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Contextualización del desplazamiento forzado en Colombia.

Colombia, al ser un país inmerso en el conflicto y la violencia convive con

el fenómeno de desplazamiento, siendo uno de los principales problemas de orden

social que ha afectado a la población colombiana, como un escenario generador

de desigualdad social, convirtiéndose así, en uno de los principales países que

enfrenta una de las mayores crisis humanitarias con 7,2 millones de personas

desplazadas, según el Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC) y la Red

de Solidaridad Social (RSS). (Tamayo et al, 2016; Ramos, holgado, Maya, 2014;

Amar, Abelló, Madariaga, Ávila, 2010; Dominguez y Godin, 2007.)

El desplazamiento forzado se refiere a la situación de las personas que

huyen de sus hogares durante conflictos internos, donde sus derechos son, o

están en riesgo de ser vulnerados; en los conflictos internos, como en el caso de

Colombia, las estrategias militares de los grupos subversivos tienen como objetivo

aumentar su poder, con el fin de menoscabar el del estado, y una de las formas

más eficaces de lograrlo como lo describen Ibáñez y Velásquez (2008) es la de

atacar a la población civil indiscriminadamente, causando un despoblamiento

territorial, desarticulando las redes sociales de apoyo por medio de la intimidación

y las amenazas.

Según la comisión de seguimiento a la política pública sobre

desplazamiento forzado retomada por Prada, Cardona y Ramírez (2009) las

personas en condición de desplazamiento son el grupo o colectivo social más

vulnerable en Colombia, ya que han sido despojados de más de 5,5 millones de


hectáreas, sus niveles de pobreza han pasado drásticamente y en un exiguo

periodo de tiempo del 50% antes del desplazamiento al 97% posterior a éste; su

índice de indigencia se ha incrementado del 23% hasta el 80%, hasta el punto

que sólo el 5% habita una vivienda digna y sólo el 13% cuenta con ingresos

superiores al salario mínimo legal.

Efectos del desplazamiento forzado.

Al generarse la pérdida de los bienes materiales, y tener que experimentar

directamente situaciones de desempleo, marginación, deterioro en las condiciones

de salud y la desvinculación social, el desplazamiento forzado trae consigo

perjuicios a nivel material y psicológico al violarse derechos fundamentales como

el de la vida, salud y libertad, en donde las condiciones de vida se tornan precarias

con niveles de pobreza mayores al promedio, incluso, mayores que las

condiciones de pobreza que afrontan los ciudadanos en condición de habitabilidad

en la calle.

Impacto del desplazamiento forzado en la calidad de vida de las personas.

Ante una situación de desplazamiento forzado, se hace latente el deterioro

de la calidad de vida de las víctimas por los altos niveles de inseguridad a los que

se ven expuestos, sumado a las pérdidas materiales y la incuestionable exclusión

social que padecen allá por donde se desplacen, generando cambios tan abruptos

como traumáticos en sus estilos de vida, los cuales se hacen manifiestos en las

consecuencias psicológicas de las personas desplazadas, en donde


principalmente se ven afectados niños, jóvenes, mujeres y ancianos. (Vaca,

Rodríguez, 2009).

La alta morbilidad en salud mental entre las víctimas del conflicto armado y en

situación de desplazamiento, puede explicarse por las innumerables dificultades

que son propias de la situación de desplazamiento, especialmente porque son

personas con un complejo estigma de discriminación, el cual, intencional o no,

menoscaba aún más su salud mental y sensación de bienestar. (Campo y Erazo,

2014) En la literatura se puede constatar que es fundamental que las victimas

cuenten con una red social de apoyo estable, ya que ésta puede contribuir en la

mejora de las condiciones de vida de los desplazados, produciendo una

percepción de apoyo que repercute positivamente sobre la calidad de vida y la

salud mental de las personas con ése escenario de vida al romper con la

percepción de abandono e indefensión. (Amar, Abello, Madariaga, Ávila 2010;

Ávila, 2009; Palacios, Madariaga, 2006.)

Calidad de vida y sus efectos.

