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Meneses, Gerardo. (2015). Metapedagogía. La pedagogía enre laberintos & columpios. México. Lucerna
Diogenis.
Las consecuencias de vivir bajo el signo de la violencia […] la destrucción. 9
Si se requiere una reforma educativa ésta es impulsada a partir de los intereses particulares de
aquellos que un día estuvieron encargados de sembrar los vicios que ahora pretenden erradicar sin
tomar en cuenta, ni por equivocación, lo formativo (Héctor A. Ortega, en el prólogo).13
Nuestra era no es de sueños sino de muerte. La existencia es un columpio que oscila entre la alegría
y la caída, entre el cielo y las tinieblas. 18
Pedagogía es también una práctica social y un campo de discursos y saberes; tiene una historia, hace
historia; proyecta, forma, se interesa en la formación; imagina, crea, aplica, deconstruye, propone,
cuestiona siempre.
La pedagogía nació ligada al engaño, pues son los sofistas, unos que usaban la palabra para
embaucar […] hicieron de la política un saber político. 24
La pedagogía tradicional o antigua es la que surgió en Grecia. La reciente, es la que surge a partir de
Juan Amos Comenio. ¿?
Comenio, padre de la pedagogía moderna es desterrado y pierde a su esposa encinta, a la que
asesinan los hombres del poder. 24
Parecería inaceptable la propuesta de Rousseau de educar con sensibilidad a un niño. 24
Puedo afirmar que la pedagogía tiene un objeto de estudio que le ha dado identidad: la formación.
Resulta que ésta es la manera en que las personas se apropian críticamente de la historia y la cultura,
como decía Adorno, que es la manera en que leen la realidad, la comprenden, actúan en ella buscan
transformarla inteligente, sensiblemente, cultivando su ser. 26
La palabra formación es incluyente de lo emocional, lo racional, lo corporal, es decir, de lo humano.
Formación es una consciencia que se pliega y repliega para alcanzar a desplegarse […] el filósofo
Hegel decía que es el paso de la conciencia en sí a la conciencia para sí. Y con ello, afirmaba que a
través del trabajo, el lenguaje y la interacción, nos formamos: devenimos una conciencia de
humanidad. Formación crea lenguaje, rompe ataduras y se encamina hacia la conciencia de la historia.
26
Meurieu sostiene que la Formación apuesta por la autonomía, la autoconciencia, la creación y el
cuidado de sí mismo, en innegable consideración de alteridad (en Frankenstein educador). 133
Si la formación se interesa en la constitución del sujeto, tiene que replantear la manera de ver a ese
sujeto, reconocer ya no sólo su conciencia como en la idea primigenia, sino también otras aristas del
mismo, tales como su psiquismo (la subjetividad).84
Rousseau, Pestalozzi, Hegel, incluso Nietzsche joven, parecían gritarlo con entereza: son las
interacciones, las relaciones con la otredad, las que nos hacen ser, las que nos constituyen, las que
nos forman. 97
Toda relación que deja marcas en nosotros: la familia, el Estado, los adultos todos, las instituciones,
el mundo cultural y la época misma, deslizan su impronta en nuestra vida, esto es, nos forman, de
alguna manera. 97
2
Bildung es formación, sí; pero no cualquier formación […] en la que se enreda todo lo referido a lo
humano, que acentúa las relaciones de la humanidad con la cultura […] y remite a la constitución del
mundo interno y exterior de los sujetos. 82
A través de un proceso infinito de formación (Bildung) y de autoconstrucción. 125
Herder leyó al Emilio e hizo brotar la Bildung que con Hegel y otros muchos, alcanzaría altos vuelos.
123
Formación no es cualquier cosa, es la más importante construcción de los siglos XVIII Y XIX.
