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' ·~\· .Tom~do de: Territorio~, r~gi.oñes, soci~dades.

Renán Silva (e,d}r
' santáÜ de Bogotá, HH · : . :-. ·-· - . -- ··--e-;--_ -
l,- -- : ...

Dpto de Ciencias Soc1ales 1 Univalle-CEREC

Material para Taller Etnología V. 98-1
A. Gálvez

REGION, NACION Y DIVERSIDAD CULTURAL

EN COLOMBIA

Myriam Jimeno*

LA REGIO N Y LA IDEO LOGIA NACIONAL

 .. ·. ·-.
-----------·- -· -··--·-----------=--'-------.....;..~ •

Myriam Jimeno Región, nación y diversidad cultural en C.'Jlombia 67

'·'

~ft\~e entre "nosotros" y los "otros". El antropólogo brasileño Ruben
Oiiven, en su texto sobre la identidad gaucha por ejemplo, se detiene en
t11rcel Mauss y Emilio Durkheim, quienes compararon los símbolos a
ttJtV.és de los cuales se representan las nacio~es modernas y los clan.es
~mitivos"; la creación de emblemas o. ~1mbol?s. externos p~rmtte
c\ilincruir a un grupo de otros. Cita tamb1en a Lev1-Strauss, qmen al
~;la~ de la ilusión totémica, mostró que sirve para distinguir entre sí a
\()$!hombres (Oliven, R., 1.992). · división y la desigualdad (Anderson, cit,).-
Pero las sociedades estatales tienen una historicidad particular que
f'r:pcura integrar sus diferentes partes desde el p~nto de vi~t~ ter.ritorial,
r~i()nal y cultural. Tienen ideologías que enfatizan una solida mtegra-
diili y se presentan como antiguas y a veces inmemoriales (!bid).
La consolidación de la unidad nacional en las sociedades estatales es
;a_:;proceso relativamente reciente no sólo en nuestro caso, sino como
"ifumeno histórico occidental. A lo largo del mismo se conforman
1diciones, nuevas y viejas, como dicen los historiadores. y se enfatizan
::n:tos rasgos culturales adoptados como distintivos de la unidad nacio-
~,·hasta convertir algunos en emblemátic_g§.
La forma conceptual de explicar estos rasgos, dice el historiador Perry
~erson, se ha desplazado en Europa, desde la noción de carácter
:Eional a la de identidad naciona1 hoy en boga. Explicaciones sobre el.
l meter nacional francés, británico, italiano, germano, se encuentran en •··
! cz.ntayos de diferentes pensadores a lo largo de los siglos XVlli y XIX,ent!e· • .
.
dimensión subjetiva y autoreflexiva, mientras ue el carácter toma ras os
objetivos, conscientes o no. Finalmente, la identidad nacional imp ica un
proceso de selección en el cual las experiencias coleCtivas se decantan y
simbolizan. La memoria adquiere una mayor importancia que. en el
carácter y el plano político en su arena natural. En su construcción, ciertas
experiencias históricas se llevan a un plano emblemático y sirven de
fundamento a ideologías de unidad nacionalque a menudo ocultan la
Ahora bien, la región actual tiene como necesario referente al Estado
nacional, eón el cual mantiene relaciones múltiples, contradictorias y a
menudo conflictivas. En la relación entre las. regiones y la nación, se
crean también símbolos de diferenciación y contraste a partir de repre-
sentaciones sobre lo que sería el carácter propio regional, y simultánea-
mente se establece la pertenencia al conjunto. Unos y" otros, contrastes y
vínculos, se establecen de manera diferencial según cada historia regio-
nal y según la relación geopolítica y económica construída a lo largo del
proceso de conformación de la unidad del Estado nacionaL Las regiones
sufren una adscripción al Estado-nacional queJas sitúa de manera desi-
gual, no homogénea, les atribuye ciertos r~isgos y les asigrra roles espe-
·cíficos. . · ·
El proceso de consolidación
implica como se
. 'teración del'

1
.f\.\:-,
·.
Lo~uales sobresale D. Hume. A comienzos del siglo veinte, elcar.~cter ·
~onal se vuelve tema de tratados teóricos mayores,~ con·di~ti11ta ·
·\rt> · ~ lJS·pectivas, como la de A. Fouilleé en Francia, o la Otto Ba .· _·
.f\~tria, con influencia marxista este último (Anderson, ~·'' 1.991). P ,,
~~ve~ ~~ia los sesenta, ya no se consideraba serio este tema, para Anderson
_m...t..¡ ~d \~razón de que el mundo cultural y los ingredientes que se suponía·.
