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POSGRADO:

DOCTORADO EN ADMINISTRACIÓN
SEMINARIO DE ADMINISTRACIÓN DE INNOVACIONES
TECNOLÓGICAS

Dr. Juan Antonio Cabrera Rico

MODELO DE DESARROLLO DE LAS


INNOVACIONES
(ENSAYO)

Presenta:

Mtro. Francisco Javier Rodríguez Velázquez

08 de Noviembre de 2018

“La innovación intencional, que resulta del análisis, la sistematización y el trabajo
arduo, es todo lo que puede tratarse en la Práctica de la innovación”
Peter Drucker

La innovación es el motor de crecimiento y sustentabilidad mas poderoso que tiene una


sociedad, es la forma más efectiva de mejorar las situaciones económicas de una
nación. La innovación permite a las empresas aumentar la competitividad, ascender a
mejores posiciones en la industria, mejorar la eficiencia en la prestación de servicios,
incrementa las ventas, genera nuevos clientes, las anticipa al futuro, pero sobre todo,
una innovación debe transformar la realidad, que beneficie a una sociedad, que se
incorpore a la vida cotidiana, sin embargo, Peter Ducker menciona que “ las
innovaciones no tienen valor según su novedad, contenido científico o ingenio de la
idea, sino por su éxito en el mercado”, pero, ¿Qué es en realidad una innovación?,
¿Cuándo ocurre una innovación?, ¿En dónde se genera una innovación?.

Es en esencia innovar tener una idea nueva y desarrollarla para generar valor medible
con ella, de lo contrario solo se cataloga como una idea creativa.

¿Que es la innovación?
La literatura ofrece un variado conjunto de definiciones y términos relativos al concepto
de innovación. Cada autor presenta una nueva definición enfatizando los elementos
que considera relevantes.

Según Milles y Morris la innovación es el “proceso de transformación e invención en


algo que es comercialmente útil y valioso” (Milles y Morris 1999). El objetivo no es la
innovación por la innovación sino lograr la efectividad consistente de las organizaciones
hacia sus diferentes grupos de interés, la aceleración del cambio y la administración de
la innovación continua y discontinua como medio para lograr la competitividad.

Para Schumpeter "la innovación consiste no sólo en nuevos productos y procesos, sino
también en nuevas formas de organización, nuevos mercados y nuevas fuentes de
materias primas" (Berry y Taggart, 1994).
Rothwell (1992) define la innovación como "un proceso que incluye la técnica, el
diseño, la fabricación y las actividades comerciales y de gestión implicadas en la venta
de un nuevo producto o el uso de un nuevo proceso de fabricación o equipamiento".

Las innovaciones pueden ser clasificadas según la magnitud del cambio que conllevan
a partir de considerar los productos como sistemas que articulan componentes y
conceptos, se tiene la siguiente tipología (Dussage et al,1992):

• Incremental: la articulación entre conceptos y componentes o arquitectura del


producto no se cambia, únicamente se refuerzan o mejoran algunos de sus
componentes o conceptos.

• radical: tanto la arquitectura como los componentes son alterados, de hecho se trata
de un nuevo producto.

• modular: se cambian radicalmente los componentes modulares de un producto pero


su arquitectura permanece sin cambio; el cambio de teléfonos analógicos a digitales
es un ejemplo de este tipo de innovación tecnológica.

• arquitectural: se modifica la forma en que se articulan los componentes y conceptos


del producto pero los componentes y conceptos únicamente se refuerzan o
permanecen sin cambio, ejemplos de estos cambios se dan en los ordenadores
personales y no son fácilmente identificables por los consumidores porque son a nivel
sistema.

La innovación no depende necesariamente de la tecnología, de hecho al considerar el


proceso innovador, se pueden concebir innovaciones económicas, sociales,
tecnológicas, organizativas, estratégicas, en productos, servicios, procesos y modelos
de negocios, etc.;
Sin embargo, hay una diferencia entre innovación e innovación tecnológica. Esta última
se basa en la aplicación industrial de conocimientos científicos y tecnológicos; según
Freeman (1982) es el cuerpo de conocimientos relacionados con la técnica, por lo tanto
la innovación se utiliza para describir la introducción y difusión de productos y procesos
nuevos y/o mejorados en la empresa, mientras que la innovación tecnológica estaría
relacionada con los avances en el conocimiento (Berry y Taggart, 1994).

