Você está na página 1de 24

Título: Modelo de preparación de los tutores para el acompañamiento de los estudiantes

durante su formación profesional en la escuela normal

Mayra Izébel Barraza Garibay


Gladis Hernández Medina
Agustín Armando Varela Hernández
José Iban Reyes Escobar
Irving Francisco Herrera Ortiz

Resumen:

El Modelo consiste en sistematizar una superación que acompañe, oriente y asesore a los
implicados durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, desde la perspectiva de conducirlo
hasta su formación integral, lo que significa estimular en él la capacidad de hacerse
responsable de su aprendizaje y de su formación integral; lo cual corresponde con las
aspiraciones reales del mencionado programa.
En su estudio sobre la acción tutorial en la universidad Ángel Lázaro Martínez (La acción
tutorial, 1999) señala el carácter clásico y moderno de la cuestión tutorial, modernidad que
se aviva a partir de dos interrogantes fundamentales: ¿ en qué consiste ser tutor en la
formación del siglo XXI?y la otra ¿ existen rasgos distintivos para el ejercicio de la función
tutorial?
Ciertamente existen diferencias en la función de tutoría según el nivel educativo en dónde
ésta se ejerza. En nuestra opinión, entre las múltiples definiciones que del término tutor se
han ofrecido, la requerida por el proceso es la que define al tutor como “ el profesor
encargado de un grupo de alumnos en algo más que dar clases: en ayudar a la decisión del
grupo y de cada alumno individual y socialmente, en apoyar el conocimiento, adaptación y
dirección de sí mismo para lograr el desarrollo equilibrado de sus personalidades y para
que lleguen a participar con sus características peculiares de una manera eficaz en la vida
comunitaria”. (García Correa, 1997)
Por su parte, Lázaro y Asensi (1999) señalan que la actividad tutorial es la actividad
inherente a la función del profesor que se realiza individual y colectivamente con los
alumnos de un grupo de clase, con el fin de facilitar la integración personal de los
procesos de aprendizaje.
Tanto la definición de tutor como la de actividad tutorial expuestas recobran importancia
para nuestro interés de abordar la temática como parte de la competencia estratégica del
docente ante las actividades presenciales.
El logro de la competencia estratégica en la actividad tutorial debe partir del análisis de las
diferentes alternativas de la intervención tutorial.

Palabras clave: Formación docente, tutoria, escuela normal


Introducción
Hoy en día se sabe que la labor docente se encuentra un una fase de múltiples
transformaciones, lo que la hace una tarea compleja, por lo que se necesitan maestros
comprometidos, abiertos a los cambios, pero sobre todo que sean capaces de comprender y
ayudar en el proceso que viven los alumnos durante el transcurso de su vida escolar. Para
que lo anterior se lleve con éxito en nuestras escuelas normales se necesitan docentes con
un perfil que cubra las expectativas, pero sobre todo que cumpla con las exigencias que
requiere la educación y así favorecer al contexto en el que se desenvuelven los futuros
maestros.
La educación normalista se ha propuesto que sus estudiantes desarrollen competencias
profesionales que favorezcan sus conocimientos y habilidades, para ello se ha establecido el
programa de tutoría, que específicamente busca transformar las áreas de oportunidad. Por lo
que el Plan de Estudios de la Licenciatura en Educación Primaria 2012 da a conocer
algunas estrategias de apoyo para los alumnos como son: la tutoría, actividades
extracurriculares y la movilidad, cada una de estas pretende aportar a la formación integral
de los normalistas, enfocándonos en esta ocasión en la primera (tutoría). El concepto de
tutoría se retoma en el actual plan de estudios pronunciando la necesidad de apoyar el
proceso formativo del estudiante desde sus diferentes facetas.
Es importante mencionar que en algunas de las Escuelas Normales se ha cumplido
satisfactoriamente con el propósito de atender y acompañar a los tutorados de manera
eficaz, esto mediante la participación responsable y activa de los académicos que forman
parte del Programa Institucional de Tutoría, logrando que se lleve a cabo una verdadera
reflexión sobre esta.
Lamentablemente en la Institución que nos ocupa no se puede decir lo mismo, debido a que
se han buscado diferentes maneras de abordar la tutoría sin tener hasta ahora el éxito
esperado, atribuyendo diferentes razones a esto. Una de las principales es que los docentes
que fungen como tutores no cuentan con la debida preparación para llevar a cabo esta labor,
aunado que el programa que se opera no está diseñado particularmente para las escuelas
normales, por lo cual desde el punto de vista teórico – metodológico se sustenta el diseño
de un modelo para el acompañamiento de los estudiantes, que responda verdaderamente a
las necesidades de los tutores, que aporte la sistematización de experiencias, técnicas y
estrategias para una mejor y mayor efectividad en el cumplimiento de la labor tutorial.
Además se pretende ofrecer una preparación y formación especializada al docente para su
práctica como tutor, esto con la finalidad de que pueda brindar soluciones ante
problemáticas reales, atendiendo la individualidad de los estudiantes de acuerdo a sus
necesidades específicas.
Si lo anterior se lleva de manera exitosa, los resultados serán satisfactorios para todos los
agentes inmersos en este tema, puesto que se lograría el fomento de la comunicación tutor –
tutorado, el reconocimiento institucional hacia el tutor, el respaldo a la figura de éste, pero
sobre todo se dotaría al docente tutor de herramientas que le permitan llevar a cabo una
tutoría de calidad.

Análisis conceptual
El tutor: sus antecedentes.

Remontándonos a los orígenes, etimológicamente la palabra tutoría se deriva del latín tutor,
que significa defensor, protector, guardián, persona que ejerce la tutela (Diccionario de la
Real Academia Española, 1992), por su parte tutor proviene del verbo tueor, que quiere
decir tener la vista en, contemplar, mirar, ver, tener los ojos puestos en, velar por, proteger,
defender, sostener, proteger, conservar o salvaguardar. Etimológicamente significa maestro,
guía, amigo, acompañante, amparador, protector, guardián, estaca y sostén (Diccionario de
la Enciclopedia Encarta, 2005).

