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Mirando al Tarot de

Marsella

Notas sobre el lenguaje óptico del tarot

por Enrique Enriquez


Reconocimientos
La compilación de estas notas es el resultado de la inspiración y de la ayuda que recibí de
ciertas personas.
Paul Williams me dio mi primer Tarot de Jean Noblet.
Roxanne y Jean-Claude Flornoy me han honrado con su amistad, abriendo para mí una
puerta hacia una de las más fieles tradiciones del tarot. Mientras escribo estas notas, Le
Pèlerinage des Bateleurs, el libro de Jean-Claude Flornoy sobre el tarot, se está
imprimiendo. ¡Créanme cuando les digo que se puede esperar muchísimo de este libro!
En nuestras siempre enriquecedoras discusiones, Bill Cushman acuñó el término
“Irresistible Ilusión”, brindándome la etiqueta perfecta para definir, en parte, mi
interpretación del tarot.
Mi buen amigo Les Cross fue muy amable al hacer una lectura de prueba de estas notas por
mí. Es por eso que quizás puedan notar un ligero acento británico en el texto.
Finalmente, están aquellos cuyas obras escritas sobre el tarot han resonado en mí: el libro
da Tchalai Unger, Tarot y la Respuesta del Futuro, y el libro de Alejandro Jodorowsky, La Vía
del Tarot, permanecen entre mis favoritos.
El pueblo Bantú de África tiene un refrán que dice: “Solo a través de ti puedo ser realmente
yo.”
Mis mayores agradecimientos van dirigidos a todas aquellas personas que se han sentado
conmigo para realizar una sesión de Tarot. Para mí, experimentar el tarot sólo es posible
debido a ellos.
¡Gracias a todos ustedes!
Enrique Enriquez
Introducción
Hace unas semanas una mujer se sentó conmigo para que le hiciera una lectura. Percibí
cierta renuencia, o sospecha, de su parte. Me miró, sin saber que hacer de mí, y me
preguntó, “¿Cuál es el significado del Tarot?”
Esto me tomó con la guardia baja. ¡Esperaba que me hiciera una pregunta sobre su
novio! Pensé por un segundo, y recordé una historia que leí hace tiempo, una historia que
probablemente no constituya un hecho histórico pero que, de todas maneras, me gusta. La
historia cuenta que, en una ocasión cuando el joven Beethoven terminó de tocar una
melodía en el piano. Una mujer (a la que siempre imaginé como a una señora gorda, aunque
esto tampoco sea un hecho histórico) preguntó, “Eso fue hermoso, pero ¿Qué significa?”
Beethoven respondió, “Significa esto…” y nuevamente volvió a tocar la pieza completa.
Así que miré a la mujer mientras sujetaba el mazo completo con mi mano izquierda y le
dije mientras pasaba las cartas de una mano a la otra, dejando que las viera, una por una.
“El Tarot significa esto…”
Se han escrito cientos de libros sobre el Tarot. Me encantaría contarte de qué tratan
esos libros, pero no puedo. Cada vez que abro uno, termino cerrándolo de nuevo luego de
leer unos cuantos párrafos que se sienten bastante lejanos de mí. No es que esos libros
estén mal escritos, o que necesariamente no concuerde con el punto de vista del autor. Es
que simplemente siento que son enfoques racionales sobre algo que solamente se puede
percibir en un nivel experimental.
Mi interés en el Tarot no es histórico, así que no te molestaré intentando probar
cualquier teoría sobre su origen. Mi interés en el Tarot tampoco proviene de una afición por
lo “oculto”. Respeto a las personas que se emocionan intentando encontrar todo tipo de
conexiones oscuras entre el Tarot, la astrología, la alquimia y la Cábala, y son capaces de
trazar elaboradas teorías conspirativas explorando todo lo mencionado anteriormente.
Simplemente no comparto ese entusiasmo. Sólo creo que las cartas del tarot son hermosas.
El mirarlas me hace sentir una mejor persona y me proporciona un profundo sentido de
felicidad. Es este sentido de felicidad el que espero transmitir a aquellas personas por las
que leo las cartas.
Pero, aun así, en el Tarot existen una iconografía y un simbolismo básicos que no
podemos ignorar ni rechazar y que reflejan el mito cristiano de la redención, tal y como fue
entendido en la Europa cristiana. Hay un verso de la época medieval, atribuido a Nicolás de
Lira, que explica los cuatro niveles en los que un texto puede ser interpretado: “Littera gesta
docet, quid credas allegoria, Moralis qui agas, quo tendas anagogía.” Su traducción es la
siguiente: “La letra te enseña las acciones, la alegoría te enseña en qué crees, la moral te
enseña cómo actúas, y la anagogía te enseña hacia dónde vas.”
Tal y como expresa este concepto de la Europa cristiana medieval, los mismos cuatro
niveles de interpretación deben ser reconocidos en el Tarot. A los efectos de esta
conferencia, nos enfocaremos en el último nivel, el anagógico, como el nivel que “te enseña
hacia dónde vas.”
El término “anagógico” deriva de la palabra “anagoge”, y se refiere a la “interpretación
mística de un texto más allá de su sentido literal, alegórico o moral.” La anagogía representa
ese momento en el que lo invisible se declara por medio de un echo visible. En el caso del
Tarot, podemos ver como el hecho de concebir a las cartas como eventos tangibles hace
que ocurra en nosotros una revelación. Es a través de esa revelación que nuestras
posibilidades como seres humanos se vuelven claras. Creo que dicha epifanía es un proceso
cognitivo que ocurre por medio de nuestro pensamiento anagógico, y mi interpretación del
Tarot evoluciona basándose en esa hipótesis.
Me interesa el tarot como una herramienta mágica. Por “mágica” me refiero “al uso
resuelto de símbolos para sumir a la mente en un proceso de transformación.” Dentro de
esos parámetros considero que el Tarot ofrece posibilidades extraordinarias.
Me gusta pensar en el Tarot como un aparato poético, como un generador de narrativas
que percibimos como mensajes. Utilizo de manera intencional la palabra “percibir”, ya que
sospecho que el tarot es una ilusión, por cierto, una irresistible. Esta ilusión se basa en el
hecho de que nuestro cerebro no puede lidiar con patrones al azar, nuestra mente está
diseñada para permitirnos interpretar todo aquello que pasa por casualidad a nuestro
alrededor, como si hubiera ocurrido de esa forma por la voluntad de algo, o de alguien.
Nuestras mentes también están sugestionadas a dotar de cualidades humanas a todo
tipo de objetos, seres y eventos. La experiencia con el Tarot simplemente hace uso de esa
forma natural en la que funciona la mente. Cuando miramos las cartas, tejemos una historia
sobre nosotros. La experiencia hace que nuestra mente se introduzca en el mismo proceso
que experimentamos cuando se nos presenta cualquier narrativa: una búsqueda de
relevancia personal basada en la identificación proyectiva, la asociación/disociación, la
validación subjetiva, etc.
El Tarot es una ilusión poderosa, y los estudiosos de la neurociencia en la actualidad,
sospechan que la ilusión juega un papel importante en la construcción del ser. ¿Podría el
Tarot, entonces, reestructurar la imagen que tenemos de nosotros mismos? Los últimos
hallazgos en el campo de la neurociencia sugieren que nuestras conexiones neuronales se
reestructuran a sí mismas en respuesta a patrones repetidos de actividad (a esto se le
denomina “plasticidad neuronal”). En otras palabras, la manera en la que pensamos cambia
nuestro cerebro. Para mí, descubrir la forma en la que el Tarot (como proceso cognitivo)
puede afectar la forma física de nuestro cerebro es una cuestión fascinante que me hace
abordar cada sesión de tarot con entusiasmo, pasión y fe renovada en la magia de la mente.
¡Pero me estoy adelantando a mí mismo! A los efectos de esta conferencia, simplemente
diremos que el mirar las cartas, y me refiero a verdaderamente mirar las cartas, nos puede
hacernos sentir mejor al brindarnos una mejor comprensión de nuestra situación y de
nuestras posibilidades. Hay un lugar para comenzar a mirar las cartas, y ese lugar es “aquí y
ahora.”
El Tarot de Marsella… ¿Por qué?
Para mí, el Tarot existe aquí y ahora. Sólo puedo ver al tarot desde la perspectiva de una
persona que vive en el siglo XXI. Sólo puedo ver al Tarot teniendo en cuenta nuestra
comprensión actual de la semiótica, la psicología, la neurociencia, la ciencia cognitiva, la
hipnoterapia y una gran cantidad de “etcéteras”. Puede parecer perverso, entonces, que
cuando hablo de Tarot me esté refiriendo al Tarot de Marsella, el más antiguo y más clásico
de todos los mazos de Tarot. ¡E incluso, que cuando pienso en el Tarot, las imágenes que se
evocan mi mente son las del tarot de Jean Noblet, el Tarot de Marsella más antiguo que se
conoce, que data de 1650!
Las razones por las que favorezco al Tarot de Marsella son estéticas y también técnicas:
Creo que el tarot de Marsella es una hermosa obra de arte. Ha sido ampliamente
malentendido. En cada una de sus versiones, el Tarot de Marsella es perfecto. En él se
introdujo una gran cantidad de conocimiento. No estoy hablando de conocimiento oculto,
sino de oficio en el puro sentido artístico. El Tarot de Marsella proviene de una época hace
tiempo desaparecida, en la que artistas y artesanos podían utilizar las técnicas que les eran
disponibles para crear un efecto específico en el espectador. En mi opinión, no había
necesidad de “refinarlo” o de “perfeccionarlo”.
Y como dije anteriormente, también hay una razón técnica para ello –el Tarot de Marsella
posee el mayor nivel de iconicidad de todos los mazos de Tarot.
La iconicidad es un concepto utilizado en el estudio de los signos y de los símbolos
conocido como semiótica. Explica la similitud o analogía concebida entre la forma de un
signo y su significado. Por lo tanto, las imágenes del Tarot de Marsella son más icónicas que
las imágenes de cualquier otro diseño de Tarot, y ofrecen el sendero más corto entre la
imagen y los conceptos que representan. Son lo suficientemente abiertas para
representarnos a cualquiera de nosotros, tomando muy pocos desvíos en el proceso.
Las cartas de Tarot representan una geografía espiritual, un mito de redención que de
alguna manera tiene su base en la cultura occidental y que presenta a la vida como el arte
de fabricar el alma. El personaje principal en la narrativa del Tarot no es El Loco o El Mago,
sino tú y yo, y la persona que esté mirando las cartas. Siendo más icónico que la mayoría de
los mazos de Tarot, el Tarot de Marsella es el mazo más apropiado para transmitir esta
geografía espiritual sin desviarnos de… bueno, nosotros. Al ser genéricas, las imágenes del
Tarot de Marsella demandan muy poca atención para sí, devolviendo esa atención hacia
nosotros.
Ahora, supongamos por un omento que, en lugar del Tarot de Marsella, estuviéramos
mirando, por ejemplo, al “Tarot de Ernest Borgnine.” ¡En el Tarot de Ernest Borgnine,
nuestra atención está dirigida hacia… Ernest Borgnine! “Le Bateleur” está representado por
el personaje interpretado por Ernest Borgnine en la película “Marty.” De este modo, la carta
