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Adán y Eva

En el sexto día de la Creación, Dios vio que todo lo que había


hecho era bueno en gran manera. Pensó que era el momento
de crear a alguien que pudiera disfrutar de la obra de sus
manos y se enseñoreara de tantas maravillas. Así que se
inclinó y empezó a formar un muñeco del polvo de la tierra,
con mucha paciencia y amor formo las extremidades
superiores e inferiores, de rato en rato observaba con
cuidado cada parte de su creación, e iba formando a su
imagen y semejanza a quien pronto sería la primera criatura
humana.
Termino su obra y después de ver tanta perfección hecha por sus manos inhalo aire
profundamente y le dio aliento de vida al primer ser humano a quien llamó Adán.
Cuando Adán vio por primera vez a su Creador, sonrió y lo llamó Padre.
Seguramente se dieron un gran abrazo lleno de amor sin ninguna duda.
Adán paseaba por la tierra y jugaba con los animales sin ningún temor, corría con
los leones y acariciaba a un tigre como si fuera un lindo gatito, disfrutaba de las
fragancias de las flores y la variedad de plantas, saboreaba de las exquisitas frutas
y hierbas que la naturaleza le ofrecía para que se alimentara en el mismo huerto del
Edén, era tan feliz conversando con Dios y lo hacían cara a cara todos los días
cuando paseaban juntos.
Pero Dios en su amor infinito, vio que Adán estaba solo y pensó en crearle una
compañera pero que fueran juntos muy felices. Un día que Adán descansaba Dios
hizo que tenga un sueño profundo y de una de sus costillas, formo a una hermosa
mujer a quien llamo Eva. Cuando Adán despertó y la vio frente a el, la vio perfecta
y la amo desde que la vio. Ambos caminaban juntos y en la compañía de su creador
se mantenían muy unidos haciendo planes cada día. Este fue el primer matrimonio
de nuestra creación.
David, el rey de Israel
Hace muchos años hubo un oso que se llevaba un
cordero para comérselo, pero un joven muy valiente
llamado David que vio lo sucedido, lo siguió y rescató a
la oveja que estaba muy asustada. David, cuando era
solo un niño también salvó una oveja de las garras de un
león. Este joven vivía en un pueblo llamado Belén y era
hijo de Jesé, un pastor de ovejas a quien David ayudaba
desde niño.
Un día Jehová le dijo a Samuel: Debes ir a casa de Jesé, lleva un aceite especial
porque he escogido entre sus hijos al nuevo rey. Samuel, al ver a los hijos de Jesé
pensó que el mayor de ellos era el escogido, pero Jehová dijo: No, no es él. Así
fueron pasando de uno en uno hasta que después de ver a los 7 hijos de Jesé
Samuel preguntó: ¿Estos son todos?
Y Jesé dijo: El menor está afuera con las ovejas. Samuel al ver a David supo que él
era el escogido. Dios le dijo a Samuel: Es David el escogido, derrama sobre él el
aceite, Samuel así lo hizo y pronto David se convirtió en el rey de Israel.
Salomón
Salomón era el hombre más sabio del mundo y su sabiduría
llegaba a todo lugar.
Era juez de los problemas de los pueblos y con su sabiduría
lograba ayudar a todo aquel que iba hacia él.
Una de sus pruebas de sabiduría es que había dos madres
que se peleaban por un hijo. Las dos fueron ante el rey
Salomón y el deliberó.
Divídanlo en dos y así ambas tendrán una parte de él.
