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UTO

UNIVERSIDAD TÉCNICA DE ORURO

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS


POLÍTICAS Y SOCIALES

DE INVESTIGACIÓN: “RÉGIMEN DE RESPONSABILIDAD CIVIL Y PENAL POR

DAÑOS MATERIALES Y PERSONALES OCASIONADOS POR ACCIDENTES DE

TRÁNSITO”

Materia: DIPLOMADO EN DERECHO

CONSTITUCIONAL

Postulante: Lucy Rodríguez Alarcón

Oruro Bolivia
# Págs.
INTRODUCCIÓN ..................................................................................................... 1
CAPITULO I ............................................................................................................. 6
ANTECEDENTES HISTÓRICOS ............................................................................ 6
En Roma. ................................................................................................................. 8
Evolución. ................................................................................................................ 8
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.................................................................... 10
OBJETIVOS. .......................................................................................................... 10
OBJETIVO GENERAL ........................................................................................... 10
OBJETIVOS ESPECÌFICOS ................................................................................. 11
MARCO TEÓRICO ................................................................................................ 11
FUNDAMENTO CONSTITUCIONAL ..................................................................... 12
DELIMITACIÓN TEORICA DE LA TEMÁTICA...................................................... 12
JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN ........................................................... 12
IMPORTANCIA ...................................................................................................... 13
UTILIDAD .............................................................................................................. 13
ESTRATEGIA METODOLÓGICA .......................................................................... 13
RESPONSABILIDAD CIVIL Y PENAL................................................................... 13
Edad moderna. ...................................................................................................... 13
Nuestro medio. ...................................................................................................... 14
CAPITULO II .......................................................................................................... 15
CONCEPTOS Y NATURALEZA JURÍDICA .......................................................... 15
Conceptos Legislativos .......................................................................................... 15
Conceptos Doctrinales ........................................................................................... 16
NATURALEZA JURÍDICA...................................................................................... 19
CAPITULO III ......................................................................................................... 20
CONSIDERACIONES DOCTRINALES ................................................................. 20
CAPITULO IV ........................................................................................................ 24
LA JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA ................................................................. 24
LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y LA RESPONSABILIDAD PENAL ..................... 25
LAS CONSECUENCIAS CIVILES DEL DELITO ................................................... 35
Comparación entre la responsabilidad penal y la responsabilidad civil. ................ 39
PROCESO PENAL ................................................................................................ 46
PROCESO CIVIL ................................................................................................... 48
CAPITULO V ......................................................................................................... 50
ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL ..................................................................... 50
1. Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). ................................ 50
2. Carta de la Organización de los Estados Americanos (OEA). ........................... 50
CAPITULO VI......................................................................................................... 51
RÉGIMEN JURÍDICO CONVENCIONAL ............................................................... 51
CAPITULO VII........................................................................................................ 52
SITUACIÓN EN EL DERECHO COMPARADO ..................................................... 52
Derecho extranjero. ............................................................................................... 52
LEGISLACIÓN LOCAL .......................................................................................... 53
CAPITULO VIII....................................................................................................... 54
JURISPRUDENCIA DE TRIBUNALES FEDERALES ............................................ 54
JURISPRUDENCIA INTERNACIONAL. ................................................................ 54
CONCLUSIONES .................................................................................................. 56
RECOMENDACIONES. ......................................................................................... 57
BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................... 58
INTRODUCCIÓN

El presente trabajo monográfico contiene una serie de investigaciones a través de las


cuales damos a conocer la importancia que debe brindársele a la responsabilidad
civil y penal por daños materiales y personales ocasionados por accidentes de
tránsito terrestre, ya que es un caso en el cual nos podemos ver involucrados en
algún momento de nuestra vida. Por lo tanto es indispensable que nos demos cuenta
que todo conductor de un vehículo automotor debe conocer el Reglamento General
de Tránsito y Seguridad Vial, Así como también los peatones a fin de precaver los
peligros que dan lugar a accidentes de tránsito por causa de falta de medidas
adecuadas y por lo tanto incurrir en responsabilidad civil o penal según sea el caso.

Damos a conocer diferentes casos en los cuales la persona debe responder ante
cualquier accidente de tránsito terrestre, sin importar el grado de amistad o
parentesco que exista ente el autor y la víctima de un accidente de tránsito.

Hacemos énfasis en las leyes de nuestro país que regulan los accidentes de tránsito
y en la aplicación de las mismas garantizando así el respeto de los derechos
fundamentales de las personas consagrados en nuestra Constitución, estableciendo
como hemos mencionado Responsabilidades Civiles y Penales para el Causante de
un Accidente de Tránsito.
CAPITULO I ANTECEDENTES
HISTÓRICOS

Primeramente los medios de transporte eran las carretas, las cuales predominaron
gran parte de la vida de las generaciones pasadas. En la actualidad y desde ya hace
varios años el automóvil es el medio de transporte más utilizado en nuestro país, ya
que se ha convertido en algo indispensable para el Desarrollo Económico y ha
contraído un enorme progreso al país, por su facilidad y rapidez con que ahora
pueden desplazarse mercaderías y pasajeros a través de largas distancias, pero la
circulación masiva ha traído también normas y terribles riesgos.

Según investigaciones realizadas, las primeras disposiciones legales sobre la


circulación del tráfico de vehículos en la ciudad era regulado por la Ley denominada
“Ley de policía”; Promulgada el doce de mayo de mil ochocientos noventa y cinco,
posteriormente el Reglamento General de Tránsito el cual fue creado por Decreto
Ejecutivo el dieciocho de noviembre de mil novecientos cuarenta y seis y publicado
en el Diario Oficial el catorce de Diciembre del mismo año. Y finalmente se crea la
“Ley de Procedimientos Especiales sobre Accidentes de Tránsito”, la cual fue creada
por el Decreto Legislativo el uno de Septiembre de mil novecientos sesenta y siete,
publicada en el Diario Oficial el seis de Octubre de mil novecientos sesenta y siete,
la cual tuvo vigencia el uno de Enero de mil novecientos sesenta y ocho, siendo esta
la más positiva que las anteriores”1

Debido a la importancia que tienen los accidentes de tránsito así como también el
gran numero de personas que se ven involucradas y son responsables tanto civil
como penalmente por dichos accidentes se ha creado la “Ley de Transporte
Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial”, publicada en el diario oficial el 28 de junio de
1996, entrando en vigencia el 20 de diciembre de 1996 y el Reglamento General de

1Flores Granados, Roberto Antonio. “Algunas consideraciones de la Ley de


Procedimientos especiales sobre accidentes de transito.
Tránsito y Seguridad Vial, publicado en el Diario Oficial el 16 de noviembre de 1945,
entrando en vigencia el primero de agosto de mil novecientos noventa y seis.

Históricamente la responsabilidad civil y penal era una mezcla, no existían leyes


especiales que regulaban los accidentes de tránsito puesto que las personas
utilizaban otros medios de transporte al no existir aún los vehículos automotores. Por
lo tanto operaba lo que todos conocemos como “La Ley del talión, ojo por ojo, diente
por diente”.

Luego comienza a aplicarse el Código Civil y Penal. Es hasta el año mil novecientos
sesenta y ocho que entra en vigencia la Ley de Procedimientos Especiales Sobre
Accidentes de Tránsito, la cual es aplicable a los accidentes de tránsito y la
responsabilidad civil y penal consecuente de dichos accidentes.

La noción de la responsabilidad ha tenido largo y laborioso proceso en la historia del


Derecho. En un principio quizás la responsabilidad solo dependía del rapto vengativo
de la víctima del mal. El incumplimiento de la obligación o el daño causado sólo
originaba la ruptura de la paz entre los particulares; y más adelante en la evolución
institucional, un derecho de apoderamiento o confiscación por el Estado o el príncipe
en cuanto a los bienes del moroso o del culpable de un daño civil.2

Los sistemas de transporte terrestre han pasado a ser un aspecto decisivo de la


modernidad. Con la aceleración de las comunicaciones y del transporte de personas
y mercancías han revolucionado las relaciones económicas y sociales
contemporáneas, sin embargo la adopción de nuevas tecnologías tiene sus costos:
La contaminación ambiental, el estrés urbano y deterioro de la calidad del aire están
directamente relacionados con los sistemas modernos de transporte terrestre.

Sobre todo, este tipo de transporte se asocia cada vez mas al aumento de los
accidentes de tránsito y la mortalidad prematura, así como discapacidad física y
psicológica. 3
En Roma.

En el Derecho Romano, se presenta la responsabilidad por una obligación


incumplida. Se habla luego de la auto confianza, en que el deudor responde con su
persona de sus compromisos, al punto de quedar preso y convertirse en esclavo del
acreedor, con derecho incluso a venderlo y aún a matarlo para satisfacer al menos
su rencor ante la insolvencia.

Evolución.

El progreso Jurídico lleva a fijar la responsabilidad civil de eminente sentido


económico, en los bienes afectados expresamente, o sin especial convención como
prenda tácita de las deudas y obligaciones contractuales y extracontractuales del
responsable. Ese principio ondea en el Código Civil español al expresar que “Del
cumplimiento de las obligaciones responde el deudor de todos los bienes, presentes
y futuros.”4

Autores de tratados contemporáneos sobre la responsabilidad civil, comienzan por


establecer que una persona es responsable civilmente cuando queda obligada a
reparar un daño sufrido por otro.

Entre el responsable y la víctima surge un vínculo de obligación; El primero se


convierte en deudor y la segunda en acreedora de la reparación. Uno y otra, fuera de
su voluntad. Incluso cuando el responsable ha querido causar el daño; la obligación
nace sin que él haya consentido: ha querido el daño, no ha querido convertirse en
deudor de la reparación.

Una vez realizado el daño, cuando su autor quiere repararlo, no es tampoco su


voluntad la que crea la obligación; tiene tan solo la intención de cumplir con una
obligación que ha nacido fuera de él, desde el instante de la realización del perjuicio.

La diferencia entre responsabilidad civil y penal está en que si un hecho afecta a la


sociedad existe responsabilidad penal; si alcanza a una persona determinada, se
está ante la responsabilidad civil, ésta no supone un perjuicio social, sino un daño
material privado; y de ahí se concreta en la reparación.

En cuanto a la RESPONSABILIDAD PENAL se concreta en la aplicación de una


pena, por la acción u omisión dolosa o culposa del autor de una u otra. Es
estrictamente personal, de interpretación restringida y de orden público.