Concepción para administrar el humanismo y sus implicaciones políticas (producir un tipo de hombre)
y, al mismo tiempo, gestar una gigantesca pregunta epistémica: ¿por qué somos como somos? 82
Se dice que la formación le otorgó sentido a la pedagogía. 79
La historia, los problemas epistémicos, las cuestiones metodológicas, la reflexión deontológica, la
construcción de conocimientos y la autoconciencia, esto es la formación. 81
La pedagogía no es sinónimo de educación […] educación y formación no son sinónimos, la última es
más amplia. 62, 63
Esta se refiere a lo que somos, cómo hemos sido construidos, constituidos, a qué podemos llegar a
ser, a nuestro por-venir […] como una obligación de cada uno consigo mismo. 26
Ya en 1911, David Emile Durkheim afirmaba que la encargada de las cuestiones teóricas de la
educación era una disciplina que aspiraba, sin conseguirlo, a ser considerada científica: la pedagogía.
31
La etimología de la palabra, investigar significa seguir vestigios, pero en las perspectivas
constructivistas es proyectada como construcción de conocimientos. Al construir conocimiento también
se construyen y transforman la realidad, el sujeto y la experiencia. 52
Lo metodológico se centra o en la reflexión de los problemas, qué caminos habrán de construirse, el
cómo se investigará, la intencionalidad del investigador, los dispositivos a su alcance para apropiarse
del problema, etc. 52 (no citar). Establecer rupturas con lo dado; someter a crítica lo que se dice de
los hechos. 55
Insiste Bourdieu, un objeto de investigación por más parcial o parcelario que sea, no puede ser definido
o construido sino en función de una problemática teórica que permita someter a un sistemático examen
todos los aspecto de la realidad puestos a relacione por los problemas que le son planteados. 55
Se avanza en la construcción de un objeto cuando se tienen argumentos para responder: ¿por qué es
un problema?, ¿con qué guarda relaciones profundas?, ¿cuál ha sido su devenir?, ¿en qué situación
se encuentra?, ¿qué debates ocasiona? 56
Durkheim en 1911 “llega a decir que la educación es una práctica social siempre presente, mientras
que la pedagogía es intermitente y sólo aparece ahí donde se hace necesaria” 61
“Aparecen los rasgos oscuros de un siglo que inventó las cámaras de gas y la guerra total, el genocidio
bajo mandato del Estado y los capos de exterminio, el lavado de cerebro, el sistema de la seguridad
del Estado y la vigilancia panóptica de pueblos enteros. Este siglo produjo sin duda más víctimas, más
soldados caídos, más ciudadanos asesinados, más civiles ejecutados y minorías expulsadas, más
personas torturadas, violadas, hambrientas y congeladas, más prisioneros políticos y fugitivos de lo
3
que nunca nadie habría imaginado. La violencia y la barbarie determinan el signo de la época”.
(Habermas) 75 En “nuestro breve siglo”, en Nexos virtual 1988
Los griegos de la antigüedad empleaban la palabra Paidea para referirse a la formación, orientada al
desarrollo de la virtud o areté, perfilada idealmente como techné o un mirara para la creación de lo
políticamente deseable desde el imperativo de la ética. 78 (Jaeger, Paidea).
Michel Foucault gesta la idea de subjetivación como lectura ética y estética de la relación del sujeto
consigo mismo y el orden histórico, invitándonos a descubrir los límites de la Formación, derivados de
sus presupuestos epistémicos 83
Además de la interacción, la formación acontece por mediación del lenguaje y el trabajo. 97
Somos como somos por: la formación que recibimos, por la subjetividad y por la subjetivación. Ag
Schopenhauer explicaba que más allá de la razón, el cuerpo habla, y despejaba al sujeto como ese
sub-jectum, es decir, lo que subyace. 97
La propuesta de Foucault sobre la subjetivación, según la cual la articulación del poder, el saber y
deseo perfilan los modos de sujetación y los de inquietud de sí, estos delinean la subjetividad y su
relación con las normas y los dispositivos de saber-poder. 99
En Foucault se proyecta un pensamiento genealógico y ético que invita a la insurrección frente a los
dispositivos (como el de la sexualidad), artefactos epistémicos del biopoder, cuyo propósito es
administrar la vida y la muerte. La subjetivación implica un trabajo del sujeto consigo mismo, en una
suerte de hermenéutica de sí, en la que el enfrentamiento con la verdad exige una transformación
radical de lo que somos. 99
Más que hombres somos sujetos sujetados. Vivimos procesos de sujetación, frente a los que no
tenemos margen de acción. 105 Si nos concebimos de esta manera significa que ¿no hay posibilidad
de cambio?, ¿qué otros deciden nuestro destino de manera irremediable?, ¿dónde queda el libre
albedrío y la voluntad creadora que nos permita reconstituirnos desde la conciencia y el cuidado de
sí? AG
Pierre Bourdieu en su obra La reproducción afirma que no hay pedagogía liberadora. Cfr Paulo Freire.