~ ~&eterizaban cada nación europea, habían sufridq de hibridación r· .
~ l .mogenización. Desde los valor~s hasta los objetos de uso cotidiano_ .·•. . ·.
¡ me la· socialización y la moral, hasta los patrones de consumo ~'1 -·
l .ijps significantes de diferencia, se habían desvanecido progresivamen.
1 ·!J.(lbid:6). ~dj ·~ :
j Desde -los años ochenta, el discurs~de la diferencia nacional, di argma entro del conjunto. ··. .. .·. ·.· _. .·.· .· ... ·....... _· ....... ·...... /... •.
•·' .f\1~_-.·.
"c:Jwt}l •
J .itfferson, se dirigió a la identidad nacional. Esta noción a
t.) 1m carácter es más selecf e nos tiende a
dif~rencia
· · · en ·
• .·. . P~ro,más ~ún, l~s regio~es mismas p~~q~H,:~?~Y~tliJ*t-A~ij:~P~Í\Y.~~~)~
. td~E-llP.~ta _de.~denttdad ll~ct?nal: .P.e!rY An4~!~~~W¡~J~~~?m~N:t~t~;q~~:~~~e
fie~encia, y no en caracteres:típicos de un F~rnand ·.Brau~el sobre la tdeJ:lhctad de ~Fr~ncta;·rsenala~pomoJ3raudel
"' ~Bf!Saria la noción de alteridad, pues no es autocomprendida .··., ~~siica
: ~
1~ ·primera parte a_.deSéribk:his
,, · · ; _._ <.. . ·, ·-~
, . .. ~~_,.··r
priri.~fpá.l~~:feg~gfl,~~14~-~[iti~'ify
-~·-
.· ·,,_. · -~·-·· ,•."\'.'--f.;,·<~-~.,i.~·::•;.~·- ,•:..'i~<;.·.~~:,:-~:-~':t;." ;~.1;t
. • ._, . .{ • ¡. • ..... • , .. ·;·· •.• .-_.-'i.f.l•·~,-:~
\·,.·, . y • , . •

.:j ~cpto es al tiempo más profundo y más frágil y puede tender ::<:Piroc~laJm a :que ·la ..v.an(!dad Jísico:-regtori~,l.~.lª:Jhac~A~.~~,qgl} ,t;~~ntrp)l.~l.
i ~física. Supone un autoreconocimiento, de manera · nente europeo.~Bóiiíclei insiste bn·e~'te·.Riji!t:~~rf~~~~~r~JA:~ix~Ys.~.d~4
.. • • -~-~ >·-~.-~-!:~.:-·":·-.: .~)_'t. .' _1'-._~_-:·:
·' ' 'j • :: .·\ ':. ~.t ¡_~~:.•--' :·-,,.-t
'f. • / : , ;•• .• ¡' '

1 Iric
.-~:.:t~\· :'. ;',~Jf.l' !2;~;¡;~ir~(y,,::~·:•:- .:~,,: ~ ..
 MyrwmJimeno
'·
regional francesa como un rasgo .~e identidad. Por supue~to, d}ce :A~d~r-
son, desde el punto de vista teórico Braudel otor~a una ~nr:nacta htstonca
a las determinaciones espaciales, que son para ellas mas Importantes en
la historia profunda.
Pero si bien los contrastes climáticos de Francia entre una zona
Mediterránea, otra Atlántica y una Continental son reales, no son sufi-
cientes para tener mayor diversidad rogional que otros países europeos,
por ejemplo Alemania, o Italia. Para Anderson, la popularidad en Francia
de la idea de la variedad regional como motivo ideológico nacional, hay
que buscarla más bien en la temprana unidad nacional, peculiaridad
francesa, y en su papel como compensación simbólica del tri~nfo t.em-
prano del Estado unitario. En este caso también los atributos de tdentidad
son menos específicos que aparentes y pueden leerse menos como
hallazgos empíricos y más como puntos fijos de la ideología na.cional
(Anderson. 1991). Las ideologías nacionalistas_.JLabajan sobre mitemas
básicos retrabajando las mitologías étnic.c.s. y trc.nformándolas en "espa-
cio poético" y "memoria heroica" (!bid).
