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SALA CONSTITUCIONAL

MAGISTRADO-PONENTE: JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO


El 1 de diciembre de 2003, el abogado ALBERTO MILIANI BALZA, venezolano,
mayor de edad, titular de la cédula de identidad No. V.-314.314, inscrito en el
Inpreabogado bajo el No. 11.778, apoderado judicial de los ciudadanos RAMÓN TORO
LEÓN y CRUZ DE LOS SANTOS LARES LUNA, venezolanos, mayores de edad,
titulares de las cédulas de identidad Nos. V.-1.218.489 y V.-3.594.020, respectivamente,
ejerció ante esta Sala Constitucional, acción de amparo contra “...varios procesos en donde
se patentiza un Fraude Procesal Múltiple, conforme al artículo 17 del Código de
Procedimiento Civil...”.

El 16 de diciembre de 2003, el mencionado abogado mediante diligencia solicitó se


le acuerde medida cautelar innominada, y se oficie al Juzgado Duodécimo de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil y de Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, para que “...se abstenga de decidir el recurso...”, hasta que esta
Sala Constitucional pronuncie su fallo sobre la acción de amparo.

El 2 de marzo de 2004, esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia


admitió la acción de amparo y acordó la medida cautelar innominada ordenando al Juzgado
Duodécimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas la suspensión del
procedimiento de desalojo del inmueble “Villa Claret” y, en consecuencia, se abstenga de
decidir el recurso de apelación ejercido.

El 25 de mayo de 2005, habiendo efectuado la Sala Constitucional las notificaciones


correspondientes en el presente caso, se fijó el 31 de mayo de 2005 para la realización de la
audiencia constitucional. A dicha audiencia comparecieron únicamente el abogado
ALBERTO MILIANI BALZA, apoderado judicial de los accionantes y la representante del
Ministerio Público.

Efectuada la lectura del expediente, pasa esta Sala a decidir previas las siguientes
consideraciones:

DE LA ACCIÓN DE AMPARO
Según señaló el apoderado judicial de los accionantes, el presente amparo ha sido
ejercido por la presunta comisión de un “Fraude Procesal Múltiple”, el cual se llevó acabo
principalmente, durante el proceso del juicio incoado por JOSÉ BATISTA RODRÍGUEZ,
contra BIDASOA INVERSIONES, C.A., por cumplimiento de contrato, donde actuaron
como terceros los hoy accionantes, RAMÓN TORO LEÓN y CRUZ DE LOS SANTOS
LARES LUNA, así como también, durante otros procesos, que los accionantes
denominaron “procesos conexos para conformar la unidad fraudulenta”.

El apoderado judicial de los accionantes manifestó, que el Juzgado Décimo de


Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, conoció del juicio por cumplimiento de contrato,
anteriormente señalado. En dicho proceso el tribunal de primera instancia mencionado el 22
de abril de 1996, declaró parcialmente con lugar la demanda y perimida la tercería ejercida,
por haber transcurrido más de los 30 días previstos en el artículo 267 del Código de
Procedimiento Civil.

Contra esa sentencia del 22 de abril de 1996, BIDASOA INVERSIONES C.A. y los
ciudadanos RAMÓN TORO LEÓN y CRUZ DE LOS SANTOS LARES LUNA,
ejercieron recurso de apelación, el cual les fue declarado extemporáneo.

El 1 de agosto de 1996, BIDASOA INVERSIONES C.A. y los ciudadanos


RAMÓN TORO LEÓN y CRUZ DE LOS SANTOS LARES LUNA ejercieron recurso de
hecho, correspondiendo conocer del mismo al Juzgado Superior Tercero en lo Civil,
Mercantil y Tránsito de la CircunscripciónJudicial del Área Metropolitana de Caracas, el
cual el 15 de octubre de 1996 declaró sin lugar el recurso ejercido. Contra esta declaratoria,
los ciudadanos RAMÓN TORO LEÓN y CRUZ DE LOS SANTOS LARES LUNA
ejercieron ante la Sala de Casación Civil de la antigua Corte Suprema de Justicia recurso de
casación, el cual el 13 de mayo de 1997, fue declarado inadmisible de conformidad con el
artículo 312 del Código de Procedimiento Civil, por no constar en el expediente la cuantía
de la tercería.
Según señaló el apoderado judicial de los accionantes, como la tercería ejercida
había sido declarada perimida, podían ejercerla nuevamente en la fase de ejecución de
sentencia; sin embargo, ésta no pudo ser ejercida por cuanto, antes de llegar al tribunal la
última pieza del expediente donde se encontraban los recursos de casación y de hecho, las
partes en el juicio llegaron a una transacción judicial, la cual fue homologada por el tribunal
de primera instancia. En dicha transacción se traspasó la propiedad del inmueble “Villa
Claret” al ciudadano JOSÉ BATISTA RODRÍGUEZ.

El 22 de septiembre de 1997, el ciudadano JOSÉ BATISTA RODRÍGUEZ


propietario del inmueble denominado “Villa Claret” se lo dio en venta a BATROD 83
INVERSIONES C.A.

Señaló el apoderado judicial de la parte actora, que el 30 de septiembre de 1997, los


ciudadanos RAMÓN TORO LEÓN y CRUZ DE LOS SANTOS LARES LUNA ejercieron
recurso de invalidación contra la sentencia dictada el 22 de abril de 1996, por el Juzgado
Décimo de Primera Instancia Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas y contra la transacción
realizada por las partes en la fase de ejecución. Dicho recurso de invalidación fue declarado
sin lugar por el Juzgado Décimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito
de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, por lo que los actuales
accionantes ejercieron el recurso de casación, el cual fue declarado el 21 de septiembre de
2000, sin lugar por la Sala de Casación Civil de la antigua Corte Suprema de Justicia.

En opinión de los accionantes, dentro de este proceso de cumplimiento de contrato y


sus incidencias, fueron cometidos una serie de fraudes, los cuales se señalan a
continuación:

1.- El primer fraude denunciado en la presente acción, consistió en la admisión que


realizó el Juzgado Décimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, de la demanda de
cumplimiento de contrato y el decreto que dictó el mencionado tribunal, de prohibición de
enajenar y gravar sobre el inmueble denominado “Villa Claret”, ya que, en su opinión, el
ciudadano JOSÉ BATISTA RODRÍGUEZ, carecía de interés jurídico para intentar la
acción, por cuanto, su contrato había quedado resuelto de pleno derecho, al haberse
cumplido el supuesto de la condición resolutoria establecido por las partes.

Igualmente, señalaron los accionantes, que el tribunal anteriormente citado decretó


la prohibición de enajenar y gravar el inmueble, sin cumplir con los extremos exigidos en el
artículo 585 del Código de Procedimiento Civil, puesto que, la finalidad de la medida
“...fue impedir la protocolización de la venta del inmueble (a sus poderdantes) por ante la
Oficina Subalterna de Registro Público competente...”.

Finalmente, el apoderado judicial de los accionantes destacó, que de “... (l)a


notificación judicial, la demanda de Cumplimiento de Contrato y la Prohibición de
Enajenar y Gravar, se evidencian el Fraude Procesal, por cuanto la demanda no persigue
en (sic) fin señalado en el libelo, sino de frustrar los derechos ciertos e indubitables de
los TORO LARES, como verdaderos propietarios de (sic) inmueble. Fraude concretado
posteriormente en transacción ilícita, cuando BIDASOA INVERSIONES, C.A., le
traspasa a JOSÉ BATISTA RODRÍGUEZ la propiedad del inmueble “VILLA
CLARET”, en donde no se hizo mención alguna, a la diferencia de cabida, y disminución
consiguiente del precio, si (sic) se tomó en cuenta los derechos adquiridos por mis
representados (sic)”.

2.- Manifestó el apoderado judicial de los accionantes en su escrito de amparo, que


el segundo fraude procesal ocurrió durante la citación de los demandados en tercería, ya
que, el abogado del ciudadano JOSÉ BATISTA RODRÍGUEZ, dio contestación a la
demanda de tercería, habiendo transcurrido “...más de sesenta (60) días de la citación de la
otra demanda, allí el Juez Noveno de Primera Instancia en lo Civil, debió acordar la
suspensión del proceso, a quien se considera como colusionado”.

3.- Como tercer fraude procesal dentro del juicio de cumplimiento de contrato,
señalaron los accionantes que el Juzgado Décimo de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas,
dictó un auto de diferimiento para dictar sentencia “...que no consta ni en la demanda
principal ni en la demanda de tercería, de manera que una sentencia pronunciada fuera
del lapso legal se considerara pronunciada dentro del lapso legal, para hacer innecesaria
la notificación de las partes para ejercer recursos pertinentes”. Con dicho auto de
diferimiento, que según el apoderado judicial de los accionantes, sólo aparece en el libro
diario llevado por el mencionado tribunal, se alcanzaron en su opinión, los siguientes
objetivos:
“...1-.consolidar otro fraude, que es el contenido de la propia sentencia, la cual
fue declarada firme.
2.- que las apelaciones de los terceristas y de la parte demandada fueran
consideradas extemporáneas.
3.- que no fueran analizados todos los errores y vicios que se desprenden del
propio contenido de la sentencia”.
4.- Indicó el apoderado judicial de los accionantes, que el cuarto fraude procesal, se
llevó a cabo en la sentencia pronunciada por el Juzgado Superior Tercero en lo Civil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, al conocer el
recurso de hecho ejercido por los hoy accionantes, en su calidad de terceros, una vez que el
Juzgado Décimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la misma
Circunscripción Judicial, les negó el recurso de apelación contra la sentencia dictada por
ese juzgado el 22 de abril de 1996, por ser supuestamente dicho recurso extemporáneo.

Manifestó el apoderado judicial mencionado, que el juez superior incurrió en una


serie de errores u omisiones que lo llevaron a sacar elementos de convicción fuera de los
expresados por los recurrentes en sus escritos, por lo que, suplió las excepciones de éstos
con los alegatos de la parte actora. Es así, como el juzgado superior afirmó la existencia del
auto de diferimento presuntamente dictado por el tribunal, sin constatar su existencia en
ambos expedientes, ni percatarse que según el dicho del tribunal de primera instancia, dictó
el auto difiriendo la sentencia y lo agregó al expediente al folio 193 del cuaderno principal,
sin observar que, el estado en que se encontraba el proceso en dicho folio del expediente,
era antes de la oportunidad legal de presentación de informes, por lo que “...no pudo
proceder el auto de diferimiento de la sentencia”.

Con ello, en opinión del apoderado judicial, “... (e)l Juez de Alzada en su sentencia
convalidó el fraude de la Demanda de Cumplimiento de Contrato ejercida sin derecho, no
obstante de la confesión en el propio libelo del apoderado judicial de haber sido notificado
judicialmente de la resolución del contrato de opción de compra-venta; el de la perención
de la instancia de Tercería; el de la sentencia pronunciada dentro del lapso legal, de la
irregularidad del auto de diferimiento de la sentencia para poder declarar firme la
sentencia y extemporáneos los recursos ejercidos en su contra no obstante los alegatos de
las otras partes que no podían conocer tal auto de diferimiento, como consta en las
foliaturas del juicio principal y el de la Tercería, en maniobras dirigidas a cercenar como
en efecto se cercenó el derecho a la defensa y al debido proceso”.

5.- Continuó narrando el apoderado judicial de los accionantes, la existencia de un


quinto fraude dentro de este proceso de cumplimiento de contrato, el cual consistió, en su
opinión, “...en suprimir el procedimiento de ejecución de la sentencia mediante una
Transacción entre JOSÉ BATISTA RODRÍGUEZ, (..).parte actora, y BIDASOA
INVERSIONES, C.A., (..). parte demandada, con prescindencia de la intervención de los
terceristas RAMÓN TORO LEÓN y CRUZ DE LOS SANTOS LARES LUNA”.
Según los accionantes, este fraude permitió la venta del inmueble “Villa Claret”, de
BIDASOA INVERSIONES, C.A., al señor JOSÉ BATISTA RODRÍGUEZ (el 13 de
agosto de 1997) y que éste último, realizara el 22 de septiembre de 1997, una nueva venta
del inmueble mencionado a BATROD 83 INVERSIONES, C.A., supuestamente compañía
anónima de su propiedad. Con ello, se les impidió a los terceristas, ejercer nuevamente la
tercería, evitando así, que el contrato de opción de compra-venta entre BIDASOA
INVERSIONES, C.A. y los señores RAMÓN TORO LEÓN y CRUZ DE LOS SANTOS
LARES LUNA, fuera controvertido en alguna instancia judicial; vulnerando con esas
actuaciones “...normas del debido proceso cuando con posterioridad a una sentencia firme
ocurre una transacción homologada con cualidad de cosa juzgada, es decir, dos sentencias
en un mismo procedimiento”.

Sostuvo el apoderado judicial de los accionantes en su escrito de amparo, que


además de los fraudes anteriormente comentados, realizados durante el juicio de
cumplimiento de contrato, existieron fraudes durante otros juicios relacionados, los cuales
conforman una unidad fraudulenta. Dichos procesos son los siguientes:

1.- PROCEDIMIENTO DE OFERTA REAL Y SUBSIGUIENTE DEPÓSITO:


este procedimiento fue sustanciado por el Juzgado Quinto de Primera Instancia Civil y
Mercantil de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, actuando como
oferente BIDASOA INVERSIONES, C.A., y como oferidos RAMÓN TORO LEÓN y
CRUZ DE LOS SANTOS LARES LUNA.

Según el apoderado judicial, el fraude consistió en utilizar este procedimiento con


fines distintos a lo que constituye su objeto, “...esto es que la oferente BIDASOA
INVERSIONES, C.A. es obligada contractualmente con los TORO LARES a transferirles
el derecho de propiedad sobre el inmueble denominado, “VILLA CLARET” y el lote de
terreno sobre el cual está construido, pretende liberarse de esta obligación ofertando en su
lugar la suma de dinero que había recibido; el fin inmediato era dejar sin efecto el
contrato de Opción de Compra-Venta sobre el inmueble de manera unilateral, cuando
estaba obligada a su cumplimiento; pero de manera especial perseguía hacer ilusorio
el RECURSO EXTRAORDINARIO DE INVALIDACIÓN, que para esa fecha (marzo
1.998) cursaba ante el Tribunal Décimo de Primera Instancia en expediente Nº 21581”.

El 21 de julio de 1998, el Juzgado Quinto de Primera Instancia Civil y Mercantil


de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, dictó sentencia, en la
cual declaró improcedente la oferta real y subsiguiente depósito, por no estar llenos los
extremos legales establecidos en el artículo 1207 del Código Civil. Igualmente declaró que
el contrato de opción de compra-venta celebrado entre BIDASOA INVERSIONES, C.A. y
RAMÓN TORO LEÓN y CRUZ DE LOS SANTOS LARES LUNA, se perfeccionó por el
consentimiento legítimamente manifestado entre las partes.

