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otra regla de reconstruir, traducir, juzgar o criticar podría contra- En años más recientes, Anna Freud intentó integrar el mode-
ponérsele o sustituírsele. lotopográficoconelmodeloestructural,utilizando,parainter-
Con el compromiso de la propia identidad y la capacidad de pretar, alternativamente el uno y el otro, según el material clínico.
decodificar el inconsciente, el analista ahora, como el oráculo Significativamente, en todo este período, Freud mismo reco-
de entonces, se vuelve el intérprete, el decodificado( de lo ig- mendába "esperar el momento lusto" para interpreta¡ respetar
noto del paciente. y
las resistencias y evaluar con mayor cautela lafuerza la debi-
Por un cierto período, la interpretación era una pura y simple lidaddelyo,quesetornabagradualmenteelinterlocutorprinci-
"Herminia", una "traducción", por parte del analista, del mate- pal. En el-fondo, "donde estaba et etto, debía advenir el yo" '
rial manifiesto, con particular referencia a las fantasías y a los Lainterpretaciónprogresivamenteasumíatambiénconnota-
deseos sexuales y agresivos subyacentes, que, en este sentido, ciones instructivas y se consideraba, paradójicamente' la co-
y
venía con sus debidas formalidades, comunicada ni bien deco- municación analítica más grave, solemne, moral e instructiva'
dificada. A menudo, la sintaxis de estas interpretaciones era la y
a menudo intentaba estimular con elegancia sentenciosamen-
de un monólogo oracular, y la fueza era una tensión del ritmo, y
te las virtudes alejar su contrario'
del tono y de la cadencia. El analista no se limitaba a sugerir y En elfondo, el arte interpretativo se lograba a través de
la re-
facilitar, sino que anunciaba y decodificaba. nunciadelanalistaalapropiaespontaneidad.Deesteprincipio
En este sentido, los analistas podr[an ser dotados y elegidos deneutralidadderivabantodaslasotrasconvenciones;como'
para pertenecer a la peligrosa gracia "Hermenéutica" y dar in- por ejemplo, el mantener una neta separación y distancia entre
que no
terpretaciones válidas y profundas. Nace así, quizá, la imagen el mundo afectivo-emotivo del paciente y el del analista'
arcaica del analista oráculo, mago, lingüista y gran sabio: una puede y no debe tocar el humor del paciente'
especie de gurú idealizado, una figura críptica venerada y temi- Naturalmente, con la teorización de la técnica, se eliminaba
da, incluso hoy, por el estudiante en formación. pero
mucho de la improvisación y de la inocencia terapéutica'
Pero se notaba que la actitud del paciente hacia la interpre- con ella también la libertad de la autenticidad afectiva e imagi-
tación variaba de la reacción áspera hasta el privilegiar casi ex- nativa del analista.
clusivamente lo simbólíco, excluyendo lo real. La receptividad
de un determinado paciente a la metáfora interpretativa, por va-
riable que pudiese ser, se tornaba siempre un factor específico
ConlaasimilaciÓndelateoríaestructuralsemodificaba,
re-
y decisivo. ulteriormente, la técnica interpretativa, que debía incluir las
ex-
laciones con el yo, además de con el ello, y con el mundo
Las resistencias y las defensas del paciente hacia la interpre- terno y el superyó. Las influencias recíprocas de las agencias
tación llevaron a los primeros analistas a modificar la modalidad psíquitas tiy su vínculo con el mundo externo se volvían
centrales. "nir"
"pitiática", con cambios fundamentales e históricos en la técni-
ca psicoanalítica.
Enestesentido,lainterpretaciónapuntabaintencionalmen-
Reich (1928) consideraba el psicoanálisis como análisis del tealcambioydebíaconsiderarelefectomodificantedelainter-
carácter. Recomendaba una "coherencia" en la interpretación pretación sobre el mundo interno y externo del paciente'
de las resistencias, es decir, proceder por "estratos" de la su-
perficie a la profundidad. La interpretación debía estar dotada de una perlecta cohe-
rencia y economía emotiva. No debía existir emoción superflua
El interés por el análisis y Ia interpretación del carácter puso por parte del analista, ni vigor en el lenguaje o en el gesto que
énfasis más sobre la personalidad del analizado que sobre la re- no fuera en función del efecto final. Las tesis principales, co-
lación paciente-analista. El trabajo sucesivo de Anna Freud so- menzando por Strachey y por otros, estaban ligadas a la trans-
bre las defensas entra de nuevo en la misma tradición, al privi- y
ferencia, trasformada en el centro vital del ideal interpretativo,
legiar, en particular, la psicología de una persona y considerar, eran sólo las interpretaciones transferenciales, las que' consi-
especialmente, la descripción de los mecanismos de "defensa" in-
deradas mudabtes, influían en el superyó' Y sólo cuando las
y de la "resistencia".
