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En 1502 “Fray Alejandro, en la mañana del 14 de agosto, dijo en improvisado altar, la

primera misa que se ofreció en tierra firme.” (Valenzuela 1983, 8)

“La iglesia entonces comenzó su labor de paciente penetración en la consciencia


desconfiada y desorientada del indio, y entre tanto el conquistador ya fuese militar o civil
le consideraba como un ente incapaz de asimilar la civilización castellana por su salvajismo
irremediable, el clérigo y el fraile, por el contrario, le vio como un ser humano capaz de
entender las verdades del evangelio y de incorporarse a la grey católico.” (Valenzuela 1983,
26)

“De aquí que el método evangelizador se hizo invariable: cada día había una plática y al
finalizar esta, se rezaba un acto de contrición…” (Valenzuela 1983, 27)

En 1545 “llego el día tan esperado. La iglesia hondureña iba a ostentar el galardón (Premio,
generalmente honorífico, que se concede a alguien por sus méritos o por haber prestado
determinados servicios.) de consagrar en su seno al dignísimo obispo de Nicaragua que más
tarde recibiría las palmas del martirio defendiendo los derechos del indio…Desde temprano
comenzaron los repiques; la iglesia estaba engalanada con palmas, colgaduras y flores de la
tierra…..Era la primera vez que en Gracias a Dios se reunieran tantos sacerdotes, señores
distinguidos y cuatro obispos….indios y españoles llenaban su recinto y aun parte del atrio
frontal que estaba completamente adornado con ramas y palmas, con flores y listones
agitados por el viento. ” (Valenzuela 1983, 115)

“El temor fue desapareciendo al ver como los naturales se confiaban a los padres; se hizo
una gran enrramada para iglesias, se fabricaron grandes cruces y una casa para los padres
cercada de carrizo y barro, y cubierta con hojas de vijao y se comenzó la predicación. En
este año de 1610, el 24 de febrero que fue miércoles de ceniza, se hicieron grandes
predicaciones, se bautizaron y casaron varios indios que sumaban “casi doscientas almas” y
comenzó a verse el fruto del evangelio entre aquellos “salvajes”.” (D. J. Valenzuela 1990,
53)

“los franciscanos se dedicaron a misionar con gran entusiasmo desde finales del siglo
XVI.” (Carias 1991, 19)
“El siglo XVII se inicia bajo el signo del enorme celo religioso demostrada por el Padre
Esteban Verdelete, quien durante una década se prepara para acometer la conquista
evangélica en la zona oriental. Obtuvo la ayudo de 28 religiosos, paisanos suyos y se
amparó en una Cedula Real.” (Carias 1991, 20)

“En el año de 1661, realiza su penetración Fray Fernando Espino, a zonas del centro del
país, los circunvecinos a San Buen Aventura, Región de Danli, que eran españoles, mulatos
e indios, acudían a tropel a la misa porque rara veces la oran, por estar muy lejos sus curas.
Hizo misión sacramental de bautizos y matrimonios y se aplicó la política de casar indios
cristianos viejos con indias recién convertidas y a la inversa. Oficio los acto de semana
santa.” (Carias 1991, 21)

“El padre Espino refiere: “hize la semana Santa y celebre los oficios Divinos. Puse
monumento Jueves Santo, con el santísimo Sacramento, con muchas luces de cera
blanca…hubo su procesión……” (D. J. Valenzuela 1990, 116)

“La sal la hacen de unos árboles que ay en aquellas montañas, a manera de coyol o coco;
rajan este árbol, hacenlo astillas, quemanlo, hazen ceniza, hazen della legia: está en una olla
grande la echan, solo la legia sin la zeniza, y a fuego manso la van calentando hasta que se
convierte en sal.” (D. J. Valenzuela 1990, 124)

“En documentos del archivo eclesiástico de Comayagua, consta que para el jueves Santo de
1676, el Obispo Espinoza y Monzon consagro los Santos Oleos y ofició de Pontifical. (2)
Para darle solemnidad a estos actos litúrgicos, el Cabildo dio providencias para que se
alistase lo necesario a fin de que “en la Pontifical del Jueves Santo, Su Ilustrísima cuente
con la asistencia de los presbíteros y el Coro como corresponde al Día y no se omita detalle
ni gasto y se arregle decentemente.” (D. J. Valenzuela 1990, 153)

“Las características de la actividad misionera en el siglo XVIII experimentaron sensibles


cambios con respecto a lo anterior, aquí la conquista evangélica ha cedido y pasa a la
defensa y recuperación de territorios, se trata de un problema militar.” (Carias 1991, 22)

“Ya en 1860 la fe popular reproduce sus enseñanzas y el acatamiento a sus normas. El


pueblo se acostumbra a ser creyente sin la presencia fija de Sacerdotes ni ritos”
Entre 1854-1855, William V. Walls en “Exploraciones y aventuras en Honduras”, “había
falta de fondos en la iglesia reportaba, sin embargo, cargas que no voluntarios dejaban de
ser pesadas para pobre feligresía. Las fiestas anuales, generalmente la semana santa,
consumían más presupuesto que el de la municipalidad para todo el año.” (Carias
1991, 64)

“Según arancel, la celebración completa de una semana santa reportaba para el sacerdote 50
pesos, los sueldos de las autoridades municipales y maestros eran entonces de 30 pesos”
(Carias 1991, 78) (1880-1890)

“En enero de 1910 los franciscanos hacen una segunda entrada a taguzgalpa en donde
trataban de remediar primero las almas que los cuerpos……En menos de un mes ya tenían
los misioneros un buen número de indígenas bautizados y el 24 de febrero impusieron la
ceniza cuaresmal a los nuevos feligreses, catecismos y procesiones fueron los elementos de
evangelización durante la cuaresma.” (Tojerra 1990)

“En teoría Honduras ya era una nación católica por excelencia” (Carias 1991, 89)

“El termino conversión es individual y teológico, pero también sociocultural e Histórico”


(Carias 1991, 124) (autor del libro

“En la semana santa de 1976, los obispos de Honduras, conmemoran el décimo aniversario
de la celebración de la palabra de Dios. Eran, se decía. Diez años por nuevos caminos, con
la celebración, como punto de partida, una forma avanzada de realizar la misa, la
eucaristía.” (Carias 1991, 142)
Carias, Marco. En La Iglesia Catolica en Honduras (1492-1975), de Marco Carias, 19-142.
Tegucigalpa: Editorial Guaymuras , 1991.

En Panorama Historico de la Iglesia en Honduras , de Jose Maria Tojerra, 59-60. Tegucigalpa: 2a.
ed , 1990.

Valenzuela, Dr. Jose Reina. En Historia Eclesiastica de Honduras Tomo I (1502-1600), de Dr. Jose
Reina Valenzuela. Tegucigalpa : Tipografia Nacional, 1983.

Valenzuela, Dr. José Reina. En Historia Eclesiástica de Honduras, Tomo II, de Dr. José Reina
Valenzuela. Tegucigalpa, Honduras: Litografía LÓPEZ, S.de R.L., 1990.

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