nos lleva en un largo desvío que nos hace considerar trozos de información que son
irrelevantes en relación a nuestra propia geografía espiritual. Ya no estamos hablando más
de redención, estamos enfatizando el hecho de que el personaje de Marty fue el primer
papel principal de Ernest Borgnine, un carnicero Italoamericano que vivió en El Bronx con
su madre.
Lo mismo ocurre con cualquier otro mazo de Tarot: la capa adicional agregada por sus
creadores nos aleja de la geografía espiritual original, introduciendo información que
demanda atención por sí misma. Y alejarnos de la geografía espiritual original es igual a
alejarnos de nosotros mismos. La historia del tarot no debería ser sobre elfos suecos,
dragones macrobióticos o doncellas klingons, sino sobre nosotros.
Años atrás leí una encuesta sobre qué tramas resultaban más atractivas para las
audiencias estadounidenses. La trama más atractiva resultó ser la historia de un ser sin alma
que quiere convertirse en human, como la de Pinocho, o la de Inteligencia Artificial de
Spielberg. El segundo lugar en la encuesta lo ocuparon las “teorías conspirativas”, como las
de El Código Da Vinci. Siempre me asombra cómo, cuando hablamos de Tarot, la mayoría
de las personas tiende a inclinarse por la segunda opción, cuando en realidad el Tarot sería
un ejemplo más cercano de la primera trama –una historia sobre como volvernos
totalmente humanos. Sospecho que muchas personas se acercan al Tarot como una forma
de canalizar su amor por la fantasía y la ciencia ficción, y no a través de una apreciación del
Tarot de y para uno mismo.
Un punto importante que quiero tratar es este: si quieres experimentar lo que es el
Tarot, trata de experimentar al Tarot tal y como es antes de que intentes experimentar con
cualquiera de sus variantes e híbridos. Hablando objetivamente, el Tarot consiste en un
juego de cartas que muestra una imaginería muy específica proveniente de un periodo
histórico más o menos especifico de la civilización occidental. Así que miremos primero a
este tarot antes de asumir que necesita ser mejorado.
Ponlo de esta forma. Si quisieras comer sushi, te tomaría tu tiempo e intentarías
encontrar un buen restaurante de sushi. Por supuesto que querrás tratar de vivir la
experiencia más cercana al sushi tal y como lo disfruta la persona promedio en Tokio.
Probablemente, tendrías tus dudas al instante al escuchar de un lugar llamado “Sushi y
Pollo”, por ejemplo. No comerías sushi colocando los rollitos entre dos rodajas de pan,
porque sencillamente así no es como se come el sushi. Nunca comerías sushi de esa forma
y mucho menos sumergirías una pizza en salsa de curry. Podrías descubrir sabores
exquisitos mezclando y combinando cosas, sin embargo, no se pueden catalogar estos
experimentos como haber experimentado verdaderamente lo que es el sushi o la pizza.
Para los efectos de esta conferencia, nos enfocaremos en la imaginería del Tarot de Jean
Noblet. Luego de estar fuera de impresión durante casi 350 años, este mazo está ahora
disponible para nosotros gracias a Jean Claude Flornoy, quien reimprimió una versión del
mismo. Debido a sus esfuerzos podemos ver a un Tarot de Marsella que luce exactamente
igual a como se veía en el siglo XVII, sin llevar a cabo ninguna alteración subsecuente para
asegurar que alguien posee los derechos de reproducción del Tarot, o para impulsar las
teorías personales de algún autor en particular. Para más información, por favor, visite
http://tarot-history.com/ .
La Experiencia del Tarot
Siendo el principal sistema de adivinación en la cultura occidental, el Tarot posee una
cualidad única –es un evento visual. A diferencia de otros sistemas de adivinación, el Tarot
puede ser experimentado por todo el mundo. La cuestión esta simplemente en ver las
cartas. Creo que no se necesita ningún don especial para experimentar o utilizar el Tarot –
sólo un par de ojos, y lo que los maestros Zen llaman una “mente de principiante”.
Me gusta ver al Tarot como una herramienta de meditación. Nos hace volver nuestros
pensamientos hacia el interior, lo que nos permite utilizar todo el potencial de nuestras
inclinaciones experienciales. La comprensión que obtenemos mientras meditamos sobre las
cartas se puede utilizar para redefinir nuestra relación con nuestros problemas, o podemos
compartirlos con otras personas, si estamos leyendo para alguien más.
El registro histórico más antiguos en el que se menciona el uso del Tarot para algo más
que para los juegos tradicionales de carta, describe un juego analógico. En este juego, un
grupo de personas contrastaban sus personalidades y situaciones con el personaje
representado en la carta que sacaron. Hoy en día podemos ver cómo este juego de salón
destaca la lógica detrás de lo que ocurre, de manera natural, cuando miramos al Tarot.
La “Experiencia del Tarot” es la de trasladar nuestra mente desde la lógica de la mente
consciente, hacia la analogía del inconsciente. El Tarot es una puerta que conduce al
pensamiento analógico. La experiencia del Tarot ocurre porque asumimos que la historia
que muestran las cartas que estamos mirando guarda semejanza, por analogía, con nuestra
propia historia personal. El pensamiento analógico abre nuestra mente a todo tipo de
conexiones que no se logran tan fácilmente por medio del pensamiento lógico. Es por eso
que relacionarse con las cartas, tanto de manera visual como emocional, resulta crucial.
Hay dos procesos fundamentales que tienen lugar en nuestra mente cuando
experimentamos el Tarot: poiesis y anamnesis.
La palabra “poiesis” significa “hacer” en griego antiguo (creación, del termino original
ποιέω, hacer). Esta palabra, raíz de nuestra palabra moderna “poesía”, fue primero un
verbo que significaba, “una acción que transforma y que da continuidad al mundo.”
La palabra “anamnesis” significa en griego “recuerdo, reminiscencia”, un recuerdo de la
mente.
La experiencia del Tarot puede describirse entonces como un acto creativo de la
memoria.
Al percibir un mensaje en el Tarot, creamos un nuevo significado para las cartas cada vez
que las observamos, realizando “una acción que transforma y que le da continuidad al
mundo”, o poiesis. Cuando regurgitamos un significado predefinido para cada carta, no
estamos mirando, sino meramente asumiendo que sabemos lo que está pasando, sin dejar
espacio alguno para la poiesis. De esta forma, no ocurre ningún acto creativo. Si, por el
contrario, nos proyectamos en la narrativa que generan las cartas, nuestro pensamiento
analógico despierta.
¿Cuál es la fuente de nuestras analogías? ¡Nuestra mente!
Experimentar activamente el Tarot significa que llevamos a cabo una búsqueda en la
memoria que nos lleva hacia aquellos momentos en los que hemos sentido lo que la carta
está describiendo (anamnesis). Debemos recordar aquí que una noción actualizada de
recuerdo no se detiene ante el concepto de meramente archivar y recordar las experiencias
pasadas. Ahora sospechamos que al evocar un recuerdo lo estamos, de hecho, creando de
nuevo. Ahora concebimos que recordar es regenerar. El proceso mismo de crear mensajes
nos hace volver a darle forma a nuestros recuerdos y, por lo tanto, a nuestra narrativa
personal. Eso es magia poderosa.
¡Por lo tanto, debemos permitir que la poiesis y la anamnesis tengan lugar!
Te invito a que consideres estas ideas y, al hacerlo, te des cuenta de cómo al incitar la
poiesis y la anamnesis ya no es necesario memorizar significados predeterminados para las
cartas. Es debido a esto que no me siento cómodo proporcionando una lista de significados
para cada carta de Tarot -honestamente, pienso que es algo inútil.
Olvídate de los significados y busca mensajes
Me interesan menos los significados de cada carta por sí misma que el mensaje que las
cartas individualmente puedan tener para cada momento en específico en que las miramos.
Creo que, como herramienta de meditación, no se supone que las cartas de Tarot sean
comprendidas a través del estudio y la memorización. Su significado debe captarse al
mirarlas en un proceso que involucre tanto a nuestra mente consciente como a nuestro
subconsciente.
También creo que captamos el mensaje de las cartas de manera instantánea,
literalmente, tan pronto como las miramos. El mensaje es agudo, rápido y directo. La
verdadera dificultad está en traducir esa interpretación en palabras, porque sólo entonces
podrá ser útil para nosotros. Por lo tanto, he aquí una clave para facilitar este proceso de
forma tal que podamos detectar el mensaje en cada carta (y eventualmente, en una tirada),
y de este modo poder verbalizarlo. Consiste en hacernos a nosotros mismos estas dos
preguntas mientras estamos mirando a una carta o a un grupo de cartas:
¿Qué está ocurriendo?
¿Cómo se siente?
De esta forma, el mensaje de cada carta, en un momento dado, se hace evidente.
Creamos un significado al remontarnos a nuestros recuerdos y proyectando en las cartas
las experiencias personales que, por analogía, se sienten similares a aquellas que ilustran
las cartas. Miramos, sentimos, sabemos. Cambiamos porque la perspectiva de nuestra vida
cambia, y también lo hacen las cartas.
Exploremos cada pregunta de manera individual.
¿Qué está ocurriendo?
La primera pregunta se relaciona con la idea de poiesis. Percibimos un mensaje a través
de un acto creativo. Hacemos esto al contrastar nuestra subjetividad personal con la imagen
en la carta. La chispa resultante entre nuestro ser y las cartas es lo que le da a cada lectura
su cualidad única. ¡Es por eso que dos tarotistas nunca harán exactamente la misma lectura!
Pero como cada carta representa una meditación sobre un indicador específico de la
condición humana, y somos seres humanos, esa chispa generada por nuestro contacto
inicial con la carta siempre estará inscrita en el campo de la experiencia humana. Es por eso
también que, aunque dos tarotistas nunca harán exactamente la misma lectura, descubrirás
que la mayoría de las veces ambos coincidirán en su valoración general.
En esta primera pregunta, vemos la carta con nuestra mente lo más libre posible de
cualquier percepción o de agenda simbólica, y nos preguntamos, “¿Qué está ocurriendo?”
Esto debería guiar hacia una descripción más o menos objetiva de la imagen. Por “objetiva”
me refiero a consistente con nuestro actual estado emocional.
En la actualidad, algún detalle particular en la carta puede parecernos más relevante que
otros, o veremos que la situación ocurre más de una forma que de otra, mientras que
mañana podremos percibir que ocurre de la otra forma. Lo ideal sería ver las cartas como
si las estuviéramos mirando por primera vez, aunque estemos muy familiarizados con el
Tarot. Recuerda que la base de todos los actos creativos está en poder ver las mismas cosas
con nuevos ojos.
Pongamos un ejemplo, miremos a “Le Fou” (El Loco):