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terpretaciones tocaban un "punto de urgencia" de afectos y re- No creo que se puedan valorar los aportes histÓricos de los
sistencias hacían al paciente capaz de cambiar. grandes autores y algunos aportes más oscuros sin discernir
Surge así la creencia de que el analista debe proveer sola- una herencia de procedencia metafórica y ritual que se remon-
mente interpretaciones de transferencia, que se refieran a proce- ta al exuberante aporte de los primeros autores pioneros y los
sos que se verifican en el presenfe, esto es, en la situación ana- subsiguientes, más rigurosos. No está todavía claro cómo fue
lítica, y son las únicas que pueden ser eficaces y modificantes. transmitida y amalgamada esta herencia con el trabaioso y crí-
tico período de las controversial drscussions, pero de ellas ad-
Eso contrastaba con la opinión y la experiencia de la mayo-
vertimos todavía su impronta en los debates, incluso los más re-
ría de los analistas, que se servían también de interpretaciones
cientes, en la Escuela Británica.
extratraslativas (llamadas no traslativas) y, por lo que parece, del
mismo Strachey, analista de Winnicott. El segundo siglo del psicoanálisis es notable por la variedad
de los aportes teórico-clínicos y la aguda sensibilidad teórica y
Naturalmente, la relación entre el hecho terapéutico y la for-
crítica, pero todavía hoy falta una vigorosa teoría crÍtica global.
mulación de una interpretación "justa" interesó a numerosos
Las distintas escuelas sufren por la diversidad de intentos y se
autores también anteriormente y se ha afirmado que, en ciertas
vuelven a menudo farragosas en el esfuerzo de conciliar las
circunstancias, también interpretaciones incompletas pueden
convenciones de un análisis clásico con aspectos del intercam-
ser útiles en el proceso terapéutico.
bio recíproco y espontáneo que surgen en el "seffing analítico"'
Contemporáneamente, en un artículo de gran significación,
El problema podría tener también raÍces más lejanas' En el
Richard Sterba (1934) ponía el acento especialmente en la fun-
fondo, el psicoanálisis no podía ignorar continuidad y tradición,
ción de la introspección en la relación analista-analizado.
y si bien Freud (1932) había excluido que el psicoanálisis tuviese
Sterba, en aquel trabajo, se interrogaba acerca del destino una Weltanschauung, las influencias culturales sobre las pers-
del yo en la terapia analítica y distinguía dos partes del yo en el pectivas psicoanalíticas se hicieron cada vez más evidentes'
análisis: una, inmersa en la experiencia de la sesión; la otra, en
la comprensión de dicha experiencia a través de la identifica- Y si el cruce de las distintas culturas miteleuropeas llevaba al
psicoanálisis británico a las "discusiones controversiales", la
ción con la función analizante del analista.
transposición del ideal filosófico del pasado en una forma perpe-
El trabajo seminal de Klein (1932), transferida de Berlín a Lon- tua y actual, tan característico en la cultura francesa, creaba un
dres, inauguraba una nueva era y se volvía fundamental en el de- período de duda interior en el movimiento psicoanalítico gálico.
sarrollo sucesivo de la práctica interpretativa de sus seguidores.
La literatura francesa ha contribuido en gran medida a formar
Trabajando, como se sabe, con los niños, Melanie Klein lle- la sensibilidad psicoanalítica local, y gran parte de la tradición psi-
gó a la conclusión de que todos los comportamientos sucesi- coanalítica francesa ha sostenido más el atractivo filosófico que
vos eran, en gran medida, una repetición de los vínculos verifi- el rigor clínico; y así en los años cincuenta se encontró afrontan-
cados durante el primer año de vida; y, en este sentido, todas do una elección: o convertirse en un análisis sociocultural o en-
las comunicaciones que proveía el paciente se consideraban e contrar una nueva estrategia clínica para la propia supervivencia.
interpretaban como repeticiones en la transferencia de relacio-
Naturalmente, el carisma de Lacan reunía capacidades teó-
nes infantiles precoces.
ricas brillantes con una libertad teórica autónoma respecto de la
Edgard Glover (1940), en cambio, argumentaba que "una disciplina analítica clásica, pero sería decididamente parcial
adecuada concepción de la transferencia debe reflejar la totali- sostener que toda la tradición psicoanalítica francesa contiene
dad del desarrollo individual... el individuo traslada al analista no esa práctica libre y seductora que se ha intentado definir como
sólo afectos e ideas sino todo aquello que ha tomado u olvida- "psicoanálisis f ilosóf ico".
do en el curso del propio desarrollo psíquico".
