Você está na página 1de 18

0426 9193688

1. - N O T A S A C L A R A T O R I A S

Estas notas sobre El Arbitraje contienen algunas líneas que forman parte de las
muchas Investigaciones Documentales realizadas por mis estudiantes de
Posgrado, Nivel Maestría, en Derecho del Trabajo, y en el Nivel Maestría de
Derecho Procesal Civil. Investigaciones cuyos títulos, índices, esquemas generales
y específicos, aparatos bibliográficos generales y específicos, desarrollo y
supervisión, son de mi autoría. Aclaratoria que hago para evitar los plagios, qué no
obstante esta aclaración, siempre se producen, pues lamentablemente existan
personas que se inscriben para cursar estudios de pregrado, posgrado, maestría,
doctorados, pos doctorados y phd, no precisamente para aprender, sino
únicamente para aprobar y obtener el correspondiente titulo académico y para tal
fin violan la ética, la decencia académica, haciendo aparecer como suyas las
Investigaciones de otros. Llegan al extremo, incluso de silenciar la necesaria cita
bibliográfica.

2.- ( 14 )TRATAMIENTO DEL ARBITRAJE EN LA LEY ORGÁNICA PROCESAL


DEL TRABAJO DE VENEZUELA PAG.2(31)

Tal como se señaló anteriormente en el capitulo III del Título VII relativo al
procedimiento ante los Tribunales del Trabajo de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, en doce artículos se regula el Arbitraje Laboral, y que consecuente con
mis argumentos explanados en mi Tesis para aspirar al titulo de Doctor en
Derecho ( “ EL PROCEDIMIENTO JUDICIAL LABORAL EN LA LEGISLACIÓN
VENEZOLANA”. Maracaibo-Venezuela-La Universidad del Zulia. Año 1997. ) he
llamado “ARBITRAJE LABORAL JUDICIAL”
Así, el primer artículo del capítulo en referencia, es decir, artículo 138, prevé el
derecho de las partes, no de una sola de ellas, de solicitar el arbitraje, en cuyo
caso el juez lo ordenará.

El artículo 139 de la Ley adjetiva del trabajo establece el mecanismo para


conformación de la junta de arbitraje. “El legislador procesal del trabajo prefirió
adoptar otro sistema distinto para la escogencia tradicional de los árbitros (Torres,
2002); y, en vez de exigirle, a las partes el nombramiento de un árbitro por cada
una de ellas y el tercero por los dos por ellas nombrados, dispuso que los árbitros
deben ser designados por el juez de sustanciación, mediación y ejecución de una
lista que, en forma oficial, mantendrá el Tribunal Supremo de Justicia, en su Sala
de Casación Social”.

En la exposición de motivos se explica que la razón principal de esta novedosa


forma de constituir la junta de arbitraje obedece a la imparcialidad que
necesariamente deben tener y exhibir los especialistas que integran la lista del
Tribunal Supremo de Justicia.

Es conveniente advertir que esta manera de selección de los árbitros evita la


multiplicación de incidencias y articulaciones innecesarias que conspiran en contra
de la celeridad del procedimiento judicial laboral en la legislación venezolana.
Situación que eventualmente podría concretarse en la hipótesis de desacuerdo
entre las partes para designar a los árbitros.
Establece el artículo 140 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo (LOPT) los
requisitos para ser árbitros, a) Tener la nacionalidad venezolano; b) ser ciudadano
de reconocida honorabilidad; y, ser abogado de reconocida competencia en
Derecho de Trabajo, o profesional de otra área especialista en Seguridad Social.

En relación al primer requisito referido a la nacionalidad venezolana que deben


poseer los árbitros, considera el legislador adjetivo laboral que es una limitante
absoluta y en razón de ello resulta entendible la prohibición para constituirse en
árbitros, aquellos especialistas extranjeros que integran los Centros de Arbitrajes
Internacional ampliamente reconocidos y calificados para dirigir conflictos.de forma
tal que no pueden ser incluidos en la lista que maneja el Tribunal Supremo de
Justicia, para que de ella se seleccionen los correspondientes árbitros.

En cuanto al artículo 141 eiusdem, es preciso mencionar que los árbitros deben
juramentarse ante el Tribunal Supremo de Justicia y están obligados a cumplir sus
funciones, salvo que estén incursos en causal de inhibición, de recusación
(Artículo 142) o presente excusa debidamente justificada a juicio del Tribunal de
Sustanciación, Mediación y Ejecución.

Prevé el Artículo 143 de la Ley Procesal del Trabajo, la remuneración de los


árbitros, es decir, el arbitraje laboral tiene carácter oneroso, salvo que sea el
trabajador quien lo impulse y no pueda pagar los honorarios fijados, caso en el
cual, deben ser pagados por el Estado.

De acuerdo al Artículo 144 de la LOPT, la dirección del arbitraje corresponde al


presidente que designe el Tribunal de Sustanciación, Mediación y Ejecución, el
cual fijará el lugar y la hora en que deba reunirse la junta de arbitraje.

Conforme el Artículo 145 de la Ley Adjetiva Laboral, las decisiones de la Junta de


Arbitraje deben ser tomadas por mayoría, sin que prevalezca el voto de un árbitro
sobre otro, es decir, los votos de los tres árbitros tienen igual valor, ello no opta a
que el árbitro disidente salve su voto de manera fundamentada.

La disposición del Articulo 146 se refiere a las facultades de los árbitros, las cuales
califica de “amplias” sin precisar a que facultades se refiere, incurriendo el
legislador en este aspecto en imprecisión, por lo que, debe inferirse que los
árbitros en materia laboral podrán valerse de cualquier medio de investigación o
colaboración que deban prestarle los Tribunales Ordinarios o Especiales y demás
autoridades públicas, tal como lo dispone el Artículo 622 del Código de
Procedimiento Civil.

Por otra parte, establece este artículo que las audiencias serán públicas, mediante
el procedimiento oral, lo que se corresponde con los principios de publicidad,
inmediatez, celeridad, oralidad, que informan al nuevo proceso laboral venezolano.

Reza el Artículo 147 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo que: “la junta de
arbitraje deberá producir su laudo arbitral conforme a los principios generales que
orientan esta Ley; “principios que están recogidos en el Artículo 2 de la misma ley
y que fueron, ya mencionados en páginas anteriores.

El Artículo 148 de la Ley bajo análisis establece un orden en la secuencia de las


actuaciones procedimentales que se deben llevar a cabo para que los árbitros
arriben a la decisión; en otras palabras, la Junta de Arbitraje una vez que admite
las pruebas, debe fijar la audiencia de juicio y participa activamente en la misma
para cumplir con el principio de Inmediación; luego de celebrada las audiencias y
realizadas todas las investigaciones que consideren los árbitros, deben dictar el
laudo arbitral dentro de los treinta días hábiles siguientes a la fecha en que se
haya constituido la Junta de Arbitraje.