Formación implicó la cuestión de cómo se constituyen los sujetos, en los felices tiempos de la filosofía
clásica alemana, que abrazo al progreso con fuerza y no estimó que éste tendría debilidades y costos
muy altos por pagar. 107
La subjetividad involucra tanto a la subjetivación como a la constitución subjetiva. 105
La constitución subjetiva (perspectiva psicoanalítica) y la subjetivación (la perspectiva foucaultiana).
107
La llegada del psicoanálisis, esa invención freudiana que transformo a la subjetividad en el problema
del mundo interior del sujeto, en la cuestión de su constitución psíquica, en el descubrimiento de que
ahí operan procesos que se encuentran más allá de la conciencia, ligados al deseo y los interdictos, a
la ida anímica y las huellas mnémicas, a la infancia, la sexualidad, la familia, la moral, la cultura, los
deseos reprimidos, a lo prohibido. 98
Los registros de lo real, lo imaginario y lo simbólicos son constitutivos de nuestra subjetividad, de la
complejidad de nuestros deseos. 98
4
Alice Miller sostiene que “son los adultos quienes requieren de la pedagogía y no los niños, pues son
las heridas de su infancia las que los hacer actual en forma envenenada y cruel. 108
Ver Miller, A. Por tu propio bien. Raíces de la violencia en la educación del niño.
Phillipe Ariès recorre también la genealogía.
Kant hablará de las obligaciones consigo mismo, Hegel también pero involucrará a la conciencia, como
posibilidad para sí; Freud incorporará el deseo y el psiquismo, y Foucault mirará al poder y a la
subjetivación como inquietud de sí. 112
La palabra violencia aparece a principios del siglo XIII; deriva del latin vis, que significa fuerza, rigor, y
caracteriza al ser humano de carácter iracundo y brutal. 158
Ver: una historia de la violencia. Del final de la edad media a la actualidad. Muchembled, R.
Semelin afirma que “no existe ninguna teoría capaz de explicar todas las formas de violencia. Ella tiene
numerosas caras, fruto de procesos distintos. No podemos explicar con los mismos conceptos la
violencia del criminal, la de una masa en delirio y/o la de una agresión militar”. 159
La actitud frente a la muerte, explica Freud, se mueve hacia una visión mágico-infantil primaria: mueren
los otros, yo no puedo morir. Freud es contundente, tenemos que aprender de la muerte. 165
Infancia, vida y muerte. ¿No son acaso los temas de la pedagogía? Infancia y vida, sin duda. La muerte
quizá es de esa suerte de situaciones que se abandonan a una metapedagogía aun en proyecto. 176
Tarea irrealizable sin la hermenéutica, la genealogía y las tensiones a que nos obliga el psicoanálisis
cuando pregunta cosas al hacer pedagógico. 182
Como dice Alfonso guzmán: vivimos en una época de cadáveres […] aquellos que esperan en el
infierno una eternidad más amable. 183
Quienes instauran el terror no son los débiles, no son aquellos que a él se encuentran sometidos sino
los violentos quienes con su poder, crean la situación concreta en la que se generan los dimitidos de
la vida, los desharrapados del mundo […] sin embargo, para los opresores, en la hipocresía de su falsa
generosidad […] son siempre ellos los violentos, los bárbaros, los malvados, los feroces, cuando
reaccionan contra la violencia de los opresores. 55
Convertir a un hombre en cosa, algo animado en algo inanimado, ya que mediante el control completo
y absoluto el vivir pierde una cualidad esencial de la vida: la libertad. 60
Fullat, Octavi. (2014). Las finalidades educativas en tiempo de crisis. México. ISCEEM.
