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EL CICLO DE LA ENFERMEDAD
En cualquier enfermedad infecciosa, se lleva a cabo una serie de eventos sucesivos más
o menos distintos que propician el desarrollo y la prevalencia de la enfermedad y del
patógeno.
1.3. INOCULACIÓN:
Al inóculo que sobrevive al invierno o el verano y que ocasiona las infecciones originales
en la primavera o en el otoño, se le denomina inóculo primario, y a las infecciones que
produce, infecciones primarias. El inóculo que proviene de las infecciones primarias y
que ocasiona las infecciones secundarias se le denomina inóculo secundario. Por lo
general, cuanto más abundante es el inóculo primario y se encuentre más cerca de un
cultivo, mayores serán la gravedad de la enfermedad y las pérdidas que ocasionan.
El inóculo de la mayoría de los patógenos llega a las plantas hospedantes a través del
viento, el agua, los insectos, etc., y solo una pequeña cantidad de él se deposita en las
plantas susceptibles; se desperdicia una gran cantidad del inóculo debido a que se
deposita en objetos que pueden ser infectados. Algunos tipos de inocules que se
encuentran en el suelo, por ejemplo los zoosporas y los nematodos, son atraídos hasta
la planta por sustancias como azúcares y aminoácidos que se difunden hacia el exterior
de sus raíces. Por lo común, los patógenos transmitidos por ciertos vectores son llevados
hasta las plantas con gran eficiencia.
suele ser favorecida por los nutrientes que difunden de la superficie de la planta; cuanto
mayor es la cantidad de nutrientes (azúcares y aminoácidos) que exudan de la planta,
mayor es el número de esporas que germinan y mayor la rapidez con que lo hacen. En
algunos casos, la germinación de las esporas de cierto patógeno se estimula por los
exudados de las plantas susceptibles a ese patógeno particular. En otros casos, dicha
germinación puede inhibirse en mayor o menor grado por las sustancias que la planta
libera en el agua circundante, por las sustancias contenidas en las esporas,
especialmente cuando estas últimas están bastante aglomeradas y por la microflora
saprofita que existe en o cerca de la superficie plana.
Una vez que las esporas germinan, el tubo germinativo resultante debe crecer, o la
espora móvil secundaria (zoospora) debe moverse, hacia un sitio de la superficie de la
planta en el cual pueda ocurrir la penetración exitosa. El número, longitud y tasa de
crecimiento de los tubos germinativos, o el número de esporas móviles, pueden ser
afectados por las condiciones físicas, como la temperatura y la humedad, y también por
el tipo y cantidad de exudados que la planta produce en su superficie y por la microflora
saprofita.
1.9. INCUBACIÓN DE HUEVOS DE NEMATODOS
Una vez que los nematodos están bastante cerca de las raíces de la planta, son atraídos
hacia ellas por ciertos factores químicos asociados con el crecimiento de la raíz, en
particular el bióxido de carbono y algunos aminoácidos. Estas sustancias químicas
pueden difundirse y desencadenar un efecto de atracción sobre los nematodos
localizados a varios centímetros de la raíz.
Aún se desconoce la naturaleza del "evento inicial temprano" en todas las asociaciones
hospedante-parásito, pero puede ser una de muchas sustancias, estructuras o vías
bioquímicas. Estas vías, sustancias y estructuras pueden incluir moléculas inductoras
1.13. PENETRACIÓN
En los nematodos, la penetración directa se lleva a cabo mediante una serie repetida de
impulso hacia adelante y hacia atrás de sus estiletes. Esto da como resultado la
formación de una pequeña abertura en la pared celular de las células de la planta, lo cual
permite que el nematodo introduzca su estilete en la célula o bien que todo el nematodo
entre en ella (figura 2-6)
1.15. PENETRACIÓN A TRAVÉS DE HERIDAS
Todas las bacterias, la mayoría de los hongos, algunos virus y todos los viroides penetran
en las plantas a través de varios tipos de heridas (figuras 2-2 y 2-3), y los virus,
micoplasmas y bacterias fastidiosas vasculares entran a las plantas a través de heridas
producidas por sus vectores. Las heridas utilizadas por las bacterias y hongos pueden
ser viejas o recientes y pueden constituir en tejidos lacerados o destruidos. Esos
patógenos se desarrollan muy bien en esos tejidos antes de que lleguen a los tejidos
sanos.
