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ESTRUCTURA Y CARÁCTER DE LOS SÍMBOLOS

Según Eliade, es raro que los símbolos y los mitos se presenten de forma aislada. Están
conectados para formar un patrón, un modelo.

En los pueblos arcaicos, hay frecuentemente el sentimiento de lo sagrado, llevándolo a todas las
dimensiones de la vida.

En una hierofanía original, una persona religiosa puede ver una visión del único Dios verdadero en
el sol, como lo hizo el faraón egipcio Akenatón, pronto el sol, era símbolo de lo divino. Se
personifica el sol, y sus historias y aventuras que se expresan en el mito. El sol vence a la noche, es
el señor de la batalla, y hay un signo de inmortalidad al salir día a día. Otro ejemplo son las fases
lunares.

Los símbolos llevan siempre a otros símbolos y mitos. Eliade hace una comparación de símbolos y
mitos. Hay unos que son superiores a otros. Cuanto mayor es el símbolo, más completo y
universal es y mejor transmite la verdadera naturaleza de lo sagrado.

La comunidad primitiva puede hallar algo sobrenatural en un árbol, si con el correr del tiempo es
revalorizado como un árbol sagrado, seguirá siendo una hierofania, pero de un orden superior. Un
tipo de hierofanía es una teofanía: la aparición de un dios. Una teofanía puede darse en algo tan
simple como una piedra.

En Jesús hay una teofanía humana que es superior a una piedra o un árbol. No porque sea la
religión más importante, sino porque una persona al poseer inteligencia y emociones, es por
naturaleza un ser más rico más pleno que un animal o una piedra. Los símbolos y mitos están
sujetos a cambios. Los símbolos experimentan procesos de decadencia y de generación.

HISTORIA Y TIEMPO SAGRADO

Los diferentes pueblos han reconocido lo sagrado a través de una montaña, un rio etc.

Hay un deseo de regresar a lo antiguo, a los inicios, este es el anhelo más profundo. Los rituales
implican una recreación de lo que los dioses hicieron, en aquel tiempo. Cada mito de renacimiento
o de integración, cada rito de iniciación es un retorno a los inicios, una oportunidad para
comenzar el mundo de nuevo. Los pueblos arcaicos están preocupados por la muerte, el
sufrimiento y a una vida sin propuesta ni significado. Por eso los pueblos optan por estar fuera
de la historia. Ante la monotonía de la vida, la rutina vacía y las molestias cotidianas, buscan
superarlo todo con la negación. A través de los símbolos y mitos retornan al estado primordial del
mundo, al estado de perfección, al momento en que todo se inicia desde su origen.

En la india, las enseñanzas sostenían que las personas no tenían esperanzas, el mundo pasaba a
través de ciclos. Hasta que fueran hechos de nuevo. Las enseñanzas de Buda y Mahavita
enseñaban un camino espiritual, enseñaron que el alma o el verdadero yo podía liberarse así
misma del cuerpo, luchando o pasando por una serie de renacimientos hasta llegar a una
escapatoria espiritual. Zoroastro enseñaba que estábamos en un ciclo y que terminaría con el
fuego o con otra gran catástrofe.
LA REVUELTA CONTRA LA RELIGIÓN ARCAICA: EL JUDAÍSMO Y EL CRISTIANISMO

En las culturas arcaicas el problema era la historia y la solución era la escapatoria. En Israel hace
su primera aparición religiosa, proclama que lo sagrado puede encontrarse en la historia tanto
como fuera de ella. Los acontecimientos humanos pasan a ocupar el centro de la escena. Hay
acontecimientos históricos llenos de sentido. El cristianismo hereda la misma perspectiva. Estos
grupos toleran la historia porque creen que un día pasará.

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