Lo que me espanta es el método que propone Aristóteles para alcanzar la dicha. Asegura que la
política […] es la ciencia de la felicidad. 90
La ética en manos de la política constituye un asesinato. 90
Sócrates tuvo que pagar con la propia vida la osadía de querer educar según Lo Bueno ante la propia
conciencia. 103
Galileo […] a partir de él, la ciencia será un tipo de saber íntimamente relacionado con la prueba […]
verificación. 95
Galileo, a pesar de la abjuración a que se le forzó en 1633 […] no se limitó a ser un hombre de ciencia,
sino que quiso ser además un ciudadano que luchaba en pro de la verdad […] Giordano Bruno (1548-
1600) pagó con la hoguera su constancia; Galileo Galilei capituló cuando ya alcanzaba los setenta
años. La inquisición no era una broma. Ética contra política y política contra ética. 95
De la mano de Karel Kosik llegaremos a Jan Patocka. Actualmente Karel está perseguido, anulado,
con la boca rota, en medio de una Checoslovaquia comunista. 101
El filósofo marxista checo Karel Kosik escribió a Sartre: he sido reducido a la nda en el terreno de los
derechos elementales del hombre… no puedo enseñar filosofía en la Universidad… Todas mis
publicaciones han sido prohibidas en Checoslovaquia y excluidas de las bibliotecas. 106
Por suerte nuestra, sin embargo, siempre aparecerán Sócrates -disidentes o protestatarios- dispuestos
a jugarse la vida para que la educación no prescinda de la ética. 105
Derecha e izquierda han violado los derechos del pobre hombre. Se han burlado de la moral. Como
siempre. Sin novedad. Unos los pisotean en nombre de los valores eternos y los otros en base a que
llegue un día en el cual ya no sea posible violarlos jamás. 106
Sócrates atacó al sofista Protágoras, echándole en cara […] ¿cómo va a educar el que no tiene sin un
saber subjetivo? 135
El educando (como todo hombre) viven en un mundo precientífico que es el absoluto de su experiencia
originaria […] mundo de percepciones que ofrecen la realidad aunque en una multiplicada posible de
sentidos […] experiencia de la que no debemos hacer mofa desde el saber científico. 137
La educación no debe colocarse sectariamente al servicio de la producción; el hombre es mucho más
que un animal productor. 139
6
Los papagayos de la pedagogía, aquellos que sólo van publicando las sagradas modas del momento.
142
El telón de fondo último del Dasein es la temporalidad (sólo en ella proyectamos). La angustia (Angst)
hace que vivamos auténticamente la temporalidad. 148
Si tan corriente es morir ¿por qué no tenerlo muy presente al educar? 231
¿Qué tipo de educación es la que esquiva el fallecimiento? Es una educación inhumana, falsa,
mentirosa. Las escuelas hablan de la muerte de las civilizaciones; interesante. Pero, es mucho más
educativo enfrentarse con el óbito de cada quien. Esto nos personaliza. Nuestra muerte en la
civilización es impersonal y de hecho, no nos concierne. 231
La muerte no la podemos delegar. Aquí radica nuestra fundamental singularidad. No puede
desperdiciarse en educación. 231
Las escuelas analizan la lucha de clases, la producción artística, la evolución de las especies...;
pierden de vista, en cambio, a cada educando en aquello que es más irrenunciable: su personal
aspiración. 231
Las escuelas prescinden de la muerte: son falsas. 236
La muerte se ha convertido en así en producto comercial, en una mercancía más. 236
La antropología filosófica (concepción no científica acerca del hombre) anda siempre de la mano con
la tanatología (concepción en torno a la muerte). 236
En África, el deceso posee más importancia social que biológica; entre nosotros sucede al revés. 237
El siglo XX se ha apoderado ya de tres muertes (con el suicidio resulta más difícil); son estas, como
decía: el aborto, lo pena capital y la eutanasia. Ni la muerte nos pertenece. Los políticos la legislan.
