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Apuntes de Psicología

Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental,


A. Moreno y otros Relación de pareja y sintomatología depresiva de la mujer
2009, Vol. 27, número 2-3, págs. 489-506. Universidad de Cádiz, Universidad de Huelva y
ISSN 0213-3334 Universidad de Sevilla

Relación de pareja y sintomatología


depresiva de la mujer: implicaciones clínicas
desde una perspectiva de género

Alicia MORENO FERNÁNDEZ


Universidad Pontificia Comillas de Madrid
Beatriz RODRÍGUEZ VEGA
Universidad Autónoma de Madrid
María José CARRASCO GALÁN
Universidad Pontificia Comillas de Madrid
José Javier SÁNCHEZ HERNÁNDEZ
Universidad Autónoma de Madrid

Resumen
Este artículo presenta los resultados de una investigación con una muestra de
mujeres casadas y con hijos (un grupo control y un grupo de pacientes depresivas). Se
evaluó en ambos grupos y en la muestra global la asociación entre la intimidad y dis-
tintos aspectos del poder en la pareja, por un lado, con el nivel de satisfacción marital y
el nivel de sintomatología depresiva, teniendo en cuenta también la influencia de otras
variables psicosociales habitualmente vinculadas a la depresión. Los resultados muestran
la relevancia del grado de intimidad y de todos los aspectos referentes al poder en la
relación (recursos educativos y laborales, estrategias de comunicación, reparto de tareas
y decisiones y grado de equidad o igualdad) a la hora de explicar las vivencias depresivas
de las mujeres. Finalmente se exponen las implicaciones clínicas de estos resultados para
el trabajo psicoterapéutico con mujeres o con parejas.
Palabras clave: Sintomatología depresiva, ajuste marital, mujeres, intimidad, poder,
desigualdades, perspectiva de género, psicoterapia de pareja.

Abstract
This article presents a research conducted with a Spanish sample of married women
with children (divided into a community group and a clinical group of depressed patients).
The goal of the research was to evaluate in the global sample and in both groups the
association between marital intimacy and several aspects of marital power, on one hand,
with the level of marital adjustment and depressive symptomatology. Several psychosocial
variables usually associated with depressive symptomatology were also assessed. The

Dirección de la primera autora: Instituto de Postgrado. Universidad Pontificia Comillas de Madrid. c/ Rey Francisco,
4. Madrid 28008. Correo electrónico: amoreno@ip.upcomillas.es

Recibido:
Apuntes demayo 2009. Aceptado:
Psicología, julio27,
2009, Vol. 2009.
número 2-3, págs. 489-506. 489
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results establish a strong and significant association between the level of intimacy and
the different aspects of marital power (educational and economic resources, commu-
nication strategies, the division of tasks and decision making, and the degree of equity
and equality) with the depressive symptomatology of women. Clinical implications for
individual or couples psychotherapy are drawn from these results.
Key words: Depressive symptomatology, Marital adjustment, Women, Intimacy,
Power, Inequalities, Gender Perspective, Couple´s Therapy.

Las mujeres se deprimen durante la sintomatología depresiva como la dificultad y


mayor parte de su vida adulta en una propor- estrés derivados de compaginar un empleo re-
ción que dobla o triplica la de los hombres munerado con el cuidado de la familia (Pérez
(Weissman, 1987; Delgado, González y Blasco y Serra, 1995; Sebastián, 2001).
Mas Hesse, 1993; Ustin y Sartorius, 1995; A estas características de los roles de las
Culbertson, 1997). Entre las hipótesis que mujeres se puede sumar el efecto de una serie
surgen para dar cuenta de esta diferencia de circunstancias adversas, como la falta o la
de sexo, una de las que tiene mayor apoyo dificultad de acceso a mayores recursos eco-
empírico es la perspectiva psicosocial, que nómicos o laborales, diversas experiencias
explica el mayor riesgo de depresión en la de victimización o de violencia de género, o
mujer como resultado de las desigualdades los acontecimientos estresantes que afectan
sociales entre hombres y mujeres. De hecho, a las mujeres o a personas cercanas. Si no se
las mayores diferencias de sexo en las tasas cuenta para hacer frente a estas circunstancias
de depresión y de sintomatología depresiva con el apoyo de personas significativas y,
se dan en las edades medias de la vida, que es sobre todo, del cónyuge, el riesgo de depre-
precisamente cuando hay más disparidad en sión de la mujer aumenta significativamente
las circunstancias de vida y los roles sociales (Brown y Harris, 1978; Kessler y McLeod,
y familiares de hombres y mujeres, sobre 1984; Brown, Harris y Hepworth, 1995;
todo los casados y con hijos (McGrath, Kei- Cotten, 1999).
ta, Strickland y Russo, 1990; Brems, 1995; Además, desde una perspectiva com-
World Health Organization, 2000; Matud, plementaria a la psicosocial, se plantearía
Guerrero y Matías, 2006). que algunas características del rol de género
Así, aunque el matrimonio ejerce, en femenino, como la tendencia de la mujer a
general, un efecto beneficioso sobre la salud valorarse en función de su capacidad de cui-
física y mental de ambos sexos, dicho efecto dar y mantener vínculos, puede contribuir a
es algo menor en las mujeres, debido a las aumentar su malestar emocional, cuando se
asimetrías tradicionales en la distribución de devalúa esa orientación a las relaciones, o
cargas, y al mayor impacto en la salud mental éstas no promueven el intercambio afectivo
de la mujer de una mala relación (Rodríguez igualitario (Jordan et al., 1991; Miller, 1992;
Vega, 1993; Cotten, 1999; Hollist, Miller, Tavris, 1992; Worel y Remer, 1992).
Falceto y Fernandes, 2007). La maternidad La relación de pareja es entonces un mar-
supondría un riesgo, sobre todo cuando la co privilegiado para estudiar si la depresión
mujer cuenta con poco apoyo o reparto en y la sintomatología depresiva de la mujer se
las tareas de crianza. En cuanto al trabajo, asocian con la falta de intimidad o conexión
pueden influir sobre la mujer tanto el rol de emocional y con las desigualdades sociales,
ama de casa, típicamente asociado con la reflejadas en este caso en las diferencias

