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(Señal del alfarero y el barro) Cuando Dios envió a Ananías a ministrar a Saulo de

Tarso, le dijo: “ve, porque instrumento (vasija) escogido me es este”.

Somos hijos de Dios, con un plan específico diseñado por el Señor, y él nos lleva en un
continuo proceso de maduración, y tiene como objetivo formar la imagen de su Hijo
en nosotros, y usará todas las herramientas y circunstancias para cumplir Su volunta-
d en nosotros. Él es el alfarero y nosotros barro en sus manos...

El Señor nos compara con ovejas porque necesitamos de un pastor. Nos compara con semillas y con
tantas cosas, como con pámpanos. También nos compara con barro, pero no con cualquier barro, sino
con barro en manos del alfarero.
¿Quién es el alfarero divino? Cristo, ¿Quiénes somos el barro? Nosotros. Ahora, ¿quién escoge a quien?,
¿Es el barro que escoge al alfarero o el alfarero que escoge al barro? El alfarero, Él te escogió.
2da. a los Corintios 4:7 Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder
sea de Dios, y no de nosotros.
Romanos 9:21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de una misma masa un vaso
para honra y otro para deshonra?
Hay quienes ignoran que tenemos un tesoro. ¿Cuántos tienen a Cristo adentro?, ¿Cuántos tienen al Padre,
al Hijo y al Espíritu Santo? Entonces, tenemos dentro un tesoro. Nosotros tenemos el verdadero valor y
está dentro de nosotros, se llama Jesucristo.
Ignoran que tiene ese tesoro y viven por eso de forma miserable. Hay otros que saben que lo tienen, pero
se les olvida la otra parte, dónde está ese tesoro, que es en vasos de barro. El vaso de barro tiene el valor
adentro, pero realmente lo que vale es lo que está dentro, y luego eso le da valor a lo que está afuera, que
somos nosotros, en otras palabras nuestro valor se llama Jesucristo.
Además para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros. Cuánta gente ignora esta verdad
y cree que el poder es de ellos. La clave está en saber que tenemos un tesoro de Dios adentro. Si tienes a
Cristo tienes ese tesoro, pero lo segundo, en vaso de barro. Lo tercero, tenemos ese poder, pero ese poder
de excelencia no es de nosotros, sino es Dios en nosotros.
El alfarero utiliza diez elementos para hacer una vasija de barro. Es un proceso en el que intervienen el
alfarero, el barro, la vasija de agua, la rueda, el fragmento de una vasija cóncava y otros elementos. Antes
de hacer una vasija de barro el Alfarero ya sabe lo que va a hacer.
Si supiéramos cuanto tuvo que pagar Dios para que fuéramos barro en Sus manos.
Mateo 27:7-8 Y después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de los
extranjeros. Por lo cual aquel campo se llama hasta el día de hoy: Campo de sangre.
El precio que tuvo que pagar Cristo fue su sangre. Nuestro precio no es cualquier precio, valemos más
que oro, más que plata, la sangre de Jesús. Para estar siendo moldeados por las manos de nuestro Alfarero
Divino, El tuvo que pagar un precio muy alto, su propia sangre. El hombre comenzó en la mente de Dios,
en Su corazón, pero también usó barro, usó polvo.
En Adán todos pecamos, la paga del pecado es muerte. Todos somos pecadores. Viene Cristo y paga el
precio de sangre. Por más que hayamos hecho para ofender a Dios, El hizo algo más grande para
salvarnos.
El barro esta ahí, no vale nada, barro sucio, asqueroso, pero lo que le da valor es el Alfarero. El Alfarero
no ve barro, ve una vasija que Él ya pensó en su mente, no nos ve como éramos, él nos ve como Él nos
diseñó.
Del campo del alfarero al proceso del barro, y luego a la rueda; pero para llegar ahí había que mojar el
barro. Entonces ponerlo en la rueda del alfarero.

LA SEÑAL DEL ALFARERO Y EL BARRO


“Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Levántate y vete a casa del alfarero, y
allí te haré oír mis palabras”, Jer. 18:1-2.
1. La obediencia de Jeremías. Lo primero que Dios le dice a Jeremías es:
“Levántate”, podemos ver ésta palabra desde la perspectiva física y emocional. Quizá
estaba cansado, o demasiado cómodo.

Emocionalmente afectado: el pueblo de Israel estaba bajo de ánimo, pues Babilonia


era el imperio opresor, Israel estaba en decadencia moral, espiritual y política; fue
tiempo de guerras y crisis, y el ministerio de Jeremías enfrenta oposición de sus
hermanos, otros profetas y reyes; básicamente por el contexto su mensaje fue de juicio,
quizá todo esto había traído una sombra de desaliento sobre el profeta, pero Dios le
dice: “Levántate”.

