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13. ANTONINO CARACALLA (Elio Esparciano) De los dos hijos que dejé Septimio Severo —de los que al uno el ejército le confirié el nombre de Antonino, al otro se lo confirié su padre—, Geta fue declarado enemigo piblico, mientras que Ba- siano, como es sabido, alcanz6 el poder imperial. Sobre los antecedentes de éste, pensamos que es ingtil repetir ningain detalle, porque ya los hemos anticipado todos suficientemente en [a vida de Se- vero. Pues bien, su infancia fue lisonjera, ingenio- sa, amorosa para sus padres, complaciente para los amigos de sus padres, bienquista para el pueblo, grata para el secado y apta para granjearse el amor, No se mostré perezoso en sus estudios, ni apatico en hacer el bien, ni tacaio en las liberalidades, ni remiso en la clemencia, al menos en vida de sus pa- dres. En fin, si alguna vez veia a los condenados ex- puestos as fieras,llorabao apataba los ojos, pro- ceder que resultaba al pueblo muy agradable. Siendo un nifio de siete afios, cuando se entero de que un compatiero suyo de juegos habia sido az tado con gran crueldad porque practicaba la reli gién judia, se opuso durante mucho tiempo a ver a su padre y al padre del nifio, pues les consideraba causantes de los azotes. Con su mediacién logré de- volver sus antiguos derechos a los habitantes de Antioquia y de Bizancio, contra los que Severo se habia irritado por haber ayudado a Nigro. Cobré aversion a Plauciano a causa de su crueldad. Rega- ANTONINO CARACALLA 287 1s por propia iniciativa a sus clientes ' o a sus maes- tros lo que habia recibido de sus padres con oca- sion de fas fiestas Sigilaias* 2 Pero estas cosas las realizé cuando era atin nifo. Ahora bien, después que rebasé la nifiez, bien por las advertencias de su padre, bien por la astucia de su carécter, bien porque consideraba que debia equipararse a Alejandro el Grande de Macedonia, se volvi6 mas reservado, mas severo e incluso de as- pecto mas atroz, hasta el punto de que muchos no creian_que era el mismo que habian conocido de nifio. Tenia siempre en sus labios a Alejandro Mag. no y las hazafas que éste habia realizado. En las reuniones elogiaba a menudo a Tiberio y a Sila. Fue mas orgulloso que su padre y desprecio a su her- mano por su gran modestia. Después de la muerte de su padre, se dirigié al campamento de los pretorianos y se quejé ante los soldados de que se vela envuelto en las asechanzas que le tendia su hermano y, en consecuencia, hizo que le asesinaran en Palacio y dio la orden de que juemaran inmediatamente su cadaver. Ademés, jo en el campamento que su hermano habia in- tentado envenenarle y que se habia comportado irreverentemente con’ su madre; y dio las. gracias publicamente a los asesinos. En fin, les dio ademas tna paga adicional, como si le hubieran mostrado tuna lidelidad excepcional. Una parte de los solda- dos que acampaban junto a Alba recibieron con gran indignacion la noticia de la muerte de Geta, manifestando todos ellos que habian jurado guar- dar fidelidad a los dos hijos de Severo y que, por tanto, debian observarla con los dos y, tras haber cerrado las puertas, no se le permitié entrar al em- perador hasta que después de un buen espacio de CE. Antonino, n, 49. 2 CE Adnano, 1. 70. 