: la responsabilidad del Brasil respecto de Francia e Italia, tras la guerra civil de 1893.
149
Caso Factoría Chorzow, 1928, CPJI, Ser. A, Nº 17, pág-47
150
ICJ Reports, 1980, párr.90
151
Fabián Novak T. y Luis García G., en obra citada, pag. 458.
152
Véase Recueil ONU, vol. I, pág. 338
153
Véase M. l. Litmans, The international lump-sum settlements of theUnited States, Washington, 1962.
154
En el caso del crimen de Letelier-ver supra pág. -, la Comisión, al fijar la indemnización ex gratia, señaló que ésta no sólo debía
compensar la pérdida del aporte financiero sufrido por la familia del embajador, sino también la restante vida productiva de éste, si no
hubiera sido asesinado.
155
Sobre este caso consúltese la citada sentencia del Tribunal Permanente de Arbitraje, de 11 de noviembre de 1912, que invoca
expresamente la uniformidad de derecho interno en la materia.( R.G. ,1913, docum. Pág.27 y 28)
156
Fabián Novak T. y Luis García G., en obra citada, pag. 462
157
Id.
103
158
Véase A. Hauriou, Les dommages indirects dans les arbitrages internationaux, en R. G., 1924, págs. 203-231; SpiropouJos, en Z. fürst
P., 1925, págs. 59-134; Salvioli, en Rec. des Oeuvres, 1929, III, págs. 243-252; Personnax, obra citada, 1938, págs. 127-151
159
Véase La PradelIe y Politis, Recueil des arbitrages intemationaux, vol. Il, pág. 828.
160
Véase Witenberg, obra citada, I, págs. 18-19, 78-81 Y 133-139.
161
Véase Recueil ONU, vol. II, págs.1031-1033 y 1074-1076.
162
Véase Annual Digest, 1931-1932, caso número 107, pág. 217.
163
Véase id., 1935-1937, caso Nºs 115, págs. 274-276. Véase id., 1935-1937, caso Nºs 115, págs. 274-276.
164
Caso Carthage, 1913, II RIAA, 457. Sorensen, obra citada, pág .541
166
Caso Panevezys-Saldutiskis Railways (1939) Ser. A/B Nº 76, pág. 16. Sorensen, obra citada, pág. 543
167
No se protege a los apátridas.
168
Esta posibilidad de proteger a extranjeros fue establecida por la Corte Internacional en el caso reparación por daños causados al servicio
de las Naciones Unidas.
169
El problema de panacionalidad de las sociedades es tratado en infra,págs. 500 y sigs.
170
Aplicado especialmente por el profesor Max Huber, en su ya citada sentencia de 11 de mayo de 1925 (reclamaciones británicas en la
zona española de Marruecos).
171
Véase J. Maury, Du conflit des nationalités, en "Etudes en l'honneur de G. ScelIe", 1950, 1, págs. 365-395.
172
Véase S. 1928. 2. 49, nota Niboyet.
173
V éase el texto en R. G., 1913, págs. 328-333.
174
Véase su texto en R. G., 1959, págs. 125-140.
175
Sentencia de 8 de junio de 1932, texto en Recueil D.N. U., vol. Ir, págs. 1163-1237, en especial pág. 1187; véanse los comentarios de
Arminjon, en Clunet, 1933, págs. 785-811 y de Niboyet,en Reo. critiq. de dr. int., 1934, págs. 706 y sig.
176
En este sentido se han manifestado la jurisprudencia de las Comisiones inixtas venezolanas de 1903, la de los Tribunales arbitrales
mixtos y el Tribunal Internacional de Justicia en su sentencia de 6 de abril de 1955, en el asunto Nottebohm, págs. 16-17. Sobre el problema
general de la prueba ante el árbitro o el juez internacional, véase Witenberg, La théorie des preuves devant les iurisdictions internationales
(Rec. des Cours, 1936, 11, págs. 5-105); L'organisation ;udiciaire, la procédure et la sentence internationales (París, 1937, págs. 226-257,
y artículo en R. G., 1951, págs. 321-342); D. V. Sandifer, Evidence before international tribunals, Chicago, 1939; J. F. Lalive, en Annuaire
suisse de dr. int., 1950, págs. 77-103.
177
CIJ, Recueil 1955, págs. 4 y sig., Juan Puig, obra citada, págs. 282 a 285.
178
Obra citada, págs. 286 y sigs. Países como Francia, Alemania e Italia aceptan el criterio del domicilio del lugar de explotación para
determinar la nacionalidad de las sociedades, otros atienden a la- nacionalidad de los socios, etc.
