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Meneses, Gerardo. (2015). Metapedagogía. La pedagogía enre laberintos & columpios. México. Lucerna
Diogenis.
Las consecuencias de vivir bajo el signo de la violencia […] la destrucción. 9
Si se requiere una reforma educativa ésta es impulsada a partir de los intereses particulares de
aquellos que un día estuvieron encargados de sembrar los vicios que ahora pretenden erradicar sin
tomar en cuenta, ni por equivocación, lo formativo (Héctor A. Ortega, en el prólogo).13
Nuestra era no es de sueños sino de muerte. La existencia es un columpio que oscila entre la alegría
y la caída, entre el cielo y las tinieblas. 18
Pedagogía es también una práctica social y un campo de discursos y saberes; tiene una historia, hace
historia; proyecta, forma, se interesa en la formación; imagina, crea, aplica, deconstruye, propone,
cuestiona siempre.
La pedagogía nació ligada al engaño, pues son los sofistas, unos que usaban la palabra para
embaucar […] hicieron de la política un saber político. 24
La pedagogía tradicional o antigua es la que surgió en Grecia. La reciente, es la que surge a partir de
Juan Amos Comenio. ¿?
Comenio, padre de la pedagogía moderna es desterrado y pierde a su esposa encinta, a la que
asesinan los hombres del poder. 24
Parecería inaceptable la propuesta de Rousseau de educar con sensibilidad a un niño. 24
Puedo afirmar que la pedagogía tiene un objeto de estudio que le ha dado identidad: la formación.
Resulta que ésta es la manera en que las personas se apropian críticamente de la historia y la cultura,
como decía Adorno, que es la manera en que leen la realidad, la comprenden, actúan en ella buscan
transformarla inteligente, sensiblemente, cultivando su ser. 26
La palabra formación es incluyente de lo emocional, lo racional, lo corporal, es decir, de lo humano.
Formación es una consciencia que se pliega y repliega para alcanzar a desplegarse […] el filósofo
Hegel decía que es el paso de la conciencia en sí a la conciencia para sí. Y con ello, afirmaba que a
través del trabajo, el lenguaje y la interacción, nos formamos: devenimos una conciencia de
humanidad. Formación crea lenguaje, rompe ataduras y se encamina hacia la conciencia de la historia.
26
Meurieu sostiene que la Formación apuesta por la autonomía, la autoconciencia, la creación y el
cuidado de sí mismo, en innegable consideración de alteridad (en Frankenstein educador). 133
Si la formación se interesa en la constitución del sujeto, tiene que replantear la manera de ver a ese
sujeto, reconocer ya no sólo su conciencia como en la idea primigenia, sino también otras aristas del
mismo, tales como su psiquismo (la subjetividad).84
Rousseau, Pestalozzi, Hegel, incluso Nietzsche joven, parecían gritarlo con entereza: son las
interacciones, las relaciones con la otredad, las que nos hacen ser, las que nos constituyen, las que
nos forman. 97
Toda relación que deja marcas en nosotros: la familia, el Estado, los adultos todos, las instituciones,
el mundo cultural y la época misma, deslizan su impronta en nuestra vida, esto es, nos forman, de
alguna manera. 97
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Bildung es formación, sí; pero no cualquier formación […] en la que se enreda todo lo referido a lo
humano, que acentúa las relaciones de la humanidad con la cultura […] y remite a la constitución del
mundo interno y exterior de los sujetos. 82
A través de un proceso infinito de formación (Bildung) y de autoconstrucción. 125
Herder leyó al Emilio e hizo brotar la Bildung que con Hegel y otros muchos, alcanzaría altos vuelos.
123
Formación no es cualquier cosa, es la más importante construcción de los siglos XVIII Y XIX.
Concepción para administrar el humanismo y sus implicaciones políticas (producir un tipo de hombre)
y, al mismo tiempo, gestar una gigantesca pregunta epistémica: ¿por qué somos como somos? 82
Se dice que la formación le otorgó sentido a la pedagogía. 79
La historia, los problemas epistémicos, las cuestiones metodológicas, la reflexión deontológica, la
construcción de conocimientos y la autoconciencia, esto es la formación. 81
La pedagogía no es sinónimo de educación […] educación y formación no son sinónimos, la última es
más amplia. 62, 63
Esta se refiere a lo que somos, cómo hemos sido construidos, constituidos, a qué podemos llegar a
ser, a nuestro por-venir […] como una obligación de cada uno consigo mismo. 26
Ya en 1911, David Emile Durkheim afirmaba que la encargada de las cuestiones teóricas de la
educación era una disciplina que aspiraba, sin conseguirlo, a ser considerada científica: la pedagogía.
31
La etimología de la palabra, investigar significa seguir vestigios, pero en las perspectivas
constructivistas es proyectada como construcción de conocimientos. Al construir conocimiento también
se construyen y transforman la realidad, el sujeto y la experiencia. 52
Lo metodológico se centra o en la reflexión de los problemas, qué caminos habrán de construirse, el
cómo se investigará, la intencionalidad del investigador, los dispositivos a su alcance para apropiarse
del problema, etc. 52 (no citar). Establecer rupturas con lo dado; someter a crítica lo que se dice de
los hechos. 55
Insiste Bourdieu, un objeto de investigación por más parcial o parcelario que sea, no puede ser definido
o construido sino en función de una problemática teórica que permita someter a un sistemático examen
todos los aspecto de la realidad puestos a relacione por los problemas que le son planteados. 55
Se avanza en la construcción de un objeto cuando se tienen argumentos para responder: ¿por qué es
un problema?, ¿con qué guarda relaciones profundas?, ¿cuál ha sido su devenir?, ¿en qué situación
se encuentra?, ¿qué debates ocasiona? 56
Durkheim en 1911 “llega a decir que la educación es una práctica social siempre presente, mientras
que la pedagogía es intermitente y sólo aparece ahí donde se hace necesaria” 61
“Aparecen los rasgos oscuros de un siglo que inventó las cámaras de gas y la guerra total, el genocidio
bajo mandato del Estado y los capos de exterminio, el lavado de cerebro, el sistema de la seguridad
del Estado y la vigilancia panóptica de pueblos enteros. Este siglo produjo sin duda más víctimas, más
soldados caídos, más ciudadanos asesinados, más civiles ejecutados y minorías expulsadas, más
personas torturadas, violadas, hambrientas y congeladas, más prisioneros políticos y fugitivos de lo
3