Muchos psicoanalistas ilustres (Bouvet, Lagache, Lebovici,
En el interior del movimiento psicoanalítico, comenzaban a Nacht y otros) optaron por una vertiente clínica, sin negarse a
desarrollarse dos líneas diverqentes, y la tarea de integrar la teo- una amplitud cultural, manteniendo así una brillantez teórica, un
ría con la ciínica se hacía cada vez más difícil. diálogo y una recíproca fertilización con las otras disciplinas. El
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psicoanálisis clásico ha ganado una economíaválida formal, sin tá última heurística, epistemológica o terapéutica, para Winni-
perder una excesiva dosis de vitalidad cultural. cott descubrir el síntoma lingüísticamente estructurado no ago-
En el carácter y en la educación de Lacan, estaba la impron- ta la tarea analítica clínica. Y si, naturalmente, el lenguaje coe-
ta típicamente francesa poscartesiana. Lacan se dio cuenta de xiste con el desarrollo de las civilizaciones ('la civilización',
cía Freud-'comienza cuando los primeros hornbres, en lugar
-de-
que la tradición teórica psicoanalítica habría podido reflejar la
situación cultural y sociopolítica de los últimos años en Francia. de arrojarse piedras, comenzaron a decir que querían hacerlo'),
En los años cincuenta-sesenta, y tal vez también desoués, los no ocurría asíen el desarrollo del individuo. 'El lenguaje se agre-
debates difícilmente asumían una forma abiertamente clínica, y ga después...', subrayaba Winnicott. Él (Winnicott) no creía en la
los psicoanalistas lacanianos, en lugar de hacer el psicoanálisis reconstrucción de la historia de un individuo reflejada solamen-
más riguroso, decidieron nutrirlo con el prestigio creclente de te en la lengua y revitalizada por ésta. Es imposible encontrar un
las "ciencias humanas" (lingüística, antropología estructural, léxico que por sí solo explicite, articule y formalice completa-
política y filosofía, arlte avant-garde y literatura de moda, como mente la historia de los pacientes y, sobre todo, su vivencia es-
el surrealismo, el futurismo, etc.), así como con los estudios his- pecífica. Consciente de la intrusiva inadecuación del lenguaje, él
tóricos, con un ojo atento a algunos ámbitos fascinantes e inex- siempre formuló sus interpretaciones con economía mesurada y
plorados del pasado filosófico y del presente sociopolítico. Sus evitó deliberadamente la investidura obsesiva y filosóficamente
aportes en el campo de la interpretación mantienen los valores naif de la palabra. Nunca usó frases demasiado largas, a menos
y los defectos de su fundador. que estuviese muy cansado.
En el lenguaje y en el modo de vida franceses, que están es- A menudo su reticencia a la verbalización a toda costa y la
trechamente asociados, habia naturalmente un nivel de feed- fertilidad del silencio, y naturalmente su particular y deliberado
back, de excelsitud y grandilocuencia, en las que difícilmente tacto, creaban un efecto de sensibilidad casi perdido en los en-
pañicipan otras culturas. Pero algunos conceptos fundamenta- cuentros psicoanalíticos. El holding environment, es decir, un
les (metáfora, metonimia, significación, etc.) mantienen su valor milieu adaptado, análogo a los cuiclados maternos, se ofrecía
universal. para permitir al paciente la revelación de sí mismo" (Giannakou-
las, 1993).