Una dijo que estaba bien y la otra dijo que no, pues prefería que se lo quedara la
otra mujer a ver morir a su hijo.
De esta forma Salomón probó ante los demás quien era la verdadera madre y su
sabiduría fue propagada por toda la tierra.
Moisés
El faraón temiendo que naciera el libertador
del que tanto habían oído hablar de los
esclavos hebreos dio la orden de que todo
niño varón hebreo que naciera le quitaran la
vida.
Entonces una hebrea llamada Josheved huyó
con su hijo hermoso llamado Moisés y lo puso
en una cesta cubierto por una manta y flotando
en el río. La hija del faraón al encontrar al niño lo amo en el instante y lo quiso como
a su propio hijo poniéndole de nombre Moisés, que significa: Del agua lo saqué.
Moisés creció como hijo del Faraón y pronto se dio cuenta del sufrimiento de los
esclavos de los cuales se compadecía y provocaba la envidia de su hermano egipcio
Ramces, quien al descubrir la identidad de Moisés lo acusó ante el Faraón y logró
su destierro.
Al partir de Egipto y dejar su reinado, fue en busca del Dios hebreo encontrándolo
en el monte Sinaí, pues sentía que en su corazón el Dios hebreo era el verdadero
Dios.
Dios mediante su llama de luz le habló y le dijo: Ve al palacio del Faraón y muéstrale
mi poder. Como el Faraón se negaba a rendirle culto Dios castigó a su pueblo con
plagas y con la muerte de los primogénitos.
Al morir el hijo del Faraón, su corazón se endureció más y mandó a su ejército a
perseguir a los israelitas, quienes lograron escapar gracias al poder de Dios quien
abrió el Mar para que lo pudieran cruzar a salvo.
Cuando Moisés regresó al Sinaí Dios le entregó sus Diez mandamientos para que
todos vivan en amor y reine el perdón en los corazones.
Pero los hijos de Israel al ver que Moisés no regresaba empezaron a portarse mal
y a pecar, haciendo ídolos de oro.
Dios los castigó por cuarenta años en donde tuvieron que pasar sed y penurias.
Una vez que pasaron los cuarenta años fueron perdonados por Dios.
Abraham
Dios eligió a Abraham un hombre bueno como el líder
de una nación grande, le ordenó que dejara sus tierras
y lo siguiera, llevando con él a su mujer Saraí, con
quien tuvo en la vejez a su hijo Isaac.
Entonces Dios quiso probar la fe y el amor de Abraham
hacia él y le pidió que le entregara en sacrificio a su
único hijo a quien el tanto amaba.
A Abraham se le partió el corazón y fue a cumplir el
mandato de Dios, llevando a Isaac hacia un lugar que
Dios le había mostrado y cuando lo puso en un altar con leña para iniciar el sacrificio,
extendió la mano y escuchó una voz de un ángel del cielo
Que le decía,
– Abraham ahora sé que temes a Dios y que le obedeces, ya no debes sacrificarlo
tu amor por Dios es más grande.
Por ello, Dios lo llenó de bendiciones y le dijo: multiplicaré su descendencia como
las estrellas del cielo y en un descendiente tuyo serán benditas todas las naciones
de la tierra.
Caín y Abel
Adan y Eva tuvieron dos hijos, al mayor lo llamaron
Abel y al menor Caín.
Caín se dedicaba a labrar la tierra y Abel a pastar
ovejas, las que daba en ofrendas al Señor. Un día
Dios se complació del corazón de Abel y vio que
Caín tenía mucho odio dentro por lo que le preguntó:
– ¿Qué sucede Caín?
– No te agrada mi trabajo Señor.
– Tu hermano me hace ofrendas y tu no.

