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Felipe Zaldı́var

Teorı́a de funciones de una


variable compleja
15 de abril de 2012

c 2011, 2012, Felipe Zaldı́var.
Prefacio

La teorı́a de funciones de variable compleja tiene una historia ilustre y se halla


colocada en un punto privilegiado en el gran árbol de la matemática: es análisis,
por supuesto, es geometrı́a fundamentalmente (variedades complejas) y es topo-
logı́a algebraico-diferencial, pero también es básica para la teorı́a de números. Todo
matemático debe conocer los fundamentos de la teorı́a de funciones complejas de
una variable compleja y estas notas pretenden servir de introducción a los funda-
mentos de esta teorı́a: desde la definición de derivadas y funciones holomorfas, con
los ejemplos más importantes discutidos ampliamente (polinomios, funciones racio-
nales (especialmente las transformadas de Möbius), exponencial compleja y ramas
del logaritmo complejo, potencias complejas y raı́ces), integral de lı́nea y teorı́a de
Cauchy (fórmula integral de Cauchy y el teorema de Cauchy en sus versiones ho-
motópica y homológica), aplicaciones de estos resultados (Liouville, teorema fun-
damental del álgebra, teorema de la identidad, módulo máximo, analiticidad de las
funciones holomorfas, series de potencias, lema de Schwarz, teorema de Rouché,
teorema de Runge), singularidades (removibles, esenciales, polos), expansiones de
Laurent, residuos, funciones meromorfas, cálculo de integrales impropias, ceros y
polos de funciones meromorfas, el teorema de Casorati-Weierstrass, el teorema de
Mittag-Leffler, el teorema de la aplicación de Riemann, algunas funciones especia-
les (la función gamma de Euler, la función zeta de Riemann, productos infinitos) y
los teoremas de Picard. El enfoque usado en estas notas refleja el gusto del autor por
la geometrı́a compleja y tiene una deuda con los autores y libros que lo introdujeron
al tema, especialmente el libro de Heinz [3] y el de Ahlfors [1], y las enseñanzas de
Z. E. Ramos.

Ciudad de México, Junio de 2011 Felipe Zaldı́var.

V
Índice general

Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . V

1. Topologı́a del plano complejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1


1.1. La topologı́a del plano complejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
1.2. Sucesiones y series de números complejos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
1.3. Funciones de una variable compleja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
1.4. La esfera de Riemann y el plano complejo extendido . . . . . . . . . . . . . 33

2. Derivación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
2.1. Derivadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
2.2. Las ecuaciones de Cauchy-Riemann . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
2.3. La función exponencial y el logaritmo complejo . . . . . . . . . . . . . . . . . 52

3. Integral de lı́nea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
3.1. Trayectorias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
3.2. Integral de Riemann-Stieljes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
3.3. Integral de lı́nea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74

4. Teorı́a de Cauchy local . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83


4.1. El teorema de Cauchy en una región convexa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
4.2. Series de potencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
4.3. Consecuencias de la teorı́a de Cauchy local . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103

5. Teorı́a de Cauchy global . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113


5.1. El ı́ndice de una curva cerrada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
5.2. El teorema de Cauchy: versión homológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
5.3. El teorema de Cauchy: versión homotópica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
5.4. La conducta local de una función holomorfa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128

6. Singularidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
6.1. Singularidades aisladas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
6.2. Series de Laurent . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141

VII
VIII Índice general

6.3. El teorema del residuo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 152


6.4. Integrales impropias y el teorema del residuo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 158

7. Aplicaciones conformes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167


7.1. Funciones conformes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
7.2. Transformadas de Möbius . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175
7.3. El teorema de la aplicación de Riemann . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188

Referencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199

Índice alfabético . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201


Capı́tulo 1
Topologı́a del plano complejo

El campo de números complejos C = R × R tiene como elementos los pares


ordenados de números reales (a, b) con la suma definida componente a compo-
nente, i.e., (a, b) + (c, d :) = (a + c, b + d), y el producto definido por la regla
(a, b)(c, d) := (ac − bd, ad + bc). Las propiedades de campo se verifican directa-
mente (vea el ejercicio 1.1), en particular el neutro aditivo es el (0, 0) y el neutro
multiplicativo es el (1, 0). Usaremos letras como u, v, w, z para representar a números
complejos. Como es usual se definen las operaciones de resta para z, w ∈ C como
z − w := z + (−w) (sumando el inverso aditivo de w) y división z/w, para w 6= 0,
como wz := zw−1 (producto por el inverso multiplicativo de w).
Recordando que los números reales se pueden representar geométricamente co-
mo puntos en una recta, la recta real, y esta recta la podemos incluir en el plano
complejo de varias formas, por ejemplo como uno de los ejes coordenados; escoje-
mos una de estas inmersiones de R en C de tal forma que se preserven las operacio-
nes de ambos campos y esta inmersión es la que identifica la recta real R con el eje
horizontal de C, es decir, se define la función ϕ : R → C mediante ϕ(a) := (a, 0)
para a ∈ R. Ası́, el campo de números reales R está incluido naturalmente en C, e
identificaremos al número real a ∈ R con el complejo ϕ(a) = (a, 0). Como la recta
real R ha sido identificada con el eje horizontal de C, llamaremos a este eje el eje
real de C. Por razones históricas al eje vertical de C se le llama el eje imaginario.
Observemos ahora que dado cualquier número complejo z = (a, b) ∈ C, lo podemos
escribir como

(1) z = (a, b) = (a, 0) + (0, b)

con (a, 0) en el eje real y (0, b) en el eje imaginario:

6
(a, b)
(0, b) • 
* ◦
 
◦ • -
(a, 0)

1
2 1 Topologı́a del plano complejo

Recordemos ahora que (a, 0) = a por la identificación que hicimos antes. Para el
otro sumado (0, b), observemos que en el eje real se tiene al neutro multiplicativo
1 = (1, 0) y si escogemos en el eje imaginario al complejo i := (0, 1) ∈ C al que
podemos llamar la unidad imaginaria observamos que

i2 = (0, 1)(0, 1) = (−1, 0) = −1,

es decir, i2 = −1 por lo que i ∈ C es una raı́z cuadrada de −1, algo que ciertamente
no sucede en R porque el cuadrado de cualquier real es ≥ 0. Notemos ahora que
para todo complejo (0, b) en el eje imaginario se tiene que

(0, b) = (b, 0)(0, 1) = bi

de tal forma que todo número complejo en el eje imaginario es un múltiplo real del
complejo i. Substituyendo estas observaciones en la igualdad (1) de arriba vemos
que todo número complejo z = (a, b) ∈ C se puede escribir de la forma:

z = (a, 0) + (0, b) = a + bi

con a, b ∈ R y donde el complejo i satisface que i2 = −1. El número real a se llama


la parte real del complejo z = a + bi y el número real b se llama la parte imaginaria
del complejo z = a + bi. Se suele usar la notación

a = Re(z) y b = Im(z).

Con esta nueva notación las operaciones de suma y producto en C toman la forma
siguiente. Para la suma, dados dos complejos z = a + bi y w = c + di, su suma es:

z + w = (a + bi) + (c + di) = (a + b) + (b + d)i,

es decir, se suman las partes reales y aparte se suman las partes imaginarias. Para el
producto, dados dos complejos z = a + bi y w = c + di, su producto es:

zw = (a + bi)(c + di) = ac + adi + bci + bdi2 usando la distributividad


= ac + adi + bci − bd porque i2 = −1
= (ac − bd) + (ad + bc)i separando partes reales de imaginarias.

Observamos que con esta notación, la fórmula para el producto de dos complejos es
entonces natural. Antes de hacer unos ejemplos con las operaciones de C introduci-
remos un par de conceptos asociados a números complejos:
Conjugación. Dado un número complejo z = a + bi se define su conjugado z :=
a−bi cambiando el signo de la parte imaginaria de z. Dados w, z ∈ C, as propiedades
siguientes de la conjugación son fáciles de demostrar:
(1) z = z.
(2) z + w = z + w.
(3) zw = z w.
1 Topologı́a del plano complejo 3

(4) Si z 6= 0, entonces (z−1 ) = (z)−1 .



(5) Si z 6= 0, entonces w/z = w/z.
(6) z ∈ R ⇔ z = z (es decir, un número complejo es un número real si y sólo si
es igual a su conjugado).

Módulo. Dado un número complejo z = a + bi pensándolo como un segmento diri-


gido en el plano podemos considerar su longitud:

6
|z| *◦

  b
◦
a • -

y a esta longitud le llamamos el módulo del complejo z y lo denotamos |z|. En la


figura anterior observamos que se tiene un triángulo rectángulo con catetos a, b y
con hipotenusa el módulo |z|, de tal forma que, por el teorema de Pitágoras

|z|2 = a2 + b2

con a2 + b2 ≥ 0 en R, por lo que |z| = + a2 + b2 y ası́ el módulo |z| es un número
real positivo. Observemos ahora que si z = a + bi entonces

z · z = (a + bi)(a − bi) = a2 − (bi)2 = a2 + b2 = |z|2 ,

por lo que √
|z| = + z · z.
Usando esta expresión para el módulo de un complejo, dados w, z ∈ C, se verifican
fácilmente las propiedades siguientes:
(1) |z| = |z|.
(2) |zw| = |z||w|.
w |w|
(3) Si z 6= 0, entonces = .

z |z|
(4) |z + w| ≤ |z| + |w| (la desigualdad del triángulo).

Los dos conceptos anteriores facilitan ciertas operaciones en C. Por ejemplo su-
pongamos que queremos dividir un complejo w entre un complejo z 6= 0. Entonces
w wz
(∗) = ,
z zz
es decir, multiplicamos la fracción w/z que queremos calcular por 1 = z/z y notamos
que en el lado derecho de (∗) se tiene en el denominador un número real: zz = |z|2 y
de esta manera el lado derecho es fácil de calcular. Un ejemplo ilustra esto:

Ejemplo 1.1. Si z = 2 + 3i y w = 4 − i calculemos el cociente w/z y al final es-


cribámoslo en la forma a + bi. Esto se hace como se indicó arriba:
4 1 Topologı́a del plano complejo

4−i (4 − i)(2 + 3i) (4 − i)(2 − 3i) 8 − 12i − 2i + 3i2


= = =
2 + 3i (2 + 3i)(2 + 3i) (2 + 3i)(2 − 3i) 4+9
5 − 14i 5 14
= = − i.
13 13 13
Observación 1.1. Es importante notar que en el campo C no puede existir una rela-
ción de orden compatible con las operaciones de C, ya que cualquier clase positiva
P (en el caso que existiera) debe contener al 1 de C y al cuadrado de cualquier com-
plejo 6= 0. Sin embargo, para el complejo z = i se tiene que i2 = −1 que no puede
estar en la (supuesta) clase positiva P de C, por tricotomı́a, ya que 1 ∈ P.

Forma polar de un número complejo. Considere un número complejo z = a + bi:

6
|z| *◦

  b
◦ α • -
a
(1) Si z 6= 0, definimos su argumento como el ángulo α entre el semieje real positivo
y el segmento dirigido determinado por α (véase la figura anterior). Como es usual,
el ángulo se considera positivo si se mide en sentido contrario al de las manecillas
del reloj y negativo en caso contrario. Observe también que el argumento α no es
único, i.e., la asignación z 7→ α no es una función ya que podemos reemplazar α
por α + 2π ó, en general, por α + 2kπ, para cualquier k ∈ Z. Al complejo z = 0 ∈ C
no le asignamos un argumento.
(2) Ahora, si z 6= 0 y z = a + bi, consideremos el triángulo formado por a, b y |z|
(véase la figura anterior) donde observamos que |z| 6= 0 y se tiene que:

a = |z| cos(α) y b = |z| cos(α)

y por lo tanto

z = a + bi = |z| cos α + i |z| sen α = |z|(cos α + i sen α),

es decir, z = |z|(cos α + i sen α), y a esta representación de z la llamamos la forma


polar del complejo z 6= 0.
Observación 1.2. Para transformar z = a +√ bi 6= 0 a la forma polar se necesitan: el
módulo de z, el cual se obtiene con |z| = a2 + b2 , y el argumento α de z. Para
calcularlo observamos que como z = a + bi 6= 0, entonces a 6= 0 ó b 6= 0. Si a 6= 0,
entonces α = arctan (b/a), y si b 6= 0, entonces α = arccot (a/b). Con estos datos
se tiene que z = |z|(cos α + i sen α). Por otra parte, para cambiar de la forma polar
z = |z|(cos α +i sen α) a la forma a+bi se calculan cos(α) y sen(α) y se multiplican
por |z|.
Ejemplo
√ 1.2. Encuentre
√ la representación polar de z = 2 + 2i. En este ejemplo |z| =
22 + 22 = 2 2 y tan(α) = 2/2 = 1 por lo que α = arctan (1) = π/4 = 45o . Se
1 Topologı́a del plano complejo 5

sigue que √
z = |z|(cos α + i sen α) = 2 2(cos π/4 + i sen π/4).

Ejemplo 1.3. Escriba en la forma a + bi el complejo w = 4(cos π/3 + i sen π/3).


Esto es directo:
1 √  √
w = 4(cos π/3 + i sen π/3) = 4 + i 32 = 2 + 2 3i.
2
La representación polar de un número complejo es útil para calcular potencias o
raı́ces. Para esto, consideraremos primero el producto de números complejos dados
en forma polar: dados dos números complejos en forma polar:

w = |w|(cos α + i sen α), z = |z|(cos β + i sen β ),

calculemos su producto:

wz = |w|[cos α + i sen α]|z|[cos β + i sen β ]


= |w||z|[cos α + i sen α][cos β + i sen β ]
= |w||z|[cos α cos β + i cos α sen β + i sen α cos β + i2 sen α sen β ]
= |w||z|[(cos α cos β − sen α sen β ) + i (sen α cos β + cos α sen β )]
= |w||z|[cos(α + β ) + i sen(α + β )],

(la última igualdad se obtiene usando identidades trigonométricas para el seno y


coseno de la suma de dos ángulos). Resumiendo, se tiene que

(∗) wz = |w||z|[cos(α + β ) + i sen(α + β )].

La igualdad anterior nos dice que, para multiplicar dos complejos en forma polar:
(1) Se multiplican los módulos correspondientes.
(2) Se suman los argumentos.
Las observaciones anteriores dan una interpretación geométrica del producto de
números complejos y la fórmula (∗) será útil para calcular potencias zn con n ≥ 0
entero, de un número complejo z 6= 0. En efecto, si z = |z|(cos α + i sen α), entonces

zn = (|z|(cos α + i sen α))n = |z|n [cos(nα) + i sen(nα)]

donde la última igualdad se demuestra fácilmente por inducción sobre n usando


la fórmula para el producto (∗) de arriba. La fórmula anterior para zn con n ≥ 0
también es válida para n < 0. Para probar esto observe que si z 6= 0 y n < 0, entonces
zn = (z−1 )−n con −n > 0 y si z = |z|(cos α + i sen α) entonces

z−1 = |z|−1 (cos(−α) + i sen(−α))

ya que, como el inverso multiplicativo de z es único, es suficiente observar que para


z−1 como arriba,
6 1 Topologı́a del plano complejo

zz−1 = |z|[cos α + i sen α]|z|−1 [cos(−α) + i sen(−α)]


= |z||z|−1 [cos α + i sen α][cos(−α) + i sen(−α)]
= 1[cos(α − α) + i sen(α − α)]
= 1[cos 0 + i sen 0] = 1,

i.e., |z|−1 [cos(−α) + i sen(−α)] = z−1 es, en efecto, el inverso multiplicativo de z.


Usando esta fórmula para z−1 se sigue que si z 6= 0 y n < 0:

zn = (z−1 )−n donde −n > 0


−1
−n
= |z| (cos(−α) + i sen(−α))
−n
= |z|−1 [cos(−n(−α)) + i sen(−n − α))]
= |z|n [cos(nα) + i sen(nα)].

Hemos ası́ probado:


Proposición 1.1 (Fórmulas de De Moivre). Si z = |z|(cos α + i sen α) y n ∈ Z,
entonces:
zn = |z|n [cos(nα) + i sen(nα)].
t
u
La fórmula anterior nos dice que, en forma polar, es muy fácil calcular potencias
de complejos. Veremos a continuación que calcular raı́ces de complejos también
es sencillo. Ası́, dado un número complejo z = a + bi y un entero n > 1 queremos

encontrar otro número complejo w tal que wn = z, i.e., w = n z. Una primera pre-
gunta que se ocurre es: ¿cuántos complejos w existen que sean raı́ces n-ésimas de z?
Aquı́ observamos que si z = 0 claramente la única raı́z n-ésima es w = 0. Suponga-
mos entonces que z 6= 0 y escribámoslo en forma polar z = |z|(cos α + i sen α). Co-
mo el complejo w que buscamos debe satisfacer que wn = z, entonces w debe ser 6= 0
también y por lo tanto lo podemos escribir en forma polar: w = |w|(cos θ + i sen θ )
de tal forma que para encontrar a w debemos hallar su módulo |w| y su argumento
θ (y es de esperarse que éstos aparezcan en términos del módulo y argumento de z
y del entero n dado). Los detalles son como sigue: como wn = z, usando la forma
polar de w y z, y las fórmulas de De Moivre, obtenemos:

(∗) |w|n [cos(nθ ) + i sen(nθ )] = |z|(cos α + i sen α)

y la igualdad de estos dos complejos implica que sus módulos son iguales, i.e.,
|w|n = |z|, por lo que
p
(1) |w| = n |z|,

(un número real positivo). También, la igualdad (∗) implica que los argumentos
correspondientes deben ser iguales salvo un múltiplo entero de 2π, i.e., nθ = α +
2kπ con k ∈ Z. Se sigue que:
1 Topologı́a del plano complejo 7

α + 2kπ
(2) θ= con k ∈ Z.
n
Las igualdades (1) y (2) definen complejos w cuya potencia n-ésima es z, i.e.,
son raı́ces n-ésimas de z. Hemos visto que se tiene un tal w para cada valor del
argumento ya que el módulo es único. Para determinar cuántas raı́ces diferentes hay
procedemos como sigue:
Primero. Dado un entero k ∈ Z, dividiéndolo entre n obtenemos k = nq + r con
q, r ∈ Z y 0 ≤ r < n. Observamos entonces que;

α + 2kπ α + 2(nq + r)π α + 2rπ


θ= = = + 2qπ,
n n n
i.e., el argumento correspondiente a (α + 2kπ)/n es el mismo que el de (α + 2rπ)/n
ya que estos difieren por el múltiplo 2qπ de 2π. Por lo tanto podemos restringir a
k ∈ Z al rango 0 ≤ k < n, i.e., k = 0, 1, 2, . . . , n − 1.
Segundo. Dados dos enteros j 6= k entre 0 y n − 1, mostraremos que los argumentos

α + 2 jπ α + 2kπ
y
n n
dan lugar a complejos diferentes (i.e., no son iguales salvo un múltiplo entero de
2π). En efecto, si sucediera que

α + 2 jπ α + 2kπ
= + 2tπ
n n
entonces (α + 2 jπ)/n = (α + 2kπ + 2tnπ)/n por lo que α + 2 jπ = α + 2kπ + 2tnπ,
de donde cancelando α y luego dividiendo entre 2π obtenemos que j = tn + k, i.e.,
j − k = tn, i.e., n| j − k. Pero como 0 ≤ j, k ≤ n − 1, entonces la única posibilidad
para que n| j − k es que j − k = 0 y por lo tanto j = k. Hemos ası́ probado:
Proposición 1.2. Dado un complejo z 6= 0 en forma polar z = |z|(cos α + i sen α),
entonces z tiene exactamente n raı́ces complejas wk = |wk |(cos θk + i sen θk ) cuyos
módulos son todos iguales:
p
n α + 2kπ
|wk | = |z| y cuyos argumentos son: θk = con 0 ≤ k ≤ n − 1.
n
Ejemplo 1.4. Calcule las raı́ces cúbicas de z = 1. En este ejemplo |z| = 1, su argu-
mento es α = 0 y n = 3. Si w = |w|[cos θ + i sen θ ] es una de las 3 raı́ces cúbicas de
z, entonces: √
3
p
|w| = 3 |z| = 1 = 1
y sus argumentos son

0 + 2kπ 2kπ
θk = = para k = 0, 1, 2,
3 3
8 1 Topologı́a del plano complejo

por lo que, para k = 0, θ0 = 0/3 = 0, para k = 1, θ1 = 2/3, y para k = 2, θ2 = 4/3.


Ası́, las raı́ces cúbicas de z = 1 son:
h 2π 2π i h 4π 4π i
w0 = 1[cos 0 + i sen 0], w1 = 1 cos + i sen , w2 = 1 cos + i sen ,
3 3 3 3
√ √
es decir, w1 = 1, w2 = 21 + 23 i, w3 = − 21 − 2
3
i. Si graficamos estas tres raı́ces en
el plano complejo obtenemos:
w1
S
o
S
S - w0 = 1



/
w2

y observamos que las tres raı́ces cúbicas de z = 1 forman un triángulo equilátero. El


ejercicio 1.11 nos dice que esto sucede en el caso general.

Ejercicios

1.1. Demuestre las propiedades de campo de C.


1.2. Demuestre que ϕ : R → C es inyectiva y preserva las operaciones de R y C. De
esta forma ϕ identifica al número real a ∈ R con el número complejo (a, 0). Algunas
veces omitimos a la ϕ de esta notación y escribimos a = (a, 0).
1.3. Demuestre que ϕ(0) = 0 y ϕ(1) = 1, donde en los lados izquierdos tenemos al
0 y 1 de R y en los lados derechos son los de C. Gracias a esta propiedad no existe
confusión al denotar con los mismos sı́mbolos a los ceros y unos de R y C.
1.4. Si a ∈ R demuestre que ϕ(−a) = −ϕ(a). Y si a 6= 0, demuestre que ϕ(a−1 ) =
ϕ(a)−1 .
1.5. Sean w, z ∈ C. Demuestre que:
(1) z = z.
(2) z + w = z + w.
(3) zw = z w.
(4) Si z 6= 0, entonces (z−1 ) = (z)−1 .
w w
(5) Si z 6= 0, entonces = .
z z
(6) z ∈ R ⇔ z = z (es decir, un número complejo es un número real si y sólo si es
igual a su conjugado).
1.6. Sean w, z ∈ C. Demuestre que:
1 Topologı́a del plano complejo 9

(1) |z| = |z|.


(2) |zw| = |z||w|.
w |w|
(3) Si z 6= 0, entonces = .

z |z|
(4) |z
+ w| ≤ |z| + |w| (la desigualdad del triángulo).
(5) |z| − |w| ≤ |z − w|.

1.7. Si z = a + bi, demuestre que


1 1
Re(z) = (z + z) e Im(z) = (z − z).
2 2i
1.8. Considere el conjunto S ⊆ C definido por:

S := {z ∈ C : |z| = 1}.

(a)Demuestre que S es cerrado bajo productos, es decir, demuestre que si u, v ∈ S


entonces uv ∈ S.
(b)Demuestre que S es cerrado bajo inversos, es decir, demuestre que si u ∈ S en-
tonces u−1 ∈ S.
(c)Grafique S en el plano complejo C.

1.9. Haga las operaciones indicadas y al final exprese el resultado en la forma a +bi:

(a) (3 + 2i) + (5 − 3i). 4


(g) .
(b) (5 + 7i) − (4 − 2i). 2 − 3i
(2 + i)(3 + 2i)
(c) 3i − (−7 + 2i). (h) .
1−i
(d) 5 + ( 21 − 3i). (i) 5
(2 + i) . √
(e) (2 + 3i)(4 − 2i).  1 3 4
(j) − + i .
3 + 4i 2 2
(f) . (k) n
i para n = 1, 2, 3, . . .
5 + 2i
1.10. Calcule el módulo de los siguientes complejos:

(a) w = 2 − i. (c) w = (1 + i)6 .


3−i
(b) w = √ . (d) w = i203 .
2 + 3i

1.11. Muestre que las n raı́ces n-ésimas de 1 son los vértices de un n-ágono regular
inscrito en el cı́rculo unitario, uno de cuyos vértices es 1.

1.12. Calcule las raı́ces indicadas:

1. Raı́ces cuadradas de w = i. √ 4. Raı́ces cúbicas de w = 1 − i.


2. Raı́ces cuartas de w = −1 + 3 i. 5. Raı́ces cuartas de w = −16.
3. Raı́ces sextas de w = 1. 6. Raı́ces quintas de w = 32i.
10 1 Topologı́a del plano complejo

1.13. Demuestre que las raı́ces n-ésimas de z = 1 (diferentes de 1) satisfacen la


ecuación ciclotómica:

un−1 + un−2 + · · · + u + 1 = 0.

1.14. Considere el n-ágono regular inscrito en el cı́rculo unitario en C y considere


las n−1 diagonales obtenidas conectando un vértice fijo con todos los otros vértices.
Demuestre que el producto de sus longitudes es n. Sugerencia: suponga que los
vértices están unidos al vértice fijo 1 y aplique el ejercicio anterior.

1.15. Sea n ≥ 2 un entero y considere el subconjunto µn ⊆ C definido por:

µn := {u ∈ C : un = 1}.

(a) Demuestre que µn es cerrado bajo productos, es decir, demuestre que si u, v ∈ µn


entonces uv ∈ µn .
(b) Demuestre que µn es cerrado bajo inversos, es decir, demuestre que si u ∈ µn
entonces u−1 ∈ µn .
(c) La gráfica de µn en el plano complejo C está dada en el ejercicio 1.11.

1.1. La topologı́a del plano complejo

Usando el módulo o valor absoluto de un número complejo, se define una dis-


tancia en C mediante

d(z, w) := dist(z, w) = |z − w|, para z, w ∈ C.

De las propiedades del valor absoluto de C se sigue que, para u, w, z ∈ C:


d(z, w) ≥ 0.
d(z, w) = 0 si y sólo si z = w.
d(z, w) = d(w, z) (simetrı́a).
d(u, w) ≤ d(u, z) + d(z, w) (desigualdad del triángulo), cuyo nombre proviene de
la interpretación geométrica del hecho de que un lado de un triángulo es menor
que la suma de las longitudes de los otros dos lados:

z
w
1.1 La topologı́a del plano complejo 11

Si z ∈ C y r > 0 es cualquier real positivo, se definen las bolas o discos abiertos


de centro z y radio r > 0 como

B(z; r) := {w ∈ C : d(z, w) < r}

r
z •

donde notamos que el disco abierto B(z; r) no incluye al cı́rculo que lo rodea.
Un conjunto Ω ⊆ C se dice que es un conjunto abierto si para todo z ∈ Ω existe
un disco abierto B(z; ε) totalmente contenido en Ω , i.e., B(z; ε) ⊆ Ω . En este caso,
también se dice que z es un punto interior de Ω . Dicho en otras palabras, Ω es
abierto si y sólo si todos sus puntos son interiores:


z •

Ejemplo 1.5. Una bola abierta B(z; r) es un conjunto abierto. En efecto, si Ω =


B(z; r) con r > 0 y si w ∈ B(z; r) es cualquier punto, entonces d(w, z) < r y escribien-
do r = d(w, z) + δ se tiene que δ > 0. Ahora, si w = z, se toma el disco B(w; ε) =
B(z; r) ⊆ Ω . Si w 6= z, entonces d(w, z) > 0 y si se toma ε := mı́n{δ , d(w, z)}, en-
tonces B(w; ε) ⊆ B(z; r) = Ω porque para todo u ∈ B(w; ε) se tiene que

d(u, z) ≤ d(u, w) + d(w, z) < ε + d(w, z) ≤ δ + d(w, z) = r − d(w, z) + d(w, z) = r

por lo que d(u, z) < r y ası́ u ∈ B(z; r) = Ω .

Las propiedades fundamentales de la familia de conjuntos abiertos de C son:


Proposición 1.3. (1) C y 0/ son conjuntos abiertos.
(2) Si A1 , . . . , An son conjuntos abiertos de C, entonces A1 ∩ · · · ∩ An también es
abierto.

[ Si {Aλ }λ ∈Λ es una familia arbitraria de conjuntos abiertos de C, entonces


(3)
Aλ también es abierto.
λ ∈Λ
12 1 Topologı́a del plano complejo

Demostración. (1): Que C es abierto es porque cualquier disco sirve y que 0/ es


abierto se sigue del argumento usual de vacuidad. Para (2), si A1 ∩ · · · ∩ An = 0, /
entonces es abierto por (1). Si existe un z ∈ A1 ∩ · · · ∩ An , entonces z ∈ Ak , para
todo k y como Ak es abierto existe una bola B(z; εk ) ⊆ Ak para cada k. Tomamos
entonces1 ε = mı́n{ε1 , . . . , εn } > 0 y Sası́ B(z; ε) ⊆ Ak para toda k y por lo tanto
B(z; ε) ⊆ A1 ∩ · · · ∩ An . Para (3), si z ∈ AλS , entonces existe un Aλ tal que z ∈ Aλ y
por lo tanto existe un disco B(z; ε) ⊆ Aλ ⊆ Aλ . t
u

Antes de dar más ejemplos de conjuntos abiertos, veamos otra clase de subcon-
juntos de C, que son los complementos de los conjuntos abiertos. Un conjunto A ⊆ C
es un conjunto cerrado si su complemento C − A es abierto. De las leyes de de Mor-
gan y de la proposición anterior se sigue que:
Proposición 1.4. (1) C y 0/ son conjuntos cerrados.
(2) Si A1 , . . . , An son conjuntos cerrados de C, entonces A1 ∪ · · · ∪ An también es
cerrado.

\ Si {Aλ }λ ∈Λ es una familia arbitraria de conjuntos cerrados de C, entonces


(3)
Aλ también es cerrado.
λ ∈Λ
t
u

Ejemplo 1.6. Si z ∈ C y r > 0 es cualquier real positivo, se definen las bolas o discos
cerrados de centro z y radio r > 0 mediante B(z; r) := {w ∈ C : d(z, w) ≤ r}:

r
z •

Un disco cerrado es un conjunto cerrado. En efecto, si w ∈ C − B(z; r), entonces


d(z, w) > r y tomando ε = d(z, w) − r > 0 se tiene que B(w; ε) ⊆ C − B(z; r), ya que
para cualquier u ∈ B(w; ε) si sucediera que d(u, z) ≤ r, entonces se tendrı́a que

d(z, w) ≤ d(z, u) + d(u, w) ≤ r + d(u, w)

y por lo tanto d(u, w) ≥ d(z, w) − r = ε, en contradicción con el hecho de que u ∈


B(w; ε). Se sigue que d(u, z) > r y consecuentemente u ∈ C − B(z; r).

1 Note que ε > 0 porque estamos tomando el mı́nimo de un conjunto finito de reales positivos. Si
el conjunto fuera infinito pudiera suceder que ε = 0, por ejemplo si εk = 1/k para k ≥ 1 entero,
entonces ε = mı́n{1/k}k≥1 = 0. Se sigue que la hipótesis de que la familia {Ak } sea una familia
finita es necesaria.
1.1 La topologı́a del plano complejo 13

Para ver más ejemplos de conjuntos abiertos o cerrados en el plano complejo a


continuación estudiamos rectas y semiplanos en C:
Rectas en el plano complejo. Sean u, v ∈ C complejos dados, con v 6= 0. Pensando
a u = (a, b) como un punto en el plano C = R × R, y a v 6= 0 como un segmento
dirigido, podemos considerar a la recta L que pasa por el punto u y es paralela al
segmento dirigido v:

6 L

v ◦u
◦ -

Como de v 6= 0 sólo nos interesa su dirección, podemos suponer que |v| = 1.


¿Cómo describir a la recta L en términos de los conceptos que tenemos de números
complejos? Para hacer esto, observemos que un punto z ∈ C está en L si y sólo
si existe t ∈ R tal que z = u + tv (por la interpretación geométrica de la suma y
producto de complejos). Ası́,

L = {z ∈ C : z = u + tv, con t ∈ R}.

Observamos ahora que, como v 6= 0,


z−u z−u
z ∈ L ⇔ z = u + tv con t ∈ R ⇔ = t ∈ R ⇔ Im = 0,
v v
por lo que la recta L que pasa por el punto u ∈ C en la dirección v 6= 0, es el
subconjunto del plano complejo dado por
z−u
L = {z ∈ C : Im = 0}.
v
Semiplanos abiertos. Sean u, v ∈ C dados, con |v| = 1. Queremos ahora describir
el conjunto z−u
Hu := {z ∈ C : Im > 0}.
v

•) Comencemos con el caso cuando u = 0, de tal forma que el conjunto que tenemos
ahora es
H0 := {z ∈ C : Im(z/v) > 0}.
Escribiendo v = cos φ + i sen φ (recordando que |v| = 1) y z = r(cos θ + i sen θ )
(con r = |z|), tenemos que
z
= r[cos(θ − φ ) + i sen(θ − φ )],
v
14 1 Topologı́a del plano complejo

por lo que

z ∈ H0 ⇔ Im(z/v) > 0 ⇔ sen(θ − φ ) > 0 ⇔ φ < θ < π + φ ,

y por lo tanto H0 es el semiplano a la izquierda de la recta L que pasa por u = 0


paralela a v, si recorremos L en la dirección de v:

6
Lu
H0
v
◦ -

•) Consideremos ahora el caso general


z−u
Hu := {z ∈ C : Im > 0}
v
y observemos que Hu = u + H0 = {u + w : w ∈ H0 }, es decir, Hu es H0 trasladado
por u:

6
Lu
Hu
◦u
◦  -

En forma análoga se definen los semiplanos abiertos


z−u
Ku := {z ∈ C : Im < 0}
v
a la derecha de la recta Lu := {z ∈ C : Im z−u

v = 0}:

6
Lu
u ◦
◦  -

Ku

Ejemplo 1.7. Un semiplano H abierto es un conjunto abierto, vea el ejercicio 1.16.


1.1 La topologı́a del plano complejo 15

Ejemplo 1.8. Una recta Lu es un conjunto cerrado porque su complemento son dos
semiplanos abiertos Hu y Ku .
Semiplanos cerrados. Dados u, v ∈ C dados, con |v| = 1, los semiplanos cerrados
son los conjuntos z−u
Hu := {z ∈ C : Im ≥ 0}
v
(a la izquierda de la recta correspondiente), y los conjuntos
z−u
Ku := {z ∈ C : Im ≤ 0}
v
(a la derecha de la recta correspondiente):

Lu
6 6
Hu Lu
◦u u ◦
◦  - ◦  -

Ku

Observe que ambos semiplanos cerrados contienen a la recta Lu := {z ∈ C :


Im z−u
v = 0}.
Ejemplo 1.9. Un semiplano H cerrado es un conjunto cerrado, vea el ejercicio 1.17.

Sin embargo, los conjuntos no son como las puertas, es decir, no sucede que dado
un conjunto si no es abierto tiene que ser cerrado o puede que sea abierto y cerrado,
como es el caso de los conjuntos C y 0. / El ejemplo siguiente muestra un conjunto
que no es abierto ni cerrado:
Ejemplo 1.10. El conjunto Ω siguiente, dado por la intersección de los tres semipla-
nos indicados (dos cerrados y uno abierto) no es ni abierto ni cerrado:

Fronteras. Si Ω ⊆ C, un punto w ∈ Ω es un punto frontera de Ω si cada disco


abierto B(w; ε) con ε > 0 y centrado en w, intersecta Ω y C − Ω . La frontera de Ω ,
denotada ∂ Ω es el conjunto de puntos fronteras de Ω , es decir,

∂ Ω = {w ∈ C : para todo ε > 0, B(w; ε) ∩ Ω 6= 0/ y B(w; ε) ∩ (C − Ω ) 6= 0}.


/
16 1 Topologı́a del plano complejo


w•

Interior y cerradura de un conjunto. Se tiene un enfoque alterno para la topo-


logı́a del plano complejo. Una forma de hacerlo es definir, usando las nociones de
conjunto abierto y conjunto cerrado, dos operaciones en la familia de subconjuntos
de C como sigue: sea Ω ⊆ C cualquier subconjunto. La cerradura de Ω , denotado
Ω o también Ω − , es el conjunto
\
Ω := F
F⊇Ω

donde la interseción corre sobre los conjuntos cerrados F tales que F ⊇ Ω . Ahora,
por la proposición 1.4, la intersección de cualquier familia de cerrados es cerrada,
por lo que la cerradura Ω es un conjunto cerrado; de hecho, es el menor conjunto
cerrado que contiene a Ω . Similarmente, se define el interior de Ω , denotado Ω 0 ,
como [
Ω 0 := A
A⊆Ω

donde la unión corre sobre los conjuntos abiertos A tales que A ⊆ Ω . También, por la
proposición 1.3, la unión de cualquier familia de abiertos es abierta, y ası́ el interior
Ω 0 es un conjunto abierto y es el mayor abierto contenido en Ω . Claramente

Ω0 ⊆ Ω ⊆ Ω−

y dejamos como el ejercicio 1.19 probar que:


Proposición 1.5. Sea Ω ⊆ C. Entonces,
(1) Ω es abierto si y sólo si Ω 0 = Ω .
(2) Ω es cerrado si y sólo si Ω − = Ω .
t
u
Otras propiedades del interior y la cerradura de un conjunto están en los ejercicios.
Conexidad. Intuitivamente, un conjunto Ω ⊆ C es conexo si es de una sola pieza.
Sin embargo, la definición más razonable es negativa: se dice que Ω es disconexo si
existen abiertos A, B ⊆ C tales que A ∩ Ω 6= 0,
/ B ∩ Ω 6= 0/ y se tiene que

Ω = (A ∩ Ω ) ∪ (B ∩ Ω ).

Decimos entonces que los conjuntos A y B desconectan a Ω o que lo separan en dos


piezas, como en la figura siguiente donde Ω es el conjunto sombreado:
1.1 La topologı́a del plano complejo 17

B
A

El conjunto Ω se dice que es conexo si no es disconexo.


Para poder dar una caracterización intrı́nseca de los conjuntos conexos, es nece-
sario relativizar las nociones de subconjuntos abiertos o cerrados. Supongamos que
Ω ⊆ C es cualquier conjunto. Se dice que un subconjunto A ⊆ Ω es abierto relativo
en Ω si existe un conjunto abierto A0 ⊆ C tal que A = A0 ∩ Ω . Se dice que A ⊆ Ω es
cerrado relativo en Ω si existe un conjunto cerrado A00 ⊆ C tal que A = A00 ∩ Ω . En
el ejercicio 1.22 se piden probar las propiedades análogas a las de las proposiciones
1.3 y 1.4 y en el ejercicio 1.23 se pide probar que el complemento, en Ω , de un
abierto relativo es un cerrado relativo y viceversa.
Proposición 1.6. Un conjunto arbitrario Ω ⊆ C es conexo si y sólo si los únicos
subconjuntos de Ω que son abiertos y cerrados relativos a Ω , son Ω y 0.
/
Demostración. Supongamos que Ω es conexo y que A ⊆ Ω es abierto y cerrado
relativo a Ω . Por el ejercicio 1.23 como A es cerrado relativo, entonces Ω − A es
abierto relativo. Si A 6= 0/ y A 6= Ω (por lo que Ω −A 6= 0),
/ entonces Ω = A∪(Ω −A)
donde A = A0 ∩ Ω y Ω − A = A00 ∩ Ω con A0 , A00 abiertos de C y con A y Ω − A no
vacı́os disjuntos, lo cual contradice el que Ω es conexo. Se sigue que A = Ω o
A = 0./ Recı́procamente, si los únicos abiertos y cerrados relativos a Ω son Ω y 0,/
supongamos que Ω = (A ∩ Ω ) ∪ (B ∩ Ω ) es una disconexión de Ω , es decir, A, B
son abiertos de C y A ∩ Ω y B ∩ Ω son disjuntos no vacı́os. Entonces, B ∩ Ω =
Ω − (A ∩ Ω ) es cerrado relativo por el ejercicio 1.23 y ası́, por hipótesis B ∩ Ω es
vacı́o o es todo Ω . Como B ∩ Ω 6= 0, / entonces B ∩ Ω = Ω y por lo tanto A ∩ Ω = 0,
/
una contradicción. Se sigue que Ω es conexo. t
u

En la teorı́a de derivación, los conjuntos Ω ⊆ C abiertos y conexos juegan un


papel importante, similar al de los intervalos abiertos de R. En el ejercicio 1.24 se
pide recordar o probar que en R los subconjuntos conexos son los intervalos. Usa-
remos este hecho en la demostración del teorema 1.7, pero antes introducimos los
conceptos pertinentes. Dados dos puntos z, w ∈ C, denotemos con [z, w] al segmento
de recta con extremo inicial w y extremo final z, es decir,

[w, z] := {tz + (1 − t)w : 0 ≤ t ≤ 1}.

Un polı́gono en C es un conjunto de la forma P = nk=1 [zk , zk+1 ] donde [zk , zk+1 ]


S

son segmentos tales que el extremo final de [zk , zk+1 ] es igual al extremo inicial de
[zk+1 , zk+2 ]. Decimos que P es un polı́gono que une z1 con zn y también usaremos la
notación P = [z1 , z2 , . . . , zn ]:
18 1 Topologı́a del plano complejo

zk
z2
• zn

z1 •

Teorema 1.7. Un conjunto abierto Ω ⊆ C es conexo si y sólo si para cualesquiera


dos puntos z, w ∈ Ω existe un polı́gono P ⊆ Ω que une z con w.

Demostración. Supongamos que Ω es conexo y sea w ∈ Ω un punto arbitrario y


sea z ∈ Ω cualquier otro punto. Mostraremos que existe un polı́gono P ⊆ Ω que une
w con z. Más bien, probaremos que el subconjunto G de Ω siguiente es todo Ω :

G = {z ∈ Ω : existe un polı́gono P ⊆ Ω que une w con z} ⊆ Ω .

Para comenzar, note que w ∈ G ya que w se une con w mediante el polı́gono P =


[w, w] = {w} ⊆ Ω . Se sigue que G 6= 0. / Para mostrar que G = Ω , a la luz de la
proposición anterior, basta probar que G es abierto y cerrado relativo a Ω . Primero,
G es abierto relativo ya que si z ∈ G existe un polı́gono P = [w = z1 , . . . , zn = z] ⊆ Ω .
Como z ∈ G y Ω es abierto existe un disco B(z; ε) ⊆ Ω . Como un disco es convexo
(vea el ejercicio 1.25), para cualquier u ∈ B(z; ε) se tiene que [z, u] ⊆ B(z; ε) ⊆ Ω y
por lo tanto el polı́gono P ∪ [z, u] ⊆ Ω y une w con u. Se sigue que u ∈ G, para todo
u ∈ B(z; ε), es decir, B(z; ε) ⊆ G y ası́ G es abierto. Queremos mostrar ahora que G es
cerrado relativo, es decir, que Ω −G es abierto relativo. Si Ω −G = 0, / ya acabamos.
Si existe z ∈ Ω − G, como Ω es abierto, existe un B(z; ε) ⊆ Ω . Supongamos que
G ∩ B(z; ε) 6= 0/ y sea u ∈ G ∩ B(z; ε). Como u ∈ G existe un polı́gono P ⊆ Ω que une
w con u. Pero como u ∈ B(z; ε), entonces (por el ejercicio 1.25) [u, z] ⊆ B(z; ε) ⊆ Ω
y por lo tanto el polı́gono P ∪ [u, z] ⊆ Ω y une w con z. Se sigue que z ∈ G, una
contradicción. Por lo tanto G ∩ B(z; ε) = 0, / es decir, B(z; ε) ⊆ Ω − G y ası́ Ω − G es
abierto como se querı́a.
Supongamos ahora que para todo par de puntos z, w ∈ Ω existe un polı́gono
P ⊆ Ω que une z con w. Si Ω no fuera conexo, digamos Ω = (A ∩ Ω ) ∪ (B ∩ Ω )
donde A, B ⊆ C son abiertos no vacı́os y disjuntos, entonces escojamos z ∈ A ∩ Ω y
w ∈ B ∩ Ω . Por hipótesis existe un polı́gono P ⊆ Ω que une z con w. Observe ahora
que no puede suceder que todos los segmentos de P estén contenidos en uno sólo de
los conjuntos A o B ya que entonces se tendrı́a que P ⊆ A o P ⊆ B, lo cual contradice
el hecho de que los extremos z ∈ A y w ∈ B. Se sigue que existe un segmento [z0 , w0 ]
de P tal que z0 ∈ A y w0 ∈ B. Usando este segmento [z0 , w0 ] defina

S = {s ∈ [0, 1] : sw0 + (1 − s)z0 ∈ A} ⊆ R,


T = {t ∈ [0, 1] : tw0 + (1 − t)z0 ∈ A} ⊆ R.

Es decir, S lo forman los reales en [0, 1] que corresponden a la parte del segmento
[z0 , w0 ] contenida en A y T los reales en [0, 1] correspondientes a la parte del seg-
mento [z0 , w0 ] contenida en B. Como A ∩ B = 0, / entonces S ∩ T = 0.
/ También, 0 ∈ S
y 1 ∈ T y ası́ ambos no son vacı́os. Observe ahora que S ∪ T = [0, 1] ya que, por
1.1 La topologı́a del plano complejo 19

definición de S y T se tiene que S ∪ T ⊆ [0, 1] y si t ∈ [0, 1] considere el punto


tw0 + (1 − t)z0 ∈ [z0 , w0 ] ⊆ Ω . Entonces, tw0 + (1 − t)z0 ∈ Ω = (A ∩ Ω ) ∪ (B ∩ Ω )
por lo que tw0 + (1 − t)z0 ∈ A o tw0 + (1 − t)z0 ∈ B. En el primer caso t ∈ S y en el
segundo caso t ∈ T y ası́ t ∈ S ∪ T , i.e, [0, 1] ⊆ S ∪ T . Finalmente, note que S y T
son abiertos relativos al [0, 1] en R (vea el ejercicio 1.26). t
u

Componentes conexas. A continuación veremos que todo subconjunto Ω ⊆ C no


vacı́o se descomponer, en forma única, como unión de subconjuntos conexos no
vacı́os y disjuntos entre sı́. El resultado que garantiza lo anterior es el siguiente:
Proposición 1.8. Supongamos que {ΩT α ⊆ C : α ∈ Λ } es unaSfamilia de subcon-
juntos conexos indexada por α ∈ Λ . Si α∈Λ Ωα 6= 0,
/ entonces α∈Λ Ωα es conexo.
S
Demostración. Pongamos Ω := α∈Λ Ωα . Si Ω no fuera conexo, entonces Ω =
A∪B, con A, B ⊆ Ω abiertos relativos no vacı́os. Como Ωα 6= 0,
/ existe un z0 ∈ Ωα ,
T

para todo α ∈ Λ . Podemos suponer que z0 ∈ A y por lo tanto A ∩ Ωα 6= 0/ para todo


α ∈ Λ . Como los Ωα son conexos, lo anterior implica que B ∩ Ωα = 0/ para todo
α ∈ Λ y ası́ B = 0,
/ una contradicción. t
u

Dado un subconjunto arbitrario no vacı́o Ω ⊆ k, si z0 ∈ Ω observe que z0 ∈


{z0 } ⊆ Ω y el subconjunto {z0 } es conexo. Se sigue que la familia {Ωα } de subcon-
juntos conexos de Ω que contienen a z0 no es vacı́a. Por la proposición 1.8 anterior
la unión Ω0 := α Ωα ⊆ Ω es conexa y claramente es el mayor subconjunto cone-
S

xo de Ω que contiene a z0 . Se dice entonces que Ω0 es la componente conexa de


Ω que contiene a z0 . Variando z j ∈ Ω y sus componentes conexas correspondientes
Ω j ⊆ Ω se tiene que [
Ω= Ω j.
z j ∈Ω

Note ahora que si z j , zk ∈ Ω , entonces Ω j = Ωk u Ω j ∩Ωk = 0/ ya que si Ω j ∩Ωk 6= 0,


/
por la proposición 1.8 anterior se sigue que Ω j ∪ Ωk es conexo y contiene a z j y a zk .
Por la maximalidad de las componentes conexas se debe tener entonces que Ω j =
Ω j ∪ Ωk = Ωk . Se sigue que las componentes conexas de Ω forman una partición
de Ω .
Corolario 1.9. Si Ω ⊆ C es abierto, entonces las componentes conexas de Ω son
abiertas.
Demostración. Sea Ω 0 ⊆ Ω una componente conexa y sea z0 ∈ Ω 0 Como z0 ∈ Ω y
Ω es abierto, existe un disco B(z0 ; r) ⊆ Ω . Por la proposición 1.8, la unión B(z0 ; r) ∪
Ω 0 es conexa y por la maximalidad de la componente conexa debe ser igual a Ω 0 .
Se sigue que B(z0 ; r) ⊆ Ω 0 y por lo tanto Ω 0 es abierto. t
u

Compacidad. Una cubierta abierta de un conjunto Ω ⊆ C es una familia de con-


juntos abiertos {Uk } de C tales que Ω ⊆ k Uk . Dicho de otra manera, una cubierta
S

abierta de Ω es una familia de subconjuntos abiertos relativos Vk ⊆ Ω tales que


Ω = k Vk . Un subconjunto K ⊆ C es compacto si toda cubierta abierta C = {Uk }
S

de K tiene una subcubierta finita, es decir, existe una subfamilia finita Uk1 , . . . ,Ukn
de C tal que K = Uk1 ∪ · · · ∪Ukn .
20 1 Topologı́a del plano complejo

Ejemplo 1.11. El conjunto vacı́o 0/ es compacto. Todo subconjunto finito {z1 , . . . , zn } ⊆


C es compacto. Por otra parte, las bolas abiertas no son compactas. Por ejemplo, el
disco B(0; 1) = {z ∈ C : |z| < 1} tiene la cubierta abierta C = {B(0; 1 − 1/n) : n ∈
N} ya que para todo |z| < 1 existe un entero n ≥ 1 tal que |z| < 1 − 1/n. Sin embargo
esta cubierta abierta no tiene una subfamilia finita que cubra B(0; 1).

Proposición 1.10. Sea K ⊆ C un conjunto compacto. Entonces,


(1) K es cerrado.
(2) Si F ⊆ K y F es cerrado, entonces F es compacto.

Demostración. (1): Mostraremos que K − ⊆ K. Si z0 ∈ K − , por el ejercicio 1.21,


para todo ε > 0 se tiene que B(z0 ; ε) ∩ K 6= 0.
/ Supongamos que z0 6∈ K y sean Un :=
C−B(z0 ; 1/n) y note que como B(z0 ; T 1/1) ⊇ B(z0 ; 1/2) ⊇ B(z0 ; 1/3) ⊇ · · · , entonces
U1 ⊆ U2 ⊆ U3 ⊆ · · · . Además, como n≥1 B(z0 ; 1/n) = {z0 } y z0 6∈ K, entonces
\ [ [
K ⊆ C − {z0 } = C − B(z0 ; 1/n) = (C − B(z0 ; 1/n)) = Un
n≥1 n≥1 n≥1

por lo que los Ui forman una cubierta abierta de K. Como K es compacto y los Ui
están encadenados, existe un entero n tal que
n
[
K⊆ Uk = Un = C − B(z0 ; 1/n)
k=1

y por lo tanto K ∩B(z0 ; 1/n) = 0,


/ una contradicción con lo que se tiene en el segundo
renglón de la demostración para ε = 1/n. Se sigue que z0 ∈ K y consecuentemente
K = K−.
(2): Sea U = {Ui } una cubierta abierta de F. Como F es cerrado, C − F es abierto
y como F ⊆ K entonces U ∪ {C − F} es una cubierta abierta de K. Como K es
compacto, existe una subcubierta finita, digamos U1 , . . . ,Un , C − F que cubre a K.
Se sigue que U1 , . . . ,Un cubre F. t
u

El teorema de Heine-Borel, 1.15, que demostraremos al final de la sección si-


guiente, caracteriza los subconjuntos compactos del plano complejo.

Ejercicios

1.16. Demuestre que un semiplano abierto es un conjunto abierto.

1.17. Demuestre que un semiplano cerrado es un conjunto cerrado.

1.18. Describa los siguientes subconjuntos de C:


(a) {z ∈ C : Im(z) > 0}.
1.1 La topologı́a del plano complejo 21

(b) {z ∈ C : Re(z) > 3/2}.


(c) {z ∈ C : |z − 1| ≤ 2}.
(d) {z ∈ C : |z + 1| > 2}.
(e) {z ∈ C : Im(z) > 0, −1 1
2 ≤ Re(z) ≤ 2 }.
−1
(f) {z ∈ C : Im(z) > 0, 2 ≤ Re(z) ≤ 21 , |z| ≥ 1}.

1.19. Sea Ω ⊆ C. Demuestre que:


(a) Ω es abierto si y sólo si Ω 0 = Ω .
(b) Ω es cerrado si y sólo si Ω − = Ω .

1.20. Sea Ω ⊆ C. Demuestre que:


(a) Ω 0 = C − (C − Ω )− .
(b) Ω − = C − (C − Ω )0 .
(c) ∂ Ω = Ω − − Ω 0.
(d) ∂ Ω = Ω − ∩ (C − Ω )− .

1.21. Sea Ω ⊆ C. Demuestre que


(a) z ∈ Ω 0 si y sólo si existe ε > 0 tal que B(z; ε) ⊆ Ω .
(b) z ∈ Ω − si y sólo si para todo ε > 0 se tiene que B(z; ε) ∩ Ω 6= 0.
/

1.22. Sea Ω ⊆ C cualquier conjunto. Demuestre que:


(1) (a) Ω y 0/ son abiertos relativos en Ω .
(b) Si A1 , . . . , An ⊆ Ω son abiertos relativos, A1 ∩ · · · ∩ An es abierto relativo.
(c) Si {Ak } es cualquier familia de subconjuntos de Ω que son abiertos relativos,
S
entonces k Ak también es abierto relativo.
(2) (a) Ω y 0/ son cerrados relativos en Ω .
(b) Si A1 , . . . , An ⊆ Ω son cerrados relativos, A1 ∪ · · · ∪ An es cerrado relativo.
(c) Si {AkT} es cualquier familia de subconjuntos de Ω que son cerrados relativos,
entonces k Ak también es cerrado relativo.

1.23. Si A ⊆ Ω es abierto relativo, demuestre que Ω − A ⊆ Ω es cerrado relativo.


Demuestre también que si F ⊆ Ω es cerrado relativo, entonces Ω −F ⊆ Ω es abierto
relativo.

1.24. Demuestre que I ⊆ R es conexo si y sólo si I es un intervalo.

1.25. Un subconjunto A ⊆ C se dice que es convexo si para cualesquiera dos puntos


z, w ∈ A se tiene que el segmento [z, w] ⊆ A.
(1) Demuestre que cualquier disco abierto o cerrado es convexo.
(2) Demuestre que cualquier semiplano abierto o cerrado es convexo.
(3) Demuestre que la intersección de cualquier familia de subconjuntos convexos
es convexa.
22 1 Topologı́a del plano complejo

(4) Dado un subconjunto A ⊆ C, como C es convexo, entonces la familia F de


subconjuntos convexos que contienen a A no es vacı́a. Por el ejercicio anterior
la intersección de todos los miembros de F es convexa y claramente es el menor
subconjunto convexo que contiene a A y se le llama la cápsula convexa de A.
¿Cómo es la cápsula convexa de un conjunto A con dos puntos? ¿Cómo es la
cápsula convexa de un conjunto con tres puntos?

1.26. En la parte final de la demostración del teorema 1.7, demuestre que los con-
juntos S y T son abiertos relativos en [0, 1].

1.27. Si Ω ⊆ C es abierto, demuestre que sus componentes conexas son abiertas


también.

1.28. Demuestre que un conjunto K ⊆ C es compacto si y sólo si para toda familia


de subconjuntos cerrados F = {Fk } de K con la propiedad de que cada subfamilia
finita Fk1 , . . . , Fkn de F satisface que Fk1 ∩ · · · ∩ Fkn 6= 0,
/ se tiene que Fk ∈F Fk 6= 0.
T
/

1.2. Sucesiones y series de números complejos

Una sucesión de números complejos es una función s : N → C. Si n ∈ N usaremos


la notación s(n) =: sn para el valor de la sucesión s en el número natural n. También
denotaremos a la sucesión s como {sn }. Observe que si sn = an + ibb donde an es la
parte real de sn y bn es la parte imaginaria de sn , entonces se tienen dos sucesiones de
números reales, a saber: {an } y {bn }. Recı́procamente, si se tienen dos sucesiones de
números reales {an } y {bn }, éstas determinan una sucesión de números complejos:
{an + ibn }.
Lı́mites de sucesiones. Dada una sucesión {sn } de números complejos, diremos que
{sn } tiene lı́mite L ∈ C si para cada ε > 0 existe un N ∈ N tal que |sn −L| < ε siempre
que n ≥ N. Se dice que la sucesión {sn } es convergente y que converge a L y se usa la
notación lı́m{sn } = L. El ejercicio 1.28 lista algunas de las propiedades elementales
de los lı́mites de sucesiones complejas, cuyas demostraciones son variaciones de las
que se conocen para el caso de sucesiones de números reales. De hecho, observe
que si escribimos sn = an + ibn en su parte real y su parte imaginaria y L = a + ib,
entonces

lı́m{sn } = L si y sólo si lı́m{an } = a y lı́m{bn } = b.

Una implicación se sigue de las desigualdades |an | ≤ |sn | y |bn | ≤ |sn |, y la otra
implicación se sigue de la desigualdad del triángulo |sn | ≤ |an | + |bn |. Para otras
propiedades usuales de las sucesiones de números (complejos) véanse los ejercicios
1.29 al 1.31 al final de esta sección.
Muchas de las propiedades topológicas de C se pueden expresar en términos de
sucesiones:
1.2 Sucesiones y series de números complejos 23

Lema 1.11. Ω ⊆ C es cerrado si y sólo si para toda sucesión {an } ⊆ Ω , si la suce-


sión converge, su lı́mite está en Ω .

Demostración. Si Ω es cerrado y {zn } ⊆ Ω es tal que lı́m{zn } = z ∈ C, entonces


para todo ε > 0 existe N ∈ N tal que si n > N se tiene que zn ∈ B(z; ε). Pero como
zn ∈ Ω , entonces zn ∈ B(z; ε) ∩ Ω , i.e., para todo ε > 0, B(z; ε) ∩ Ω 6= 0/ y ası́, por el
ejericico 1.21, se sigue que z ∈ Ω − = Ω porque Ω es cerrado. Supongamos ahora
que z ∈ Ω − . Por el ejercicio 1.21, para todo ε > 0 existe un zε ∈ B(z; ε) ∩ Ω . En
particular, para ε = 1/n con n ∈ N existen zn ∈ B(z; 1/n) ∩ Ω y se tiene ası́ una
sucesión {zn } ⊆ Ω tal que para cada n se tiene que zn ∈ B(z; 1/n) y por lo tanto
{zn } → z, donde por hipótesis z ∈ Ω . Se sigue que Ω − = Ω . t
u

Si Ω ⊆ C, un punto z ∈ C es un punto de acumulación o punto lı́mite


 de Ω si
para todo disco B(z; ε) centrado en z se tiene que Ω ∩ B(z; ε) − {z} 6= 0.
/ Por el
ejercicio 1.21 (b) lo anterior es equivalente a que z ∈ (Ω − {z})− .
Lema 1.12. Si Ω ⊆ C, un punto z ∈ C es un punto de acumulación de Ω si y sólo si
existe una sucesión {zn } ⊆ Ω − {z} tal que z = lı́m{zn }.

Demostración. Si z es punto de acumulación de  Ω , por definición, para ε = 1/n


con n ∈ N, existe un zn ∈ Ω ∩ B(z; 1/n) − {z} . Para la sucesión {zn } ⊆ Ω − {z}
anterior observe que para todo ε > 0 escogiendo N ∈ N tal que 1/N < ε se tiene que
si n ≥ N, entonces |zn − z| < 1/n ≤ 1/N < ε, es decir, lı́m{zn } = z. Recı́procamente,
si existe una tal sucesión, entonces para todo ε > 0 existe un N tal que para n ≥ N se
tiene que |zn −z| < ε, es decir, zn ∈ Ω ∩B(z; ε) y cada zn 6= z porque {zn } ⊆ Ω −{z}.
t
u

Proposición 1.13. Un conjunto Ω ⊆ C es cerrado si y sólo si contiene todos sus


puntos de acumulación.

