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UNIVERSIDAD DEL SALVADOR

Escuela de Lenguas Modernas


Traductorado Público en inglés

ASIGNATURA Derecho Privado

PROFESOR Dra. Vanesa Varveri

COMISIÓN 3AN

TRABAJO PRÁCTICO Nº 2 Contratos


Derecho de la navegación
Comisión de valores y Bolsa
Títulos circulatorios

FECHA DE ENTREGA 28 de septiembre de 2018

ALUMNA Marina Silva - DNI: 25.720.568


Cuestionario:

1. Contrato de locación (contrato civil) y Contrato de suministro (contrato


comercial)

Contrato de locación:

Caracteres:

El contrato de locación posee los siguientes caracteres:

a) Es bilateral porque origina obligaciones recíprocas para ambas partes;

b) Es oneroso y conmutativo porque el alquiler pactado debe guardar relación


con el uso y goce (equivalencia);

c) Es consensual porque existe el contrato sin la entrega de la cosa ni el


cumplimiento de ninguna otra formalidad (siempre debe tomarse en cuenta la
fecha de celebración del contrato y no la de la entrega de la cosa si éstas fuesen
distintas para la aplicabilidad de la ley).

d) Es de tracto sucesivo porque su cumplimiento se prolonga en el tiempo

Objeto:

Pueden ser objeto de la locación los inmuebles y también las cosas muebles no
fungibles. Asimismo puede celebrarse un contrato de locación de cosas
indeterminadas; siendo esta indeterminación limitada, ya que se requiere una
determinación por lo menos en la especie.

Es factible también el arriendo de cosa ajena, con las siguientes salvedades:

1) Si el locador y el locatario actuaron de buena fe, ambos creían que el locador


podía válidamente arrendar, y en tal supuesto el contrato es válido hasta que el
locatario no sea desposeído por el verdadero dueño.

2) Si en cambio el locatario actuó de mala fe, éste último conocía de que el objeto
del contrato era de propiedad de un tercero, y el contrato también es eficaz, pero
si la cosa aún no se entregó el locador al enterarse de la situación puede negarse
a entregarla.

3) Si ambos actuaron de mala fe, el contrato es eficaz entre las partes.

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4) Si el locador únicamente es de mala fe, el contrato es válido, pero el locatario
podrá pedir su nulidad.

En cualquiera de estos supuestos de locación de cosa ajena, el verdadero dueño


puede ratificar el contrato o exigir la inmediata entrega de la cosa. Si la cosa
fuese parcialmente ajena (caso del condominio cuando alquila uno solo), sucede
lo mismo, se puede ratificar por el resto de los propietarios, o hacerlo caer por
nulidad; sin embargo, y a pesar de la falta de ratificación, el contrato valdrá y
producirá todos sus efectos, si a consecuencia de la división del condominio
existente el bien locado queda como de exclusiva propiedad del locador.

Regulación legal:

El nuevo Código Civil y Comercial, que entró en vigencia el 1 de agosto, regula


a partir del artículo 1187 el contrato de alquiler. Lo define: “hay contrato de
locación si una parte se obliga a otorgar a otra el uso y goce temporario de una
cosa, a cambio del pago de un precio en dinero”. Es importante destacar que
deben respetarse los derechos adquiridos; por esta razón, los contratos que se
hicieron antes de dicha fecha se rigen por la ley anterior.

El Código Civil modifica los plazos mínimos y máximos en que se pueden hacer
los contratos de alquiler. En la Ley 23091 el plazo mínimo era de dos años para
locaciones habitacionales, mientras que la locación de los comercios se podía
hacer por tres años; ahora se unificó este plazo, que es de dos años para ambos
casos. Por otra parte, los plazos máximos de locación actualmente son de 20
años para locaciones habitacionales y de 50 años para comercios, mientras que
antes eran de 10 y 20 años respectivamente. En cuanto a las prórrogas de los
contratos, la nueva ley impone que, a los fines de facilitar la prueba, deben
hacerse por escrito.

Después de la reforma continúa vigente la rescisión anticipada del contrato de


locación; quien alquila una propiedad tiene la posibilidad de rescindir
anticipadamente transcurridos seis meses. Si esta rescisión se produce durante
el primer año, el inquilino debe abonar el equivalente a un mes y medio de
alquiler, pero si el inquilino decide rescindir luego de un año, se abona el

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equivalente a un mes. Actualmente el inquilino puede irse sin preavisar, mientras
que antes debía dar un preaviso de 60 días.

Por su parte, el artículo 1196 establece que si se alquila con destino a vivienda
no puede reclamarse el pago de alquileres anticipados por períodos mayores a
un mes ni depósitos de garantía, o exigencias asimilables, por una cantidad
mayor al importe equivalente a un mes de alquiler por cada año de locación. Por
ejemplo, para el caso de haber firmado un contrato de dos años, corresponde
como máximo un mes de pago por adelantado más otros dos en concepto de
depósito.

