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1.

EPPS BÁSICOS PARA TEMPERATURAS EXTREMAS


 Calor
Protección recomendada para este tipo de riesgo es:
Cabeza
Casco de seguridad de fibra de vidrio u otro material aislante del calor, o bien
capucha de asbesto con visor resistente a altas temperaturas.
Cara
Protector facial tipo mascara de rejillas o mascara de visor sintético transparente; o
bien capucha con visor resistente a altas temperaturas
Cuerpo
Mameluco de lana tratada químicamente, coletos o mandiles de cuero o descarne,
lona o asbesto
Manos
Guantes de cuero o descarne, asbesto, algodón o tejidos especiales para trabajos
con calor
Piernas
polainas de asbesto, cuero o lona.
Pies
Zapatos de seguridad con suela aislante y resistente al calor

Ropa de protección contra el frío y contra la lluvia


La protección del cuerpo frente al frío no puede ser atribuida a una única prenda, sino
a un conjunto de prendas que proporcionan un aislamiento suficiente para impedir
que el cuerpo pierda calor más rápidamente de lo que lo genera en unas condiciones
definidas de temperatura ambiente, humedad relativa, velocidad del viento, nivel de
actividad física y tiempo de exposición a las bajas temperaturas.
En lo referente a la ropa de protección contra el frío nos encontramos con dos normas
que difieren esencialmente en el rango de temperaturas que cubren:
UNE-EN 14058:2004 – Destinada a la protección contra el frío en el intervalo de
temperaturas que va de 10 ºC a -5 ºC.
UNE-EN 342:2004 – Destinada a la protección contra el frío para temperaturas desde
-5 ºC hasta -50 ºC.

La ropa de protección contra el frío ha de cumplir con una serie de requisitos que
determinan su capacidad para impedir la pérdida de calor corporal. En el caso de la
UNE-EN 14058 la propiedad que mide esta capacidad es la resistencia térmica (Rct),
característica de los materiales de la ropa de protección que determina el flujo de
calor a través de una superficie. Cuanto mayor sea el valor de esta magnitud, mayor
será el aislamiento térmico del material y por tanto, mayor su capacidad para evitar
la pérdida de calor corporal. En la UNE-EN 14058 se establecen tres niveles de
prestación para esta propiedad. Adicionalmente, la ropa de protección según UNE-
EN 14058 puede ser ensayada para medir el aislamiento térmico efectivo resultante
(Icler) del conjunto de la ropa. Al igual que para la resistencia térmica, cuanto mayor
sea el valor de Icler, mayor capacidad de aislamiento tendrá la prenda. La UNE-EN
14058 establece un valor mínimo de Icler de 0,170 m2K/W.
En la UNE-EN 342 el aislamiento térmico efectivo resultante es también la propiedad
que mide la capacidad de la ropa para evitar la pérdida de calor corporal, el valor
mínimo de Icler que se establece en esta norma es de 0,310 m2K/W. Comprobamos
que como era de esperar la ropa según la UNE-EN 342 tiene mejores cualidades
protectoras contra el frío que la ropa según la UNE-EN 14058.

El viento es un factor que influye en la velocidad con que el cuerpo pierde calor. Para
una misma temperatura ambiente, la velocidad con que el cuerpo pierde calor será
mayor cuanto mayor sea la velocidad del viento, por lo tanto para una temperatura
ambiente constante tendremos distintas temperaturas equivalentes para velocidades
del viento diferentes.

Tanto la UNE-EN 14058 como la UNE-EN 342 pueden incorporar un requisito


adicional de permeabilidad al aire. Por todo lo dicho más arriba, la permeabilidad al
aire (AP) de la capa externa cobra una gran importancia en la protección del usuario
frente al frío.

La presencia de humedad reduce significativamente el aislamiento. Las dos normas


dan la posibilidad de ensayar la ropa de protección contra el frío para determinar la
resistencia a la penetración de agua (WP). Se definen dos niveles de prestación que
son iguales en ambas normas. Cuando se requiere que la ropa tenga cierta
resistencia a la penetración de agua, se requiere que la combinación de las capas de
la prenda tenga una resistencia al vapor (Ret) de agua menor de 55 m2Pa/W.