El término tutoría tiene sus antecedentes en la mayéutica de Sócrates (sacar los


conocimientos del alma), conduciendo al alumno al mejoramiento de sus potencialidades,
no solo educativas e instructivas, sino humanas, basándose en un acuerdo tácito y explicito
de dos autores: el tutor y el alumno tutorado dentro de un marco institucional debidamente
estructurado.

Realizando un análisis de la situación podemos señalar que las condiciones en que se


desarrolla la tutoría varia de un país a otro, por ejemplo, en las universidades anglosajonas,
salvo excepciones, se persigue la educación individualizada procurando la profundidad y no
tanto la amplitud de conocimientos. Como consecuencia de ello, la práctica docente se
distribuye entre las horas de docencia frente a grupo, la participación en seminarios con un
número reducido de estudiantes —que trabajan en profundidad un tema común—, y en
sesiones de atención personalizada, cara a cara, a las que se denomina tutoring o
supervising en Inglaterra; y academic advising, mentoring, monitoring o counseling, según
su carácter, en Estados Unidos. En cuanto a los estudiantes, sus principales actividades son
asistir a las sesiones de los cursos, estudiar en la biblioteca, leer, escribir, participar en
seminarios y discutir el trabajo con su tutor.

En los Estados Unidos, en Canadá y en algunos países europeos, los centros de orientación
en las universidades constituyen instancias de gran importancia en la actualidad. Los
centros de orientación (Counseling Centers e incluso Academic Advising Centers),
existentes desde la década de los años treinta, agrupan a especialistas en Pedagogía y
Psicopedagogía, en estrecha relación con el profesorado especializado en otras asignaturas.
Tienen un lugar definido dentro de la estructura institucional y coordinan las actividades
del asesoramiento académico (academic advising o mentoring), con la atención
especializada a ciertas necesidades personales y sociales, así como con necesidades
académicas especiales que desbordan la preparación, el tiempo y las finalidades de la
atención formativa propias de la docencia universitaria.

Entre las actividades asumidas por estos centros de orientación se pueden señalar la
impartición de diferentes cursos acerca de cómo estudiar, de orientación y de elaboración y
puesta en operación de programas de higiene mental apoyados por psiquiatras. Experiencias
conocidas en el campo de los programas de tutoría se encuentran en la historia de las
universidades de Minessota, Chicago, Illinois, Ohio, Missouri, Michigan y Dakota del
Norte.

En España, el modelo de enseñanza superior a distancia desarrollado por la Universidad


Nacional de Educación a Distancia (UNED), presenta la figura del Profesor Tutor como el
orientador del aprendizaje autónomo de los alumnos. Conellas (1999) relata que en la actual
reforma educativa española, se consideran la tutoría y orientación del alumno factores
indispensables para mejorar la calidad educativa, además se reserva como un derecho del
alumno y una obligación de los centros.
En la Universidad de Navarra y en la Universidad Complutense de Madrid, “el
asesoramiento entre iguales” (peer tutoring) cuenta con una larga tradición, dada su
eficacia comprobada y el enriquecimiento personal que supone para ambas partes, lo que
exige al profesor que forma a los estudiantes un tiempo generoso pero con efecto
multiplicador. Otros autores como Castillo y García (1996) caracterizan los diferentes
derechos de los alumnos, y el derecho a ser asistidos y orientados individualmente en el
proceso de adquisición de conocimientos mediante la institución de la tutoría.

Uno de los modelos tutoriales más conocidos es el implantado desde hace tres décadas por
la Open University. Esta universidad es una institución de educación a distancia que inició
sus actividades educativas en 1971. Es un modelo de tutoría académica y personalizada,
muy difundido en el Reino Unido. Los alumnos estudian en forma autónoma los materiales
preparados para cada uno de los programas y se encuentran con sus tutores en los centros
locales de enseñanza y en las escuelas de verano para resolver problemas de aprendizaje y
recibir sugerencias para las fases subsecuentes.

En los países de América Latina como Costa Rica se piensa en el tutor como un profesor e
investigador identificándolo como un paradigma de la educación (Villegas, 1998). En
México, Alcántara (1990) lo caracteriza como un profesional que se ajusta a los
requerimientos exigidos por el régimen tutorial y que ha recibido un entrenamiento para
realizar con propiedad su rol. En este sentido en Venezuela, Quero (1992) comenta que el
tutor es el profesional que adquiere formalmente un compromiso frente a una institución y
para el tutorado.

José Martí Pérez nos ofreció un legado pedagógico de avanzada, donde pudo comprobar
por sí mismo las insuficiencias en los distintos sistemas educativos en diversos niveles de
enseñanza, en países de América Latina, revelando la interrelación dialéctica entre la
instrucción y la educación, donde había que instruir, guiar y dirigir el pensamiento del
alumno, pero al mismo tiempo, era imprescindible orientar y dirigir los sentimientos,
siendo esta la función fundamental de la escuela y en especial del maestro.

Desde entonces, no se pierde de vista la importante labor que desempeña el profesor en el


triunfo futuro de sus estudiantes; para ello se han producido cambios considerables que
actualmente han cobrado fuerza con la introducción del profesor tutor, donde es
imprescindible que este se despoje de conceptos tradicionales y asuma los nuevos desafíos
desde una posición abierta al cambio.