Con la presencia de Lacan en París, en el momento en el que
la presencia de Freud estaba faltando, y los grandes aportes Desde los años cuarenta, espacio y tiempo se tornaron gra-
teóricos comenzaban a palidecer, se abria una encrucijada en la dualmente elementos importantes, y la i nterpretaci ó n, entendida
historia del movimiento teórico y clínico psicoanalítico. como aquello que confiere al lenguaje una vida que trasciende el
momento y el lugar de la inmediata expresión o transcripción,
Lacan, por inclinación natural, habría podido continuar la tra-
fueron objeto de estudio para diversos autores.
dición de sus más ilustres predecesores en psicoanálisis, comen-
zando por Freud. Las raíces del lacanismo, además, eran más Para Rickman, que acuñó el termino hic et nunc,la unidad de
políticas que técnicas y reflejaban el período rebelde y extrava- tiempo y de lugar no era más que un medio para cónseguir el ob-
gante de este autor. Con la abolición del settrng, los lacanianos jetivo principal, es decir, recuperar el pasado en el presente.
lanzaban un último desafío a la tradición psicoanalítica clásica. A menudo, se menciona la brillante descripción de lV. Klein
Lacan se volvió también muy crítico sobre el uso exaspera- en la que ilustra de un modo fascinante cómo se debe ir hacia
do de la transferencia, que comparaba con una corrida, donde atrás y adelante en el tiempo para comprender a un paciente: "A
el torero, en lugar de sí mismo, propone siempre la muleta. Hay través de esta aplicación ampliada de la situación de transfe-
que decir que Lacan, en lugar de la transferencia, en la misma rencia, el analista descubre que está jugando una variedad de
medida, proponía el instrumento lingüístico por excelencia, "la roles en la mente del paciente, y que él no sólo está por las per-
palabra", que permaneció, por lo demás, abstracta y rigurosa- sonas reales del presente y del pasado del paciente, sino tam-
mente pura. bién para los objetos que el paciente internalizó desde sus pri-
meros días de vida en adelante, construyendo su superyó. En
De paso, "si para Lacan y la escuela lacaniana la palabra de
ese sentido, estamos en condiciones de comprender y analizar
la pasión es sólo médium de la acción psicoanalítica, ya sea es-
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el desarrollo de su yo y su superyó, su sexualidad y el comple- Strachey- me ha vuelto desconfiado con respecto a las des-
jo edípico desde sus orígenes. Si durante el curso del análisis cripciones deltrabajo interpretativo en análisis que parecen dar
somos constantemente guiados por la situación de transferen- crédito a las interpretaciones de todo aquello que sucede, co-
cia, estamos seguros de no sobrevalorar las experiencias reales mo si el proceso del paciente se hubiera perdido de vista" (Phi-
del presente y del pasado, en cuanto ellas se vean una y otra llips, 1988).
vez a través del medio de la situación de transferencia." Winnicott nunca negó la importancia crucial de la interpreta-
Una mayor reflexión sobre fenómenos de transferencia y ción del trabajo analítico y nunca consideró el holding como una
alternativa sustitutiva de la interpretación. Pero hace notar que
contratransferencia
--notaba Balint (1968) - podría eviden-
ciar el efecto que pueden tener sobre el analizado, y sobre el en todo paciente se debe evaluar cuidadosamente cuándo el
vínculo entre paciente y analista, el modo y el estilo de inter- analista debe trabajar enfatizando la interpretación de los con-
pretar. flictos inconscientes o satisfacer una necesidad del yo a través
de una adaptación activa.
Balint destacó el hecho de que el parlicular lenguaje y el par- Como dice Winnicott, en el proceso analítico, a menudo, el
ticular marco conceptual utilizados por el psicoanalista determi- analizado revive y actualiza los hechos de una cierta etapa de Ia
nan, inevitablemente, el modo en que el paciente llega a tener propia vida, y el analista provee una situación de adaptación ac-
una comprensión de sí. Partiendo de este punto de vista, la con- tiva total, en la medida en la cual es capaz y por la duración ne-
siguiente modificación terapéutica del análisis dependería, en cesaria y, sucesivamente, de gradual disminución de la adapta-
gran medida, del ofrecimiento de un marco conceptual y afecti- ción: como un ambiente "suficientemente bueno" que suministre
vo estructurado y organizado, dentro del cual el paciente puede un " hold i ng" razonable.
