Você está na página 1de 4

II CIRC.

- CAMARA DE APELACIONES EN LO CIVIL, COMERCIAL, LABORAL Y DE MINERIA

5020/12 : PINOTTI, Dante Javier c/ ETCHEVERRÍA, Simón Horacio S/ DAÑOS Y PERJUICIOS

Fecha: 5/2/2013 Materia: Civil

Tipo Fallo:Sentencia Magistrados: Dr. Hugo Carlos RODRÍGUEZ Dr. Alejandro PÉREZ BALLESTER

Sala: Sumarios Relacionados:

Ver más Fallo completo: 5020/12 Sumarios: 1 2

[CCGP]PINOTTI, Dante J.-05.02.2013

PRUEBA – Prueba irremplazable: frustración de la posibilidad de producirla.


[] 1.
Si alguien tiene a su disposición una prueba irremplazable, que puede definir un juicio a su
favor, y no la ofrece porque, en razón de sus propios y deliberados actos, frustró la
posibilidad de producirla, no puede sorprenderse de que pierda el litigio por falta de pruebas.

PRUEBA – Carga de la prueba: doctrina de las cargas probatorias dinámicas.


[] 2.
El principio de la carga dinámica de la prueba impone la demostración a la parte que, según
las circunstancias del caso, está en mejores condiciones de suministrarla.

