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Ahora bien, el nivel sonoro puede variar en el tiempo, y por momentos ser más elevado y
por lo tanto implicar un mayor riesgo. Es posible promediar el nivel sonoro, obteniendo
una nueva magnitud, el nivel equivalente (LAeq) que reflejaría el potencial dañoso de un
ruido o una serie de ruidos fluctuantes en el tiempo.
Vemos así que a las velocidades urbanas típicas en general prevalecen el ruido de
rodadura y el del motor.
Para un vehículo individual, un aumento de la velocidad implica una menor duración del
tiempo de paso frente a un observador, por lo cual el nivel equivalente (nivel promedio)
parecería reducirse. Sin embargo, la energía sonora emitida aumenta más rápido con la
velocidad que lo que se reduce el tiempo de paso, por lo que a mayor velocidad, mayor
nivel equivalente.
Otra consideración es el refuerzo del sonido emitido por reflexión en las paredes y en el
pavimento. Este fenómeno se conoce como reverberación urbana y puede aumentar el
nivel sonoro en varios decibeles con respecto al que se tendría en un espacio
completamente abierto.
El ruido de rodadura también puede ser reducido evitando los empedrados irregulares,
baches, etc. Utilizar pavimentos más porosos permite reducir la emisión secundaria
causada por las reflexiones del sonido en la calzada. Se ha demostrado, por otra parte,
que utilizar superficies irregulares, recovas y diversos elementos de mobiliario urbano que
ayuden a desviar las reflexiones del sonido pueden redundar en una reducción de unos 2
ó 3 dB.
Las escuelas y otros establecimientos educativos suelen exhibir condiciones acústicas muy
deficientes. Dos elementos se combinan para ello. El primero es un.excesivo ruido de
fondo (el ruido de fondo es el ruido presente en un ambiente cuando se han suprimido los
sonidos correspondientes al uso normal del ambiente). El otro, la excesiva reverberación.
La reverberación surge cuando las superficies interiores de un recinto (en este caso un
aula) son muy reflectantes del sonido. En ese caso, el sonido originalmente emitido por
una fuente sonora se refleja múltiples veces, superponiéndose a los nuevos sonidos. Esto
implica que el nivel sonoro total se incrementa notablemente.
Las fuentes de ruido típicas en un aula son varias. En primer lugar, nuevamente, el ruido
proveniente de la circulación de vehículos, particularmente en las aulas que dan a la calle.
La falta de sistemas de ventilación apropiados hacen que en épocas calurosas deba
trabajarse con las ventanas abiertas, reduciendo enormemente la atenuación.
Luego tenemos las actividades dentro de la propia escuela que acontecen fuera del aula
en cuestión, por ejemplo el ruido de los pasillos, incluyendo el derivado del movimiento
de personas o sus conversaciones, los sonidos provenientes de otras aulas o de otras
actividades curriculares (por ejemplo, educación física o musical), las actividades de
limpieza o mantenimiento.
Finalmente, las actividades que tienen lugar en la propia aula, accesorias a la transmisión
de información docente-alumno: el movimiento de los alumnos o sus comentarios, risas o
conversaciones aunque sean a media voz, el ruido de los útiles, papeles, etc., de objetos
que caen al suelo, de ventiladores ruidosos, de iluminación, etc. Todos estos ruidos
implican varias consecuencias que afectan directamente a la salud y la calidad del servicio
prestado.
Está comprobado tanto en forma directa como indirecta que a mayores niveles mayor
consumo de bebidas y alimentos. La vía indirecta consiste en medir los niveles de
adrenalina, hormonas biológicamente segregadas en situaciones de peligro para preparar
el organismo para la defensa o la agresión. Las mismas generan mayor consumo
energético y mayor evaporación de líquidos, tanto por estimular el movimiento como por
poner los músculos en tensión.
A esto se agrega el efecto adictivo que producen dichos estímulos hormonales, que
inducen al individuo a repetir y profundizar la experiencia.
Los altos niveles sonoros se conjugan con deficiencias en los recursos de aislamiento y
control de ruido de los locales en los que se desarrollan estas actividades, muchas veces
por ser el resultado del reciclaje de locales originalmente destinados a otros usos. Un
reacondicionamiento apropiado para el nuevo uso implica un costo demasiado alto con
respecto al que los empresarios están dispuestos a asumir.
Existen numerosas fuentes de ruido asociadas con servicios auxiliares de los edificios. Por
ejemplo las instalaciones de aire acondicionado o ventilación, los grupos electrógenos, los
ascensores y elevadores, las instalaciones sanitarias, equipos de bombeo, etc., son todas
fuentes potenciales de contaminación acústica tanto dentro de un edificio o vivienda
como desde éste hacia el exterior. En muchos casos, para abaratar costos, o simplemente
por desconocimiento, desidia o negligencia, se omiten los recursos de control de ruido
que existen para estos casos.
En muchos casos esto causa ulteriores conflictos con los vecinos u otros usuarios, cuya
solución ulterior suele ser más costosa que si se hubiera tenido en cuenta desde un
principio el problema acústico.