Finalmente el Artículo 149 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, establece el


carácter inapelable de las decisiones de la Junta de Arbitraje, pero admite per
saltum el Recurso de Casación contra el laudo por ante la Sala Social del Tribunal
Supremo de Justicia, recurso que debe interponerse directamente y no anunciarlo
para después formalizarlo, dentro de los cinco días hábiles siguientes a su
publicación.

El Artículo 149 referido enumera cuatro supuestos ante los cuales procede el
Recurso de Casación:

1. Cuando fuere pronunciado o dictado fuera de los límites del arbitraje, es decir
cuando el fallo esté viciado de ultra petita o extra petita.
2. Cuando no pueda ejecutarse por ser manifiestamente contradictorio su
dispositivo, lo que constituye la más calificada jurisprudencia un error in
procedendo.
3. Si el procedimiento seguido fuera contrario a la ley, es decir, si no se observaron
las formalidades sustanciales; salvo que exista consentimiento de las partes al no
reclamar oportunamente contra ellas, caso en el cual opera el principio de
convalidación tácita previsto en el Artículo 213 del Código de Procedimiento Civil.
De manera que si la parte de no denuncia en primera oportunidad la comisión del
acto írrito, muda la causa principal de la nulidad fundamentada en su propia
negligencia y;
4. Si la cuantía excediere del monto establecido en Unidades Tributarias, lo que
unifica en este aspecto (cuantitativo) el Recurso Extraordinario de Casación en la
Ley Orgánica Procesal del Trabajo.

3-(15 )TRATAMIENTO DEL ARBITRAJE EN EL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO


CIVIL VENEZOLANO. PAG.6 (35)

Se estatuye el arbitramiento en el Título I Parte Primera de los Procedimientos


Especiales Contenciosos. Libro Cuarto de los Procedimientos Especiales del
Código de Procedimiento Civil.

Establece el Artículo 608 del Código de Procedimiento Civil que el compromiso


arbitral, puede celebrarse antes o durante el juicio, sobre materias transigibles,
sea, que no se refiera a cuestiones de estado, sobre divorcio o separación de los
cónyuges; pudiendo acordar las partes en someter la controversia a uno o más
árbitros, siempre en número impar y determinar las cuestiones que cada uno
someta al arbitramiento.

Igualmente dispone esta norma que, las partes sino estuvieren en juicio,
establecerán el compromiso arbitral por instrumento auténtico y que en todo caso
la aceptación de los árbitros y la constitución del tribunal se hará ante el Juez de
Primera Instancia.
El Artículo 609 del Código en cuestión, dispone la formalización del compromiso
ante la existencia de una cláusula compromisoria conforme a las previsiones del
mencionado Artículo 608; pero ante la contumacia de la otra parte para
formalizarlo, establece la norma aquí analizada una incidencia a fin de que la parte
que se niega a aceptar el compromiso conteste en relación la negativa.

Si la parte contumaz una vez citada conviene en el compromiso, se procederá al


día siguiente a la hora que señale el tribunal a la elección de los árbitros, todo
conforme lo dispone el Artículo 610 del CPC, el que además establece que de no
haber acuerdo entre las partes para la elección de los árbitros, cada parte elegirá
uno y los dos árbitros designados, elegirán al tercero, en caso de que persista el
desacuerdo para la elección de los árbitros, la designación la hará el tribunal. Los
árbitros deberán manifestar su aceptación el mismo día de su designación.

Ahora bien, si la parte citada contradice la obligación se abrirá una articulación


probatoria que se sustanciará y decidirá conforme lo dispone el Artículo 611 del
Código de Procedimiento Civil. A tales efectos, se abrirá una articulación
probatoria de quince días, transcurridos los cuales el tribunal procederá a dictar su
decisión dentro de los cinco días siguientes.

El Artículo 612 establece la imposición de costas a la parte que resulte totalmente


vencida.

En este orden, dispone el Artículo 613 del CPC que una vez establecida la validez
de la cláusula compromisoria, el citado procederá a expresar las cuestiones que
por su parte quiera someter al arbitramiento. Si el citado no comparece, se tendrá
por válida la cláusula compromisoria y los árbitros resolverán la controversia
atendiéndose a las cuestiones sometidas al arbitraje por el solicitante. Estatuye así
mismo esta norma que en caso de desacuerdo entre las partes con respecto al
carácter de los árbitros se entenderá que actuarán como árbitros de derecho.

Por otra parte, regula el Artículo 615 del CPC los deberes de los árbitros,
estableciendo que una vez aceptado el cargo es irrenunciable y será responsable
penalmente por el delito de denegación de justicia si se separa del cargo sin causa
legítima.

El Artículo 616 del CPC reglamenta las faltas absolutas y temporales, de los
árbitros; mientras que el 617 ejusdem prevé el pase de los autos a los árbitros
nombrados una vez que la causa se haya sometido a árbitros.

Como se mencionó en líneas anteriores el Artículo 618 del CPC establece las
clases de arbitrajes. Mientras que el Artículo 619 del Código en cuestión establece
como única condición para ser árbitro la de abogado.

El Artículo 620 del CPC se refiere a la recusación de los árbitros; el 621 se refiere
a la designación de un árbitro sustanciador, si así sólo previere.

En tanto que el artículo 622 del Código de Procedimiento Civil instituye que tanto
los Tribunales Ordinarios o Especiales, como las demás autoridades públicas
están en el deber de prestar a los árbitros toda la cooperación que sea de su
competencia.
Nada obsta para que esta cooperación también sea prestada a los árbitros
laborales; esta afirmación tiene asidero constitucional, en el aparte único del
artículo 136 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que
prevé que los órganos de las ramas del Poder Público a quienes incumbe su
ejercicio colaborarán entre sí en la realización de los fines del Estado; atendiendo
entonces la naturaleza jurisdiccional de la función pública que desempeñan los
árbitros, cuando el propio estado les delega facultad jurisdiccional, se les debe la
cooperación indicada en el artículo 622 mencionado.

Conforme lo dispone el artículo 623 del Código de Procedimiento Civil, los árbitros
deberán sentenciar dentro del término que las partes acuerden en el compromiso
arbitral.

Salvo que conste en el compromiso arbitral las decisiones de los árbitros son
inapelables, por disponerlo así el artículo 624 ejusdem; en el primer caso, es decir,
que conste la voluntad en el compromiso arbitral de que el laudo arbitral sea
apelable se hará para ante el Tribunal Superior o para ante otro Tribunal de
arbitramiento que hayan constituido las partes.

Según el artículo 625 del Código de Procedimiento Civil, el laudo arbitral debe ser
publicado al día siguiente, por el juez ante quien fueron designados los árbitros. A
partir de éste día comenzarán a correr los lapsos para los recursos a que haya
lugar.