En nuestro medio son tantos los casos que suceden sobre accidentes de tránsito, en
los cuales existe responsabilidad civil y penal conjuntamente, o solamente
responsabilidad civil (cuando existen solamente daños materiales).5

Para lograr una mejor resolución en lo que a accidentes de tránsito se refiere se


crearon nuevas leyes, podemos mencionar desde nuestro código civil, código penal,
hasta la Ley de Procedimientos Especiales Sobre Accidentes de Tránsito, ya que es
notario el aumento de accidentes de tránsito terrestre que ocurren en nuestro país,
ocasionados por toda clase de vehículos, lo cual implica un grave peligro para la
seguridad de las personas y bienes materiales. Esta ley se crea ya que en la
legislación vigente no existían procedimientos breves y sencillos, que hicieran posible

la eficacia del ejercicio de las acciones tanto penales como civiles, provenientes de
los referidos accidentes.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Al hacer una breve revisión de la evolución en lo que a responsabilidad civil y penal


en caso de accidentes de tránsito terrestre se refiere, estableceremos el daño social
y particular que crean los accidentes de tránsito, el constante desarrollo y el índice de
incrementos de lesionados que se originan con dichos accidentes.

La organización mundial para la salud estableció que la tercera causa de muerte se


genera por medio de los accidentes de tránsito, por lo tanto existe la necesidad de
crear leyes que delimiten circunstancias y métodos que generen la obligación de
resarcir los daños, ya sean estos personales o materiales a favor de la víctima.
La Organización Mundial de la Salud establece que cada año los accidentes de
tránsito cobran la vida de casi 1.2 millones de personas en todo el mundo por
diferentes circunstancias como lo son: El exceso de velocidad, la conducción bajo los
efectos del alcohol y otros estupefacientes, la no utilización del casco y del cinturón
de seguridad.

OBJETIVOS.

Con la realización de la investigación se pretende lograr los objetivos que a


continuación se mencionan:

OBJETIVO GENERAL.
Demostrar la importancia que tienen las consecuencias penales y civiles y por lo
tanto el grado de responsabilidad de los autores o partícipes de un accidente de
tránsito.

OBJETIVOS ESPECÌFICOS.
- Determinar como la acción civil y penal tienen un mismo origen.
- Establecer el grado de responsabilidad civil o penal en que incurre un actor o
partícipe de un accidente de tránsito.

- Identificar los casos en que una persona incurre en responsabilidad civil o penal o
cuando estamos en presencia de ambas responsabilidades.
MARCO TEÓRICO

Estableceremos según el Código Penal los delitos relacionados con los accidentes
de tránsito como el del homicidio y lesiones culposas. Estos casos van a ser
ventilados por los tribunales de tránsito, en el caso de daños personales no se va a
aplicar la Ley de Procedimientos Especiales Sobre Accidentes de Tránsito, sino el
Código Penal y Procesal Penal para el resarcimiento de los daños morales y
personales.

En el caso de daños materiales ocasionados por accidentes de tránsito terrestre se


aplica la Ley de Procedimientos Especiales Sobre Accidentes de Tránsito según el
artículo 35 y siguientes, supletoriamente se aplica el Código de Procedimientos
Civiles.

Enfocaremos el marco teórico con los elementos de la responsabilidad civil y penal


que especialmente el legislador determinó en la Ley de Procedimientos Especiales
Sobre Accidentes de Tránsito, pretendiendo ver la aplicación y la operatividad
práctica de dicha regulación en el tema que nos ocupa que es el régimen de
responsabilidad civil y penal por daños materiales y personales ocasionados por
accidentes de tránsito.
FUNDAMENTO CONSTITUCIONAL

Utilizando la interpretación sistemática de la Constitución como Ley Primaria por no


encontrarse expresamente en un círculo específico de la misma la regulación de la
responsabilidad civil y penal colectivamente concluimos que dicha figura se
encuentra incluida tácitamente en los artículos 1 en cuanto a la conservación de la
justicia como el origen y fin de la actividad del Estado; con respecto a la persona
humana. El Articulo 2 de la Constitución en su inciso primero regula el derecho a la
vida a la integridad física y moral de la persona así como también regula el derecho a
la propiedad y por ello se pueden establecer mecanismos para el resarcimiento o
reparación del daño causado, especialmente el inciso 3º del mismo artículo regula la
indemnización conforme a la ley por daños de carácter moral.6

DELIMITACIÓN TEORICA DE LA TEMÁTICA

El presente trabajo de investigación será enfocado a partir de la regulación de la


responsabilidad civil y penal que regula la Ley Especial integrando de manera
restrictiva lo que de dicha figura habla del Código Penal, Procesal Penal, y Código
Civil limitado a dicho concepto.

JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN

Consideramos que el tema investigado es sumamente importante, ya que todos en


algún momento de nuestra vida podemos ser víctimas o partícipes de un accidente
de tránsito. Para lo cual es indispensable que conozcamos la responsabilidad, ya sea
penal o civil así como también la responsabilidad que debemos asumir y la
conciencia que debemos tener al conducir un vehículo, así como también la
precaución que debemos tener los peatones.
IMPORTANCIA

La importancia del presente trabajo será investigar que tan efectiva es la reparación
del daño causado en un accidente de tránsito terrestre, y como está regulada en la
práctica la responsabilidad civil y penal por daños materiales y personales
ocasionados en un accidente de tránsito por parte de los operadores y aplicadores
del sistema en cuanto a indemnizar en el caso concreto a la víctima de un accidente
de tránsito.

UTILIDAD

La utilidad de la presente investigación monográfica se pretende medir a partir de la


actividad de la indemnización por los daños y perjuicios ocasionados, tanto el
carácter material, personal y moral que a través de la participación del Estado o
institucionalmente se logra para las víctimas.

ESTRATEGIA METODOLÓGICA

La presente monografía será abordada a través de método bibliográfico tratando de


incluir en la misma los datos estadísticos que la División de Tránsito Terrestre de la
Policía Nacional Civil maneja.

RESPONSABILIDAD CIVIL Y PENAL

Edad moderna.

Históricamente la responsabilidad civil y penal era una mezcla, no existía leyes


especiales que regulan los accidentes de tránsito, puesto que las personas utilizaban
otros medios de transporte, al no existir aún vehículos automotores, el desarrollo

industrial, social y económico trajo como consecuencia el surgimiento de vehículos


automotores que vino a favorecer a las sociedades, pero a través del uso de esta
máquina hubo consecuencias negativas para algunos sectores de la sociedad que se
vieron involucrados en accidentes de tránsito y por lo tanto el culpable de un
accidente debería responder tanto civil como penalmente a la persona que resultare
con daños materiales y/o personales.

Nuestro medio.

Desde que surge el vehículo automotor como medio de transporte se da un aumento


de accidentes de tránsito.

Según investigaciones realizadas sobre los accidentes de esta naturaleza se


aplicaba la Ley de Policía promulgada el 12 de mayo de 1895, posteriormente se
aplico el Reglamento General de Tránsito, el cual fue creado por Decreto Ejecutivo el
18 de noviembre de 1946 y publicado en el Diario Oficial el 14 de diciembre del
mismo año y finalmente se crea la Ley de Procedimientos Especiales sobre
Accidentes de Tránsito, debido al notorio aumento de accidentes que ocurren en la
República ocasionados por todo tipo de vehículos, lo cual implica grave peligro para
la seguridad de las personas y bienes materiales.7

Según lo establece el artículo 11 de la Ley de Transporte Terrestre Tránsito y


Seguridad Vial, los diferentes tipos de vehículos Se clasifican en:

A) De motor;
B) De tracción humana, ya sea de mano o pedal; y
C) De tracción animal.
CAPITULO II

CONCEPTOS Y NATURALEZA JURÍDICA

Conceptos Legislativos:

Código Penal
Responsabilidad Penal.
“Nuestro Código Penal en su artículo 32 nos menciona a las personas
responsables penalmente. Dicho artículo cita “Incurren en responsabilidad penal
por el delito cometido, los autores, los instigadores y los cómplices”. Los autores
pueden ser directos o mediatos”8

Responsabilidad Civil
“En cuanto a la Responsabilidad Civil el Art. 114 nos menciona que la ejecución
de un hecho descrito por la Ley como delito o falta, origina obligación civil. Entre
las consecuencias civiles de un delito tenemos:
1- La restitución de las cosas obtenidas como consecuencia de la realización del
hecho punible o en su defecto el pago del respectivo valor;
2- La reparación del daño que se haya causado;
3- La indemnización a la víctima o a su familia por los perjuicios causados, por
daños materiales o morales; y
4- Las costas procesales”.

La responsabilidad civil es aquella que recae sobre una persona cuando ésta ha
ocasionado un accidente de tránsito y como consecuencia existen daños
materiales.
Conceptos Doctrinales:

MANUEL OSSORIO
Responsabilidad Civil: Es aquella que lleva consigo el resarcimiento de los daños
causados y de los perjuicios provocados por uno mismo o por tercero, por el que
debe responderse.

Responsabilidad Penal: Manuel Osorio menciona que es un acto u omisión penado


por la Ley y realizado por persona imputable y culpable . Se traduce en la aplicación
de una pena. Este tipo de pena suele llevar consigo, de haber ocasionado daños o
perjuicios, la responsabilidad civil que sea pertinente.

Acción Civil: La que se ejercita mediante la interposición de la correspondiente


demanda ante los jueces de esa jurisdicción, a efectos de reclamar el derecho de
que el accionante se cree asistido.

Acción Penal: La que se ejercita para establecer la responsabilidad criminal y en su


caso, la civil, ocasionada por la comisión de un delito o falta. La determinación de los
promotores de la acción penal como ejercitantes de la misma constituye uno de los
temas más debatidos en Derecho Procesal y Penal, y se resuelve por las diversas
legislaciones de muy diversa manera.

Daños Materiales: El daño puede ser de 2 tipos Material o Moral. El daño material
es aquel que directa o indirectamente afecta un patrimonio, aquellos bienes (cosa o
derechos) susceptibles de valuación económica.

Daños Personales: Esta locución se entiende en el sentido de que nadie puede


reclamar más que la reparación de un perjuicio que le es propio; y originando en la
lesión de sus bienes morales o económicos, tanto si el agravio lo afecta directamente
como si afecta indirectamente.