288 ELIO ESPARCIANO tiempo se calmaron los énimos, no sdlo porque él expuso publicamente sus quejas y acusaciones con- tra Geta, sino también porque los propios solda- dos se apaciguaron, como suele ser habitual, por la magnitud de la soldada que les ofreci6; y, a conti- nuacién, regreso a Roma. Entonces entro en el se- 9 nado con una coraza ° bajo su atuendo senatorial * escoltado por soldados armados. Colocé a éstos en medio entre los escafios en doble fila y, una vez dis- tribuidos asi, pronuncié un discurso. Se quejé de 10 las celadas de su hermano de una manera confusa y desordenada, con el fin de acusarle a él y de jus- tificarse a si mismo. Pero el senado no escuché con 11 gusto sus palabras, puesto que afirmé que él habia permitido todo a su hermano y le habia librado de otras insidias y que, no obstante, aquél habia ur- dido gravisimas asechanzas contra él y no habia correspondido a su amor fraternal. Después de esto, concedis la repatriacién a aqué- Ilos que habian sido relegados y desterrados. Des- de alli se dirigid a vistar a los pretorlanos ¥ per- noct6 en los cuarteles. Al dia siguiente subié al Ca-_ 2 itolio, dirigié afablemente la palabra a aquéllos a los que se disponia a asesinar y volvié de nuevo a Palacio, apoyandose sobre Papiniano y Cil6n. Al ver llorar a la madre de Geta y a otras mujeres 3 después de la muerte de su hermano, intent6 darles muerte, pero se abstuvo deel porno aumentar I reputacion de crueldad que le habia acarreado su fratricidio. Obligé a Leto a suicidarse, envidndole 4 a mismo el veneno: en efecto, aquél habia sido el primero que le habia aconsejado que asesinara a TT. ANTONINO CARACALLA. 289 el propio Basiano lloré en muchisimas ocasiones su muerte. Hizo perecer a muchos que habian sido cémplices de su asesinato e incluso a uno que ha- bia honrado la imagen de su hermano. Después de esto, ordené dar muerte a su primo hermano pa- terno Afro, al que habia enviado el dia anterior una porcidn de los manjares de su mesa. Este, aunque se habja precipitado por miedo a los sicarios ° des- de una altura y se habia acogido junto a su esposa tras haberse roto una pierna, no obstante, fue cap- turado entre mofas por aquéllos y asesinado al pun- to. Hizo perecer también a Pompeyano, nieto de Marco Aurelio, hijo de su hija y de Pompeyano, con quien se habia casado Lucila, después de la muerte del emperador Vero, y a quien habia nom- brado cénsul por segunda vez y habia confiado el mando de todas las guerras, que en aquellos mo- mentos eran de extrema gravedad, Sin embargo, le hizo morir de tal forma que pareciera que habia sido asesinado por unos ladrones. 4 Poco después Papiniano fue golpeado con un ha- cha en presencia del mismo principe por unos sol- dados y luego fue asesinado. Y, tras la ejecucion, dijo al asesino: «Debias haber cumplido mi orden dandole muerte con la espada>. Fue ejecutado tam- bién Patruino ® ante el templo del divino Pio y los cadaveres de ambos fueron arrastrados por la plaza sin el miramiento debido a su condicion humana. Igualmente hizo perecer al hijo de Papiniano, que tres dias antes habia ofrecido como cuestor un mag- Geta, pero también fue el primero que perecid. Y 5 5 Sicario en general era el que se servia de la sica, especie de cuchillo © daga muy puntiaguda y con limina doblada en forma de diente de jabali. Era el arma nacional de los tracios y la empleaban también los gladiadores que tomaban su nombre de los tracios (traci). Los roma- tos Ia consideraban como arma de ladrones y asesinos, de ahi el senti- do despectivo del término sicario. ® Valerio Patruino, al parecer, coprefecto de la guardia pretoriana y colega de Papiniano y Leto > La coraza (lériea) era un corselete de cuero, metal o bandas meté- licas entrelazadas que cubria la espalda, el pecho, el vientre y los cos- tados hasta la cintura. La tiinica laticlavia provista del latus Glawus. 