En nuestro caso, el país se ha representado=desde las élites hasta la
conciencia del hombre común, como un país de diversidad regional cada
una con una cultura propia. Se llega con relativa frecuencia a cuestionar
y descalificar normas y políticas nacionales en aras de su inapli~abilid~d
por la supuesta particularidad regional y local. Y es esta una 1~eolog1a.
de tan· amplia acéptación;·que incl.uso los habitantes del centro ad?leeen
de:conciencia culposa frente a las regiones. A diferencia del menctunado
caso "francés; su. importancia como motivo de la ideología de identidad
nacional, tal vez se encuentre en la misma debilidad y fragilidad d~ lá.
integración nacional. Quizá también entra en juego lo que se ha excluído .·
·e ignorado, la variedad cultural que atraviesa las regiones y es olvidada ..
cuando estas se oponen como conjuntos culturales frente a la nación. La ·
diversidad cultural suele ser entendida en Colombia, tan sólo como
variedad de culturas regio-nales.· Este es· tal vez el rasgo de ma:yor
cónsideración para el colombiano como peculiaridad atribuída del país;
Y· 9ifícilmerite se encuentra arraigo más poderoso.
LA REGION Y LA CONFORMACION DE UNIDAD
: : :~iacionesentre la región y el Estado nacional, entre otras, a traves~del
-.Mucho se ha insistido en la implantación de la Constitución Políli
del:886, queoptó por U ll ·modelo de relaciones entre región Ynació ,·
1
eritre Estado nacional y :cultura nacional.:De todas ·man~rasesnecesa
. refe:rirse ·a este modelo político~ pües a través de él,'ál rri~nos como'paf
Región, nación y diversidad cultural en Colombia 69
ideal, se fijaron las bases para la unidad nacional y se proporcionó el
marco político para los vínculos entre las unidades regionales y el
conjunto.
Como es conocido, estuvo inspirado en la hegemonía del centro sobre
las regiones. Los centralismos que pregonó esa Constitución: centralismo
administrativo, centralismo fiscal y centralismo político, pretendieron
dar fundamento a la consolidación de un Estado nacional frente a la
fragmentación y contraposición de poderes locales (ver Bushnell, D.,
1.993, l\1elo, J.O., 1989).
El programa de la Regeneración triunfó en contrarréplica de los
excesos ultrafederalistas que debilitaron el orden interno. La constitución
denominó "departamentos" a los Estados federales y dejó limitado poder
a las Asambleas Departamentales; coiocó ei nombramiento de los gober-
nadores en manos del presidente y consagró un monopolio del partido en
el gobierno sobre el poder ejecutivo en todos los niveles (Buhsnell, cit).
Agrega Bushnell que la total exclusión de uno de los partidos nacionales
sirvió para exacerbar el sectarismo político y de manera indirecta al
incremento de la violencia campesina. Pero la exclusión rio fue sólo de
los partidos diferentes al triunfanté, sino de todo lo que se saliera del
modelo católico hispanista. Se instaló entonces, una dinámica excluyente
de la diversidad cultural nativa y a la vez una dialéctica política basada
ep la unidad y la contraposición región versus centr(h
Las regiones representadas principalmente p9r los "departament9s",
quedaron supeditadas a los dictámenes del gobierno central. Los vínc:Ulos
entre éstas y el gobierno reposaron en manos de dirigentes políticos y
élites locales, quienes mediante una red de intermediaciones manejada's
a través de las maquinarias partidistas, hacían de puentes con la dirigencia
yeí gobierno nacional. Enforma simultánea, en cada región fue cobrando
auge el sentimiento contra el centralismo, como fuerza opuesta al pro-
greso regional. Las evidentes diferencias geográficas, la precariedad de
las comunicaciones, el relativo aislamiento de cada una, alimentaron la
idea de la particularidad regional y el resentimiento contra un centro que
las desconocía. Los dirigentes locales desde entonces y hasta el presente,
alimentan esta tendencia local y se sirven de ella en el juego político,
sacándole partido a nivel central y local. ., . , , _-· . ·. ~
;-,;Pero· interesa resaltar las progresivas fisun1s en la red de i,riterr"De.:.
'··:débilitainlento .de ·las. maquinarias partidistas. En la m~dida:e·n h~ 'que
·•• .·e. debilitaron los ceritralismos/perdió.poder.esta r~~ d~.inter~~·diá~
· ·. ón. Los acuerdos nácionales supra partidistas del Fre'nte)"{aéióna.l.;
.. cambios en la ubicación 'espaCial de la población' )da éóris'igüierite
 '•
.,
'•
70 Myriam Jimeno
pérdida de los controles tradicionale.? que se ejercían en las localidades,
fueron algunos elementos de un cambio en la relación Estado-región,
marcado por el descrédito de la efectividad de los partidos políticos.
Hemos asistido en la última década a una reinterpretación de los roles
regionales y al auge de la regionalidad como peculiaridad de la naciona-
lidad colombiana.