Daño: Según la Real Academia de la Lengua Española, que remite la definición


del sustantivo al verbo respectivo, detrimento, perjuicio, menoscabo, dolor, molestia,
maltrato de una cosa.
Si el daño es causado por el dueño de los bienes, es decir un daño causado a sí
mismo el hecho tiene escasa o ninguna relevancia Jurídica. La relevancia la adquiere
cuando el daño es producido por la acción u omisión de una persona en los bienes
de otra. El causante del daño incurre en responsabilidad, que puede ser civil, si se ha
ocasionado por mero accidente, sin culpa punible ni dolo, o penal, si ha mediado
imprudencia o negligencia (culpa), si ha estado en la intención del agente producirlo.

Responsabilidad: Consiste en una deuda u obligación de reparar y satisfacer por sí


o por otro, a consecuencia de delito, de una culpa o de otra causa legal.

Accidente de Tránsito: Es el que sufre una persona por el hecho de un tercero,


cuando aquella transita por vías o parajes públicos, generalmente a causa de la
intensidad, la complejidad y la velocidad del tráfico de vehículos.

Daño Emergente: Se refiere a la pérdida que un acreedor sufre por el


incumplimiento de la obligación del deudor. Para la Real Academia de la Lengua
Española “Detrimento o destrucción de los bienes, a diferencia del lucro cesante.

Lucro Cesante: Lo que una persona deja de ganar, o ganancia de que se ve


privada, por el incumplimiento de la obligación que incumbe al deudor.9

Guillermo Cabanellas:

Responsabilidad Civil
“Consiste en resarcir, en lo posible, el daño causado y los perjuicios inferidos por uno
mismo o para un tercero, y sin causa que excuse de ello”.

Responsabilidad Penal:
Es aquella que se concreta en la aplicación de una pena, por la acción u omisión
dolosa o culposa del autor de una u otra. Es estrictamente personal, de interpretación
restringida, de irretroactividad vedada, de voluntariedad presunta y de orden público.

Responsable: Es el obligado a responder y que se encuentra sujeto a


responsabilidades, capaz de responder personalmente, imputable, Culpable.

Responsable Civilmente: En lo penal, quien exento de culpa criminal o no obstante


susceptible de quedar obligado a la responsabilidad civil nacida de delito; para la
restitución de lo arrebatado, reparación de daño e indemnización de perjuicios”.

Dolo eventual: Es aquel en el cual una persona actúa, no con intención de causar
un daño paro sabe que la conducta que está realizando puede dar lugar a un hecho
punible.

Concepto que se propone:


Responsabilidad Civil: Según nuestro criterio la responsabilidad civil es aquella en
la cual una persona incurre al ocasionar un accidente de tránsito, el cual puede traer
como consecuencia daños materiales o morales ocasionados a la víctima. De estos
daños y perjuicios ocasionados surge lo que conocemos como daño emergente y
lucro cesante.

Responsabilidad Penal: La responsabilidad penal trae consigo consecuencias más


graves porque se refiere a la responsabilidad que tiene una persona cuando ésta
ocasiona un accidente de tránsito y esto trae como consecuencia personas
lesionadas o fallecidas. En este caso el sujeto es responsable tanto civil como
penalmente.

NATURALEZA JURÍDICA

Al abordar o escudriñar cual es el origen o fuente de la institución en la


responsabilidad civil o penal podemos advertir que la misma ha tenido un origen
legal, ya que antes de ser regulado de forma especial fue incluida en los Principios
Generales del Derecho y en leyes dispersas. Entre las leyes que en sus orígenes la
regularon se pueden mencionar de forma general las siguientes:

a) Código Civil
b) Código Penal
c) Ley de Procedimientos Especiales Sobre Accidentes de Tránsito.
CAPITULO III

CONSIDERACIONES DOCTRINALES
SECCION PRIMERA EXTRANJERA

Autor: Armando Martín Costas Guardia Civil, atestados de fraga sub-sector de


Huelga. “Responsabilidad Penal”: la tiene aquella persona propietaria de un vehículo
cuando se han ocasionado daños personales en otra persona.

“Responsabilidad civil”: Es aquella a la que la persona resulta obligada por la


ejecución de un acto descrito por la ley como delito o falta, ya que al originar un
accidente de tránsito nace la obligación de responder por los daños y perjuicios por
él ocasionado.

(Autor) Mariano Najeraurrio, Puerto Rico. “Automóvil”: significa todo vehículo de


motor diseñado para la trasformación de menores de once pasajeros; vehículo aquel
artefacto o animal con el cual o por medio del cual cualquier persona es o puede ser
transportada por una vía pública.10

La vida de los pueblos, de las naciones, de las regiones, y por supuesto las de los
seres humanos, se comenzó a medir en términos de desarrollo y modernidad,
dejándose de lado la ética, la estética, la moral, etc. Es sin duda una sustitución de
valores trascendentes por los meramente actuales y superfluos.

En última instancia, lo que quedó marginado para la raza humana fue la libertad en el
plano individual y social, su acotamiento resulto el saldo negativo del progreso y la
modernidad, hasta podríamos decir con seguridad que implicó una de las formas
mas aberrantes de control humano y marginación social.
La idea del automóvil es antigua. Se sabe que ya por el año 1447, en las calles de
Alemania, se exhibió un coche que no era tirado por animales, sino que funcionaba a
través de una combinación de poleas y engranajes; ejemplar que fue imitado por
otros inventores de la época. Luego, hasta 1649, no aparece otro automóvil de tales
características; el de esta fecha fue inventado por Juan Hautzsh, de Nuremberg.
Después aparece en Inglaterra, en 1680, un coche de cuatro ruedas movido por un
escape de vapor, creación de Newton. En 1765, Nicolás Cugnot, capitán de artillería
francés, construye una “locomotora de carretera”. Los inventos de nuevas maquinas
no cesaron de producirse desde entonces, sobre todo en Francia e Inglaterra; en
este ultimo país, en1822, empezaron a funcionar diferentes servicios públicos, con
trayectorias preestablecidos. El desarrollo de la locomoción automotriz se vio luego
interrumpido allí por la rivalidad de las compañías de ferrocarril, que tenían peso
dentro del parlamento ingles. En 1865, a raíz de un accidente automovilístico que

arrojó por resultado varias víctimas, se votó una ley que puso fin al progreso del
desarrollo del automóvil de vapor, pues ella les prohibía llevar una velocidad superior
a seis kilómetros y medio por hora, y además deberían ir precedidos de un guía a
pie, con una bandera, para advertir a la gente que se encontraba en el trayecto. Esta
ley fue abolida en 1896 por los reclamos de los constructores ingleses que veían con
cierta envidia a los avances que el automóvil hacia en Francia. Hasta aquí se
utilizaba el vapor como fuerza motriz, pero el gran cambio hacia el auto moderno se
produce al finalizar la primera guerra mundial, con la utilización y adopción universal
del motor de gasolina.

La transformación, desde la fabricación artesanal de los automóviles a comienzos del


siglo hasta el estado actual de la industria automotriz y sus complementarias, es
asombrosa por lo vertiginoso de su progreso.

Es muy importante también que hablemos sobre los derechos denominados


“humanos” son derechos del hombre como persona, pero son del hombre dentro de
la convivencia con otros, en sociedad. Es cierto que fuera del hombre no hay en este
mundo otros seres que posean estos derechos.

La interferencia, es la capacidad que una conducta tiene para vincularse con otras;
esa interferencia es intersubjetiva porque se produce entre sujetos. El derecho es
imposible sin conductas que de alguna manera interfieran entre si. Puede haber
derecho sin normas escritas… un hombre lleva a cabo conductas jurídicas siempre
que viva en sociedad” (Bidart Campos).
Es decir, el derecho, mas allá de las normas escritas, mas allá de su positivización,
es conducta humana, es realidad. Es discutible si un derecho plasmado en una
“Declaración o catalogo de derechos X”, que no se da en la realidad, es realmente un
derecho de la persona, o es una forma lingüística vacía de contenido. La persona
humana tiene dignidad, autonomía, es inviolable.

El hombre es portador de un valor moral intransferible; Kant expresa que no debe


tratarse al hombre como un medio sino como un fin en si mismo.

Lo que importa en cuanto al sistema de los derechos humanos es su eficacia, su


realización. No existe una lista de esos derechos, no es posible realizarla porque no
hay un número determinado de ellos, sino que constantemente se logran y surgen
nuevos derechos, a medida que la sociedad avanza, progresa, evoluciona. El fin de
los mismos: Elevar la calidad de vida del hombre. Es por ello que sin duda, pueden
incluirse los derechos de los peatones, que tienen como objetivo optimizar la
convivencia en la vida publica, una mayor seguridad, tranquilidad, salubridad y
comodidad, es decir que buscan una mejor calidad de vida, entre los derechos
llamados “humanos”.

Por otra parte los agravios y agresiones que diariamente reciben las personas tienen
su máxima expresión en el accidente de tránsito. Los accidentes viables han sido
clasificados como una endemia por la Organización Mundial de la Salud y
constituyen la tercera causa de mortalidad de la población en general (después de
las enfermedades cardiovasculares y el cáncer), dato impactante que revela la
gravedad de dichos accidentes.

Es fundamental, dentro de los componentes de tránsito (vehículos, carreteras, etc.),


el factor humano; en efecto, es el hombre el responsable de la mayoría de los
accidentes de tránsito. Se debe educar al automovilista, eliminar la idea de que las
normas de tránsito son impuestas para fastidiar al usuario, quien normalmente elude
su cumplimiento cuando no se ve vigilado. Estas son puestas para su propia
seguridad y la de su prójimo.
El uso del automóvil debe ser racional, para el beneficio de todos: conductores y
peatones. Las posibilidades y comodidades que un vehículo proporciona deben
aprovecharse, sin duda, para ello sin desproteger o perder respeto de los derechos
del peatón.
CAPITULO IV

LA JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA

Según Couture, jurisdicción es la “función pública, realizada por Órganos


competentes del Estado, con las formas requeridas por la ley, en virtud de la cual,
por acto de juicio; se determina el derecho de las partes, con el objeto de dirimir sus
conflictos y controversias de relevancia judicial, mediante decisiones con autoridad
de cosa juzgada”.

En la función jurisdiccional las partes interesadas piden que se satisfaga


concretamente las pretensiones de su interés, para que exista, es necesario que
haya dos intereses opuestos y por ende que estén protegidos por la norma material
del derecho, teniendo que hacer uso de la ley.