290 ELIO ESPARCIANO nifico espectaculo gladiatorio. Por aquellos mismos dias fue asesinada una cantidad innumerable de ciu- dadanos que se habian puesto de parte de su her- mano. Dio muerte incluso a los libertos ” que ha- bian ejercido cargos administrativos al servicio de Geta. Después se multiplicaron los asesinatos por todas las partes, Estos se llevaron a cabo también en los baios publicos, e incluso algunos perecieron cuando estaban a la mesa, entre ellos, Saménico Se- vero 8, del que se conservan atin muchos libros eru- ditos, ‘También estuvo 2 punto de perecer Cildn, que era prefecto y consul por segunda vez, porque habia aconsejado a los dos hermanos que Hegaran aun acuerdo. En efecto, un dia que unos soldados de la cohorte urbana ? arrastraban al propio Cilén, despojado ya de su atuendo de senador y con los pier desnudos, Antonino reprimi6 el tumulto, Des- pués cometié otras muchas matanzas en la Ciudad ademas de éstas, pues aqui y alla fueron apresados y asesinados por soldados distintos ciudadanos, ha- ciendo como que reprimia una conjura. Asesiné a Helvidio Pértinax cénsul designado ', solamente porque era hijo de un emperador. Y no ces6 hasta que acabé con aquélos que habian sido amigos de su hermano, aprovechando distintas oportunidades para ello, Lanz6 arrogantes invectivas muchas ve- ces contra él y, otras muchas, contra el senado en los edictos que publicaba o en los discursos que 3 10 ? Esclavos manumitidos que durante el imperio adquirieron gran prestigio y poder. Entre ellos se reclutaban médicos, arquitectos, mi- Sicos, etc. ¥ desempefaron importantes funciones en la administracion imperial PeSaménico Sereno fue autor le varios libros de caracter anticuario, * Los llamados urbaniactani, soldados de las cuatro cohortes urbanas creadas por Augusto y puestas bajo las Grdenes del pracfectus urbis para por ln guarda de Roma, reemplazaban a los cénsules normales (ordinarit). Gino de los dos cénsuies (suffecti: «designados o suplentes») que ANTONINO CARACALLA 291 pronunciaba, mostrando que también él iba a ser un Sila". 5 Después de consumar estas matanzas, se dirigi6 ala Galia, y, nada més llegar alli, dio muerte al pro- ténsul de 1a Narbonenseleritados despucs todos Jos que administraban esta provincia, consiguié que le odiaran como un tirano, aunque en alguna oca- sidn se fingia bondadoso, a pesar de que era cruel por naturaleza. Y, después de que cometié milti- ples atropellos contra los ciudadanos y contra los derechos que tenian las ciudades, sufrié un grave peligro, al verse atacado por una enfermedad. Fue extraordinariamente cruel con aquéllos que le cui- daban. Después, cuando preparaba una expedicion a Oriente, renuncié a emprender el camino y se queds en Dacia, Mato a muchos barbaros en los al- rededores de Recia y arengé y gratificd a sus sol- dados como si fueran soldados de Sila. Por cierto, prohibié que le impusieran nombres de dioses, a esar de que Cémodo lo habia permitido, cuando le dieron el nombre de Hércules por haber matado un le6n y otras fieras. Y, cuando sometié a los ger- manos, se dio el titulo de Germano ¥, afirmando en serio o en bromas, como era tonto y sin senti- do, que deberia haber recibido el titulo de Lucdni- co si hubiera vencido a los lucanos '. Fueron con- denados por entonces quienes se habian orinado en lugares en que se hallaban emplazadas estatuas 0 bustos del principe, y aquéllos que habjan quitado 1 Para esta expresin o similares, ef. Clodio Albino, 13,2. 2 Aceptamos la lectura Germanum: PS, frente a Germanicum: uul- £0, pues posiblemente Elio Esparciano quiere reflejar el retruécano que supone la utilizacién del término germanus, susceptible de doble signi- ficado «hermano» y «germanos, El sobrenombre que asumio fue el de Germanicus Maximus. 8 Otro juego de palabras, pues Lucanicus puede significar esalchi- has 0 «Lucinicon, es decir, habtante dea eefionllameda Lucania en la parte meridional de Italia.

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