En el artículo 1201 se fija que el locador (propietario del inmueble) debe


conservar la cosa alquilada para que sirva al uso convenido y efectuar a su cargo
las reparaciones necesarias, es decir que la regla es que el dueño es quien debe
mantener la casa en condiciones. Sin embargo, los arreglos urgentes o
necesarios (por ejemplo, la rotura de un caño) los puede hacer el locatario para
evitar que inmueble se deteriore y luego le puede pedir al locador que le reintegre
el dinero del gasto. Para esto, el inquilino debe dar un preaviso por medios
fehacientes; por ejemplo, mediante una carta documento, pero, si es una
cuestión muy urgente, se puede hacer una llamada o enviar un mensaje de texto
informándole al locador que hará los arreglos y este luego deberá reintegrar el
monto gastado por aquel. Es importante aclarar que si algo se rompe por culpa
del inquilino, es este quien debe pagarlo.

Por otro lado, las expensas y los impuestos del inmueble pueden ser objeto de
convenio de partes y se puede disponer que el pago integre el precio a cargo del
locatario. Esto último debe ser expresado en el contrato.

Respecto a la responsabilidad del fiador o garante, el artículo 1225 establece


que este será responsable mientras el contrato esté vigente. Además, cuando
se hace una prórroga de contrato, el fiador debe firmar la renovación; de lo
contrario, no será responsable. Antiguamente, si el contrato terminaba y el
locatario seguía viviendo en el inmueble sin pagar el alquiler, la inmobiliaria podía
reclamar el pago al fiador.

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También es importante aclarar que el inquilino puede subalquilar el inmueble
pero se lo debe comunicar al propietario de modo fehaciente y éste tiene un
plazo de diez días para contestarlo. Si no lo hace, se entiende que prestó su
conformidad.

La reforma contempla, además, la posibilidad de desalojo al extinguirse la


locación, cosa que la ley anterior no permitía, y prohíbe actualizar el monto del
alquiler. Por lo tanto, el locador no le puede exigir al locatario, por ejemplo, que
le pague determinado monto durante los primeros seis meses y otro los seis
siguientes. Lo ideal es pactar un precio global, es decir, establecer el aumento
del primer año de la locación incluyendo el aumento del segundo año y fijar la
suma que debe pagarse mensualmente.

Si bien desde las distintas organizaciones que protegen a los consumidores y


usuarios consideran que en materia de alquileres también se aplican las normas
relativas a los derechos de consumidores, desde la recientemente creada Oficina
de Pequeñas Causas y Justicia Comunitaria consideran que incluir el tema de
los alquileres implica ampliar demasiado el objeto de la ley, por lo que aconsejan
analizar cada norma en particular.

Contrato de suministro:

Caracteres:

Desde la teoría general del contrato, podemos señalar que el contrato de


suministro tal como aparece reglado en el Código Civil y Comercial presenta los
siguientes caracteres:

1. Bilateral

Los contratos se clasifican tomando en consideración las obligaciones que nacen


al momento de la celebración del contrato en unilaterales y bilaterales. Los
unilaterales son aquellos en que una sola de las partes se obliga hacia la otra sin
que esa le quede obligada. Los bilaterales son aquellos en que ambas partes se
obligan recíprocamente, la una hacia la otra. En estos últimos, las obligaciones
a cargo de cada una de las partes están ligadas entre sí. Esa ligazón se opera
mediante un nexo que se conoce como «reciprocidad».

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El contrato que analizamos es bilateral porque al momento de su celebración
engendra obligaciones recíprocas para ambas partes. El suministrante se obliga
a suministrar al suministrado bienes o servicios en forma periódica y continuada;
en tanto que el suministrado se obliga a pagar un precio por cada entrega o grupo
de ellas.

2. Consensual: El contrato se perfecciona con el mero consentimiento. En otros


términos, cabe indicar que se requiere nada más que el consentimiento para el
perfeccionamiento.

3. Oneroso: La prestación a cargo de una de las partes tiene su razón de ser en


la contraprestación de la otra. El art. 967, primera parte, establece que los
contratos son a título oneroso cuando las ventajas que procuran a una de las
partes les son concedidas por una prestación que ella ha hecho o se obliga a
hacer a la otra. El suministro es un claro supuesto de un contrato oneroso. Al
efecto se señala que la onerosidad es una característica necesaria del contrato
que, por lo tanto, no tipifica el suministro gratuito.

4. Conmutativo: El art. 968, en su primera parte, dispone que Los contratos a


título oneroso son conmutativos cuando las ventajas para todos los contratantes
son ciertas. Se indica que en los conmutativos las ventajas dadas y recibidas son
ciertas.

5. No formal: No se requiere forma escrita para este contrato. No obstante, en la


práctica resulta indispensable la existencia de un pacto por escrito a fin de
garantizar los derechos y obligaciones de las partes.

6. Nominado: Frente al Código Civil y Comercial, el contrato que analizamos se


presenta como un contrato nominado, dado que la ley lo regula específicamente.

