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ADMINISTRACIÓN MUNICIPAL.
Stephany Narváez
Diego Andrés Gómez Martino
Juan Guillermo Díaz
Julián Echeverry
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA
MEDELLIN
2015
1
1 Introducción
2
2 Raíces de la élite de Medellín. Poblamiento y desarrollo económico del
Valle de Aburrá
Establecida como ciudad hacia la última parte del siglo XVII (1675), Medellín 1 es fruto de
la pérdida de importancia estratégica de Santa Fe de Antioquia como capital colonial,
debido, sobre todo, a factores económico-sociales relacionados con la decadencia de las
minas de oro que tenían su asiento en Buriticá, Zaragoza y Cáceres2, que eran
regentadas desde la capital colonial, España. Este deterioro se produjo como
consecuencia de las dificultades que derivaban del sostenimiento de la estructura de
producción esclavista, haciendo más rentable, por ejemplo, la extracción independiente o
mazamorreo (Botero, 1996).
Rápidamente la villa toma una importancia capital no solo en la región sino a nivel
nacional, transformándose para mediados del Siglo XVIII, en punto neurálgico del
comercio de oro y manufacturas, con una ligazón muy fuerte todavía para este periodo
con lo agrícola y lo ganadero. Esta acumulación de capital cultural y económico haría de
la ciudad un importante nodo de intermediación financiera y de fijación de precios en
época de bonanza cafetera, siendo relevante las operaciones mercantiles de mediación
entre el productor de café y las grandes casas importadoras, entre otras actividades
bancarias e industriales que tomaron revuelo y fortalecieron la estructura productiva local
(Hylton, El cambio radical de Medellín, 2007).
De ahí en adelante el crecimiento de Medellín fue vertiginoso: ya para el año 1786, por
ejemplo, la ciudad contaba con 45 manzanas y 241 casas y a principios del siglo XIX
(1808) el valle con sus poblaciones dispersas registraba una población cercana a los
30.982 Habitantes3. Igualmente, para finales de ese siglo el comercio se vio
indudablemente beneficiado por la construcción y puesta en marcha del ferrocarril de
Antioquia, que fungió como dinamizador importante de la economía nacional y local.
Esta transformación paulatina de pueblo grande a ciudad, dada en la villa, que a partir de
mediados del siglo XIX (1826) se convertiría en capital regional4, impulsó la idea de una
modernización constante tanto en lo material, como en lo espiritual.
1 Fundada en el (...) ángulo que formaban el río Aburrá (Medellín) y el riachuelo de Ana (quebrada
santa Helena)” (…) Las primeras Actividades económicas que se tuvieron en el valle de Aburrá
fueron: la ganadería, la minería y el cultivo de caña. (Centro de estudios de Opinión, 2001 ).
2 Esta migración poblacional significó para la naciente ciudad el empeño por parte de Santa Fe en
imposibilitar la erección como Villa de Medellín y para retardar, quizás, con esto su ocaso como
centro de importancia económico-política.
3 Sobre ese acelerado crecimiento, señala Forrest Hylton que la ideología sobre la que este se
cimentó tenía una profunda conexión con una ética trabajo que rayaba en lo patriotero: “Esos
paisas –el nombre que se dan a sí mismos los agricultores de Antioquia– estaban unidos por una
tenaz ideología regional chovinista: conservadurismo católico, trabajo duro, piel clara, identificación
frente a los «perezosos» e indisciplinados indígenas y afrocolombianos del Sur” ( 2007, pág. 68).
4 En 1826 Medellín se convierte en capital de Antioquia, lo que refuerza el atractivo de esta para
forasteros y extranjeros que veían en esta un centro para el empleo o el estudio “esta se había
3
En lo material, según Correa, para el periodo comprendido entre 1912 y 1917, la localidad
ya contaba con una infraestructura industrial clara, conformada por fábricas de diversa
índole, resaltan entre estás las dedicadas a la producción textil y de alimentos y un
conjunto de factorías dedicadas a la industria liviana (producción de molinos y trapiches,
así como también ferrerías que producían 4.000 toneladas de hierro al año) (pág. 12:
2003)5.