Daños propios de la planta, como ocurre con las cicatrices foliares, las grietas de la raíz,
etc., y, por último,las heridas o lesiones ocasionadas por otros patógenos. Al parecer, las
bacterias y los hongos que penetran a través de las heridas germinan o se reproducen
en la savia contenida en las heridas recientes o en una película de agua o rocío que hay
sobre la herida. En seguida, el patógeno invade directamente a través de haustorios a
las células vegetales adyacentes, o bien secreta enzimas y toxinas que destruyen y
maceran a las células cercanas.
INFECCIÓN
La infección es el proceso mediante el cual los patógenos entran en contacto con las
células tejidos susceptibles de un hospedante y en el que se producen nutrientes
suficientes para ambos. Durante la infección, los patógenos se desarrollan y/o
reproducen dentro de los tejidos de las plantas, e invaden a éstas en forma variable. De
esta manera, la invasión del patógeno sobre los tejidos de las plantas, y el crecimiento y
reproducción [colonización] de ese patógeno en los tejidos infectados, constituyen en la
realidad dos fases concurrentes en el desarrollo de una enfermedad dentro del proceso
infectivo.
Durante la infección, algunos patógenos obtienen sus nutrientes a partir de células vivas
y con frecuencia no las destruyen, al menos durante mucho tiempo; otros destruyen a
las células y utilizan sus contenidos conforme las invaden, y otros matan a las células y
desorganizan a los tejidos que se encuentran alrededor de ellos. Durante la infección,
los patógenos liberan en el hospedero ciertas sustancias biológicamente activas (por
ejemplo, enzimas, toxinas y reguladores del crecimiento) que afectan la integridad
estructural de las células del hospedero o bien sus procesos fisiológicos. En respuesta a
los patógenos, las plantas reaccionan con una gran variedad de mecanismos de defensa
que dan como resultado diferentes grados de protección de la planta ante el patógeno.
1.16. INVASIÓN
Vasculares invaden los tejidos a desplazarse de una célula a otra. Los virus y viroides
invaden a todo tipo de célula vegetal viva mientras que los micoplasmas invaden los
tubos cribosos del floema y posiblemente también algunas células parenquimatosas del
floema adyacente, y las bacterias vasculares fastidiosas hacen lo mismo con los vasos
xilémicos o los tubos cribosos del floema.
Por lo general, los hongos y las plantas superiores parásitas se propagan desde una
zona inicial de inoculación e invaden e infectan a los tejidos al desarrollarse en el interior
de ellos. La mayoría de esos patógenos, aunque produzcan una pequeña mancha, una
amplia zona in fectada o la necrosis total de una planta, continúan creciendo y
extendiéndose de manera indefinida dentro del hospedante infectado, de tal manera que
se propaga cada vez más en los tejidos de la planta hasta que esta última muere o se
detiene el desarrollo de la infección. Sin embargo, en algunas infecciones producidas por
hongos, mientras las hifas jóvenes continúa desarrollándose en los nuevos tejidos sanos,
las hifas originales que se encontraban en las zonas infectadas mueren y desaparecen,
de tal manera que una planta infectada presenta varias zonas donde mantienen su
actividad unidades distintas de micelio. De la misma forma, los hongos que ocasionan
los marchitamientos vasculares con frecuencia invaden las plantas al producir y liberar
esporas en el interior de sus vasos y, al ser transportadas las esporas en la savia,
invaden a los vasos que se encuentran lejos del micelio y al germinar producen más
micelio que invade a otros vasos.
Los hongos se reproducen mediante esporas asexuales (que son análogas a las yemas
de una rama o a los tubérculos de una planta de papa) o sexuales (análogas a las
semillas de las plantas). Las plantas superiores parásitas se reproducen de la misma
forma que las demás plantas, sea, por medio de semillas. Las bacterias, micoplasmas y
protozoarios se reproducen por fisión que implica la división de un individuo maduro en
un par de individuos más pequeños e iguales. Los virus y viroides son replicados por las
células, de la misma forma como una fotocopiadora saca tantas copias de una sola hoja
en tanto esté funcionando y se le coloquen más hojas. Los nematodos se reproducen
mediante huevecillos.
