Você está na página 1de 9

REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

SEMINARIO TEOLOGICO BAUTISTA DE VENEZUELA

APORTES QUE HA DADO EL CRISTIANISMO A LAS ARTES Y LA


POLITICA

UN TRABAJO PRESENTDO AL LICDO. ENDER CARMONA EN EL


CUMPLIMIENTO PARCIAL DE LOS REQUISITOS EXIGIDOS EN LA
MATERIA HISTORIA DEL CRISTIANISMO II.

INTEGRANTE

BARRIOS COLMENARES FRANYIMAR F.

LOS TEQUES, ESTADO MIRANDA


Son muchas las cosas que se deben a la herencia cristiana aparte de la fe religiosa. A través
de ella se traza la evolución del arte, se tiene una concepción del derecho romano que tanto
ha contribuido a modelar el mundo occidental, una concepción de la moral privada y
pública. Y a través de esa herencia que hay, en las literaturas de Grecia y Roma, nuestros
modelos literarios comunes. La unidad del mundo occidental reside en esa herencia, en el
cristianismo y en las antiguas civilizaciones griega, romana y hebrea; a las cuales a través
de dos mil años de cristianismo, se remonta nuestra ascendencia. El verdadero vínculo es
esa unidad de elementos culturales comunes. El cristianismo da el marco de la cultura
europea y con ella al mundo occidental. Tiene que ver al igual que Grecia y Roma con los
orígenes culturales de lo que se denomina occidente. De igual forma por mucho tiempo y
en su condición de minoría los cristianos protestantes mantuvieron una actitud de
abstención política, por el contrario en el catolicismo, el poder institucional de la iglesia en
Europa quiso a todos los territorios en los que las potencias caóticas europeas establecieron
su control colonial, sea como fuere los asuntos en materia de política tuvieron una
injerencia muy significativa en el desarrollo del testimonio cristiano alrededor del mundo,
pero esta relación entre el cristianismo y la política muchas veces tensa pues representó una
de las áreas de mayor conflicto en el periodo histórico del cristianismo.

El Cristianismo y las Artes

El arte paleocristiano tuvo que abrirse un camino en medio de grandes dificultades, de


manera que hasta el siglo III no aparecieron expresiones artísticas propiamente dichas, ni en
la arquitectura, ni en la pintura ni en la escultura, porque los cristianos todavía permanecían
deudores de su inculturación inicial en el judaísmo que repudiaba cualquier actuación en el
terreno del arte por la prohibición bíblica de realizar cualquier imagen de Dios “Éxodo
20:4”, este influjo se advierte en los principales escritores cristianos del momento, tanto de
Oriente como de Occidente.
La influencia del helenismo y su contacto con los pueblos orientales otorgaron fisonomía y
características propias al arte llevado a cabo en el momento. La fe cristiana y el cela por la
ortodoxia llevaron un fuerte sentido de identidad y centralización por lo que Constantinopla
se transformó en un centro de irradiación de cultura inmersa en arte de tradición
grecorromana pero aun así noblemente influenciado por el helenismo.
En el principio los cristianos se reunían en casas particulares, es de suponerse que no había
en ellas decoraciones especiales relativas a la fe cristiana. Pero tan pronto como los
cristianos empezaron a tener sus propios cementerios las catacumbas e iglesias, comenzó a
desarrollarse el arte cristiano. Este arte se encuentra en los frescos de las catacumbas e
iglesias, y en las sepulturas que algunos de los cristianos más pudientes se hacían labrar.

Naturalmente, puesto que ese era el acto central de adoración de la comunidad cristiana, las
escenas alusivas a la comunión son relativamente frecuentes. En algunos casos esas escenas
consisten en un cuadro que representa la comunión misma o la cena del Señor en el
aposento alto. En otros casos se trata sencillamente de un cesto con panes y peces. La
presencia del pez en estos cuadros y en otros contextos se debe a que el pez fue uno de los
primeros símbolos cristianos. Esto se debía a que la palabra “pez” en griego “ichthys”
podía interpretarse como un acróstico que contenía las letras iníciales de la frase “Jesús
Cristo, Hijo de Dios, Salvador”.