Es sobre este panorama de evolución de las fuerzas productivas que, a finales del siglo
XIX, surge de entre algunos miembros de la élite política, comercial e intelectual la idea de
la creación de una “sociedad” que direccionara y planificara el crecimiento urbano que se
percibía como desordenado e ineficiente. La creación de esta, estuvo inspirada por la
impresión positiva que generó en Carlos E. Restrepo el modelo de la sociedad de
embellecimiento de Bogotá. (Botero Herrera, 1996).
M. Olson (1992) en el estudio del accionar de las asociaciones, recalca que éstas no
surgen de manera espontánea como la teoría tradicional de grupos propone. A medida
que las sociedades se desarrollan, ocurren diferenciaciones estructurales en la que
muchas de las funciones que cumplían agrupaciones como la familia, por ejemplo, pasan
a ser desempeñadas por nuevas asociaciones. Las asociaciones en las sociedades
modernas se agrupan bajo la racionalidad del comportamiento de los actores que la
conforman, lo que significa que solo se agruparían si este hecho les satisface una
demanda, favorece un interés, atiende una necesidad o les proporciona un bien colectivo
exclusivo. Según Olson, esto último es precisamente el incentivo para la formación y
conservación de las asociaciones.
convertido en el principal centro económica de la región”. Debido a esto los niveles en la tasa anual
fueron superiores a 1.5% hasta 1864, y de 3.9 para el año de 1870, como consecuencia de esto se
puede decir que en los 20 años posteriores a 1850 se duplico la población (Centro de estudios de
Opinión, 2001).
5 Aunado a este proceso de crecimiento económico propulsado por la prosperidad del país,
Medellín define durante el siglo XIX la materialización de obras tales como la catedral o el parque
de bolívar evidencian que evidencian el avance de la concepción modernizadora de la clase
dirigente de la ciudad.
4
(…) Consideraban que el estado debía actuar como gerente y de manera
técnica, estar controlado por ellos y, por contra, servir para beneficiar a sus
propios intereses, es decir corresponder a la racionalidad que la economía
y los intereses privados requerían (…) (Botero Herrera, 1996, pág. 32).
La SMP nace, entonces, precisamente por un interés en común de sus asociados, por lo
demás, miembros de la élite económica de Medellín. Agrupados en la Sociedad, actúan,
bajo una racionalidad económica que responde a unos intereses relacionados con el
hecho mismo de pertenecer a la élite profesional y económica medellinense, y con la
intención de desempeñar una función política y social que propendiera por el progreso de
la ciudad.
El elitismo de la SMP se evidencia en que muchas de sus acciones como la regulación del
tránsito de mulas en la ciudad (para favorecer a miembros de la sociedad tenedores de
carros de tracción animal) y la pavimentación de vías (en una ciudad donde los dueños de
carros eran una minoría muy reducida) eran a todas luces estrategias para favorecer a
sus miembros e indirectamente a la clase dirigente.
El estatuto constitucional de la Sociedad de Mejoras Públicas del año 1952, declara que la
misión de la Sociedad es “servir al progreso (…) de acuerdo con la naturaleza del civismo
(…) para mantener el equilibrio social de la humanidad”7. En pro del cumplimiento de esta
misión manifiesta, pero sobre todo obedeciendo a sus intereses comunes como élite
política, industrial y comercial, algunas veces coincidentes con el beneficio general, pero
en la mayoría de ocasiones alineados con los logros del capital privado, la SMP actuó
tambien como grupo político de presión para la consecución de sus planes. Es por el
conjunto de acciones y estrategias que ejerce la SMP sobre la administración municipal,
6 Ricardo Olano insigne presidente de la sociedad de mejoras públicas durante su época de oro e
importante urbanizador (construyó p.e el famoso Barrio prado) de la época lo expresaba en estos
términos: “el concejo debe ser compuesto de ingenieros, médicos, hombres de negocios,
abogados, arquitectos, industriales. No se ve qué papel puede hacer un político en un concejo
municipal” (Olano, 1930, pág. 70).
7 Sociedad de Mejoras Públicas, Estatuto Constitucional de la Sociedad de Mejoras Públicas,
5
emprendidas para adelantar ciertas obras públicas en beneficio de la ciudad y de los
empresarios privados, ligados al negocio de las urbanizaciones y la especulación con
finca raíz (Botero, 1996), que consideramos en este trabajo a la SMP como grupo de
presión.
