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Los ambientes considerados por el hombre como extremos están colonizados por
microorganismos adaptados a estos nichos ecológicos: denominados microorganismos
“extremos”, que se caracterizan por su capacidad de vivir a altas temperaturas (termófilos
e hipertermófilos), bajas temperaturas (psicrófilos), en altas concentraciones de sal
(halófilos) o altas presiones (barófilos), así como medios ácidos o alcalinos (acidófilos y
alcalófilos). Los organismos cuya temperatura óptima de crecimiento se encuentra arriba
de los 45 grados centígrados se denominan termófilos, y si es mayor de 80 grados
centígrados se clasifican como hipertermófilos

Andrea
El término termófilo se aplica a los organismos vivos que pueden soportar condiciones
extremas de temperatura relativamente altas por encima de los 45 grados centígrados es
un subtipo de la vida extremófila muchos termófilos pertenecen al dominio archaea estos
organismos tiene una tasa de crecimiento rápida pero de corta duración ejemplo Estos
tipos son los organismos vivos que se desarrollan al lado de las fumarolas o chimeneas
hidrotermales en profundidades del océano como las bacterias metanógenas que se
desarrollan en estas condiciones
Son hipertermófilos aquellos organismos que habitan a altas temperaturas, que normalmente
llegan al punto de ebullición. Por lo común crecen bien y se reproducen a temperaturas
mayores a 70 °C,1 un calor letal para la mayoría de los seres vivos.
Los hipertermófilos son procariontes, como algunas bacterias, principalmente arqueas, en las
que además imperan otras condiciones extremófilas, como ser hiperhalófilas e hiperacidófilas.
Su descubridor fue Thomas d Brock descubrió los termófilos e hipertermofilos en aguas
termales en el parque nacional de Yellowstone en 1967 afirmó que las bacterias son
capaces de crecer a cualquier temperatura en agua en estado líquido Incluso en
estanques que estén por encima el punto de ebullición. Desde entonces se han
descubierto más de 70 especies
Dado a que viven en ambientes extremos, requieren mecanismos de adaptación que
incluyan particularidades que permitan conferir estabilidad térmica a sus estructuras,
como pared celular y membrana citoplasmática y a sus biomoléculas como ADN y
proteínas.
La membrana citoplasmática juega un papel importante como barrera selectiva a la
entrada y salida de sustancias.
La membrana de las bacterias está formada por una doble capa de lípidos,
principalmente de diésteres, mientras que las termófilas contienen tetraéteres, formando
una monocapa mucho más resistente al aumento de la temperatura
MARY
Hábitat
Al ser organismos que viven por encima de los 65 grados centígrados llegando en
algunos hipertermofilos a sobrepasar los 100 grados centígrados, temperatura de
ebullición podemos encontrar de forma habitual, en aguas que son calentadas
constantemente por la actividad de diversos volcanes.
Estás las podemos encontrar repartidas por todo el planeta Y de forma más abundante en
Islandia Nueva Zelanda y el parque nacional de Yellowstone Por otra parte se han
encontrado en ambientes submarinos En dónde se alcanzan y superan los 100 grados
centígrados Aunque a tanta profundidad el aumento de presión empiezo entra en
ebullición.

ADAPTACIONES
sabemos que las altas temperaturas degradan las membranas biológicas y desnaturalizan las
proteínas. Entonces, ¿cómo evitan los termófilos que sus membranas lipídicas no se
desintegren a tan altas temperaturas?. Estos microorganismos poseen unas membranas
especiales. Sintetizan unos lípidos resistentes al calor muy ricos en ácidos grasos más
largos y sin dobles enlaces que les permiten ser más estables a altas temperaturas.
Además, sus membranas suelen formar monocapas lipídicas, en lugar de las habituales
bicapas de fosfolípidos, como ocurre en la mayoría de las membranas biológicas de las
células. Y, ¿cómo consiguen estos microbios que sus proteínas resistan y sigan funcionales a
100ºC, por ejemplo? Porque han adaptado sus proteínas a las altas temperaturas, con
pequeños cambios en algunos pocos de sus aminoácidos que, manteniendo la función,
consiguen que cambie el plegamiento de la proteína y ésta se haga mucho más termoestable.

Otro factor que interviene en la termoestabilidad de las bacterias es la presencia de


proteínas especiales con dos actividades enzimáticas diferentes: la apertura y cierre de la
hélice de ácido desoxirribonucleico (ADN), impidiendo su desnaturalización.
Katherine
Los organismos termófilos (Bacteria y Archaea) pueden responder al estrés térmico
mediante diferentes mecanismos de adaptación: modificando la estructura de las
proteínas, las interacciones proteína-proteína y lípido-proteína, así como la estructura de
la membrana. Para el crecimiento de los microorganismos, las enzimas deben ser
intrínsecamente estables a elevadas temperaturas.
Las proteínas de los termófilos e hipertermófilos son especialmente estables, ya que
poseen un mayor número de puentes de hidrógeno entre sus aminoácidos, poseen menor
flexibilidad, un menor número de giros en su estructura, tienen una carga superficial
mayor y pocos aminoácidos termolábiles hacia el exterior, en comparación con sus
contrapartes mesófilas
en las proteínas una vez formados los enlaces peptídicos, las cadenas se estabilizan
mediante puentes de hidrógeno formados entre ellas, confiriéndoles estructura
tridimensional
La estabilidad de la mayoría de las proteínas hipertermófilas se lleva a cabo por
mecanismos intrínsecos. Esto es, la estructura normal de la proteína, con enlaces
intramoleculares débiles que le proporcionan integridad estructural, es complementada
con modificaciones que pueden ser específicas para la termoestabilidad. Las
modificaciones o reglas de diseño son:
1) reducción en la relación superficie volumen intramolecular de la proteína
(“compactación”), que depende del plegamiento y mejora la estabilidad, confiriendo una
forma más compacta a la proteína.
2) Formación de núcleos altamente apolares; un centro hidrofóbico ayuda a excluir el
agua de la región interna de la proteína, haciendo el centro más “pegajoso” y más
resistente al desdoblamiento.
3) Disminución del contenido de glicina, que evita el libre giro de la proteína, reduce su
flexibilidad y, junto con las interacciones iónicas, que forman una red sobre la superficie de
la molécula, ayuda a evitar el desdoblamiento.
4) Sustitución de aminoácidos para incrementar la hidrofobicidad interna y estabilizar los
tramos con conformación de hélice alfa.
5) Sustitución de aminoácidos sensibles a cambiar su estructura (cisteína); a
desaminarse (asparagina y ácido glutámico) y a sufrir daño oxidativo (metionina)

fluidez
Los termófilos se caracterizan a nivel de membrana porque poseen una proporción alta de
lípidos saturados de cadena larga, lo que hace que tenga la fluidez adecuada a altas
temperaturas.
La membrana citoplasmática de las células normalmente se encuentra en fase líquido–
cristalina, pero se han encontrado otras
fases, como las de gel y de transición, que dependen de factores
como la temperatura, composición de ácidos grasos y pH

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