El simbolismo del pez aparece, no sólo en el arte pictórico, sino también en algunos de los
más antiguos epitafios cristianos en verso. Así, por ejemplo, el epitafio de Abercio, obispo
de Hierápolis a fines del siglo segundo, dice que la fe alimentó a Abercio con un pez de
agua dulce, muy grande y puro, pescado por una virgen inmaculada. Y otros epitafios
semejantes se refieren a la raza divina del pez celestial y a “la paz del pez”. Otras escenas
en el arte cristiano primitivo se refieren a diversos episodios bíblicos: Adán y Eva, Noé en
el arca, el agua que brota de la roca en el desierto, Daniel en el foso de los leones, los tres
varones en el horno ardiente, Jesús y la samaritana, la resurrección de Lázaro entre otros en
general se trata de un arte sencillo, de valor simbólico más bien que representativo. Así, por
ejemplo, Noé aparece en un arca que es apenas suficientemente grande para sostenerlo a él.

Entre los mil años que van desde 500 hasta el 1500 se les denomina “mil años de
incertidumbre” es allí donde se muestra como la idea de la cristiandad llego a ser el
principio unificador de Europa occidental en lugar del imperio romano. Occidente era el
centro de toda actividad cristiana, aunque la iglesia se vio desafiada en la evangelización de
los pueblos barbaros invasores y la incorporación de nuevas culturas. Pero en el oriente el
movimiento musulmán estaba prácticamente tomado en sus manos y es en este tiempo que
se produjeron grandes cambios en la vida de la iglesia europea y en sus pueblos pues
presentaron luchas contra herejías emergentes del Islam.

Un cambio notorio fue el avivamiento y redescubrimiento de la cultura greco-latina


estimulo en Italia y luego en Europa el surgimiento de un nuevo arte manifestado en la
pintura, la arquitectura, la escultura y la literatura. Los eruditos de la época se interesaron
en el estudio de la historia, la crítica histórica y literaria, y en la investigación e invención
científica.

En la literatura hubo una clara separación entre la cultura cortesana y la burguesa, cada una
representaba una realidad entre las dos corrientes que aparecieron en la iglesia entre los
agustinos que llevo la ciencia experimental y los tomistas que fueron influenciados por el
misticismo, y como fruto del renacer científico apareció una serie de ensayos sobre
geografía y astronomía. En la pintura, muchos padres griegos entre ellos Clemente de
Alejandría consideraba que el prohibir las imágenes de los Diez Mandamientos era
mandataria para los cristianos puesto que las imágenes y estatuas religiosas pertenecían al
mundo de lo pagano, aunque el mismo Clemente sugiere que se usen imágenes que sin ser
especificas en lo cristiano se les da una interpretación como tal por lo que propone el uso de
una paloma, pez, un ancla entre otros.

En la arquitectura, justo después de la conversión de Constantino la iglesia gozo mayor


libertad en la expresión pública de su fe. La construcción de grandes templos y el desarrollo
del arte arquitectónico junto con esculturas y arte decorativo fueron alentados por la corona
misma, los mosaicos pintados con temas del evangelio y la creación de de símbolos del arte
cristiano bizantino que se llevó a cabo a partir del siglo VI por el Imperio Romano oriental,
siendo la ciudad de Constantinopla, la capital del imperio romano del este, el centro
artístico más importante de este período, siendo en el siglo XV cuando se extiende a los
países del este de Europa. Estos elementos artísticos no se limitaron a ser meras
expresiones plásticas o solo arte, sino que se integraron como forma fundamentales del
culto cristiano y estuvieron muy ligadas a sus manifestaciones litúrgicas. En estas pinturas
y esculturas la forma humana no ocupo un lugar destacado y los artistas solo se limitaron al
a copiar los modelos tradicionales, razón por la cual sus obras resultaron brillantes y llenas
de coloridos pero carentes de expresividad. Por este tiempo también se verifico un gran
enriquecimiento en los ornamentos y elementos decorativos en el templo, lo que
comenzaron a dignificar la estética del lugar del culto, ejemplo de eso lo podemos observar
en la construcción de Justiniano con la iglesia Santa Sofía que fue un gran logro
arquitectónico, luego de la invasión musulmán la transformaron en una mezquita dejando
el mismo nombre Santa Sofía.