Jeremías somete su razón para obedecer por revelación. A veces obedecer a Dios
implica avanzar, aunque no entendamos lo que está pasando; detrás de la obediencia
se esconden grandes milagros y bendiciones, como le sucedió a Elías con la viuda
de Sarepta de Sidón. Dios nos enseña varias cosas en éste texto de Jeremías:

a) Él sabe a qué escenario nos lleva para enseñarnos (“vete a casa del alfarero”).
b) La obediencia nos hace avanzar hacia la revelación y bendición de Dios (“allí te haré
oír mis palabras”).
c) El sometimiento a Dios, es fundamental para ser transformado, “ Y descendí a casa
del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda”, Jer. 18:3 (Jeremías “desciende”,
quizá su casa estaba en un lugar más alto de la ciudad y debe descender; a veces
“descender” no es agradable, pero sin duda alguna es necesario).
d) La casa del alfarero nos habla de aquel escenario dónde Dios trabaja.

2. La restauración de una vasija, Jer. 18: 4a: “Y la vasija debarro que él hacía se echó
a perder en su mano”. Cuando el alfarero comienza su labor, ya tiene en mente que vasija
hará. Asimismo Dios ha planeado un diseño y propósito para cada uno, desde antes de
la fundación del mundo. Él es el Arquitecto Divino.

En éste desarrollo podemos ver procesos afectados, vasijas quebradas, soldados


heridos. Aunque Dios tiene grandes planes y su amor por nosotros es inmenso, a veces
la vasija se echa a perder en su mano, por dificultades del material (dureza, impureza,
falta de consistencia, piedras y objetos extraños…).

Hablamos de dones mal utilizados, líderes que se apartaron, hermanos que caen y se
quedan allí, resentimientos que nunca llegaron a un genuino perdón, otros se
estancaron en el proceso, etc. Pero Dios tiene el poder para restaurar, “y volvió y la hizo
otra vasija, según le pareció mejor hacerla”, Jer. 18: 4b. Es interesante que el alfarero hizo
una vasija nueva y mejor, y además utiliza el mismo material, no lo desechó. Dios no
rechaza a nadie, y siempre hará cosas mejores. Dios quiere y puede usarte.

3. Dios usa una técnica apropiada para cada uno. Elalfarero conoce muy bien
su oficio. En casa del alfarero encontramos la rueda, el barro, los hierrillos y
desbastadores, utilizados para dar forma, quitar las asperezas, y pulir los detalles de
la vasija; y por supuesto el horno, que da la dureza correcta y estructura final a la
vasija. Dios requiere de nosotros sometimiento y arrepentimiento genuino, Jer. 18:5-
9.
Dios es soberano, es bueno, santo y justo. Sus manos son bondadosas con el humilde
de espíritu, y fuertes con el soberbio de corazón. Cuando la vasija ha pasado por todo
el proceso debidamente, al final, el alfarero la decora y hermosea, porque de allí saldrá
a ocupar lugares de prominencia, y participará de eventos reales.

De igual manera Dios levanta sus vasijas a lugares de honra y bendición, depositando
en ellas sus tesoros, por eso dice la Escritura que somos “vasijas de barro, para que la
excelencia del poder sea de Dios y no de los hombres”.
Conclusión: Bendito sea Dios, quien tiene grandes planes con nosotros; algunas veces
estos planes sufren, se estancan, se dañan. Pero Dios tiene el poder de restaurar, ante
un genuino arrepentimiento, Dios interviene con su poder sanando, levantando
y restaurando.