Demostración. Supongamos que Ω es cerrado. Si z es un punto de acumulación de


Ω y si sucediera que z 6∈ Ω , entonces z ∈ C −Ω , que es abierto porque Ω es cerrado.
Entonces, z es punto interior de C − Ω y ası́ existe un disco B(z; ε) ⊆ C − Ω . Por
lo tanto B(z; ε) ∩ Ω = 0/ lo cual contradice el que z sea punto de acumulación. Se
sigue que z ∈ Ω . Recı́procamente, si Ω contiene a todos sus puntos de acumulación,
mostraremos que C − Ω es abierto. En efecto, sea z ∈ C − Ω . Entonces z no es punto
de acumulación
 de Ω y por lo tanto existe un disco B(z; ε) tal que 0/ = B(z; ε) ∩
Ω − {z} = B(z; ε) ∩ Ω (porque z 6∈ Ω implica que Ω − {z} = Ω ) y por lo tanto
B(z; ε) ⊆ C − Ω . Se sigue que C − Ω es abierto. t
u

Sucesiones de Cauchy. Si {sn } es una sucesión de complejos tal que lı́m{sn } =


L ∈ C, observe que para todo ε > 0 existe un N ∈ N tal que si m, n ≥ N se tiene
que |sm − sn | < ε. En efecto, como lı́m{sn } = L, para ε > 0 existe un N ∈ N tal que
|sm − L| < ε/2 siempre que m ≥ N. Se sigue que si m, n ≥ N entonces

|sm − sn | = |sm − L + L − sn | ≤ |sm − L| + |sn − L| < ε/2 + ε/2 = ε,


24 1 Topologı́a del plano complejo

como se querı́a. Una sucesión de números complejos {sn } que satisface la condición
anterior, es decir que para todo ε > 0 existe un N ∈ N tal que si m, n ≥ N se tiene que
|sm − sn | < ε, se dice que es una sucesión de Cauchy. Hemos ası́ mostrado que en C
toda sucesión convergente es una sucesión de Cauchy. Si escribimos sn = an + ibn
como antes, un argumento similar al del párrafo anterior demuestra que {sn } es de
Cauchy si y sólo si {an } y {bn } son de Cauchy, como sucesiones de números reales.
Observe ahora que, como en R toda sucesión de Cauchy es convergente, se tiene
que en C toda sucesión de Cauchy converge a un número complejo. Es decir, C es
completo. La completez de C es equivalente a la propiedad del teorema de Cantor
siguiente, donde recordamos que si A ⊆ C, se define su diámetro como

diám A := sup{|z − w| : z, w ∈ A}.

Teorema 1.14 (Cantor). Si {Fn } es una sucesión de conjuntos cerrados no vacı́os


de C tales que:
(1) F1 ⊇ F2 ⊇ · · · ,
(2) lı́m{diám Fn } = 0,

\
entonces F := Fn consiste de un único punto.
n=1

Demostración. Para cada n sea zn ∈ Fn un punto arbitrario. Por (1), si m, n ≥ N se


tiene que zm , zn ∈ FN y por lo tanto |zm − zn | ≤ diám FN . Ahora, por (2), para todo
ε > 0 existe un N ∈ N tal que si k ≥ N se tiene que diám Fk < ε. Se sigue que si
m, n ≥ N se tiene que |zm − zn | < ε y por lo tanto {zn } es una sucesión de Cauchy en
C y consecuentemente lı́m{zn } = z ∈ C. Ahora, como Fn ⊆ FN para todo n ≥ N y
como zn ∈ Fn , entonces zn ∈ FN para todo n ≥ N, es decir la cola de la sucesión {zn }
está contenida en FN y como FN es cerrado, por el lema 1.11 se sigue que z ∈ FN y
por lo tanto z ∈ Fn para todo n y consecuentemente z ∈ ∞ n=1 Fn =: F y ası́ F 6= 0.
T
/ Por
otra parte, si z, w ∈ F, entonces z, w ∈ Fn para todo n y por lo tanto |z − w| ≤ diám Fn
para todo n y como lı́m{diám Fn } = 0 se sigue que |z − w| = 0, es decir, z = w y
ası́ F contiene un único punto. t
u

El teorema siguiente caracteriza los subconjuntos compactos del plano complejo:

Teorema 1.15 (Heine-Borel). Un subconjunto K ⊆ C es compacto si y sólo si es


cerrado y acotado.

Demostración. Si K es compacto, por la primera parte de la proposición anterior, K


es cerrado. Por otra parte, como los discos B(0; n) con n ∈ N, cubren claramente C,
entonces cubren K y como K es compacto existe una subcubierta finita que, como
los discos anteriores están encadenados, equivale a que existe un disco B(0; M) tal
que K ⊆ B(0; M) y por lo tanto K está acotado por M.
1.2 Sucesiones y series de números complejos 25

Supongamos ahora que K es cerrado y acotado. Como es acotado, existe un M >


0 tal que K ⊆ B(0; M). Se sigue que K ⊆ B(0; M) ⊆ [−M, M] × [−M, M] =: C, donde
C es el cuadrado de centro el origen y lado 2M:

M6

−M M-
C

−M
Note que C es cerrado y por la proposición 1.10 basta mostrar que C es compacto
para que K lo sea. Supongamos, que existe una cubierta abierta U = {Uα } de C que
no contiene una subcubierta finita. Dividamos C en los cuatro cuadrados cerrados y
con interiores disjuntos siguientes: C1 = [0, M]×[0, M], C2 = [−M, 0]×[0, M], C3 =
[−M, 0] × [0, −M], C4 = [0, M] × [0, −M]:

C2 C1
• -
C3 C4

Se sigue que alguno de los C j no se puede cubrir con un número finito de los Uα .
Sin perder generalidad supongamos que C1 no se puede cubrir con un número finito
de los Uα y denotemos este por C(1) . Procedemos entonces dividir este C(1) en cua-
(1) (1)
tro cuadrados cerrados con interiores disjuntos: C1 = [0, M/2] × [0, M/2], C2 =
(1) (1)
[M/2, M] × [0, M/2], C3 = [M/2, M] × [M/2, M], C4 = [0, M/2] × [M/2, M]:

6
(4) (3)
C1 C1
(1) (2)
C1 C1
• -
(1)
Entonces, alguno de los C j no se puede cubrir con un número finitos de los Uα .
(1)
Sin perder generalidad supongamos que C1 no se puede cubrir con un número
finito de los Uα y denotemos este por C(2) . Note que el proceso anterior no se puede
(n)
detener porque si ası́ sucediera todos los C j correspondientes se cubrirı́an por un
número finito de los Uα y por lo tanto también C quedarı́a cubierto por este número
finito de Uα . Hemos ası́ construido una familia de subconjuntos cerrados no vacı́os
encadenados
C ⊇ C(1) ⊇ C(2) ⊇ C(3) ⊇ · · ·
donde claramente lı́m{diámC(n) } = 0 y ası́, por el teorema de Cantor 1.14, existe
un único punto z ∈ n≥1 C(n) ⊆ C. Ahora, como z ∈ C y los Uα cubren C, entonces
T
26 1 Topologı́a del plano complejo

z ∈ Uα para algún α, y como Uα es abierto, existe un B(z; δ ) ⊆ Uα . Para esta δ > 0,


como lı́m{diámC(n) } = 0, existe un entero N > 0 tal que diámC(n) < δ para todo
n ≥ N, y como z ∈ C(n) , entonces C(n) ⊆ B(z; δ ) ⊆ Uα . Es decir, estos C(n) están
cubiertos por una única Uα , una contradicción. t
u

Series de números complejos. Si {an } es una sucesión de complejos, considere las


sumas parciales:
sn = a1 + a2 + · · · + an
y note que estas definen una nueva sucesión {sn }, llamada la sucesión de sumas
parciales de {an }. A esta sucesión de sumas parciales se le llama la serie o serie
infinita asociada a la sucesión {an } y se denota por

{sn } = ∑ an .
n=0

Decimos que la serie ∑∞ n=0 an es convergente y que converge a L ∈ C si la suce-


sión de sumas parciales {sn } converge a L. Se usa la notación ∑∞n=0 an = L, y se dice
que L es la suma de la serie infinita anterior. Se dice que una serie ∑∞
n=0 an diverge si
{sn } no tiene un lı́mite en C. Se dice que una serie ∑∞ a
n=0 n converge absolutamente
si la serie de módulos ∑∞ |a
n=0 n | es convergente. Las propiedades usuales de las se-
ries de números (complejos) se encuentran en los ejercicios 1.35 y 1.36 al final de
esta sección.

Lı́mite superior y lı́mite inferior. Supongamos que {an } es una sucesión de núme-
ros reales.
1. Si {an } no está acotada superiormente, se define el lı́mite superior como

lı́m sup{an } = ∞.

2. Si {an } está acotada por arriba, entonces también lo es la sucesión {am+n }n∈N
para cada m. Si ponemos

αm := sup{am+n : n ∈ N}

claramente la sucesión {αm } es decreciente. Si sucede que lı́m{αm } = −∞ se


define
lı́m sup{an } = −∞.
3. Si {an } está acotada por arriba y lı́m{αm } = α ∈ R, se define

lı́m sup{an } = α.

Se tiene la noción correspondiente de lı́mite inferior, denotado lı́m inf{an }, y


definido como sigue (donde αm = ı́nf{am+n : n ∈ N}):
1.2 Sucesiones y series de números complejos 27

−∞
 si {an } no está acotada inferiormente,
lı́m inf{an } = ∞ si {an } está acotada inferiormente y lı́m{αm } = ∞,

si {an } está acotada inferiormente y lı́m{αm } = α ∈ R.

α

Ejercicios

1.29. Si {zn } es una sucesión convergente en C, demuestre que su lı́mite es único. Si


{zn } y {wn } son dos sucesiones convergentes, con lı́mites L1 y L2 , respectivamente,
demuestre que
(1) La suma de las sucesiones {zn + wn } converge a L1 + L2 .
(2) El productto de las sucesiones {zn wn } converge a L1 L2 .
(3) El cociente (cuando está definido) de las sucesiones {zn /wn } converge a L1 /L2
si L2 6= 0.

1.30. Demuestre que si {zn } es convergente, entonces es acotada. Dé un contraejem-


plo para mostrar que el recı́proco es falso.

1.31. Demuestre que toda sucesión acotada tiene una subsucesión convergente.

1.32. Si Ω ⊆ C demuestre que Ω − = {z ∈ C : z es punto de acumulación de Ω }.

1.33. Demuestre que K ⊆ C es compacto si y sólo si todo subconjunto infinito de K


tiene un punto de acumulación en K.

1.34. Demuestre que diám A = diám A, para todo A ⊆ C.

1.35. Demuestre que si ∑∞ n=0 zn es convergente, entonces la sucesión {zn } converge


a 0. La afirmación recı́proca es falsa: considere la serie armónica ∑∞
n=0 1/n.

1.36. Demuestre que toda serie ∑∞ n=0 zn absolutamente convergente, es convergente.


Dé un contraejemplo de una serie convergente que no es absolutamente convergente.

1.37. Demuestre que lı́m sup{an } = −∞ si y sólo si lı́m{an } = −∞.

1.38. Demuestre que lı́m sup{an } = ∞ si y sólo si existe una subsucesión de {an }
cuyo lı́mite es ∞.

1.39. Demuestre que lı́m sup{an } = α ∈ R si y sólo si para todo ε > 0 el conjunto
{n : an ≥ α − ε} es acotado y el conjunto {n : an > α − ε} es no acotado.

1.40. Si α ∈ R y {an } ⊆ R, demuestre que lı́m{an } = α si y sólo si lı́m sup{an } =


α = lı́m inf{an }.

1.41. Si lı́m sup{an } = α ∈ R, demuestre que para toda subsucesión convergente


{bn } de {an } se tiene que lı́m{bn } ≤ α. Más aún, demuestre que existe una subsu-
cesión {bn } tal que lı́m{bn } = α.
28 1 Topologı́a del plano complejo

1.42. Si lı́m sup{an } = α y c > 0 es un real, demuestre que lı́m sup{can } = cα.

1.43. Si {an } y {bn } son sucesiones acotadas de números reales, demuestre que

lı́m sup{an + bn } ≤ lı́m sup{an } + lı́m sup{bn }.

lı́m inf{an + bn } ≥ lı́m inf{an } + lı́m inf{bn }.

1.44. Demuestre que lı́m inf{an } ≤ lı́m sup{an }.

1.45. Si {an } y {bn } son sucesiones de números reales positivos tales que a =
lı́m sup{an } y 0 < b = lı́m{bn } < ∞, demuestre que

ab = lı́m sup{an bn }.

1.46. Demuestre que lı́m{n1/n } = 1. Sugerencia: considere log n1/n .


 1/n
1
1.47. Demuestre que lı́m n! = 0.

∞ ∞
1.48. Suponga que ∑ an = L1 y ∑ bn = L2 y que cada una de estas series converge
n=0 n=0
n ∞
absolutamente. Defina cn = ∑ ak bn−k . Demuestre que ∑ cn = L1 L2 .
k=0 n=0

1.3. Funciones de una variable compleja

Si Ω ⊆ C, estaremos interesados en funciones f : Ω → C y en esta sección es-


tudiaremos sus propiedades generales básicas: su comportamiento bajo lı́mites y
su continuidad. Para comenzar, observe que como el codominio de estas funcio-
nes es el campo de números complejos, las funciones anteriores se pueden sumar,
restar y multiplicar (y dividir, siempre y cuando el denominador no sea cero). Las
definiciones son las usuales: si f , g : Ω → C son dos funciones, su suma es la fun-
ción f + g : Ω → C definida por ( f + g)(z) = f (z) = g(z), su producto es la fun-
ción f g : Ω → C dada por ( f g)(z) = f (z)g(z). La resta f − g : Ω → C está dada
por ( f − g)(z) = f (z) − g(z) y el cociente f /g tiene como dominio al conjunto
Ω 0 := {z ∈ Ω : g(z) 6= 0} y se define, para z ∈ Ω 0 mediante ( f /g)(z) = f (z)/g(z).
Si f : Ω → C y g : ∆ → C son dos funciones tales que para todo z ∈ Ω se tiene que
f (z) ∈ ∆ , es decir, la imagen del conjunto Ω bajo f

f (Ω ) := { f (z) : z ∈ Ω }

está contenida en ∆ , entonces se define la composición

g◦ f : Ω → C
1.3 Funciones de una variable compleja 29

mediante (g◦ f )(z) := g( f (z)), observando que, si z ∈ Ω , el valor o imagen f (z) ∈ ∆


está en el dominio de g por la hipótesis de que f (Ω ) ⊆ ∆ .
Lı́mites. Si f : Ω → C es una función y z0 es un punto de acumulación de Ω , se
dice que un número complejo L ∈ C es el lı́mite de f cuando z se aproxima a z0 si
para todo ε > 0 existe un δ > 0 tal que siempre que 0 < |z − z0 | < δ y z ∈ Ω , se
tiene que | f (z) − f (z0 )| < ε. Como para el caso de funciones reales de variable real,
si el lı́mite L anterior existe, este es único (vea el ejercicio 1.49) y lo denotaremos
por
L = lı́m f (z).
z→z0

La demostración del resultado siguiente la dejamos como el ejercicio 1.50:


Proposición 1.16. Sean f , g : Ω → C dos funciones y z0 un punto de acumulación
de Ω . Si lı́mz→z0 f (z) y lı́mz→z0 g(z) existen, entonces:
(1) lı́m ( f ± g)(z) = lı́m f (z) ± lı́m g(z).
z→z0 z→z0 z→z0
 
(2) lı́m ( f g)(z) = lı́m f (z) lı́m g(z) .
z→z0 z→z0 z→z0
  
(3) Si lı́m g(z) 6= 0, entonces lı́m f (z)/g(z) = lı́m f (z) lı́m g(z) .
z→z0 z→z0 z→z0 z→z0
t
u
Continuidad. Una función f : Ω → C es continua en el punto z0 ∈ Ω si

lı́m f (z) = f (z0 ).


z→z0

Por definición de lı́mite, lo anterior quiere decir que, para todo ε > 0 existe un δ > 0
tal que si |z − z0 | < δ y z ∈ Ω , se tiene que | f (z) − f (z0 )| < ε. Interpretando las
desigualdades anteriores en términos de discos abiertos, se tiene que f es continua
en z0 ∈ Ω si y sólo si para todo disco abierto B( f (z0 ); ε) con centro f (z0 ), existe un
disco abierto B(z0 ; δ ) con centro z0 tal que para todo z ∈ B(z0 ; δ ) ∩ Ω se tiene que
f (z) ∈ B( f (z0 ); ε); es decir, f (B(z0 ; δ ) ∩ Ω ⊆ B( f (z0 ); ε). Dicho de otra manera,
hemos probado que para cualquier disco abierto B( f (z0 ); ε) con centro f (z0 ), existe
un disco abierto B(z0 ; δ ) tal que su intersección con Ω está contenida en la imagen
inversa del disco B( f (z0 ); ε):

f −1 (B( f (z0 ); ε)) := {z ∈ Ω : f (z) ∈ B( f (z0 ); ε)}.

Hemos ası́ probado:


Proposición 1.17. Una función f : Ω → C es continua en el punto z0 ∈ Ω si y sólo
si para todo disco abierto B( f (z0 ); ε) con centro en f (z0 ) existe un disco abierto
B(z0 ; δ ) tal que B(z0 ; δ ) ∩ Ω ⊆ f −1 B( f (z0 ); ε).
t
u
La demostración del resultado siguiente la dejamos como el ejercicio 1.51:
Proposición 1.18. Sean f , g : Ω → C funciones continuas en un punto z0 ∈ Ω . En-
tonces,
30 1 Topologı́a del plano complejo

(1) f ± g : Ω → C es continua en z0 .
(2) f g : Ω → C es continua en z0 .
(3) Si g(z0 ) 6= 0, entonces f /g : Ω → C es continua en z0 .
t
u
Se dice que una función f : Ω → C es continua si lo es en cada punto de su
dominio.
Teorema 1.19. Una función f : Ω → C es continua si y sólo si para todo abierto
U ⊆ C se tiene que f −1 (U) es abierto en Ω .
Demostración. Si U ⊆ C es abierto y z ∈ f −1 (U), entonces f (z) ∈ U y como U
es abierto existe un disco B( f (z); ε) ⊆ U. Ahora,  como f es continua en z, para
todo ε > 0 existe un δ > 0 tal que f B(z; δ ) ∩ Ω ⊆ B( f (z); ε) ⊆ U y por lo tanto
B(z; δ ) ∩ Ω ⊆ f −1 (U) y por lo tanto f −1 (U) es abierto en Ω . Recı́procamente, si
z ∈ Ω , para todo ε > 0 por hipótesis f −1 B( f (z); ε) es abierto en Ω , es decir, existe
un abierto V ⊆ C tal que f −1 B( f (z); ε) = V ∩ Ω y ası́ z ∈ V , por lo que existe
un disco B(z; δ ) ⊆ V y consecuentemente B(z; δ ) ∩ Ω ⊆ f −1 B( f (z); ε) y ası́ por la
proposición anterior f es continua en z, para todo z ∈ Ω . t
u
Corolario 1.20. Sean f : Ω → C y g : ∆ → C funciones tales que f (Ω ) ⊆ ∆ y
además f y g son continuas. Entonces, g ◦ f : Ω → C es continua.
Demostración. Si U ⊆ C es abierto, como g es continua se tiene que g−1 (U) es
abierto en ∆ , y como f es continua se sigue que (g ◦ f )−1 (U) = f −1 (g−1U) es
abierto en Ω . t
u
Teorema 1.21. Sea f : Ω → C una función continua.
(1) Si Ω es conexo, entonces f (Ω ) también es conexo.
(1) Si Ω es compacto, entonces f (Ω ) también es compacto.
Demostración. (1): Supongamos que V ⊆ f (Ω ) es abierto y cerrado en f (Ω ) y que
/ Entonces, f −1V 6= 0/ y f −1V es abierto y cerrado en el conexo Ω porque f es
V 6= 0.
continua. Se sigue que f −1V = Ω y ası́ V = f (Ω ) y por lo tanto f (Ω ) es conexo.
(2): Si Ω = 0, / entonces f (Ω ) = 0/ y no hay nada que probar. Supongamos que
Ω 6= 0/ y sea {Vi } una cubierta abierta de f (Ω ), es decir, f (Ω ) ⊆ i Vi . Entonces,
S

{ f −1Vi } es una cubierta abierta de Ω , y como Ω es compacto, entonces existe una


subcubierta finita, digamos Ω ⊆ f −1V1 ∪ · · · ∪ f −1Vn . Se sigue que

f (Ω ) ⊆ f f −1V1 ∪ · · · ∪ f −1Vn ⊆ f ( f −1V1 ∪ · · · ∪ f f −1Vn ⊆ V1 ∪ · · · ∪Vn


  

y por lo tanto V1 , . . . ,Vn es una subcubierta finita de f (Ω ). t


u

Una función f : Ω → C es uniformemente continua si para todo ε > 0 existe un


δ > 0 (que sólo depende de ε) tal que | f (z) − f (w)| < ε siempre que |z − w| < δ .
Claramente toda función uniformemente continua es continua. El ejercicio 1.56 pide
encontrar una función continua que no es uniformemente continua.
1.3 Funciones de una variable compleja 31

Teorema 1.22. Si f : Ω → C es continua y Ω es compacto, entonces f es uniforme-


mente continua.

Demostración. Dado ε > 0, como f es continua en cada u ∈ Ω , existe un δu > 0


(que depende de u y ε) tal que si |u − v| < 2δu se tiene que

(1) | f (u) − f (v)| < ε/2.

La familia de discos {B(u; δu )}u∈Ω es una cubierta abierta de Ω y como éste es


compacto existe una subcubierta finita, digamos B(u1 ; δ1 ), . . ., B(un ; δn ). Sea δ =
mı́n{δ1 , . . . , δn }. Entonces, dados w, z ∈ Ω tales que |w − z| < δ , como los discos
B(u j ; δ j ) cubren Ω , entonces w ∈ B(uk ; δk ) para algún k entre 1 y n, y por lo tanto
|uk − w| < δk . Además, |w − z| < δ ≤ δk , por lo que

|uk − z| ≤ |uk − w| + |w − z| < 2δk

y ası́, por (1), se sigue que | f (uk ) − f (z)| < ε/2. Por otra parte, como |uk − w| <
δk < 2δk , por (1) se sigue que | f (uk ) − f (w)| < ε/2. Las dos últimas desigualdades
implican que

| f (w) − f (z)| ≤ | f (w) − f (uk )| + | f (uk ) − f (z)| < ε/2 + ε/2 = ε

siempre que |w − z| < δ . t


u

Si A, b ⊆ C son no vacı́os, se define la distancia entre A y B mediante

d(A, B) := ı́nf{d(a, b); : a ∈ A, b ∈ B}.

En el caso cuando A = {a} consta de un solo punto se define d(a, B) := d({a}, B).
Note también que si A = {a} y B = {b}, entonces d(A, B) = d(a, b). También, si
A ∩ B 6= 0,
/ entonces d(A, B) = 0. Sin embargo se puede tener que d(A, B) = 0 aún
/ Por ejemplo, si A = {z = (a, 0) ∈ C} y B = {z = (x, ex ) = x+iex ∈
cuando A∩B 6= 0.
C}, entonces B es ası́ntota al eje real A por lo que d(A, B) = 0. Note que A ∩ B = 0/
y ambos son cerrados, pero ninguno es compacto.
Proposición 1.23. Si A, B ⊆ C son no vacı́os disjuntos, B cerrado y A compacto,
entonces d(A, B) > 0.

Demostración. Defina f : C → R mediante f (z) := d(z, B). Claramente f es conti-


nua. Como A ∩ B = 0/ y B es cerrado, entonces para todo a ∈ A se tiene que f (a) > 0.
Pero como A es compacto, por el ejercicio 1.55, la función continua f alcanza su
mı́nimo en A, es decir, existe un a0 ∈ A tal que 0 < f (a0 ) = ı́nf{ f (z) : z ∈ A} =
d(A, B). t
u
32 1 Topologı́a del plano complejo

Ejercicios

1.49. Sea f : Ω → C una función y z0 un punto de acumulación de Ω . Si el lı́mite


lı́mz→z0 f (z) existe, demuestre que es único.

1.50. Demuestre la proposición 1.16.

1.51. Demuestre la proposición 1.18.

1.52. Sean f : Ω → ∆ ⊆ C y g : ∆ → C funciones. Sea z0 un punto de acumulación


de Ω tal que lı́mz→z0 f (z) = w0 ∈ ∆ y suponga que g es continua en w0 . Demuestre
que
lı́m (g ◦ f )(z) = g( lı́m f (z)) = g(w0 ).
z→z0 z→z0

1.53. Sean f : Ω → C una función y z0 ∈ C un punto de acumulación de Ω . De-


muestre que
lı́m = L ∈ C
z→z0

si y sólo si para toda sucesión {zn } ⊆ Ω − {z0 } que converge a z0 se tiene que

lı́m{ f (zn )} = L.

1.54. Si K ⊆ C es compacto y f : K → C es continua, demuestre que existe un punto


z0 ∈ K tal que
| f (z0 )| = sup{| f (z)| : z ∈ K}.
Ası́, en un compacto el módulo de una función continua alcanza su máximo.

1.55. Si K ⊆ C es compacto y f : K → C es continua, demuestre que existe un punto


z0 ∈ K tal que
| f (z0 )| = ı́nf{| f (z)| : z ∈ K}.
(En un compacto el módulo de una función continua alcanza su mı́nimo).

1.56. Dé un ejemplo de una función continua que no es uniformemente continua.

1.57. Si f , g : Ω → C son uniformemente continuas, demuestre que f + g también


lo es.

1.58. Si f : Ω → C es uniformemente continua y {zn } es una sucesión de Cauchy


en Ω , demuestre que { f (zn )} es una sucesión de Cauchy en C.

1.59. Demuestre que d(z, Ω ) = d(z, Ω − ).

1.60. Si Ω ⊆ C, un subconjunto A ⊆ Ω es denso en Ω si A− = Ω . Por ejemplo, el


conjunto A = {a + bi : a, b ∈ Q} ⊆ C es denso en C. Suponga que f , g : Ω → C son
dos funciones continuas tales que f (z) = g(z) para todo z ∈ A, donde A es denso en
Ω . Demuestre que f = g.
1.4 La esfera de Riemann y el plano complejo extendido 33

1.61. Un punto z0 ∈ Ω se dice que es aislado si existe un disco B(z0 ; ε), con ε > 0,
tal que Ω ∩ B(z0 ; ε) = {z0 }. Demuestre que si z0 ∈ Ω , entonces z0 es un punto
aislado o un punto de acumulación de Ω .

1.62. Si z0 ∈ Ω es un punto aislado, demuestre que cualquier función f : Ω → C es


continua en z0 .

1.63. Una función f Ω → C se dice que es Lipschitz si existe una constante L > 0
tal que | f (z) − f (w)| ≤ L|z − w| para todo z, w ∈ Ω . Demuestre que toda función de
Lipschitz es uniformemente continua.

1.64. Si 0/ 6= A ⊆ Ω ⊆ C, demuestre que la función f : Ω → C dada por f (z) =


d(z, A) es de Lipschitz.

1.65. Demuestre que la función f : C → C dada por f (z) = |z| es de Lipschitz.

1.66. Demuestre que la función f : R → R dada por f (x) = x2 no es de Lipschitz.

1.4. La esfera de Riemann y el plano complejo extendido

Además de los lı́mites de la forma lı́mz→∞ f (z) = L ∈ C o de la forma lı́mz→z0 f (z) =


∞, que ya hemos encontrado, hay muchas otras situaciones donde serı́a conveniente
trabajar con el sı́mbolo ∞ como un elemento especial del dominio o codominio de
una función y por lo tanto es deseable extender el plano complejo C añadiendo un
punto al infinito y definir el plano complejo extendido como

C∞ := C ∪ {∞},

donde ∞ es un elemento que no está en C. Ası́, expresiones como lı́mz→z0 f (z) = ∞


tienen sentido dentro de C∞ y también expresiones del estilo lı́mz→∞ f (z) = z0 con
z0 ∈ C o z0 = ∞. El plano extendido C∞ será de mucha utilidad al poder considerar
funciones que tomen el valor ∞. Un ejemplo de tal función es f (z) = 1/z donde
ahora podemos decir que f (0) = ∞ en el plano complejo extendido. Para que los
lı́mites anteriores tengan sentido dentro de C∞ , necesitamos introducir una métrica
o distancia en C∞ . Siguiendo a Carathéodory, se introduce la distancia cordal o
métrica cordal en C∞ como sigue. Primero, se identifica C con el plano coordenado
XY en R3 , es decir, C = {(x, y, 0) ∈ R3 }. Después, se identifica C∞ con la esfera
unitaria en R3 :
S := {(x, y, z) ∈ R3 : x2 + y2 + z2 = 1}.
Para hacer esta identificación, denote con N = (0, 0, 1) ∈ S al polo norte de la esfera
y considere la función
ϕ : S − {N} → C
definida, para un punto P = (x1 , y1 , z1 ) ∈ S − {N}, como el punto de intersección de
la recta LP en R3 que pasa por los dos puntos P y N:
34 1 Topologı́a del plano complejo

LP := {(x, y, z) = (0, 0, 1) + t(x1 , x2 , z1 − 1) = (tx1 ,ty1 , 1 − t(z1 − 1)) : t ∈ R},

con el plano C:

6
N

P
◦ - Y


• w

X
donde un cálculo rutinario da como resultado el punto
 x y1 
1
(1) ϕ(P) = , ,0
1 − z1 1 − z1
donde notamos que como P 6= N, entonces la coordenada z1 6= 1. A la función ϕ se
le llama la proyección estereográfica de S en C. Que ϕ es biyectiva es fácil de ver
porque su inversa es la función

ψ : C → S − {N}

definida, para un complejo w = (x, y, 0) ∈ C, considerando la recta Lw que pasa por


w y N:

Lw := {(x1 , y1 , z1 ) = (0, 0, 1) + t(x, y, −1) = (tx,ty, 1 − t) : t ∈ R},

y que corta a S en el punto


 2x 2y |w|2 − 1 
(2) ψ(w) = , , .
1 + |w|2 1 + |w|2 1 + |w|2

Un cálculo sencillo muestra que ϕ y ψ son inversas una de la otra. Finalmente,


ambas funciones se extienden a todo S y a C∞ definiendo

(3) ϕ(N) = ∞ y ψ(∞) = N.

Se introduce entonces la distancia cordal entre dos puntos w, w0 ∈ C∞ como la


distancia en R3 entre los puntos ψ(w), ψ(w0 ) ∈ S correspondientes, es decir, usando
(2) y (3), se define

dc (w, w0 ) := d(ψ(w), ψ(w0 )) = kψ(w) − ψ(z)k,


1.4 La esfera de Riemann y el plano complejo extendido 35

donde en el lado derecho se tiene la distancia euclidiana de R3 . Que la anterior


definición es, en efecto, una métrica en C∞ es porque la distancia euclidiana es una
métrica en R3 . Note que con esta métrica en C∞ , si w = x + iy ∈ C y w0 = ∞, usando
(3) y (2) se tiene que
2
dc (w, ∞) = dc (ψ(w), ψ(∞)) = dc (ψ(w), N) = p ,
|w|2 + 1

¡y ası́ el ∞ ya no está tan lejos! Al plano complejo extendido C∞ , o a su represen-


tación como la esfera S2 ⊆ R3 , se le conoce también como la esfera de Riemann.
Para otra interpretación del plano complejo extendido C∞ véase la subsección sobre
la recta proyectiva compleja en la página 181 del capı́tulo 7.

Ejercicios

1.67. Por definición, un cı́rculo en S es la intersección de un plano Π en R3 con S.


Recuerde que un plano en R3 tiene una ecuación cartesiana de la forma Ax + by +
Cz+D = 0. Usando la proyección estereográfica (1), demuestre que la proyección de
un cı́rculo S en S corresponde a un cı́rculo T en el plano C si el cı́rculo S no contiene
al polo norte. Demuestre que si S contiene al polo norte, entonces su proyección T
en C es una recta.
1.68. Demuestre el recı́proco del ejercicio anterior. Es decir, si T es un cı́rculo en C,
bajo la inversa (2) de la proyección estereográfica su imagen S en S es un cı́rculo. Si
T es una recta en C, demuestre que su imagen bajo (2) es un cı́rculo en S menos el
polo norte.
1.69. Sea dc : C∞ × C∞ → C∞ la distancia cordal. Demuestre que, en efecto, es una
distancia, es decir, satisface las condiciones:
dc (z, w) ≥ 0, y dc (z, w) = 0 si y sólo si z = w.
dc (z, e) = dc (w, z).
dc (z, w) ≤ dc (z, u) + dc (u, w), para cualquier u ∈ C∞ .
1.70. Si z, w ∈ C∞ , demuestre que

dc (1/z, 1/w) = dc (z, w).

1.71. Si z, w ∈ C, demuestre que

2|w − z|
dc (z, w) = p p .
1 + |z|2 1 + |w|2

1.72. Demuestre que si z, w ∈ C, entonces la distancia cordal dc (z, w) ≤ |w − z|.


1.73. Demuestre que la función ψ : C∞ → S es una isometrı́a.
Capı́tulo 2
Derivación

En este capı́tulo comenzamos introduciendo el concepto de derivada de una fun-


ción f : Ω → C en un punto z ∈ Ω para después considerar funciones derivables
en todos los puntos de su dominio Ω (un abierto de C), probamos sus principa-
les propiedades e ilustramos la teorı́a con varios ejemplos de funciones derivables
(polinomios, funciones racionales, la exponencial compleja, logaritmos, potencias
y funciones trigonométricas).

2.1. Derivadas

Si Ω ⊆ C es un conjunto abierto, f : Ω → C es una función y z ∈ Ω , diremos


que f es diferenciable en z si el lı́mite siguiente existe

f (w) − f (z)
f 0 (z) := lı́m .
w→z w−z
y a este lı́mite se le llama la derivada de f en z. Observe que este lı́mite es igual a

f (z + h) − f (z)
f 0 (z) = lı́m
h→0 h
con h ∈ C tal que z + h ∈ Ω .
Ejemplo 2.1. La función f : C → C dada por f (z) = z (conjugación) no es diferen-
ciable en ningún punto de C. En efecto,

f (z + h) − f (z) z + h − z z + h − z h
= = =
h h h h
y escribiendo h = a + bi note que h ∈ R si y sólo si b = 0 por lo que h/h = a/a = 1,
y por otra parte, h ∈ Ri si y sólo si a = 0 y ası́ h/h = −bi/bi = −1 por lo que

37
38 2 Derivación
(
f (z + h) − f (z) 1 si h ∈ R,
=
h −1 si h ∈ Ri

y por lo tanto el lı́mite f 0 (z) no existe.

Ejemplo 2.2. La función f : C → C dada por f (z) = c (constante) es diferenciable


en todos los puntos de C y su derivada es f 0 (z) = 0.

Ejemplo 2.3. La función f : C → C dada por f (z) = z (la identidad) es diferenciable


en todos los puntos de C y su derivada es f 0 (z) = 1.

Ejemplo 2.4. En general, la función f : C → C dada por f (z) = zn (con n ∈ N) es


diferenciable en todos los puntos de C y su derivada es f 0 (z) = nzn−1 . Esto se puede
comprobar directamente o mejor aún, se sigue del ejemplo anterior y del resultado
siguiente:

Proposición 2.1. Sea Ω ⊆ C un conjunto abierto y sean f , g : Ω → C funciones. Si


z ∈ Ω y f , g son diferenciables en z, entonces:
(1) f + g : Ω → C es diferenciable en z, y además ( f + g)0 (z) = f 0 (z) + g0 (z).
(2) f · g : Ω → C es diferenciable en z, y además ( f · g)0 (z) = f (z)g0 (z) + f 0 (z)g(z).
(3) Si g 6= 0, f /g : Ω → C es diferenciable en z, y además si g(z) 6= 0,
 0
f g(z) f 0 (z) − f (z)g0 (z)
(z) = .
g g(z)2

Demostración. Directo de las definiciones, pero vea también el ejercicio 2.2. t


u

Ejemplo 2.5. De los ejemplos 2 y 4 y de la proposición anterior se sigue que todo


polinomio complejo f : C → C,

f (z) = an zn + an−1 zn−1 + · · · + a2 z2 + a1 z + a0

con n ≥ 0 entero y los coeficientes a j ∈ C, es diferenciable en todo C.

Proposición 2.2. Si f : Ω → C es diferenciable en z0 ∈ Ω , entonces f es continua


en z0 .

Demostración.
 f (z) − f (z0 ) 
lı́m f (z) − f (z0 ) = lı́m z − z0
z→z0 z→z0 z − z0
f (z) − f (z0 )
= lı́m · lı́m (z − z0 )
z→z0 z − z0 z→z0
0
= f (z0 ) · 0 = 0,

de donde se sigue que lı́mz→z0 f (z) = f (z0 ). t


u
2.1 Derivadas 39

Derivación à la Carathéodory. La formulación de Carathéodory de la noción de


derivada de una función f : Ω → C en un punto z0 ∈ Ω enfatiza la continuidad de la
función f en el punto z0 , de hecho, la definición misma lleva implı́cita la noción de
continuidad y al mismo tiempo permite facilitar la demostración de varios teoremas
sobre derivación, donde la demostración usual con la definición que hemos dado
(esencialmente debida a Cauchy) requiere detalles poco iluminantes. Carathéodory
comienza con la definición usual
f (z) − f (z0 )
f 0 (z0 ) = lı́m
z→z0 z − z0
observando, como en la proposición 2.2, que la continuidad de f en z0 es directa de
esta definición y propone la definición siguiente: La función f : Ω → C es derivable
à la Carathéodory en un punto z0 ∈ Ω si existe una función ϕ : Ω → C continua en
z0 tal que
f (z) − f (z0 ) = ϕ(z)(z − z0 )
para todo z ∈ Ω . Note que el lı́mite involucrado en la definición de Cauchy de deri-
vada está ahora implı́cito sutilmente en la continuidad de la función ϕ en z0 .
Proposición 2.3 (Carathéodory). Sean f : Ω → C una función y z0 ∈ Ω un punto.
Entonces, f tiene una derivada (en el sentido de Cauchy) en z0 si y sólo si f es
derivable en el sentido de Carathéodory en z0 . De hecho, para la función ϕ : Ω → C,
de la definición se tiene que f 0 (z0 ) = ϕ(z0 ).
Demostración. Si f es derivable en el sentido de Carathéodory, entonces para todo
z 6= z0 ,
f (z) − f (z0 )
= ϕ(z)
z − z0
donde ϕ es continua en z0 por lo que

f 0 (z0 ) = lı́m ϕ(z) = ϕ(z0 )


z→z0

existe. Recı́procamente, si f 0 (z0 ) existe en el sentido de Cauchy, definamos ϕ : Ω →


C mediante
 f (z) − f (z0 ) si z 6= z ,

0
ϕ(z) = z − z0
 0
f (z0 ) si z = z0 .
Entonces claramente ϕ es continua en z0 y si z 6= z0 se tiene que

f (z) − f (z0 ) = ϕ(z)(z − z0 )

y para z = z0 obviamente también se cumple la igualdad anterior. t


u

Observación 2.1. La definición de Carathéodory es la misma para funciones reales


de variable real f : Ω ⊆ R → R, o para funciones complejas de variable real f : Ω ⊆
R → C. La proposición anterior sigue siendo cierta en estos contextos también.
40 2 Derivación

Como consecuencia inmediata de la formulación de Carathéodory probaremos la


regla de la cadena para la derivada de una composición de funciones. Más adelante,
en el corolario 4.26, una vez que ya hayamos probado que toda función diferenciable
(en el sentido complejo) f : Ω → C es abierta (el teorema 4.25), usando el criterio de
Carathéodory probaremos el teorema para la derivada de la inversa de una función
diferenciable (en el sentido complejo) biyectiva.
Proposición 2.4 (Regla de la cadena). Sean f : Ω ⊆ C → ∆ ⊆ C y g : ∆ ⊆ C → C
funciones con Ω y ∆ abiertos y sea z0 ∈ Ω . Si f 0 (z0 ) y g0 ( f (z0 )) existen, entonces

(g ◦ f )0 (z0 ) = g0 ( f (z0 )) · f 0 (z0 ).

Demostración. Por hipótesis, para z ∈ Ω

(1) f (z) − f (z0 ) = ϕ(z)(z − z0 )

donde ϕ : Ω → C es continua en z0 . También,

(2) g(w) − ( f (z0 )) = ψ(w)(w − f (z0 ))

para w ∈ ∆ y donde ψ : ∆ → C es continua en f (z0 ). Se sigue que

(g ◦ f )(z) − (g ◦ f )(z0 ) = g( f (z)) − g( f (z0 ))


= ψ( f (z))( f (z) − f (z0 )) por (2)
= (ψ ◦ f )(z)ϕ(z)(z − z0 ) por (1)

y notamos que la función (ψ ◦ f ) · ϕ : Ω → C es continua en z0 , porque por hipótesis


ϕ es continua en z0 y como f 0 (z0 ) existe, entonces f es continua en z0 y por hipótesis
ψ es continua en f (z0 ). Hemos ası́ mostrado que g◦ f es derivable à la Carathéodory
en z0 y por la proposición 2.3 de la igualdad

(g ◦ f )(z) − (g ◦ f )(z0 ) = (ψ ◦ f )(z)ϕ(z)(z − z0 )

se sigue que

(g ◦ f )0 (z0 ) = ((ψ ◦ f ) · ϕ)(z0 ) = ψ( f (z0 )) · ϕ(z0 ) = g0 ( f (z0 )) · f 0 (z0 ).

t
u

Observación 2.2. La regla de la cadena anterior sigue siendo válida para cualquier
combinación de funciones reales o complejas de variable real o compleja que pue-
dan ser compuestas. Usaremos ésto en la demostración del resultado siguiente:
Proposición 2.5. Si Ω ⊆ C es abierto y conexo y f : Ω → C es diferenciable (en el
sentido complejo) tal que f 0 (z) = 0 para todo z ∈ Ω , entonces f es constante.
Demostración. Fijemos z0 ∈ Ω y sea w0 = f (z0 ). Sea U = {z ∈ Ω : f (z) = w0 }.
Mostraremos que U es abierto y cerrado en Ω . Como Ω es conexo se sigue que U
2.1 Derivadas 41

es vacı́o o todo Ω y como z0 ∈ Ω , de lo anterior se sigue que U = Ω y por lo tanto


f es constante.
U es cerrado: sea z ∈ Ω y sea {zn } ⊆ U tal que z = lı́m{zn }. Como f (zn ) = w0 para
todo n y como f es continua se sigue que f (z) = w0 y por lo tanto z ∈ U y ası́ U es
cerrado.
U es abierto: sea w ∈ U ⊆ Ω . Como Ω es abierto existe una bola B(w; ε) ⊆ Ω .
Ahora, si z ∈ B(w; ε) definamos g : [0, 1] → C mediante g(t) = f (tz + (1 − t)w),
donde observamos que el segmento tz + (1 − t)w está contenido en B(w; ε) ⊆ Ω
porque una bola es convexa. Por la regla de la cadena de la observación anterior
aplicada a la composición t 7→ tz + (1 − t)w 7→ f (tz + (1 − t)w) se sigue que

g0 (t) = f 0 (tz + (1 − t)w)(z − w) = 0 · (z − w) = 0

(donde la segunda igualdad es por la hipótesis de que f 0 (z) = 0 para todo z ∈ Ω ).


Por lo tanto, g0 (t) = 0 para todo t ∈ [0, 1] y ası́ g es constante en [0, 1] y consecuen-
temente
f (z) = g(1) = g(0) = f (w) = w0
y ası́ z ∈ U, i.e., B(w; ε) ⊆ U y por lo tanto U es abierto. t
u

Diferenciabilidad como aproximación lineal. La proposición siguiente esencial-


mente dice que la diferenciabilidad de una función f en z0 es equivalente a que f es
aproximada en z0 por la función lineal f (z0 ) + c(z − z0 ), donde c ∈ C es constante,
en el sentido que cuando z está cerca de z0 la diferencia entre f (z) y f (z0 )+c(z−z0 )
es pequeña comparada con |z − z0 |:
Proposición 2.6 (Diferenciabilidad como aproximación lineal). Sean Ω ⊆ C un
abierto y f : Ω → C una función. Entonces, f es diferenciable en z0 ∈ Ω si y sólo
si f se puede escribir de la forma

(∗) f (z) = f (z0 ) + c(z − z0 ) + ε(z)(z − z0 )

donde c ∈ C es una constante, ε : Ω → C es continua en z0 y lı́m ε(z) = 0; si esto


z→z0
sucede, entonces f 0 (z0 ) = c.

Demostración. Si f 0 (z0 ) existe, entonces la función

f (z) − f (z0 )



 z−z − f 0 (z0 ) si z 6= z0
0
ε(z) =


si z = z0 .

0

satisface que lı́m ε(z) = 0 y además es continua en z0 . Recı́procamente, si f (z) es


z→z0
de la forma (∗), entonces para z 6= z0 ,
42 2 Derivación

f (z) − f (z0 )
= c + ε(z)
z − z0
por lo que  
f (z) − f (z0 ) 
lı́m = lı́m c + ε(z) = c
z→z0 z − z0 z→z0

y por lo tanto c = f 0 (z0 ). t


u

Ejercicios

2.1. En la formulación de Carathéodory, demuestre que a lo más hay una única


función ϕ que satisface las condiciones impuestas.
2.2. Usando la caracterización de la derivada por Carathéodory, demuestre la pro-
posición 2.1 y convénzase de la bondad de la formulación de Carathéodory.
2.3. Si f : Ω ⊆ R → C la escribimos como f (t) = u(t) + iv(t), con u, v : Ω ⊆→ R
y si f 0 (t0 ) existe para t0 ∈ Ω , demuestre que

f 0 (t0 ) = u0 (t0 ) + iv0 (t0 ).

2.4 (Teorema de Rolle). Si a, b ∈ R con a < b y f : [a, b] → R es continua, y además


es derivable en (a, b), demuestre que si f (a) = f (b), existe un ξ ∈ (a, b) donde f
alcanza su máximo o mı́nimo.
2.5 (Teorema del valor medio). Si a, b ∈ R con a < b y f : [a, b] → R es continua
y además es derivable en (a, b), demuestre que existe un ξ ∈ (a, b) tal que

f (b) − f (a)
f 0 (ξ ) = .
b−a
Sugerencia: Aplique el teorema de Rolle a la función g : [a, b] → R dada por
 
b−t t −a
g(t) = f (t) − f (a) + f (b) .
b−a b−a

Note también que el teorema de Rolle es un caso especial del teorema del valor
medio.
2.6. Suponga que f : Ω ⊆ R → R es continua e inyectiva con Ω conexo (i.e., un
intervalo de R). Demuestre que f : Ω → f (Ω ) es un homeomorfismo. Claramente
f es biyectiva sobre su imagen y sólo debe probar que su inversa g : f (Ω ) → Ω es
continua.
2.7 (Derivada de la función inversa para funciones reales). Usando la formula-
ción de Carathéodory, demuestre que si f : (a, b) → R es continua e inyectiva y para
ξ ∈ (a, b), f 0 (ξ ) existe y no es nula, para la inversa g de f se tiene que
2.2 Las ecuaciones de Cauchy-Riemann 43

1
g0 ( f (ξ )) = .
f 0 (ξ )

2.8. Si Ω ⊆ C es una región y f : Ω → C es una función que tiene una primitiva,


es decir, otra función F : Ω → C tal que F 0 = f , demuestre que cualesquiera dos
primitivas de f difieren sólo por una constante. Sugerencia: use la proposición 2.5.

2.2. Las ecuaciones de Cauchy-Riemann

Supongamos que f : Ω → C es una función diferenciable en un punto z ∈ Ω .


Entonces, el lı́mite
f (z + h) − f (z)
f 0 (z) = lı́m
h→0 h
existe, es decir, no importa cómo h se aproxime a 0 en el plano complejo (siempre
que z + h ∈ Ω ) el valor del lı́mite es el mismo:

z+h
z+h 6

•z z+h
z+h
◦ -
z+h

y notamos que esta condición hace más rı́gida la existencia de este lı́mite. Compare
esto con el caso de funciones reales de variable real f : D ⊆ R → R donde para
x ∈ D sólo hay dos direcciones para las cuales h se aproxima a 0:

z+h z z+h
• - ◦  •

Regresando al caso de funciones complejas f : Ω → C notamos que también hay


dos direcciones privilegiadas cuando h → 0, a saber cuando h ∈ R y cuando h ∈
Ri, es decir, cuando z + h → z moviéndose paralelo al eje real y cuando z + h → z
moviéndose paralelamente al eje imaginario:
• z+h
6
z+h ? z+h
• -◦ •
z 6
◦ -
• z+h
44 2 Derivación

Ası́, si f = u + iv, es decir, para z = x + iy = (x, y) escribiendo

f (z) = f (x + iy) = f (x, y) = u(x, y) + iv(x, y)

donde u, v : Ω → R son funciones reales de dos variables reales, veamos cómo se


comportan estas funciones al calcular el lı́mite que define f 0 (z) a lo largo de las dos
direcciones privilegiadas anteriores:
(1): Supongamos que h → 0 con h ∈ R. Entonces, z + h = (x + h) + iy = (x + h, y) y
por lo tanto

f (z + h) − f (z) f (x + h, y) − f (x, y) u(x + h, y) + iv(x + h, y) − u(x, y) − iv(x, y)


= =
h h h
u(x + y, h) − u(x, y) v(x + y, h) − v(x, y)
= +i
h h
por lo que como f 0 (z) existe se debe tener que

f (z + h) − f (z) u(x + h, y) − u(x, y) v(x + h, y) − v(x, y)


f 0 (z) = lı́m = lı́m + i lı́m
h→0 h h→0 h h→0 h
∂u ∂v
= +i .
∂x ∂x
(2): Similarmente, si h → 0 con h ∈ Ri, escribiendo h = ki con k ∈ R se tiene que
h → 0 si y sólo si k → 0 y por lo tanto z + h = x + iy + ik = x + i(y + k) = (x, y + k)
y ası́

f (z + h) − f (z) f (x, y + k) − f (x, y) u(x, y + k) + iv(x, y + k) − u(x, y) − iv(x, y)


= =
h  ik ik 
1 u(x, y + k) − u(x, y) v(x, y + k) − v(x, y)
= +i
i k ik

por lo que como f 0 (z) existe se debe tener que


 
0 f (z + h) − f (z) 1 u(x, y + k) − u(x, y) v(x, y + k) − v(x, y)
f (z) = lı́m = lı́m +i
h→0 h i k→0 k ik
   
1 u(x, y + k) − u(x, y) v(x, y + k) − v(x, y)
= lı́m + lı́m
i k→0 k k→0 ik
∂u ∂v
= −i +
∂y ∂y

ya que −i = 1/i.
Finalmente, como f 0 (z) existe las dos formas que calculamos el lı́mite deben
coincidir, es decir
∂u ∂v ∂u ∂v
+i = −i +
∂x ∂x ∂y ∂y
2.2 Las ecuaciones de Cauchy-Riemann 45

e igualando partes reales con partes reales y partes imaginarias con partes imagina-
rias se obtiene que

∂u ∂v ∂u ∂v
= y =− .
∂x ∂y ∂y ∂x
A este par de ecuaciones diferenciales parciales se les conoce como las ecuaciones
de Cauchy-Riemann. Hemos ası́ probado el resultado siguiente:
Proposición 2.7. Si f = u + iv : Ω → C tiene derivada f 0 (z) en un punto z ∈ Ω ,
entonces las partes real e imaginaria u y v de f deben satisfacer las ecuaciones de
Cauchy-Riemann.
t
u
Sin embargo, la satisfacción de las ecuaciones de Cauchy-Riemann en un punto
z = (x, y) no es suficiente para garantizar la existencia de f 0 (z), esencialmente por-
que hay muchas otras direcciones para h → 0 al calcular el lı́mite que define f 0 (z).
El ejemplo siguiente ilustra lo anterior:
Ejemplo 2.6. Sea f : C → C la función dada por

 xy(x + iy) si z 6= 0,
f (z) = f (x + iy) = x2 + y2
0 si z = 0.

Como f ≡ 0 en el eje real y en el eje imaginario, se sigue que en el punto z =


(0, 0) se satisfacen las ecuaciones de Cauchy-Riemann en ese punto. Sin embargo,
f 0 (0) no existe porque si escogemos h = x + iy se tiene que
xy(x+iy)
f (0 + h) − f (0) f (h) − 0 x2 +y2 xy
lı́m = lı́m = lı́m = lı́m 2
h→0 h h→0 h h→0 x + iy (x,y)→(0,0) x + y2

es un lı́mite que no existe (por ejemplo a lo largo de las rectas y = mx su valor


m
depende de m, a saber 1+m 2 ).

Comparación con la noción de diferenciabilidad para funciones reales. Pensan-


do a una región Ω ⊆ C como un abierto conexo de R2 , considere ahora funciones
reales u : Ω ⊆ R2 → R y recuerde que u es diferenciable (como función real) en el
punto z0 = (x0 , y0 ) ∈ Ω si y sólo si existen números reales a, b ∈ R y una función
ε : Ω → R continua en z0 tal que ε(x0 , y0 ) = 0 que satisfacen que para z = (x, y) ∈ Ω
en una vecindad de z0 se tiene que
q
u(x, y) = u(x0 , y0 ) + a(x − x0 ) + b(y − y0 ) + ε(x, y) (x − x0 )2 + (y − y0 )2 .

Se sigue que u tiene primeras derivadas parciales en z0 dadas por ux (z0 ) = a y


uy (z0 ) = b, y por lo tanto la expresión anterior para u(z) es única. Más aún, u es
continua en z0 . Note también que podemos reescribir la igualdad anterior como
46 2 Derivación

u(z) = u(z0 ) + a(x − x0 ) + b(y − y0 ) + ε(z)|z − z0 |

donde
u(z) − u(z0 ) − a(x − x0 ) − b(y − y0 )
lı́m ε(z) = lı́m = 0.
z→z0 z→z0 z − z0
Compare lo anterior con la noción de diferenciabilidad de una función compleja,
por ejemplo en la reformulación en la proposición 2.6.
Regresando ahora al caso de funciones complejas f = u + iv : Ω → C, si f 0 (z0 )
existe, sea c ∈ C como en la proposición 2.6 y escribamos c = a + ib, z = x + iy, con
a, b, x, y ∈ R. Entonces, por la proposición 2.6

f (z) − f (z0 ) − c(z − z0 ) u(z) + iv(z) − u(z0 ) − iv(z0 ) − (a + ib)(z − z0 )


ε(z) = =
z − z0 z − z0
u(z) − u(z0 ) − a(x − x0 ) + b(y − y0 ) h v(z) − v(z0 ) − b(x − x0 ) − a(y − y0 ) i
= +i
z − z0 z − z0
u(x, y) − u(x0 , y0 ) − a(x − x0 ) + b(y − y0 )
=
z − z0
h v(x, y) − v(x , y ) − b(x − x ) − a(y − y ) i
0 0 0 0
+i
z − z0
=: ε1 (x, y) + iε2 (x, y)

donde notamos que

(∗) lı́m ε(z) = 0 ⇔ lı́m ε1 (x, y) = 0 y lı́m ε2 (x, y) = 0.


z→z0 z→z0 z→z0

El resultado siguiente complementa la proposición 2.7:


Proposición 2.8. Una función f = u + iv : Ω → C tiene derivada f 0 (z0 ) en un punto
z0 ∈ Ω si y sólo si las partes real e imaginaria u y v de f son diferenciables (como
funciones reales) en z0 = (x0 , y0 ) y satisfacen las ecuaciones de Cauchy-Riemann.
En este caso se tiene que

f 0 (z0 ) = ux (z0 ) + ivx (z0 ) = vy (z0 ) − iuy (z0 ).

Demostración. Por la proposición 2.7, si f 0 (z0 ) existe se tiene que u y v satisfa-


cen las ecuaciones de Cauchy-Riemann y son diferenciables por la igualdad (∗).
Las igualdades para f 0 (z0 ) se obtuvieron en la demostración de la proposición 2.7.
Recı́procamente, si u y v son diferenciables en z0 , por la igualdad (∗) se sigue que
f 0 (z0 ) existe y las igualdades para f 0 (z0 ) se siguen por las condiciones de Cauchy-
Riemann que satisfacen u y v por hipótesis. t
u

El resultado siguiente muestra la suficiencia de las condiciones de Cauchy-


Riemann para que f 0 (z) exista si además se supone que las parciales ux , uy , vx , vy
existen y son continuas en una vecindad abierta de z. Notamos desde ahora que es-
tas condiciones extra (la continuidad de las parciales) se satisfacen una vez que se
requiere que f 0 (z) exista, pero esto sólo se probará hasta el teorema 4.5.
2.2 Las ecuaciones de Cauchy-Riemann 47

Proposición 2.9. Sean Ω ⊆ C un abierto, f = u + iv : Ω → C una función y z0 ∈ Ω .


Si las derivadas parciales de las funciones u y v existen y son continuas en una
vecindad abierta de z0 y además satisfacen las ecuaciones de Cauchy-Riemann en
z0 , entonces f 0 (z0 ) existe.

Demostración. Por la proposición 2.8 basta probar que u y v son diferenciables en


z0 y claramente basta verificar lo anterior para u. Entonces

u(z) − u(z0 ) = u(x, y) − u(x0 , y0 )


 
= u(x, y) − u(x, y0 ) + u(x, y0 ) − u(x0 , y0 )
= uy (x, ξ )(y − y0 ) + ux (ϑ , y0 )(x − x0 ),

donde la última igualdad es por el teorema del valor medio del cálculo, donde ξ
está entre y y y0 , para la función u(x, −), y donde ϑ está entre x y x0 , para la función
u(−, y0 ). Se sigue que

u(x, y) − u(x0 , y0 ) − ux (x0 , y0 )(x − x0 ) − uy (x0 , y0 )(y − y0 ) =


   
uy (x, ξ ) − uy (x0 , y0 ) (y − y0 ) + ux (ϑ , y0 ) − ux (x0 , y0 ) (x − x0 )

y por lo tanto

u(x, y) − u(x0 , y0 ) − ux (x0 , y0 )(x − x0 ) − uy (x0 , y0 )(y − y0 )
=
|z − z0 |


uy (x, ξ ) − uy (x0 , y0 ) |y − y0 | ux (ϑ , y0 ) − ux (x0 , y0 ) |x − x0 |
= +
|z − z0 | |z − z0 |

≤ uy (x, ξ ) − uy (x0 , y0 ) + ux (ϑ , y0 ) − ux (x0 , y0 )

donde la última desigualdad es porque |y − y0 | ≤ |z − z0 | y |x − x0 | ≤ |z − z0 |. Ası́,


cuando z → z0 se tiene que (x, ξ ) → (x0 , y0 ) y (ϑ , y0 ) → (x0 , y0 ) y como por hipóte-
sis ux y uy son continuas en z0 , el lado derecho de la desigualdad de arriba tiende a
0 y por lo tanto también el lado izquierdo, es decir, u es diferenciable en z0 , como
se querı́a. t
u

Ejemplo 2.7. Sea f : C → C la función f (z) = |z|2 = x2 + y2 si z = x + iy. Entonces,


u = x2 + y2 y v = 0. Se sigue que ux = 2x, uy = 2y y vx = 0 = vy que son todas
continuas en C. Por la proposición anterior f es diferenciable en z = (x, y) si y sólo
si satisfacen las ecuaciones de Cauchy-Riemann, i.e., 2x = 0 y 2y = 0, i.e., si y sólo
si x = 0 = y. Por lo tanto f sólo tiene derivada en z = 0.

Funciones holomorfas. La proposición 2.8 y el ejemplo 2.7 anteriores muestran la


importancia de considerar funciones f : Ω → C, con Ω abierto, que sean diferen-
ciables en cada punto z ∈ Ω . A una función que satisfaga lo anterior se le conoce
48 2 Derivación

como una función holomorfa1 en Ω . Con esta terminologı́a, la proposición 2.7 dice
las partes real e imaginaria de toda función holomorfa f satisfacen las ecuaciones de
Cauchy-Riemann y la proposición 2.9 dice que el recı́proco es cierto si además las
derivadas parciales de las partes real e imaginaria de f son continuas. La exigencia
de la continuidad de las derivadas parciales de u y v introduce cierta asimetrı́a, pero
como veremos más adelante en el teorema 4.5, las funciones holomorfas tienen de-
rivadas de todos los órdenes y ası́, por la proposción 2.2 la existencia de f 00 (x + iy)
implica la continuidad de f 0 en x + iy, en particular la continuidad de las derivadas
parciales de u y v, eliminando la asimetrı́a entre las proposiciones 2.7 y 2.9. El teore-
ma 4.5 que afirma que toda función holomorfa es de clase C∞ muestra la diferencia
profunda entre las funciones complejas y las funciones reales, ya que lo anterior
es falso para el caso de funciones reales como lo muestra el ejemplo 2.8 siguiente.
Antes de formular el ejemplo, observemos que la proposición 2.5 muestra la im-
portancia de considerar el caso cuando Ω es conexo. A los conjuntos Ω ⊆ C que
sean abiertos y conexos se les conoce como regiones y en análisis complejo juegan
el papel análogo a los intervalos abiertos reales para el caso de funciones reales de
variable real.
El anillo de funciones holomorfas. Si Ω ⊆ C es una región, por la proposición
2.1 la suma y producto de funciones holomorfas en Ω , son holomorfas y las fun-
ciones constantes son holomorfas, en particular la función constante 0 y la función
constante 1 son holomorfas. Se sigue que el conjunto de funciones holomorfas en
Ω:
O(Ω ) := { f : Ω → C : f es holomorfa}
es un anillo conmutativo con uno, al que se conoce como el anillo de funciones
holomorfas. Más adelante, como una consecuencia del teorema de la identidad 4.20,
se probará en el ejercicio 4.19 que el anillo O(Ω ) es un dominio entero.
Ejemplo 2.8. La función f : R → R dada por
(
t 2 sen(1/t) si t 6= 0,
f (t) =
0 si t = 0

tiene primera derivada en todo su dominio pero no tiene segunda derivada en 0.