Es oportuno explicar, que, la figura del tutor, ha sido tradicionalmente asociada a la


asistencia científico metodológica que brinda un especialista de reconocido prestigio y
tradición en determinado campo del conocimiento al estudiante que en la fase Terminal de
su carrera construye su tesis de grado con vista a graduarse como profesional, o al graduado
universitario que realiza estudios de superación postgraduada dirigidos a la adquisición de
un grado científico, sea como diplomante, maestrante o doctorante. En todos los casos la
actividad tutorial supone, por un lado, orientar al aspirante en el proceso de investigación
para que este resulte creativo, eficiente y con un alto grado de independencia en cuanto a la
búsqueda, selección y el empleo de los métodos y medios disponibles, y por otro lado,
implica la orientación del proceso de generalización, sistematización y exposición de los
resultados alcanzados una vez cumplidos los objetivos de la investigación (Guerra,
2004).Todas estas razones demuestran la necesidad de la concepción del profesor tutor
como una nueva figura, con la responsabilidad de la formación de sus estudiantes, en
interacción directa y sistemática y que les permita trasmitirle sus mejores experiencias. Esto
va a significar entonces una gran responsabilidad, un alto honor y un enorme reto en los
momentos actuales, relacionado con esto Pérez (2003) realiza un análisis donde describe
que se debe trabajar lo individual dentro de lo diverso, de forma flexible y acomodándose a
cada uno de sus estudiantes, de acuerdo con las características de su personalidad, intereses,
conocimientos, capacidades, nivel de dificultades y avances.

En los últimos años, el concepto de tutor se ha venido enriqueciendo en la medida en que


los investigadores y profesionales de la educación se han adueñado de un sistema de
conocimientos y de experiencias prácticas que le han permitido ampliar e ir profundizando
en las características, las funciones y los principios básicos que rigen su desempeño
profesional. En el quehacer educativo se pueden encontrar diversas definiciones diferentes
de la tutoría, así encontramos que para algunos es una postura metodológica alternativa a la
docencia clásica, otros optan más por definirle como un proceso de desarrollo insertado en
la academia, unos cuantos más como un servicio semejante a la consulta con fines de
orientar a los alumnos; por lo tanto creyendo indispensable para desarrollar la presente
propuesta nos remitiremos a ver en las siguientes líneas breve pero concisamente algunas
de las definiciones más interesantes y afines a la propuesta que se hace por este medio.

I.-“Tutoría es la posición de una persona que analiza escenarios, que propone opciones, que
sugiere posibilidades de acción y que deja al alumno la toma de decisiones.” (Sarukan
1988)

II.-Para la ANUIES la tutoría es un proceso de acompañamiento de tipo personal y


académico para mejorar el rendimiento académico, solucionar problemas escolares,
desarrollar hábitos de estudio, trabajo, reflexión y convivencia social. (Fresan, Romo y
colectivo de autores 2002, p.4)

III.-Una definición más es la siguiente: Tutoría es la ayuda u orientación al alumno o al


grupo que el profesor-tutor puede realizar además y en paralelo a su propia acción como
docente. Es pues, orientación, pero desde la perspectiva y posibilidades de ser realizada por
los propios profesores. (Sánchez Cerezo, 1999)

IV.-La actividad tutorial es el eje que mueve, coordina y recoge las aportaciones y
sugerencias de toda una comunidad escolar. (Lázaro y Asensi, 1989):

V.-“La tutoría es una alternativa de la educación, al construir un espacio


privilegiado que proporciona al estudiante posibilidades de un aprendizaje personalizado y
le conduce al desarrollo de sus potencialidades, así como al fomento de su capacidad
crítica y creadora, tomado en cuenta no sólo su rendimiento académico sino también su
evolución social y personal” (Martínez, y Dorantes, 1988-89))

VI.- La labor de tutoría consiste en dirigir al alumno, desde el inicio hasta el final de
sus estudios, en el diseño y realización de una parte (la académica) de su propio proyecto
de vida. La tutoría implica la existencia de una relación interpersonal estrecha y con mucha
frecuencia su éxito depende de la forma y del desarrollo de dicha relación. La tutoría es un
contacto formal, disciplinario, para la resolución de determinados problemas, que requiere
de un equilibrio entre los objetivos académicos que se persiguen en esta labor, como apoyo
a la parte afectiva del alumno, para que este logre sus propósitos académicos.

VII.- La tutoría es un servicio enfocado a la búsqueda de soluciones académicas, en la


medida que el alumno las requiera.
Por tanto podemos señalar que la tutoría es un proceso formativo con la característica de
acompañamiento que busca la mejoría en los procesos de enseñanza-aprendizaje a la par
que pretende formar habilidades para la vida en los educandos, situación que trasciende al
lograr una cooperación para crear sujetos más maduros y conscientes de sus potenciales
personales.

Existen diferentes significados en relación con el término en cuestión, pero algunos autores
(Álvarez, 1999; Añorga, 1998; Justiniani, 1992; Martínez, 1998) son de la opinión que el
tutor es:

 Es un asesor, un guía, un orientador.

 Es aquel profesional responsable de la formación y el mejoramiento profesional y


humano de los individuos de acuerdo con los intereses sociales e individuales.

 Tutoría como relación personal de ayuda o asistencia entre profesores y alumnos.

 Tutoría enfocada a diferentes aspectos de la persona, como aspectos personales,


académicos y profesionales.

Se plantea que el profesor tutor es un docente con experiencia, prestigio profesional y con
un nivel de compromiso individual hacia la tarea de formar a las nuevas generaciones de
maestros, donde se le asigna la responsabilidad de dirigir el proceso formativo de sus
estudiantes, bajo el concepto de que cada escuela debe convertirse en una
microuniversidad.

Se asume el criterio de que el tutor es el maestro en la acepción más completa y noble de la


palabra, que guía a los estudiantes en su aprendizaje, en el desarrollo de la personalidad y
en la configuración de su itinerario de vida. Consejero, asesor, facilitador de experiencias
formativas dentro y fuera de la institución, que ayuda a coordinarlas e integrarlas (Alba,
2005).

