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ColpcclóN ÁCOn¡
En preparación:
Introducción
a"
R' von Póhlmann, Geschichte der sozialen Frage und des Sozialismu¡ in der anti-
ken \Y/elt IL München 1925, p.470. rez, Stuttgart 1965.
DEL MOVIMIENTO DE JESUS A LA ICLESIA CR]STIANA SITUACIÓN SOCIAL DEL CRISTIANISMO PRIMITIVO 179
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buirlas a dos clases diferentes y separadas de miembros de la comu- excepcional e irrepetible con el Jesús terrestr€. Es una situación ideal
nidad de Lucas parece artificial e imposible. En el evangelio la lla- que no se propone sin más como ejemplo a los cristianos del tiempo
mada a la pobreza total se dirige sin restricciones a rodo el que pre- de Lc. Ahor" las circunstancias son otras. Jesús no está físicamente
tende seguir a Jesús (14,33; 12,33; 18,29; 9,57). Tampoco en Hch presente y la comunidad cuenta con un cierto número de cristianos
se pueden distinguir clases diferentes de cristianos respecto a las bien siruados. En vista de estos nu€vos problemas, Lc desarrolla una
posesiones. Todos los creyentes participan igualmente en la entrega serie de normas sobre el uso adecuado de los bienes, que suPonen
de sus bienes y de la propiedad común. Parece que la solución pro- una ética social exigente para el tiempo de la Iglesia, Pero que no es
puesta por Degenhardt proyecta en los escritos lucanos una teología ya el radicalismo total del tiempo de Jesús. Sin embargo, este viejo
y una práctica posterior. ideal mantiene una validez para el presente como crítica de una
comunidad que se encuentra enfrentada con el problema de las
2) \M Schmithalsaa piensa que Lc escribe en una situación de
riquezas y como una exhortación a los ricos.para comPartir genero-
persecución real o inminente y todo cristiano tiene que estar dis-
r"-"nt. sus bienes. La solución de Schottroff-Stegemann me parece
puesto, si tal eventualidad se produce, a renunciar a todos sus bie-
la más acertada y destaca porque metodológicamente investiga de
nes como un coste necesario de su fe en Cristo. Además, exhorta a a comunidad de Lc. Su pro-
participar gustosamente Ios bienes con los hermanos en la fe que llaman exégesis sociohistó-
han quedado desposeídos como consecuencia de la persecución. Por xto sólo es captable adecua-
tanto, la experiencia de renunciar a todos los bienes se refiere a una sociales concretas en las que
situación específica de crisis, en caso de persecución, y no refleja el nació y sobre las que actuó.
destino del cristiano en todo tiempo y lugar.
No hay duda de que muchos textos consideran el efecto de la 5.2. La pobreza radical de los discípulos del Juús terrestre
persecución sobre los bienes y riquezas (6,20-23;74,25-33), pero en
Es indudable que Lc subraya particularmente el desprendi-
varios lugares la exigencia de renunciar a todo no guarda relación
miento radical de los discípulos. Lo dqan todo:5,11.28 (cf. Mc 2,
con ella, sino que es consecuencia de la vocación a ser discípulo de
14); 14,33; 18,22 (cf. Mc 10,21). En este desprendimiento se
Jesus (5,21.28; 14,33; 18,22). uPuede ser que las nubes de la perse- incluye la renuncia a la mujer, que sólo Lc exige: 14,26 (cF. Mr
cución intensifiquen el problema de las posesiones. Pero no parece
10,37);18,29 (cf. Mc 10,29).
que sea éste el motivo principal ni la ocasión para la llamada de
Lucas a la entrega completa de los bienesuat. Lc sabe, por supuesto, que el Reino de Dios que Jesús anuncia
es, ante todo, u.ra buena noticia para los pobres y lo enfatiza con
3) Un nuevo intento de interpretar los diversos datos que encon- fuerza en su escena programática de la presentación de Jesús en la
tramos en Lc ha sido propuesto por L. Schomroff y \fl Stegemann,
sinagoga de Nazaret (4,18) y en su peculiar acentuación del carácter
que ha encontrado la adhesión de varios autoresoo. Se basa en la dis- matériál de las bienaventuranzas (6,20; 7,22).
tinción de las diversas épocas de la historia de la salvación existente
en la obra lucana, tal como la interpreta la obra clásica de Conzel-
mann4t. Las exigencias radicales, la llamada a abandonarlo rodo, es 5.3. El deber de k limosna 1 el peligro de las riquezas
algo del pasado y nacia de la situación extraordinaria del conracto Lc insiste particularmente en el deber de la limosna, tanto en el
evangelio (1I,41; 12,33;16,9) como en los Hechos (9,36; 10,2.4;
aa
nlukas-Evangelist de¡ Armen,, ThViat 12 (1975) 153-167 .