Según Duverger (1968), los grupos de presión son organizaciones que actúan sobre el
poder, pero permaneciendo fuera de él. Es decir, son grupos no dedicados
exclusivamente a la actividad política pero que presionan sobre el poder para la obtención
de ciertos objetivos de grupo. La SMP no fue creada exclusivamente para presionar sobre
las políticas de la ciudad, posee otras razones de existencia y otros medios de acción,
como se ha explicado, y la presión política no es más que una parte de su actividad, que
llega a utilizar en ciertos momentos.
Precisamente, en términos teóricos, es difícil ver una línea divisoria entre lo público y lo
privado. Según Geuss “no existe algo así como la distinción público/privado o, en todo
caso es un grave error pensar que existe una distinción real sustantiva que pueda servir
8 Siendo que durante la primera mitad del siglo XIX (Primeros años de la Republica) el concejo de
la ciudad era el encargado de dotar de infraestructura de servicios a la población y que sus
integrantes fueron nombrados a dedo durante los años de la dictadura del general Reyes.
Concejales miembros de la SMP: Manuel María Escobar Ochoa (1908, 1918-1919, 1922); Ricardo
Olano Estrada (1904, 1918); Manuel José Álvarez Carrasquilla (1921).
9 Concebido como un hotel de lujo la sociedad de mejoras movilizo sus contactos a nivel
departamental y local, hasta el punto de lograr que el gobierno impulsara el proyecto con una
contribución de 180.000 pesos, el municipio derramo una valorización cercana al millón de pesos y
se declaró la construcción de hoteles de lujo como de utilidad pública (con el fin de expropiar los
predios aledaños al hotel), según Botero esto redundó en una transformación radical del centro de
Medellín : La construcción del hotel Nutibara (…) sin duda tuvieron notables repercusiones y
contribuyeron al proyecto de canalización de la quebrada de Santa Helena (1996: pág. 74).
6
para un verdadero trabajo filosófico y político, es más, la tendencia real, material,
tecnológica y mental tiende a difuminar esa supuesta distinción" (Geuss citado en Garzón
Valdez 2003, 3).
Para la época analizada los intereses privados van a la par de intereses públicos; cómo la
idea de progreso de una élite antioqueña, la Sociedad de Mejoras Públicas (SMP), es
acogida con beneplácito y con buenos ojos por la clase dirigente municipal,
departamental, de tal manera que se le puede considerar como grupo de Presión y en
ocasiones, como un grupo de poder con una agenda concreta y unas estrategias
delimitadas para lograr sus fines.
No siendo el objetivo de este ensayo enumerar todas las realizaciones de la SMP nos
limitaremos a describir algunos casos particulares que consideramos ilustran los alcances
que tomó la relación entre la SMP y el estado local en el contexto de los primeros años
del siglo XX.
Para 1907, según el acuerdo N.16 se asimilaron a los miembros de la SMP a “Agentes de
policía municipales con las mismas atribuciones de la gendarmería nacional” (Correa R.,
2003, pág. 8), las funciones de estos consistían en regular el tamaño de las aceras,
11 De hecho el fomento del espíritu cívico del que hablamos no pretendía el aumento de la
participación o la educación política sino que eran visto por la sociedad mejoras como una
oportunidad para aumentar el sentido de pertenencia por las obras hechas en la ciudad y a su vez
servir de pequeños grupos de presión contra los llamados “hombres estorbo” esto es, presionar por
el pago de la valorización y la corrección de las urbanizaciones hechas por fuera del orden
establecido por la planeación de la ciudad.
7
ventanas, calles y aleros, dejando claro así la yuxtaposición entre un grupo particular y la
administración de la ciudad.
Otro ejemplo diciente de esta usurpación privada de las funciones estatales es clara en la
afirmación del presidente de la SMP en un informe a sus socios:
"Al señor alcalde Municipal se dirá que la sociedad ha nombrado una comisión
formada por los socios señores Luis Echavarría p., Nicanor Restrepo C. y Fidel
Correa, encargada de colaborar en la solución de los problemas del tráfico urbano;
que la sociedad considera conveniente dar más atribuciones al jefe de tráfico a
efecto de que pueda desarrollar más eficazmente su acción de seguridad en favor
del público, y que también sería conveniente crear una junta consultora del jefe de
tráfico. 12 " (Sociedad de Mejoras Públicas 1928, 384).