Los Modelos de Proceso de Innovación

En términos generales, un proceso se define como un conjunto, secuencia o


interrelación de actividades (Collier & Evans, 2009) así como una mezcla o
transformación de insumos (Scherkenbach, 1998), todos orientados a producir un
determinado resultado. Tomando estos dos conceptos, podemos definir un proceso de
innovación como un conjunto de actividades que tienen como resultado “productos y
servicios nuevos y mercadeables” (Burgelman, Maidique & Wheelwright, 2001). Es por
eso que el proceso centra la atención en buscar respuestas a la pregunta del “cómo”
innovar (Crossan & Apaydin, 2010).

En lo que respecta al estudio del proceso de innovación como un conjunto de tareas,


no existe un modelo explicativo claro y definitivo sobre el camino que tiene lugar desde
que surge una invención hasta que ésta alcanza el mercado. Todos los modelos
recogidos en la literatura presentan carencias e interrogantes, hasta el punto de que
algunos autores concluyen que hasta la fecha no se ha desarrollado un modelo del
proceso de innovación generalizable (Forrest, 1991), mientras que otros afirman que
parece difícil que se pueda alcanzar dicho objetivo (Cooper, 1983) o incluso llegan a
cuestionar el hecho mismo de intentar desarrollar un modelo universal del proceso de
innovación (King y Anderson, 2003). A pesar de la existencia de numerosos modelos
que han tratado de explicar lo que constituye el proceso de innovación, la mayoría de
ellos son incapaces de capturar toda la complejidad de la realidad que trata de describir
(Padmore et al, 1998).
A medida que se han producido avances en el entendimiento del proceso de
innovación, han ido surgiendo nuevos modelos cada vez mas sofisticados, inclusive
coexisten en sus diferentes formas.

El primer modelo conceptual que describe el proceso de innovación en las empresas


surge en la década de los años 40 del siglo XX. Se da en un contexto caracterizado por
una rápida expansión industrial, producto de las oportunidades ofrecidas por las
tecnologías emergentes (semiconductores, computación, materiales sintéticos, etc).
Destacan, así mismo, las políticas de apoyo gubernamental a las actividades de
investigación y desarrollo (I+D). En este sentido, se pueden citar los programas de
estímulo para el avance científico en universidades y laboratorios, la preparación de
mano de obra especializada y el apoyo financiero a grandes proyectos de I+D en las
empresas; o las grandes corporaciones que ponían énfasis en las actividades de I+D
para la creación de nuevos productos ante la creciente demanda (Rothwell, 1994).

En este contexto, se propone un modelo que describe el proceso de innovación como


una secuencia de etapas que toma la investigación básica (fuente de los
descubrimientos científicos) como el punto de partida para el desarrollo de las
innovaciones. De acuerdo con Rothwell, en esa época se puso el acento en las
economías de escala y en el desarrollo de productos basados en tecnologías
existentes. El modelo conceptual propuesto tenía como punto de partida los factores de
la demanda del mercado, que alimentan la etapa de diseño e ingeniería seguida por la
etapa de producción, luego la de mercadeo y, finalmente, la etapa de ventas. A este
tipo de proceso de innovación se le conoce como market pull (Rothwell, 1994),
de ahí proviene su denominación de “modelo lineal de innovación” (Castro, 2013).

De acuerdo con este modelo, el proceso de innovación se puede representar como un


conjunto de fases, cada una compuesta por una serie de prácticas necesarias para
hacer avanzar el proyecto hacia la siguiente etapa. Esta última la definen decisiones
que sirven como puntos de chequeo de control de calidad, de priorización de
decisiones y para consensuar si se debe o no seguir el camino a la siguiente etapa
(Cooper, 2008). Los elementos centrales de este proceso son:

1. El mercado, como input inicial, donde se generan las nuevas oportunidades o


aparecen las necesidades insatisfechas
2. La generación de conceptos nuevos hace referencia a la manera como la empresa:
- Identifica conceptos nuevos de productos o servicios. 