Efectos adversos del ruido sobre la salud
El ruido interfiere en la comunicación oral. La mayor parte de energía acústica del habla
está en la banda de frecuencia de 100 a 6 000 Hz y la señal más constante es de 300 a 3
000 Hz. La interferencia en el habla es básicamente un proceso de enmascaramiento, en el
cual el ruido simultáneo impide la comprensión. El ruido ambiental también puede
enmascarar otras señales acústicas importantes para la vida cotidiana, tales como el
timbre de la puerta o del teléfono, la alarma de los relojes despertadores o contra
incendios, otras señales de advertencia y la música.
La dificultad para entender la conversación cotidiana está influenciada por el nivel del
habla, la pronunciación, la distancia entre el hablante y el oyente, las características del
ruido circundante, la agudeza auditiva y el nivel de atención. En interiores, la
comunicación se ve afectada por las características de reverberación de la habitación. El
tiempo de reverberación de más de un 1 segundo produce una pérdida en la
discriminación del habla y hace que la percepción sea más difícil. Para que los oyentes con
audición normal entiendan una oración completa, la relación de la señal en relación con el
ruido (es decir, la diferencia entre el nivel del habla y el nivel del ruido que interfiere) debe
ser al menos 15 dB(A). Debido a que el nivel de presión sonora de la comunicación normal
es de aproximadamente 50 dB(A), el ruido con niveles de 35 dB(A) o más interfiere en la
comunicación oral en habitaciones más pequeñas. Para grupos vulnerables se requiere
niveles de fondo menores y se recomienda un tiempo de reverberación por debajo de 0,6
segundos para una adecuada comprensión del habla, incluso en un ambiente tranquilo.
Efectos sobre el sueño. El ruido ambiental produce trastornos del sueño importantes.
Puede causar efectos primarios durante el sueño y efectos secundarios que se pueden
observar al día siguiente. El sueño ininterrumpido es un prerrequisito para el buen
funcionamiento fisiológico y mental. Los efectos primarios del trastorno del sueño son
dificultad para conciliar el sueño, interrupción del sueño, alteración en la profundidad del
sueño, cambios en la presión arterial y en la frecuencia cardíaca, incremento del pulso,
vasoconstricción, variación en la respiración, arritmia cardíaca y mayores movimientos
corporales. La diferencia entre los niveles de sonido de un ruido y los niveles de sonido de
fondo, en lugar del nivel de ruido absoluto, puede determinar la probabilidad de reacción.
La probabilidad de ser despertado aumenta con el número de eventos de ruido por noche.
Los efectos secundarios o posteriores en la mañana o día(s) siguiente(s) son percepción de
menor calidad del sueño, fatiga, depresión y reducción del rendimiento.
Efectos sobre las funciones fisiológicas. La exposición al ruido puede tener un impacto
permanente sobre las funciones fisiológicas de los trabajadores y personas que viven
cerca de aeropuertos, industrias y calles ruidosas. Después de una exposición prolongada,
los individuos susceptibles pueden desarrollar efectos permanentes, como hipertensión y
cardiopatía asociadas con la exposición a altos niveles de sonido. La magnitud y duración
de los efectos se determinan en parte por las características individuales, estilo de vida y
condiciones ambientales. Los sonidos también provocan respuestas reflejo, en particular
cuando son poco familiares y aparecen súbitamente.
Efectos sociales y sobre la conducta. La molestia del ruido. El ruido puede producir varios
efectos sociales y conductuales, así como molestia. Esos efectos a menudo son complejos,
sutiles e indirectos y son resultado de la interacción de diversas variables no auditivas. El
efecto del ruido urbano sobre la molestia se puede evaluar con cuestionarios o estudios
del trastorno de actividades específicas. Sin embargo, se debe reconocer que niveles
similares de ruido de tránsito o de la industria causan diferentes grados de molestia. Esto
se debe a que la molestia en las personas varía no sólo con las características del ruido,
incluida la fuente del ruido, sino que depende en gran medida de muchos factores no
acústicos de naturaleza social, psicológica o económica. La correlación entre la exposición
al ruido y la molestia general es mucho mayor en un grupo que en un individuo. El ruido
por encima de 80 dB(A) también puede reducir la actitud cooperativa y aumentar la
actitud agresiva. Asimismo, se cree que la exposición continua a ruidos de alto nivel puede
incrementar la susceptibilidad de los escolares a sentimientos de desamparo.
Efectos combinados del ruido de fuentes mixtas sobre la salud. Muchos ambientes
acústicos constan de sonidos provenientes de más de una fuente; es decir, existen fuentes
mixtas y es común la combinación de efectos. Por ejemplo, el ruido puede interferir la
comunicación oral durante el día y perturbar el sueño durante la noche. Estas condiciones
se aplican sin duda a zonas residenciales con alta contaminación por el ruido. Por
consiguiente, es importante considerar todos los efectos del ruido sobre la salud durante
las 24 horas y aplicar el principio preventivo para el desarrollo sostenible.
ambientes con fuentes múltiples de ruido o que puedan amplificar los efectos del
ruido.
grupos de alto riesgo, como los niños y personas con deficiencia auditiva.
4. Introducir sistemas de vigilancia para los efectos adversos sobre la salud relacionados.
6. Adoptar estas Guías para el ruido urbano como metas intermediarias para mejorar la
salud humana.
Instrumentos Legales
Ordenanza N° 3590/98: Referente a locales bailables con/sin servicio de bar. Resol. 0860/98.