En la Tabla 2 vemos un resumen de los requisitos que se recogen en la UNE-EN


14058 y la UNE-EN 342

En cuanto a la ropa de protección contra la lluvia, la norma que define los requisitos
de este tipo de EPI es la UNE-EN 343:2004. En esta norma, al contrario de lo que
sucede en las dos anteriores de las que ya hemos tratado más arriba, no se definen
requisitos para propiedades relacionadas con el aislamiento térmico, ni con la
permeabilidad al aire. La UNE-EN 343:2004 se centra en requisitos para
la impermeabilidad al agua y para la resistencia al vapor de agua. En la tabla 3 vemos
un resumen de los requisitos de esta norma.
GUANTES DE PROTECCIÓN CONTRA EL FRÍO
Para la protección de las manos, la UNE-EN 511:2006 especifica los niveles de
prestación que deben cumplir los guantes protectores contra el frío convectivo y
conductivo hasta -50 ºC.
Estos guantes se ensayan para determinar sus propiedades frente al frío convectivo
y para el frío de contacto, definiéndose cuatro niveles de prestación (de 1 a 4, siendo
el nivel de prestación 4 superior al 1) para cada uno de los requisitos.
Además de estos requisitos que relacionados con las propiedades de aislamiento
térmico, los guantes de protección contra el frío según UNE-EN 511 se ensayarán
para determinar su comportamiento frente a la penetración de agua. Se establecen
dos niveles de prestación:
Nivel 1: indica que el guante superó el ensayo que se especifica en la UNE-EN 511.
Nivel 0: indica que no se superó el ensayo, el fabricante debe informar de que el
guante puede perder sus propiedades si se moja.

Calzado contra el frío


El calzado de seguridad, de protección y de trabajo, conforme a la norma UNE-EN ISO
20345, 20346 y 20347respectivamente, puede incorporar adicionalmente a los requisitos
básicos el aislamiento frente al frío del piso completo. Este requisito adicional puede
aplicarse tanto al calzado de clasificación I (calzado de cuero), como al de clasificación II
(calzado polimérico). Esta característica se ha de marcar con el símbolo CI, siempre y
cuando no esté incluida ya en la categoría del calzado.
Además de la protección contra el frío, el calzado de seguridad, de protección y de trabajo
puede ofrecer resistencia a la penetración de agua a dos niveles.
 Resistencia al agua. Este ensayo se realiza al calzado completo para penetración de
agua, no debiendo producirse penetración antes de 15 min. El marcado
correspondiente a esta característica es WR.
 Penetración y absorción de agua. Esta propiedad evalúa el comportamiento en lo
referente a la absorción de agua del material del corte del calzado. Su marcado
correspondiente es WRU.

Estos dos requisitos adicionales para el calzado de seguridad, protección y trabajo son
aplicables únicamente al calzado de clasificación II, es decir calzado todo caucho o todo
polimérico.
Comportamiento de los EPI frente al frío
Aunque este artículo se centra en los EPI destinados a la protección contra el frío, no
debemos olvidar que los efectos de las bajas temperaturas no se limitan únicamente a la
pérdida de calor corporal, sino que afectan también directamente a las propiedades
mecánicas de los materiales constituyentes de los EPI. Este factor también deberá tenerse
presente cuando los EPI sean usados en condiciones de muy bajas temperaturas.
 Protección de la cabeza. La mayoría de las normas que cubren EPI destinados a la
protección de la cabeza incorporan un requisito adicional de comportamiento a muy
baja temperatura:
 UNE-EN 397:1995 – Cascos de protección para la industria. Los cascos de
protección para la industria pueden ser sometidos, opcionalmente, a los ensayos de
absorción de impacto y resistencia a la perforación a una temperatura de -20 o -30
ºC. Este hecho debe reflejarse en el marcado del casco.
 UNE-EN 443:1998 – Cascos para bomberos. Los cascos de protección para
bomberos pueden ser sometidos de forma adicional a los ensayos de absorción de
impacto, resistencia a objetos cortantes y rigidez mecánica a -20, -30 o -40 ºC. Esto
quedará reflejado tanto el marcado del casco como en las instrucciones del fabricante
del siguiente modo: ** para -20ºC, *** para -30 ºC y ****para -40 ºC.
 UNE-EN 14058:2006 – Cascos de altas prestaciones para la industria. Los cascos
de protección de altas prestaciones para la industria pueden ser sometidos,
opcionalmente, a los ensayos de absorción de impacto y resistencia a la perforación
a una temperatura de -20, -30 o -40 ºC. Este hecho debe reflejarse en el marcado
del casco y en la información suministrada por el fabricante.
 Protección ocular y facial. Los protectores oculares según la norma UNE-EN
166:2002 pueden someterse de forma opcional a un ensayo de impacto de partículas
a gran velocidad a temperaturas extremas (55 ºC y -5 ºC). Esta protección se marcará
como AT, BT o FT dependiendo de si el impacto es a alta, media o baja energía.
 Ropa de protección. La ropa de protección contra los productos químicos según
normas UNE-EN 943-1:2003 (trajes Tipo 1 y Tipo 2), UNE-EN 943-2:2003 (trajes Tipo
1 ET), UNE-EN 14605:2005 (trajes Tipo 3 y Tipo 4). Pueden someterse
opcionalmente a un ensayo de resistencia al agrietamiento por flexión a -30 ºC.
 Protección de las manos. Los guantes de protección contra el frío según UNE-EN
511:2006 que estén destinados para su uso a temperaturas inferiores a -30 ºC han
de ser sometido a un ensayo para determinar su resistencia a la flexión a una
temperatura de -50 ºC.
EFECTOS DEL ALCOHOL

