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Selección y Prólogo:
Saúl Gómez Mantilla
Épica Ediciones
Bogotá, 2011
LA SOMBRA Y EL RELAMPAGO
(Poesía Viva de Norte de Santander)
.
ELEGÍA EN AZUL
II
Ando perdido
pero jubiloso.
Confieso que no sé
a dónde voy,
pero la alegría me delata:
todos saben
que vengo de tu cuerpo.
TRISTURA
Al otro lado
del muro de la luz
reposa en su inocencia
la palabra.
Será en vano
si intentas atraparla.
Tu palabra
solo intenta rasgar
la desmesura
de tus sueños.
DESAPEGO
Cuánta lucidez
en esa hora
en que la espera
ya no tiene sentido.
Cuando dolor
en el desapego
estación final
de éste
único
verdadero
inmutable
amor.
ASILO
Se pierde la tarde
en tu mirada
de bosque claro,
la recobro en la noche
de tu asilo.
MUJER ÁRABE
Rasga la burka
olvídala sobre la piel
ardiente del desierto.
Contempla el horizonte
vedado para ti.
Te regalo
mi boca libre
para libar un beso.
Te regalo
mis ojos
para compartir
nuestra mirada al infinito.
EL VIAJE
Sin camino
de retorno
desde la orilla
del silencio
comencé el viaje
hacia mi propio destino.
DAVID BONELLS ROVIRA
Yo no sé si era Roma
o Berlín
o simplemente Cúcuta
después del terremoto.
—Fue entonces
cuando nubes de polvo y pólvora
comenzaron a borrarle sus recuerdos—.
VINIERON A PREGUNTAR POR USTED
Después
nada se supo de su suerte,
hasta cuando encontraron
su cadáver bocabajo
con las manos atadas
a la espalda,
y un tiro de gracia
a quemarropa.
Ahora mismo
está cruzado de brazos
sobre la mesa del anfiteatro
esperando que alguien
venga de nuevo
a preguntar por usted.
COMO ESPERANDO A ALGUIEN
Descubrir
su secreto rumor
de lejanías
en el odre
rojo y negro
sangre y fuego
que hiere la memoria.
Alzo la copa
para brindar
por la compañía
de la soledad,
abro un libro
sin carátula
lleno de poemas
y saliendo de sus hojas
viene
Borges
a visitarme.
Al poeta le cuento
yo también mis historias,
siempre las mismas,
sobre la fría Manizales,
vividas en la zona
de tolerancia,
donde las putas avejentadas
bailan el tango y la milonga
con maestría
sin par.
¿Cuándo
dime cuándo
volverás a visitarme
Borges?
EL TIEMPO
Hace de la materia
un barril lleno con
el vino de los elementos,
el agua sutil enamorada
de la libertad,
la tierra sedienta
de su propia certeza,
el fuego que todo lo consume
y las ventiscas danzantes
del aire.
RITORNELO
La noche hace de
su luna un juego mentiroso,
un acopio de luz blanca
venida
de sus reversos.
La noche
preñada de ausencias
miente con sevicia
sobre sí misma.
La ruta de la esfera
y su girar
interminable,
trae la gran mentira
que la cubre
y
la socaba
CARLOS ARNULFO ARIAS MENDOZA
Pasajero de la lluvia
tanta ternura convertida en cieno.
Pasajero de la noche
que importa si mañana llueve.
GUSTAVO VILLAMIZAR SUAREZ
Llevo
en mis calles
una lluvia
de nombres
que titilan
en el ojo de la luna.
MURAL
La sirena
señala viejos silencios
y la eternidad es un viajero mutilado
en salas de tercera.
De improviso
la magia de las sombras
recuerda sus presagios,
el viento cincela la memoria
en el asta del olvido
vigilan extraños visitantes.
MUDANZA
La miraste triste.
Pequeños crímenes
que sus amigos perdonan
a cambio de un comentario afilado o una mentira.
La luz se posa
en los abismos de un teclado
roza las cuerdas
para hacer posible la visión
La ondulación mediadora
produce el tono exacto
en que suena la ausencia
(Canto 33)
Yo soy el esclavo acosado por la jauría.
Me duelen los mordiscos
Walt Whitman
A María Baranda
Permanece impasible
siglos de horror aguardan luego de aquellos soles.
Mi hermano tiene fe
su comunión con las alturas le ha hecho grande,
su conciencia de hombre le ha dado vida
el fuego ha perpetuado su magia
todo ha estado masticado
por su boca corre el chasqui, grito de libertad.
II
III
IV
Ha superado el sumergimiento
sus mensajes llevan órficos senderos
sobre la espalda de la madre,
sueña un mundo de hierba,
verde hierba masticada por los siglos.
MANUEL IVAN URBINA SANTAFE
Es un rayo rojo
una luminiscencia de plumas
que cruza arriba de tu alma
sin que lo sepas
porque tiene algo de ti
y no puede resistirse.
Como tú
se sabe venido de otras muertes.
Serías tú
de haberle arrancado a la felicidad
las plumas rojas.
COMETA
Dijiste es de noche,
pero querías decir
la ciudad se oculta
veo luz en muchas habitaciones
La ciudad se consume.