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en el ejercicio y reparto de poder entre los difícil desafiar la homeostasis de la relación,


cónyuges (Goldner, 1989; Carter, 1996; que ella misma contribuye a mantener (Byrne
Knudson-Martin, 1997; Steil, 1989; Byrne y Carr, 2000; Jones y Asen, 2000).
y Carr, 2000; Steil, 2000).
Hay diversos modelos teóricos y abun- Objetivos e hipótesis
dante evidencia empírica que explican y
evalúan el impacto de la falta de apoyo Partiendo de estas grandes líneas teóri-
emocional en la pareja sobre la mujer (Jack, cas, nos planteamos esta investigación con
1991; Sperberg y Stabb, 1998; Beach, 2001; el objetivo general de profundizar en la aso-
Coyne, Thompson y Palmer, 2002; Heene, ciación entre la calidad y las características
Buysse y Van Oost, 2007; Hollist et al., 2007; de la relación de pareja y la sintomatología
Whiffen, 2007). En cuanto a las desigualda- depresiva de la mujer. En concreto, los obje-
des o diferencias de poder, los análisis de la tivos de la investigación fueron:
relación desde un enfoque de género ponen
en relación el bienestar de la mujer en la a) Estudiar el grado de asociación entre el
pareja con el reparto de recursos, de cargas y ajuste marital y la sintomatología depre-
de privilegios entre los cónyuges. Desde esta siva en la mujer.
perspectiva se plantea que hay un paralelis- b) Estudiar la asociación de la intimidad y
mo, que es especialmente significativo para diversos aspectos del poder en la pareja
las mujeres con hijos y con roles más tradi- con el ajuste marital y con la sintoma-
cionales, entre el grado de poder de la mujer tología depresiva. Dentro del poder se
en la relación y su sintomatología depresiva valoraron tres dimensiones: las estrate-
(Mirowsky, 1985; VanYperen y Buunk, 1990; gias de influencia entre los cónyuges, el
Silverstein y Perlick, 1995; Steil, 1997; reparto de tareas domésticas y de toma
Halloran, 1998; Byrne, Carr y Clark, 2004). de decisiones, y el grado de equidad o
Desde la teoría sistémica se formulan de igualdad en la relación.
hipótesis clínicas que interpretan la depresión c) Analizar las interrelaciones entre los
de uno de los cónyuges como el reflejo de componentes de la relación de pareja. Por
desequilibrios o disputas por el poder. Linares un lado, entre la intimidad y el poder, y por
y Campo (2000), por ejemplo, consideran otro, entre los distintos aspectos del poder.
que la depresión sería una expresión de im- d) En cuarto lugar, situar la asociación entre
potencia o debilidad y simultáneamente una ajuste marital y sintomatología depresiva
protesta o rebelión, una manera indirecta de en relación a la influencia de ciertas varia-
cuestionar esa asimetría y ganar poder sobre bles psicosociales típicamente asociadas
el cónyuge. Lerner (1987) plantea que la a la depresión o sintomatología depresiva,
mujer tendría mayor riesgo de ser el cónyuge tales como los recursos de la mujer, el apo-
deprimido porque socialmente se prescribe yo social y los acontecimientos vitales.
para ella un rol debilitado en la relación, en e) Por último, se comparó si todas estas aso-
la que debe sacrificar “yo” en función del ciaciones entre variables eran diferentes
“nosotros”. Si la mujer no se percibe con los en la muestra comunitaria y en la muestra
recursos o la capacidad para cuestionar su clínica, para ver si las características de
posición en la relación, es probable que atri- la relación de pareja y los aspectos psi-
buya su malestar a la pareja, y que le resulte cosociales estudiados actuaban de forma
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diferente en las mujeres que acuden a que estaban en tratamiento psicoterapéutico


consultas de salud mental (figura 1). y/o psicofarmacológico por un trastorno de-
presivo en un centro público de salud mental.
Método
Variables e instrumentos
Muestra
Se recogieron datos de las mujeres me-
Esta investigación se realizó con una diante diversas medidas de autoinforme:
muestra de 343 mujeres casadas, con una me-
dia de edad de 43 años, que convivían con su - En cuanto a las variables referentes a la
cónyuge y con hijos. Un 48% de las mujeres relación de pareja, se evaluó el ajuste
tenían estudios primarios, un 32% estudios marital (una medida global del grado
secundarios, y un 20% estudios superiores. de satisfacción con la relación de pareja)
En cuanto a su estatus laboral, aproximada- mediante la Escala de Ajuste Diádico
mente la mitad tenían empleo remunerado y (Spanier, 1976).
la otra mitad eran amas de casa sin empleo. - Para evaluar el nivel de intimidad se utilizó
La muestra estaba dividida en dos grupos, la subescala de comunicación afectiva del
similares en sus características sociodemo- Marital Satisfaction Inventory (Snyder,
gráficas: un grupo de control compuesto por 1989), que mide el grado de insatisfac-
255 mujeres (en su mayoría participantes de ción con la cantidad de afecto, empatía y
algún tipo de actividad formativa o de ocio en autorrevelación por parte del cónyuge.
centros culturales o de formación de adultos) - Las estrategias que, según la percepción
y un grupo de 88 pacientes, es decir, mujeres de la mujer, utilizan tanto ella como su
marido para intentar influir sobre el otro,
se evaluaron mediante el cuestionario de
RECURSOS Aserción en la Pareja (Carrasco, 1996),
con sus dos formas, A y B. Mide cuatro
APOYO estrategias: la aserción, que implica una
SOCIAL ACONTECIMIENTOS
VITALES postura de igualdad, la agresión y la
agresión pasiva, que implican, ambas un
intento de dominio, bien mediante coac-
SINTOMATOLOGÍA
ciones directas o indirectas; y la sumisión,
DEPRESIVA
que corresponde a una postura de subor-
dinación ante el otro, al no expresar direc-
AJUSTE
tamente los propios deseos u opiniones.
MARITAL
- El área de las tareas y decisiones en la
pareja se evaluó a través de un cuestionario
INTIMIDAD PODER basado en el de Cowan y Cowan (1979).
Estrategias Mide cuatro variables: el reparto de tareas,
Tareas y decisiones el reparto de la toma de decisiones, y el
Equidad e igualdad grado de insatisfacción con esos repar-
tos de tareas o decisiones, que indica la
Figura 1. Variables de la investigación. diferencia que hay, en cada caso, entre

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el reparto real y el deseado por la mujer. - En el caso de las pacientes, se pidieron