En el pasado, una ética estricta, reforza-da por un control social rígido;
hacía parte de una forma de vida rural, básicamente autosuficiente. Esk
sistema de valores y controles culturales entró en crisis con la paulatinn
urbanización. La emigración de las élites locales hacia las ciudades como
parte funcional de la reproducción de esa normatividad, hizo parte de Sli
debilitamiento.
Oua señai particülar de la crisis de los controles sociales ha sido ei
debilitamiento de las creencias religiosas tradicionales (católicas),. ,;
como modelos normativos. Ya Fernán Gonzalez en diversos trabajos,
ha mostrado la importancia de la Iglesia Católica como constructor de
unidad nacional y su contribución a la identidad nacional. Esta ha sidc
por supuesto, otro canal de comunicación entre lo local y lo nacional
y formó parte del conjunto cultural ideal para servir de fundamento a
la cultura nacional. Este ideal, como es sabido, ignoraba y aún conde-
naba importantes diferencias culturales dentro del ámbito nacional,
bien como síntomas de atraso o amenazas para la unidad nacional y
aún como inmorales y ppr tanto inaceptables. La pérdida de influencia
del m~délo cultt1ral inip'tilsado ·por la Iglesia Católica, abrió la posibi-
lidad para. qué·:·.se :¿ó·n~s.idéraran con otra óptica las diferencias cultura-
les y·se.pe'rmitiúa'la formulación de un Estado nacional pluricultural,
al:.~~n<?~. ~~O~o·m?delo posible. Su pérdida de influencia ta.mbién
a
contfibuy6 la'riecesidad de redefinir la pa"rticipación regional en la.s
decisiones nacionales. . ..
' ErCiépilitamiento de los vínculos partidistas como parte de la relación·
entr~ región y nación, llevó a una búsqueda de una nueva relación con·
mayores derechqs políticos y mayor reconocimiento de las regiones en
.. las diferentes instancias decisorias, que se plasmó en el variado conjunto .
"de medidas de los últimos años sobre descentralización.
Pero el entusiasmo regionalista diluye y anebla otros hechos sociale:·;:
la jerarquización ydesigualdad de los espacios regionales por una p ·
la existencia de otras formas de diversidad cultural que atraviesa
regiones y rompe stÍ süpuesta unidad, y la particular "relación que
existir·entre marginalidad regional y diversidad cultural y aún biodi
si dad en general.; '· · ·. · · · ·
Región, nac:ió11 y diversidad cultural en Colom/Jiu
71
REGION Y JERARQUIZACION, LA DIVERSIDAD DISCONTINUA
. U? re~orrido rá~ido de la geografía colombiana, muestra que la
b~odrversrdad no esta repartida en forma uniforme en el territorio colom-
brano; por el contrario, sólo ciertas regiones concentran aún biodiversi-
dad en f~r,ma aprecia.ble. En buena medida, es indudable que esta
conservac10n est~_asocmda por una parte, a la presencia de culturas cuyas
~orma~ de relac10n con el medio natural no implican la explotación
r?t~nsrva de los recursos. Por otra, a la coincidencia entre condiciones
fisrco
.
naturales
, .
y procesos históricos especiales en cuanto a la intearación o
soctoeconomrca. Ambos permitieron que estas culturas las tomaran
como ··zonas de :efugio", _tomando la expresión conocida del antropólo-
go Gonzalo_Agurrr~ Beltran. Su presencia imprimió un carácter especial
a estas regrones, .Incluso en contra del querer de élites locales que
deseaban que. no se las tomara como regiones de indios o de nearos.
·~-- o
~ l::stas re~wnes mantuvieron hasta fechas relativamente recientes una
rorma P,artrcular de relación económica y cultural, a menudo como
ec.oQp~tas de enclave, con una integración basada en procesos delimita-
dos, taTes como la minería o la explotación de recursos forestales.
En estas regiones, la diversidad de ambientes naturales ha estado
acompaña~a de multi~licidad de formas culturales que no sólo desarro-
llan exprestones espectales de adaptación, sino también medios de inter-
ve?ci.ón Y modifi~ación ambien~ales, a través de conocimientos y
practica~ acum.ulat.tvas y c.omplejas. Su particularidad radica, en sus
estrategias socrales para transformar, sin destruír, ciertos ,ambientes
naturales. Pero su man~jo ambiental es parte indisociable de una sociedad
con baja acumulaci_ón de excedentes. ·
. : ~Ahora bien, las regiones con presencia de diversidad de cuÚuras con
. prácticas eco~ómicas ~o intensivas, ocupan una posición particular
dentro del conJunto nactonal. El antropólogo P. \Vade se ha detenido en
la c_o~stit.~ción espacial de la sociedad, pues toda. ~ociedad crea una
~ontftca~ton que. c?ncentra espacialmente interacciones sociales y prác-
ticas soc~ales rutimz~das (Wade, P., 1991 ). La interconexión y la interde-
pendencia ~e las regiones constituídas, hacen parte de la conformación
.·. espacial de la socied_ad. Y la r~giones que así ~mergen, muchas veces,
· .?o~o ~n .71 caso ~olombiano,._tienen no sólo un significado . ~ri Ja nacio-
nalidad, s.mo que expresan .relaciones y clasific::aciones étnicas y. rach1_1J.es.