Actualmente no esta claramente definido el perfil de tutor

Como ya se mencionó el perfil del tutor del Bachillerato. actualmente no esta claramente
definido, por lo que nos encontramos entre el cuerpo tutorial a profesionales de distintas
áreas, personas de diversos rangos de edad, profesores interinos, profesores de planta y
gente de variada antigüedad de trabajo en el plantel, lo cual pudiera minimizarse al
considerar que no incide de una manera tan significativa en el proceso, pero que pasa
cuando consideramos que el tutor debe tener habilidades en especifico que si varían según
la formación académica de este, su antigüedad en el plantel, su condición laboral entre otras
variables expuestas; pareciera entonces que sería el momento de replantearse el diseño del
perfil de puesto de los tutores tomando en cuenta a un mayor número de variables
aglutinadas en tres rubros que serían los siguientes:

El tutor: requisitos mínimos:

 Ser un profesional pedagógico y participar en la formación integral del estudiante.

 Estar categorizado.

 Incondicionalidad para cumplir las tareas que se le asignen como tutor.

 Probadas cualidades ético-política que lo acrediten como un verdadero educador y


formador de valores.

El tutor orienta, asesora y acompaña al alumno durante su proceso de enseñanza-


aprendizaje, desde la perspectiva de conducirlo hacia su formación integral, lo que significa
estimular en él la capacidad de hacerse responsable de su aprendizaje y de su formación.
Cuando hablamos de tutoría, nos referimos entonces al carácter personalizado de la
educación como uno de los principios didácticos fundamentales que se aplican tanto en la
enseñanza tutorial como en el proceso de enseñanza aprendizaje (Labarrere y Valdivia,
1988). El tutor ha de tener un amplio conocimiento de la filosofía educativa que subyace al
ciclo y al tipo de enseñanza en la que se efectúe la práctica tutorial, asimismo, conviene que
sea un profesor e investigador dotado de una amplia experiencia académica, que le permita
desarrollar eficiente y eficazmente la docencia, ajustándose a las exigencias de la clase
contemporánea.

Para ello es indispensable que conozca los vínculos entre las diferentes áreas del ejercicio
profesional y las diversas asignaturas que ofrecen los planes de estudio con un enfoque
interdisciplinario que le permitirá ayudar al tutorado a resolver problemas surgidos de las
asesorías individuales o colectivas. También es importante señalar que en esta relación, las
dos partes involucradas, tutor y alumno tutorado, deben estar conscientes del significado de
la tutoría asumiendo que ésta lleva implícito un compromiso en el que el primero está
atento al desarrollo del alumno, ayudándolo a salir de las dificultades, comprobando si ha
adquirido las competencias para aprender a aprender; mientras que el segundo debe
desempeñar un papel más activo como actor de su propio aprendizaje, todo en el marco de
una relación más estrecha entre ambos, que la establecida en un aula durante un curso
normal, poniéndose en primer plano la vinculación de la instrucción y de la educación para
la educación del alumno de forma integral (Castellanos,2002).

Otra de las cuestiones que se hace necesario aclarar es que todo profesional de la educación
debe haber recibido una formación básica y complementaria para ejercer con acierto esta
importante responsabilidad dentro de su función docente; por tanto, para algunos
profesores, psicopedagogos y psicólogos las recomendaciones pedagógicas acerca de la
necesidad de la tutoría en las Universidades Pedagógicas podrían ser consideradas
innecesarias, porque son redundantes respecto a las recomendaciones incorporadas al
currículo de las especialidades que se cursan en este tipo de centros de Educación, pero
conociendo las dificultades confrontadas en cursos precedentes se hace necesario resaltarlas
debido al esmero que es preciso poner en las cualidades intrínsecas del profesor que se
quiere formar para el logro de un proceso de enseñanza aprendizaje de excelencia.

Valentíni (2004) apunta que el tutor debe mantener una actitud ética y empática hacia los
estudiantes mediante un esfuerzo permanente de comunicación, que le permita desarrollar
las actitudes adecuadas para inspirar confianza y lograr la aceptación de los tutorados,
manteniendo siempre un diálogo en sentido positivo y la mayor tolerancia hacia sus
reacciones. Lo anterior se apoya en la actuación siempre responsable del tutor, quien deberá
atender sus compromisos con toda puntualidad y en un marco de respeto y
confidencialidad, teniendo en cuenta que lo más importante para el logro de una buena
relación entre ambos es “ponerse del brazo del alumno”, hacerle sentir que ambos van a
lograrlo cuando está con alguna dificultad, tanto en una asignatura como en cualquier otro
aspecto de su vida; que sienta un ambiente agradable y que no sienta temor con su tutor en
el momento de exponer sus criterios. Debe además, contar con habilidades y actitudes que
conservará durante todo el proceso tutorial, como la de ser creativo para aumentar el interés
del tutorado, crítico, observador y conciliador, además de estar dotado de habilidades para
efectuar las entrevistas tanto de nivel personal como grupal. Asimismo, deberá estar
entrenado para escuchar a los estudiantes y extraer la información que le sea útil para las
acciones de tutoría que emprenda. Ello implica que mantenga un equilibrio entre la relación
afectiva y cognoscitiva que le permita delimitar adecuadamente el proceso de la tutoría
(Ruiz, 2006). La anterior caracterización refleja, ante todo, la necesidad de contar con
personal docente con un conjunto de actitudes y habilidades adecuadas para ofrecer los
servicios de tutorías, al alcance de los estudiantes, según los objetivos de la Educación
Superior contemporánea. De lo anterior se desprende la necesidad de socializar, discutir y
consensar entre los profesores de carrera, quienes participarán en los colectivos de año, la
importancia y las líneas de acción que asumirá la institución. D´Angelo (2004), al efecto,
ha destacado que el trabajo tutorial es también una tarea colectiva, porque es deber del
tutor, el logro de la integración, la globalización y la coordinación de las tareas que todos
los profesores han de realizar colectivamente. Asimismo, se comprende la necesidad de
capacitar a dichos actores en los conocimientos y en el uso de herramientas específicas que
les permitan desarrollar la acción tutorial en las mejores condiciones. Incluso, es posible
plantear esquemas que combinen armónicamente un proceso de acompañamiento tan
individualizado como se requiera, en sesiones con pequeños grupos trabajando sobre ciertos
aspectos de interés común. Ruiz (2006) aclara que no se trata de querer convertir a los
docentes en psicopedagogos ni en psicólogos; se trata de sistematizar la función que todo
docente realiza espontáneamente en su acompañamiento con el alumno, tanto de forma
individual como grupal; sin ponerle énfasis a los llamados “alumnos problemas”, aquellos
que presentan conflictos en situaciones escolares y que no logran adaptarse a los currículos
previamente establecidos o a las evaluaciones programadas.