- Se evaluó también el grado de equidad algunos datos a los terapeutas sobre el
e igualdad en la relación, a través del diagnóstico y tratamiento.
cuestionario de equidad de Walster, - Por último, se midió el nivel de sintoma-
Walster y Bescheild (1978), que median- tología depresiva mediante el Inventario
te una fórmula valora el equilibrio entre de Depresión de Beck (Beck et al., 1961).
las ganancias de ambos cónyuges en la
relación (igualdad) o el equilibrio entre Análisis estadísticos
las aportaciones y ganancias de ambos
cónyuges (equidad). En ambos casos, Se utilizó para estos análisis el programa
puntuaciones positivas corresponden a SPSS, versión 10. En primer lugar, se com-
una situación de inequidad o desigualdad probó que no había diferencias significativas
positiva, es decir, a una ventaja relativa entre el grupo control y de pacientes en las
de la mujer en la pareja; puntuaciones variables sociodemográficas. Asimismo, se
iguales o cercanas a cero indican una realizaron análisis de fiabilidad y análisis
relación de equidad o de igualdad y factoriales de los instrumentos utilizados.
puntuaciones negativas corresponden Para cada hipótesis se realizaron diversos
a la inequidad o desigualdad negativas, análisis de varianza factoriales. Uno de los
situación de desventaja para la mujer. factores era siempre el grupo, para compro-
- Para estudiar otras variables psicosocia- bar si en las comparaciones realizadas se
les se midió el apoyo social mediante daban diferencias entre las pacientes y las
la versión validada en España del mujeres del grupo control. Estos análisis se
cuestionario de apoyo social funcional realizaron con muestras equilibradas, es de-
de Broadhead y otros (1988), que mide cir, extrayendo muestras aleatorias de sujetos
el grado en que la persona satisface sus para igualar el tamaño de todas las casillas
necesidades de apoyo afectivo y confi- de comparación. Se calculó la matriz de
dencial en su círculo de relaciones. correlaciones entre las variables continuas,
- Los acontecimientos vitales se midieron para los dos grupos, y se compararon ambos
con una versión reducida del cuestio- coeficientes de correlación. Por último, se
nario de Martínez Azumendi y Beitia realizaron varios análisis de regresión múl-
Fernández (2000), basado en el listado tiple, por el procedimiento de pasos hacia
de experiencias amenazantes de Brugha, delante, para variables continuas, y un aná-
que preguntaba si habían ocurrido una lisis de regresión logística, para la variable
serie de acontecimientos estresantes en dicotómica control/ paciente.
los últimos seis meses.
- Se recogieron datos sobre los recursos Resultados
de la mujer, nivel educativo y empleo,
que se analizaron como variables inde- ¿Qué asociación hay entre la
pendientes, y sobre las características sintomatología depresiva y ajuste marital?
sociodemográficas de la muestra.
- También se preguntó a las mujeres sobre Los resultados confirman, en concordan-
los tratamientos actuales o previos y sobre cia con numerosas investigaciones (Gtolib y
los motivos de consulta. Whiffen, 1989; Assh y Byers, 1996; Wish-
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man, 2001; Heene, Buysse y Van Oost, 2007; relaciones equitativas o de inequidad posi-
Hollist et al., 2007), que en esta muestra de tiva, es decir, de equilibrio en las ganancias
mujeres se dan mayores niveles de sintoma- y aportaciones de los cónyuges, o de cierta
tología depresiva junto con menores niveles ventaja para la mujer (F = 5,126; p = 0,007;
de ajuste marital (F = 13,019; p = 0,000; η² = η² = 0,087). Por tanto, un mayor ajuste ma-
0,165). Esta asociación es incluso mayor en rital implica un mayor nivel de intimidad,
el grupo de pacientes, en el que encontramos así como un ejercicio y reparto del poder
una mayor correlación entre ajuste marital y más igualitario en todas las áreas evaluadas.
sintomatología depresiva (-0.453, p< 0,001) De todos estos componentes de la rela-
que en el grupo control (-0.390, p< 0,001). ción de pareja, los que se asocian a la sinto-
Dentro del grupo de pacientes las puntuacio- matología depresiva de la mujer (análisis de
nes menores en ajuste marital se dan en las varianza factoriales: grupo y sintomatología)
mujeres con distimia, aunque no llega a haber son en primer lugar la falta de intimidad
diferencias significativas. (F = 14,545; p = 0,000; η² = 0,212), que
es uno de los elementos clave. En cuanto a
¿Qué componentes de la relación de las estrategias, las relevantes no son las de
pareja son más relevantes para el ajuste la mujer sino las que la mujer percibe en el
marital de la mujer y para su nivel de cónyuge: una mayor sintomatología de la
sintomatología depresiva? mujer se asocia a una menor aserción (F =
4,577; p = 0,012; η² = 0,065) y a una mayor
Si consideramos conjuntamente todos agresión (F = 3,571; p = 0,031; η² = 0,051)
los componentes de la relación de pareja y agresión pasiva (F = 3,071; p = 0,050; η² =
que se evaluaron, vemos que los que se 0,044) del cónyuge. En el área de las tareas y
asocian a un mayor ajuste marital según las decisiones, lo importante no es el reparto
los resultados de los análisis de varianza de en sí, sino el grado de insatisfacción (F =
los factores grupo y ajuste marital son: una 3,304; p = 0,040; η² = 0,048 para las tareas
mayor intimidad (F = 46,521; p = 0,000; η² = y F = 14,657; p = 0,000; η² = 0,183 para las
0,463); estrategias que impliquen una mayor decisiones), es decir, de discrepancia entre
aserción y menor agresión pasiva, tanto de el reparto real y el deseado por la mujer. Por
la mujer (F = 14,545; p = 0,000; η² = 0,212 último, se da mayor sintomatología de la
y F = 11,643; p = 0,000; η² = 0,177 respec- mujer en las relaciones de inequidad, tanto
tivamente) como del cónyuge (F = 14,626; p negativa, es decir, cuando se siente en des-
= 0,000; η² = 0,213 y F = 11,733; p = 0,000; ventaja en la relación, como positiva, cuando
η² = 0,178 respectivamente), así como una está en una posición de ventaja (figura 2).
menor agresión del cónyuge (F = 10,825; p De todas estas características de la rela-
= 0,000; η² = 0,213). Se da además un mayor ción son fundamentalmente dos, la falta de
reparto de las tareas y decisiones (F = 3,668; intimidad y la insatisfacción con la toma de
p = 0,029; η² = 0,064 y F = 3,127; p = 0,048; decisiones, las que al calcular las ecuaciones
η² = 0,055) y menor insatisfacción de la mu- de regresión tienen mayor capacidad explica-
jer con esos repartos (F = 3,578; p = 0,031; tiva o predictiva del nivel de sintomatología
η² = 0,062 para las tareas y F = 12,865; p = de la mujer. En el grupo control la variable
0,000; η² = 0,192 para las decisiones). Por predictiva con más peso es la intimidad (co-
último, se asocian a un mayor ajuste las eficiente estandarizado = 0.356; R² corregido