Estatuye el Código de Procedimiento Civil en el artículo 626 tres supuestos en los


cuales operan la nulidad del laudo o sentencia arbitral. El primero se refiere al
laudo pronunciado sobre la materia de un compromiso nulo o que haya caducado,
o que haya incurrido en ultra petita; en el segundo caso, para el caso de que
estuviere infectado de infra petita, o estuviere concebidos en términos
contradictorios que no pueda ejecutarse el laudo; y, si en el procedimiento no se
hubieren observado las formalidades esenciales al mismo, siempre que no se haya
subsanado por el consentimiento de las partes. El subsiguiente artículo 627
dispone la tramitación para ejercer el recurso de nulidad, la cual se hará valer por
vía de recurso ante el Tribunal que haya publicado el Laudo Arbitral ejecutoriado,
dentro de los diez días siguientes a su publicación.

El artículo 628 de la ley adjetiva civil, ya fue considerado en esta investigación.

Finalmente el artículo 629 ejusdem se refiere a los cotos del arbitraje, lo que
supone el carácter oneroso del arbitraje previsto en el Código de Procedimiento
Civil; norma este artículo que los gastos deben ser sufragados por la parte que
solicite el arbitramiento, sin perjuicio de su reembolso mediante la condena en
costas.

4.-(16) EL ARBITRAJE EN LA LOPT Y EN EL CPC: DIFERENCIAS: PAG.11( 40)

En virtud de la naturaleza del bien jurídico tutelado por el Derecho Laboral, que le
confiere autonomía; las instituciones que lo conforman poseen sus propias
características, en consecuencia se diferencian de las instituciones jurídicas de las
otras ramas del derecho. El arbitraje no escapa de esta apreciación, en
consecuencia se diferencia del arbitraje civil y del mercantil. Siendo las diferencias
más resaltantes entre el arbitraje laboral y el arbitraje civil las siguientes:

1. En cuanto a la obligatoriedad de someter la controversia a arbitraje: Es preciso


indicar tal como lo explicara anteriormente, que en el laboral priva la libre
manifestación de voluntad de una de las partes, para que previa aceptación, de la
otra, se someta la controversia a arbitraje; en tanto que en el Derecho Civil, si bien
es cierto que la manifestación de voluntad de una de las partes impulsa el arbitraje,
debe celebrarse un acuerdo arbitral que hace obligatorio el sometimiento de la
controversia a el arbitraje. Igual obligatoriedad se presenta ante la existencia de
una cláusula compromisoria que con antelación al nacimiento del conflicto,
acuerden las partes.

2. En cuanto a la Junta de Arbitraje, existen marcadas diferencias siendo la más


importante la escogencia de los mismos; los árbitros civiles son escogidos de
común acuerdo por las partes, a menos que no existiere acuerdo para su elección,
en cuyo caso, cada parte elegirá uno y los dos árbitros designados elegirán un
tercero (Artículo 610 CPC). Mientras que los árbitros laborales son escogidos al
azar por el Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución de un tema oficial de la
Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, cambiando el legislador
de esta manera, la forma tradicional de elección de árbitros (Art. 139 LOPT). En
cuanto al número de árbitros en el civil las partes pueden escoger someter su
controversia a uno o más árbitros siempre en número impar; (Art. 608 CPC) en
tanto que, en materia laboral la Junta de Arbitraje siempre debe estar constituida
por tres árbitros escogidos al azar. (Art. 139 LOPT). Otra nota diferenciadora es la
referente a los requisitos para ser árbitro; en el civil, el árbitro de Derecho, de
acuerdo con el Artículo 619 del Código de Procedimiento Civil, sólo exige la
condición de ser abogado, en cambio en el arbitraje laboral se exige tres
condiciones para ser árbitro entre la que se destaca la de ser venezolano, lo que
es una limitante, para que la terna oficial de la Sala Social del Tribunal Supremo de
Justicia, la integren miembros de los Centros Internacionales de Arbitraje, cuya
especialidad y reputación, es altamente reconocida; centros de arbitraje que ante
la globalización y/o internacionalización del trabajo cumplen un papel muy
importante en la resolución de conflictos.

3. En el arbitraje laboral como se explicara en líneas precedentes no se requiere la


preexistencia de un compromiso arbitral, ya que basta la simple manifestación de
voluntad de una de las partes de someter el conflicto a arbitraje y la aceptación de
la otra, para que se active el mismo.

4. Los árbitros laborales fundamentan sus decisiones en la equidad, pues buscan


la justicia del caso concreto en sus resoluciones; para lo cual la ley le da las más
amplias facultades de actuación. En tanto que los árbitros civiles pueden ser de
derecho o de equidad, según lo dispone el Artículo 618 del Código de
Procedimiento Civil.

5. La Ley Orgánica Procesal del Trabajo establece un lapso de treinta (30) días
hábiles para que se dicte el laudo arbitral, contados a partir de la constitución de la
junta de arbitraje, (Art. 148 LOPT); mientras que el laudo arbitral civil será dictado
dentro del término que señale el compromiso.

6. Los asuntos sometidos al arbitraje civil las partes determinan expresamente


cuales son las cuestiones que someten a arbitraje; en tanto que, en el laboral la
causa se somete en conjunto al arbitraje.

7. En materia laboral los laudos arbítrales son inapelables; al igual que en el civil,
pero en éste último las partes, bien en la cláusula compromisoria o en el acuerdo
arbitral pueden acordar la apelación de la decisión de los árbitros.

8. Lo referente a la cancelación de los costos del arbitraje, prevé el Artículo 143 de


la LOPT que los mismos serán cancelados por ambas partes, a menos que quien
lo impulse sea el trabajador y este no pudiere cancelarlo, caso en el cual serán
pagados por el Estado. En cambio en el arbitraje civil los gastos del arbitraje los
sufraga el solicitante del arbitramiento (Art. 629 CPC).

9. Finalmente en relación a los recursos que puedan instaurarse en contra del


laudo arbitral la Ley Adjetiva Civil establece el Recurso de Nulidad de la Sentencia
arbitral (Art. 626 CPC) en tanto que, la Ley Orgánica Procesal del Trabajo
establece el Recurso de Casación; cuya procedencia en ambos casos ya fueron
explicados.
5.-(17)COINCIDENCIAS DEL TRATAMIENTO REGULATORIO SOBRE EL
ARBITRAJE EN LA LEYORGÁNICAPROCESAL DEL TRABAJO Y EN EL
CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL CIVIL, VENEZOLANO.PAG. 14(43)

1. En ambas ramas del Derecho el Arbitraje se refiere a materias NO


TRANSIGIBLES
2. La Onerosidad es una nota que caracteriza tanto al arbitraje civil como laboral,
salvo que en este último, el solicitante sea el trabajador y no pudiere pagar los
honorarios fijados.

