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ABRAZOS MUSICALES (*)

OBJETIVOS:
Potenciar el sentimiento de grupo, favorecer la confianza , entrar en contacto físico y verbalizar sentimientos.
ACTIVIDAD:
Se trata de bailar al ritmo de la música y abrazarse cuando se para, siguiendo una consigna: de dos en dos, por parejas
cambiando cada vez, de tres en tres, todas las niñas/todos los niños, las y los que llevan bambas/zapatos, todo el grupo,...
Nadie puede quedarse sin ser abrazado.
Se puede hacer más sencillo o complicar la consigna según la edad o el nivel del grupo.
Conviene conversar después de la actividad valorando aspectos como: Te ha gustado, por qué; cómo te has sentido,
te gusta que te abracen, quién te abraza normalmente i si te gusta, quién te gustaría que te abrazara, quién se abraza/
se besa cuando se saluda, más las mujeres, más los hombres, por qué,...
MATERIAL:
Radiocassette y música animada.
El ‘Rincón de las emociones’ es un espacio en el aula en el que el niño puede vivir sus emociones sin reprimirlas y sin
interrumpir la dinámica de la clase. Os damos las pautas necesarias para que os animéis a crearlo en vuestro aula y
disfrutar de los resultados.
El enfado y la tristeza impiden que el niño esté disponible para el aprendizaje. El cerebro da prioridad a la emoción y
no puede focalizar su atención en otro asunto hasta haber resuelto ese tema. Así, por mucho que se esfuerce, el
alumno tendrá serias dificultades para concentrarse llegando incluso a sentirse culpable y frustrado.
Pero la realidad es que no puede luchar contra su organismo. De ahí la importancia de crear un espacio en el que
pueda atender esta urgencia. Un espacio para atravesar su emoción sin reprimirla. Un espacio en el que recuperar la
tranquilidad. Un espacio en el que volver a estar disponible mientras los compañeros continúan con sus tareas sin
interrupciones.

Crea tu propio Rincón de las Emociones


Para niños a partir de 6 años: no confundir con el “rincón de pensar”, pues se trata de sentir.
Búsqueda de un lugar íntimo. Elige un lugar apartado e íntimo en tu aula.
Crea conciencia de respeto. Éste es un lugar sagrado donde nadie debe ser molestado. Cualquier burla o interrupción
puede estropear el proceso.
Diseña y construye una casita. Hazlo con la ayuda de tus alumnos. De madera, de cartón o de tela. También puedes
delimitar una esquina con un mueble. Lo más importante es que el niño no se sienta observado.
Introduce un cojín. Para abrazar, golpear o acurrucarse. La forma de expresión de los niños puede provocar rechazo
en muchos adultos, pero debemos respetarlas como son y cambiar nosotros nuestra manera de verlas en vez de
intentar cambiarlos a ellos. Al ir creciendo se regula sólo si pudieron ser expresadas. Lo ideal sería que estuvieran
acompañados por una persona cualificada en emociones, pero al menos este lugar supone un primer paso para no
reprimir.
Pautas para actuar:
Entramos cuando nos sentimos inquietos, sin paz ; salimos cuando recuperamos la calma. Puedes ayudar al niño si lo
notas alterado y él no identifica qué le pasa reflejándole gestos y comportamientos: “te noto agitado”, “tu cara ha
cambiado”, “pareces triste…” A muchos niños les cuesta identificar porque ya están desconectados de sus
emociones, con lo cual ármate de paciencia e insiste en reflejar con cariño. El ejemplo de otros compañeros más
conectados puede servirles de gran ayuda.
Identificación de la emoción: antes de entrar, el niño ha de identificar la emoción y situarla en su cuerpo: dónde la
siente en su cuerpo y cómo la siente. Por ejemplo; si siente un dolor en el pecho, o un calor en el estómago… ¿Qué es
ese dolor?, ¿Estoy triste?…
Observación de la emoción: sensaciones físicas y pensamientos, de qué tengo ganas en estos momentos: gritar, llorar,
abrazar…
Identificación del conflicto: Ponemos palabras a todas esas sensaciones y pensamientos: “Estoy enfadado por que mi
mamá olvidó meter mi bocadillo en la mochila…”
Expresión y búsqueda de soluciones: comparto con el profesor o con el grupo.
Busco mi parte de responsabilidad en el problema: ¿Qué puedo hacer yo para calmar mi enfado?
Expreso: “Por favor mamá, no olvides meterme hoy el bocadillo, pues ayer me puse muy triste y enfadado, cuando lo
olvidaste”, por ejemplo.

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