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Documento – Aportes históricos de etnobotánica mexicana.

Universidad Virtual del Estado de Michoacán.

Herbolaria y Fitoterapia.

Etnobotánica y Taxonomía. Unidad 1.

Tutor: Alejandra Gálvez Gutiérrez.

Alumno: María Emilia Cal y Mayor Esponda.

Grupo: 01 Matricula: 182902

Contacto al182902@univim.edu.mx

15 de febrero de 2019.
Contenido.

Introducción.

Cuerpo

Conclusiones.

Bibliografía.

Introducción.

La etnobotánica mexicana ha escrito páginas doradas en el desarrollo mundial de dicha

ciencia, así también ha pasado por períodos grises de estancamiento. Pero la balanza se inclina a

favor de un desarrollo sostenible en la etnobotánica en México, y el futuro se prevé lleno de

éxito. Repasemos ahora la historia de la botánica/etnobotánica en México y el estado actual de la

investigación y la enseñanza.

Aportes históricos de la etnobotánica mexicana.

Actualmente México goza de un lugar destacado en el estudio y difusión de la


etnobotánica. Gracias a la diversidad biológica, ecológica y cultural; gracias al surgimiento
de una comunidad científica comprometida de amplia una diversidad de ramos como
biólogos, agrónomos, antropólogos, arqueólogos y geógrafos; y principalmente, a que este
tipo de investigación no requiere de instalaciones o equipo costoso. Barrera (1979) describe
a la etnobotánica como “…el estudio de las sabidurías botánicas tradicionales”, sabiduría
que aún se conserva en muchas etnias actuales.
La etnobotánica en México reconoce la existencia de una verdadera ciencia botánica
prehispánica, constituyéndose en historiadores y filósofos de la ciencia antigua. Los estudios
etnobotánicos actuales en México, se centran en dos temas: la adaptación de las
comunidades campesinas al desarrollo económico basadas en sus prácticas tradicionales, y la
salvaguarda del patrimonio genético vegetal. La principal preocupación de la etnobotánica
mexicana es que los resultados de la información recabada entre los campesinos, regrese a
ellos de una forma que les ayude en su vida cotidiana.
La historia de la etnobotánica mexicana inicia en la remota antigüedad. Los primeros
cronistas de la conquista, como fray Diego de Landa, mencionan en sus estudios la
diversidad de plantas curativas, dejando ver la sabiduría de los encargados de practicarla. En
1569 Nicolás Monardes escribió el primer tratado científico de las plantas medicinales de la
Nueva España; se le considera uno de los más notables precursores de la farmacognosia
americana. La obra más notable de las plantas medicinales prehispánicas es el “Manuscrito
Badiano”, obra del médico indígena Martín de la Cruz y el traductor indígena Juan Badiano.
La obra fue escrita en lengua indígena y latín, ampliamente ilustrado. Bernardino de
Sahagún en 1559 inicia el llamado Códice Florentino, una de las más grandes obras
etnográficas del México colonial, originalmente planteado para ayudar a la conversión al
cristianismo de los indígenas. Gracias a estas importantes obras de estudio botánico, el
emperador Felipe II envía en 1571 la expedición botánica más importante de la época, a
cargo de Francisco Hernández. 8 años de trabajo en campo produjeron 16 volúmenes
bellamente ilustrados y encuadernados, obsequiados a Felipe II quien quedó muy
complacido y los donó a la biblioteca del Escorial. Lamentablemente un incendio destruyó
los originales, aunque algunas copias se habían hecho, publicadas después como “Rerum
Medicarum. Novae Hispanie. Thesaurus seu Plantorum Animalium Mineralium
Mexicanorum.”
Después de las notables obras de Cruz-Badiano, Sahagún y Hernández, la botánica en
México permanece sin nuevos avances durante un siglo, mientras Europa se sacude con las
obras de Carlos Linneo. El rey Carlos III, entusiasta de las ideas de Linneo, nombra una
comisión naturalista para estudiar América, y crea el jardín botánico de Madrid. La comisión
científica estuvo a cargo de Martín de Sessé y da inicio a los estudios formales de botánica
en México, al iniciarse la cátedra de Botánica en la Real y Pontificia Universidad de México
el 1 de mayo de 1786.