En relación a este procedimiento, el abogado de los accionantes señaló que “...(e)l


fraude procesal que se intentó plasmar, fue frustrado por la intervención oportuna y
eficiente de los oferidos, lo cual no significa que no se intentó plasmarlos, mediante este
procedimiento de Oferta Real para dejar inexistente el contrato de opción de compra venta
que se había perfeccionado con el pago del precio del inmueble realizado por los TORO
LARES a BIDASOA INVERSIONES, C.A.; y dejar sin base legal el Recurso
Extraordinario de Invalidación que se estaba incoando”.

2.- JUICIO DE EJECUCIÓN DE HIPOTECA: proceso sustanciado por el


Juzgado Quinto de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas, incoada por MANUEL LOURENCO
TEXEIRA contra BIDASOA INVERSIONES, C.A. En dicho proceso, los ciudadanos
RAMÓN TORO LEÓN y CRUZ DE LOS SANTOS LARES LUNA se opusieron a la
entrega material, dicha oposición les fue declarada con lugar, por lo que el ciudadano
MANUEL LOURENCO TEXEIRA ejerció recurso de apelación. Correspondió conocer
del recurso de apelación al Juzgado Superior Sexto en lo Civil, Mercantil y del Tránsito
de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, el cual el 8 de julio de
1999 declaró con lugar la apelación del demandante y, en consecuencia sin lugar la
oposición realizada por los ciudadanos RAMÓN TORO LEÓN y CRUZ DE LOS
SANTOS LARES LUNA. Contra esta decisión, los ciudadanos anteriormente citados
ejercieron acción de amparo ante la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia.

El 19 de octubre de 2000, esta Sala Constitucional dictó sentencia mediante la cual


anuló el fallo dictado el 8 de julio de 1999, por el Juzgado Superior Sexto en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas y
dejó sin efecto la entrega material del inmueble.

En opinión de los accionantes, el fraude en el presente proceso consistió en utilizar


la vía jurisdiccional para simular un juicio de ejecución de hipoteca, para que recayera la
medida de entrega material sobre el inmueble que ellos ocupan (como presuntas víctimas
de los fraudes), desmejorando con ello su situación jurídica, y además haciendo ilusorio el
recurso extraordinario de invalidación que estaba en curso.
3.- JUICIO DE DESALOJO SOBRE EL INMUEBLE “VILLA
CLARET”: decidido por el Juzgado Segundo de Municipio de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas, entablado por MANUEL LOURENCO
TEXEIRA contra RAMÓN TORO LEÓN y CRUZ DE LOS SANTOS LARES LUNA.

El 3 de diciembre de 1998, BATROD 83 INVERSIONES, C.A., le dio en dación en


pago al ciudadano MANUEL LOURENCO TEXEIRA el inmueble “Villa Claret”, durante
el procedimiento de ejecución de hipoteca; sin embargo, es el 12 de mayo de 2003, cuando
se protocolizó ante el Registro Subalterno correspondiente la citada dación en pago.

El 25 de junio de 2003, el señor MANUEL LOURENCO TEXEIRA demandó el


desalojo del inmueble y solicitó el secuestro del mismo. Correspondió conocer del presente
proceso al Juzgado Vigésimo de Municipio de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, el cual el 13 de agosto de 2003 negó la medida de secuestro y,
estando en el lapso legal para dictar sentencia, se inhibió de seguir conociendo de la causa.

En vista de la inhibición planteada, correspondió conocer de la causa al Juzgado


Segundo de Municipio de la misma Circunscripción Judicial, el cual el 18 de noviembre de
2003, declaró parcialmente con lugar la demanda y condenó a los ciudadanos RAMÓN
TORO LEÓN y CRUZ DE LOS SANTOS LARES LUNA a desalojar el inmueble.

Señaló el apoderado judicial, que en este proceso el fraude que se trata de patentizar
consiste en demandar el desalojo de los inquilinos de “Villa Claret”, “...fundamentándose
en dos premisas falsas, (el deterioro del inmueble y la falta de pago de los cánones por
arrendamiento), para desmejorarles su situación jurídica actual”.

Según comentó el apoderado judicial, dentro de este procedimiento de desalojo, el


juez debió considerar varios hechos al momento de sentenciar, como fue por ejemplo, la
falta de cualidad denunciada del apoderado del demandante, abogado AZAEL SOCORRO
MORALES, puesto que actuó –en su opinión- con un poder otorgado para actuar en un
juicio de ejecución de hipoteca y no en una demanda de desalojo, además de haber
sustituido su poder en otros abogados, sin reservarse su ejercicio y siguió actuando en el
juicio. En este caso, en opinión de los accionantes, el juez conforme al debido proceso
debió declarar extinguido el juicio por no haberse subsanado la cuestión previa de falta de
cualidad.

Igualmente, señalaron los accionantes que, el juez en su sentencia declaró que los
pagos realizados mediante las consignaciones arrendaticias, no eran válidos “...por cuanto
estas debían realizarse a nombre del ciudadano MANUEL LOURENCO TEXEIRA,
desde el momento en que los TORO LARES, tuvieron conocimiento de que este (sic) era el
propietario del inmueble en virtud de la dación del pago”. Sin embargo, señaló el
apoderado judicial de los actores, que sus poderdantes por no conocer la dirección del
propietario, procedieron de conformidad con la ley, a consignar mensualmente los cánones
correspondientes al arrendamiento en los tribunales.

Comentó el abogado de los accionantes, que el ciudadano MANUEL LOURENCO


TEXEIRA, protocolizó la dación de pago, en mayo de 2003, por lo que, es a partir de esa
oportunidad, que ésta produce efectos ante los ciudadanos RAMÓN TORO LEÓN y CRUZ
DE LOS SANTOS LARES LUNA. Asimismo, indicó el mencionado abogado que, el juez
al sentenciar expresó que el ciudadano MANUEL LOURENCO TEXEIRA, se subrogó en
los derechos de los anteriores adquirentes del inmueble; sin embargo, en su opinión, en el
presente caso, no se cumplen los supuestos establecidos en los artículos 1299 y 1300 del
Código Civil, señalando que “...de ser verdad la subrogación aludida a cual razón se debe
a que no haya retirado las consignaciones arrendaticias por ante el Tribunal
competente”.

En resumen, los accionantes señalaron como violados sus derechos constitucionales


a la propiedad, a la defensa, al trabajo y el debido proceso, durante los procesos que
cursaron ante “...el Juzgado Décimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas en expediente
signado con el Nº 21.581, y en su cuaderno separado donde se ventiló la Acción de
Tercería incoada por mis representados contra JOSÉ BATISTA RODRÍGUEZ parte
actora y BIDASOA INVERSIONES, C.A. parte demandada por cumplimiento de
contrato; así como las causas que se ventilaron por ante el Tribunal Quinto de Primera
Instancia de la misma Circunscripción Judicial en los expedientes números 98.4196
sobre la Oferta Real dirigida por BIDASOA INVERSIONES, C.A. a los (sic) RAMÓN
TORO y CRUZ DE LOS SANTOS LARES LUNA como destinatarios; y el número
98.4108 sobre el juicio de Ejecución de Hipoteca y convenio transaccional entre BATROD
83 INVERSIONES, C.A., y el ciudadano MANUEL LOURENCO TEXEIRA en el cual se
acordó la Dación En Pago y posterior entrega material del inmueble “VILLA CLARET”,
libre de personas y bienes, medida está (sic) que recayó sobre mis representados como
inquilinos y por último, la acción de desalojo incoada por MANUEL LOURENCO
TEXEIRA en contra de RAMÓN TORO LEÓN Y CRUZ DE LOS SANTOS LARES
LUNA, ejercida primeramente por ante el Tribunal Vigésimo de Municipio y decidida
posteriormente por el Tribunal Segundo de Municipio en expediente Nº 7040-2003, ambos
de esta misma Circunscripción Judicial”.

Finalmente, por cuanto, en opinión del apoderado judicial de los accionantes, en los
juicios anteriormente señalados ocurrieron desviaciones procesales que, de conformidad
con el artículo 17 del Código de Procedimiento Civil, conforman una unidad fraudulenta,
realizó a esta Sala Constitucional los siguientes pedimentos:

1.- “...(P)roceda a adentrarse a conocer sobre lo proveído por dichos jueces, que
habiendo o no sido sorprendidos en su buena fe permitieron que por la vía del fraude
procesal múltiple se les conculcaran a mis representados RAMÓN TORO LEÓN Y CRUZ
DE LOS SANTOS LARES LUNA los derechos Constitucionales (sic)...”.

2.- Sean declarados inexistentes los siguientes documentos: a) documento de


propiedad de JOSÉ BATISTA RODRÍGUEZ, protocolizado ante la Oficina Subalterna de
Registro del Municipio Chacao del Estado Miranda, bajo el No. 27, Tomo 12, Protocolo
Primero, el 13 de agosto de 1997; b) documento de venta de JOSÉ BATISTA
RODRÍGUEZ a BATROD 83 INVERSIONES, C.A., protocolizado ante la Oficina
Subalterna de Registro anteriormente citada, el 22 de septiembre de 1997, registrado bajo el
No. 3, Tomo 24, Protocolo Primero; c) documento de Dación en Pago de BATROD 83
INVERSIONES, C.A., protocolizado ante la Oficina de Registro citada, el 12 de mayo de
2003, registrado bajo el No. 49, Tomo 8, Protocolo Primero.

3.- Se ordene la suspensión del procedimiento de desalojo del inmueble “Villa


Claret”, que se encuentra en estado de sentencia de la apelación ejercida por los hoy
accionantes, hasta que se decida el fraude procesal múltiple denunciado en este amparo; por
lo que, solicitó “...se oficie al juzgado que esté conociendo de la acción de desalojo...”.

OPINIÓN DEL MINISTERIO PÚBLICO


La Fiscal del Ministerio Público señaló en su intervención en la audiencia oral, así
como en el escrito presentado que, en el caso en estudio se denunció un fraude procesal
múltiple, por lo que, dicho organismo “…circunscribirá su opinión, a la verificación o no
de los elementos que permitan deducir la producción del ‘fraude múltiple’ denunciado por
el hoy accionante en amparo…”.

Comentó la Fiscal del Ministerio Público que al producirse dentro de un proceso


alguna trasgresión, a partir de ese momento, ese proceso se encontrará viciado, es así como
en el presente caso, en su opinión, al ser declarada extemporánea la tercería ejercida por los
ciudadanos RAMÓN TORO LEÓN y CRUZ DE LOS SANTOS LARES LUNA, en el
procedimiento de cumplimiento de contrato “…sin que estuvieran dados los presupuestos
procesales señalados en la normativa procesal vigente…”, la demanda por cumplimiento
de contrato nació con un vicio patente.
En ese mismo orden de ideas, la Fiscal del Ministerio Público indicó que ese vicio
patente:
“…se manifiesta con la no solicitud de intervención de los ciudadanos RAMÓN
TORO LEÓN y CRUZ DE LOS SANTOS LARES LUNA a la demanda como
terceros interesados que por demás tienen un interés legítimo en las resultas del
caso, ya que desarrollan su actividad diaria y cotidiana en dicho inmueble, y a cuya
existencia no se pueden sustraer los demandantes por conocer su presencia y su
cualidad procesal.
Esas manifestaciones, hacen palpable que hubiera podido concretarse un fraude en
detrimento de los intereses de los hoy accionantes en amparo, ya que al no
verificarse su actuación en un proceso de cumplimiento de contrato de compra-
venta, entre BIDASOA INVERSIONES C.A. y JUAN BAUTISTA (SIC)
RODRGIUEZ (SIC), violenta flagrantemente los derechos constitucionales de, los
hoy, accionantes en amparo”.

De la multiplicidad de procesos bajo estudio en el presente caso, a saber, el juicio


por cumplimiento de contrato y todas sus incidencias, la oferta real, el de ejecución de
hipoteca y sus incidencias, y el de desalojo, el Ministerio Público señaló que: “…Se verifica
que en todos y cada uno de los señalados procesos (e incidencias) el objeto (directo o
subyacente) es el bien inmueble y al ser acompañadas todas las probanzas –cumpliendo así
lo requerido por esta Sala Constitucional en la fecha que le correspondió conocer una
incidencia de desalojo, concediendo la razón a los hoy accionantes- en las que se observa,
que se inició con la vulneración de derechos y bajo un entramado de juicios, se persigue la
ejecución; sin obviar, que han sido sustituidos dos propietarios (evadiéndose la condición
del tercero precario-arrendatario) es por lo que considera esta Representación del
Ministerio Público, que se han vulnerado una serie de derechos de carácter constitucional
y que, efectivamente, estamos en presencia de un manifiesto fraude procesal en contra de
los ciudadanos RAMÓN TORO LEÓN y CRUZ DE LOS SANTOS LARES
LUNA”.(resaltado de la Sala).

CONSIDERACIONES PARA DECIDIR


Del análisis del expediente, y de la apreciación de las exposiciones realizadas por
las partes en la audiencia oral del presente procedimiento, la Salaobserva que:

Como se ha señalado con anterioridad en esta sentencia, el presente amparo fue


ejercido por el abogado ALBERTO MILIANI BALZA, actuando como apoderado judicial
de los ciudadanos RAMÓN TORO LEÓN y CRUZ DE LOS SANTOS LARES LUNA,
contra “…varios procesos donde se patentiza un Fraude Procesal Múltiple, conforme al
artículo 17 del Código de Procedimiento Civil…”, solicitándole a esta Sala declare con
lugar el amparo y, en consecuencia, conozca y se pronuncie sobre lo proveído por cada uno
de los jueces citados en el expediente que, con sus actuaciones, permitieron el fraude
procesal contra los hoy accionantes, que sean declarados inexistentes el documento de
propiedad de JOSÉ BATISTA RODRÍGUEZ, el documento de venta de JOSÉ BATISTA
RODRÍGUEZ a BATROD 83 INVERSIONES, C.A., y el documento de Dación en Pago
de BATROD 83 INVERSIONES, C.A., así como también se ordene la suspensión del
procedimiento de desalojo del inmueble “Villa Claret”, que se encuentra en estado de
sentencia de la apelación.