que nunca nadie habría imaginado. La violencia y la barbarie determinan el signo de la época”.
(Habermas) 75 En “nuestro breve siglo”, en Nexos virtual 1988
Los griegos de la antigüedad empleaban la palabra Paidea para referirse a la formación, orientada al
desarrollo de la virtud o areté, perfilada idealmente como techné o un mirara para la creación de lo
políticamente deseable desde el imperativo de la ética. 78 (Jaeger, Paidea).
Michel Foucault gesta la idea de subjetivación como lectura ética y estética de la relación del sujeto
consigo mismo y el orden histórico, invitándonos a descubrir los límites de la Formación, derivados de
sus presupuestos epistémicos 83
Además de la interacción, la formación acontece por mediación del lenguaje y el trabajo. 97
Somos como somos por: la formación que recibimos, por la subjetividad y por la subjetivación. Ag
Schopenhauer explicaba que más allá de la razón, el cuerpo habla, y despejaba al sujeto como ese
sub-jectum, es decir, lo que subyace. 97
La propuesta de Foucault sobre la subjetivación, según la cual la articulación del poder, el saber y
deseo perfilan los modos de sujetación y los de inquietud de sí, estos delinean la subjetividad y su
relación con las normas y los dispositivos de saber-poder. 99
En Foucault se proyecta un pensamiento genealógico y ético que invita a la insurrección frente a los
dispositivos (como el de la sexualidad), artefactos epistémicos del biopoder, cuyo propósito es
administrar la vida y la muerte. La subjetivación implica un trabajo del sujeto consigo mismo, en una
suerte de hermenéutica de sí, en la que el enfrentamiento con la verdad exige una transformación
radical de lo que somos. 99
Más que hombres somos sujetos sujetados. Vivimos procesos de sujetación, frente a los que no
tenemos margen de acción. 105 Si nos concebimos de esta manera significa que ¿no hay posibilidad
de cambio?, ¿qué otros deciden nuestro destino de manera irremediable?, ¿dónde queda el libre
albedrío y la voluntad creadora que nos permita reconstituirnos desde la conciencia y el cuidado de
sí? AG
Pierre Bourdieu en su obra La reproducción afirma que no hay pedagogía liberadora. Cfr Paulo Freire.
Formación implicó la cuestión de cómo se constituyen los sujetos, en los felices tiempos de la filosofía
clásica alemana, que abrazo al progreso con fuerza y no estimó que éste tendría debilidades y costos
muy altos por pagar. 107
La subjetividad involucra tanto a la subjetivación como a la constitución subjetiva. 105
La constitución subjetiva (perspectiva psicoanalítica) y la subjetivación (la perspectiva foucaultiana).
107
La llegada del psicoanálisis, esa invención freudiana que transformo a la subjetividad en el problema
del mundo interior del sujeto, en la cuestión de su constitución psíquica, en el descubrimiento de que
ahí operan procesos que se encuentran más allá de la conciencia, ligados al deseo y los interdictos, a
la ida anímica y las huellas mnémicas, a la infancia, la sexualidad, la familia, la moral, la cultura, los
deseos reprimidos, a lo prohibido. 98
Los registros de lo real, lo imaginario y lo simbólicos son constitutivos de nuestra subjetividad, de la
complejidad de nuestros deseos. 98
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Alice Miller sostiene que “son los adultos quienes requieren de la pedagogía y no los niños, pues son
las heridas de su infancia las que los hacer actual en forma envenenada y cruel. 108
Ver Miller, A. Por tu propio bien. Raíces de la violencia en la educación del niño.
Phillipe Ariès recorre también la genealogía.
Kant hablará de las obligaciones consigo mismo, Hegel también pero involucrará a la conciencia, como
posibilidad para sí; Freud incorporará el deseo y el psiquismo, y Foucault mirará al poder y a la
subjetivación como inquietud de sí. 112
La palabra violencia aparece a principios del siglo XIII; deriva del latin vis, que significa fuerza, rigor, y
caracteriza al ser humano de carácter iracundo y brutal. 158
Ver: una historia de la violencia. Del final de la edad media a la actualidad. Muchembled, R.
Semelin afirma que “no existe ninguna teoría capaz de explicar todas las formas de violencia. Ella tiene
numerosas caras, fruto de procesos distintos. No podemos explicar con los mismos conceptos la
violencia del criminal, la de una masa en delirio y/o la de una agresión militar”. 159
La actitud frente a la muerte, explica Freud, se mueve hacia una visión mágico-infantil primaria: mueren
los otros, yo no puedo morir. Freud es contundente, tenemos que aprender de la muerte. 165
Infancia, vida y muerte. ¿No son acaso los temas de la pedagogía? Infancia y vida, sin duda. La muerte
quizá es de esa suerte de situaciones que se abandonan a una metapedagogía aun en proyecto. 176
Tarea irrealizable sin la hermenéutica, la genealogía y las tensiones a que nos obliga el psicoanálisis
cuando pregunta cosas al hacer pedagógico. 182
Como dice Alfonso guzmán: vivimos en una época de cadáveres […] aquellos que esperan en el
infierno una eternidad más amable. 183

Freire, Paulo. 1971. Pedagogía del oprimido. Uruguay. Tierra nueva.