La función jurisdiccional corresponde en su totalidad al Estado, pero por razones de


territorio y el número de conflictos, materia y en razón de la cuantía, no es posible
que todos los conflictos sean resueltos por el mismo tribunal y en virtud de ello el
Estado se ha visto obligado a dividir la función jurisdiccional a los tribunales, para
que en su representación la ejerzan en abstracto.

En la Ley de Procedimientos Especiales Sobre Accidentes de Tránsito la jurisdicción


está establecida en esta materia en el artículo uno de la citada ley, según la cual le
corresponde a los Tribunales de Tránsito el conocimiento de las acciones para
deducir la responsabilidad penal y civil.

En materia de tránsito la jurisdicción es privativa porque se ejerce con ciertas y


determinadas personas o cosas, ya que la jurisdicción y competencia la tienen
exclusivamente en forma privativa los Juzgados de Tránsito del país, y son
competentes para conocer de las acciones que traen responsabilidades penales y
civiles ocasionadas por los accidentes de tránsito terrestre según el artículo 4, 5 y 7
la Ley de Procedimientos Especiales sobre Accidentes de Tránsito.11

LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y LA RESPONSABILIDAD PENAL

La responsabilidad civil, dramáticamente hablando es deuda obligatoria de responder


por un daño material ó moral ocasionado, dando lugar a una obligación a cargo del
infractor para el cumplimiento de la misma y está regulado en el artículo 4 ordinal 2º
de la Ley de Procedimientos Especiales Sobre Accidentes de Tránsito.

Se da responsabilidad a consecuencia de haber ocasionado un daño por acción u


omisión, daño que afecta a una persona en sí, o en su patrimonio y la cual tiene
derecho a que ese daño le sea reparado mediante una indemnización.

Ocurrido un accidente de tránsito la víctima o víctimas se ven investidos en la


facultad de concurrir ante el Órgano Jurisdiccional respectivo, a hacer valer sus
derechos, contenido en la Ley Procedimientos Especiales Sobre Accidentes de
Tránsito y en parte en las disposiciones de la legislación común.

El daño es el presupuesto fundamental de la responsabilidad civil, sin la existencia


del mismo no puede ni siquiera existir la posibilidad de ejecutar una pretensión
resarcitoria, el daño debe ser necesariamente producido por un accidente de tránsito,
lo cual viene a ser la relación causal.

“Responder” significa dar a cada uno cuenta de sus actos, y responder civilmente
implica dar cuenta de los daños ocasionados a otros, traduciéndose ello en el deber
de reparar o resarcir los perjurios causados volviendo las cosas al estado anterior
al evento dañoso, o lo más parecido al mismo, mediante la indemnización pecuniaria
sustantiva.

La responsabilidad civil, en materia de tránsito, se deriva de los daños y perjuicios


ocasionados directamente a la persona, familiares o terceros.
Los daños materiales ocasionados en bienes patrimoniales genera dos clases de
responsabilidad civil: La simple y la solidaria.

Responsabilidad civil simple.


Es aquella en la que el obligado a reparar o resarcir un daño, es una sola persona y
a su vez el responsable directamente del daño que ha ocasionado, obrando con
culpa.

En la responsabilidad civil simple hay una relación directa entre el demandante y el


demandado; tal es el caso de los vehículos particulares, la responsabilidad del
conductor se materializa en el pago de una indemnización a los daños ocasionados
al vehículo del demandante. El término de responsabilidad en doctrina tiene sus
raíces en el Directivo Romano y sirve para designar la obligación de reparar el daño
o perjurio causado; en materia de tránsito, consiste en la obligación de reparar el
perjuicio causado en bienes materiales de una persona y para que haya
responsabilidad civil es necesario que medie culpa o negligencia.

La responsabilidad civil resultante de un accidente de tránsito en el que sólo


ocasionaron daños materiales, está fundamentada en la culpa del agente dañoso, ya
sea porque la conducta o hecho del agente constituye o no constituye delito por
imprudencia, es decir se parte siempre de la idea de culpa en su sentido genérico;
como falta de diligencia o cuidado en el actuar, lo que establece la diferencia
específica de culpa penal o civil, es únicamente la naturaleza del daño o perjurio
resultante.

Responsabilidad civil solidaria.


Es aquella en que el perjudicado o titular de la acción tiene facultades para ejercer la
acción en contra de dos personas obligadas una que obró con culpa y el otro sin
culpa; pudiendo exigirle a ambos o a cualquiera de ellos el cumplimiento, es decir,
que puede demandar a cualquiera de ellos que crea más solvente y hacer efectiva la
obligación según su conveniencia. La responsabilidad civil en los accidentes de
tránsito terrestre es un aspecto importante de la Ley de Procedimientos Especiales
sobre Accidentes de Tránsito, pues la solidaridad beneficia tanto a los propietarios de
vehículos, como a las personas que transitan por la vía pública y a su familiares, si
de ello resultaren daños personales, ya que el ofendido tiene más oportunidad de
hacer valer sus derechos, pues frente a el hay dos o más personas que puede
demandar, conjuntos o separadamente según estime conveniente.

El Art. 36 de la Ley de Procedimientos Especiales Sobre Accidentes de Tránsito,


regula los casos de responsabilidad solidaria en materia de tránsito y son:

a) El conductor o conductores de los vehículos causantes del accidente que dá


lugar al reclamo, o su representante legal, si aquel o aquellos fueren
incapaces de obligarse civilmente;
b) La persona o personas naturales o jurídicas, que en virtud de fianza, contrato
de seguro o a cualquier otro título se hubieran obligado a responder por los
daños ocasionados por sus fiados o asegurados, hasta el límite señalado en el
respectivo contrato;
c) El o los terceros por cuya culpa se hubiere originado el accidente;
d) La persona o personas naturales o jurídicas que en propiedad arrendamiento
a cualquier otro título tuviere en su poder un vehículo, siempre que este fuere
utilizado por una empresa industrial, comercial o de servicios.

La responsabilidad solidaria, es un aspecto importante porque beneficia a las


personas víctimas de accidentes de tránsito, y surge por mandato de ley. En el caso
de incapaces, tratándose del manejo de vehículos automotores, se dan con más
frecuencia, con las personas de 16 años y menores de 18, con estos casos la ley no
podía dejar sin protección al perjudicado, en el que participa un menor.

En el literal d) la solidaridad es impuesta por ley en el literal b) es pactada, en ambos


casos el perjudicado debe probar la culpabilidad del demandado y además la
existencia del contrato de seguro o fianza a que se refiere el literal b), y en el caso de
la circunstancia de que el vehículo lo tiene en propiedad e arrendamiento una
empresa comercial, industrial o de servicio.
La Ley de Procedimientos Especiales Sobre Accidentes de Tránsito, manifiesta en el
articulo 36 Inc. Final que queda fuera de la responsabilidad civil solidaria en materia
de tránsito en las siguientes circunstancias:

a) Si en el juicio se estableciere que el que reclama los daños es el único


culpable del accidente;
b) Si el accidente de tránsito, provino de fuerza mayor o caso fortuito, que no se
deba a defectos del vehículo, rotura o falta de sus piezas o mecanismos,
aunque la ruptura o falla fueren producidas por una causa externa que no
haya sido provocada intencionalmente, ya que en casos fortuitos libera del
cumplimiento de su obligación al deudor y es en modo de extinguir la
obligación por que en los casos fortuitos se refiere a fenómenos naturales y la
fuerza mayor a acontecimientos que interviene la voluntad del hombre.

Al hacernos la pregunta sobre la responsabilidad del Estado, analizamos el artículo


245 de nuestra Constitución y observamos que habla sobre la responsabilidad
subsidiaria del Estado. Un ejemplo de lo mencionado pudimos observarlo en la
Cámara de tránsito de San Salvador, en la cual se sigue un proceso contra el Estado
y Gobierno de El Salvador. Resumimos el caso así:

Sucedió un accidente de tránsito, en el cual se responsabiliza al conductor del


vehículo del Ministerio de la Defensa Nacional, el cual tuvo como consecuencias
únicamente daños materiales, iniciándose diligencias conciliatorias de tránsito, la
cual se tuvo como no lograda.

Se inició Juicio Civil Especial de Tránsito para la reparación de los daños y perjuicios.

Naturaleza de la Pretensión:
a) Pagar los daños y perjuicios del conductor del vehículo;
b) El Estado y Gobierno, en su calidad de propietario y responsable solidario, por
ser el automóvil causante del accidente, utilizado para fines de servicio de
transporte de la institución estatal a la que está asignada.
Cuantía de la pretensión:
a) Se piden 90,000 colones en concepto de daños materiales;
b) 14,320 colones mensuales que era la unidad que percibía la víctima
mensualmente con la utilización de su vehículo.

Fallo:
Se condena al Estado y Gobierno de El Salvador como responsable subsidiario a la
cantidad de 90,000 colones, en concepto de indemnización por los daños materiales
ocasionados.

De esto podemos deducir que el Estado responde subsidiariamente por los daños y
perjuicios ocasionados a través de los vehículos nacionales.

No incurrirán en responsabilidad civil simple según lo manifiesta el artículo 37 de la


citada Ley en mención:

a) El propietario de un vehículo particular que lo ha entregado a persona, antes


de producirse el accidente, en arrendamiento con promesa de venta, sin que
se compruebe tal circunstancia por medio de registro de Matrículas que
llevael departamento General de Tránsito o por medio de escritura pública. En
estos casos la responsabilidad recae en el arrendatario,
b)El propietario o tenedor de un vehículo de cuyo poder hubiere sido este
sustraído sin su consentimiento si dentro del juicio respectivo comprobare tal
circunstancia, para que opere esta excepción es necesario la sustracción del
vehículo sin el consentimiento de su propietario o tenedor, además el accidente debe
ocurrir en el lapso de la desaparición y que el interesado establezca en el juicio tal
circunstancia, para ello, se exige que el propietario o tenedor del vehículo haya
avisado a la Policía Nacional Civil tal desaparición inmediatamente que se haya
sustraído o robado el vehículo, la desaparición o sustracción puede ser con ánimo de
apropiarse o hacer uso del vehículo para cualquier delito, no necesariamente debe
haber violencia, basta el no consentimiento del propietario o tenedor.
Haciendo un análisis de las investigaciones realizadas observamos que la
imprudencia de los conductores y peatones ocasiona cada vez más accidentes de
tránsito dejando víctimas, entre muertos y heridos.