Lo anterior se debe a que, como observamos al principio de esta sección, cuan-
do se tiene una función compleja holomorfa f , el lı́mite que define a las derivadas
f 0 (z) es el mismo no importando en la dirección en la cual h → 0 en C, lo cual
condiciona mucho a la función f en una vecindad de z. La riqueza de la teorı́a de
funciones de una variable compleja deriva, en mucho, de lo enunciado en la obser-
vación anterior y que será demostrado hasta el teorema 4.5. Antes de proseguir, en la
1 También se dice que f es diferenciable en Ω o que f es analı́tica en Ω . De hecho este último

término es muy usado, sin embargo nosotros no lo usaremos sino hasta después del teorema 4.5
cuando ya hayamos probado que toda función holomorfa es infinito diferenciable y por lo tanto
tiene una expansión en serie de Taylor (corolario 4.13) alrededor de cada uno de los puntos de su
dominio Ω y ası́ es analı́tica en el sentido usual.
2.2 Las ecuaciones de Cauchy-Riemann 49

sección siguiente discutiremos varios ejemplos de funciones complejas holomorfas


importantes.
Operadores diferenciales parciales complejos. Si f = u + iv, en la demostración
de la proposición 2.7 se mostró que si f 0 (z) existe entonces

∂u ∂v ∂v ∂u
(1) f 0 (z) = +i = −i
∂x ∂x ∂y ∂y
y de estas igualdades se obtienen las ecuaciones de Cauchy-Riemann. Con abuso de
notación se definen entonces los operadores diferenciales parciales

∂f ∂u ∂v ∂f ∂u ∂v
(2) := +i y := +i
∂x ∂x ∂x ∂y ∂y ∂y
de tal manera que las ecuaciones de Cauchy-Rieman (1) se pueden ahora reescribir
en términos de estos dos operadores diferenciales como

∂f 1∂f ∂f ∂f
(3) = o mejor aún, como i = .
∂x i ∂y ∂x ∂y
Usando los operadores diferenciales anteriores es conveniente entonces definir, co-
mo lo hace Wirtinger, los operadores diferenciales parciales complejos siguientes:

∂f 1∂ f ∂f ∂f 1∂ f ∂f


(4) := −i y := +i
∂z 2 ∂x ∂y ∂z 2 ∂x ∂y
pensando a uno como conjugado del otro, lo cual es razonable ya que usando los
operadores diferenciales complejos anteriores se recuperan los operadores diferen-
ciales reales originales como

∂f ∂f ∂f ∂f ∂ f ∂ f 
(5) = + y =i − .
∂x ∂z ∂z ∂y ∂z ∂z
Observe que de (5), (4) y (2) se sigue que si f = u + iv, entonces

∂f 1∂u ∂v i ∂v ∂u


= + + −
∂z 2 ∂x ∂y 2 ∂x ∂y
y
∂f 1∂u ∂v i ∂v ∂u
= − + +
∂z 2 ∂x ∂y 2 ∂x ∂y
por lo que las ecuaciones de Cauchy-Riemann (3) se pueden reescribir como

∂f
(6) =0
∂z
es decir, f está en el núcleo del operador ∂ /∂ z. Además, si este es el caso, por la
proposición 2.8 se tiene que la derivada de f en z es
50 2 Derivación

∂f
f 0 (z) =
∂z
ya que, por la proposición 2.8 y por (5) se tienen las dos primeras igualdades si-
guientes
∂f ∂f ∂f ∂f
f 0 (z) = = + =
∂x ∂z ∂z ∂z
y la última igualdad es porque f está en el núcleo de ∂ /∂ z.
Funciones armónicas. Si f = u + iv : Ω → C es holomorfa, como hemos mencio-
nado previamente, véase la página 48, f es de clase C∞ lo cual probaremos en el
teorema 4.5. En particular, las derivadas parcialess ux , uy tienen segundas derivadas
continuas por lo que, diferenciando las ecuaciones de Cauchy-Riemann

∂u ∂v ∂u ∂v
(1) = y =−
∂x ∂y ∂y ∂x
se obtiene que

∂ 2u ∂ 2v ∂ 2u ∂ 2v
2
= y 2
=− ,
∂x ∂ x∂ y ∂y ∂ y∂ x
∂ 2v ∂ 2v
donde ∂ x∂ y = ∂ y∂ x por la continuidad de las segundas derivadas parciales. Se sigue
que

∂ 2u ∂ 2u
(2) + = 0,
∂ x2 ∂ y2
es decir, la función u satisface la ecuación de Laplace (2) y se dice entonces que
u es una función armónica. Un razonamiento análogo muestra que v también es
armónica. En la situación anterior, cuando se tiene una función real u : Ω → R
armónica para la cual existe otra función armónica v : Ω → R tal que f = u + iv :
Ω → C es holomorfa, se dice que v es conjugada armónica de u. Note que una
conjugada armónica v de u no es única ya que para cualquier constante c, v + c
también es conjugada armónica de u. En la proposición siguiente se muestra que la
conjugada armónica de u es única salvo constantes.
Proposición 2.10. Si Ω ⊆ C es una región y u : Ω → R es armónica y tiene conjuga-
das armónicas v1 , v2 : Ω → R, entonces v1 = v2 + c, donde c ∈ C es una constante.

Demostración. Por hipótesis u + iv1 : Ω → C y u + iv2 : Ω → C son holomorfas.


Se sigue que (u + iv1 ) − (u + iv2 ) = i(v1 − v2 ) es holomorfa en Ω y claramente sólo
toma valores en el eje imaginario. Por el ejercicio 2.20 se sigue que i(v1 − v2 ) es
constante y por lo tanto v1 − v2 es constante.

Ejemplo 2.9. La función u : C → R dada por u(x, y)p = ex sen y es armónica. También
la función u : C − {0} → R dada por u(x, y) = log x2 + y2 es armónica. Reconsi-
deraremos esta última función en la página 58 y en el ejercicio 2.35.
2.2 Las ecuaciones de Cauchy-Riemann 51

Ejercicios

2.9. Si Ω ⊆ C es una región, defina Ω ∗ := {z ∈ C : z ∈ Ω }. Si f : Ω → C es holo-


morfa, defina f ∗ : Ω ∗ → C mediante f ∗ (z) := f (z). Demuestre que f ∗ es holomorfa.

2.10. Si Ω = Ω ∗ , observe que Ω es simétrica con respecto al eje real y por el ejer-
cicio anterior se sigue que la función g : Ω → C dada por

g(z) := f (z) − f ∗ (z)

es holomorfa.

2.11. Todo complejo z = x + iy 6= 0 se puede escribir en coordenadas polares como


z = r(cos φ + i sen φ ) donde r = |z| y φ = arg(z) = arctan(y/x). Demuestre que en
coordenadas polares, las ecuaciones de Cauchy-Riemann tienen la forma

∂u 1 ∂v ∂v 1 ∂u
= y =− .
∂r r ∂φ ∂r r ∂φ

2.12. Muestre que la función f : C → C dada por f (z) = x2 + iy2 es diferenciable


en todos los puntos de la recta y = x en C, pero no es holomorfa.

2.13. ¿Cuáles de las funciones siguientes satisfacen las ecuaciones de Cauchy-


Riemann?
f (z) = x2 − y2 − 2ixy.
f (z) = x3 − 3y2 + 2x + i(3x2 y − y3 + 2y).
f (z) = 12 log(x2 + y2 ) + i arcctg(x/y).

2.14. Encuentre todas las funciones holomorfas f = u + iv con u(x, y) = x2 − y2 .

2.15. Demuestre que no hay funciones holomorfas f = u + iv con u(x, y) = x2 + y2 .

2.16. Si : C → C es holomorfa de la forma f (x + iy) = u(x) + iv(y), demuestre que


f es un polinomio de primer grado en z.

2.17. Si f : Ω → C es holomorfa, Ω una región, y u es constante, demuestre que f


es constante. Similarmente, si v es constante, entonces f es constante.

2.18. Si f : Ω → C es holomorfa, Ω una región y | f | es contante, demuestre que f


es constante.

2.19. Si f : Ω → C es holomorfa, Ω una región, y en cada punto z ∈ Ω se tiene


que f (z) = 0 ó f 0 (z) = 0, demuestre que f es constante. Sugerencia: considere el
producto f 2 .

2.20. Si f : Ω → C es holomorfa, Ω una región, y la imagen de f es una recta o un


arco circular, demuestre que f es constante.
52 2 Derivación

2.21. Si f : Ω → C es holomorfa, Ω una región y los valores de f son reales, de-


muestre que f es constante.

2.22. Pensando a una región Ω ⊆ C como Ω ⊆ R2 y a una función compleja f :


Ω → C como una función 2 2
 vectorial de dos variables f : Ω ⊆ R → R dada por
f (x, y) = u(x, y), v(x, y) , la matriz Jacobiana de f en z0 ∈ Ω es de la forma
 
u (z ) u (z )
J f (z0 ) = x 0 y 0 .
vx (z0 ) vy (z0 )

¿Qué forma tiene la matriz Jacobiana de f si f es holomorfa? Demuestre que para


z0 ∈ Ω ,
| f 0 (z0 )|2 = det J f (z0 ).
p
2.23. Muestre que la función f (z) = f (x, y) = |xy| no es diferenciable en el origen
aunque satisface las ecuaciones de Cauchy-Riemann en 0.

2.3. La función exponencial y el logaritmo complejo

El objetivo es definir una función holomorfa E : C → C que tenga propiedades


análogas a la función exponencial real, por lo que en principio debemos pedir que
la función E satisfaga las propiedades siguientes:
(1) E(z + w) = E(z)E(w).
(2) E(x) = ex , si z = x ∈ R.
(3) E debe ser holomorfa en todo C, en particular satisface las ecuaciones de
Cauchy-Riemann.
Escribiendo z = x + iy, de (1) y (2) se sigue que

E(z) = E(x + iy) = E(x)E(iy) = ex E(iy)

y poniendo
E(iy) = A(y) + iB(y)
se sigue que
E(z) = E(x + iy) = ex A(y) + iex B(y).
Ahora, como por (3) E debe ser holomorfa, entonces sus partes real e imaginaria
deben satisfacer las ecuaciones de Cauchy-Riemann, es decir,

A(y) = B0 (y)
A0 (y) = −B(y).

Se sigue que
A00 (y) = −A(y)
2.3 La función exponencial y el logaritmo complejo 53

es decir, A00 = −A. Similarmente, B00 = −B. Nos preguntamos entonces: ¿qué fun-
ciones reales A, B : R → R que conozcamos satisfacen las igualdades A00 = −A y
B00 = −B? Claramente, las funciones seno y coseno satisfacen las identidades ante-
riores y por lo tanto podemos proponer

A(y) := a cos y + b sen y

de donde se obtiene que

B(y) = −A0 (y) = −b cos y + a sen y

y ası́

E(z) = E(x + iy) = ex A(y) + iB(y) = ex a cos y + b sen y + iex − b cos y + a sen y
  

por lo que, para z = 0 se sigue que

1 = e0 = E(0) = a cos 0 + b sen 0 + i − b cos 0 + a sen 0 = a − ib


 

lo cual sucede si y sólo si a = 1 y b = 0. Hemos ası́ mostrado que

A(y) = cos y y B(y) = sen y

y por lo tanto, la definición de E(z) debe ser:

E(z) = E(x + iy) = ex A(y) + iB(y) := ex cos y + i sen y .


 

A esta función E : C → R se le llama la exponencial compleja y también se denota


E(z) = exp(z) = ez . Las propiedades siguientes son inmediatas:
Proposición 2.11. La función exponencial exp : C → R satisface:
(1) Es holomorfa en todo C y de hecho E 0 (z) = E(z) para todo z ∈ C.
(2) ez+w = ez ew .
(3) exp(x) = ex si x ∈ R.
(4) |ez | = ex si z = x + iy.
(5) ez 6= 0 para todo z ∈ C.
Demostración. Las partes (1) a (4) son directas de la definición de E(z). Para (5)
note que ex 6= 0 para todo x ∈ R y cos y + i sen y 6= 0 porque sen y y cos y no se anulan
simultáneamente. t
u

Periodicidad de la exponencial compleja. Hasta aquı́, las propiedades anteriores


recuerdan las correspondientes propiedades de la exponencial real. Sin embargo, a
diferencia de la exponencial real que es inyectiva, la función exponencial compleja
no lo es. De hecho, es periódica, donde recordamos que una función f : C → C es
periódica con perı́odo τ ∈ C si
54 2 Derivación

f (z + τ) = f (z)

para todo z ∈ C. Es claro que una función periódica no puede ser inyectiva. Para
mostrar que la función exponencial compleja es periódica y encontrar su perı́odo,
observe que si τ ∈ C es un tal perı́odo, para todo z ∈ C se debe tener que

ez = ez+τ = ez eτ

y por la parte (5) de la proposición anterior se sigue que eτ = 1. Escribiendo τ =


a + bi, se sigue que

1 = |eτ | = |ea (cos b + i sen b)| = ea

y por lo tanto a = 0. Es decir, τ = bi es puramente imaginario. Se sigue que

1 = eτ = ebi = cos b + i sen b,

por lo que sen b = 0 y cos b = 1. Es decir, b = 2nπ con n ∈ Z y por lo tanto

τ = bi = 2nπi, con n ∈ Z.

Ası́, los perı́odos de ez son de la forma τ = 2nπi con n ∈ Z. Podemos visualizar lo


anterior dividiendo al plano complejo dominio en bandas horizontales de ancho 2π:

6
π

◦ -


−π

y la exponencial compleja exp(z) se comporta igual en cada una de esas bandas.


Hemos ası́ probado la primera parte de la proposición siguiente:
Proposición 2.12. La función exponencial exp : C → R satisface:
(1) Es periódica de perı́odo 2πi.
(2) Para todo w 6= 0 en C, la ecuación

ez = w

tiene un número infinito de soluciones en C.

Demostración. Para (2) observe que si w 6= 0, escribiéndolo en forma polar w =


|w|(cos θ + i sen θ ) con 0 ≤ θ < 2π, y poniendo z = x + iy de la igualdad ez = w se
sigue que
|w|(cos θ + i sen θ ) = ex (cos y + i sen y)
2.3 La función exponencial y el logaritmo complejo 55

por lo que ex = |w| y cos y + i sen y = cos θ + i sen θ . Se sigue que x = log |w| (el
logaritmo natural real, donde notamos que |w| =6 0 por hipótesis) y y = θ + 2nπ con
n ∈ Z. Por lo tanto, las soluciones de ez = w son de la forma

z = log |w| + i(θ + 2nπ) con n ∈ Z.

t
u

El logaritmo complejo. La proposición anterior tiene como consecuencia que, a


diferencia con el caso real, la exponencial compleja no es inyectiva y por lo tanto
no se puede definir una función logaritmo como la inversa de la exponencial. De
hecho, para cada w 6= 0 en C hay una infinidad de complejos z tales que ez = w que,
como vimos en la demostración anterior, son de la forma

z = log |w| + i(θ + 2nπ) con n ∈ Z.

Cada uno de estos valores de z se llama un logaritmo de w. Entonces, escogiendo


una región Ω ⊆ C − {0} y para cada w ∈ Ω un logaritmo z ∈ C de w se tiene una
función ` : Ω → C que satisface que

w = exp(`(w)) para todo w ∈ Ω

y a la que llamaremos una rama del logaritmo.


Observe ahora que si ` : Ω → C es una rama del logaritmo y se define la función
λ : Ω → C mediante λ (w) = `(w) + 2kπi con k ∈ Z, entonces por definición

exp(λ (w)) = exp(`(w)) exp(2kπi) = exp(`(w)) = w

y por lo tanto λ es otra rama del logaritmo.


Recı́procamente, si λ y ` son dos ramas del logaritmo en Ω , entonces para todo
w ∈ Ω se tiene que `(w) = λ (w) + 2kπi por la proposición 2.12, para algún k ∈ Z
que puede depender de w. De hecho, el mismo k sirve para todos los puntos w ∈ Ω
ya que poniendo
1 
γ(w) = `(w) − λ (w)
2πi
es claro que γ es continua en Ω y su imagen γ(Ω ) ⊆ Z. Como Ω es conexo y γ es
continua, por el teorema 1.21 se debe tener que γ(Ω ) = {k} para un único entero
k ∈ Z tal que λ (w) = `(w) + 2kπi para todo w ∈ Ω . Hemos ası́ probado:
Proposición 2.13. Si Ω ⊆ C − {0} es una región y ` : Ω → C es una rama del
logaritmo en Ω , entonces todas las ramas del logaritmo en Ω son de la forma

λ (z) = `(z) + 2kπi

para un k ∈ Z.
t
u
56 2 Derivación

Gracias a la proposición anterior, basta construir una rama del logaritmo para
tenerlas todas. A continuación veremos que escogiendo adecuadamente el dominio
Ω de una rama del logaritmo se obtiene una función holomorfa en Ω cuya derivada
es la esperada. Para ésto se elige Ω = C − (−∞, 0]:

◦ -

(al plano complejo se le quita el semieje real negativo). A la rama del logaritmo en
Ω se le llama la rama principal del logaritmo y se denota por log : Ω → C. Es claro
que log : Ω → C es una función continua y de hecho se tiene más:
Proposición 2.14. La función log : Ω → C es holomorfa y para todo w ∈ Ω se tiene
que
1
log0 (w) = .
w
Demostración. Como exp : C → C es holomorfa, por la formulación de Carathéo-
dory de la derivada si w0 ∈ Ω y z0 = log(w0 ), se tiene que

ez − ez0 = ϕ(z)(z − z0 )

donde ϕ : C → C es holomorfa y ϕ(z0 ) = exp0 (z0 ) = ez0 6= 0. De la igualdad

w − w0 = exp(log w) − exp(log w0 ) = ϕ(log w)(log w − log w0 )

se sigue que
1
log(w) − log(w0 ) = (w − w0 )
ϕ(log w)
y ası́
1 1 1
log0 (w) = = = .
ϕ(log w) exp(log w) w
t
u

Potencias complejas. Queremos definir ahora las potencias az para a, z ∈ C y que-


remos que estas potencias generalizen las potencias usuales, digamos an con n ∈ Z.
Como n puede ser negativo, debemos eliminar el caso cuando a = 0 para evitar divi-
siones por cero. Ası́, supongamos de inicio que a ∈ C − {0} y que z ∈ C es arbitrario
y queremos definir az con las propiedades usuales:
(1) a0 = 1.
(2) a1 = a.
0 0
(3) az+z = az az .
2.3 La función exponencial y el logaritmo complejo 57

Es decir, queremos una función f : C → C que satisfaga las tres condiciones ante-
riores y que además sea holomorfa. Para comenzar note que si f satisface las tres
condiciones anteriores, entonces f (z) 6= 0 para todo z ∈ C ya que si f (z) = 0 para
algún z, por (1) y (3) se tendrı́a que

1 = f (0) = f (z − z) = f (z) f (−z) = 0

una contradicción. Ası́ la función buscada tiene codominio C − {0}. Ahora, de (1)
y (3) se tiene que

f (z + w) − f (z) = f (z) f (w) − f (z) f (0) = f (z) f (w) − f (0)

y ası́, por la definición de derivada en el sentido de Carathéodory (ya que estamos


pidiendo que f sea holomorfa, en particular es continua) se debe tener

f 0 (z) = c f (z)

donde c = f 0 (0).
Por otra parte observe que la derivada del producto de funciones f (z) exp(−cz)
es

f (z) − c exp(−cz) + f 0 (z) exp(−cz) = −c f (z) exp(−cz) + c f (z) exp(−cz) = 0




y como C es conexo, por la proposición 2.5 se sigue que f (z) exp(−cz) es constante.
Observe ahora que para z = 0, f (z) exp(−cz) = f (0) exp(−0) = 1. Se sigue que
f (z) = exp(cz). Poniendo z = 1, de (2) se sigue que a = f (1) = exp(c) y por lo
tanto c es un logaritmo de a. Recı́procamente, si c es un logaritmo de a, la función
f (z) = exp(cz) es holomorfa en C y satisface las condiciones (1) a (3). Hemos
ası́ demostrado que, para a ∈ C − {0} y z ∈ C la definición de az es:

az = exp(z log a)

y como
log a = log |a| + i(θ + 2nπ) con n ∈ Z
entonces

az = exp(z log a) = exp(z(log |a| + iθ )) exp(2πinz) con n ∈ Z.

Ejemplo 2.10. Para z = 1/n con n ∈ N y a ∈ C−{0}, las potencias a1/n son las raı́ces
n-ésimas de a. Para a = e, las potencias ez son los valores de la función exp(z).

Funciones trigonométricas complejas. Observe que si z = iy con y ∈ R, entonces

(1) ez = eiy = cos y + i sen y

y como ez = ez , entonces
58 2 Derivación

(2) eiy = e−iy = cos(−y) + i sen(−y) = cos y − i sen y.

Restando (2) de (1) queda eiy − e−iy = 2i sen y, por lo que


1 iy
e − e−iy .

(3) sen y =
2i
Por otra parte, sumando (1) y (2) queda eiy + e−iy = 2 cos y, por lo que
1 iy
e + e−iy .

(4) cos y =
2
Las identidades (3) y (4) motivan definir las funciones seno y coseno complejos,
sen, cos : C → C, mediante
1 iz
e − e−iz

sen(z) =
2i
y
1 iz
e + e−iz .

cos z =
2
Como la exponencial es holomorfa, se sigue que las funciones seno y coseno
complejos son holomorfas también. Es inmediato de su definición que

(sen z)0 = cos z y (cos z)0 = − sen z.

El ejercicio 2.26 lista algunas de las identidades usuales, análogas al caso de las
funciones seno y coseno reales, y el ejercicio 2.31 define y lista algunas propiedades
de las funciones trigonométricas hiperbólicas.
Existencia de conjugadas armónicas. p En el ejemplo 2.9 vimos que la función
u : C − {0} → R dada por u(x, y) = log x2 + y2 es armónica. Dejamos como el
ejercicio 2.35 probar que u no tiene una conjugada armónica v en todo C − {0}
(esencialmente el problema es que si u = log(|z|) tuviera una conjugada armónica
v, entonces se tendrı́a una rama holomorfa del logaritmo complejo en Ω = C − {0},
lo cual no es posible). El ejemplo anterior muestra que no siempre una función
armónica real tiene una conjugada armónica y se tiene entonces el problema natural
de decidir para qué regiones Ω y cuáles funciones armónicas u : Ω → R se tiene
una conjugada armónica. A continuación veremos que, en el caso simple cuando Ω
es convexo, en particular cuando es un disco abierto, toda función armónica en Ω
tiene una conjugada armónica. Para probar lo anterior necesitaremos usar la regla
de Leibniz para derivar bajo el signo de integral una función continua:
Proposición 2.15 (Leibniz). Sea ϕ : [a, b]×[c, d] → C continua y defina g : [c, d] →
C mediante Z b
g(t) := ϕ(s,t)ds.
a
Entonces,
(1) g es continua.
2.3 La función exponencial y el logaritmo complejo 59

(2) Si ∂ ϕ/∂t existe y es continua en [a, b] × [c, d], entonces g es de clase C1 y


Z b
∂ϕ
g0 (t) = (s,t)ds.
a ∂t
Demostración. (1): Si t0 ∈ [c, d], note que
Z b Z b Z b
lı́m g(t) = lı́m ϕ(s,t)ds = lı́m ϕ(s,t)ds = ϕ(s,t0 )ds = g(t0 )
t→t0 t→t0 a a t→t0 a

(la tercera igualdad porque ϕ es continua).


(2): Mostraremos que g es diferenciable con g0 dada por la fórmula del enunciado.
Una vez probado lo anterior, note que, por hipótesis, ϕ2 := ∂ ϕ/∂t es continua en
[a, b] × [c, d] y como g0 (t) tiene la forma de g(t), por la parte (1) se sigue que g0
es continua y por lo tanto g es de clase C1 , como se querı́a. Por lo tanto, basta
verificar la fórmula del enunciado (2) para g0 . Para ésto, fijemos un punto t0 ∈ [c, d]
y sea ε > 0. Por hipótesis ϕ2 es continua en [a, b] × [c, d] y ası́ es uniformemente
continua y por lo tanto existe un δ > 0 tal que |(s,t) − (s0 ,t 0 )| < δ implica que
|ϕ2 (s,t) − ϕ2 (s0 ,t 0 )| < ε. En particular, para (s0 ,t 0 ) = (s,t0 ) se tiene que |ϕ2 (s,t) −
ϕ2 (s,t0 )| < ε siempre que |(s,t) − (s,t0 )| = |t − t0 | < δ y para todo s ∈ [a, b]. Ası́,
para |t − t0 | < δ y s ∈ [a, b] se tiene que
Z t
[ϕ2 (s, τ) − ϕ2 (s,t0 )]dτ ≤ |t − t0 |ε.

t0

Por otra parte, para un s ∈ [a, b] fijo, la función Φ : [c, d] → C dada por

Φ(τ) := ϕ(s, τ) − τϕ2 (s,t0 )

es primitiva de ϕ2 (s, τ) − ϕ2 (s,t0 ). Ası́, por el teorema fundamental del cálculo


Z t t
[ϕ2 (s, τ) − ϕ2 (s,t0 )]dτ = ϕ(s, τ) − τϕ2 (s,t0 )

t0 t0

= ϕ(s,t) − tϕ2 (s,t0 ) − ϕ(s,t0 ) + t0 ϕ2 (s,t0 )


= ϕ(s,t) − ϕ(s,t0 ) − (t − t0 )ϕ2 (s,t0 ),

que al substituir en la cota para la integral del lado izquierdo nos da



ϕ(s,t) − ϕ(s,t0 ) − (t − t0 )ϕ2 (s,t0 ) ≤ ε|t − t0 |

para todo s ∈ [a, b] con |t − t0 | < δ . Se sigue que


ϕ(s,t) − ϕ(s,t )
0
(∗) − ϕ2 (s,t0 ≤ ε.

t − t0

Finalmente, como
60 2 Derivación
Rb
ϕ(s,t)ds − ab ϕ(s,t0 )ds
R Rb
g(t) − g(t0 ) a a [ϕ(s,t) − ϕ(s,t0 )]ds
= =
t − t0 t − t0 t − t0
se sigue que
g(t) − g(t ) Z b Z b [ϕ(s,t) − ϕ(s,t )] Z b
0 0
− ϕ2 (s,t0 )ds = ds − ϕ2 (s,t0 )ds

t − t0 t − t0

a a a
Z b  [ϕ(s,t) − ϕ(s,t )] 
0
= − ϕ2 (s,t0 ) ds

a t − t0
≤ ε(b − a), (por la cota (∗), para 0 < |t − t0 | < δ ).

Por lo tanto, Z b
g0 (t0 ) = ϕ2 (s,t0 )ds,
a
como se querı́a. t
u

Proposición 2.16. Si Ω es una región convexa, por ejemplo un disco abierto, en-
tonces toda función armónica u : Ω → R tiene una conjugada armónica v.

Demostración. Para a, b ∈ R fijos tales que (a, y), (x, b) ∈ Ω , como Ω es convexo
los segmentos de recta que unen (x, b) con (a, y) están contenidos en Ω . Defina
entonces v : Ω → R mediante
Z y Z x
(∗) v(x, y) := ux (x,t)dt − uy (s, b)ds
b a

donde queremos que v y u satisfagan las ecuaciones de Cauchy-Riemann. Derivando


con respecto a x ambos lados de la ecuación (∗) se obtiene
Z y Z x
d 
vx (x, y) = uxx (x,t)dt − uy (s, b)ds por la regla de Leibniz
b dx a
Z y
=− uyy (x,t)dt − uy (x, b) porque u es armónica
b
= −uy (x, y) + uy (x, b) − uy (x, b) por el teorema fundamental del cálculo
= −uy (x, y),

por lo que uy = −vx . Ahora, derivando con respeto a y ambos lados de (∗) queda
Z x
vy (x, y) = ux (x, y) − uyy (s, b)ds = ux (x, y) − 0 = ux (x, y)
a

donde la segunda igualdad es porque uy (s, b) es constante en y. Se sigue que ux = vy .


t
u
2.3 La función exponencial y el logaritmo complejo 61

Ejercicios

2.24. Para la recta horizontal L = {z ∈ C : Im(z) = b}, demuestre que su imagen


bajo la exponencial compleja exp : C → C − {0} es un rayo basado en el origen y
quitando el {0}.
2.25. Para la recta vertical L = {z ∈ C : Re(z) = a}, demuestre que su imagen bajo
la exponencial compleja exp : C → C − {0} es un cı́rculo con centro en el origen y
radio ea .
2.26. Demuestre las identidades siguientes:
1. sen(−z) = − sen z.
2. cos(−z) = cos z.
3. sen2 z + cos2 z = 1.
4. sen(w + z) = sen w cos z + sen z cos w.
5. cos(w + z) = cos w cos z − sen w sen z.
6. sen(2z) = 2 sen z cos z.
2.27. Demuestre que los ceros de las funciones seno y coseno complejas son los
mismos que los de las funciones reales correspondientes.
2.28. Concluya del ejercicio anterior que las funciones complejas sen z y cos z son
periódicas con perı́odos reales de la forma τ = 2kπ con k ∈ Z. Es decir, sus dominios
de periodicidad son bandas verticales de ancho 2π.
2.29. Se definen las otras funciones trigonométricas complejas, en términos del seno
y coseno complejos, como es usual:
sen z cos z 1 1
tan z = , cot z = , sec z = , csc z = .
cos z sen z cos z sen z
Encuentre sus dominios y muestre que son holomorfas en su dominio y sus deriva-
das son las esperadas.
2.30. Demuestre las identidades usuales para las funciones trigonométricas del ejer-
cicio anterior. Muestre que son periódicas y determine sus perı́odos.
2.31. Las funciones trigonométricas hiperbólicas se definen como sigue
1 cosh z
senh z = (ez − e−z ) coth z =
2 senh z
1 1
cosh z = (ez + e−z ) sech z =
2 cosh z
senh z 1
tanh z = csch z = .
cosh z senh z
1. Observe que senh z y cosh z son holomorfas en todo C. Encuentre los mayores
dominios donde las otras funciones hiperbólicas anteriores son holomorfas
2. Obtenga expresiones para las derivadas de las funciones hiperbólicas.
3. Demuestre las identidades siguientes:
62 2 Derivación

cosh2 z − senh z2 = 1 cos z = cosh iz i sen z = senh iz.

4. Demuestre las identidades siguientes:


senh(a + b) = senh a cosh b + cosh a senh b
cosh(a + b) = cosh a cosh b + senh a senh b
cos z = cos x cosh y − i sen x senh y
sen z = sen z cosh y + i cos x senh y
donde z = x + iy.

2.32. Si ` : Ω → C es una rama del logaritmo y n ∈ Z, demuestre que para todo


z ∈ Ω se tiene que zn = exp(n`(z)).

2.33. Encuentre todas las soluciones de las ecuaciones siguientes:


ez = i.
ez = 1. √
ez = 1 + i 3.
ez = −3.
ez = 1 + i.
sen z = 2. Sugerencia: primero ponga w = eiz y resuelva para w.
cos2 z = −1.

2.34. Muestre que la imagen bajo la exponencial de la recta z = (1 + i)t, para t ∈ R


es una espiral logarı́tmica y bosqueje esta imagen. Sugerencia: escriba w = reiθ y
note que la coordenada polar θ se puede identificar con t.

2.35. Muestre que la función u del ejemplo 2.9 no tiene una conjugada armónica.
∂u
2.36. Demuestre que si u : Ω → R es armónica, entonces la función ∂z es holomorfa.

2.37. Demuestre que la ecuación de Laplace en coordenadas polares tiene la forma

∂ 2u ∂ u ∂ 2u
r2 2
+r + = 0.
∂r ∂r ∂θ2
2.38. Demuestre que si v es conjugada armónica de u, entonces las funciones uv y
u2 − v2 son armónicas.
Capı́tulo 3
Integral de lı́nea

En este capı́tulo desarrollamos la teorı́a básica de la integral (de lı́nea) para fun-
ciones complejas. Comenzamos con las nociones de trayectoria parametrizada y de
curva en el plano complejo. Después, se define la noción de integral de Riemann-
Stieljes de una función compleja a lo largo de una curva rectificable y se prueban
sus propiedades básicas que serán usadas más adelante.

3.1. Trayectorias

Si Ω ⊆ C es una región, una trayectoria en Ω es una función continua γ : [a, b] →


Ω , donde [a, b] ⊆ R es un intervalo cerrado con a < b. Al punto γ(a) se le llama el
extremo inicial de γ y al punto γ(b) se le llama el extremo final de γ:

γ(b)

γ(a)

Si el extremo inicial de γ : [a, b] → Ω es igual a su extremo final, γ(a) = γ(b),


se dice que γ es una trayectoria cerrada. Si γ 0 (t) existe para todo t ∈ [a, b] y la
función γ 0 : [a, b] → C es continua, diremos que γ es una trayectoria lisa. Si existe
una partición P = {a = t0 < t1 < · · · < tn = b} del intervalo [a, b] tal que en cada
subintervalo la restricción γ|[tk−1 ,tk ] es lisa, diremos que γ es lisa por tramos.
En general, si γ : [a, b] → C es una función y P = {a = t0 < t1 < · · · < tn = b}
es una partición del intervalo [a, b], consideremos el polı́gono asociado a P y γ, a
saber:
[γ(a) = γ(t0 ), γ(t1 ), . . . , γ(tn ) = b]

63
64 3 Integral de lı́nea

y es claro que la longitud de este polı́gono es:


n
v(γ; P) := ∑ |γ(tk ) − γ(tk−1 )|.
k=1

Si Q es otra partición de [a, b] que refina a P, es decir, P ⊆ Q, entonces,

v(γ; P) ≤ v(γ; Q).

En efecto, basta considerar el caso cuando Q contiene un único punto más que P,
digamos t 0 ∈ [tk−1 ,tk ]. Entonces, el polı́gono asociado a Q es igual al polı́gono aso-
ciado a P excepto que se tienen dos segmentos adicionales: [γ(tk−1 ), γ(t 0 ), γ(tk )]:

γ(tk )
γ(t 0 )

γ(tk−1 )

y por la desigualdad del triángulo se tiene que

v(γ; P) = ∑ |γ(t j ) − γ(t j−1 )| + |γ(tk ) − γ(tk−1 )|


j6=k

≤ ∑ |γ(t j ) − γ(t j−1 )| + |γ(tk ) − γ(t 0 )| + |γ(t 0 ) − γ(tk−1 )|


j6=k

= v(γ; Q).

Se dice que la trayectoria γ es rectificable si

`(γ) = `ba (γ) := sup{v(γ; P) : P partición de [a, b]} < ∞.


3.1 Trayectorias 65

Lema 3.1. (1) Si γ : [a, b] → C es rectificable y a = a0 < a1 < · · · < an = b es una


partición de [a, b], entonces
n
a
`ba (γ) = ∑ `a jj−1 (γ).
j=1

(2) Si γ, λ : [a, b] → C son rectificables y α, β ∈ C, entonces αγ + β λ : [a, b] → C


dada por
(αγ + β λ )(t) := αγ(t) + β λ (t)
también es rectificable y

`(αγ + αλ ) ≤ |α|`(γ) + |β |`(λ ).

Demostración. (1) es obvio y para (2), si P = {a = t0 < t1 < · · · < tn = b} es una


partición del intervalo [a, b], entonces
n
v(αγ + β λ ) = ∑ |(αγ + β λ )(tk ) − (αγ + β λ )(tk−1 )|
k=1
n
= ∑ |(αγ(tk ) − αγ(tk−1 ) + β λ (tk ) − β λ (tk−1 )|
k=1
n n
≤ ∑ |(αγ(tk ) − αγ(tk−1 )| + ∑ |β λ (tk ) − β λ (tk−1 )|
k=1 k=1
= |α|v(λ ; P) + |β |v(λ ; P).

t
u

Integral de Riemann. Antes de enunciar y probar la proposición siguiente, que


esencialmente da una fórmula sencilla para calcular la longitud de una trayectoria
rectificable, recordamos algunos hechos sobre la integral de Riemann de una función
compleja de variable real. Si f : [a, b] → C es una función y escribimos f (t) =
u(t) + iv(t) con u, v : [a, b] → R funciones reales de variable real, entonces f 0 (t)
existe si y sólo si u0 (t) y v0 (t) existen y se tiene que f 0 (t) = u0 (t) + iv0 (t). Se define
Z b Z b Z b
f (t)dt := u(t)dt + i v(t)dt,
a a a

donde en el lado derecho se tienen las integrales de Riemann de las funciones reales
de variable real u, v. Para t ∈ [a, b] poniendo
Z t Z t Z t
F(t) := f (s)ds = u(s)ds + i v(s)ds,
a a a

se tiene que F(t) es una primitiva de f (t) porque Rpor el teorema fundamental del
cálculo (para funciones reales de variable real), dtd at u(s)ds = u(t) y similarmente
para v. Observe también que
66 3 Integral de lı́nea
Z b Zb
f (t)dt ≤ | f (t)|dt,


a a

ya que
Z b Z b Z b Z b Z b
f (t)dt := u(t)dt + i v(t)dt ≤ u(t)dt + v(t)dt


a a a a a
Z b Z b
≤ |u(t)|dt + |v(t)|dt,
a a

la última desigualdad porque la integral de Riemann de funciones reales de variable


real es un operador creciente.
Proposición 3.2. Si γ : [a, b] → C es lisa por tramos, entonces es rectificable y
Z b
`(γ) = |γ 0 (t)|dt.
a

Demostración. Por el lema anterior podemos suponer que γ es lisa en [a, b], lo cual
significa que γ 0 existe y es continua en [a, b]. Si P = {a = t0 < t1 < · · · < tn = b} es
una partición del intervalo [a, b],
n n Z tk n Z tk Z b
v(γ; P) = ∑ |(γ(tk )−γ(tk−1 )| = ∑ γ 0 (t)dt ≤ ∑ |γ 0 (t)|dt = |γ 0 (t)|dt

k=1 k=1 tk−1 k=1 tk−1 a

donde en la segunda igualdad usamos el teorema fundamental del cálculo. La de-


sigualdad anterior implica que
Z b
(1) `(γ) ≤ |γ 0 (t)|dt,
a

en particular γ es rectificable. Ahora, como γ 0 es continua en el compacto [a, b],


entonces es uniformemente continua y ası́, para todo ε > 0 existe δ1 > 0 tal que |s −
t| < δ1 implica que |γ 0 (s) − γ 0 (t)| < ε. Sea δ2 > 0 tal que la norma de la partición
kPk := máx1≤k≤n {|tk − tk−1 |} < δ2 . Entonces,
Z b n
|γ 0 (t)|dt − ∑ |γ 0 (τk )|(tk − tk−1 ) < ε


a k=1

con τk cualquier punto en [tk−1 ,tk ]. Se sigue que


3.1 Trayectorias 67
Z b n n Z tk
|γ 0 (t)|dt ≤ ε + ∑ |γ 0 (τk )|(tk − tk−1 ) = ε + ∑ γ 0 (τk )dt

a k=1 k=1 tk−1
0
(porque γ (τk ) es constante)
n Z tk n Z tk
≤ε+∑ [γ 0 (τk ) − γ 0 (t)]dt + ∑ γ 0 (t)dt

k=1 tk−1 k=1 tk−1

(por la desigualdad del triángulo)

y si kPk < δ = mı́n{δ1 , δ2 }, entonces |γ 0 (τk ) − γ 0 (t)| < ε para t ∈ [tk−1 ,tk ], y ası́,
por el teorema fundamental del cálculo,
Z b n n
|γ 0 (t)|dt ≤ ε + ∑ ε(tk − tk−1 ) + ∑ γ(tk ) − γ(tk−1 )

a k=1 k=1
= ε + ε(b − a) + v(γ; P) ≤ ε(1 + b − a) + `(γ),

por lo que, para ε → 0+ se sigue que


Z b
(2) |γ 0 (t)|dt ≤ `(γ).
a

Las desigualdades (1) y (2) prueban la proposición. t


u

Ejemplo 3.1. Sea γ : [0, 2π] → C la función γ(t) := r(cost + i sent) = reit con r > 0.
Entonces, la imagen de γ es un cı́rculo con centro en el origen y radio r que se
recorre una vez en sentido contrario a las manecillas de un reloj:
6

• • 0-

Note que el extremo inicial (que también es el extremo final) es el 0, y la longitud


de esta trayectoria es
Z 2π Z 2π Z 2π 2π
`(γ) = |(reit )0 |dt = |rieit |dt = r dt = rt = 2π.

0 0 0 0

Ejemplo 3.2. Considere ahora la trayectoria dada por el polı́gono

γ = [1 − i, 1 + i, −1 + i, −1 − i, 1 − i]

cuya imagen es el cuadrado de la figura siguiente, recorrido en sentido contrario a


las manecillas del reloj:
68 3 Integral de lı́nea

6
−1 + i 1+i

6

• -

? -
−1 − i 1−i

visto como función γ se puede escribir como γ : [0, 1] → C dada por



(1 − 4t)(1 − i) + 4t(1 + i)


si t ∈ [0, 1/4],
(2 − 4t)(1 + i) + (−1 + 4t)(−1 + i) si t ∈ [1/4, 1/2],
γ(t) =
(3 − 4t)(−1 + i) + (−2 + 4t)(−1 − i))
 si t ∈ [1/2, 3/4],

(4 − 4t)(−1 − i) + (−3 + 4t)(1 − i) si t ∈ [3/4, 1].

Claramente, `(γ) = 8, ya que, por ejemplo, para el segmento de recta de [1 − i, 1 + i]


su longitud es
Z 1/4 Z 1/4 1/4
(1 − 4t)(1 − i) + 4t(1 + i) 0 dt =

|8i|dt = 8t = 2.

0 0 0

Ejercicios

3.1. Sea γ : [0, 1] → C dada por



0 si t = 0,
γ(t) =  −1 i 
exp + si 0 < t ≤ 1.
t t
Demuestre que γ es rectificable y continua. Bosqueje su imagen y encuentre su
longitud.

3.2. Sea γ : [0, 1] → C dada por


(
0 si t = 0,
γ(t) =
t + it sen(1/t) si 0 < t ≤ 1.

Muestre que γ es continua pero no es rectificable. Bosqueje su imagen.

3.3. Sea γ : [0, 2π] → C dada por γ(t) = sent + i sent. Bosqueje su imagen y muestre
que es una trayectoria cerrada y que, excepto en los extremos, γ es inyectiva. ¿Puede
calcular su longitud?
3.2 Integral de Riemann-Stieljes 69

3.4. Sea γ : [−1, 1] → C dada por


(
t2 si −1 ≤ t ≤ 0,
γ(t) =
it 2 si 0 ≤ t ≤ 1.

Muestre que γ es lisa (aunque su imagen tiene un pico). Bosqueje su imagen.


3.5. Sea γ : [0, 3π] → C dada por

1 1
γ(t) = t cost + i t sent.
2 2
Bosqueje su imagen (sugerencia: cambie a coordenadas polares).
3.6. Bosqueje la imagen de γ : [−2, 2] → C dada por γ(t) = (t 3 − 1) + i(t 2 + 2). ¿Es
lisa?

3.2. Integral de Riemann-Stieljes

Dada una función continua f : [a, b] → C y una trayectoria γ : [a, b] → C, para


una partición P = {a = t0 < t1 < · · · < tn = b} del intervalo [a, b] y elementos τk ∈
[tk−1 ,tk ] formamos las sumas de Riemann-Stieljes
n
S( f , γ; P) := ∑ f (τk )[γ(tk ) − γ(tk−1 )]
k=1

y consideramos estas sumas cuando kPk → 0. Diremos que f es Riemann-Stieljes


integrable a lo largo de γ si existe un complejo I ∈ C con la propiedad de que para
todo ε > 0 existe un δ > 0 tal que si kPk < δ , entonces |S( f , γ; P) − I| < ε. Note
que, por unicidad del lı́mite, si un tal complejo I existe, entonces es único. Se dice
entonces que I es la integral de f a lo largo de γ o que I es la integral de Riemann-
Stieljes de f a lo largo de γ, y se denota mediante
Z b Z b
I= f dγ = f (t)dγ(t).
a a

Teorema 3.3. Si γ : [a, b] → Ω es rectificable y f : [a, b] → C es continua, entonces


la integral de Riemann-Stieljes ab f dγ existe.
R

Demostración. Como f : [a, b] → C es continua, entonces es uniformemente conti-


nua y ası́, inductivamente, para ε de la forma 1/m con m ∈ N, existen δ1 > δ2 > · · ·
tales que |s − t| < δm implica que | f (s) − f (t)| < 1/m. Para cada m ∈ N pongamos

Pm = {particiones P de [a, b] tales que kPk < δm }.

Ası́, P1 ⊇ P2 ⊇ · · · y si ponemos
70 3 Integral de lı́nea
n n
Fm = cerrradura de ∑ f (τk )[γ(tk ) − γ(tk−1 )] : P = {a = t0 < · · · < tn = b} ∈ Pm
k=1
o
con τk ∈ [tk−1 ,tk ] ,

entonces,
(1) F1 ⊇ F2 ⊇ F3 ⊇ · · · .
2
(2) diám Fm ≤ `(γ).
m
Nótese que una vez que se hayan probado (1) y (2), por el teorema de Cantor
1.14 existe un único número complejo I ∈ Fm y este complejo I satisface que si
T

ε > 0, escogiendo m tal que ε > (2/m)`(γ) ≥ diám Fm , como I ∈ Fm se sigue que
Fm ⊆ B(I; ε). Por lo tanto, escogiendo δ = δm , para toda partición P tal que kPk <
δm , la suma de Riemann-Stieljes S( f , γ; P) ∈ Fm ⊆ B(I; ε) y ası́ |S( f , γ; P) − I| < ε,
como se querı́a. Basta entonces probar (1) y (2). Comenzamos notando que (1) es
directo del hecho de que P1 ⊇ P2 ⊇ · · · . Para (2), como
n n o
diám Fm = diám ∑ f (τk )[γ(tk ) − γ(tk−1 )] : P = {t0 , . . . ,tn } ∈ Pm , τk ∈ [tk−1 ,tk ] ,
k=1

basta mostrar que este último diámetro es ≤ (2/m)`(γ).


Para comenzar, si P, Q ∈ Pm son tales que P ⊆ Q, mostraremos que
1
(3) |S(P) − S(Q)| < `(γ)
m
y como en las observaciones antes del lema 3.1 basta considerar el caso cuando Q
tiene un único punto t 0 más que P, digamos P = {a = t0 < · · · < tn = b} y Q = {a =
t0 < · · · < t j−1 < t 0 < t j < · · · < tn = b}. Entonces,

S(Q) = ∑ f (τbk )[γ(tk ) − γ(tk−1 )] + f (τ 0 )[γ(t 0 ) − γ(t j−1 )] + f (τ 00 )[γ(tk ) − γ(t 0 )]


k6= j

donde τbk ∈ [tk−1 ,tk ] si k 6= j, τ 0 ∈ [t 0 ,tk−1 ] y τ 00 ∈ [t 0 ,tk ]. Similarmente, escribiendo

S(P) = ∑ f (τk )[γ(tk ) − γ(tk−1 )] + f (τ j )[γ(t j ) − γ(t j−1 )]


k6= j

con τk ∈ [tk−1 ,tk ], se sigue que


3.2 Integral de Riemann-Stieljes 71
    
S(P) − S(Q) = ∑ f (τk ) − f (τbk ) γ(tk ) − γ(tk−1 ) + f (τ j ) γ(t j ) − γ(t j−1 )
k6= j

− f (τ 0 ) γ(t 0 ) − γ(t j−1 ) − f (τ 00 ) γ(t j ) − γ(t 0 )
  

(y como P ∈ Pm , entonces |τk − τbk | < δm y ası́ | f (τk ) − f (τbk )| < i/m)
1
≤ ∑ γ(tk ) − γ(tk−1 ) + f (τ j ) − f (τ 0 ) γ(t 0 ) − γ(t j−1 )
  
m k6= j
+ f (τ j ) − f (τ 00 ) γ(t j ) − γ(t 0 )
  

1 1 1
≤ ∑ γ(tk ) − γ(tk−1 ) + γ(t 0 ) − γ(t j−1 ) + γ(t j ) − γ(t 0 )

m k6= j m m
(porque |τ j − τ 0 | < δm y |τ j − τ 00 | < δm )
1
= v(γ; Q)
m
1
≤ `(γ).
m
Finalmente, observe que si P, R ∈ Pm , entonces Q := P ∪ R refina a P y R, y
además kQk ≤ kPk y kQk ≤ kRk por lo que kQk < δm y consecuentemente Q ∈ Pm .
Por (3) se sigue que

S(P) − S(R) = S(P) − S(Q) + S(Q) − S(R) ≤ S(P) − S(Q) + S(Q) − S(R)
1 1 2
≤ `(γ) + `(γ) = `(γ),
m m m
es decir, en el conjunto cuya cerradura define Fm la distancia entre cualesquiera dos
de sus elementos es ≤ (2/m)`(γ), lo cual prueba (2). t
u

El resultado siguiente muestra la aditividad de la integral de Riemann-Stieljes,


tanto para la función f como para la trayectoria γ:
Proposición 3.4. Sean γ, λ : [a, b] → C dos trayectorias rectificables y f , g : [a, b] →
C funciones continuas. Entonces, para cualesquiera escalares α, β ∈ C:
Z b Z b Z b
(1) (α f + β g)dγ = α f dγ + β gdγ.
a a a
Z Z Z
(2) f d(αγ + αλ ) = α f dγ + β f dλ .

(3) Si a = c0 < · · · < cn = b es cualquier partición de [a, b], se tiene que


Z b n Z ck
f dγ = ∑ f dγk ,
a k=1 ck−1

donde γk := γ|[ck−1 ,ck ] es la restricción de γ al subintevalo [ck−1 , ck ].


72 3 Integral de lı́nea

Demostración. (1): Si P : a = t0 < · · · < tn = b es una partición del intervalo [a, b]


y τk ∈ [tk−1 ,tk ], entonces
Z n n o
(α f + β g)dγ = lı́m ∑ (α f + β g)(τ k )[γ(t k ) − γ(tk−1 )]
kPk→0 k=1
n n o
= α lı́m
kPk→0
∑ f (τk )[γ(tk ) − γ(tk−1 )]
k=1
n n o
+ β lı́m g(τ
∑ k k)[γ(t ) − γ(t k−1 )]
kPk→0 k=1
Z b Z b
=α f dγ + β gdγ.
a a

La parte (2) es similar a la anterior y (3) se demuestra como la parte (1) del lema
3.1. t
u

En el caso cuando γ es lisa por tramos, la integral de Riemann-Stieljes se puede


calcular como una integral compleja de variable real:
Teorema 3.5. Si γ : [a, b] → C es lisa por tramos y f : [a, b] → C es continua, en-
tonces Z b Z b
f dγ = f (t)γ 0 (t)dt.
a a

Demostración. Por la parte (3) de la proposición 3.4 basta considerar el caso cuando
γ es lisa. Ahora, escribiendo γ = u + iv, donde u, v : [a, b] → R, por la parte (2) de la
proposición 3.4 se tiene que
Z b Z b Z b Z b
f dγ = f d(u + iv) = f du + i f dv
a a a a

y como γ 0 (t) = u0 (t) + iv0 (t), entonces


Z b Z b Z b
f (t)γ 0 (t)dt = f (t)u0 (t)dt + i f (t)v0 (t)dt
a a a

por lo que basta probar que


Z b Z b Z b Z b
f du = f (t)u0 (t)dt y f dv = f (t)v0 (t)dt.
a a a a

Lo haremos para u, porque para v es lo mismo.


Sea ε > 0 arbitrario y escojamos un δ > 0 y una partición P : a = t0 < · · · < tn = b
tal que kPk < δ . Entonces, para τk ∈ [tk−1 ,tk ] arbitrario se tiene que
Z b n
(1) f du − ∑ f (τk )[u(tk ) − u(tk−1 )] < ε/2


a k=1
3.2 Integral de Riemann-Stieljes 73

y, por definición de integral de Riemann de la función f (t)u0 (t) en [a, b]:


Z b n
(2) f (t)u0 (t)dt − ∑ f (τk )u0 (τk )(tk − tk−1 ) < ε/2.


a k=1

Ahora, por el teorema del valor medio del cálculo diferencial aplicado a la función
diferenciable u : [a, b] → R, en el intervalo [tk−1 ,tk ] existe un elemento τk tal que

u(tk ) − u(tk−1 )
(3) u0 (τk ) =
tk − tk−1

(y estamos escogiendo los τk usados en (1) y (2) como estos τk ). Substituyendo (3)
en (2) notamos que la suma en (2) queda igual que la suma en (1). Si denotamos
esta suma por S(P), se sigue que
Z b Z b  Z b  Z b 
f du − f (t)u0 (t)dt = f du − S(P) − f (t)u0 (t)dt − S(P)


a a a a
Z b Z b
≤ f du − S(P) + f (t)u0 (t)dt − S(P)

a a
< ε/2 + ε/2 = ε.

t
u

Ejercicios

3.7. Si f : [a, b] → C es continua y γ : [a, b] → C es la trayectoria γ(t) = t, muestre


que
Z b Z b Z b Z b
f dγ = f (t)dt = u(t)dt + i v(t)dt
a a a a
donde en el lado derecho se tienen las integrales de Riemann usuales. Ası́, la integral
de Riemann-Stieljes generaliza a integral de Riemann.
3.8. Si γ : [a, b] → C es una trayectoria rectificable, defina la función |γ| : [a, b] →
R ⊆ C mediante 
|γ|(t) = ` γ [a,t]

(la longitud de la trayectoria restringida al intervalo [a,t]). Demuestre que |γ| es


continua, creciente y rectificable.
3.9. Con la notación e hipótesis del ejercicio anterior, si f : [a, b] → C es continua,
demuestre que
Z b Zb
f dγ ≤ | f |d|γ|.


a a
3.10. Con la notación e hipótesis del ejercicio anterior, si además γ(t) = t para todo
t ∈ [a, b], demuestre que
74 3 Integral de lı́nea
Z b Z b
| f |d|γ| = | f |dt.
a a

3.11. Demuestre la parte (3) de la proposición 3.4. Basta probar que si c ∈ [a, b],
entonces Z b Z c Z b
f dγ = f dγ + f dγ.
a a c

3.3. Integral de lı́nea

Dada una función f : Ω → C y una trayectoria γ : [a, b] → Ω , considerando la


composición f ◦ γ : [a, b] → C, a la integral de Riemann-Stieljes
Z b Z b Z b
( f ◦ γ)dγ = ( f ◦ γ)(t) · γ(t)dt = f (γ(t))γ(t)dt
a a a

se le llama la integral de lı́nea de f a lo largo de γ, y se denota por:


Z
f.
γ

Por el teorema 3.5, en el caso cuando γ : [a, b] → Ω es lisa por tramos, la integral
de lı́nea se puede calcular como una integral de Riemann de una función compleja
de variable real:
Corolario 3.6. Si γ : [a, b] → Ω es lisa por tramos y f : Ω → C es continua en la
imagen de γ, entonces
Z Z b
f= f (γ(t))γ 0 (t)dt.
γ a
t
u

Ejemplo 3.3. Sea γ : [0, 2π] → C la trayectoria circular γ(t) := cost + i sent = eit , y
sea f : C → C dada por f (z) = zn , para n ∈ N. Entonces,
Z Z 2π Z 2π Z 2π
zn dz = [eit ]n [eit ]0 dt = eint ieit dt = i ei(n+1)t dt
γ 0 0 0
Z 2π
=i [cos(n + 1)t + i sen(n + 1)t]dt
0
Z 2π Z 2π
2
=i cos(n + 1)tdt + i sen(n + 1)tdt
0 0

1 1 2π
= sen(n + 1)t + cos(n + 1)t

n+1 0 n+1 0
= 0.
3.3 Integral de lı́nea 75

Ejemplo 3.4. Para la misma trayectoria del ejemplo anterior, si ahora consideramos
la función f : C − {0} → C dada por f (z) = 1/z,
Z 2π 2π Z 2π 2π
1 1
Z 0 Z
dz = eit dt = e−it ieit dt = i dt = it = 2πi.

γ z 0 eit 0 0 0

Ejemplo 3.5. Sea γ : [0, 1] → C la trayectoria circular γ(t) = cos(2πt) + i sen(2πt) =


e2πit y sea f (z) = 1/z como en el ejemplo anterior. Entonces,
Z 1 Z 1 Z 1 1
1 1
Z 0
dz = e2πit dt = e−2πit 2πie2πit dt = 2πi dt = 2πit = 2πi.

γ z 0 e2πit 0 0 0

Lo mismo es cierto si se considera la trayectoria γ(t) = z0 + re2πit (el cı́rculo de


centro z0 y radio r > 0 y la función f (z) = 1/(z − z0 ):

1
Z
dz = 2πi.
γ z − z0

Los ejemplos 3.4 y 3.5 anteriores muestran que dos trayectorias diferentes (una
con dominio [0, 2π] y otra con dominio [0, 1]) tienen la misma imagen, el cı́rculo
de radio 1 y centro 0 en C y las integrales de la función 1/z a lo largo de esas dos
trayectorias son iguales. Esto es parte de un resultado general:
Cambios de parámetro. Si γ : [a, b] → C y β : [c, d] → C son dos trayectorias,
diremos que γ es una reparametrización de β si existe una función continua y es-
trictamente creciente ϕ : [a, b] → [c, d] con ϕ(a) = c, ϕ(b) = d y tal que γ = β ◦ ϕ.
A la función ϕ se le llama un cambio de parámetro o reparametrización. Es claro
que la imagen de γ es la misma que la de β . Dejamos como el ejercicio 3.15 el
probar que la relación anterior es de equivalencia. A una clase de equivalencia de
trayectorias se le llama una curva. Usaremos la notación {γ} para la imagen o traza
de la curva γ. Una curva es lisa o lisa por tramos si uno de sus representantes lo es.
Una curva es cerrada si sus representantes son trayectorias cerradas. Observe que
si β es rectificable y γ es una reparametrización de β , entonces γ también es recti-
ficable. En efecto, si a = t0 < t1 < · · · < tn = b es una partición de [a, b], entonces
c = ϕ(a) = ϕ(t0 ) < ϕ(t1 ) < · · · < ϕ(tn ) = ϕ(b) = d es una partición de [c, d] y se
tiene que
n n
∑ |γ(tk ) − γ(tk−1 )| = ∑ |β (ϕ(tk )) − β (ϕ(tk−1 ))| ≤ `(β )
k=1 k=1

por lo que `(γ) ≤ `(β ) < ∞. Se sigue que si β : [c, d] → Ω es rectificable y γ :


[a, b] → Ω es una reparametrización γ = ϕ ◦ β , y si f : Ω → C es continuaRen la
imagen de β (que es igual a la imagen de γ), entonces las integrales de lı́nea γ f y
R
β f están definidas y se tiene que:

Proposición 3.7. Supongamos que β : [c, d] → Ω es rectificable y γ : [a, b] → Ω es


una reparametrización γ = β ◦ ϕ. Si f : Ω → C es continua en la imagen de β (que
76 3 Integral de lı́nea

es igual a la imagen de γ), entonces


Z Z
f= f.
γ β

Demostración. Como vimos arriba, una partición P : a = t0 < · · · < tn = b induce


una partición ϕ(P) : c = ϕ(t0 ) < · · · < ϕ(tn ) = d de [c, d], y recı́procamente.
Por definición de integral de lı́nea, para todo ε > 0 existe un δ1 > 0 tal que si
kPk < δ1 se tiene que

Z n
(1) f − ∑ f (β ◦ ϕ(τk ))[β ◦ ϕ(tk ) − β ◦ ϕ(tk−1 )] < ε/2


γ=β ◦ϕ k=1

para τk ∈ [tk−1 ,tk ].


Similarmente, existe un δ2 > 0 tal que si kϕ(P)k < δ2 se tiene que
Z n
(2) f − ∑ f (β (ϕ(τk0 )))[β (ϕ(tk )) − β (ϕ(tk−1 ))] < ε/2

β k=1

para ϕ(τk0 ) ∈ [ϕ(tk−1 ), ϕ(tk )] con τk0 ∈ [tk−1 ,tk ].


Ahora, como ϕ es uniformemente continua, para el δ2 > 0 existe un δ > 0 tal que
si kPk < δ , se tiene que |ϕ(tk ) − ϕ(tk−1 )| < δ2 para todos los t j y ası́ kϕ(P)k < δ2 .
Escogemos entonces δ < δ1 para que se satisfagan (1) y (2) y además escogemos
τk = τk0 en (1) y (2) por lo que las sumas en (1) y (2) son iguales y las podemos
denotar por S(P). Se sigue que
Z Z Z Z
f − f = f − S(P) + S(P) − f


γ=β ◦ϕ β γ=β ◦ϕ β
Z Z
≤ f − S(P) + f − S(P)

γ=β ◦ϕ β
< ε/2 + ε/2 = ε.

t
u

Ejemplo 3.6. Si γ : [0, 2π] → C es el cı́rculo γ(t) = eit , se puede reparametrizar como
β : [0, 1] → C dada por β (t) = e2πit , que recorre el mismo cı́rculo a mayor velocidad.

La trayectoria opuesta. Si γ : [a, b] → R es una trayectoria rectificable, se define


γ −1 : [−b, −a] → C mediante

γ −1 (t) = γ(−t).

Ası́, γ −1 recorre la misma curva que γ, pero en sentido opuesto:


3.3 Integral de lı́nea 77

γ(1) γ −1 (0)

γ −1

γ(0) γ −1 (1)

Ası́, γ −1 (0) = γ(1) y γ −1 (1) = γ(0). Es claro que γ −1 es rectificable y `(γ −1 ) = `(γ).