Un hombre camina hacia la derecha, mirando hacia el horizonte, mientras que un animal
camina con dos patas detrás de él. El paisaje es bastante árido, solo se pueden ver unos
pocos arbustos, el hombre sostiene un bastón con su mano derecha mientras que con la
izquierda carga otro bastón del que cuelga una bolsa. Lleva la vestimenta de un bufón y
parece joven, aunque su barba es blanca.
Podemos percatarnos de los colores de su ropa, o de dónde está cada color. Podemos
notar que mientras su rostro es de color piel, sus manos son blancas. Además, y
dependiendo de nuestro nivel de conciencia, de nuestra herencia cultural, de nuestro
medio social, de nuestro conocimiento, etc., de manera instantánea cargaremos esa
percepción con referencias. Mientras que esas referencias no paralicen nuestra percepción
de la carta, fijando en ella solamente y para siempre un significado, pueden ser útiles. La
clave está en mirar, en lugar de asumir.
¿Pero, qué está ocurriendo?
¿Está ese animal arañando los genitales del hombre? ¿Quiere arrancárselos, o se las está
dando diciéndole, “¡Toma, que no se te queden!”? ¿Es un perro o un gato? ¿Es un enemigo
o un aliado? ¿Está molestando al hombre, reteniéndolo, o está obligándolo a acelerar su
paso? ¿Está intentando rescatar a sus pequeños cachorros o gatitos cautivos dentro de la
bolsa que carga el hombre? ¿Va el hombre a arrojarlos al río, o va al río a lavar su ropa
interior? ¿Es ese gato tu suegra? ¿O eres tú el gato y el hombre es tu suegra?
La respuesta correcta, por supuesto, es “Todas las anteriores.”
Cada vez que miremos a “Le Fou” veremos que está ocurriendo algo diferente.
Dependiendo de nuestro punto de vista, la carta contendrá diferentes narrativas. Cada
nueva mirada a la carta nos aportará una comprensión diferente de la situación, y por
analogía, la respuesta de ese día nos conectará con una situación o evento específico en
nuestras vidas. Cada vez que miremos a “Le Fou”, “Le Fou” nos llevará de regreso a…
nosotros.
¿Cómo se siente?
La segunda pregunta se relaciona con la idea de anamnesis. Por medio de la analogía,
buscamos nuestras memorias de aquellos momentos en nuestra vida que pueden estar
ilustrados por la imagen de la carta. “¿Cómo se siente?”, pero no deberíamos responder con
nuestro intelecto. Respondemos con nuestra memoria. No debemos de mirar hacia ningún
otro lugar, pues ya lo sabemos. Ya hemos estado ahí. Una o más veces en nuestras vidas
hemos experimentado lo mismo que sentimos cuando miramos la carta. Estos sentimientos
son los que recordamos.
Cuando miramos a “Le Fov”, vemos al animal y nos percatamos de sus afiladas garras en
los genitales de “Le Fov” y nos preguntamos. “¿Cómo se siente?”, y recordamos… a ese
primo fastidioso que siempre se estaba burlando de nuestros proyectos; al esposo que no
nos dejará hacer ese viaje; a la esposa que no apoyará nuestro deseo de abandonar la
compañía y comenzar nuestro propio proyecto; a ese proveedor extranjero que nos “tiene
cogidas las pelotas”; a la abuela que siempre nos apoya, diciéndonos: “¡recuerda quien
eres!”; a esa maldita señora de los gatos que vive al lado y que terminará forzándonos a
mudarnos…