A continuación presentamos estadísticas obtenidas de un informe elaborado por el


Ministerio de Salud y la Policía Nacional de Bolivia. Según el cual es impresionante
ver las estadísticas de dichos accidentes que año con año se incrementan.

“En los últimos cinco años, en Bolivia se registraron 2,5 accidentes de tránsito cada
hora en promedio, es decir, en este lapso se produjeron 98.728 hechos, según el
informe elaborado por el Ministerio de Salud y la Policía Nacional”.

Las causas más comunes de esos 98.728 hechos de tránsito en cinco años son: la
imprevisión (descuido, imprudencia) del conductor (48%), el estado de embriaguez al
conducir (21%) y el exceso de velocidad ( 19%).

Según el informe, la mayoría de las causas verificadas está relacionada con


responsabilidades del conductor y / o peatón.
Los casos de “falla mecánica” (aunque éste hecho también puede atribuirse a
responsabilidad del conductor) “constituyen, casi el 2,5 por ciento de los accidentes
de tránsito ocurridos. Estas dos causales podrían responder a hechos fortuitos,
mientras que en el resto (más del 90% existe alguna responsabilidad humana.

Las colisiones (53%) el choque a objeto fijo o vehículo detenido (24%) y los
atropellos (17%) son las clases de accidentes más frecuentes en el país.”12

“Según el diccionario de Manuel Osorio, el accidente de tránsito es el que sufre una


persona por el hecho de un tercero”.13

Su manifestación habitual y frecuentísima es el choque de automotores y el atropello


por ello de los peatones. En el concepto clásico de la responsabilidad, para exigirla al
autor del daño, tenía la víctima que probar la culpa de aquel (negligencia,
imprudencia, infracción de reglamentos). Para establecer el grado de responsabilidad
se hace de acuerdo a la presunción de culpa del causante del daño, quien sólo podrá
eximirse de responsabilidad demostrando unas veces que de su parte no hubo culpa
(si el daño se causó con las cosas que la persona tiene a su cuidado o son de su
propiedad y con las cuales se ha ocasionado un accidente de tránsito, así como
también puede demostrar que la culpa fue de la víctima o de un tercero).

Dentro de las garantías fundamentales de toda persona encontramos el derecho de


conducir un vehículo automotor, no obstante tal derecho como todos, debe estar
regulado en atención al bien de todas las personas, de aquí que mediante decreto
ejecutivo N° 13 de fecha 18 de noviembre de 1946, es creado el “Reglamento
General de Tránsito” el cual tuvo vigencia hasta ser emitida la “Ley de Transporte
Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial” encontrándose enmarcadas dentro de este
reglamento las acciones u omisiones de los conductores consideradas como
infracciones y las sanciones a las mismas, ya que como todos sabemos cuando una
persona infringe la Ley y se deduce que es responsable Civil y Penalmente ó
solamente Civilmente según sea el resultado del accidente de tránsito se le aplican
las penas señaladas o también existe la obligación de resarcir los daños y perjuicios
ocasionados.

A continuación hacemos un análisis de las Leyes generales y especiales de nuestro


país que hacen énfasis en la responsabilidad civil y penal de una persona que se ve
involucrada en un accidente de tránsito terrestre.

Constitución de la República:
Nuestra Constitución de la República no regula de una manera expresa la
responsabilidad civil y penal por los daños que se ocasionan a una o varias personas
como consecuencia de un accidente de tránsito, pero podemos observar que la
constitución en su artículo 1 reconoce como persona humana a todo ser humano
desde el instante de la concepción, y según el Artículo 2 toda persona tiene derecho
a la vida, y se establece la indemnización conforme a la Ley, por daños de carácter
moral.
También en el artículo 245, se establece la responsabilidad subsidiaria del Estado,
por los daños materiales o morales ocasionados a consecuencia de la violación de
los derechos de las personas.

Como podemos observar en los artículos antes citados, aunque no se regula de una
manera expresa la responsabilidad civil y penal si podemos deducir que cuando una
persona ocasiona un accidente de tránsito y genera daños personales y materiales
el estado protege a la víctima para garantizar el ejercicio, el goce, la conservación y
defensa de nuestros derechos otorgados por nuestra Constitución de la República.

Código Penal:
En nuestro Código Penal. Art. 4 se encuentra el principio de responsabilidad, el cual
dice “La pena o medida de seguridad no se impondrá si la acción u omisión no ha
sido realizada con dolo o culpa. Por consiguiente, queda prohibida toda forma de
responsabilidad objetiva. Esta responsabilidad es aquella que se atribuye a una
persona sin considerar la dirección de su voluntad, sino únicamente el resultado
material a la que está unido el hecho realizado por el sujeto.

Existen circunstancias en las cuales surgen causas que excluyen de responsabilidad


penal a las personas que por ejemplo no comprenden lo ilícito de su acción aunque
cabe la responsabilidad civil del guardador”. A estas causas se refiere el Art. 27 Pn.

Existen también circunstancias que modifican la responsabilidad penal ya sea


atenuante o agravantes que se aplican a cada caso concreto.

Las circunstancias atenuantes son aquellas en las cuales la responsabilidad de la


persona disminuye porque se trató por todos los medios de disminuir el daño. Art. 29
N° 4.

Existen por otra parte las agravantes, éstas se encuentran establecidas en el Art. 30
Pn. entre las cuales podemos mencionar la premeditación, alevosía o artificio para
lograr la impunidad.

El Art. 32 siguientes del Código Penal nos demuestra que tanto los autores directos
o mediados, como los instigadores y cómplices incurren en responsabilidad penal por
la comisión de un delito.

En cuanto a la responsabilidad civil el Art. 114 de nuestro Código Penal establece


que la ejecución de un hecho descrito por la ley como delito o falta, origina
obligación civil.

El Art. 115 nos menciona las consecuencias civiles del delito, entre las cuales
tenemos:
 La restitución de las cosas obtenidas como consecuencia de la realización del
hecho punible o en su defecto, el pago del respectivo valor;
 La reparación del daño que se haya causado;
 La indemnización a la víctima o a su familia por los perjuicios causados por daños
materiales o morales y,
 Las costas procesales.

Toda persona responsable penalmente de un delito o falta, lo es también civilmente,


si del hecho se derivan daños o perjuicios, ya sean éstos de carácter moral o
material. Art. 116 Código Penal.

Esto se resume en que si una persona ha ocasionado un accidente, y en él han


resultado personas fallecidas o lesionadas y daños materiales, el culpable va a
responder penalmente y civilmente por el delito cometido.

El Art. 42 y siguientes del Código Procesal Penal nos menciona la acción civil que
ejerce la Fiscalía General de la República en el respectivo requerimiento. En los
delitos de Acción Pública, la acción civil contra los partícipes del delito será ejercida
conjuntamente con la acción penal.

De acuerdo al Código Penal es responsable civilmente la persona que deba


responder por el imputado de los daños y perjuicios causados por el delito.

La obligación de la reparación civil recae sobre la sucesión del deudor, transmite la


misma a sus herederos en cuanto a los bienes que han heredado, así como también
los herederos del ofendido en caso de que éste haya fallecido, tienen el derecho de
exigir la indemnización correspondiente.

La extinción de la responsabilidad penal no lleva consigo la extinción de la


responsabilidad civil, la cual subsiste hasta que se haya satisfecho en su totalidad.

LAS CONSECUENCIAS CIVILES DEL DELITO

Cuando nos referimos a los delitos que comprenden la jurisdicción privativa en


materia de Tránsito, haremos una reseña sobre la materia que compete,
profundizando en las mismas, porque lo consideramos como objeto principal del
tema investigado.

Si hablamos de los delitos en materia de tránsito, las consecuencias civiles del delito
si tienen vigencia en su totalidad, pues la víctima del delito puede mostrarse parte
civil en el proceso desde su inicio, es decir, que una vez iniciada la acción penal se
tiene iniciada la acción civil, pudiendo emitir la parte ofendida su derecho de reclamar
la indemnización de daño o perjuicios por medio de petición verbal, de conformidad
al Art. 7 de la Ley Especial Sobre Accidentes de Tránsito.

En materia de tránsito los delitos son cometidos por imprudencia, negligencia,


incumplimiento de reglas, no existe generalmente la intención de dañar a ninguna
persona, ni mucho menos dañar el patrimonio de otro. Aunque es importante
mencionar que puede existir lo que conocemos como dolo eventual ó culpa con
representación.

Dolo eventual: Con la categoría del dolo directo, de primer o de segundo grado, no
se pueden abarcar todos los casos en los que el resultado producido debe, por
razones político-criminales, imputarse a título de dolo. Así cabe también hablar de
dolo, aunque el querer del sujeto esté referido directamente a ese resultado.

Se habla entonces del dolo eventual. En el dolo eventual el sujeto se representa el


resultado como de probable producción y, aunque no quiere producirlo, sigue
actuando, admitiendo su eventual realización. El sujeto no quiere el resultado pero
“cuenta con él”, “admite su producción”, “acepta el riesgo”, etc.
Con todas estas expresiones pretende describir un complejo proceso psicológico en
el que se entremezclan elementos intelectuales y volitivos, conscientes o
inconscientes, de difícil reducción a un concepto unitario de dolo.

El dolo eventual constituye, además, la frontera entre el dolo y la imprudencia, sobre


todo con la llamada imprudencia consciente. Dentro de esa zona fronteriza se hace
difícil determinar qué procesos psicológicos son incluibles en una u otra forma de
imputación subjetiva; pero dado el diverso tratamiento jurídico de una y otra
categoría, es necesario realizar la distinción con la mayor claridad.

Pudiendo afirmar que los delitos resultados de un accidente de tránsito reúnen todos
los elementos y producen los mismos efectos que el delito común. No obstante, el
grado de culpabilidad le da la nota distintiva y reviste carácter especial por provenir
de un acto culposo atribuible normalmente a imprudencia.