Jeremías 18:1-2 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Levántate y vete a casa del alfarero,
y allí te hare oír mis palabras.
La iglesia es la casa del Alfarero, no es iglesia de hombres, es iglesia de Cristo, porque Él la compró con
Su sangre. Allí oímos las palabras, allí nos habla Dios. Uno sale lleno de lo que va a ver o a oír a la
iglesia.
Jeremías 18:3-4 Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. Y la vasija
de barro que él hacia se echo a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor
hacerla.
El Alfarero no tomó otro barro, ni tiró el que se echó a perder, por que valoraba el barro, porque sabía
que lo había comprado a un precio muy alto. El Alfarero no nos desecha, vuelve a hacernos de nuevo
con la misma masa, porque valemos demasiado, valemos más que oro, valemos más que plata, valemos
la sangre de Jesús.
La gente le pone el valor a las cosas de acuerdo a lo que ame, por lo que se sienta apasionado. ¿Y qué
precio le dio el Señor al barro? El Señor pagó un alto precio por nosotros, Él nos ama, es apasionado con
nosotros, no abandonó la obra de Sus manos.
El barro se amasa y se pisa para hacerlo dócil. El Señor muchas veces permite que hombres cabalguen
sobre nuestra cabeza.
Salmos 66:10-12 Porque tú nos probaste, oh Dios; nos ensayaste como se afina la plata.
Nos metiste en la red; pusiste sobre nuestros lomos pesada carga. Hiciste cabalgar hombres sobre
nuestra cabeza; pasamos por el fuego y por el agua, y nos sacaste a abundancia
PASOS PARA QUE EL BARRO ESTE EN LA RUEDA
1. El campo del alfarero, fue un campo comprado a precio de sangre.
2. Recolección del barro.
3. Hacer polvo del barro.
4. Se pone a secar al Sol.
5. Se le echa el agua.
6. Se amasa.
7. Lo ponen sobre la rueda.
8. Comienza a moldearlo. Si se echa a perder lo hace de nuevo.
9. Proceso del pulido.
10. Diseños exclusivos donde pone su sello.
11. El horno final.
Lo que permite que lleve el sello y la firma del alfarero y no se rompa, es llevarlo al horno final para que
se seque y esos diseños perduren.
Nosotros tenemos un precio alto. El Alfarero divino, el Alfarero real nos hizo y por eso tiene que poner
un sello, y conoce el Señor a los que son suyos. Eso tiene un sello.
2a a Timoteo 2:19 Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que
son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.
El alfarero no comienza a trabajar el barro hasta que lo hace polvo, porque son los alfa y omega, son el
principio y fin. Comenzó el hombre del polvo para volver a serlo. Si pierde o falla lo vuelven a hacer de
nuevo, lo tiene que deshacer para hacer una vasija mejor.
No es el barro que escoge al alfarero, es el alfarero que lo escoge con un propósito. El barro más dócil
no es el que se amasa, sino primero se pisotea. El barro tiene que ser amasado de forma enérgica, para
que no tenga vacíos ni áreas sin la cantidad necesaria de agua.
Job 38:38 Cuando el polvo se ha convertido en dureza, y los terrones se han pegado unos con otros?
Job 42:5-6 De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento
en polvo y ceniza.
Hasta que no nos hacen polvo nuestro yo, nuestro orgullo, nuestra autosuficiencia, de su forma, de su
religiosidad, de sus conceptos, Dios no comienza a trabajar.
Génesis 2:7 Entonces Jehová Dios formo al hombre en el polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento
de vida, y fue el hombre un ser viviente.
Génesis 3:14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste maldita serás entre todas las
bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de
tu vida.
Aquí está hablando de la serpiente antigua que se llama Satanás. Sin Cristo uno es puro polvo y eso es lo
que se come el Diablo. Pero también si la gente se queda solo en el proceso y se aleja de Él. El alfarero
cuando hace polvo tiene algo bueno para el barro.
EL ALFARERO QUE SE HIZO BARRO Y VASIJA POR AMOR A NOSOTROS
Nuestro alfarero divino, para ser alfarero también se hizo barro. Y el fue la vasija de barro que tuvo que
ser deshecha.
Job 19:25 Yo se que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo;
La victoria de Jesús es que Él venció a Satanás en la cruz del calvario cuando ocupó nuestra naturaleza,
pero también por cuanto era el Hijo de Dios, resucitó de entre los muertos. Jesús es 100% Dios y 100%
hombre.
Romanos 1: 4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la
resurrección de entre los muertos.
En la resurrección de Jesús de entre los muertos intervinieron El Padre, el Espíritu Santo y Él mismo, por
que el mismo Jesús dijo yo tengo poder para entregar mi vida y para volverla a tomar, por tanto Jesucristo
no es una creación, es Dios.
Juan. 1:1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Juan. 1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del
unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Lo que quiere decir que El moría siendo Dios; pero la gente no lo miraba así.
Isaías 53:3-5 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en
quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente
llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido
de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo
de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Simbólicamente cuando el barro está siendo hecho polvo, es molido, pues El fue molido por nuestros