ot
\(¿ o*
L. Schottroff-V. Stegemann (eds.), Drr Gott der kleinen Leute,2 vols., Mün-
6 La nn citada en la nota 42. Pueden verse también chen troff-$?'- ed.), Tiaditionen der Befeiung, München
las obras 1980; Das Er die Armen. Uber die Ursprung det Theolo-
17
El de Lucds, Madrid 1974. gie de én T¿sta en l98l'
SITUACIÓN socTAL DEL cRISTIANISMo PR]MlTIVo
180 DEL MOVIMTENTO DE JESúS A LA ÍCLESTA CRTSI1ANA
lBt
24,17). He aquí lo que antes lla innovación gando por un autorrebajamiento y una apertura a quienes esrán en
históricau introducida por la fe griego que, una situación social inferior (vv. 12-14). En la parábola posterior
a diferencia del semita y vereror ",ot"'Í-..rt. (vv. 15-24) es obvio que los invitados rechazan la llamada por des,
la práctica de la limosna. velos que suponen una muy buena situación económica; y, por eso,
se establece un fuerte contraste con los upobres y lisiados, ciegos y
Un indicio muy claro sobre la naturaleza de la comunidad de Lc
cojosu, que son los definitivamente llamados. En mi opinión, en esre
texto encontramos una exhortación dirigida a cristianos ricos y de
prestigio ¡ al mismo tiempo, percibimos las diferencias sociales y las
tensiones existentes en la comunidad. Lc pretende, ante rodo,
exhortar a los que están en una situación superior y exigirles un
comportamiento de desprendimiento, que les abra a la inviración de
Dios (w. l5-18), y de humildad, que posibilite la vida comuniraria
(*.v. 7 -14) .
El episodio de la conversión de Zaqueo (19,1-10) es clave para de su comunidad: nllama a los pobres, a los lisiadosu (14'13-2I);
comprender la teología lucana sobre las riquezas y los problemas de uderribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes...u
su comunidad. Todos los estudiosos reconocen que este texto lleva (t,5-53).
con claridad especial las señales de la elaboración redaccional. Se
En los famosos sumarios de los Hch (2,42-47; 4,32-35) se Pre-
trata de un ejemplo típico para su comunidad de la conversión de
senta el ideal cristiano de la vida comunitaria como participación de
un rico. La gente rica puede ser cristiana,'porque también a ellos los bienes, solidaridad, igualdad y superación de la pobreza. A la luz
llama Jesús. Zaqreo entrega la mitad de sus bienes a los pobres y
de lo que sabemos de la com n-
devuelve el cuádruplo a quienes haya podido defraudar. Cierta-
gelio y de las tensiones que s os
mente la conversión tiene unas exigencias muy duras, pero no
sumarios responden a proble se
supone ya -como en el tiempo ideal del pasado- la pobreza total y
pretenden r,rp.."r y ttó d.b.tt tomars( li-
el desprendimiento radical de todo. Como respuesta a preguntas de
áad. Incluso p"t."é que la vinculación en Hch entre el ideal de vida
la gente Juan Bautista expone unas normas de ética social que res-
comunitaria á.tp..ttáid" y solidaria (2,44-45) con la celebración de
ponden plenamente a la actitud delZaqueo converrido (3,10-11). la eucaristía Q,42.46) puede ser indicio de que las tensiones en la
Tiene un interés singular comparar la versión de Lucas del man- comunidad de Lc son bastante similares a las existentes en Corinto,
dato del amor a los enemigos en el sermón de la llanura (6,30-35) con que se manifestaban escandalosamente en la celebración de la frac-
la de Mt (5,42-48). Lc Ia reelabore pera inculcar el dar, sin rrclamar .ió.r d.l pan (l Cor ll,l7-34; cf. Sant 2,I-9).
