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según
Aristóteles
Formas de
Pensamiento en
la Humanidad
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La dialéctica según Aristóteles
Aristóteles y la dialéctica como forma de
razonamiento.
Para Aristóteles, discípulo de Platón, la palabra “dialéctica” tenía que ver
menos con la búsqueda del conocimiento que con el arte de construir
razonamientos para vencer la posición contraria en una discusión.
Aristóteles pensaba que la Dialéctica era un método, no para conocer las
Ideas o la realidad, sino para debatir con otras personas y convencerlas de
nuestro punto de vista.
Sin embargo, hay una diferencia con Platón. Para éste, los argumentos
basados en la opinión tienen una connotación negativa, no deben ser
tomados en cuenta. Para Aristóteles, en cambio, las opiniones son la base
de la Dialéctica precisamente porque ésta es el estudio del discurso en tanto
mecanismo persuasivo. Es por ello que incluye el estudio de aquellos
argumentos que se emplean para persuadirnos unos a otros sobre asuntos
en los que la prueba y la demostración resultan esquivas y la búsqueda de la
verdad ha de dejar paso a la búsqueda de la verosimilitud.
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Aquí tendríamos que marcar la diferencia que existe entre un razonamiento
demostrativo y un razonamiento dialéctico, lo que implica la diferencia entre
verdad y verosimilitud o plausibilidad. Como hemos visto anteriormente
todo razonamiento consta de una serie de premisas y una conclusión que se
deriva de ellas. Ahora bien, para Aristóteles estas premisas pueden ser o
bien verdaderas o bien verosímiles (razonables, plausibles, etc.).
Por ejemplo;
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utiliza Aristóteles para denotar a este tipo de premisas es “endoxa”. ¿Pero
quién determina lo que es razonable admitir o lo que es plausible? La
respuesta de Aristóteles es: “Son endoxa las opiniones sostenidas por todos
los hombres, por la mayoría o por los sabios, y, entre estos últimos, sea por
todos, por la mayoría o por los más notables e ilustres”.
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En primer lugar, Aristóteles afirma que tenemos la capacidad para preservar
la racionalidad incluso en ámbitos donde la demostración no es posible. A
menudo, conocimiento y verdad quedan fuera de nuestro alcance, pero aún
podemos aspirar a formarnos creencias correctas conduciendo nuestras
opiniones de manera adecuada. Es decir, retomando nuestro ejemplo
anterior, por más que la cuestión del Estado y el mercado sea discutible, no
por ello podemos decir cualquier cosa ni dejarnos llevar por desvaríos e
incoherencias.
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Referencias
García Astrada, A. (1984) Introducción a la filosofía. Córdoba: Multi Editora.