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Luciana Ciminari
luciminari@dat1.net.ar
Claudia Kocak
claudiakocak@netcoop.com.ar
1°:
a- María caminó mucho.
b- María escribió mucho.
c- María colocó mucho.
2°:
a- Entregó ................................
b- Cocinó .................................
c- Dio .....................................
d- Leyó ...................................
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e- Modificó .................................
f- Enseñó .....................................
Elegimos estos verbos en particular por sus características léxicas. Todos ellos
tienen la posibilidad de un uso transitivo (o ditransitivo, en el caso de dar y entregar).
Son verbos de proceso y describen una actividad.
Los que tienen objeto incorporado (leer, cocinar, enseñar), tienen dos
posibilidades: con objeto implícito y con objeto explícito. En el primer caso se ubican
las respuestas del tipo: “Leyó correctamente”, “Leyó rápidamente”, “Cocinó para
todos”, “Cocinó muy rico”, “Enseñó con mucha paciencia”. Al segundo caso
corresponden las respuestas “Leyó el libro”, “Cocinó una torta”, “Enseñó inglés”.
Notamos que las respuestas cubrieron el espectro de las posibilidades. Al respecto, sería
interesante que los alumnos pudieran reflexionar sobre las razones de sus elecciones de
completamiento y acerca de las otras posibilidades que existen.
En el caso de los verbos que no predican sin objeto, como entregar, dar,
modificar, ningún alumno elige completar la estructura con algo diferente a un objeto,
como en los ejemplos “Entregó dinero”, “Modificó su lenguaje”. Esto es puramente
intuitivo, porque el verbo es el ítem léxico que funciona como pieza fundamental a
partir de la cual se generan estructuras. Notamos entonces que el proceso metacognitivo
que sigue el hablante es definir la selección léxica luego de identificar la clase verbal.
Con respecto a “dar”, debemos aclarar que tiene una doble posibilidad. Tanto es
un verbo semantizado, de cambio de posesión, como interpretan los alumnos cuando
responden: “Dio todo lo que tenía”, “Dio dinero a un mendigo” (en este caso, con
ambos objetos), como desemantizado, perteneciente al tipo de los verbos livianos. Los
alumnos también lo interpretan así, intuitivamente, al dar respuestas como: “Dio un
beso”, “Dio la vida”, “Dio en el clavo”, “Dio ánimo”, “Dio las gracias”, “Dio ayuda a
sus amigos”, “Dio lástima”, “Dio un abrazo”. Al respecto es interesante analizar las
paráfrasis posibles e imposibles en las expresiones con “dar”: mientras que dar un
abrazo es abrazar, dar lástima no es lastimar, y mientras que dar un beso es besar, dar
las gracias no es *graciar sino agradecer. Se abre así un amplio abanico de
posiblidades para juegos y actividades de ensayo y error, que benefician la ampliación
del léxico. A partir de esto, y como propuesta de trabajo, es interesante problematizar
las distintas clases de verbos. Dado que, como afirmábamos, el verbo es una pieza
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3°:
a- El nene comió la manzana.
b- La manzana fue comida por el nene.
4°
a- Embotelló el vino en una botella.
b- Enmantecó el molde con manteca.
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Otra reflexión interesante podría partir del argumento de uno de los alumnos
para luego invitarlos a formar paradigmas: ¿qué otros verbos se parecen a embotellar y
enmantecar? ¿a cuál de ellos se acercan enjaular, encajar, enharinar, etc.? Y, por otro
lado, como no son posibles en nuestra lengua embidonar o enmargarinar, ¿qué otro
verbos tampoco se pueden formar?
Bibliografía:
Múgica, Nora y Solana, Zulema, Gramática y Léxico, Buenos Aires, Edicial, 2000