pecados.
Mirando los dobles oficios de Jesús, vemos que El fue el Sembrador y también la Semilla que cayó a
tierra y murió para dar fruto. Somos el fruto de Su aflicción. Es el Pastor, pero también el Cordero mudo
que fue llevado al matadero. Es el Alfarero Divino y también la Vasija que tuvo que ser desecha, para
que nosotros fuéramos reconstruidos.
Nosotros éramos barro sin valor, vasijas sin valor, pero El fue la vasija, se hizo hombre y entró en la
categoría de polvo, pero como era el Hijo de Dios, cuando murió no encontraron polvo, resucitó al tercer
día.
El barro para ser moldeado y darle la forma que el alfarero diseñó necesita de agua, no solo para el
amasado sino en la rueda. La mano del alfarero tiene que estar húmeda juntamente con el barro. Si tiene
mucha agua se daña, si tiene poca agua se daña. Si tiene mucha agua está muy blando y no soporta el
proceso; pero si tiene poca agua se raja, se cuartea.
El alfarero experimentado mide la humedad del barro con el tacto de su mano, si está muy seco o muy
húmedo se echa a perder.
Si no tenemos agua nos quedamos polvo y la serpiente come polvo, pero no una masa preparada por
Dios, en las manos del Alfarero.
Juan 7:37-38 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzo la voz, diciendo: Si alguno
tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de
agua viva.
Cristo es el Hijo, el Unigénito, el Primogénito del Padre, aquel que era el Verbo y que se hizo carne.
Todo fue creado por medio de Él y para Él, todas las cosas en Él subsisten. Ese es nuestro Señor.
El agua representa a Jesús, Él es el agua viva, pero también representa la Escritura, la Palabra de Dios.
También representa a Dios Espíritu Santo.
Cuando uno acepta a Jesús, inmediatamente comienza esa agua y el Espíritu Santo a trabajar en nosotros.
Dice la Palabra que con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación, y
Jesús dijo que el que lo confesare delante de los hombres, Él lo va a declarar o confesar delante de Su
Padre, pero que al que lo niegue delante de los hombres, Él lo va a negar delante de Su Padre.
Entonces necesitamos venir al conocimiento de la Palara, al Espíritu Santo, pero también dejar entrar a
Jesús, Él es el agua de vida. Si ya llegaste a Jesús ¿por qué te secas? Porque se necesita la Palabra, se
necesita al Espíritu Santo. Si se pierde la comunión con el Espíritu Santo uno se seca.
Juan 4:13-14 Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas
el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él
una fuente de agua que salte para vida eterna.
¿Cómo adquirimos del agua del Señor? Dice la Palabra que no os embriaguéis con vino, en el cual hay
disolución, antes bien sed llenos del Espíritu Santo. ¿Y cómo podemos ser llenos del Espíritu Santo, del
agua? Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al
Señor en vuestros corazones.
Colosenses 3:16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, ensenándoos y exhortándoos
unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos
y cánticos espirituales.
¿CÓMO ADQUIRIMOS EL AGUA DEL SEÑOR?
Hebreos 10:22-25 Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los
corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos firme, sin fluctuar,
la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para
estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por
costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Se acerca el día de Cristo, cuando el Señor viene por Su amada, pero también el día de Jehová, siete años
de ira para el mundo nunca vistos. Esta es la enfermedad del último tiempo, barro seco, barro que se echó
a perder, barro que le cayó agua sucia, agua extraña por andar buscando doctrinas extrañas.
Isaías 45:9 ¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡el tiesto con los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al
que lo moldea: ¿Qué haces?; o tu obra: No tiene manos?
CONCLUSIÓN
El secreto del barro consiste en que tenga la cantidad necesaria de agua. Además de un amasado enérgico,
para que no tenga vacíos ni partes más húmedas o secas que otras. El valor nuestro no está en nosotros
mismos, sino en el Alfarero que nos tomó para hacer una obra de arte.
El Alfarero Divino tuvo que pagar el precio más alto, para comprar el campo de donde saca materia
prima, el barro. Valemos demasiado, no es el barro que escoge al alfarero, es éste que lo escoge con un
propósito.
El barro más dócil no es el que se amasa solamente con las manos, sino que primero hombres lo pisotean
con los pies. No nos están humillando, nos están preparando para ser dóciles. Si nos humillamos bajo la
mano poderosa de Dios, Él nos va a exaltar. El inicio del trabajo con el barro es tomarlo para hacerlo
polvo, al igual que el material del que fuimos hechos. Si te preguntas, ¿por qué Dios me tuvo que
deshacer? es porque te está haciendo de nuevo.
Dile: Señor no quiero dañarme por tener poca o mucha agua, dame la necesaria. Estoy en tus manos. Tú
eres el Alfarero que sabes cuándo me falta agua o cuándo necesito más.
Si hay personas que están pasando por una situación muy particular, es algo grande que Dios está
haciendo contigo. Uno le pone precio a lo que ama, a lo que valora, a lo que le apasiona; y nuestro precio
es el más alto.