Caín se fue muy enfadado y buscó a su hermano a quien con engaños lo llevó lejos
y le quitó la vida.
Asustado escuchó la voz de Dios que todo lo sabe y todo lo escucha:
– Caín donde está tu hermano.
– Acaso yo soy su guardián, le contestó.

Cómo pudiste haberle hecho eso a tu hermano, de ahora en adelante sufrirás de


por vida siete veces por el dolor que causaste y trabajarás la tierra de la que no
verás fruto alguno Caín padeció para siempre por haberle quitado la vida a su
hermano.

El Arca de Noé
Como Dios vio que la maldad en el mundo
se esparcía como la mala hierba decidió
salvar a aquellos hombres con bondad en
su corazón. Quienes todavía no habían
sido tocados por la soberbia. Y vio en Noe
a un hombre bueno, con un corazón puro y
con una familia ejemplar y le ordenó:
-Noe construye un arca y mete en el a toda tu familia, a tu esposa y a tus hijos y a
sus esposas también. Debes de asegurarte que también entren animales de todas
las especies y vegetales.
Y así Noe empezó a construir el arca y cuando estuvo terminado empezó a meter a
todos los animales hembra y macho, conforme a la voluntad de Dios cerro las
puertas y ventanas.
El poder de Dios hizo que se diera un gran diluvio y que todos los pecadores no
pudieran salvarse pues llovió sin parar por cuarenta días.
Cuando las aguas se calmaron Noe en su arca envió a una paloma mensajera para
tener la certeza de que había tierra seca en algún lado.
Pronto llegó la paloma con una rama seca y Noe abrió la puerta del arca e inició una
vida nueva sobre la faz de la tierra junto a su familia. Dios bendijo a Noé y a sus
hijos y dijo: Crece y multiplicaos y poblad la tierra.
David y Goliat
David era el menor de los hijos de Jesé, y Samuel,
inspirado por Dios, lo había ungido para que fuera el
nuevo rey.
Saúl cayó enfermo de una tristeza que le impedía tener
sosiego y le aconsejaron que escuchase música como
remedio a su mal. David era conocido por su arte en
tocar el arpa. Por esto fue llamado a la corte de Saúl.
El rey se quedó prendado de las cualidades del muchacho.
Además de deleitarse escuchando su música lo tomó como escudero.
Los filisteos reorganizaron su ejército y fueron a atacar a Israel. Estaban ambos
ejércitos frente a frente. Del bando filisteo se adelantó Goliat, un soldado gigante, y
retó a que saliera un israelita a pelear contra él. Todos se atemorizaron, pero David
convenció a Saúl para que le permitiera salir. Tomó su cayado de pastor; puso en
el zurrón cinco guijarros del torrente y, con la honda en la mano, salió al encuentro
de Golíat. Cuando estuvo a buena distancia, puso un guijarro en la honda; restalló
un trallazo en el aire y Goliat cayó despíomado. Le había dado en la frente. Corrió
David y con la espada del mismo Goliat le cortó la cabeza. El ejército filisteo se batió
en retirada. Saúl los persiguió y consiguió una nueva victoria.
Torre de Babel
Cuenta la leyenda que, en una época de
nuestra historia, después del Diluvio, todo
el mundo hablaba una misma lengua y
empleaba las mismas palabras. Y cuando
los hombres emigraron desde Oriente,
encontraron una llanura en la región de
Senaar y se establecieron allí. Entonces
se dijeron unos a otros:
– “¡Vamos!, Fabriquemos ladrillos y pongámoslos a cocer al fuego”.
Y usaron ladrillos en lugar de piedra, y el asfalto les sirvió de mezcla. Después los
hombres decidieron construir una gran torre cuya cúspide llegara hasta el cielo,
desafiando todos los límites que poseían.
Entonces Dios descendió para ver el trabajo de los hombres, y al ver la edificación
despertó su ira, al ver el orgullo de los hombres, y la insolencia que esto significaba.
De ese modo, decidió confundir a los hombres sus lenguas, para que no pudieran
entenderse. Así los dispersó de allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar
la ciudad.
El nombre de dicha ciudad fue Babel (que es el nombre bíblico de Babilonia), porque
Dios confundió allí el lenguaje de toda la tierra.
Jacob y Esaú
LOS dos muchachos que ves son muy diferentes,
¿verdad? ¿Sabes cómo se llaman? El cazador es
Esaú, y el muchacho que cuida las ovejas es Jacob.
Esaú y Jacob eran hijos gemelos de Isaac y
Rebeca. Al padre, Isaac, le gustaba mucho Esaú,
porque era buen cazador y traía a la casa alimento
para que la familia comiera. Pero Rebeca amaba
más a Jacob, porque era tranquilo y apacible.
El abuelo Abrahán todavía estaba vivo, y podemos imaginarnos cuánto le gustaba
a Jacob oírle hablar acerca de Jehová. Abrahán al fin murió a los 175 años, cuando
los gemelos tenían 15 años.
Cuando Esaú tenía 40 años de edad se casó con dos mujeres de la tierra de
Canaán. Esto puso muy tristes a Isaac y Rebeca, porque estas mujeres
no adoraban a Jehová.
Entonces, un día pasó algo que hizo que Esaú se enojara mucho con su hermano
Jacob. Vino el tiempo en que Isaac iba a dar una bendición a su hijo mayor. Porque
Esaú era mayor que Jacob, Esaú esperaba recibir esta bendición. Pero ya Esaú
había vendido el derecho de recibir la bendición a Jacob. También, cuando los dos
muchachos nacieron, Dios había dicho que Jacob recibiría la bendición. Y esto es
lo que pasó. Isaac dio la bendición a su hijo Jacob.
Después, cuando Esaú supo esto, se enojó con Jacob. Estaba tan enojado que dijo
que iba a matar a Jacob. Cuando Rebeca supo esto, se preocupó mucho. Por eso,
le dijo a Isaac su esposo: ‘Va a ser terrible soportarlo si Jacob también se casa con
una de estas mujeres de Canaán.’
Por eso Isaac llamó a su hijo Jacob y le dijo: ‘No te cases con una mujer de Canaán.
En vez de eso, ve a la casa de tu abuelo Betuel en Harán. Cásate con una de las
hijas de su hijo Labán.’
Jacob obedeció a su padre, y enseguida empezó su largo viaje a donde vivían sus
parientes en Harán.

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