237
Las muertes violentas que nos muerden las entrañas estos tiempos (ciudadanos liquidados por
terroristas, sujetos eliminados por policías. 238
Tanatocracia de todos los tiempos. AG
Parece mentira que los pedagogos la hayan esquivado. ¡Qué indecencia! 241
¿Por qué privar a los hijos, y a los educandos en general, del conocimiento del fallecer cuando éste
promete tanta riqueza interior además de constituir un dato? 243
Menos magia en torno a la muerte y mayor sencillez. Los educandos tienen derecho a la angustia (por
ser ésta parte de nuestro lote) y derecho de expresarla […] por ser hombre tenemos sexo y nos
morimos; hacer vivir lo uno y lo otro adecuadamente constituye faena educadora. 243
La educación tanatológica, como sucede en la educación sexual, requiere […] planificación y
metodología. 243
7
Salas, María Cecilia, et al. 2008. Del saber de la genealogía a la moral del poder. De Nietzsche a
Foucault (y viceversa). Colombia.
Nietzsche era afecto a la psicología, pero a una psicología entendida de un modo distintos al que
nosotros entendemos este hacer: no era la terapia sino la indagación sobre las fuerzas pulsionales del
hombre lo que le interesaba. 13
Ensayo: de las palabras verdaderas a la verdad de las palabras. Manuel Bernardo Rojas López.
Pensar el lenguaje, las palabras, para saber por qué pensamos lo que pensamos. 33
En las palabras y las cosas (1966) cuando interesado en la forma en que se configuran los saberes,
la noción de episteme marcará la pauta de análisis. 41
El trabajo genealógico es un trabajo sobre el poder. 43
En Las palabras y las cosas, Foucault afirma: “el poder es ante todo un campo de relaciones y no el
ejercicio vertical de unos cuantos sobre otros […] depende incluso de sus manifestaciones capilares
(la escuela, el hospital, el hospital psiquiátrico, la prisión). 44
8
Si algo caracteriza el pensamiento de Foucault en esta etapa genealógica es la indagación por las
formas que el poder, ese campo relacional, determina la construcción de las corporalidades, tanto
individuales como colectivas. 45
La vigilancia, la punición, la normalización son procesos que recaen sobre el cuerpo mismo; son
procesos que afectan las condiciones de sensibilidad -tanto individual como colectiva de la época-. 46
Foucault cuando llega, ya en los últimos años de su vida, a indagar en la Hermenéutica del sujeto;
particular forma de abordar el asunto, porque no se trata de la hermenéutica filosófica, entendida como
interpretación de hechos o fenómenos conceptuales, sino de indagar por la forma en que se construye
el secreto del sujeto, la imagen de un sujeto con un interior y sobre todo, como la construcción de si
es fruto de una técnica y que por tanto, el conocimiento de sí (epimeleia heautou) no es tanto una
conciencia, cuanto un trabajo sobre uno mismo, una serie de procedimientos técnicos que implican un
deber constante en donde el sujeto se produce. 46
Ensayo: Deferencia con la diferencia. María Cecilia Salas Guerra.
Deleuze afirma en su texto Nietzsche y la filosofía: “según Nietzsche, lo trágico nunca ha sido
comprendido: trágico=alegre. Otro modo de plantear la ecuación: querer=crear […] lo trágico es la
afirmación porque afirma el devenir, y por el devenir, el ser; porque afirma lo múltiple, y por lo múltiple
lo uno. 55
Ensayo: Re-sentidos: resentimiento e interpretación. Juan Pablo Posada Garcés.