LOS VASOS DE DIOS


(Entendiendo el llamado de DIOS)

Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de
barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles.
Así que, si alguno se limpia de estas cosas,
será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.
(2Timoteo 2:20)

La casa mencionada aquí en Timoteo, es la Casa del Señor, la iglesia, el cuerpo de CRISTO.

En los tiempos bíblicos, en las casas se podían encontrar distintas clases de vasijas. Muchos de estos vasos eran
hechos de barro y tenían diferentes usos de acuerdo con la función que iban a desempeñar, el lugar donde se iban
a ubicar y según lo que iban a contener.

En las Sagradas Escrituras se pueden diferenciar siete (7) tipos de vasos diferentes.

1. Vasos de Honra
2. Vasos de Misericordia
3. Vasos Escogidos
4. Vasos Limpios
5. Vasos Quebrantados
6. Vasos de Deshonra, o de usos viles
7. Vasos de Ira

Sabiendo que así como en los tabernáculos construidos para DIOS en la antigüedad (sombra de lo que ha de venir),
se ubicaban diferentes vasijas, instrumentos, utensilios, etc., en el cuerpo de CRISTO dada la multiforme gracia de
DIOS también existen vasijas y vasos de barro que cumplen diferentes funciones y propósitos, están ubicados en
diferentes lugares y poseen diferentes contenidos. Wow.

Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de DIOS,
y no de nosotros,
(2 Corintios 4:7)

Ahora, así dice JEHOVÁ, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te
puse nombre, mío eres tú.
(Isaías 43:1)
DIOS está diciendo que ÉL es creador del patriarca Jacob (Jacob significa: el que suplanta, engañador, que quiere
obtener la bendición por sus propios medios). Pero también está diciendo que es el formador de Israel. Formador
quiere decir el que da la forma, literalmente el alfarero.

Todos los llamados de mi nombre;


para gloria mía los he creado,
los formé y los hice
(Isaías 43:7)

¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice JEHOVÁ.
He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel
(Jeremías 18:6)

Aunque DIOS creó a Jacob, DIOS es Su formador, formó su vida, transformándola y moldeándola a través de Sus
procesos, de momentos difíciles, etc. pero el resultado de Su formación es producir un Israel (príncipe). DIOS da
forma a su Iglesia para ser instrumentos (vasijas) separados, apartados y consagrados para su propósito, útil en Su
Casa!, dispuesto para toda buena obra!

Entonces,

¿Puedes discernir lo que DIOS está haciendo en tu vida, en ti como barro en Sus manos? ¿Realmente como
vaso de barro estás siendo formado (obteniendo forma) en las manos del Alfarero?

1. Los Vasos de Honra

En los tiempos antiguos en la entrada de cada casa a la disposición de todos se ubicaban estos vasos llamados
vasos de honra. Estos eran llenos todos los días de agua fresca para que todo el que llegara a la casa (visitantes,
caminantes, etc.) pudiera beber agua fresca antes de entrar en la misma. Esos vasos estaban a la disposición
rápida de cualquiera que se pudiera acercar a la entrada de la casa. También eran puestos a la entrada del Templo
de Jerusalén.

Ahora,

En el último y gran día de la fiesta,


JESÚS se puso en pie y alzó la voz, diciendo:
Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
El que cree en mí, como dice la Escritura,
de su interior correrán ríos de agua viva.
Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el ESPÍRITU SANTO,
porque JESÚS no había sido aún glorificado.
(Juan 7:37-39)

JESÚS se puso de pie y gritó hacia toda la multitud en ese último y gran día de la fiesta de los tabernáculos. Cabe
mencionar que en ese último y gran día de fiesta el templo era visitado y lleno por multitudes de familias judías que
venían a él, de toda la nación a celebrar la fiesta, sin embargo como consecuencia de su visita, dejaban el patio del
templo lleno de polvo, basura, desperdicios, excrementos de animales que llevaban, etc. Entonces en ese último día
los israelitas tomaban los vasos de honra del templo y los vertían y volcaban toda esa agua para hacer limpieza;
el agua vertida de esos vasos podía incluso llegar a los tobillos de las personas que se encontraban en el patio del
templo. El agua corría limpiando el patio y justo en ese momento es cuando JESÚS se pone de pie y alza su voz y
dice: Si alguno tiene sed venga a mí y beba (porque yo soy un vaso de honra) y el agua que JESÚS tiene es del
ESPÍRITU SANTO que aún no había venido, pero que esa Agua corre desde el interior como ríos de agua viva.
(Imagínate ese momento observando cómo corre el agua en el templo! Wow.)

¿Quiénes son estos vasos en la casa de DIOS?


Estos vasos de honra son todos aquellos hombres y mujeres que tienen una relación diaria (fresca) y real con el
ESPÍRITU SANTO, para ser llenos de Su presencia, para que en el momento que cualquier persona pase por la vida
de “ese vaso”, ese vaso tenga una Palabra fresca y viva de DIOS. No solamente algo aprendido ó estudiado, pero sí
algo que sale de una comunión especial con DIOS: una revelación real del SEÑOR.

Vino una mujer de Samaria a sacar agua;


y JESÚS le dijo: Dame de beber.
(Juan 4:7)
El Señor JESUCRISTO le pidió agua a la mujer samaritana porque identificó que ella había venido al pozo de Jacob
con un vaso de honra en sus brazos para ser lleno de agua. Esa mujer después de su conversación con JESÚS fue
“llena de un agua de vida eterna” pues fue a testificar a los suyos lo que había pasado y muchos creyeron en ÉL por
el testimonio de ella.
Aunque la mujer era pecadora, rechazada, estaba perdida en sus pecados y sin esperanza, sin embargo JESÚS la
vio como un vaso de honra que podía llevar “el agua de vida eterna” para ministrar a otros siendo llena de ÉL.