7. De duración: Se trata de otra nota fundamental del contrato que examinamos


que lo distingue de los contratos de ejecución instantánea. En este contrato, el
tiempo cobra una relevancia decisiva, pues durante su vigencia, el suministrado
cuenta con la seguridad de que sus necesidades serán cubiertas por el
suministrante en la medida y las condiciones pactadas. En esto se diferencia de
la compraventa -así sea mediante entregas parciales-, pues en este caso se da

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el fraccionamiento de una prestación única, fraccionamiento que tiene lugar en
orden a la ejecución, no a la formación del contrato.

Asimismo, Maximiliano Calderón (2015:52) sostiene que la característica


decisiva del contrato de suministro, fundante de su autonomía estructural
respecto de otras figuras, es su proyección temporal o duración, que lo diferencia
de contratos de ejecución instantánea.

Raúl Aníbal Etcheverry (1987:33) también marca como esencial la nota de


duración en el tiempo. Así expresa que se trata un acuerdo cuyo rasgo esencial
es la continuidad o periodicidad en las prestaciones; el interés de ambos
contratantes reside en que la prestación se prolongue a lo largo del tiempo,
respondiendo a una necesidad de la empresa que recibe el suministro.

Objeto:

El objeto del contrato de suministro está dado por los bienes o servicios que el
suministrante se obliga a proporcionar al suministrado y por los cuales este
último se obliga al pago de un precio. Los bienes pueden ser entregados en
propiedad, uso o locación. En cuanto a los servicios pueden ser objeto de este
contrato siempre que no implique una relación de dependencia.

Regulación legal:

Con anterioridad a la entrada en vigencia del Código Civil y Comercial, el contrato


de suministro era un contrato atípico. Tradicionalmente, se ubicaba a esta figura
contractual dentro de los denominados contratos comerciales modernos.

El Código Civil y Comercial regula al contrato de suministro como un contrato


autónomo. En tal sentido, lo regla en el Libro III (Derechos personales), Título IV
(Contratos en particular), Capítulo 3 (arts.1176 a 1186).

Según Calderón (2015), la doctrina considera positivo que se regule el contrato


de suministro en el Código Civil y Comercial. No obstante, en la actualidad se
debate si la regulación que proporciona a la figura el nuevo Código es adecuada
o no. Mayoritariamente la doctrina se inclina por la tesis afirmativa; sin embargo,
también existen autores que disienten de dicho pensamiento.

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Como bien sostienen los autores Aicega y Gómez Leo, al legislarse la figura
contractual del suministro, se sigue la tendencia del Proyecto de 1987, del
Proyecto de la Comisión Federal de 1993, del Proyecto del Ejecutivo de 1993 y
del Proyecto de Código Civil unificado con el Código de Comercio de la
República Argentina de 1998 (Aicega y Gómez Leo, 2015).

La fuente inmediata de la regulación está dada por el Proyecto de Código Civil


unificado con el Código de Comercio de la República Argentina de 1998. Por lo
tanto, de manera indirecta constituyen fuente los ordenamientos en los que
abrevó el Proyecto de 1998: el Código Civil italiano de 1942 (arts. 1559 a 1570),
el Código peruano de 1984 (arts. 1604 a 1620) y el Código de Comercio de
Colombia de 1971 (arts. 968 a 980).

Principales diferencias entre la locación y el suministro de cosas:

En primer lugar, debemos diferenciar entre locación de cosas y locación de


servicios. En el caso de la locación de cosas, la diferencia con el suministro
radica en la periodicidad o continuidad de las prestaciones del mismo. En el
contrato de locación la duración hace a la finalidad principal de uso y goce de
tales objetos antes que afectar a su entrega.

Mucho más fácil se presenta esta distinción si tomamos en consideración una


perspectiva de conceptualización en sentido estricto del suministro, debido a
que, en tal caso, resulta presupuesto inherente a la obligación misma de entrega
de las cosas la finalidad o destino traditivo dominial de las mismas y no su mera
tenencia para uso y goce; supuesto que bajo tal perspectiva estaría a cubierto
de la locación de cosas o bien constituir una modalidad atípica más, si se
pondera con especial énfasis el elemento “duración”.

Principales diferencias entre la locación de obra y el suministro:

Si bien en el caso de la locación de obras, puede el locador asumir el compromiso


de provisión de materiales por propia cuenta, en la locación de obra se fabricarán
o construirán cosas para un solo cliente, conforme las especificaciones que se
estipulen en el contrato, mientras que en el suministro se trata de cosas de
calidad estándar o elaboradas en serie. Otra diferencia es que en la locación de
obra siempre se obliga a la obtención de un resultado y es éste el que motiva la

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contratación; mientras que en el suministro lo primordial es la entrega de la cosa,
con las características ya enunciadas. El diverso rol que juega el factor “duración”
tanto en uno como en otro contrato será también la principal diferencia que
determinará y caracterizará idiosincrásicamente a los restantes elementos y
efectos de respectivos contratos.

2. Contrato de distribución: concepto y elementos.

Concepto:

Es el contrato por medio del cual una de las partes (el distribuidor) se obliga a
adquirir de la otra (distribuido, fabricante o productor), mercaderías que éste
fabrica, para colocarlas masivamente por cuenta y riesgo propios, a cambio de
un descuento sobre el precio de las mercaderías (margen de reventa) y también
ventajas para abonarlas (plazos, financiación, etc.).