179
Obra citada, pág. 362.
180
Recueil des arbitrages internationaux: Tomo II, págs. 589-593.
181
Obra citada, pág.549-550
182
Opini6n separada del Juez Kov, caso Barcelona Traction, Light and Powel' Co., Ltd. (1964). ICJ, Rep. 58.
183
JUAN CARLOS PUIG, obra citada, págs. 288 a 293.
184
No sólo de los tribunales de justicia sino de cualquier autoridad que pueda reparar el agravio inferido a un súbdito extranjero.
185
CIJ. Reports, 1959, págs. 26-29. Oriol Casanovas obra citada, 1978, págs.334-336
186
CPJI, serie A/B Nº 76, págs. 18-19
187
CIJ Recueil, 1953, pág. 427. Ver Teoría y práctica del Derecho Internacional Público, Tomo 1, págs. 80-88
188
Debe su nombre al jurista argentino Carlos Calvo (1868).
104
190
Sorensen, obra citada, pág.558
191
Obra citada, pág. 278.
192
Obra citada, págs. 247 a 250.
193
Root en Hackworth, Digest, Vol. V, pág. 636. Sorensen, obra citada,pág. 558. Agrega Sorensen que a lo que renuncia el extranjero no
es al derecho de protección diplomática poseída por el Estado de su nacionalidad, sino a su propia facultad para pedir el ejercicio cre dicho
derecho en su favor.
194
En ingles ICSID:” Internacional Centre for Settlement of Investment Disputes”
195
BIRF:Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento.
196
En los contratos de las firmas extranjeras con el Gobierno argentino, se incorporó la facultad de recurrir al arbitraje del CIADI. Es así,
que 35 firmas extranjeras han interpuesto allí sus demandas contra Argentina, en procura de US $20 mil millones, perjuicios c ausados por
la política monetaria argentina de conversión de dólares en pesos argentinos, además de la congelación de sus tarifas. La mayoría de las
empresas procuran obtener un aumento de sus tarifas en la Argentina para recuperar sus inversiones En el mes de mayo del 2005, un
veredicto del CIADI ordenó la entrega de US$133 millones a una empresa norteamericana, la CMS Energy, que tiene acciones en una
empresa de transporte de gas, y cuyas tarifas fueron convertidas también en pesos y congeladas. La empresa obtuvo así el 50% de lo que
demandaba.
Argentina ha argumentado que el CIADI carece de jurisdicción en dicho país, por cuanto la Corte Suprema lo considera incompatible
con la Constitución argentina. Esta actitud se contrapone, por ejemplo, con el tratado bilateral suscrito con los Estados Unidos, mediante
el cual se garantiza a las empresas norteamericanas el cumplimiento de Argentina con las resoluciones del CIADI
197
Inversion Extranjera.Régimen Jurídico y Solución de Controversias, Santiago, Lexis Nexis, 2004, pág.109
198
199
Id.
Id. págs.263 y sigs.
200
Id. pág. 113.
201
Fue promulgado el convenio por Decreto Supremo Nº 381, del M. de Relaciones Exteriores y publicado en el Diario Oficial el 1 1 de
junio de 1988
202
Se aprobó por 40 votos contra 0 y 17 abstenciones.
203
http://www.corteidh.or
204
205
Id.
Citado por Fabián Novak T. Y Luis García Corrochano M., en obra citada, pags 423 y 424.
206
El autor se pregunta en el mismo artículo si es que el individuo es un verdadero sujeto de Derecho Internacional capaz de renunciar a su
derecho de protección diplomática. Sobre el punto dice lo siguiente: "En el área de la filosofía del Derecho Internacional, t al vez la
posibilidad más prometedora de validez de la Cláusula Calvo es el creciente reconocimiento del status del individuo particular o de las
corporaciones en el Derecho Internacional. La objeción legal fundamental norteamericana a la validez de la Cláusula Calvo se ha basado
en la premisa tradicional de que solamente los Estados son los sujetos del Derecho Internacional. .. Así, pues, no siendo los individuos
sujetos del Derecho Internacional, ellos no poseen derechos y deberes bajo dicha disciplina y no pueden renunciar válidamente a un derecho
que no es de ellos."
207
J. C. PUlG, obra citada, pág. 314
208
R.I.A.A., t.IV, pág. 26 y sigs.
209
J. C. Puig, obra citada, págs. 314-316.
210
Id., págs.316-317
211
R.I.A.A.", t. IV, págs. 691 y sigs.
212
J.C.Puig, obra citada, págs. 317-318