En la ciudad de General Pico, provincia de La Pampa, a los cinco días del mes de febrero del
año dos mil trece, se reúne en ACUERDO la Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Laboral
y de Minería de la Segunda Circunscripción Judicial para resolver el recurso de apelación
interpuesto en los autos caratulados "PINOTTI, Dante Javier c/ ETCHEVERRÍA, Simón Horacio S/
DAÑOS Y PERJUICIOS " (expte. Nº 5020/12 r.C.A.), venidos del Juzgado de Primera Instancia Nº
2 de esta Circunscripción y existiendo unanimidad (art. 257, C. Pr.) la CÁMARA dijo:-
-I) El proceso: a) Dante Javier Pinotti inició juicio de indemnización de daños y perjuicios
contra Simón Horacio Etcheverría, por la suma de $ 18.220,98, intereses y costas, en concepto
de daño material, privación del uso del automotor y desvalorización de la unidad (demanda de
fs. 45/51).--
-Dijo que el 10 de julio de 2007 se comunicó telefónicamente con el demandado, propietario de
la "Rectificadora Etche", para pedirle un presupuesto de "una rectificación completa de motor
diesel, cuatro cilindros", de una camioneta Nissan L. D. 20, modelo Vanette, dominio TCF 693,
color blanco, de su propiedad. El 12 de ese mes llevó el vehículo al taller de Etcheverría,
que presupuestó su tarea en $ 4.800 (fs. 7), la que comprendía "la utilización de repuestos
originales de la marca Nissan, con facturación `en blanco´". Se convino un plazo de 10 días
para la entrega y se le dijo que "tendría aproximadamente 500.000 kilómetros para rodar una
vez finalizada la rectificación".--
-Una semana después dio un adelanto ($ 1.500) y el 2/8/06 le avisaron que fuera a retirar el
vehículo; al hacerlo, entregó $ 2.000 y el 15 de setiembre el saldo ($ 1.200), pero el
demandado no le entregó la factura sino una hoja de cuaderno con los montos abonados y la
expresión "pagado total" (fs. 6).--
-La camioneta no respondió "de acuerdo a sus expectativas" y comenzó a efectuar continuos
reclamos en los meses siguientes: perdía y gastaba demasiado aceite, no tenía fuerza, despedía
un humo constante. Decidió concurrir a otro taller, donde le dijeron que tenía que rectificar
el motor, porque no le habían cambiado nada, "a simple vista se ve que a la tapa de cilindro
no se le hizo la rectificación y el conjunto del motor es lo mismo". Únicamente se le hizo
"un cambio de aros, bruñeron las camisas, se juntaron juntas y lo lavaron y pintaron por fuera
para que no se notara". Inmovilizó el vehículo para su reparación en marzo de 2008 y se lo
entregó al demandado; no pudo utilizarlo hasta "su reparación definitiva con otro mecánico en
noviembre de 2009".--
-En octubre de 2008 inició un trámite administrativo en la Oficina de Defensa del Consumidor
de la Municipalidad local, describió sus alternativas y dijo que en marzo de 2009 denunció al
demandado ante la AFIP.--
-Explicó luego en qué consistían sus reclamos en concepto de daño emergente ($ 11.118,98 más
$ 4.800 pagados a Etcheverría), privación de uso del automotor ($ 2.302) y desvalorización
del rodado (30% del monto por el que prospere la demanda).--
-b) Simón Horacio Etcheverría contestó la demanda a fs. 55/63 y pidió su rechazo con costas.-
-
-Luego de diversas negativas (que se hubiera comprometido a utilizar repuestos originales,
que le hubiera garantizado al actor una vida útil del motor de 500.000 kms, etc.), dijo que a
principios de julio de 2007 Pinotti le solicitó un presupuesto para reparar la camioneta
Nissan, que consistía esencialmente en "reparación de la parte de cilindros (no la tapa por
haber sido la misma rectificada con anterioridad en otro taller), juntas, pistones y bruñido
del motor" (presupuesto de fs. 8). Se convino la realización de esos arreglos y en los primeros
días de agosto del mismo año se entregó el vehículo "con el trabajo cumplido". A partir de
allí ignora el trato que el actor le dio al automotor; si presentó alguna falla en los meses
siguientes, ellas se deberían a un cuidado indebido de su parte. "Hasta febrero de 2008, está
fuera de toda discusión que el vehículo Nissan Vanette hubiera presentado fallas como las que
se pretenden", ya que en esa fecha Pinotti concurrió otra vez a su taller, para que reparara
otro vehículo de su propiedad, un camión Mercedes Benz (reclamo de fs. 10/11).-
-El actor, por otra parte, admitió que los problemas de su vehículo comenzaron en marzo de
2008 (nota de fs. 19), siete meses después de haber sido reparado.--
-Cuestionó además Etcheverría los distintos rubros reclamados.--
-c) Se realizó a fs. 73 la audiencia preliminar, en la que se abrió a prueba y se ordenó la
propuesta.--
-El período se clausuró a fs. 176 y alegaron ambas partes (fs. 180/182 y 183/186,
respectivamente).--
-d) La sentencia de fs. 189/196 rechazó la demanda e impuso las costas al actor, que apeló.-
-
-Expresó sus agravios a fs. 203/209 y su oponente respondió a fs. 213/216.-
-II) El recurso: a) El juez llegó a estas conclusiones: 1. El demandado efectuó reparaciones
en el motor de la camioneta de Pinotti en julio de 2007; 2. "las pautas del trabajo fueron
pactadas verbalmente" y se plasmaron en el presupuesto de fs. 8; 3. la tarea finalizó en los
primeros días de agosto del mismo año y el vehículo se entregó a su dueño, que pagó en su
totalidad el precio pactado; 4. con posterioridad, el vehículo presentó desperfectos y requirió
nuevas reparaciones; 5. el accionado ofreció reparar la camioneta a partir del 5/1/09, mediante