El legislador se ha visto en la necesidad y obligación de regular tanto la


responsabilidad penal como la responsabilidad civil provenientes de un accidente de
tránsito, debido al aumento de vehículos y accidentes, siendo esto una consecuencia
de la súper población, que nuestra sociedad deja en manos de conductores
irresponsables e incapaces, siendo de esta manera que en la Ley de Procedimientos
Especiales Sobre Accidentes de Tránsito de fecha 11 de septiembre de 1967,
publicado en el Diario oficial N°. 183 el 6 de octubre del mismo año; establece de
conformidad al Art. 72 que su vigencia correrá a partir del 1° de enero de
1968,aplicando dicha ley a todos los delitos y faltas resultantes de un accidente de
tránsito, pero siempre que sean imputables a imprudencia del agente.

Un accidente de tránsito puede dar lugar a dos situaciones:


1- A la acción penal para la aplicación de las sanciones que corresponden a quienes
resultaren culpables del accidente; y
2- A la acción civil para la indemnización de los daños y perjuicios resultantes del
accidente.

En estos casos cuando resultaren daños personales y la acción penal sea ejercida
por el ofendido , por su familia, el Fiscal o el Juez de oficio, se hace con el objeto de
llevar a cabo la averiguación del hecho y el castigo del presunto culpable. No así la
acción civil, la cual se ejerce con el objeto de resarcir los daños materiales ó morales
ocasionados a la víctima de un accidente de tránsito.

Al estudiar las Consecuencias Civiles del Delito, nos encontramos en que existen
diversas clasificaciones que vamos a diferenciar, las unas de las otras.

Dentro de las consecuencias del delito, podemos determinar que existen dos clases
de responsabilidad:

a) Responsabilidad Civil: Se refiere a la restitución de las cosas, si fuere posible,

A la reparación del daño causado, el cual comprende el resarcimiento de todo daño


material causado por el hecho, Art. 115 Pn.

A la indemnización de perjuicios, que comprende los daños materiales y los morales,


que se hubieren causado al agraviado, como también los causados a los familiares o
terceros, todo en razón del hecho delictivo cometido. Art. 115 inc. 4°

Las costas procesales; que también comprenden los honorarios y gastos erogados
de las actuaciones judiciales, como las que se encuentran especialmente
consignadas en forma arancelarias, como porcentaje, exámenes de laboratorios y
diligencias necesarias al esclarecimiento del hecho punible,

RESPONSABILIDAD: “Es la obligación de reparar o satisfacer por si o por otro a


consecuencia del delito, de una culpa o de otra causa legal”. Esta responsabilidad es
considerada desde el punto de vista jurídico, como un medio de exigir al deudor el
cumplimiento de su obligación. “Constituyéndose como un elemento del deber”. De lo
expuesto anteriormente, se le da importancia en todas las ramas del derecho,
principalmente dentro del área penal y civil.

Dentro del ámbito Penal, la responsabilidad se desprende de la ejecución de actos


penalmente sancionados por la ley. Dentro del ámbito civil, la responsabilidad recae
sobre el propio autor de la infracción, por vía de reparación, ya sea el agravio en
forma material o moral, que se hubiere causado.

Cuando nos referimos a los autores del delito, nos extendemos a los cómplices y los
instigadores, dicha responsabilidad solamente se extingue por la existencia de
alguna excusa absolutoria, o circunstancia que excluya de responsabilidad, ya sea
ésta por la índole del delito o por la cuantía.

De igual forma, al hacer un breve resumen concluimos que la responsabilidad en el


aspecto penal, tiende a garantizar el cumplimiento de una pena y una indemnización
por el daño moral ocasionado, y en el aspecto civil tiende a garantizar el pago de una
indemnización por el daño material causado a la víctima.

La acción penal establece la pena como una medida de corrección, educación y


readaptación de la persona que comete el hecho punible, con el objeto de corregir a
los delincuentes, educarlos y formarles hábitos de trabajo. Artículo 27 Cn.

b) Responsabilidad Penal

La pena consiste en la privación de libertad impuesta al culpable, por la infracción


cometida; el pago de la multa correspondiente al delito cometido, como concepto de
reparación del daño causado que tiende a remediar o satisfacer el perjuicio
ocasionado, asimismo como la pena es considerada de carácter personal, porque
solamente se impone a las personas que participan en la comisión de la acción
delictiva.
Para imponer la pena al condenado, se toman en cuenta los criterios de
individualización de la pena, de conformidad a lo establecido en el Art. 63 Pn.

Los accidentes de tránsito terrestre en el que pueden haber personas lesionadas, los
cuales ocasionan gastos a la víctima y familiares, o que cause daños materiales son
delitos de acción pública dependientes de instancia particular según lo regula el
artículo 26 C. Pr. P. En estos casos no se perseguirá penalmente sino por petición de
la víctima.

La acción penal se extinguirá por la conciliación entre el imputado y la víctima según


el numeral 2 y 3 del artículo 32 del Código Procesal Penal, pero no extingue la
responsabilidad civil por daños y perjuicios ocasionados a la víctima o al ofendido.

Comparación entre la responsabilidad penal y la responsabilidad


civil.

La pena es un mal que se inflige al condenado a título retributivo por el delito


cometido, en cambio la reparación del daño se impone al condenado para resarcir al
perjudicado o para aliviarlo dentro de lo posible.

La pena como mal afecta al condenado de sus derechos más importantes, la vida, la
libertad, el patrimonio, etc.

La reparación del daño afecta al obligado, saldo la excepción solamente en el


aspecto pecuniario.

La pena tiene el carácter de medida de interés público, establecido para protección


de la sociedad. La reparación del daño mira a la tutela del interés privado del
perjudicado.

La pena implica un comportamiento pasivo del condenado. La responsabilidad civil


impone una actividad al obligado, hacer algo para subsanar el daño que sufrió el
ofendido.

La pena tiene fines de enmienda y corrección del delincuente.


La reparación del daño no tiene fines de esa clase, sino ayudar al perjudicado para
que quede en las condiciones más o menos parecidas a las que existían antes de
cometerse el delito.

La pena es una obligación que pesa sobre el delincuente frente al Estado dentro de
un ordenamiento jurídico. La reparación del daño la debe a una persona que está en
condiciones de igualdad con él como un ciudadano más.

La pena mira al futuro, su fin es evitar la comisión de nuevos delitos. La reparación


del daño se impone por lo que ya pasó, el perjuicio que se infirió al particular.

La pena tiene carácter personalísimo porque no puede ser impuesta a otras


personas. La reparación del daño puede recaer sobre personas que no causaron
daño, pero que tiene responsabilidad por el hecho de otros.

La pena por ser de carácter personalísimo no se puede transmitir a los herederos del
delincuente. La obligación civil se puede traspasar a los herederos del obligado.

Las penas están expresamente determinadas por la ley para cada delito, no solo en
su calidad, sino también en su cantidad. La reparación del daño queda entregada ala
libre regulación del Tribunal (Juez)
La pena se impone discriminando entre los diversos individuos que han intervenido
en un mismo hecho punible, para poder apreciar el grado de importancia de su
participación y la clase de culpabilidad. La reparación del daño pesa por
solidariamente sobre todos los que intervienen en un mismo hecho dañoso, sin
distinguir nada entre los que participaron en la comisión del hecho.14

RESPONSABILIDADES CIVILES Y PENALES DE LA PERSONA QUE OCASIONA


UN ACCIDENTE DE TRÁNSITO: Conforme al artículo 1308 del Código Civil las
obligaciones nacen de los contratos, cuasicontratos, delitos o cuasidelitos, faltas y de
la ley.
En el caso de accidentes de tránsito las obligaciones se derivan de los delitos y de la
ley.

Según el Código Procesal Penal al originarse o configurarse un delito surge la


facultad de iniciar un proceso penal en contra del responsable.

Los accidentes de tránsito son considerados por el Código Penal como delitos
culposos, por lo tanto se pueden conciliar. Según el Artículo 31 del Código Procesal
Penal la conciliación es una causa de extinción de la responsabilidad penal, aunque
la responsabilidad civil por daños materiales subsiste.

El artículo 132 del Código Penal dice: El homicidio culposo será sancionado con
prisión de dos a cuatro años.
Cuando el homicidio culposo se cometiere mediante la conducción de un vehículo, se
impondrá asimismo la pena de privación del derecho a conducir o a obtener la
licencia respectiva por un término de dos a cuatro años, cuando ello sea
requerido.

Esto también se encuentra regulado en el artículo 78 de la Ley de Transporte


Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial.

El artículo 146 del Código Penal establece: El que por culpa ocasionare a otros
lesiones, será sancionado con prisión de seis meses a dos años.
Cuando las lesiones culposas se cometieren mediante la conducción de un vehículo,
a) Cuando del accidente únicamente se derivan daños personales, la persona
es responsable tanto civil como penalmente, ya que debe resarcir los daños
morales que se le ocasionen a la víctima;
b) Cuando del accidente se deriven tanto daños materiales como personales en
la víctima, la persona que ocasiona el accidente responde tanto civil como
penalmente por el delito cometido;
c) Cuando del accidente resulten únicamente daños materiales en el vehículo o
en bienes de la víctima, la persona incurre únicamente en responsabilidad civil
para el resarcimiento de los daños y perjuicios ocasionados.
ACCIONES RESULTANTES: Entre las acciones que resultan por los daños
personales o materiales ocasionados por un accidente de tránsito tenemos: Caso de
solo daños personales, daños personales y materiales, solo daños materiales.

El artículo 26 del Código Procesal Penal nos menciona las Acciones Públicas
Dependientes de Instancia Particular, entre las cuales se encuentran las lesiones
culposas.
En este caso no se perseguirá penalmente sino por petición de la víctima, o en caso
de incapacidad, por quien ejerza su representación legal o por el guardador.
Sin embargo, la Fiscalía General de la República ejercerá la acción penal cuando el
delito haya sido cometido contra un menor que no tenga padres ni tutor, contra un
incapaz que no tenga tutor o cuando el delito fuera cometido por uno de sus
ascendientes o tutor, cuando haya perjudicado bienes del Estado, o cuando la
víctima esté imposibilitada física o mentalmente para solicitar la investigación
Art. 4 de la Ley de procedimientos especiales sobre accidentes de tránsito dice:
Un accidente de tránsito puede dar lugar:
“1° a la acción penal, para la aplicación de las sanciones que correspondan a
quienes resultaren culpables del accidente; y,
2° a la acción civil, para la indemnización por los daños y perjuicios resultantes del
accidente.

