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El bullying

Un tema de gran importancia a abordar es el acoso escolar o bullying, ya que


muchos jóvenes son víctimas de bullying.

El acoso escolar o bullying ocurre cuando alguien está siendo herido por medio de
palabras o acciones de manera intencional, por lo general más de una vez, logrando
afectar al joven, que por lo general tiene dificultades para detener lo que les está
sucediendo.

La intimidación puede ser: física (golpes, empujones, tropiezos, gritos, gestos


groseros, tomar o romper las cosas de la persona acosada) y acoso
emocional (insultos, burlas, risas, comenzar rumores falsos, envío de mensajes por
medio de un teléfono celular o computadora).

Es importante que los adolescentes entiendan que el bullying no es aceptable ya


que nadie merece ser maltratado.

El bullying es el maltrato físico y/o psicológico deliberado y continuado que


recibe un niño por parte de otro u otros, que se comportan con él cruelmente con el
objetivo de someterlo y asustarlo, con vistas a obtener algún resultado favorable
para los acosadores o simplemente a satisfacer la necesidad de agredir y destruir
que éstos suelen presentar.
El bullying implica una repetición continuada de las burlas o las agresiones y puede
provocar la exclusión social de la víctima.

Características del Bullying

- Suele incluir conductas de diversa naturaleza (burlas, amenazas, agresiones


físicas, aislamiento sistemático, etc.).

- Tiende a originar problemas que se repiten y prolongan durante cierto tiempo.

- Suele estar provocado por un alumno, apoyado por un grupo, contra una
víctima que se encuentra indefensa.

- Se mantiene debido a la ignorancia o pasividad de las personas que rodean a


los agresores y a las víctimas sin intervenir directamente.
- La víctima desarrolla miedo y rechazo al contexto en el que sufre la violencia;
pérdida de confianza en sí mismo y en los demás y disminución del rendimiento
escolar.

- Disminuye la capacidad de comprensión moral y de empatía del agresor,


mientras que se produce un refuerzo de un estilo violento de interacción.

- En las personas que observan la violencia sin hacer nada para evitarla, se
produce falta de sensibilidad, apatía e insolidaridad.

- Se reduce la calidad de vida del entorno en el que se produce: dificultad para


lograr objetivos y aumento de los problemas y tensiones.

Tipos de Bullying

Podemos hablar de varios tipos de acoso escolar que, a menudo, aparecen de


forma simultánea:

- Físico: empujones, patadas, agresiones con objetos, etc. Se da con más


frecuencia en primaria que en secundaria.

- Verbal: insultos y motes, menosprecios en público, resaltar defectos físicos, etc.


Es el más habitual.

- Psicológico: minan la autoestima del individuo y fomentan su sensación de temor.

- Social: pretende aislar al joven del resto del grupo y compañeros.

Causas
Las causas que originan el bullying dependen de cada caso concreto, aunque suelen
tener unas características comunes: el acosador escolar no tiene empatía y, por tanto,
es incapaz de ponerse en el lugar del acosado y ser sensible a su sufrimiento
El origen de la violencia del acosador puede venir causado ante la ausencia de un
padre o que éste tenga una conducta violenta. Situaciones como esta pueden
provocar que el niño desarrolle una actitud agresiva y que en la adolescencia sea
violento.
Otros factores que pueden incidir son una situación socioeconómica mala en casa, poca
organización en el hogar o tensiones en el matrimonio.
Síntomas
Existen una serie de indicadores que el niño acosado puede presentar y alertar a los
padres y profesores en caso de que esté sufriendo bullying escolar:
 Problemas de memoria, dificultad en la concentración y atención y descenso del
rendimiento escolar.
 Depresión, ansiedad, irritabilidad, falta de apetito, dolor de cabeza, malestar
generalizado, cansancio, sensación de ahogo, etc.
 Dificultades para dormir, pesadillas o insomnio.
 Aislamiento social, apatía e introversión.
 Mantenerse en estado de alerta de manera constante.
 No querer ir al colegio, ni juntarse con otros niños.
 Faltar al colegio de forma recurrente.
 Sentimientos de culpa y asunción de responsabilidad de los hechos.
 Conductas de huida y evitación.
 Negación de los hechos e incongruencias.
 Llanto incontrolado, respuestas emocionales extremas.
 Miedo a perder el control o a estar solo.
 Síntomas como temblores, palpitaciones, inquietud, nerviosismo, pesimismo, etc.
 Amenaza e intento de suicidio.