Elementos:

Los principales elementos que deben quedar definidos en un contrato de


distribución son:

1. Identificación y nombramiento de las partes que concurren en la firma del


contrato
2. Territorio: Se deben delimitar las áreas geográficas de aplicación de tal
manera que queden meridianamente claras. El exportador debe limitar al
distribuidor la re-exportación de los productos a otras zonas fuera de su
territorio para evitar conflictos con otros distribuidores.
3. Objetivos comerciales: Se deben delimitar los objetivos mínimos de
compra que, para cada año y producto, deberá cumplir el distribuidor. Los
objetivos deben ser siempre cuantificables y referirse a un período de
tiempo concreto. Además, deben revisarse anualmente. Se aconseja
también indicar que fabricante-exportador se reserva la facultad de servir
los pedidos en función del nivel de existencias disponibles, así como de
cualquier otra circunstancia del mercado que condicionen
sustancialmente el cumplimiento del presente contrato por cuanto puedan
suponer para él un grave quebranto comercial.

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4. Duración del contrato: Se debe fijar por un período de tiempo razonable
que permita al distribuidor compensar sus esfuerzos en la apertura del
mercado. No es habitual establecer inicialmente contratos de distribución
por tiempo indefinido. La duración pactada inicialmente de un contrato es
de 1 a 3 años. En todo caso, se suele establecer la posibilidad de
renovación anual automática si las partes no notifican lo contrario con un
determinado tiempo de antelación (preaviso).
5. Gama de productos: Se debe fijar el tipo de productos y las marcas
comerciales que el exportador vaya a suministrar al distribuidor. Es
aconsejable que el exportador incluya una cláusula que lo libere de la
obligación de suministrar al distribuidor cantidad alguna de aquellos
productos que deje de fabricar.
6. Suministro a otros clientes: El exportador debe salvaguardar su derecho
a vender directamente a otros clientes en la zona del distribuidor.
7. Exclusividad: Uno de los aspectos más importantes del contrato del
contrato ya que afecta a las expectativas de negocio de ambas partes. No
es aconsejable tratarlo en la primera negociación.
8. Pactos de no competencia: Se debe delimitar que el distribuidor no
comercialice productos con otras empresas.
9. Condiciones de entrega y pago
10. Precios y márgenes comerciales: Siempre se ha de tener en cuenta la
competitividad de los productos en los mercados.
11. Sistema de información: Se debe fijar la posibilidad de tener un feed-back
de la comercialización del producto con el fin de mejorar la estrategia
comercial.

3. Contrato de transporte: Caracteres y regulación legal del transporte de


cosas y personas:

Caracteres: El contrato de transporte es bilateral, oneroso, consensual, típico, no


formal, conmutativo

Regulación legal:

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Según el Código Civil y Comercial el transporte de personas de personas
comprende, además del traslado, las operaciones de embarco y desembarco.
Las obligaciones del transportista son proveerle al pasajero el lugar para viajar
que se ha convenido o el disponible reglamentariamente habilitado; trasladarlo
al lugar convenido; garantizar su seguridad y llevar su equipaje. El pasajero, por
otra parte, está obligado a pagar el precio pactado, presentarse en el lugar y
momento convenido para iniciar el viaje, cumplir las disposiciones
administrativas, observar los reglamentos establecidos por el transportista para
el mejor orden durante el viaje y obedecer las órdenes del porteador o de sus
representantes impartidas con la misma finalidad. Asimismo, debe acondicionar
su equipaje, el que debe ajustarse a las medidas y peso reglamentarios.

Además de su responsabilidad por incumplimiento del contrato o retraso en su


ejecución, el transportista responde por los siniestros que afecten a la persona
del pasajero y por la avería o pérdida de sus cosas. Las cláusulas que limitan la
responsabilidad del transportista de personas por muerte o daños corporales se
tienen por no escritas. Las disposiciones relativas a la responsabilidad del
transportista de cosas por la pérdida o deterioro de las cosas transportadas, se
aplican a la pérdida o deterioro del equipaje que el pasajero lleva consigo, con la
salvedad de lo previsto en el artículo 1294 sobre las cosas de valor, dado que el
transportista no responde por pérdida o daños sufridos por objetos de valor
extraordinario que el pasajero lleve consigo y no haya declarado antes del viaje
o al comienzo de éste. Tampoco es responsable por la pérdida de equipaje de
mano y de los demás efectos que hayan quedado bajo custodia del pasajero, a
menos que éste pruebe la culpa del transportista.

Por último, en los transportes combinados a ejecutar por varios transportistas,


cada uno de ellos es responsable por los daños producidos durante su propio
recorrido. Sin perjuicio de ello, los daños originados por interrupción del viaje se
deben determinar en razón del trayecto total.