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25 significativa con el ajuste en el grupo de pa-


control paciente cientes (-0.307**), pero no en el control, y
20 que en aquél la aserción de la mujer tiene una
Sintomatología depresiva

correlación significativamente mayor con


15 el ajuste que en el grupo control (0.552***
y 0.315*** respectivamente). En cuanto
10 a la sintomatología depresiva, en el grupo
control se dan correlaciones significativas
5
(* (p<0,05); ** (p<0,01); *** (p<0,001)
con la aserción que la mujer percibe en sí
0
Inequidad Equidad Inequidad misma y en el marido (-0.187** y -0.212***
Negativa positiva respectivamente) y con la agresión pasiva de
ambos (0.164* para la mujer y 0.165** para
Figura 2. Puntuaciones en sintomatología de-
el hombre), mientras que en las pacientes
presiva en los distintos niveles de equidad.
las correlaciones significativas son con la
sumisión de la mujer (0.253*) y la agresión
= 0.205), seguida por la insatisfacción con -0.221* y agresión pasiva 0.242* del cónyu-
la toma de decisiones (coef. = 0.214; R²c = ge. Al comparar ambos grupos en el área del
0.235). En el grupo de pacientes la variable reparto de tareas y toma de decisiones, se
predictora más importante es el ajuste ma- comprobó en el análisis de varianza factorial
rital (predice el 20,4% de la varianza), y es (sintomatología y grupo) que en el grupo de
mediadora del efecto que ejercen sobre la pacientes se daba, curiosamente, un mayor
sintomatología tanto la intimidad como la reparto de tareas (F = 7,216; p = 0,008; η² =
insatisfacción con la toma de decisiones. 0,052) y una menor insatisfacción con dicho
Por último, los resultados de varios tipos reparto (F = 9,589; p = 0,002; η² = 0,068).
de pruebas estadísticas señalan algunas dife- Por último, se da una diferencia estadística-
rencias entre el grupo control y de pacientes mente significativa entre ambos grupos en los
en lo referente a estos distintos aspectos de porcentajes de inequidad negativa, equidad
la relación de pareja. En cuanto a las estrate- e inequidad positiva (χ² = 8.434; p = 0.015),
gias utilizadas por los cónyuges, el análisis ya que en el grupo control más del 50% de la
de varianza factorial (ajuste y grupo) indica muestra tiene relaciones equitativas, mientras
que las mujeres del grupo de pacientes son que en las pacientes los porcentajes de los tres
menos sumisas (F = 3,461; p = 0,066; η² = niveles de equidad son similares (figura 3).
0,031), y perciben a sus maridos como menos
pasivo-agresivos (F = 5,447; p = 0,021; η² = ¿Qué asociación hay entre la intimidad
0,048), y con tendencia a ser más agresivos y las variables referentes al poder en la
(F = 2,617; p = 0,109; η² = 0,024), que en el relación?
grupo control. Además, estas tres estrategias
son predictores significativos de ser paciente Las estrategias que se asocian a una
en el análisis de regresión logística. Al com- mayor intimidad, según los resultados de los
parar las correlaciones en ambos grupos en análisis de varianza de dos factores (grupo
relación al ajuste marital se comprueba que e intimidad) son: la mayor aserción (F =
la agresión de la mujer tiene una correlación 40,629; p = 0,000; η² = 0,195) y la menor
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60 postura pasivo-agresiva, una actitud agresiva


control paciente
del marido y sumisa por parte de la mujer, la
50 desigualdad en el área de las tareas y la toma
de decisiones, y la percepción de la mujer de
40
que ella comparativamente con su marido
30 aporta más a la relación y sin embargo obtie-
ne menos ganancias, se asocian en cambio a
20 una falta de intimidad.

10 ¿Qué asociación hay entre los diferentes


aspectos del poder en la relación de
0
Inequidad Equidad Inequidad
pareja?
Negativa positiva
Al comparar en esta investigación las
Figura 3. Porcentajes de niveles de equidad en el mujeres con trabajo y sin trabajo remunerado
grupo control y de pacientes (χ²= 8.434; p = 0.015).
mediante análisis de varianza de dos factores
(grupo y ocupación) se comprobó que las que
agresión pasiva de la mujer (F = 19,200; trabajan fuera de casa actúan en la relación de
p = 0,000; η² = 0,139) y del marido (F = forma más asertiva (F = 8,617; p = 0,004; η² =
52,800; p = 0,000; η² = 0,239 y F = 35,536; 0,048) y menos sumisa (F = 5,978; p = 0,015;
p = 0,000; η² = 0,175, respectivamente), la η² = 0,034) y pasivo-agresiva (F = 5,052; p =
menor sumisión de la mujer (F = 27,062; p 0,026; η² = 0,029); tienen, además, un mayor
= 0,000; η² = 0,139) y la menor agresión del grado de reparto de tareas (F = 17,339; p =
marido (F = 34,025; p = 0,000; η² = 0,168). 0,001; η² = 0,092), es decir, de colaboración
De todas estas estrategias, en la predicción del cónyuge en las tareas de casa. En el caso
de la intimidad es importante sobre todo la de las pacientes, tener empleo implica un
aserción del marido, que determina en gran aumento significativamente mayor que para
medida para las mujeres el grado de intimidad el grupo control en cuanto a su satisfacción
en la relación. Se comprobó, además, que en con la toma de decisiones (F = 7,895; p =
las relaciones con mayor nivel de intimidad 0,006; η² = 0,044). Por último, las mujeres
se daba un mayor reparto de tareas (F = que trabajan fuera de casa se perciben en una
40,629; p = 0,000; η² = 0,195) y una menor posición de mayor equidad en la relación (F
insatisfacción de la mujer con el reparto de = 8,473; p = 0,004; η² = 0,047), mientras que
tareas (F = 40,629; p = 0,000; η² = 0,195) y las mujeres sin empleo se ven en una situa-
con el reparto de la toma de decisiones (F = ción de desventaja o inequidad negativa. En
40,629; p = 0,000; η² = 0,195), así como una cuanto a la influencia del nivel de estudios,
mayor vivencia de equidad en la relación (F las mujeres con estudios secundarios o su-
= 22,940; p = 0,000; η² = 0,120) . El conjunto periores consideran que sus relaciones son
de resultados apoya globalmente la hipótesis más equitativas que las mujeres con estudios
de que se dan mayores niveles de intimidad primarios, que se perciben más en una situa-
en las relaciones que tienen un reparto del ción de desventaja (F = 4,189; p = 0,018; η²
poder más igualitario. Los intentos indirectos = 0,077). Por tanto, los recursos de la mujer,
de dominio entre los cónyuges mediante una sobre todo su estatus laboral, implican una