En la actualidad la herencia artística de Occidente se halla tan fuertemente identificada con


las imagines católica que nadie se atrevería negar la influencia de la iglesia. Estas
influencias artísticas las podemos encontrar en los grandes templos de la iglesia católica
donde en su mayoría aun hacen alusiones con imágenes de deidades a las cuales ellos hacen
devoción, y del cual hoy en día en las iglesias anglicanas o luteranas estas pinturas y
esculturas son utilizadas en algunos casos con fines decorativos. También en este caso el
influjo del catolicismo en el arte occidental va mucho más allá del simple suministro de
temas. La mera existencia de muchas de nuestras obras maestras es en sí misma un reflejo
de las ideas católicas. En el oriente este arte aun ejerce influencia en las mezquitas pues
ellos han adherido a sus templos estas expresiones artísticas cargadas de mosaicos y un arte
severo.

El Cristianismo y la Política.

Por mucho tiempo y en su condición de minoría en Europa los cristianos protestantes


mantuvieron una actitud de abstencionismo político, cuando no de hostilidad hacia todo lo
que tuviese que ver con la política. Por el contrario el catolicismo, el poder institucional de
la iglesia en Europa quiso proyectarse a todos los territorios en los que las iglesias católicas
establecieron su dominio colonial. Sea como fuere, las cuestiones políticas tuvieron una
injerencia muy significativa en el desarrollo del testimonio cristiano alrededor del mundo,
esta relación a veces tensa represento en muchas ocasiones una de las áreas de mayor
conflicto en la historia del cristianismo.

El catolicismo ejerció una fuerte influencia logrando estabilidad política desde el siglo
tercero en Europa, ya que todos los reinos pudieron ser controlados y sometidos
ideológicamente por medio de la naciente iglesia medieval. Surgiendo así el feudalismo,
sistema de explotación que permitía el poder en los feudos y control social por medio de la
iglesia y el estado. Todo aquel que no estaba de acuerdo con la iglesia era sometido,
perseguido y torturado. Cuando surgió la Reforma protestante, se logró romper con las
ataduras medievales de la Iglesia, esto permitió una apertura, primero en lo religioso, y
después en lo económico y lo político. En lo económico, se cambió de feudalismo a
Capitalismo, en lo político se cambió de las monarquías a las repúblicas, y se separó la
Iglesia del estado.

Cuando el Imperio Romano distinguió la religión cristiana respecto del judaísmo, y se


percató de su peligrosidad, promulgó leyes especialmente dirigidas contra los cristianos por
lo que se estableció la persecución que afecto a miles de cristianos. Ya en el 312 con la
conversión del emperador Constantino se dice que nació oficialmente la cristiandad pues el
dio la libertad de profesar la fe, y no fue sino hasta el 380 con el emperador Teodosio
decretó en todas sus provincias el profesar la fe del apóstol Pedro, de este modo, el
cristianismo que por mucho tiempo había sido la fe de una minoría pobre y perseguida,
llego a transformarse en la religión establecida de Roma, mientras que la aristocracia, las
clases medias altas permanecieron mayormente impermeables a su mensaje. Pero ya en el
siglo V, los miembros de estas clases habían asumido posiciones claves en la jerarquía
eclesiásticas, y fueron ellos los que dieron origen al Papado a mediados de este siglo, y fue
así como la autoridad “divinamente ordenada” sobre todos incluso sobre el emperador fue
reconocida. Y fue así como el emperador termino viéndose solo como un representante
temporal y el estado se encargó de imponer la disciplina en la iglesia y de combatir y
castigar a los herejes y paganos. Respaldada por los edictos imperiales la iglesia llevó a
cabo su tarea evangelizadora pero desde una posición de poder. A lo largo de la edad medio
este matrimonio de Iglesia y estado fue visto como plan divino, fuera de la iglesia no había
salvación y la tarea del estado era la de garantizar la misión trascendente de la iglesia.