Recuerdo una ocasión en la que le mostraba las cartas a una joven. De repente, se quedó
paralizada, y señalando a “Lermite”, dijo, “¡Odio esa carta!” Le pregunté si la había visto
antes, y respondió, “No.” Coloqué la carta sobre la mesa y le pregunté, “¿Dónde está tu
padre?”
“Siempre trabajando.”
“¿Y tu madre?”
“Trabajando, siempre trabajando.”
“¿Dónde estás tú?”
Respondió, “¡Siempre estoy sola!”
“¿Fue odio a primera vista?” Para nada. Fue un perfecto ejemplo de anamnesis. La carta
provocó en ella un flujo de recuerdos relacionados con la idea de sentirse como un
“Ermitaño”, recuerdos de haber estado sola en casa mientras sus padres trabajaban. Uno
de los sentimientos más prevalentes en toda su vida estaba allí, representado por una sola
imagen.
También tengo una cliente asidua que elige cartas que la ayudan a recordar cosas
positivas. Cosas que había experimentado en su vida y que le gustaría sentir de nuevo. Elige
dos o tres cartas, las memoriza, y se las lleva “consigo”, utilizando estas cartas como
“talismanes cognitivos” durante toda la semana. Si en algún momento dado se siente
molesta, deprimida o débil, se acuerda de una de estas cartas, y la carta la conecta con estas
experiencias previas en su vida cuando se sentía triunfante, realizada y fuerte. ¡Con ella, no
hago lecturas, simplemente soy su… traficante de símbolos!
Este proceso no ocurrirá necesariamente con la misma intensidad en todos nosotros. De
hecho, no lo experimentaremos con la misma intensidad cada vez que veamos cada carta.
Aunque, preguntarnos “¿Cómo se siente?” ayudará a que el proceso se ponga en marcha.
En resumen, estas dos preguntas, “¿Qué está ocurriendo?” y “¿Cómo se siente?” tienen
la intención de asegurar un proceso que es natural, pero que también depende de nuestro
humor actual y de nuestras experiencias subjetivas. Se puede repetir tanto como queramos,
trayendo siempre el deseado resultado de percibir un mensaje en las cartas.
Los Ejercicios
Las dos preguntas anteriores definen las coordenadas para ayudarnos a mirar todo el
mazo. Intenta poner en práctica los ejercicios que aparecen a continuación, en el siguiente
orden:
Ejercicio #1: Mira los 22 Arcanos Mayores, desplegados en una sola fila.
Ejercicio #2: Mira a cada uno de los 22 Arcanos Mayores, uno por uno.
Ejercicio #3: Mira las Cartas de la Corte de manera individual, agrupados como una
familia, agrupados con sus iguales, y en “sociedad”.
Ejercicio #4: Mira los Arcanos Menores, agrupados desde el As hasta el Diez, en cada
palo, uno a la vez.
Ejercicio #5: Mira los cuatro palos juntos: Deniers, Batons, Epees y Coupes.
Ejercicio #6: Mira dos cartas colocadas juntas al azar.
Ejercicio #7: Mira tres cartas colocadas juntas al azar.
Del Ejercicio 1 al 6 debes dedicarles todo el tiempo que estés dispuesto a invertir en ellos:
horas, días, semanas o meses. Pueden ser ejercicios que solo realizarás una vez en tu vida,
pero sospecho que tarde o temprano te percatarás de cuan útil es volver a ellos luego de
pasado un tiempo.
En todo caso, para nuestros propósitos inmediatos les daremos una breve mirada a estos
ejercicios. Por el contrario, el Ejercicio 7 es el verdadero acto de leer las cartas, y creo que
será más útil para nosotros si nos enfocamos principalmente en este. Pero antes de llegar
allí, hagamos algunas observaciones sobre los ejercicios anteriores:

Ejercicio #1: Mira los 22 Arcanos Mayores, desplegados en una sola fila.
Responder las dos preguntas claves mientras miramos a todos los Arcanos Mayores
juntos nos proporciona una comprensión de la narrativa principal del Tarot como si fuera
un proceso en desarrollo. Lo que es más importante, comprender el proceso nos permite
ubicar a cada carta en su contexto apropiado. Esto nos abre la posibilidad de plantear dos
interrogantes más cada vez que miramos a uno de los Arcanos Mayores: ¿Qué ocurrió
antes?, y ¿Qué ocurrirá a continuación?
¡De esta forma, introducimos en el proceso las nociones de pasad, presente y futuro!
Aquí se debe hacer una nota aclaratoria. Estas interrogantes no se hacen con la intención
de ver el pasado o de predecir el futuro de una persona, sino para proyectar las tendencias
naturales en la narrativa. Con el Tarot, transformamos a una persona en una historia. Por
medio de las cartas, ya no hablamos más de eventos literales, hablamos de metáforas.
Utilizamos las cartas para dirigirnos a las preocupaciones del consultante de manera
indirecta, a través de una metáfora terapéutica. Estas metáforas pueden transformarse y
doblarse de forma tal que puedan ser aplicadas luego en la vida real de la persona. Curando
a través de la metáfora, ayudamos a la persona al realizar un acto cognitivo de magia.
Luego de completar este ejercicio estaremos en posición de comprender nuestro lugar
en la narrativa con solamente mirar a una carta. Cada carta es parte de una historia
imaginaria, así que por cada carta individual que veamos sobre la mesa, hay tres cartas, la
carta que precede a la que estamos viendo, y la carta que la sucede.
Mira a “Lamoreux”, por ejemplo.

Si estas familiarizado con la secuencia de la historia general de los Arcanos Mayores,


sabrás que “Le Pape” antecede a “Lamoreux”, y que “Le Chariot” le sucede. Cada carta
define un momento, y ese momento es el puente entre el momento previo y el siguiente.
El orden secuencial del Tarot simplemente imita la idea de la vida como una narrativa en
curso.
Es importante notar que en lugar de decirte lo que veo en las cartas, (y por consiguiente
sugerirte lo que deberías de ver), prefiero que mires las cartas y que definas la historia que
ves.
El uso del Tarot como una herramienta proyectiva viene de la época cuando Court De
Gebbelin “redescubrió” las cartas. Mientras vio cómo se utilizaban las cartas en un juego,
se percató de que podía proyectar e interpretar su conocimiento oculto a través de ellas. Al
interpretar el Tarot de esta forma, trazó el camino para todo autor que nos dice qué es lo
que hay que ver en el Tarot.
Ejercicio #2: Mira a cada uno de los 22 Arcanos Mayores, uno por uno.
Al igual que podemos ver la sucesión progresiva de los Arcanos Mayores como un
proceso, podemos ver a cada Arcano Mayor como un proceso en sí mismo. Esto es útil, pues
en nuestra experiencia en la vida real no experimentamos totalmente un proceso de una
vez.
Tomemos al amor como ejemplo. Cuando estamos con alguien que nos gusta, flirteamos
y nos invade ese cálido sentimiento de anticipación o de excitación. Conversamos, nos
reímos, nos besamos, hacemos el amor, hacemos compromisos, discutimos, nos casamos,
nos comprometemos, incluso puede que hasta perdamos a nuestro amor, extrañamos a
nuestros seres amados. El amor, como un proceso, no es una sola cosa lo que
experimentamos, sino una sucesión de cosas. En otras palabras, es una historia dentro de
la narrativa principal de nuestra vida.
Se puede experimentar lo mismo con las cartas. Continuando con el tema romántico,
tenemos a “Lamoreux”, el Enamorado: ¿Qué está ocurriendo?
En la carta, un joven esta en medio de dos mujeres. Una tiene flores en sus cabellos,
mientras que la otra tiene una corona de algo que podría ser laurel. La composición del
grabado sugiere que se está a punto de intercambiar algo. Quizás el hombre tiene que
escoger entre las dos mujeres. Quizás está presentando su prometida a su madre y están
intercambiando un saludo. Quizás estamos en una fiesta y los tres se acaban de conocer,
así que intercambian bromas, comentarios, saludos y miradas. Quizás se trate de dos
actrices que están en una audición para el mismo papel en una obra, y ambas sonríen al
director mientras se enseñan los “colmillos” entre ellas.
Encima de ellos, un ángel está apuntando con su arco y su flecha. ¿Es este ángel el
destino? ¿Es Cupido? ¿O es un detective de homicidios intentando decidirse mientras
observa como dos policías interrogan a un sospechoso?
¿Cómo se siente? Bueno, depende de qué parte del proceso estés experimentando. A
veces nos encontramos en el lugar del joven. A veces, jugamos el rol de estas dos mujeres,
porque estamos compitiendo contra alguien más, o porque estamos reconociendo el
mismo territorio que otra persona explora. A veces somos huéspedes en la fiesta, y a veces
somos los que organizamos la fiesta, la mayoría de las veces nos encontramos con arco y
flecha en la mano, y depende de nosotros cambiar el curso de los eventos. A veces somos
el arco, a veces la flecha…
Sería tentador sugerir aquí la posibilidad de una nueva pregunta:
¿Quién soy yo en la imagen?
Esto podría ser útil para algunas personas. En mi experiencia, nos encontramos en la
imagen tan pronto como vemos la carta, y algunos sentimientos e impresiones prevalecen
sobre otros. Si, en un momento dado, el sentimiento de haber sido abandonado por una
mujer duele más que cualquier otro sentimiento provocado por la carta, sabemos quién
somos en la imagen. Si, otro día, la angustia de no saber qué camino elegir pesa más en
nosotros que cualquier otro sentimiento provocado por la carta, sabemos quién somos en
la imagen. De esta forma sabemos qué etapa del proceso representado por esa carta en
específico estamos viviendo.