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mejora de su posición en la relación, y le per- (coeficiente estandarizado -0.293; R² corre-


miten participar en relaciones más equitativas gido = 0.228), en una relación de pareja en la
y con mayor reparto de tareas y decisiones. que se da una desigualdad entre las ganancias
de ambos cónyuges (coef. = 0.138; R²c. =
¿Cómo intervienen en la sintomatología 0.279), circunstancias vitales estresantes o
depresiva de las mujeres casadas otras amenazantes (coef. =. 0195; R²c. = 0.318),
variables psicosociales? insatisfacción con el reparto de toma de de-
cisiones (coef. = 0.126; R²c. = 0.335) y falta
En esta investigación se comprobó que de intimidad (coef. = 0.148; R²c. = 0.344),
se da un menor nivel de apoyo social (F = contribuyen a aumentar la sintomatología
17,648; p = 0,000; η² = 0,211) y un mayor depresiva y explican el 34,4% de la varianza
número de acontecimientos vitales estre- de esta variable. En el grupo de pacientes el
santes (F = 6,328; p = 0,002; η² = 0,087) 32% de la varianza en sintomatología de-
en las mujeres con mayores niveles de sin- presiva se explica por un bajo ajuste marital
tomatología depresiva. En el grupo control (coef. = -0.332; R²c. = 0.204), mayor número
el apoyo social actuaba como protector o de acontecimientos vitales estresantes (coef.
amortiguador del posible impacto negativo = -0.267; R²c. = 0.242), un bajo nivel de
de una mala relación de pareja, explicando estudios de la mujer (coef. = -0.234; R²c. =
ambos el 26,1% de la varianza de la sintoma- 0.288) y una falta de equidad en la relación
tología depresiva, mientras que en el grupo de (coef. = -0.201; R²c. = 0.320).
pacientes el apoyo social no era un predictor
de la sintomatología, al considerarlo conjun- Discusión
tamente con el ajuste marital (éste predice un
19,6% de la varianza de la sintomatología Ajuste marital y sintomatología depresiva
depresiva). En cuanto a los acontecimientos
vitales adversos, se comprobó que en ambos Hay una asociación significativa entre
grupos, control y pacientes, el ajuste marital ajuste marital y sintomatología depresiva en
ejercía un efecto moderador del impacto de las mujeres, sobre todo en las pacientes. Esto
los acontecimientos vitales sobre la sintoma- se da sobre todo en los casos en que las muje-
tología depresiva de las mujeres. En el grupo res vinculan su motivo de consulta a proble-
control las dos variables (ajuste marital y mas en las relaciones familiares o de pareja,
acontecimientos vitales) explican el 20,6% y en las pacientes con distimia, es decir, con
de la varianza en sintomatología depresiva, trastornos depresivos caracterizados por ni-
mientras que en el grupo de pacientes expli- veles medios pero crónicos de sintomatología
can el 23,6%, siendo en ambos casos menor el depresiva. Por tanto, es importante explorar
efecto de los acontecimientos vitales sobre la o intervenir directamente sobre la relación de
sintomatología depresiva cuando son consi- pareja de todas las mujeres que consultan por
derados conjuntamente con el ajuste marital. depresión, y muy especialmente en los casos
Por último, las ecuaciones de regresión mencionados. La terapia de pareja en estos
que predicen a partir de todas las variables casos (Beach, Sandeen y O´Leary, 1990;
incluidas en el estudio la sintomatología Jones y Asen, 2000; Linares y Campo, 2000;
depresiva en ambos grupos, indican que en Papp, 2000; Beach, 2001; Coppo, Salgueiro
el grupo control una falta de apoyo social y Nieto, 2008) debe desafiar la homeostasis
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A. Moreno y otros Relación de pareja y sintomatología depresiva de la mujer

de la relación cuestionando, en primer lu- terminadas características de la relación de


gar, la identificación de la mujer con el rol pareja. También es posible que las pacientes
de enferma que puede ser, en realidad, una dependan más emocionalmente de la pareja,
manera de reclamar y a la vez de oscurecer o se valoren a sí mismas en función de la
la necesidad de cambio en diversas áreas de calidad de la relación. Al fallar ésta, otras
la relación. posibles fuentes de apoyo no contribuirían en
estas mujeres a paliar el efecto depresógeno
Variables psicosociales de la insatisfacción marital. Una falta de nivel
educativo, que puede implicar menor poder
Al situar la asociación entre el ajuste para actuar en la relación o menores alter-
y la sintomatología en el contexto de otras nativas laborales o económicas, haría a las
variables psicosociales, encontramos que el pacientes aún más vulnerables a la depresión.
ajuste marital actúa como protector frente
al impacto negativo de los acontecimientos Intimidad, poder, ajuste marital y
vitales estresantes, que afectan con mayor sintomatología depresiva
frecuencia a las pacientes. En ambos grupos,
las circunstancias estresantes en la vida de las Cuando analizamos detalladamente qué
mujeres, unidas a una baja calidad de la rela- componentes de la relación son más relevan-
ción o falta de intimidad, y a una percepción tes para el ajuste marital y la sintomatología
de desigualdad o de inequidad, contribuyen depresiva de las mujeres, la intimidad aparece
a explicar la sintomatología depresiva. Por como el factor fundamental en ambos casos,
tanto, las características de la relación de unido a algunos de los aspectos del poder,
pareja y, en concreto, el grado de igualdad sobre todo, la satisfacción de la mujer con
o desigualdad en el reparto del poder, son la toma de decisiones. El ajuste marital de
relevantes a la hora de predecir la sintoma- las mujeres es mayor cuando perciben que
tología depresiva de las mujeres, aun cuando ambos cónyuges son asertivos y no emplean
se tiene en cuenta el efecto de otras variables métodos indirectos y coercitivos de intentar
externas a la relación, como el apoyo social influirse mutuamente (agresión pasiva), y
o los acontecimientos vitales. cuando perciben que el marido no es agresi-
El apoyo social juega un papel diferente vo. También contribuyen a un mayor ajuste
en el grupo control y de pacientes. En el un mayor reparto de las tareas y de las deci-
primer caso, la calidad del apoyo que la siones y, sobre todo, una mayor satisfacción
mujer obtiene del conjunto de sus relaciones de la mujer con su participación en la toma
es la variable con mayor impacto sobre su de decisiones. Por último, el ajuste marital es
bienestar emocional, mientras que en las pa- mayor en relaciones equitativas o de cierta
cientes este efecto lo ejerce el ajuste marital. inequidad positiva para la mujer. Es decir, en
De hecho, en este segundo grupo, el apoyo el ajuste interviene tanto el nivel de intimidad
social ni siquiera ejerce un papel protector como el grado de igualdad o desigualdad en
frente a la sintomatología depresiva cuando el ejercicio del poder, reflejado sobre todo
hay una mala relación de pareja. Estos resul- en la satisfacción con el reparto de tareas y
tados pueden indicar que en las pacientes la el grado de equidad de la relación.
sintomatología puede ser mantenida, como La sintomatología depresiva de las mu-
proponen las hipótesis sistémicas, por de- jeres en el contexto de la relación de pareja