Ahora bien, en relación a la denuncia formulada por el apoderado judicial de los


accionantes, en torno al supuesto fraude procesal existente en contra de sus poderdantes,
esta Sala en sentencia del 4 de agosto de 2000 (caso: Hans Gotterried) definió el fraude
procesal como las maquinaciones y artificios realizados en el curso del proceso, o por
medio éste, destinados, mediante el engaño o la sorpresa en la buena fe de uno de los
sujetos procesales, a impedir la eficaz administración de justicia, en beneficio propio o de
un tercero y en perjuicio de parte o de tercero. Estas maquinaciones y artificios pueden ser
realizados unilateralmente por un litigante, lo que constituye el dolo procesal stricto sensu,
o por el concierto de dos o más sujetos procesales, caso en que surge la colusión; y pueden
perseguir la utilización del proceso como instrumento ajeno a sus fines de dirimir
controversias o de crear determinadas situaciones jurídicas (como ocurre en el proceso no
contencioso), y mediante la apariencia procedimental lograr un efecto determinado; o
perjudicar concretamente a una de las partes dentro del proceso, impidiendo se administre
justicia correctamente.
Asimismo, se señaló en la sentencia comentada que:
“…el fraude puede consistir en el forjamiento de una inexistente litis entre partes,
con el fin de crear un proceso dirigido a obtener fallos o medidas cautelares en
detrimento de una de las partes, o de terceros ajenos al mismo, lo que constituye la
simulación procesal; o puede nacer de la colusión de una persona, que actuando
como demandante, se combine con otra u otras a quienes demanda como
litisconsortes de la víctima del fraude, también demandada, y que procurarán al
concurrir con ella en la causa, crear al verdadero codemandado situaciones de
incertidumbre en relación con la fecha real de citación de todos los demandados; o
asistir con él en el nombramiento de expertos, con el fin de privarlo de tal derecho;
o sobreactuar en el juicio, en los actos probatorios, etc, hasta convertirlos en un
caos. También -sin que con ello se agoten todas las posibilidades- puede nacer de
la intervención de terceros (tercerías), que de acuerdo con una de las partes,
buscan entorpecer a la otra en su posición procesal”.

Ahora bien, el artículo 462 del Código Penal reformado, tipifica el delito de
estafa, en los siguientes términos:
“…el que con artificios o medios capaces de engañar o sorprender la buena fe
de otro, induciéndole en error, procure para sí o para otro un provecho injusto
con perjuicio ajeno, será penado con prisión de uno a cinco años. La pena será de
dos a seis años si el delito se ha cometido: 1.- En detrimento de una
administración pública, de una entidad autónoma en que tenga interés el Estado o
de un Instituto de asistencia social. 2.- Infundiendo en la persona ofendida el
temor de un peligro imaginario o el erróneo convencimiento de que debe ejecutar
una orden de la autoridad.
El que cometiere el delito previsto en este artículo, utilizando como medio de
engaño un documento público falsificado o alterado, o emitiendo un cheque sin
fondos, incurrirá en la pena correspondiente aumentada de un sexto a una tercera
parte”.

Al analizar los supuestos de hechos contenidos en la norma en comento, la


Sala observa que si bien el denominado fraude procesal, no está definido en el texto
sustantivo como un delito autónomo, el mismo encuadra dentro del concepto de estafa
establecido en el trascrito artículo 462, ya que, el fraude procesal como se señaló
anteriormente trata de una serie de maquinaciones y artificios que se realizan en el curso de
un proceso, a fin de inducir en error procurando un provecho propio injusto con perjuicio
ajeno.

En este mismo sentido, se ha pronunciado la doctrina y la jurisprudencia española


(según cita el tratadista Francisco Muñoz Conde en su libro Derecho Penal, parte especial)
puesto que el fraude o la estafa procesal está encuadrado dentro de la figura de la estafa.
Igualmente, señala el autor citado que la posibilidad de engaño al juez por las partes es
evidente sobre todo en el proceso civil, donde las facultades del juez están muy limitadas y
se reserva casi toda la iniciativa a las partes que, conforme al principio dispositivo, pueden
realizar todo tipo de maquinaciones para inducir al juez a fallar de acuerdo con sus
pretensiones.

Ahora bien, como quiera que el Ministerio Público señaló categóricamente, tanto en
su escrito contentivo de los alegatos como en su intervención oral en la audiencia
constitucional, que en el presente caso existió un fraude procesal, la Sala estima procedente
que dicho fraude, reconocido por la Fiscalía, sea objeto de la investigación correspondiente
por parte de dicho organismo a fin de que practique las diligencias tendientes a investigar y
hacer constar si los actos denunciados por los accionantes configuran el delito de estafa, así
como la determinación de la responsabilidad de los autores o partícipes en los hechos
denunciados. Así se decide.

Para la Sala, la afirmación del Ministerio Público de la existencia de un fraude en el


presente caso, aunado a la actitud procesal de los presuntos autores del fraude, quienes
citados para la audiencia constitucional no comparecieron, y a los elementos que cursan en
autos, contentivos de una multiplicidad de juicios, donde existen indicios de posibles
negociaciones entre los litigantes contrarios a los accionantes en esta causa, la lleva a
considerar que en los accionantes hay una situación jurídica lesionada al no garantizarles en
las identificadas causas el debido proceso y el derecho a la defensa, y que la única manera
de restablecer la situación jurídica lesionada, es mantener a los accionantes en la posesión
del inmueble llamado “Villa Claret”, identificado en autos, hasta que se decida si las
supuestas maquinaciones de la contra parte de los accionantes del amparo, constituyen una
forma de estafa, como lo asegura el Ministerio Público, y así se decide.

Vista la decisión anterior, y en resguardo de los derechos y garantías


constitucionales de los accionantes, esta Sala mantiene la medida cautelar mediante la cual
se le ordenó al Juzgado Duodécimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, suspender el
procedimiento de desalojo del inmueble “Villa Claret”, absteniéndose de decidir el recurso
de apelación ejercido hasta tanto el Ministerio Público concluya su investigación.

En relación a los demás pedimentos realizados por el apoderado judicial de los


accionantes, esta Sala en jurisprudencia reiterada y pacífica (ver sentencia del 27 de julio de
2000, caso: Seguros Corporativos C.A y otro) ha señalado que la acción de amparo
constituye un mecanismo para proteger la situación jurídica de un ciudadano, desde la
perspectiva del goce y ejercicio de los derechos fundamentales, por lo que su objeto es la
restitución a la persona afectada en el goce y ejercicio de sus derechos fundamentales, es
por ello que, mediante una acción de amparo no se pueden crear derechos, ni constituir
situaciones jurídicas.

Ahora bien, en el presente caso, el apoderado judicial de los accionantes solicitó a


esta Sala por medio del amparo que se creen a favor de sus poderdantes, derechos y
situaciones jurídicas que de conformidad con la jurisprudencia comentada de esta Sala
escapan del ámbito del amparo, por lo que, lo procedente es declarar sin lugar dichos
pedimentos.

Por los argumentos anteriormente expuestos, esta Sala Constitucional considera


procedente declarar el presente amparo parcialmente con lugar. Así se decide.

DECISION
En virtud de las consideraciones anteriormente expuestas, este Tribunal Supremo de
Justicia, en Sala Constitucional, administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la Ley, declara PARCIALMENTE CON LUGAR la presente acción de
amparo constitucional solicitada por el abogado ALBERTO MILIANI BALZA, actuando
como apoderado de los ciudadanos RAMÓN TORO LEÓN y CRUZ DE LOS SANTOS
LARES LUNA, contra “...varios procesos en donde se patentiza un Fraude Procesal
Múltiple...” y, en consecuencia, se ordena la suspensión del proceso de desalojo que se
encuentra en el Juzgado Duodécimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, absteniéndose
de decidir el recurso de apelación ejercido hasta tanto el Ministerio Público investigue el
fraude que ha reconocido y se dicte el acto conclusivo en dicha investigación. Se mantiene
la medida cautelar acordada por esta Sala.

Publíquese y regístrese. Remítase copia del expediente al Ministerio Público.


Cúmplase lo ordenado.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Audiencias de la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los 09 días del mes de junio de dos mil cinco
(2005). Años: 195 ° de la Independencia y 146° de la Federación.

El Vicepresidente en ejercicio de la Presidencia,

Jesús Eduardo Cabrera Romero


Ponente
El encargado de la Vicepresidencia,

Pedro Rafael Rondón Haaz

Los Magistrados,

Luis Velázquez Alvaray


Francisco Carrasquero López

Marcos Tulio Dugarte Padrón

Arcadio Delgado Rosales

El Secretario,

José Leonardo Requena Cabello

Exp. Nº: 03-3107


JECR/
http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/junio/1138-090605-03-3107.HTM
Ponencia de la Magistrada Doctora DEYANIRA NIEVES BASTIDAS

El 28 de febrero de 2012, el Juzgado Trigésimo de Primera Instancia en


Función de Control del Circuito Judicial Penal de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, dictó decisión mediante la cual estableció los
hechos siguientes:

“(…) Se inició la presente causa en fecha 28 de junio del año 2010, en virtud de
escrito de denuncia, con sus respectivos anexos, interpuesto por ante la Fiscalía
Superior de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas,
suscrito por la ciudadana NERY MARGARITA ESCALONA FERNÁNDEZ, asistida
por el Abogado RODOLFO LUIS QUIJADA MARVAL, mediante el cual plasmó,
entre otras cosas las siguientes: ‘A partir de la fecha 14 de marzo de 2009, mi padre
tuvo dificultades de ciertos movimientos corporales y/o traslado para cualquier
trámite o diligencia (...). Ahora bien, como consecuencia de lo anterior,
aproximadamente en la tercera semana del mes de marzo de 2009 me dirigí a
Minfra en Chacao, para solicitar la fe de vida. En la sede de Minfra me informaron
que necesitaba un poder notariado para los trámites respectivos, todo lo cual
notifique a mi hermana BELKIS TERESA ESCALONA para que realizara lo
conducente al cobro de la pensión. En ese mismo instante mi hermana me hizo
saber de la existencia de un poder entregado supuestamente por mi madre a su
persona, me entregó copia simple de dicho poder notariado y me informó que ella
se encargaría de todo lo relativo al cobro de la pensión. Ciudadano Fiscal mis
relaciones con mis hermanos eran normales y de absoluta confianza y de buena fe,
pero desde que tuve conocimiento de la existencia de un PODER ESPECIAL
supuestamente entregado a mi hermana BELKIS TERESA ESCALONA, de lo cual
mi madre nunca me informó, saltó en mi la duda y la desconfianza. Debido a mi
total ignorancia en la rama judicial decidí consultar sobre el referido poder a
varios Abogados de confianza y todos coincidieron que ese poder estaba viciado de
nulidad ya que mi madre, MARÍA MAGDALENA FERNÁNDEZ DE ESCALONA,
aparece como casada y por lo tanto, necesitaba el permiso o la firma de aprobación
de su cónyuge para los mandatos establecidos en el poder (...) durante la
enfermedad de mi madre el año 2009 mi hermana se dispuesto a sacar dinero de su
cuenta bancaria supuestamente para pagar los gastos de recuperación de mi
madre (...) en fecha 08 de marzo de 2012 decidí pedir ayuda a la oficina de
denuncias del Ministerio Público en donde me informaron que este tipo de denuncia
se realiza en el Ministerio de Interior y Justicia asistí a ese departamento en donde
me tomaron mi testimonial sobre la existencia de un supuesto testamento (...) en
fecha 09 de marzo de 2012 asistí a la Notaría Pública 3era (tercera) del Municipio
Sucre del estado Miranda para confirmar en el libro de autenticaciones, el
documento poder supuestamente entregado a mi hermana. Solicité a la funcionaria
ELIZABETH CASTRO que me ubicara la existencia de algún documento notariado
perteneciente a MARÍA MAGDALENA FERNÁNDEZ DE ESCALONA y la
ciudadana BELKIS TERESA ESCALONA FERNÁNDEZ. La funcionaria me notificó
que existían dos documentos notariados: 1.-Documento Poder de fecha 13 de marzo
de 2002, inserto bajo el N° 56 tomo 25. 2.- Documento Contrato de opción de
compraventa de fecha 08 de diciembre de 2008, inserto bajo el N° 42, tomo 216,
suscrito por mi hermana BELKIS TERESA ESCALONA FERNÁNDEZ y su HIJA
BELKIS ALEJANDRA RAMOS ESCALONA (...) en fecha 15 de mayo de 2010, me
dirigí al PISO 5 DPTO de ACTOS DE ÚLTIMA VOLUNTAD del MINISTERIO DE
INTERIOR Y JUSTICIA, en donde me entregaron los siguientes documentos 1.-
Copia certificada del testamento abierto en escritura pública autenticado ante la
Oficina Pública del Primer Circuito de Registro del Municipio Sucre del estado
Miranda, en fecha 25 de enero de 2010 (...) se presume la existencia de una
conducta en forma continua y sistemática en que mis hermanos, en connivencia con
sus hijos, cónyuges y otras personas, manifestaron una conducta fraudulenta con el
fin de sustraer bienes del patrimonio de mi madre y de lo cual me referiré a
continuación. Realizado un análisis detallado y exhaustivo del PODER ESPECIAL,
supuestamente entregado en fecha 13 de marzo de 2002 a mi hermana BELKIS
TERESA ESCALONA FERNÁNDEZ se observa que dicho instrumento fue realizado
sin la intervención de quien funge como mandataria por no ser igual la firma de
ambos folios de MARÍA MAGDALENA FERNÁNDEZ DE ESCALONA la que
supuestamente lo suscribe, en tal sentido, se presume que no es la firma de mi
madre la que aparece en el referido instrumento y por no ser la dicha ciudadana
haya estampado en vida, la misma también fue falsificada (...) de lo inmediatamente
anterior se infiere que si la modificación del testamento abierto (...) fue también
realizada en intervención de quien funge como testador, por lo que en tal sentido, se
presume que tampoco es la firma de mi madre la que aparece es este instrumento y
por no ser la dicha ciudadana haya estampado en vida, la misma también fue
falsificada. Debido a esta situación, en fecha 19 de mayo de 2010 acudí a la Notaría
Pública 3era (tercera) del Municipio Sucre del estado Miranda con el fin de
solicitar copia certificada del documento PODER ESPECIAL supuestamente
entregado en fecha 13 de marzo de 2002 a mi hermana BELKIS TERESA
ESCALONA (...) en fecha 21 de mayo me fue entregada fotocopia certificada del
PODER ESPECIAL, la cual inserto en este libelo (...) así sí se compara el
documento PODER de ANEXO C con el documento PODER del ANEXO D, se
observan las siguientes diferencias: 1.- en el folio 119 del PODER ANEXO D, se
corrigió la supuesta firma de mi madre agregándole el ‘de’ de casada, lo cual no
existe en el folio 119 del PODER ANEXO C, y los trazos de la firma de mi madre
son distintos en ambos documentos. 2.- la firma del notario LUIS RAÚL MONTELL
no es la misma en ambos documentos. 3.- el trazo de la firma de los testigos MARÍA
LAYA y OSCAR MORÓN no son los mismos en ambos documentos se presume la
doble pretensión de una conducta típica de: 1.- en el caso del PODER ANEXO C,
forjar un documento público, falsificando la firma de su otorgante, mi madre en este
caso. 2.- en el caso del PODER ANEXO D, forjar un documento público,
falsificando la firma de su otorgante, mi madre en este caso, incluyendo la firma del
funcionario que lo autorizó, vuelto a suscribir por los testigos declarantes e
insertado en el libro de autenticaciones en fecha reciente para darle aparente
legalidad. De acuerdo con esta grave situación plateada, nace inmediatamente la
presunción fuerte y concordante de una conducta típica de forjar documentos
públicos de modificación de testamento abierto falsificando la firma de su
otorgante, mi madre en este caso y el mismo fue insertado en el libro de
autenticaciones en fecha reciente para darle aparente legalidad y poder registrarlo
ante la Oficina Pública del Primer Circuito de Registro del Municipio Sucre del
estado Miranda, en fecha 25 de enero de 2010, aproximadamente dos (02) meses
antes de la muerte de mi madre (...) de todo lo anterior se observa que mi hermana
BELKIS TERESA ESCALONA en connivencia con el Abogado JUAN PORTALINO
RIVAS GARCÍA ha visado la típica de forjar documentos públicos, hacer inferir la
presunción fuerte y concordante de una conducta abierta de fecha 04 de julio de
1997 (...) también fue realizado sin la intervención de quien funge como testador,
por lo que en tal sentido se presume que tampoco es la que dicha ciudadana haya
estampado en vida, la misma fue también falsificada debido a que mis hermanos
BELKIS TERESA ESCALONA y CARLOS ALÍ ESCALONA FERNÁNDEZ
aparentemente han llevado la administración de los bienes de mi madre, existe la
presunción clara y concordante de realizar írritas y fraudulentas cesiones
utilizando a sus respectivos hijos con el fin de sustraer bienes del patrimonio de mi
madre (...) el testamento abierto en fecha 04 de julio de 1997 fue abierto en fecha 13
de marzo de 2002, también fue visado por el referido Abogado y supuestamente
suscrito y presentado por mi madre para su protocolización ante la Notaría Pública
3era (tercera) del Municipio Sucre del estado Miranda, y presentado para su
registro, sin escrito de poder y sin consultar a sus hermanos por RIVAS (...) mi
hermana BELKIS TERESA ESCALONA FERNÁNDEZ, JUAN PORTALINO,
APODERADOS JUDICIALES en diferentes litigios, de lo cual se desprende la
presunción clara y concordante de que ambos ciudadanos, en connivencia con la
ciudadana BELKIS ALEJANDRA RAMOS ESCALONA, de realizar una conducta
típica de forjamiento de documento público y falsificación de firma de mi madre
para así realizar fraudulentas cesiones y actos de compra venta con el fin de
sustraer bienes del patrimonio de mi madre, en el supuesto negado de que el
testamento abierto en fecha 04 de julio de 1997 hubiese sido suscrito por mi madre,
del mismo se refleja que aún a los menores de edad se le entregara CINCUENTA
MIL BOLÍVARES (50.000) para que ayuden a sus estudios. En la modificación del
testamento abierto de fecha 13 de marzo de 2002 se eliminan estas cantidades, por
lo que de comprobarse que esta modificación fue forjada y la firma de mi madre fue
falseada, estaríamos en presencia de un daño patrimonial contra los referidos
adolescentes, es decir, un acto fraudulento que busca anular el derecho total para
aceptar la herencia dejada por su abuela (...) visto lo anterior paso a formular
denuncia para que se inicien las averiguaciones del caso y se indiquen las
circunstancias de tiempo, modo y lugar, la forma continua y sistemática en que mis
hermanos, en connivencia con sus hijos, cónyuges y otras personas manifestaron
una presunta conducta fraudulenta con el fin de sustraer bienes que conforman el
acervo hereditario dejado por mi difunta madre (…)”.