Proposición 3.8. Si γ : [a, b] → Ω es rectificable y f : Ω :→ C es continua en {γ},


entonces
Z Z
(1) f =− f.
γ −1 γ
Z
(2) f ≤ `(γ) sup{| f (z)| : z ∈ {γ} = imagen de γ}.

γ
Z Z
(3) Si c ∈ C, f (z)dz = f (z − c)dz.
γ γ+c

Demostración. (1): Si P : a = t0 < · · · < tn = b es una partición de [a, b], entonces


−P : −b = −tn < · · · < −t0 = −a es una partición de [−b, −a], k − Pk = kPk, y
recı́procamente. También, τk ∈ [tk−1 ,tk ] si y sólo si −τk ∈ [−tk , −tk−1 ]. Se sigue que
Z n

γ
f = lı́m
kPk→0
∑ f (γ(τk ))[γ(tk ) − γ(tk−1 )]
k=1
n
= lı́m
kPk→0 k=1
∑ f (γ −1 (−τk ))[γ −1 (−tk ) − γ −1 (−tk−1 )]
n
= lı́m
kPk→0
∑ f (γ −1 (−τk ))(−1)[γ −1 (−tk−1 ) − γ −1 (−tk )]
k=1
Z
=− f.
γ −1

(2): Sea ε > 0 arbitrario. Entonces, existe δ > 0 tal que para toda partición P : a =
t0 < · · · < tn = b con kPk < δ se tiene que
Z n
f − ∑ f (γ(τk ))[γ(tk−1 − γ(tk )] < ε

γ k=1

y por lo tanto
78 3 Integral de lı́nea
Z n
f ≤ ε + ∑ f (γ(τk ))[γ(tk−1 − γ(tk )]

γ k=1
n
≤ ε + ∑ f (γ(τk )) γ(tk−1 − γ(tk )
k=1
n
≤ ε + M ∑ γ(tk−1 − γ(tk )
k=1
≤ ε + M`(γ),

donde M = sup{| f (z)| : z ∈ {γ} = imagen de γ}. La parte (3) es directa. t


u

El lema siguiente nos será muy útil para aproximar una integral de lı́nea arbitraria
con una usando una poligonal:
Lema 3.9. Si Ω ⊆ C es abierto, γ : [a, b] → Ω es rectificable y f : Ω :→ C es con-
tinua, entonces para todo ε > 0 existe una trayectoria poligonal Γε : [a, b] → Ω tal
que
(1) Γε (a) = γ(a) y Γε (b) = γ(b).
Z Z
(2) f − f < ε.

γ Γε

Demostración. Consideremos primero el caso especial cuando Ω = B(c; r) es un


disco abierto. Como {γ} ⊆ B(c; r) y {γ} es compacto, entonces

d = dist({γ}, ∂ Ω ) > 0.

Se sigue que {γ} ⊆ B(c; ρ) con ρ = r − 21 d, y como f es continua en Ω = B(c; r),


lo es en el compacto B(c; ρ) y por lo tanto es uniformemente continua en esta bola
cerrada. Ası́, para todo ε > 0 existe un δ > 0 tal que |z − w| < δ implica que | f (z) −
f (w)| < ε. Para este δ , como γ : [a, b] → Ω es uniformemente continua, existe una
partición P : a = t0 < · · · < tn = b tal que

(1) |γ(s) − γ(t)| < δ /2

si s,t ∈ [tk−1 ,tk ]. Además, para τk ∈ [tk−1 ,tk ] se tiene que


Z n
(2) f − ∑ f γ(τk )[γ(tk ) − γ(tk−1 )] < ε.

γ k=1

Se define entonces Γε : [a, b] → Ω mediante

1  
Γε (t) := (tk − t)γ(tk−1 ) + (t − tk−1 )γ(tk )
tk − tk−1
3.3 Integral de lı́nea 79

si t ∈ [tk−1 ,tk ]. Es decir, en el subintervalo [tk−1 ,tk ] de [a, b], Γε es el segmento de


recta que une el punto γ(tk−1 ) con γ(tk ) y por lo tanto Γε es un polı́gono en Ω .
Usando (1) se tiene que si τk ,t ∈ [tk−1 ,tk ], entonces

(3) |γ(τk ) − Γε (t)| < δ

ya que
1  
|γ(τk ) − Γε (t)| = γ(τk ) − (tk − t)γ(tk−1 ) + (t − tk−1 )γ(tk )

tk − tk−1

γ(τk )(tk − tk−1 ) − (tk − t)γ(tk−1 ) − (t − tk−1 )γ(tk )
=
tk − tk−1
 
(tk − tk−1 ) γ(τk ) − γ(tk−1 ) + (t − tk−1 ) γ(tk−1 ) − γ(tk )
=
tk − tk−1

≤ γ(τk ) − γ(tk−1 ) + γ(tk−1 ) − γ(tk ) porque |t − tk−1 | ≤ |tk − tk−1 |
<δ (por (1)).

Por otra parte, como


Z Z b
f= f (Γε (t))Γε0 (t)dt
Γε a

porque Γε es lisa por tramos y como


n
1
Γε0 (t) =
 
∑ tk − tk−1 − γ(tk−1 ) + γ(tk )
k=1

se sigue que
n Z tk
γ(tk ) − γ(tk−1 )
Z
(4) f=∑ f (Γε (t))dt.
Γε k=1 tk − tk−1 tk−1

De (2) y (4) se sigue que


80 3 Integral de lı́nea
Z Z Z n n
f− f = f − ∑ f (γ(τk ))[γ(tk ) − γ(tk−1 )] + ∑ f (γ(τk ))[γ(tk ) − γ(tk−1 )]

γ Γε γ k=1 k=1
n Z tk
γ(tk ) − γ(tk−1 )
−∑ f (Γε (t))dt

k=1 tk − tk−1 tk−1
n
≤ ε + ∑ f (γ(τk ))[γ(tk ) − γ(tk−1 )]

k=1
n Z tk
γ(tk ) − γ(tk−1 )
−∑ f (Γε (t))dt

k=1 tk − tk−1 tk−1
n γ(t ) − γ(t ) Z tk 
k k−1
= ε + ∑ f (γ(τk )) − f (Γε (t)) dt

k=1 tk − tk−1 tk−1

y como |γ(τk ) − Γε (t)| < δ por (3), entonces | f γ(τk ) − f Γε (t)| < ε, y ası́, por la
proposición 3.8 (2) se sigue que
Z tk 
(5) f (γ(τk )) − f (Γε (t)) dt ≤ ε(tk − tk−1 )


tk−1

y substituyendo (5) en la desigualdad anterior se sigue que


Z Z n
f− f ≤ ε +ε ∑ |γ(tk ) − γ(tk−1 )| ≤ ε(1 + `(γ))

γ Γε k=1

lo cual prueba el lema en el caso cuando Ω = B(c; r) es un disco.


Para el caso general, con Ω abierto arbitrario, como {γ} ⊆ Ω es compacto,
dist({γ}, ∂ Ω ) > 0 y por lo tanto existe un real r tal que 0 < r < dist({γ}, ∂ Ω ).
Como γ : [a, b] → Ω es uniformemente continua, para este r existe un δ > 0
tal que |s − t| < δ implica que |γ(s) − γ(t)| < r. Escojamos ahora una partición
P : a = t0 < · · · < tn = b con kPk < δ . Se sigue que |γ(t) − γ(tk−1 )| < r para
t ∈ [tk−1 ,tk ]. Por lo tanto, si γk := γ [t ,t ] , entonces
k−1 k

{γk } ⊆ B(γ(tk−1 ); r) para k = 1, . . . , n.

Aplicando ahora el caso particular probado anteriormente, existe una trayectoria


poligonal
R ΓRk,ε : [t k−1 ,tk ] → B(γ(tk−1 ; r) tal que Γk,ε (tk−1 ) = γ(tk−1 ), Γk,ε (tk ) = γ(tk )
y γk f − Γk,ε f < ε/n. Definamos ahora Γε : [a, b] → Ω como Γε (t) = Γk,ε (t) si
t ∈ [tk−1 ,tk ]. Se sigue que
Z Z n Z Z  n
f− f = ∑ f− f < ∑ ε/n = ε.

γ Γε k=1 γk Γk,ε k=1

t
u

Una primera consecuencia importante de este lema es un análogo del teorema


fundamental del cálculo:
3.3 Integral de lı́nea 81

Teorema 3.10. Si Ω ⊆ C es abierto, γ : [a, b] → Ω es rectificable y f : Ω → C es


continua y tiene una primitiva F : Ω → C, entonces
Z
f = F(γ(b)) − F(γ(a)),
γ
R
es decir, la integral γ f depende sólo de los extremos inicial y final de γ, i.e., es
independiente de la trayectoria que uno estos dos puntos. En particular, si γ es una
curva cerrada, entonces Z
f = 0.
γ

Demostración. Supongamos primero que γ : [a, b] → Ω es lisa por tramos. Enton-


ces, por el teorema 3.5,
Z Z b Z b Z b
f= f (γ(t))γ 0 (t)dt = F 0 (γ(t))γ 0 (t)dt = (F ◦ γ)0 (t)dt
γ a a a
b
= F ◦ γ(t) = F(γ(b)) − F(γ(a)) = F(β ) − F(α).

a

Supongamos ahora que γ : [a, b] → Ω es arbitraria (rectificable). Por el lema


anterior, para todo ε > 0 existe una
R trayectoria
R poligonal (y por lo tanto lisa por
tramos) Γε : [a, b] → Ω tal que γ f − Γε f < ε, y por el caso particular visto
R
anteriormente Γε f = F(β ) − F(α). Se sigue que
Z 
f − F(β ) − F(α) < ε

γ

y como ε es arbitrario el teorema se sigue. t


u
Ejemplo 3.7. Si f : C → C es f (z) = zn
con n 6= −1 entero, entonces tiene una
primitiva F(z) = zn+1 /(n + 1) y por lo tanto, para cualquier trayectoria cerrada γ :
[a, b] → C (que no pase por 0 en el caso cuando n < 0 para evitar división por cero)
se tiene que Z
zn = 0.
γ

Ejercicios
Z
3.12. Sea f : C − {0} → C dada por f (z) = 1/z. Calcule f:
γ
Para γ el cuadrado del ejemplo 22.
Para γ la curva cuya imagen es el semicı́rculo superior con centro en el origen y
de radio 1 recorrido en sentido contrario al de las manecillas de un reloj.
Para γ la curva cuya imagen es el semicı́rculo inferior con centro en el origen y
de radio 1 recorrido en el sentido de las manecillas de un reloj.
82 3 Integral de lı́nea

Para γ la curva cerrada cuya imagen es

-
0 1 2
Z
3.13. Calcule la integral (z − i), donde γ : [−1, 1] → C es el arco de parábola dado
γ
por γ(t) = t + it 2 .

3.14. Sea f : C → C dada por f (z) = |z|2 y considere losR polı́gonos


R
α = [1, i] y
β = [1, 1 + i, i]. Exprese α y β como trayectorias y calcule α f y β f .

3.15. Sea γ : [a, b] → Ω una trayectoria rectificable cerrada con Ω abierto y suponga
que z0 6∈ Ω . Demuestre que para n ≥ 2,
1
Z
dz = 0.
γ (z − z0 )n

3.16. Demuestre que la relación de reparametrización es de equivalencia.

3.17. Demuestre que toda trayectoria γ : [a, b] → C es equivalente a una trayectoria


β : [0, 1] → C. Sugerencia: defina ϕ : [0, 1] → [a, b] mediante ϕ(t) := (b − a)t + a.

3.18. Si β : [c, d] → C es una trayectoria rectificable y γ = β ◦ ϕ : [a, b] → C es una


reparametrización, demuestre que `(γ) = `(β ).

3.19. Si γ : [c, d] → C es una trayectoria rectificable, demuestre que γ −1 : [−b, −a] →


C también lo es y `(γ −1 ) = `(γ).

3.20. Usando el ejercicio 3.17 demuestre que la trayectoria opuesta a γ : [0, 1] → C


es γ −1 : [0, 1] → C dada por γ −1 (t) := γ(1 − t).

3.21. Si γ : [a, b] → C es una trayectoria, considere la trayectoria |γ| : [a, b] → R ⊆ C


del ejercicio 3.8. Si f : Ω :→ C es continua en {γ}, se define
Z Z b
f |dz| := f (γ(t))d|γ|(t).
γ a

Demuestre que
Z Z
f ≤ | f ||dz| ≤ `(γ) sup{| f (z)| : z ∈ {γ} = imagen de γ}.

γ γ
Capı́tulo 4
Teorı́a de Cauchy local

El teorema de Cauchy es un resultado fundamental en la teorı́a de funciones


complejas y en este capı́tulo lo probaremos para una región convexa, en particular,
para un disco. Un resultado de fundamental importancia es la existencia de una
primitiva local de toda función holomorfa en una región convexa, en particular, en
un disco abierto. Consecuencias de este teorema incluyen la analiticidad de toda
función holomorfa, el teorema de la identidad, el teorema de Liouville y el teorema
del módulo máximo.

4.1. El teorema de Cauchy en una región convexa

El teorema de Cauchy que probaremos en esta sección afirma que la integral a lo


largo de cualquier curva cerrada rectificable de toda función holomorfa definida en
una región convexa es cero. Esta versión inicial será suficiente para obtener muchas
consecuencias importantes, entre ellas que una función holomorfa es de clase C∞ y
por lo tanto tiene una expansión en serie de Taylor, es decir, es analı́tica. Generali-
zaciones de este teorema se verán hasta el siguiente capı́tulo. Comenzamos con la
versión de Goursat del teorema de Cauchy en una región convexa.
Teorema 4.1 (Cauchy-Goursat).R Si Ω ⊆ C es una región convexa y f : Ω → C es
una función holomorfa, entonces T f = 0 para toda trayectoria triangular cerrada
T en Ω .

Demostración. Sea T = [a, b, c, a] una trayectoria triangular en Ω y sea ∆ la cápsula


convexa de T . Ası́, ∆ consiste del triángulo T y su interior. Note que T = ∂ ∆ .
Uniendo los puntos medios de los lados del triángulo ∆ se forman cuatro triángulos
∆1 , ∆2 , ∆3 , ∆4 dentro de ∆ :

83
84 4 Teorı́a de Cauchy local

∆1

∆4
∆2 ∆3

y orientando las fronteras T j = ∂ ∆ j de estos triángulos como se muestra en la figura


de arriba, se tiene que
Z 4 Z
(1) f= ∑ f.
T j=1 T j

Entre las cuatro


R trayectorias
T j existe una, denotémosla por T (1) , para la cual el valor
absoluto T (1) f es el máximo entre los valores absolutos de las cuatro integrales
de (1) y por lo tanto, de (1) se sigue que
Z Z
(2) f ≤ 4 f .

T T (1)

Por otra parte, observe que, como los triángulos ∆ j se obtuvieron uniendo los puntos
medios de los lados del triángulo ∆ , entonces
1 1
(3) `(T j ) = `(T ) y diám ∆ j = diám ∆ .
2 2

Aplicando ahora el procedimiento anterior al triángulo T (1) , se obtiene un triángu-


lo T (2) con propiedades análogas a (1), (2) y (3). Procediendo recursivamente se
obtiene una sucesión de triángulos {∆ (n) } con fronteras {T (n) } tales que
Z Z
f ≤ 4 f ,


T (n) T (n+1)

1 1
`(T (n+1) ) = `(T (n) ) y diám ∆ (n+1) = diám ∆ (n) ,
2 2
y
∆ (1) ⊇ ∆ (2) ⊇ ∆ (3) ⊇ · · · .
Por lo tanto
Z Z Z Z
(4) f ≤ 4 f ≤ 42 f ≤ · · · ≤ 4n f

T T (1) T (2) T (n)

y similarmente
4.1 El teorema de Cauchy en una región convexa 85
 1 n  1 n
(5) `(T (n) ) = `(T ) y diám ∆ (n) = diám ∆ .
2 2

Ahora, como los ∆ (n) son cerrados, están encadenados


n y sus diámetros satisfa-
cen que lı́m{diám ∆ (n) } = 0 porque diám ∆ (n) = 21 diám ∆ , podemos aplicar el
teorema de Cantor 1.14 y ası́ existe un único punto z0 ∈ ∆ (n) . Ahora, como f 0 (z0 )
T

existe, para todo ε > 0 hay un δ > 0 tal que para 0 < |z − z0 | < δ se tiene que
f (z) − f (z )
0
− f 0 (z0 ) < ε

z − z0

o equivalentemente

(6) | f (z) − f (z0 ) − f 0 (z0 )(z − z0 )| < ε|z − z0 |.

Es claro que f (z0 ) + f 0 (z0 )(z − z0 ) tiene una primitiva f (z0 )z + f 0 (z0 )(z2 /2 − z0 z) y
ası́ por el teorema 3.10 se tiene que T (n) f (z0 ) + f 0 (z0 )(z − z0 ) = 0 y por lo tanto
R

Z Z
f (z) − f (z0 ) − f 0 (z0 )(z − z0 ) .
 
f (z) =
T (n) T (n)

Esgogiendo ahora n tal que diám ∆ (n) < δ , se sigue que si z ∈ ∆ (n) , como z0 ∈ ∆ (n) ,
se tiene que |z − z0 | < δ y ası́, usando (4) se sigue que
Z Z
f ≤ 4 n
f ≤ 4n `(T (n) ) sup{| f (z) − f (z0 ) − f 0 (z0 )(z − z0 )|}

T T (n)
n (n)
≤ 4 `(T ) sup{ε|z − z0 |} por (6)
(n) (n)
n
≤ 4 `(T )ε diám ∆ porque z, z0 ∈ ∆ (n)
 1 n  1 n
≤ 4n `(T )ε diám ∆ por (5)
2 2
= ε`(T ) diám T

y como ε es arbitrario y T es fijo, la desigualdad anterior implica el teorema. t


u

Observación 4.1. En el teorema anterior lo que esencialmente se usó es que, para


una región Ω , si T = [a, b, c, a] es un triángulo tal que su cápsula convexa ∆ está to-
talmente contenida en Ω , entonces cada uno de los subtriángulos T j y sus cápsulas
convexas ∆ j están contenidos en Ω , y el razonamiento procederı́a igual al caso con-
siderado cuando Ω es convexa.

Teorema 4.2 (Teorema de Cauchy en una región convexa). Si Ω es una región


convexa y f : Ω → C es holomorfa, entonces f tiene una primitiva F en Ω . Con-
secuentemente, por el teorema 3.10, si γ es cualquier curva cerrada rectificable en
Ω , entonces Z
f = 0.
γ
86 4 Teorı́a de Cauchy local

Demostración. Usando que Ω es convexa mostraremos que f tiene una primitiva


F en Ω , es decir, existe una función holomorfa F : Ω → C tal que F 0 = f . Defina
F : Ω → C mediante Z
F(z) = f
[a,z]

donde la integral es a lo largo del segmento [a, z] (contenido en Ω porque ésta es


convexa). Probaremos que F 0 (z0 ) = f (z0 ) para todo z0 ∈ Ω . Para ésto, observe que
Z Z Z Z Z  Z
F(z) − F(z0 ) = f− f= f− f+ f = f
[a,z] [a,z0 ] [a,z] [a,z] [z,z0 ] [z0 ,z]

ya que [a, z0 ] = [a, z, z0 ] (vea la figura siguiente) y use el teorema de Cauchy-Goursat


4.1.

z0 •yXXX
AKA •z
A•
a

Por lo tanto
F(z) − F(z0 ) 1
Z
= f
z − z0 z − z0 [z0 ,z]
y consecuentemente

F(z) − F(z0 ) 1
Z
− f (z0 ) = f − f (z0 )
z − z0 z − z0 [z0 ,z]
1 1
Z Z
= f− f (z0 )
z − z0 [z0 ,z] z − z0 [z0 ,z]
1
Z  
= f − f (z0 )
z − z0 [z0 ,z]

y ası́, tomando valores absolutos se obtiene que


F(z) − F(z ) 1
0
− f (z0 ) ≤ `([z0 , z]) sup{| f (w) − f (z0 )| : w ∈ [z0 , z]}

z − z0 |z − z0 |

= sup{| f (w) − f (z0 )| : w ∈ [z0 , z]}

y si z → z0 se tiene que w → z0 , por lo que como f es continua se sigue que f (w) →


f (z0 ) y consecuentemente el supremo de la desigualdad anterior tiende a 0 y ası́

F(z) − F(z0 )
F 0 (z0 ) = lı́m = f (z0 ).
z→z0 z − z0
t
u
4.1 El teorema de Cauchy en una región convexa 87

Teorema 4.3 (Fórmula integral de Cauchy en un disco). Si f : Ω → C es holo-


morfa y B(a; r) ⊆ Ω , con r > 0 y si γ : [0, 2π] → Ω es el cı́rculo frontera del disco
anterior, es decir, γ(s) = a + reis , entonces para todo z ∈ B(a; r) se tiene que

1 f (w)
Z
f (z) = dw.
2πi γ w−z

Demostración. Fijemos un punto z ∈ B(a; r) y para 0 < ε < dist(z, {γ}) considere
el disco B(z : ε) y sea γε su frontera orientada en sentido contrario a las manecillas
de un reloj. Mostraremos primero que, para todo ε como arriba

f (w) f (w)
Z Z
(1) dw = dw.
γ w−z γε w−z

Para establecer esta igualdad, considere la figura siguiente, donde el disco mayor es
B(a; r) y el disco menor es B(z; ε):

y subdivida la región comprendida entre los dos cı́rculos por medio de dos seg-
mentos horizontales y dos segmentos verticales que unen ambos cı́rculos como se
muestra en la figura. Note que lo anterior da lugar a cuatro regiones cuyas fronteras
son curvas cerradas consistentes de dos arcos de circunferencia y dos segmentos
de recta. Denotemos estas fronteras por γ1 , γ2 , γ3 y γ4 orientadas positivamente (en
sentido contrario a las manecillas de un reloj). Note que cada γ j está contenida en
f (w)
una región convexa en la cual la función es holomorfa (por ejemplo, en la
w−z
intersección de semiplanos apropiados y de un disco abierto que contenga a γ). Por
el teorema de Cauchy 4.2 para una región convexa, para 1 ≤ j ≤ 4 se tiene que

f (w)
Z
dw = 0.
γj w−z

Ahora observe que, como en la demostración del teorema de Cauchy-Goursat, los


lados que comparten las curvas γ j tienen orientaciones opuestas y por lo tanto las
integrales a lo largo de esos lados compartidos se anulan y la orientación de los arcos
del cı́rculo γε da a este una orientación negativa (en el sentido de las manecillas de
un reloj); se sigue que
88 4 Teorı́a de Cauchy local

4
f (w) f (w) f (w)
Z Z Z
0= ∑ dw = dw − dw,
j=1 γ j w−z γ w−z γε w−z

de donde se obtiene la igualdad (1) deseada. En el ejemplo 3.5 se muestra que


1
Z
(2) dw = 2πi
γε w−z

lo cual junto con (1) implica que

1 f (w) 1 f (w) 1 1
Z Z Z
dw − f (z) = dw − f (z) dw
2πi γ w−z 2πi γε w − z 2πi γε w − z
1 f (w) − f (z)
Z
= dw
2πi γε w−z
n o
y para la integral del lado derecho, poniendo Mε := sup f (w)− f (z)
: w ∈ {γε }

w−z
se tiene que
1 Z f (w) − f (z) 1 1
dw ≤ Mε `(γε ) = Mε (2πε) = εMε ,

2πi γε w−z 2π 2π

por lo que cuando ε → 0 la integral correspondiente tiende a 0 también, de donde


se sigue la afirmación del teorema. t
u

Derivadas de orden superior. Para mostrar que una función holomorfa f tiene
derivadas de todos los órdenes, necesitaremos el lema siguiente, que aplicaremos
inmediatamente a la fórmula de Cauchy 4.3 al caso de un disco para obtener la
fórmula general 4.5 en un disco, y más adelante en el corolario 5.7 a la fórmula de
Cauchy en una región Ω más general.
Lema 4.4. Supongamos que γ : [a, b] → C es rectificable y que ϕ : C → C está de-
finida y es continua en {γ}. Para cada entero m ≥ 1 defina para z 6∈ {γ}
Z
ϕ(w)
Fm (z) := dw.
γ (w − z)m

Entonces, cada Fm es holomorfa en C − {γ} y

Fm0 (z) = mFm+1 (z).

Demostración. Para comenzar, cada Fm es continua. En efecto, si fijamos un z0 ∈


Ω := C − {γ} y ponemos r = d(z0 , {γ}), note que como {γ} es compacto y ϕ es
continua en {γ}, entonces su imagen es compacta, en particular es acotada, digamos
|ϕ(w)| ≤ M para todo w ∈ {γ}. Usando la factorización elemental

am − bm = (a − b)(am−1 + am−2 b + · · · + abm−2 + bm−1 )


4.1 El teorema de Cauchy en una región convexa 89

se tiene que

1 1 1 1 ih 1 1
m
− m
= − m−1
+ m−2
(w − z) (w − z0 ) w − z w − z0 (w − z) (w − z) (w − z0 )

1 1
+···+ +
(w − z)(w − z0 )m−2 (w − z0 )m−1

1 1
= (z − z0 ) + +···
m
(w − z) (w − z0 ) (w − z) m−1 (w − z0 )2

1
+ .
(w − z)(w − z0 )m

Multiplicando ambos lados de la igualdad anterior por ϕ(w) e integrando a lo largo


de γ queda:
Z h
ϕ(w) ϕ(w) i
(∗) Fm (z) − Fm (z0 ) = (z − z0 ) + · · · +
γ (w − z)m (w − z0 ) (w − z)(w − z0 )m

donde z ∈ B(z0 ; r/2) y w ∈ {γ} por lo que |z − z0 | < r/2, |w − z0 | ≥ r > r/2 y
|w − z| > r/2, y consecuentemente
ϕ(w)  2 m+1
< M.

(w − z)m−k (w − z0 )k+1

r

Entonces, para todo ε > 0, escogiendo δ < r/2 se tiene que si |z−z0 | < δ , (∗) queda:
 m+1  2 m+1
Fm (z) − Fm (z0 ) ≤ |z − z0 |`(γ) 2

M < δ `(γ) M
r r
 m+1
y ası́, como queremos que δ `(γ) 2r M < ε, escogiendo

nr εrm+1 o
δ = mı́n ,
2 M`(γ) 2m+1

se sigue que |z − z0 | < δ implica que |Fm (z) − Fm (z0 )| < ε, i.e., Fm es continua.
Ahora, dividiendo ambos lados de (∗) por (z − z0 ) queda

Fm (z) − Fm (z0 )
Z Z
ϕ(w) ϕ(w)
= dw + · · · + dw
z − z0 γ (w − z)m (w − z0 ) γ (w − z)(w − z0 )m
ϕ(w)(w − z0 )−1 ϕ(w)(w − z0 )−m
Z Z
= dw + · · · + dw
γ (w − z)m γ (w − z)

donde, como z0 6∈ {γ}, la función

ϕ(w)
ϕ(w)(w − z0 )−k =
(w − z0 )k
90 4 Teorı́a de Cauchy local

es continua en {γ} para cada k. Por el argumento de la primera parte de la demostra-


ción se sigue que cada una de las integrales del lado derecho es una función continua
de z. Por lo tanto, si z → z0 se sigue que

Fm (z) − Fm (z0 )
Fm0 (z0 ) = lı́m
z→z0 z − z0
ϕ(w)(w − z0 )−1 ϕ(w)(w − z0 )−m
Z Z
= lı́m dw + · · · + lı́m dw
z→z0 γ (w − z)m z→z0 γ (w − z)
Z Z
ϕ(w) ϕ(w)
= m+1
dw + · · · + dw = mFm+1 (z0 ).
γ (w − z0 ) γ (w − z0 )m+1
t
u

Supongamos ahora que f : Ω → C es holomorfa y B(a; r) ⊆ Ω , con r > 0 y que


γ : [0, 2π] → Ω es el cı́rculo frontera del disco anterior, es decir, γ(s) = a + reis ,
entonces por el teorema 4.3 para z ∈ B(a; r) se tiene que

1 f (w)
Z
f (z) = dw
2πi γ w−z

y aplicando el lema 4.4 anterior se sigue que

1 f (w)
Z
(1) f 0 (z) = dw
2πi γ (w − z)2

y, de nuevo, aplicando el lema anterior a (1) se sigue que

2 f (w)
Z
f 00 (z) = dw
2πi γ (w − z)3

y, recursivamente,
n! f (w)
Z
f (n) (z) = dw
2πi γ (w − z)n+1
para todo n ≥ 0 y todo z ∈ B(a; r). Hemos ası́ probado que toda función holomorfa
en un disco tiene derivadas de todos los órdenes:
Teorema 4.5 (Fórmula integral de Cauchy en un disco). Si f : Ω → C es holo-
morfa y B(a; r) ⊆ Ω , con r > 0 y γ : [0, 2π] → Ω es el cı́rculo frontera del disco
anterior, es decir, γ(s) = a + reis , entonces para todo z ∈ B(a; r) y n ≥ 0 se tiene que

n! f (w)
Z
f (n) (z) = dw.
2πi γ (w − z)n+1
t
u

Corolario 4.6 (Estimación de Cauchy). Si f : B(a; R) → C es holomorfa y | f (z)| ≤


M para todo z ∈ B(a; R), entonces
4.1 El teorema de Cauchy en una región convexa 91
(n) n!M
f (a) ≤ .
Rn
Demostración. Apliquemos el teorema 4.5 con r < R. Entonces,
(n) n! Z
f (a) = f (w)
dw con γ la frontera de B(a; r)

2πi γ (w − a) n+1
 n!  n f (w) o
≤ `(γ) sup : w ∈ {γ} por la proposición 3.8

2π (w − a)n+1

 n!  2πr 
≤ n+1
sup f (w) : w ∈ {γ} porque |w − a| = r y `(γ) = 2πr
2π r
n!
≤ n M porque | f (w)| ≤ M.
r
El resultado se sigue haciendo que r → R− . t
u

El recı́proco del teorema de Cauchy. La conclusión final del teorema 3.10, que
para cualquier curva cerrada rectificable γ en una región Ω en la cual una función
f : Ω → C tiene una primitiva, se tiene que
Z
f =0
γ

de hecho caracteriza a las funciones holomorfas:


Teorema 4.7 (Morera). R Si Ω ⊆ C es una región y f : Ω → C es una función con-
tinua tal que la integral γ f = 0 para toda trayectoria cerrada γ en Ω , entonces f
es holomorfa.

Demostración. Para probar que f es holomorfa en Ω , basta probar que f es holo-


morfa en cada disco abierto B(a; r) contenido en Ω y por lo tanto podemos suponer
que Ω = B(a; r) es un disco abierto. Ahora, como un disco es convexo, entonces,
como en la demostración del teorema 4.2 (usando la hipótesis en lugar del teorema
de Cauchy-Goursat), f tiene una primitiva F en B(a; r) dada por
Z
F(z) = f
[a,z]

donde la integral es a lo largo del segmento [a, z] (contenido en el disco B(a; r)


porque éste es convexo):

z0 •yXXX

z
AKA
A•
a
92 4 Teorı́a de Cauchy local

La existencia de F tal que F 0 = f dice que F es holomorfa, por lo que tiene derivadas
de todos los órdenes por el teorema 4.5, en particular F 00 = f 0 , i.e., f es holomorfa.
t
u

Observación 4.2. Note que en la demostración del teorema anterior sólo se usó la
hipótesis de que Z
f =0
γ

para γ un triángulo o trayectoria triangular en B(a; r). Por lo tanto la hipótesis del
teorema de Morera se puede debilitar a este caso.

Ejercicios

4.1. Sea Ω un abierto de C y sea γ : [a, b] → C una curva rectificable. Suponga que
ϕ : {γ} × Ω → C es una función continua y defina g : Ω → C mediante
Z
g(z) := ϕ(w, z)dw.
γ

Demuestre que g es continua. Si ∂ ϕ/∂ z existe para cada (w, z) ∈ {γ} × Ω y es


continua, demuestre que g es holomorfa y además
Z
∂ϕ
g0 (z) = (w, z)dw.
γ ∂z

4.2. Suponga que γ es una curva rectificable en C y que ϕ : {γ} → C es continua.


Use el ejercicio anterior para demostrar que la función g : C − {γ} → C definida por
Z
ϕ(w)
g(z) := dw
γ w−z

es holomorfa y además
Z
(n) ϕ(w)
g (z) = n! dw.
γ (w − z)n+1

4.3. Sea b ∈ Ω , donde Ω ⊆ C es un abierto y sea f una función holomorfa en


Ω − {b} tal que f 0 es continua en Ω − {b}. Suponga que b ∈ B(a; r) ⊆ B(a; r) ⊆ Ω ,
con r > 0 un real. Considere la función ϕ : [0, 2π] × (0, 1] → C dada por

ϕ(s,t) := b(1 − t) + (a + reis )t.

Para t ∈ (0, 1] defina Γt : [0, 2π] → C mediante

Γt (s) := ϕ(s,t) para s ∈ [0, 2π].


4.2 Series de potencias 93

Defina Z
I(t) := f.
Γt

Demuestre que I es constante.


4.4. Suponga que f : Ω → C es holomorfa y que f 0 es continua en Ω . Aplique el
ejercicio anterior a la función
f (z) − f (b)
z−b
y concluya que
1 f (w)
Z
f (b) = dw
2πi Γ1 w − b
(la fórmula integral de Cauchy en un disco) donde, en la notación del ejercicio
anterior, Γ1 (s) = ϕ(s, 1) = a + reis es la frontera del disco B(a : r).

4.2. Series de potencias

Las fórmulas integrales de Cauchy en un disco de la sección anterior muestran


que una función holomorfa f : Ω → C es de clase C∞ y consecuentemente, como
probaremos en esta sección, tienen una expansión en serie de Taylor en ese disco.
Comenzamos recordando los conceptos pertinentes sobre series de funciones, en
particular de series de potencias.
Sucesiones de funciones. Si fn : Ω → C son funciones complejas, con n ≥ 0 ente-
ros, diremos que la sucesión de funciones { fn } converge puntualmente a la función
f : Ω → C si para cada punto z ∈ Ω la sucesión de números complejos { fn (z)} con-
verge a f (z). Usaremos la notación lı́m{ fn } = f . Ası́, para todo ε > 0 y todo punto
z ∈ Ω existe un entero N = N(ε, z) (que depende de ε y del punto z ∈ Ω ) tal que si
n ≥ N entonces | fn (z) − f (z)| < ε.
Diremos que la sucesión de funciones { fn } converge uniformemente a la función
f : Ω → C si para todo ε > 0 existe un entero N = N(ε) (que depende sólo de ε) tal
que para todo z ∈ Ω se tiene que | fn (z) − f (z)| < ε siempre que n ≥ N.
Proposición 4.8. Si { fn : Ω → C} es una sucesión de funciones continuas que con-
verge uniformemente a f : Ω → C, entonces f es continua.
Demostración. Si z0 ∈ Ω y ε > 0, como { fn } converge uniformemente a f existe
un N ∈ N tal que si n > N se tiene que | fn (z) − f (z)| < ε/3 para todo z ∈ Ω . Más
aún, como fn es continua, existe un δ > 0 tal que | fn (z) − fn (z0 )| < ε/3 siempre
que |z − z0 | < δ . Se sigue que si |z − z0 | < δ y n > N, entonces

| f (z) − f (z0 )| = | f (z) − fn (z) + fn (z) − fn (z0 ) + fn (z0 ) − f (z0 )|


≤ | f (z) − fn (z)| + | fn (z) − fn (z0 )| + | fn (z0 ) − f (z0 )|
< ε/3 + ε/3 + ε/3 = ε.
94 4 Teorı́a de Cauchy local

t
u

Series de funciones. Si { fn : Ω → C} es una sucesión de funciones, considerando


las sumas parciales
n
Sn = ∑ fk = f1 + f2 + · · · + fn : Ω → C
k=0

se tiene la sucesión de sumas parciales {Sn } y si esta sucesión converge (puntual o


uniformemente) a la función f : Ω → C, diremos que su lı́mite es la suma de la serie

lı́m Sn .
∑ fn := n→∞
k=0

Dependiendo del tipo de convergencia de {Sn } diremos que la serie de funciones


∑∞
k=0 f n converge puntual o uniformemente a f .

Proposición 4.9 (Criterio M de Weierstrass). Si { fn : Ω → C} es una sucesión de


funciones (continuas) para las que existen constantes Mn tales que | fn (z)| ≤ Mn para
todo z ∈ Ω y si además ∑∞ ∞
n=1 Mn converge, entonces la serie de funciones ∑n=1 f n
converge uniformemente a una función f : Ω → C (que es continua si las fn lo son).

Demostración. Dado z ∈ Ω , considere las sumas parciales Sn (z) = f1 (z) + · · · +


fn (z) y observe que si m > n,

(∗) |Sm (z) − Sn (z)| = | fn+1 (z) + · · · + fm (z)| ≤ Mn+1 + · · · + Mm

y como ∑∞ n=1 Mn converge, entonces la sucesión de sumas parciales sk = M1 + · · · +


Mk es de Cauchy y ası́, para todo ε > 0 existe un N ∈ N tal que si m > n ≥ N se
tiene que |sm − sn | = |Mn+1 + · · · + Mm | < ε. De (∗) se sigue que la sucesión {Sk (z)}
también es de Cauchy en C y por lo tanto converge a un complejo, que depende de
z, al que podemos denotar por f (z). Hemos mostrado que la serie ∑∞ n=1 f n converge
puntualmente a una función f : Ω → C. Observe ahora que
∞  ∞ ∞
| f (z) − Sn (z)| = ∑ fn (z) − f1 (z) + · · · + fn (z) = fk (z) ≤ Mk

∑ ∑
n=1 k=n+1 k=n+1

y como ∑∞
k=1 Mk es convergente, para todo ε > 0 existe un N tal que
∞ ∞
Mk = ∑ Mk − (M1 + · · · + Mn ) < ε


k=n+1 k=1

siempre que n ≥ N, y note que este entero N no depende del punto z. Se sigue
que, para todo z ∈ Ω se tiene que | f (z) − Sn (z)| < ε siempre que n ≥ N, i.e., la
convergencia es uniforme. Si las fn son continuas, entonces f es continua por la
proposición 4.8 anterior. t
u
4.2 Series de potencias 95

Series de potencias. La sucesiones o series de funciones que nos interesan son de


funciones de la forma
fn (z) = an (z − z0 )n
y consecuentemente las series correspondientes son de la forma

∑ an (z − z0 )n
n=0

a las que se conoce como series de potencias.


Ejemplo 4.1 (La serie geométrica). Un cálculo directo muestra que

1 − zn+1 = (1 − z)(1 + z + z2 + · · · + zn )

y por lo tanto, si z 6= 1:

1 − zn+1
1 + z + z2 + · · · + zn = .
1−z

Se sigue que, si |z| < 1 entonces lı́m{|z|n } = 0 por lo que la serie geométrica ∑∞
k=0 z
k

converge puntualmente a

1
∑ zk = 1 − z .
k=0

Note que si |z| ≥ 1, la serie ∑∞ k


k=0 z diverge a +∞.

Usaremos el ejemplo anterior, como un criterio de comparación para determinar


la convergencia de otras series de potencias.
Teorema 4.10 (Cauchy-Hadamard). Si para una serie de potencias ∑∞
n=0 an (z −
z0 )n se define el número R, con 0 ≤ R ≤ ∞, mediante

1
= lı́m sup |an |1/n ,
R
entonces:
(1) Si |z − z0 | < R, la serie ∑∞ n
n=0 an (z − z0 ) converge absolutamente.

(2) Si |z − z0 | > R, la serie diverge.


(3) Si 0 < r < R, la serie converge uniformemente en B(z0 ; r).
(4) El número R es el único que satisface las condiciones (1) y (2) y se conoce como
el radio de convergencia de la serie de potencias ∑∞ n
n=0 an (z − z0 ) y el disco B(z0 ; R)
se llama su disco de convergencia.

Demostración. (1): Si |z − z0 | < R, existe un r tal que |z − z0 | < r < R y por lo


tanto 1r > R1 y ası́ por definición de R y de lı́mite superior (página 26) existe un
96 4 Teorı́a de Cauchy local

N ∈ N tal que |an |1/n <1/r para todo n ≥ N. Se sigue que |an | < 1/rn y por lo tanto
|z−z0 | n
|an (z − z0 )n | < r para todo n ≥ N. Consecuentemente,

∞ ∞  |z − z | n
0
∑ |an (z − z0 )|n ≤ ∑ r
n=N n=N

y como |z−zr
0|
< 1, la serie que domina converge absolutamente para cada |z−z0 | < R
y por lo tanto la serie de potencias ∑∞ n
n=0 an (z − z0 ) converge absolutamente en ese
disco.
(2): Si |z − z0 | > R, existe un r tal que |z − z0 | > r > R y por lo tanto 1r < R1 y ası́ por
definición de R y de lı́mite superior, existe un número infinito de
 enteros n tales que
|z−z0 | n

1 1 |z−z0 |
r < |an |1/n , i.e., |an | > rn y por lo tanto |an (z − z0 )n | > r y como r > 1,
n
se sigue que la serie de potencias ∑∞
n=0 an (z − z0 ) diverge a ∞.
(3): Supongamos ahora que r < R y sea ρ tal que r < ρ < R. Como en (1) sea N tal
que |an | < ρ1n para todo n ≥ N. Entonces, si |z − z0 | ≤ r se sigue que |an (z − z0 )n | ≤
r n
n
donde ρr < 1. Poniendo Mn = ρr , el criterio M de Weierstrass implica que

ρ
la serie de potencias considerada converge uniformemente para |z − z0 | ≤ r. t
u

Proposición 4.11. Si una serie de potencias ∑∞ n


n=0 an (z − z0 ) tiene radio de conver-
gencia R, entonces a
n
R = lı́m
an+1
si este lı́mite existe.

Demostración. Supongamos que el lı́mite existe y sea α := lı́m |a|an | | . Si |z − z0 | <


n+1
r < α. Por definición de lı́mite existe un entero N tal que si n ≥ N se tiene que
r < |an /an+1 |, i.e., |an+1 |r < |an |. Si ponemos A = |aN |rN se tiene que

|aN+1 |rN+1 = |aN+1 |rrN < |aN |rN = A


|aN+2 |rN+2 = |aN+2 |rrN+1 < |aN+1 |rN+1 < A por el caso anterior
..
.
|an |rn ≤ A para todo n ≥ N.

Se sigue que, para n ≥ N:

|z − z0 |n |z − z0 |n
|an (z − z0 )n | = |an rn | ≤ A .
rn rn
Como estamos suponiendo que |z − z0 | < r, se sigue que la serie ∑∞ n
n=0 |an (z − z0 ) |
|z−z |n
está dominada por la serie convergente ∑∞n=0 A rn
0
y por lo tanto la serie de po-
tencias converge absolutamente para |z − z0 | < r, y como r < α es arbitrario se sigue
que α ≤ R.
4.2 Series de potencias 97

Por otra parte, si |z − z0 | > r > α, entonces |an | < r|an+1 | si n ≥ N para algún
N ∈ N. Como en el razonamiento anterior se sigue que |an rn | ≥ A := |aN rN | para
n ≥ N. Por lo tanto,
|z − z0 |n
|an (z − z0 )n | ≥ A →∞ cuando n → ∞.
rn
Se sigue que la serie ∑∞ n
n=0 an (z − z0 ) diverge y por lo tanto R ≤ α. t
u

A continuación mostraremos que las series de potencias son funciones holomor-


fas en su disco de convergencia:
Teorema 4.12. Si una serie de potencias f (z) = ∑∞ n
n=0 an (z − z0 ) tiene radio de
convergencia R > 0, entonces:
(1) La serie

∑ nan (z − z0 )n−1
n=1

tiene radio de convergencia el mismo R.


(2) La función f (z) es holomorfa en B(z0 ; R) y su derivada es la serie de (1):

f 0 (z) = ∑ nan (z − z0 )n−1 .
n=1

Demostración. (1): Debemos probar que lı́m sup |nan |1/(n−1) = R−1 = lı́m sup |an |1/n .
Para comenzar, note que lı́m n1/(n−1) = 1 porque, por la regla de L’Hôpital
n→∞

log n
0 = lı́m = lı́m log n1/(n−1) .
n→∞ n − 1 n→∞

Pongamos R̂−1 = lı́m sup |an |1/(n−1) , es decir R̂ es el radio de convergencia de la se-
n−1 = ∞ a
rie ∑∞
n=1 an (z − z0 ) ∑n=0 n+1 (z − z0 )n . Note que (z − z0 ) ∑∞ n
n=1 an+1 (z − z0 ) +
∞ n
a0 = ∑n=0 an (z − z0 ) y lo mismo es cierto si se ponen valores absolutos a todos los
sumandos y factores. Se sigue que si |z − z0 | < R̂, entonces
∞ ∞
∑ |an (z − z0 )|n = |a0 | + |z − z0 | ∑ |an+1 (z − z0 )|n < ∞
n=0 n=1

y por lo tanto el radio R de convergencia de ∑∞ n


n=0 an (z − z0 ) satisface que R ≥ R̂.
Por otra parte, si |z − z0 | < R y z − z0 6= 0, entonces ∑n=0 |an (z − z0 )n | < ∞ y ası́

∞ ∞
1 1
∑ |an+1 (z − z0 )n | = ∑
|z − z0 | n=0
|an (z − z0 )n | +
|z − z0 |
|a0 | < ∞,
n=0

de donde se sigue que R ≤ R̂. Las dos desigualdades anteriores dan el resultado
deseado, R = R̂.
98 4 Teorı́a de Cauchy local

(2): Para simplificar la notación podemos suponer que z0 = 0 y queremos probar


que si
∞ ∞
f (z) = ∑ an zn entonces f 0 (z) = ∑ nan zn−1
n=0 n=1

donde en la parte (1) ya vimos que ambas series tienen el mismo radio de conver-
gencia R. Para |z| < R pongamos
∞ n ∞
g(z) := ∑ nan zn−1 ; Sn (z) := ∑ ak zk ; Rn (z) := ∑ ak zk
n=1 k=0 k=n+1

por lo que f (z) = Sn (z) + Rn (z). Para este z ∈ B(0; R) fijemos r tal que |z| < r < R y
sea δ > 0 tal que B(z; δ ) ⊆ B(0; r). Sea w ∈ B(z; δ ). Entonces,
   
f (w) − f (z) Sn (w) − Sn (z) Rn (w) − Rn (z)
− Sn0 (z) + Sn0 (z)−g(z) +
 
−g(z) =
w−z w−z w−z

donde, para el primer paréntesis de la derecha, por definición de derivada, para todo
ε > 0 existe un δ > 0 tal que si |w − z| < δ se tiene que
S (w) − S (z) ε
n n
(1) − Sn0 (z) < .

w−z 3

Para el segundo paréntesis, como


 n 0 n
lı́m Sn0 (z) = lı́m ∑ ak zk = lı́m ∑ kak zk−1 = g(z)
n→∞ n→∞ n→∞
k=0 k=0

entonces existe N1 ∈ N tal que si n ≥ N1 se tiene que


ε
(2) |Sn0 (z) − g(z)| < .
3
Para el tercer paréntesis observe que

wk − zk
∞ ∞  
Rn (w) − Rn (z) 1
= ∑ ak (wk − zk ) = ∑ ak
w−z w−z k=n+1 k=n+1 w−z

donde
wk − zk
k−1
= w + wk−2 z + · · · + wzk−2 + zk−1 ≤ krk−1

w−z

porque w, z ∈ B(z; δ ) ⊆ B(0; r) y ası́ |w|k−1−i |z|i ≤ rk−1 . Por lo tanto,


R (w) − R (z) ∞
n n
≤ ∑ |ak |krk−1

w−z

k=n+1
4.2 Series de potencias 99

donde r < R y ası́ ∑∞ k−1 converge y consecuentemente, existe N ∈ N tal


k=n+1 |ak |kr 2
que para todo n ≥ N2 y w ∈ B(z; δ ) se tiene que
R (w) − R (z) ε
n n
(3) < .

w−z 3

Si escogemos N = máx{N1 , N2 } y δ > 0 que satisfaga lo anterior, substituyendo (1),


(2) y (3) en el lado derecho de la igualdad al inicio de esta demostración se sigue
que para todo ε > 0
f (w) − f (z) ε ε ε
− g(z) < + + = ε

w−z 3 3 3

lo que demuestra que f 0 (z) = g(z), como se querı́a. t


u
Corolario 4.13. Las series de potencias f (z) = ∑∞
n=0 an (z − z0 )
n
son de clase C∞ en
su disco de convergencia y se tiene que para todo k ≥ 1 y z ∈ B(z0 ; R):

f (k) (z) = ∑ n(n − 1) · · · (n − k + 1)an (z − z0 )n−k .
n=k

Más aún,
f (n) (z0 )
an =
n!
para todo n ≥ 0.
Demostración. Por inducción sobre k ≥ 1 y usando el teorema 4.12 anterior, se
obtiene la fórmula para la k-ésima derivada de f (z). Una simple evaluación muestra
que
f 0 (z0 ) = a1 , f 00 (z0 ) = 2a2 , · · · , f (k) (z0 ) = k!ak .
t
u
Ejemplo 4.2 (La serie de la función exponencial). Por la proposición 4.11 anterior
la serie

1
f (z) = ∑ zn
n=0 n!

tiene radio de convergencia


a 1/n!
n
R = lı́m = lı́m = lı́m |n + 1| = ∞.

an+1 1/(n + 1)!

Note que por el teorema 4.12 la función anterior es holomorfa en todo C y su deri-
vada es
∞ ∞ ∞
n 1 1
f 0 (z) = ∑ zn−1 = ∑ zn−1 = ∑ zn = f (z).
n=1 n! n=1 (n − 1)! n=0 n!

La proposición siguiente tiene como consecuencia que si una serie de funciones


converge uniformemente, la integral de lı́nea conmuta con la serie:
100 4 Teorı́a de Cauchy local

Proposición 4.14. Sea γ : [a, b] → C una trayectoria rectificable y suponga que { fn }


es una sucesión de funciones continuas en {γ}. Si { fn } converge uniformemente a
f , por la proposición 4.8 f es continua en {γ} y además se tiene que
Z Z
f = lı́m fn .
γ n→∞ γ

Demostración. Como lı́m{ fn } = f en {γ} y la convergencia es uniforme, entonces


para todo ε > 0 y todo w ∈ {γ} existe un N ∈ N tal que si n ≥ N se tiene que
| f (w) − fn (w)| < ε/`(γ) y ası́, por la proposición 3.8, para n ≥ N:
Z Z Z ε
f − fn = ( f − fn ) ≤ `(γ) = ε.

γ γ γ `(γ)
t
u

El resultado principal es que toda función holomorfa en un disco, es analı́tica y a


la serie asociada se le conoce como la serie de Taylor de la función dada:
Teorema 4.15. Si f es holomorfa en B(z0 ; R), entonces para todo z ∈ B(z0 ; R),

f (n) (z0 )
f (z) = ∑ (z − z0 )n
n=0 n!

y esta serie de potencias tiene radio de convergencia ≥ R.


Demostración. Sea 0 < r < R de tal manera que B(z0 ; r) $ B(z0 ; R). Para z ∈ B(z0 ; r)
y w ∈ ∂ B(z0 ; r) observe que
∞ 
z − z0 n

1 1 1 1
(1) = z−z0 = w − z ∑
w − z (w − z0 ) 1 − w−z 0 n=0 w − z0
0

z−z0
ya que |z − z0 | < r = |w − z0 | por lo que ζ = w−z 0
satisface que |ζ | < 1 y ası́ la
anterior es una serie geométrica. Ahora sea γ : [0, 2π] → B(z0 ; R) la frontera de
B(z0 ; r), es decir, γ(t) = z0 + reit . Multiplicando ambos lados de (1) por f (w) y
1/2πi queda

1 f (w) ∞ z − z0 n
 
1 f (w)
(2) = ∑ w − z0
2πi w − z 2πi w − z0 n=0

donde en el lado derecho se tienen las funciones


z − z0 n
 
1 f (w) 1 f (w)
Fn (z) := = (z − z0 )n
2πi w − z0 w − z0 2πi (w − z0 )n+1

que al integrar a lo largo de γ dan, por la fórmula de Cauchy en un disco 4.5,

1 f (w) 1
Z Z
Fn = (z − z0 )n dw = f (n) (z0 )(z − z0 )n
γ 2πi γ (w − z0 )n+1 n!
4.2 Series de potencias 101

y para la función del lado izquierdo de (2), al integral a lo largo de γ resulta, por la
fórmula de Cauchy 4.3,
1 f (w)
Z
dw = f (z).
2πi γ w − z
Por lo tanto, una vez que mostremos que la serie ∑∞ n=0 Fn converge uniformemente
1 f (w)
a F(z) = 2πi w−z , por la proposición 4.14 anterior se seguirá que
∞ ∞ ∞
1
Z Z Z
f (z) =
γ
F= ∑ Fn =
γ n=0
∑ γ
Fn = ∑ n! f (n) (z0 )(z − z0 )n
n=0 n=0

que es lo que se deseaba demostrar.


1 f (w)
Resta probar que la serie ∑∞
n=0 Fn converge uniformemente a F(z) = 2πi w−z .
Para ésto, observe que como |z − z0 | < r y como |w − z0 | = r, poniendo M =
máx | f (w)| : w ∈ {γ} se tiene que
1 | f (w)||z − z |n 1 M|z − z0 |n 1 M |z − z0 | n
 
0
≤ =

2πi |w − z0 |n+1 2π rn+1 2π r

r

donde como |z − z0 | < r entonces |z−z


r
0|
< 1 y consecuentemente la serie de números
 n
1 M |z−z0 |
Mn = 2π r r converge y ası́, por el criterio M de Weierstrass 4.9, se sigue
1 f (w)
que la serie ∑∞n=1 Fn converge uniformemente a F(z) = 2πi w−z en {γ}. Como lo
anterior es cierto para todo r < R, se sigue que el radio de convergencia es ≥ R. t
u

El teorema 4.15 anterior y el teorema 4.12 (o el corolario 4.13) implican que:


Corolario 4.16. En un disco B(a; R), una función f es holomorfa si y sólo si es
analı́tica.
t
u
Ejemplo 4.3. Para la función exponencial compleja exp : C → C, sabemos que
exp(n) (z) = exp(z) y por lo tanto, para z0 = 0 se tiene que exp(n) (0) = exp(0) =
e0 = 1 para todo n ≥ 0 y ası́ su serie de Taylor alrededor de z0 = 0 es

1
ez = ∑ n! zn
n=0

que es la serie del ejemplo 4.2.

Una consecuencia importante de la teorı́a de series que hemos desarrollado es


que en un disco abierto toda función holomorfa tiene una primitiva, es decir, se
tiene otra demostración, usando series, del teorema de Cauchy 4.2 en un disco:
Teorema 4.17 (Teorema de Cauchy en un disco). Si f : B(a; R) → C es holomorfa,
entonces f tiene una primitiva F en B(a; R). Consecuentemente, por el teorema
3.10, si γ es cualquier curva cerrada rectificable en B(a; R), entonces
102 4 Teorı́a de Cauchy local
Z
f = 0.
γ

Demostración. Por el teorema 4.15, f tiene una serie de Taylor en B(a; R)



(1) f (z) = ∑ an (z − a)n .
n=0

Para z ∈ B(a; R) definamos entonces


∞  a  ∞ 
n n+1 an 
(2) F(z) = ∑ n+1 (z − a) = (z − a) ∑ n + 1 (z − a)n
n=0 n=0

y observe que, como lı́m{(n + 1)1/n } = 0, por una demostración similar a la del
teorema 4.12 se sigue que la serie (2) tiene el mismo disco de convergencia B(a; R)
que (1). Por el teorema 4.12 se sigue que F 0 (z) = f (z), para todo z ∈ B(a; r). t
u

Ejercicios

4.5. Si ∑nn=0 an (z − z0 )n y ∑nn=0 bn (z − z0 )n tienen radios de convergencia R1 y R2 ,


respectivamente, ¿cuál es el radio de convergencia de la serie ∑nn=0 (an + bn )(z −
z0 )n ?
4.6. Determine el radio de convergencia de las series:
n
n!
∑ nn zn .
n=0
n
2n
∑ n! zn .
n=0

4.7. Si ∑nn=0 an (z − z0 )n y ∑nn=0 bn (z − z0 )n tienen radios de convergencia R1 y R2 ,


demuestre que la serie ∑nn=0 cn (z − z0 )n , donde
n
cn = ∑ ak bn−k ,
k=0

converge para |z − z0 | < mı́n{R1 , R2 }.


4.8. Obtenga las series de Taylor, alrededor de z0 = 0, de las funciones holomorfas
sen z y cos z.
4.9. Obtenga la serie de Taylor, alrededor de z = 2, del polinomio f (z) = z2 .
4.10. Cómo es la serie de Taylor, alrededor de z = z0 , de un polinomio arbitrario

f (z) = an zn + an−1 zn−1 + · · · + a1 z + a0


4.3 Consecuencias de la teorı́a de Cauchy local 103

con los ak ∈ C y an 6= 0.
4.11. Sean Ω ⊆ C un abierto y f : Ω → C una función continua. Suponga que f
tiene primitivas locales, es decir, para cada z ∈ Ω existe un disco B(z; r) ⊆ Ω tal
que f restringida a este disco tiene una primitiva en ese disco. Demuestre que si
T = [a, b, c, a] es un triángulo
R
en Ω tal que la cápsula convexa ∆ de T está totalmente
contenida en Ω , entonces T f = 0.
4.12. Sean Ω ⊆ C un abierto, z0 ∈ Ω y f : Ω → C una función holomorfa en Ω −
{z0 }. Suponga que z0 ∈ B(w; r) ⊆ B(w; r) ⊆ Ω para 0 < r < ∞. Sea ϕ : [0, 2π] ×
(0, 1] → C dada por
ϕ(s,t) = z0 (1 − t) + (w + reis )t.
Para t ∈ (0, 1] sea Γt (s) := ϕ(s,t). Defina I : (0, 1] → C mediante
Z
I(t) := f.
Γt

Demuestre que I(t) es constante probando que I 0 (t) = 0 para todo t ∈ (0, 1].

4.3. Consecuencias de la teorı́a de Cauchy local

En esta sección obtenemos unas consecuencias importantes de la teorı́a de


Cauchy en un disco desarrollada en la sección §4.1. Algunos de los resultados que
se obtendrán tienen generalizaciones que se verán en secciones posteriores.
Funciones enteras. Una función entera es una función holomorfa en todo C. Ejem-
plos de funciones enteras son los polinomios y la función exponencial.
Teorema 4.18 (Liouville). Si f es una función entera y acotada, entonces f es
constante.
Demostración. Mostaremos que f 0 (z) = 0 para toda z ∈ C. En efecto, como existe
M > 0 tal que | f (z)| ≤ M para todo z ∈ C y como f es holomorfa en cada disco
B(z; R), para todo z ∈ C y para todo R > 0, entonces por la estimación de Cauchy
4.6, | f 0 (z)| ≤ M/R para todo R. Haciendo R → ∞ se sigue que f 0 (z) = 0 para todo
z ∈ C. t
u

Ceros. Si f : Ω → C es una función, un cero de f es un punto z0 ∈ Ω que satisface


que f (z0 ) = 0. Se dice que z0 es un cero de orden o multiplicidad m ≥ 1 si existe
una función holomorfa g : Ω → C tal que

f (z) = (z − z0 )m g(z) con g(z0 ) 6= 0.

Teorema 4.19 (Teorema fundamental del álgebra). Si f (z) es un polinomio no


constante, con coeficientes en C, entonces f (z) tiene un cero z0 ∈ C.
104 4 Teorı́a de Cauchy local

Demostración. Si sucediera que f (z) 6= 0 para todo z ∈ C, entonces la función


g(z) := 1/ f (z) serı́a entera (holomorfa en todo C). Por otra parte, como f (z) no
es constante, escribiendo

f (z) = an zn + an−1 zn−1 + · · · + a1 z + a0

observe que

lı́m | f (z)| = lı́m f (z) = lı́m an zn + bn−1 zn−1 + · · · + b1 z + b0

z→∞ z→∞ z→∞

n
 bn−1 bn−2 b0 
= |an | lı́m z 1 + + 2 +···+ n

z→∞ z z z
= ∞,

de donde se sigue que


1
lı́m g(z) = lı́m =0
z→∞ z→∞ f (z)
y ası́, para ε = 1 (por ejemplo), existe R > 0 tal que si |z| > R, entonces |g(z)| < 1.
Finalmente, observe que como g(z) es continua en B(0; R), entonces g(B(0; R)) es
compacto; en particular es acotado y ası́, existe M 0 > 0 tal que |g(z)| ≤ M 0 para todo
z ∈ B(0; R). Si ponemos entonces M = máx{M 0 , 1} se tiene que |g(z)| ≤ M para todo
z ∈ C y como g es entera, por el teorema de Liouville se sigue que g(z) es constante
y por lo tanto f (z) también es constante, una contradicción. t
u

Del álgebra sabemos que el número de ceros de un polinomio f (z), con coefi-
cientes en C, es menor o igual que el grado de f (z). De hecho, es igual si contamos
cada cero con sus multiplicidades (vea el ejercicio 4.17). Además, z0 es un cero de
multiplicidad m ≥ 1 del polinomio f (z) si y sólo si f 0 (z0 ) = · · · = f (m−1) (z0 ) = 0
y f (m) (z0 ) 6= 0. Como las funciones holomorfas se parecen en mucho a los polino-
mios, uno podrı́a pensar que una función holomorfa no constante no puede anularse
en muchos puntos y además no se puede tener un cero de multiplicidad infinita. Esto
es el contenido del resultado siguiente, que además muestra la equivalencia de las
dos afirmaciones anteriores:
Teorema 4.20 (Teorema de la identidad). Sean Ω ⊆ C una región y f : Ω → C
holomorfa, son equivalentes:
(1) f ≡ 0, es decir, f es la función cero.
(2) El conjunto Z( f ) := {z ∈ Ω : f (z) = 0} tiene un punto de acumulación en Ω .
(3) Existe un punto z0 ∈ Ω tal que f (n) (z0 ) = 0, para todo n ≥ 0.