Se adelanta a las necesidades de sus clientes a través del análisis de las
tendencias del mercado y los éxitos de la competencia.
- Estimula la aportación de ideas y la creatividad de las personas y los
mecanismos y criterios empleados por seleccionar las ideas que desarrollará.
- Planifica en el tiempo la generación de conceptos de producto nuevos.
3. El desarrollo de producto hace referencia a la manera como la empresa
- Se estructura para pasar de la idea al lanzamiento de un producto o servicio
nuevo, lo que incluye la definición detallada de las funciones, las
especificaciones del producto, de sus partes y componentes de acuerdo con
el proceso de montaje y fabricación y teniendo en cuenta su distribución y
servicio postventa.
- Se organiza para desarrollar el producto nuevo en el tiempo más corto
posible.
- Coordina los equipos de trabajo internos y externos y qué técnicas de gestión 

usa.
4. La redefinición de los procesos productivos hace referencia a la manera como la
empresa:
- Se preocupa por conseguir más flexibilidad y/o productividad, más calidad y/o
menos costes de producción y como los cambios en los procesos productivos
permiten introducir variaciones en los productos.
- Evalúa la incorporación de nuevas tecnologías y los instrumentos de gestión y
de organización en sus procesos productivos para aumentar el valor de sus
productos.
5. La redefinición de los procesos de comercialización hace referencia a la manera
como la empresa:
- Utiliza los cambios en los procesos comerciales para aumentar el valor de los
productos o para crear productos o servicios nuevos.
- Aplica las nuevas tecnologías de la información para redefinir la
comercialización de los productos.

6. La gestiones del conocimiento y de la tecnología hacen referencia a la manera como


la empresa:
- Puede innovar gracias a la tecnología.
- Decide qué tecnología desarrolla internamente (formación continua, creación
de un departamento de I+D) y qué parte incorpora externamente con la
subcontratación, la compra de licencias o patentes, o bien, con el
establecimiento de alianzas tecnológicas con otras empresas.
- Como la empresa sigue de cerca la evolución de las tecnologías y como esto
afecta sus productos y servicios en el futuro

Según Spitzer “la innovación es demasiado importante como para no medirla


correctamente”(Spitzer, 2007). La medición de la innovación toma particular
importancia en la gerencia estratégica de las empresas, ya que estos procesos
generalmente se encuentran soportados en su sistema de medición. De acuerdo con
Archibugi & Pianta (1996), uno de los aspectos a tomar en cuenta a la hora de medir la
innovación puede estar en forma de conocimientos en patentes.

Las patentes han sido utilizadas como un indicador de innovación a diferentes niveles
(de empresa, sectorial, regional, nacional), pero se ha discutido fuertemente su
pertinencia para tal fin sin embargo para Popp, han encontrado en las patentes una
medida adecuada de la innovación. (Popp, 2005)
Las patentes como derechos de propiedad y reflejo de los procesos de innovación,
ofrecen diversas ventajas como indicador de innovación. Entre estas, se destacan
(Archibugi & Pianta, 1996):
a) al ser un resultado directo del proceso inventivo, especialmente de las invenciones
que se espera que tengan impacto;
b) son muy apropiadas para comprender la competencia dentro de la dimensión
tecnológica puesto que las patentes son desglosadas en campos técnicos, de
manera que indican no solo la intensidad de la actividad inventiva, sino también, su
dirección.
c) Las patentes son documentos públicos y por lo tanto es muy sencillo acceder a
ellas
Las patentes son buenos indicadores de la inversión en I+D (Grilches, 1990); de
manera que son indicadores no sólo de los resultados de las actividades de innovación,
sino también, de las actividades en sí mismas (Popp, 2005).

La UNIVERSIDAD - LA EMPRESA - EL GOBIERNO y la INNOVACIÓN

En el actual contexto globalizado el conocimiento es el motor del desarrollo, ya que


constituye la base de las estructuras productivas y es el determinante de la
competitividad de los países.