3. La decisión arbitral que se toma tanto en el civil como en el laboral tiene carácter
de cosa juzgada.

4. En ambos casos el arbitraje se puede solicitar en cualquier estado y grado del


proceso.

5. Para los árbitros laborales operan las causales de inhibición y recusación


establecida en el artículo 31 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, que son las
mismas causales de inhibición y recusación establecidas en el artículo 82 del
Código de Procedimiento Civil; es decir existen las mismas causales de inhibición
o recusación para los artículos civiles y laborales.

6.- ( 18 )ENFOQUE JURISPRUDENCIAL Y DE LA DOCTRINA CASACIONAL A


LA FECHA DE ESTA INVESTIGACIÓN, DEL ARBITRAJE EN
VENEZUELA,ESPECIALMENTE EN LA SALA DE CASACIÓN SOCIAL. PAG
15(44)

De la revisión exhaustiva realizada a la página web del Tribunal Supremo de


Justicia, y a pesar de que la nueva Ley Orgánica Procesal, que prevé
expresamente la institución del arbitraje, entró en vigencia a partir del año 2002,
por el mandato del artículo 194 de la misma Ley, es decir; entró en vigencia a partir
del día 13 de agosto de 2003, no existen ningún pronunciamiento en la Sala Social
ni en la constitución que atienda o haya analizado el arbitraje permito en la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo; no obstante, se encontraran dos sentencias en
esta sala relativas al arbitraje, de la primera de ellas, de más reciente data (24-11-
2005) , a un recurso de nulidad del Laudo Arbitral publicado en Gaceta Oficial Nº
5.259 Extraordinaria de Fecha 04 de Septiembre de 1998, que resolvió de conflicto
colectivo entre la Empresa Petroquímica de Venezuela (PEQUIVEN) y la
Federación de Trabajadores, Químicos y sus similares de Venezuela
(FEDEPETROL) y los sindicatos afiliados a ella.

Se fundamento dicho recurso en la supuesta infracción de normas


Constitucionales y Legales que menoscabaron la progresividad de los derechos
laborales a los recurrentes.

La decisión tomada por la sala sobre el asunto en referencia, signado con el Nª


AA60-S-2005-000941, con ponencia del Magistrado y Vice-Presidente de la Sala
Juan Rafael Perdomo, ratifica por un lado la competencia de los órganos
contenciosos – administrativo para conocer los actos administrativos llamados de
las Inspectoría del trabajo, y en consecuencia ratifica el criterio de la Sala Plena
asignado en la sentencia de fecha 02 de marzo de 2005, Expediente Nº. 2003-
000034.

Por otro lado, decide la Sala al no estar atribuida de forma explicita en el artículo
492 de la Ley Orgánica del Trabajo, si en alguna norma expresa, la competencia
de los Tribunales Laborales para conocer de la nulidad de los laudos arbítrales
adecurtratum, debe corresponde a los órganos de la Jurisprudencia contenciosa
administrativa, con fundamento en el principio general de la universalidad del
control por parte de los órganos de la jurisprudencia contenciosa administrativa de
los actos administrativos que se establece en el artículo 259 de la Constitución de
la Republica Bolivariana de Venezuela.

La otra causa decidida en fecha 28 de julio de 2005, con ponencia de la


Magistrada Carmen E. Porras de Roa, en el Caso Nº AA60-S-2005-820 referente
al recursos de control de legalidad solicitado con ocasión a la decisión del tribunal
superior del trabajo del Segundo Circuito de la Circunscripción Judicial del Estado
Bolívar, que declaró en lugar la apelación ejercida por la parte actora en el
procedimiento de ejecución de laudo arbitral dictado por la Comisión Tripartita de
Arbitraje SIDOR-SUTISS el 22 de Enero de 1976, seguido por Richard Ortega
Obregón, contra la Sociedad Mercantil Siderurgica del Orinoco (SIDOR) C.A.; que
establece el recurso de control de legalidad como un medio de impugnación
excepcional, en consecuencia a su admisibilidad, declara la Sala, debe ser
restringida.

7.- ( 19 ) BREVISIMAS NOTAS DEL ARBITRAJE EN EL DERECHO


COMPARADO .PAG. 16(45)

1. Derecho Comparado Colombiano.


Colombia junto con Argentina ha sido pionero en la instauración de la solución
judicial o extrajudicial de conflictos, durante tres décadas han promulgado leyes
sobre la materia, siendo la última la Ley 640 de 2001 sobre conciliación.

2. Derecho Comparado Argentino.

La Ley Nº 24573 de mediación y conciliación del 27 de Octubre de 1995, que en su


artículo 1 incluye como obligatorio la mediación previa a todo juicio.

3. Derecho Comparado Mexicano.

En la Ley Federal del Trabajo se establece la conciliación y el arbitraje, igualmente


prevé las Juntas Especiales y Locales de Conciliación y Arbitraje.

4. Derecho Comparado Uruguayo.

La Ley de Arbitraje Nº 15.982 aprobó el Código General del Proceso que en su


Título VIII (Art. 472 al 507) trata del proceso arbitral; y el 26 de agosto de 1998 se
sancionó la Ley 16.995, en cuyo Artículo 2º se dispone que “en todo procedimiento
de conciliación en sede judicial o administrativa, mediación o arbitraje, cada parte
deberá estar asistida por abogado desde el comienzo hasta su culminación”.

5. Derecho Comparado Chileno.

Prevé el Código de Procedimiento Civil el Juicio Arbitral. Establece la figura de


arbitro de derecho, a quien se le puede conferir las facultades de arbitrador, y
deberá someterse tanto en la tramitación del arbitraje como en el pronunciamiento
de la Sentencia definitiva a las reglas establecidas para los jueces ordinarios.

6. Derecho Comparado Español.

El 06 de Marzo de 1.997 fue creado el Tribunal de Arbitraje Laboral para la


Comunidad Valenciana, donde se dispone el procedimiento para la solución
amistosa de conflictos colectivos. Su funcionamiento depende de una fundación
creada por las Organizaciones Sindicales y Empresariales mas representativas y
tiene como objetivo de lograr acuerdos para la conclusión pacífica de los conflictos
laborales y evitar que las diferencias posibles se conviertan en largos procesos de
costosa y compleja resolución. Este Tribunal realiza su gestión a través del
Tribunal de Mediación y del Cuerpo de Árbitros. El procedimiento se desarrolla en
un plazo íntegro de 10 días y de 72 horas en caso huelga.