En cuanto al transporte de cosas, el cargador debe declarar el contenido de la


carga, identificar los bultos externamente, presentar la carga con embalaje
adecuado, indicar el destino y el destinatario, y entregar al transportista la
documentación requerida para realizarlo. Si se requieren documentos

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especiales, el cargador debe entregarlos al porteador al mismo tiempo que las
cosas a transportar. El cargador, por su parte, es responsable de los daños que
sufra el transportista, otros cargadores o terceros, que deriven de la omisión o la
inexactitud de las indicaciones o de la falta de entrega o de la irregularidad de la
documentación. El transportista, por otro lado, tiene derecho a requerir del
cargador que suscriba un documento que contenga las obligaciones del cargador
y las estipulaciones convenidas para el transporte. La emisión de este
documento denominado “carta de porte” importa recibo de la carga. Asimismo,
el cargador tiene derecho a exigir al porteador que suscriba y le entregue copia
de la carta de porte, este documento se llama segundo ejemplar de la carta de
porte y puede ser nominativo, a la orden o al portador. Si el transportista ha
librado el segundo ejemplar de la carta de porte a la orden, los derechos nacidos
del contrato frente a aquél, son transmisibles por endoso. Si no hay carga de
porte, el cargador tiene el derecho de exigir al transportista que le entregue un
recibo de carga llamado guía, con el mismo contenido de aquélla. Las
estipulaciones no contenidas en el segundo ejemplar de la carta de porte o en la
guía, no son oponibles a los terceros portadores de buena fe. Ese documento
debe ser entregado al transportista contra la entrega por éste de la carga
transportada. Si no se ha extendido el segundo ejemplar de la carta de porte ni
la guía, el cargador tiene la disposición de la carga y puede modificar las
instrucciones dadas al transportista, con obligación de reembolsar los gastos y
resarcir los daños derivados de ese cambio. Portador del segundo ejemplar.
Cuando el transportista ha librado segundo ejemplar de la carta de porte o guía,
sólo el portador legitimado de cualquiera de dichos documentos tiene la
disposición de la carga y puede impartir instrucciones al transportista, las cuales
se deben anotar en el instrumento y ser suscriptas por el transportista.

Los derechos nacidos del contrato de transporte corresponden al destinatario


desde que las cosas llegan a destino, o desde que, vencido el plazo del
transporte, haya requerido la entrega al transportista. Sin embargo, el
destinatario no puede ejercer tales derechos sino contra el pago al transportista
de sus créditos derivados del transporte. El transportista debe poner la carga a
disposición del destinatario en el lugar, en el plazo y con las modalidades
convenidas en el contrato o, en su defecto, por los usos. Si el cargador ha librado

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una carta de porte, ésta debe ser exhibida y entregada al porteador. El tenedor
del segundo ejemplar de la carta de porte o de la guía al portador o a la orden,
debe restituir el documento al transportista en el momento de la entrega de la
carga. El transportista está obligado a entregar la carga en el mismo estado en
que la recibió, excepto causa ajena. Si la ha recibido sin reservas, se presume
que ella no tenía vicios aparentes y estaba bien acondicionada para el transporte.
El destinatario no está obligado a recibir cosas con daños que impidan el uso o
consumo que les son propios.

Si el comienzo o la continuación del transporte son impedidos o excesivamente


retrasados por causa no imputable al porteador, éste debe informar
inmediatamente al cargador y pedirle instrucciones. Está obligado a la custodia
de la carga. Si las circunstancias imposibilitan el pedido de instrucciones, el
transportista puede depositar las cosas y, si están sujetas a rápido deterioro o
son perecederas, puede hacerlas vender para que no pierdan su valor. Si el
destinatario no puede ser encontrado o se niega a recibir las cosas transportadas
o demora su recepción, el porteador debe requerir inmediatamente instrucciones
al cargador y se aplican las soluciones previstas en el artículo 1307.

El porteador que entregue las cosas al destinatario sin cobrar los créditos propios
o los que el cargador le haya encomendado cobrar contra entrega de la carga, o
sin exigir el depósito de la suma convenida, es responsable frente al cargador
por lo que le sea debido y no puede dirigirse contra él para el pago de sus propias
acreencias. Mantiene su acción contra el destinatario.

Si se trata de cosas frágiles, mal acondicionadas para el transporte, sujetas a


fácil deterioro, de animales o de transportes especiales, el transportista puede
convenir que sólo responde si se prueba su culpa. Esta convención no puede
estar incluida en una cláusula general predispuesta.

La indemnización por pérdida o avería de las cosas es el valor de éstas o el de


su menoscabo, en el tiempo y el lugar en que se entregaron o debieron ser
entregadas al destinatario.

En el transporte de cosas que, por su naturaleza, están sujetas a disminución en


el peso o en la medida durante el transporte, el transportista sólo responde por

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las disminuciones que excedan la pérdida natural. También responde si el
cargador o el destinatario prueban que la disminución no ha ocurrido por la
naturaleza de las cosas o que, por las circunstancias del caso, no pudo alcanzar
la magnitud comprobada.

Los que realizan habitualmente servicios de transporte no pueden limitar las


reglas de responsabilidad precedentes, excepto en el caso del artículo 1310.