(W_ade,cit.). . . . ·,·-~:. ,. : . ·· .. · ··:;·,.;·:¡.·., •··.·•·
,. El ;Chocó~;por .~jempl.o, ha~~·:p~·;.t~, ..ci~' ~·na ~sc~l~ jerarq~,~~rici-~:¡~1~·
P~~10s reg10nale~ que conforman \el t~fritorio .IJ.acional.y ~:dqnd~ ~V.:
i.ón en ~~ base de)a escala, se .rt;lac::iqn.a.c9ri~st1_ ·c_omppsició_n.:é.tn'!ca
••••••••••••-•·-·"if1i~~z.r: .
.,
72 Afyriam Jimeno
'·
y racial. La historia colombiana llevó a la constitución de regiones con
diferentes estructuras económicas, demográficas y políticas, así como
mezclas raciales diferentes, que han servido para establecer una ideología
de diferenciación cultural más amplia (!bid).
La identidad or oriaen reaional, ha tenido simultáneamente un sig-
nificado sobre origen racial, de manera e¡ue "la raza se regionalizó" Ibz .
La ideología del mestizaje, entendiendo el blanquemiento como lo
deseable, hace parte de la ideología nacional y tiene expresiones espa-
ciales, de manera que ciertas regiones se ven como periféricas, atrasadas
y racialmente negras o indias, como en el caso del Chocó.
La discriminación hace parte no evidente de esta categorización
l socioespacial, que tiene implicaciones en diversos órdenes de la vida
.,
1
regional y para quienes allí habitan; desde las oportunidades de acceso a
1 servicios públicos, hasta la remota acumulación local de capital, en una
\ conocida reproducción circular de baja generación de riqueza local y
desigual distribución de poder social y político a escala nacioiiai (-. c:-
1 Jimeno, Sotomayor y Valderrama, 1.992). No por ello, dentro de una
región como el Chocó se reconoce con facilidad su propia diversidad de
1 culturas. Hasta fechas recientes los grupos amerindios y afrochocoanos,
como portadores de cultura, tenían limitado el reconocimiento regional
al folclor y aún hoy se mira con recelo la reivindicación de una identidad
particular, incluso entre sus corraciales, en el caso negro. _ la' razón de ello.
-~ Las maquinarias políticas han obtenicio pequeñas concesiones al rei.:.
vindicar una unidad regional homogénea ydesfavorecida frente al centro.·.
Pero las culturas nativas rurales que pbr sus caract-erísticas han··consei~
vado una importante diversidad florística y de fauna, despiertan el interés·
nacional. Pero para decepción de los partidos y las élites locales, que de: ·.
paso sea dicho no son blancas desde'hace alrededor de tres décadas, este'',·
se dirige ahora hacia la di1y7ersidad ignorada. · - indígenas. Pronto se convirtieron algunos caciques-en tributarios.y en-
MARGINALIDAD Y CULTURAS EN EL CHOCO
En la actualidad el Chocó es una región deprimida respecto a los.".
centros económicos y sociales del país. Uno de los ejemplos posibles es~á
. en :los· indicadores de calidad de vida tales como nivel de in gres · ·
.~~pe~a11za de yida al nacer~'mortalidad infantit;·analfabetismo, qué rriú
tra'h__ ~~ e_l C~ocó_l~s más.bajos del país. ' ,
-.1.:.3. esp~ra~za de vida al nacer-es la más baja del país, Cf?n 53.9 ..
-d~_yi?~~ ~i~ritras Antioquia tiene 67.4 años; Chocó y ·Nariño tienen ·
)}1ásialtas ·tasas··de·mortalidad infantil con 100' por:ffiil.y 66 ::pori
Región, nación y diversidad culwral en Colombia 73
habitantes respectivamente. En la Costa Pacífica, el 45% de los habitan-
tes están en el límite del salario mínimo, y el analfabetismo rural duplica
el nacional.