Ejercicio #3: Mira las Cartas de la Corte de manera individual, agrupados como una
familia, agrupados con sus iguales, y en “sociedad”.
Las personas tienden a agruparse en familias. Una persona parece y se comporta de una
forma cuando está sola, pero de forma muy diferente cuando está con los amigos o la
familia. Una persona puede ser cuatro (o más) personas diferentes: un individuo, un
miembro de la familia, un colega, parte de una multitud.
Las familias pueden compartir la misma sangre, o los mismos ideales. Dos hombres de la
misma edad con la misma profesión pueden no guardar nada en común. Una pareja puede
estar junta sólo por las apariencias. Mira a cada una de las Cartas de la Corte en estos tres
niveles: solas, dentro del contexto de su mismo palo, y con sus iguales: Roys con Roys,
Reynnes con Reynnes. Finalmente, has una fiesta. ¿Está la Reynne de Deniers coqueteando
con el Roy de Batons? ¿Está el Roy de Coupes borracho? ¿De estarlo, qué le está diciendo a
la Reynne de Epees?
Déjalos que enloquezcan, mientras tú permaneces calmado, preguntándote: “¿Qué está
ocurriendo? ¿Cómo se siente?” durante toda tu vida, tú has sido cada uno de ellos.

Ejercicio #4: Mira los Arcanos Menores, agrupados desde el As hasta el Diez, en cada
palo, uno a la vez.
Las cartas de los Arcanos Menores son de gran importancia debido a su naturaleza
gráfica y no ilustrativa. La sutil manera en la que cada serie evoluciona demanda de nosotros
un sincero acto de atención. Constituyen una verdadera escuela de la mirada, una profunda
lección sobre el arte de mirar las cosas, y la fuente de ilimitados procesos analógicos.
Tomemos al 3 de Coupes como ejemplo.
¿Qué está ocurriendo?
En el fondo de la carta, tenemos dos copas en pie y en perfecta simetría. Encima de ellas,
hay una tercera copa. No parece una pirámide porque entre las dos copas en el fondo y la
copa que está en la cima, hay un elemento floral que le da sentido y dirección a toda la
imagen. La copa de la cima nos es presentada como algo especial, algo que viene a romper
el equilibrio entre las otras dos copas, creando un nuevo equilibrio.
¿Cómo se siente?
Varias cosas pueden venir a la mente: la llegada de un tercer hermano; un nuevo invitado
que se une a la fiesta y propone un brindis; ese nuevo y molesto compañero de trabajo que
cree ser superior a todo el mundo. Pronto vemos como la naturaleza aparentemente
abstracta de las cartas no nos impide encontrar analogías con situaciones y eventos de
nuestra vida.
Sin embargo, encontrarle sentido al significado de estos elementos puede ser difícil, y
existe una razón para ello - ¡no estamos viendo todo el panorama! Lo más importante que
debemos comprender es lo siguiente: los sistemas siempre representan una relación entre
la unidad y el todo. Te invito a que entiendas las cartas numeradas en el Tarot de Marsella,
no como conceptos individuales, sino como niveles de consecución, como una escala.
Es por esta razón que no podemos comprender el valor de una sola carta sin contrastarla
con el resto de la serie. Cuando observamos al palo completo de una sola vez, descubrimos
una progresión que sólo está insinuada por el valor numérico asignado a la carta. Y es mucho
más rico que este único número. La evolución de los elementos que son comunes en cada
carta, más la aparición alternativa de elementos, establece una narrativa que fácilmente
podemos seguir. En cada palo se puede observar un ritmo progresivo que viene y va de
manera binaria, de activo a pasivo.
Para que la lectura sea útil, necesitamos comprender cada carta en relación con el resto
de la serie. Y al igual que ocurre con las cartas de los Arcanos Mayores, comprender la
narrativa nos permite observar a cada una de las cartas de los Arcanos Menores y
preguntarnos, “¿Qué ocurrió antes?” y “¿Qué ocurrirá a continuación?” Obviamente,
también podemos proyectar en las cartas cualquier conocimiento que poseamos sobre
numerología, y enriquecer así nuestras lecturas. Pero en mi opinión, la narrativa de los
Arcanos Menores, al igual que la de los Mayores, existe por sí misma.
Ahora, habiendo dicho que la evolución de la serie determina niveles de consecución,
necesitamos definir qué es lo que se ha conseguido.
Si observamos las cartas, encontraremos cuatro elementos distintivos:

 Una moneda (Deniers)


 Una rama (Batons)
 Una espada (Epées)
 Una copa (Coupes)
Una moneda puede relacionarse inmediatamente con el dinero, y si la miramos con ojos
modernos, puede asociarse con las células. De cualquier forma, el crecimiento de esta
unidad biológica/monetaria nos da un sentido de materia física.
Una rama es algo natural, que no ha sido dominada por el hombre. Es por ello que,
generalmente a los Batons, se les relaciona con la energía sexual, la energía de la creación
o de los procesos inconscientes.
Las espadas son creadas por el hombre al transformar la naturaleza. Es por ello que,
generalmente relacionamos las Epées con la voluntad, el pensamiento y los procesos
mentales.
Las copas contienen agua o vino. Son receptivas y también se utilizan en ceremonias o
en celebraciones, eventos que templan nuestros corazones. Es por ello que, generalmente,
asociamos al palo de Coupes con las emociones.
Esto nos proporciona un rango inicial de significados para los Arcanos Menores. E incluso,
cuando eventualmente vemos que esos significados pueden reestructurarse y redefinirse
por la combinación de varias cartas juntas, podemos darle un tema ahora a la historia que
se desarrolla en cada serie.

Ejercicio #5: Mira los cuatro palos juntos: Deniers, Batons, Epees y Coupes.
Cuando observamos a los cuatro palos juntos, cuarenta cartas en total, la progresión
binaria se vuelve un drama en cuatro actos. Por ejemplo, nos percataremos de cómo uno
de estos cuatro elementos se vuelve una presencia recurrente que impregna a los otros
tres. Estoy hablando de los elementos florales que vemos en los bastos pero que, de hecho,
comienzan a manifestarse en el As de Oros. ¡Esa “enredadera” se expande por todos los 56
Arcanos Menores!
¿Ahora, cómo se comporta? Si analizamos su comportamiento, empezaremos a ver
cómo evoluciona una historia, al igual que la podemos ver en los 22 Arcanos Mayores.
La enredadera comienza en el As de Oros en la que cuatro ramas emergen del mandala
dorado, animándolo como a la calabaza de Cenicienta justo antes de convertirse en un
carruaje. A partir de ahí, empezaremos a ver a la enredadera comportarse de la misma
manera exuberante en la que la naturaleza se manifiesta en la realidad - ¡comienza a crecer
por encima de todo!
El Dos de Oros nos muestra cómo esa enredadera se extiende y abraza a una nueva
moneda que aparece dentro del área de la carta. Cuando aparece una tercera moneda, en
el Tres de Oros, la enredadera se extenderá para rodearla, estableciendo un patrón. Cada
vez que un nuevo elemento (Oro) hace su aparición, la enredadera se extiende y lo abraza.
Es casi como si la enredadera (me gusta verlo como el principio creativo que habita dentro
de todas las cosas) estuviera creando la realidad al aglutinar las células o las moléculas.
Como un proceso corporal, vemos como la enredadera se extiende en las cartas impares
y se estabiliza en las cartas pares. En otras palabras, se expande mientras es activa y
encuentra el equilibrio al volverse pasiva y/o receptiva.
¿Cómo se comporta esta enredadera en los Bastos? Hace lo que la creatividad necesita
hacer para crecer fuerte –busca una estructura. Desde el Dos hasta el Diez, los Bastos se
multiplican, creando una cerca muy parecida a la que vemos en los porches, los enrejados
y los restaurantes, para que de ese modo la enredadera pueda trepar. Aquí detectamos un
patrón alternativo. Sólo hay hojas en los números impares, y flores en los pares.
¿Cómo aparece nuestra enredadera en la serie de Espadas? Algo interesante ocurre aquí.
Ya no hay más enredadera salvaje. Ha sido “cortada” por las Espadas y organizada en elipses
concéntricos. De hecho, veremos cómo hay Espadas en las cartas impares y flores en las
pares. Esto quiere decir que el intelecto florece cuando es receptivo hacia nuevas ideas.
Cuando es activo, tiene que tomar acción, ajustando y reestructurando nuestros
pensamientos útiles y cortando los perniciosos. El intelecto es el “jardín” de nuestro impulso
creativo.
Ahora sabemos cuán secos puedes llegar a ser nuestros pensamientos. Nos hacen
alcanzar el verdadero entusiasmo cuando los rociamos con algunas emociones. Es por ello
que debemos agregarles agua –y hay bastante agua en el palo de Copas.
Cuando veo la forma en la que nuestra enredadera se comporta en la serie de Copas,
veo un harmonioso jardín. Las flores y los floreros están dispuestos en una progresión que
termina cuando la enredadera muere, como se ve en el Nueve de Copas. Una enredadera
cortada, con la intensión de ser expuesta en exhibición (al igual que expresamos nuestras
emociones con la intención compartirlas con los otros), muere cuando ha servido a su
propósito. Pero debemos darnos cuenta de que un florero vacío, como el que vemos en el
Diez de Coupes, está abierto y listo para recibir una semilla, como la que vemos en el As ce
Deniers. Y así, el ciclo comienza otra vez.
Esta es solamente una narrativa posible, por supuesto. Mira las cartas y de seguro
encontrarás otras.