Nietzsche es sin duda el primer y gran deconstructor de la cultura occidental: ¿qué significa deconstruir
una cultura? Significa demostrar que nuestra realidad no es una realidad en sí, que no es natural, sino
que ha sido forjada a lo largo de la historia y a medida que ciertos poderes, ciertos poderes que valoran,
ciertas fuerzas, han dejado un rastro y han superpuesto un estrato lingüístico, el cual es ya, y de hecho,
una interpretación. 116
Ensayo Foucault o la transformación por el propio conocimiento.
Para Foucault, un problema en nuestra época es justamente la gran expansión y la importancia
creciente de los dispositivos de normalización. 210
La Pérdida Significativa devasta. AG
Es la Pérdida Significativa preocupación del pedagogo, de la pedagogía? AG
nueva figura se reelaborara sobre las bases de una sociedad centrada sobre los mecanismos del
biopoder. 10
Su proyecto es genealógico, reconstruye la memoria de las luchas. 11
Foucault
Llamamos pues genealogía al acoplamiento de los conocimientos eruditos y de las memorias locales:
el acoplamiento que permite la constitución de un saber histórico de las luchas y la utilización de este
saber en las tácticas actuales. 18
Se trata en realidad de hacer entrar en juego saberes locales, discontinuos, descalificados, no
legitimados, contra la instancia teórica unitaria que pretendería filtrarlos, jerarquizarlos, ordenarlos en
nombre de un conocimiento verdadero y de los derechos de una ciencia que sería poseída por alguien
[…] las genealogías son precisamente anti-ciencias […] se trata en cambio de la insurrección de los
saberes […] la genealogía debe conducir la lucha justamente contra los efectos de poder de un
discurso considerado científico. 19 Cfr Epistemología del sur.
El poder es, y debe ser analizado, como algo que circula y funciona -por así decirlo- en cadena. 31
Es decir, no se trata de concebir el poder como algo que doblega a los individuos y los despedaza. De
hecho, lo que hace que un cuerpo (junto con sus gestos, discursos y deseos) sea identificado como
individuo, es ya uno de los primeros efectos del poder. El individuo no es el vis-a-vis (enfrentado) del
poder. El individuo es un efecto del poder y al mismo tiempo, o justamente en la medida en que es un
efecto suyo, es el elemento de composición de poder. El poder pasa a través del individuo que ha
constituido. 32
La burguesía llegó a ser, a partir del fin del siglo XVI-XVII la clase dominante. 33
Se puede demostrar fácilmente que, siendo el loco el que es inútil para la producción industrial,
debemos desembarazarnos de él […] el cuerpo humano, a partir de los siglos XVII-XVIII, se hizo
esencialmente fuerza productiva. 33
Más que de conquista y de esclavización de una raza por parte de otra, se habla de pronto de
diferencias étnicas y de lengua; de diferencias de fuerza, vigor, energía y violencia; de diferencias de
ferocidad y de barbarie. 55
La función de la historia será entonces la de mostrar que las leyes engañan, que los reyes se
enmascaran, que el poder ilusiona y que los historiadores mienten. Por consiguiente, no tenemos que
vérnoslas con una historia de las continuidades, sino con una historia del desciframiento, de la
revelación del secreto, de la reversión del engaño, dela reapropiación de un saber sustraído y oculto,
de la irrupción de una verdad sigilosamente guardada. 55
Lo que quieren conjurar, además, es el otro aspecto del salvaje, ese hombre de naturaleza que
representa el elemento ideal inventado por los economistas, ese hombre sin historia y sin pasado,
movido sólo por su interés y que cambia el producto de su trabajo por otro producto. 159
Ya en el pensamiento jurídico del siglo XVIII, ya en el pensamiento antropológico de los siglos XIX y
XX, el salvaje será esencialmente el hombre del intercambio: el que intercambia derechos o el que
intercambia bienes. En tanto intercambia derechos, funda la sociedad y la soberanía. En tanto
intercambia bienes, forma un cuerpo social y un cuerpo económico. 159
10
El bárbaro es alguien que sólo puede ser comprendido, caracterizado y definido en relación con una
civilización, con la cual se encuentra en una situación de exterioridad. No hay bárbaro si no existe en
alguna parte un elemento de civilización contra el cual se enfrenta: elemento despreciado por él, pero
codiciado; respecto del cual, de todos modos, se encuentra en una relación de hostilidad y de guerra
permanente. No hay bárbaro sin una civilización que él trata de destruir y de la cual quiere apropiarse.