Considerando estas variables mencionadas, la calidad de vida se relaciona con

la frecuencia y forma en que las victimas logran estructurar sus redes sociales de

apoyo, en donde su desarrollo esencial requiere de la interacción de factores

como el bienestar subjetivo, la posibilidad de ser independiente, el nivel de

participación familiar y comunitaria y las relaciones intergeneracionales. (Amar,

Abello, Madariaga, Ávila 2010; Ávila, 2009; Palacios, Madariaga, 2006.) Mediante
diferentes mecanismos psicosociales como el proporcionar apoyo emocional,

instrumental y de facilitación de información en un proceso de acompañamiento, la

red social de apoyo se relaciona indefectiblemente con la salud y la calidad de

vida, visto que se constituye como una influencia positiva entre los actores de la

red, contribuyendo a lograr un nivel de bienestar y satisfacción percibidos ante las

condiciones precarias de vida. (Amar, Abello, Madariaga, Ávila 2010; Ávila, 2009;

Palacios, Madariaga, 2006.)

Investigaciones: desplazamiento y calidad de vida

Los estudios llevados a cabo con la población en situación de

desplazamiento forzado no han profundizado en el impacto que trae esta situación

en la calidad de vida de las personas, no solo en cuanto a perdidas monetarias y

materiales que son evidentes, sino también en las afectaciones que se dan a nivel

psicológico, como los problemas a nivel emocional que pueden desencadenarse

después de una experiencia traumática de tal índole, la cual es considerada con

una interferencia en las actividades de vida cotidiana de las víctimas; en definitiva

no hay estudios que abarquen de forma integral la problemática incluyendo

análisis cuantitativos y cualitativos (Muños y Pachón 2011; Amar, Abello,

Madariaga, Ávila 2010; Ávila, 2009; Madariaga, 2006.)

Las circunstancias que se generan tras ser desplazado por la violencia trae

repercusiones directas en la calidad de vida de las víctimas, definida por la OMS

(2005) como la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en

el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con
sus objetivos, expectativas y normas. Es un concepto que está influido por

la salud física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de independencia, se

relaciona con el bienestar social, relación con el entorno y depende de la

satisfacción de las necesidades humanas y de los derechos. (Tuesa, 2005)

Necesidad de investigaciones sobre el tema.

A pesar que la prevalencia de síntomas, casos y trastornos mentales en la

población víctima del conflicto armado en Colombia es alta, Campo, Oviedo y

Herazo (2014) concluyen que es supremamente escaso el conocimiento sobre

estas situaciones, por lo cual es indispensable contar con estudios

epidemiológicos que muestren la prevalencia de trastornos mentales relacionados

directa o indirectamente con la violencia sociopolítica y el fenómeno de

desplazamiento forzado interno, haciendo énfasis en la identificación de las

necesidades sentidas de la población, y probar la efectividad de las intervenciones

psicosociales reparativas, con el fin de iniciar un proceso activo de desarrollo

social inclusivo con el fin de reducir la dimensión del estigma de discriminación y

garantizar, en la medida de lo posible, su derecho a la salud mental.

En Colombia el conflicto armado interno es problema de salud pública, dado que

genera distintas formas de violencia son estresores que menoscaban la salud

mental de la población colombiana Campo, Oviedo y Herazo (2014), por lo cual

desde esta perspectiva se hace evidente la importancia de medir la calidad de vida

en población víctima de desplazamiento forzado, ya que permite destacar el

estado funcional donde se refleje su salud física, mental y social, además de


profundizar en las condiciones y consecuencias que trae esta problemática a las

esferas de vida de los colombianos.

Otro aspecto de interés es ofrecer una medición de una variable de expresión tipo

subjetivo y poder obtener un valor cuantitativo que represente el estado de salud.

(Tuesca, 2005). Determinando así, las pérdidas de bienestar de la población

desplazada y de esta manera contribuir al diseño de políticas públicas

coherentes con la magnitud de este fenómeno, teniendo en cuenta que los

programas intervención y evaluación implementados hasta el momentos no han

sido suficientes para aliviar significativamente las condiciones de la población

desplazada. (Amar, Abello, Madariaga, Ávila 2010)

Referencias

Ibañez, A, M y Velásquez, A. (2008). El impacto del desplazamiento forzoso

en Colombia: condiciones socioeconómicas de la población desplazada,

vinculación a los mercados laborales y políticas públicas. Recuperado de:

https://www.cepal.org/publicaciones/xml/2/35022/sps145-Desplazamiento-

Colombia.pdf

Prada, G, C; Cardona, I. y Ramírez, A, C. (2009). El reto ante la tragedia

humanitaria del desplazamiento forzado: aplicar políticas públicas idóneas y

eficientes. Recuperado de:

http://www.codhes.org/~codhes/images/Vol_4_Pol%C3%ADtica_p%C3%BAblica.p

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