con éxito ponerse a sí mismo y la propia experiencia como su- Hay que recordar que, en los primeros períodos, en el térmi-
jetos de sí y de los otros (ver también Sandler et al., 1973). na transferencia el significado erótico aparecía más intenso; pe-
Balint con mucha autoridad ha criticado las consecuencias ro en los rnomentos de quietud la amistad estaba presente con
inesperadas de la técnica tal como se aplicaba en la segunda la misma fueaa del amor. La similitud no tenía pretensiones, en
mitad de los años cincuenta y sesenta. El autor observaba que absoluto, y la así llamada transferencia de afecto y de amistad
"actualmente los analistas se deleitan interpretando cualquier que Freud consideraba "un instrumento deléxito en psicoanáli-
cosa que suceda en la situación analítica en términos de trans- sis" podría, a mi parecer, incluir elementos de un holding diná-
ferencia, es decir, 'la relación objetal'. Esta técnica, por otra par- mico. La fueza de la amistad y de la confianza fundamental pa-
te sensible y eficiente, implica que nos ofrezcamos a nuestros ra el vínculo terapéutico creo que es igualmente vital que la del
pacientes de manera incesante como objetos a los cuales afe- amor. Como se sabe, el concepto de alianza terapóutica, como
rrarse (agarrarse), e interpretamos cualquier cosa contraria al del holding, permanece en términos tanto clínicos como teóri-
apego como resistencia, agresividad, narcisismo, irritabilidad, cos muy ambiguo e incierto. Lo que Winnicott ha llamado hol-
arrgustia paranoide, miedo de castración, etc.". ding era una visión dinámica de una perspectiva interactiva
donde madre y niño, subjetivo y objetivo, realidad interna y am-
Fue Winnicott quien tomó la señal e intuyó que algunas con-
biente se condicionan recíprocamente.
venciones psicoanalíticas clásicas estaban vacías de una fe vi-
va, e hizo una crítica singular de métodos superinterpretativos
del psicoanálisis que no tienen confianza en el desarrollo como El atento, alegre espiritu de observación de Winnicott, su
tendencia natural humana y en el potencial del niño. realismo picante, lafuerzay la humanidad de su juicio lo eviden-
Para Winnicott, es "el proceso evolutivo del paciente lo que ciaron íntimamente ligado al primer Freud y, especialmente, a
determina el análisis. La interpretación simplemente facilita di- Ferenczi, pero él nunca escondió su gran deuda para con M.
cho proceso, no puede usurparlo, sino a costa del verdadero Klein.
se/f del mismo paciente". "Mi experiencia de análisis con Stra- Para Winnicott, los sentimientos no tienen límites tan preci-
chey Winnicott en la necrológica por la muerte de sos y, a menudo, sus interpretaciones están sofocadas delibe-
-escribe
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radamente, carecen de aquella luz deslumbradora de la inter- "[Vle interrogué también acerca del vínculo entra esta imagen
pretación "hasta el fondo" que se encuentra en las intervencio- de un espacio que contiene, rodeado de caras dirigidas al inte-
nes kleinianas. Pero contienen también pasajes de una profun- rior, y sus sentimientos relativos a mi modo de experimentarla.
didad que resiste la crítica precisamente porque la intervención Podríamos, quizá, decir que su capacidad de autoconciencia,
del autor es en extremo discreta, casi sugestiva. de mirar dentro para ver qué hay realmente, está emergiendo a
Por otra parte, es probable que ninguno, además de Winnicott, consecuencia de haberme experimentado con continuidad co-
haya captado plenamente un cierto equívoco sobre el cual se pue- mo una madre, que intenta sostener y desarrollar en el interior
den fundar, a veces, las teorías psicoanaliticas. Existe, como se de sus intereses una imagen de su (de Susan) realidad tan com-
sabe, un sentido cleicalmás que clínico, que a menudo invade el pleja. Además, en este sentido, pensé que el contraste entre el
psicoanálisis institucionalizado. Winnicott mismo estuvo obligado guijarro tridimensional y el símbolo del pene con testículos, ape-
a defender algunas libeftades de su trabajo interpretativo contra nas bosquejado y no sombreado, podía representar su lucha
los cánones de un riguroso sentido clásico, escribiendo que por encontrar un símbolo de la capacidad de pensamiento re-
"Freud tocó casi todos los aspectos de las relaciones entre perso- flexivo, un modo para pensar dicha capacidad. En efecto, la ca-
nas íntegras y, en efecto, es muy dificil hacer ahora un aporte, sal- pacidad de tener muchas ideas en mente al mismo tiempo, con-
vo reafirmando en otras palabras lo que ya ha sido sancionado. tenerlas, permitir que interactúen, rebullan y sean trasformadas
Ninguna teoría que niegue o evite estas temáticas es útil',. (una capacidad que Susan había dicho haber tenido en el Hos-
pital N. l.) me pareció requería un símbolo femenino, como en
efecto se mostraba, en el recipiente contenedor; mientras la in-
Para Winnicott, el saber del psicoanalista no debería rnenos-
tención de asimilar la capacidad de sentimiento y de pensa-
preciar la capacidad, el insight y los valores de sostén y paren-
miento reflexivos a la actividad del pene eyaculante podía lle-
talidad usados a través de los siglos, cotidianamente, en cada
varla a esperar que su único modo de ponerse en relación con
familia y sociedad lo suficientemente buena.
el mundo fuese una especie de irreflexiva explosividad.