Por esos hechos, el Juzgado Trigésimo de Primera Instancia en Función de


Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, a cargo del
ciudadano Juez Franz Ceballos Soria, declaró lo siguiente:

“(…) PRIMERO: SE DECLARA INNECESARIA la celebración de la Audiencia


Oral, a que se refiere el artículo 323 del Código Orgánico Procesal Penal, por
cuanto considera este Tribunal, que para comprobar el motivo de la solicitud
interpuesta por la representación fiscal, no es necesario el debate, todo en atención
a la Sentencia N° 108 emanada de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo
de Justicia, expediente N° C07-0499 de fecha 28/02/2008.
SEGUNDO: CON LUGAR la solicitud del representante del Ministerio Público, y
en tal sentido DECRETA EL SOBRESEIMIENTO DE LA PRESENTE CAUSA,
donde figura como investigado los ciudadanos BELKIS TERESA ESCALONA
FERNÁNDEZ, BELKIS ALEJANDRA RAMOS ESCALONA, JUAN
PORTALINO RIVAS GARCÍA, CARLOS ALÍ ESCALONA FERNÁNDEZ,
GISELA COROMOTO TALLAFERRO DE ESCALONA, LUIS RAÚL
MONTELL, MARÍA XIOMARA PÉREZ BRITO, MARÍA ISABEL LAYA
ESCOBAR, OSCAR EDWAR MORÓN HERNÁNDEZ, ANÍBAL JOSÉ
CENTENO Y MARTHA BELOMONTE (sic), por cuanto el hecho objeto del
proceso no se realizó, conforme a lo establecido en el artículo 318 numeral 1° del
Código Orgánico Procesal Penal, ya que no existe motivación fundada que derive
en la acreditación previa de hecho punible alguno por cuanto el hecho objeto del
proceso no se realizó y en consecuencia no puede ser atribuido de forma alguna la
materialización a los referidos ciudadanos (…)”.

El 16 de abril de 2012, la ciudadana Nery Margarita Escalona Fernández,


titular de la cédula de identidad N° 6.026.033, asistida por el ciudadano
Abogado RODOLFO Luis QUIJADA Marval, inscrito en el Instituto de Previsión
Social del Abogado bajo el N° 82.529, ejerció recurso de apelación en contra del
fallo de fecha 28 de febrero de 2012, dictado por el Juzgado Trigésimo de Primera
Instancia en Función de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana
de Caracas.

El 22 de mayo de 2013, la Sala Dos de la Corte de Apelaciones del Circuito


Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, integrada por los ciudadanos
Jueces Elsa Janeth Gómez Moreno, Arlene Hernández Rodríguez y Carlos Navarro
(Ponente), dictó los pronunciamientos siguientes:

“(…) ÚNICO: Se declara INADMISIBLE el Recurso de Apelación intentado por la


ciudadana NERY MARGARITA ESCALONA FENÁNDEZ, en su carácter de
querellante en la presente causa, representada por el
Abogado RODOLFO LUIS QUIJADA MARVAL, contra la decisión emanada por
el Juzgado Trigésimo (30°) de Primera Instancia en Funciones de Control de este
Circuito Judicial Penal, de fecha 28 de febrero de 2012, donde: ‘se declara
innecesaria la celebración de la Audiencia Oral, a que se refiere el artículo 323 del
Código Orgánico Procesal Penal y a la vez acordó decretar el sobreseimiento de la
causa 30C-15.855-10, de conformidad con el artículo 318 numeral 1 del Código
Orgánico Procesal Penal, previamente solicitado en fecha 13 de julio de 2011 por
la FISCALÍA 16° del Área Metropolitana (Expediente 01F16-0504-10), de
conformidad con el artículo 318 numeral 4°’, por ser extemporáneo, conforme a lo
establecido en el artículo 428, literal b), (Anteriormente 437) del Código Orgánico
Procesal Penal (…)”.
El 17 de junio de 2013, la ciudadana Nery Margarita Escalona Fernández,
representada por el ciudadano
Abogado RODOLFO Luis QUIJADA Marval, presentó recurso de casación en
contra de la decisión dictada en fecha 22 de mayo de 2013, por la Sala Dos de la
Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas.

El 1° de julio de 2013, el ciudadano Abogado Francisco Santana Núñez,


inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el N° 93.837, en su
condición de Defensor de los ciudadanos BELKIS ALEJANDRA RAMOS
ESCALONA, BELKIS TERESA ESCALONA FERNÁNDEZ, JUAN
PORTALINO RIVAS GARCÍA, CARLOS ALÍ ESCALONA
FERNÁNDEZ y GISELA COROMOTO TALLAFERRO DE ESCALONA,
presentó contestación al recurso de casación ejercido por la ciudadana Nery
Margarita Escalona Fernández.

El 16 de julio de 2013, la Sala Dos de la Corte de Apelaciones del Circuito


Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, remitió las actuaciones
correspondientes a la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia.

El 19 de julio de 2013, se recibió el expediente en la Sala de Casación Penal


del Tribunal Supremo de Justicia, se dio cuenta de ello, y se designó ponente a la
Magistrada Doctora DEYANIRA NIEVES BASTIDAS, quien con tal carácter
suscribe la presente decisión.

COMPETENCIA DE LA SALA

La Sala de Casación Penal, debe determinar su competencia para conocer del


presente recurso de casación, y al efecto observa:

El artículo 266 numeral 8 de la Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela, dispone:

“(…) Son atribuciones del Tribunal Supremo de Justicia: (…) 8. Conocer del
recurso de casación (…)”.

Igualmente, el artículo 29 numeral 2 de la Ley Orgánica del Tribunal


Supremo de Justicia, establece:

“(…) Son competencias de la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia: (…) 2.
Conocer los recursos de casación y cualesquiera otros cuya competencia le
atribuyan las leyes en materia penal (…)”.
De la transcripción de los artículos anteriores, se observa que, corresponde a
la Sala de Casación Penal el conocimiento de los recursos de casación en materia
penal, siendo que en el presente caso, la ciudadana Nery Margarita Escalona
Fernández, representada por el ciudadano
Abogado RODOLFO Luis QUIJADA Marval, interpuso recurso de casación en el
proceso penal seguido en contra de los ciudadanos BELKIS TERESA
ESCALONA FERNÁNDEZ, BELKIS ALEJANDRA RAMOS ESCALONA,
JUAN PORTALINO RIVAS GARCÍA, CARLOS ALÍ ESCALONA
FERNÁNDEZ, GISELA COROMOTO TALLAFERRO DE ESCALONA,
LUIS RAÚL MONTELL, MARÍA XIOMARA PÉREZ BRITO, MARÍA
ISABEL LAYA ESCOBAR, OSCAR EDWAR MORÓN HERNÁNDEZ,
ANÍBAL JOSÉ CENTENO y MARTHA BELMONTE, por la presunta comisión
de los delitos de INSTIGACIÓN FRAUDULENTA A EMIGRAR,
AGAVILLAMIENTO, FORJAMIENTO DE DOCUMENTO PÚBLICO,
FALSA ATESTACIÓN ANTE FUNCIONARIO PÚBLICO, ALTERACIÓN
DE DOCUMENTO PRIVADO, FALSA ATESTACIÓN DE FUNCIONARIO
PÚBLICO y SUPOSICIÓN DE ACTO PÚBLICO, tipificados en los artículos
465, 286, 319, 320, 321, 317 y 318 del Código Penal, los dos últimos en relación
con los artículos 70 y 71 de la Ley Contra la Corrupción, en consecuencia, esta Sala
declara su competencia para conocer del presente asunto. Así se decide.

DEL RECURSO DE CASACIÓN

Cumplidos como han sido los trámites procedimentales del caso, y


encontrándose la Sala de Casación Penal, en la oportunidad de pronunciarse sobre la
admisibilidad o desestimación del presente recurso de casación, de acuerdo con lo
establecido en los artículos 457 y 458 del Código Orgánico Procesal Penal, pasa a
dictar sentencia, en los términos siguientes:

Las disposiciones legales que rigen la materia recursiva en nuestro proceso


penal, se encuentran establecidas en los artículos 423 y siguientes, del Código
Orgánico Procesal Penal. Así, el artículo 423 dispone el principio de la
impugnabilidad objetiva, el artículo 424 exige la legitimación para recurrir, y el
artículo 426 establece las condiciones generales para la interposición del respectivo
recurso.

De manera particular, el recurso de casación, está regulado en los artículos


451 y siguientes del Código Orgánico Procesal Penal.
Específicamente, en cuanto a los requisitos de admisibilidad del recurso de
casación, el referido Código Orgánico Procesal Penal, en el artículo 451 dispone
taxativamente cuáles son las decisiones recurribles en casación, el artículo 452
enumera cuáles son los motivos que lo hacen procedente y el artículo 454 establece
el procedimiento a seguir para su interposición, así como, las exigencias
indispensables para su presentación.

De las disposiciones legales precedentemente citadas, se observa que, de


manera general, la admisión del recurso de casación requiere el cumplimiento de
diversos requisitos, tales como: a) que la persona que lo ejerza esté debidamente
legitimada por la ley; b) que sea interpuesto dentro del lapso legal establecido para
ello; c) que la decisión que se recurre sea impugnable o recurrible en casación por
expresa disposición de la ley; y, d) que el recurso esté debidamente fundamentado
conforme a los requerimientos legales.

En el caso que nos ocupa, la Sala de Casación Penal, observa que:

En atención a la legitimidad, el presente recurso fue interpuesto por la


ciudadana Nery Margarita Escalona Fernández (víctima), asistida por el ciudadano
Abogado RODOLFO Luis QUIJADA Marval, siendo una de las partes a quien la
ley le reconoce expresamente ese derecho, de acuerdo a lo establecido en el artículo
122 numeral 8 del Código Orgánico Procesal Penal, por lo que está debidamente
legitimada para ejercer el recurso, conforme a lo dispuesto en el artículo 424 del
referido Código adjetivo penal.

En segundo lugar, respecto a la temporalidad, consta en el expediente


cómputo suscrito por el ciudadano Abogado Rafael Hernández, Secretario de la Sala
Dos de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana
de Caracas, quien dejó constancia que el recurso de casación fue interpuesto dentro
del lapso legal establecido para su presentación, de acuerdo a lo establecido en el
artículo 454 del Código Orgánico Procesal Penal.