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tiene que ver también con las dos dimensio- Diferencias entre el grupo control y de
nes: la intimidad y el poder, reflejado éste pacientes
fundamentalmente en la satisfacción con la
toma de decisiones. Las vivencias depresi- Aunque las diferencias en los diversos
vas de las mujeres se dan junto con una falta componentes de la relación de pareja se dan
de conexión emocional con el cónyuge y una más en función del nivel de sintomatología
insatisfacción de la mujer con su participa- que en función de ser o no paciente, la com-
ción en la toma de decisiones, ya sea porque paración entre ambos grupos de mujeres nos
tiene que tomar decisiones en asuntos en los permite identificar algunas características
que desearía la participación del marido, o diferenciales de la relaciones de pareja de las
sobre todo, porque éste toma las decisiones pacientes. En las pacientes se da más clara-
unilateralmente, sin contar con ella. La vi- mente una influencia recíproca entre ajuste y
vencia de la mujer de estar en una relación sintomatología. Estas relaciones son menos
no equitativa se asocia también a una mayor satisfactorias globalmente, y corresponden
sintomatología. Ésta no sólo se da, como a un patrón de relación en que parece que
cabría esperar, cuando la mujer se percibe se ponen más en juego las disputas por el
en una situación de desventaja en la relación, poder entre los cónyuges. Los maridos de
sino cuando se percibe en una posición las pacientes son menos pasivo-agresivos y
ventajosa. Quizá los síntomas depresivos más agresivos que en el grupo control, y las
contribuyen a que las mujeres disminuyan mujeres tienden a ser menos sumisas y más
sus aportaciones a la relación y paradójica- agresivas. Así como el malestar en la relación
mente consigan una posición de ventaja, al se manifiesta en el grupo control sobre todo
aumentar entonces las aportaciones del cón- mediante una actitud pasivo-agresiva de
yuge. También es posible que al considerar ambos cónyuges, es decir, por un conflicto
que su aportación a la relación es pequeña, más implícito, en las pacientes se da una
las mujeres lo interpreten como un fallo en agresión más directa del marido, ante la que
su función de cuidadoras de las relaciones, las mujeres podrían oscilar entre la sumisión
y eso las haga deprimirse. Por último, hay y la agresión. Ambas estrategias se asocian
una asociación entre la sintomatología de a un deterioro en el ajuste marital, que a su
la mujer y las estrategias empleadas por el vez incrementa la sintomatología depresiva.
marido, ya que la falta de aserción, unida Frente a actitudes de la mujer de sometimien-
a la agresión y agresión pasiva de éste, se to o de agresión hacia el cónyuge, ineficaces
dan junto con mayores niveles de sintoma- para conseguir una mejora en la calidad
tología. Curiosamente, las estrategias de la de la relación o un aumento en el grado de
mujer no varían en los distintos niveles de poder de la mujer, la aserción aparece como
sintomatología, lo que indicaría que es más particularmente importante en las pacientes,
relevante para el bienestar emocional de las ya que contribuye a mejorar apreciablemente
mujeres el estilo de relación que perciben el ajuste marital.
en su cónyuge que el suyo propio, aunque Los resultados del reparto del poder en
obviamente no podemos separar las estra- las pacientes muestran la gran importancia
tegias de los cónyuges, que ejercerían una de la satisfacción de la mujer con el reparto
influencia mutua, dentro de un proceso de de decisiones: sentirse relegada o con poco
causalidad circular. control en esta área se asocia a vivencias
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depresivas. Por contraste, es menos relevante el reparto de tareas o decisiones, sino con el
que en el grupo control la satisfacción con el grado de intimidad o comunicación afectiva.
reparto de tareas, ya sea porque la condición Por otro lado, la asociación entre intimi-
de pacientes induce a los maridos a colaborar dad y poder igualitario se podría interpretar en
más en el trabajo doméstico, o porque estas el sentido de que la desigualdad en la relación
mujeres asumen, sin cuestionarlo, su rol de impide o dificulta que se alcance una verda-
amas de casa. En conjunto, se da más entre dera intimidad en la relación. En el ámbito de
las pacientes, como era de esperar, una po- las estrategias de los cónyuges, la aserción de
sición de inequidad negativa o desventaja, ambos, que implica una posición de igualdad
pero también se dan con mayor frecuencia y respeto mutuo, facilitaría la intimidad,
que en el otro grupo relaciones de inequidad mientras que la agresión pasiva de ambos, la
positiva. Este hallazgo puede interpretarse agresión del marido y la sumisión de la mujer
como una prueba de la función que pueden la dificultarían. Estas dos últimas estrategias
estar ejerciendo los síntomas, y la jerarquía podrían representar el extremo del estereotipo
incongruente que se establece al ser la mujer de roles de género según el cual los hombres
deprimida, por un lado, la paciente identifi- intentan dominar las relaciones y las mujeres
cada y, por otro lado, la que indirectamente asumen un papel secundario o subordinado
ejerce control sobre su marido, al conseguir con respecto al cónyuge. Estos resultados,
en este tipo de relaciones una mayor implica- por tanto, indicarían que el ejercicio de dichos
ción y aportaciones de él a la relación. roles tradicionales dificultaría la intimidad,
sobre todo en las pacientes, para quienes su
Asociación entre los diferentes propia aserción y sumisión, y la agresión del
componentes de la relación de pareja marido, son particularmente relevantes.
Las mujeres perciben que alcanzan ma-
Los diversos componentes de la relación yores niveles de intimidad debido sobre todo
de pareja analizados están vinculados entre sí. a la aportación del marido, fundamentalmente
La igualdad y la intimidad van unidas; y se por su comportamiento asertivo. Al estar tí-
dan interconexiones entre las distintas dimen- picamente las mujeres, por su rol de género,
siones del poder: recursos (nivel educativo y más sensibilizadas a la consecución de niveles
trabajo remunerado), estrategias (sumisión, altos de autorrevelación, es probable que el
agresión pasiva, agresión y aserción) y resul- nivel de intimidad de la relación venga más
tados (reparto de tareas y decisiones; nivel determinado o limitado por el marido, que, en
de equidad o igualdad). La asociación entre este caso, sería el cónyuge menos implicado
igualdad e intimidad se puede explicar en las en incrementar esa intimidad. Por eso las
dos direcciones. Una posible interpretación mujeres valoran como particularmente impor-
sería que una vivencia de conexión emocional tante y positiva una actitud abierta y asertiva
y autorrevelación con el cónyuge, es decir, una del marido, que es la principal variable pre-
mayor intimidad, hace que la mujer evalúe su dictora del nivel de intimidad o comunicación
relación como igualitaria, puesto que se siente afectiva de la relación. Por el contrario, una
escuchada y validada emocionalmente. La actitud agresiva del marido sería un obstáculo
sensación de un ejercicio y reparto del poder para la intimidad.
igualitario no sólo tendría que ver con los as- Otros obstáculos para la intimidad son la
pectos que típicamente se estudian, tales como falta de reparto de tareas y la insatisfacción