El bárbaro es siempre el hombre que merodea en las fronteras de los Estado, es el que se echa contra
los muros de las ciudades. 160
El bárbaro no entra en la historia fundado sociedades: entra más bien penetrando, incendiando y
destruyendo una civilización. 160
No hay bárbaro sin una historia anterior, que es la de la civilización que incendiará. Por otra parte, el
bárbaro no es, como el salvaje, vector de intercambio. El bárbaro es vector de algo totalmente
diferente: es vector de dominación. 160
Esto significa que su relación de propiedad es siempre secundaria: solamente se adueña de una
propiedad preexistente; pone a los otros a su servicio; hace cultivar la tierra, hace custodiar sus propios
caballos, hace preparar sus propias armas. Asimismo, su libertad siempre se apoya en la libertad
perdida de los otros. En la relación que mantiene con el poder, a diferencia del salvaje, el bárbaro
nunca cede su libertad. 160
El bárbaro instaura un poder como multiplicador de la propia fuerza individual. 160
El bárbaro […] no puede sino ser malvado […] es el hombre del saqueo y del incendio […] en el bárbaro
el alma es grande, noble y altiva, pero siempre está asociada con la astucia y con la crueldad. 161
Otro campo de intervención de la biopolítica está formado por todo un conjunto de fenómenos, algunos
universales y otros accidentales, pero estos últimos no son sin embargo fácilmente eliminables. Son
esos fenómenos que comportan consecuencias análogas en el plano de la inhabilitación, de la
exclusión de los individuos, de su neutralización. 197
Llegado a la vejez, se ve expulsado al campo de los incapaces y de los inactivos. 197
La biopolítica trabaja con la población. Más precisamente: con la población como problema biológico
y como problema de poder. 198
La biopolítica es la exclusión del sujeto a partir de su biología: la jubilación, la muerte social, la
inhabilitación, la vejez, la locura, la incapacidad; la enfermedad crónica, degenerativa, progresiva y
mortal. AG
Todos saben que la gran ritualización pública de la muerte desapareció, o en todo caso se fue
cancelando, desde fines del siglo XVIII. A tal punto se canceló que hoy la muerte (al revés de lo que
sucedía antes) ha llegado a ser algo que se esconde, la cosa más privada y vergonzosa, dejando así
de ser una de las ceremonias fulgurantes donde participaba, aparte de la familia y el grupo, casi toda
la sociedad. En forma extrema se podría creer que hoy la muerte es más objeto de tabú que el sexo.
Sin embargo, creo que la razón de que la muerte sea ocultada no depende de un desplazamiento de
la angustia o de una modificación de los mecanismos progresivos, sino de una transformación de las
tecnologías de poder. Lo que antes, por lo menos hasta fines del siglo XVIII, daba a la muerte su fulgor,
y lo que imponía su alta ritualización, era el hecho de que se trataba de la manifestación de un pasaje
de un poder a otro. Del poder del soberano terrestre al poder del soberano celeste, de una instancia
de juicio a otra, de un derecho civil, publico, de vida y muerte, a un derecho que era de vida eterna o
11
de eterna condena. Pero también era una transmisión del poder del moribundo, de un poder que se
transmitía a los que lo sobrevivían: últimas palabras, últimas recomendaciones, voluntades legítimas,
testamentos. 200
La ritualización pública de la muerte desapareció en el siglo XVIII, con la consolidación del capitalismo.
Se volvió muerte política, lo que implicó expulsar, excluir el rito.
El Estado nación surgió en 1648, lo cual coincide con la mercantilización.
Izuzquiza, Ignacio. (2003). Filosofía del presente. Una teoría de nuestro tiempo. España. Alianza.