Las hembras de los nematodos ovipositan alrededor de 300 ó 600 huevecillos, de los
cuales aproximadamente la mitad son hembras que una vez más pueden ovipositar de
300 a 600 huevecillos. Dependiendo del clima, la presencia de hospedantes y de la
duración del ciclo de vida de cada nematodo particular, los nematodos pueden tener
desde dos generaciones hasta más de una docena de ellas por año. En caso de que
sobreviviera y se reprodujera la mitad de las hembras, cada generación aumentaría hasta
100 veces más el número de nematodos del suelo; de esta forma, resulta bastante
dramático el incremento poblacional de los nematodos en una sola estación de
crecimiento o en estaciones sucesivas.
Algunos patógenos, como los nematodos, las zoosporas de los hongos y las bacterias,
se desplazan por sí mismos hasta una cierta distancia y de esta forma se trasladan de
un hospedante a otro. Las hifas de los hongos y los rizomorfos pueden desarrollarse
entre los tejidos que se mantienen unidos y, en ocasiones, a través del suelo en torno a
las raíces adyacentes. Sin embargo, ambos medios de diseminación son bastante
limitados, particularmente en el caso de las zoosporas y las bacterias.
La mayoría de las esporas de hongos y, hasta cierto grado, las semillas de las plantas
superiores parásitas son diseminadas por las corrientes de aire que las llevan como
partículas inertes hasta ciertas distancias. Las corrientes de aire desprenden las semillas
y esporas de los esporoforos y las llevan en sentido ascendente u horizontal, de manera
semejante a como son transportadas las partículas que se encuentran suspendidas en
el humo (esto ocurre mientras las semillas y esporas son expulsadas con violencia o se
desprendan durante su madurez y cuando la turbulencia y velocidad de las corrientes de
aire sean suficientes para transportarlas).
Aparte de las plagas, hongos y virus que afectan a los cultivos también tenemos que
prestar consideración los nematodos. Son vulgarmente mencionados como gusanos
pequeños, de unos 0,2 mm, y suelen ser desconocidos por muchos agricultores,
achancando algunos problemas originados por estos organismos a otro tipo de
enfermedades o plagas; aunque también los hay beneficiosos.
No todo el mundo sabe lo que ni lo que representa un nematodo en la agricultura.
Saben distinguir entre plantas y enfermedades (hongos, bacterias, virus, etc.) pero no
catalogan a los nematodos.
Se me pasa por la cabeza que es una situación normal, ya que es un tipo de ser vivo que
no se puede ver, que afecta a los cultivos de manera confusa (muchas veces se suele
confundir con otros problemas fisiológicos) y porque su tratamiento suele ser complicado.
Algunos patógenos, como los nematodos, las zoosporas de los hongos y las bacterias,
se desplazan por sí mismos hasta una cierta distancia y de esta forma se trasladan de
un hospedante a otro. Las hifas de los hongos y los rizomorfos pueden desarrollarse
entre los tejidos que se mantienen unidos y, en ocasiones, a través del suelo en torno a
las raíces adyacentes. Sin embargo, ambos medios de diseminación son bastante
limitados, particularmente en el caso de las zoosporas y las bacterias.
Los insectos, en particular los áridos y las chicharritas son, con mucho, los vectores más
importantes de los virus, mientras que las chicharritas son los principales vectores de
micoplasmas y bacterias fastidiosas vasculares. Cada uno de estos patógenos es
transmitido por vía interna por una o unas cuantas especies de insectos, cuando éstos
se alimentan o desplazan de planta en planta. Algunos insectos específicos transmiten
también a ciertos hongos y bacterias, como los que ocasionan la enfermedad del olmo
holandés y la marchitez bacteriana de las cucurbitáceas. En todas las enfermedades en
las que el patógeno es transportado interna o externamente por uno o varios vectores
específicos, la dispersión del patógeno depende en gran medida o por completo de su(s)
vector(es).
La mayoría de los animales (ya sea pequeños o grandes) que se desplazan entre las
plantas y que hacen contacto con ellas por donde pasan, diseminan algunos patógenos
como esporas de hongos, bacterias, semillas de plantas parásitas, nematodos y
probablemente también algunos virus y viroides. La mayoría se adhieren en las patas o
al cuerpo de los animales, pero algunos de ellos se encuentran en las partes bucales
contaminadas.