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A. Moreno y otros Relación de pareja y sintomatología depresiva de la mujer

de la mujer con su participación en la toma para su menor implicación en otras aporta-


de decisiones, así como una valoración de ciones a la relación. Además, las mujeres sin
estar en una situación de inequidad o de empleo remunerado asumen menos en sus
desigualdad en la relación, aportando más interacciones menos una posición de igualdad
que el marido. La falta de reparto de tareas (aserción), y más una posición de inferioridad
puede generar en la mujer sobrecarga o una (sumisión), y consiguen una menor partici-
sensación de no ser tenida en cuenta, que pación en la toma de decisiones y una menor
resta intimidad en la relación. En cambio, la colaboración de sus maridos en las tareas
colaboración del marido le ayudaría a sentirse domésticas y el cuidado de los hijos. Es decir,
más apoyada por su cónyuge en la cotidia- son menos capaces de establecer unas condi-
nidad. Asimismo, la participación conjunta ciones de igualdad en la relación, y de con-
en la toma de decisiones implicaría mayores trarrestar la posición dominante del marido.
niveles de intimidad, puesto que se requeriría
respeto mutuo y negociación e intercambios Conclusiones
frecuentes entre los cónyuges. Por último, se
vincula la valoración de la mujer de inequidad Los resultados de esta investigación
negativa o desigualdad con la falta de intimi- tienen implicaciones de cara al trabajo psi-
dad, al percibir seguramente que ella invierte coterapéutico con mujeres o con parejas.
emocionalmente en el cuidado del cónyuge y En primer lugar, la asociación significativa
la relación en mayor medida que su marido. entre la calidad de la relación de pareja y la
El conjunto de estos resultados referentes a sintomatología depresiva de la mujer implica
la relación entre la intimidad y el poder in- la necesidad de considerar la opción de tera-
dicarían que, detrás de las quejas de muchas pia de pareja como la modalidad preferente
mujeres deprimidas por la falta de intimidad para tratar trastornos depresivos generados
en su relación, seguramente hay un ejercicio y/o mantenidos en el contexto de la relación
y reparto del poder poco igualitario en el que marital. Los resultados de investigaciones
la mujer se siente en desventaja. sobre la eficacia de este tipo de tratamiento,
Las diferentes dimensiones del poder tanto desde el enfoque cognitivo-conductual
analizadas están asimismo vinculadas entre (Beach et al., 1990; Beach, 2001) como desde
sí. Los resultados indican en primer lugar el modelo sistémico (Jones y Asen, 2000;
que, a la hora de analizar el poder en la pa- Leff et al., 2000) muestran que es tan eficaz a
reja, hay que tener en cuenta la posible falta corto plazo como el tratamiento individual o
de recursos de la mujer, que la sitúa en una farmacológico en disminuir la sintomatología
posición de desventaja en la relación. Es depresiva y mucho más eficaz a medio plazo
mucho más difícil para una mujer sin empleo en mejorar la calidad de la relación.
remunerado y con un bajo nivel de estudios, Al abordar el tratamiento de una mujer
sobre todo si es una paciente, conseguir una deprimida tendremos que explorar, entre
relación equitativa. Seguramente esta mujer, otros aspectos, en qué circunstancias empezó
al carecer de recursos socialmente valorados, a manifestarse la sintomatología, cómo eran
hace mayores aportaciones a la relación que las interacciones antes y cómo cambiaron
su marido y obtiene menos ganancias que él, a raíz de la aparición de la depresión, qué
ya que ambos asumen implícitamente que significado tiene ésta para cada miembro de
el salario de él compensa o sirve de excusa la pareja, cómo interviene el cónyuge para
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tratar de manejar o de aliviar los síntomas, motivo de consulta inicial. Debemos valorar
qué problemas han pasado a un segundo plano en terapia los recursos con que cuenta cada
desde la aparición de la depresión, o cuáles cónyuge, cómo se han repartido las respon-
se han incrementado. Si los síntomas de la sabilidades y privilegios en la pareja, cómo
mujer se vinculan a su relación de pareja, y quién toma las decisiones, de qué manera
tratarlos individualmente sin tener en cuenta intenta cada uno ejercer poder o influir
el contexto en el que se dan o la función que sobre el otro y cómo es en general entre
cumplen puede tener justamente el efecto de ellos el equilibrio de las aportaciones y las
mantener, en lugar de cuestionar, el rol de ganancias.
enferma. Este rol es por un lado una llamada Es importante revisar en la terapia, ya
de atención de su malestar y de la necesidad sea individual o de pareja, qué impacto tienen
de cambio en el sistema, pero por otro lado en la mujer las estrategias que utiliza su cón-
es una forma de mantenerse en una posición yuge, así como hacer a la mujer consciente
debilitada que oscurece los problemas rela- del efecto que sus propias estrategias tienen
cionales y resulta menos amenazante para el en la relación. Por ejemplo, hay que evaluar
estatus quo. el potencial de abuso en la relación, pues
Dentro de los diferentes aspectos de la la agresión psicológica del marido puede ir
relación de pareja, el nivel de intimidad es el acompañada de agresiones físicas y, aunque
que ejerce un mayor impacto sobre el bien- no se suele detectar, hay un alto porcentaje de
estar individual y relacional de la mujer. Por maltrato físico en las mujeres que consultan
tanto, es fundamental abordar este aspecto en en salud mental (Polo, 2001). Si se puede
la terapia con las mujeres que consultan. En trabajar con la pareja, es primordial reducir
primer lugar, fomentando cercanía afectiva, esa agresividad del marido, que es especial-
empatía y autorrevelación entre los cónyu- mente dañina para el bienestar emocional de
ges. En segundo lugar, abordando con la la mujer, y sustituir el intento del cónyuge
mujer los posibles obstáculos que ella misma de imponer su dominio por una actitud más
puede estar poniendo para la consecución respetuosa y más igualitaria. Con la mujer es
de un mayor nivel de intimidad, como la necesario buscar formas eficaces de situarse
sumisión o el “silenciamiento” (Jack, 1991) en una posición de igualdad respecto a su
que, aunque intentan evitar conflictos, sólo marido, actuando asertivamente, y evitar
conducen a una mayor desconexión. Se debe caer en dos posiciones que son especialmente
facilitar la expresión y reivindicación eficaz nocivas para las relaciones de pareja de las
de los sentimientos y deseos de las mujeres pacientes: la sumisión o la agresividad, que
cuidando, a la vez, que los maridos no reac- mantienen las desigualdades o la pugna por
cionen defensivamente ni lo interpreten como el poder.
ataques o reproches. Otra área de trabajo terapéutico rele-
Al estar vinculado el grado de intimidad vante, referida al poder, es la distribución
en la relación con el grado de igualdad o des- de roles y de la toma de decisiones en la
igualdad en el ejercicio y reparto del poder, pareja. La falta de control de la mujer en el
estos últimos aspectos deben evaluarse y reparto o falta de reparto de tareas, y sobre
abordarse siempre que se quiera incrementar todo en la toma de decisiones, es el aspecto
el nivel de intimidad en la pareja, incluso del poder más influyente en su nivel de
cuando no se incluyan explícitamente en el sintomatología. Hay que evaluar no sólo de