Ejercicio #6: Mira dos cartas colocadas juntas al azar.


Al colocar dos cartas juntas, finalmente estamos empezando a expresar el lenguaje
óptico del Tarot como un vocabulario. Una sola carta tiene cierto sentido, pero tan pronto
como colocamos una segunda carta a su lado, el paisaje se expande y la historia se
reconfigura. Una carta afecta a la otra, redefiniendo, automáticamente, su significado.
Normalmente, detectar un mensaje cuando miramos a dos o a más cartas de los Arcanos
Mayores es muy fácil. Puede ser útil recordar que ciertas convenciones culturales,
inherentes al acto de la lectura, se aplican aquí:

 Leemos de izquierda a derecha


 Leemos desde arriba hacia abajo
Supón que empezamos con dos cartas, “Le Fou” y “La Maison Dieu”.

Tener a “Le Fou” precediendo a “La Maison Dieu” nos da un mensaje muy diferente que
si tuviéramos a “La Maison Dieu” precediendo a “Le Fou”.
“Le Fou” + “La Maison Dieu”: Pregúntate, “¿Qué está ocurriendo?” Un joven camina
derecho a una torre en llamas. “¿Cómo se siente?” ¿Puedes recordar alguna ocasión en la
que te sentiste así? ¿Quizás, una vez hace tiempo, estuviste caminando directamente hacia
un desastre? Quizás la combinación de las cartas evoca en tu memoria una época en la que
te sentías tan seguro de ti mismo que creías que podías escapar de todo. O tal vez te
acuerdes de aquella ocasión en la que sabías que tenías que ayudar a alguien en apuros,
aunque ayudar a esa persona te pondría poner en peligro. O es posible que te recuerde el
momento en el que te mudaste a la casa de tus sueños, aunque tus amigos pensaban que
estabas haciendo una mala inversión.
De cualquier modo, sería muy diferente si miráramos a “La Maison Dieu” + “Le Fou”:
“¿Qué está ocurriendo?” Un joven se aleja de una torre en llamas. “¿Cómo se siente?”
¿Puedes recordar alguna ocasión en la que te sintieras así? ¿Quizás aquella vez en que tus
padres discutían y abandonaste la casa; o aquella tumultuosa relación en la que te sentías
tan bien la mitad de las veces y tan mal la otra mitad que terminaste alejándote de ella? O
quizás sientas que fue “Le Fou” el que destruyó la torre para poder deambular libremente.
“¿Cómo se siente?” Tal vez se siente como aquella vez en la que abandonaste el campo de
la medicina para estudiar física cuántica, aunque todo el mundo en tu familia creía que
estabas loco.
Repito, existen tantos posibles mensajes como experiencias de vida existen.
Se puede pensar que, si mezclamos los Arcanos Mayores con los Menores, las cosas se
tornarían un poco más complicadas. En ocasiones, puedes sentir que leer las cartas de
izquierda a derecha no es la manera apropiada de hacerlo. Está bien. Existe otra jerarquía
que podemos seguir, si te es más útil. Es esta: Arcanos Mayores-Cartas de la Corte-Arcanos
Menores.
Cuando miramos a dos o más cartas, nuestra respuesta inicial puede ser leerlas de
izquierda a derecha, pero a veces podremos encontrar un mensaje más atrayente
mirándolas de derecha a izquierda. Siempre busca al Arcano Mayor en el paisaje y mira si
puede dirigir la narrativa hacia un lado o hacia el otro. Si no hay Arcanos Mayores, busca las
Cartas de la Corte. La regla a seguir es esta: busca a los personajes en la historia.
Repito, se hace bastante simple si vemos a las dos cartas como si fueran un paisaje o una
escena y nos preguntamos “¿Qué está ocurriendo?” De esta forma, la dirección de la lectura
y, por lo tanto, el mensaje implícito, se hacen evidentes.
Supón que miramos a “Lermite” y al Siete de Deniers.
La figura humana en “Leremite” inmediatamente se impone por medio de la jerarquía
visual. “¿Qué está ocurriendo?” Un anciano está buscando algo, sin embargo, vemos que
hay siete monedas a sus espaldas. Si miramos las monedas veremos que hay seis monedas
en una posición bastante estable, y una séptima moneda emergiendo desde el centro de la
carta. El ornamento floral en la carta sugiere que esa moneda es nueva. Se le ofrece una
moneda a alguien que esté dispuesto a recibirla, pero no hay nadie que la tome porque el
hombre está mirando hacia otro lado.
“¿Cómo se siente?” Bueno, algunas veces, en nuestra vida, todos hemos estado en esa
posición, buscando la solución a nuestros problemas en el lugar incorrecto. Nos hemos
perdido una oportunidad de trabajo debido a la falta de visión, o hemos dejado una naranja
en casa durante toda una semana mientras viajábamos, por lo que se pudrió antes de que
pudiéramos comerla.
Personalmente, esta combinación me recuerda una época en la que estaba parado en
medio de la calle, preocupado por el dinero. Estaba mirando al suelo, esperando por un
amigo, totalmente absorto en mis pensamientos, todos ellos relacionados con la estabilidad
financiera. De repente, un chino camina hacia mí, se agacha y recoge algo de la calle. Era un
billete de 20 dólares que había estado allí todo ese tiempo, a unos cuantos centímetros de
mis pies, pero no me había percatado de ello porque estaba ocupado preocupándome por
el dinero.
Y, por supuesto, sería un mensaje muy diferente si miráramos las cartas y tuviéramos al
Siete de Deniers precediendo a “Lermite”.
Mira las cartas: “¿Qué está ocurriendo?”

Ejercicio #7: Mira tres cartas colocadas juntas al azar.


Una vez que miramos dos o más cartas juntas podemos verlas “hablar” y ahora, por
primera vez, las cartas nos dan una narrativa completa, con un comienzo, un desarrollo y
un final.
Has estado entrenando toda tu vida para esto. Has experimentado y contado varias
historias, y posees una comprensión intrínseca de cómo funcionan. Has estado expuesto,
tanto consciente como inconscientemente, a los efectos de las narrativas. Tu vida es una
historia en sí misma, y puedes reconocer una historia en cada evento del que eres testigo-
incluyendo los de la vida de las otras personas.
Lo que es incluso más importante es que como parte de la cultura occidental, desde que
naciste, has estado en contacto con los personajes representados en las cartas del Tarot. Se
conforman en nuestra imaginación, no sólo como arquetipos, sino como personajes
populares cuyas diversas interpretaciones pueblan nuestros mitos, novelas, historias
populares, películas e incluso las noticias.
¡Estás listo!
Utilizando nuestras dos preguntas clave (“¿Qué está ocurriendo?” y “¿Cómo se siente?”),
podemos leer tres cartas cualquieras como una oración que nos da un mensaje inmediato.
La clave aquí es no ver las cartas como a eventos separados, sino como a toda la oración
creada por las tres cartas juntas.
Por ejemplo, consideremos estas tres cartas:

¿Qué está ocurriendo?


