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Ecuaciones en diferencias y diferenciales a vista

de pájaro
José Luis López Fernández
29 de septiembre de 2011

Hace tiempo que sustento la teoría de que las matemáticas pueden aplicarse venta-
josamente a las trivialidades de nuestra vida en este insignificante planeta (frag-
mento de la novela Los crímenes del «obispo», de S. S. van Dine)

En adelante bautizaremos con el nombre xn al tamaño característico de la


población bajo estudio en el instante de tiempo n–ésimo (ambas magnitudes,
tamaño y tiempo, medidas en las unidades adecuadas que hayan sido adoptadas
desde el principio por el usuario). Por ejemplo, si uno considera lo más oportuno
medir el tiempo en años y el tamaño de la población en miles de individuos, la
expresión x5 = 3 significaría que, al cabo de cinco años de iniciado el recuento,
la población ha alcanzado un tamaño de tres mil individuos.
Un modelo de crecimiento poblacional adopta la forma de una ecuación en
diferencias cuando se adecúa a la siguiente estructura:

xn+1 = f (xn ) , (1)

donde f es el nombre que hemos elegido para denotar la función, cualquiera


que esta sea, que describe el ritmo al que la población de marras progresa en
el tiempo. La información esencial contenida en una ecuación del tipo (1) es la
siguiente:
No más conociendo el tamaño de nuestra población en un determina-
do instante de tiempo, xn , podemos conocer su tamaño en el instante
inmediatamente posterior, xn+1 , a través de la mera acción de f .
La conclusión cae entonces por su propio peso: es suficiente con que el usuario
controle el tamaño inicial de la muestra (es decir, el número de individuos a
tiempo cero: x0 ) para conocer exactamente (vía f ) cuál será el tamaño de la
misma en cualquier instante de tiempo posterior (esto es, xn para cualquier valor
n = 1, 2, 3, . . . ). En efecto, suponiendo conocidas f y x0 se tiene lo siguiente:

x1 = f (x0 ) , x2 = f (x1 ) , x3 = f (x2 ) ,

1
y así sucesivamente.
Por ilustrar todo lo anterior, supongamos que se dispone de una muestra
inicial conformada por mil individuos (x0 = 1 en la escala de miles de unidades)
y analicemos de entrada algunos ejemplos simples:

(a) Tomemos en primer lugar f (x) = x en la ecuación (1), en cuyo caso esta
pasaría a leerse xn+1 = xn . Esto nos dicta automáticamente la siguiente
secuencia:

x1 = x0 = 1 , x 2 = x1 = 1 , x 3 = x2 = 1 , ...

Es decir, el tamaño de la población no cambia con el transcurso del tiempo.


Es natural que esto suceda a la luz del modelo presentado, pues a poco
que se piense cualquier tamaño poblacional (es decir, cualquiera que sea
el valor asignado a nuestra variable x) es un punto fijo para f (revísese el
documento Afternotes 1 ).

(b) Consideremos ahora f (x) = 21 x. Para esta elección de f se obtiene la


ecuación en diferencias xn+1 = 12 xn , que genera la siguiente secuencia
consecutiva de tamaños:
1 1 1 1 1 1
x0 = 1 , x1 = x0 = , x2 = x1 = , x3 = x2 = , ...
2 2 2 4 2 8
En general, podemos reducir la secuencia anterior a una única expresión
del siguiente modo:
1 1
xn = n x0 = n ,
2 2
para cualquier valor entero positivo de n.

Una cosa es clara a partir de las disquisiciones previas: las soluciones de una
ecuación en diferencias son listas infinitas de números de la forma

x0 , x1 = f (x0 ), x2 = f (x1 ), x3 = f (x2 ), . . . . (2)

Es más, fijado el tamaño inicial de nuestra población, x0 , existe una única


solución del problema 
xn+1 = f (xn )
(3)
x0 conocido
dada por la expresión (2).
Antes de proseguir con otros aspectos teóricos conviene dilucidar de dón-
de procede el apelativo en diferencias de este tipo de ecuaciones. Desde una
perspectiva puramente intuitiva, es claro que el número de individuos de una
determinada población en el instante de tiempo tn+1 , lo que hemos convenido
en llamar xn+1 , procede de añadir al número de individuos de la población en
el instante tn (es decir, xn ) el número (medio) de nacimientos acaecidos en el

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periodo [tn , tn+1 ], denotado por N[n,n+1] , y de restar luego el número (medio) de
defunciones que se producen en el mismo periodo, D[n,n+1] . Esquemáticamente
podríamos expresar esta relación de la siguiente forma:

xn+1 = xn + N[n,n+1] − D[n,n+1] , (4)

o bien
xn+1 − xn = N[n,n+1] − D[n,n+1] , (5)
que nos indica cuál es la ley de cambio para la diferencia entre dos tamaños
consecutivos de la población, xn+1 − xn . En este caso

N[n,n+1] = N (tn+1 − tn ) y D[n,n+1] = D(tn+1 − tn ) ,

siempre que N y D representen el número medio de nacimientos y de defuncio-


nes acaecidos por unidad de tiempo, respectivamente, mientras que tn+1 − tn
obviamente describe la separación temporal entre dos recuentos consecutivos.
Finalmente, la ecuación (4) puede reescribirse del siguiente modo (hágase el
cálculo):
xn+1 − xn
= N −D. (6)
tn+1 − tn

Si se hiciesen los recuentos en instantes de tiempo cada vez más próximos


entre sí, es decir, si tn+1 fuese una magnitud muy parecida a tn , entonces el
primer miembro de la ecuación (6) es muy parecido a la derivada de la función
x(t) que describe el tamaño de la población en el instante t, y a la que denotare-
mos por x0 (t). Así las cosas, en las condiciones anteriores la ecuación (6) podría
aproximarse por esta otra:

x0 (t) = N − D , (7)

que se trata de una ecuación diferencial. En matemáticas, el adjetivo dife-


rencial significa que hay derivadas implicadas, las cuales han de entenderse en
nuestro contexto como un ritmo de cambio o velocidad de crecimiento o
propagación.
Destaquemos para concluir dos diferencias muy significativas entre las ecua-
ciones en diferencias y las ecuaciones diferenciales:

(a) Las soluciones de una ecuación en diferencias son listas infinitas de núme-
ros, como puede verse en (2), mientras que las soluciones de una ecuación
diferencial son funciones que, para cada dato de entrada t (un instante
de tiempo), devuelven un valor x(t) (el tamaño de la población en dicho
instante). Comparten, eso sí, el hecho de que una vez conocido el tamaño
inicial de la población (x0 en el caso de una ecuación en diferencias o bien
x(t = 0) en el caso de una ecuación diferencial), hay una única solución
capaz de predecir el comportamiento futuro de la misma.

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(b) En segundo lugar, la forma discreta de contar característica de las ecua-
ciones en diferencias (es decir, a saltos de tiempo: t0 , t1 , t2 , etc.) es re-
emplazada por un continuo temporal en el caso de las ecuaciones dife-
renciales (es decir, la variable de tiempo t puede asumir cualquier valor
deseado). Por ejemplo: en un modelo en diferencias en el que los recuentos
se hiciesen cada hora, no sabríamos medir el tamaño de la población al
cabo de media hora de haber comenzado el proceso. Esto, sin embargo,
es perfectamente plausible en un modelo diferencial, pues bastaría con
evaluar la solución x(t) en el instante t = 0.5.

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