El consumo de alcohol produce una sensación agradable de calor y en general se piensa


que inhibe la vasoconstricción inducida por el frío. Con todo, en estudios experimentales
realizados en seres humanos durante exposiciones relativamente cortas al frío, se ha
demostrado que el alcohol no interfiere con el equilibrio térmico de manera importante. No
obstante, la capacidad de provocar escalofríos se reduce y, cuando se realiza un esfuerzo
extenuante, la pérdida de calor aumenta. Se sabe que el alcohol es la principal causa de
mortalidad por hipotermia en la zonas urbanas. Produce una sensación de euforia y altera
el juicio, haciendo que se ignoren las medidas profilácticas

El consumo de alcohol es un problema frecuente y grave entre los trabajadores expuestos


al calor. El alcohol no sólo reduce la ingesta de alimentos y agua, sino que también actúa
como un diurético (aumenta la cantidad de orina excretada) y altera la capacidad de
razonamiento. Los efectos nocivos del alcohol persisten muchas horas después del
momento de su consumo. Los alcohólicos que sufren un golpe de calor tienen una tasa de
mortalidad mucho mayor que los no alcohólicos

El consumo de alcohol y tabaco, así como la malnutrición y la fatiga, son factores que
predisponen a una LFCC. Una lesión previa por frío aumenta el riesgo de LFCC posteriores,
ya que se produce una respuesta simpática postraumática anormal.

La hipotermia crónica subclínica afecta con frecuencia a personas de edad avanzada y suele
asociarse a malnutrición, uso de ropa inadecuada y movilidad restringida. El alcoholismo, el
abuso de drogas y las enfermedades metabólicas crónicas son factores que contribuyen a
este tipo de hipotermia.

En la medida de lo posible, las comidas deben tomarse calientes y divididas entre el


desayuno y la comida en cantidades normales. Puede complementarse la dieta con sopas
calientes, galletas y barras de cereales tomadas a lo largo de todo el día, así como con un
mayor aporte calórico en la cena, que aumenta la termogénesis inducida por la digestión y
ayuda a que la persona se duerma. El consumo de alcohol es muy poco recomendable en
climas fríos, porque el alcohol produce vasodilatación cutánea (fuente de pérdida de calor)
y aumenta la diuresis (fuente de pérdida de agua), modificando también la sensibilidad de la
piel y alterando la capacidad de razonamiento (que son los factores básicos para reconocer
los primeros signos de una lesión por frío). El consumo excesivo de bebidas con cafeína es
también

nocivo, puesto que esta sustancia tiene un efecto vasoconstrictor periférico (mayor riesgo de
congelación) y un efecto diurético. Además de una alimentación adecuada, el desarrollo de
mecanismos generales y locales de adaptación puede reducir la incidencia de lesiones por
frío y mejorar el rendimiento psicológico y físico al reducir el estrés causado por el frío. Sin
embargo, es necesario definir los conceptos de adaptación, aclimatación y habituación al
frío, ya que estos tres términos tienen distintas implicaciones de acuerdo con el uso que
hacen de ellos diferentes teóricos

EXPOSICIÓN PROFESIONAL A RUIDO Y SUS EFECTOS EXTRA-AUDITIVOS SOBRE LA SALUD

De acuerdo a los resultados de IV Encuesta Europea de Condiciones de Trabajo el número


de los trabajadores europeos expuestos a ruidos fuertes en el entorno detrabajo asciende a
un 30%.

En nuestro país la prevalencia de trabajadores que soportan un ruido molesto durante su


jornada de trabajo asciende a un 37% según la VI Encuesta Nacional de Condiciones de
Trabajo.

La legislación en materia de protección de los trabajadores orienta la acción preventiva a la


vigilancia y control de los efectos auditivos derivados de la exposición laboral al ruido, sin
embargo exposiciones laborales por debajo de los niveles de presión sonora capaces de
producir pérdidas auditivas pueden provocar efectos en otros órganos, interferir en la
comunicación y en el desempeño de tareas.
Definimos los efectos extra-auditivos como todos aquellos efectos que afectan a la salud y
al bienestar del sujeto y que son causados por exposición al ruido con exclusión de los
efectos producidos directamente sobre el aparato auditivo o sobre la audición.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) identifica efectos del ruido sobre el sueño a
partir de 30 dB(A); interferencias en la comunicación oral por encima de los 35 dB (A);
perturbaciones en el individuo a partir de los 50 dB(A); efectos cardiovasculares por
exposición a niveles de ruido de 65-70 dB(A). Una reducción de la actitud cooperativa y un
aumento en el comportamiento agresivo por encima de 80 dB(A).