Él no es cosa que se rescata sino sujeto que se debe auto-configurar responsablemente. 9
La concientización no sólo es conocimiento o reconocimiento, sino opción, decisión, compromiso. 11
Nadie libera a nadie, ni nadie se libera solo. Los hombres se liberan en comunión. 35
En el trágico descubrimiento de su poco saber de sí, hacen de sí mismos un problema. 37
Los opresores, falsamente generosos, tienen necesidad de que la situación de una justicia
permanezca a fin de que su “generosidad” continúe teniendo la posibilidad der realizarse. El “orden”
social injusto es la fuente generadora, permanente, de esta “generosidad” que se nutre de la muerte,
del desaliento y de la miseria. 39
Los oprimidos asumen una postura que llamamos “adherencia al opresor” (¿Síndrome de Estocolmo?)
41
Liberarse […] sólo es posible hacerlo a través de la praxis autentica, que no es ni activismo ni
verbalismo sino acción y reflexión. 49
5

Quienes instauran el terror no son los débiles, no son aquellos que a él se encuentran sometidos sino
los violentos quienes con su poder, crean la situación concreta en la que se generan los dimitidos de
la vida, los desharrapados del mundo […] sin embargo, para los opresores, en la hipocresía de su falsa
generosidad […] son siempre ellos los violentos, los bárbaros, los malvados, los feroces, cuando
reaccionan contra la violencia de los opresores. 55
Convertir a un hombre en cosa, algo animado en algo inanimado, ya que mediante el control completo
y absoluto el vivir pierde una cualidad esencial de la vida: la libertad. 60

Fullat, Octavi. (2014). Las finalidades educativas en tiempo de crisis. México. ISCEEM.
Lo que me espanta es el método que propone Aristóteles para alcanzar la dicha. Asegura que la
política […] es la ciencia de la felicidad. 90
La ética en manos de la política constituye un asesinato. 90
Sócrates tuvo que pagar con la propia vida la osadía de querer educar según Lo Bueno ante la propia
conciencia. 103
Galileo […] a partir de él, la ciencia será un tipo de saber íntimamente relacionado con la prueba […]
verificación. 95
Galileo, a pesar de la abjuración a que se le forzó en 1633 […] no se limitó a ser un hombre de ciencia,
sino que quiso ser además un ciudadano que luchaba en pro de la verdad […] Giordano Bruno (1548-
1600) pagó con la hoguera su constancia; Galileo Galilei capituló cuando ya alcanzaba los setenta
años. La inquisición no era una broma. Ética contra política y política contra ética. 95
De la mano de Karel Kosik llegaremos a Jan Patocka. Actualmente Karel está perseguido, anulado,
con la boca rota, en medio de una Checoslovaquia comunista. 101
El filósofo marxista checo Karel Kosik escribió a Sartre: he sido reducido a la nda en el terreno de los
derechos elementales del hombre… no puedo enseñar filosofía en la Universidad… Todas mis
publicaciones han sido prohibidas en Checoslovaquia y excluidas de las bibliotecas. 106
Por suerte nuestra, sin embargo, siempre aparecerán Sócrates -disidentes o protestatarios- dispuestos
a jugarse la vida para que la educación no prescinda de la ética. 105
Derecha e izquierda han violado los derechos del pobre hombre. Se han burlado de la moral. Como
siempre. Sin novedad. Unos los pisotean en nombre de los valores eternos y los otros en base a que
llegue un día en el cual ya no sea posible violarlos jamás. 106
Sócrates atacó al sofista Protágoras, echándole en cara […] ¿cómo va a educar el que no tiene sin un
saber subjetivo? 135
El educando (como todo hombre) viven en un mundo precientífico que es el absoluto de su experiencia
originaria […] mundo de percepciones que ofrecen la realidad aunque en una multiplicada posible de
sentidos […] experiencia de la que no debemos hacer mofa desde el saber científico. 137
La educación no debe colocarse sectariamente al servicio de la producción; el hombre es mucho más
que un animal productor. 139
6