Es importante precisar que en España en fecha 05 de Diciembre de 2001 se


aprobó la Ley 36/1988 de Arbitraje concebida para la solución arbitral de conflictos
de Derecho Civil, y creó instrumentos de composición arbitral para dirimir
controversias que surgen del trafico mercantil local y el tráfico mercantil
internacional; pero esta Ley, en su artículo 2 excluye expresamente a los árbitrajes
laborales

8.-(20) ALGUNAS NOTAS FINALES.PAG. 18 (48)

El arbitraje laboral judicial, no obstante sus coincidencias que le aproximan al


arbitraje laboral administrativo, posee características que lo singularizan como una
institución jurídica de avanzada no solamente en el nuevo proceso laboral
venezolano, sino en el orden jurídico nacional e incluso para otras legislaciones.

La Ley Orgánica Procesal del Trabajo al consagrar en su regulación El Arbitraje, lo


desvistió de los excesivos, dilatorios e ineficientes - - -y para nada coadyuvantes- -
-requisitos compatibles con la misión de establecer la verdad y la justicia El
arbitraje laboral establecido en la LOPT ,instituto jurídico de gran eficacia y
pertinencia , especialmente en las relaciones particulares y colectivas de trabajo,
ofrece un proceso y tramite, sin formulismos rigurosos , y por el contrario muy
expedito para resolver las diferencias del pleito judicial ,al tiempo que les aporta a
las partes: seguridad jurídica y una mayor posibilidad de una decisión mas justa ,
en virtud de que el pronunciamiento que dicta , que técnicamente se denomina:
laudo arbitral, les merece mayor confianza a los pleiteantes ora porque los árbitros
escudriñarán mas en la equidad que en el derecho,ora porque nunca los árbitros
podrán alejarse del imperio consustanciado en la norma jurídica entre el poder del
Estado y el valor justicia intrínseco y al que tiende la referida norma de derecho,
amen del cumplimiento impretermitible del tramite procedimental.

Solamente el tiempo, la practica continua del arbitraje y su desarrollo en el


complejo mundo de las relaciones laborales, darán la pauta a seguir para el
perfeccionamiento de esta útil herramienta procesal, aunque este último calificativo
no sea de la aceptación total de la doctrina y de la jurisprudencia.
Otro aspecto interesante viene dado por los aportes que de manera directa o
indirecta podría suministrarle el Arbitraje Laboral a los otros tipos de Arbitraje.