En efecto, debemos recordar que el movimiento psicoana-
Seguramente, Susan se había comportado, a menudo, co-
lítico en Gran Bretaña ha sido profundamente influenciado por
mo si considerase la emoción una especie de explosión repen-
la tradición y la cultura británicas del hacerse cargo del pacien-
tina, y no un estado prolongado (a "held" state). En términos psi-
te. La palabra "cuidado" (care) es a menudo crucial para la coanalÍticos convencionales, se podría intentar decir que Susan
práctica psicoanalítica británica. Cuidar no significa sólo tratar,
comenzaba a ser más capaz de identificarse con una imagen
sino también hacerse cargo de, fo look after, y usualmente
uterina que con una imagen fálica."
preocuparse.
Rickman notaba que "la enfermedad mental consiste en no
ser capaz de encontrar a alguien que pueda sostenernos,'. El El supuesto teórica de Milner, asícomo el de Winnicott en el
pasaje "a consecuencia de haberme experimentado con conti-
trabajo de Winnicott y el libro de tV. Milner Las manos del Dios
viviente muestran que, más que rechazar pacientes cuyas per- nuidad como una madre, que intenta sostener y desarrollar en
turbaciones psíquicas no pueden adaptarse al setting, el settrng el interior de sus intereses una imagen de su (de Susan) realidad
debe ser modificado o dírectamente inventado, construido, tan compleja" es que el niño toma dentro de sÍ, introyecta, las
creado para adaptarse al paciente. Un testimonio fundamental modalidades y los cuidados (hoiding, handling y presentación
es el famoso caso de Susan, una rnuchacha del campo, esqui- del objeto) del analista, como de la madre, y las absorbe.
zofrénica, hospedada y amparada por años en casa de Winni- También P. Heimann (1989)sostuvo que "cuando elyo recibe
cott, para tener un análisis con l\¡1. Milner. estímulos desde el exterior, los absorbe y los hace parte de sí, los
Hay que leer atentamente las deliciosas intervenciones de introyecta... podemos definir el inicio del yo en correspondencia
Marion Milner para encontrar algo que supere la concisa pers- con las primeras introyecciones de otra entidad psicológica".
picacia de la atención contenida y del diálogo espontáneo y ori- Como dice Khan, "veamos el interesante proceso de la absor-
ginal entre Winnicott y sus pacientes. ción en el niño de los elementos de lo que representa el atender
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al niño, lo que podría llamarse los elementos del sostén del yo". "Todo se desliza a nivel de equivalentes concretos sin capa-
Es particularmente interesante el vínculo entre esta absorción cidades simbólicas", subraya Segal. Como se sabe, Segal hace
del ambiente y los procesos introyectivos que Sterba mencionaba. una distinción entre simbolismo concreto, donde el símbolo es
"En el settrng analítico buscamos, a través de nuestra pre- equiparado a lo que simboliza, y una forma más evolucionada,
sencia y consistencia, y nuestro compromiso afectivo-emotivo donde el símbolo representa el objeto, pero no se confunde ni
Khan- hacer accesible al paciente la posibilidad de in- identifica con el objeto, y no pierde las características propias.
-decÍa
troyectar un ámbito que amplíe el espacio en el cual puedan El simbolismo concreto crea malos entendidos, falsas creencias.