En tercer término, respecto al carácter recurrible de la decisión impugnada, se


observa que, en el presente caso, se ejerció recurso de casación contra la decisión
dictada el 22 de mayo de 2013, por la Sala Dos de la Corte de Apelaciones del
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, la cual
declaró INADMISIBLE por extemporáneo el recurso de apelación interpuesto por
la ciudadana Nery Margarita Escalona Fernández, asistida por el
Abogado RODOLFO Luis QUIJADA Marval, en contra de la decisión dictada por
elJuzgado Trigésimo de Primera Instancia en Función de Control del Circuito
Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, que declaró
el SOBRESEIMIENTO en el proceso penal seguido en contra de los
ciudadanos BELKIS TERESA ESCALONA FERNÁNDEZ, BELKIS
ALEJANDRA RAMOS ESCALONA, JUAN PORTALINO RIVAS GARCÍA,
CARLOS ALÍ ESCALONA FERNÁNDEZ, GISELA COROMOTO
TALLAFERRO DE ESCALONA, LUIS RAÚL MONTELL, MARÍA
XIOMARA PÉREZ BRITO, MARÍA ISABEL LAYA ESCOBAR, OSCAR
EDWAR MORÓN HERNÁNDEZ, ANÍBAL JOSÉ CENTENO y MARTHA
BELMONTE, por la presunta comisión de los delitos de INSTIGACIÓN
FRAUDULENTA A EMIGRAR, AGAVILLAMIENTO, FORJAMIENTO DE
DOCUMENTO PÚBLICO, FALSA ATESTACIÓN ANTE FUNCIONARIO
PÚBLICO, ALTERACIÓN DE DOCUMENTO PRIVADO, FALSA
ATESTACIÓN DE FUNCIONARIO PÚBLICO y SUPOSICIÓN DE ACTO
PÚBLICO, tipificados en los artículos 465, 286, 319, 320, 321, 317 y 318 del
Código Penal, los dos últimos en relación con los artículos 70 y 71 de la Ley Contra
la Corrupción, por lo que, observa esta Sala que dicho pronunciamiento se encuentra
establecido como recurrible en casación, de conformidad con lo preceptuado en el
artículo 451 del Código Orgánico Procesal Penal, dado que confirmó la terminación
del proceso y los delitos objeto de investigación, acarrean la aplicación de una pena
que excede los cuatro años de privación de libertad en su límite máximo.

En último lugar, respecto a la fundamentación, se evidencia que en el


presente caso, la recurrente planteó cuatro (4) denuncias, en los términos siguientes:

PRIMERA DENUNCIA

La ciudadana Nery Margarita Escalona Fernández, representada por el


ciudadano Abogado RODOLFO Luisa QUIJADA Marval, denominó la primera
denuncia del recurso de casación interpuesto “DE LA VIOLACIÓN DE LEY Y DE
LA CONSTITUCIÓN POR PARTE DEL FISCAL 16° DEL ÁREA
METROPOLITANA”, y fundamentó la mencionada, en los términos siguientes:

“(…) En autos y en el Recurso de Apelación interpuesto en fecha 16 de abril de


2012 (Folios 126 al 137 de la Pieza III), consta la denuncia por parte de la víctima,
que la Fiscalía 16° actuó con irresponsabilidad, negligencia, omisión, silencio de
pruebas al no investigar nunca los datos de ubicación del ciudadano LUIS RAÚL
MONTELL, y con todo este comportamiento procesal, lesiva a los derechos
fundamentales del accionante, a la tutela judicial eficaz y al debido proceso que le
reconocen los artículos 26 y 49 de la Constitución, la referida Fiscalía imputó al
referido ciudadano sin tener ningún dato filiatorio y sin notificarlo para ponerlo a
derecho, para luego solicitar su sobreseimiento en fecha 13 de julio de 2011 (…)”.

Sostuvo que:

“(…) Esta omisión de formas sustanciales, considerada como actos insanables, que
denunciamos e imputamos a la Fiscalía 16° en su debido momento, coloreó la
nulidad absoluta de la solitud de sobreseimiento, violentó los artículos 13, 22, 108
numerales 8, 11 y 15, el numeral 1 del artículo 125, los artículos 126, 127, 130,
131, 132, 198, 300 y 301 del Código Orgánico Procesal Penal de 2009, así mismo
en VIOLACIÓN de la Tutela Judicial Efectiva y el Debido Proceso, establecidos en
los artículos 29 y 49 numerales 1, 8 y 26 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela en concordancia con el artículo 1° del Código Orgánico
Procesal Penal, presunta tipicidad de los artículos 85 de la Ley Contra la
Corrupción y del artículo 251 del Código Penal (…)”. (Destacado del original).

SEGUNDA DENUNCIA

Señaló en el capítulo denominado “CONFIGURACIÓN FÁCTICA DE


VIOLACIÓN DE LA LEY POR PARTE DEL JUEZ 30° DE CONTROL”, lo
siguiente:

“(…) consta de las actas procesales los escritos consignados por la víctima, en
donde denuncia la inobservancia de ley cometido por el Fiscal 16° de imputar al
ciudadano LUIS RAÚL MONTELL, sin realizar las investigaciones pertinentes, sin
tomar su declaración y menos aún de determinar la ubicación o dirección procesal
del mismo y que el Tribunal 30° de Control, sin pronunciarse sobre esta anomalía
procesal, decide otorgar el sobreseimiento del referido ciudadano y libra boleta de
notificación del mismo en dirección errónea y en donde, consta en autos, es
imposible su ubicación (…)”.

Consideró la parte recurrente que:

“(…) consta en las actas procesales la violación de ley cometida por el Tribunal
30° de Control, al no establecer correctamente las direcciones de los imputados en
el momento de librar las respectivas boletas de notificación, la mala elaboración
del mandato de conducción emanado de fecha 18 de enero de 2012 y la no
elaboración del Acta de Audiencia Oral de fecha 25 de enero de 2012, todo lo cual
colaboró para que no se realizaran las referidas audiencias ni ninguna otra, amén
del comportamiento contumaz de los imputados y de la Fiscalía 16° (…)”.
(Subrayado de la parte recurrente).
Destacó que:

“(…) emana de las actas procesales una presunción lógica, fuerte y concordante de
la conducta del Juez 30° de Control durante la sustanciación de la causa 15-855-
10, obvió parte de sus facultades como juez de control garante y velador de la
Constitución y de los principios establecidos en el Código Orgánico Procesal
Penal, todo lo cual colorea de nulidad a la decisión del 30 de febrero de 2012(…)”.

Concluyó señalando lo siguiente:

“(…) Por lo tanto, para quien suscribe el Juez 30° de Control incurrió en
violación de ley por inobservancia presente en el fallo del 28 de febrero de 2012,
violatorio de los artículos 10, 12, 13, 18, 19, 22, los numerales 2, 3 y 4 del artículo
364, 282, 305, 323, todos del Código Orgánico Procesal Penal de 2009, de los
artículos 5, 6, 9, 10 y 11 del Código de Ética del Juez Venezolano y la Jueza
Venezolana, así mismo, en violación de la Tutela judicial Efectiva y el Debido
Proceso, establecidos en los artículos 26 y 49° numerales 1, 8 y 26 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (…)”. (Resaltado del
original).

Visto que la primera y segunda denuncias presentadas por la recurrente


guardan estrecha relación, esta Sala pasa a decidirlas en forma conjunta.

La accionante en casación atribuye de manera simultánea a la Fiscalía


Décima Sexta del Área Metropolitana de Caracas del Ministerio Público, así como
al Juzgado Trigésimo de Primera Instancia en Función de Control del Circuito
Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, presuntos errores en la
notificación efectuada al ciudadano Luis Raúl Montell, específicamente respecto a la
ubicación de la dirección procesal del referido ciudadano, lo cual según sus dichos,
ocasionó una violación a la tutela judicial efectiva y al debido proceso, así como el
quebrantamiento de los artículos 10, 12, 13, 18, 19, 22, 364 en sus numerales 2, 3 y
4; 282, 305, 323 del Código Orgánico Procesal Penal y de los artículos 5, 6, 9, 10 y
11 del Código de Ética del Juez Venezolano y la Jueza Venezolana.

Respecto a los vicios en la notificación efectuada al ciudadano Luis Raúl


Montell, por parte de la Fiscalía Décima Sexta del Área Metropolitana de Caracas
del Ministerio Público, así como por el Juzgado Trigésimo de Primera Instancia en
Función de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, se observa que los mismos no pueden ser revisados por esta Sala, pues, de
acuerdo a lo establecido en el artículo 451 del Código Orgánico Procesal Penal, en
casación sólo se podrán revisar los vicios de sentencias dictadas por las Cortes de
Apelaciones.

En consideración con este punto, la Sala de Casación Penal ha señalado que:

“(…) los recurrentes no pueden por vía del recurso de casación, procurar que se
analicen incidencias propias de primera instancia, impidiéndole atacar
conjuntamente las sentencias dictadas por la Corte de Apelaciones y por el Tribunal
de Juicio, ya que la procedencia de este recurso es extraordinario y sólo dimana
contra los fallos dictados por las Cortes de Apelaciones (…).” (Sentencia N° 565,
del 13 de noviembre de 2009).

Igualmente, esta Sala de Casación Penal en sentencia Nº 323, de fecha 13 de


julio de 2006, señaló lo siguiente:

“(…) Los defensores señalaron un supuesto vicio cometido por el Tribunal de


Control, no respetando así el carácter extraordinario del recurso de casación, cuya
finalidad es corregir los errores de derecho cometidos por las Cortes de
Apelaciones, no pudiéndose denunciar a través del recurso de casación los posibles
vicios cometidos por los Tribunales de Control o de Juicio, tal y como lo establece
el artículo 459 del Código Orgánico Procesal Penal (…)”.

Se desprende entonces que, en el presente recurso, la recurrente ataca una


serie de actuaciones realizadas por Fiscalía Décima Sexta del Área Metropolitana de
Caracas del Ministerio Público, así como, del Juzgado Trigésimo de Primera
Instancia en Función de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana
de Caracas, respecto a la notificación efectuada a uno de los imputados, sin exponer
de manera motivada los vicios que presuntamente fueron cometidos por la Sala Dos
de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolita de
Caracas, que en definitiva constituye el objeto del recurso de casación.

Asimismo, la recurrente señala la violación de diversas disposiciones legales,


con una fundamentación común y omitiendo totalmente explicar en qué términos
fueron infringidas dichas normas, en contravención a lo establecido en el artículo
454 del Código Orgánico Procesal Penal, que obliga al recurrente a indicar cómo
fueron violentadas las disposiciones legales que denuncia y a fundamentar sus
pretensiones de manera separada cuando alegue la infracción de diversas normas,
todo lo cual denota múltiples errores de técnica recursiva, que no pueden ser
suplidos ni subsanados por la Sala, por ser actuación propia del recurrente.
En consecuencia, la Sala de Casación Penal DESESTIMA POR
MANIFIESTAMENTE INFUNDADAS, la primera y segundadenuncias del
recurso de casación interpuesto por la ciudadana Nery Margarita Escalona
Fernández, asistida por el ciudadano
Abogado RODOLFO Luis QUIJADA Marval, de acuerdo a lo previsto en el artículo
457 del Código Orgánico Procesal Penal. Así se decide.

TERCERA DENUNCIA

Como tercera denuncia, la recurrente señaló “DE LA SENTENCIA


RECURRIDA (Dictada en fecha 22 de mayo de 2013, por la Sala 2 de
Apelaciones) y CONFIGURACIÓN FÁCTICA DE VIOLACIÓN DE LA LEY
POR PARTE DE LA SALA SEGUNDA (2da) DE LA CORTE DE
APELACIONES DEL CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL ÁREA
METROPOLITANA DE CARACAS”, fundamentando para ello que: “(…) en autos
no consta que el ciudadano LUIS RAÚL MONTELL se haya dado por notificado por
las diferentes boletas de notificación libradas a su nombre durante el proceso
sustanciado por el Juez 30° de Control y menos aún por la boleta de notificación
librada informándole sobre el sobreseimiento de una causa penal de la cual nunca
conoció. En todo caso, de ser cierto que el referido ciudadano se dio por emplazado
del recurso de apelación en fecha 23 de febrero de 2012 (folio 234 Pieza III), esto
no significa que el mismo se haya dado por notificado de la referida boleta de
notificación del referido sobreseimiento, por lo que debe considerarse que para esta
fecha aún no ha comenzado a transcurrir los diez (10) días para ejercer el referido
recurso (…)”. (Resaltado del original).

En tal sentido, la recurrente denunció, “(…) la infracción del artículo 452 del
Código Orgánico Procesal Penal vigente por parte del Juez ponente de la
sentencia recurrida, ya que existe violación de la ley, por indebida aplicación de la
misma, al vulnerarse los artículos 257, 26 y 49 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y de los artículos 13, 19 y 22 del Código Orgánico
Procesal Penal anterior y vigente, cuando aplicó la inadmisibilidad del Recurso de
Apelación de conformidad con lo establecido en el artículo 428 literal ‘b’ del
Código Adjetivo Penal vigente (…)”. (Destacado de la recurrente).

La Sala de Casación Penal, para decidir observa:

Esta Sala, con reiteración ha establecido que debido al carácter extraordinario


del recurso de casación, su interposición amerita el preciso señalamiento de las
disposiciones legales que se consideren infringidas, y la correcta congruencia de los
argumentos expuestos en el escrito de casación con el contenido de tales
disposiciones.

Lo anterior se debe a que el procedimiento del recurso de casación tiene un


carácter extraordinario, pues, se interpone en contra de las sentencias dictadas por el
Tribunal de alzada (Corte de Apelaciones) con ocasión a la violación de
disposiciones constitucionales y legales por falta de aplicación, indebida aplicación
o errónea interpretación, por lo que su admisibilidad está condicionada al
cumplimiento taxativo de los requisitos establecidos en los artículos 451 y 454 del
Código Orgánico Procesal Penal.

En primer término, la recurrente denuncia la infracción -por indebida


aplicación- del artículo 452 del Código Orgánico Procesal Penal (hoy artículo
444), y en consecuencia sostiene que existe una vulneración de los artículos 26, 49 y
257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y de los artículos
13, 19 y 22 del Código Orgánico Procesal Penal.

Al respecto, se observa que, el artículo 452 del Código Orgánico Procesal


Penal (hoy artículo 444), constituye un precepto general que prevé los motivos en
los cuales podrá fundarse el recurso de apelación; por lo que dicho dispositivo no
puede ser infringido por la Corte de Apelaciones, pues estos constituyen los motivos
en los cuales se apoya el recurrente para fundamentar el recurso de apelación contra
las decisiones de instancia.