Los papagayos de la pedagogía, aquellos que sólo van publicando las sagradas modas del momento.
142
El telón de fondo último del Dasein es la temporalidad (sólo en ella proyectamos). La angustia (Angst)
hace que vivamos auténticamente la temporalidad. 148
Si tan corriente es morir ¿por qué no tenerlo muy presente al educar? 231
¿Qué tipo de educación es la que esquiva el fallecimiento? Es una educación inhumana, falsa,
mentirosa. Las escuelas hablan de la muerte de las civilizaciones; interesante. Pero, es mucho más
educativo enfrentarse con el óbito de cada quien. Esto nos personaliza. Nuestra muerte en la
civilización es impersonal y de hecho, no nos concierne. 231
La muerte no la podemos delegar. Aquí radica nuestra fundamental singularidad. No puede
desperdiciarse en educación. 231
Las escuelas analizan la lucha de clases, la producción artística, la evolución de las especies...;
pierden de vista, en cambio, a cada educando en aquello que es más irrenunciable: su personal
aspiración. 231
Las escuelas prescinden de la muerte: son falsas. 236
La muerte se ha convertido en así en producto comercial, en una mercancía más. 236
La antropología filosófica (concepción no científica acerca del hombre) anda siempre de la mano con
la tanatología (concepción en torno a la muerte). 236
En África, el deceso posee más importancia social que biológica; entre nosotros sucede al revés. 237
El siglo XX se ha apoderado ya de tres muertes (con el suicidio resulta más difícil); son estas, como
decía: el aborto, lo pena capital y la eutanasia. Ni la muerte nos pertenece. Los políticos la legislan.
237
Las muertes violentas que nos muerden las entrañas estos tiempos (ciudadanos liquidados por
terroristas, sujetos eliminados por policías. 238
Tanatocracia de todos los tiempos. AG
Parece mentira que los pedagogos la hayan esquivado. ¡Qué indecencia! 241
¿Por qué privar a los hijos, y a los educandos en general, del conocimiento del fallecer cuando éste
promete tanta riqueza interior además de constituir un dato? 243
Menos magia en torno a la muerte y mayor sencillez. Los educandos tienen derecho a la angustia (por
ser ésta parte de nuestro lote) y derecho de expresarla […] por ser hombre tenemos sexo y nos
morimos; hacer vivir lo uno y lo otro adecuadamente constituye faena educadora. 243
La educación tanatológica, como sucede en la educación sexual, requiere […] planificación y
metodología. 243
7

Nietzsche, Friedrich. (2016). La genealogía de la moral. Un escrito polémico. Alianza editorial.


España.
Hace falta recurrir a la genealogía y, más en concreto, a la etimología. ¿Qué significan las palabras, y
cuál es la historia de su metamorfosis intelectual? (Andrés Sánchez Pascual, Introducción). 13
Hoy, más que seducir, aleja. 55
Lo que yo he llamado pedagogía de la pérdida significativa. Andrei García
Las épocas de mayor maldad del género humano. 97
He querido decir que también la parcial inutilización, la atrofia y la degeneración, la pérdida de sentido
y conveniencia, en una palabra, la muerte, pertenece a las condiciones del verdadero progressus: el
cual aparece siempre en forma de una voluntad y de un camino hacia un poder más grande, y se
impone siempre a costa de innumerables poderes más pequeños. 113
El concepto de Pedagogía de la pérdida no presenta ya de hecho un sentido único, sino toda una
síntesis de sentidos. 115 adaptado por ag
¡En el hombre hay tantas cosas horribles!… ¡La tierra ha sido ya durante mucho tiempo una casa de
locos! 135
Son épocas de cansancio, a menudo de crepúsculo, de decadencia, la fuerza desbordante, la certeza
vital, la certeza de futuro ha desaparecido. 222
El hombre se ha convertido en un animal, animal sin metáforas, restricciones ni reservas. 223
Un vacío inmenso rodea al hombre, este no sabe justificarse, explicarse, afirmarse a sí mismo, sufre
del problema de sentido. 232

Salas, María Cecilia, et al. 2008. Del saber de la genealogía a la moral del poder. De Nietzsche a
Foucault (y viceversa). Colombia.
Nietzsche era afecto a la psicología, pero a una psicología entendida de un modo distintos al que
nosotros entendemos este hacer: no era la terapia sino la indagación sobre las fuerzas pulsionales del
hombre lo que le interesaba. 13
Ensayo: de las palabras verdaderas a la verdad de las palabras. Manuel Bernardo Rojas López.
Pensar el lenguaje, las palabras, para saber por qué pensamos lo que pensamos. 33
En las palabras y las cosas (1966) cuando interesado en la forma en que se configuran los saberes,
la noción de episteme marcará la pauta de análisis. 41
El trabajo genealógico es un trabajo sobre el poder. 43
En Las palabras y las cosas, Foucault afirma: “el poder es ante todo un campo de relaciones y no el
ejercicio vertical de unos cuantos sobre otros […] depende incluso de sus manifestaciones capilares
(la escuela, el hospital, el hospital psiquiátrico, la prisión). 44
8