Una figura diabólica parece que está diciéndole “adiós” a tres personajes atascados en
una rueda. Además de la figura diabólica, un hombre en un carro perece estar esperando
por él. Me parece como si el diablo estuviera diciéndole adiós a estos personajes para poder
irse en el carro. Lo interpreto como un ciclo indicado por la Rueda, al igual que la idea de
estar atado, sugerido por los dos personajes parados al lado del Diablo. Pero los caballos
pegados al carro parecen impacientes. La primera y la tercera carta sugieren movimiento,
pero la segunda parece, de cierta forma, estacionaria o paralizada.
Por lo tanto, surge un tema: salirse de un ciclo.
¿Cómo se siente?
Se siente como si fuera hora de romper con esa rutina en particular que nos tiene
estancados en el mismo lugar para poder avanzar, entonces, hacia adelante. Podemos
recordar aquellos momentos en los que nos dimos cuenta de que no teníamos la energía
para soportar los chismes excesivos en un ambiente de trabajo; o la vez que decidimos
retirarnos de un grupo de amigos que se negaban a madurar. ¿Alguna vez te has sentido
separado de la realidad porque sentiste que ya no pertenecías más a ella? Puede que nos
recuerde que podemos seguir haciendo las mismas cosas de antes o que es el momento de
ser más osado, romper algunas reglas y aspirar a objetivos más elevados.
Pero, independientemente de la situación en específico, el mensaje es el mismo: “¡Deja
de actuar como si estuvieras poseído! ¡Salte de ahí! ¡Avanza!” Podemos aplicarlo a cualquier
situación que estemos experimentando en nuestras vidas en el momento en que miramos
las cartas.
Ahora, resumamos.
Ten en cuenta que en todos estos ejemplos te estoy diciendo lo que yo veo, no lo que tú
deberías ver. Es probable que tengas una interpretación diferente sobre lo que está
ocurriendo y sobre cómo, desde tu punto de vista, sientes que es la historia en las cartas.
Eso es excelente. Así es como debería ser. Esas son tus lecturas, no las mías.
Al principio, la identidad de cada carta se vuelve menos importante que el “patrón
energético” que evoca a través de su composición. En algunas cartas, la composición
sugerirá movimiento, en otras, una parada. Entre las cartas que sugieren movimiento,
algunas sugieren avance, mientras que otras sugieren retroceso. (Recuerda, leemos de
izquierda a derecha). Al detectar el patrón energético que sugiere la composición de las
cartas, podemos detectar ritmos en toda la “oración”.
En el ejemplo anterior podemos decir que teníamos un ritmo alternativo de
“movimiento-parada-movimiento”. Si miramos detenidamente lo que está ocurriendo,
vemos que la primera carta se mueve hacia atrás, mientras que la última se mueve hacia
adelante. Así que la tendencia general nos lleva desde un movimiento hacia atrás hasta un
movimiento hacia adelante, con una parada entre ambos. Este ritmo nos da la pista de un
mensaje.
Mirando la imagen en general, ninguna carta posee un significado compartimentado o
individual. La “identidad” de cada personaje se desliza hacia un segundo plano, si se quiere.
Son parte de un todo y su significado inherente se restructura y se modifica dependiendo
de las cartas que los rodean.
Si percibiéramos que por alguna razón no nos sentimos incómodos con “Le Diable”,
debemos admitir ese sentimiento. No necesitamos llenar las cartas de significados de
Halloween, pero tampoco podemos permanecer indiferentes ante la inquietud que las
imágenes de ciertas cartas nos producen. Las cartas nos sirven para ayudarnos a acceder a
nuestra vasta reserva de conocimiento inconsciente, y esto incluye el surgimiento de
sentimientos perturbadores. Esos sentimientos son parte del mensaje.
Ahora, supón que las mismas cartas estaban colocadas en un orden diferente:
¿Ves cómo todo cambia?
¿Qué está ocurriendo?
Dos cartas que sugieren movimiento están seguidas por una carta que sugiere parada.
Este es un ritmo diferente. Incluso la mano del Diablo se siente diferente ahora. Parece
indicar que todo debe “¡Detenerse!” Veamos la escena completa.
Un hombre en un carro parece inseguro de aceptar la invitación que el pequeño rey en
la cima de la rueda le está haciendo de “unirse a la fiesta.” Detrás del pequeño rey, el Diablo
parece estarle diciendo a nuestro joven, “¡No!”
Ahora, mira como estos sentimientos parecen reforzarse por lo que está ocurriendo
entre los otros dos personajes en la rueda, y los dos personajes parados junto al Diablo.
¡Estas extrañas figuras en la rueda son parte humanas, parte animales y también parecen
ser parte de la rueda! Quizás perdieron sus miembros en la rueda. Están atorados.
¿Mira como también ocurre lo mismo en “Le Diable”? Las dos pequeñas figuras parecen
humanas, sin embargo, tienen cuernos y colas. Sus brazos pueden estar atados detrás de
sus espaldas, unidos dentro de esa tela verde y roja que envuelve los cuerpos de los
personajes. En todo caso, no tienen miembros y están atados. ¡Si regresamos a “Le Chariot”
y vemos cuán poderosas se sienten las piernas de los dos caballos, cuan pesados son sus
cascos, podemos ver que ir hacia adelante no parece nada prometedor para nuestro joven!
El Diablo puede estarnos diciendo que nos detengamos, o puede estar personificando el
sentido de estar atascados. En cualquier caso, el mensaje parece claro: “¡No vallas allí!”
Pero algo falta aquí. Hay algo no se siente bien, o completo. El hombre en el carro está
mirando hacia la izquierda. Parece que nosotros estamos más interesados que él en el
camino que le queda por transitar. Incluso sus caballos miran hacia atrás. No está listo para
aceptar la invitación del pequeño rey, ni de reconocer la advertencia del Diablo. ¿A qué está
mirando?
Sólo hay una forma de saberlo. Tenemos que colocar una carta delante de “Le Chariot”,
para poder ver hacia dónde mira. (NOTA: Durante mi trabajo con el Tarot, en cierto punto
se hiso evidente que se debía seguir y reconocer la mirada del personaje. Es por ello que me
sentí muy entusiasmado cuando, eventualmente, descubrí que varios autores, como Paul
Marteaux, Tchalai Unger, Philippe Camoin y Alejandro Jodorowsky tuvieron esto en cuenta.)
Por consiguiente, seguir la mirada expande la tirada.
Al tomar otra carta del mazo, coloco a “Lemperatrise” delante de “Le Chariot”, y la
historia se lee así ahora:

¿Qué está ocurriendo?