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A. Moreno y otros Relación de pareja y sintomatología depresiva de la mujer

qué áreas o decisiones se ocupa la mujer, entre los cónyuges, es decir, la actitud protec-
sino hasta qué punto esa situación se adecua tora o los intentos benevolentes de ayuda del
a sus deseos. Los resultados indican que las marido y el desvalimiento y disfuncionalidad
mujeres desean una participación igualitaria de la mujer.
de ambos miembros, en la que ellas no se Finalmente, debemos tener en cuenta
vean sobrecargadas con asuntos en los que en nuestra labor terapéutica que los diversos
desearían más participación de su marido ni, aspectos del poder en la pareja están relacio-
sobre todo, relegadas o no tenidas en cuenta nados entre sí y que dependen en parte de los
en la toma de decisiones. recursos educativos y laborales/ económicos
Es necesario asimismo evaluar en la con que cuenta la mujer. Es decir, que las
terapia los posibles desequilibrios que se desigualdades a nivel social tienen un im-
puedan dar en las aportaciones y ganancias pacto en el interior de la relación de pareja,
de ambos cónyuges en la relación, y que se en la manera de interactuar de los cónyuges
asocian a vivencias depresivas en las muje- y el reparto de poder entre ellos. Por tanto,
res. En este sentido, hay que revisar con las debemos tratar los problemas individuales, en
pacientes su percepción de lo que aportan a este caso la depresión de la mujer, no sólo en
la relación. Esto es sobre todo importante su contexto relacional significativo (la pareja)
cuando algunas mujeres, por estar deprimi- sino teniendo en cuenta la valoración social
das o por tener pocos recursos educativos o de los recursos de la mujer. En las mujeres
económicos, minusvaloran sus aportaciones que consultan, la distribución del poder apa-
o no se consideran con derecho a una posición rece aún más vinculada a sus recursos que en
de igualdad en la relación con su marido ni a las mujeres del grupo control, lo que indica
obtener sus mismas ganancias o privilegios. que para las pacientes casadas, amas de casa,
Cuando la mujer se percibe en una posición y con un bajo nivel educativo, va a ser espe-
de desventaja, se debe intentar reequilibrar cialmente difícil alcanzar mayor igualdad y,
la relación, bien fomentando una mayor por tanto, mayor intimidad en la relación. En
aportación del marido mediante una mayor la intervención terapéutica se debe poner de
implicación emocional que contribuya a una manifiesto con la paciente o con la pareja el
relación de mutualidad, o bien ayudando impacto que tienen en su relación los recur-
a la mujer a sentirse en control sobre su sos con que cuenta cada cónyuge, así como
propio nivel de aportación a la pareja. Si revisar el valor que se asigna a esos recursos.
una excesiva dedicación a la relación y una Por ejemplo, se cuestionaría si el salario del
renuncia o falta de atención hacia sus propias hombre le pertenece más a él que a la mujer,
necesidades individuales pueden situarla en o si le otorga privilegios de los que carece la
una posición de desventaja, es importante mujer; también podrían revalorizarse otros
que corrija esa posición de subordinación y recursos que aporte la mujer, como su capaci-
se sitúe en un plano de igualdad, atendiendo dad de dar cuidados prácticos o emocionales,
a la relación pero no a costa de sí misma. Si o el valor y significado del trabajo doméstico.
se da la situación contraria, en la que la mujer Paralelamente la terapia podría fomentar la
se siente en ventaja en la relación debido al adquisición de recursos educativos, laborales
poder que indirectamente le otorga su rol de o económicos que abran nuevas perspectivas
enferma, hay que cuestionar esa excesiva en su vida y ayuden a estas mujeres a salir de
complementariedad que puede estar dándose la posición de debilitamiento.
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