El destinatario tiene derecho a hacer comprobar, a su costo, antes de la


recepción de las cosas, su identidad y estado. Si existen pérdidas o averías, el
transportista debe reembolsar los gastos.

El porteador puede exigir al destinatario la apertura y el reconocimiento de la


carga; y si éste rehúsa u omite hacerlo, el porteador queda liberado de toda
responsabilidad, excepto dolo. La recepción por el destinatario de las cosas
transportadas y el pago de lo debido al transportista extinguen las acciones
derivadas del contrato, excepto dolo. Sólo subsisten las acciones por pérdida
parcial o avería no reconocibles en el momento de la entrega, las cuales deben
ser deducidas dentro de los cinco días posteriores a la recepción.

Si el transporte no pudo ser iniciado o completado o la entrega no puede ser


efectuada por el hecho del cargador, o de un portador legitimado del segundo
ejemplar de la carta de porte o de la guía, o del destinatario, el transportista tiene
derecho al precio o a una parte proporcional de éste, según sea el caso, y al
reembolso de los gastos adicionales en que haya incurrido.

Si el transportista se obliga a entregar la carga a otro porteador y no acepta una


carta de porte hasta un destino diferente al de tal entrega, se presume que sus
responsabilidades como transportista concluyen con ella, sin otras obligaciones
adicionales que la de emplear una razonable diligencia en la contratación del
transportista siguiente.

Cada transportista sucesivo tiene el derecho de hacer constar en la carta de


porte, o en un documento separado, el estado en que ha recibido las cosas
transportadas. El último transportista representa a los demás para el cobro de
sus créditos y el ejercicio de sus derechos sobre las cargas transportadas.

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Derecho de navegación y derecho aeronáutico: características generales de
ambas ramas.

Cuando hablamos de derecho de la navegación, hablamos de derecho marítimo


y derecho aeronáutico. El derecho de la navegación es la parte general y las
características generales de ambas ramas son:

 INTERNACIONALIDAD: tiene carácter universalista, debido


particularmente al medio en el que se desarrolla, el vehículo y la finalidad
de la actividad aérea. Se busca la unificación y uniformidad. Se trata de
una rama que ha tenido desde sus orígenes un marcado carácter
universalista, debido, particularmente al medio que estudia, al vehículo y
a la finalidad de la actividad navegatoria, que implica un acercamiento,
desplazamiento o contacto entre personas o países. Este carácter
universalista predomino hasta la formación de los Estados, que al
sobrevalorar sus aguas y priorizar el uso de las mismas, legislaron en la
materia. El resultado de esta nacionalización ha ocasionado que, al
aplicarse distintos ordenamientos, se generen conflictos de legislación y
jurisdicción. La “solución” viable para acabar con esta conflictividad
aparece de la mano de la unificación que se logra a través de la firma de
tratados internacionales que plasmen criterios y principios generales y la
uniformidad que se logra mediante la sanción de leyes nacionales en el
orden interno de cada Estado que reproduzcan las normas y principios de
los tratados y convenciones internacionales vigentes. Los buques se rigen
en forma interna por la Ley de su bandera o pabellón, pero dada su
circulación por espacios que superan las fronteras de un Estado es
necesaria la correspondencia de las normas. Determina la ley aplicable y
el juez competente
 INTEGRALIDAD: dentro del derecho a la navegación confluyen tanto
normas de Derecho Público como de Derecho Privado (de acuerdo a la
actividad que abarca y sus peculiaridades, y de acuerdo al interés público
involucrado), y tanto de carácter nacional como internacional. Por
ejemplo, el dominio de la aeronave en principio pertenece al derecho
privado en lo que refiere a su adquisición, pérdida, transmisión, pero la