Muchos han sido los autores que han investigado en este sentido, (Añorga, 1998; Gutiérrez,
2003; Piñón, 2001; Robaina, 2004) coincidiendo en la necesidad de personalizar y
sistematizar el proceso de enseñanza-aprendizaje surgiendo la preocupación de cómo se
podría desarrollar adecuadamente esta labor concretada en la acción que debería llevar a
cabo el tutor en el aula. Considerando en todo momento el papel del docente como
orientador y educador y no solo con el autor o impartidor de una serie de conceptos; por
ello Ruiz (2006) en “Ideas claves sobre tutoría”, propone tres objetivos básicos para el
desarrollo exitoso de la acción tutorial, donde se destaca fundamentalmente la necesidad de
ayudar a integrar conocimientos y experiencia, conectar la experiencia escolar y la vida
escolar y mantener relación individualizada con el alumno en cuanto a sus actitudes,
aptitudes, conocimientos e intereses. Estos tres objetivos están proyectados hacia un ámbito
de intervención académico – profesional, uno profesional en vínculo con el mundo laboral
y lo extraescolar y uno orientado fundamentalmente hacia la esfera socio afectiva-
emocional y cognitiva, cuestión que favorece la relación entre ambos.

Otros investigadores (Bernal, 2001,6; Miranda, 2005,4) han profundizado en las áreas en
que debe incidir la acción tutorial, haciendo propuestas interesantes que le permiten al
profesor tutor resolver los problemas que presente su alumno. Se pueden destacar cuatro
áreas fundamentales:

 Tutoría personal:

Aquí se han de tener presentes los aspectos que ayuden y orienten al alumno en la
comprensión de sí mismo, en el desarrollo y consolidación de su identidad, así como en su
autonomía, y también en la búsqueda de estrategias adecuadas que le permitan enfrentar y
manejar las diferentes situaciones y problemas de la vida diaria tratando de lograr
respuestas más asertivas.

 Tutoría profesional:

Le corresponde al tutor vincular al alumno con los cambios del mundo laboral actual,
permitiéndole explorar y descubrir sus intereses y posibilidades de desarrollo profesional,
lo cual requerirá del conocimiento de las características que el contexto social le ofrece en
términos de estudio y trabajo. Sea consciente de sus metas profesionales y sus expectativas
reales y que conozca lo que exige el ejercicio diario de la profesión concreta elegida, no
solo lo excelente y lo idílico.

 Tutoría de salud integral:

Permite que los alumnos tomen conciencia y asuman una actitud responsable respecto a su
salud de manera integral, prestando atención a su alimentación, hábitos higiénicos y los
aspectos relacionados a su desarrollo psicosexual; y la relación de estos con su estado de
salud actual y su implicación en el futuro y en su rendimiento escolar.

 Tutoría comunitaria:
Aborda temas referidos a la responsabilidad que tiene cada uno en el desarrollo y
mejoramiento de las condiciones de vida del grupo social en el cual va a incidir (familia,
grupo social en que se desenvuelve el alumno, comunidad, entre otros).

Se debe aclarar que no es posible ninguna jerarquización a priori, sobre la importancia de


atención a una y otras áreas, puesto que las prioridades las fijan los diagnósticos que se
realicen, así como las propias necesidades que demanden los alumnos tutorados
estableciéndose un intercambio dinámico y activo entre los protagonistas del proceso
tutorial, destacándose relaciones donde debe existir contacto cara a cara, donde ambos
ponen lo mejor de sí, movilizan sus recursos personales para el logro de los objetivos que
se han propuesto, deben tener claros cuales son los compromisos en el proceso de tutoría,
los acuerdos que tomarán y lo más importante, es que ambos deben ser los interesados en la
actividad a la cual cada uno está convocado.

Para el logro eficiente de estas relaciones, se plantean las funciones que debe cumplir el
profesor tutor, donde se enfatiza la necesidad de orientar, ayudar, asesorar, apoyar,
controlar y evaluar las actividades docentes, extradocentes, actividades independientes y de
superación en la que debe participar el estudiante conjuntamente con el colectivo
pedagógico que interviene en la preparación de las actividades que se realizarán. Teniendo
en cuenta las funciones generales que se plantean es necesario aclarar que estas están
concebidas para el tutor asociadas a un contexto concreto, lo que hace que se encuentren
entre las funciones más específicas de los tutores del Bachillerato las siguientes:

 Comprometimiento para adquirir la capacitación necesaria para ejercer con


eficiencia la actividad tutorial.

 Caracterizar a los estudiantes, priorizando los resultados obtenidos en cursos


anteriores, valores alcanzados, expectativas y motivaciones por la profesión, así como lo
referido a las condiciones de salud, sus características psicológicas, condiciones socio
familiares y problemas personales.

 Diseñar el plan individual de acción tutorial teniendo en cuenta las habilidades que
debe alcanzar el alumno tutorado partiendo del conocimiento profundo de las
características del plan de estudio del tutorado.
 Analizar con el alumno tutorado las dificultades que se presenten tanto en el aspecto
académico como en el formativo, apoyándolo en la realización de los estudios
independientes, enseñándole métodos y procedimientos que lo ayuden a solucionar los
problemas que se le presenten en su futura práctica profesional.