Estas características de contraste tan alto con el resto de Colombia, sin
embargo, al parecer se han acentuado en los últimos 40 años. El Chocó
vivió un relativo auge económico en las tres primeras décadas del siglo;
no tenía entonces un desarrollo tan desigual con respecto al resto del país,
en aspectos tales como servicios públicos (agua, luz, educación, salud)
en los cascos urbanos. Probablemente el resto del país aumentó sus
niveles de vida, mientras el Chocó se detuvo y su infraestructura fue
desbordada por la migración campesina a los principales poblados,
especialmente a Quibdó.
Por otro lado, el tipo de economía predominante a lo largo de la historia
chocoana es la extractiva, cuya característica es exportar los capitales
generados. La permanente exportación de-nqueza, minera, maderera,
pesquera, incluso aunque en menor escala agro¡x;cuc.ria, no ha conducido
a una acumulación local. Los ciclos de aug~- económico se depositan
fuera de la región y la infraestructura básicade la zona económica y de
servicios no se modifica sustancialmente. Incluso los modelos culturales
nativos indios y negros, tienen una alta permanencia a través de estos
ciclos. Probablemente su atadura histórica a esta economía extractiva sea
Germán Colmenares muestra que desde el siglo XVI los pobladores de
las provincias .de Popayán y Antioquia intentaron repetidamente la
ocupación definitiva del Chocó, pues ya se conocían sus riqu·ezas en _oro.
Este proyecto, sin embargo, no atraía al parecer a lametrópo¡i;~por sus
posibles efectos sobre la población nativa. Sin embargo,-en 1666 se
autorizó a las autoridades de las gobernaciones-veCinas la re.ducción de
traron 100 esclavos negros para trabajar en las minas. En el poblamiento
competían las gobernaciones d~ -Antioquia y Popayán y misioneros de
distintas órdenes. (Colmenares, G. 1975).
En 1684 se produjo una importante rebelión de lo~ indígenas del norte
del Chocó, en la provincia de Citará, que llevó a la interr~pción qe los
·' trabajos en las minas, especialmente ·en el pueblo de Négti;á,._donde; los
. antioqueños habían llevado un gran número de esclavos.Lapacificadp~
:dice. Colmenares, fue catastrófica pues :~~diezmó Ja ·poplaciqnjn~c}í~epa, :Y
· ·.dispersó los esclavos":'Perolareducción c1efini~iY,~.c1~Jo~ iñpig~-~~\~~P{ÍÓ
·.:nuevo auge .del oro;bop_rép~rc~siop~es.;e·n todá_.I.a._,t{~~y~ 5Qf~~~~·~·;~9
:P.ltimo. cuarto de· siglo xyn. Se..JJ.enefjcia'r.O,q :érjipf,é$.a.i"iq~~9.~,,fPP~Yª~
• · · .:Cali y otros CI':le h·abían contribuido a su paGjfica~jp~n. (/bid,.:p:J3~):~;
....,.___.,_-,,~--~-- ·--------------------------------------
..
--·-··
•'
74 t \ ••
Myriam Jimeno
yi•¡
.1 El oro se convirtió, desde entonces, con auges y retrocesos, en el
"!
1
cordón de unión del Chocó con el""resto del país. En la medida en que
para su explotación se utilizó de manera crecie~te mano de obra negra,
11
las poblaciones indígenas se refugiaron en diversos-lugares, buscando las
riberas altas de los ríos. Los descendientes de los esclavos permanecieron
en la zona, marcando desde entonces el territorio con su peculiaridad.
Durante el régimen colonial, la regi9n fue una frontera minera, al
margen de los centros de desarrollo, como lo plantea P. Wade. Los
blancos eran muy pocos, mineros, administradores, comerciantes, solda--
dos y misioneros. (Wade, P., 1989). Los campamentos mineros se
1i
trasladaban continuamente, mientras los indío-enas o se dedicaban a culti-
¡ vos de plátano, la caza y la pesca. Con el tiempo, en las vegas se
i comenzaron a establecer los libres. auienes habían lo2:rado comorar su
libertad a fuerza de trabajo en los cÍía·s libres. ~ •
1 Esta economía minera se basaba en cuadrillas bien controladas y
i
aislada!:>'cfela población indígena. Sin embargo, y a pesar de la prohibi-
ción de utilizar los indígenas en las minas, estos fueron forzados a cultivar
y realizé!.f__Qistintas obras para los camoamentos mineros. Paulatinamente,
creció"eTgrupo de negros libres., que ~xplotaban oro aluvial y cultivabar~
en las riberas. La población blanca fue siempre reducida y no intentaron
poblar la región. Por la baja densidad de población blanca, para Wade,
fue escaso el mestizaje con indígenas o con negros. Los blancos mantu~·
vieron un~ 'fuerte barrera social. El temor de las rebeliones de esclavos y
su asentamiento inestable, contribuyeron al·escas.O 'mestizaje. . · . ·..