La siguiente etapa importante se da en 1890 con la creación del Instituto Médico


Nacional, organismo oficial con la misión de estudiar científicamente las plantas
medicinales. El Instituto tuvo mucho prestigio, con una brillante trayectoria científica,
cerrando sus puertas en el año 1915. Alfonso Herrera publica en 1921 la Farmacopea Latino
Americana, recopilando toda la información disponible sobre las plantas medicinales. La
Dirección de Estudios Biológicos, sucesora del Instituto Médico Nacional, da una brillante
expansión a la biología y etnobotánica mexicana: se crea la primer estación biológica
marina, el Parque Zoológico y Jardín Botánico de Chapultepec, el primer movimiento
conservacionista, se publican “Las plantas útiles de México”, y el “Catálogo de nombres
vulgares y científicos de las plantas mexicanas”. En el año 1929 desaparece la Dirección de
Estudios Biológicos, heredando instalaciones y colecciones al Instituto de Biología de la
UNAM, que dio a México 40 años de apatía etnobotánica. En 1959 se inicia la época
moderna de la etnobotánica o botánica, con la creación de la Comisión de Dioscoreas dentro
del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales (INIF) por el Dr. Enrique Beltrán.
La era moderna de la etnobotánica mexicana está protagonizada por importantes
institutos de investigación y enseñanza.
 La UNAM, con A) el Instituto de Biología, donde dos grupos importantes dirigidos por

Miguel Ángel Martínez y Víctor Toledo, hacen investigación de campo y se enfocan en la

ecología, en Puebla y Michoacán. Y B) la Facultad de Ciencias, con el Laboratorio de

Plantas Vasculares y las prácticas de Biología de Campo.

 El Instituto Mexicano para Estudio de Plantas Medicinales (IMEPLAM) equipo

multidisciplinar dirigido por X. Lozoya.

 La Universidad Autónoma de Chapingo, con importantes estudios en Chiapas, Oaxaca y

Yucatán, con el trabajo del Ing. Efraim Hernández X.

 Instituto Nacional de Investigaciones sobre Recursos Bióticos (INIREB) en Xalapa,

Veracruz, bajo la dirección del botánico Arturo Gómez Pompa, con publicaciones en lengua

indígena.

 Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) instalación del Jardín Botánico de

Plantas Medicinales, por el Dr. Bernardo Baytelman en Cuernavaca, Morelos.

Conclusión.

El esfuerzo que realizan los mexicanos por desarrollar la etnobotánica es notable, siendo

reconocidos mundialmente como pioneros en la materia. Especialmente el futuro se ve

prometedor, porque cada vez son más los científicos jóvenes de distintas áreas de las ciencias,

que realizan estudios y se vinculan a la etnobotánica. El mexicano también basa sus estudios en

una búsqueda de justicia para con los pueblos indígenas, a quienes ve excluidos y considerados

como intrusos en su propia tierra ancestral.


Referencias.

Friedberg, C. La Etnobotánica Mexicana. Etnobiología. Vol. 11, Núm. 3 (2013) 8-13. Asociación etnobiológica mexicana.

Recuperado de:

https://fds.univim.edu.mx/pluginfile.php/12124/mod_resource/content/1/La%20etnobota%CC%81nica%20mexican

a.pdf

Gómez-Pompa, A. Las raíces de la etnobotánica mexicana. Acta Biológica Panamensis. Vol. 1, 87-100. Recuperado de:

https://fds.univim.edu.mx/pluginfile.php/12126/mod_resource/content/1/Las%20rai%CC%81ces%20de%20la%20et

nobota%CC%81nica%20en%20Me%CC%81xico.pdf

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