El SEÑOR JESUCRISTO, el Alfarero desea formar vasijas de barro: Hombres y mujeres dispuestos, que no
solamente sean creyentes que trabajen, que se sacrifiquen y den todo lo que tienen, sino que por encima de ello
tengan una relación y comunión personal diaria con el ESPÍRITU SANTO, para recibir de Su presencia, para ser
llenos de su agua viva, y de esa manera los ríos del Espíritu fluyan desde el interior para dar de beber a todo aquel
que se acerca con sed de DIOS. Esto requiere consagración permanente.

2. Los Vasos de Misericordia

y para hacer notorias las riquezas de su gloria,


las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria,
a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos,
sino también de los gentiles?
(Romanos 9:23-24)

DIOS ha llamado también a los vasos de misericordia, llamar no es sólo avisarle para que se acerque,
significa llamarlo por su nombre: DIOS los llama por nombre y les asigna esa función y los forma como Su Alfarero.

Los vasos de misericordia eran igual que los vasos de honra, pero colocados en las orillas de los caminos y no en la
puerta de la casa (para los visitantes) como los vasos de honra, de tal manera que todo el que pasara por el
camino de una ciudad hacia la casa, o el peregrino y extranjero que andaban por el camino y no tenían en donde
tomar agua fresca, ni sabían en donde estaba el pozo del pueblo pudiera encontrar esos vasos de misericordia con
agua para beber: Agua gratis. Esa era una obra de misericordia de la gente de ese tiempo para los caminantes.

¿Quiénes son estos vasos de misericordia en la casa del Señor?


Estos son personas que no viven su vida en secreto, ni ministran en secreto, sino que DIOS los pone en lugares
públicos, están para testimonios públicos y pueden estar ubicados en lugares difíciles. Personas que a veces son
puestos en trabajos bajo presión, de mucho conflicto en los hogares, familias rodeadas por confusión, gente muy
sedienta, viviendo en lugares difíciles, quizás pasando por situaciones similares a las de sus compañeros ó vecinos,
con dolor, tienen que aguantar y vivir como testimonio público.

Muchas veces quizás estos vasos le han preguntado a DIOS: ¿Por qué me pones en esta situación difícil? DIOS los
ubica en su voluntad así para que demuestren especialmente Su misericordia a los que les hacen mal. Para que en
medio del dolor y del conflicto, vivan una vida de paz de gozo y de dependencia absoluta a DIOS, seguros en ÉL y
sea de evidencia a todos, pues verán a un hombre ó mujer que demuestra el testimonio del SEÑOR como vaso de
misericordia.

3. Los Vasos Escogidos

Hechos 9: 1-19 (Revisemos por favor todo el texto, la historia de Saulo antes de continuar):

El Señor le dijo: Vé, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los
gentiles,
y de reyes, y de los hijos de Israel;
porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.
(Hechos 9:16)

El Señor JESÚS le dijo a Ananías de Saulo: “instrumento escogido” o sea “Vaso escogido” me es este para que lleve
mi nombre, el Nombre del SEÑOR.
DIOS llama a Saulo de Tarso Su instrumento para llevar su nombre ante los gentiles, reyes e hijos de Israel y para
mostrarle cuánto le es necesario padecer por Su nombre.

El vaso escogido es uno de los vasos que el Alfarero pone en su horno y después de ser puesto en el horno, el
Alfarero los saca y los examina y cuando empieza a inspeccionar los detalles, ÉL empieza a clasificarlos y determina
cuáles serán vasos de honra y misericordia. ÉL observa además que existe otro vaso que es especial, le proporciona
gozo, a su gusto, a su placer. Mientras estaba torneándolo en la rueda le quedó perfecto, y ya en el “ horno”, el
fuego le dio por ángulos y zonas diferentes y permitió que saliera con unos colores distintos y el Alfarero lo mira y
se sonríe. Luego de examinarlo detenidamente, determina no sacarlo a la venta pero sí separarlo y dejarlo aparte y
lo esconde en un lugar oscuro y lo deja allí esperando… esperando en la oscuridad hasta que un día llegue un
cliente especial buscando una pieza especial, para un lugar especial ó una celebración especial. Y cuando llega ese
cliente especial, el Alfarero va al cuarto oscuro, busca ese vaso que quizá ha estado esperando por años y se lo
presenta al cliente, y se lo presenta como lo mejor que le puede dar, porque le salió perfecto. Luego el Alfarero le
da vuelta y le pone nombre, el autógrafo del Alfarero o sea la firma de su nombre porque es digno que lleve Su
nombre! Aleluya!