El modelo de innovación asociado a la industria se ha basado en un esquema cerrado


en el que el proceso de innovar estaba monopolizado por la empresa. Apenas existía
comunicación con el mundo universitario y cada uno de los ámbitos se desarrollaba por
vías independientes. La aproximación entre la universidad, la empresa y el gobierno se
ha ido potenciando e incentivando poco a poco, y, en este sentido, tienen una especial
relevancia los programas, las políticas educativas y gubernamentales que han servido
para vincular la investigación con el desarrollo y la innovación vinculando estos tres
sectores, de tal manera, que las universidades proporcionan conocimiento que puede
convertirse en un producto a ser patentado e incorporado al mercado.
En la sociedad actual, el conocimiento ya no es monopolio de las universidades porque
las empresas y corporaciones han creado sus propios departamentos de investigación
e innovación. Los repositorios de conocimiento son abiertos y las universidades se
interesan por los problemas del mercado y las empresas por las universidades. (Salvat,
2009).

Hasta hace pocos años, la mayoría de las universidades no se había planteado la


innovación como algo propio del sistema universitario, sistema cuyas piezas clave han
sido la investigación y la docencia, pensando la innovación como una actividad propia
del sistema empresarial, ajena al quehacer académico (Lester y Piore, 2004).

La necesidad de transformar los conocimientos científicos en desarrollos tecnológicos


comercializables que permitan competir en los actuales mercados, está llevando a los
gobiernos a fomentar y apoyar aquellas investigaciones científicas que tengan una
aplicación real, y cuyos resultados puedan ser, por tanto, utilizados por el sector
productivo en forma de nuevas innovaciones, bajo estas premisas surge el modelo de
la Triple Hélice propuesto por Loet Leydesdorff y Henry Etzkowitz que supone una
orientación para las políticas de innovación basado en tres ejes: industria, universidad y
gobierno. (Gonzáles De la Fe, 2009).

Este modelo atiende a las interacciones y comunicaciones entre actores e instituciones


de las tres “palas” de la hélice, pues asume que la innovación surge de las
interacciones mutuas entre ellas: el potencial para el conocimiento innovador, los
recursos económicos y las posibilidades de mercado, y las normas e incentivos de las
políticas públicas de innovación y adopta como punto de partida que “la innovación no
es una unidad estable de análisis, sino una unidad de operación en un
interfaz” (Leydesdorff, 2001: 2). Los sistemas de innovación se producen como
resultado de las interacciones efectuadas en los intersticios de los tres sub-sistemas
implicados.
México se caracteriza por la falta de capacidad científica e industrial causado por un
bajo presupuesto en ciencia y tecnología y una desarticulación del sistema de
innovación (Ponce, 2017). Márquez Villegas asegura que en México existen diferentes
organismos e instrumentos para promover y sustentar las actividades científicas sin
embargo los recursos y algunas regulaciones están incompletas y dispersas (Márquez
Villegas, 2013). Además, los esfuerzos en las reformas políticas no siguen un plan
estratégico que promueva la capacidad científica de las Universidades e industrias. El
gobierno mexicano no ha priorizado las áreas de interés para las actividades de
innovación a pesar de que existen muchas actividades reguladoras las cuales no tiene
incidencia en la investigación y la tecnología (Amaro Rosales & Villavicencio Carbajal,
2015).

LA INNOVACIÓN Y LA TRANSFERENCIA DEL CONOCIMIENTO Y LA TECNOLOGIA


En los últimos años la transferencia de conocimiento y tecnología ha cobrado
relevancia. Algunos especialistas la consideran como el factor principal para
incrementar la innovación en las organizaciones (Davenport y Prusak, 2000), fuente
crucial de desarrollo económico, social y de transformación de la sociedad moderna
(OCDE, 2004) .

La transferencia de conocimiento y tecnología es el resultado de crear, almacenar y


recuperar el conocimiento para transferirlo a las organizaciones en la generación de
nuevos productos o servicios, así como en la mejora de sus procesos productivos
(Chang Lee, Lee, y Kang, 2005). Sin embargo, un componente importante para que
esto ocurra es la vinculación entre el emisor y el receptor de la transferencia. Algunos
estudiosos destacan que las universidades y algunos centros de investigación, públicos
o privados, son de los principales impulsores de la generación y de la transferencia de
conocimiento y de tecnología, lo que los ha llevado a tender puentes con los sectores
productivos para dar respuesta juntos a aquello que demanda la sociedad.