En efecto, el Art. 6 dispone: El Juez que por cualquier medio tenga conocimiento de
un accidente de tránsito en el que resulten daños personales, está obligado a iniciar
de oficio el informativo correspondiente. El Art. 5, en su primer inciso dice: la acción
Penal es pública. El Art.7 establece: Los perjudicados podrán, dentro del proceso
penal y sin necesidad de acusar, reclamar verbalmente o por escrito el juez, que le
sean indemnizados los daños y perjuicios en cuyo caso se les tendrá como parte
civil, finalmente, el Art. 9 dispone: “Cuando del accidente resultaren solo daños
materiales, únicamente habrá lugar a la acción civil”.
De lo anterior puede considerarse, ante todo, que de acuerdo con la lógica más
elemental, la naturaleza de las acciones resultantes de un accidente de tránsito, está
determinada por la naturaleza de los daños que cause; es decir, si causa daños
personales con secuencia de daños materiales, o si causa directamente daños
personales y materiales, o en fin, si causa únicamente daños materiales.

Un ejemplo del primer caso sería que la víctima del atropello fuera un jefe de familia,
de cuyo trabajo dependieran su esposa y sus hijos; tal accidente sería causa
inmediata directa de solo daños personales pero tendría una secuencia mediata,
indirecta, de verdaderos daños y perjuicios apreciables económicamente en los
parientes de la víctima. Aquí, además de la acción penal, el accidente dará lugar a la
acción civil, tal como aparece confirmado en el Art. 64 de la Ley, cuando dispone que
la indemnización de los daños y perjuicios comprenderán tanto los que causen
directamente al ofendido, como los que les ocasionarán por razón del accidente a él,
a su familia...

El segundo caso, estaría representado por una colisión en la que el conductor de un


vehículo, por imprudencia, embista a otro vehículo causando lesiones o la muerte de
su conductor o a un pasajero y además, dañe materialmente el vehículo embestido.
Aquí como consecuencia directa o inmediata, se producen daños personales y
materiales que darán lugar a la acción penal y a la acción civil. En este caso, como
en el anterior, deberá iniciarse de oficio el informativo criminal correspondiente dentro
del cual, podrán los interesados hacer uso de la acción civil.

Por último, ejemplo del tercer caso sería un vehículo que, saliéndose de la vía se
introduzca en una casa destruyendo paredes, muebles, etc. sin causar lesiones a
persona alguna. Aquí los daños serían únicamente materiales y, de acuerdo con el
Art. 9 habrá lugar sólo a la acción civil; el causante será responsable civilmente por
tales daños y los perjudicados deberán ejercer su acción, dentro de la limitación
temporal señalada por el Art. 40 iniciando los trámites de cita a conciliación y, si es
necesario, del juicio civil conforme lo disponen los Art. 43 y siguientes. En este caso
no se inicia ningún procedimiento de oficio, porque no hay delito que investigar. Aquí
la ley especial es consecuente con la legislación penal común, que desconoce los
daños por imprudencia, no intencionales, como tipo delictivo.

Un accidente de tránsito puede dar lugar:


a) A las dos Acciones, Penal y Civil, tanto cuando el accidente ocasione directa
sólo daños personales y éstos sean causa de perjuicios materiales de la
víctima o terceros, como cuando el accidente ocasiona de manera directa e
inmediata ambas clases de daños, personales, pero la ausencia del fallecido,
indirectamente produce perjuicios económicos a los deudos, y así mismo, las
lesiones originan gastos médicos, hospitalarios y demás, para la curación y
restablecimiento de las víctimas, las que además tienen derecho a
indemnización por el tiempo que están incapacitadas; en el segundo caso, el

accidente produce homicidio o lesiones por imprudencia y daños materiales en


vehículos, edificios, o cualquier otra clase de bienes, afectando así el
patrimonio de la víctima;
b) Solamente la Acción Civil cuando ocasione únicamente daños materiales ya
sea en vehículos o cualquier clase de bienes.

Cuando nacen ambas Acciones, además de tener aplicación lo dispuesto en el Art. 6


puede tener lugar lo establecido en el Art. 7; los perjudicados, dentro del mismo
proceso penal y sin necesidades de acusar pueden ejercer la acción civil y se les
tendrá como Parte Civil.

Cuando únicamente nace Acción Civil, no hay lugar a ningún procedimiento de oficio.
Los interesados, responsables civilmente, pueden arreglar extrajudicialmente, lo
relativo a las indemnizaciones y si no existe tal arreglo, deberá promoverse
conciliación, y si ésta no soluciona los reclamos, habrá que iniciar un juicio civil.

Es importante insistir un poco en esto; en la práctica ha existido a veces cierta


confusión respecto a los casos en que a partir de la fecha del accidente, corren
treinta días dentro de los cuales el perjudicado civil debe citar a conciliación a los
responsables civilmente, el Art. 39 claramente se refiere a accidentes en que sólo
resultaren daños materiales y es el único caso en que los interesados pueden
arreglar lo que estime conveniente ya sea ante el Juez de Paz, o Notario y si es
posible tal arreglo. Art. 40 deberá el perjudicado pedir la cita a conciliación, como
acto previo al juicio civil. Por consiguiente, cuando en el accidente hay delito por
imprudencia ya sea que resulte homicidio o lesiones, aunque sean mínimas, el Juez
tiene obligación de iniciar de oficio la investigación o instrucción y todos los
perjudicados, aun los ajenos a los daños personales, no tienen necesidad de buscar
arreglos ni citar a conciliación; bastará con que en el mismo trámite penal reclamen
verbalmente o por escrito, y se les tenga por parte civil. En este caso no corre ningún
plazo de treinta días a partir de la fecha del accidente.

Consecuentemente con lo anterior, en caso de accidente con daños personales,


aunque mínimos, es improcedente en forma absoluta, el intentar cita a conciliación
para la indemnización de daños materiales, aún en el caso de que por cualquier
circunstancia no se haya iniciado el correspondiente informativo criminal.

El daño personal puede constituir delito y la Acción Penal para investigarlo es


pública, da lugar a proceder de oficio y no puede renunciarse ni tener por
renunciada.15

RESPONSABILIDAD CIVIL Y PENAL CONJUNTAMENTE

En este aspecto el Artículo 116 del Código Penal establece que toda persona
responsable penalmente de un delito o falta, lo es también civilmente, si del hecho se
derivan daños o perjuicios, ya sean éstos de carácter moral o material.

De esto podemos deducir que cuando un accidente de tránsito genera tanto daños
materiales como personales se ejerce la acción penal, ésta es pública y una vez
iniciada se entiende que lo ha sido también la acción civil. Esto lo mencionan los
Artículos115, 116 Código Penal y 42,43 Código Procesal Penal. Cuando existen
daños personales, están en forma conjunta ambas responsabilidades ya que la
persona es responsable tanto penalmente como civilmente por los daños personales
ocasionados, según el Artículo 125 del Código Penal.
PROCESO PENAL

En el proceso penal existen salidas alternas, y son aquellos procedimientos que se


establecen para buscar una salida diferente a la que normalmente ofrece el Proceso
Penal de forma general.
Como mencionamos anteriormente la conciliación se encuentra regulada dentro de
nuestro ordenamiento legal como una de las causas de extinción de la acción penal
(Art. 31 Pr. Pn.), Por supuesto, ha de entenderse además como una de las salidas
alternas de mayor utilización en el quehacer jurídico penal, desde su implementación
y aún hoy día a través de las constantes reformas que han buscado bloquear su
operatividad.

De lo anterior podemos deducir que la conciliación es un acuerdo entre sujetos que


parten, en principio de posturas discrepantes o posiciones de intereses enfrentados,
es decir un acuerdo entre imputado y víctima, previo a la finalización de los debates
en la vista pública, que conlleva a la extinción de la acción penal, si el imputado
cumple con lo que se haya comprometido, dentro del plazo pactado, entre cuyas
condiciones se comprenderá la reparación del daño a la víctima o al ofendido por el
delito.

Si el imputado incumple sin justa causa, el procedimiento continuará como si no se


hubiere conciliado de la siguiente manera:

Cuando sucede un accidente de tránsito primeramente llegan los policías de transito


para iniciar la investigación, la cual deberá tomar las providencias que señala el
Articulo 19 de la Ley de Procedimientos Especiales Sobre Accidentes de Tránsito. Si
existen daños personales se procede a detener al responsable del accidente de
tránsito.

Luego, dentro de 72 horas se realiza la audiencia inicial en el Juzgado de Paz, en la


cual pueden conciliar las partes, si esto sucede se deja libre de inmediato al
imputado, si no llegan a un acuerdo se remite el caso a los Juzgados de Tránsito.
En caso que el Juez considere que hay culpabilidad y las partes no hayan conciliado
pasa a juicio, en esta etapa del proceso también pueden llegar a un acuerdo
mediante la conciliación. Artículo 55 de la Ley Especial.

Luego se realiza la audiencia de sentencia, en la cual se puede llegar a una


conciliación antes que sea instalada.

En caso de que haya un acuerdo se extingue la acción penal y civil por los daños
personales ocasionados, pero subsiste la responsabilidad civil por los daños
materiales ocasionados.

Tal y como hemos mencionado en el desarrollo de nuestro trabajo monográfico un


accidente de tránsito puede generar responsabilidad civil y penal conjuntamente, ya
que los daños personales llevan implícita la responsabilidad penal y civil. Existen
también casos en los cuales la responsabilidad civil se ejerce en forma separada por
los daños materiales ocasionados.

RESPONSABILIDAD CIVIL

Existen también casos en los cuales un accidente de tránsito genera únicamente


daños materiales, según el Artículo 9 de la Ley de Procedimientos Especiales Sobre
Accidentes de Tránsito. En este caso solamente si la víctima lo solicita se inicia el
proceso para reclamar la indemnización por los daños y perjuicios ocasionados.

PROCESO CIVIL

Según el título iv de la Ley de Procedimientos Especiales Sobre Accidentes de


Tránsito, el juez será competente para conocer de las acciones provenientes de las
acciones derivadas de los daños y perjuicios que tenga la víctima, causados por los
accidentes de tránsito.

