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Colecciôn Rosacruz
El Disripulo y Shamballa
Raymund Andrea
El Disripulo y Shamballa
Ediciones Rosacruces, SL
Ediciones Rosacruces, SL
Apdo. de Correos 199
08140 Caldes de Montbui
Barcelona (Esparïa)
E3 Discfpulo y Shamballa
Raymund Andrea
www. edicionesrosacruces. es
info@edicionesrosacruces.es
Raymund Andrea
fodice
Introduction ....................................................................... 11
^Qué es Shamballa? ........................................................... 13
Las dos fases de la voluntad .............................................. 21
La voluntad, sometida a una estimulacion ........................ 31
Némesis ............................................................................. 41
La respuesta del distipulo a su némesis ............................ 49
Las ilusiones del distipulo ................................................ 57
La voluntad y la Jerarquia ................................................. 69
El distipulo y la filosofoa oculta ....................................... 77
La respuesta de la Jerarquia .............................................. 87
Cristo y el consistorio de Shamballa ................................ 95
El retorno de Cristo .......................................................... 101
Introduccion
1. Helena Petrovna Blavatsky (1831-1891). Célébré ocultista del Siglo XIX. Fundadora de la
escuela denominada “Teosofica”.
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Capitulo I
iQué es Shamballa?
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terse a ella, pero la détermination de ponerse en contacta con la
influencia de Shamballa no signiûca, en ningün caso, la negaciôn
de la naturaleza del discfpulo, llena de compasion y de amor, ya
que ello es la consumacion de esta naturaleza. El aspirante medio
tiene poca esperanza de entrar en contacto con esta influencia: su
proposito, por ahora y durante mucho tiempo todavfa, es dominar
su naturaleza, para que ésta pueda participar, en cierta medida, de
la influencia compasiva y del servicio de los Maestros que, por su
parte, aspiran, por una alta initiation, a perfeccionar la especie
humana, dândole el derecho a penetrar en los misterios de la vida
de Shamballa. Me refiero aquf a los grados mas altos del Sende-
ro, de los que podemos hablar en realidad muy poco, y no a los
primeros grados del aspirante que exigen de él tanta preparaciôn
y disciplina.
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concretos que se han obtenido en todos los campos de la vida gra
cias a la utilizacion cientffica de este arte, en las materializaciones,
en todos los pianos de la vida que se han visualizado o pedido al
espiritu y al poder universales. Ademâs, hay Maestros que entran
en contacto con Shamballa por el mismo método de visualizacion
cientffica; pero ésta se adapta a los fines espirituales mas elevados
y puede decirse que se situa muy bien mas alla de nuestra idea
actual de este arte. Si se acuerda uno igualmente de la vibration
extremadamente elevada de la consciencia del Maestro, aplicada a
este fin, podemos adivinar lo que se exigirâ al discipulo por parte
del Maestro, si cuenta en si con el impulso de éste ültimo, para
tratar de entrar en contacto con esta técnica, por extraordinaria
que sea, que consiste en contactar con el centra de vitalidad de
Shamballa, y utilizarlo con eficacia.
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del Discipulo tal vez hayan advertido una de sus caracterïsticas:
la afirmacion de la voluntad espiritual. En él he utilizado lo que
he mencionado mas arriba, bajo el nombre de voluntad temera-
ria y de arte de la création mental mediante la visualizacion. Al
combinar estos dos atributos, se encuentra de nuevo una afirma-
cion mas fuerte de la voluntad inquebrantable. Cuando escribf ese
libro no pensaba para nada en Shamballa; pero ahora tengo claro
que utilizaba estos dos atributos con un fin manifiesto: subrayar la
importancia de la afirmacion de la voluntad y prever una révéla
tion posible del futuro inmediato en el Sendero, por una initiation
oriental tradicional y conocida desde hace mucho tiempo.