Por último, algunos fitopatógenos, como es el caso de las zoosporas de algunos hongos,
y ciertas plantas parásitas, transmiten virus cuando se desplazan de una planta a otra
(zoospora; o al crecer y formar un puente entre dos plantas (cúscuta).
El hombre disemina todo tipo de patógenos a distancias variables en una gran variedad
de formas. En un campo de cultivo, el hombre disemina a algunos patógenos como el
virus del mosaico del tabaco cuando manipula sucesivamente plantas sanas y enfermas.
Otros patógenos son diseminados a través de herramientas (como tijeras para podar)
contaminadas cuando son utilizadas en plantas enfermas (como en el caso de los perales
que han sido infectados por la bacteria del tizón de fuego) y después en plantas sanas.
El hombre disemina también a los patógenos cuando transporta tierra contaminada en
sus pies o equipo agrícola, al utilizar trasplantes, semillas, cepas de viveros y yemas
infectados y al hacer uso de recipientes contaminados. Por último, cabe mencionar que
el hombre disemina a los patógenos al llevar a su zona nuevas variedades que pueden
llevar patógena que en un principio no se detectaron, o al viajar a distintos países e
importar alimentos otros objetos que pueden portar fitopatógenos nocivos.
Esto supone un problema para el agricultor, pues no puede predecir o evitar el ataque
hasta que ya nota un problema en el cultivo (casi como en el picudo rojo de las palmeras).
El nematodo al alimentarse del tejido vegetal produce daños mecánicos que en contados
casos son de importancia. Sin embargo la secreción de sustancias inyectadas al vegetal
contenidas en la saliva, son la principal causa de daño debido a las reacciones que
desencadenan en la célula.
Esta secreción de enzimas produce en algunos casos una lesión necrótica al matar el
tejido que lo rodea, esta mancha es pequeña, en otras ocaciones puede detener el
crecimiento al evitar la división celular. La reacción de los tejidos vecinos al lugar de
donde se alimenta puede producir, en algunos casos un alargamiento excesivo de
células (hipertrofia), en otros casos una proliferación de células (hiperplasia),
produciendo síntomas tales como agallas, nódulos, vesículas, deformaciones,
retorcimientos, excesiva ramificación de raíces, desarrollo anormal de verticilos florales.
Manchas
¿CÓMO SE COMBATEN LOS NEMATODOS?
De hecho, hay muchos productos que se engloban como nematoestáticos. Son aquellos
que permiten el desarrollo del cultivo teniendo en cuenta que siempre estará afectado
por estos organismos.
En el mercado de productos para tratar estos animales diminutos, los podemos distribuir
entre aquellos de tipo ecológico y los de tipo integral.
Hay algunas materias activas que funcionan como nematicidas, aunque muchas de ellas
sólo son aplicables cuando la tierra se encuentra desnuda. Es decir, para desinfectar el
suelo (como la solarización, un sistema natural de desinfección al alcance de todos).
Algunas esporas de hongos son utilizadas como tratamiento ecológico para el control de
esta plaga.
Es el caso de Paecilomyces lilacinus, que actúa sobre ellos en todos los estados
fisiológicos.
El hipoclorito sódico (la lejía de toda la vida) también se utiliza como desinfectante de
suelos, incluso cuando hay plantas cultivadas.
Únicamente hay que llevar especial atención con las cantidades recomendadas (dosis
de 1L/1000 m2), pues las aplicaciones por goteo pueden generar fitotoxicidades.
Huéspedes: tabaco
Huéspedes: chufa.
Huéspedes: lúpulo.
Sintomatología: las plantas muestran una disminución del vigor y, en general, resultan
más susceptibles a cualquier tipo de estrés.
Huéspedes: olivo.
Sintomatología: la infestación estimula el crecimiento de las raíces secundarias. El
sistema radicular adquiere un aspecto enmarañado con gran cantidad de nudos donde
habitan las hembras.
Huéspedes: parasitan gran número de plantas, entre las que destacan cereales y
hortícolas.
Huéspedes: olivo.
