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FUNDAMENTOS CONSTITUCIONALES Y FILOSÓFICOS

FUNDAMENTACIÓN CONSTITUCIONAL

La constitución de la República, por su propia generalidad, no desarrolla las diligencias de


aceptación de herencia de manera expresa. Únicamente podemos encontrar su anclaje en la
Constitución por la vía de la interpretación y del consiguiente desarrollo legislativo de la
misma. Es el legislador, en el marco de la ley en sentido estricto, quien debe desarrollar
dichos elementos, siempre dentro del marco de lo que la Constitución dispone. 1

Como sabemos, el hecho que no exista un desarrollo expreso de un tema dentro de la


Constitución misma no es óbice para encontrar su fundamento en ella, debido al hecho
que, en temas de interpretación constitucional, la interpretación literal no es el único, ni
mucho menos el mejor, método de interpretación de la misma.2

Así, pues, realizando un análisis teleológico y sistemático, encontramos que las diligencias
de aceptación de herencia, desarrolladas extensivamente por la legislación del código civil
y de la Ley de la Jurisdicción Voluntaria y otras Diligencias, encuentra su fundamento
constitucional en el Art. 22 de la misma, que enuncia:

“Art. 22.- Toda persona tiene derecho a disponer libremente de sus bienes conforme a la
ley. La propiedad es transmisible en la forma en que determinen las leyes. Habrá libre
testamentifacción.”

En tal sentido, podemos puntualizar tres ideas clave que enmarcan a las diligencias de
aceptación de herencia dentro de la constitución:

1. Puede disponerse libremente de los bienes conforme a la ley: Aquí, el constituyente


está facultando al legislador para que sea él quien le dé un desarrollo exhaustivo a

1
SAGÜÉS, NÉSTOR, Elementos de Derecho Constitucional, Tomo 1, Editorial ASTREA, Buenos Aires, 1999,
pág. 69
2
MONROY-CABRA, MARCO, La interpretación constitucional, Ediciones Librería del Profesional, Bogotá,
2002, pág. 16.
las formas como puede disponerse de los bienes. En el caso de las diligencias de
aceptación de herencia, es el Código Civil el que se encarga de dicho desarrollo.
2. La propiedad es transmisible en la forma en que determinen las leyes: Al utilizar el
vocablo trasmisible, el constituyente claramente hace alusión a las herencias, ya que
al hablar de transmisión es necesario que concluyamos que se trata de una sucesión,
que Guillermo Cabanellas define como: La transmisión de los derechos y
obligaciones de quien muere a alguna persona capaz y con derecho y voluntad de
ejercer aquéllos y cumplir éstas. 3
3. Habrá libre testamentifacción: Es precisamente en la libre testamentifacción donde
el Constituyente faculta a todas las personas que pueden disponer de sus bienes de
realizar sus testamentos; de aquí podemos deducir lógicamente que, si hay libre
testamentifacción, deben crearse por vía legislativa las instancias y los
procedimientos necesarios para hacer cumplir la voluntad del testador, en este caso,
las diligencias de aceptación de herencia.

FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS

No es casualidad que los legisladores hayan facultado, no únicamente a los jueces, sino
también a los notarios para llevar a cabo las diligencias de aceptación de herencia. Y es
que, además del hecho que el sistema judicial, no solo en nuestro país, sino en la mayoría
de ellos, está inmensamente saturado con procesos, hay una profunda motivación filosófica
y, a la vez, ética, para encomendar al notario la tarea de las diligencias de aceptación de
herencia. Por dichos motivos, el notariado se ha constituido en una función de carácter
social, que debe estar sujeta, por supuesto, a los debidos controles legales para su correcto
ejercicio, además, de la antes mencionada calidad ética que el notario como persona debe
poseer.4

3
CABANELLAS, GUILLERMO. Diccionario Jurídico Elemental, 11ª Edición, Editorial HELIASTA, Argentina, p.
301.
4
FUSADES, El Futuro de las profesiones jurídicas en El Salvador, Boletín de Estudios Legales N° 103, Julio de
2009, P.14
El notariado funge como una institución que debe estar al servicio de la sociedad, y el
notario, para cumplir con todos los requisitos que la ley le impone, no solamente debe tener
un alto grado de profesionalismo, sino una ética irreprochable. El notario cumple con un
deber legal y un deber social cuando asesora y realiza las diligencias. Es en tal sentido que
podemos afirmar que el notario tiene, entre otras, la función de garante de los derechos de
los ciudadanos. 5

Para mejor comprender en qué sentido el notario es garante de los derechos de los
ciudadanos, es menester recordar que uno de los derechos fundamentales de mayor
importancia es el patrimonio. El patrimonio, como recordaremos, es un atributo de la
personalidad, que comprende sus bienes, derechos y obligaciones transmisibles por causa
de muerte.

El notario, en ejercicio de sus funciones, sirve como garante de este derecho fundamental,
en dos sentidos:6

1. En la elaboración de testamentos: Dentro de la redacción del testamento, el notario


cumple dos importantes funciones: Primero, el notario actúa como dador de fe
pública a la última voluntad del testador, siendo requisito indispensable para la
validez de un testamento solemne la participación del notario; Segundo, el notario
actúa como asesor del testador. En cumplimento con la ética profesional del
notariado, es deber del notario el dar la correcta asesoría al testador sobre las
clausulas que en él van inclusas, y sobre las posibles falencias de las mismas.
2. En los trámites de aceptación de herencia: Aquí, el notario debe hacer efectiva la
voluntad del testador, o la voluntad de la ley en el caso de las sucesiones intestadas,
haciendo que sean efectivamente las personas con vocación sucesoria las que,
eventualmente, adquieran el patrimonio del causante.

Son estas dos facultades primordiales en las cuales podemos ver con mayor claridad como
el notario, ejerciendo su función legal y social, actúa como un garante de los derechos

5
PAZ, JOSÉ MARÍA, Derecho Notarial Argentino. Compañía Argentina de Editores, 1939. Página 65
6
CELSO CASTILLO, POLA, La supremacía del testamento público abierto. Revista Mexicana de Derecho nº 9,
Año 2007, México, P.95.
fundamentales de los ciudadanos, lo cual constituye la fundamentación filosófica de su
facultad de llevar diligencias de aceptación de herencia.

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