En los años de 1450 justo con la caída de Constantinopla en la política se establecieron


monarquías absolutas y se disminuyó la importancia del papel y los parlamentos. Durante la
reforma el Imperio estaba acosado por la conciencia de sentimientos étnicos y nacionales.
La consecuencia eran que las agresivas demandas de los grupos nuevos no podían ser
satisfechas por los representantes de las tierras alemanas: los príncipes y los nobles. La
Reforma suministró una nueva teología de la autoridad política y de la relación entre el
hombre cristiano y la autoridad. En cuanto al contexto social, el sistema feudal estaba
siendo amenazado por el crecimiento de una nueva clase, la burguesía, interesada en el
comercio y el intercambio. Los pequeños pueblos se iban convirtiendo en centros urbanos,
y existía un nuevo sentimiento de independencia de los señores feudales. Los campesinos
explotados estaban listos para rebelarse, y así lo hicieron durante la Reforma. Los
acontecimientos y las profundas transformaciones sociales que se produjeron en Europa a
lo largo del siglo XIX y XX fueron un gran desafío para la iglesia Romana puesto que le
quitaron protagonismo y la distanciaron de la realidad, y durante la Revolución Francesa la
iglesia Romana no logro sobreponerse de la caída del absolutismo monárquico con el cual
por años estuvo cómoda y fue en este tiempo que se establecieron nuevas formas políticas.

A raíz del crecimiento de la Reforma Protestantes y el pensamiento anabaptista la iglesia


debería estar separada del estado por lo que este no deberá ejercer influencia sobre las
iglesias y esto de acuerdo con los principios bautistas. Al transcurrir los años se crearon
aspectos fundamentales que tienen que ver en la mayoría de las legislaciones, el derecho, de
lo que se llama el mundo occidental tiene su base en el cristianismo, en la Biblia, en los
diez mandamientos, esto ha ido cambiando lentamente, dependiendo de la vertiente
cristiana desde donde se mire. El derecho romano fue influido por el cristianismo. De todas
maneras el Cristianismo ha jugado un papel importante en la idea de la separación entre lo
jurídico y lo religioso al incluir un mensaje de separación entre el reino de Dios y el reino
del César. Sin embargo, la distinción teórica no condujo hasta la separación práctica. No
sólo no se llegó a consumar la separación efectiva entre ambos, sino que se produjo más
bien una creciente aproximación entre las realidades y los valores del mundo de las
relaciones jurídicas y los principios y exigencias del reino de Dios. Esta relación aún se
mantiene en muchas legislaciones, pero frente a la fragmentación del cristianismo y la
creciente secularización del mundo, se ha ido girando a una legislación más bien neutra. En
general se puede concluir que si no hubiera habido reforma religiosa, jamás se hubiera
podido haber revoluciones políticas o industriales, la iglesia cristiana antigua estaba
formada en su mayoría por gentes humildes para quienes el hecho de haber sido adoptadas
como herederas del Rey de Reyes era motivo de gran regocijo. Esto puede verse en su
culto, en su arte y en muchas otras manifestaciones. La vida cotidiana de tales cristianos se
desenvolvía en la penumbra rutinaria en que viven los pobres de todas las sociedades. Pero
aquellos cristianos vivían en la esperanza de una nueva luz que vendría suplantar la luz
injusta e idólatra de la sociedad en que vivían.
Bibliografía

Deiros, Pablo A. Historia global del Cristianismo. El Paso, Texas. Editorial Mundo
Hispano, 2016.

Vidal, Cesar. El legado del cristianismo en la cultura occidental. Madrid, España. Espasa
Calpe, S.A. 2002.

Gómez, A. Jesús. Historia de la iglesia I, la edad antigua. Madrid. Biblioteca de autores


cristianos. 2001.

Gonzalez, L. Justo. Historia del Cristianismo. Tomo I. Primera edición electrónica. Miami,
Florida. U.S.A. Editorial Unilit. 2008.

Woods, Thomas E. Como la iglesia construyo la civilización occidental. Madrid, España.


Ciudadela Libros. 2007

Você também pode gostar