Si algo caracteriza el pensamiento de Foucault en esta etapa genealógica es la indagación por las
formas que el poder, ese campo relacional, determina la construcción de las corporalidades, tanto
individuales como colectivas. 45
La vigilancia, la punición, la normalización son procesos que recaen sobre el cuerpo mismo; son
procesos que afectan las condiciones de sensibilidad -tanto individual como colectiva de la época-. 46
Foucault cuando llega, ya en los últimos años de su vida, a indagar en la Hermenéutica del sujeto;
particular forma de abordar el asunto, porque no se trata de la hermenéutica filosófica, entendida como
interpretación de hechos o fenómenos conceptuales, sino de indagar por la forma en que se construye
el secreto del sujeto, la imagen de un sujeto con un interior y sobre todo, como la construcción de si
es fruto de una técnica y que por tanto, el conocimiento de sí (epimeleia heautou) no es tanto una
conciencia, cuanto un trabajo sobre uno mismo, una serie de procedimientos técnicos que implican un
deber constante en donde el sujeto se produce. 46
Ensayo: Deferencia con la diferencia. María Cecilia Salas Guerra.
Deleuze afirma en su texto Nietzsche y la filosofía: “según Nietzsche, lo trágico nunca ha sido
comprendido: trágico=alegre. Otro modo de plantear la ecuación: querer=crear […] lo trágico es la
afirmación porque afirma el devenir, y por el devenir, el ser; porque afirma lo múltiple, y por lo múltiple
lo uno. 55
Ensayo: Re-sentidos: resentimiento e interpretación. Juan Pablo Posada Garcés.
Nietzsche es sin duda el primer y gran deconstructor de la cultura occidental: ¿qué significa deconstruir
una cultura? Significa demostrar que nuestra realidad no es una realidad en sí, que no es natural, sino
que ha sido forjada a lo largo de la historia y a medida que ciertos poderes, ciertos poderes que valoran,
ciertas fuerzas, han dejado un rastro y han superpuesto un estrato lingüístico, el cual es ya, y de hecho,
una interpretación. 116
Ensayo Foucault o la transformación por el propio conocimiento.
Para Foucault, un problema en nuestra época es justamente la gran expansión y la importancia
creciente de los dispositivos de normalización. 210
La Pérdida Significativa devasta. AG
Es la Pérdida Significativa preocupación del pedagogo, de la pedagogía? AG

Foucault, Michel. (2015). Genealogía del racismo. Argentina. Caronte ensayos.


Introducción. Por Tomás Abraham.
El colonizado o nativo, el loco, el criminal, el degenerado, el perverso, el judío. Aparecen como los
nuevos enemigos de la sociedad. 10
Foucault recuerda que la figura de la muerte sufre desde el siglo pasado una descalificación simbólica
progresiva. Se diluyen y desaparecen sus antiguos ceremoniales, sus manifestaciones de esplendor,
su espectacularidad macabra. Lo que interesa a la burguesía triunfante es la vida de la especie, su
multiplicación, los avatares de la masa viviente, la seguridad de los conjuntos y la fortaleza de sus
descendientes. Pero no por eso desaparece la función de la muerte en las sociedades modernas. Su
9

nueva figura se reelaborara sobre las bases de una sociedad centrada sobre los mecanismos del
biopoder. 10
Su proyecto es genealógico, reconstruye la memoria de las luchas. 11
Foucault
Llamamos pues genealogía al acoplamiento de los conocimientos eruditos y de las memorias locales:
el acoplamiento que permite la constitución de un saber histórico de las luchas y la utilización de este
saber en las tácticas actuales. 18
Se trata en realidad de hacer entrar en juego saberes locales, discontinuos, descalificados, no
legitimados, contra la instancia teórica unitaria que pretendería filtrarlos, jerarquizarlos, ordenarlos en
nombre de un conocimiento verdadero y de los derechos de una ciencia que sería poseída por alguien
[…] las genealogías son precisamente anti-ciencias […] se trata en cambio de la insurrección de los
saberes […] la genealogía debe conducir la lucha justamente contra los efectos de poder de un
discurso considerado científico. 19 Cfr Epistemología del sur.
El poder es, y debe ser analizado, como algo que circula y funciona -por así decirlo- en cadena. 31
Es decir, no se trata de concebir el poder como algo que doblega a los individuos y los despedaza. De
hecho, lo que hace que un cuerpo (junto con sus gestos, discursos y deseos) sea identificado como
individuo, es ya uno de los primeros efectos del poder. El individuo no es el vis-a-vis (enfrentado) del
poder. El individuo es un efecto del poder y al mismo tiempo, o justamente en la medida en que es un
efecto suyo, es el elemento de composición de poder. El poder pasa a través del individuo que ha
constituido. 32
La burguesía llegó a ser, a partir del fin del siglo XVI-XVII la clase dominante. 33
Se puede demostrar fácilmente que, siendo el loco el que es inútil para la producción industrial,
debemos desembarazarnos de él […] el cuerpo humano, a partir de los siglos XVII-XVIII, se hizo
esencialmente fuerza productiva. 33
Más que de conquista y de esclavización de una raza por parte de otra, se habla de pronto de
diferencias étnicas y de lengua; de diferencias de fuerza, vigor, energía y violencia; de diferencias de
ferocidad y de barbarie. 55
La función de la historia será entonces la de mostrar que las leyes engañan, que los reyes se
enmascaran, que el poder ilusiona y que los historiadores mienten. Por consiguiente, no tenemos que
vérnoslas con una historia de las continuidades, sino con una historia del desciframiento, de la
revelación del secreto, de la reversión del engaño, dela reapropiación de un saber sustraído y oculto,
de la irrupción de una verdad sigilosamente guardada. 55
Lo que quieren conjurar, además, es el otro aspecto del salvaje, ese hombre de naturaleza que
representa el elemento ideal inventado por los economistas, ese hombre sin historia y sin pasado,
movido sólo por su interés y que cambia el producto de su trabajo por otro producto. 159
Ya en el pensamiento jurídico del siglo XVIII, ya en el pensamiento antropológico de los siglos XIX y
XX, el salvaje será esencialmente el hombre del intercambio: el que intercambia derechos o el que
intercambia bienes. En tanto intercambia derechos, funda la sociedad y la soberanía. En tanto
intercambia bienes, forma un cuerpo social y un cuerpo económico. 159
10