·:Los lih.res~· se retiraron a la selva, con.poco.'Contacto con los blancos
y Jue·ron aumentando por la manumisión y el crecimiento demográfico·.
Alg~nos ñegros y mulatos libres tuvieron esclavos, pero siempre menos
cJ,:A\\;.pe CI~co, que era el nú~ero requerido p~ira ser admitidos al gremio de
o. los mmeros. Así, quedaron relativamente aislados del sistema colonial
local. A· su vez, entre estos y los in~dígenas:se establecieron relacione-s
comerciales y de compadrazgo pero tampoco se dió un mestizaje. (Wade,
P., 1989).
" En) 778, el Chocó tenía, según fuentes documentales utilizadas por
-~~arp (citado en Wade, 1989), un total de 14.662 personas; de estas 2.3%
y
er~nblancos, 36.9% indios, 21.5% libres 39.2% esclavos. Es claro el
predominio étnico afrochocoano.Segúnla misma fuente, Antioquia, para
esa _fecha tenía 46.366'habitariies. La proparción de blancos en·el Chocó
era la más baja, en 'co~p·ara-Ción tonAn.tioquia(17o/o) y la Costa Atlántica
<}?·-~~)·'Esta propotci5n'de·bi~nco~descendió al1:6% para 1808.: Ya
pa~~ _.enton_ces,' e'ri :·el :·Chócó '"los libres ·enin-·-et ;60.7% _de la poblaCión
(25:000 habitantes), los iridios habían b~jado al17.8% y-los ·esclávos' ai
···- ----
Región, nación y diversidad cultural en Colombia 75
19.8%. Estas tendencias de descenso de los indios, los blancos y los
esclavos, numérica y proporcional, continuó, dice Wade, hasta la manu-
misión de los esclavo~ en 1851.
Entre los rasgos históricos vale la pena resaltar el poblamiento disper-
so, que se dió en relación con el modelo minero. La actividad agrícola
fue practicada por pequeñas comunidades de ribera, indígenas y negras;
estas últimas se asemejaron a las indígenas en patrones de referencia
social basados en grupos de parientes, una economía de agricultura
itinerante y aprovechamiento de los ciclos de oferta de distintos recursos
fluviales y del bosque.
El caucho y la tagua hacia las últimas décadas del siglo pasado,
atrajeron una nueva ola extractivista, al parecer particulc.rmer.te fugaz.
Pero la minería del oro continuó siendo el eje del proceso social y
económico de la zona y también el de su significación hacia fuera: región
de oro, región negra.
A pesar de esta representación uniformada. en el Chocó han preva-
lecido tres grandes modelos socioculturales, que interactúan y han
tenido una desigual distribución de recursos. U no de ellos proviene de
los ajustes que las poblaciones emberá y waunana hicieron en sus
estructuras, como producto del contacto colonial. En el siglo XVI pobla-
ban las cuencas de los ríos Atrato) San Juan y Baudó y al parecer tenían
algunas diferencias culturales, expresadas por ejemplo, en la pintura
corporal y variedades dialectales (Vargas, s.f.). Con la colonización
minera, los Emberá emprendieron ·migraciones en diferentes direccio-
nes y. en la actualidad su .ubicación preferencial son las partes altas de
l<?s ríos, donde núcleos de varias familias practican la agricultura itine-
rante mencionada. Grupos de parientes culturalmente definidos se en-
trelazan a lo largo de vastas extensiones, que ,recorren en función de
celebraciones rituales, prácticas curativas, resolución de conflictos. El
patrón social segmentario comentado en la literatura antropológica,
sigue una dinámica de atomización o nucleamiento según las circustan-
cias (Ver Vargas, cit.).
Ensayos de etnografía emberá se detienen en la relación entre la
cultura y el aprovechamiento del medio, ·medio vivido a través de
complejos de significado y normatizado de manera estricta en sus inter-
venciones. · - .. ·: ·
La creación de territorios delimitados bajo la modalidad de resgu-ardos
h~ propiciado reasenÚlm.ien~os .y .el surgimiento 9e nl1evas ~igu~,~~:~de
prestigio y poder, diferentes de la 'tradidqnál'del jaibaná/figitra'~ qüe a
su~/ez sé articulcin con organizaciones·departamentáles "Y nacionáles de
carácter étnico~reivindicati vo. --., ·' ,
76 Myriam Jimeno
\.