Demostración. Claramente (1) implica (2). Para la implicación (2) ⇒ (3), sea z0 ∈
Ω un punto de acumulación de Z( f ). Como Ω es abierto, existe un disco B(z0 ; R) ⊆
Ω , y como z0 es punto de acumulación de Z( f ) y f es continua, se tiene que f (z0 ) =
0 por lo que z0 ∈ Z( f ). Mostraremos que para este z0 se cumple (3). En efecto,
supongamos que (3) es falso, i.e., que existe un n ∈ N tal que f (z0 ) = f 0 (z0 ) = · · · =
4.3 Consecuencias de la teorı́a de Cauchy local 105

f (n−1) (z0 ) = 0 pero f (n) (z0 ) 6= 0. Entonces, en un disco pequeño B(z0 ; r) la serie de
Taylor de f es de la forma

f (k) (z0 )
f (z) = ∑ (z − z0 )k
k=n k!

y la función g definida mediante



f (k) (z0 )
g(z) = ∑ (z − z0 )k−n
k=n k!

es holomorfa en B(z0 ; r) y claramente g(z0 ) 6= 0 ya que f (n) (z0 ) 6= 0. Más aún, se


tiene que f (z) = (z − z0 )n g(z) y de esta igualdad se sigue que si zk ∈ Z( f ) − {z0 },
entonces g(zk ) = 0, y note también que el radio de convergencia de g es el mismo
que el de f . Ahora, como z0 es punto de acumulación de Z( f ) existe una sucesión
{zk } ⊆ Z( f ) − {z0 } tal que lı́m{zk } = z0 . Como g es continua y los zk ∈ Z( f ) para
k ≥ 1, se sigue que g(z0 ) = g(lı́m{zk }) = lı́m g(zk ) = 0 (la última igualdad porque
g(zk ) = 0 para zk ∈ Z( f ) − {z0 }), una contradicción. Por lo tanto (3) debe ser cierta.
Para mostrar que (3) ⇒ (1), pongamos

E∞ := {z ∈ Ω : f (n) (z) = 0 para todo n ≥ 0}.

Por la hipótesis (2), E∞ 6= 0. / Mostraremos que E∞ es abierto y cerrado en Ω y


ası́ la conexidad de Ω implicará que E∞ = Ω , que es precisamente la afirmación
(1). Primero, para ver que E∞ es cerrado, sea z ∈ E ∞ y sea {zk } una sucesión en
E∞ tal que z = lı́m{zk }. Como cada f (n) es continua se tiene entonces que f (n) (z) =
{lı́m f (n) (zk )} = 0 y por lo tanto z ∈ E∞ y ası́ E∞ es cerrado. Para ver que E∞ es
abierto, sea z0 ∈ E∞ ⊆ Ω y considere un disco B(z0 ; r) ⊆ Ω . Si z ∈ B(z0 ; r) como la
serie de Taylor de f alrededor de z0 es de la forma

f (k) (z0 )
f (z) = ∑ (z − z0 )k = 0
k=0 k!

entonces f (z) = 0 porque z0 ∈ E∞ y ası́ f (k) (z0 ) = 0 para todo k. Hemos ası́ mostrado
que f restringida a B(z0 ; r) es ≡ 0 y por lo tanto B(z0 ; r) ⊆ E∞ , i.e, E∞ es abierto. t
u
Ejemplo 4.4. Para funciones reales de variable real, el teorema anterior es falso, es
decir, existe una función de clase C∞ con un cero en el cual todas las derivadas
superiores de f se anulan (lo cual, de acuerdo a la definición que se recuerda en el
corolario siguiente, dice que el cero es de multiplicidad infinita) y que sin embargo
no se anula idénticamente. El ejemplo usual es
( 2
e−1/x si x 6= 0,
f (x) =
0 si x = 0.

El ejercicio 4.21 pide mostrar que x = 0 es un cero de multiplicidad infinita de f .


106 4 Teorı́a de Cauchy local

Corolario 4.21 (Multiplicidad finita). Si Ω es una región y f : Ω → C es holo-


morfa no idénticamente cero, entonces todos los ceros de f son de multiplicidad
finita, es decir, para cada cero z0 ∈ Ω de f , existe un entero m ≥ 1 y una función
holomorfa g : Ω → C tal que g(z0 ) 6= 0 y f (z) = (z − z0 )m g(z).

Demostración. Sea m ≥ 1 el mayor entero tal que f k (z0 ) = 0 para 0 ≤ k < m. Note
que, como f 6≡ 0, por el teorema de la identidad tal m existe. Defina

f (z)

 para z 6= z0 ,
 (z − z0 )m


g(z) :=

 1 f (m) (z ) para z = z .


0 0
m!
Observe, para comenzar, que g(z) es holomorfa en Ω − {z0 }. Para ver que es holo-
morfa en todo Ω , escoja un disco B(z0 ; r) ⊆ Ω y note que para z ∈ B(z0 ; r) su serie
de Taylor alrededor de z0 es de la forma

f (z) = ∑ ak (z − z0 )k .
k=m

Defina entonces

g̃(z) := ∑ ak (z − z0 )k−m
k=m

y note que g̃ es holomorfa en B(z0 ; r), f (z) = (z − z0 )m g̃(z) y g̃(z0 ) = am =


f (m) (z0 )/m! 6= 0. Es claro que g = g̃ en B(z0 ; r) − {z0 } y ası́, por el teorema de
la identidad g = g̃ en todo el disco B(z0 ; r) y por lo tanto g es holomorfa en ese
disco. t
u

Corolario 4.22 (Ceros son aislados). Si Ω es una región y f : Ω → C es holomorfa


no idénticamente cero, entonces los ceros de f son aislados.

Demostración. El teorema de la identidad 4.20 dice que el conjunto de ceros Z( f )


de f es discreto, i.e., para todo z0 ∈ Z( f ) existe un disco B(z0 ; r) tal que B(z0 ; r) ∩
Z( f ) = {z0 }. t
u

Corolario 4.23 (Teorema del módulo máximo). Si Ω es una región, f : Ω → C


es holomorfa y existe un punto z0 ∈ Ω tal que | f (z0 )| ≥ | f (z)| para todo z ∈ Ω ,
entonces f es constante.

Demostración. Como Ω es abierto, existe un disco B(z0 ; R0 ) ⊆ Ω . Sea R < R0 y


consideremos el disco cerrado B(z0 ; R) ⊆ Ω . Entonces, para cualquier r < R para el
disco B(z0 ; r) ⊆ Ω su frontera γ : [0, 2π] → Ω , donde γ(t) = z0 + reit . Por la fórmula
de Cauchy en un disco 4.3

f (z0 + reit )rieit


Z 2π Z 2π
1 f (w) 1 1
Z
f (z0 ) = dw = dt = f (z0 + reit )dt
2πi γ w − z0 2πi 0 reit 2π 0
4.3 Consecuencias de la teorı́a de Cauchy local 107

donde, por hipótesis, | f (z0 + reit )| ≤ | f (z0 )| y `(γ) = 2π. Usando la proposición 3.8
(2) se sigue que
Z 2π
1 f (z0 + reit ) dt ≤ 1 (2π)| f (z0 )| = | f (z0 )|

| f (z0 )| ≤
2π 0 2π
1 R 2π it
es decir, | f (z0 )| = 2π 0 | f (z0 + re )|dt y por lo tanto
Z 2π
1
| f (z0 )| − | f (z0 + reit )| dt

0=
2π 0

y como el integrando es real ≥ 0 se sigue que | f (z0 )| = | f (z0 + reit )| para toda
t ∈ [0, 2π]. Más aún, como el radio r lo podemos variar arbitrariamente en 0 ≤ r < R,
hemos probado que f manda el disco B(z0 ; R) ⊆ Ω en el arco circular |z| = | f (z0 )|
y ası́ por el ejercicio 2.20 se sigue que f es constante, es decir, f (z) = f (z0 ) para
todo z ∈ B(z0 ; r). Por el teorema de la identidad 4.20 se sigue que f es constante
= f (z0 ). t
u

El teorema anterior se puede reformular como la afirmación de que una función


holomorfa no constante en una región (acotada), no alcanza su módulo máximo en
esa región sino en la frontera. Más precisamente:
Teorema 4.24 (Teorema del módulo máximo en una región acotada). Si Ω es
una región acotada, f : Ω → C es continua en Ω y holomorfa en Ω , entonces
 
máx | f (z)| : z ∈ Ω = máx | f (z)| : z ∈ ∂ Ω .

Demostración. Como Ω es acotada, entonces Ω es cerrado y acotado, y como | f |


es continua en Ω , entonces | f | alcanza su máximo en Ω por el ejercicio 1.54. Es
decir, existe un z0 ∈ Ω tal que | f (z0 )| ≥ | f (z)| para todo z ∈ Ω . Si f es constante,
no hay nada que probar. Si f no es constante, por el corolario 4.23 anterior el punto
z0 no puede estar en Ω . Se sigue que z0 ∈ ∂ Ω . t
u

Ejemplo 4.5. Nótese que la hipótesis de que Ω es acotado no se puede eliminar ya


que se tiene el ejemplo siguiente: considere la franja abierta horizontal de ancho π
con x libre: n π πo
Ω = z = x + iy ∈ C : − < y <
2 2

6
π/2

◦ -


−π/2
108 4 Teorı́a de Cauchy local

y sea f : Ω → C dada por f (z) = eexp(z) . Claramente f es continua en Ω y holomorfa


π
en Ω . Note ahora que si z ∈ ∂ Ω , entonces z = x ± π2 i por lo que f (z) = eexp(x± 2 i)
donde
π
ex± 2 i = ex cos ± π2 + i sen ± π2 = ex i(±1) = ± iex
    

x
y por lo tanto | f (z)| = |e± ie | = 1 ya que la parte real de ± iex es 0. Se sigue que
máx{| f (z)| : z ∈ ∂ Ω } = 1. Sin embargo, si z = x ∈ R ⊆ Ω , se tiene que | f (z)| =
x
| exp(ex )| = ee → ∞ cuando x → ∞ y ası́ no se satisface el teorema del módulo
máximo 4.24, lo cual no es una contradicción porque Ω no es acotado.

Por el teorema de la identidad, una función holomorfa no constante en una región


f : Ω → C no puede ser constante en un subconjunto abierto de Ω y por el ejercicio
2.20 tampoco puede mandar un subconjunto abierto de Ω en un segmento de recta,
un punto, o un arco circular. Usando el teorema del módulo máximo (de hecho, en
su versión dual, el teorema del módulo mı́nimo del ejercicio 4.25) probaremos que
toda función holomorfa no constante manda subconjuntos abiertos de Ω en abiertos
de C, es decir, es una función abierta.
Teorema 4.25 (Teorema de la función abierta). Toda función holomorfa no cons-
tante es abierta.
Demostración (Carathéodory). Basta probar que, para todo z0 ∈ Ω y todo disco
abierto B(z0 ; r) ⊆ Ω , su imagen f (B(z0 ; r)) contiene un disco abierto centrado en
f (z0 ). Para comenzar, podemos suponer que f (z0 ) = 0, porque si no fuera ası́, consi-
deramos la función g(z) = f (z) − f (z0 ) la cual sigue siendo holomorfa no constante
en Ω y es claro que f es abierta si y sólo si g es abierta (porque es una traslación de
f ). Ahora, como f no es constante, existe un cı́rculo γ = ∂ B(z0 ; r) tal que f (z) 6= 0
para todo z ∈ {γ} (ya que de lo contrario en cada cı́rculo ∂ B(z0 ; r) habrı́a un cero
de f y por lo tanto el conjunto de ceros de f tendrı́a un punto de acumulación, en
contradicción con ser f no constante). Ahora, como {γ} es compacto, | f | alcan-
za su mı́nimo en {γ}. Pongamos 2ε = mı́n{| f (z)| : z ∈ {γ}}. Mostraremos que
f (B(z0 ; r)) ⊇ B(0; ε). En efecto, si w ∈ B(0; ε) note que, para z ∈ {γ},

| f (z) − w| ≥ | f (z)| − |w| ≥ 2ε − |w| > 2ε − ε = ε

(ya que w ∈ B(0; ε) implica que |w| < ε y ası́ −|w| > −ε). Por otro lado, si z = z0 ,

| f (z0 ) − w| = |0 − w| = | − w| = |w| < ε

y por lo tanto la función | f (z) − w| asume su mı́nimo dentro del disco B(0; ε) y ası́,
por el teorema del módulo mı́nimo (ejercicio 4.25) se debe tener que f (z) − w = 0
dentro del disco B(z0 ; r) por lo que f (z) = w para algún z ∈ B(z0 ; r) y consecuente-
mente w = f (z) ∈ f (B(z0 ; r)), es decir, B(0; ε) ⊆ f (B(z0 ; r)), como se querı́a. t
u

Derivada de la función inversa. Usando el criterio de Carathéodory para la deriva-


da, y el teorema de la función abierta, podemos ahora considerar el problema de la
derivada de la función inversa de una función inyectiva:
4.3 Consecuencias de la teorı́a de Cauchy local 109

Corolario 4.26. Si f : Ω → C es holomorfa e inyectiva, entonces es biholomorfa,


es decir, f −1 : f (Ω ) → Ω es holomorfa y, si f 0 (z0 ) 6= 0 entonces
0 1
f −1 ( f (z0 )) = .
f 0 (z0 )

Demostración. Por el teorema anterior f (Ω ) es abierto. Sea g : f (Ω ) → Ω la in-


versa de f . Como f es una función abierta, entonces g es continua. Ahora, si z0 ∈ Ω
y f 0 (z0 ) 6= 0, sea w0 = f (z0 ). Por la formulación de Carathéodory de la derivada,

(1) f (z) − f (z0 ) = ϕ(z)(z − z0 )

donde ϕ es continua en Ω , ϕ(z) 6= 0 para z ∈ Ω , y f 0 (z0 ) = ϕ(z0 ). Se sigue que,


para w ∈ f (Ω ), escribiendo w = f (z) se tiene que

1
g(w) − g(w0 ) = g( f (z)) − g( f (z0 )) = z − z0 = ( f (z) − f (z0 ))
ϕ(z)
1
= (w − w0 )
ϕ(g(w))

donde la tercera igualdad es por (1) y donde notamos que 1/(ϕ ◦ g) es continua en
w0 y ası́, aplicando el criterio de Carathéodory de nuevo, se sigue que g es derivable
en w0 y su derivada es
1 1 1
g0 (w0 ) = = = 0 .
ϕ(g(w0 )) ϕ(z0 ) f (z0 )
t
u

Observación 4.3. Note que no probamos que la función inversa g : f (Ω ) → Ω de f


tiene derivadas en todos los puntos de su dominio f (Ω ): sólo probamos que g0 (w)
existe para aquellos puntos w = f (z) tales que f 0 (z) 6= 0. En el corolario 5.21 proba-
remos que si f : Ω → C es holomorfa e inyectiva (como en la hipótesis del corolario
anterior) entonces para todo z ∈ Ω , la derivada f 0 (z) 6= 0. Esto es lo único que falta
para probar que f es biholomorfa (es decir, que tanto f como su inversa f −1 son
holomorfas).

En la proposición 4.8 de la sección §4.2 vimos que si una sucesión de funciones


continuas { fn } en Ω converge uniformemente, entonces su lı́mite es una función
continua en Ω , yR en la proposición
R
4.14 vimos que si γ es una curva rectificable
en Ω , entonces γ f = lı́mn→∞ γ fn . Usaremos lo anterior para probar que si las
funciones fn son holomorfas, entonces su lı́mite f también es holomorfa:
110 4 Teorı́a de Cauchy local

Proposición 4.27 (Weierstrass). Si { fn : Ω → C} es una sucesión de funciones en


O(Ω ) que converge compactamente1 a f : Ω → C, entonces f ∈ O(Ω ). Más aún,
(k)
para cada entero k ≥ 0 se tiene que la sucesión de derivadas { fn } converge a f (k) .

Demostración. Si z0 ∈ Ω , sea r > 0 tal que B(z0 ; r) ⊆ Ω y sea γr = ∂ B(z0 ; r) orien-


tada positivamente. Para cada n, por la fórmula de Cauchy en un disco 4.3 se tiene
que

1 fn (ζ )
Z
(1) fn (z) = dζ para z ∈ B(z0 ; r).
2πi γr ζ −z

Como { fn } → f uniformemente en {γr }, para z ∈ B(z0 ; r) fijo el integrando en (1)


converge uniformemente en {γr } a f (ζ )/(ζ − z) y ası́, por la proposición 4.14,

fn (ζ ) f (ζ )
Z Z
lı́m dζ = dζ
n→∞ γr ζ −z γr ζ −z

y como { fn (z)} → f (z), de (1) se sigue que

1 f (ζ )
Z
f (z) = dζ para z ∈ B(z0 ; r)
2πi γr ζ −z

y ası́, por la fórmula de Cauchy 4.5 se sigue que f es holomorfa en el disco B(z0 ; r),
y como Ω está cubierto por estos discos se sigue que f es holomorfa en todo Ω .
Para terminar, dado un entero k ≥ 1 fijo, por la fórmula de Cauchy 4.5 para las
derivadas superiores

k! f (ζ )
Z
(2) f (k) (z) = dζ para z ∈ B(z0 ; r)
2πi γr (ζ − z)k+1

y similarmente para cada una de las funciones fn

k! fn (ζ )
Z
(k)
(3) fn (z) = dζ para z ∈ B(z0 ; r)
2πi γr (ζ − z)k+1

y al restar (3) de (2) queda

k! f (ζ ) − fn (ζ )
Z
(k) (k)
(4) f (z) − f (z) = dζ para z ∈ B(z0 ; r).
2πi γr (ζ − z)k+1

Para cada entero n ≥ 1, sea Mn := máx{| f (ζ ) − fn (z)| : ζ ∈ {γr }}. Entonces, para
|z − z0 | < r/2, se tiene que |ζ − z| > r/2 y ası́ 1/|ζ − z| < 2/r por lo que el valor
absoluto del integrando en (4) está acotado por

1 Una sucesión de funciones { fn : Ω → C} se dice que converge compactamente si para todo


subconjunto compacto K ⊆ Ω la sucesión de restricciones { fn : K → C} converge uniformemente
a la restricción f : K → C.
4.3 Consecuencias de la teorı́a de Cauchy local 111
f (ζ ) − f (ζ ) 2k+1 M
n n
≤ k+1

(ζ − z)k+1

r

y ası́, por la acotación usual de la proposición 3.8, de (4) se sigue que

f (z) − f (k) (z) = k! f (ζ ) − fn (ζ ) k! 2k+1 Mn 2k+1 k!Mn


(k) Z
k+1
dζ ≤ k+1
`(γr ) =
2πi γr (ζ − z) 2π r rk

para |z − z0 | < r/2. Finalmente, como { fn } → f , entonces {Mn } → 0 y por lo tanto


(k)
la sucesión { fn } converge uniformemente a f (k) en el disco B(z0 ; r/2), y como
(k)
estos discos cubren Ω , se sigue que { fn } converge a f (k) en todo Ω . t
u

Vea el ejercicio 4.27 para contrastar la proposición anterior con el caso de fun-
ciones reales de variable real.

Ejercicios

4.13. Suponga que f es una función entera que satisface las identidades
f (z + 1) = f (z),
f (z + i) = f (z),
demuestre que f es constante.

4.14. Suponga que f es una función entera y satisface que | f 0 (z)| ≤ |z| para todo
z ∈ C. Demuestre que f es un polinomio de grado ≤ 2.

4.15. Suponga que f es una función entera y que existe un entero n ≥ 0 y constantes
reales positivas A y B tales que

| f (z)| ≤ A + B|z|n .

Demuestre que f es un polinomio de grado ≤ n.

4.16. Suponga que f es una función entera y que existe un entero n ≥ 0 y constantes
reales A ≥ 0 y B > 0 tales que

| f (z)| ≤ A|z|n para |z| > B.

Demuestre que f es un polinomio de grado ≤ n.

4.17. Si f es holomorfa y z0 es un cero de f , demuestre que la multiplicidad de z0


es m si y sólo si f (z0 ) = 0, f 0 (z0 ) = 0, . . ., f (m−1) (z0 ) = 0, f (m) (z0 ) 6= 0. Un cero
de f es simple si su multiplicidad es 1. En este caso el ejercicio dice que z0 es cero
simple de f si y sólo si f (z0 ) = 0 pero f 0 (z0 ) 6= 0.
112 4 Teorı́a de Cauchy local

4.18. Si f (z) = an zn + an−1 zn−1 + · · · + a1 z + a0 es un polinomio de grado n ≥ 1, y si


α1 , . . . , αk son sus ceros con multiplicidades m1 , . . . , mk , respetivamente, demuestre
que
f (z) = an (z − α1 )m1 · · · (z − zk )mk
y por lo tanto n = m1 + · · · + mk .

4.19. Si Ω es una región y f , g son funciones holomorfas en Ω tales que f (z)g(z) =


0 para todo z ∈ Ω , demuestre que f ≡ 0 o g ≡ 0. En otras palabras, en este ejerci-
cio se pide probar que el anillo de funciones holomorfas O(Ω ) (página 48) es un
dominio entero.

4.20. En el teorema de la indentidad 4.20, demuestre que las afirmaciones dadas son
equivalentes a:
(4) Existe una sucesión {zk } ⊆ Ω de puntos distintos tal que lı́m{zk } ∈ Ω y además
f (zk ) = 0, para todo k.

4.21. Para la función del ejemplo 4.4 demuestre que x = 0 es un cero de multiplici-
dad infinita.

4.22. Demuestre que una función entera f = u + iv con parte real u positiva es cons-
tante.

4.23. Demuestre que no existe una función holomorfa f : B(0; 1) → C tal que
f (1/n) = 1/2n para todo n = 2, 3, 4, . . ..

4.24. Demuestre que no existe una función holomorfa f : B(0; 1) → C tal que
f (1/n) = (−1)n /n2 para todo n = 2, 3, 4, . . ..

4.25 (Teorema del módulo mı́nimo). Si Ω es una región y f : Ω → C es holomorfa


no constante, entonces | f | alcanza su mı́nimo sólo en un cero de f . Sugerencia:
aplique el teorema del módulo máximo 4.23 a la función 1/ f .

4.26 (Teorema del módulo mı́nimo en una región acotada). Si Ω es una región
acotada, f : Ω → C es continua en Ω y holomorfa en Ω , entonces f tiene ceros en
Ω o el mı́nimo de | f | en Ω se alcanza en ∂ Ω :
 
mı́n | f (z)| : z ∈ Ω = mı́n | f (z)| : z ∈ ∂ Ω .

4.27. Busque un ejemplo de una sucesión de funciones reales de variable real { fn },


cada una de clase C∞ , que converge compactamente a f y donde f no tiene ni si-
quiera primera derivada.
Capı́tulo 5
Teorı́a de Cauchy global

El objetivo principal de este capı́tulo es explorar para qué regiones Ω el teorema


de Cauchy sigue siendo válido: para toda función f holomorfa en Ω y cualquier
curva cerrada rectificable γ en Ω se tenga que
Z
f = 0.
γ

En el capı́tulo 4 anterior se demostró que el teorema de Cauchy es válido en cual-


quier región convexa, y el ejemplo 3.4 del capı́tulo 3 muestra que, para γ : [0, 1] →
C − {0} el cı́rculo γ(t) = e2πit ,

1
Z
= 2πi,
γ z

y por lo tanto el teorema de Cauchy no es válido para la región Ω = C − {0}. El


problema, como veremos en este capı́tulo es geométrico: la región Ω = C − {0}
tiene un hoyo en 0. El objetivo es entonces demostrar que, para regiones sin hoyos
el teorema de Cauchy es válido, precisando primero lo que enteremos por hoyos.

5.1. El ı́ndice de una curva cerrada

Conviene comenzar con un ejemplo: si γ : [0, 1] → C es el cı́rculo γ(t) = a +


re2πint con r > 0 y n ∈ Z, entonces
Z 1
1 1
Z
dz = (2πin)re2πint dt = 2πin
γ z−a 0 re2πint

por lo que
1 1
Z
dz = n = número de vueltas que da γ alrededor de a :
2πi γ z−a

113
114 5 Teorı́a de Cauchy global

◦a
γ

En general, si b ∈ B(a; r) es cualquier punto, entonces

1 1
Z
dz = n
2πi γ z−b

(vea el ejercicio 5.1) y de hecho:


Proposición 5.1. Si γ : [0, 1] → C es cualquier curva cerrada rectificable en C y
a 6∈ {γ}, entonces
1 1
Z
dz
2πi γ z − a
es un entero.
Demostración. Por el lema 3.9 γ se puede aproximar por una poligonal y ası́ pode-
mos suponer que γ es lisa (por tramos). Entonces se define g : [0, 1] → C mediante

γ 0 (s)
Z t
g(t) = ds
0 γ(s) − a

y observe que:
γ 0 (s)
Z 1
1
Z
(1) g(0) = 0 y g(1) = = dz,
0 γ(s) − a γ z−a
γ 0 (t)
(2) g0 (t) = , para 0 ≤ t ≤ 1.
γ(t) − a
Por lo tanto,

d  −g  h γ0 i
e (γ − a) = e−g γ 0 − g0 e−g (γ − a) = e−g γ 0 − (γ − a) por (2)
dt γ −a
−g 0 0
= e [γ − γ ] = 0,

y ası́ e−g (γ − a) es una constante por lo que

e−g(0) (γ(0) − a) = e−g(1) (γ(1) − a)

donde γ(0) = γ(1) (que es 6= a). Cancelando el factor común en la igualdad anterior,
queda e−g(1) = e−g(0) = 1 porque g(0) = 0, y por lo tanto g(1) = 2πik para algún
k ∈ Z, como se querı́a. t
u

Si γ es una curva cerrada rectificable en C y a 6∈ {γ}, el entero anterior

1 1
Z
n(γ; a) := dz
2πi γ z−a
5.1 El ı́ndice de una curva cerrada 115

se llama el ı́ndice de la curva cerrada γ alrededor del punto a, o también se conoce


como el número de vueltas que da γ alrededor del punto a.
Recuerde ahora, del ejercicio 3.20, que si γ : [0, 1] → C es rectificable, entonces
γ −1 : [0, 1] → C está dada por γ −1 (t) = γ(1 − t) y también es rectificable. Si α, β :
[0, 1] → C son dos curvas rectificables tales que α(1) = β (0) (es decir, β comienza
donde termina α), se define1 su suma α ∗ β : [0, 1] → C mediante
(
α(2t) si 0 ≤ t ≤ 1/2,
(α ∗ β )(t) :=
β (2t − 1) si 1/2 ≤ t ≤ 1,

donde notamos que esta es una buena definición porque α(2(1/2)) = α(1) =
β (0) = β (2(1/2) − 1). Observe que la curva α ∗ β es la curva α recorrida al doble
de velocidad seguida de (pegada con) la curva β , recorrida al doble de velocidad,
como se ilustra en la figura siguiente:

α(1)=β (0)
α
β

Proposición 5.2. (1) Si γ es rectificable, entonces para todo a 6∈ {γ},

n(γ −1 ; a) = −n(γ; a).

(2) Si α, β son rectificables, entonces para todo a 6∈ {α + β },

n(α ∗ β ; a) = n(α; a) + n(β ; a).

Demostración. La parte (1) es directa de la proposición 3.8. Para la parte (2), pode-
mos suponer que α y β son lisas (por tramos) y por lo tanto

(α ∗ β )0 dt
Z 1
1 dz 1
Z
n(α ∗ β ) = =
2πi α∗β z − a 2πi 0 (α ∗ β )(t) − a

Z 1/2 d Z 1 d
1 dt (α(2t)) 1 dt (β (2t − 1))
= +
2πi 0 α(2t) − a 2πi 1/2 β (2t − 1) − a

Z 1 0 Z 1 0
1 α (s)ds 1 β (s)ds
= −
2πi 0 α(s) − a 2πi 0 β (s) − a

= n(α) + n(β ),

1 No confundir con la suma de funciones usual α + β : [0, 1] → C dada por (α + β )(t) = α(t) +
β (t).
116 5 Teorı́a de Cauchy global

donde en la penúltima igualdad se usaron las reparametrizaciones [0, 1] → [0, 1/2]


y [0, 1] → [1/2, 1] dadas por s 7→ s/2 y s 7→ s/2 + 1/2, respectivamente. t
u

Proposición 5.3. Si γ : [0, 1] → C es una curva cerrada rectificable, entonces el


conjunto abierto Ω = C − {γ} tiene una única componente conexa no acotada.

Demostración. Como {γ} es compacta, es acotada, digamos {γ} ⊆ B(0; R). Por lo
tanto, {z ∈ C : |z| > R} ⊆ Ω . Es claro que {z ∈ C : |z| > R} es abierto, conexo
y no acotado (es el exterior de un disco cerrado) y cualquier otro conjunto conexo
disjunto con {z ∈ C : |z| > R} está contenido en B(0; R), i.e., debe ser acotado. t
u

Teorema 5.4. Si γ : [0, 1] → C es una curva cerrada rectificable, entonces n(γ; a) es


constante en cada componente conexa de Ω = C − {γ}. Para la única componente
no acotada de Ω = C − {γ} se tiene que n(γ; a) = 0.

Demostración. Mostraremos que la función f : Ω → C dada por f (z) := n(γ; z) es


continua, lo cual demostrarı́a la primera parte del teorema, porque si f es continua
la imagen f (Ω j ) de cada componente conexa Ω j ⊆ Ω serı́a entonces conexa, pero
como f (Ω j ) ⊆ Z por la proposición 5.1, entonces f (Ω j ) es un punto y por lo tanto
es constante en Ω j . Para probar que f es continua, recordemos del corolario 1.9
que como Ω es abierto, entonces cada componente conexa Ω j de Ω es abierta.
Ahora, sea a ∈ Ω un punto fijo y sea r = d(a; {γ}). Sea b ∈ Ω tal que |a − b| < r/2.
Entonces,
1  1 1  1  (a − b) 
Z Z
| f (a) − f (b)| = − dz = dz
2π γ z − a z − b 2π γ (z − a)(z − b)

|a − b| 1
Z
= dz

2π γ (z − a)(z − b)

|a − b| n 1 o
≤ `(γ) sup : z ∈ {γ}
2π |z − a||z − b|
(r/2) 2 δ `(γ)
< `(γ) ≤
2π r2 πr2

donde la primera desigualdad del último renglón se debe a que |a − b| < r/2 y
como z ∈ {γ}, entonces |z − a| = r y |z − b| > r/2. La segunda desigualdad se da
si escogemos δ ≤ r/2. Ahora, como queremos que | f (a) − f (b)| < ε, escogiendo
δ = mı́n r/2, πr2 ε/`(γ) se sigue que f es continua.


Finalmente, para la componente no acotada Ω∞ de Ω = C−{γ}, sea R > 0 tal que


{γ} ⊆ B(0; R) de tal manera que {z ∈ C : |z| > R} ⊆ Ω y ası́ Ω∞ ⊇ {z ∈ C : |z| > R}.
Si ε > 0, escojamos a ∈ Ω tal que |a| > R y que además |z−a| > `(γ)/2πε (note que
podemos escoger a que satisfaga la última desigualdad porque la función f (a) =
1 R 1 1 R 1
n(γ; a) = 2πi γ z−a es constante en Ω ∞ ). Entonces, para n(γ; a) = 2πi γ z−a dz se
tiene que
1 1 1 2πε
Z
|n(γ; a)| ≤ dz < `(γ) = ε

2π γ z − a 2π `(γ)

5.2 El teorema de Cauchy: versión homológica 117

y por lo tanto n(γ; a) → 0 cuando a → ∞. Como n(γ; a) es constante en Ω∞ , lo


anterior implica que n(γ; a) = 0 en Ω∞ .
t
u

Ejercicios

5.1. Si b ∈ B(a; r) es cualquier punto y γ : [0, 1] → C es γ(t) = a + re2πint con n ∈ Z,


demuestre que
1 1
Z
dz = n,
2πi γ z − b

5.2. Sean f (z) un polinomio de grado n, R > 0 tal que f (z) no tiene ceros en {z ∈
C : |z| ≥ R} y γ : [0, 1] → C el cı́rculo γ(t) = Re2πit . Demuestre que

f 0 (z)
Z
dz = 2πin.
γ f (z)

5.3. Si α, β : [0, 1] → Ω son dos curvas rectificables en Ω que van del punto z0 al
punto z1 de Ω , demuestre que
Z Z Z
f= f+ f
α∗β α β

para cualquier función holomorfa f : Ω → C. Sugerencia: vea la demostración de


la parte 2 de la proposición 5.2.

5.2. El teorema de Cauchy: versión homológica

Si γ : [0, 1] → Ω es una curva cerrada rectificable, se dice que la curva γ es


nulhomóloga con respecto a Ω si n(γ; z) = 0 para todo z ∈ C − Ω . Algunas veces
usaremos la notación γ ∼ 0 rel(Ω ) para indicar que γ es nulhomóloga (con respecto
a Ω ). La idea intuitiva en esta definición es que la curva γ es nulhomóloga si no
rodea a los puntos fuera de Ω . Note que como {γ} ⊆ Ω , la posibilidad de que γ
rodee un punto fuera de Ω se da cuando Ω tiene hoyos, como en la figura siguiente:

γ
118 5 Teorı́a de Cauchy global

Por el teorema 5.4, en la única componente no acotada de C − Ω sus puntos tienen


ı́ndice cero.

Teorema 5.5 (La fórmula integral de Cauchy; versión homológica). Si Ω es un


abierto y f : Ω → C es holomorfa, entonces para cualquier curva cerrada, rectifi-
cable y nulhomóloga γ en Ω y para todo a ∈ Ω − {γ} se tiene que

1 f (z)
Z
n(γ; a) f (a) = dz.
2πi γ z−a

Demostración. Defina ϕ : Ω × Ω → C mediante

f (z) − f (w)



 z−w si z 6= w,
ϕ(z, w) :=


 0
f (z) si z = w.

Entonces,
(i) ϕ es continua.
(ii) La función ϕ(−, w) : Ω → C, es decir, fijando w, z 7→ ϕ(z, w), es holomorfa.
(iii) Si H := {w ∈ C − {γ} : n(γ; w) = 0}, note que C − Ω ⊆ H ya que n(γ; z) = 0
para todo w ∈ C − Ω porque γ ∼ 0(rel(Ω )). Observe también que como
n(γ; −) : C − {γ} → C es continua y toma valores en Z, entonces H =
n(γ; −)−1 (0) es abierto. Además se tiene que H ∪ Ω = C por la hipótesis
de que n(γ; w) = 0 para todo w ∈ C − Ω .
(iv) Defina ahora g : C → C mediante
Z


 ϕ(z, w)dw si z ∈ Ω ,
 γ

g(z) :=
f (w)

Z
dw si z ∈ H.


γ w−z

Para comenzar, observe que g está bien definida, ya que si z ∈ Ω ∩H, entonces z ∈ H
y ası́ z 6∈ {γ}, por lo que

f (w) − f (z)
Z Z
ϕ(z, w)dw = dw ya que z ∈ Ω y por definición de ϕ
γ γ w−z
f (w) f (z) f (w) 1
Z Z Z Z
= dw − dw = dw − f (z) dw
γ w−z γ w−z γ w−z γ w−z
f (w)
Z
= dw − f (z)2πi n(γ; z) por definición de ı́ndice
γ w−z
f (w)
Z
= dw ya que n(γ; z) = 0 porque z ∈ H.
γ w−z
5.2 El teorema de Cauchy: versión homológica 119

Por el lema 4.4, g es holomorfa en H y por la regla de Leibniz 2.15, g es holo-


morfa en Ω . Se sigue que g es entera porque H ∪ Ω = C. Ahora, como n(γ; w) = 0
para todo w en la componente no acotada de C − Ω , entonces H contiene a esta
componente no acotada (es decir, H contiene una vecindad del ∞) y por lo tanto

f (w)
Z
(∗) lı́m g(z) = lı́m dw = 0
z→∞ z→∞ γ w−z

donde la primera igualdad es porque z → ∞ implica que z ∈ H y la segunda igualdad


1
es porque lı́mz→∞ w−z = 0 uniformemente para w ∈ {γ} y f está acotada en {γ}. La
igualdad (∗) implica que existe R > 0 tal que |g(z)| ≤ 1 para |z| ≥ R, por definición
de lı́mite. Pero como g es acotada en B(0; R), entonces g es acotada en todo C y
como es entera, por el teorema de Liouville 4.18 se sigue que g es constante y
consecuentemente (∗) implica que g = 0. Por lo tanto, si a ∈ Ω − {γ},

f (z) − f (a) f (z) 1


Z Z Z Z
0 = g(a) = ϕ(z, a)dz = dz = dz − f (a) dz
γ γ z−a γ z−a γ z−a
f (z)
Z
= dz − f (a)2πi n(γ; a)
γ z−a

de donde se sigue la fórmula deseada. t


u

Una consecuencia inmediata es:

Teorema 5.6 (Cauchy; versión homológica). Si Ω es una región y f : Ω → C es


holomorfa, entonces para cualquier curva cerrada, rectificable y nulhomóloga γ en
Ω se tiene que Z
f = 0.
γ

Demostración. La función f (z)(z − a) es holomorfa en Ω y substituyéndola en la


fórmula de Cauchy del teorema 5.5 anterior se tiene que el lado izquierdo es cero y
el lado derecho es
1
Z
f (z)dz.
2πi γ
t
u

Otra consecuencia del teorema 5.5 y del lema 4.4 es una fórmula para las deriva-
das de orden superior análoga a las fórmulas 4.5:
Corolario 5.7. Si Ω es un abierto y f : Ω → C es holomorfa, entonces para cual-
quier curva cerrada, rectificable y nulhomóloga γ en Ω y para todo a ∈ Ω − {γ} se
tiene que
n! f (z)
Z
(n)
n(γ; a) f (a) = dz.
2πi γ (z − a)n+1
120 5 Teorı́a de Cauchy global

t
u
Ciclos. Si Ω ⊆ C, un ciclo en Ω es una sucesión finita de trayectorias cerradas
rectificables γ j , no necesariamente distintas, cuyas trazas {γ j } ⊆ Ω . El ciclo anterior
se denotará mediante
γ = (γ1 , . . . , γn ).
La traza del ciclo γ es la unión de las trazas de las γ j . Dado un punto z0 ∈ C, se
define el ı́ndice del ciclo γ con respecto al punto z0 como

n(γ; z0 ) = n(γ1 ; z0 ) + · · · + n(γn ; z0 ).

Un ciclo γ = (γ1 , . . . , γn ) ⊆ Ω es homólogo a cero o nulhomólogo (con respecto


a Ω ) si n(γ; z) = 0 para todo z ∈ C − Ω . Usaremos la notación γ ∼ 0 rel(Ω ) para
indicar que γ es nulhomólogo con respecto a Ω y note que esta definición depende
de Ω . Si γ = (γ1 , . . . , γm ) y λ = (λ1 , . . . , λn ) son dos ciclos en Ω tales que el ciclo
(γ1 , . . . , γm , λ1−1 , . . . , λn−1 ) ∼ 0, diremos que γ es homólogo a λ (con respecto a Ω )
y lo denotaremos por γ ∼ λ rel(Ω ).
Si f : Ω → C es una función y γ = (γ1 , . . . , γn ) es un ciclo en Ω , se define
Z Z Z
f := f +···+ f.
γ γ1 γn

Con las notaciones anteriores la versión homológica de la fórmula integral de


Cauchy 5.5 y del teorema de Cauchy 5.6 tienen las formulaciones siguientes y sus
demostraciones son completamente análogas a las referidas:
Teorema 5.8 (La fórmula integral de Cauchy; versión homológica para ciclos).
Si Ω es un abierto y f : Ω → C es holomorfa, entonces para cualquier ciclo nul-
homólogo γ = (γ1 , . . . , γn ) en Ω y para todo a ∈ Ω − {γ} se tiene que
n n
1 f (z)
Z
f (a) ∑ n(γk ; a) = ∑ 2πi dz.
k=1 k=1 γk z−a
t
u

Teorema 5.9 (Cauchy; versión homológica para ciclos). Si Ω es una región y f :


Ω → C es holomorfa, entonces para cualquier ciclo nulhomólogo γ = (γ1 , . . . , γn )
en Ω se tiene que
n Z
∑ f = 0.
k=1 γk
t
u

Ejercicios

5.4. Si f : Ω → C es holomorfa y
5.3 El teorema de Cauchy: versión homotópica 121

 f (z) − f (w)
si z 6= w,
ϕ(z, w) := z−w
 f 0 (z) si z = w,

demuestre que para w fijo la función ϕ(−, w) : Ω → C es holomorfa.

5.5. Si γ : [0, 1] → C es cerrada rectificable y z0 6∈ {γ}, demuestre que para todo


entero n ≥ 2 se tiene que
1
Z
n
dz = 0.
γ (z − z0 )

5.6. Sea γ : [0, 1] → C el cı́rculo γ(t) = 1 + e2πit . Calcule la integral


z n
Z 
dz
γ z−1

para todos los enteros n ≥ 1.

5.7. Si α, β : [0, 1] → Ω son dos curvas cerradas rectificables con el mismo punto
inicial (y final) z0 , se dice que α es homóloga a β , denotado α ∼ β rel(Ω ), si α ∗
β −1 ∼ 0 rel(Ω ). Demuestre que la relación anterior es de equivalencia.

5.3. El teorema de Cauchy: versión homotópica

Si α, β : [0, 1] → Ω sos dos curvas con extremos iniciales iguales α(0) = β (0) =
z0 y extremos finales iguales α(1) = β (1) = z1 , una homotopı́a entre α y β es una
función continua h : [0, 1] × [0, 1] → Ω tal que
(1) h(s, 0) = α(s), para todo s ∈ [0, 1].
(2) h(s, 1) = β (s), para todo s ∈ [0, 1].
(3) h(0,t) = z0 , para todo t ∈ [0, 1].
(4) h(1,t) = z1 , para todo t ∈ [0, 1].
Usaremos la notación α ' β rel(Ω ) si hay una homotopı́a entre α y β y también
diremos que α es homótopa a β , mediante una homotopı́a que mantiene fijos los
extremos de las curvas por las condiciones (3) y (4) en la definición anterior. De he-
cho, observe que pensando a la función h como una familia continua de trayectorias
(curvas) en Ω :

ht : [0, 1] → Ω dadas por ht (s) := h(s,t), para t ∈ [0, 1],

las condiciones (3) y (4) dicen que cada una de las curvas ht tiene el mismo extremo
inicial z0 y mismo extremo final z1 ; más aún, las condiciones (1) y (2) dicen que
h0 = α y h1 = β . La figura siguiente ilustra lo anterior:
122 5 Teorı́a de Cauchy global

β z1
1 -
β

t ht
- h -
α

0 α
-
1 z0

En esta figura observe que la homotopı́a h manda:


El lado vertical izquierdo del cuadrado [0, 1] × [0, 1] en el punto inicial z0 .
El lado vertical derecho del cuadrado [0, 1] × [0, 1] en el punto final z1 .
El lado horizontal inferior del cuadrado [0, 1] × [0, 1] en la curva h0 = α.
El lado horizontal superior del cuadrado [0, 1] × [0, 1] en la curva h1 = β .
El segmento horizontal de altura t del cuadrado [0, 1] × [0, 1] en la curva ht .
Si se fijan dos puntos z0 , z1 ∈ Ω y se considera el conjunto de curvas en Ω con
extremo inicial z0 y con extremo final z1 , el ejercicio 5.8 pide probar que la relación
de homotopı́a es de equivalencia. Es importante resaltar que una homotopı́a entre
dos curvas es siempre con relación al conjunto Ω donde están las curvas; si se
cambia este conjunto puede cambiar el que las curvas sean o no homótopas. El
ejemplo siguiente muestra que en un conjunto convexo cualesquiera dos curvas, con
extremos iniciales iguales y con extremos finales iguales, siempre son homótopas:
Ejemplo 5.1. Si Ω es convexo y α, β : [0, 1] → Ω son dos curvas tales que z0 =
α(0) = β (0) y z1 = α(1) = β (1), entonces α ' β rel(Ω ). En efecto, defina h :
[0, 1] × [0, 1] → Ω mediante

h(s,t) = (1 − t)α(s) + tβ (s)

(fijando s, observe que h(s,t) es un punto en el segmento de recta que une α(s) con
β (s), y este segmento está contenido en Ω porque éste es convexo). Claramente h
es una homotopı́a h : α ' β rel(Ω ).
Lazos. La definición de homotopı́a no ponı́a ninguna condición en las curvas, por
ejemplo éstas pueden ser curvas cerradas, i.e., z0 = z1 , y la definición de homotopı́a
de curvas cerradas es la misma: las condiciones (3) y (4) son: α(0) = β (0) = z0 =
α(1) = β (1). En ocasiones se dice que α y β son lazos basados en el punto z0 . Un
ejemplo de lazo, trivial pero importante, es el lazo constante z0 : [0, 1] → Ω dado
por z0 (t) := z0 para todo t ∈ [0, 1]. Si un lazo α : [0, 1] → Ω basado en z0 ∈ Ω es
homótopo al lazo constante z0 , se dice que α es nulhomótopo. La idea intuitiva es
que un lazo nulhomótopo se puede contraer, mediante una homotopı́a, al punto z0 :
5.3 El teorema de Cauchy: versión homotópica 123

ht
α

z0

y por lo tanto el lazo α no rodea ningún hoyo en Ω . Si todos los lazos basados en
z0 ∈ Ω se pueden contraer al punto z0 , entonces Ω no tiene ningún hoyo. En este
sentido, los lazos son importantes porque detectan los hoyos que pueda tener Ω . El
teorema importante es:
Teorema 5.10 (Cauchy, versión homotópica). Si γ : [0, 1] → Ω es un lazo rec-
tificable basado en z0 y nulhomótopo γ ' z0 rel(Ω ), entonces para toda función
holomorfa f : Ω → C se tiene que
Z
(1) f = 0.
γ

Demostración. Se tiene una homotopı́a h : γ ' z0 . En particular, h(0,t) = z0 =


h(1,t), para todo t ∈ [0, 1]. Para probar (1) observe que el caso Ω = C lo pode-
mos desechar porque C es convexo y ası́, por el teorema 4.2, f tendrı́a una primitiva
en C y consecuentemente la igualdad de (1) serı́a cierta. Supongamos entonces que
Ω C. Como [0, 1] × [0, 1] es compacto, entonces h es uniformemente continua y
h([0, 1] × [0, 1]) ⊆ Ω es compacto. Por lo tanto, r = d(h([0, 1] × [0, 1]), C − Ω ) > 0
y existe un n ∈ N tal que si |(s,t) − (s0 ,t 0 )| < 2/n se tiene que |h(s,t) − h(s0 ,t 0 )| < r.
Divida el cuadrado [0, 1] × [0, 1] en subcuadrados de lado 1/n mediante la partición
0 = 0/n < 1/n < 2/n < · · · < n/n = 1 del intervalo [0, 1] y para el subcuadrado

C jk := [ j/n, ( j + 1)/n] × [k/n, (k + 1)/n], 0 ≤ j, k ≤ n − 1

considere las imágenes√ z jk := h( j/n, k/n) de sus vértices, para 0 ≤ j, k ≤ n. Observe


que, como diámC jk = 2/n < 2/n, entonces h(C jk ) ⊆ B(z jk ; r). Por lo tanto, si Pjk
es el polı́gono cerrado [z jk , z j+1,k , z j+1,k+1 , z j,k+1 , z jk ], por la convexidad del disco
se tiene que Pjk ⊆ B(z jk ; r). Del teorema de Cauchy 4.2 para una región convexa se
sigue que
Z
(2) f = 0.
Pjk

Ahora, para los polı́gonos Qk := [z0k , z1k , . . . , zn,k ], que son cerrados porque z0k =
h(0, k/n) = z0 = h(1, k/n) = znk , mostraremos que
Z Z Z Z Z
(3) f= f= f = ··· = f= f =0
γ Q0 Q1 Qn z0
124 5 Teorı́a de Cauchy global

lo cual prueba (1) como se querı́a. Resta demostrar (3) y ésto lo haremos probando
una igualdad a la vez. Para la primera igualdad en (3)
Z Z
f= f
γ Q0

consideremos las restricciones γ j := γ|[ j/n,( j+1)/n] observe que γ( j/n) = h( j/n, 0) =
z j0 y γ(( j + 1)/n) = h(( j + 1)/n, 0) = z j+1,0 por lo que γ j ∗ [z j+1,0 , z j0 ] es una tra-
yectoria cerrada contenida en B(z j0 ; r) ⊆ Ω y consecuentemente
Z Z Z
f =− f= f.
γj [z j+1,0 ,z j0 ] [z j0 ,z j+1,0 ]

Sumando para 0 ≤ j ≤ n − 1 se tiene que


Z n−1 Z n−1 Z Z
f= ∑ f= ∑ f= f
γ j= γj j=0 [z j0 ,z j+1,0 ] Q0

como se querı́a. La penúltima igualdad en (3)


Z Z
f= f
Qn z0

es trivial ya que Qn = [z0n , z1n , . . . , zn,n ] es el ((polı́gono)) dado por el punto z0 porque
cada z jn = h( j/n, 1) = z0 . Finalmente, para probar las igualdades intermedias en (3)
Z Z
(4) f= f
Qk Qk+1

considere los polı́gonos Qk y Qk+1 correspondientes:


z j+1,k+1
z j,k+1
Qk+1 : ··· z j+2,k+1

Qk : ··· z j+1,k
z jk z j+2,k

donde hemos ilustrado una parte de éstos mostrando dos subpolı́gonos


R
Pjk y Pj+1,k
consecutivos con sus orientaciones correspondientes. Como cada Pjk f = 0 se sigue
que
n−1 Z
(5) ∑ f =0
j=0 Pjk
5.3 El teorema de Cauchy: versión homotópica 125

y como dos subpolı́gonos Pjk y Pj+1,k consecutivos comparten un lado con orienta-
ciones opuestas, la suma anterior es la integral de f sobre la curva

(6) Qk ∗ [znk , zn,k+1 ] ∗ Q−1


k+1 ∗ [z0,k+1 , z0k ]

dada por el polı́gono Qk seguida del lado extremo derecho [znk , zn,k+1 ], seguida del
polı́gono Q−1
k+1 (con orientación opuesta) y finalmente seguida del lado extremo iz-
quierdo [z0,k+1 , z0k ]. Ahora, como

z0 = z0k = h(0, k/n) = h(1, k/n) = znk = z0


z0 = z0,k+1 = h(0, (k + 1)/n) = h(1, (k + 1)/n) = zn,k+1 = z0

entonces [z0,k+1 , z0k ] = z0 = [zn,k+1 , znk ] y por lo tanto la integral de f en (6) a lo


largo de estos dos lados es cero y ası́ la integral de f sobre la curva (6) es lo mismo
que la integral de f a lo largo de la curva Qk ∗ Q−1 k+1 , es decir,
Z
0= f
Qk ∗Q−1
k+1

de donde se sigue la igualdad (4), que finalmente prueba (3), como se querı́a. t
u

Una consecuencia inmediata es:


Teorema 5.11 (Independencia de la trayectoria). Si α, β : [0, 1] → Ω son dos cur-
vas rectificables con extremo inicial z0 y extremo final z1 , y además α ' β rel(Ω ),
entonces para toda función holomorfa f : Ω → C se tiene que
Z Z
(1) f= f.
α β

Demostración. Sea h una homotopı́a α ' β y considere la orientación positiva de


la curva dada por la frontera del cuadrado [0, 1] × [0, 1] como en el lado izquierdo
de la figura siguiente:

β −1 z1
1 β −1
6

z0 z1 h -
α
? -
0 α 1 z0

donde notamos que, bajo la homotopı́a h, el lado vertical izquierdo del cuadrado va a
dar al punto z0 , el lado vertical derecho va al punto z1 , el lado horizontal inferior va a
la curva α y el lado horizontal superior va a la curva β −1 , por la orientación escogida
del cuadrado. Ası́, la hipótesis de que h : α ' β equivale a que h : α ∗β −1 ' z0 donde
α ∗ β −1 es un lazo basado en z0 . Ahora, por el ejercicio 5.3,
126 5 Teorı́a de Cauchy global
Z Z Z Z Z
f= f+ f= f− f
α∗β −1 α β −1 α β

y ası́ la igualdad (1) del teorema se sigue del teorema 5.10 anterior. t
u

Si γ : [0, 1] → Ω es un lazo rectificable basado en z0 ∈ Ω y es nulhomótopo,


entonces para todo w ∈ C − Ω la función f (z) = 1/(z − w) es holomorfa en Ω y ası́,
por el teorema (5.10) anterior, se tiene que
1 1
Z
n(γ; w) = dz = 0
2πi γ z−w

es decir, γ ∼ 0 rel(Ω ). Hemos ası́ probado:


Corolario 5.12. Sea γ un lazo rectificable basado en un punto z0 de una región Ω . Si
γ ' z0 , entonces γ ∼ 0. En otras palabras, todo lazo nulhomótopo es nulhomólogo.
t
u
Regiones simplemente conexas. Una región Ω ⊆ C se dice que es simplemente
conexa si todo lazo en Ω es nulhomótopo. Note que la idea intuitiva es que una
región simplemente conexa no tiene hoyos, porque todo lazo se puede contraer a un
punto.
Ejemplo 5.2. Toda región convexa Ω es simplemente conexa. En efecto, por el ejem-
plo 5.1, en una región convexa cualesquiera dos curvas cerradas con el mismo punto
base son homótopas.
Ejemplo 5.3. Por otra parte, la región Ω = C − {0} no es simplemente conexa por-
que para el cı́rculo γ : [0, 1] → Ω dado por γ(t) = e2πit se tiene que n(γ; 0) = 1 y por
lo tanto γ 6∼ 0 y ası́, por el corolario 5.12, γ 6' 0.
Corolario 5.13. Si Ω es una región simplemente conexa y f : Ω → C es holomorfa,
entonces para toda curva cerrada rectificable γ en Ω se tiene que
Z
f = 0.
γ
t
u
Directo del teorema de Cauchy-Goursat 4.2 se sigue que:
Corolario 5.14. Si Ω es una región simplemente conexa y f : Ω → C es holomorfa,
entonces f tiene un primitiva.
t
u

Ejercicios

5.8. Si CΩ (z0 , z1 ) es el conjunto de todas las curvas en una región Ω con extremo
inicial z0 y extremo final z1 , demuestre que la relación de homotopı́a es una relación
de equivalencia en CΩ (z0 , z1 ).
5.3 El teorema de Cauchy: versión homotópica 127

5.9. Si α ' α 0 y β ' β 0 en CΩ (z0 , z1 ), demuestre que α ∗ β ' α 0 ∗ β 0 .

5.10. Si α es una curva en CΩ (z0 , z1 ), demuestre que α ∗ α −1 ' z0 y α 0 ∗ α ' z0 ,


donde z0 es la curva constante en z0 .

5.11. Si α ' α 0 , β ' β 0 y γ ' γ 0 en CΩ (z0 , z1 ), demuestre que

α ∗ (β ∗ γ) ' α 0 ∗ (β 0 ∗ γ 0 ).

5.12. Si α ' β en CΩ (z0 , z1 ), demuestre que

α ∗ β −1 ' z0 .

5.13. Considere el conjunto CΩ (z0 , z0 ) de curvas cerradas basadas en un punto


z0 ∈ Ω . Por el ejercicio 5.8 la homotopı́a entre lazos en CΩ (z0 , z0 ) es una relación
de equivalencia. Denote con π1 (Ω , z0 ) al conjunto de clases de equivalencia corres-
pondiente y para un lazo σ ∈ CΩ (z0 , z0 ) denote por [σ ] a su clase de equivalencia, a
la que se conoce como la clase de homotopı́a del lazo σ . Ası́,

π1 (Ω , z0 ) = {[σ ] : σ ∈ CΩ (z0 , z0 )}.

Si [α], [β ] ∈ π1 (Ω , z0 ), defina la operación

[α][β ] := [α ∗ β ]

es decir, eligiendo representantes α ∈ [α] y β ∈ [β ] considere el lazo α ∗ β y tome


su clase de homotopı́a [α ∗ β ].
(1) Demuestre que la operación anterior está bien definida, es decir, no depende
de la elección de los representantes de las clases de homotopı́a correspon-
dientes.
(2) Demuestre que, con la operación anterior, π1 (Ω , z0 ) es un grupo, al que se
conoce como el grupo fundamental de la región Ω con punto base z0 .

5.14. Sean γ : [0, 1] → Ω una curva cerrada rectificable en una región Ω y z0 , z1 ∈ Ω .


Demuestre que si γ ' z0 , entonces γ ' z1 .

5.15. Use el ejercicio anterior para mostrar que si z0 , z1 ∈ Ω , con Ω una región,
entonces se tiene un isomorfismo entre los grupos fundamentales:

π1 (Ω , z0 ) ' π1 (Ω , z1 ).

5.16. Si Ω = C − {0}, demuestre que toda curva cerrada γ : [0, 1] → Ω es homótopa


a una curva cerrada cuya traza está contenida en el cı́rculo {z ∈ C : |z| = 1}.

5.17. Encuentre todos los valores posibles de la integral

dz
Z

γ 1 + z2
128 5 Teorı́a de Cauchy global

variando γ entre las curvas cerradas rectificables que no pasan por las raı́ces del
denominador, es decir, por ±i.

5.4. La conducta local de una función holomorfa

Recordemos, del corolario 4.21, que si f : Ω → C es holomorfa y tiene un cero


z0 ∈ Ω de multiplicidad m ≥ 1, entonces

f (z) = (z − z0 )m g(z) donde g es holomorfa y g(z0 ) 6= 0.

Supongamos ahora que z1 , . . . , zn ∈ Ω son todos los ceros de f (z), con multiplicida-
des m1 , . . . , mn , respectivamente. Entonces,

(1) f (z) = (z − z1 )m1 · · · (z − zn )mn g(z) con g holomorfa y que no se anula en Ω .