una propuesta realizada "al solo fin conciliatorio"; 6. fue durante el transcurso del año 2008
"más precisamente en el mes de marzo y no antes", que se comenzaron a detectar nuevamente
desperfectos en el motor del automotor (fs. 192v. y 193v.); 7. no se puede establecer con
certeza la relación causal entre los daños que presenta el vehículo y los arreglos que le hizo
Etcheverría.--
-b) Tiene particular relevancia la conclusión señalada en el punto 6 precedente, que no es
motivo de agravios: que la camioneta Nissan presentó nuevas deficiencias en el motor recién
en marzo de 2008, siete meses después de que el demandado se la entregara al actor,
supuestamente con los trabajos encomendados ya realizados.-
-Como el apelante no discute ahora esta importante conclusión del a quo, se desploma todo lo
que dijo anteriormente en otro sentido. En su presentación de fs. 13/15, realizada ante la
Oficina de Defensa del Consumidor el 30/10/08, Pinotti manifestó que la camioneta, cuando le
fue entregada, "regulando en caliente se venía al rojo, pérdidas de aceite por todos lados en
el motor". Volvió "seguido reclamando preocupado, y la respuesta siempre fue, quedate tranquilo
que así está bien, tenés motor para rato". La usó ocho meses aproximadamente y recorrió 19.000
kilómetros. El 10/6/08 la llevó a otro taller y allí se enteró de que el demandado no había
realizado bien su tarea.--
-En su demanda, el accionante expresó que, luego de que Etcheverría le entregara la camioneta,
comenzó "con continuos reclamos en los meses siguientes: que perdía y gastaba demasiado aceite,
que no tenía fuerza, que despedía un humo constante y negro" (fs. 47). Decidió concurrir a
otro taller, donde se le dijo que tenía que rectificar el motor. Inmovilizó el vehículo en
marzo de 2008.--
-El testigo Arnaudo declaró que Pinotti le llevó la camioneta a su taller en "octubre del
mismo año", refiriéndose al de la reparación en la rectificadora del demandado, es decir 2007
(fs. 112), pero esto está contradicho por el propio demandante, que expresó que ello ocurrió
el 10/6/08 (fs. 14). El juez entendió que Arnaudo fue confuso al "indicar las fechas en que
acontecieron los hechos" (fs. 192v.) y, como se aprecia, tiene razón.-
-En su declaración de fs. 173/174 Pinotti dijo que fue Garro, que trabajaba con el demandado,
quien le llevó la camioneta a su casa y salieron a probarla; apenas se sentó advirtió que no
andaba bien, el motor no hacía ruido a limpio, no tenía presión de aceite, echaba humo; le
dijo todo eso a Garro, que le contestó que la usara y que la llevara al taller para revisarla,
que se quedara tranquilo.--
-Todo lo que dijo el actor respecto a que había apreciado de inmediato los desperfectos del
motor de la camioneta quedó desvirtuado al consentir que recién en marzo de 2008 los advirtió.
Esta conclusión del a quo se ve fortalecida por un par de circunstancias. Si Pinotti había
advertido tales deficiencias el mismo día en que retiró el vehículo, no se explica que 13 días
más tarde abonara el saldo de precio (fs. 14), sin efectuar entonces los reclamos
correspondientes. Tampoco se entiende por qué el 20 de enero de 2008 -cinco meses después de
haber retirado la camioneta- le llevó a Etcheverry un camión para reparar (reclamo de fs.
10/11). Sin embargo, a fs. 174 pretendió el apelante que "a la semana de haber retirado la
camioneta" le llevó el camión para que lo reparara, "me acuerdo clarito". Esto contradice
abiertamente lo que expresó a fs. 10 y deja dos posibilidades, o la memoria le está fallando
o, simplemente, miente para obtener un fallo a su favor.-
-c) Como recién después de siete meses y 19.000 kilómetros la camioneta Nissan volvió a
evidenciar desperfectos en el motor, se tornaba naturalmente dificultoso establecer si ello
ocurría porque Etcheverría había realizado mal su trabajo o por algún otro factor ajeno a él.
De acuerdo a los principios generales en materia probatoria, le competía al demandante
acreditar la relación causal entre los trabajos que efectuó el accionado y los desperfectos
que presentaba el motor, sin perjuicio del deber de colaboración que le correspondiera a
Etcheverría.--
-Cabe agregar que la camioneta, desde que la adquirió Pinotti en enero de 2007, presentó
problemas, según relató a fs. 173v. Levantó temperatura en el primer viaje, el mecánico Arnaudo
le dijo que tenía "soplada la junta de la tapa de cilindro", la desarmó y lo mandó a la
rectificadora de Sereno para "hacerle un cepillado al asiento de la tapa", una "reparación
menor para poder asentarla sobre la junta nueva"; le dijeron que iba tener que rectificar el
motor a corto plazo y en julio se conectó con Etcheverría.--
-El juez interpretó que habría hecho falta un peritaje "para establecer si el motor ha sido
objeto del trabajo pautado entre las partes y si las fallas que presentaba era producto del
deterioro propio del automotor o producto de haber sido objeto de una deficiente reparación"
(fs. 192v.), de modo que, ante la ausencia de esa prueba, rechazó la demanda.-
-La decisión fue atinada, por tratarse de hechos que para su apreciación se requieren
conocimientos especiales (art. 435, C. Pr.), en este caso sobre mecánica del automotor.--
-Sin embargo, el apelante la critica con distintos argumentos: que el testigo Arnaudo es
mecánico, que la pericia era de cumplimiento imposible y que juegan a su favor las reglas
establecidas en los arts. 3 y 53 de la ley de defensa del consumidor.--