El Arbitraje y la ejecución de Laudos


Arbitrales en Venezuela
El arbitraje es la facultad de las partes de dirimir sus controversias,
prescindiendo de la jurisdicción ordinaria.
Eduardo Couture
Perspectivas de la institución arbitral en Venezuela
La institución arbitral en Venezuela podemos analizarla desde dos
perspectivas, una histórica y una jurídica
Histórica
El primer caso de arbitraje del que se tiene conocimiento en nuestro país –
según Gonzalo Parra Aranguren – es el del ciudadano francés Antonio Fabiani
y los hermanos Roncayolo, estos últimos venezolanos. En vista de las
discrepancias surgidas entre estos comerciantes, decidieron someterlas al
conocimiento de árbitros. El tribunal arbitral se reunió en Marsella y dictó su
fallo, el 17-12-1880, en favor de Antonio Fabiani. Los venezolanos pidieron la
declaración de nulidad del compromiso y la revocatoria del fallo, sin embargo,
el Tribunal de Primera Instancia de Marsella negó tales requerimientos.
Nuevamente, los venezolanos apelaron la decisión mencionada, sin embargo,
el Corte Superior de Aix, confirmó la decisión a favor de Fabiani. Por su parte,
la Alta Corte Federal de Venezuela, en 1881, le negó el exequátur por cuanto
no podía considerarse la decisión arbitral como una decisión emanada de un
tribunal.
Luego, en 1883, Fabiani solicita la ejecución del laudo arbitral, y en esta
oportunidad se dio un cambio de criterio en nuestra Alta Corte Federal y se le
concede el pase por cuanto se estimó que se trataba de una sentencia
emanada de un tribunal competente de Francia, en la cual se ventilaron
derechos y obligaciones privados de las partes en conflicto y que no afectaba la
soberanía ni el derecho público de Venezuela.
Pese a ello, fue imposible para Fabiani ejecutar el laudo, debido a lo que se
consideró obstrucción y denegación de justicia, siendo que este es el primer
caso en que se vio la dificultad de la ejecución de los laudos arbitrales,
extranjeros, en Venezuela.
En la última década, luego de la aprobación de la Ley de Arbitraje Comercial del
07-04-1998, se despertó una fase de desarrollo cuantitativo del arbitraje, pero,
a pesar de ello, el Centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Caracas,
solo recibió para su análisis unos 90 casos, hasta el 2007.
Jurídica
Desde la perspectiva jurídica, tenemos que el antecedente más remoto que se
encuentra en el ordenamiento jurídico venezolano sobre la institución del
Arbitraje está en la Constitución del año 1830, la cual entre sus disposiciones
generales señalaba, en el artículo 190, que Los venezolanos tienen la libertad
de terminar sus diferencias por árbitros, aunque estén iniciados los pleitos …
con tal que se observen las formalidades legales y de hacer todo lo que no está
prohibido por la ley. Esta frase, se repite en la Constitución de 1857, sin
embargo, desde la de 1858 y hasta la Constitución de 1961, inclusive, el
constituyente pareció tratar con “indiferencia a la institución”, tal como lo señala
Roland Matthies.
En la Carta Magna de 1999, el constituyente, por primera vez desde 1857,
vuelve a introducir esta institución al referido texto, al señalar, de manera
excesivamente discreta, en el artículo 258 que La ley promoverá el arbitraje, la
conciliación, la mediación y cualesquiera otros medios alternativos para la
solución de conflictos.
Con rango legal, la institución arbitral, normalmente, se reguló a través
del Código de Procedimiento Civil, entre los años de 1897 y 1987, y a partir de
1998, además, con la Ley de Arbitraje Comercial, que serán analizadas a lo
largo de estas páginas.
La institución arbitral
Con la finalidad de comprender la institución arbitral se debe analizar, en primer
lugar, el concepto y luego los elementos fundamentales que permiten
desembocar en el laudo arbitral. Así tenemos que:
Concepto
El arbitraje es la discusión del negocio controvertido entre las partes, ante
personas privadas a cuya decisión lo someten por mutuo consentimiento o
acuerdo.
Este concepto corresponde al Dr. Ramón F. Feo, quien lo expreso en su Estudio
sobre el Código de Procedimiento Civil Venezolano.
En concepto de Eduardo Couture el arbitraje es la facultad de las partes de
dirimir sus controversias, prescindiendo de la jurisdicción ordinaria.
Elementos fundamentales del arbitraje
La institución del arbitraje tiene dos elementos fundamentales sin los cuales
será imposible llegar a la emisión de la decisión o laudo arbitral. Estos
elementos son, en primer lugar, el compromiso y, en segundo lugar, los
árbitros.
El Compromiso
Es el acto en virtud del cual las partes, contractualmente o en juicio, se
comprometen a lograr la solución de un conflicto por intermedio de terceros que
decidirán conforme a la equidad u observando lo previsto en el cuerpo legal
vigente.
Compromiso en juicio: El artículo 608 del Código de Procedimiento Civil (CPC)
establece que las partes, antes o durante el juicio pueden comprometerse en
árbitros de número impar.
Compromiso Contractual: La doctrina lo denomina cláusula compromisoria y
consiste en que las partes al celebrar un contrato prevén la posibilidad de que
cualquier conflicto que tenga su origen en el mismo se dirima por los árbitros
que estas designen.
Controversias que no pueden someterse a arbitraje: En el mencionado artículo
608 del Código de Procedimiento Civil se señala que no pueden
comprometerse cuestiones sobre el estado, sobre divorcio o separación de
cuerpos, ni sobre los demás asuntos en los cuales no cabe transacción.
Luego, por su parte, el artículo 3º de la Ley de Arbitraje Comercial indica que
no podrán someterse a arbitraje controversias derivadas de delitos, faltas o
actuaciones contrarias al orden público; las directamente concernientes al
imperio del Estado; las que versen sobre el estado y capacidad de las
personas; las relativas a bienes y derechos de los incapaces cuando no medie
autorización judicial; y, sobre las que hubiere recaído sentencia firme, a menos
que sean las consecuencias patrimoniales de las mismas.
Capacidad para someterse a arbitraje: La capacidad requerida para
comprometer en árbitros es la misma requerida para contratar y obligarse
libremente, de conformidad con lo previsto en los artículos 1.143 del Código
Civil, es decir todas las personas que no estuvieren declaradas incapaces por la
ley.
Por su parte, el artículo siguiente, 1.144 eiusdem, nos indica que son incapaces
para contratar los menores, los entredichos, los inhabilitados y cualquiera otra
persona a quien la ley le niega la facultad de celebrar determinados contratos.
En la Ley de Arbitraje Comercial, en su artículo 49, se señala como causal para
denegar la ejecución de un laudo arbitral, cualquiera que sea su país de origen,
que la parte contra la cual se invoque demuestre que una de las partes estaba
afectada por alguna incapacidad al momento de celebrar el acuerdo arbitral
(compromiso arbitral).
Formalidad para establecer el compromiso: El artículo 608 del Código de
Procedimiento Civil señala que el compromiso deberá constar, si las partes no
estuvieran en juicio, de manera autentica. Ahora bien, por su parte la Ley de
Arbitraje Comercial en los artículos 5º y 6º no requieren que este conste en
forma autentica, es más, sólo se exige que conste por escrito.
Elementos que debe contener el compromiso: El Centro de Arbitraje de la
Cámara de Comercio de Caracas señala como elementos imprescindibles,
para redactar el compromiso, los siguientes:
 Número de árbitros que integrará el Tribunal Arbitral, el cual debe ser impar;
 Señalar si los árbitros decidirán conforme a la equidad o al derecho;
 Legislación aplicable al contrato; y,
 Determinación de la forma en que se realizaran las notificaciones.
Los árbitros: Tal como se señalara al principio de este punto 2, el otro elemento
fundamental del arbitraje es el constituido por los árbitros, que son las personas
a quienes se confía dirimir la situación en conflicto.
Tipos de árbitros: Los árbitros son arbitradores, que deciden de acuerdo a la
equidad, o de derecho, que deciden de conformidad con lo establecido en las
leyes.
El artículo 614, parágrafo segundo, CPC, establece que cuando las partes no