El presente […] ejerce una serie de acciones que toman la forma de huellas y resonancias. 18
El presente es un mundo abierto a la muerte y, sobre todo, al olvido […] el mundo del sentimiento está
lleno de esfuerzos por combatir la muerte y el olvido; muchas de las grandes manifestaciones
culturales y políticas tienen su origen en esta lucha. 23
En mi opinión hay dos acciones o manifestaciones del presente especialmente notables […] las
denominaré huellas o resonancias […] podemos conocer una persona a través de los individuos que
ha dejado, de las acciones que ha realizado, de los afectos que ha construido. 24
Presencia y ausencia: elogio de las huellas. Precisemos algunos rasgos de los que sea una huella.
Algo deja una huella cuando ya no está presente […] es un indicio, un rastro […] toda huella, por débil
que sea, es un signo de sustantividad […] la huella es un símbolo de esa sustantividad que,
obviamente, ya no está presente […] las huellas más relevantes y valiosas se encuentran dominadas
por la gratuidad. 25
Una huella es siempre abierta: es inagotable, se abre a multitud de indicaciones, de sugerencias, de
matices. Una huella siempre parece ser una invitación a la interpretación. 26
Como ocurre la huella, sólo algo que posea una densidad adecuada podrá provocar resonancias. 26
El presente como espacio de la novedad. Una novedad supone siempre ruptura. 28
Una novedad (pérdida significativa) hace muy difícil volver atrás, desandar un camino, vivir como si
nada hubiera pasado. La novedad es cruel con lo que se encuentra antes de ella: es una máquina de
destrucción que hace imposible la vuelta atrás […] simplemente impide seguir siendo como se era
antes. 29
Una novedad (PS) destruye referencias anteriores, significados empleados desde siempre; arrasa y
aniquila tópicos […] introduce un reino de oscuridad y crea un desierto de palabras donde las antiguas
significaciones ya no sirven […] inaugura un vacío que es necesario nombrar […] en suma, la
necesidad de inventar un nuevo modo de decir, de comprender y, quizás, de ser. 29
Trabajar los recuerdos y darles su verdadero sentido no ha sido nunca tarea fácil. 61
Aquello que es complejo parece plegado sobre sí mismo y se muestra como incomprensible e
inaccesible. Sólo podrá ser comprendido cuando sea adecuadamente desplegado; es decir, cuando
se abra su estructura y despliegue lo que en él se encuentra. 153 Metodología
Un dolor verdadero se consume en silencio; cuando se convierte en actitud escénica, pierde su valor.
304
12
inclinación a pisotear, destrozar y sofocar la vida y proyectó sus propias tendencias en “el desdén de
los mexicanos por la muerte” [...] legitimar a un Estado opresor que ha hecho todo lo que ha podido
por deshumanizar al pueblo de México. 52
La muerte como tradición inventada de una cábala de intelectuales nacionalistas, promotores del
turismo y políticos autoritarios. 54
En la actualidad existen tres posturas sobre la importancia de la muerte en México: la primera tiene
que ver con el origen y significado de las conmemoraciones funerarias populares y sus implicaciones
para la relacione entre la vida y la muerte; la segunda se relaciona con la naturaleza del vínculo entre
esa cultura de la muerte y la formación de la identidad nacional, en sus formas oficial, popular y
comercial; y la tercera se refiere a la política de nacionalización de la intimidad del mexicano con la
muerte o su indiferencia hacia ella. 54
Si, por el contrario, la cultura popular de la muerte fue siempre maleable y simplemente reflejaba las
condiciones del orden dominante, entonces la argumentación del siglo XX en el sentido de que las
actitudes del mexicano hacia la muerte son esenciales no solamente carece de autenticidad (pues se
supedita todo a una versión exaltada y artificiosa de “nuestras tradiciones”, más que “nuestras
convicciones”, como lo expresó Sheridan) sino que es mal intencionada, porque vuelve exóticos a los
mexicanos y afirma que son indiferentes al valor esencial de un humanismo que, supuestamente, es
universal: la santidad de la vida. 54, 55