Huéspedes: gran número de plantas huéspedes, entre las que se incluyen gran parte de
las plantas cultivadas.
Sintomatología: las partes aéreas de las plantas infestadas presentan áreas cloróticas y
estructuras foliares mal desarrolladas. Las raíces secundarias de las plantas tienen
nódulos característicos por presencia de nematodos, donde habitan las hembras.
Huéspedes: gran número de plantas afectadas, entre las que se incluyen la mayoría de
plantas cultivadas.
Huéspedes: gran número de plantas, entre las que se incluyen la mayoría de cultivos.
Huéspedes: gran número de plantas afectadas, entre las que destacan cereales y
hortícolas.
Sintomatología: causan lesiones en las raíces, de las que son endoparásitos. Las raíces
adquieren un característico color marrón oscuro por la necrosis de las células afectadas.
Huéspedes: frutales.
Sintomatología: causan lesiones en las raíces, de las que son endoparásitos. Las raíces
afectadas adquieren un color marrón oscuro causado por la necrosis. En el campo los
ataques se manifiestan asociados a problemas de decaimiento de la plantación y a
problemas de replantación.
Huéspedes: gran número de plantas, entre las que destacan hortícolas y frutales.
Sintomatología: conducen a la detención del sistema radicular de la planta y el desarrollo
de la parte radicular.
Con respecto a métodos de control, tienen como objetivo principal reducir o mantener las
densidades de población de nematodos en niveles bajos que no causen pérdidas
económicas.
1-Control Físico.
- Vapor: Es una tecnología muy cara, por lo que es usualmente aplicada a pequeñas
áreas como invernaderos. Su uso para el manejo de nematodos en Argentina y Ecuador.
(Salle y col.y Urbano)
2- Control Cultural
En los casos de siembras consecutivas con plantas huésped, dos o tres años, en la
misma zona donde hay incidencia de nematodos de las agallas-, puede haber una
explosión en los niveles de población de estos organismos, invalidando así la zona de
los cultivos subsiguientes.
Por lo tanto, en las zonas infestadas con M. incognita sugiere la rotación con maní
(Arachis sp.), Brachiaria (Brachiaria spp.), (Crotalaria spectabilis) y el ricino (Ricinus
communis L.).
- Barbecho: Consiste en dejar el suelo sin cultivar por un cierto período, principalmente
durante los meses de primavera y verano, removiéndolo en forma periódica.
- Cultivos trampa: Es una técnica muy útil para eliminar una parte de la población de
nematodos endoparásitos sedentarios tales como Meloidogyne spp. Consiste en
sembrar un hospedante susceptible, dejarlo crecer por un período de tiempo y eliminarlo
antes de la formación de las masas de huevos, es importante eliminar y destruir todas
las raíces antes de la siembra del siguiente cultivo.
- Cultivos de cobertura: Siembra de un cultivo no comercial, que a un nivel dado de
madurez se incorpora al suelo como residuos verdes secos
Algunas variedades de soja resistentes a los nematodos del quiste en soja (NCS) han
sido desarrolladas por la Embrapa y otras instituciones de investigación en Brasil y están
disponibles para el productor, como cultivares BRS262 y BRS295RR resistentes a las
razas 1 y 3 (EMBRAPA, 2008). Estos cultivares se han desarrollado utilizando
herramientas biotecnológicas, junto con el Programa de Mejoramiento de Soja.
Foto A, síntomas da infestación de NCS en lotes de soja, Foto B, nematodos Foto C
huevos con alta resistencia a la desecación y deterioro. Fuente: Iowa State University,
2007
3- CONTROL QUÍMICO
4-CONTROL BIOLÓGICO
Entre los principales grupos microbianos con potencialidades como agentes de control
biológico de nematodos formadores de agallas se encuentran las bacterias y los hongos.
Las raíces de maiz, soja, algodón y hortalizas son fuente atractiva de nutrientes para los
nematodos. Existen productos para tratamiento de semillas que contienen la bacteria
Bacillus firmus porque crea una barrera viva de protección de la raíz joven y limita la
capacidad que el nematodo la alcance y le cause daños. Además las plantas crecen
mejor durante toda la temporada de crecimiento y en general son más resistentes a los
factores que causan stress como calor o sequía.