El bárbaro es alguien que sólo puede ser comprendido, caracterizado y definido en relación con una
civilización, con la cual se encuentra en una situación de exterioridad. No hay bárbaro si no existe en
alguna parte un elemento de civilización contra el cual se enfrenta: elemento despreciado por él, pero
codiciado; respecto del cual, de todos modos, se encuentra en una relación de hostilidad y de guerra
permanente. No hay bárbaro sin una civilización que él trata de destruir y de la cual quiere apropiarse.
El bárbaro es siempre el hombre que merodea en las fronteras de los Estado, es el que se echa contra
los muros de las ciudades. 160
El bárbaro no entra en la historia fundado sociedades: entra más bien penetrando, incendiando y
destruyendo una civilización. 160
No hay bárbaro sin una historia anterior, que es la de la civilización que incendiará. Por otra parte, el
bárbaro no es, como el salvaje, vector de intercambio. El bárbaro es vector de algo totalmente
diferente: es vector de dominación. 160
Esto significa que su relación de propiedad es siempre secundaria: solamente se adueña de una
propiedad preexistente; pone a los otros a su servicio; hace cultivar la tierra, hace custodiar sus propios
caballos, hace preparar sus propias armas. Asimismo, su libertad siempre se apoya en la libertad
perdida de los otros. En la relación que mantiene con el poder, a diferencia del salvaje, el bárbaro
nunca cede su libertad. 160
El bárbaro instaura un poder como multiplicador de la propia fuerza individual. 160
El bárbaro […] no puede sino ser malvado […] es el hombre del saqueo y del incendio […] en el bárbaro
el alma es grande, noble y altiva, pero siempre está asociada con la astucia y con la crueldad. 161
Otro campo de intervención de la biopolítica está formado por todo un conjunto de fenómenos, algunos
universales y otros accidentales, pero estos últimos no son sin embargo fácilmente eliminables. Son
esos fenómenos que comportan consecuencias análogas en el plano de la inhabilitación, de la
exclusión de los individuos, de su neutralización. 197
Llegado a la vejez, se ve expulsado al campo de los incapaces y de los inactivos. 197
La biopolítica trabaja con la población. Más precisamente: con la población como problema biológico
y como problema de poder. 198
La biopolítica es la exclusión del sujeto a partir de su biología: la jubilación, la muerte social, la
inhabilitación, la vejez, la locura, la incapacidad; la enfermedad crónica, degenerativa, progresiva y
mortal. AG
Todos saben que la gran ritualización pública de la muerte desapareció, o en todo caso se fue
cancelando, desde fines del siglo XVIII. A tal punto se canceló que hoy la muerte (al revés de lo que
sucedía antes) ha llegado a ser algo que se esconde, la cosa más privada y vergonzosa, dejando así
de ser una de las ceremonias fulgurantes donde participaba, aparte de la familia y el grupo, casi toda
la sociedad. En forma extrema se podría creer que hoy la muerte es más objeto de tabú que el sexo.
Sin embargo, creo que la razón de que la muerte sea ocultada no depende de un desplazamiento de
la angustia o de una modificación de los mecanismos progresivos, sino de una transformación de las
tecnologías de poder. Lo que antes, por lo menos hasta fines del siglo XVIII, daba a la muerte su fulgor,
y lo que imponía su alta ritualización, era el hecho de que se trataba de la manifestación de un pasaje
de un poder a otro. Del poder del soberano terrestre al poder del soberano celeste, de una instancia
de juicio a otra, de un derecho civil, publico, de vida y muerte, a un derecho que era de vida eterna o
11

de eterna condena. Pero también era una transmisión del poder del moribundo, de un poder que se
transmitía a los que lo sobrevivían: últimas palabras, últimas recomendaciones, voluntades legítimas,
testamentos. 200
La ritualización pública de la muerte desapareció en el siglo XVIII, con la consolidación del capitalismo.
Se volvió muerte política, lo que implicó expulsar, excluir el rito.
El Estado nación surgió en 1648, lo cual coincide con la mercantilización.

Izuzquiza, Ignacio. (2003). Filosofía del presente. Una teoría de nuestro tiempo. España. Alianza.
El presente […] ejerce una serie de acciones que toman la forma de huellas y resonancias. 18
El presente es un mundo abierto a la muerte y, sobre todo, al olvido […] el mundo del sentimiento está
lleno de esfuerzos por combatir la muerte y el olvido; muchas de las grandes manifestaciones
culturales y políticas tienen su origen en esta lucha. 23
En mi opinión hay dos acciones o manifestaciones del presente especialmente notables […] las
denominaré huellas o resonancias […] podemos conocer una persona a través de los individuos que
ha dejado, de las acciones que ha realizado, de los afectos que ha construido. 24
Presencia y ausencia: elogio de las huellas. Precisemos algunos rasgos de los que sea una huella.
Algo deja una huella cuando ya no está presente […] es un indicio, un rastro […] toda huella, por débil
que sea, es un signo de sustantividad […] la huella es un símbolo de esa sustantividad que,
obviamente, ya no está presente […] las huellas más relevantes y valiosas se encuentran dominadas
por la gratuidad. 25
Una huella es siempre abierta: es inagotable, se abre a multitud de indicaciones, de sugerencias, de
matices. Una huella siempre parece ser una invitación a la interpretación. 26
Como ocurre la huella, sólo algo que posea una densidad adecuada podrá provocar resonancias. 26
El presente como espacio de la novedad. Una novedad supone siempre ruptura. 28
Una novedad (pérdida significativa) hace muy difícil volver atrás, desandar un camino, vivir como si
nada hubiera pasado. La novedad es cruel con lo que se encuentra antes de ella: es una máquina de
destrucción que hace imposible la vuelta atrás […] simplemente impide seguir siendo como se era
antes. 29
Una novedad (PS) destruye referencias anteriores, significados empleados desde siempre; arrasa y
aniquila tópicos […] introduce un reino de oscuridad y crea un desierto de palabras donde las antiguas
significaciones ya no sirven […] inaugura un vacío que es necesario nombrar […] en suma, la
necesidad de inventar un nuevo modo de decir, de comprender y, quizás, de ser. 29
Trabajar los recuerdos y darles su verdadero sentido no ha sido nunca tarea fácil. 61
Aquello que es complejo parece plegado sobre sí mismo y se muestra como incomprensible e
inaccesible. Sólo podrá ser comprendido cuando sea adecuadamente desplegado; es decir, cuando
se abra su estructura y despliegue lo que en él se encuentra. 153 Metodología
Un dolor verdadero se consume en silencio; cuando se convierte en actitud escénica, pierde su valor.
304
12

