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Nietzsche

El lenguaje como llave a la realidad o la expulsión de ella

.Introducción

A modo de confesión. Al empezar a escribir sobre el lenguaje me aparece


inevitablemente un momento de duda, duda profunda y extensa, que casi hace que los
dedos de uno no puedan empezar a escribir, duda que intenté resolver a través de la
lectura, pero cuya solución me fue sugerida a través de la lectura de Derrida, sino todo lo
que hablamos no es necesariamente pensado, sino que somos hablados, rompiendo
varias estructuras filosóficas, con la escritura pasa lo mismo. Así llego a mí la idea de este
trabajo, escribiendo. Desde ya fue reformulado tantas veces que ya no tengo idea de
cómo empezó o donde con claridad.

Múltiples preguntas se formulan, no todas llegan a buen puerto, la mayoría son hundidas
por las tempestades, arrojadas a las profundidades de los mares más helados. Pero
siempre resonaba un eco en cada pregunta que me hacía, en cada pregunta que me
abordaba: cada vez que hablo del lenguaje ¿acaso no se juega que queda del hombre?

Alguna vez Althusser se definió como un “anti-humanista teórico” y desde la


Antropología Levi-Strauss más que un anti-humanista su filosofía intenta buscar un
concepto nuevo y más amplio de humanidad, Foucault nos ha enseñado que mientras más
se ha buscado al hombre en las ciencias sociales, más lo hemos perdido, diluido en las
estructuras lingüísticas de Saussurre, en las estructuras económicas del capital, etc.

A mi entender, de una cierta forma también lo fue Nietzsche. Para reflexionar sobre los
conceptos de lenguaje y realidad Nietzsche sin dudas ofrece un gran atractivo,
fuertemente retomado por los llamados pos estructuralistas, pero quien siempre estuvo
en los debates desde principio de siglo hasta llegar a las orillas del nuestro, sin perder la
fuerza que lo caracteriza.
.Lenguaje y Realidad: Necesidad de la dimensión afectiva en el concepto

Si nos preguntamos si hay una realidad por fuera del lenguaje o si el lenguaje es
constitutivo de aquella nos lleva a un problema que es posible rastrearlo de cierta forma
por toda la historia de la filosofía, pero que llega a la actualidad con mucha fuerza y vigor,
sobre todo cuando a la orden del día son las neurociencias quienes parecen predominar al
momento de dar una respuesta.

Si nos posicionamos desde un punto de vista de que los límites del lenguaje son los
límites de mundo, nos encontramos con un plano de adaptación a lo que es, nos
estaríamos posicionando desde un punto de vista donde la identidad que se forma entre
lenguaje y mundo produce (o mejor reproduce) la realidad sin contradicción alguna, por
medio de una síntesis.

Pero los conceptos mediantes los cuales pensamos el lenguaje como la realidad no son
solo construcciones racionales y racionalizadas, tomando a Nietzsche, y también porque
no a Bachelard, podemos incorporar la dimensión afectiva, peleándose con la concepción
tradicional. Pues los conceptos son históricos y como tales no escapan a la lucha que los
consagra, los derroca y olvida y los vuelve a revivir. Al utilizar un concepto no solo hace
aparición la dimensión pragmática utilitaria, sino que aparece una afectiva, un concepto
nos atrae o repulsa, nos involucra o nos distancia, nos gusta o disgusta. De ahí la
necesidad de incorporar la dimensión afectiva, tan calumniada, distinta de la dimensión
racional, que nos permite valorar en un sentido Nietzscheano, que nos permite jerarquizar
la realidad.

.Lenguaje y realidad

Nietzsche intentó romper con la identidad entre lenguaje y realidad. El propio estilo de
Nietzsche

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