 Conocer del estado de la asistencia a las actividades programadas por la Institución,


priorizando las causas de las ausencias e informar a los diferentes profesores que trabajan
con el tutorado las necesidades detectadas por él.

 Mantener contacto y comunicación constante con todos los profesores que trabajan
con sus alumnos a fin de estar informados acerca del desarrollo de los mismos y poder de
esa manera coordinar las acciones necesarias.

 Desarrollar líneas de acción compartidas con el equipo de tutores que trabaja en el


grupo.

 Propiciar mejores relaciones entre maestros y alumnos.

 Establecer comunicación con la familia de los alumnos con el fin de mantenerlos


informados acerca de la situación del alumno y asumir la responsabilidad y el compromiso
que le corresponde a cada uno en el proceso educativo del mismo.

Rodríguez y Jiménez (2002) refieren que como trabajo de equipo, la acción tutorial debe
tener en cuenta que es una actividad que requiere de planificación y programación,
participando en ella todos y cada uno de los sujetos que intervienen de una u otra forma en
el proceso de formación y educación del estudiante. En este sentido deben ser consideradas
las siguientes fases:

1) Fase previa o de sensibilización y motivación del estudiante: En esta fase deben


definirse las tareas a desarrollar, pues es cardinal precisar y consensuar los criterios
educativos y la conducta a seguir, de tal manera que sean asumidas por todos los que
participan directa o indirectamente en la acción tutorial y que no supongan un aspecto más,
que "reglamentariamente" hay que cumplir, sino la base del accionar cotidiano.

2) Planificación: Aspecto imprescindible que debe ser tratado por los distintos colectivos a
los que de una u otra manera pertenece el estudiante. La organización de la escuela
facilitará la tarea, y se deberán tener en cuenta además, los siguientes elementos enfocados
al logro de los objetivos proyectados.

 Cumplimientos de los objetivos instructivos y educativos del grado o año.

 Realización de una planificación coherente basada en componentes estables y


estructuras definidas que cada centro adaptaría a sus características.

 Estudiar las relaciones existentes entre todos los componentes de la planificación,


con una contextualización adecuada.

 Realizar la planificación basada en la participación y el trabajo en equipo.

 La planificación de cada escuela, previa coordinación con la sede universitaria,


permitirá la distribución de tareas en los distintos colectivos, lo que permitirá superar el
vicio de hacer o planificar "sólo lo que nos piden", superando así la normativa y tomando
decisiones propias y convenientes a partir de las particularidades del contexto en cuestión.

3) Fase de programación: La escuela así como el departamento pedagógico


responsabilizado con el trabajo del tutor designado y la formación-educación del estudiante,
deberá concretar lo determinado en la planificación realizada, procediendo a la distribución
de las tareas y a la selección y temporalización de las mismas, concretando las vías de
coordinación. Es importante tomar en consideración que la programación ha de elaborarse
desde "lo que puede ser" y no desde "lo que debe ser".

4) Fase de realización: En esta fase corresponde llevar a la práctica las tareas concretas,
según los recursos e instrumentos previamente establecidos.

5) Fase de evaluación: Es imprescindible realizar valoraciones y aportaciones tanto por


parte de los tutores, profesores de los distintos colectivos implicados, dirección de la
escuela.

De este modo consideramos que la acción tutorial, imprescindible en las actuales


condiciones de las transformaciones de la educación mexicana, es una vía idónea para la
potenciación ilimitada de las posibilidades docente-educativas, corresponde a los tutores y a
todo el personal pedagógico vinculado a este proyecto, crear y ganar en lo que a cultura de
trabajo tutorial se refiere.
Estilos de tutoría

Medway, (1985), distingue tres modalidades de tutoría en la enseñanza las que podríamos
decir son de acuerdo al fin con que se abren sus servicios pudiendo ser:

1ª. Apoyo a los cursos regulares. Como en el Plan Keller (el autor explica los contenidos
de los cursos y aclara dudas).

2ª. Como medida de emergencia. Para preparar a varios estudiantes para un examen o bien
como forma de intervención a ciertas contingencias.

3ª. Como tutoría estructurada. En la que se supervisa a los alumnos para que utilicen
materiales previamente diseñados y planificados.

Ahora bien de acuerdo a la tipología del que dicta la tutoría y tomando en cuenta tipos
adaptables al sistema tutorial del Bachillerato podemos clasificar las tutorías en:

Tutoría entre iguales: De acuerdo con investigaciones de la ANUIES, (Fresán, Romo y


otros, (2000), tanto en la Universidad de Navarra como en la Universidad Complutense de
Madrid, se da “el asesoramiento entre iguales” (peer tutoring), de hecho actualmente en
otros sistemas educativos este tipo de tutoría ha sido un puntal de lanza para el desarrollo
de actividades de aprendizaje, y un claro ejemplo de ello es la metodología de las
residencias médicas en nuestro país (y de hecho en varios mas) en donde el aprendizaje se
facilita de alumno a alumno en diversas ocasiones con el obvio predominio de que el
alumno avanzado en grado enseña y supervisa la formación del que le sigue en nivel. La
milicia es otro rubro en donde se practica este tipo de tutoría, en donde el conocimiento se
transmite en una jerarquía ascendente de un miembro mayor en esta a otro menor.

Tutoría por profesor asignado: Esta modalidad es la predominante en los sistemas


educativos mexicanos, su consistencia es fácil de entender, se asigna a un profesor la tarea
de ser el “guía de un grupo” y es una figura que retroalimenta, supervisa, monitorea y
conduce al grupo hacia objetivos particularmente planificados.