Un tiempo maldito, plano, sin encanto y gris como es el nuestro. 306


Transforman el dolor en estímulo de creación y logran redimirlo en una extraordinaria lucidez […] sólo
así el dolor que produce vivir este presente nuestro podrá ser estímulo de conocimiento. 307
Lomnitz, Claudio. (2006). Idea de la muerte en México. México. FCE
El descubrimiento de la construcción social de la muerte formaba parte de un movimiento que buscaba
demostrar que las prácticas y categorías occidentales, llenas de sentido común, como la familia
conyugal, el amor, la niñez y aun los lamentos al lado de la tumba, eran evoluciones relativamente
recientes y contingentes y, por ende, cuestionables. 11-12
Algunos distinguidos historiadores de la muerte mexicanos, entre ellos Juan Javier Pescador y Elsa
Malvido, no encuentran muchas diferencias entre las actitudes de los mexicanos y las de los españoles
hacia la muerte; para ellos, los indios mexicanos ocupan una posición que en muchos sentidos es
análoga a la del campesinado ibérico. 19
En Europa y los Estado Unidos, el siglo XX se caracteriza generalmente como la era de la denegación
de la muerte; por el contrario, durante el siglo XX mexicano, la alegre familiaridad con la muerte acabó
siendo la piedra angular de la identidad nacional. 20
El Laberinto de la soledad, destina un capítulo fundamental a las actitudes hacia la muerte como
característica distintiva de la condición que Paz denominó “soledad”, una condición de nihilismo e
inhibición que se había apoderado de México a su ingreso al mundo moderno. 25
En su calidad de símbolos nacionales, los tres grandes tótems de la historia nacional mexicana (la
virgen de Guadalupe, Benito Juárez, y el esqueleto juguetón) corresponden a tres versiones diferentes
del contrato social. En el primer caso, se representaba a México como surgido de la relación de lealtad
y filiación con la “virgen morena”: la nación mexicana era su comunidad particular de devotos; y el
pacto que mantenía unida a la nación era su devoción mariana. En el caso del tótem Juárez, la nación
mexicana nació, una vez más, después de una prolongada batalla con sus enemigos internos y
externos, en un pacto social entre ciudadanos comprometidos con el imperio de la ley y la razón.
En cuanto tótem nacional, la Muerte surgió como una secuela de la Revolución Mexicana. 42
En una entrevista periodística de 2001, el crítico Guillermo Sheridan declaraba: “el día de los difuntos
es un invento de los antropólogos, una excrecencia del Indio Fernández (el director de cine), un
estremecimiento de Frida Kahlo. Promueve un turismo narcisista no por nuestras convicciones sino
por nuestras tradiciones. 49
Carlos Monsiváis critica la noción de que “el mexicano” no teme a la muerte. En su opinión, la imagen
de intrepidez ante la muerte surgió durante la Revolución mexicana, época en que se hacía una gran
publicidad a la actitud estoica ante las escuadras de fusilamiento y el asesinato político. 49
Argumenta Monsiváis, después de la Revolución, una generación de nacionalistas que, encabezados
por Paz, desarrollarían el mito del mexicano que se ríe en las narices de la muerte se apropiaría de
las historias de bravatas frente a ésta: “el libro culminante de la mitología del Mexicano es El laberinto
de la soledad, de Octavio Paz. En él, con prosa magnifica, Paz codifica lo que será la visión del turismo
interno y externo”. 50
Hoy en día, se tiene la sospecha de que el lugar de honor que los intelectuales posrevolucionarios
otorgaron al juego con la muerte legitimó un régimen político autoritario que naturalizó su propia
13

inclinación a pisotear, destrozar y sofocar la vida y proyectó sus propias tendencias en “el desdén de
los mexicanos por la muerte” [...] legitimar a un Estado opresor que ha hecho todo lo que ha podido
por deshumanizar al pueblo de México. 52
La muerte como tradición inventada de una cábala de intelectuales nacionalistas, promotores del
turismo y políticos autoritarios. 54
En la actualidad existen tres posturas sobre la importancia de la muerte en México: la primera tiene
que ver con el origen y significado de las conmemoraciones funerarias populares y sus implicaciones
para la relacione entre la vida y la muerte; la segunda se relaciona con la naturaleza del vínculo entre
esa cultura de la muerte y la formación de la identidad nacional, en sus formas oficial, popular y
comercial; y la tercera se refiere a la política de nacionalización de la intimidad del mexicano con la
muerte o su indiferencia hacia ella. 54
Si, por el contrario, la cultura popular de la muerte fue siempre maleable y simplemente reflejaba las
condiciones del orden dominante, entonces la argumentación del siglo XX en el sentido de que las
actitudes del mexicano hacia la muerte son esenciales no solamente carece de autenticidad (pues se
supedita todo a una versión exaltada y artificiosa de “nuestras tradiciones”, más que “nuestras
convicciones”, como lo expresó Sheridan) sino que es mal intencionada, porque vuelve exóticos a los
mexicanos y afirma que son indiferentes al valor esencial de un humanismo que, supuestamente, es
universal: la santidad de la vida. 54, 55

Thomas, Louis-Vincent. (2015). Antropología de la muerte. México. FCE.