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Pero aquello era una évocation inconsciente, aunque pode-
rosa, de la voluntad de Shamballa, utilizada en una circunstancia
crftica, para neutralizar las fuerzas negras que operan en el extran-
jero contra las fuerzas de la Luz. Uno habfa contactado Shamballa
con fines maléficos; otro, la habfa reivindicado para vencer estos
fines. Nosotros conocemos los resultados de esto. Pero el proble-
ma del que tratamos es que las fuerzas de la Luz han recurrido a
este centro shambâllico de voluntad para llevar a cabo sus desig-
nios. El triunfo final de las fuerzas de la Luz ha ensenado a las
fuerzas negras, que operan por la médiation de muchas naciones,
una leccion que no se ha olvidado ni perdonado: que no es tampo-
co imposible una prueba nueva de los dos aspectos de la voluntad.
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am bition en el Sendero, incluso cuando se acerca uno al Maestro.
El fuego de Shamballa, en un discfpulo que no esta preparado,
puede propi ciar en él desequilibrios permanentes por culpa de su
propia ambiciôn.
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Capi'tulo II
Hasta ahora, han vivido dentro de los limites de una especie de cfrculo
cerrado: los libros han sido sus principales gufas y sabemos a qué excesos
de esperanza y promesas imaginarias pueden conducir al discfpulo. No
debe sorprender en nada que pase anos en el ambiente deslumbrador de
los libros y llegue a pensar que le queda poco que hacer para recibir del
Maestro la autoridad, la confirmaciôn de todo esto y de que todo le va a
ir bien. ^Pero qué es lo que ocurre cuando un Maestro de letras o de
ciencias se hace cargo de un alumno que suena, a su aire, desde hace
mucho tiempo, felizmente guiado por los libros? Puede sobrevivir o no a
la mano del Maestro y eso dépende mucho de la humildad y la docilidad
del alumno. Pero pensamos en el discfpulo, considerândolo una persona
mas madura en todos los puntos, que ha vivido experiencias durante
algün tiempo. Un Maestro no perderfa su tiempo con un simple novicio.
Sin embargo, esta persona, como discfpulo y en su calidad de débutante,
puede ser también incapaz de satisfacer las exigencias; pero eso ha de
ser necesariamente por falta de humildad o docilidad.
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Aquf es donde aparece la funciôn de la voluntad del disci'pulo y es
objeto de una observaciôn especial por parte del Maestro, ya que se
puede hacer que esta voluntad imprégné toda su actividad futura, por su
manera de utilizarla, bien sea en su propia vida o en su servicio para el
mundo entero. El Maestro sabe muy bien hasta qué punto el disci'pulo es
capaz de reaccionar en estas dos direcciones, bajo la tension que se le ha
impuesto; pero el disci'pulo no lo sabra. Se abandonarâ a si mismo y
viajarâ aparentemente solo. Pero, si el disci'pulo tiene celo y esta lleno de
promesas, sera intuitivamente consciente de que puede confiar en las
ensenanzas del Maestro y de que, cualesquiera que sean los aconteci-
mientos de su vida personal, para él no hay mas que un camino: imponer
el dominio de la voluntad en todos los aspectos de su vida y velar por los
resultados.
Por otro lado, el ritmo de un discipulo puede ser, por naturaleza. mucho
mâs lento que el de un hermano suyo mas sensible y voluntarioso. El efec-
to que ejerce sobre él la ensenanza sera, por tanto, de una naturaleza
diferente. El ritmo mâs lento révéla un tipo de discipulo lleno de amor y la
fuerte vibraciôn del Maestro sera para él una especie de prueba: su
progreso sera lento. Recuerde que oteamos a lo lejos ese centro de vo
luntad irrésistible: Shamballa. En este estudio, lo tenemos siempre a la
vista y afirmamos gradualmente nuestro pensamiento para presentir y
tratar de elucidar un poco su misterio, preparândonos asi. en cierta medi-
da, para alineamos en él.