En tal sentido, esta Sala de Casación Penal, ha señalado que esta disposición
no puede ser infringida por la Corte de Apelaciones, porque es una norma rectora
que establece los casos de admisibilidad del recurso de apelación.

Por otra parte, en relación a la presunta transgresión de los artículos 26, 49 y


257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se advierte que la
formalizante no especifica en cuál de los motivos de casación contenidos en el
artículo 454 del Código Orgánico Procesal Penal apoya su denuncia, en razón de
si se trata de falta de aplicación, indebida aplicación o errónea interpretación de un
precepto legal, limitándose a señalar que existe una vulneración de dichas normas
constitucionales, todo lo cual evidencia la falta de cumplimiento de las formalidades
establecidas para la interposición del recurso de casación.

En relación a la denuncia de vulneración del artículo 22 del Código Orgánico


Procesal Penal, el cual establece el principio de la apreciación de las pruebas, es
necesario señalar que esta le corresponde cumplirlo al juzgador de primera instancia
encargado de efectuar el debate, conforme a los principios de inmediación,
concentración y contradicción, siendo que esta Sala Penal de manera reiterada ha
expresado que:

“(…) Las Cortes de Apelaciones no pueden analizar, comparar, valorar pruebas, ni


establecer hechos, pues esa labor, por su naturaleza procesal, es propia de los
jueces de juicio, quienes a través de los principios de oralidad, inmediación,
concentración y contradicción, a menos que sean promovidas ante aquella
instancia, caso que no es el de autos (…)”. (Sentencia N° 476, del 3 de septiembre
de 2009).

Se advierte entonces que, la recurrente no sólo debe expresar su descontento


con el fallo emitido por la Sala Dos de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial
Penal del Área Metropolitana de Caracas, sino que además debe señalar con
exactitud cuáles son las normas violentadas y exponer de manera clara las razones
de hecho y de derecho que demuestren que efectivamente la alzada incurrió en algún
vicio que amerite que esta Sala proceda o no a la nulidad de dicha sentencia.

Sobre el particular, esta Sala ha expresado:

“(…) El procedimiento especial del recurso casación tiene carácter extraordinario,


el cual obliga a presentar el mismo fundadamente (artículo 462 del Código
Orgánico Procesal Penal) esto es mediante la indicación en forma precisa y
separada de cada motivo de sus argumentos de hecho y de derecho, y expresando la
solución que se pretende en el caso concreto. La omisión de estos elementos no
puede ser observada como un formalismo no esencial, en virtud de las exigencias
taxativas establecidas en el Código Orgánico Procesal Penal (…).” (Sentencias de
la Sala de Casación Penal Nº 38, del 29 de marzo de 2005 y N° 25, del 29 de enero
de 2009).

Asimismo, ha sido criterio reiterado de esta Sala que:

“(…) las deficiencias en la fundamentación de las denuncias plasmadas en los


escritos de casación, no pueden suplirse por la Sala de Casación Penal, ya que
excedería las labores de esta instancia, a quien no le es dado interpretar las
pretensiones de quienes recurren(…)”. (Sentencia N° 138, del 1° de abril de 2009).

De todo lo expuesto, considera la Sala de Casación Penal, que no cumple la


impugnante con lo establecido en el artículo 454 del Código Orgánico Procesal
Penal, referido a la correcta fundamentación del recurso de casación, al exigirle al
recurrente, que dicho recurso debe ser interpuesto mediante escrito fundado en
forma concisa y clara los preceptos legales que se consideren violados, fundándolos
separadamente si son varios.

En consecuencia, la Sala de Casación Penal DESESTIMA POR


MANIFIESTAMENTE INFUNDADA, la tercera denuncia del recurso de
casación interpuesto por la ciudadana Nery Margarita Escalona Fernández, asistida
por el ciudadano Abogado RODOLFO Luis QUIJADA Marval, de acuerdo a lo
previsto en el artículo 457 del Código Orgánico Procesal Penal. Así se decide.

CUARTA DENUNCIA

En el capítulo denominado “DEL FRAUDE PROCESAL”, la recurrente


luego de realizar un resumen de algunas de las actuaciones que constan en el
expediente de la causa, señaló que:

“(…) el Juez 30° de Control (…) el Secretario y los suplentes que sustanciaron este
proceso nunca han revisado las actuaciones y han emitido escritos, autos y
sentencias en donde han demostrado su parcialidad hacia los imputados, así como
la violación al debido proceso y al derecho a la defensa (…)”.

Concluyó señalando que:

“(…) es forzoso establecer que existe una clara presunción grave, lógica y
concordante, que de forma dolosa y en connivencia de la Fiscalía 16°, el Juez 30°
de Control y el Juez suplente de la sentencia recurrida, actuaron con simulación
para ocasionar un fraude procesal a la ley y favorecer a los imputados con las
referidas sentencias de sobreseimiento (…)”. (Resaltado del original).

Esta Sala para decidir observa:

De la fundamentación de la denuncia planteada por la recurrente, se observa


que la misma lo que propone es su desacuerdo con las actuaciones cumplidas por los
funcionarios de la Fiscalía Décima Sexta del Área Metropolitana de Caracas del
Ministerio Público, del Juzgado Trigésimo de Primera Instancia en Función de
Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, y de la Sala
Dos de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana
de Caracas, siendo que no es motivo de casación adversar los fallos contrarios a los
intereses de quienes recurren.

En tal sentido, esta Sala reitera que cuando se interpone el recurso de


casación, este debe estar dirigido a los vicios propios del fallo emitido por las Cortes
de Apelaciones, que son las decisiones recurribles mediante el recurso de casación,
según lo dispuesto en el artículo 451 del Código Orgánico Procesal Penal. Así, quien
recurre, además de expresar su descontento con el fallo que le es desfavorable
(elemento subjetivo) está en el deber de explanar las razones de Derecho (elemento
objetivo) que demuestren que la decisión que se recurre presentó un vicio cuya
relevancia amerita su nulidad.

Establecido el parámetro anterior, esta Sala observa que resulta innegable que
la recurrente sólo está manifestando su disconformidad con el sobreseimiento
decretado a favor de los ciudadanos BELKIS TERESA ESCALONA
FERNÁNDEZ, BELKIS ALEJANDRA RAMOS ESCALONA, JUAN
PORTALINO RIVAS GARCÍA, CARLOS ALÍ ESCALONA FERNÁNDEZ,
GISELA COROMOTO TALLAFERRO DE ESCALONA, LUIS RAÚL
MONTELL, MARÍA XIOMARA PÉREZ BRITO, MARÍA ISABEL LAYA
ESCOBAR, OSCAR EDWAR MORÓN HERNÁNDEZ, ANÍBAL JOSÉ
CENTENO y MARTHA BELMONTE, siendo que no existe congruencia entre lo
que denominó “DEL FRAUDE PROCESAL” y la fundamentación del recurso de
casación.

Siendo evidente la falta de técnica recursiva, lo procedente y ajustado a


Derecho es desestimar, por manifiestamente infundado, la cuarta denuncia del
recurso de casación propuesto por la ciudadana Nery Margarita Escalona Fernández,
de conformidad con lo establecido en el artículo 457 del Código Orgánico Procesal
Penal. Así se decide.

DECISIÓN

Por las razones anteriormente expuestas, el Tribunal Supremo de Justicia, en


Sala de Casación Penal, administrando Justicia en nombre de la República por
autoridad de la Ley, DESESTIMA POR MANIFIESTAMENTE INFUNDADO,
el recurso de casación interpuesto por la ciudadana Nery Margarita Escalona
Fernández, asistida por el ciudadano Abogado RODOLFO Luis QUIJADA Marval.

Publíquese, regístrese y bájese el expediente. Ofíciese lo conducente.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Audiencias del Tribunal Supremo de


Justicia, en Sala de Casación Penal, en Caracas, a los veintisiete (27) días del mes de
noviembre de 2013. Años 203° de la Independencia y 154° de la Federación.
La Magistrada Presidenta

DEYANIRA NIEVES BASTIDAS


Ponente
El Magistrado Vicepresidente

HÉCTOR MANUEL CORONADO FLORES

Los Magistrados

PAÚL JOSÉ APONTE RUEDA

YANINA BEATRIZ KARABIN DE DÍAZ

ÚRSULA MARÍA MUJICA COLMENAREZ

La Secretaria

GLADYS HERNÁNDEZ GONZÁLEZ

DNB/
RC 2013-000234
27/11/2013 N° 413
EN SALA CONSTITUCIONAL
Exp. N° 14-1360

MAGISTRADA PONENTE: CARMEN ZULETA DE MERCHÁN

Mediante escrito presentado el 18 de diciembre de 2014, la ciudadana NERY


MARGARITA ESCALONA FERNÁNDEZ, venezolana, mayor de edad y titular de la
cédula de identidad núm. 5.083.706, asistida por el abogado Rodolfo Luis Quijada Marval,
inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el N° 82.529; interpuso acción
de amparo constitucional en contra “[…] de las actuaciones omisivas de
la INSPECTORÍA de Tribunales (sic) y del Tribunal Disciplinario Judicial”.
El 23 de diciembre de 2014, se dio cuenta en Sala y se asignó la ponencia a la
Magistrada Doctora Carmen Zuleta de Merchán.
El 8 de enero de 2015, la parte actora consignó escrito complementario a la presente
acción de amparo constitucional, mediante el cual identifica cada uno de los anexos que
fueron acompañados al escrito libelar en la oportunidad en que fue interpuesto el amparo de
autos.
En reunión de Sala Plena del 11 de febrero de 2015, se eligió la Junta directiva de
este Tribunal Supremo de Justicia, quedando constituida la Sala Constitucional de la
siguiente manera: Magistrada Gladys María Gutiérrez Alvarado, en su condición de
Presidenta, el Magistrado Arcadio Delgado Rosales, en su condición de Vicepresidente y
los Magistrados y Magistradas Francisco Antonio Carrasquero López, Luisa Estella
Morales Lamuño, Marcos Tulio Dugarte Padrón, Carmen Zuleta de Merchán y Juan José
Mendoza Jover, ratificándose la ponencia a la Magistrada Carmen Zuleta de Merchán,
quien con tal carácter suscribe la presente decisión.
El 3 de marzo de 2015 la ciudadana Nery Margarita escalona Fernández solicitó
pronunciamiento.
Realizado el estudio individual del expediente, esta Sala procede a decidir, previas
las siguientes consideraciones:
I
FUNDAMENTO DE LA ACCIÓN

