Factores cinéticos que controlan la cristalización.
Los factores cinéticos son quienes afectan la capacidad de los segmentos de
cadena, para acomodarse en sus posiciones dentro de la red cristalina por lo que de ellos depende la velocidad de cristalización de los polímeros. Esos factores son:
Flexibilidad de las moléculas.
Las moléculas pertenecientes a un tipo de polímero deben tener elasticidad
para que ese polímero se pueda cristalizar, es decir, que este pueda tener la movilidad necesaria para colocarse en posiciones precisas durante el proceso de cristalización.
Condiciones de la recristalización.
Se requieren temperaturas altas para impartir a las moléculas poliméricas
suficiente energía cinética (movilidad) y que puedan acomodarse en la red cristalina. Pero sólo a bajas temperaturas van a permanecer en forma estable en los cristales ya que a medida que el líquido se enfría se acerca al punto de solidificación. Una vez alcanzada la temperatura de solidificación, estos grupos aislados de átomos pueden haber quedado orientados, enlazados como el cristal elemental, adquiriendo una estructura rígida de orientación los unos respecto a los otros. Los átomos vecinos pueden, una vez perdida la energía térmica necesaria, irse agregando al cristal elemental formado, formando nuevos cristales elementales.
El balance entre esas dos condiciones produce una velocidad máxima de
cristalización a una temperatura intermedia permitiendo que la regularidad de la estructura molecular haga posible que las moléculas se acomoden en una red cristalina y la polaridad de las moléculas aumente la atracción entre cadenas adyacentes y, en consecuencia, la atracción que tiende a colocarle ordenadamente en el cristal y mantenerlas firme en él.
Gráfico de Temperatura de Transición Vítrea (Tg) y Temperatura de Fusión
(Tg) La formación de un polímero cristalino o no (amorfo) depende básicamente de la temperatura desglosándose en dos tipos dependiendo de los cambios que estos vayan presentando. Debido a esto a temperaturas altas, los polímeros se vuelven líquidos muy viscosos en los que las cadenas están en movimiento cambiando su forma y deslizándose unas sobre las otras; a temperaturas muy bajas, el polímero se vuelve cada vez más elástico hasta que llega a la temperatura de transición vítrea, Tg convirtiéndose en un sólido duro, rígido y frágil. La temperatura de transición vítrea (Tg) es la temperatura a la que se da una pseudotransición termodinámica en materiales vítreos, es decir, no es propiamente una transición sino que en esa temperatura el polímero disminuye su densidad, dureza y rigidez además su porcentaje de elongación disminuye de forma drástica puesto que representa el punto intermedio entre el estado fundido y el estado rígido del material.
Por encima de la Tg los enlaces secundarios de las moléculas son mucho
más débiles que el movimiento térmico de las mismas, por lo que el polímero se torna gomoso y adquiere cierta elasticidad y capacidad de deformación plástica sin fractura. Este comportamiento es específico de polímeros termoplásticos y no ocurre en polímeros termoestables.
Conforme disminuye la temperatura, el polímero se contrae porque las
cadenas se mueven menos y se atraen más. Dado que va disminuyendo el volumen libre, los espacios entre las moléculas, los segmentos de las cadenas tienen cada vez menos lugar para girar, hasta que al llegar a Tg, dejan de hacerlo, el material se pone rígido y en esas condiciones se vuelve vítreo o frágil, porque como sus cadenas aunque todavía vibran ya no pueden girar para cambiar su posición, y no tienen manera de amortiguar los impactos. A esta restricción del movimiento molecular también contribuye por supuesto, la falta de suficiente energía debida a las bajas temperaturas.
El punto T se refiere al polímero semicristalino (es un polímero que contiene
dos regiones claramente definidas en su estado sólido. Una de estas regiones es amorfa y la otra es cristalina.). En este caso existen dos transiciones: una, cuando cristaliza el polímero al enfriarlo (Tm) y la otra cuando el material elástico resultante se vuelve vítreo (Tg). Tm corresponde a la temperatura de fusión dependiente del peso molecular que correlaciona el número de átomos de carbono con el punto de fusión. A temperaturas cercanas a Tm y mayores, las cadenas poliméricas ya se deslizan y se separan causando flujo viscoso irreversible. El material se comporta como un líquido muy viscoso. Entre Tm y Tg, los cristalitos están embebidos en una matriz más o menos elástica y el material es correoso, pero debajo de Tg los cristales están dispersos en una matriz frágil.
A temperaturas superiores a Tg, la deformación es más extensa y más
dependiente del tiempo, porque las moléculas ya tienen mayor libertad y cambian continuamente su forma y hasta cierto punto su posición. Si la temperatura es mayor, pero muy cercana a Tg, la deformación es prácticamente reversible y se debe al reordenamiento de segmentos cortos de las cadenas.
Un polímero parcialmente cristalino, generalmente tiene mayor resistencia
mecánica que el mismo material con estructura amorfa (un polímero amorfo es aquel que debido a la falta de regularidad en su estructura, tacticidad, o por la falta de conformación no puede formar cristales, que requieren de un orden en las cadenas del polímero). En los polímeros amorfos, el número de estas interacciones es menos y su espaciamiento es errático, así que al aplicarles esfuerzos, muchas secciones del polímero se extienden o deforman libremente
Generalmente los polímeros termodinámicamente cristalizables deben
cristalizar a tasas razonables si su cristalinidad se va a emplear desde un punto de vista práctico. El grado al que cristaliza un polímero depende de si su estructura es propicia para empaquetar en el estado cristalino y en la magnitud de las fuerzas de atracción secundarias de las cadenas de polímero. El empaquetamiento se ve facilitado por las cadenas de polímeros que tienen regularidad estructural, la compacidad, la linealidad y cierto grado de flexibilidad. Cuanto más fuerte son las fuerzas de atracción secundaria, mayor será la fuerza motriz para el ordenamiento y la cristalización de las cadenas poliméricas.