Tutoría a distancia: Este tipo de tutoría es más común de uso en los postgrados
cibernéticos o en cualquier clase de aprendizaje brindado de manera no presencial su sub.-
modalidad puede ser de dos tipos a)asistida por computadora e Internet o red interna y b)
asistida por circuito cerrado de TV; su ventaja en ambos casos radica en que el tutorado
puede plantear diversas dudas y problemáticas al tutor a través de su computador teniendo
una atención de este último casi inmediata, y por otro lado da a el tutor la facilidad de
atender personalmente y en asuntos que ameritan privacidad a más de un alumno a la vez.

Fundamentación Epistemológica
Metología (Enfoque De Marco Lógico)
El Enfoque de Marco Lógico es un modelo de planificación consolidado en las iniciativas de
desarrollo a nivel internacional. Permite analizar de un modo sistemático y “lógico” las
condiciones de un proyecto y crear una adecuada base de planificación.

Una vez detectada la problemática central se tomó la decisión de utilizar la metodología del
Enfoque del Marco Lógico para encontrar una alternativa viable para…..
Se da inicio con un análisis de implicados.
 Beneficiarios directos: 300 alumnos que cursan la Licenciatura en Educación
Primaria, 42 docentes tutores y la coordinación del Programa de Tutoría.
 Beneficiarios indirectos: alumnos próximos a ingresar a la Licenciatura, alumnos de
educación primaria de próximas generaciones, docentes que no fungen como tutores
y directivos.
 Beneficiarios neutrales: Trabajadores de apoyo de la institución.
 Perjudicados: Redes sociales, establecimientos donde se consumen bebidas
alcohólicas….
 Excluidos: alumnos de los semestres 7º y 8º.

Árbol de problemas: Carencia de un programa eficaz de Tutoría


 Causas: falta de compromiso de tutores y tutorados, programa extracurricular, no
existe una guía del quehacer del tutor, carencia de perfil para ser tutor, tutores
inexpertos, se considera trabajo extra.
 Consecuencias: poca asistencia y deserción a las sesiones, poco compromiso de
tutores y tutorados, elevado número de sesiones improvisadas, poca calidad en el
desempeño tutorial, poca preparación para ejercer el papel del tutor, resistencia de los
docentes a formar parte del programa.
Árbol de objetivos
 Medios: compromiso de tutores y tutorados, incluir el programa en la malla
curricular, implementación de una guía del quehacer del tutor, tutores con perfil,
tutores competentes, trabajo complementario.
 Metas: asistencia y permanencia en las sesiones, alto compromiso de tutores y
tutorados, elevado número de sesiones planificadas, alta calidad en el desempeño
tutorial, alta preparación para ejercer el papel del tutor, integración de los docentes
al programa.

Análisis de alternativas y ponderación.


 Sesiones planificadas
 Preparación para ejercer el papel del tutor
 Integración de los docentes al programa
A continuación se muestran los criterios a considerar: 1.- Recursos disponibles (materiales),
2.- Recursos disponibles (humanos/técnicos), 3.- El tiempo, 4.-Adecuación a prioridades, 5.-
Riesgos, 6.- Viabilidad.
Alternativa 1: Alternativa 2: Alternativa 3:
Sesiones Preparación Integración de
planificadas para ejercer el los docentes al
papel del tutor programa
Ponderac Valor Valor Valor Valor Valor Valor
ión Absol Relati Absol Relati Absol Relati
uto vo uto vo uto vo
Recursos 3 1 3 2 6 1 3
disponibles*materiales
Recursos 3 3 9 5 15 3 9
disponibles*humanos/
técnicos
Tiempo 3 2 6 3 9 3 9
Adecuación a 4 3 12 3 12 3 12
prioridades
Riesgos 4 4 16 4 16 5 20
Impactos esperados 5 3 15 5 25 4 20
Viabilidad 4 2 8 4 16 3 12
TOTAL 69 99 85

El resultado obtenido del análisis arrojó “preparación para ejercer el papel del tutor” como la
alternativa más adecuada para la elaboración en la fase de diseño.(ME FALTA
COMPLETAR)
Los tiempos actuales requiere de las escuelas normales una nueva visión, para la formación
de futuros docentes, sobre todo una formación integral, congruente con las exigencias
sociales y, oportunidades de desarrollo en el ámbito laboral. Lo anterior requiere de la
transformación de los procesos educativos, para lo cual es necesario incorporar estrategias
que permitan cumplir con los objetivos de formación de los programas de estudio y fortalecer
su pertinencia en la sociedad.
De acuerdo a lo anterior se considera que una estrategia viable es la tutoría, entendida ésta,
como un proceso de orientación y apoyo académico, con el fin de promover el mejoramiento
de la calidad educativa de los maestros en formación, a la par con otras acciones
institucionales.
En este sentido la tutoría adquiere un papel relevante, ya que permite visualizar al alumno
como actor central del proceso formativo, además de contribuir a su adaptación al ambiente
escolar, promoviendo el desarrollo de capacidades, actitudes y valores, manteniendo el
equilibrio entre su problemática personal y su papel de estudiante, tomando en cuenta que a
esta institución, ingresan alumnos procedentes de diverso lugares del país, así como con
diferentes formaciones académicas, pero sobre todo formados en distintos contextos
políticos, sociales y económicos, lo que genera en ellos motivaciones y expectativas muy
particulares, proyectado esto en sus actitudes asumidas en torno a las acciones institucionales.
Estudios diagnósticos desarrollados en diferentes escuelas normales y mi experiencia como
docente avalan la necesidad de la transformación de las prácticas de los tutores de este tipo
de centros, lo que expresa que el cambio educativo debe orientarse hacia la transformación
de los problemas que aún se observan .Entre ellos caracterizan la situación problémica de la
investigación los siguientes:
 Un programa de tutoría que no responde a las necesidades del profesional de la
educación que se forma en las Escuelas Normales.
 Formas de desempeñar la labor tutorial de manera tradicional, cuyo significado,
otorgado a dicha función, es muy estrecho y no se relaciona a otras que podrían contribuir a
la formación integral del estudiante y al desarrollo profesional.
 Incoherencias entre las formas de ejecutar la acción tutorial. y las nuevas exigencias
del proceso de enseñanza-aprendizaje, orientándose hacia los resultados cuantitativos, y la
fragmentación del sistema evaluativo del desempeño de los estudiantes.
 La subutilización en la actividad evaluativa de agentes involucrados en el proceso
formativo, orientado más hacia una evaluación sumativa mas que a la formativa.
 No siempre se ofrece a los docentes una preparación teórica y metodológica que los
oriente para alcanzar un proceso de mejoramiento profesional y personal en su desempeño
profesional como tutor, por tanto, las propuestas de superación profesional que se diseñan se
conciben de manera fragmentada.
Es conveniente subrayar que en la actualidad podemos encontrar modelos propuestos por
diferentes autores, que ayudan a proporcionar una tutoría eficaz, como lo menciona
Rodríguez (2004), donde da a conocer tres grandes modelos de universidad; el primero lo
denomina académico (ligado a la tradición alemana y con presencia en el contexto de Europa
continental) en donde las funciones de la universidad se centran en el desarrollo académico
de los estudiantes. En este modelo, las actividades tutorales se centran en coadyuvar en el
dominio de los conocimientos sin traspasar el ámbito escolar. Al segundo modelo lo
denomina de desarrollo personal (vinculado a la tradición anglosajona) en donde la
universidad presta mayor atención al bienestar y al desarrollo personal de sus alumnos. En
este modelo las funciones de los tutores incluyen tanto orientación academica como
profesional y personal. Por último, al tercer modelo lo caracteriza como de desarrollo
profesional, en el cual las actividades tutorales tienen como objetivo brindar apoyo a los
estudiantes para que se capaciten en la profesión y se ajusten a las necesidades del mercado
laboral.