llegan a un acuerdo sobre el carácter de los árbitros, entonces, se entiende que
decidirán como árbitros de derecho. En similar sentido se pronuncia el artículo
8º de la Ley de Arbitraje Comercial. Ahora bien, el artículo 618, parágrafo
tercero, CPC, indica que si en el compromiso no se indicó el carácter de los
árbitros, se entenderá que son arbitradores.
Número de árbitros: En caso de que las partes no hubiesen establecido el
número de los árbitros en el compromiso arbitral y no hubiere posibilidad de
acuerdo en torno al mismo, cada parte nombrará uno y el tribunal designara un
tercero (artículo 610, parágrafo primero, CPC). A todo evento, el número de los
árbitros deberá ser impar.
El Laudo: La decisión arbitral
El laudo arbitral no es más que la decisión de los árbitros, ajustada al derecho
o la equidad, y la cual se debe concretar dentro del plazo establecido en el
compromiso arbitral (artículo 623 CPC). De acuerdo con la Ley de Arbitraje
Comercial este plazo, si no se estableció uno distinto, será de seis (6) meses,
prorrogable una o varias veces de oficio o a solicitud de las partes.
En el artículo 624 CPC, se estableció que los fallos de los árbitros son
inapelables. Sin embargo, si los árbitros hubieren sido de derecho, se permite
pacto en contrario, siempre que conste en el compromiso. Esta apelación se
hará para ante el Tribunal Superior natural o para ante otro Tribunal de
arbitramento que hayan constituido las partes con ese fin.
Por su parte, la Ley de Arbitraje Comercial establece como único recurso
contra el laudo el Recurso de Nulidad.
Nulidad del Laudo
La decisión arbitral podrá ser considerada nula cuando encuadre en uno de los
supuestos taxativamente previstos en el ordenamiento jurídico vigente. Estas
causales las encontramos en el artículo 626 del CPC y en el artículo 44 de la
Ley de Arbitraje Comercial.
Las causales previstas en el CPC son las siguientes:
 Si se hubiere pronunciado sobre la materia de un compromiso nulo o que haya
caducado, o fuera de los límites del compromiso;
 Si la sentencia no se hubiere pronunciado sobre todos los objetos del
compromiso, o si estuviere concebida en términos de tal manera contradictorios
que no pueda ejecutarse; y,
 Si en el procedimiento no se hubieren observado sus formalidades
sustanciales, siempre que la nulidad no se haya subsanado por el
consentimiento de las partes.
Por su parte, las causales previstas en el Ley de Arbitraje Comercial son las
siguientes:
 Cuando la parte contra la cual se invoca demuestre que una de las partes
estaba afectada por alguna incapacidad al momento de celebrarse el acuerdo
de arbitraje;
 Cuando la parte contra la cual se invoca el laudo no hubiere sido debidamente
notificada de la designación de un árbitro o de las actuaciones arbitrales que
así lo ameriten, o no haya podido por cualquier razón hacer valer sus derechos;
 Cuando la composición del tribunal arbitral o el procedimiento arbitral no se ha
ajustado a esta Ley;
 Cuando el laudo se refiera a una controversia no prevista en el acuerdo de
arbitraje, o contiene decisiones que exceden del acuerdo mismo;
 Cuando la parte contra la cual se invoca el laudo demuestre que el mismo no
es aún vinculante para las partes o ha sido anulado o suspendido con
anterioridad, de acuerdo a lo convenido por las partes para el proceso arbitral;
y,
 Cuando el tribunal ante el cual se plantea la nulidad del laudo compruebe que,
según la Ley, el objeto de la controversia no es susceptible de arbitraje o que la
materia sobre la cual versa es contraria al orden público.
Como se puede observar, estos supuestos son claros y bien definidos, en
virtud de lo cual se puede omitir un examen que no excedería la simple
exégesis.
Recurso de Nulidad
Una vez que las partes consideren que el Laudo es nulo, por estar encuadrado
dentro de alguno de los supuestos señalados en el punto anterior, ambos
textos confieren la posibilidad de recurrir a los tribunales para pedir la nulidad
del Laudo.
En el caso del Código de Procedimiento Civil se establece un procedimiento
que parte de la interposición del recurso por ante el Tribunal que haya
publicado el Laudo y decidido el recurso, todavía se puede ir, por vía de
apelación, ante los Tribunales Superiores.
De otra parte, el procedimiento previsto en la Ley de Arbitraje Comercial, difiere
del anterior en que su interposición se realizará, directamente, ante el Tribunal
Superior competente de la jurisdicción en que se hubiera dictado el Laudo.
Ejecución del Laudo
En el artículo 48 de la Ley de Arbitraje Comercial señala que el laudo arbitral,
cualquiera que sea el país en el que haya sido dictado, será reconocido por los
tribunales ordinarios como vinculante e inapelable, y tras la presentación de
una petición por escrito al Tribunal de Primera Instancia competente será
ejecutado forzosamente por éste sin requerir exequátur, según las normas que
establece el Código de Procedimiento Civil para la ejecución forzosa de las
sentencias.
La norma parece ser suficientemente explícita sobre la posibilidad de ejecución
de un Laudo, bien haya nacido éste de conformidad con el derecho nacional o
según el ordenamiento de otro país.
Ahora bien, a lo largo de este estudio se ha perseguido develar una incógnita
fundamental, que es la siguiente: ¿Es posible ejecutar un laudo arbitral, bien
sea este dictado por las leyes de nuestro país o de uno extranjero?. Al recordar
el primer caso elevado a conocimiento de árbitros encontramos al Sr. Antonio
Fabiani, quien no pudo ejecutar su decisión arbitral por renuencia de los
tribunales nacionales de ejecutar el mismo, tal vez por ignorancia, pero, la duda
en torno a la ejecutoriedad aún persiste, aquí trataremos de dilucidarla, no sin
antes recordar el hecho de que por mucho que se haya escrito sobre el tema el
mismo no se puede considerar agotado.
Ejecución del Laudo Arbitral nacional
En el encabezado de este título se transcribió el artículo 48 de la Ley de
Arbitraje Comercial, el cual no tiene similar en el Código de Procedimiento Civil,
sin embargo, éste tiene una norma supletoria que se encuentra en el artículo
523, correspondiente a la Ejecución de la Sentencia, el cual señala que La
ejecución de la sentencia o de cualquier otro acto que tenga fuerza de tal,
corresponderá al Tribunal que haya conocido de la causa en primera instancia.
Si fuere un Tribunal de arbitramento el que haya conocido en primera instancia,
la ejecución corresponderá al Tribunal natural que hubiere conocido del asunto
de no haberse efectuado el arbitramento.
De aquí podemos concluir, con José Chillón y José Merchán, que la posibilidad
de ejecutar el Laudo Arbitral es, precisamente, lo que da sentido a buscar la
solución de las controversias ante esta jurisdicción privada que es el arbitraje.
De no existir la posibilidad de ejecución, el Laudo sería un simple contrato o un
mero trámite conciliatorio, tal como señala Ricardo Henríquez, en su obra El
Arbitraje Comercial en Venezuela.
Todo lo anterior lleva a concluir que la posibilidad de ejecutar un Laudo Arbitral,
nacido de nuestro propio ordenamiento jurídico, sigue, simplemente, la misma
suerte que una sentencia emanada de los órganos jurisdiccionales
competentes. Es decir, en primer lugar, la solicitud de cumplimiento voluntario
(artículo 524 CPC) y luego, la ejecución forzosa (artículo 526 CPC).
Ejecución del Laudo Arbitral extranjero
Antes de entrar a analizar el punto concreto es importante recordar que, en
agosto de 1998, se publicó la Ley de Derecho Internacional Privado, la cual en su
artículo primero señaló que Los supuestos de hecho relacionados con los
ordenamientos jurídicos extranjeros se regularán, por las normas de Derecho
Internacional Público sobre la materia, en particular, las establecidas en los
tratados internacionales vigentes en Venezuela; en su defecto, se aplicarán las
normas de Derecho Internacional Privado venezolano; a falta de ellas, se
utilizará la analogía y, finalmente, se regirán por los principios de Derecho
Internacional Privado generalmente aceptados.
Este artículo, que señala la prelación de las fuentes en materia de Derecho
Internacional Privado, nos remite al análisis que se señala infra.
Para comenzar, se debe señalar que un Laudo Arbitral se considera extranjero