La autora ha relacionado la concreción con el predominio de la
operar los procesos psíquicos."
identificación proyectiva de la posición esquizo-paranoide. Una
Para Khan, lo que importa con algunos pacientes es su ca- excesiva identificación proyectiva equipara elobjeto con la par-
pacidad de soñar, y no la interpretación de su sueño. Refirién-
te proyectada del sujeto que lleva a una identificación concreta.
dose a estos casos, Khan nota: "Los procesos oníricos están Bion dirigió su atención al hecho de que sea la patología de la
presentes, lo que falta es el espacio... La incapacidad de un pa-
identificación proyectiva, más que su intensidad, la que provo-
ciente de usar el espacio del sueño como un lugar donde actua- ca la concreción. En particular, pensaba que la proyección y la
lizar lo vivido en los procesos oníricos lo lleva a actualizar sus fragmentación del aparato proyectivo de cualquiera llevaban no
sueños en el espacio social." sólo a la percepción distorsionada del objeto, sino también a la
M. Khan distingue clínicamente entre un sueño (un buen mutilación del aparato perceptivo del sujeto.
sueño) y una absurda mélange de imágenes que pueden usur- H. Segal agrega "que en tales situaciones lo que se proyec-
par el lugar del sueño, pero no pueden cumplir ninguna de sus
ta es Ia capacidad cognitiva misma y la capacidad de juicio, así
funciones. Desde el punto de vista clínico, dice M. Khan, es un que los objetos se experimentan como omniscientes y juzgado-
error tratar lo vivido oníricamente como si fuese un sueño, bus- res; los objetos malos creados tienen, generalmente, la cualidad
car asociaciones al contenido y agregar a las dificultades del pa-
de un potente superyó". Los ángulos de la interpretación natu-
ciente el peso de una armadura interpretativa, que no hará más ralmente cambian en este caso dentro de la misma escuela klei-
que volver ulteriormente difícil la elaboración del problema y au-
niana.
mentar la disociación del paciente. Lo vivido resulta fatigoso,
pesado y opresivo; se debe explorar la función que cumple lo vi-
vido. En eso vivido, las transformaciones simbólicas no tienen A pesar de nuestros instrumentos antitéticos y complementa-
lugar donde actualizarse. rios, pero sin duda útiles, de la contratransferencia, la identifica-
tvl. Khan sostiene que la tarea del analista en estos pacien-
ción proyectiva y la empatía puedan permitirnos entrar en contac-
to con estos pacientes, debemos reconocer nuestros límites.
tes es la de proveer un sostén y un apoyo para el self , para
construir el propio espacio psíquico hasta que esté estructura- Justamente por esto, pienso que varios aportes de este si-
do para poder recibir y usar las interpretaciones. glo, heredados por nosotros, por más que sean antitéticos y
J.-8. Pontalis y H. Segal han explorado, cada uno por su complementarios, y puedan parecer generalmente, también,
"no asimilables y superponibles", son siempre esenciales.
cuenta, un territorio similar, usando conceptos algo distintos. En
estas situaciones, para Pontalis, a falta de espacio o de una No describiré la evolución y la utilidad de las ideas de Bion
pantalla, las imágenes se pierden en el horizonte, tal como dice sobre contenedor y contenido, ni sobre la formación de los ele-
T. S. Eliot: mentos alfa y beta, porque ya son conocidos, pero me referiré
ampliamente a algunos pasajes de Vincenzo Bonaminio (1997)
que encuentro muy pertinentes y de gran utilidad para nuestra
Expoliación de cada propiedad. temática.
Disecación del mundo del sentido. Bonaminio hace notar que "también la recomendación bio-
Evacuación del mundo de la fantasía. niana de la suspensión de memoria y deseo por parte del ana-
lnactividad del mundo del espíritu. lista es, como la de Winnicott, muy lejana de 'tecnicista'; y, co-
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mo Winnicott, Bion remite con su recomendación no a una es- Una de las mayores innovaciones técnicas, según mi parecer, la
trategia técnica sino a una ubicación del analista dentro del describe Milner en sus sesiones con Susan.
ambiente del análisis, en el qui-ed-ora de la sesión, a un estar-
Refiriéndose a la propia falta de conciencia de su cuerpo y el
consigo-mismo, para poder estar con el paciente. [...] una tradi-
efecto sobre Susan, Milner comenta: "lVluy lentamente... comen-
ción de la que forman parte esas preguntas que se hacía, a par-
cé a sospechar que este peso debía tener un aspecto profunda-
tir de los años cincuenta, Paula Heimann: '¿Quién habla y a
mente físico; en efecto, yo estaba empezando a creer cada vez
quién habla esta persona, de qué habla el paciente y por qué
más que lo que yo decía era, a menudo, menos importante que
ahora?' Un cuestionarse del analista en el qui-ed-ora de la se-
mi estado cuerpo-mente en sus sesiones."
sión, que M. Little integró con una ulterior dimensión, afirmando
que cada analista, en cualquier momento, debe decidir 'cómo se "A medida que la terapia avanzaba Milner-, co-
-escribe
mencé a creer que, antes de que hubiera habido un cambio real
siente, por qué se siente así y por qué justo en ese momento'.