Conclusiones
Se comprueba la existencia de insuficiencias en las competencias docentes básicas de los
profesores, que se desempeñan como tutores, según el criterio de los actores involucrados
en el proceso, los que también expresan las principales dificultades que enfrentan estos
profesionales para desarrollar su labor docente, dentro de los que cabe señalar: las
insuficiencias para el cumplimiento de su función docente desde su proceso de formación ,
las múltiples tareas que tienen que afrontar en su doble rol como docentes y tutores, la falta
de un preparación pedagógica inicial, entre otros aspectos .
El Modelo de superación, se nutre de las experiencias anteriores en este campo, pero difiere
de los modelos tradicionales, por su novedad, factibilidad y la utilización de diferentes
formas del posgrado que se articulan entre sí en la búsqueda de formar habilidades que
propicien la labor docente del tutor, la cual se encuentra centrada en un quehacer con
autovaloración constante, a la vez que elaboran estrategias para ser utilizadas por el propio
colectivo.
Referencias

26. Fuentes de consulta


AGUERRONDO, I. (2003). Formación Docente: Desafíos de la Política Educativa.
México. SEP.
ÁLVARES de ZAYAS, C (1989) Fundamentos teóricos de la dirección superior.
Ciudad de La Habana. Cuba Editorial ENPES.
ÁLVAREZ VALDIVIA, I. (1998) Formación del profesional. Fundamentación
del proyecto educativo en la educación superior. La Habana. MES.
ÁLVAREZ VALDIVIA, I. (2000) Sistema de evaluación de la formación del
profesional, una guía para el mejoramiento continuo de la calidad. Experiencias de la
Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas. La Habana. MES.
ÁLVAREZ, M., BISQUERRA, R. (1996). Manual de intervención y tutoría.
Barcelona: Praxis.
ÁLVAREZ, R.M. (1999) El sistema de habilidades profesionales en la metodología
de la enseñanza de la historia. Cuba. Revista. Varona año 14, no. 8.
Ares Muzio P. (1990) Mi Familia es así, Editorial de Ciencias Sociales
ARGUDIN, Y. (2009) Educación Basada en Competencias. Nociones y
Antecedentes. México. Trillas.
Ausubel, P. (1976) Psicología Educativa. Un punto de vista Cognoscitivo, Editorial
Trillas, México.
BAXTER PÉREZ, E. (1994) La Formación de valores, una tarea pedagógica. La
Habana. Editorial Pueblo y Educación
BAXTER PÉREZ, E. (2001) La Formación de valores. Una tarea pedagógica, La
Habana: EDITORIAL Pueblo y Educación.
BERGES DÍAZ, JM. (2003). Modelo de superación profesional para el
perfeccionamiento de habilidades comunicativas en docentes de la Secundaría Básica.
Ciudad de la Habana: Editorial Pueblo y Educación
BISQUERRA, R., ÁLVAREZ, M. (1998). Los modelos en Orientación. En R.
Bisquerra (Coord.). Modelos de orientación e intervención psicopedagógica. Barcelona:
Praxis.
BRASLAVSKY, C. (1998) Las competencias básicas de la profesión docente.
Consultado el 21 de octubre de 2010 en: www.santillana.com.mx
BUSTAMANTE, G. (2003). El concepto de competencia III. Un caso de
recontextualización: Las “competencias” en la educación colombiana. Bogotá. Sociedad
Colombiana de Pedagogía.
CARREÑO, (1994) (Compilación). La Tutoría Académica. Universidad de
Guadalajara, México.
CAZARE, L. (2009) Planeación y evaluación basadas en competencias. México.
Trillas.
CISNEROS HERNÁNDEZ, L. (1996) Guía Didáctica para la Tutoría Académica En
el Sistema Escolarizado. Editorial FOMES, México.
COLECTIVO DE AUTORES (2005) Sección de Tutorías, ITSON, Sitio Web.
COLECTIVO DE AUTORES (2002) Idearios de la Tutoría, Colectivo de Autores,
Universidad Autónoma de Aguascalientes, Aguascalientes, México.
COLECTIVO DE AUTORES (2004), La tutoría, Universidad Autónoma de
Coahuila, Sitio Web general.

Você também pode gostar