La ciudadana Nery Margarita Escalona Fernández fundamentó la acción de amparo


sobre la base de los alegatos que a continuación se resumen:
Que “[…] en fecha 23 DE MAYO DE 2013 interpuse denuncia por ante
la INSPECTORÍA GENERAL DE TRIBUNALES en contra del ciudadano FRANK
CEBALLO SORIA, Juez 30° DE PRIMERA INSTANCIA EN FUNCIONES DE CONTROL
ESTADAL (sic) DEL CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL ÁREA METROPOLITANA DE
CARACAS, la cual le fue asignado el expediente N° 430”.
Que “[e]n dicha denuncia se dejó evidenciado que el Juez 30° de Control, en
connivencia con los imputados como con la Fiscalía 16, falsificaron la firma Ciudadano
imputado LUIS RAÚL MONTELL para simular una fraudulenta sentencia de
sobreseimiento, actuando con abuso de poder violentando flagrantemente principios
constitucionales, la ley adjetiva e incurriendo en tipicidades previstas en la ley contra la
corrupción”.
Que “[…] en fecha 02 DE AGOSTO DE 2013 se interpuso denuncia en contra… la
Sala 2° DE LA CORTE DE APELACIONES DEL ÁREA METROPOLITANA DE
CARACAS (sic) […]”.
Que “[…] en fecha 07 DE FEBRERO DE 2014, en la que se informó a
la INSPECTORÍA de Tribunales que para esa fecha no me había informado ni por escrito
ni verbalmente sobre la sustanciación de la denuncia interpuesta y que dada la gravedad
de los hechos delictivos denunciados solicité que se recabaran los documentos probatorios
señalados en el referido escrito”.
Que “[…] en fecha 26 DE FEBRERO DE 2014 y en fecha 13 DE MARZO DE 2014
se interpuso denuncia por ante la OFICINA DE ATENCIÓN AL CIUDADANO y por ante
LA INSPECTORÍA GENERAL DE TRIBUNALES […]”.
Que “[…] en fecha 22 y 30 DE ABRIL DE 2014 dado el largo tiempo transcurrido
desde la denuncia interpuesta se le solicitó a la INSPECTORÍA DE TRIBUNALES… se me
informe a través de escrito debidamente fundamentado sobre la sustanciación, el
procedimiento aplicado y las resultas de las denuncias ut supra interpuestas […]”.
Que “[…] en fecha 08 DE MAYO DE 2014 se le solicitó a la INSPECTORÍA DE
TRIBUNALES sobre el estado de sustanciación de mi denuncia”.
Que “[…] en fecha 28 DE MAYO DE 2014… se informó al TRIBUNAL
DISCIPLINARIO JUDICIAL que… no se ha dado respuesta de la solicitud interpuesta en
fecha 22 de abril de 2014, lo cual evidencia conducta parcializada de encubrimiento y de
denegación de justicia por parte de la INSPECTORÍA GENERAL DE
TRIBUNALES […]”.
Que “[…] el TRIBUNAL DISCIPLINARIO JUDICIAL abrió expediente a la causa
denunciada y le asignó el número AP61-S-2014-000006, nomenclatura de esa jurisdicción
disciplinaria judicial, asignado (sic) como ponente al Dr. HERNÁN PACHECO
ALVIÁREZ y de lo cual hasta esta fecha no hay respuesta alguna sobre los alegatos y de
las denuncias interpuestas sobre el presunto comportamiento delictual de los jueces ut
supra”.
Que “[…] nuevamente en fecha 13 DE AGOSTO DE 2014 se le estableció tanto a
la INSPECTORÍA DE TRIBUNALES como al TRIBUNAL DISCIPLINARIO JUDICIAL que
dado el largo tiempo transcurrido desde la denuncia interpuesta se les solicitó que se me
informe a través de escrito debidamente fundamentado sobre la sustanciación, el
procedimiento jurídico aplicado y las resultas ut supra interpuestas […]”; petición ésta
que fue ratificada el 3 de noviembre de 2014.
Que “[…] en el CUERPO B de este escrito se observa fotocopia certificada de
Acción DE AMPARO CONSTITUCIONAL intentada en fecha 26 de mayo de 2014
(expediente N° AA50-T-2014-000514), en contra de la decisión emanada de la Sala de
Casación de fecha veintisiete (27) días del mes de noviembre de 2013, la
cual DESESTIMÓ POR MANIFIESTAMENTE INFUNDADO el recurso de casación
interpuesto en fecha 17 de junio de 2013… en contra de la decisión dictada en fecha 22 de
mayo de 2013, por la Sala Dos de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas… en donde se declara inadmisible el recurso de apelación
interpuesto por mi persona en fecha 16 de abril de 2012… en contra de la decisión dictada
por el JUZGADO 30° DE PRIMERA INSTANCIA EN FUNCIONES DE CONTROL DEL
CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL ÁREA METROPOLITANA DE CARACAS, de fecha
28 de febrero de 2012… en donde se declara innecesaria la celebración de la audiencia
oral, a que se refiere el artículo 323 del Código Orgánico Procesal Penal y a la vez acordó
decretar el sobreseimiento de la causa 30C-15.855-10, de conformidad con el artículo 318
numeral 1° del Código Orgánico Procesal Penal, previamente solicitado en fecha 13 de
julio de 2011 por la Fiscalía 16° del Área Metropolitana (sic)(Expediente 01F16-0504-10),
de conformidad con el artículo 318 numeral 4 (sic)”.
Que “[l]a FISCALÍA 16° incurrió en el INCUMPLIMIENTO DE COMPETENCIAS
y ATRIBUCIONES, establecidas en los artículos 16 numerales 1, 2, 3 y 4 de la Ley
Orgánica del Ministerio Público, artículos 13, 22, 108 numerales 8 y 11 y15, 198
del Código Orgánico Procesal Penal vigente para esa fecha, ya que a través de los autos y
durante la incompleta y desordenada investigación, actuó con irresponsabilidad,
negligencia, omisión, silencio de pruebas y abuso de poder en la práctica de diligencias
para poder lograr más y nuevos elementos de convicción, y además porque imputó sin
indagar, ni citar a los ciudadanos MARTHA BELMONTE y ANÍBAL JOSÉ CENTENO
para que rindieran sus declaraciones y menos investigó los datos de ubicación del
ciudadano LUIS RAÚL MONTELL, a pesar de ser solicitado por esta justiciable y
ordenado por el Juez de Control 30° en las querellas admitidas el 14 de diciembre de 2010
y el 26 de abril 2011 y en donde están involucrados todos los imputados”.
Que “[…] quedó demostrado que la firma de mi difunta madre fue falsificada
para fraudulentamente despojarse de mis bienes heredados, tanto en la NOTARÍA
PÚBLICA 3ra del Municipio Sucre del Estado Miranda, como en la Oficina de la
Alcaldía Mayor situada en Petare, donde labora el ciudadano ANÍBAL JOSÉ
CENTENO y finalmente fue aceptada dicha falsa firma en la Oficina del SENIAT,
donde labora la ciudadana MARTHA BELMONTE”.
Que “[i]gualmente quedó claramente evidenciado que la Fiscalía 16° actuó en
connivencia con todos los imputados, el Juez 30° de Control y la Sala 2° de
Apelaciones (sic), todos de esta circunscripción judicial, para falsificar la firma del
ciudadano LUIS RAÚL MONTELL, logrando de esta manera una sentencia fraudulenta
de sobreseimiento, sin realizar la audiencia respectiva”.
Que “[e]l Tribunal 30° de Control presuntamente incurrió en comportamientos
tipificados en el código penal al simular fraudulentamente el emplazamiento del
ciudadano LUIS RAÚL MONTELL, y en connivencia con los imputados y la Fiscalía
16° falsificar su firma para simular su emplazamiento, con lo que sin realizar la
audiencia oral para defender mis pruebas decretó el sobreseimiento, además de otras
fraudulentas conductas endoprocesales atribuibles al referido juez que emana de las actas
contenidas en el recurso de apelación interpuesto, nació una presunción lógica, fuerte y
concordante de la conducta del referido juez durante la sustanciación de la causa 15-855-
10, obvió parte de sus facultades como juez de control garante y velador de la Constitución
y de los principios establecidos en el Código Orgánico Procesal Penal, todo lo cual
colorea de nulidad a la decisión del 30 de febrero de 2012”.
Que “[l]a Sala 2 de Apelaciones (sic)… hizo caso omiso de las advertencias y las
pruebas aportadas por esta denunciante en el sentido de las artimañas, fraudes y mentiras
esgrimidas por el Juez 30° de Control en connivencia con los imputados y la Fiscalía 16,
quienes contravinieron flagrantemente normas adjetivas penales, presuntamente
incurrieron en delito tipificado en la norma sustantiva penal y quebrantaron el derecho
constitucional del debido proceso, a una adecuada administración de justicia, a un juez
imparcial y el derecho a la defensa de esta denunciante”.
Que la Sala N° 2 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas “[…] no tomó en consideración el derecho fundamental que
tiene el estado (sic) de hacer justicia, sin dilaciones ni formalismos y ejercer la acción
penal como un auténtico derecho constitucional y procesal incurriendo en la violación de
los artículo 2, 26, 29, 257, 271 y 285 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, presuntamente actuando como cómplice en hechos demostrados como
fraudulentos”.
Que la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia desestimó por
manifiestamente infundado el recurso de casación, a pesar de que “[e]sta justiciable
demostró con sus escritos y las pruebas aportadas que en la sentencia referida se
configuró el vicio de inmotivación, comportando con ello la violación al debido proceso, al
derecho a la defensa y a la tutela judicial efectiva, previsto (sic) y sancionado (sic) en los
49.1 y 26 de nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En efecto, en
el escrito de amparo se dejó establecido que la Sala de Casación Penal omitió todo lo
referido a la omisión de la Sala 2 de Apelaciones (sic) al no establecer nada respecto a la
fraudulenta emisión de las boletas de notificación libradas al ciudadano LUIS RAÚL
MONTELL, las cuales fueron totalmente inventadas y falsificadas en la firma por el Juez
30° de Control en connivencia con los imputados y la Fiscalía 16, ya que es falsa la
dirección y el carácter de notario público del referido ciudadano, quien nunca suscribió la
referida boleta de notificación”.
Una vez que la parte actora cita textualmente un extracto de la sentencia recurrida
en casación, acotó que “[d]e lo anterior se desprende que esta justiciable denunció tanto
en la Sala de Casación Penal como en la Sala Constitucional, la presunción grave, lógica y
concordante de la comisión de los delitos previstos en los artículos 321, 322 y 323 del
Código Penal, por parte de los jueces de la Sala de Apelaciones (sic), de los jueces 30 y 35
de Control en connivencia con la Fiscalía 16 y los imputados, al falsificar tanto la firma de
mi difunta madre así como la firma del imputado LUIS RAÚL MONTELL EN UNA
BOLETA DE EMPLAZAMIENTO FRAUDULENTA”.
Que igualmente “[…] se desprende que esta justiciable, dada la gravedad de lo
denunciado y sin encontrar la justicia solicitada, introdujo querella en contra de los
imputados, las (sic) cuales (sic) fueron (sic) admitidas (sic) y sustanciadas (sic) por el
Tribunal 35° de Control (sic) expediente 18.721-13, a cargo de la abogada
ciudadana MARÍA CECILIA HUNG CASTRO, quien con clara parcialidad hacia los
imputados y al Juez 30° de Control (sic), violentado (sic) el debido proceso emitió
fraudulentas sentencias en fecha 10 y 16 de enero de 2014 poniendo fin al litigio,
sobreseyendo la causa en contra de esta justiciable”.
Que “[e]sta fraudulenta y vergonzosa situación fue denunciada (sic) fecha 26 DE
FEBRERO DE 2014 y en fecha 13 DE MARZO DE 2014, por ante la OFICINA DE
ATENCIÓN AL CIUDADANO y por ante LA INSPECTORÍA GENERAL DE TRIBUNALES
respectivamente sin respuesta alguna para el día de hoy”.
Que “[…] a pesar de las denuncias sobre las violaciones constitucionales y de la
comisión de delitos tipificados en la ley sustantiva penal, en la recurrida se establece en
forma artera y falaz lo siguiente: ‘respecto a los presuntos vicios cometidos, por parte de
la Fiscalía Décima Sexta del Área Metropolitana de Caracas del Ministerio Público, así
como por el Juzgado Trigésimo de Primera Instancia en Función de Control del Circuito
Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, se observa que los mismos no pueden
ser revisados por esta Sala pues, de acuerdo a lo establecido en el artículo 451 del Código
Orgánico Procesal Penal, en casación sólo se podrán revisar los vicios de sentencias
dictadas por las Cortes de Apelaciones’”.
Que “[…] en la recurrida se toma como premisa de argumentación tanto en la
sentencia N° 565 del 13 de noviembre de 2009, como en la sentencia N° 323 de fecha 13 de
julio de 2006, ambas provenientes de la Sala de Casación Penal, para concluir ‘respecto a
la notificación efectuada a uno de los imputados, sin exponer de manera motivada los
vicios que presuntamente fueron cometidos por la Sala Dos de la Corte de Apelaciones
del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, que en definitiva
constituye el objeto del recurso de casación’”.
Que “[e]sta aseveración demuestra la parcialidad de la Sala Penal (sic) al exponer
falazmente bajo la falsa suposición de hecho que la notificación de LUIS RAÚL MONTELL
fue realmente efectuada, rechazando las evidencias procesales de que estamos en
presencia de una boleta (sic) emplazamiento falsificada tanto en su firma como en la
dirección para así simular una sentencia de sobreseimiento de los imputados”.
Que “[…] para quien suscribe es forzoso declarar que la Sala de Casación Penal
presuntamente actuó con abuso de poder y parcialidad hacia los imputados al omitir sin
fundamento denuncias graves, ciertas y comprobadas por esta justiciable para someter la
sustanciación de la causa a formalidades inútiles, sin aplicar ni la ley y mucho menos la
justicia y continuar sistemáticamente la violación al debido proceso, al derecho a la
defensa y a la tutela judicial efectiva […]”.
Que “[…] tal y como se desprende de los actos denunciados como lesivos y
tipificados en nuestro código penal (sic) y en vista de que el Ministerio Público, el Tribunal
de Control 30° y 35° (sic), la Sala 2 de Apelaciones (sic) y la Sala de Casación Penal,
omitieron de manera absoluta sus competencias establecidas por las sentencias ut supra
mencionadas y no realizaron pronunciamiento alguno sobre las probanzas contenidas en
mis defensas, así como tampoco me permitieron alegar dichas defensas en una audiencia
pública; a tal efecto, atendiendo a que el derecho a la tutela judicial efectiva, derecho de
acceso a la justicia, de (sic) derecho a garantías judiciales 49.1.8, derecho de petición 51,
protección de la dignidad 60, obliga a que el justiciable sea considerada una ciudadana
con derecho a un (sic) sana e imparcial administración de justicia y al no haberse dado
cumplimiento a lo anterior, razón por la cual acudí en amparo constitucional para el
restablecimiento de toda la situación jurídica infringida a través de hechos delictuales
realizado (sic) por la Fiscalía 16 y el Juez 30 de Control, en connivencia con los imputados
y la Sala 2 de Apelaciones”.
Que “[…] tal como consta en los FUNDAMENTOS DE LA ACCIÓN de la
sentencia de fecha 25 de julio de 2014, proferida por esta (sic) Sala Constitucional, se
omitieron de manera absoluta todos los hechos delictivos que ocasionaron la violación de
mis derechos y principios constitucionales, así como la violación grave del orden público y
la más grave aún, se omitieron hechos delictivos realizados por un Tribunal de la
República, a sabiendas de que uno de los Magistrados de la Sala Constitucional es el
Inspector de Tribunales (sic)”.
Que “[…] la Sala Constitucional declaró INADMISIBLE la acción de amparo
ejercida, alegando que ‘De conformidad con la norma transcrita y de la jurisprudencia
aceptada por este Tribunal Supremo de Justicia, caso: Isabel Valdivia Rivera, del 23 de
marzo de 2001, no es posible el ejercicio de la acción de amparo constitucional contra las
decisiones de alguna de las Salas del Tribunal Supremo de Justicia. Existe, entonces, una
prohibición expresa de la ley que rige la materia del amparo constitucional, cuando dicha
acción se proponga contra las sentencias de alguna de las Salas de este máximo organismo
jurisdiccional, por tanto, la pretensión subsidiaria de amparo constitucional se subsume en
la causal antes transcrita, y debe, por eso, ser declarada inadmisible. Así se declara. En
este orden de ideas, al haberse ejercido la presente acción de amparo contra una decisión
dictada por una de las Salas que conforman este Máximo Tribunal, la misma resulta
inadmisible y así se declara’; argumentación esta que omite el Estado de Derecho y
Justicia contemplado en el artículo 2 de la Carta Magna y el Control Difuso
Constitucional contemplado en el artículo 334 ejusdem (sic)”.
Una vez que la parte actora cita extractos de la sentencia N° 516 del 7 de mayo de
2013, en la cual se admitió el recurso de nulidad por inconstitucionalidad contra el Código
de Ética del Juez Venezolano y la Jueza Venezolana y decretó una medida cautelar, afirmó
que “[…] en el caso de marras se desprende de los hechos narrados que
la INSPECTORÍA de Tribunales (sic) nunca ha emitido algún Auto de Apertura de la
Investigación de las denuncias interpuestas, así como tampoco ha emitido auto alguno, en
condición de órgano instructor del procedimiento disciplinario, ordenando el archivo de
las actuaciones por no encontrar elementos de convicción en las denuncias realizadas”.
Que “[…] dado el cúmulo de denuncias interpuestas, la INSPECTORÍA de
Tribunal (sic) conforme a sus atribuciones conferidas por LEY tenía que ORDENAR la
apertura de una procedimiento disciplinario por la (sic) conductas dañinas asumidas por
los jueces denunciados y considerando que no pueden aceptarse, ni convalidarse bajo
ningunas (sic) circunstancias (sic) comportamientos funcionariales que implican una
cultura de violaciones de derechos sagrados previsto (sic) en la Constitución y en los
pactos, tratados y convenios suscritos y ratificados por la República, porque se mancilla el
Poder Judicial y la Constitución de la república (sic) Bolivariana de Venezuela, por ende,
se combate la IMPUNIDAD en materia disciplinaria”.
Que “[…] se recurre mediante esta solicitud de Amparo Constitucional,
fundamentado en (sic) violación del derecho a la defensa, de la garantía del debido
proceso y el derecho al acceso a una justicia imparcial, derecho de petición y protección
de la dignidad, consagradas en los artículo 2, 26, 27, 49.1.8, 51, 60 y 257 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; obligando de esta manera a que
esta justiciable sea considerada una ciudadana con derecho a un (sic) sana e imparcial
administración de justicia, y al no haberse dado cumplimiento a lo anterior tanto por parte
de la INSPECTORÍA General de Tribunales como del Tribunal Disciplinario Judicial
[…]”.
Que “[l]a INSPECTORÍA de Tribunales (sic) y el Tribunal Disciplinario Judicial
son órganos contemplados en el Código de Ética del Juez Venezolano y la Jueza
Venezolana… de conformidad con lo previsto en el artículo 213 de la República
Bolivariana de Venezuela (sic), es decir, que la actividad de la autoridad de dichos
órganos deriva de un mandato expreso de la Constitución y que su competencia es ejercida
en todo el territorio de la República, afectando así múltiples factores políticos, sociales y
económicos de la Nación”.
Que “[…] tal como fue planteado anteriormente, la Sala Constitucional tuvo y tiene
conocimiento de los hechos denunciados a través de amparo interpuesto en fecha 26 de
mayo de 2014 (expediente N° AA50-T-2014-000514), declarándolo inadmisible en
sentencia proferida de fecha 25 de julio de 2014, en la cual se omitieron de manera
absoluta todos los hechos delictivos realizados por un Tribunal de la República […]”.
Que “[…] para quien suscribe los Magistrados de la Sala Constitucional están
inmersos en la causal de inhibición 15 del artículo 82 del Código de Procedimiento Civil, y
de acuerdo con lo establecido en el artículo 11 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo
de Justicia, la sustanciación de esta acción deberá ser conocida por la Presidente de la
Sala Plena”.
Por último, la parte actora solicitó que se admita la presente acción de amparo y que
se ordenen las notificaciones correspondientes.