-Es obvio que la prueba de testigos y la de peritos no son equivalentes, de manera que la
pretensión de Pinotti de suplantar a un perito con la declaración de un testigo de su confianza
es insostenible.--
-El juez consideró que Arnaudo no se dedica "al rubro rectificación" y no es una persona
idónea en la materia (fs. 192v.), lo que no está desmentido en las actuaciones. Éstas demuestran
que Arnaudo nunca realizó los trabajos de rectificación que requería el motor, sino que en
cada oportunidad remitió al actor a una rectificadora (Sereno, Etcheverría y la que en
definitiva habría hecho las reparaciones, que no se sabe cuál es), lo que confirma que no es
un experto en la materia. Lo cierto e indiscutible, de todos modos, es que no fue designado
como perito, ni asumió ni dictaminó como tal, ni estuvo sujeto al control y a las
responsabilidades consiguientes. A los peritos el juez los designa de oficio (art. 437, C.
Pr.), lo que asegura su imparcialidad, mientras que a los testigos los proponen las partes,
lo que le permitió al actor arrimar la declaración de una persona de su confianza, que hasta
le prestaba gratis un vehículo durante varios meses, cuando el suyo no estaba en condiciones
(fs. 113).-
-En cuanto a que el peritaje era "imposible", las pruebas no favorecen al recurrente. Cuando
el 30/10/08 presentó su reclamo ante la Oficina de Defensa del Consumidor, pidió expresamente
que se citara "a un perito mecánico que certifique mi reclamo" (fs. 15), lo que evidencia que,
hasta entonces y según sus propias palabras, era posible realizar el peritaje. El 20/2/09, en
su presentación de fs. 26/28), afirmó que tenía órdenes del jefe de ese organismo "de no
retirar mi camioneta por mis medios, sin peritarla y con escribano" (lo remarcado nos
pertenece), lo que confirma que el peritaje era posible.-
-Si dejó pasar el tiempo y promovió su demanda recién el 13/2/2010, luego de hacer reparar la
camioneta en noviembre de 2009, por otro mecánico que no identificó (fs. 47), y de este modo
quedó impedida la posibilidad del peritaje, es indudable que la prueba útil que eventualmente
pudo presentar se frustró por su propio proceder. Si las deficiencias fueron advertidas en
marzo de 2008 y las reparaciones no se hicieron hasta noviembre de 2009, mal puede alegar el
apelante que reparó el vehículo por "la imperiosa necesidad" de contar con él, como argumenta
a fs. 204.-
-Si alguien tiene a su disposición una prueba irremplazable, que puede definir un juicio a su
favor, y no la ofrece porque, en razón de sus propios y deliberados actos, frustró la
posibilidad de producirla, no puede sorprenderse de que pierda el litigio por falta de pruebas.
O Pinotti no confiaba en que el peritaje de un experto demostraría que Etcheverría había
realizado mal su trabajo, o con su negligencoia o desaprensión impidió que se produjera; en
cualquier caso, el resultado es el mismo.-
-d) El art. 3 de la Ley de Defensa del Consumidor en nada favorece al apelante, porque no hay
en este caso "duda sobre la interpretación de los principios" que establece la ley, sino
ausencia de prueba.--
-Con respecto al art. 53, que dispone que los proveedores "deberán aportar al proceso todos
los elementos de prueba que obren en su poder, conforme a las características del bien o
servicio, prestando la colaboración necesaria para el esclarecimiento de la cuestión debatida
en el juicio", el recurrente no explica qué "elementos" pudo arrimar el demandado y no lo
hizo.--
-El principio de la carga dinámica de la prueba impone la demostración a la parte que, según
las circunstancias del caso, está en mejores condiciones de suministrarla, y en esta ocasión
quien estaba en esa situación era precisamente Pinotti, que tenía tanto la camioneta en su
poder como el presupuesto en el que constaban los trabajos realizados por el accionado.--
-El juez, por otra parte, invocó el art. 23 de la misma ley, que prevé un plazo de garantía
de 30 días -salvo previsión expresa y por escrito en contrario- para que el prestador del
servicio corrija las deficiencias o defectos del trabajo realizado. En este caso, los problemas
en el motor fueron advertidos siete meses más tarde. El apelante no hizo, en su expresión de
agravios, ninguna referencia a esta disposición.-
En definitiva, pretende cubrir la ausencia de pruebas demostrativas de sus afirmaciones con
la mera invocación de normas jurídicas inapropiadas para resolver el caso concreto.-
-e) En cuanto a la propuesta conciliatoria del 12/2/09 (fs. 25), rechazada "en todos sus
términos" por el actor el 20/2/09 (fs. 26/28), no fue más que eso, un intento de evitar el
litigio, que de todos modos emprendió Pinotti mucho después, en diciembre de 2010. Está claro,
asimismo, que nunca el demandado reconoció en plenitud los reclamos del actor, que eran mucho
mayores (fs. 27).--
-Por todo ello, el recurso de apelación debe ser rechazado, con costas.
-Por ello la CÁMARA DE APELACIONES: --
-RESUELVE: I.- Rechazar el recurso de apelación interpuesto por el actor a fs. 199, con
costas.-
-II.- Regular los honorarios de alzada de los Dres. Liliana Mónica Márquez, Ariel Alberto
Levra y Gerardo M. Moiraghi en el 30% de los fijados para primera instancia, más el IVA si
correspondiere.-
-Protocolícese, notifíquese y oportunamente devuélvase al Juzgado de origen.--

Dr. Hugo Carlos RODRÍGUEZ


Dr. Alejandro PÉREZ BALLESTER

© 2005-2009 - Poder Judicial de La Pampa

Você também pode gostar