Las embarcaciones pesan entre las olas,
porque llevan su última ofrenda de fuego.
Ahora no saben esos barcos
si desesperan por volar,
azuzados por la violencia de su propio arsenal,
o por estar finalmente en el silencio del fondo,
recorriendo sin prisa habitaciones negras y azules.
Llora mientras tienes oportunidad.
Pero no derramarás una lágrima por la ciudad
—sus techos rojos son también una flota que parte—
ni por los hombres que escogen su fin entre el fuego
y el hielo.
Llorarás por ti:
no tendrás una ciudad a donde regresar,
ni barcos para ir y venir entre tus deseos.
Si un día soñaste
si un día soñé
con un caballo blanco
tal vez sea éste
que tiene el poder
de salvar todos los abismos.
Míralo ahora
en medio de la oscuridad
esperando
a que sus alas florezcan.
CARMEN ADRIANA FERREIRA ESPARZA
Pulgada a pulgada
mides
la longitud de mis deseos.
Soñar el sueño
donde la vida misma
no es más que la certeza de la muerte.
a Corina
No atrapa el árbol
al ave
en sus ramas.
Permite el agua
al pez
volar a su manera.
No detiene el campo
al lobo
en su emboscada.
Y yo intento retenerte
amor
en este sueño
de ser libres.
DESPERTAR
Entonces el calor
el ruido
el tiempo
no se perciben.
Una palabra
naufraga en la página
y sola
parece abandonarse
entre frases y párrafos.
Al ser leída
atraviesa ojos, manos, pies, cerebro,
instalándose en el pecho
doblando las rodillas.
a A. Rangel
a A. Rimbaud.
a J. L. B.
a F. Ponge
Cada atardecer
los mangos develan el rojizo suicidio del sol.
Su madurez se anticipa y resplandece
en el fluir de los frutos
bajo la soledad de los árboles.
Es el ocaso el que pinta el aleteo moribundo
de la partida.
Su travesía estremece nuestras raíces con su luz
portadora de arreboles.
Se veía tan frágil
llorando en la escalera
y más, cuando se ocultaba
tras el tenue relámpago asomado a mi ventana.
Sus ojos eran el velo de una sonrisa
de una historia inasible
nunca contada por sus labios.
Como líneas en sus manos
y el recorrido de sus pies
son el cielo que se diluye en mar.
Hay un cielo que se niega a la oscuridad
que trastea con los recuerdos diarios
y los quiere eternos.
El canto de los pájaros en las cuerdas
espera una descarga que los haga volar.
Esa angustia de correr detrás de lo que hemos
perdido.
Ya no corre la gacela en dirección contraria a su
captor.
Huir constituía un simple acto de miedo
su obsequio yace en medio de la carretera
y se destiñe por la lluvia.
En el cuarto tus alas crecen,
tus plumas, llenas de palabras recuperan los días
de zozobra enmudecida.
Hay unas manos que te moldean.
La flor del baile que se abrió a las nueve de la noche
yace en medio de la vía.
Quién ha querido robarte los sueños
es un duende que revuelca tus recuerdos
y sonríe.
Crecí bajo un árbol
que extendía sus ramas
para mecerme.
Nunca supe su nombre
me bastaba saber que su generosidad se expresaba
en los obsequios que de él se desprendían
cachitos de mil colores
que caminaban sobre mi cuerpo.
Me entretenía yaciendo en sus raíces
deleitándome.
con el verde azul tornasolado de sus sombras.
Cuántos recuerdos te llevarás en tus anillos.
Ellos hablarán de los secretos que abrazada a ti
te contaba, de las risas y los atardeceres
que junto a ti vi caer.
DARIO SARAGO
He aquí
(y no me pregunten cómo pudieron ser hallados)
retazos de aquél mapa del tiempo y el espacio.
JOHANNA MARCELA ROZO ENCISO
No recordarás mi nombre
aunque el golpe en el hombro
sea señal del tropiezo.
No tendrás de mí
una imagen borrosa
y pretenderás volver en el tiempo
sin lograr un bosquejo
de mi rostro,
en los laberintos de tu memoria.
Pasaré frente a ti
en medio de los agitados vientos
y no reconocerás mi sombra.
No te sorprenderá el espacio
vacío en las fotografías.
Porque soy
un fantasma,
una niebla.
la fría imitación
de una mujer invisible.
TOMANDO CAFÉ CON GARCÍA LORCA
Ya no soy más
no tengo la pupila en el agua.
MANERAS DE PASAR EL INVIERNO
El temblor
calienta entre las piernas
mientras tu voz pronuncia
mi nombre.
La música es un timo,
una falsedad,
un insulto,
una carga,
un mal presagio,
una droga.
Tenso el arco
y ahora el chelo
me ahoga lentamente.
BASTET
Bastet
¿Acaso un gato
no es para ti
el universo?
POE
Se revela,
dejando a su paso el hálito de la niebla
sobre nuestro cuarto.
Un cuervo se asoma
observándonos desde el dintel de nuestra puerta,
y sus ojos
nos regresan a nuestra forma original.
Aspiramos el blanquecino néctar flotante
dejando que el fantasma se ubique en nosotros.
Prólogo