Considere entonces la derivada logarı́tmica de f , es decir, la función

f0
: Ω − {z1 , . . . , zm } → C,
f
y, usando la fórmula para la derivada de un producto, de (1) se obtiene que

f 0 (z) m1 m2 mn g0 (z)
(2) = + +···+ +
f (z) z − z1 z − z2 z − zn g(z)

donde g0 (z)/g(z) es holomorfa en Ω porque g no se anula allá. Entonces, si γ es


una curva en Ω , cerrada, rectificable, que no pasa por ninguno de los puntos zi y
además γ es nulhomóloga, entonces, por el teorema de Cauchy, versión homológica
5.6, γ g0 /g = 0 y por lo tanto
R

f 0 (z) m1 m2 mn g0 (z)
Z Z Z Z Z
dz = dz + dz + · · · + dz + dz
γ f (z) γ z − z1 γ z − z2 γ z − zn γ g(z)
= 2πi n(γ; z1 )m1 + 2πi n(γ; z2 )m2 + · · · + 2πi n(γ; zn )mn + 0
n
= 2πi ∑ n(γ; zk )mk .
k=1

Hemos ası́ probado:


Teorema 5.15. Sea f : Ω → C holomorfa con ceros z1 , . . . , zn ∈ Ω de multiplicida-
des m1 , . . . , mn , respectivamente. Si γ es una curva en Ω , cerrada, rectificable, que
no pasa por ninguno de los puntos zi y además γ es nulhomóloga, entonces

1 f 0 (z) n
Z
dz = ∑ n(γ; zk )mk .
2πi γ f (z) k=1
5.4 La conducta local de una función holomorfa 129

t
u
Con la mismas hipótesis del teorema anterior, si w ∈ C − f {γ}, como la derivada
logarı́tmica de la función f (z) − w es f 0 (z)/( f (z) − w) se sigue que:
Corolario 5.16. Sean f y γ como en el teorema 5.15 anterior y w ∈ C − f {γ}. Sean
z1 , . . . , zn todas las soluciones en Ω de la ecuación f (z)−w = 0, con multiplicidades
m1 , . . . , mn , respectivamente. Entonces,

1 f 0 (z) n
Z
dz = ∑ n(γ; zk )mk .
2πi γ f (z) − w k=1
t
u
Corolario 5.17. Sean f : Ω → C holomorfa y γ : [0, 1] → Ω cerrada y rectificable.
Entonces, la curva f ◦ γ : [0, 1] → C es cerrada y rectificable (vea el ejercicio 5.19) y
si w ∈ C − { f ◦ γ} = f {γ} y z1 , . . . , zn son todas las soluciones en Ω de la ecuación
f (z) − w = 0, con multiplicidades m1 , . . . , mn , respectivamente, entonces
n
n( f ◦ γ; w) = ∑ n(γ; zk )mk .
k=1

Demostración. Considere primero el caso cuando γ es lisa (por tramos). Entonces,


Z 1 0
1 dζ 1 1 d( f ◦ γ(t)) 1 f (γ(t))γ 0 (t)dt
Z Z
n( f ◦ γ; w) = = =
2πi f ◦γ ζ − w 2πi 0 f ◦ γ(t) − w 2πi 0 f (γ(t)) − w
1 f 0 (z)dz n
Z
= = ∑ n(γ; zk )mk ,
2πi γ f (z) − w k=1

donde la última igualdad es por el corolario anterior. Si γ es arbitraria, la aproxima-


mos por una poligonal como en el lema 3.9 y en la demostración de la proposición
5.1. t
u

El comportamiento local de una función holomorfa. Si f : Ω → C es holomorfa


no constante y w ∈ C puede existir un número infinito de puntos z ∈ C tales que
f (z) = w. Sin embargo, por el teorema de la identidad todos los puntos de acumula-
ción de estas z deben estar en la frontera de Ω , por lo que si se consideran sólo solu-
ciones en Ω , hay únicamente un número finito de éstas, digamos z1 , . . . , zn con mul-
tiplicidades m1 , . . . , mn , respectivamente. Para esta misma f : Ω → C, supongamos
que z0 ∈ Ω y escojamos un radio r > 0 tal que B(z0 ; r) ⊆ Ω y sea γ(t) = z0 + re2πit ,
t ∈ [0, 1], su frontera. Queremos investigar el ı́ndice n( f ◦ γ; w) para w 6∈ f {γ}. Pa-
ra comenzar, note que si w también satisface que w 6∈ f (B(z0 ; r)), entonces, por el
corolario 5.17
n
n( f ◦ γ; w) = ∑ n(γ; zk )mk
k=1

donde como w 6∈ f (B(z0 ; r)) se tiene que los zk 6∈ B(z0 ; r) y ası́ los zk están en la com-
ponente no acotada de C − {γ} por lo que, del teorema 5.4, se tiene que n(γ; zk ) = 0
para todas las zk y ası́
130 5 Teorı́a de Cauchy global

n( f ◦ γ; w) = 0.
Supongamos ahora que w ∈ f (B(z0 ; r)) − f {γ}, y sean z1 , . . . , zn ∈ B(z0 ; r) las so-
luciones distintas de la ecuación f (z) − w = 0, con multiplicidades m1 , . . . , mn , res-
pectivamente. Del corolario 5.17 se sigue que
n n
n( f ◦ γ; w) = ∑ n(γ; zk )mk = ∑ mk ,
k=1 k=1

ya que γ rodea cada zk ∈ B(z0 ; r) una única vez. Hemos ası́ probado que:
Proposición 5.18. Si f : Ω → C es holomorfa no constante y supongamos que
B(z0 ; r) ⊆ Ω y sea γ(t) = z0 + re2πit , t ∈ [0, 1], su frontera. Para cada w ∈ C − f {γ},
la suma de las multiplicidades mk de las soluciones z j ∈ B(z0 ; r) de la ecuación
f (z) − w = 0 es
n
∑ mk = n( f ◦ γ; w).
k=1

Se sigue que esta suma es constante en cada componente conexa de C − f {γ}.


t
u

Teorema 5.19 (Conducta local de una función holomorfa). Sean f : Ω → C


holomorfa no constante y w0 = f (z0 ) con z0 ∈ Ω . Si la multiplicidad del cero
z0 de f (z) − w0 es m ≥ 1, entonces existen ε > 0 y δ > 0 tales que para cada
w ∈ B(w0 ; ε) − {w0 } la función f (z) − w tiene exactamente m ceros simples en
B(z0 ; δ ) − {z0 }.

Demostración. Como z0 ∈ Ω y éste es abierto, existe un δ0 > 0 tal que B(z0 ; δ0 ) ⊆


Ω . Además, como f no es contante, los ceros de f (z) − w0 son aislados por el
corolario 4.22 al teorema de la identidad 4.20, y por lo tanto podemos escoger el δ0
anterior tal que f (z) − w0 no tenga otros ceros en el disco correspondiente y también
que no contenga ceros de f 0 (z), excepto posiblemente el z0 (si su multiplicidad,
como cero de f (z) − w0 , es m ≥ 2). Sean δ < δ0 y γ(t) = z0 + δ e2πit para t ∈ [0, 1].
Considere la curva cerrada f ◦ γ, y note que w0 6∈ { f ◦ γ} = f {γ}, porque z0 6∈ {γ}
y f (z) − w0 no tiene otros ceros en el interior de B(z0 ; δ0 ) y {γ} ⊆ B(z0 ; δ0 ). Ahora,
como f {γ} es cerrado y w0 6∈ { f ◦ γ} = f {γ}, entonces existe un ε > 0 tal que
B(w0 ; ε) ∩ f {γ} = 0./ Ası́, B(w0 ; ε) está contenido en una componente conexa de
C − { f ◦ γ} y por lo tanto, si w ∈ B(w0 ; ε) se tiene la segunda igualdad en:
n
m = n( f ◦ γ; w0 ) = n( f ◦ γ; w) = ∑ mk
k=1

donde la primera y tercera igualdades son por la proposición 5.18 anterior con m
la multiplicidad de z0 como cero de f (z) − w0 y mk , k ≥ 1, las multiplicidades de
los ceros zk de f (z) − w en B(z0 ; δ ). Finalmente, como f 0 (z) 6= 0 en B(z0 ; δ ) − {z0 },
cada uno de los ceros zk , k ≥ 1, debe ser simple (i.e, de multiplicidad 1, vea el
ejercicio 5.20), es decir, cada mk = 1 y el teorema se sigue. t
u
5.4 La conducta local de una función holomorfa 131

Observación 5.1. (1) El teorema dice que, localmente, cerca de z0 , la función f (z)
se comporta como el polinomio (z − z0 )m + w0 , donde w0 = f (z0 ).
(2) El teorema también implica que B(w0 ; ε) ⊆ f (B(z0 ; δ )).

Una consecuencia inmediata del teorema anterior es otra demostración del teo-
rema de la función abierta 4.25:
Corolario 5.20 (Teorema de la función abierta). Toda función f : Ω → C holo-
morfa y no constante es abierta.

Demostración. Para cualquier abierto U ⊆ Ω queremos mostrar que f (Ω ) ⊆ C es


abierto; es decir, queremos mostrar que para todo z0 ∈ U su imagen w0 = f (z0 ) ∈
f (U) es un punto interior. Por el teorema 5.19 anterior (vea también la observación
5.1) existen δ > 0 y ε > 0 tales que B(z0 ; δ ) ⊆ U y B(w0 ; ε) ⊆ f (B(z0 ; δ )) ⊆ f (U),
como se querı́a. t
u

Para la demostración de la existencia y fórmula de la derivada de la función


inversa 4.26 de una función holomorfa e inyectiva f : Ω → C, además del teorema
de la función abierta 4.25 y 5.20 se necesitó el hecho de que la derivada f 0 no se
anula en Ω . A continuación probamos esto:
Corolario 5.21. Si f : Ω → C es holomorfa e inyectiva, entonces f 0 (z0 ) 6= 0 para
todo z0 ∈ Ω .

Demostración. Escojamos un r > 0 suficientemente pequeño para que B(z0 ; r) ⊆


Ω y además que el único cero de f (z) − f (z0 ) en B(z0 ; r) sea z0 (los ceros son
aislados, por el corolario 4.22) y que también satisfaga que la función f 0 (z) (que no
es idénticamente cero, porque f no es constante) no tenga ceros en B(z0 ; r) − {z0 }
(de nuevo, usamos que los ceros de f 0 son aislados, por el corolario 4.22). Por el
teorema 5.19 anterior, si m es la multiplicidad de z0 , cada punto (salvo a lo más
f (z0 )) de la componente conexa de C − f {γ} que contiene a f (z0 ) se alcanza en m
puntos distintos de B(z0 ; r), y como f es inyectiva se debe tener que m = 1, y por lo
tanto f 0 (z0 ) 6= 0. t
u

Observación 5.2. El recı́proco del corolario anterior es falso, por ejemplo la función
exponencial compleja es tal que su derivada nunca se anula, pero la exponencial no
es inyectiva. Observe también que para funciones reales de variable real el corolario
anterior no es cierto, por ejemplo para la función real analı́tica e inyectiva f (x) = x3
su derivada se anula en x = 0.

Ejercicios

f 0 / f , donde f (z) = z2 + z + 1
R
5.18. Use el corolario 5.16 para calcular la integral γ
y γ es el cı́rculo γ(t) = 2e2πit para t ∈ [0, 1].
132 5 Teorı́a de Cauchy global

5.19. Suponga que γ : [0, 1] → Ω es una curva cerrada rectificable en la región Ω .


Suponga además que f : Ω → C es holomorfa y considere la curva f ◦ γ : [0, 1] → C.
Demuestre que f ◦ γ es rectificable.

5.20. Si f : Ω → C es holomorfa y z0 ∈ Ω es un cero de f (z), demuestre que la mul-


tiplicidad de z0 es m ≥ 1 si y sólo si f (z0 ) = f 0 (z0 ) = f 00 (z0 ) = · · · = f (m−1) (z0 ) = 0
y f (m) (z0 ) 6= 0. Un cero z0 de f (z) se dice que es simple si su multiplicidad es m = 1.
Ası́, z0 es simple si y sólo si f (z0 ) = 0 pero f 0 (z0 ) 6= 0. Note que el teorema de la
identidad 4.20 dice que f (z) tiene un cero de multiplicidad infinita si y sólo si f (z)
es idénticamente cero.

5.21. Usando el teorema de la conducta local de una función holomorfa 5.19, de-
muestre que si f : Ω → C es holomorfa y f 0 (z0 ) 6= 0 para z0 ∈ Ω , entonces existe un
disco abierto con centro en z0 tal que f es inyectiva en ese disco. Note que el resul-
tado anterior es estrictamente local, la función exponencial satisface que su derivada
no se anula, pero no es inyectiva en todo su dominio.

5.22. Sea f (z) un polinomio complejo no constante. Demuestre que su imagen


f (C) ⊆ C es abierta y cerrada. Deduzca de lo anterior el teorema fundamental del
álgebra 4.19.
Capı́tulo 6
Singularidades

Hasta ahora hemos estudiado funciones holomorfas en una región Ω ⊆ C. El pa-


so siguiente es considerar funciones definidas y holomorfas en una región a la que
se le ha quitado un punto, digamos Ω − {z0 }, pero que no están definidas o no son
holomorfas en todo Ω . En este capı́tulo estudiaremos esta situación viendo qué tan-
to de la teorı́a de Cauchy para funciones holomorfas se puede extender a este nuevo
contexto. Después de introducir los conceptos necesarios y clasificar las singulari-
dades aisladas de una función: removibles, polos y esenciales, y estudiamos algunas
propiedades de cada una de éstas, en particular probaremos que, en una vecindad
de una singularidad esencial la función toma valores que aproximan a todos los
números complejos, el teorema de Casorati-Weierstrass, es decir probaremos que el
conjunto de valores de f alrededor de una singularidad esencial es denso en C. En
la segunda sección introducimos las series de Laurent y clasificaremos las singula-
ridades aisladas de una función mediante la serie de Laurent asociada a la función
en una vecindad de la singularidad considerada. En la tercera sección probaremos
el teorema del residuo aplicándolo después al cálculo de algunas integrales reales
impropias. Se obtienen además algunas consecuencias importantes del teorema del
residuo, tales como el principio del argumento, una fórmula para contar el número
de ceros y polos dentro de un disco de una función que es holomorfa salvo por po-
los, y como una consecuencia inmediata el teorema de Rouché que, incidentalmente
se usa para dar otra demostración del teorema fundamental del álgebra.

6.1. Singularidades aisladas

Un punto z0 ∈ C es una singularidad aislada de una función f si f es holomorfa


en el disco perforado B(z0 ; r) − {z0 } ⊆ Ω para algún radio r > 0. Note que hemos
permitido que f sea holomorfa en todo el disco B(z0 ; r). A diferencia del caso de
funciones reales de variable real, veremos que las singuridades aisladas de una fun-
ción compleja se pueden clasificar satisfactoriamente.

133
134 6 Singularidades

Singularidades removibles. Una singularidad aislada z0 de f se dice que es una


singularidad removible si existe una función holomorfa g : B(z0 ; r) → C (en todo el
disco) que coincide con f en el disco perforado B(z0 ; r) − {z0 }, es decir, f (z) = g(z)
para todo z tal que 0 < |z − z0 | < r.
Ejemplo 6.1. La función f : C − {2πin : n ∈ Z} dada por
z
f (z) =
ez − 1
tiene una singularidad removible en z0 = 0. En efecto, el denominador ez − 1 es una
función entera con un cero simple en z0 = 0 y por lo tanto se puede escribir como
ez − 1 = zg(z) con g entera y g(0) 6= 0. Se sigue que la función 1/g es holomorfa en
una vecindad de z0 = 0 y claramente f (z) = g(z) en un disco perforado B(0; r)−{0}.
Similarmente, la función f (z) = sen z/z tiene una singularidad removible en z0 = 0.
También, la función f (z) = (z2 − 1)/(z − 1) tiene una singularidad removible en
z0 = 1. Los dos últimos ejemplos se pueden ver directamente de la definición o
como consecuencia del teorema siguiente:
Teorema 6.1 (Singularidades removibles de Riemann). Supongamos que f tiene
una singularidad aislada en z0 . Entonces, z0 es una singularidad removible si y sólo
si

(∗) lı́m (z − z0 ) f (z) = 0.


z→z0

Demostración. Por hipótesis existe r > 0 tal que f es holomorfa en B(z0 ; r) − {z0 }.
Supongamos ahora que se cumple la igualdad (∗) y definamos
(
(z − z0 ) f (z) si z 6= z0 ,
h(z) :=
0 si z = z0 .

Por la hipótesis (∗) se sigue que h es continua en z0 y por lo tanto es continua en todo
el disco B(z0 ; r). Note que si mostramos que h0 (z0 ) existe, entonces h será holomorfa
en B(z0 ; r) y como h(z0 ) = 0, por definición de h, entonces h tiene un cero en z0 y por
el corolario 4.21 se sigue que, para z 6= z0 , (z − z0 ) f (z) = h(z) = (z − z0 )g(z) con g
holomorfa en B(z0 ; r), y cancelando z−z0 se sigue que f (z) = g(z) en B(z0 ; r)−{z0 }
y ası́ z0 es removible. Resta entonces R
probar que h es holomorfa. Por el teorema de
Morera 4.7 debemos mostrar que T h = 0 para toda trayectoria triangular T en
B(z0 ; r). Sea ∆ la cápsula convexa de T (es decir, ∆ es T junto con su interior). Se
tienen tres casos, ilustrados en la figura siguiente:

z0 z1
z0
y
z0
x z3
z2
z1 z2
Caso 1 Caso 2 Caso 3
6.1 Singularidades aisladas 135

Caso 1. Si z0 6∈ ∆ (como en la figura de la izquierda), entonces T ' 0 (es nulhomóto-


R
pa) en B(z0 ; r) − {z0 } y ası́, por el teorema de Cauchy 5.10 se sigue que T h = 0.
Caso 2. Si z0 es un vértice de T , entonces T = [z0 , z1 , z2 , z0 ]. Escojamos x ∈ [z0 , z1 ],
y ∈ [z0 , z2 ] y considere el triángulo T1 = [z0 , x, y, z0 ] y el polı́gono P = [x, z1 , z2 , y, x]
(vea la figura en el centro). Entonces,
Z Z Z Z
h= h+ h= h
T T1 P T1

donde la primera igualdad es porque el segmento [x, y] común a T1 y P se recorre dos


veces en sentidos opuestos y la segunda igualdad es porque P ' 0 en B(z0 ; r) − {z0 }.
Observe ahora que, como h es continua los puntos x, y se pueden elegir de tal forma
que para todo ε > 0 y todo z ∈ T1 , |h(z)| ≤ ε/`(T ). Se sigue que
Z Z
h = h ≤ `(T1 )ε/`(T ) ≤ ε,

T T1
R
porque `(T1 ) ≤ `(T ), y como ε > 0 se tiene entonces que T h = 0.
Caso 3. Si z0 ∈ ∆ y T = [z1 , z2 , z3 , z1 ], considere la subdivisión de ∆ dada uniendo
z0 con los vértices de T para formar los subtriángulos (orientados positivamente)
T j , como en la figura del extremo derecho, donde notamos que cada uno deRestos T j
tiene a z0 como uno de sus vértices y ası́, del caso anterior, se sigue que T j h = 0
para toda j y por lo tanto
Z 4 Z
h= ∑ h = 0.
T j=1 T j

Lo anterior agota todos los casos posibles y por el teorema de Morera 4.7 se sigue
que h es holomorfa en B(z0 ; r). La implicación faltante es obvia ya que

lı́m (z − z0 ) f (z) = lı́m (z − z0 )g(z) = 0,


z→z0 z→z0

porque g es holomorfa en todo B(z0 ; r), en particular es continua en z0 . t


u
Observación 6.1. El teorema anterior muestra, una vez más, la diferencia entre las
funciones reales de variable real y las funciones de variable compleja ya que, por
ejemplo, la función real de variable real f (x) = |x| (valor absoluto de x) tiene una
singularidad aislada en x0 = 0 ya que la función
(
x xi x > 0,
g(x) =
−x si x < 0,

es diferenciable en R − {0} y también se tiene que

lı́m (x − 0) f (x) = lı́m x|x| = lı́m x2 = 0,


x→0 x→0 x→0

y sin embargo la singularidad x0 = 0 de f (x) = |x|, no es removible.


136 6 Singularidades

El teorema de Riemann 6.1 sugiere que, para que una función de variable com-
pleja tenga una singularidad aislada, en z0 , que no sea removible, la función debe
tener un lı́mite muy mal comportado cuando z → z0 , es decir, el comportamiento de
f (z) cerca de z0 debe ser muy malo: ya sea que el lı́mite lı́mz→z0 | f (z)| = ∞, o que
lı́mz→z0 | f (z)| no exista.
Polos. Por el teorema 6.1 de singularidades removibles de Riemann, si z0 es una
singularidad aislada no removible de f (z), entonces f (z) no puede estar acotada en
una vecindad de z0 . Se puede uno preguntar entonces si existirá un entero m ≥ 1 tal
que la función (z − z0 )m f (z) sea acotada en una vecindad de z0 . El teorema siguiente
caracteriza cuándo esto es posible:
Teorema 6.2. Sea z0 ∈ Ω y supongamos que f es holomorfa en Ω − {z0 }. Son equi-
valentes:
(1) Existe un entero m ≥ 1 tal que (z − z0 )m f (z) es acotada en una vecindad de z0 .
(2) Existe una función holomorfa g : Ω → C con g(z0 ) 6= 0 y tal que

g(z)
f (z) = , para todo z ∈ Ω − {z0 }.
(z − z0 )m

(3) Existe una vecindad abierta U ⊆ Ω de z0 y una función holomorfa h : U → C


sin ceros en U − {z0 } y con un cero de orden m en z0 , tal que

1
f (z) = para todo z ∈ U − {z0 }.
h(z)

(4) El lı́mite
lı́m | f (z)| = ∞,
z→z0

es decir, para todo M > 0 existe δ > 0 tal que 0 < |z − z0 | < δ implica que | f (z)| ≥
M.

Demostración. (1) ⇒ (2): Por hipótesis existe un menor entero positivo m ≥ 1


tal que (z − z0 )m f (z) es acotada cerca de z0 , y por el teorema 6.1 de singu-
laridades removibles de Riemann se sigue que esta función (z − z0 )m f (z) tiene
una singularidad removible en z0 , es decir, existe g : Ω → C holomorfa tal que
g(z) = (z − z0 )m f (z) para todo z 6= z0 . Si sucediera que g(z0 ) = 0, entonces por el
corolario 4.21 se tiene que g(z) = (z − z0 )g̃(z) con g̃ holomora en Ω . Por lo tanto,
g̃(z) = (z − z0 )m−1 f (z) para z 6= z0 y como g̃ lo anterior implica que (z − z0 )m−1 f (z)
es acotada cerca de z0 , lo cual contradice la minimalidad de m. Finalmente, la igual-
dad g(z) = (z − z0 )m f (z), con g(z0 ) 6= 0, es (2).
(2) ⇒ (3): Como los ceros de una función holomorfa no constante son aislados (por
el corolario 4.22) y como g(z0 ) 6= 0, entonces g(z) no tiene ceros en alguna vecindad
g(z)
abierta de z0 , digamos U ⊆ Ω . Usando la hipótesis f (z) = (z−z )m , se sigue que la
0
6.1 Singularidades aisladas 137

función h(z) := (z − z0 )m /g(z) es holomorfa en U, no se anula en U − {z0 }, tiene un


cero de orden m en z0 , y satisface que f (z) = 1/h(z) en U − {z0 }.
(3) ⇒ (4): Por hipótesis f (z) = 1/h(z) para z ∈ U − {z0 }, con h holomorfa en U y
con un único cero en z0 en U, de orden m ≥ 1, por lo que h(z) = (z − z0 )m h̃(z) con
h̃ holomorfa y sin ceros en U. Se sigue que
1 1 1 1
lı́m | f (z)| = lı́m = lı́m = lı́m = ∞.
z→z0 z→z0 |h(z)| z→z0 |z − z0 |m |h̃(z)| |h̃(z0 )| z→z0 |z − z0 |m

(4) ⇒ (1): Observe primero que la hipótesis (4) implica que 1/ f (z) tiene una singu-

laridad removible en z0 . En efecto, como lı́m | f (z)| = ∞, entonces lı́m 1/ f (z) = 0
z→z0 z→z0
y por lo tanto 1/ f (z) está acotada. Se sigue que

1
lı́m (z − z0 ) =0
z→z0 f (z)

y ası́ z0 es singularidad removible de 1/ f (z) por el teorema 6.1. Defina entonces


(
1/ f (z) para z 6= z0 ,
g(z) =
0 si z = z0 ,

y observe que como lı́mz→z0 1/ f (z) = 0, entonces g(z) es holomorfa en B(z0 ; r)
para algún r > 0. Ahora, como z0 es cero de g(z), digamos de multiplicidad m ≥ 1,
podemos escribir
g(z) = (z − z0 )m h̃(z)
con h̃ holomorfa tal que h̃(z0 ) 6= 0. Se sigue que

1
= g(z) = (z − z0 )m h̃(z)
f (z)

y por lo tanto
1
(z − z0 )m f (z) = =: h(z)
h̃(z)
con h(z) holomorfa en una vecindad de z0 y por lo tanto es acotada en una vecindad
de z0 . t
u

Si z0 es una singularidad aislada de f , diremos que z0 es un polo de f si satisface


cualquiera de las afirmaciones equivalentes del teorema anterior.
Ejemplo 6.2. (1) La función f (z) = 1/(z − z0 )m , con m ≥ 1 entero, tiene un polo
en z = z0 . En efecto, z0 es una singularidad aislada ya que f (z) es holomorfa en
B(z0 ; r) − {z0 } para todo r > 0 y f no está definida en z0 . Por el teorema de singu-
laridades removibles 6.1 la singularidad z0 no es removible y el lı́mite
1
lı́m =∞
z→z0 |z − z0 |m
138 6 Singularidades

por lo que z0 es un polo de f .

El orden de un polo. Si f tiene un polo en z0 y m ≥ 1 es el menor entero positivo


tal que f (z)(z − z0 )m tiene una singularidad removible en z0 , diremos que z0 es un
polo de orden m.
Observación 6.2. Si f tiene un polo de orden m ≥ 1 en z0 y escribimos

g(z)
f (z) =
(z − z0 )m

con g(z) holomorfa en un disco B(z0 ; r), entonces g tiene una expansión en serie de
Taylor alrededor de z0 , digamos

g(z) = Am + Am−1 (z − z0 ) + · · · + A1 (z − z0 )m−1 + (z − z0 )m ∑ ak (z − z0 )k
k=0

y por lo tanto

g(z) Am Am−1 A1
f (z) = = + + · · · + + ∑ ak (z − z0 )k
(z − z0 )m (z − z0 )m (z − z0 )m−1 (z − z0 ) k=0

donde h(z) := ∑∞ k
k=0 ak (z − z0 ) es holomorfa en B(z0 ; r) y Am 6= 0. La suma

Am Am−1 Am−2 A1
S(z) := + + +···+
(z − z0 )m (z − z0 )m−1 (z − z0 )m−2 (z − z0 )

se llama la parte singular de f (z) alrededor de z0 .

Ejemplo 6.3 (Descomposición en fracciones parciales). Sea f (z) = p(z)/q(z) una


función racional, es decir, el cociente de dos polinomios, y supongamos que los
polinomios no tienen ceros en común. Se sigue que los polos de f (z) son los ceros de
q(z) y el orden de un polo de f es el orden (o multiplicidad) del cero correspondiente
de q(z). Supongamos que z0 es un cero de q(z) y sea S(z) la parte singular de f (z)
en z0 , es decir,

f (z) = S(z) + h(z) con h(z) holomorfa en B(z0 ; r).

Entonces, f (z) − S(z) = h(z), con h(z) holomorfa en B(z0 ; r) y además h(z) es una
función racional cuyos polos también son polos de f (z). Más aún, si S̃(z) es la parte
singular de h(z) en uno de sus polos, entonces S̃(z) también es la parte singular de
f (z) en ese polo. Por inducción, si z1 , . . . , zn son los polos de f (z) y si S j (z) son las
partes singulares de f (z) en los polos z j , entonces
n
(∗) f (z) = ∑ S j (z) + R(z)
j=1
6.1 Singularidades aisladas 139

donde R(z) es una función racional sin polos y por lo tanto es un polinomio. Ası́,
(∗) es la descomposición en fracciones parciales de f (z).

Singularidades esenciales. Si z0 es una singularidad aislada de f que no es remo-


vible ni un polo, se dice que z0 es una singularidad esencial de f .
Ejemplo 6.4. La función f (z) = e1/z claramente tiene una singularidad aislada en
z0 = 0 y esta singularidad no es removible por el teorema 6.1 ya que lı́mz→0 ze1/z 6=
0. De hecho, el lı́mite
lı́m e1/z

z→0

no existe, vea el ejercicio 6.9, y por lo tanto la singularidad es esencial.

El teorema de Casorati-Weierstrass. Cuando una función f (z) tiene una singulari-


dad esencial en z0 , como la singularidad no es removible los valores | f (z)| cerca de
z0 no están acotados, y como tampoco es un polo, el lı́mite lı́mz→z0 | f (z)| no existe.
Ası́, los valores de f (z) deben estar vagando erráticamente por todo C. El teore-
ma que probaremos a continuación dice precisamente que, para z en una vecindad
arbitraria de z0 , los valores f (z) se acercan a cualquier número complejo:
Teorema 6.3 (Casorati-Weierstrass). Si f (z) tiene una singularidad esencial en
z0 , entonces para cada complejo c ∈ C y cada par de reales positivos ε > 0 y δ > 0,
existe un z ∈ B(z0 , δ ) − {z0 } tal que | f (z) − c| < ε. Dicho de otra manera, para cada
c ∈ C y cada δ > 0, la imagen f An(z0 ; 0, δ ) es densa en C, es decir, su cerradura

f An(z0 ; 0, δ ) = C.

Demostración. Supongamos que la afirmación es falsa; es decir, que existe un c ∈ C


y un ε > 0 tal que | f (z) − c| ≥ ε para todo z tal que 0 < |z − z0 | < δ . Entonces,

| f (z) − c|
lı́m =∞
z→z0 |z − z0 |

y por lo tanto la función ( f (z) − c)/(z − z0 ) tiene un polo en z0 . Sea m el orden de


este polo. Multiplicando por (z − z0 )m se sigue que (z − z0 )−1 ( f (z) − c)(z − z0 )m
tiene una singularidad removible en z0 (por el teorema 6.2) y ası́, por el teorema 6.1
de singularidades removibles de Riemann, se tiene que

lı́m (z − z0 )(z − z0 )−1 ( f (z) − c)(z − z0 )m = 0


z→z0

i.e.,

(1) lı́m (z − z0 )m ( f (z) − c) = 0.


z→z0

Ahora, usando la desigualdad

|z − z0 |m | f (z)| = |z − z0 |m | f (z) − c + c| ≤ |z − z0 |m | f (z) − c| + |z − z0 |m |c|


140 6 Singularidades

la igualdad (1) y el hecho de que m ≥ 1 implican que

lı́m |z − z0 |m | f (z)| = 0
z→z0

y ası́, por el teorema 6.1 de nuevo, se sigue que (z − z0 )m−1 f (z) tiene una singulari-
dad removible en z0 , es decir, f (z) tiene un polo en z0 , lo cual es una contradicción.
t
u

Observación 6.3. Como toda función holomorfa no constante es abierta (corolario


5.20), el teorema anterior dice que para toda vecindad abierta U de z0 , la imagen
f (U − {z0 }) es abierto y denso en C. De hecho, mucho más es cierto, el gran teore-
ma de Picard dice que la imagen f (U − {z0 }) es todo C, con excepción de a lo más
un punto, que es el caso del ejemplo 6.4 para la función f (z) = e1/z .

Singularidades aisladas en ∞. Una función f : Ω → C tiene una singularidad ais-


lada en ∞ si Ω contiene un disco perforado con centro en ∞, es decir, si Ω contiene
el complemento de un disco cerrado B(0; R). Se dice que ∞ es una singularidad
removible si la función f (1/z) tiene a z0 = 0 como singularidad removible. Se dice
que ∞ es un polo de orden m si la función f (1/z) tiene a z0 = 0 como polo de orden
m. Se dice que ∞ es una singularidad esencial si la función f (1/z) tiene a z0 = 0
como singularidad esencial.
Ejemplo 6.5. La función f (z) = 1/z tiene una singularidad removible en ∞. La fun-
ción f (z) = zn tiene un polo de orden n en ∞. La función f (z) = ez tiene una singu-
laridad esencial en ∞.

Ejercicios

6.1. Determine las singularidades aisladas y la naturaleza de la singularidad (aislada,


polo o esencial) de las funciones siguientes:

1. f (z) = 1/ sen2 z 4. f (z) = tan z.


2. f (z) = (z2 + 1)/z(z − 1). 5. f (z) = exp(−1/z2 ).
3. f (z) = z sen(1/z). 6. f (z) = sec z.

6.2. Si f : Ω → C es holomorfa salvo por polos, demuestre que los polos de f no


pueden tener un punto de acumulación.

6.3. Demuestre que una función entera f tiene una singularidad removible en ∞ si
y sólo si f es constante.

6.4. Demuestre que una función entera f tiene un polo de orden m en ∞ si y sólo si
f es un polinomio de grado m.
6.2 Series de Laurent 141

6.5. Sean f y g funciones holomorfas con un polo z0 de orden m en común. De-


muestre que
f (z) f 0 (z)
lı́m = lı́m 0
z→z0 g(z) z→z0 g (z)

(regla de L’Hôpital).

6.6. Si f tiene un polo de orden m ≥ 1 en z0 ∈ Ω , demuestre que su derivada f 0 tiene


un polo en z0 de orden m + 1.

6.7. Si f es holomorfa en Ω − {z0 } y la derivada f 0 tiene un polo de orden m ≥ 1 en


z0 ∈ Ω , demuestre que m ≥ 2 y que f tiene un polo en z0 de orden m − 1.

6.8. Demuestre el recı́proco del teorema de Casorati-Weierstrass 6.3: si f es holo-


morfa en Ω − {z0 } y para toda vecindad U ⊆ Ω de z0 la imagen f (U − {z0 }) es
densa en C, entonces z0 es una singularidad esencial de f .

6.9. Verifique que la función f (z) = e1/z del ejemplo 6.4 tiene, en efecto, una sin-
gularidad esencial en z0 = 0.

6.10. Clasifique las singularidades de las funciones siguientes:

1 − cos z 1
(a) f (z) = . (c) f (z) = .
sen z cos(1/z)
1 z4
(b) f (z) = z . (d) f (z) = 4 .
e −1 (z + 16)2

6.2. Series de Laurent

Comencemos con un ejemplo:


Ejemplo 6.6. La función racional
1 1 1 1 1
f (z) = = − = +
(z − 2)(z − 1) z − 2 z − 1 z − 2 1 − z

tiene polos en z = 1 y z = 2, y es holomorfa en cualquier dominio que no contenga


a estos dos puntos. Para el primer sumando, f1 (z) := 1/(z − 2), escribiendo

1 1
= 
z − 2 −2 1 − z/2

usando la serie geométrica para 1/(1 − z/2) en el disco |z| < 2, la serie de Taylor
4.15 del primer sumando, f1 (z) es:
∞  
1 −1 ∞ n −1
(1) f1 (z) :=
z−2
= ∑
2 n=0
(z/2) = ∑ 2n+1 zn .
n=0
142 6 Singularidades

Similarmente, el segundo sumando, f2 (z) := 1/(1 − z), se puede representar en el


disco unitario |z| < 1 por la serie geométrica

(2) f2 (z) = ∑ zn
n=0

simplemente porque 1 − zn+1 = (1 − z)(1 + z + z2 + · · · + zn ) y usando que |z| < 1.


Ahora, si escribimos
1 1 1 
=−
1−z z 1 − 1/z
y usamos el cambio de variable ζ = 1/z, la función f2 (z) queda

1 1 1   1 
f2 (z) = =− = −ζ
1−z z 1 − 1/z 1−ζ

y el disco de convergencia |ζ | < 1 se transforma, por el cambio z = 1/ζ , en la región


|z| > 1, y usando (2) se tiene que
 1  ∞ ∞ ∞ ∞
1
(3) f2 (z) = −ζ = −ζ ∑ ζ n = − ∑ ζ n = − ∑ n = − ∑ z−n
1−ζ n=0 n=1 n=1 z n=1

una serie de potencias negativas de z. Por lo tanto, en la intersección de las regiones


|z| < 2 y |z| > 1 donde convergen (2) y (3), es decir, en la región 1 < |z| < 2, la
función f (z) tiene una serie de la forma
∞   ∞ ∞   −∞
1 −1 n −n −1 n
f (z) = =∑
(z − 2)(z − 1) n=0 2n+1
z − ∑ z = ∑ n+1
z − ∑ zn
n=1 n=0 2 n=−1

= ∑ an zn ,
n=−∞

donde an = −1 para n ≤ −1 y an = −1/2n+1 para n ≥ 0, la cual es una serie que


contiene potencias positivas y negativas de la variable z.
Para precisar lo anterior, en general pensaremos a una serie de la forma

(5) b1 z−1 + b2 z−2 + · · · + bn z−n + · · · = ∑ bn z−n
n=1

como una serie de potencias usual en la variable ζ = 1/z. Considerada de es-


ta manera, podemos entonces pensar en su radio de convergencia R01 , por lo que
la serie para la variable ζ converge en el disco |ζ | < R01 y por lo tanto para la
variable z = 1/ζ la región donde converge la serie correspondiente es la región
|z| = 1/|ζ | > 1/R01 := R1 , es decir el exterior de un disco |z| > R1 (que puede cons-
tar sólo del punto ∞ en el plano extendido C∞ , si R1 = ∞).
Por otra parte, si ahora consideramos una serie de potencias usual
6.2 Series de Laurent 143

(6) a0 + a1 z + · · · + an zn + · · · = ∑ an zn
n=0

con radio de convergencia R2 > 0, es decir, la serie (6) converge en el disco |z| < R2
y sumamos las series (5) y (6), en el dominio común de convergencia, obtenemos
una serie de potencias, positivas y negativas, de la forma
∞ ∞
· · · + bm z−m + · · · + b1 z−1 + a0 + a1 z + a2 z2 + · · · + an zm + · · · = ∑ bn z−n + ∑ an zn
n=1 n=0

donde poniendo a−n := bn la podemos reescribir como


−∞ ∞ ∞
(7) ∑ an zn + ∑ an zn =: ∑ an zn .
n=−1 n=0 n=−∞

Diremos que la serie (7) es convergente si sus dos partes ∑−∞ n ∞


n=−1 an z y ∑n=0 an z
n

son convergentes, independientemente. A la serie (7) se le conoce como una serie


de Laurent, centrada en el origen. Observe ahora que como ∑−∞ n
n=−1 an z converge en
∞ n
la región |z| > R1 y como ∑n=0 an z converge en el disco |z| < R2 , entonces la región
común de convergencia de ambas series es la dada por R1 < |z| < R2 , la cual no es
vacı́a si y sólo si R1 < R2 y ası́ (7) representará una función holomorfa en la región
anular
An(0; R1 , R2 ) := {z ∈ C : R1 < |z| < R2 }.
Hemos ası́ probado que una serie de Laurent

∑ an zn
n=−∞

define una función holomorfa en una región anular An(0; R1 , R2 ). En general, si


0 ≤ R1 < R2 < ∞ y z0 ∈ C, se define la región anular

An(z0 ; R1 , R2 ) := {z ∈ C : R1 < |z − z0 | < R2 }

que se ve como en la figura siguiente:

z0 R1 R2
z0

En particular, si R1 = 0, la región anular An(z0 ; 0, R) es el disco perforado


B(z0 ; R) − {z0 }.
Una serie de Laurent centrada en el punto z0 es una serie de la forma
144 6 Singularidades

(8) ∑ an (z − z0 )n
n=−∞

n −∞
y la serie es convergente, en el punto z, si las series ∑∞
n=0 an (z − z0 ) y ∑n=−1 an (z −
n
z0 ) convergen. Si este es el caso, el lı́mite
N
lı́m ∑ an (z − z0 )n
N→∞ N=−n

existe y es la suma de la serie de Laurent. Como en el caso particular cuando z0 = 0


visto anteriormente, si
1
R2 = y R1 = lı́m sup |a−n |1/n
lı́m sup |an |1/n n→∞
n→∞

por el teorema 4.10 la serie ∑∞ n


n=0 an (z − z0 ) converge en el disco |z − z0 | < R2 , y
−1
con el cambio de variable ζ := (z − z0 ) observe que la serie
−∞ −∞ ∞
∑ an (z − z0 )n = ∑ an ζ −n = ∑ a−n ζ n
n=−1 n=−1 n=1

converge en la región |ζ | < 1/R1 , es decir, en la región |z − z0 | > R1 . Por lo tanto, si


R1 < R2 la serie de Laurent ∑∞ n
n=−∞ an (z − z0 ) converge, absoluta y uniformemente,
en la región anular R1 < |z − z0 | < R2 , al que se conoce como la región anular
de convergencia de la serie de Laurent, y por lo tanto define una función holomorfa
f (z) en esa región. Observe ahora que, para R1 < r < R2 , si γr es el cı́rculo |z − z0 | =
r, orientado positivamente, para todo z ∈ {γr } la serie de Laurent correspondiente
R
converge uniformemente a f (z) y por la proposición 4.14 la integral γr f se puede
evaluar integrando término a término la serie de Laurent:
Z ∞ Z
(9) f (z)dz = ∑ an (z − z0 )n dz = 2πia−1
γr n=−∞ γr

donde la última igualdad es porque para n 6= −1 el integrando tiene una primitiva.


Se sigue que
1
Z
a−1 = f (z)dz.
2πi γr
Aplicando lo anterior, pero ahora a la función (z − z0 )k−1 f (z) en lugar de la función
f (z), y donde k es cualquier entero, se sigue que

1 f (z)
Z
(10) ak = dz
2πi γr (z − z0 )k+1

Por lo tanto, los coeficientes an de la serie de Laurent ∑∞ n


n=−∞ an (z−z0 ) están unı́vo-
camente determinados por la función f (z) definida por la serie.
6.2 Series de Laurent 145

Recı́procamente, si comenzamos con una función holomorfa f (z) cuyo dominio


contiene una región anular An(z0 ; R1 , R2 ), mostraremos que una tal función tiene un
desarrollo en serie de Laurent:

∑ an (z − z0 )n
n=−∞

y para ésto necesitaremos los dos resultados siguientes:


Teorema 6.4 (Teorema de Cauchy para cı́rculos concéntricos). Sea f una fun-
ción holomorfa en la región anular R1 < |z − z0 | < R2 . Para cada R1 < r < R2 sea
γr el cı́rculo de centro z0 y radio r orientado positivamente. Entonces,
Z
f (z)dz
γr

es independiente de r.

Demostración. Consideremos la parametrización γr (t) = z0 + reit , para t ∈ [0, 2π].


Entonces, Z Z 2π
I(r) := f (z)dz = f (z0 + reit )ireit dt
γr 0

y note que el integrando en el lado derecho es una función en las dos variables r,t
con derivadas parciales continuas. Por la regla de Leibniz 2.15 se sigue que
Z 2π
dI(r) ∂
f (z0 + reit )ireit dt,

=
dr 0 ∂r
donde
∂ ∂
f (z0 + reit )ireit = f 0 (z0 + reit )eit ireit + f (z0 + reit )ieit = f (z0 + reit )eit
 
∂r ∂t
y por lo tanto
Z 2π t=2π
dI(r) ∂
f (z0 + reit )eit dt = f (z0 + reit )eit

= = 0,

dr 0 ∂t t=0

como se querı́a. t
u

Teorema 6.5 (Fórmula de Cauchy en una región anular). Sea f una función
holomorfa en la región anular R1 < |z − z0 | < R2 . Para cada R1 < r < R2 sea γr el
cı́rculo de centro z0 y radio r orientado positivamente. Si R1 < r1 < |z − z0 | < r2 <
R2 , entonces,
1 f (w) 1 f (w)
Z Z
f (z) = dw − dw.
2πi γr2 w − z 2πi γr1 w − z

Demostración. Fijemos z como en el enunciado y defina g : An(z0 ; R1 , R2 ) → C


mediante
146 6 Singularidades

 f (w) − f (z)
si w 6= z,
g(w) := w−z
 f 0 (z) si w = z.
Entonces, g es holomorfa y ası́, por el teorema 6.4 anterior, se tiene que
Z Z
g(w)dw = g(w)dw,
γr2 γr1

y como en ambas integrales la variable w recorre la traza {γ j } correspondiente, por


lo que w 6= z, la igualdad de integrales anterior se puede reescribir como

f (w) − f (z) f (w) − f (z)


Z Z Z Z
dw = g(w)dw = g(w)dw = dw
γr2 w−z γr2 γr1 γr2 w−z

y ya que f (z) es constante en las integrales de la izquierda y de la derecha, queda

f (w) 1 f (w) 1
Z Z Z Z
dw − f (z) dw = dw − f (z) dw
γr2 w−z γr2 w−z γr1 w−z γr1 w−z

de donde se sigue que

f (w) f (w) 1 1
Z Z Z Z
dw − dw = f (z) dw − f (z) dw
γr2 w−z γr1 w−z γr2 w−z γr1 w−z

donde la primera integral del lado derecho es 2πi, por la proposición 5.1 y la segunda
integral del lado derecho es 0, por el teorema 5.4, ya que z está fuera del disco de
centro z0 y radio r1 . Se sigue que el dado derecho es 2πi f (z), lo cual prueba el
teorema. t
u

Existencia de la expansión de Laurent. Comenzando con una función holomorfa


f (z) cuyo dominio contiene una región anular An(z0 ; R1 , R2 ), mostraremos que una
tal función tiene un desarrollo en serie de Laurent:

∑ an (z − z0 )n .
n=−∞

En efecto, escojamos r1 y r2 reales tales que R1 < r1 < r2 < R2 . Por el teorema 6.5
anterior, para r1 < |z − z0 | < r2 ,

1 f (ζ ) 1 f (ζ )
Z Z
f (z) = dζ − dζ
2πi γr2 ζ −z 2πi γr1 ζ −z

y poniendo
6.2 Series de Laurent 147

1 f (ζ )
Z
f1 (z) := dζ para |z − z0 | < r2
2πi γr2 ζ −z
−1 f (ζ )
Z
f2 (z) := dζ para |z − z0 | > r1
2πi γr1 ζ −z

se tiene que f (z) = f1 (z) + f2 (z), donde:


(1) La función f1 (z) es holomorfa en |z − z0 | < r2 y por lo tanto tiene una serie de
Taylor 4.15 alrededor de z0 , es decir, en un disco |z − z0 | < r2 :

f1 (z) = ∑ an (z − z0 )n ,
n=0

donde
1 f (z)
Z
an = dz
2πi γr (z − z0 )n+1
con γr el cı́rculo de centro z0 y radio r < r2 .
(2) Veremos que la función f2 (z) es holomorfa en |z − z0 | > r1 , tiene una singu-
laridad removible en ∞ y se puede expresar como una serie de Laurent en poten-
cias negativas de z − z0 en una vecindad del infinito, es decir, en una región de
la forma |z − z0 | > r1 , para un r1 > 0. Para ésto, considere el cambio de varia-
ble z = z0 + 1/ζ y defina la función g(ζ ) := f2 (z) = f2 (z0 + 1/ζ ), para ζ 6= 0; es
claro que g tiene una singularidad aislada en ζ = 0 (también decimos que f2 (z) tie-
ne una singularidad aislada en z = ∞). Para ver que es removible, observe que si
r > r1 , sea ρ(z) := d(z, {γr }), donde γr es el cı́rculo de centro z0 y radio r y sea
M := máx{| f (w)| : w ∈ {γr }}. Entonces, para |z − z0 | > r se tiene que
1 Z f (w) 1 n | f (w)| o M2πr Mr
| f2 (z)| ≤ dw ≤ sup : w ∈ {γr } `(γr ) ≤ =

2πi γr w − z 2π |w − z| 2πρ(z) ρ(z)

donde la última desigualdad es porque ρ(z) = ı́nf{d(z, w) : w ∈ {γr }} por lo que


ρ(z) ≤ |w − z|, para todo w ∈ {γr }. Ahora, como lı́mz→∞ ρ(z) = ∞, se sigue que

lı́m g(ζ ) = lı́m f2 (z) = 0


ζ →0 z→∞

y ası́, por el teorema 6.1 de singularidades removibles de Riemann, la singularidad


ζ = 0 de g es removible, por lo que si se define
(
f2 (z) = f2 (z0 + 1/ζ ) si ζ 6= 0,
g(ζ ) =
0 si ζ = 0,

es claro que g(ζ ) es holomorfa y por lo tanto tiene una serie de Taylor 4.15 alrededor
de ζ = 0 (es decir, z = ∞), digamos en el disco |ζ | < 1/R:
148 6 Singularidades
∞ ∞
(∗) g(ζ ) = ∑ bn ζ n = ∑ bn ζ n
n=0 n=1

(donde la última igualdad es porque g(0) = 0 y ası́ b0 = 0). Ahora, como z − z0 =


1/ζ , la desigualdad |ζ | < 1/R en la variable z es |z − z0 | > R y substituyendo ζ =
1/(z − z0 ) = (z − z0 )−1 en la serie (∗) se obtiene que
∞ −∞ −∞
f2 (z) = g(ζ ) = ∑ bn (z − z0 )−n = ∑ b−n (z − z0 )n = ∑ an (z − z0 )n
n=1 n=−1 n=−1

para an := b−n .
Hemos ası́ mostrado que, en la región anular r1 < |z − z0 | < r2 , la función f (z)
tiene una expansión en serie de Laurent

f (z) = ∑ an (z − z0 )n
n=−∞

donde para n ≥ 0 la integral que define an :

1 f (z)
Z
an = dz
2πi γr2 (z − z0 )n+1

es independiente de r2 con la única condición de que r2 < R2 , y si n < 0 la integral


que define an :
1 f (z)
Z
an = dz
2πi γr1 (z − z0 )n+1
es independiente de r1 con la única condición de que R1 < r1 . Haciendo r2 → R2 y
r1 → R1 se sigue que la expansión de Laurent anterior es válida en toda la región
anular R1 < |z−z0 | < R2 . Hemos ası́ probado el teorema siguiente, donde la unicidad
de la serie se debe a que los coeficientes an están determinados por las fórmulas (10)
en la página 144:
Teorema 6.6 (Expansión de Laurent). Si f (z) es holomorfa en la región anular
An(z0 ; R1 , R2 ), entonces

f (z) = ∑ an (z − z0 )n
n=−∞

donde la serie converge absoluta y uniformemente en la cerradura de An(z0 ; r1 , r2 )


para R1 < r1 < r2 < R2 . Los coeficientes an están dados por las fórmulas

1 f (z)
Z
an = dz
2πi γr (z − z0 )n+1

donde γr es el cı́rculo de centro z0 y radio r, para cualquier R1 < r < R2 , y esta serie
es única con esas propiedades.
t
u
6.2 Series de Laurent 149

Clasificación de singularidades usando la serie de Laurent. Las singularidades


aisladas de una función f se pueden clasificar usando la expansión de Laurent de f
alrededor de la singularidad:
Teorema 6.7. Si z0 es una singularidad aislada de una función f (z) y si f (z) =
n
∑∞
n=−∞ an (z − z0 ) es su serie de Laurent en An(z0 ; 0; R), entonces

(1) z0 es removible si y sólo si an = 0, para toda n < 0.


(2) z0 es un polo de orden m si y sólo si an = 0, para toda n < −m y am 6= 0.
(3) z0 es esencial si y sólo si an = 0, para un número infinito de n < 0.
Demostración. Para (1), si an = 0 para todo n < 0, la función ∑∞ n
n=0 an (z − z0 ) es
holomorfa en un disco B(z0 , R) y coincide con f (z) en B(z0 , R) − {z0 }. Se sigue
que z0 es una singularidad removible de f (z). Recı́procamente, si z0 es removible,
existe g holomorfa en B(z0 , R) que coincide con f en B(z0 , R) − {z0 } y como g
es holomorfa tiene una serie de Taylor, g(z) = ∑∞ n
n=0 bn (z − z0 ) , en B(z0 , R). La
igualdad f (z) = g(z) en B(z0 , R) − {z0 } y la unicidad de la expansión de Laurent
implican que an = bn para todo n ≥ 0 y an = 0 para todo n < 0.
Para (2), supongamos que an = 0 para todo n ≤ −(m + 1). Entonces, (z −
z0 )m f (z) tiene una serie de Laurent sin potencias negativas de (z − z0 ):
∞ ∞
(z − z0 )m f (z) = (z − z0 )m ∑ an (z − z0 )n = ∑ an (z − z0 )n+m
n=−m n+m=0

Por la parte (1) esto quiere decir que (z − z0 )m f (z) tiene una singularidad removible
en z0 y por lo tanto f (z) tiene un polo en z0 de orden m. Para la afirmación recı́proca
se invierten los argumentos anteriores.
Para (3), por definición z0 es una singularidad esencial de f (z) si y sólo z0 si no
es removible ni polo y por las partes (1) y (2) ésto es equivalente a que an 6= 0 para
un número infinito de n < 0. t
u
Ejemplo 6.7. La función f (z) = e1/z tiene una singularidad esencial en z0 = 0: su
serie de Laurent alrededor de z0 = 0 es de la forma
∞ −∞
1 1 n
f (z) = e1/z = ∑ n! z−n = ∑ (−n)!
z .
n=1 n=−1

Observación 6.4. En general, determinar los coeficientes an de la expansión de Lau-


rent por medio de las fórmulas del teorema 6.6 puede ser complicado. Lo que se hace
frecuentemente es usar series de Taylor y modificarlas adecuadamente para obtener
series de Laurent, como hicimos en los ejemplos 6.6 y 6.7. Si f (z) tiene un polo de
orden m en z0 , el ejemplo siguiente determina su expansión de Laurent alrededor de
ese polo, que esencialmente ya se tiene desde la observación 6.2:
Ejemplo 6.8. Supongamos que f tiene un polo de orden m ≥ 1 en z0 . Entonces,
g(z) = (z − z0 )m f (z) con g(z0 ) 6= 0 y g con una singularidad removible en z0 . Con-
sideremos la serie de Taylor de g en un disco alrededor de z0 :
150 6 Singularidades

g(z) = ∑ an (z − z0 )n
n=0

donde an = (1/n!) f (n) (z0 ). Se sigue que en el disco anterior, quitando el z0 ,



g(z) a0 a1 am−1
f (z) =
(z − z0 )m
= +
(z − z0 )m (z − z0 )m−1
+ · · · + + ∑ am+n (z − z0 )m+n
(z − z0 ) n=0

es la serie de Laurent de f (z) en un disco perforado alrededor de z0 .

Ejercicios

6.11. Obtenga la serie de Laurent alrededor del 0 de la función f (z) = 1/(z − 2) en


la región |z| > 2, es decir, en la región anular An(0; 2, ∞).

6.12. Obtenga la serie de Taylor alrededor del punto 1 de la función f (z) = 1/(z−2)
en el disco |z − 1| < 1.

6.13. Obtenga la serie de Taylor alrededor del punto 2 de la función f (z) = 1/(z−1)
en el disco |z − 2| < 1.

6.14. Sean a, b ∈ C tales que 0 < |a| < |b|. Encuentra una serie de Laurent en la
región anular An(0; |a|, |b|) de la función

1
f (z) = .
(z − a)(z − b)

6.15. Determine la región anular de convergencia de la serie de Laurent



2
∑ an zn
n=−∞

donde a ∈ C es un complejo fijo tal que 0 < |a| < 1.

6.16. Sean p(z), q(z) polinomios tales que gr(q) > gr(p) + 1 y sea γ un cı́rculo que
contiene todos los ceros de q(z). Demuestre que

p(z)
Z
dz = 0.
γ q(z)

6.17. Si una función holomorfa f (z) tiene una singularidad aislada en z0 , demuestre
que la parte principal de la serie de Laurent de f alrededor de z0 converge en C −
{z0 }.

6.18. Demuestre que una función racional no tiene singularidades esenciales.


6.2 Series de Laurent 151

6.19. Suponga que f es una función holomorfa definida en C − {z1 , . . . , zn } y que las
z j no son singularidades esenciales de f . Demuestre que f es una función racional.
6.20. Clasifique las singularidades aisladas de las funciones siguientes:

z5 1
f (z) = g(z) = h(z) = sen(1/z).
1 + z + z2 + z3 + z4 sen2 z
6.21. Suponga que f es holomorfa en la región anular An(z0 ; R1 , R2 ) y que no
se anula en esa región. Considere los cı́rculos γr (t) = z0 + re2πit con t ∈ R, para
R1 < r < R2 . Sea n = n( f ◦ γr ; z0 ) (que es constante en toda la región anular consi-
derada). Sea g : An(z0 ; R1 , R2 ) → C dada por g(z) = f (z)/(z − z0 )n . Demuestre que
el coeficiente a−1 en la expansión de Laurent de f 0 (z)/ f (z) es n y que g(z) posee
un logaritmo holomorfo. Demuestre que f tiene un logaritmo holomorfo si y sólo si
n = 0. Si m > 0 es un entero, demuestre que f tiene una raı́z m-ésima holomorfa si
y sólo si m divide a n.
6.22. Usando series de Laurent, demuestre que si f : C∞ → C es holomorfa, enton-
ces es constante.
6.23. En el ejemplo 6.1 vimos que la función
z
f (z) =
ez − 1
tiene una singularidad removible en z0 = 0 y por lo tanto su serie de Laurent, alre-
dedor de z0 = 0, es una serie de potencias usual. El radio de convergencia de esta
serie es 2π porque los ceros de ez − 1 más cercanos a z0 = 0 son ±2πi. Escriba los
coeficientes an de la serie de potencias anterior como an = Bn /n!, es decir, defina
Bn := n!an , de tal forma que la serie anterior es:

z Bn n
f (z) = = ∑ z
ez − 1 n=0 n!

para |z| < 2π.


Demuestre que B0 = 1.
Demuestre que B1 = 1.
Muestre que Bn = 0 si n > 1 es impar.
Calcule los primeros coeficientes Bn , digamos para n ≤ 10.
Demuestre que los números Bn son racionales.
Demuestre la fórmula de recurrencia siguiente:
n  
n+1
∑ k Bk = 0
k=0

n+1
para n ≥ 1 y donde k es el coeficiente binomial correspondiente.
Los racionales Bn anteriores se conocen como los números de Bernoulli.
152 6 Singularidades

6.3. El teorema del residuo

En la fórmula (9) de la página 144 vimos que si



f (z) = ∑ an (z − z0 )n
n=−∞

es una función dada por su serie de Laurent en An(z0 ; R1 , R2 )Ry γr = ∂ B(z0 ; R), para
R1 < r < R2 , orientado positivamente, al calcular la integral γ f se tiene que
Z
(∗) f (z)dz = 2πia−1
γr

(vea también el teorema 6.6) y ası́, de todos los coeficientes an de la expansión


R
de Laurent de f (z), el único coeficiente que queda al calcular la integral γ f es
el coeficiente a−1 , y es por ésto que se le conoce como el residuo de la función
f (z) en el punto z0 . La fórmula (∗) es un caso particular, para γr un cı́rculo, que
muestra la importancia del coeficiente a−1 del término (z − z0 )−1 en la expansión
de
R
Laurent de f alrededor de z0 , ya que esencialmente a−1 da el valor de la integral
γr f . En general, si f tiene una singularidad aislada en z0 , el residuo de f en z0
es el coeficiente a−1 en la expansión de Laurent de f alrededor de z0 . Usaremos
la notación Resz=z0 f (z) = Res( f ; z0 ) = a−1 para denotar al residuo de f en z0 . La
versión general de la fórmula particular (∗) es el contenido del teorema siguiente:
Teorema 6.8 (Teorema del residuo). (1) Si z0 ∈ Ω y f (z) es holomorfa en Ω −
{z0 }, con una singularidad aislada en z0 , y si γ es una curva cerrada, rectificable y
nulhomóloga en Ω , que no pasa por z0 , entonces
1
Z
n(γ; z0 ) Resz0 ( f ) = f.
2πi γ

(2) En general, si f (z) es holomorfa en Ω − {z1 , . . . , zm }, con singularidades aisla-


das en z1 , . . . , zm ∈ Ω , y si γ es una curva cerrada, rectificable y nulhomóloga en Ω ,
que no pasa por ninguno de los zk , entonces
m
1
Z
∑ n(γ; zk ) Reszk ( f ) = 2πi γ
f.
k=1

Demostración. Como {γ} es compacto y no contiene a los zk , entonces d(zk , {γ}) >
0 y ası́ existen reales rk > 0 tales que los discos B(zk , rk ) ⊆ Ω , son disjuntos por
pares y ninguno de ellos intersecta a γ. Sean γk las fronteras de los discos anteriores,
orientados positivamente, y nk := n(γ; zk ). Considere el ciclo

(†) Γ := γ − (n1 γ1 + · · · + nm γm ).

Por definición, el ciclo Γ está contenido en Ω − {z1 , . . . , zm }, y claramente no rodea


ningún punto en C − Ω ya que γ no lo hace. Es decir, Γ es nulhomólogo en Ω . Por
6.3 El teorema del residuo 153
R
la versión homológica para ciclos del teorema de Cauchy, 5.9, se tiene que Γ f = 0,
que por la definición (†) de Γ se puede reescribir como
Z m Z
f= ∑ nk f
γ k=1 γk
R
donde, por el caso especial (∗) citado anteriormente, γk f = 2πi Reszk ( f ), para cada
k = 1, . . . , m. Se sigue que
Z m m
f= ∑ nk 2πi Resz=zk ( f ) = 2πi ∑ n(γ; zk ) Reszk ( f ),
γ k=1 k=1

lo cual prueba la parte (2), y claramente la parte (1) es un caso particular de (2). t
u

Ejemplo 6.9. En el ejemplo 6.7 vimos que la serie de Laurent de f (z) = e1/z alrede-
dor de z0 = 0 es ∑−∞ 1 n 1/z
n=−1 (−n)! z , por lo que su residuo en z0 = 0 es Resz=0 (e ) = 1.

Ejemplo 6.10. Supongamos que f tiene un polo de orden m ≥ 1 en z0 . Por el ejemplo


6.8 su serie de Laurent alrededor de z0 es de la forma

g(z) a0 a1 am−1
f (z) = m
= m
+ m−1
+···+ + ∑ am+n (z − z0 )m+n
(z − z0 ) (z − z0 ) (z − z0 ) (z − z0 ) n=0

y por lo tanto,
1
Res( f ; z0 ) = am−1 = g(m−1) (z0 ).
(m − 1)!
Note que, en el caso particular cuando z0 es un polo simple, es decir, m = 1, se tiene
que
Res( f ; z0 ) = a0 = g(z0 ) = lı́m (z − z0 ) f (z).
z→z0

Ejemplo 6.11. La función f (z) = z3 /(z − 1) tiene una singularidad aislada en z0 = 1.


Calculando las derivadas de z3 en z0 = 1 vemos que la serie de Taylor del numerador
z3 alrededor de z0 = 1 es

z3 = 1 + 3(z − 1) + 3(z − 1)2 + (z − 1)3

y por lo tanto la serie de Laurent de f (z) = z3 /(z − 1) alrededor de z0 = 1 es

z3 1
f (z) = = + 3 + 3(z − 1) + (z − 1)2
z−1 z−1
de donde se sigue que
Res( f ; 1) = 1.

Ejemplo 6.12. Considere ahora la función f (z) = z3 /(z − 1)2 que tiene una singu-
laridad en z0 = 1. Usando el cálculo del ejemplo anterior vemos que la serie de
Laurent de f (z) alrededor de z0 = 1 es
154 6 Singularidades

z3 1 3
f (z) = = + + 3 + (z − 1)
(z − 1)2 (z − 1)2 z − 1

de donde se sigue que


Res( f ; 1) = 3.