El asunto con el vaso escogido es que después de haber pasado por el fuego, debe permanecer quizá mucho tiempo
en la oscuridad (en el desierto, en silencio, en proceso, esperando el momento de DIOS).
Por ejemplo Saulo, quien después de ser convertido en Pablo estuvo 3 años en el desierto y 14 años en su pueblo
natal hasta que Bernabé lo escoge para su misión en Antioquía. (17 años esperando)

¿Quiénes son estos vasos escogidos en la casa del Señor?


Son hombres y mujeres escogidos en la iglesia que no sólo quieren servir a Señor ó ministrar, sino que
genuinamente saben que han sido llamados a través de una experiencia, una visión, una revelación, un fuego
interior y van a servir al Señor el resto de sus vidas, Ellos han recibido un testimonio interior de su llamamiento.
Sin embargo al parecer después de recibir ese llamado pareciera “que terminó todo” pues entran en el periodo de
espera donde nadie les reconoce, en el anonimato (aprendiendo a escuchar la voz de DIOS, recibiendo revelación,
instrucciones propias del SEÑOR para hacer SU obra de una forma que nadie ha hecho antes) hasta que un día
llega el momento público de DIOS. En el tiempo de espera DIOS les enseña a confiar en El. Son los hombres que
por lo general han tenido que esperar más que los demás vasos para lograr los propósitos de DIOS en ellos.

¿Se identifica alguno de ustedes con este llamado especial?

¿Quién hay entre vosotros que teme a JEHOVÁ,


y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de JEHOVÁ,
y apóyese en su DIOS.
(Isaías 50:10)

“Apóyese en su DIOS” no habla solamente de depositar su esperanza en DIOS, sino que quiere decir un apoyo
absoluto en DIOS olvidándose el apoyo en la experiencia, en los hombres, en los consejos, es mejor utilizar sólo a
DIOS como sostén, como estructura, como soporte para resistir. DIOS remueve apoyos que confiábamos en ellos,
talentos, personas, experiencias etc. Esto es plan del Alfarero para que aprendamos a confiar solo en DIOS, para
poder ser dignos de llevar SU NOMBRE a los demás, a las naciones, en la misión específica que DIOS ha planeado!

Hay un día, un momento, una asignación especial, un diseño particular de DIOS para usarles después de saber
escuchar y entender en parte la voz de DIOS y la forma en la que ÉL se mueve!, mientras tanto, toda la confianza
es para DIOS.

4. Los Vasos limpios

Eran los vasos de honra que por el demasiado uso se desgastaban, especialmente la boca y las asas (orejas),
algunas veces se quebraban ó quebrantaban y ya se podían usar para almacenar y verter el agua, pero aun podían
usarse eficazmente para otros fines, por lo cual se apartaban en otro lugar de la Casa y se dejaban allí y se usaban
para llevar el diezmo del grano a la y dejarla en Casa de DIOS, se usaban para las ofrendas. Varias veces al año los
ministros de la Casa de DIOS (levitas) llevaban estos vasos desgastados a la casa del Alfarero para ver si podían
ser reparados y renovados. El Alfarero los miraba y determina cómo reparar a estos vasos limpios.

5. Los Vasos Quebrantados

El alfarero revisaba los vasos limpios y si los vasos estaban quebrantados, usaba un proceso de restauración de 4
pasos así:
1. Ser Vaciarlos – Ser vaciados. Todo sedimento o impureza tenía que ser vaciada del vaso. Nada del pasado
puede quedarse. El principio para ser lleno de DIOS es vaciarse, DIOS llena a los que están vacíos, a los
que tienen hambre les da de comer.

1. Ser Lijados, Cepillados – Lijados para sacar todas las impurezas por fuera y por dentro con lijas ásperas y
cepillos duros. Este es el proceso de la humillación. Después de haber trabajado tanto necesitamos ser
limpios en la humillación. Necesitamos la humillación para poder volver a ser lo que éramos un día y
depender de ÉL.
2. La Reconstrucción – Vasos sin orejas y con boca rota le forma una oreja nueva y una boca nueva. Se
mezclaba la sangre de sanguijuela que buscaba el alfarero en un sitio cercano. El Alfarero aplasta la
sanguijuela, la mata y mezcla su sangre con agua y barro para formar una mezcla que se adhiera bien. Y
es allí donde hace una nueva boca para el vaso. La restauración viene cuando permanecemos humillados
ante DIOS, delante del Señor nos arrepentimos y nos lavamos en la sangre de CRISTO. 1ra Juan
2:9. DIOS nos da una nueva boca.

1. Ser puestos en el horno de Fuego – ¿Otra vez? ¿Comenzar de nuevo? Una prueba?, Una humillación
grande, una prueba grande para probar si el trabajo de restauración verdaderamente es duradero.

“Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no
te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo JEHOVÁ, DIOS tuyo, el Santo de Israel,
soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate,
a Etiopía y a Seba por ti”.
(Isaías 43:2-3)

Los fuegos de DIOS son para afirmarnos en nuestro nuevo caminar, para que lo que Él cambie sea duradero.