Prevención
La prevención del harassment o acoso escolar es fundamental para minimizar y
reducir sus efectos cuanto antes. Dado que las causas que motivan el bullying son muy
diferentes hay que buscar soluciones al problema mediante una propuesta amplia y
abierta contando con el diálogo como la principal herramienta para atajarlo.

Las estrategias tienen que ir enfocadas a:

Reducir la incidencia
Los profesores y los padres o tutores de los adolescentes tienen que llevar a
cabo medidas que impidan la aparición de nuevos casos de bullying. Para
conseguirlo deben identificar los factores de riesgo que los generan y actuar sobre
ellos. Pueden realizar acciones como campañas de sensibilización sobre el maltrato
infantil, talleres formativos para explicar a los padres los modelos educativos adecuados,
etc.
Reducir los casos
Llevar a cabo actuaciones que dificulten que el maltrato se siga produciendo y que
el adolescente tenga mayores problemas. En este sentido es necesario que exista una
relación de comunicación fluida entre las familiar y el profesorado del centro.
Además, los profesores deben aumentar la vigilancia a la entrada y a la salida del colegio,
así como en los lugares donde es frecuente que se produzca el acoso.

Por otro lado, la compañía constante de dos o tres personas de la confianza del acosado
hasta que desaparezca el sufrimiento puede ser muy beneficiosa para el alumno.

Cómo actuar
Los padres
Si el niño muestra cambios de humor o de comportamiento es importante tratar de
hablar con ellos para determinar cuál es el motivo. Deben mantener la calma y
escuchar todo lo que tenga que decir, siempre confiando en que lo que cuenta es la
verdad. En caso de que el niño confiese sentirse acosado, hay que reforzar su
autoestima y apoyarle, haciéndole saber que no es culpa suya.
A continuación, ponerse en contacto con el colegio es lo primordial. Se puede
concertar una cita con el tutor del niño o con otros responsables del centro para hacerles
conscientes de la situación, de forma que se pueda poner alguna solución al problema.
Si el colegio no sabe cómo actuar o se niega a tomar parte, se puede denunciar el acoso
en cualquier comisaría de policía o un inspector de Educación.

Los profesores
En cuanto los educadores tengan conocimiento sobre la situación, es importante vigilar
a los niños implicados en todas las situaciones para controlar que el problema no se
agrave. Deben recoger toda la información posible sobre los hechos e informar a la
dirección del centro.
Cuando se vaya a hablar con los niños, no deben limitarse únicamente al acosador y
a la víctima, sino también al resto de niños implicados, aunque no participen de
forma activa en el acoso. De esta forma, consiguen educar sobre las consecuencias que
puede tener el acoso, al mismo tiempo que se resuelve el problema.
Consecuencias del bullying
Las consecuencias afectan principalmente a la víctima que puede tener fracaso
escolar, niveles altos de ansiedad, fobia a ir al colegio, insatisfacción y cambios
de personalidad, pasando a convertirse en una persona insegura, con baja
autoestima. Si el acoso se intensifica, pueden desarrollarse síntomas de histeria o
depresión.
La imagen que pueden llegar a tener las víctimas de sí mismos es muy negativa y llegan
a creer que no son competentes a nivel académico y socialmente. Esto puede provocar
que en algunos casos tengan reacciones agresivas que terminen en intentos de suicidio.

ACOSO ESCOLAR
El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar, matonaje
escolar, maltrato escolar o en inglés bullying) es cualquier forma
de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre estudiantes de forma
reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto en el aula, como a través de las
redes sociales, con el nombre específico de ciberacoso.
Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da
mayoritariamente en la clase y en los patios escolares. Los protagonistas de los
casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en
la adolescencia. Siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de
víctimas.

El acoso escolar es una forma característica y extrema de violencia escolar.


Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración
encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder
en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte (ya sea esta fortaleza real o
percibida subjetivamente) que aquella. El sujeto maltratado queda, así, expuesto
física y emocionalmente ante el sujeto maltratador, generándose como
consecuencia una serie de secuelas psicológicas (aunque estas no formen parte
del diagnóstico); es común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a
la escuela y que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. En
algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre
el suicidio e incluso su materialización, consecuencias propias
del hostigamiento hacia las personas sin límite de edad.