Considéré, pues, el valor del que esta lleno de amor. a quien el mismo
Maestro estima mucho y pone, a veces, como ejemplo a seguir; considé
ré el tipo puro del aspirante lleno de amor, confrontado a la vibraciôn
dura y grosera de la vida cotidiana, y pregüntele qué es lo que mâs nece-
sita para avanzar. a pesar de la influencia contraria que hay en su entor-
no. No me dedico aqui a hacer especulaciones: he trabajado en estrecha
asociaciôn con los dos tipos. Sé que. si el aspirante tipico lleno de amor no
puede afirmarse por una especie de violencia natural en nombre de la
voluntad. no sobrevivirâ ni siquiera a las Fuerzas Menores de la ensenanza
de un Maestro. Se puede decir que la debilidad habituai de los aspirantes
de este tipo se debe a que una bondad y un sentimentalismo innatos le
impiden hablar y actuar enérgicamente cuando dirige la voluntad: tiene
miedo a hacer dano. No es lo suficientemente fuerte para concentrarse
y adoptar una actitud y una posiciôn insôlitas en sus relaciones. Terne
perder el apoyo de aquellos con quienes contaba cômodamente y tiene
incl inaciôn a volver del precipicio del borde del Sendero y quedarse en el
paso nivelado, es decir. donde no hay peligro. El discipulo debe estar
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siempre sano y salvo, cualquiera que sea su tipo; pero eso no debe ser un
pretexto para eludir los problemas desagradables. Tal vez sea esto duro
de decir; pero el impacto incrementado de la ensenanza del Maestro
sobre el disci'pulo le obligarâ a afrontar el Sendero, no desde un solo
ângulo, el que le résulta mâs familiar y fâcil, sino bajo los numerosos
ângulos que le revelarâ su percepciôn despierta.
Entre estos dos tipos dominantes, hay otros muchos que no compar-
ten los extremos de uno ni de otro; pero, en todos los casos, la ensenanza
propone al discipulo algo nuevo y ejerce cierto poder estimulante sobre
él. Alli donde, hasta ese momento, la voluntad esta indiscutiblemente
activa, se verâ intensificada y, donde faite, habrâ que buscarla, sin duda.
No se trata de preparativos: el discipulo se ve impulsado a observarse y
considerar su personalidad con ojo critico. Si tiene una buena opinion de
si mismo, este acto le harâ cambiar. No es descabellado decir que este
primer encuentro es una especie de experiencia de la tâctica de choque
y, como el Maestro podrâ observar al discipulo minuciosamente. evalua-
râ con précision su reacciôn y de qué forma deberâ ocuparse de él. Es
posible que pase bastante tiempo hasta que el discipulo reciba un signo
que lo confirme en un camino u otro. La voluntad esta en el centro del
cuadro y deberâ aprender de ella su fuerza, su debilidad, sus posibles
desviaciones y la necesidad absoluta de continuar bajo un estimulo
poderoso: acelera su ritmo de vida, lo que despertarâ el bien y el mal que
hay en él y en su entomo. Jamâs, hasta entonces, se da cuenta el discipulo
de hasta qué punto es real este problema de la estimulaciôn de su vida.
Es évidente, va que cada ser humano con el que tenga contacto lo sentira
y actuarâ dependiendo de su propia naturaleza. Ningün discipulo sabe lo
que puede hacer ni lo que harâ, mientras no se centre sobre él un rayo de
la voluntad de Shamballa.
26
Capftulo III
33
C ap ftulolV
Némésis
Para ser todavia mâs concretos: como movido por una mano sécréta
y para cumplir la fase de esta némesis del discipulo, puede introducirse
en su vida un individuo que tenga un valor y una importancia particulares
para su évolue ion ulterior. Aparece, de repente y bajo forma humana. en
el Sendero del discipulo, la personificaciôn de recuerdos fantasmagô-
ricos de un ciclo pasado. Ese contacto puede durar un instante, invitân-
dolo a cooperar para el bien o el mal, o también puede ser una némesis
que cambiarâ de tal modo el perfil de su vida y de su personalidad que
darâ al discipulo la comprensiôn inévitable de su carâcter, asi como la
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sensaciôn profunda de que la presencia de su Maestro debe ejercitarse
en su nombre.
