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En éste sentido los conceptos de cuidado medio ambiental y desarrollo industrial, como
origen de la contaminación de aire agua y suelo, han estado en disputa total hasta no
hace mucho, ya que la preocupación por los gases emanados en procesos industriales,
los vertidos tóxicos, los residuos no degradables generados en la producción y
transformación de bienes y servicios, y el exterminio de especies vegetales y animales,
pese a deteriorar el medio ambiente en nuestro planeta, y con ello las condiciones para
la vida de todos los seres que lo habitamos, no era considerado importante dentro de las
empresas sino como obstáculo económico.
Desde hace algunas décadas, las consecuencias del impacto medio ambiental producido
por la población mundial y la industria, está concienciando a los gobiernos de muchos
países sobre la necesidad de adoptar medidas eficaces para frenar y reducir un
desequilibrio de proporciones catastróficas, con campañas dirigidas a la población, y
medidas específicas dirigidas al sector productivo.
La contaminación del aire (o atmosférica) es la producida por los humos de los vehículos
e industrias, aerosoles, polvo, ruidos, malos olores, radiación atómica, etc. Entre los
contaminantes gaseosos más comunes encontramos el dióxido de carbono, el monóxido
de carbono, los hidrocarburos, los óxidos de nitrógeno, los óxidos de azufre y el ozono.
Para la organización Ecologistas en Acción, las principales causas de la contaminación
del aire están relacionadas con la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas).
La contaminación del agua afecta a ríos, acuíferos y mares, que se convierten poco a
poco en verdaderos basureros. Como denuncian organizaciones como Greenpeace,
cientos de sustancias tóxicas son arrojadas al agua sin un control adecuado: al año se
vierten al agua en España más de 4,6 millones de toneladas de contaminantes. Entre
ellos, encontramos vertidos de aguas negras (urbanos e industriales), de petróleo,
productos fitosanitarios (como plaguicidas), abonos, pesticidas, detergentes y otros
productos nocivos para el medio ambiente. Por su parte, los ecologistas de WWF
destacan que la agricultura constituye el contaminador difuso más importante de España.
La contaminación por nitratos en las aguas subterráneas se debe a la infiltración de los
fertilizantes agrícolas, de los cuales se usan en España aproximadamente 1.700
toneladas al año.
Al dejar pasar los líquidos, contamina con hongos, bacterias y otros microorganismos
patógenos el suelo y las aguas (superficiales y subterráneas) que están en contacto con
él, afectando a las cadenas alimenticias. Los plaguicidas utilizados en la agricultura son
otro de los principales contaminantes del suelo. Uno de los insecticidas más usados es
el DDT, que puede mantenerse por 10 años o más en los suelos sin descomponerse. Los
fungicidas, por ejemplo, incluyen contaminantes como azufre y cobre. La actividad minera
también contamina los suelos a través de las aguas de relave, que contienen elementos
químicos como mercurio, cadmio, cobre, arsénico, plomo, etc.
Entre las fuentes de emisión de contaminantes de éste origen, las principales se producen
por vía industrial, comercial, de transporte y domésticas.
Existen tres tipos de contaminación ambiental en función del medio afectado, que son las
siguientes:
1. Contaminación ambiental del aire que es la incorporación a la atmósfera de
gases tóxicos y elementos que transforman la composición natural del aire que
respiramos, y destruyen la capa de ozono que nos protege de las radiaciones
ultravioletas procedentes del sol, aumentando los riesgos de contraer
enfermedades de la piel, y la temperatura media del planeta por la incidencia
más directa del sol sobre la tierra.
2. La contaminación del agua que se produce por el vertido de sustancias
contaminantes tóxicas y nocivas, como productos químicos, aguas fecales,
residuos industriales, y microorganismos, que inhabilitan el agua como recurso
básico para la vida, y su utilización en higiene y otros usos.
3. La contaminación del suelo, mediante la incorporación de sustancias y materias
extrañas procedentes de basuras domésticas, residuos tóxicos industriales,
pesticidas, lodos, restos o envases plásticos y metálicos, escombros, y otra
serie de elementos contaminantes que trastornan el medio en el que
convivimos plantas, animales y personas.
Por el tipo de contaminante que produce la contaminación ambiental se puede hablar de:
1. Contaminación biológica con desechos orgánicos que favorecen la
proliferación de bacterias que en sus procesos consumen el oxígeno presente
en el agua.
El cambio de tendencia en los hábitos empresariales dentro del sector industrial, con un
adecuado plan y tratamiento de residuos, ayuda a frenar las consecuencias de la
contaminación ambiental como crisis irreversible con consecuencias catastróficas a nivel
planetario, entre las que se encuentran:
• La contaminación de aire, agua y suelo, que son los recursos básicos para la
vida de todos los seres en nuestro planeta.
• Desaparición de la capa de ozono que protege a la tierra de las radiaciones
directas del sol por efecto de los agentes contaminantes en el aire, con
resultados de cambio climático, desertización de grandes zonas, subida de
temperaturas anuales, desaparición de las placas de hielo en los casquetes
polares, aumento de fenómenos meteorológicos de violencia incontrolable,
entre otros.
• El aumento constante de la temperatura media del planeta, es otra de las
graves consecuencias de la contaminación del aire, porque favorece el
aumento de plagas de insectos trasmisores de enfermedades infecciosas.
• Aumento del nivel de los mares como efecto del deshielo de los casquetes
polares, con desaparición de grandes extensiones geográficas, y la amenaza
de desaparición en un futuro no muy lejano de países enteros, son otra de las
consecuencias de la contaminación.
• Pérdida irreparable de ecosistemas y biodiversidad, producidos por el
desequilibrio en los entornos vitales y en su cadena alimentaria.
• Entre las causas de la contaminación ambiental más graves está el
envenenamiento de especies marinas y terrestres y el consiguiente peligro de
intoxicación de los alimentos procedentes de la agricultura, pesca y ganadería
necesarios para abastecer a una población mundial en constante aumento.
• Por no hablar de la situación a nivel local en grandes zonas de desarrollo
industrial y urbano, en las que la acumulación de basura sin un adecuado plan
de gestión de residuos, llega a puntos tales que invade las zonas habitables,
cultivables e incluso espacios naturales en dónde agentes contaminantes como
los restos de escombro, latas, envases plásticos, neumáticos y otros no
degradables se acumulan indiscriminadamente.