Io que otro te lleve; el prestar sin esperar recibir (cf. Lc 6,30.34.35). Es significativo que los convertidos al cristianismo.de los que se
Parece claro que tensiones de carácter social enfrentaban a los cristia-
nos infoima en Hch sean generalmente Personas de elevada condi-
nos y Lc quiere que quienes gozan de buena situación den y cedan. ción: un eunuco etíope, álto funcionario, que estaba a cargo de
En Lucas encontramos una aclimatación de las exigencias radi- todos los tesoros de la reina de los etíopes (8,27); Cornelio, centu-
primitivo movimiento de Jesús y que expresaban la situa-
cales del rión romano destacado por sus limosnas (10-11); el procónsul.Ser-
ción de sectores realmente pobtes a unas circunstancias diferentes, gio-Paulo en Chipre (ti,tZ); Lidia, la primera convertida. en Filipo,
en que un número importante de gente bien situada forma parte de ér.rnr mercader én púrpura, natural de Tiatira (16,14-15); en Tesa-
Ia comunidad. Puede decirse que Lc propone una espiritualidad lónica uadoradores d. Diotn' que solían ser de buena posición, y nno
para gente rica, con realismo, pero también con exigencia. Es una pocas de Ias muj jeres distin-
guid.s y griegas,
situación de difícil equilibrio, porque, en el momento y comunidad
en que Lc escribe, no parece posible exigir a todos una pobreza total Ii'-o .o" lo q,'. Por Parale-
,lltii,kil
sin enclaustrar al c¡istianismo en una secta pequeña y sin capacidad
de extenderse en el Imperio; pero tampoco incurre en una moral su cul-
que legitime el bienescar de los favorecidos, diluyendo Ia capacidad la cris-
(9,36)-
de innovación histórica de la fe y haciendo de la Iglesia la paráfrasis
simbólica de los poderes establecidos. Prescindiendo del valor históric que sí
parece claro es su interés como indicador de la naturaleza de la igle-
Lucas recuerda a sus lectores bien situados que Jesús se dirigió to.
sia de Lucas
preferentemente a los pobres. Y de forma análoga a como hace Pablo
en las mismas circunstancias, reivindica al pobre como lugar de con-
versión. Lc subvierte los valores de la riqueza y de la salud como sig- '" En varios lugares de Hch se percibe el interés
nos de la elección divina, tal como se veían en Ia ley deuteronómica económica. En I ,l 8 Judas compró un campo con el
(Dt 20,5-8), repetida en Ia ética de Qumrán (1 Q Sa II,5-22; I Q 37 en que Bernabé tenía un campo, lo vendió, trajo
los apóstoles); 3,6, la riqueza de Pedro y Juan no.co
M \/1I,4-6; cf. Lev 21,17-23) y estaba vigente en amplios sectores .n l" [. etr Jesús Nazareno; 6,1ss, la visión entre hel
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sITUAcIÓN SOCLAL DEL CRISTIANTSMO PRIMITIVO rB5
6. La situación social de los cristianos
miento es coherente con el conservadurismo social del autor de las
en las Cartas Pastorales Pastorales, del que ya hemos hablado, y c9n lu preocupación Para
Sabemos que en las Cartas Pastorales encontramos ya, de forma que los gfupos subordinrdos no rraspasen los límites gue les corrcs-
clara, el traslado al seno de la comunidad crisriana de las esrrucru- jo.rd.n"d.,itro de un orden social estratificado y jerarquizadot''
ras patriarcales vigentes en la sociedad. La firmeza eclesial, tanto
doctrinal como institucional, va acompañada de una aceptación
creciente del orden político imperial y de las esrrucruras iociales
vlgentes.
La comunidad cristiana es una realidad social heterogénea, pero
el papel principal corresponde a genre bien situada. Háy esclavos
cristianos (1 T- 6,7-2; -fit 2,9-10), pero se les exhorta desde el
punt_o de vista de sus amos. Para epitcopo debe elegirse aI cabeza de
una buena casa (1 Tm 3,24; de modo similar p".i diá.onos: 1 Tin
3,12).Un caso parecido encontrábamos en lai comunidades de la
primera generación paulina, que eran socialmente heterogéneas,
pero_cuyos líderes se reclucaban enrre amos de casa bien situados que
Ilevaban con ellos a Ia iglesia a sus dependientes y clientes.
El autor de la carta tiene presente, al dar sus consejos, a mujeres
de recursos económicos (l T-- 5,16; 2,9-lO). Sin duda, está pen-
sando en el tipo femenino de Éfeso, donde se encuenrra Timóteo,
que era un rico centro comercial de Asia Menort'.
Hay un neto contraste entre la dura advertencia contra la codi-
cia y el afán de dinero en I Tin 6,6-70, y las suaves y moderadas
recomendaciones que se dirigen a los ricos en I Ti¡ 6, 17-19. Se
puede explicar tal diferencia diciendo que lo que el autor combate
no es la riqueza en sí misma, sino el deseo áe riqueza. Hay que
observar, sin embargo, que esra ética legitim" .ttr" iit.r""ión soiial
esencialmente estárica. Se justifica a los que son ricos, pero se con-
dena a quienes quieren ascender a ese estado social. Este plantea-
degradación c¡istiana.