^Pero con qué fin se le concédé al discipulo un favor asi? Sin duda
alguna, no es por la mera satisfacciôn del placer o la amistad, sino para
hacer que resalte, en las dos vidas sometidas a la estimulaciôn de la
voluntad del discipulo, el contenido latente de estos recuerdos pasados.
Ahora debe afrontar dos resultados indiscutibles de la acciôn de esta
némesis de su vida: por un lado, el prestigio de su personalidad habrâ
aumentado y sus facultades se habrân desarrollado, de lo que pronto se
darâ cuenta; por otro, es posible que el segundo resultado venga a equi-
librar como un contrapeso las adquisiciones apreciadas. Tendrân una
naturaleza opuesta y frustrante, que exigirâ un poderoso ejercicio de la
voluntad para mantenerse.
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Capitule» V
Es una especie de jaque; pero no hay que lamentarse por ello. No veo
ninguna razôn para desolarse por ver a un disci'pulo liberado de una
responsabilidad que no podia asumir, en realidad, por falta de prepara-
ciôn. Esperando un resultado positivo, el Maestro podia tener buenas
razones para confiarle esta responsabilidad, pensando en las posibilida-
des de éxito; pero, si su importante influencia résulta ser demasiado fuerte
para que la comparta el disci'pulo, résulta que la prueba, aunque esté
justificada, ha demostrado claramente su falta de preparaciôn. No hay
que lamentarlo, a no ser que se trate de un hombre que ocupa una posi-
ciôn de confianza y peligrosa y se vea obligado a abandonarla, porque
descubre en él debilidades de carâcter y de opinion desconocidas por él
mismo antes de su elecciôn. Vemos muchas veces esos ejemplos en la
vida profesional y politica: la responsabilidad pone a prueba al hombre.
Es preferibie que abandone, antes de hacerse dano a si mismo y a los
demâs.
Hay que decir que hay muchos libros con transcripciones de ense
nanzas orientales. Prometen mucho; pero han tenido poca influencia en
la vida de los discipulos para educarlos de una forma apreciable o, por lo
menos, guiarlos hasta tener una asociacion personal con el Maestro.
Es muy frecuente ver el éxito como una eventualidad futura muy lejana.
que exige un cuerpo y una personalidad mucho mâs desarrollados de lo
que pueda manifestar el discipulo en un ciclo corto. Hay que decirlo,
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porque muchos discipulos no tienen una idea clara y razonable en este
tema. Sin embargo, el tiempo corregirâ y atenuarâ el sortilegio que lo
rodea. El término mismo de ensenanza oculta tiene su propio encanto
para el estudiante occidental y lo inclina a dotarlo de cualidades y faculta-
des mâgicas que, a corto plazo, producirân en él simplemente lo que esta
esbozado para él de una forma confidencial e impersonal. No deberia ser
necesario reflexionar mucho para convencerlo de que el discipulo oriental,
al tener acceso fâcil a la supervision personal de un Maestro, contar con
afios de disciplina fïsica y mental, de renuncia y meditaciôn, y consagrarse
casi ünicamente a ello, forma parte de una categoria diferente de la del
discipulo de Occidente. Este ultimo no puede contar nada mas que con la
palabra escrita y las interpretaciones y aplicaciones dudosas que pueden
ofrecerle su propio sentido prâctico y su intuiciôn. Sé, por experiencia,
que un discipulo puede leer mas por placer personal y ver mas promesas
de las que garantizan las ensenanzas y que espera de ellas mucho mas
de lo que puede esperar legitimamente sin guia personal.
46
Capitule» VI
Antes de seguir con nuestro tema, pienso que séria conveniente con-
siderar con un ojo mas critico algunas de las razones por las que un disci
pulo que haya progresado bastante lejos para ganar la confianza y la
supervision de un Maestro se encuentra, a pesar de todo, incapaz de
satisfacer las exigencias requeridas y vuelve a su existencia mas tran-
quila. bien sea contrariado o aliviado.