Todo parece cobrar más sentido ahora. Ahora tenemos un patrón que va así: “parada-
movimiento-parada-movimiento”. El joven no puede avanzar porque sigue mirando a la
mujer que parece estar enojada.
¿Cómo se siente?
Se siente como si tuviera que regresar y hacer las paces con esa mujer. De lo contrario
seguirá estancado, incapaz de evolucionar verdaderamente, y obligado a repetirse
nuevamente una y otra vez. Parece que dejar a esa mujer atrás supone para él dejar un
asunto pendiente. Es por ello que, no importa cuán emocionante pueda ser la invitación del
pequeño rey, el Diablo nos está dando una advertencia.
¿Cuántas veces nos hemos sentido así? Podemos encontrar analogías entre esta historia
y varios eventos que comparten la misma huella energética. La historia en las cartas quizás
nos recuerde a la vez en que terminamos una relación, pero verdaderamente no fuimos
capaces de separaros emocionalmente de ella. También puede contar por la vez en que nos
fuimos de casa, dejando muchas cosas sin decir entre nosotros y nuestros padres. Puede
recordarnos ese pésimo trabajo de plomería que hicimos en la casa de aquella mujer y como
ahora ella habla mal de nosotros, tanto así que nadie en el vecindario nos quiere dar trabajo.
También puede contar por aquellas veces en las que no estamos listos para enfrentar
nuestros sueños y percibimos las miradas angustiadas de nuestros seres queridos por la
imprudencia que estamos a punto de cometer.
Sólo tú sabes lo que el mensaje significa para ti. Sólo tú puedes hacer las analogías.
Continuemos con nuestro resumen.
Las mismas tres cartas, colocadas en un orden diferente, nos dan un mensaje diferente.
Puede parecer obvio, pero es importante enfatizar cómo cada nuevo mensaje redefine el
significado individual de cada carta en la historia.
No deberíamos dejar ningún final abierto. Cuando una carta, sea por su mirada o
dirección, indica la necesidad de sacar una carta adicional, estamos obligados a añadir otra
carta a la tirada. De esta forma, la historia se enriquece con tantas cartas sean necesarias,
hasta que sentimos que está completa.
La composición de las cartas establece un patrón, y ese patrón nos puede proporcionar
un tema. Ese tema estructura el mensaje que percibimos, y puede ser por sí mismo una
respuesta a la pregunta que le formulamos a las cartas.
Puedes ver cómo es posible atribuirle humor a un personaje gráfico. Anteriormente dije
que la Emperatriz estaba “enojada”. Obviamente, ese humor es una proyección mía. En
circunstancias diversas, y rodeada de diferentes cartas, podría ver a “Lemperatrise” como
si estuviera indecisa, indiferente, o incluso feliz. No tengas miedo en proyectarte en las
cartas. Como lo ve un amigo mío, en el nivel analógico, “uno más uno es igual a tres”. Las
cartas están ahí para desencadenar una revelación en nosotros, y esa revelación sólo ocurre
cuando lo que es visible en las cartas evoca lo que es invisible en nosotros.
Finalmente, veamos otro ejemplo tomado, esta vez, de la vida real.
Una mujer quiere saber si va a hacer un viaje. Se supone que valla a Viena para conocer
a la futura esposa de su hijo, pero está afrontando una especie de problemas legales que
debe resolver para que el viaje pueda tener lugar.
Saca a “Le Fou” (El Loco), “Lermite” (El Ermitaño), “Le Pape” (El Papa), y “Lamoreux” (El
Enamorado).
¿Qué está ocurriendo?
Un joven está viajando (“Le Fou”) hacia una reunión familiar que podemos ver como
tiene lugar al final (“Lamoreux”). Pero en la mitad de la tirada tenemos a un anciano
deteniendo al viajero (“Lermite”) y finalmente, al anciano concediendo el paso (“Le Pape”).
Si analizamos la dinámica entre “Le Fou” y “Lermite”, veremos como “Lermite” coloca
la linterna frente a los ojos de “Le Fou”. Esta obstruyendo la mirada del Loco.
¿Cómo se siente?
Bien, se siente como si estos obstáculos burocráticos fueran tan desalentadores que no
puedieras ver más allá de ellos. Pero en la parte baja de ambas cartas, algo más está
ocurriendo. Tanto “Le Fou” como “Lermite” tienen bastones que están colocados
sospechosamente cerca uno del otro. Es como si la actitud de “Lermite” fuera una
formalidad y esté dispuesto a “intercambiar bastones”, es decir, a llegar a un acuerdo “por
debajo del telón”.
¿Qué está ocurriendo entre “Lermite” y “le Pape”? podemos ver a dos ancianos tan
parecidos que podrían ser la misma persona. Pero mientras el primero detiene al viajero, el
segundo parece estar bendiciendo la reunión familiar. Otro detalle que llama mi atención
es el hecho de que el primer anciano está pobremente vestido, mientras que el segundo
tiene una tiara, un cetro y ropas lujosas. De hecho, hay una diferencia en los estilos entre
ambas cartas que resulta relevante. “Lermite” está dibujado de manera elegante, pero
áspera, mientras que “Le Pape” muestra más detalles, más líneas redondas y el dibujo se
siente más suave.
¿Cómo se siente?
¡Se siente como si ambos hombres fueran uno y el mismo, pero esa persona cambia su
actitud en el camino, suavizándola y mejorando su armario luego de obtener lo que quiere
de mi cliente!
En la lectura real, utilicé toda la escena para representar un resultado positivo que
ocurriría luego de que mi cliente encontrara una figura autoritaria que transformara la
situación en algo favorable para ella. “Lermit” se convierte en “Le Pape”, volteando,
literalmente, su cuerpo para que el Loco pueda pasar.
Podemos percatarnos de varias cosas en este ejemplo.
Lo primero que hice fue intentar hallar la analogía entre la pregunta de mi cliente y la
historia que muestran las cartas. Siempre debemos reconocer a nuestro cliente en las cartas
para poder transformarlo en una narrativa.
Utilicé las dos preguntas claves, ¿Qué está ocurriendo? y ¿Cómo se siente? para leer toda
la “oración”, pero también las utilicé al comparar pares de cartas, es decir, la primera carta
con la tercera, la primera carta con la segunda, la segunda carta con la tercera y la tercera
carta con la cuarta. Mi interés es ver qué está ocurriendo entre todos estos personajes para
poder entender la situación basándome no sólo en lo que mi cliente me cuenta. También
tengo que basar la lectura en la información que mi cliente no me ofrece, pero que las cartas
hacen evidente. Siguiendo una serie analógica de pensamiento, las cartas provocan una
revelación.
Normalmente, al mirar a dos cartas contiguas utilizo la pregunta ¿Qué está ocurriendo?,
con una excepción. Siempre es aconsejable mirar a la primera y a la segunda carta de una
vez para entender la progresión de la historia en su totalidad.
De la misma forma, me estuve preguntando todo el tiempo ¿Cómo se siente? Con la
práctica se vuelve algo automático porque, en realidad, estas dos preguntas claves están
implícitas en el acto de mirar las cartas. Tan sólo con un poco de práctica te olvidarás
conscientemente de estas preguntas y comenzarás a sentir el mensaje de las cartas de
manera instantánea.
Practica colocando tres o más cartas en una fila y descubre el mensaje que está frente a
ti. Usa las dos preguntas claves para acercarte a las cartas hasta que la percepción de los
mensajes se vuelva algo de segunda naturaleza. Verás cómo este ejercicio abarca a todos
los anteriores y los refuerza.
Existen diferentes tiradas que puedes usar para mirar las cartas. Suelo utilizar aquellas
en las que las cartas puedan “hablar” de manera efectiva, creando historias. Para ser
totalmente honesto, tres cartas en una línea, junto con cualquier expansión que dichas
cartas puedan sugerir de manera visual, son todo lo que necesitamos para obtener un
mensaje de las cartas, responder nuestras preguntas y proyectar nuestras posibilidades. En
mi humilde opinión, no se necesita nada más.
Últimas palabras
En el momento en que escribo estas notas, el otoño está llegando a su fin. Unos días
atrás, caminaba por la ciudad con mis hijos. A las seis en punto ya había oscurecido, por lo
que les pregunté, “La ciudad se siente diferente. ¿Pueden verlo?”
Emilio, mi hijo de ocho años, respondió, “Jmmm, puedo verlo. Pero no sé si la ciudad
está diferente porque ha cambiado, o porque yo la veo diferente.”
Luego de recoger mi mandíbula del suelo, le conté que había descubierto la esencia de
la magia.
Percibir es crear. Si miramos las cartas, descubrimos muchas cosas. Y si miramos
atentamente las cosas que descubrimos, nos percataremos de que dicen tanto de nosotros
como lo dicen del Tarot. Mantenemos este juego de analogías vivo al experimentarlo con
ojos frescos y nuevos y recordando siempre que saber no es lo mismo que entender.
Lo que estoy proponiendo aquí ya fue sugerido siglos atrás por Matteo María Boiardo y
Teófilo Folengo. Ha sido explorado de diferentes formas por varios autores
contemporáneos como Paul Marteaux, Tchalai Unger, Philippe Camoin, Alejandro
Jodorowsky, Encarnación Sánchez & Daniel Rodés, Robert M. Place y Jean-Claude Flornoy.
Cada uno de ellos posee un enfoque diferente sobre la idea del Tarot como un Lenguaje
Óptico. Te invito a que leas lo que ellos tienen que decir sobre el Tarot.
Sólo quiero sugerir que si utilizamos las dos preguntas claves: ¿Qué está ocurriendo? y
¿Cómo se siente? tendremos un encuentro analógico y muy productivo con el Tarot de
Marsella. Si miramos al Tarot, su magia se revelará ante nosotros. Este encuentro es sólo
un punto de partida. No debería impedir que exploremos los aspectos históricos, alegóricos
y morales del Tarot. Pero garantiza que al hacer estas preguntas estableceremos una
metodología factible para conocer las cartas y percibir un mensaje en ellas. Una
metodología que, una vez incorporada a nuestros patrones de pensamiento, nos será de
utilidad para el resto de nuestras vidas.
¡Sigue mirando!
Enrique Enriquez
Nueva York, octubre, 2007

Traducido por: Alejandro Rodríguez Rozán

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