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actividad aérea tiene características publicistas, que ameritan la
intervención Estatal.
 REGLAMENTARISMO: Durante mucho tiempo la navegación fue una
actividad poco cambiante (permanente), a diferencia de la aeronáutica
que desde su origen fue muy dinámica; esto se mantuvo así, hasta que la
revolución tecnológica le imprimió un gran dinamismo, lo que motivo la
sanción de nuevas normas. Ya no basta con las normas legislativas cuya
característica es la generalidad y permanencia temporal; es necesaria la
existencia de disposiciones de carácter reglamentario, emanadas del
Poder Administrador que regulen situaciones particulares y en detalle, y
sin tener que esperar las actualizaciones de las leyes de fondo. Tanto
Prefectura como ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil)
poseen potestades reglamentarias continuas.
 AUTONOMIA: tiene una temática propia y conflictos exclusivos; esto no
significa que supletoriamente no remita a otros ordenamientos o reglas.
Los conflictos exclusivos requieren de soluciones específicas, lo cual
genera que posea normas y principios rectores propios. El derecho de la
navegación posee autonomía, pero desde un punto de vista es relativa,
ya que si bien contiene institutos propios (particularismos) también recurre
a cuestiones legisladas en otros derechos. Por ejemplo, en materia de
seguros se aplica la Ley de Seguros; el régimen Laboral Marítimo estaba
regulado en el Código Comercial. Es decir que, en caso de laguna, el
derecho marítimo recurre a otras ciencias para suplirlas, o a otros
principios, e incluso a los usos y costumbres. Cuando los autores hablan
de autonomía de una determinada rama del derecho suelen analizarla
desde 3 enfoques distintos. Por un lado, la autonomía científica, que tiene
que ver con determinar la existencia de un objeto y método propio. El
derecho marítimo tiene principios propios y ante una laguna lo resuelve
con sus principios. El artículo 1 de la ley de navegación establece que
todas las relaciones jurídicas originadas en la navegación por agua se
rigen por las normas de esta ley, por las leyes y reglamentos
complementarios, y por los usos y costumbres. A falta de disposiciones y
cundo no se pueda recurrir a la analogía, se aplicara el derecho común.
Por otro lado, la autonomía legislativa consiste en que la materia en
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cuestión este regulada por una legislación específica que, en principio,
sea suficiente para dar solución a los problemas que se le presenten. El
Derecho Marítimo nació como rama autónoma, y dejo de serlo al ser
incorporado al Código de Comercio Francés. En nuestro país la
legislación comercial se regulo en el Libro III del Código de Comercio. La
ley de Navegación actual (Ley 20094) si bien establece en su art 1 la
autonomía de la materia, en virtud de su art 622 dispone que sus normas
deben integrarse al Código de Comercio. Asimismo tiene autonomía
didáctica que consiste en la enseñanza de una rama del derecho en una
cátedra o asignatura especifica. A partir de 1917, por iniciativa del Dr.
Leopoldo Melo, el Derecho Marítimo se desdoblo del Derecho Comercial.
Por último, la autonomía jurisdiccional que se logra con la competencia
exclusiva de uno o más tribunales de iure para que conozcan y resuelvan
los conflictos derivados de la navegación.
 DINAMISMO: la actividad aeronáutica desde su origen ha experimentado
una notable evolución y progreso, dados los aspectos que involucra:
humano, social, económico, jurídico, etc. Sin embargo, esto no excluye la
existencia de principios sólidos, sino que marca la adaptabilidad de los
principios a las nuevas condiciones.
 POLITICIDAD: consiste en la influencia del factor político sobre la
legislación aeronáutica. Se debe, fundamentalmente, a la influencia que
tuvo la aviación como arma bélica. Es una materia de carácter estratégico
ya que de alguna forma está comprometida la soberanía nacional. Existe
una función estratégica por parte del Estado.

6. Comisión de valores y bolsa de comercio: funciones y regulación legal.

La CNV fue creada por la Ley de Oferta Pública Nº 17.811 y actualmente el


marco normativo que rige su funcionamiento está dado por la Ley Nº 26.831
sancionada en el año 2012. El Decreto 1023 del 2013 ha reglamentado algunos
artículos de dicha ley. El artículo 20 de la ley otorga a dicha convención la
competencia de nombrar veedores con derecho a veto y separar los órganos de
administración por un plazo de 180 días. Para ello la convención puede acudir a
la fuerza pública como así también solicitar allanamientos al juez competente

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para recabar información. Asimismo podrá actuar directamente ante el pedido de
un accionista que acredite un 2% de las acciones del capital social. Su función
es otorgar la Oferta Pública velando por la transparencia de los mercados de
valores y la correcta formación de precios en los mismos, así como la protección
de los inversores. Se encarga de la promoción, supervisión y control del Mercado
de Valores, con base a la Ley de Mercado de Capitales o Ley de Mercado de
Valores de cada país.

La principal razón de ser de las Comisiones de Valores es el resguardo de los


intereses de los inversionistas y de los accionistas de las empresas,
especialmente los minoritarios. Para ello, las Comisiones de Valores autorizan la
Oferta Pública de valores emitidos por empresas constituidas el propio país o en
otros países. Aprueban la publicidad y prospectos de emisiones de oferta
pública, autorizan, regulan y vigilan el funcionamiento de bolsas de valores,
corredores públicos de valores, asesores de inversión, sociedades de corretaje,
empresas emisoras, bolsas de insumos y productos agropecuarios, contadores
y auditores de empresas que operan en el mercado de capitales. Además llevan
los registros nacionales de valores y atienden al público inversionista.

La Bolsa de Comercio, por su parte, es una asociación civil autorregulada y sin


fines de lucro con un Consejo integrado por diferentes sectores de la economía.
Está autorizada para emitir, suspender y cancelar la cotización de los títulos
valores conforme a su reglamentación aprobada por la Comisión de valores por
el cual se deben presentar a Bolsa de Comercio todas las solicitudes de oferta
pública y cotización de acciones u otros valores. Asimismo tiene facultades de
supervisión y puede interrumpir la cotización de valores cuando lo considere
necesario para controlar alteraciones en los precios. También cuenta con un
Tribunal de Arbitraje que tiene la función de arbitrar y mediar diferencias entre
los participantes de la Bolsa.

6. Títulos circulatorios: letra de cambio, pagaré, cheque y factura de


crédito. Caracteres generales.