Suelen ser más propensos al acoso escolar aquellos niños que poseen diversidad
funcional, entre las cuales se pueden contar el síndrome de Down,
el autismo, síndrome de Asperger, síndrome de Tourette, etc
Evolución de los casos de acoso escolar
El objetivo del acoso escolar es intimidar, apocar, reducir, someter, aplanar,
amedrentar y consumir, emocional e intelectualmente, a la víctima, con vistas a
obtener algún resultado favorable para quienes acosan o satisfacer una necesidad
imperiosa de dominar, someter, agredir, y destruir a los demás que pueden
presentar los acosadores como un patrón predominante de relación social con los
demás.

En ocasiones, el niño que desarrolla conductas de hostigamiento hacia otros busca,


mediante el método de «ensayo-error», obtener el reconocimiento y la atención de
los demás, de los que carece, llegando a aprender un modelo de relación basado
en la exclusión y el menosprecio de otros.

Con mucha frecuencia el niño o niña que acosa a otro compañero suele estar
rodeado muy rápidamente de una banda o grupo de acosadores que se suman de
manera unánime y gregaria al comportamiento de hostigamiento contra la víctima.
Ello es debido a la falta de una autoridad exterior (por ejemplo, un profesor, un
familiar, etc.) que imponga límites a este tipo de conductas, proyectando el acosador
principal una imagen de líder sobre el resto de sus iguales seguidores.

A menudo la violencia encuentra una forma de canalizarse socialmente,


materializándose en un mecanismo conocido de regulación de grupos en crisis: el
mecanismo del chivo expiatorio.7 Destruir al que no es seguidor, al que se resiste,
al diferente, al que sobresale académicamente, al imbuido de férreos principios
morales, etc.

Causas
El agresor: características psicológicas y entorno familiar
Aunque el acosador escolar no tiene por qué padecer ninguna enfermedad mental
o trastorno de la personalidad grave, presenta normalmente algún tipo
de psicopatología. Fundamentalmente, presenta ausencia de empatía y algún tipo
de distorsión cognitiva.6 Generalmente suele ser una persona que ha visto violencia
con regularidad, se acostumbra a ella o en su casa sus familiares se tratan
agresivamente y lo tratan inadecuadamente a él.
La carencia de empatía explica su incapacidad para ponerse en el lugar del acosado
y ser insensible al sufrimiento de este y que puede llegar al suicidio.
El entorno escolar
Se puede dar el caso de que la ausencia en clase (o, en general, en el centro
educativo) de un clima adecuado de convivencia pueda favorecer la aparición del
acoso escolar. La responsabilidad al respecto oscila entre la figura de unos
profesores que no han recibido una formación específica en cuestiones de
intermediación en situaciones escolares conflictiva, y la disminución de su perfil de
autoridad dentro de la sociedad moderna.

Prevención
Se estima que la intervención simultánea sobre factores individuales, familiares y
socioculturales, es la única vía posible de prevención del acoso escolar. La
prevención se puede realizar en distintos niveles.
Una prevención primaria sería responsabilidad de los padres (apuesta por una
educación democrática y no autoritaria), de la sociedad en conjunto y de los medios
de comunicación (en forma de autorregulación respecto de determinados
contenidos).
Una prevención secundaria sería las medidas concretas sobre la población de
riesgo, esto es, los adolescentes (fundamentalmente, promover un cambio de
mentalidad respecto a la necesidad de denuncia de los casos de acoso escolar
aunque no sean víctimas de ellos), y sobre la población directamente vinculada a
esta, el profesorado (en forma de formación en habilidades adecuadas para la
prevención y resolución de conflictos escolares).
Por último, una prevención terciaria serían las medidas de ayuda a los protagonistas
de los casos de acoso escolar.
La ayuda se puede agrupar en información para padres, profesores y alumnos.
A nivel institucional, en informes presentados por el Banco Mundial en 2014, se
recomienda impartir programas de estudios a maestros y personal administrativo en
escuelas para promover la equidad y detectar abusos. Igualmente, el conocimiento
de códigos de conducta y el adiestramiento en cómo atender a los estudiantes
expuestos ante el acoso, incluyendo módulos sobre la prevención del acoso sexual
y la discriminación.

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