La SMP logra que el gobierno local converse con el gobierno nacional sobre la generación
de una ley que permitiera recaudar fondos para seguir con la canalización del río. El
ministro de Economía propuso dos fórmulas de financiación: la primera, quedaba en
manos de los Representantes a la Cámara de Antioquia en el Congreso de la República
que gestionarían dineros ante el Gobierno Nacional por un valor de 200.000 pesos
anuales durante cuatro años con cargo al Fondo Nacional de Irrigación y reintegrables por
valorización. Y la segunda, el Gobierno Nacional decretaría una ley que permitiera
aumentar en varios millones de pesos la inversión del Fondo Nacional Rotatorio de
Irrigación, ello lanzando un empréstito en bonos del 6%, donde sus títulos podían ser
comprados por las entidades, los bancos y los ciudadanos en general, de manera
especial a los propietarios ribereños que se interesasen por el progreso de la ciudad
(Betancur, 2012). A la SMP les simpatizó la primera propuesta por lo que nombró
comisiones especiales para convencer a las empresas más importantes, a los residentes
en las riberas del río y a sus propietarios sobre la importancia de suscribir bonos del
Fondo Nacional de Irrigación. Además, se dirigieron ante los Representantes antioqueños
12Sociedad de Mejoras Públicas. “Código Eléctrico”. Medellín, 1928, Biblioteca Central Universidad
de Antioquia. Colección Antioquia, Progreso, nº 24 (abril 1928): 384.
8
en el Congreso de la República para que éstos expidieran una Ley para financiar la
canalización (Betancur, 2012).
Este ejemplo sirve para mostrar la manera en que la SMP ejerce presión para cumplir sus
propios programas trazados en el “Plan Medellín futuro”, del cual hay datos desde 1911
cuando la SMP abre un concurso con motivo del centenario de la independencia, para
premiar el mejor plano de Medellín, premio que fue ganado por el Dr. Jorge Rodríguez, y
que no dejo nunca de ser una visión dentro de los informes anuales de la SMP como se
hace ver unos años después cuando en 1928 en la revista “Progreso” bajo el título de
“Medellín futuro” en donde Ricardo Olano menciona la necesidad de planear la ciudad y
calcula un crecimiento apresurado dado las condiciones de modernización por las cuales
se estaba estableciendo Medellín por esa fecha, menciona también ese informe que
Sin embargo, este punto de vista las elites antioqueñas, aunque parecieran coincidir con
las entidades estatales no van precisamente en la misma dirección y eso se hace
evidente en 1941 cuando de nuevo en la revista “Progreso” se habla de este hecho así
El Sr. Brunner fue costeado en parte por la Sociedad con fondos de la Revista
Progreso y, en parte, por el municipio. Hizo un estudio muy detenido dictando una
muy importante conferencia en el palacio de Bellas Artes, (...) Finalmente se
planeó con él una negociación para que viniera a Medellín a hacer el plano de la
ciudad Futura, propuesta que ha estado en manos del Sr. Alcalde Municipal.
Últimamente el Dr. Gabriel Hernández, actual alcalde de Medellín contrató la
elaboración de ese plano futuro con el Dr. Joaquín Martínez de Bogotá y él está
elaborando un informe sobre el particular" (Restrepo Uribe 1941)
No hay que negar el hecho de que es esa visión de las elites que conforman la SMP las
que dieron pie para que la ciudad de Medellín tuviera una organización y fuese la envidia
de otras ciudades, tal como se refleja en una carta enviada al señor Carlos E. Restrepo
por Tomas Samper en 1922 en la que dice lo siguiente:
Para poder ejecutar todas estas obras, se debió dar en primer lugar una suplantación de
las funciones del estado por parte de esta elite en cuestiones de organización urbanística.
Sin embargo, ese poder producido por dicha suplantación solo llegaba hasta el momento
de la generación de leyes. No obstante, se notaba una gran influencia de parte de esta
élite dentro de las esferas gubernamentales, a tal punto que estos entes de poder político
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terminaban haciendo caso a las “insinuaciones” de dicho grupo de presión. Para esto,
citamos una situación: en la edición de “Progreso” del 13 de abril de 1928 se hace la
siguiente proposición:
Bentley clasifica los poderes de gobierno en tres niveles: estrecho, intermedio y amplio.