55
Capitulo VII
La voluntad y la jerarquia
Pero esto es una idea que puede dar ânimos al discipulo: la acelera-
ciôn de la voluntad puede continuar en las etapas que détermine él mis-
mo y puede proyectarse y utilizarse en la vida normal, para servir en el
mundo. No se ha perdido nada y hasta puede ganar mucho el discipulo si
se queda a su aire. Si se acuerda de que se ha acostumbrado, durante su
formaciôn, a esta aceleraciôn de la voluntad en su vida, se mantiene en
él la expansion interior que produce y puede estudiar su aplicaciôn ôpti-
ma para su futuro avance.
Se puede plantear una pregunta. ôQué ocurre con los discipulos que no
se encontraban en la encrucijada de caminos cuando se interrumpiô su
formaciôn? No podemos asegurar que haya ahora en Occidente Maes
tros orientales que formen individualmente a discipulos. Solo se puede
juzgar mediante la observaciôn. No tenemos ninguna prueba indiscutible
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de que en los diversos grupos ocultos, incluidos en ellos los teosôficos
que se han dedicado a la fïlosofia oriental, haya discipulos que reciban en
este momento la ensenanza personal de un Maestro. Si hay alguno, tene-
mos derecho a decir que su adeptado deberia ser de tal naturaleza que
les permita mostrar a sus semejantes obras dignas de un valor singular,
realizadas para el bien de éstos ültimos. Si tienen la luz, los hombres
deben verla y reconocerla y su testimonio de la luz deberia captar la
atenciôn delpüblico.
En todas las cosas de la vida, se puede ver este movimientoy este vivo
deseo de asociarse en grupos. Apenas hay necesidad de decir que es, en
gran medida, una forma moderna de évasion. Ser muchos da fuerza, una
impresiôn de seguridad personal, a los que se consideran insignifiantes
y débiles, a los que, por el esfuerzo individual y la vida personal, parecen
desprovistos de atractivos, faltos de encantos y ventajas. Los fuertes e
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independientes utilizan a los que tienen menos personalidad y se aprove-
chan de ellos. Eso da resultado, sin duda alguna, desde un punto de vista
nacionalista. Sin embargo, hay y habrâ siempre quien sea profundamen-
te individualista: los que son fuertes en su propio terreno y son, por si
mismos, creadores de obras nobles. Entre éstos se encuentra el tipo de
discipulo cuya némesis lo ha llevado a la encrucijada de caminos, donde
la individualidad o su falta lo limita para tomar una decision.
^Pero qué papel juega la ilusiôn en este momento preciso? Digo ilu-
siôn del discipulo, ya que el Maestro considéra igualmente los obstâculos
para el progreso del discipulo como una especie de ceguera personal.
Eso puede adoptar varias formas. El discipulo puede irritarse por algo
que el Maestro considéré como criticas necesarias para su despertar;
puede criticar con fuerza los cambios de actitud que debe procurar ma-
nifestar en su relaciôn con otro discipulo, como es la dejaciôn de su
individualidad en interés del grupo que debe tener prioridad para desa-
rrollarse. Esta fatiga mental y fïsica, consecuencia de su gran esfuerzo
por satisfacer las exigencias, deberia poner fin a esta formaciôn.
Eso nos lleva a hacer una consideraciôn vital: ^en qué medida el
ocultismo extremadamente idolâtra de Oriente conviene a todos los dis-
cipulos, cualquiera que sea su posiciôn en el Sendero, teniendo en cuenta
que un numéro pequeno de discipulos que prometen, al recibir una ense
nanza personal, reacciona en unos aspectos y es incapaz de reaccionar
en otros, de una forma que habria justificado la continuaciôn y la culmi-
naciôn de esta ensenanza?
