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Introducción
P. Jacques Arragain C.J.M.
"Hoy, 25 de julio de 1680, anota el Padre Eudes en su diario (OC. XII, 135), Dios
me concedió la gracia de terminar mi libro del CORAZÓN ADMIRABLE DE LA
SANTÍSIMA MADRE DE DIOS". El 19 de agosto siguiente moría el santo. Su
sucesor, el Padre Blouet de Camilly, lo publicó en abril de 1681. Era un magnífico
"in quarto" de 782 páginas. Fue reeditado en dos tomos en París en 1834 antes de
aparecer en 1908, en los tomos VI, VII y VIII de las Obras Completas. Es la más
voluminosa obra del santo. Por ese motivo la presente edición sólo presenta el
libro doce consagrado directamente al solo Corazón de Jesús, pero no puede
dejar que el lector ignore la obra más considerable del Padre Eudes.
Composición y fuentes.
Impulsado por su amor a María, Juan Eudes reunía en el seminario de Caen todas
las obras sobre ella que encontraba durante sus viajes o que le eran obsequiadas.
Algunos hermanos le redactaban colecciones de notas. Y entre una y otra misión
se inspiraba en ellas para componer sus libros. Siempre tenía cuatro o cinco en
elaboración; entre ellos dos sobre la Virgen: LA INFANCIA ADMIRABLE,
terminada en 1676, "que me significó un descanso delicioso... obra más de mi
corazón que de mis manos" escribe en la conclusión y EL CORAZÓN
ADMIRABLE, por cuya terminación ruega, en ese mismo lugar, a la "Reina de su
Corazón" que interceda junto a su Hijo (OC. V, 477).
Con ese método el Padre Eudes ha hecho un libro de vasta erudición. Buscó en la
Sagrada Escritura el sentido de la palabra CORAZÓN pero sobre todo meditó los
textos que nos hablan del amor de Dios, de Cristo y de la Virgen, en especial en el
Cantar de los Cantares, en los profetas, y en el evangelio. Los Padres le son
familiares tanto los griegos como los latinos: Cirilo de Alejandría, el Seudo-
Dionisio, Juan Damasceno, Agustín, Ambrosio, etc. Cita con soltura a escritores
eclesiásticos: Anselmo, Bernardo, Buenaventura, entre otros; a místicos y autores
espirituales antiguos o contemporáneos. Su conocimiento de los escolásticos hace
honor a sus maestros de Caen y de París. De, todo ello resultó, según uno de los
últimos obispos de Bayeux « como una suma teológica de la devoción al Corazón
de María, luminosa y grandiosa, aunque a veces difusa y vehemente... enorme
cúmulo de pruebas, de consideraciones y de consejos, en el que han venido a
inspirarse todos los autores que en los tiempos siguientes han escrito sobre el
tema» (Monseñor Picaud).
¿Qué contiene la obra? Empezando, un primer libro, muy importante, dice lo que
es el Corazón de María y también el Corazón de Jesús, objeto de la devoción.
Sigue un grupo compacto de ocho libros, cerca de las dos terceras partes del
conjunto; trata allí de los cuatro fundamentos de esa devoción.
El libro undécimo trata brevemente del culto al Corazón de María, de las razones
que lo justifican, de los medios de practicarlo. Aconseja una actitud interior de
unión y de ofrenda a María, para vivir con ella de la vida de Jesús. Indica muchas
prácticas: meditaciones, de las que brinda dos series, oraciones personales, textos
litúrgicos; entre éstos recomienda la Misa y el Oficio propios de los que él es el
autor. Con este undécimo libro se termina el estudio propiamente dicho sobre el
Corazón de María, emprendido por san Juan Eudes.
El libro doce
Pero no se puede separar "del Corazón de la Madre de Jesús el Corazón del Hijo
único de María". Por eso el santo añade cerca de doscientas páginas consagradas
únicamente al Corazón divino de Jesús. Estas constituyen el duodécimo libro del
CORAZÓN ADMIRABLE, el único que se publica en la presente edición ya que el
Padre Eudes había dado lo esencial de su pensamiento sobre el Corazón de
María en su opúsculo LA DEVOCIÓN AL SANTÍSIMO CORAZÓN DE LA
BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA que aparece publicado aquí íntegramente.
Para san Juan Eudes el corazón es el amor y la caridad. Pero en María y Jesús, el
amor es realidad compleja. En 1650 el santo le atribuía ocho dimensiones. Hacia
1665 adoptó la división tripartita: corazón corporal, corazón espiritual y corazón
divino: "tres corazones que son un solo corazón" a los que Pío XII en la encíclica
Haurietis aquas hará eco con su "triple amor". Los dos primeros corazones cubren
las mismas realidades para Jesús y María. El corazón corporal es el órgano
cardíaco pero también (en el siglo XVII "la sede de las pasiones". El corazón
espiritual es la memoria, el entendimiento, y sobre todo la voluntad, facultad del
amor. Es también la vida de gracia y de caridad, obrada por el Espíritu Santo. El
corazón divino, para Jesús, es su amor en cuanto Dios (Dios es amor) y en cuanto
principio, con su Padre, del Espíritu Santo. En cuanto a María es una criatura tan
vacía de sí misma que se puede decir con razón -como dice san Pablo- que ella
ya no vive sino que es Jesús el que vive en ella, que es el Corazón de su corazón
y por consiguiente ella tiene un Corazón todo divino.
La devoción a estos dos corazones es en primer tiempo contemplación. Para
Jesús se contempla el misterio insondable de su amor trinitario: amor del Padre y
del Hijo, origen de su vínculo de amor que es el Espíritu; se contempla su amor de
donde procede, por el Hijo, la creación, la encarnación redentora: "he aquí que
vengo", la Inmaculada Concepción, el misterio pascua], la Iglesia, los
sacramentos, fuentes de gracia. Jesús nos ama como el Padre lo ama a él, nos
hace sus herederos. Para María se contempla su corazón divino: María, modelo
perfecto de renuncia a todo cuanto no es Cristo, unida con adhesión total, la de la
esclava, a los pensamientos de Dios, por la fe; a sus promesas por la esperanza y
a su voluntad por la caridad, adhesión a las virtudes y a los estados y misterios de
Jesús.