Los accidentes de tránsito que originan daños y perjuicios materiales, originan


el derecho de acción que tiene la víctima para ejercerlo ante el juez competente.
El imputado en esta clase de delitos resulta obligado al pago de una indemnización
según el artículo 2065 del Código Civil.

d) La víctima presenta la solicitud de conciliación en forma verbal o escrita ante


el juez competente dentro de los 30 días después de ocurrido el accidente,
según el artículo 40 de la Ley de Procedimientos Especiales Sobre
Accidentes de Tránsito, para que el juez cite a conciliación a las personas que
según el Artículo 36 de la ley en mención fueren responsables y también
cuando hubiere sobreseimiento y no se ha ejercido dicha acción.
e) Si no hubiere arreglo conciliatorio se presenta la demanda para la reclamación
de daños ante el tribunal competente dentro de los 60 días de la fecha en que
se tuvo por intentada y no lograda la conciliación, según lo establece el
artículo 57 de la Ley de Procedimientos Especiales Sobre Accidentes de
Tránsito. Cuando resulten daños personales y materiales y se dé un
sobreseimiento, si el agraviado no se hubiere mostrado parte civil por los
daños que le hubieren ocasionado puede ejercer la acción civil, según el título
iv de la Ley de Procedimientos Especiales Sobre Accidentes de Tránsito
CAPITULO V

ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL

1. Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En este capítulo investigamos en la carta de la organización de las Naciones Unidas


algo referente a nuestro tema, el cual es: “Régimen de Responsabilidad Civil y penal
por daños materiales y personales ocasionados por accidentes de Tránsito”, por la
naturaleza de nuestro tema no encontramos semejanzas pues el propósito de carta
de la ONU es mantener la paz y seguridad internacionales y tomar medidas
colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y en ninguno de sus
artículos encontramos algo referente a la responsabilidad ya sea civil o penal en que
incurre un responsable de accidente de tránsito.

2. Carta de la Organización de los Estados Americanos (OEA).


Como en el caso anterior tampoco encontramos nada referente al tema ya que la
OEA trabaja para fortalecer la paz y seguridad, consolidar la democracia, promover
los derechos humanos, apoyar el desarrollo social y económico y promover el
desarrollo sostenible de los países de América y esto no está incluido en nuestro
tema de investigación.
CAPITULO VI

RÉGIMEN JURÍDICO CONVENCIONAL

Con relación al Régimen Jurídico Convencional respecto a los Tratados bilaterales y


multilaterales referentes al “Régimen de Responsabilidad Civil y Penal ocasionados
por accidentes de Tránsito, por el carácter y naturaleza del tema no encontramos
Convenios o Tratados celebrados con otros países en forma bilateral y multilateral.
CAPITULO VII

SITUACIÓN EN EL DERECHO COMPARADO SECCION


PRIMERA

Derecho extranjero.

1) España. La ordenación civil de este país en su artículo 1 Inc. 3º establece que


en el caso de los daños en los bienes el conductor responderá frente a
terceros cuando resulte civilmente responsable. Este tiene semejanza con
nuestra ley.

2) En el Art. 54 se establece que el propietario no será responsable de los daños


causados por su vehículo cuando haya sido privado de su posesión como
consecuencia de hurto, robo, apropiación indebida una vez que se haya
demostrado suficientemente el hecho, aquí hay semejanza al igual que el caso
anterior. Artículo 37 de la Ley de Procedimientos Especiales Sobre Accidentes
de Tránsito.

3) En España, su ordenación civil establece que todo propietario de vehículo


automotor estará obligado a suscribir un contrato de seguro, en nuestro país
aunque el Reglamento General de Tránsito lo exige no se cumple.

4) En Venezuela se le exige al conductor que además de su licencia de conducir


porte un certificado médico vigente, y un certificado, psicológico vigente, así
como también el velar porque los niños menores de 10 años de edad ocupen
los asientos traseros del vehículo.
SECCIÓN SEGUNDA

LEGISLACIÓN LOCAL

1) En nuestra legislación, específicamente en la Ley de Procedimientos


Especiales Sobre Accidentes de Tránsito se regula la responsabilidad civil en
que incurre una persona por daños materiales ocasionados en un accidente
de tránsito.

2) En nuestro país al igual que en España es obligatorio portar una fianza o


aseguranza del vehículo, aunque esto no se cumple a cabalidad en nuestro
país.

3) En nuestro país no se exigen certificados psicológicos a los conductores, los


niños menores de 10 años viajan en los asientos delanteros, sin que exista un
control en este aspecto.
CAPITULO VIII

JURISPRUDENCIA DE TRIBUNALES FEDERALES

JURISPRUDENCIA INTERNACIONAL.

 Sentencia del Tribunal Constitucional sobre responsabilidad civil y seguro en


la circulación de vehículos a motor.

 Cuestiones de inconstitucionalidad acumulados números 3536/96, 47/97,


1115/1997, 2823/97, 3249/97, 3297/97, 3556/97, 5175/97 y 402/98,
promovidas por el Juzgado de Instrucción número 10 de León, Juzgado de
Instrucción num. 3 de San Sebastián, Sección Decimoséptima de la Audiencia
Provincial de Madrid, Juzgado de Instrucción num. 4 de Valladolid, Sección
Primera de Audiencia Provincial de Castellón y el Juzgado de Primera
Instancia e Instrucción al Calahorra, por supuesta inconstitucionalidad de ley
sobre responsabilidad civil y seguro en la circulación de vehículos a motor.

Las normas legales cuestionadas son contrarias al derecho a la tutela judicial


efectiva porque sin causa alguna, privan a los ciudadanos de su derecho a pretender
de los órganos jurisdiccionales el resarcimiento de daños y perjuicios, de segundo la
tutela a categoría de personas que afirman ser perjudicadas, y están en condiciones
de probar esa afirmación. Este efecto es claramente perceptible en lo que se refiere
al resarcimiento del lucro cesante.

Se debe ante todo discernir la diversa dimensión y alcance de los mencionados


preceptos constitucionales, que se invocan como quebrantados por el sistema legal
de baremación en los aspectos aquí cuestionados, lo que determina su análisis por
separado, a pesar de proceder a su examen e este bloque argumentativo.

De las cuestiones de inconstitucionales acumuladas en este proceso


constitucionales, dos se han extinguido al apreciarse la decadencia de los
presupuestos que las justifican (núm. 1115/97 y 402/98) mientras que las
subsistentes se han plateado en procedimientos judiciales de distinta naturaleza e
incluso en diversos momentos procesales.

En suma, la decisión del legislador, en el sentido de establecer un específico estatuto


legal para los daños ocasionados en el ámbito de la circulación de vehículos a motor
no puede tacharse de arbitraria y, por lo tanto, privada objetivamente de toda
justificación racional, por lo que no vulnera, considerada en su globalidad como tal
sistema, el principio de proscripción de la arbitrariedad.

Fallo.
En atención de todo lo expuesto, el tribunal constitucional, por la autoridad que le
confiere la constitución de la nación española.

Ha decidido.
Estimar parcialmente las cuestiones acumuladas de inconstitucional num. 3536/96,
49/79, 3249/97, 2823/97, 3297/97, 3556/97, 3949/97 y 5175/97, y en su virtud.

1. Declarar que son inconstitucionales y nulos, en los términos expresados en el


último fundamento jurídico de esta sentencia.
2. Desestimar, en todo lo demás, las cuestiones de inconstitucionalidad
acumuladas.

Publíquese esta sentencia en el “Boletín Oficial del estado”.


Dada en Madrid, a veintinueve de junio de dos mil.
CONCLUSIONES

Al finalizar el presente trabajo monográfico para optar al grado de Licenciatura en


Ciencias Jurídicas y haciendo las investigaciones necesarias sobre el “Régimen de
Responsabilidad Civil y Penal por daños materiales y personales ocasionados por
accidentes de tránsito, se concluye lo siguiente:

Que los accidentes de tránsito dan origen a los dos tipos de responsabilidades en
caso de que existan daños materiales y personales.

Que la indemnización de daños y perjuicios comprende no solamente a la víctima,


sino también se extienden a su familia o a terceros.

Que la responsabilidad penal en la cual incurre una persona al ocasionar un


accidente de tránsito se extingue con su muerte, en cambio la acción Civil se
transmite a sus herederos.

La responsabilidad tanto en el aspecto penal como en el aspecto civil, tiende a


garantizar el cumplimiento de una pena, de una indemnización o reparación del daño
causado.

Los juzgadores a la hora de establecer el monto de la responsabilidad civil toman en


cuenta, los perjuicios, es decir, los daños materiales que se hayan causado al
agraviado, como también los causados a los familiares o terceros, todo como
resultado de un accidente de tránsito.

En materia de tránsito los delitos son cometidos por imprudencia, negligencia,


incumplimiento de reglas, aunque puede darse a título de culpa con representación ó
dolo eventual.
RECOMENDACIONES.

En vista de la problemática existente y del notorio aumento de los accidentes de


tránsito en nuestro país, lo cual genera la responsabilidad civil y penal se recomienda
lo siguiente:

Todo conductor de vehículo automotor debe conocer el Reglamento General de


Tránsito, para no infringir la Ley y no incurrir en ningún tipo de responsabilidad civil o
penal. Así como también los peatones deben conocer las obligaciones mencionadas
en la Ley de Transporte Terrestre, Tránsito y seguridad vial.

Educar a la sociedad en materia de seguridad vial con auxilio del Ministerio de


Educación desde el nivel de educación básica a fin de crear conciencia en la
persona, y que sepan el grado de responsabilidad que pueden adquirir al ocasionar
un accidente de tránsito.

Velar para que el seguro obligatorio establecido para todos los propietarios de
vehículos se cumpla, a fin de garantizar los daños y perjuicios ocasionados a
personas víctimas de accidentes de tránsito, así como los daños materiales; Con ello
no solo obtiene ventajas las personas que han resultado dañadas, sino también el
propietario o usuario, con la certeza de que en circunstancias adversas o fatales que
todo accidente conlleva está amparado por la entidad aseguradora.

Los peatones al igual que los conductores debemos tomar todas las precauciones y
acatar las recomendaciones que se nos brinden a fin de proteger nuestra vida y la de
nuestros familiares.
BIBLIOGRAFÍA

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Revista: “Informe Mundial sobre prevención de traumatismos causados por
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CONSTITUCIÓN EXPLICADA DE EL SAVADOR

CÓDIGO PENAL Y PROCESAL PENAL VIGENTE.

LEY DE PROCEDIMIENTOS ESPECIALES SOBRE ACCIDENTES DE TRÁNSITO.

LEY DE TRANSPORTE TERRESTRE, TRÁNSITO Y SEGURIDAD VIAL.

REGLAMENTO GENERAL DE TRÁNSITO.

http://wwwlaprensa-bolivia.ne

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