Ejemplo 6.13. Considere ahora la función f (z) = 1/(z2 + 1). Es claro que tiene po-
los simples en las raı́ces del denominador, es decir, en z1 = i y z2 = −i. Para z1 = i,
por el caso particular del ejemplo 6.10, se tiene que
1  1  1
Res( f ; i) = lı́m(z − i) f (z) = lı́m(z − i) = lı́m = .
z→i z→i (z − i)(z + i) z→i z + i 2i

Similarmente se calcula Res( f ; −i) = −1/2i.

Funciones meromorfas. Si z0 ∈ Ω es un polo de una función f (z), desde varios


puntos de vista, por ejemplo por el hecho (teorema 6.2) de que

(∗) lı́m | f (z)| = ∞,


z→z0

serı́a natural y apropiado asignar el valor ∞ al polo z0 ∈ Ω y definir f (z0 ) = ∞, y


ası́ (∗) dirı́a que la función f : Ω → C∞ ası́ definida serı́a continua (en la topologı́a
del plano complejo extendido C∞ dada por la distancia cordal de Carathéodory,
véase la sección 1.4). Se dice que una función f : Ω → C∞ es meromorfa si sus
únicas (posibles) singularidades son polos. Note entonces que la imagen inversa o
fibra
f −1 (∞) = {polos de f en Ω }
es un conjunto discreto.
El campo de funciones meromorfas. Si f , g : Ω → C∞ son dos funciones mero-
morfas, se define su suma f + g : Ω → C∞ para cada z ∈ Ω − f −1 (∞) ∪ g−1 (∞)
mediante ( f + g)(z) := f (z) + g(z). Claramente f + g es meromorfa con polos en
f −1 (∞) ∪ g−1 (∞). Similarmente se define el producto ( f g)(z) := f (z)g(z). Ahora, si
f : Ω → C∞ es meromorfa y no es la función constante cero, entonces 1/ f también
es meromorfa (si z j es un cero de f entonces es un polo de 1/ f y si pk es un polo
de f entonces es un cero de 1/ f ). Se sigue que el conjunto

M(Ω ) := { f : Ω → C∞ : f es meromorfa}

es un campo, el campo de funciones meromorfas en Ω . En el ejercicio 6.30 se pide


probar que el campo M(Ω ) es el campo de fracciones del anillo de funciones holo-
morfas O(Ω ) (vea la página 48 y el ejercicio 4.19, donde se prueba que este anillo
es un dominio entero).
Consecuencias del teorema del residuo. Supongamos que f es holomorfa y tiene
un cero de orden m en z0 . Entonces, f (z) = (z − z0 )m g(z) con g holomorfa y g(z0 ) 6=
0. Se sigue que
6.3 El teorema del residuo 155

f 0 (z) m g0 (z)
(1) = +
f (z) z − z0 g(z)

con g0 /g holomorfa en una vecindad de z0 .


Supongamos ahora que f es meromorfa y tiene un polo de orden m en z0 . Enton-
ces, f (z) = (z − z0 )−m g(z) con g holomorfa y g(z0 ) 6= 0. Se sigue que

f 0 (z) −m g0 (z)
(2) = +
f (z) z − z0 g(z)

con g0 /g holomorfa en una vecindad de z0 .


Supongamos ahora que f es meromorfa con ceros z1 , . . . , zm y polos w1 , . . . , wn ,
repetidos de acuerdo a su orden. Aplicando (1) y (2) las veces que hiciera falta se
tiene que

f 0 (z) m
1 n
1 g0 (z)
(3) =∑ −∑ +
f (z) k=1 z − zk k=1 z − wk g(z)

con g0 /g holomorfa.
Teorema 6.9 (Principio del argumento). Sea f : Ω → C meromorfa con ceros
z1 , . . . , zm y polos w1 , . . . , wn , repetidos de acuerdo a su orden. Sea γ una curva en
Ω , cerrada, rectificable, nulhomóloga y que no pasa por los zk y los wk . Entonces,

1 f 0 (z) m n
Z
dz = ∑ n(γ; zk ) − ∑ n(γ; wk ).
2πi γ f (z) k=1 k=1

(z) 0
Demostración. Integrando ambos lados de (3) note que γ gg(z)
R
dz = 0, por el teore-
0
ma de Cauchy, versión homológica 5.6, porque g /g es holomorfa y γ es nulhomólo-
ga. t
u
Una fórmula que cuenta el número de ceros y polos. Una consecuencia inmediata
es una fórmula que cuenta el número de ceros y polos de f en un dominio dado. En
efecto, si f (z) es una función meromorfa en Ω , dado w ∈ C, sea

Nw ( f ,U)

el número de ceros de f (z) − w en U ⊆ Ω , contados con su orden. En particular,


N0 ( f ,U) es el número de ceros en U de f (z). Similarmente, si w = ∞ ∈ C∞ , sea

N∞ ( f ,U)

el número de polos de f en U ⊆ Ω , contados con su orden.


Corolario 6.10. Sea f (z) una función meromorfa en una vecindad de B(z0 ; r) con
sólo un número finito de ceros y polos en su interior y que no tiene ni ceros ni polos
en su frontera γ = ∂ B(z0 ; r), orientada positivamente. Sean N0 ( f ) = N0 ( f , B(z0 ; r))
y N∞ ( f ) = N∞ ( f , B(z0 ; r)). Entonces,
156 6 Singularidades

1 f0
Z
= N0 ( f ) − N∞ ( f ).
2πi γ f

Demostración. Claramente γ es nulhomóloga en B(z0 ; r) y el ı́ndice de γ con res-


pecto a cualquier cero o polo de f en este disco es 1. El resultado se sigue del
teorema 6.9 anterior. t
u
Teorema 6.11 (Rouché). Supongamos que f (z) y g(z) son funciones meromorfas
en una vecindad de B(z0 ; r) con sólo un número finito de ceros y polos en su interior
y que no tiene ni ceros ni polos en su frontera γ = ∂ B(z0 ; r), orientada positivamen-
te. Si | f (z) − g(z)| < | f (z)| + |g(z)|, entonces,

N0 ( f ) − N∞ ( f ) = N0 (g) − N∞ (g).

Demostración. Usaremos la misma integral que en el corolario 6.10 anterior y ası́,


como para z ∈ {γ} se tiene que g(z) 6= 0, podemos dividir entre g(z) los términos de
la desigualdad de la hipótesis para obtener que

f (z) f (z)
(∗)
g(z) − 1 <
g(z) + 1
para z ∈ {γ}.

Note ahora que la función meromorfa h(z) := f (z)/g(z) no puede tomar un valor
real no positivo r ≤ 0 en {γ} ya que si existiera z ∈ {γ} tal que h(z) = r ≤ 0, enton-
ces (∗) implicarı́a que |r − 1| < |r| + 1, una contradicción. Por lo tanto, la función
meromorfa h(z) := f (z)/g(z) manda al cı́rculo {γ} en Ω := C − [0, −∞) (el plano
complejo quitándole el semieje real no positivo). Sea log : Ω C la rama (principal)
del logaritmo en Ω . Entonces, la función log h(z) está bien definida en una vecindad
de {γ} y es primitiva de h0 /h = f 0 / f − g0 /g por lo que

1 h0 1 f0 1 g0
Z Z Z
0= = − = N0 ( f ) − N∞ ( f ) − N0 (g) + N∞ (g),
2πi γ h 2πi γ f 2πi γ g

donde la última igualdad es por el corolario 6.10. t


u
Una consecuencia inmediata es otra demostración del teorema fundamental del
álgebra 4.19: Supongamos que f (z) = an zn + an−1 zn−1 + · · · + a1 z + a0 es un poli-
nomio no constante de grado n ≥ 1. Pongamos g(z) = an zn y observe que

f (z) f (z) an−1 /an a1 /an a0 /an


= = 1+ + · · · + n−1 + n
g(z) an zn z z z

y por lo tanto
f (z)
lı́m = 1.
z→∞ g(z)
Consecuentemente, para |z| =: r suficientemente grande se tiene que

f (z)
(∗) g(z) − 1 < 1 para z tal que |z| = r

6.3 El teorema del residuo 157

y escogemos r tal que f (z) no tenga ceros en γ = ∂ B(0; r) y notamos que la de-
sigualdad (∗) es
| f (z) − g(z)| < |g(z)| ≤ | f (z)| + |g(z)|
y ası́, por el teorema de Rouché 6.11 se sigue que el número de ceros de f (z) es
igual al número de ceros de g(z) = an zn en B(0; r), que es obviamente n (el único
cero de g(z) es 0, con multiplicidad n).
Una consecuencia adicional es el resultado siguiente sobre la preservación de
ceros bajo condiciones de compacidad:
Teorema 6.12 (Hurwitz). Sea Ω una región y supongamos que { fn : Ω → C} es
una sucesión de funciones holomorfas que converge compactamente1 a una función
holomorfa f : Ω → C.
(1) Si f no es constante, B(z0 ; r) ⊆ Ω y f no tiene ceros en ∂ B(z0 ; r), entonces existe
un entero N tal que para todo n ≥ N las funciones f y fn tienen el mismo número
de ceros en el disco B(z0 ; r).
(2) En general, si U ⊆ Ω es cualquier subconjunto acotado tal que U ⊆ Ω y si f
no tiene ceros en ∂U, entonces existe un natural N tal que para todo n ≥ N las
funciones f y fn tienen el mismo número de ceros en U.

Demostración. (1): Como f (z) 6= 0 para todo z ∈ ∂ B(z0 ; r),

δ := ı́nf{| f (z)| : z ∈ ∂ B(z0 : r)} > 0,

y como { fn } → f uniformemente en ∂ B(z0 ; r), existe un entero N tal que si n ≥ N


y z ∈ ∂ B(z0 ; r) se tiene que fn (z) 6= 0 y además

| f (z) − fn (z)| < δ /2 < | f (z)| ≤ | f (z)| + | fn (z)|.

Se cumplen ası́ las condiciones del teorema de Rouché 6.11 para f y fn y por lo
tanto f y fn tienen el mismo número de ceros en B(z0 ; r).
(2): Por el teorema de la identidad 4.20 f tiene sólo un número finito de ce-
ros en el compacto U y por lo tanto existen discos abiertos disjuntos por pa-
res B(z1 ; r1 ), . . . , Bn (zn ; rn ) tales que f no tiene ceros en el compacto K := U −
B(zk ; rk ). Se sigue que casi todas2 las fn no tienen ceros en K (porque de otra
S

manera, un número infinito de fn tendrı́an ceros en K, digamos cn ∈ K, y ası́ una


subsucesión de estos ceros convergerı́a a un c ∈ K, que por la convergencia unifor-
me de { fn } a f en el compacto K implicarı́a que c ∈ K serı́a un cero de f , una con-
tradicción). Por lo tanto, existe un natural N tal que todas las fn con n ≥ N no tienen
ceros en K y por lo tanto todos sus ceros están en los discos B(z1 ; r1 ), . . . , Bn (zn ; rn )
y ası́ el resultado se sigue de la parte (1). t
u

1 Vea la nota al pie de la página 110: una sucesión de funciones { f : Ω → C} se dice que converge
n
compactamente si para todo subconjunto compacto K ⊆ Ω la sucesión de restricciones { fn : K →
C} converge uniformemente a la restricción f : K → C.
2 Es decir, todas excepto un número finito.
158 6 Singularidades

Ejercicios

6.24. Generalizando el ejemplo 6.13, demuestre que si la función f tiene un polo


simple en z0 y g es holomorfa en una región que contiene a z0 , entonces

Res( f g; z0 ) = g(z0 ) Res( f ; z0 ).

6.25. Sean g, h funciones holomorfas en Ω y z0 ∈ Ω . Si h tiene un polo simple en


z0 , demuestre que
 g  g(z )
0
Res ; z0 = 0 .
h h (z0 )

6.26. Calcule los residuos de la función f (z) = z5 /(z2 − 1)2 en sus singularidades.

6.27. Calcule los residuos de la función f (z) = 1/ sen z en sus singularidades.

6.28. Demuestre que, para todo número real r > 1 la función f (z) := zer−z − 1 tiene
exactamente un cero en el disco unitario B(0; 1) y además este cero es real positivo.
Sugerencia: use el teorema de Rouché con la función de comparación g(z) := zer−z .

6.29. Si h es una función holomorfa en una vecindad del disco unitario cerrado
B(0; 1) y si h(∂ B(0; 1) ⊆ B(0; 1), demuestre que h tiene un único punto fijo3 en
B(0; 1). Sugerencia: en el teorema de Rouché use las funciones f (z) := h(z) − z y
g(z) := −z.

6.30. Demuestre que el campo de funciones meromorfas M(Ω ) es el campo de


fracciones del anillo de funciones holomorfas O(Ω ) (vea la página 48 y el ejercicio
4.19, donde se prueba que este anillo es un dominio entero).

6.4. Integrales impropias y el teorema del residuo

En esta sección mostraremos, con unos ejemplos, cómo usar métodos complejos
para calcular integrales (de Riemann) reales impropias, en ocasiones en forma muy
eficiente.
Ejemplo 6.14. Comenzamos con un ejemplo simple que, de hecho, se puede calcular
en forma elemental, la integral impropia
1
Z ∞
dx.
−∞ 1 + x2

Para comenzar, pensamos al integrando como una función compleja f (z) = 1/(1 +
z2 ). Como vimos en el ejemplo 6.13, tiene dos polos simples en z1 = i y z2 = −i,

3 Es decir, un punto c ∈ B(0; 1) tal que h(c) = c.


6.4 Integrales impropias y el teorema del residuo 159

con residuos Res( f ; i) = 1/2i y Res( f ; −i) = −1/2i. Ahora, para cada real r > 1
considere la curva cerrada γ dada por
(
re2πit para 0 ≤ t ≤ 1/2i,
γ(t) =
(2t − 1)r − 2tr para 1/2 ≤ t ≤ 1,

es decir, γ es el semicı́rculo superior de radio r, de r a −r, seguido del segmento de


recta [−r, r], y note que γ sólo rodea al polo z = i, es decir, n(γ; −i) = 0 y además
n(γ; i) = 1:

−r 0 r
Por el teorema del residuo 6.8 se sigue que
1 1
Z Z
f (z)dz = dz = 2πi = π.
γ γ 1 + z2 2i

Observe ahora que


1 1 1
Z Z Z
(1) π= dz = dz + dz
γ 1 + z2 γr 1 + z2 [−r,r] 1 + z2

donde [−r, r] es el segmento de recta de −r a r. Para la segunda integral del lado


derecho de (1), se tiene que
Z r
1 1
Z
(2) 2
dz = 2
dx
[−r,r] 1 + z −r 1 + x

y para la primera integral del lado derecho en (1), observe que para z ∈ {γr } se tiene
que r2 − 1 ≤ |1 + z2 | ≤ 1 + r2 , por lo que 1/(r2 − 1) ≥ 1/|1 + z2 | ≥ 1/(r2 + 1), y
ası́ se tiene la última desigualdad en (3):
Z 1 πr
(3) dz ≤ `(γr ) sup{| f (z)| z ∈ {γr }} ≤ 2 .

1 + z2 r −1

γ

Haciendo r → ∞, de (1), (2) y (3) se sigue que


1
Z ∞
2
dx = π.
−∞ 1 + x

Ejemplo 6.15. El ejemplo siguiente, importante en análisis de Fourier, es la integral


impropia
sen x
Z ∞
(∗) dx.
0 x
160 6 Singularidades

Del capı́tulo 2, sección §2.3, si x es real, eix = cos x + i sen x y ası́, sen x/x es la parte
imaginaria de eix /x y cos x/x es la parte real de eix /x. Debemos entonces pensar en la
función compleja eiz /z, que tiene una singularidad aislada en z0 = 0, y consideramos
ahora la curva cerrada γ dada en la figura siguiente:

γR

γr

−R −r 0 r R

es decir, γ es el segmento de recta [−R, −r], seguido del semicı́rculo γr de radio r y


centro 0, orientado negativamente, en el semiplano superior, seguido del segmento
de recta [r, R], seguido finalmente del semicı́rculo γR de centro 0 y radio R, orientado
positivamente, en el semiplano superior. La función eiz /z es holomorfa en C − {0}
y este dominio contiene a la curva γ. Es claro que γ no rodea al origen 0 y ası́ γ es
nulhomóloga en C − {0}. Por el teorema de Cauchy 5.6,

eiz
Z
dz = 0,
γ z

y, separando las piezas de γ, la igualdad anterior es

eiz eiz eiz eiz


Z Z Z Z
dz + dz + dz + dz = 0
[−R,−r] z γr z [r,R] z γR z

donde observamos que la primera y tercera integrales del lado izquierdo son inte-
grales reales
Z −r ix
eiz
Z R ix
e e eiz
Z Z
(1) dx + dz + dx + dz = 0.
−R x γr z r x γR z

Ahora, como
1 ix
e − e−ix

sen x =
2i
entonces
1 R eix − e−ix
Z R −ix
1 R eix
Z R
sen x 1 e
Z Z
dx = dx = dx − dx
r x 2i r x 2i r x 2i r x
1 R eix 1 −r eix
Z Z
= dx + dx
2i r x 2i −R x
que al substituir en (1) da
6.4 Integrales impropias y el teorema del residuo 161

eiz eiz
Z R
sen x
Z Z
(2) 2i dx + dz + dz = 0.
r x γr z γR z

Para calcular la integral impropia (∗), debemos calcular lı́mr→0 y lı́mR→∞ en (2). Co-
R iz
menzando con el segundo lı́mite, la integral que interesa es γR ez dz, y mostraremos
que tiende a 0 cuando R → ∞. En efecto, usando la parametrización γR (t) = Reit ,
t ∈ [0, π] del semicı́rculo γR , se tiene que
Z π iReit
eiz e Rieit
Z Z π
it
dz = dt = i eiRe dt
γR z 0 Reit 0

por lo que

eiz π iReit
Z Z Z π Z π Z π/2
eiReit dt = e−R sent dt = 2 e−R sent dt

dz = i e dt ≤


γR z 0 0 0 0

y usando la desigualdad 2t/π ≤ sent, para t ∈ [0, π/2] por lo que e−R sent ≤ e−2Rt/π ,
se obtiene que

eiz −π −2Rt/π π/2 π


Z Z π/2 Z π/2
e−R sent dt ≤ 2 e−2Rt/π dt = 1 − e−R

dz ≤ 2 e =

2R

γR z 0 0 0 R

donde lı́mR→∞ (1 − e−R ) = 0 y por lo tanto

eiz
Z
(3) lı́m dz = 0.
R→∞ γR z
R eiz
Consideremos ahora la integral γr z dz cuando r → 0. Observe que

eiz eiz − 1 1
(4) = +
z z z
R 1
donde un cálculo directo muestra que dz = −πi (por la orientación negativa de
γr z
eiz −1
γr ). Por otra parte, la función tiene una singularidad removible en el origen y
z iz
por lo tanto existe una constante M > 0 tal que e z−1 ≤ M, para |z| ≤ 1. Se sigue

que, para r < 1,
Z eiz − 1
dz ≤ M`(γr ) = πrM


γr z
de donde se sigue que
eiz − 1
Z
lı́m dz = 0.
r→0 γr z
Substituyendo en (4) se obtiene que
162 6 Singularidades

eiz eiz − 1 1
Z Z Z
(5) lı́m dz = lı́m dz + lı́m dz = 0 − πi = −πi.
r→0 γr z r→0 γr z r→0 γr z

Substituyendo (3) y (5) en (2) queda

eiz eiz
Z R
sen x sen x
Z Z Z ∞
0 = lı́m lı́m 2i dx + lı́m dz + lı́m dz = 2i dx + 0 − πi
r→0 R→∞ r x R→∞ γR z r→0 γr z 0 x

de donde se sigue que


sen x
Z ∞
πi
dx = = π/2.
0 x 2i
Ejemplo 6.16. Para a > 1 se quiere calcular la integral impropia
1
Z ∞
dx,
0 1 + xa
donde xa = exp(a log x) para 0 < x < ∞. Aquı́, la función compleja a considerar es
1/(1 + za ) donde aparece la potencia compleja za por lo que tenemos que elegir una
rama holomorfa de esta función. Observe, para comenzar, que z0 = 0 es un punto de
ramificación de za , y la rama que elegiremos de za = exp(a log z) es aquella para la
cual za = 1 cuando z = 1 y por lo tanto el dominio que se considerará es la región

Ω := {z = reiθ : R > 0 y |θ − π/a| < π}

que es el plano complejo al que se le ha quitado la semirecta (rayo) {z = reiθ : θ =


(π/a) ± π}, como en la figura siguiente:

π/a

Entonces, la función f (z) = 1/(1 + za ) es holomorfa en Ω , salvo por un polo


simple en z0 = eπi/a (ya que za0 = eπi = −1).
El paso siguiente es elegir una curva cerrada adecuada. Para R > 0, sea γR el arco
circular γR (t) = Reit , para 0 ≤ t ≤ 2π/a, orientado positivamente, y para 0 < r <
1 < R, sea γr−1 el arco circular γr (t) = reit orientado negativamente, de nuevo para
0 ≤ t ≤ 2π/a. Entonces, la curva que escogeremos es la curva cerrada dada por

(1) γ := [r, R] ∗ γR ∗ [Re2πi/a , re2πi/a ] ∗ γr−1 ,

como en la figura siguiente:


6.4 Integrales impropias y el teorema del residuo 163

Re2πi/a

re2πi/a

2π/a

0 r R

donde el ángulo entre los dos segmentos de recta que definen los dos arcos circulares
es 2π/a. Por el teorema del residuo 6.8,

1  1
Z 
πi/a
dz = 2πi Res ; e ,
γ 1 + za 1 + za

donde z0 = eπi/a es el único punto singular de la función 1/(1+za ) (un polo simple).
Usando el ejercicio 6.25 se tiene que
 1 πi/a
 1 1 −eπi/a
Res ; e = = =
1 + za a−1 aeπi e−πi/a a

a eπi/a

y por lo tanto
Z
1  1   −eπi/a  −2πieπi/a
(2) a
dz = 2πi Res a
; eπi/a = 2πi = .
γ 1+z 1+z a a

Ahora, separando la integral del lado izquierdo en (2) en sus piezas (1), la primera
integral es
Z R
1 1
Z
(3) a
dz = dx
[r,R] 1 + z r 1 + xa

y para la tercera integral usamos la parametrización t 7→ te2πi/a , para t ∈ [r, R], por
lo que
Z R Z R
1 1 1
Z
(4) a
dz = − e2πi/a dt = −e2πi/a dt
[Re2πi/a ,re2πi/a ] 1 + z r 1 + t a (e2πi/a )a r 1 + ta

y al substituir (3) y (4) en (2) queda


Z R Z R
−2πieπi/a 1 1 1 1
Z Z
= dx − e2πi/a dx + dz − dz
a r 1 + xa r 1 + xa γR 1 + za γr 1 + za

y ası́

Z R 1 −2πieπi/a
Z
1
Z
1
1 − e2πi/a dx = − dz + dz
r 1 + xa a γR 1 + za γr 1 + za
164 6 Singularidades

1 R
y debemos ahora calcular el lı́mite cuando r → 0 y R → ∞. Para la integral γr 1+za dz,
a
como a > 1 el integrando 1/(1 + z ) está acotado, digamos por M, usando que la
longitud del arco γr es 2πr/a, por la estimación usual se tiene que
Z 1
dz ≤ M`(γr ) = M(2πr/a) → 0 cuando r → 0.

1 + za

γr

1 R a
Para la integral γR 1+z a dz, observe que para z ∈ {γR } se tiene que |1 + z | ≥ |1 +
a a
R | = |R − 1| por lo que
1 1
≤ a

1 + za |R − 1|

y consecuentemente
Z 1 1 2πR
dz ≤ a `(γR ) = →0 cuando R → ∞ ya que a > 1,

1 + za |R − 1| a(Ra − 1)

γr

donde usamos que la longitud del arco γR es `(γR ) = 2πR/a. Se sigue que

Z ∞ 1 −2πieπi/a
1 − e2πi/a dx =
0 1 + xa a
y por lo tanto

1 −2πieπi/a −2πi 2πi


Z ∞
dx = = = 
0 1 + xa a 1 − e2πi/a ae−πi/a 1 − e2πi/a a eπi/a − e−πi/a
π
= .
a sen π/a

Ejercicios

6.31. Usando la curva γ del ejemplo 6.15, evalúe la integral

sen2 x
Z ∞
dx.
0 x2

Sugerencia: considere la función compleja f (z) = (1 − e2iz )/z2 .

6.32. Para a > 1 real, evalúe la integral


Z 2π
cos x
dx.
0 a − cos x
6.33. Evalúe las integrales impropias siguientes:
6.4 Integrales impropias y el teorema del residuo 165

1 x2
Z ∞ Z ∞
(a) 4
dx. (d) dx.
−∞ 1 + x 1 + x2 + x4
Z0 ∞
Z ∞
1 eax
(b) dx. (e) x
dx, para 0 < a < 1.
3 −∞ 1 + e
Z0 ∞ 1 + xa
x 1
Z ∞
(c) dx, para −1 < a < 3. (f) dx.
0 (1 + x)3 0 (1 + x2 )2

6.34. Muestre que:


Z ∞ √ Z 2π
x π dx 2π
(a) 2 2
dx = √ . (c) dx = √ , si a > 1.
0 x +a 2a 0 a + sen x a2 − 1

x 2x2 + x + 1
Z ∞

Z ∞
π
(b) 2 2
dx = . (d) dx = .
0 (x + 4) 32 −∞ x4 + 5x2 + 4 6
Capı́tulo 7
Aplicaciones conformes

En geometrı́a clásica, la rigidez de una función es importante: se requiere que


preserve longitud o ángulos. En este capı́tulo mostraremos, para comenzar, que las
funciones complejas f : Ω → C (real) diferenciables y que preservan ángulos (a
las que se conoce como funciones conformes) son las funciones holomorfas cuya
derivada no se anula. Esta interpretación permite visualizar a las funciones holo-
morfas como transformaciones del plano complejo en sı́ mismo, un buen substituto
geométrico a la falta de visualización de la gráfica de una tal función. Por el coro-
lario 5.21 toda función holomorfa inyectiva satisface que su derivada no se anula y
por el teorema de la función abierta 4.25 o 5.20 y el corolario 4.26, toda función
holomorfa inyectiva es biholomorfa y consecuentemente tanto la función como su
inversa preservan ángulos, es decir, son conformes. En la primera sección de este
capı́tulo se prueban las primeras propiedades de las funciones conformes y en la
segunda sección se estudia una familia importante de aplicaciones conformes, las
transformaciones de Möbius. En la última sección se demuestra uno de los resulta-
dos más importantes en este contexto, el teorema de la aplicación de Riemann que
afirma que todo subconjunto propio, abierto y simplemente conexo de C es biholo-
morfo al disco unitario B(0; 1).

7.1. Funciones conformes

En el enfoque de Riemann a la teorı́a de funciones complejas, las funciones que


preservan ángulos juegan un papel importante y este punto de vista geométrico per-
mite visualizar a las funciones como transformaciones del plano en sı́ mismo. Para
motivar los resultados de esta sección comenzamos recordando unos resultados de
álgebra lineal que necesitaremos: si w, z ∈ C, pensándolos como vectores en R2 se
tiene el producto escalar euclidiano usual, con respecto a la base canónica 1 = (1, 0)
e i = (0, 1) de R2 :  
hw, zi := Re wz = Re wz = hz, wi

167
168 7 Aplicaciones conformes

y si w, z ∈ C∗ := C − {0} el número real

hw, zi
cos ϕ :=
|w||z|

define el ángulo ϕ entre w y z. Entonces, una función R-lineal inyectiva T : C → C


preserva ángulos si
hw, zi hT (w), T (z)i
=
|w||z| |T (w)||T (z)|
para z, w ∈ C∗ . O equivalentemente, si para todo z, w ∈ C se tiene que

|Tw||T z|hw, zi = hTw, T zi|w||z|.

Más aún, una función R-lineal T que preserva ángulos se dice que preserva orien-
tación si hw, zi y hTw, T zi tienen el mismo signo. Una función R-lineal inyectiva T
que preserva ángulos con orientación se dice que es conforme, y se dice que T es
anticonforme si preserva ángulos cambiando la orientación.
Lema 7.1. Sea T : C → C una función R-lineal inyectiva. Entonces, T es conforme,
i.e., preserva ángulos con orientación si y sólo si existe un λ ∈ C∗ := C − {0} tal
que T (z) = λ z, para todo z ∈ C.

Demostración. Supongamos que T es conforme. Entonces, T es inyectiva y ası́ 0 6=


T (1, 0) = T (1) =: λ ∈ C∗ . Escribamos T (i) = T (0, 1) =: µλ ∈ C∗ . Entonces, como
1 e i son ortogonales

0 = |T (i)||T (1)|hi, 1i = hT (i), T (1)i|i||1| porque T preserva ángulos


= hT (i), T (1)i = hλ µ, λ i porque T (1) = λ y T (i) = λ µ
= Re(λ µλ ) = |λ |2 Re(µ),

y como |λ |2 6= 0 se sigue que Re(µ) = 0, es decir, µ = ri con r ∈ R. Por lo tanto,


para todo z = x + iy ∈ C se tiene que

T (z) = T (x +iy) = T (1x +iy) = xT (1)+yT (i) = λ x +λ µy = λ x +λ ri = λ (x +ryi)

por lo que

hT (1), T (z)i = hλ , λ (x + ryi)i = Re λ λ (x − ryi) = |λ |2 Re(x − ryi) = |λ |2 x




y usando de nuevo que T preserva ángulos se sigue que

|z||λ |2 x = |1||z|hT (1), T (z)i = h1, zi|T (1)||T (z)|

por lo que

|z||λ |2 x = |λ ||λ (x + ryi)|h1, zi = |λ |2 |(x + ryi)|x, porque h1, zi = x.


7.1 Funciones conformes 169

y ası́ |z|x = |x + ryi|x. Si x 6= 0 se sigue que |x + ryi| = |z| = |x + yi|, es decir, r2 y2 =


y2 , por lo que si y 6= 0 se debe tener que r = ±1. Por lo tanto,

T (z) = λ (x + ryi) = λ (x ± iy), es decir, T (z) = λ z o T (z) = λ z,

y como T preserva la orientación se debe tener que T (z) = λ z, como se querı́a.


Recı́procamente, supongamos que T (z) = λ z con λ ∈ C∗ . Entonces,

(∗) hTw, T zi = hλ w, λ zi = |λ |2 hw, zi

y |Tw| = |λ ||w| y |T (z)| = |λ ||z|. Multiplicando (∗) por |w||z| se sigue que

|w||z|hTw, T zi = |w||z||λ |2 hw, zi = |λ ||w||λ ||z|hw, zi = |Tw||T z|hw, zi

y por lo tanto T preserva ángulos. Note que (∗) dice que hw, zi y hTw, T zi tienen el
mismo signo y ası́ T preserva orientaciones. t
u

Funciones conformes. La importancia de los resultados anteriores, para el caso


de una función arbitraria (real) diferenciable, es que se aplican inmediatamente a la
diferencial de la función: en general, una función f : Ω → C se dice que es conforme
en z0 ∈ Ω si es (real) diferenciable en z0 (vea la proposición 2.6) y su diferencial
T = d f |z0 : R2 → R2 en z0 es conforme, es decir, es inyectiva y preserva ángulos
orientados.
Interpretación geométrica. Si γ : [a, b] → Ω es lisa y t0 ∈ (a, b) satisface que
γ 0 (t0 ) 6= 0 (diremos que f es regular en t0 ), entonces la imagen de γ tiene una
recta tangente bien definida en el punto z0 = γ(t0 ) ∈ Ω en la dirección del vector
γ 0 (t0 ) 6= 0:

γ 0 (t0 )

z0 γ

y note que el ángulo de inclinación de esta recta tangente es arg(γ 0 (t0 )). Supon-
gamos ahora que γ1 , γ2 : [0, 1] → Ω son dos curvas que se intersectan en un punto
z0 = γ1 (t1 ) = γ2 (t2 ) y además son regulares en ese punto. El ángulo entre γ1 y γ2
en z0 es por definición el ángulo arg(γ 01 (t1 )) − arg(γ 02 (t2 )). Ası́, geométricamente
el ángulo entre las curvas γ1 y γ2 en el punto de intersección es el ángulo entre sus
vectores tangente en ese punto:
170 7 Aplicaciones conformes

γ 0 (t1 )

γ1
z0 γ 0 (t2 )

γ2

Por definición este ángulo tiene un signo asignado: el ángulo entre γ2 y γ1 en z0 es


el negativo del ángulo entre γ1 y γ2 en ese mismo punto. Entonces, una función f :
Ω → C es una aplicación conforme en el punto z0 ∈ Ω si es (real) diferenciable en
z0 (vea la proposición 2.6) y preserva los ángulos entre pares de curvas que se cortan
en z0 y que son regulares en ese punto. Se dice que f : Ω → C es conforme si f es
conforme en cada punto de Ω . La primera propiedad que probaremos afirma que las
aplicaciones holomorfas cuya derivada no se anula en un punto son conformes en
ese punto:
Proposición 7.2. Si f : Ω → C es holomorfa y f 0 (z0 ) 6= 0, entonces f es conforme
en z0 .
Demostración. Sean γ1 , γ2 : [0, 1] → Ω dos curvas para las que existen t1 ,t2 ∈ [0, 1]
tales que γ1 (t1 ) = γ2 (t2 ) = z0 ∈ Ω y además γ1 y γ2 son regulares en t1 y t2 , respec-
tivamente. Las composiciones f ◦ γ j : [0, 1] → C son curvas en C y para t j ∈ [0, 1],
por la regla de la cadena se tiene que ( f ◦ γ j )0 (t j ) = f 0 (z0 )γ 0j (t j ). Como γ 0 (t j ) 6= 0
porque las γ j son regulares en t j y como f 0 (z0 ) 6= 0 por hipótesis, entonces las curvas
f ◦ γ j son regulares en t j . Por definición el ángulo entre f ◦ γ1 y f ◦ γ2 en f (z0 ) es

arg( f ◦ γ2 )0 (t1 ) − arg( f ◦ γ1 )0 (t1 ) = arg( f 0 (z0 )γ 02 (t2 )) − arg( f 0 (z0 )γ 02 (t1 ))
= arg f 0 (z0 ) + arg γ 02 (t2 ) − arg f 0 (z0 ) − arg γ 01 (t1 )
= arg γ 02 (t2 ) − arg γ 01 (t1 ),

donde la última expresión es el ángulo entre γ1 y γ2 en z0 . t


u
Ejemplo 7.1. Para la función f (z) = z2 , en z0 = 0 se tiene que f 0 (0) = 0 y para
cualesquiera dos curvas que pasen por el 0 y sean regulares en ese punto, la función
f (z) transforma el ángulo θ entre estas curvas en el ángulo 2θ . Sin embargo este es
único punto donde lo anterior falla, porque 0 es el único cero de f 0 (z). En general,
una función holomorfa no constante, en este caso f 0 (z), se anula en un conjunto de
puntos aislados y por lo tanto la proposición anterior sólo falla en ese conjunto de
ceros de f 0 .

Se tiene la afirmación recı́proca de la proposición 7.2 anterior:


Proposición 7.3. Si f = u + iv : Ω → C es una función conforme y sus partes real e
imaginaria u, v tienen derivadas parciales continuas en Ω , entonces f es holomorfa
y su derivada f 0 no se anula en Ω .
7.1 Funciones conformes 171

Demostración. Por la proposición 2.9 debemos probar que u y v satisfacen las ecua-
ciones de Cauchy-Riemann. Ahora, como las parciales de u y v existen y son con-
tinuas, como función f : R2 → R2 ésta es diferenciable y por el ejercicio 2.22 su
diferencial, en z0 , está dada por la Jacobiana
 
ux (z0 ) uy (z0 )
T :=
vx (z0 ) vy (z0 )

es decir, d f |z0 = T : R2 → R2 es la función R-lineal dada para z = x+iy = (x, y) ∈ R2


por
    
ux (z0 ) uy (z0 ) ux (z0 ) uy (z0 ) x ∂ f ∂ f
T (z) = z= = ·x+ ·y
vx (z0 ) vy (z0 ) vx (z0 ) vy (z0 ) y ∂ x z0 ∂ y z0
∂ f ∂ f
= ·z+ ·z
∂ z z0 ∂ z z0
∂f
y ası́, por el lema 7.1 anterior se debe tener que ∂z = 0, es decir, f satisface las
ecuaciones de Cauchy-Riemann, como se querı́a. t
u

Ejemplo 7.2. En el ejemplo 7.1 vimos que la función f : C∗ → C∗ dada por f (z) = z2
es conforme. Escribiendo z = x + iy ∈ C∗ vemos que u = Re( f ) = x2 − y2 y v =
Im( f ) = 2xy. Observe ahora que las rectas paralelas al eje Y , x = a se transforman,
mediante f , en las curvas con ecuaciones paramétricas

u = a2 − y2
v = 2ay

que, eliminando y quedan como u = a2 −(v/2a)2 , es decir, v2 = 4a2 (u−a2 ), que son
parábolas en el plano UV . Similarmente, las rectas horizontales y = b se transforman
en las parábolas

u = x2 − b2
v = 2bx

que, eliminando x quedan como v2 = 4b2 (u + b2 ). Ahora note que como las rectas
x = a y y = b son perpendiculares en el plano XY (dominio de f ) y como f es
conforme, las parábolas anteriores son perpendiculares en el plano UV :
172 7 Aplicaciones conformes

z 7→ z2-

Ejemplo 7.3. Considere ahora la función exponencial f (z) = ez . Como es holomorfa


en todo C y su derivada es ella misma (y no anula en C), entonces es conforme en
todo C. Ahora, para las rectas verticales x = a en su dominio, escribiéndolas como
z = a + iy, con a fijo, se tiene que f (z) = exp(a + iy) = ea eiy = reiy con r = ea > 0
fijo. Ası́, f transforma la recta x = a en el cı́rculo con centro el origen y radio r =
ea . Similarmente, para las rectas horizontales y = b en su dominio, escribiéndolas
como z = x + bi, con b fijo, se tiene que f (z) = ex ebi = ex (cos b + i sen b) que es
una semirecta (rayo) a partir del origen (pero no incluye al origen) con ángulo de
inclinación b:

z 7→ ez-

Ejemplo 7.4. Considere la función f : C∗ → C dada por f (z) = 12 (z + z−1 ). De


nuevo, f es holomorfa y su derivada es f 0 (z) = 1 − z−2 que no se anula en todo
C − {±1} y por lo tanto f es conforme en C − {0, ±1}. Para z = x + iy, escribiendo
r = |z|, ξ = x/r, η = y/r, note que

1 1
(1) u = Re( f (z) = (r + r−1 )ξ y v = Im( f (z)) = (r − r−1 )η
2 2
como ξ 2 + η 2 = 1, de (1) se sigue que

u2 v2
(2)  2 +  2 = 1
1/2(r + r−1 ) 1/2(r − r−1 )
y
7.1 Funciones conformes 173

u2 v2
(3) 2
− 2 = 1.
ξ η

Note que (2) muestra que la imagen de cada cı́rculo |z| = r < 1 en el plano xy es
una elipse en el plano uv con diámetro mayor r + r−1 y diámetro menor r−1 − r. La
ecuación (3) muestra que la imagen de cada rayo z = ct, con 0 < t < 1, c fijo tal que
|c| = 1, es una rama de una hipérbola. Es claro que todas las elipses e hipérbolas
anteriores son confocales, con focos comunes ±1, y como los cı́rculos |z| = r y los
rayos z = ct con ortogonales en el plano xy, entonces las elipses y las hipérbolas
correspondientes son ortogonales en el plano uv:

z 7→ 21 (z + z−1 )
-

Ejemplo 7.5. La función f (z) = cos


 z transforma la franja vertical 0 < Re(z) < π en
la región C − (−∞, −1] ∪ [1, ∞) :

z 7→ cos z
-
π −1 1

y las rectas verticales x = a ∈ (0, π) − {π/2} (es decir, las rectas z = a + iy, con y
libre, x = a fija) en
1 1
cos z = cos(a + iy) = e−y (cos a + i sen a) + ey (cos a − i sen a)
2 2
cuyas partes real e imaginaria son
1
u= cos a(ey + e−y ) = cos a cosh y
2
1
v = sen a(e−y − ey ) = − sen a senh y,
2
174 7 Aplicaciones conformes

que son las ecuaciones paramétricas, usando las funciones trigonométricas hi-
perbólicas (vea el ejercicio 2.31), de hipérbolas confocales, como se ilustra en la
figura siguiente:

z 7→ cos z
-

Note que la recta vertical Re z = π/2 se transforma en el eje imaginario, ya que para
z = π2 + iy, con y libre, se tiene que
π  i
+ iy = e−y − ey .

cos z = cos
2 2

Ejercicios

7.1. Si T : R2 → R2 es R-lineal, demuestre que T preserva ángulos con signo si y


sólo si existe un real positivo r > 0 tal que para todo w, z ∈ R2 se tiene que hTw, T zi =
rhw, zi.

7.2. Si f = u + iv : Ω → C es (real) diferenciable, demuestre que f preserva orien-


taciones en z0 ∈ Ω si y sólo si el determinante de la Jacobiana en z0 es positivo.
Usando el ejercicio 2.22 concluya que si f es holomorfa, entonces f preserva orien-
taciones.
 
ab
7.3. Sea A = una matriz con entradas reales. Considere la función TA : C →
cd
C inducida por A, es decir,
    
ab x ax + by
TA (z) := Az = = .
cd y cx + dy
 
a b
Demuestre que TA es C-lineal si y sólo si A = y por lo tanto TA (z) =
−c a
(a + ib)z.

7.4. Demuestre que una función R-lineal T : C → C es C-lineal si y sólo si T (i) =


iT (1).
7.2 Transformadas de Möbius 175

7.5. Sea T : C → C dada por T (z) := λ z + µz, con λ , µ ∈ C fijos. Demuestre que
T es una isometrı́a (es decir, |T (z)| = |z|, para todo z ∈ C) si y sólo si λ µ = 0 y
|λ + µ| = 1.

7.6. Muestre que la función f (z) = 12 (z + z−1 ) del ejemplo 7.4 es suprayectiva.
Muestre que para cada w ∈ C − {±1}, la preimagen f −1 (w) consiste de dos pun-
tos, uno en B(0; 1) − {0} y otro en C − B(0; 1). Demuestre que f : B(0; 1) − {0} →
C − [−1, 1] es biyectiva.

7.2. Transformadas de Möbius

Una familia importante de transformaciones conformes es la dada por la trans-


formaciones lineales fraccionarias que son funciones racionales no constantes de la
forma
az + b
T (z) :=
cz + d
con a, b, c, d complejos dados. Conviene
  considerar a la función anterior como una
ab
acción de la matriz compleja A := en el plano complejo y dada para z ∈ C
cd
por la igualdad  
ab az + b
TA (z) = A · z = · z := .
cd cz + d
Observe ahora que si λ ∈ C∗ es un complejo no nulo, la matriz
   
ab λa λb
λA = λ · =
cd λc λd

determina la misma transformación lineal fraccional ya que


 
λa λb λ az + λ b az + b
(λ A) · z = ·z = = = A · z.
λc λd λ cz + λ d cz + d

Claramente una transformación de Möbius es holomorfa en la región Ω = C −


{cz + d = 0} y su derivada es

ad − bc
TA0 (z) =
(cz + d)2
 
ab
donde ad − bc = det A = det . Se sigue que si det A = 0, entonces TA es cons-
cd
tante. Por otra parte, si det A 6= 0, la matriz A es invertible y se dice
 que TA es una
1 d −b
transformación de Möbius. Como la inversa de la matriz A es det A , enton-
−c a
176 7 Aplicaciones conformes
 
d −b
ces la matriz B := determina la inversa de la transformación de Möbius
−c a
ya que
    
ab d −b ab dz − b  (ad − bc)z
TA ◦ TB · z = ·z = = = z,
cd −c a cd −cz + a ad − bc

por lo que TA ◦ TB = id, y similarmente, TB ◦ TA = id, y por lo tanto TA es biyectiva.


Entonces, por la proposición 7.2, las transformadas de Möbius son conformes y
hemos ası́ probado la parte (3) del lema siguiente, que por otra parte se sigue de las
partes (1) y (2) del mismo lema y cuya demostración dejamos como el ejercicio 7.7:

Lema 7.4. Sean A, B matrices complejas 2 × 2 invertibles. Entonces,


(1) TA ◦ TB = TAB .
 
10
(2) TA = id si y sólo si A = aI2 , donde a ∈ C∗ e I2 = es la matriz identidad.
01
(3) TA−1 = TA−1 .
t
u
az+b
Clasificación de las transformaciones de Möbius. Si T (z) = cz+d , diremos que
(1) T es una traslación si T (z) = z + b.
(2) T es una dilatación u homotecia si T (z) = az, con a > 0.
(3) T es una rotación si T (z) = eiθ z.
(4) T es una inversión si T (z) = 1/z.

Proposición 7.5. Toda transformación de Möbius es composición de traslaciones,


rotaciones, dilataciones e inversiones.

Demostración. Si en T (z) = az+b az+b


cz+d se tiene que c = 0, entonces T (z) = d =
(a/b)z + (b/d) donde (a/d) = reiθ por lo que (a/b)z es la composición de una
dilatación con una rotación y ası́ T (z) = reiθ + (b/d) es la composición de una
dilatación, una rotación y una traslación. Si c 6= 0, podemos escribir

bc − ad a c(az + b) az + b
+ = = = T (z)
c(cz + d) c c(cz + d) cz + d

por lo que T (z) es la composición


   
1 bc − ad 1 bc − ad 1 a
z 7→ cz + d 7→ 7→ 7→ +
cz + d c cz + d c cz + d c

donde la primera función es la composición de una dilatación con una rotación y


una traslación, la segunda es una inversión, la tercera es una dilatación seguida de
una rotación y la cuarta es una traslación. t
u
7.2 Transformadas de Möbius 177

Proposición 7.6. Toda transformación de Möbius lleva cı́rculos de C en cı́rculos o


rectas de C.
Demostración. Es claro que traslaciones, rotaciones y dilataciones llevan cı́rculos
en cı́rculos y ası́, por la proposición 7.5, basta considerar el caso de una inversión
ζ = 1/z. Ahora, la ecuación cartesiana de un cı́rculo es de la forma

(∗) A(x2 + y2 ) + Bx +Cy + D = 0

con A, B,C, D ∈ R tales que |A| + |B| + |C| > 0 y |B| + |C| + |D| > 0. Pongamos
z = x + iy y ζ = α + iβ . Substituyendo en z = 1/ζ se obtiene que

1 α − iβ α β
x + iy = = 2 = 2 −i 2
α + iβ α +β2 α +β2 α +β2

por lo que
α −β
x= y y=
α2 + β 2 α2 + β 2
que al substituir en (∗) da
 α2 β2  Bα Cβ
A + + 2 − +D = 0
(α 2 + β 2 )2 (α 2 + β 2 )2 (α + β 2 ) (α 2 + β 2 )

que al simplificar y multiplicar por (α 2 + β 2 ) queda

(†) A + Bα −Cβ + D(α 2 + β 2 ) = 0

que es la ecuación de un cı́rculo si D 6= 0 (ya que los coeficientes en (†) son los
mismos que en (∗) intercambiando A con D y por lo tanto satisfacen las mismas
condiciones) y es una recta si D = 0. t
u

El resultado siguiente es clave para caracterizar las aplicaciones conformes del


disco unitario en sı́ mismo:
Teorema 7.7 (Lema de Schwarz). Sea B(0; 1) = {z ∈ C : |z| < 1} el disco unitario
y supongamos que f (z) es holomorfa en B(0; 1) y satisface que:
(1) | f (z)| ≤ 1 para z ∈ B(0; 1),
(2) f (0) = 0.
Entonces, | f 0 (0)| ≤ 1 y | f (z)| ≤ |z| para todo z ∈ B(0; 1). Más aún, si | f 0 (0)| = 1 o
si | f (z)| = |z| para algún z 6= 0 en B(0; 1), entonces existe una constante c ∈ C tal
que |c| = 1 y f (w) = cw para todo w ∈ B(0; 1).
Demostración. Defina g : B(0; 1) → C mediante
(
f (z)/z si z 6= 0,
g(z) =
f 0 (0) si z = 0.
178 7 Aplicaciones conformes

Claramente g es continua en B(0; 1) porque

f (z) f (z + 0) − f (0)
lı́m g(z) = lı́m = lı́m = f 0 (0) = g(0),
z→0 z→0 z z→0 z−0
donde la segunda igualdad es porque f (0) = 0 por (2). Por el argumento en la de-
mostración de 4.21 la función g es holomorfa en B(0; 1). Note que para 0 < r < 1,
en el disco cerrado |z| ≤ r, por (1) se tiene que | f (z)/z| ≤ |1/z| por lo que
|g(z)| = | f (z)/z| ≤ |1/z| y ası́, para z en el cı́rculo |z| = r se tiene que
f (z) | f (z)| 1
|g(z)| = = ≤

z |z| r

es decir, g(z) está acotada en ese cı́rculo por 1/r y por lo tanto tiene la misma cota en
todo el disco |z| ≤ r por el teorema del módulo máximo 4.24, es decir, |g(z)| ≤ 1/r
para todo z tal que |z| ≤ r. Como esto es válido para todo 0 < r < 1, haciendo
que r → 1 se obtiene que |g(z)| ≤ 1 para todo z ∈ B(0; 1), es decir, | f (z)| ≤ |z|,
como se querı́a. Note también que como f 0 (0) = g(0), entonces | f 0 (0)| = |g(0)| ≤ 1.
Finalmente, si | f (z)| = |z| para algún z ∈ B(0; 1), z 6= 0, entonces |g(z)| = 1 para ese z
y por lo tanto |g| alcanza su máximo en B(0; 1) y ası́, el teorema del módulo máximo
implica que g(z) es constante, digamos c ∈ C, por lo que f (z) = cz, como se querı́a,
porque como |g(z)| = 1, se debe tener que |c| = 1. Similarmente, si 1 = | f 0 (0)| =
|g(0)|, entonces |g| alcanzarı́a su máximo en z = 0 ∈ B(0; 1). t
u

Además del lema de Schwarz 7.7, para caracterizar las aplicaciones conformes
del disco unitario en sı́ mismo el ejemplo siguiente será clave:
Ejemplo 7.6. Si b ∈ C satisface que |b| < 1, considere la transformación de Möbius

z−b
Lb (z) :=
1 − bz

(es de Möbius porque el determinante de la matriz asociada es 1 − |b|2 ) y note que si


b 6= 0 la igualdad 1 − bz = 0 implica que z = 1/b y por lo tanto Lb es holomorfa en
el disco |z| < 1/|b| donde |b| < 1 por lo que 1/|b| > 1 y ası́ Lb es holomorfa en un
disco abierto que contienea la cerradura
 B(0; 1) del disco unitario. Más aún, como
1 −b
la matriz asociada a Lb es , por el lema 7.4 su inversa es la transformada
−b 1
 
1b
de Möbius dada por la matriz , es decir,
b1

z+b
Lb−1 = L−b = .
1 + bz

Se sigue que Lb : B(0; 1) → B(0; 1) es biholomorfa. Más aún, si z = eiθ ∈ ∂ B(0; 1)


se tiene que
7.2 Transformadas de Möbius 179

e − b eiθ − b
|Lb (z)| = =  = 1
1 − beiθ eiθ e−iθ − b
y ası́ Lb (z) ∈ ∂ B(0; 1). Finalmente, note que Lb (b) = 0 y

1 − |b|2
Lb0 (z) =
(1 − |b|2 )2

por lo que Lb0 (0) = 1 − |b|2 y Lb0 (b) = 1/(1 − |b|2 ).


El resultado principal caracteriza las aplicaciones conformes del disco unitario
en sı́ mismo:
Teorema 7.8. Sea f : B(0; 1) → B(0; 1) una función holomorfa. Entonces, f es biho-
lomorfa tal que f (b) = 0 , para b ∈ B(0; 1), si y sólo si existe un complejo c tal que
|c| = 1 tal que f = cLb .

Demostración. Por el ejemplo 7.6 anterior la suficiencia es obvia. Supongamos aho-


ra es biholomorfa tal que f (b) = 0. Entonces, para todo z ∈ B(0; 1) se tiene que
| f (z)| ≤ 1. Entonces, para z0 ∈ B(0; 1) tal que f (z0 ) =: w0 ∈ B(0; 1). Entonces, en la
familia de funciones f con las propiedades anteriores queremos distinguir aquellas
que dan el valor máximo para | f 0 (z0 )|. Por el ejemplo 7.6 anterior las transformadas
de Möbius L−w0 : B(0; 1) → B(0; 1) y Lz0 : B(0; 1) → B(0; 1) son biholomorfas y sa-
tisfacen que Lz0 (z0 ) = 0 y por lo tanto la composición fˆ := Lw0 ◦ f ◦ L−z0 : B(0; 1) →
B(0; 1) satisface que fˆ(0) = Lw0 ◦ f ◦ L−z0 (0) = Lw0 ◦ f (z0 ) = Lw0 (w0 ) = 0 y ası́, por
el lema de Schwarz 7.7, se tiene que | fˆ0 (0)| ≤ 1. Para obtener la conclusión de la
segunda parte del lema de Schwarz 7.7 necesitamos determinar cuándo se tiene que
| fˆ0 (0)| = 1. Para ésto, aplicando la regla de la cadena a la definición de fˆ y por los
cálculos del ejemplo 7.6 anterior, se obtiene que

fˆ0 (0) = (Lw0 ◦ f )0 L−z0 (0) L−z


 0
(0) = (Lw0 ◦ f )0 (z0 ) 1 − |z0 |2

0

= Lw0 0 ( f (z0 )) f 0 (z0 ) 1 − |z0 |2 = Lw0 0 (w0 ) f 0 (z0 ) 1 − |z0 |2


 

1 0 2
 1 − |z0 |2 0
= f (z0 ) 1 − |z0 | = f (z0 )
1 − |w0 |2 1 − |w0 |2

y usando que | fˆ0 (0)| ≤ 1 y que z0 , w0 ∈ B(0; 1), se sigue que

1 − |w0 |2 0 2

(1) 0
| f (z0 )| =
| fˆ (0)| ≤ 1 − |w0 |
1 − |z0 |2 1 − |z0 |2

y se tiene la igualdad si y sólo si | fˆ0 (0)| = 1. Por el lema de Schwarz 7.7, cuando se
tiene la igualdad existe una constante c ∈ C tal que |c| = 1 y fˆ(w) = cw para todo w ∈
B(0; 1), es decir, cw = fˆ(w) = Lw0 ◦ f ◦ L−z0 (w) por lo que w = 1c Lw0 ◦ f ◦ L−z0 (w)
y ası́ 1c Lw0 ◦ f = Lz0 y por lo tanto f = Lw−10 ◦ cLz0 = L−w0 ◦ cLz0 , es decir,

(2) f (z) = L−w0 cLz0 (z) para todo z ∈ B(0; 1).
180 7 Aplicaciones conformes

Ahora, como por hipótesis f es biholomorfa, sea g : B(0; 1) → B(0; 1) su inversa y


note que como f (b) = 0 se tiene entonces que g(0) = b. Aplicando la desigualdad
(1) a f y g con z0 = b y w0 = f (b) = 0 se obtiene que

1 − |0|2 1 1 − |b|2
(3) | f 0 (b)| ≤ 2
= y |g0 (0)| ≤ = 1 − |b|2
1 − |b| 1 − |b|2 1 − |0|2

y note que como id = g ◦ f , entonces 1 = (g ◦ f )0 (b) = g0 ( f (b)) f 0 (b) = g0 (0) f 0 (b),


y multiplicando las desigualdades de (3) se debe tener que
1
1 = |g0 (0)|| f 0 (b)| ≤ (1 − |b|2 ) = 1
1 − |b|2

y por lo tanto las desigualdades de (3) deben ser igualdades, en particular | f 0 (b)| =
1/(1 − |b|2 ) y ası́ se tiene la igualdad en (1), para w0 = 0 y z0 = b, por lo que se
tiene la igualdad (2):

(4) f (z) = L0 cLb (z) = cLb (z)
w−0
ya que L0 (w) = 1−0w
= w, es decir, L0 = id, y (4) es lo que se querı́a demostrar. t
u

Corolario 7.9. Sea Ω C una región simplemente conexa y sea z0 ∈ Ω . Si existe


una función holomorfa f : Ω → C tal que
(1) f (z0 ) = 0 y f 0 (z0 ) > 0;
(2) f es inyectiva;
(3) f (Ω ) = B(0; 1),
entonces, f es única con las propiedades anteriores.

Demostración. Supongamos que f , g : Ω → C satisfacen las propiedades del coro-


lario. Entonces,
g−1 f
f ◦ g−1 : B(0; 1) −→ Ω −→ B(0; 1)
es biholomorfa y satisface que ( f ◦ g−1 )(0) = f (z0 ) = 0 y ası́, por el teorema 7.8
anterior (aplicado a la función f ◦ g−1 y al punto b = 0), existe una constante c tal
que |c| = 1 y además f ◦ g−1 (z) = cL0 (z) = cz para todo z ∈ B(0; 1). Se sigue que
(1/c) f (z) = g(z), es decir, f (z) = cg(z) y por lo tanto 0 < f 0 (z0 ) = cg0 (z), donde
g0 (z0 ) > 0. Por lo tanto c > 0 es real positivo y como |c| = 1 se debe entonces tener
que c = 1, es decir, f = g, como se querı́a. t
u

Transformaciones de Möbius en C∞ . Para comprender mejor el comportamiento


de las transformaciones de Möbius, conviene pensarlas como funciones con domi-
nio el plano complejo extendido C∞ (véase la sección 1.4 del capı́tulo 1), donde
ası́ pensadas juegan un papel importante al iniciar el estudio de las funciones mo-
dulares, de importancia capital en la teorı́a de números y geometrı́a diofantina. Al
7.2 Transformadas de Möbius 181

considerar las transformaciones de Möbius como funciones con dominio C∞ , la for-


ma natural de ver lo anterior es desde el punto de vista proyectivo y aprovechamos
la ocasión para reinterpretar al plano complejo extendido como sigue:
La recta proyectiva compleja. En el espacio vectorial complejo C2 := {(w, z) :
w, z ∈ C} consideramos las rectas complejas que pasan por el origen, es decir, los
subespacios vectoriales complejos de dimensión uno. Note que cada una de estas
rectas ` está determinada por un punto (w, z) distinto del origen (0, 0) y todos los
puntos (0, 0) 6= (w0 , z0 ) ∈ ` satisfacen que (w0 , z0 ) = λ (w, z) para algún λ ∈ C∗ . Es
un ejercicio sencillo 7.12, el probar que la anterior es una relación de equivalen-
cia en el conjunto C2 − {(0, 0)}. A la clase de equivalencia de (w, z) 6= (0, 0) se le
denotará por [w, z] (donde notamos que, geométricamente la clase [z, w] consiste de
todos los puntos de la recta que pasa por el origen (0, 0) de C2 y el punto (z, w)). Al
conjunto de clases de equivalencia se le denota por

P1C = [w, z] : (w, z) ∈ C2 − {(0, 0)}




y se le llama la recta proyectiva compleja.


Observación 7.1. Se tiene una biyección natural
(
w/z si z 6= 0,
ϕ : P1C → C∞ dada por ϕ[w, z] =
∞ si z = 0

con inversa la función


(
[z, 1] si z ∈ C,
ψ : C∞ → P1C dada por ψ(z) =
[1, 0] si z = ∞.

La verificación de ϕ y ψ son inversas una de la otra es rutina, sólo se tiene que


tener en cuenta que w/0 = ∞ si 0 6= w ∈ C. Note que la biyección anterior da otra
naturalización del infinito ∞: en la esfera de Riemann correspondı́a al polo norte N
y en la recta proyectiva compleja corresponde al punto [1, 0].
Ahora, si L : C2 → C2 es una función C-lineal biyectiva, la imagen de cada subes-
pacio unidimensional complejo de C2 es de nuevo un subespacio unidimensional
complejo de C2 y por lo tanto L induce una función biyectiva L : P1C → P1C que,
por la observación 7.1, al componer con ψ y ϕ corresponde a una función biyectiva
TL : C∞ → C∞ , es decir, TL = ϕ ◦ L ◦ ψ. Por otro lado, como las funciones C-lineales
biyectivasL : C2 → C2 corresponden a matrices complejas invertibles 2 × 2, diga-
ab
mos A = , con a, b, c, d ∈ C tales que det A = ad − bc 6= 0, por lo visto an-
cd
teriormente la matriz A induce una función TA = ϕ ◦ A ◦ ψ : C∞ → C∞ que explı́ci-
tamente está dada como sigue: para z ∈ C ⊆ C∞ sea ψ(z) = [z, 1] ∈ P1C ' C∞ el
2 2
  por definición de la función C-lineal A : C → C
punto correspondiente; entonces,
ab
asociada a la matriz A = se tiene que
cd
182 7 Aplicaciones conformes
    
ab z az + b az + b
TA (z) = ϕ ◦ A ◦ ψ(z) = ϕ =ϕ = ϕ(az + b, cz + d) = ,
cd 1 cz + d cz + d

es decir, al restringir TA : C∞ → C∞ a C se tiene una transformación de Möbius. Por


otra parte, para z = ∞ ∈ C∞ se tiene que
     (
ab 1 a ∞ si c = 0,
TA (∞) = ϕ ◦ A ◦ ψ(∞) = ϕ ◦ A[1, 0] = ϕ ◦ =ϕ =
cd 0 c a/c si c 6= 0.