Caracteres generales de letra de cambio:

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Según Héctor Cámara (1979), la letra de cambio es el título formal y completo
que contiene la promesa incondicionada y abstracta de hacer pagar a su
vencimiento al tomador o a su orden una suma de dinero en un lugar
determinado, vinculando solidariamente a todos los que ella intervienen.
Podemos entonces resumir que sus caracteres son:

1. Es un título formal. Su validez está subordinada al cumplimiento de


determinados requisitos de forma establecidos por el art. 1 de la Ley
Cambiaria y del Cheque. Si tales requisitos no se cumplen, el documento
pierde su carácter de título-valor y de auténtica letra de cambio para
convertirse en un mero documento privado.
2. Es un título completo. Tiene que fijar por sí el ámbito y la amplitud del
derecho incorporado, sin hacer referencia a otros documentos distintos de
la letra.

Caracteres generales de pagaré:

Si bien el pagaré no reviste el carácter de título universal como la letra de cambio,


tiene un gran uso en la actualidad en las operaciones comerciales y bancarias
que se realizan dentro de las fronteras de nuestro país. Es un título valor
abstracto, formal y completo que contiene la promesa de pagar a una persona o
a su orden, sin contraprestación, cierta cantidad de dinero, a un vencimiento en
él fijado o a su presentación. A diferencia de la letra de cambio, el pagaré es el
instrumento más utilizado dentro de nuestro país para instrumentar los contratos
de mutuo y las operaciones comerciales financiadas. Asimismo, su carácter es
local y en muchos países no se lo utiliza. Tiene mayor diversidad legislativa que
la letra de cambio, y a diferencia de la letra de cambio, solo existen dos sujetos:
el suscriptor y el beneficiario. En el pagaré la promesa de pago es del propio
suscriptor del título y su estructura es simple. Por último, no existe el aceptante
ya que el suscriptor es el principal obligado al pago.

Caracteres principales del cheque:

El cheque es un título valor que contiene una orden de pago librada contra un
banco, con el cual se tiene establecido un pacto de cheque para que pague a la
vista, al portador legitimado del título, una suma determinada de dinero y que en

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caso de ser rechazado, con las debitas constancias, otorga acción cambiaria y
ejecutiva contra todos sus firmantes: librador, endosantes y avalistas. Sus
principales caracteres son: autonomía, ya que es autónomo no solo en su
adquisición sino también en el derecho que contiene, toda vez que ese derecho
puede ser ejercido con prescindencia de las relaciones de los sucesivos
firmantes del título. Es decir que cada persona que recibe el cheque de su
anterior tenedor lo hace en forma originaria y no derivada, lo cual implica que no
se acumulen vicios, defensas y excepciones. El cheque también es abstracto
porque la causa o relación subyacente que originó su libramiento es irrelevante
desde el punto de vista del derecho cambiario. Asimismo, es literal, con lo cual
solo es válido y exigible lo escrito y firmado en el formulario entregado por el
banco girado. También reviste el carácter de formal, porque en el caso de
tratarse de un cheque común deberá contener todos los requisitos enumerados
en el artículo 2 de la ley 24.452 y cuando se tratare de un cheque de pago diferido
los enumerados en el artículo 54. Por último, es completo ya que como título se
basta a sí mismo.

Caracteres generales de la factura de crédito:

La factura de crédito es un instrumento escrito por el cual el vendedor financia y


el comprador garantiza. Es un título negociable y puede circular por endoso pero
sólo completo, salgo que contenga la cláusula no transmisible por endoso o no
a la orden, en cual caso la transmisión solo podrá realizarse por medio de la
cesión de crédito. Si dicha transmisión se realiza a una entidad financiera
siempre podrá ser por endoso. Al estar destinado a circular, tiene los caracteres
propios de los dichos documentos cambiarios, a saber: necesidad, literalidad,
autonomía, transmisibilidad, abstracción y formalidad.

Necesidad: este carácter se pone en evidencia al tiempo del pago habida cuenta
que en ese momento se debe entregar el título al deudor.

Literalidad: el contenido expresado en este documento determinará los derechos


del documento. La obligación del deudor es pagar el monto determinado en letras
y números en el mismo.

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Autonomía: al ser un título transmisible, cada nuevo tenedor adquiere un derecho
originario que no puede estar condicionado por las imperfecciones que pudieron
existir en las transmisiones realizadas a los anteriores tenedores. Por ello, las
personas contra las que se promueva la acción no podrán oponer las
excepciones fundadas en sus relaciones con el librador, ni con los tenedores
anteriores salvo que el portador hubiese adquirido este documento de mala fe.

Transmisibilidad: se puede transmitir por endoso.

Abstracción: es un título abstracto habida cuenta que al circular la causa o


relación subyacente por la cual se libró o transmitió no tiene ningún efecto en la
validez de la promesa de pago incorporada. La finalidad es proteger la circulación
de la factura de crédito.

Formalidad: la factura de crédito debe observar los requisitos que estipula la ley
sino será inhábil y no podrá ser considerado un título de crédito sino un
documento privado.

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Bibliografía

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