II
MOTIVACIÓN PARA DECIDIR
En el caso sometido a la consideración de la Sala, se observa que de acuerdo a lo
narrado y alegado por la parte accionante, los hechos que motivaron el amparo fueron los
siguientes:
1.- Que “[…] en fecha 23 DE MAYO DE 2013 interpuse denuncia por ante
la INSPECTORÍA GENERAL DE TRIBUNALES en contra del ciudadano FRANK
CEBALLO SORIA, Juez 30° DE PRIMERA INSTANCIA EN FUNCIONES DE CONTROL
ESTADAL DEL CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL ÁREA METROPOLITANA DE
CARACAS, la cual le fue asignado el expediente N° 430”.
2.- Que “[…] en fecha 28 DE MAYO DE 2014… se informó al TRIBUNAL
DISCIPLINARIO JUDICIAL que… no se ha dado respuesta de la solicitud interpuesta en
fecha 22 de abril de 2014, lo cual evidencia conducta parcializada de encubrimiento y de
denegación de justicia por parte de la INSPECTORÍA GENERAL DE
TRIBUNALES […]”.
3.- Que “[…] el TRIBUNAL DISCIPLINARIO JUDICIAL abrió expediente a la
causa denunciada y le asignó el número AP61-S-2014-000006, nomenclatura de esa
jurisdicción disciplinaria judicial, asignado (sic) como ponente al Dr. HERNÁN
PACHECO ALVIÁREZ y de lo cual hasta esta fecha no hay respuesta alguna sobre los
alegatos y de las denuncias interpuestas sobre el presunto comportamiento delictual de los
jueces ut supra”.
4.- Que “[…] se recurre mediante esta solicitud de Amparo Constitucional,
fundamentado en (sic) violación del derecho a la defensa, de la garantía del debido
proceso y el derecho al acceso a una justicia imparcial, derecho de petición y protección
de la dignidad, consagradas en los artículo 2, 26, 27, 49.1.8, 51, 60 y 257 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; obligando de esta manera a que
esta justiciable sea considerada una ciudadana con derecho a un (sic) sana e imparcial
administración de justicia, y al no haberse dado cumplimiento a lo anterior tanto por parte
de la INSPECTORÍA General de Tribunales como del Tribunal Disciplinario Judicial
[…]”.
De los hechos descritos y que motivaron la tutela constitucional invocada, la Sala
estima que se produjo una inepta acumulación de pretensiones, pues la acción de amparo se
dirigió respecto a la omisión de pronunciamiento contra la INSPECTORÍA General de
Tribunales y contra el Tribunal Disciplinario Judicial; órganos que si bien son integrantes
del Poder Judicial actúan con distintas funciones que aun cuando se relacionan
directamente unas con otras sus manifestaciones jurídicas son de distintas naturaleza, por lo
que su control jurisdiccional mediante amparo corresponde a órganos jurisdiccionales
distintos. Así la INSPECTORÍA General de Tribunales ejerce su competencia a nivel
nacional ejerciendo funciones propias de este alto Tribunal, como lo es la de inspección de
tribunales, según el artículo 267 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela; por lo que esta Sala sería competente para conocer del amparo interpuesto
contra ésta, al estar incluida dentro de la clasificación de altas autoridades a que hace
alusión el artículo 8 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales; sin embargo, en el caso del Tribunal Disciplinario Judicial, el cual integra
la jurisdicción disciplinaria judicial, dicho órgano jurisdiccional actúa como Tribunal de
Primera Instancia, en cuyo caso el órgano jurisdiccional competente para conocer de la
acción de amparo interpuesta contra éste sería en primera instancia la Corte Disciplinaria
Judicial, en tanto es su órgano Superior en el orden jerárquico.
Ahora, la parte actora acumuló en el escrito libelar denuncias que emanan de
supuestos de hecho diferentes como consecuencia de diversas infracciones constitucionales
producidas, a decir del accionante, por omisiones de pronunciamiento, los cuales requieren
una tramitación distinta.
Establecido lo anterior, el artículo 49 del Código de Procedimiento Civil (de
aplicación supletoria a los procesos de amparo constitucional según lo dispuesto por el
artículo 48 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales)
establece que la acumulación procede siempre que “hubiere conexión por el objeto de la
demanda o por el título o hecho de que dependa”. En este sentido, es posible acumular en
una sola demanda varias pretensiones contra distintas personas, en razón de la conexión que
existe entre ellas; ya sea por el objeto que se pretende o por la razón que motiva la
pretensión.
No obstante, el artículo 78 del Código de Procedimiento Civil prohíbe la
concentración de pretensiones en una misma demanda, en los casos en que las pretensiones
se excluyan mutuamente o que sean contrarias entre sí; cuando, por razón de la materia, no
correspondan al conocimiento del mismo tribunal; y en los casos en que procedimientos
sean incompatibles. Así pues, toda acumulación de pretensiones realizada en contravención
a lo dispuesto por la mencionada ley adjetiva, es lo que la doctrina denomina inepta
acumulación.
Ciertamente, esta Sala en diversas oportunidades ha advertido sobre la
inadmisibilidad en aquellos casos donde se presenta una acumulación inicial de
pretensiones en un mismo libelo, de conformidad con lo expuesto supra, por lo que no
puede pretenderse que un mismo órgano jurisdiccional resuelva sobre varias denuncias de
presuntas violaciones o amenazas a derechos y garantías de orden constitucional que no
pueden atribuirse a un solo agraviante, pues la diversidad de accionados en amparo
acarreará la incompetencia del órgano jurisdiccional para conocer respecto de alguno o
varios de ellos (Vid. sentencia N° 1.279 del 20 de mayo de 2003, caso: Luis Emilio Ruíz
Celis, y, N° 3.192 del 14 de noviembre de 2003, caso: Aurea Isabel Suniaga). Este es
precisamente el supuesto en el cual se encuentra el caso bajo estudio donde la diversidad
de amparos dirigido contra distintos agraviantes, su conocimiento y decisión compete a
distintos órganos jurisdiccionales.

Por otra parte, resulta pertinente señalar que la inepta acumulación de pretensiones
es aplicable al presente caso de conformidad con lo establecido en el artículo 133, numeral
1, de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, toda vez que la referida norma

prevé la inadmisibilidad de las demandas o solicitudes que se intenten ante este Tribunal

Supremo de Justicia, en los casos en que éstas se excluyan mutuamente, o cuyos

procedimientos sean incompatibles.


De esta manera, atendiendo a lo expuesto, y de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 133 numeral 1 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia y en el artículo
81 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo 78 eiusdem,
aplicables supletoriamente al proceso de amparo según el artículo 48 de la Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, esta Sala debe declarar inadmisible,
por inepta acumulación de pretensiones, la acción de amparo incoada por la ciudadana Nery
Margarita Escalona Fernández, asistida por el abogado Rodolfo Luis Quijada Marval, en
contra “[…] de las actuaciones omisivas de la INSPECTORÍA de Tribunales (sic) y del
Tribunal Disciplinario Judicial”. Así se declara.
Aunado a lo antes dicho, la Sala constata que la parte actora en su escrito libelar
señala lo siguiente: “[…] para quien suscribe los Magistrados de la Sala Constitucional
están inmersos en la causal de inhibición 15 del artículo 82 del Código de Procedimiento
Civil, y de acuerdo con lo establecido en el artículo 11 de la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia, la sustanciación de esta acción deberá ser conocida por la Presidente
de la Sala Plena”.
Al respecto, la Sala le recuerda a la parte accionante que de conformidad con lo
dispuesto por el artículo 11 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales no es posible la tramitación de una incidencia de inhibición en un juicio de
amparo; siendo además imperioso recalcar que la inhibición es un acto del juez en el
ejercicio de su cargo, por medio del cual se separa del conocimiento de la causa por estar
vinculado en forma calificada por la ley con las partes o con el objeto del proceso; por lo
tanto, las partes no tienen derecho a exigir al juez que se inhiba. En consecuencia, esta Sala
considera que la accionante erró al señalar que los Magistrados de esta Sala Constitucional
están incursos en una causal de inhibición, pretendiendo cuestionar su competencia
subjetiva bajo un supuesto de hecho no aplicable en el proceso de amparo constitucional.
Por último, la Sala observa con preocupación que en el escrito libelar, el
abogado Rodolfo Luis Quijada Marval, inscrito en el Instituto de Previsión Social del
Abogado bajo el N° 82.529, haya suscrito en condición de abogado asistente, afirmaciones
como las siguientes:
Que “[…] tal como consta en los FUNDAMENTOS DE LA ACCIÓN de la
sentencia de fecha 25 de julio de 2014, proferida por esta (sic) Sala
Constitucional, se omitieron de manera absoluta todos los hechos delictivos que
ocasionaron la violación de mis derechos y principios constitucionales, así como
la violación grave del orden público y la más grave aún, se omitieron hechos
delictivos realizados por un Tribunal de la República, a sabiendas de que uno de
los Magistrados de la Sala Constitucional es el Inspector de Tribunales (sic)”.

Que “[…] la Sala Constitucional declaró INADMISIBLE la acción de amparo


ejercida, alegando que ‘De conformidad con la norma transcrita y de la
jurisprudencia aceptada por este Tribunal Supremo de Justicia, caso: Isabel
Valdivia Rivera, del 23 de marzo de 2001, no es posible el ejercicio de la acción
de amparo constitucional contra las decisiones de alguna de las Salas del
Tribunal Supremo de Justicia. Existe, entonces, una prohibición expresa de la ley
que rige la materia del amparo constitucional, cuando dicha acción se proponga
contra las sentencias de alguna de las Salas de este máximo organismo
jurisdiccional, por tanto, la pretensión subsidiaria de amparo constitucional se
subsume en la causal antes transcrita, y debe, por eso, ser declarada inadmisible.
Así se declara. En este orden de ideas, al haberse ejercido la presente acción de
amparo contra una decisión dictada por una de las Salas que conforman este
Máximo Tribunal, la misma resulta inadmisible y así se declara’; argumentación
esta que omite el Estado de Derecho y Justicia contemplado en el artículo 2 de la
Carta Magna y el Control Difuso Constitucional contemplado en el artículo 334
ejusdem (sic)”.

Como puede observarse de lo supra transcrito, se pretende cuestionar a los


Magistrados de esta Sala por el hecho de que fue declarada inadmisible, la acción de
amparo interpuesta por la accionante contra una sentencia dictada por la Sala de Casación
Penal de este Tribunal Supremo de Justicia; cuando lo cierto es que la jurisprudencia
reiterada de esta misma Sala es que de conformidad con el artículo 6.6 de la Ley Orgánica
de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales y el artículo 3 de la Ley Orgánica
del Tribunal Supremo de Justicia, contra sus decisiones, en cualquiera de sus Salas, no se
oirá ni admitirá recurso alguno; conducta esta que la Sala considera censurable
jurídicamente.
En consecuencia, esta Sala apercibe al abogado Rodolfo Luis Quijada Marval para
que en lo adelante se abstenga de suscribir escritos que denotan un craso desconocimiento
de la jurisprudencia de la Sala Constitucional; pues ello no solo desdice de su conducta
como profesional del derecho sino que comporta un incumplimiento de los deberes que le
impone el artículo 20 del Código de Ética del Abogado, según el cual: La conducta del
abogado deberá caracterizarse siempre por la honradez y la franqueza. No deberá
aconsejar ni ejecutar actos que puedan calificarse de dolorosos, hacer aseveraciones o
negaciones falsas, citas inexactas, incompletas o maliciosas, ni realizar acto alguno que
pueda entorpecer una eficaz y rápida administración de la justicia (Subrayado de este
fallo). Así se advierte.
V
DECISIÓN

Por las razones que fueron expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala
Constitucional, administrando justicia en nombre de la República por autoridad de la Ley,
declara INADMISIBLE POR INEPTA ACUMULACIÓN la acción de amparo
constitucional interpuesta por la ciudadana Nery Margarita Escalona Fernández, asistida
por el abogado Rodolfo Luis Quijada Marval, en contra “[…] de las actuaciones omisivas
de la INSPECTORÍA de Tribunales (sic) y del Tribunal Disciplinario Judicial”.
Publíquese, regístrese, notifíquese y archívese el expediente. Cúmplase lo ordenado.
Dada, firmada y sellada, en el Salón de Audiencias del Tribunal Supremo de
Justicia, en Sala Constitucional, en Caracas, a los 14 días del mes de abril de dos mil
quince (2015). Años: 204° de la Independencia y 156° de la Federación.
La Presidenta,

GLADYS M. GUTIÉRREZ ALVARADO


Vicepresidente,
ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES
Los Magistrados,

FRANCISCO A. CARRASQUERO LÓPEZ

LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO

MARCOS TULIO DUGARTE PADRÓN

CARMEN ZULETA DE MERCHÁN


Ponente

JUAN JOSÉ MENDOZA JOVER

El Secretario,

JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO

Exp.- 14-1360
CZdM/
14/04/2015 N° 451

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