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¿Es La acción de enriquecimiento cambiario un residual de la acción cambiaria?

Análisis desde la perspectiva del derecho comparado entre Colombia, Perú y


España
Gina Paola Ávila Uribe

La acción de enriquecimiento cambiario, es una figura jurídica que posee el


acreedor de un título valor de contenido crediticio cuando éste ha caducado o ha
prescrito; esta acción, algunos autores, la consideran como una acción subsidiaria, sin
embargo los legisladores colombianos están en oposición a ello, ya que es considerada
como un remedio extremo que puede utilizar el acreedor para poder librarlo de las
consecuencias injustas obtenidas una vez el titulo valor ha caducado o prescrito.

El acreedor puede ejercer esta acción contra quienes se beneficiaron del dinero
estipulado en dicho documento, puesto que se genera un detrimento evidente en el
patrimonio del acreedor y un incremento patrimonial en determinado sujeto denominado
deudor. El artículo 882 del Código de Comercio Colombiano, la establece como una
posibilidad para que el acreedor pueda lograr la restitución del monto que le ocasionó
un empobrecimiento, permitiéndole adquirir una reparación del daño experimentado por
su comportamiento omisivo, impidiéndole así ejercer las acciones cambiarias
correspondientes de acuerdo con la ley.

Sin embrago, no se trata de una fuente que genera un provecho injustificado al


accionante, por lo tanto, el monto solicitado no puede exceder el enriquecimiento ni ser
mayor al empobrecimiento causado, aun así también presenta una prescripción, la cual
es de un año contado a partir del momento en que se generó la caducidad o la
prescripción del título.

En la República del Perú, esta acción se denomina acción por enriquecimiento


indebido y procede cuando han prescrito las acciones derivadas del título valor y no se
tiene la acción causal contra los obligados, teniendo en cuenta que los requisitos para
poder ejercitarla son que la acción cambiaria, al igual que en Colombia, haya prescrito a

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los tres (3) años después de la fecha de vencimiento de dicho título y que no exista un
acuerdo entre las partes firmantes impidiendo así el surgimiento de una acción causal.

Esta actuación es considerada como una acción residual, pues para que nazca a
la vida jurídica, depende de que no exista otra vía legal que pueda ejercitar el legítimo
tenedor contra quienes se han enriquecido a sus expensas, por lo tanto se requiere
demostrar una relación de causalidad entre el enriquecimiento y el empobrecimiento de
las partes (Lengua Baldi, 2013).

Para el Derecho Mercantil Español, esta acción es denominada acción de


enriquecimiento sin causa, y opera cuando el legítimo tenedor no presente u omita
protestar el título valor dentro del tiempo y de la forma estipulada por la ley, por lo que
los doctrinantes consideran que solo el perjuicio y no la prescripción, constituye el
presupuesto para poder instaurar dicha acción (Pérez Albuquerque, 1993).

Por lo anterior, la pretensión de restitución que enmarca esta acción, no hace


referencia al pago de dicho título, sino que se trata de una pretensión extracambiaria
que pretender que al acreedor le sea resarcido el importe por el cual se ha empobrecido
su patrimonio, generando un enriquecimiento injustificado en el del deudor, cuyo
objetivo es el de mantener un equilibrio del patrimonio que ha sido alterado.

Para el país español, esta acción es una pretensión de carácter subsidiario por lo
que para que se pueda accionar, debe existir una inexigibilidad de la pretensión por
incumplimiento de la obligación cambiaria o de la obligación causal. En cuanto a su
prescripción, se origina a los dos (2) años computador a partir de la fecha en que se ha
hecho la exigencia de la pretensión cambiaria (Canelo Dávila, 1991).

Para el legislador colombiano, es reiterativo que esta acción de enriquecimiento


cambiario no es del tipo subsidiario pues considera que no es necesario que exista una
pronunciación mediante sentencia en la que se evidencie la extinción de la acción
cambiaria por prescripción o por caducidad, ya que a pesar de que con estas últimas

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busca castigar al acreedor que actuó con negligencia, también pretende darle seguridad
al deudor para no quedar ligado de por vida a dicha deuda, pero aun así permite una
última opción al acreedor de lograr una estabilidad en su patrimonio evidentemente
afectado, mediante la utilización de un elemento a manera de poder corregir las
situaciones injustas.

A pesar de ello, la jurisprudencia ha establecido los requisitos para que pueda


ejecutar la acción de enriquecimiento cambiario, por ello la Corte Constitucional
mediante especificó que el acreedor debe probar los hechos que configuran la
aplicación de dicha figura jurídica y no basta con solo especificar que el título valor ha
caducado o ha prescrito, siendo que también debe demostrar que existe un
enriquecimiento y un empobrecimiento injustificado, además de la inexistencia legal
para que esta situación se haya generado (Sentencia C471 de 2006, 2006).

Por lo anterior, se observa que a pesar que en estos tres (3) países no existe
concordancia sobre si la acción de enriquecimiento cambiario es o no una acción
subsidiaria de la acción cambiaria, si existe una homogeneidad de concepto en relación
a que esta operación permite al acreedor optar por una última oportunidad de lograr un
equilibrio en su patrimonio evidentemente afectado.

Es así como se considera que, la acción de enriquecimiento cambiario no es una


especie de sobrante de la acción cambiaria originada como añadidura por la caducidad
o prescripción de dicha acción, mucho menos se trata de una acción subsidiaria, siendo
realmente una modalidad de la acción de enriquecimiento sin justa causa, que opera
cuando el acreedor no posee acciones legales vigentes para solicitar el pago al deudor,
como consecuencia de su omisión legal para hacerlo efectivo, pero que a pesar de ello
la ley le otorga una última opción a su favor, de la cual debe hacer provecho en el
tiempo de un (1) año, con el fin de lograr la restitución de su patrimonio evidentemente
afectado por su descuido, a pesar de haber actuado con negligencia al no realizar la
presentación, el cobro y el protesto del título valor conforme a los términos y en la
debida forma que expone la ley.

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Referencias Bibliográficas

Sentencia C471 de 2006, expediente D-5929 (Corte Constitucional 14 de 06 de 2006).

Canelo Dávila, G. (1991). Prescripción y Caducidad en la Ley de Títulos Valores.


Thémis: Revista de derecho (19), 23-28.

Lengua Baldi, J. A. (2013). La Letra De Cambio a la Orden: Acciones y Defensas.


DERECHO & SOCIEDAD(18), 86-93.

Pérez Albuquerque, M. D. (1993). Tratameinto legislativo de la acción de


enriquecimiento injusto. Mérida, Plasencia, España.

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