62
Capi'tulo VIII
Hoy dia, al estudiar este tipo de filosofïa oculta, los discipulos encuen-
tran muchas dificultades en cuanto a su presentaciôn. Se sentirân alivia-
dos e iluminados cuando reflexionen bajo el contacto jerârquico y sientan
el influjo de luz, amor y sabiduria que émana de estas fuentes primarias.
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De ahi es de donde nacerâ su ali vio, mas que de las cavilaciones menta
les interminables sobre las grandes lineas de la tendencia evolutiva, im-
posibles de coordinar y de comprender, ya que no estân completamente
explicadas y bloquean a los disci'pulos mas avanzados en la encrucijada
de los caminos.
Este denso vélo que esconde la verdad oculta y sus aplicaciones rea-
les es un obstâculo periédico para los aspirantes, cualquiera que sea su
posiciôn en el Sendero. Si se admitiese que la mayoria de los discipulos
se encuentra lejos de estar preparados para asimilar y aplicar esta filoso-
fia con fines prâcticos, tendriamos, por lo menos, algo en claro, aunque
todavia no se haya admitido; pero ése no es el caso de los relativamente
pocos que han progresado y merecen una ensenanza personal.
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Capitulo IX
La respuesta de la Jerarquia
No tengo nada que decir a los que interfïeren aqui para afirmar que la
lôgica no puede llevar a la revelaciôn. Tal vez sepan ellos qué es lo que
lleva a ella. Hoy dia, la lôgica es el instrumente técnico mas poderoso
puesto a disposiciôn del hombre: expone las revelaciones de los misterios
ocultos de la tierra y de los cielos, con gran asombro de los humanos. El
discipulo, después de haber contactado a intervalos con la Jerarquia,
debe permitir que este impacto y este progreso de la ciencia tengan el
mâximo interés para él. Y, a decir verdad, el discipulo digno de este nombre
deberia ser infmitamente mâs sabio que los sabios, ya que es infinitamente
mâs ignorante. No se deben hacer criticas cuando los maestros cientifi-
cos consideren con desconfianza y hasta con desprecio las teorias de la
filosofïa oculta. Se debe comprender claramente que sus teorias pueden
demostrarse de una forma lôgica y detallada, mientras que la filosofïa
sigue siendo indemostrable.
Veamos por qué digo que lo que puede hacer la Jerarquia por el disci
pulo es mâs importante ahora, que lo que puede hacer el discipulo por si
mismo. Se ve impotente, si no esta guiado desde arriba. Tampoco puede
uno cerrar los ojos ante el hecho de que el desafio de la ciencia a la
filosofia oculta y la teologia es, al menos en esencia, un desafio tâcito,
lanzado a la Jerarquia misma: si la ciencia no se interesa por esta filoso
fia y esta teoria religiosa y las évita, pone en duda la fuente invisible de
las dos.
77
Capi'tulo X
Recuerdo que no escribo nada mas que para unos pocos. Es un Sen-
dero demasiado dificil para la multitud. El numéro pequeno tendra la
cruz, cuyo significado quedarâ inscrito en sus miembros, aunque haya
sido superada. Los demâs pensarân que basta con incorporarse al anti-
guo Sendero del adeptado, ya que se sienten atraidos por sus promesas
exteriores y sus ilusiones esotéricas. El numéro pequeno los habrâ cali-
brado y no querrân dejarse seducir por las primeras o interesarse por las
segundas. Han cumplido su tiempo y el discipulo no quiere contemplarlas
mas ni quedarse bajo su empresa.
82
Capi'tulo XI
El retorno de Cristo
Pienso que estarân tan impregnados del espiritu de Cristo, tan forma-
dos a su semejanza, como consecuencia de una larga relaciôn esotérica
con É1 para convertirse en agentes dociles de los Seres de la Jerarquia,
que El podrâ utilizar la voluntad y la determinaciôn concreta de ellos para
cumplir la mision que se ha decretado para la humanidad.
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Made in the USA
29063541R00050 Lexington. KY
25 January 2019
fk
£1 discipulo y
Shamballa
Raymund Andrea
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