También, para el punto donde se anula el denominador de una transformación de


Möbius usual, es decir, si z = −d/c ∈ C ⊆ C∞ , observe que
      
ab ab −d/c −ad/c + b
TA (−d/c) = ϕ ◦ ◦ ψ(−d/c) = ϕ ◦ =ϕ
cd cd 1 −dc/c + d
−ad/c + b
= = ∞,
0
porque −ad/c + b = −(ad − bc)/c = − det A/c con det A 6= 0 y c 6= 0.
Se tienen los resultados análogos al lema 7.4:
Corolario 7.10. (1) Como la composición de transformaciones lineales es lineal,
se sigue que la composición de transformaciones de Möbius en C∞ es nuevo una
transformación de Möbius en C∞ y además se tiene que

TA ◦ TB = TAB .

(2) TA = id si y sólo si A = λ I2 , con λ ∈ C∗ .


(3) TA−1 = TA−1 .
Se sigue que el conjunto Möb = {TA : C∞ → C∞ es transformación de Möbius} es
un grupo, con la composición como operación. Más aún, si GL(2, C) denota el
grupo lineal general de matrices complejas invertibles 2 × 2, la función

θ : GL(2, C) → Möb

que manda una matriz A a la transformación de Möbius TA es un homomorfismo de


grupos suprayectivo y su núcleo es

ker(θ ) = {A ∈ GL(2, C) : A = λ I2 , λ ∈ C∗ }.

Por el primer teorema de isomorfismo de Noether se sigue que

Möb ' GL(2, C)/C∗ I2 := PSL(2, C),

el grupo lineal proyectivo.

Demostración. Para (1), observe que


7.2 Transformadas de Möbius 183

TA ◦ TB = (ϕ ◦ A ◦ ψ) ◦ (ϕ ◦ B ◦ ψ) = (ϕ ◦ A) ◦ (ψ ◦ ϕ) ◦ (B ◦ ψ) = (ϕ ◦ A) ◦ (B ◦ ψ)
= ϕ ◦ (AB) ◦ ψ = TAB .

Las partes (2) y (3) se prueban como las correspondientes en el lema 7.4, la supra-
yectividad de la función θ es de su definición y la parte algebraica es el ejercicio
7.13. t
u
 
ab
Lema 7.11 (Puntos fijos). Si TA 6= id : C∞ → C∞ con A = , entonces TA tiene
cd
uno o dos puntos fijos.
Demostración. Para el punto ∞ ∈ C∞ , por definición TA (∞) = ∞ si y sólo si c = 0.
Ahora, para los puntos finitos z ∈ C ⊆ C∞ , observe que z es punto fijo de T , es decir,
TA (z) = z, si y sólo si az+b 2
cz+d = z, es decir, si y sólo si cz + (d − a)z − b = 0. Si c 6= 0
la ecuación anterior tiene dos soluciones (contadas con su multiplicidad) y si c = 0
la ecuación (d − a)z  − b= 0 tiene una solución si d 6= a o ninguna si d = a, ya que
ab
b 6= 0 porque A = 6= λ I2 , a = d y c = 0 implican que b 6= 0. t
u
cd
Ejemplo 7.7. Si λ 6= 0, 1, la transformación de Möbius Dλ (z) := λ z tiene como pun-
tos fijos al 0 y al ∞. Recı́procamente, si T es una transformación de Möbius cuyos
puntos fijos son 0 e ∞, escribiendo T (z) = az+b
cz+d , como 0 es punto fijo se debe tener
que b = 0 y a, d 6= 0. Como ∞ es punto fijo se debe tener que c = 0 y por lo tanto
T (z) = azd = (a/d)z, es decir, T (z) = λ z = Dλ (z) con λ ∈ C − {0, 1}.
Proposición 7.12 (3-transitividad). Si z1 , z2 , z3 ∈ C∞ y w1 , w2 , w3 ∈ C∞ son dos
conjuntos, cada uno con tres puntos distintos, entonces existe una única transfor-
mación de Möbius T : C∞ → C∞ tal que

T (z j ) = w j , para 1 ≤ j ≤ 3.

Demostración. (Unicidad): Supongamos que T, L : C∞ → C∞ son dos transfor-


maciones de Möbius que satisfacen la conclusión de la proposición. Entonces,
L−1 ◦ T : C∞ → C∞ es una transformación de Möbius con tres puntos fijos y ası́,
por el lema 7.11 anterior se debe tener que L−1 ◦ T = id, es decir, L = T .
(Existencia): Observe primero que la transformación de Möbius T dada por

(z − z2 )(z1 − z3 )


 si z1 , z2 , z3 ∈ C ⊆ C∞ ,



 (z − z1 )(z2 − z3 )



z − z2




 si z1 = ∞,
 z3 − z2

T (z) :=
z3 − z1


si z2 = ∞,


z − z1








 z − z2


 si z3 = ∞,
z − z1
184 7 Aplicaciones conformes

satisface que T : z1 , z2 , z3 7→ ∞, 0, 1. En forma totalmente análoga se tiene una trans-


formación de Möbius L tal que L : w1 , w2 , w3 7→ ∞, 0, 1. Por lo tanto, la composición

L−1 ◦ T : z1 , z2 , z3 7→ ∞, 0, 1 7→ w1 , w2 , w3

hace lo requerido. t
u

Proposición 7.13 (2-transitividad). Si z1 , z2 ∈ C∞ y w1 , w2 ∈ C∞ son dos con-


juntos, cada uno con dos puntos distintos, entonces existe una transformación de
Möbius T : C∞ → C∞ tal que

T (z j ) = w j , para 1 ≤ j ≤ 2.

Si T̂ es otra transformación de Möbius que satisface lo anterior, entonces T = λ T̂ ,


para algún λ ∈ C∗ .

Demostración. Comenzamos observando que si z1 , z2 ∈ C∞ son dos puntos distin-


tos, entonces existe una transformación de Möbius S tal que S(z1 ) = 0 y S(z2 ) = ∞.
En efecto, z−z
1
 sirve cuando z1 , z2 ∈ C,
z − z2








S(z) = 1
sirve cuando z2 ∈ C y z1 = ∞,


 z − z2





z − z1 sirve cuando z1 ∈ C y z2 = ∞.

Observe ahora que si L es otra transformación de Möbius que satisface lo mismo


que la S anterior, entonces S ◦ L−1 satisface que

S ◦ L−1 : 0, ∞ 7→ z1 , z2 7→ 0, ∞

y ası́, por el ejemplo 7.7 se debe tener que S ◦ L−1 (z) = λ z, para λ 6= 0, 1, y por lo
tanto S = λ L, y la afirmación recı́proca es obvia.
Ahora, si para w1 , w2 la transformación de Möbius R satisface que R(w1 ) = 0
y R(w2 ) = ∞, entonces la composición T := R−1 ◦ S : z1 , z2 7→ 0, ∞ 7→ w1 , w2 . Fi-
nalmente, si T̂ : z1 , z2 7→ w1 , w2 es otra transformación de Möbius con la misma
propiedad que la T anterior, entonces R ◦ T̂ : z1 , z2 7→ w1 , w2 , 0, ∞ y por lo obser-
vado en el párrafo anterior se debe tener que S = λ R ◦ T̂ con λ ∈ C∗ . Pero como
T = R−1 ◦ S, entonces S = R ◦ T que al substituir en S = λ R ◦ T̂ da R ◦ T = λ R ◦ T̂ ,
de donde se sigue que T = R−1 ◦ λ R ◦ T̂ = λ T̂ , como se querı́a. t
u

Clases de conjugación. En el grupo Möb de transformaciones de Möbius de C∞


consideremos la relación de equivalencia dada por la conjugación1 , es decir, L, T ∈
Möb son conjugadas si existe una S ∈ Möb tal que T = S ◦ L ◦ S−1 . Esta es una

1 Vea por ejemplo [11].


7.2 Transformadas de Möbius 185

relación de equivalencia y sus clases de equivalencia se conocen como las clases de


conjugación del grupo Möb.
Ejemplo 7.8. Todas las traslaciones, excepto por cero, son conjugadas.
√ En efecto, si
( b/a)z+c
Ta (z) = z + a y Tb (z) = z + b son dos traslaciones, sea S(z) = √ . Entonces,
a/b
 
1a
como la matriz de Ta es de la forma para Ta , y cambiando a por b se tiene la
01
de Tb , y como
p    p   
a/b pc 1a a/b p−c 1b
=
0 b/a 01 0 b/a 01

del corolario 7.10 se sigue que S ◦ Ta ◦ S−1 = Tb .

Ejemplo 7.9. Consideremos ahora las transformaciones de Möbius de la forma


Dλ (z) = λ z, con λ 6= 0, 1, y queremos determinar cuándo dos transformaciones de
Möbius de esta forma son conjugadas. Supongamos entonces que Dµ es otra trans-
formación de Möbius de la forma anterior, con µ ∈ C − {0, 1}, y que es conjugada
de Dλ , es decir, existe una transformación de Möbius M tal que

(1) Dµ = M ◦ Dλ ◦ M −1 .

Se sigue que M(0) y M(∞) son los puntos fijos de Dµ ya que

(2) M ◦ Dλ ◦ M −1 : M(0), M(∞) 7→ 0, ∞ 7→ 0, ∞ 7→ M(0), M(∞)

ya que, por el ejemplo 7.7, los puntos fijos de Dλ (z) = λ z son 0, ∞. Pero, por (1),
M ◦ Dλ ◦ M −1 = Dµ tiene (por el ejemplo 7.7) los puntos fijos 0, ∞. Se sigue que

{M(0), M(∞)} = {0, ∞}

y se tienen las posibilidades siguientes: M(0) = 0 y M(∞) = ∞ o M(0) = ∞ y


M(∞) = 0. En el primer caso, por el ejemplo 7.7 se tiene que M = Dα , con α 6= 0, 1.
En el segundo caso, si M(z) = az+b
cz+d , como M(0) = ∞ se debe tener que b 6= 0
y d = 0, y como M(∞) = 0 entonces a = 0; se sigue que M(z) = czb = (b/c) 1z ,
es decir, M(z) = δ (1/z) con δ 6= 0. Substituyendo en (1), en el primer caso:
M(z) = Dα (z) = αz, por lo que M −1 (z) = Dα −1 (z) y ası́

µz = Dµ (z) = Dα ◦ Dλ ◦ Dα −1 (z) = Dα ◦ Dλ (α −1 z) = Dα (λ α −1 z) = αλ α −1 z = λ z

y por lo tanto µ = λ . En el segundo caso: M(z) = δ (1/z) por lo que M −1 (z) = δ /z,
y se tiene que

µz = Dµ (z) = M ◦ Dλ ◦ M −1 (z) = M ◦ Dλ (δ /z) = M λ δ /z = δ (z/λ δ ) = λ −1 z




y por lo tanto µ = λ −1 . Juntando los dos casos hemos probado que:


186 7 Aplicaciones conformes

Dλ es conjugado de Dµ ⇔ {λ , λ −1 } = {µ, µ −1 } ⇔ λ + λ −1 = µ + µ −1 .

El número complejo λ + λ −1 depende entonces sólo de la clase de conjugación


de la transformación de Möbius Dλ . Note que como λ 6= 1, no puede suceder que
λ + λ −1 = 2 ya que esto darı́a lugar a la ecuación cuadrática λ 2 − 2λ + 1 = 0 cuya
única solución es λ = 1. Se sigue que λ + λ −1 ∈ C − {2}. Se usará la notación

κ(Dλ ) := λ + λ −1 ∈ C − {2}.

Clasificación de las clases de conjugación. En el lema 7.11 vimos que una trans-
formación de Möbius, distinta de la identidad, tiene uno o dos puntos fijos y a con-
tinuación consideramos esos dos casos:
Caso 1. Supongamos que T (z) = az+b cz+d tiene un único punto fijo. Observe primero
que si el único punto fijo de T es a = ∞, entonces T (z) = z + b es una traslación
con b 6= 0. En efecto, por la demostración del lema 7.11 sabemos que T (∞) = ∞ si
y sólo si c = 0 y por lo tanto T (z) = az + b. Si a = 1, como T 6= id, se debe tener
que b 6= 0 y ası́ T (z) = z + b. Si a 6= 1, entonces T (z) = az + b tiene otro punto fijo,
a saber, z = b/(1 − a), una contradicción.
Supongamos ahora que a 6= ∞ es el único punto fijo de T . Sea S una transforma-
ción de Möbius tal que S(a) = ∞ (para a 6= ∞, S(z) = 1/(z − a) sirve). Entonces,
S ◦ T ◦ S−1 tiene como único punto fijo al ∞ y, por lo visto en el párrafo previo, es
una traslación, digamos S ◦ T ◦ S−1 (z) = z + b con b 6= 0. Por el ejemplo 7.8 todas
las traslaciones no triviales son conjugadas entre sı́.
Caso 2. Supongamos ahora que T (z) = az+bcz+d tiene dos puntos fijos (distintos), diga-
mos a, b ∈ C∞ . Sea S una transformación de Möbius tal que S(a) = 0 y S(b) = ∞.
Entonces, S ◦ T ◦ S−1 : 0, ∞ 7→ 0, ∞ tiene como puntos fijos al 0, ∞. Por el ejemplo
7.7 se debe tener que S ◦ T ◦ S−1 = Dλ , con λ 6= 0, 1. Por el ejemplo 7.9 dos trans-
formaciones de Möbius de la forma Dλ , con λ ∈ C − {0, 1} son conjugadas si y sólo
si tienen el mismo invariante κ(Dλ ) = λ + λ −1 . Ahora, usando que para T con dos
puntos fijos se tiene que S ◦ T ◦ S−1 = Dλ , se define

κ(T ) = κ(Dλ ) = λ + λ −1 .

El ejercicio 7.22 pide probar que si T y R tienen dos puntos fijos, entonces T es
conjugada de R si y sólo si κ(T ) = κ(R). Hemos ası́ probado:
Teorema 7.14. Las clases de conjugación de las transformadas de Möbius son:
(1) La clase formada sólo por la identidad {id}.
(2) Las que tienen un único punto fijo, a las que se llama parabólicas.
(3) Las que tienen dos puntos fijos dan lugar a las clases de conjugación

Ca = {T : C∞ → C∞ : κ(T ) = a ∈ C − {2}},

donde
7.2 Transformadas de Möbius 187

Si a ∈ [−2, 2), se dice que T es elı́ptica.


Si a ∈ (2, ∞), se dice que T es hiperbólica.
Si a ∈ C − [−2, ∞), se dice que T es loxodrómica.
t
u

Ejercicios

7.7. Demuestre las partes (1) y (2) del lema 7.4.


7.8. Encuentre los puntos fijos de una traslación, una dilatación y la inversión.
7.9. Si T es una transformación de Möbius, encuentre condiciones necesarias y su-
ficientes sobre T para que T (S1 ) = S1 , donde S1 es el cı́rculo unitario |z| = 1.
7.10. Si T es una transformación de Möbius, encuentre condiciones necesarias y
suficientes sobre T para que T (B(0; 1)) = B(0; 1), donde B(0; 1) es el disco unitario
|z| < 1.
7.11. Sea f : B(0; 1) → C holomorfa no constante tal que Re( f (z)) ≥ 0 para todo
z ∈ B(0; 1).
(1) Demuestre que Re( f (z)) > 0 para todo z ∈ B(0; 1).
(2) Usando una transformación de Möbius adecuada y el lema de Schwarz 7.7,
demuestre que si f (0) = 1, entonces

1 + |z|
| f (z)| ≤
1 − |z|

para z ∈ B(0; 1).


(3) Si f (0) = 1, demuestre que

1 − |z|
| f (z)| ≥
1 + |z|

7.12. Demuestre que, en C2 − {(0, 0)}, la relación (w, z) ∼ (w0 , z0 ) ⇔ existe λ ∈ C∗


tal que λ (w, z) = (w0 , z0 ) es de equivalencia.
7.13. Demuestre las partes algebraicas del corolario 7.10.
7.14. Demuestre que las transformaciones de Möbius que llevan el disco unitario
sobre sı́ mismo son de la forma
λ (z − z0 )
T (z) = , con |z0 | < 1 y |λ | = 1.
z0 z − 1
7.15. Usando el lema de Schwarz 7.7, demuestre que la identidad es la única apli-
cación conforme biyectiva del disco unitario en sı́ mismo, que fija el origen y tiene
derivada positiva.
188 7 Aplicaciones conformes

7.16. Usando el ejercicio anterior, demuestre que las únicas aplicaciones conformes
biyectivas del disco unitario en sı́ mismo son las del ejercicio 7.14.
7.17. ¿Para qué valores de λ es Dλ elı́ptica o hiperbólica?
7.18. Suponga que una transformación de Möbius T 6= id no tiene al ∞ como punto
fijo. Demuestre que si T es parabólica y a es su punto fijo, entonces T 0 (a) = 1.
7.19. Suponga que una transformación de Möbius T 6= id no tiene al ∞ como punto
fijo. Si T tiene dos puntos fijos, digamos a, b, demuestre que T 0 (a)T 0 (b) = 1.
7.20. Sea T (z) = az+b
cz+d una transformación de Möbius y sea H = {z ∈ C : Im(z) > 0}
el semiplano complejo abierto superior. Demuestre que T manda H en H si y sólo
si a, b, c, d ∈ R y ad − bc = 1.
7.21. Sea Γ := {T (z) = az+b
cz+d : a, b, c, d ∈ Z, ad − bc = 1}. Por el ejercicio anterior
los elementos de Γ mandan el semiplano H en sı́ mismo. Demuestre que, con la
composición de funciones, Γ es un grupo, al que se conoce como el grupo modular.
7.22. Demuestre que si T y R tienen dos puntos fijos, entonces T es conjugada de R
si y sólo si κ(T ) = κ(R).
7.23. Si T tiene dos puntos fijos finitos, digamos a, b ∈ C ⊆ C∞ , demuestre que

κ(T ) = T 0 (a) + T 0 (b).

7.24. Muestre que las transformaciones de Möbius T (z) = 1/z y R(z) = −z son
conjugadas.
7.25. Demuestre que el grupo de Möbius Möb es simple.
7.26. Demuestre que si f : B(0; 1) → B(0; 1) es holomorfa, f 6= id, entonces f tiene
a lo más un punto fijo en B(0; 1), es decir, un punto z ∈ B(0; 1) tal que f (z) = z.
7.27. Sea f : B(0; 1) → B(0; 1) es holomorfa. Demuestre que para todo z ∈ B(0; 1)
se tiene que
1
| f 0 (z)| ≤ .
1 − |z|

7.3. El teorema de la aplicación de Riemann

Si Ω1 , Ω2 son dos regiones de C, diremos que son conformes o equivalentemente


conformes si existe una función biyectiva holomorfa f : Ω1 → Ω2 . Por el teorema
de la función abierta 4.25, la función f anterior es biholomorfa. Como la familia de
funciones holomorfas y biyectivas es cerrada bajo composición (proposición 2.4) e
inversas (corolarios 4.26 y 5.21), se sigue que la relación de equivalencia conforme
anterior es, en efecto, una relación de equivalencia.
7.3 El teorema de la aplicación de Riemann 189

Ejemplo 7.10. Cualquier disco abierto B(z0 ; r), para 0 < r < ∞, es conformemente
equivalente al disco unitario B(0; 1). En efecto, la traslación T : B(z0 ; r) → B(0; r)
dada por T (z) = z − z0 es biholomorfa. La contracción S : B(0; r) → B(0; 1) dada por
S(z) = z/r también es biholomorfa y ası́, la composición S ◦ T : B(z0 ; r) → B(0; 1)
es biholomorfa.

Ejemplo 7.11. El teorema de Liouville 4.18 implica que el plano C no es conforme-


mente equivalente al disco unitario.

Ejemplo 7.12. Sea H := {z ∈ C : Im(z) > 0} el semiplano (abierto) superior. Cla-


ramente H es una región no acotada de C. Mostraremos que H es conformemente
equivalente al disco unitario B(0; 1). En efecto, las matrices
   
1 −i i i
A := y B :=
1 i −1 1

son invertibles y satisfacen que AB = 2iI2 = BA. Para las transformaciones de


Möbius asociadas
z−i iz + i z+1
TA (z) = y TB (z) = =i
z+i −z + 1 −z + 1
se tiene que TA es holomorfa en C − {−i} y TB es holomorfa en C − {1}. Por las
partes (1) y (2) del lema 7.4 se sigue que

TA ◦ TB = TAB = T2iI2 = id = T2iI2 = TBA = TB ◦ TA

y por lo tanto TA y TB son biholomorfas inversas una de la otra. Veamos ahora cuáles
son las imágenes de estas dos funciones:
Para TA observe que, para z = x + iy 6= −i,

|z|2 − 2y + 1 4y 4 Im(z)
1 − |TA (z)|2 = 1 − = =
|z|2 + 2y + 1 |z + i|2 |z + i|2

y por lo tanto, para z ∈ H donde Im(z) > 0 (en particular z 6= −i) se tiene que
1 − |TA (z)|2 > 0 y ası́ |Ta (z)| < 1, es decir, la restricción de TA al semiplano superior
satisface que

(1) TA : H → B(0; 1).

Por otra parte, para TB y z 6= 1,


 1+z 1  1+z 1 + z  1  2 − 2|z|2  1 − |z|2
Im(TB (z)) = Im i = i +i = =
1−z 2i 1 − z 1−z 2 |1 − z|2 |1 − z|2

entonces, para |z| < 1 se tiene que Im(TB (z)) > 0, es decir, la restricción de TB al
disco unitario satisface que
190 7 Aplicaciones conformes

(2) TB : B(0; 1) → H.

Finalmente, como TA y TB son conformes, inversas una de la otra, (1) y (2) implican
que
TA : H → B(0; 1)
es una equivalencia conforme, es decir, el semiplano superior es conformemente
equivalente al disco unitario.

TA -
H  B(0; 1)
TB

Una vasta generalización del ejemplo 7.12 anterior es el resultado principal de


esta sección, uno de los teoremas más profundos de la teorı́a de funciones de una
variable compleja:
Teorema 7.15 (Riemann). Todo subconjunto propio, abierto y simplemente conexo
de C es conformemente equivalente al disco unitario B(0; 1).

Idea de la demostración. Se quiere mostrar la existencia de una función f : Ω →


B(0; 1) holomorfa y biyectiva (a la que se conoce como una aplicación de Riemann).
Supongamos por un momento que ya se tiene una tal función y sea z0 ∈ Ω tal que
f (z0 ) = 0 (z0 es único, porque f es biyectiva). Si g : Ω → B(0; 1) es cualquier otra
función holomorfa tal que g(z0 ) = 0, entonces la composición g ◦ f −1 : B(0; 1) →
B(0; 1) es una función holomorfa del disco unitario en sı́ mismo y satisface que
g ◦ f −1 (0) = 0. Por el lema de Schwarz 7.7 se tiene que |(g ◦ f −1 )0 (0)| ≤ 1 con
la igualdad si y sólo si la función g ◦ f −1 (z) = λ z, para λ ∈ C tal que |λ | = 1.
Ahora, por la regla de la cadena (g ◦ f −1 )0 (0) = g0 ( f −1 (0))( f −1 )0 (0) = g0 (z0 ) f 0 (z1 )
0
y susbtituyendo en la desigualdad |(g ◦ f −1 )0 (0)| ≤ 1 se tiene que

|g0 (z0 )|
= (g ◦ f −1 )0 (0) ≤ 1

0
| f (z0 )|

de donde se sigue que

(1) |g0 (z0 )| ≤ | f 0 (z0 )|

con la igualdad si y sólo si g = λ f , para λ ∈ C tal que |λ | = 1. Dicho en otras


palabras, la desigualdad (1) dice que la aplicación de Riemann f maximiza, en valor
absoluto, la derivada de cualquier función de la familia de funciones holomorfas
Ω → B(0; 1) que se anulan en z0 .
7.3 El teorema de la aplicación de Riemann 191

La discusión anterior sugiere entonces la estrategia para la demostración del teo-


rema de Riemann 7.15: se debe maximizar | f 0 (z0 )| entre la familia F de funciones
holomorfas inyectivas f : Ω → B(0; 1) que se anulan en el punto z0 ∈ Ω . Lo primero
que haremos es mostrar que el problema de maximización anterior tiene solución, y
después, siguiendo una idea de Carathéodory, simplificada por Féjer y Riesz, proba-
remos el teorema de Riemann 7.15. Comenzamos con el problema de maximización
planteado observando que, como es usual en este tipo de problemas, la existencia
de la solución óptima depende sutilmente de propiedades de compacidad y de suce-
siones de funciones uniformemente localmente acotadas. Comenzamos con la parte
topológica:
Lema 7.16. Todo abierto Ω ⊆ C es la unión de una sucesión {Kn } de subconjuntos
compactos tales que
(i) Kn ⊆ int Kn+1 , para todo n, y
(ii) Cada compacto de Ω está contenido en algún Kn .

Demostración. Para cada n ≥ 1 defina los conjuntos abiertos


[ 
Un := {z ∈ C : |z| > n} ∪ B a; 1/n .
a6∈Ω

Entonces, sus complementos


\
Kn := {z ∈ C : |z| ≤ n} ∩ {z ∈ C : |z − a| ≥ 1/n}
a6∈Ω

son cerrados y acotados (por n, por ejemplo) y ası́, son compactos. Note que
\
{z ∈ C : |z − a| ≥ 1/n} = {z ∈ C : d(z, C − Ω ) ≥ 1/n}
a6∈Ω

por lo que este conjunto está contenido en Ω . Se sigue que cada Kn ⊆ Ω . Por otro
lado, si z ∈ Ω , como C − Ω es cerrado, por la proposición 1.23 se tiene que d(z, C −
Ω ) > 0 y ası́ existe un entero n ≥ 1 tal que d(z, C − Ω ) ≥ 1/n y escogiendo n
suficientemente grande,S
para que se cumpla que |z| ≤ n, se tiene que z ∈ Kn . Hemos
ası́ probado que Ω = n Kn . Note ahora que

Kn ⊆ {z ∈ C : |z| < n + 1} ∩ {z ∈ C : d(z, C − Ω ) > 1/(n + 1)} ⊆ Kn+1

donde el conjunto de enmedio es abierto, lo cual demuestra la parte (i) y al mismo


tiempo se sigue que [ [
Ω = Kn = int Kn+1
n n

por lo que {int Kn } es una cubierta abierta de Ω , en particular lo es de cada subcon-


junto compacto K ⊆ Ω y consecuentemente K está cubierto por una familia finita de
conjuntos int Kn , y como estos están encadenados por el lema 7.16 (ii), K está con-
tenido en el mayor de ellos, lo cual prueba (ii). t
u
192 7 Aplicaciones conformes

Familias de funciones continuas. A continuación recolectamos las nociones que


necesitamos sobre familias de funciones continuas u holomorfas. Usaremos la no-
tación C(Ω , ∆ ) para denotar a la familia de funciones continuas f : Ω → ∆ ⊆ C y
denotaremos con O(Ω ) ⊆ C(Ω , C) al conjunto de funciones holomorfas f : Ω → C.
Si F ⊆ C(Ω , C) es una familia de funciones continuas en Ω , diremos que F es
una familia equicontinua si para todo ε > 0 existe un δ > 0 tal que para toda f ∈ F,
si |z − z0 | < δ se tiene que | f (z) − f (z0 )| < ε. Note entonces que toda f ∈ F es una
función uniformemente continua.
Se dice que F es una familia puntualmente acotada si para cada z ∈ Ω existe un
número real M(z) tal que | f (z)| ≤ M(z) para toda f ∈ F. Equivalentemente, si para
cada z ∈ Ω el conjunto { f (z) : f ∈ F} tiene cerradura compacta (vea el ejercicio
7.31).
Una familia de funciones F ⊆ O(Ω ) se dice que es una familia normal si toda su-
cesión de funciones de la familia tiene una subsucesión que converge uniformemen-
te en cada subconjunto compacto de Ω (algunas veces se dice que la subsucesión
converge uniformemente localmente). Note que no se pide que la función lı́mite sea
un elemento de F.
Teorema 7.17 (Arzelà-Ascoli). Si F ⊆ C(Ω , C) es una familia equicontinua pun-
tualmente acotada, entonces F es normal.

Demostración. Sea { fn } una sucesión de funciones fn ∈ F. Sea z1 , z2 , . . . , zn , . . . una


enumeración de los puntos de Ω que tienen parte real e imaginaria en Q. Pongamos
S0 = N. Para el punto z1 , por hipótesis la sucesión { fn (z1 ) : n ∈ S0 } es una suce-
sión (puntualmente) acotada de números complejos y por lo tanto (vea el ejercicio
1.31 de la sección 1.2 del capı́tulo 1) contiene una subsucesión convergente, es de-
cir, existe un subconjunto infinito S1 ⊆ S0 tal que la sucesión { fn1 (z1 ) : n1 ∈ S1 }
converge. Consideremos ahora la subsucesión { fn1 : n1 ∈ S1 } de { fn }. Para el
punto z2 , por hipótesis la sucesión { fn1 (z2 ) : n ∈ S1 } es (puntualmente) acotada y
procediendo como antes existe un subconjunto infinito S2 ⊆ S1 y una subsucesión
{ fn2 : n2 ∈ S2 } de { fn1 : n1 ∈ S1 } tal que { fn2 (z2 ) : n2 ∈ S2 } converge. Recursi-
vamente se obtienen subconjuntos infinitos

(1) · · · ⊆ Sk ⊆ Sk−1 ⊆ · · · ⊆ S1 ⊆ S0 = N

con la propiedad de que existen subsucesiones { fnk : nk ∈ Sk } tales que { fnk (zk ) :
nk ∈ Sk } converge. Note que se tienen inclusiones

(2) { fnk } ⊆ { fnk−1 } ⊆ · · · ⊆ { fn1 } ⊆ { fn }

y para cada k la subsucesión { fnk } converge puntualmente en cada z1 , . . . , zk . Con-


sidere ahora la subsucesión diagonal { frk } cuyo rk -ésimo término frk es el k-ésimo
término de la subsucesión { fnk }. Dicho de otra manera, rk es el k-ésimo término
en Sk (en el orden usual) y poniendo S := {r1 , r2 , . . .} se tiene que la subsucesión
diagonal anterior es { frk : rk ∈ S}. Note que, por las inclusiones de (1), para cada
k hay a lo más k − 1 términos en S − Sk . Se sigue que { frk (z j )} converge para todos
7.3 El teorema de la aplicación de Riemann 193

los puntos z j ∈ Ω con parte real e imaginaria en Q. Ası́, para cada ε > 0 y cada
z ∈ Ω con partes real e imaginaria en Q, existe un entero N(ε, z) tal que

(1) | fm (z) − fn (z)| < ε/3

para todo m, n > N(ε, z) con m, n ∈ S.


Ahora, sea K ⊆ Ω un compacto. Como F es equicontinua, para el ε > 0 anterior
existe una δ > 0 tal que si |z − z0 | < δ se tiene que

(2) | fn (z) − fn (z0 )| < ε/3.

Note ahora que los discos B(w; δ /2), variando z ∈ K, forman una cubierta
abierta de K, y como K es compacto admiten una subcubierta finita, digamos
B(w1 ; δ /2), . . . , B(wM ; δ /2). Observe ahora que los complejos con partes real e ima-
ginaria en Q son densos en Ω y ası́, en cada uno de los discos B(wi ; δ /2) podemos
escoger un complejo zi con partes real e imaginaria racionales, para cada 1 ≤ i ≤ M.
Entonces, por (1) el entero N = máx{N(ε, zi ) : 1 ≤ i ≤ M} satisface que

(3) | fm (zi ) − fn (zi )| < ε/3

para todo m, n > N y 1 ≤ i ≤ M.


Para terminar, si z ∈ K es arbitrario, escojamos un disco de la cubierta tal que z ∈
B(wi ; δ /2) y un zi ∈ B(wi ; δ /2) con partes real e imaginaria racionales. Entonces,
para toda m, n > N, con m, n ∈ S, por (3) y (2) con z0 = zi , se tiene que

| fm (z) − fn (z)| ≤ | fm (z) − fn (zi )| + | fn (zi ) − fm (zi )| + | fm (zi ) − fn (z)|


< ε/3 + ε/3 + ε/3 = ε,

de donde se sigue que la subsucesión { fn : n ∈ S} es de Cauchy y por lo tanto


converge, en el compacto K, como se querı́a. t
u

Una familia de funciones F ⊆ O(Ω ) se dice que es una familia localmente aco-
tada si cada punto z0 ∈ Ω tiene un disco en el cual la familia está acotada por la
misma cota, es decir, existen constantes M y r > 0 tales que | f (z)| ≤ M para toda
z ∈ B(z0 ; r) y toda f ∈ F. Claramente toda familia localmente acotada es puntual-
mente acotada.
Lema 7.18. Una familia F ⊆ O(Ω ) es localmente acotada si y sólo si para cada
subconjunto compacto K ⊆ Ω , existe un número real R(K) tal que | f (z)| ≤ R(K)
para todo f ∈ F y todo z ∈ K.
Demostración. Si F es localmente acotada y K ⊆ Ω es cualquier compacto, por
hipótesis en cada punto z ∈ K se tiene un disco B(z; r) en el cual las restricciones
de las funciones de F están acotadas, digamos por Rr . Como K es compacto y estos
discos cubren K, existe una subcubierta finita de K, digamos B(z1 ; r1 ), . . . , B(zn ; rn ) y
cotas R1 , . . . , Rn para F en cada uno de estos n discos. Sea R(K) = máx{R1 , . . . , Rn }.
Entonces, R(K) es cota de todas las funciones de F al restrigirlas a K. El recı́proco
es directo, usando los compactos B(z; r). t
u
194 7 Aplicaciones conformes

El resultado importante en este contexto es:


Teorema 7.19 (Stieltjes-Osgood-Montel). Sea Ω ⊆ C una región. Si la familia
F ⊆ O(Ω ) es localmente acotada, entonces F es normal.
Demostración. Como F es localmente acotada, es puntualmente acotada. Por el
teorema de Arzelà-Ascoli 7.17 basta probar que F es equicontinua. Por S
el lema 7.16
existe una sucesión de subconjuntos compactos {Kn } de Ω tales que Kn = Ω y
Kn ⊆ int Kn+1 , para todo n. Entonces, para z ∈ Kn ⊆ int Kn+1 existe un δn > 0 tal
que

(1) B(z; δn ) ⊆ int Kn+1 ⊆ Kn+1 .

Ahora, si z1 , z2 ∈ Kn satisfacen que |z1 − z2 | < δn /2, sea γ = ∂ B(z1 ; δn ) orientado


positivamente. Usando que
1 1 z1 − z2
− =
ζ − z1 ζ − z2 (ζ − z1 )(ζ − z2 )

por la fórmula de Cauchy 4.3 se tiene que

1 f (ζ ) 1 f (ζ ) 1 (z1 − z2 ) f (ζ )
Z Z Z
f (z1 ) − f (z2 ) = dζ − dζ = dζ
2πi γ ζ − z1 2πi γ ζ − z2 2πi γ (ζ − z1 )(ζ − z2 )

(z1 − z2 ) f (ζ )
Z
= dζ
2πi γ (ζ − z1 )(ζ − z2 )

y como ζ ∈ {γ}, entonces |ζ − z1 | = δn y ya que |z1 − z2 | < δn /2 se debe tener que


|ζ − z2 | > δn /2 y ası́ 1/|ζ − z2 | < 2/δn , y por lo tanto, de la igualdad que obtuvimos
de la fórmula de Cauchy se sigue que

|z1 − z2 | n | f (ζ )| o
| f (z1 ) − f (z2 )| ≤ sup : ζ ∈ {γ} `(γ)
2π |ζ − z1 ||ζ − z2 |
|z1 − z2 | 2 R(Kn+1 )|z1 − z2 |
< 2
R(Kn+1 ) · 2πδn =
2π δn 2δn

para todo f ∈ F y cualesquieranz1 , z2 ∈ Kn tales


o que |z1 − z2 | < δn /2. Finalmente,
δn δn
dada ε > 0 escogiendo δ < mı́n 2 , R(K ) ε se tiene que si |z1 − z2 | < δ entonces
n+1
| f (z1 ) − f (z2 )| < ε, para toda f ∈ F. Hemos probado ası́ que, para cada Kn , las
restricciones de elementos de F a Kn forman una familia equicontinua. Entonces,
para cualquier sucesión { fn } ⊆ F, al restringirla a K1 es equicontinunua y ası́, por
el teorema de Arzelà-Ascoli 7.17, tiene una subsucesión { fn1 } que converge en K1 .
Restringiendo ahora esta subsucesión a K2 , de nuevo es equicontinua y por lo tanto
tiene una subsucesión que converge en K2 . Procediendo recursivamente, se tienen
conjuntos infinitos de enteros Sk :

· · · ⊆ Sk ⊆ Sk−1 ⊆ · · · ⊆ S1 ⊆ S0 = N
7.3 El teorema de la aplicación de Riemann 195

con la propiedad de que existen subsucesiones { fnk : nk ∈ Sk } ⊆ { fn } tales que sus


restricciones convergen uniformemente en Kn . Como en la demostración del teore-
ma de Arzelà-Ascoli 7.17, el método diagonal da una subsucesión { frk : rk ∈ S} que
converge uniformemente en cada Kn , y ası́, por el lema 7.17, en cada subconjunto
compacto K ⊆ Ω . Se sigue que F es normal. t
u

Procedemos a continuación a demostrar el teorema de Riemann 7.15:

Demostración. Sea Ω C una región simplemente conexa y sea

F := { f ∈ O(Ω ) : f es inyectiva y f (Ω ) ⊆ B(0; 1)};

mostraremos que existe una f ∈ F que es suprayectiva en B(0; 1). Para comenzar,
observe que como f (Ω ) ⊆ B(0; 1), entonces sup{| f (z)| : z ∈ Ω } ≤ 1, para toda
f ∈ F y por lo tanto F es localmente acotada. Por el teorema de Stieljes-Osgood-
Montel 7.19 F es normal si es no vacı́a. Para probar que no es vacı́a, observe que
como Ω C, existe un w0 ∈ C − Ω por lo que la función z 7→ z − w0 no se anula en
Ω , y como Ω es simplemente conexo existe una raı́z cuadrada de esta función, es
decir, existe ϕ ∈ O(Ω ) tal que (ϕ(z))2 = z − w0 . Note ahora que si ϕ(z1 ) = ϕ(z2 )
entonces z1 − w0 = (ϕ(z1 ))2 = (ϕ(z2 ))2 = z2 − w0 y por lo tanto z1 = z2 y ası́ ϕ es
inyectiva. También, si ϕ(z1 ) = −ϕ(z2 ) el mismo argumento muestra que z1 = z2 .
Ahora, como ϕ es inyectiva, el teorema de la función abierta 4.25 ϕ(Ω ) es abier-
to. En particular, para z0 ∈ Ω , ϕ(z0 ) ∈ ϕ(Ω ) es un punto interior, es decir, existe
un disco B(ϕ(z0 ); r) ⊆ ϕ(Ω ), donde podemos escoger 0 < r < |ϕ(z0 )|; note que
ϕ(z0 ) 6= 0 porque (ϕ(z0 ))2 = ϕ(z0 ) − w0 y z0 ∈ Ω . Entonces, el disco B(−ϕ(z0 ); r)
no interecta a Ω ya que si existiera un z ∈ Ω tal que ϕ(z) ∈ B(−ϕ(z0 ); r), se
tendrı́a que |ϕ(z) + ϕ(z0 )| < r y por lo tanto | − ϕ(z) − ϕ(z0 )| < r. Se sigue que
−ϕ(z) ∈ B(ϕ(z0 ); r) ⊆ ϕ(Ω ) y ası́ existe z0 ∈ Ω tal que ϕ(z0 ) = −ϕ(z), y como ob-
servamos antes lo anterior implica que z = z0 y consecuentemente ϕ(z) = −ϕ(z)
de donde se sigue que ϕ(z) = 0 y por lo tanto z − w0 = (ϕ(z))2 = 0, es decir,
w0 = z ∈ Ω , una contradicción. Hemos ası́ mostrado que ϕ(Ω ) ∩ B(−ϕ(z0 ); r) = 0. /
Si ahora se define
r
ψ= :Ω →C
ϕ + ϕ(z0 )
observe que, como ϕ(z) 6= −ϕ(z0 ) para toda z ∈ Ω , entonces ψ es holomorfa, y es
inyectiva porque ϕ lo es. También, para z ∈ Ω , como ϕ(z) 6∈ B(−ϕ(z0 ); r), entonces
|ϕ(z) + ϕ(z0 )| > r y por lo tanto 1/|ϕ(z) + ϕ(z0 )|, 1/r, de donde se sigue que
r r
|ψ(z)| = = < 1,

ϕ(z) + ϕ(z0 ) |ϕ(z) + ϕ(z0 )|

es decir, ψ : Ω → B(0; 1) es holomorfa e inyectiva, por lo que ψ ∈ F y ası́ F 6= 0,/ y


por lo tanto es normal por el teorema de Stieljes-Osgood-Montel 7.19.
Una vez que ya probamos que F 6= 0, / tiene sentido el paso siguiente que es
considerar el problema de maximizar los valores absolutos | f 0 (z0 )| variando f ∈ F.
Sea
196 7 Aplicaciones conformes

µ := sup{| f 0 (z0 )| : f ∈ F}.


Observe que µ > 0 porque las funciones f ∈ F son holomorfas inyectivas y por lo
tanto su derivada no se anula en Ω . Por definición de µ existe una sucesión { fn } ⊆ F
tal que {| fn0 (z0 )|} → µ, y como F es normal, esta sucesión tiene una subsucesión que
converge uniformemente en subconjuntos compactos de Ω (y por simplicidad y no
complicar la notación la seguiremos denotando por { fn }); sea f = lı́m{ fn }. Por el
teorema de convergencia 4.27 de Weierstrass f ∈ O(Ω ) y { fn0 } → f 0 uniformemente
en subconjuntos compactos de Ω . Se sigue que

| f 0 (z0 )| = lı́m {| fn0 (z0 )|} = µ


n→∞

y como µ > 0, lo anterior implica que f no es constante. Ahora, como cada


fn (Ω ) ⊆ B(0; 1), entonces f (Ω ) ⊆ B(0; 1), pero como f : Ω → C es holomorfa no
constante, por el teorema de la función abierta 4.25 f (Ω ) es abierto y consecuen-
temente f (Ω ) ⊆ B(0; 1). Finalmente, observe que como cada fn ∈ F es inyectiva,
entonces f también es inyectiva: en efecto, si z 6= z0 son dos puntos de Ω , ponga-
mos w = f (z) y wn = fn (z), para n ≥ 1. Escojamos un disco cerrado B(z0 ; δ ) que no
contiene a z y además tal que f − w no tiene ceros en ∂ B(z0 ; δ ) (lo cual es posible
porque los ceros de f − w no tienen puntos de acumulación en Ω , por el teorema
de la identidad 4.20). Note ahora que las funciones { fn − wn } → f − w (unifor-
memente en B(z0 ; δ )) y como las fn son inyectivas, las fn − wn no tienen ceros en
B(z0 ; δ ) (porque su único cero es z 6∈ B(z0 ; δ )). Por el teorema de Hurwitz 6.12 las
funciones fn − wn y f − w tienen el mismo número de ceros en B(z0 ; δ ) y consecuen-
temente f − w no tiene ceros en B(z0 ; δ ), en particular f (z0 ) 6= w = f (z), es decir,
f es inyectiva y ası́ f ∈ F. Observe ahora que, para la transformación de Möbius
Lw : B(0; 1) → B(0; 1) del ejemplo 7.6 (donde se muestra que Lw : B(0; 1) → B(0; 1)
es biholomorfa), al componer con f ∈ F se obtiene otra función en F ya que Lw es
biholomorfa y si w = f (z0 ) la composición

f (z) − f (z0 )
L f (z0 ) ◦ f : Ω → B(0; 1) dada por (L f (z0 ) ◦ f )(z) =
1 − f (z0 ) f (z)

satisface además que (L f (z0 ) ◦ f )(z0 ) = 0. Ası́, en F hay funciones ϕ : Ω → B(0; 1)


holomorfas e inyectivas que además satisfacen que ϕ(z0 ) = 0.
Mostraremos ahora que el teorema de Riemann se sigue de lo anterior (por medio
de un truco, ((sacado de la manga)), de Koebe2 ). En efecto, sea f ∈ F una función
que maximiza el valor absoluto |ϕ 0 (z0 )| entre las funciones ϕ ∈ F que satisfacen que
ϕ(z0 ) = 0. Supongamos que f (Ω ) B(0; 1) y sea w ∈ B(0; 1) − f (Ω ). Entonces,
z−w
la composición de f (z) con la transformación de Möbius Lw (z) = 1−wz del ejemplo
7.6,
f (z) − w
(1) Lw ◦ f : Ω → B(0; 1) dada por
1 − w f (z)

2 Literalmente: ((Schmiegungsverfahren)), en la página 845 de [18].


7.3 El teorema de la aplicación de Riemann 197

es holomorfa e inyectiva en Ω y no se anula en Ω porque estamos asumiendo que


w 6= f (z) para todo z ∈ Ω . Como Ω es simplemente conexa, por el corolario 5.14 la
función de (1) tiene una raı́z cuadrada holomorfa en Ω , es decir, existe g : Ω → C
holomorfa tal que
2 f (z) − w
(2) g(z) =
1 − w f (z)

y observe que g es inyectiva (por una demostración similar a la que hicimos cuando
probamos que F 6= 0) / y que no se anula en Ω . Definamos ahora h : Ω → C mediante
h(z) = Lg(z0 ) ◦ g, con Lg(z0 ) la transformación de Möbius del ejemplo 7.6, es decir,

g(z) − g(z0 )
(3) h(z) = ,
1 − g(z0 )g(z)

con g(z0 ) jugando el papel de w en (1) y ası́ h(Ω ) ⊆ B(0; 1). Note también que
h(z0 ) = 0 y que h es inyectiva porque g y Lg(z0 ) lo son. Se sigue que h ∈ F. Ahora,
por la regla de la cadena la derivada de h en z0 es

g0 (z0 )
(4) h0 (z0 ) = (Lg(z0 ) ◦ g)0 (z0 ) = Lg(z
0
0)
(g(z0 )) · g0 (z0 ) = ,
1 − |g(z0 )|2

donde observamos que, como f (z0 ) = 0, de (2) se sigue que |g(z0 )|2 = |w|. Por otra
parte, derivando en z0 ambos lados de (2) y usando que f (z0 ) = 0 se obtiene que

[1 − w f (z0 )] f 0 (z0 ) + [ f (z0 ) − w]w f 0 (z0 )


2g(z0 )g0 (z0 ) = = f 0 (z0 )[1 − ww]
[1 − w f (z0 )]2

y ası́
f 0 (z0 ) 1 − |w|2

0
g (z0 ) =
2g(z0 )
por lo que al substituir en (4) queda
g0 (z ) f 0 (z ) 1 − |w|2  | f 0 (z )|(1 + |w|) | f 0 (z )|(1 + |w|)
0 0 0 0 0
|h (z0 )| = = = =

p
1 − |w| 2g(z0 )(1 − |w|) 2|g(z0 )| 2 |w|)
> | f 0 (z0 )|

y como f ∈ F satisface también que h(z0 ) = 0, la desigualdad anterior contradice la


elección de f que maximiza el valor absoluto de la derivada de funciones en F que
se anulan en z0 . Se sigue que la existencia de w ∈ B(0; 1) − f (Ω ) es falsa y por lo
tanto f (Ω ) = B(0; 1), como se querı́a. t
u

Corolario 7.20. Sólo hay dos clases de equivalencia conforme de regiones simple-
mente conexas: la clase que consta sólo de C y la clase que consta de las regiones
simplemente conexas propias.
t
u
198 7 Aplicaciones conformes

Ejercicios

7.28. Considere la función f : C∗ → C dada por f (z) = 12 (z + z−1 ) del ejemplo 7.4.
Demuestre que:
(7) f se restringe a una función biholomorfa f : B(0; 1) − {0} → C − [−1, 1].
(8) f se restringe a una función biholomorfa f : H → C − {x ∈ R : |x| ≥ 1}.

7.29. Si Ω ⊆ C es una región que es conformemente equivalente a una región sim-


plemente conexa, demuestre que Ω es simplemente conexa.
z
7.30. Demuestre que la función de Koebe f : B(0; 1) → C dada por f (z) = (1−z)2
es
inyectiva. Determine su imagen.

7.31. Si F ⊆ C(Ω , C), demuestre que para cada z ∈ Ω existe un número real M(z)
tal que | f (z)| ≤ M(z) para toda f ∈ F si y sólo si para cada z ∈ Ω el conjunto
{ f (z) : f ∈ F} tiene cerradura compacta. En este caso se dice que la familia F es
puntualmente acotada (vea la página 192).

7.32. En la demostración 7.3 del teorema de la aplicación de Riemann 7.15 se ma-


ximizó el módulo | f 0 (z0 )| para todas las funciones f holomorfas e inyectivas en Ω .
Demuestre que la función f con módulo | f 0 (z0 )| máximo anterior también maximi-
za el módulo de las derivadas en z0 entre todas las funciones ϕ : Ω → B(0; 1) no
necesariamente inyectivas.

7.33. Sean Ω1 , Ω2 dos subconjuntos abiertos propios de C que son simplemente


conexos. Sea f : Ω1 → Ω2 una equivalencia conforme y sea z0 ∈ Ω1 y su imagen
w0 = f (z0 ) ∈ Ω2 . Demuestre que para cualquier función holomorfa inyectiva g :
Ω1 → Ω2 tal que g(z0 ) = w0 se tiene que |g0 (z0 )| ≤ | f 0 (z0 )|.

7.34. Encuentre una función holomorfa f que transforma biyectivamente la región


{z ∈ C : |z| < 1, Re(z) > 0} en el disco unitario B(0; 1).
Referencias

En la bibliografı́a se han listado, de [1] a [8], libros que han sido consultados y
que dan una visión más amplia de los temas desarrollados en las notas. De [10] a
[21] se han incluido algunos artı́culos consultados, ya sea por su relevancia histórica
o para aclarar algunos puntos.
1. Ahlfors, L., Complex Analysis. McGraw Hill, New York, 1966.
2. Conway, J. B., Functions of One Complex Variable I. 2nd. Edition, Springer-Verlag, New
York, 1978.
3. Heins, M., Complex Function Theory. Academic Press, London, 1969.
4. Lang, S., Complex Analysis. Third Edition, Springer-Verlag, New York, 1993.
5. Remmert, R., Theory of Complex Functions. Springer-Verlag, New York, 1991.
6. Rudin, W., Real and Complex Analysis. Third Edition, McGraw Hill, New York, 1987.
7. Saks, S. and A. Zygmund, Analytic Functions. Third Edition, Elsevier, Amsterdam, 1971.
8. Sarason, D., Complex Function Theory. Second Edition, AMS, Providence, 2007.
9. Zaldı́var, F., Introducción a la teorı́a de grupos. Reverté-SMM, México, 2006.
10. Artin. E., “On the Theory of Complex Functions.” Collected Papers, 513-522. Addison-
Wesley, Reading, 1965.
11. Arzelà, C., “Sulle funzioni di linee.” Mem. Accad. Sci. Ist. Bologna Cl. Sci. Fis. Mat. 5 (5)
(1895), 55-74.
12. Arzelà, C., “Un’osservazione intorno alle serie di funzioni.” Rend. Dell’ Accad. R. Delle Sci.
Dell’Istituto di Bologna (1882-1883), 142-159.
13. Ascoli, G., “Le curve limiti di una varietà data di curve.” Atti della R. Accad. Dei Lincei
Memorie della Cl. Sci. Fis. Mat. Nat. 18 (3) (1883-1884), 521-586.
14. Carathéodory, C., “Untersuchungen über die konformen Abbildungen von festen und
veränderlichen Gebieten.” Math. Annalen 72 (1912), 107-144.
15. Dixon, J. D., “A Brief Proof of Cauchy’s Integral Theorem.” Proc. Am. Math. Soc. 29 (3)
(1971), 625-626.
16. Goursat, E., “Démostration du Théorème de Cauchy.” Acta Math. 4 (3) (1884), 197-200.
17. Goursat, E., “Sur la Définition Générale des Fonctions Analytiques d’après Cauchy.” Trans.
Am. Math. Soc. 1 (1900), 14-16.
18. Koebe, P., “Über eine neue Methode der konformen Abbildung und Uniformisierung.”
Nachrichten von der Königlichen der Wissenschaften zu Göttingen. Mathematische-
physikalesche Klasse (1912), 844-848.
19. Montel, P., “Sur les suites infinies de fonctions.” Ann. de l’Ecole Norm. 4 (3) (1907) 233-304.
20. Osgood, W. F., “On the Existence of the Green’s Function for the Most General Simply Con-
nected Plane Region.” Trans. Am. Math. Soc. 1 (3) (1900), 310314.
21. Pringsheim, A., “Über den Goursat’schen Beweis des Cauchy’schen Integralsatzes.” Trans.
Am. Math. Soc. 2 (1901), 413-421.

199
Índice alfabético

abierto, 11 clase de homotopı́a, 127


relativo, 17 clases de conjugación, 185
absolutamente, 26 cociente
acción, 175 de funciones, 28
acumulación, 23 compacto, 19
aislado, 33 completez de C, 24
analı́tica, 48 componente conexa, 19
ángulo composición
entre dos curvas, 169 de funciones, 28
anillo conducta local de una función holomorfa, 130
de funciones holomorfas, 48 conexo, 17
aplicación conforme, 170 conforme, 170
aplicación de Riemann, 190 conformes, 188
aproximación lineal, 41 conjugación, 2
argumento de un complejo, 4 conjugada armónica, 50
conjugadas, 184
biholomorfa, 109, 188 conjugado, 2
bola, 11 conjunto
abierta, 11 abierto, 11
cerrada, 12 cerrado, 12
compacto, 19
cambio de parámetro, 75 conexo, 17
campo convexo, 18, 21
de fracciones, 154 denso, 32
de funciones meromorfas, 154 disconexo, 16
de números complejos, 1 continua
de números reales, 1 en un punto, 29
Cantor, 24 contraer, 122
cápsula convexa, 22 converge compactamente, 110, 157
Carathéodory, 39 convergencia
cero, 103 absoluta, 26
simple, 111, 132 compacta, 110, 157
cerrado, 12 puntual, 93
relativo, 17 uniforme, 93
cerradura, 16 convexo, 18, 21
ciclo, 120 cubierta abierta, 19
ciclos homólogos, 120 curva, 75

201
202 Índice alfabético

cerrada, 63, 75 en una región anular, 145


lisa, 75 versión homológica, 118
lisa por tramos, 75 versión homológica para ciclos, 120
nulhomóloga, 117 fórmula para el número de ceros y polos, 155
regular, 169 fórmulas de De Moivre, 6
curvas fracciones parciales, 139
homólogas, 121 frontera, 15
homótopas, 121 función
abierta, 108
denso, 32 analı́tica, 48
derivada, 37 armónica, 50
à la Carathéodory, 39 biholomorfa, 109
como aproximación lineal, 41 compleja, 28
de la función inversa, 108 conforme, 169, 170
diámetro, 24 continua, 30
diferenciable, 37, 48 de Koebe, 198
dilatación, 176 de Lipschitz, 33
disco, 11 diferenciable, 48
abierto, 11 entera, 103
cerrado, 12 exponencial, 52
de convergencia, 95 hiperbólica, 61
disconexo, 16 holomorfa, 48
distancia, 10 lineal conforme, 168
cordal, 33, 34 logaritmo, 55
entre conjuntos, 31 meromorfa, 154
2-transitividad, 184 modular, 180
periódica, 53
ecuación potencia, 56
de Laplace, 50 racional, 138
ecuaciones de Cauchy-Riemann, 45 trigonométrica, 57
eje trigonométrica hiperbólica, 61
imaginario, 1 uniformemente continua, 30
real, 1
elı́ptica, 187 gran teorema de Picard, 140
equicontinua, 192 grupo, 182
equivalentemente conformes, 188 de Möbius, 182
esfera de Riemann, 35 fundamental, 127
estimación de Cauchy, 90 lineal general, 182
expansión de Laurent, 148 lineal proyectivo, 182
exponencial, 53 modular, 188
extremo final, 17, 63
extremo inicial, 17, 63 hiperbólica, 187
holomorfa, 48
familia homólogo, 120
equicontinua, 192 a cero, 120
localmente acotada, 193 homótopa, 121
normal, 192 homotecia, 176
puntualmente acotada, 192, 198 homotopı́a, 121
fibra, 154 hoyo, 113
de una función, 154
forma a + bi, 2 imagen
forma polar de un complejo, 4 de una curva, 75
fórmula integral de Cauchy de una función, 28
en un disco, 87, 90 inversa, 29
Índice alfabético 203

independencia de la trayectoria, 125 parte real de un complejo, 2


ı́ndice, 115 parte singular, 138
ı́ndice de un ciclo, 120 periódica, 53
ı́ndice de una curva cerrada, 115 perı́odo, 53
integral plano complejo extendido, 33
de lı́nea, 74 polı́gono, 17
de Riemann, 65 polo, 137
de Riemann-Stieljes, 69 en ∞, 140
interior, 16 preservar ángulos, 168
inversión, 176 primitiva, 43
isometrı́a, 175 principio del argumento, 155
producto
Laplace, 50 de funciones, 28
lazo, 122 proyección estereográfica, 34
constante, 122 punto
nulhomótopo, 122 aislado, 33
Leibniz, 58 de acumulación, 23
lema frontera, 15
de Schwarz, 177 interior, 11
lı́mite lı́mite, 23
de sucesiones complejas, 22 punto al infinito, 33
de una función, 29 punto de ramificación, 162
inferior, 26 puntos fijos
superior, 26 de una transformación de Möbius, 183
Lipschitz, 33
lisa por tramos, 63 radio de convergencia, 95
localmente acotada, 193 raı́ces de complejos, 6
logaritmo, 55 rama
longitud de un polı́gono, 64 del logaritmo, 55
loxodrómica, 187 principal del logaritmo, 56
recta proyectiva compleja, 181
métrica rectificable, 64
cordal, 33 refina, 64
módulo, 3 región, 48
módulo de un complejo, 3 anular, 143
meromorfa, 154 anular de convergencia, 144
Morera, 91 simplemente conexa, 126
multiplicidad, 103 reparametrización, 75
residuo, 152
números de Bernoulli, 151 resta
norma de una partición, 66 de funciones, 28
normal, 192 Riemann-Stieljes integrable a lo largo de γ, 69
nulhomóloga, 117 rotación, 176
nulhomólogo, 120
nulhomótopo, 122 segmento, 17
número de vueltas, 115 semiplano
cerrado, 15
operadores de Wirtinger, 49 serie, 26
orden armónica, 27
de un cero, 103 convergente, 26
de un polo, 138 convergente absolutamente, 26
de funciones, 94
parabólica, 186 de la función exponencial, 99
parte imaginaria de un complejo, 2 de Laurent, 143, 148
204 Índice alfabético

de potencias, 95 de isomorfismo de Noether, 182


de Taylor, 100 de la aplicación de Riemann, 190
divergente, 26 de la conducta local de una función
geométrica, 95 holomorfa, 130
infinita, 26 de la función abierta, 108, 131
simple, 111, 132 de la identidad, 104
simplemente conexa, 126 de Liouville, 103
singularidad, 133 de Morera, 91
aislada, 133 de Picard, 140
aislada en ∞, 140 de Rouché, 156
esencial, 139 de singularidades removibles de Riemann,
esencial en ∞, 140 134
removible, 134 de Stieljes-Osgood-Montel, 194
removible en ∞, 140 del módulo máximo, 106
subcubierta finita, 19 del módulo máximo en una región acotada,
sucesión, 22 107
convergente, 22 del módulo mı́nimo, 112
de Cauchy, 24 del módulo mı́nimo en una región acotada,
de funciones, 93 112
de sumas parciales, 26 del residuo, 152
suma fundamental del álgebra, 103
de funciones, 28 transformación de Möbius, 175
suma de curvas, 115 elı́ptica, 187
sumas de Riemann-Stieljes, 69 hiperbólica, 187
sumas parciales, 26 loxodrómica, 187
parabólica, 186
teorema transformaciones lineales fraccionarias, 175
de Arzelà-Ascoli, 192 traslación, 176
de Cantor, 24 trayectoria, 63
de Casorati-Weierstrass, 139 lisa por tramos, 63
de Cauchy en un disco, 101 cerrada, 63
de Cauchy en una región convexa, 85 lisa, 63
de Cauchy para dos cı́rculos concéntricos, opuesta, 76
145 rectificable, 64
de Cauchy, versión homológica, 119 traza
de Cauchy, versión homológica para ciclos, de un ciclo, 120
120 de una curva, 75
de Cauchy, versión homotópica, 123 3-transitividad, 183
de Cauchy-Goursat, 83
de Cauchy-Hadamard, 95 unidad imaginaria, 2
de Hurwitz, 157 uniformemente continua, 30

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