El hombre, si conoce mejor la muerte, no se desvelará más por huir de ella y ocultarla. Apreciará mejor
la vida; la respetará antes que nada en los otros. 15
La Sociedad de Tanatología de lengua francesa, creada en 1966, afirmó en el comienzo de su primer
manifiesto: “la muerte es la certidumbre suprema de la biología […] la muerte en sí misma tiene un
carácter intemporal y metafísico, pero deja siempre un cadáver actual y real”. Es este aspecto orgánico
de la muerte el que parece hacer olvidar en parte a todos los otros, quizás porque toca más
intensamente nuestra sensibilidad (todos nos sentimos aludidos) y también debido a la existencia del
cadáver, que es su expresión concreta por excelencia. 33
Los ritos funerarios, el tratamiento de los cadáveres y luego de las osamentas, las conductas de la
aflicción y del duelo, las “profesiones de la muerte” (fabricantes de ataúdes, sepultureros, empleados
de funerarias, plañideras, hoy los servicios tanatológicos), la sublimación de ciertos difuntos y el
nacimiento del espíritu religioso (o solamente del culto de los antepasados), constituyen hechos
socioculturales cuya lectura a la vez comprensiva y crítica enriquece el saber antropológico. 52, 53
Se puede considerar que hay muerte social (con o sin muerte biológica efectiva) toda vez que una
persona deja de pertenecer a un grupo dado, ya sea por límite de edad y pérdida de funciones
(defunctus y difunto se emparentan), ya que se asista a actos de degradación, proscripción, destierro,
o bien que estemos en presencia de un proceso de abolición del recuerdo (desaparición sin dejar
huellas, al menos a nivel de la conciencia). 53
Puede existir un exilio más cruel todavía en medio de los suyos (prisión, asilo, hospicio, exclusión […]
los sin tumba. 57
14

Negar al otro (ya se trata de un individuo o de un grupo) no es simplemente negarse a ver en él a un


prójimo, ni siquiera a un semejante; es también y sobre todo: o bien ignorarlo, tachándolo como si no
existiera (lo que se podría denominar “conducta de trasparencia o de abandono”); o bien reducirlo a la
condición de objeto -cosa o animal- que se utiliza (esclavo, proletario explotado, objeto de disfrute
sexual); o bien destruirlo (de ahí la persecución agresiva del otro en el erotismo sádico, la supresión
fría del otro porque “molesta”. 71
Los antepasados […] están presentes espiritualmente en la vida social de sus descendientes. 106
Se ofrece al consumo la muerte-espectáculo. 191
Estamos ante una abundante diversidad de mensajes mortuorios difundidos por todos los medios de
comunicación de masa. 191 los superhéroes no mueren (¿pedagogía de la infinitud?
La competencia, el individualismo, el egoísmo vs la pérdida, la muerte.
La pérdida de un ser querido cambia frecuentemente la significación primaria de los objetos. Estos se
hacen más visibles, más palpables, a la vez irrisorios e incongruentes. 195
Mientras que en las sociedades negro-africanas hay un ciclo nacimiento-muerte-nacimiento, es un
ciclo; en el mundo occidental están vacíos de la idea de muerte, el proceso es lineal: nacimiento-
adolescencia-edad adulta-vejez-muerte. 220, 221
La idea de patria, cuya nobleza no negamos, es a menudo una máscara que encubre a los intereses
financieros internacionales. 236, 237
Cuando estas ideas elementales hayan penetrado desde la infancia en la conciencia de los humanos,
el problema de la muerte quedará despojado de los misterios y terrores de que se lo han rodeado, en
parte por ignorancia, en parte por interés. 263
El sistema tanatocrático que hoy detenta las riendas del poder en todo el mundo. 264
En las sociedades negro-africanas, los indios de américa del norte, los caldeos, los fenicios, las
culturas prehispánicas, entre otros, se consideraba a la muerte como el eterno retorno. En cambio en
occidente, la muerte se instituyó como un asunto social, religioso, jurídico, impersonal. AG
La pérdida significativa implica a la muerte como la pérdida más contundente por irreversible. Toda
muerte implica una pérdida irreparable, pero no toda pérdida implica muerte, aunque algunos
especialistas en tanatología sostienen que se consideran muertes pequeñas (IMTAC, Dacal, etc). La
pérdida significativa también considera otros tipos de pérdida que no necesariamente deviene en
muerte, como el acoso escolar (bullying, la reprobación en la escuela, la deserción, la ruptura de una
relación amorosa, el rechazo familiar, social, la migración, la jubilación, la aparición de una enfermedad
crónica, degenerativa, progresiva, mortal; el encarcelamiento, la desaparición, la pérdida de algún
miembro físico, un secuestro, la vejez, la locura, la inhabilitación, la incapacidad).
¿Por qué duele perder? AG

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