En el primero el gobierno se centra en un grupo diferenciado y representativo que dirige
sus actividades a cierta población; en el segundo hay límites de diferenciación de las
actividades gubernamentales (activación de los partidos políticos). Es en este nivel, donde
se configuran unas redes de actividades de grupo, y a partir de ellas, la sociedad se
empieza a componer de grupos en conflicto. En este punto específico, el ente
gubernamental vigente se conforma como un grupo que está direccionado por una serie
de actividades que poseen un fin común.
Estas actividades con un fin común, plantean siempre unas relaciones de poder, en la
medida que solo a partir de la agencia de los individuos concentrados en un fin común
(Bentley citado en Alejandre Ramírez: 2014). Esta reunión de individuos organizados en
grupos minoritarios, que giran en torno a una función de grupo, se denominó como
corporativismo y fue definido como el puente civil entre estado y mercado. Dicho
corporativismo propendió en todo momento por que aquellos grupos de presión
organizados generaran discursos pluralistas, civilistas y de competitividad de los intereses
propios del grupo y de los individuos que pertenecen a él. Como lo hace ver Alejandre “no
hay grupo sin interés, y el interés será equivalente al grupo, y efectivo a la actividad que
realiza. Esta relación totalmente imprescindible, da valor explícito a la razón del proceso
político interno que comprende al grupo (Alejandre Ramírez, 2014, pág. 152).
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otros, se puede asegurar que una minoría es siempre la única que detenta el poder en
sus diferentes formas frente a una mayoría que carece de él.
Lo anterior, nos puede llevar entonces a la reflexión de que existen dos clases de sujetos:
los sujetos gobernantes y los sujetos gobernados. Los primeros son una minoría y poseen
funciones políticas, además de grandes capitales no solo económicos, sino social e
intelectual hecho por lo que ostentan el monopolio; los segundos, son muy numerosos,
desorganizados y desunidos, lo que los hace altamente vulnerables a ser dirigidos por ese
grupo minoritario. Empero, este grupo mayoritario es vital para el organismo político.
Pertenecer a dicha minoría los separa de esa gran masa de individuos. A los primeros,
Pareto y Mosca los denomina élite, ya que poseen condiciones extras que el resto no
poseen.
Conclusiones
La ciudad de Medellín fue planeada por una élite, concepto que, según Pareto, hace
referencia a un grupo de personas que sobresalen en lo económico, pero además poseen
un gran capital profesional, social, cultural y “cívico”. Este grupo selecto de hombres
agrupados, muchos de ellos, en la Sociedad de Mejoras Públicas, estuvieron
“preocupados” por el mejoramiento de la ciudad, pero a su vez y bajo ese argumento,
especulaban con la tierra para mejorar sus propios rendimientos económicos por medio
de la valorización de terrenos.
Como se deduce de lo anterior, el éxito de la SMP radicaba sobre todo en que había entre
la elite política y la industrial y comercial (de la que la SMP era representante legitima)
unos intereses comunes, algunas veces coincidentes con el beneficio general, pero en la
mayoría de ocasiones alineados con los logros del capital privado. Sus miembros
compartían el estatus social, el poder y la riqueza de la clase dirigente y aunque algunas
veces carecieran de autoridad política, sus intereses eran salvaguardados por el concejo
del municipio.
11
Lo anterior no quiere dar a entender que las elites imponían sin más su voluntad y
decisiones sobre la masa. Por el contrario, si entendemos a la SMP como un grupo de
presión, en los términos expresados por Duverger y Botero, entendemos que sus logros
no provenían del consenso político sino de la imposición antidemocrática y corporativista
de sus intereses los de arquitectos, constructores, ingenieros y en general de personas
que especulaban y se enriquecían con la tierra.
Fuentes primarias
12
Hilton, F. (mayo-junio de 2007). El cambio radical de Medellín. New Left Review, 67-85.
Melo, J. O. (1997). Espacio e Historia en Medellín. Recuperado el 24 de marzo de 2015,
de http://www.jorgeorlandomelo.com/:
http://www.jorgeorlandomelo.com/espaciomedellin.htm
Olano, R. (1930). Propaganda cívica. Medellin: Editorial Bedout.
Olson, M. (1992). La lógica de la Acción colectiva. México: Limusa-Noriega.
Viguera, Aníbal. «Estado, Empresarios y Reformas Económicas: En busca de una
respuesta analítica integradora.» Perfiles Latinoamericanos, nº 12 (1998).
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