Así mismo existe una relación entre exposición a ruido alteraciones hormonales y
desequilibrios en el sistema endocrino e inmune.

Estos efectos extra-auditivos están mediados por una reacción de estrés como respuesta a
la contaminación acústica, como lo haría ante cualquier agresión de tipo físico o psíquico.

La exposición a ruido de forma prolongada aumenta los niveles de cortisol produciendo un


número de efectos que desequilibran la balanza hormonal pudiendo causar alteraciones de
tipo respiratorio, con aumento de la frecuencia respiratoria, alteraciones digestivas, con
aumento de la acidez gástrica e incremento de la incidencia de las úlceras gastroduodenales
y alteraciones cardiovasculares.
Existen evidencias que una exposición a un nivel de ruido de 45 dB(A) produce un
incremento en el periodo de latencia del sueño originando un estado de cansancio crónico
en los individuos expuestos que puede afectar al ámbito laboral disminuyendo la capacidad
para el trabajo.

La exposición al ruido, incluso a bajos niveles, produce un sentimiento de rechazo hacia el


agente estresante, que se traduce en una serie reacciones conductuales tales como
irritabilidad, labilidad emocional o ansiedad.

Hay estudios que analizan probables efectos de la exposición a ruido en la gestación como
bajo peso neonatal, prematuridad y abortos. La exposición de la gestante al ruido parece
que puede disminuir el flujo útero-placentario provocando una hipoxia fetal y aumentando la
secreción materna de catecolaminas.

En relación a la mayor accidentabilidad laboral, hay publicaciones desde los años 70 que
afirman que los trabajadores expuestos a ruido ocupacional tienen un riesgo 3 veces mayor
de sufrir accidentes de trabajo. Estudios más recientes han verificado esta asociación con
niveles de exposición alrededor de 82 dB(A).

El ruido, por tanto, puede provocar malestar, disminuir o impedir la atención, alterar la
capacidad de concentración, el sueño, el rendimiento, inducir comportamientos psicológicos
alterados, causar accidentes de trabajo, causar alteraciones fisiológicas en el sistema
cardiovascular e inducir posibles alteraciones fetales, etc.

Los principales trabajos de revisión sobre los efectos extra-auditivos del ruido son los
realizados por Smith & Broadbent (1989) y Butler & Col en 1999.

EFECTOS CARDIOVASCULARES DE LA EXPOSICIÓN PROFESIONAL A RUIDO

En los 23 estudios epidemiológicos y experimentales de alta calidad revisados se encuentran


evidencias de distinto grado sobre diferentes efectos como: hipertensión arterial, mortalidad
por infarto agudo de miocardio, alteraciones coronarias, enfermedad isquémica cardiaca,
alteración de lípidos, cambios en la frecuencia cardiaca, cambios en el electrocardiograma
y en proteínas en plasma, mayor riesgo de enfermedad cerebrovascular.

 La exposición laboral a ruido y el incremento de la tensión arterial tienen un alto nivel


de evidencia, evidencia basada en estudios de diseño de gran potencia y calidad
científica.
 Existe una coincidencia en los resultados de los estudios que analizan la asociación
entre exposición a ruido y enfermedad cardiovascular, riesgo que se ve incrementado
cuando se produce una exposición combinada a ruido, carga física, trabajo a turnos y
complejidad de la tarea.
 La mortalidad por infarto agudo de miocardio se asocia con una exposición mantenida a altos
niveles de ruido.
 La influencia de la exposición profesional a ruido y el incremento de la frecuencia
cardiaca disponen de un alto nivel de evidencia científica.

Los niveles de exposición profesional a ruido relacionados con la asociación de efectos


cardiovasculares presentan gran variabilidad oscilando entre 80 dB(A) y 113 dB(A).

 Infarto agudo de miocardio, se sitúa en algunos estudios entre 85 y100 dB(A).


 Cambios en la frecuencia cardiaca se sitúa, de acuerdo a los estudios revisados entre
65 y 90 dB(A).
 Alteraciones de parámetros vasculares y alteraciones de proteínas plasmáticas, que
puedan modificar el ECG, se sitúa por encima de los 85 dB(A).
 El umbral de exposición a ruido para el riesgo de padecer enfermedad coronaria o
enfermedad isqué mica cardiaca se sitúa entre 80 y 85 dB(A).

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