Otro modelo es el ahora denomin.ado afrochocoano, para enfatizar la
herencia cultural afro, cuya población constituye la mayoría de las áreas
rurales chocoanas; en cierta medida, bien por intercambio de influencias,
bien por procesos adaptativos similares, guarda semejanza con el ante-
rior. Sus rasgos centrales son una población dispersa por las riberas y las
costas, que explota en forma estacional y extensiva las terrazas cultiva-
bles, la pesca y la minería del oro. Los grupos de parientes se riegan por
el área y establecen mecanismos de apoyo y encuentros festivos o de
duelo. Si bien la población mayoritaria es rural, los cascos urbanos
reciben un flujo permanente de pobladores que circulan entre unos y
otros; por un lado van en busca de salud, educación y empleos temporales
y por otro, vuelven pcr los recursos rurales. Las organizaciones de
pobladores negros hablan ahora de la continuidad campo-poblado.
En el tercer caso, una población muy minoritaria, situada en los
principales cascos urbanos y en las áreas de influencia de Urabá ,
Córdoba, Antioquia y Risaralda, practica la agncultura y la ganadería de
corte andino, o el comercio, o sirven de intermediarios en la extracción
maderera, minera y pesquera. Algunos perten~~en a una tradición "blan-
ca" que data de fines o comienzos de siglo, otros de olas de colonización
campesina especialmente desde los años cincuenta y sesenta, y los más
recientes han llegado atraídos por las explotaciones semiindustriales de
oro· desde los ochenta.
·Los Jres grandes tipos de. pobladores, hasta el presente, se sienten
hac~end<? parte de un~ región "abandonada", donde el auge descentralista
amenaúi'sólo con dejar-nm!vas obligaciones y reproducir la jerarquiza-
·ciÓn:espaCial. ·Sin embargo, desde el centro existe un nuevo interés en
esta perife"fia: Es el interés en la gran biodiversidad existente, sin duda
conectada··con la prevalencia de los modelos culturales de explotación
rio intensiva de los recursos.
A'pe$~r de la relativa desarticulación del territorio departamental en
términos~de circuitos productivos, de cómunicaciones y de acción insti~
tuciotíal, los nuevos repuntes extractivos (oro, maderas, pesca) tienen un
efecto_sin precedentes sobre la población rural, afro y amerindia, y sobre
·el ambiente natural.
Labaja densidad demográfica es la condición con la cual uno~ y otros
trabajaron largo tiempo las selvas húmedas chocoanas. En la actualidad
los .auges extractivos han ~raído un número elevado de empresarios, a
difere.ncia del monopolio de ·una compañía:multiná.cional.que trabajó·
eritre.l920 y' 1975.-Su actividad tiene un efecto devastador sobre los ríos~.
la}auna á.c~át_ica, los ~uelos ~e rib~ra,:quehan ·sido el eje del~ s~b~is:.
tenyia. choc~ana, y de, su diversidad culturaL."<. ·. . . _-_::..:'~.i~ . -,·..:·)::]::. · .·
Región, nación y diversidad cultural en Colombia 77
Aún la población rural aislada, resiente los efectos de las nuevas
actividades y de la colonización agrícola de ciertas zonas, como una
presión y un atentado en contra de su posesión territorial y sobre la
reproducción de los modelos productivos no intensivos. La muy reciente
expedición de la ley 70 de 1993 sobre Comunidades Negras, se propone
ofrecer un mecanismo para garantizar que no sean arrasadas las comu-
nidades negras pero su efecto es todavía incierto.
La población se encuentra con fuerzas contradictoria~, que por una
parte cambian sus modelos culturales, y su hábitat, pero por otra, ofrecen
una oportunidad de ingresos nueva. No parece que la intensificación de
las nuevas explotaciones cambie la relación tradicional de riqueza que
se genera localmente pero se deposita fuera. Lo novedoso, sin embargo.
radica en que la atención se dirige a ignorados actores sociales que tanto
en la región como en el conjunto nacional buscan reconocimiento en
múltiples niveles.
La ideología de la identidad nacional colombiana tiende a concen-
trarse en la díada región versus centro, al tiempo ·que construye una
escala asimétrica de relaciones y representaciones centro-región y
región-región. La intensificación en la última década de la valoración
de lo regional como esencia de lo nacional, seguramente guarda
relación con la persistencia de una sociedad fragmentada, carente de
fuertes símbolos de unidad y que ha perdido antiguos medios de
integración, tales como los partidarios o los religiosos, que al decir de
Daniel Pecaut pueden tejer redes tan fuertes como las de las institu-
ciones formales.
, La identidad nacional fusiona en su concepto lo factual y lo ideal Y
captura a través de símbolos el pasado y anuncia el futuro, como expresa
Anderson: En la reinterpretación de los roles regionales en Colombia, la
Ideología regionalista bien debe empezar a comtemplar, para el futuro,
su propia diversidad.
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