cuando el ordenamiento jurídico aplicable al mismo ha sido el de otro país, de
tal forma que, un Laudo emitido por un Tribunal Arbitral venezolano, puede
considerarse extranjero cuando el derecho aplicable no fue el nacional.
Partiendo de lo dispuesto en el artículo 62 de la Ley de Derecho Internacional
Privado, el cual señala que todo lo concerniente al arbitraje comercial
internacional se regirá por las normas especiales que regulan la materia, se
debe recordar lo previsto en el artículo 48 de la Ley de Arbitraje Comercial, es
decir, que cualquier Laudo, sin importar el país de origen, se debe ejecutar
forzosamente sin requerir exequátur, asimilándolo a una sentencia emanada de
un tribunal competente.
La norma referida tiene su origen en un Tratado Internacional suscrito por
Venezuela, como lo es laConvención de las Naciones Unidas sobre Reconocimiento y
Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras de 1958, que es ley de nuestro
país desde el 29 de Diciembre de 1994, cuyo artículo III señala que Cada uno
de los Estados Contratantes reconocerá la autoridad de la sentencia arbitral y
concederá su ejecución de conformidad con las normas de procedimiento
vigentes en el territorio donde la sentencia sea invocada….
Ahora bien, de acuerdo con lo previsto en la Ley de Arbitraje Comercial
adminiculado con la citada convención, se daría libertad ilimitada a la ejecución
de los Laudos, que se consideren extranjeros, sin embargo, la referida
convención otorga a los países signatarios, la posibilidad de establecer la
extensión de la misma, es decir a que estados se aplicará. En nuestro caso se
utilizó el criterio de la reciprocidad, es decir, se aplicaría la Convención a
Laudos Arbitrales provenientes de países firmantes del mismo, de forma que
los Laudos emitidos por Tribunales Arbitrales venezolanos se puedan ejecutar
en aquellos países.
Además de la Convención de las Naciones Unidas sobre Reconocimiento y
Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras de 1958, que como se
señaló forma parte de nuestro cuerpo legal desde 1994, existen otros tratados
suscritos por Venezuela en el mismo sentido, estos son:
El Acuerdo sobre Ejecución de Actos Extranjeros, suscrito entre los países
bolivarianos en Caracas en 1911, que fue ratificado por el Ejecutivo en 1914,
en cuyo artículo 3 se hace referencia a la legalización de las sentencias y
laudos arbitrales emitidos por algún Estado signatario.
La Convención Interamericana sobre Eficacia Extraterritorial de las Sentencias y Laudos
Arbitrales Extranjeros, suscrita en Montevideo en 1975, para los miembros de la
OEA, publicada en la Gaceta Oficial el 15 de enero de 1985, busca, entre sus
consideraciones iniciales, la eficacia extraterritorial de sentencias y laudos,
pero no es tan definitiva como la Convención de la ONU, debido a que no
otorga a estos instrumentos carácter ejecutivo, sino que los somete al examen
de los órganos de cada signatario.
La Convención Interamericana sobre Arbitraje Comercial Internacional, suscrita en
Panamá en 1975 y publicada en la Gaceta Oficial el 21 de febrero de 1985,
establece en su articulado que …los laudos arbitrales no impugnables… según
las reglas procesales aplicables, tendrán fuerza de sentencia judicial
ejecutoriada, por lo tanto, su ejecución podrá exigirse en la misma forma que
las sentencias judiciales emanadas de los tribunales competentes.
En todo caso, estas Convenciones tienen el mismo rango legal, de modo que la
Sala Político Administrativa de la Corte Suprema de Justicia, en sentencia del
09-10-1997, declaró que se aplica la disposición más favorable para lograr los
objetivos comunes de tales Convenciones, es decir, que los Laudos Arbitrales
sean exigibles en sus propios términos, ejecutables en países distintos a la
sede arbitral, sin una previa revisión de fondo, y, por último, que se facilite el
recurso al arbitraje en el comercio internacional.
Denegación de la Ejecución del Laudo Arbitral
Para culminar este análisis de la institución arbitral y la ejecución de los
Laudos, tenemos que mencionar, al menos, las causales por las cuales se
pude negar la ejecución de un Laudo, sin importar el país que lo haya dictado.
Estas causales están previstas, tanto en el artículo 49 de la Ley de Arbitraje
Comercial como en el artículo V de la Convención de las Naciones Unidas
sobre Reconocimiento y Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras.
Las referidas causales, comunes en ambos textos pero en distinto orden, son
las siguientes:
 Cuando la parte contra la cual se invoca demuestre que una de las partes
estaba afectada por alguna incapacidad al momento de celebrarse el acuerdo
de arbitraje;
 Cuando la parte contra la cual se invoca el laudo no hubiere sido debidamente
notificada de la designación de un árbitro o de las actuaciones arbitrales que
así lo ameriten, o no haya podido por cualquier razón hacer valer sus derechos;
 Cuando la composición del tribunal arbitral o el procedimiento arbitral no se ha
ajustado a la ley del país donde se efectuó el arbitraje;
 Cuando el laudo se refiera a una controversia no prevista en el acuerdo de
arbitraje, o contiene decisiones que exceden del acuerdo mismo;
 Cuando la parte contra la cual se invoca el laudo demuestre que el mismo no
es aún vinculante para las partes o ha sido anulado o suspendido con
anterioridad, por una autoridad competente de acuerdo a lo convenido por las
partes para el proceso arbitral;
 Cuando el tribunal ante el cual se plantea el reconocimiento o la ejecución del
laudo compruebe que según la ley, el objeto de la controversia no es
susceptible de arbitraje o que la materia sobre la cual versa es contraria al
orden público;
 Que el acuerdo de arbitraje no sea válido en virtud de la Ley a la cual las partes
lo han sometido.
Conclusión
A lo largo de estas páginas se ha tratado de descifrar una institución
fundamental del Derecho Comercial Internacional como lo es esta del Arbitraje
o Arbitramento, y luego, en un plano más específico, se estudió la ejecución de
un laudo arbitral, independientemente del ordenamiento legal que dio lugar a la
decisión.
En este sentido, con claridad meridiana se puede concluir que:
 Los Laudos emitidos por Tribunales Arbitrales con vista a nuestro ordenamiento
legal son siempre ejecutables, por considerarse que los mismos tienen la
fuerza legal de una sentencia emanada de un tribunal competente; y,
 Los Laudos emitidos por Tribunales Arbitrales, de conformidad con un
ordenamiento jurídico distinto al venezolano, serán ejecutables en Venezuela
siempre que el país de origen del mismo haya suscrito la “Convención de las
Naciones Unidas sobre Reconocimiento y Ejecución de las Sentencias
Arbitrales Extranjeras”, sin reserva que excluya a Venezuela por cuanto en
dicha Convención nuestro país se acogió al criterio de la reciprocidad.
Con estas dos conclusiones, parece quedar claro el punto de la ejecución, sin
embargo, ello no excluye que se pudieren presentar problemas a nivel de
tribunales por desconocimiento del tema.
Bibliografía
Bibliografía General
 Diccionario Enciclopédico Ilustrado Euro Americano. Editorial Espasa-Calpe.
 Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Ed. Heliasta.
 Legislación Venezolana. Lexcomp 99.
 Página web del Centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Caracas.
Bibliografía Jurídica
 Bello, Humberto.
Juicio Ordinario. Ed. Tribuna Jurídica.
 Borjas, Arminio.
Comentarios al Código de Procedimiento Civil Venezolano. Librería Piñango.
 Calamandrei, Piero.
Instituciones del Derecho Procesal Civil. Ed. EJEA.
 Duque, José.
Procedimientos Especiales Contenciosos. UCAB.
 Henríquez, Ricardo.
El Arbitraje Comercial en Venezuela. Publicado por el Centro de Arbitraje de la
Cámara de Comercio de Caracas.
 Loreto, Luis.
Estudios de Derecho Procesal Civil.
 Matthies, Roland.
Arbitrariedad y Arbitraje. Oscar Todtmann Editores.
 Parra, Gonzalo.
Curso General de Derecho Internacional Privado. UCV La función de la reciprocidad en el
sistema venezolano del exequátur. Revista de la Facultad de Derecho Nº 31. UCV
 Rengel, Aristides.
Manual de Derecho Procesal Civil Venezolano. UCAB.

Você também pode gostar