He aquí nuestro DIOS a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos
librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has
levantado.
(Daniel 3:17-18)

Cuando el rey fue a revisar a los tres muchachos en el horno, encontró cuatro. JESÚS mismo viene a estar y
acompañar esos momentos de prueba, de fuego!, DIOS desea que estos momentos sean de intimidad, de búsqueda
con DIOS, de adoración, teniendo comunión con ÉL.

¿Quiénes son estos vasos en la casa del Señor?


Son hombres y mujeres que después de haber trabajado mucho en la obra del Señor, cansados, desgastados, y
hasta quebrantados por dolor y decepciones venimos al Señor para ser renovados por el Alfarero. La restauración
viene cuando nos humillamos en la presencia de DIOS y nos arrepentimos, somos lavados con la sangre de CRISTO
y nos da una nueva boca y una nueva disposición. Pero faltaba algo. Faltaba pasar por la prueba de nuevo, puestos
en el horno de fuego de nuevo para ver si el trabajo de restauración era duradero. Para ver si esa boca nueva se va
a quedar en el fuego de la prueba.

6. Vasos de Deshonra, o Vasos de Usos Viles

Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro;
y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles.
Así que, si alguno se limpia de estas cosas,
será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.
(2Timoteo 2:20)

En las casas también se necesitan utensilios para arrojar la basura de la cocina. Son vasos ya desgastados, no tan
finos, no servían para otra cosa sino para poner los desperdicios. Eran para usos viles que son necesarios aunque a
nadie le gusta la idea, pero son necesarios, son usados. Ahora, el secreto es que ese vaso hay que vaciarlos
diariamente para que no hubiera podredumbre y malestar. Los cananeos tenían un dios: Belcebú ó señor de las
moscas. Tarde o temprano en estas cosas viles van a llegar a nuestros oídos, críticas, chismes, malos reportes y es
posible que se encierre esto, pero el secreto está en que no debemos guardar esa basura en nuestros corazones.
Tienes aún heridas que no han sanado? Puedes estar atrayendo “las moscas”! e infección. A todas las personas que
reciben estas cosas les invitamos a aprender a vaciarse y limpiarse de esas cosas para no atraer influencias del
mal. Es momento de traer el arrepentimiento para continuar siendo útil en la casa de DIOS.

Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de el mana la vida.


(Proverbios 4:23)

7. Vasos de Ira

Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con DIOS? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por
qué me has hecho así?
¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para
deshonra?

¿Y qué, si DIOS, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira
preparados para destrucción,
y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de
antemano para gloria,
a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?
(Romanos 9:20-24)

Este era un vaso de los que necesitaban ser restaurados, aquellos que habían perdido partes y eran llevados a la
casa del Alfarero por los levitas para ver si podría ser restaurado. Después de pasar por el proceso de la
restauración (Vaciados, Lijados, reconstruidos y puestos al horno de fuego) pero en el horno se rompen otra vez,
no pasaban la prueba de fuego, resistiendo la obra del Alfarero. El Alfarero lo toma otra vez y empieza un nuevo
trabajo de restauración para ver si lo puede reparar y no se pierda, pero otra vez se rompe y muchas veces se
rompe en el mismo lugar donde se había roto la primera vez.

El vaso de ira es un vaso que el Alfarero trató, trató y trató de restaurar, pero finalmente se resistió al fuego.

En Jerusalén existía una colina y en esa colina iban los alfareros con cientos y cientos de vasos de ira que no tenían
arreglo y el Alfarero los lanzaba en esa colina. Esos vasos caían y caían en la colina y se despedazaban quedando
hechos pedazos pequeños de barro. Esos pedazos eran utilizados por los leprosos para rascarse sus heridas.

Y después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de los extranjeros.
Por lo cual aquel campo se llama hasta el día de hoy: Campo de sangre,
Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del
apreciado, según precio puesto por los hijos de Israel;
y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenó el Señor.
(Mateo 27:7-10)

y les dirás: Así ha dicho JEHOVÁ de los ejércitos: Así quebrantaré a este pueblo y a esta ciudad, como quien
quiebra una vasija de barro, que no se puede restaurar más; y en Tofet se enterrarán, porque no habrá otro
lugar para enterrar.
(Jeremías 19:11)

Negarse a ser restaurados llevará a ser arrojados por el despeñadero. Judas se reventó por la mitad y murió en el
campo del alfarero. Estuvo 3 años con JESUCRISTO pero nunca cambió, nunca le permitió a CRISTO obrar en ÉL,
ser restaurado.

¿Cuál es la función que estás desempeñando actualmente en la Casa de DIOS? ¿Qué clase de vaso eres?

QUE SEA DIOS QUIEN SIEMPRE NOS GUIE Y NOS EDIFIQUE EN SU VERDAD Y EN SU AMOR.

Dios te bendiga,

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