Como concluye Bollas (1968), a estas cuestiones cruciales plan- en ella, habría ocurrido un cambio en mi.
teadas por Heimann y Little, en la tradición "independiente" de No sólo porque entendía cadavez más y daba mejores inter-
Winnicott y Balint, se deben agregar las consideraciones de pretaciones, sino también porque entendía que debía renunciar
Bion, quien se preguntaba,'qué'está hablando o manifestándo- a buscar tan difícilmente el formular explicaciones, una renun-
se, en esa forma y 'en relación con qué'. cia que yo encontraba difícil, porque ella siempre estaba deseo-
La atención prevaleciente de Bion, derivada de la tradición klei- sa de tenerlas... y con cuánta lentitud yo debía ver que eso que
niana, es a las 'partes' de la personalidad y a los 'objetos internos'; a ella le interesaba especialmente y al respecto buscaba decir-
como la de Winnicott es a la totalidad delse/f y a su oscilación de me, no era aún la satisfacción del instinto sino establecer el sen-
la no-integración ala integración y ala personalización. Esta diver- tido del ser. La falta en S. del sentido del ser físico, su incapaci-
sidad de ángulo observador está bien marcada por la dlferencia dad de sentir su cuerpo sostenido por el diván y sus pies en
del uso del 'qué'y del 'quién', como diferentes partes gramatica- contacto con el piso, es uno de los temas recurrentes de todo
les del discurso psicoanalítico en torno al paciente. el libro, como son sus síntomas físicos, el sonrojarse involunta-
rio y el inclinar hacia un lado la cabeza, el continuo dolor de cue-
Podría extender esta argumentación de la diferencia de án-
llo y el sentido de constricción en su cabeza."
gulo y perspectiva acerca del paciente entre Winnicott y Bion
notando, siempre en el nivel terminológico, el uso de los térmi- En el proceso terapéutico, entre ambas logran gradualmen-
nos 'contenedor' y 'holding'. te una gran conciencia del propio cuerpo y de sus potencialida-
des. Con el tiempo, la analista siente que mantiene vivo, dentro
El container es una cosa, un objeto que cumple una función
de sÍ, el sentido de la gran belleza física de su paciente.
de recoger: semántica y metafóricamente, nos remite a un es*
pacio cóncavo, hueco; mientras que la semántica de holding re-
mite a una postura corporal y, aquí, de nuevo, la atención de Tampoco Winnicott dudaba en dar valor a la esfera privada
Winnicott nos lleva ala matriz psicosomática. de la comunicación, al idioma de la intimidad, con los necesa-
La función 'soñante' implicada en la sugestiva expresión bio- rios silencios, al gesto subterráneo o al movimiento corporal. Es
niana de réverie materna remite a lo 'mental' en cuanto actividad la centralldad del idioma personal, el verdadero se/f del pacien-
de pensamiento, si bien primario y naciente como es el sueño en te que, según Winnicott, estructura, natural y gradualmente, el
sus pofencialidades transformativas de los elementos beta. genuino contacto entre paciente y analista. La confianza recí-
proca y la espontaneidad de la experiencia en el interior de un
Aquello que, de este concepto, se considera el equivalente
contrato tal permiten a la pareja terapéutica, como a la pareja
winnicottiano, pone al contrario, de nuevo, el acento sobre una
madre-niño, trabajar en modo provechoso y significativo.
dimensión más afectiva y en definitiva más corporal".
Comentando el libro de Milner En manos del Dios vivo, Go-
rer escribe que "no conoce otro estudio donde los cuerpos de Si la técnica de Freud, a principio de siglo, se tornaba el ve-
ambos (analista y paciente) estén tan sólidamente presentes". hículo para hacer emerger el contenido inconsciente reprimido,
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I
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La elaborac¡ón
nes, significacrear un espacio para el apoñe del paciente, que
es fundamental.
El mar no esfá más.
En el contexto del espacio terapéutico, donde paciente y
analista no sólo se encuentran entre sí, sino que se encuentran George Seferis
también a sí mismos en una profundidad raramente accesible
en cualquier otro sefting, pueden nacer las experiencias com-
partidas mutativas, en la medida en que se incluya la oportuni-
[\/luere también el mar.
dad de la interpretación.
Federico GarcÍa Lorca
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