En los países desarrollados la función de los procesos de transferencia de cono-


cimiento y tecnología en el sector productivo arroja beneficios importantes para la
sociedad, ya que permite dinamizar sus sistemas regionales de innovación (Watkins et
al., 2015). Sin embargo, en países en vías de desarrollo como México aún no ha
llegado a consolidarse ese proceso; se han realizado esfuerzos por parte de gobiernos
y de las universidades, pero no ha sido suficiente; no obstante, el índice global de
innovación menciona que México tiene un gran potencial en ese campo (Cornell
University, INSEAD y WIPO, 2016 citado en Vázquez, 2017).

Las universidades han desarrollado una fuerte actividad de TCT como instrumento de
desarrollo de la misión de generación y difusión del conocimiento. La función TCT es el
conjunto de procesos, actividades, instrumentos y estructuras que se desarrollan para
facilitar el cumplimiento de la llamada tercera misión universitaria. (Vázquez, 2017).

Las fases que integran el proceso de transferencia son: creación, acumulación,


recuperación, transferencia y aplicación del conocimiento (Chang Lee, Lee, y Kang,
2005; Ding et al., 2014;). La primera puede ser vista como el arte de crear valor con las
partes intangibles de una organización, aquello que puede ser articulado, codificado y
utilizado (Sarvary, 1999). La acumulación del conocimiento es su definición o
conceptualización. Por su parte, la recuperación del conocimiento es donde se
documenta ese conocimiento y su potencial utilización. La transferencia es el
intercambio del conocimiento en una forma de tecnología, método, herramienta, a
través de un producto o servicio, y la aplicación es la utilidad de la transferencia, que da
lugar a una innovación.

Por lo tanto la innovación es el resultado del proceso de transferir el conocimiento y la


tecnología; en otras palabras, se puede definir como el aprovechamiento de la
capacidad de producir diferenciación y especialización a mediano y largo plazo a través
de la creación de valor añadido difícil de imitar en productos y servicios (Escorsa y
Valls, 2003).
CONCLUSION

La innovación es el mayor generador de equidad social y es el productor de bienestar


mas grande para cualquier sistema socioeconómico, constituye uno de los motores
principales del progreso de una nación; el éxito en la incorporación de nuevas ideas, en
la incorporación sistemática de éstas en productos, procesos, servicios, tecnologías, se
convierten en parte fundamental del crecimiento económico, en la generación de
empleos, en el beneficio en muchos sentidos en la sociedad. Sin embargo, es un
proceso dinámico y complejo, enfocado a la creación y/o valor agregado, en el que se
deben involucrar Gobierno, Empresas y Universidades o centros de investigación.

La utilización oportuna y eficaz del conocimiento y la investigación constituye una parte


importante y casi imprescindible en el desarrollo económico y social y en el proceso de
innovación, sin embargo, la sola existencia del conocimiento no garantiza la innovación.
La capacidad y visión de una sociedad, de un gobierno, de las empresas y los
académicos para incorporar la ciencia y la tecnología como factores dinámicos para su
progreso depende también de condiciones políticas, económicas y sociales que la
ciencia misma no puede crear.

Los teóricos han reflejado en sus investigaciones la necesidad de una estrecha relación
entre el estado-industria-academia, variando los integrantes del modelo en cuanto al
nombre pero no en su escencia, como es el caso del modelo de Triple Hélice, que
busca la forma de movilizar y dinamizar los vínculos entre estos tres integrantes, de
manera que se promueva el desarrollo de la innovación, el fomento de actividades de
Investigación y Desarrollo y generar al mismo tiempo la cultura de innovación y
emprendimiento entre los ciudadanos.

Por otra parte, el gobierno Mexicano tiene como principal tarea, identificar los factores
claves para la implementación de la triple hélice,hélice, la eventual aplicación de este
modelo, contribuiría a potenciar la transferencia de conocimiento y la transferencia de
tecnología y obtener resultados favorables tanto económicos como sociales.
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