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INTRODUCCIÓN

La biotecnología puede entenderse de forma muy general como el uso de


cualquier organismo en beneficio del hombre. La biotecnología no es, en sí misma,
una ciencia; es un enfoque multidisciplinario que involucra varias disciplinas y
ciencias (biología, bioquímica, genética, virología, agronomía, ingeniería, química,
medicina y veterinaria entre otras).

Hay muchas definiciones para describir la biotecnología. En términos generales


biotecnología es el uso de organismos vivos o de compuestos obtenidos de
organismos vivos para obtener productos de valor para el hombre.

Como tal, la biotecnología ha sido utilizada por el hombre desde los comienzos de
la historia en actividades tales como la preparación del pan y de bebidas
alcohólicas o el mejoramiento de cultivos y de animales domésticos. La ingeniería
genética ha ido aportando sus avances tecnológicos y científicos a distintas áreas,
como la farmacéutica, el sector agropecuario y el sector alimentario entre otros.
Con el desarrollo de los alimentos manipulados genéticamente se ha logrado
incorporar características hasta entonces inexistentes como la resistencia a
plagas, herbicidas, temperaturas adversas, etc. Estos alimentos conocidos como
transgénicos se obtienen a partir del entrecruzamiento de genes de distintas
especies, lo que ha desarrollado controversias a nivel mundial.
OBJETIVOS

GENERAL

El presente documento tiene como objetivo primordial la identificación de la


biotecnología en los diferentes ramos de las ciencias a la vez dar a conocer el
beneficio que aportan los alimentos transgénicos a la humanidad.

ESPECIFICOS

Identificar las diferentes formas en los que la biotecnología trabaja a favor de la


biotecnología.

Estructurar los diferentes aspectos que se demuestran en los aspectos de


productos transgénicos.

Garantizar el aprendizaje de estos dos temas importantes y el desarrollo de los


factores de estudio.
BIOTECNOLOGÍA

La palabra "biotecnología" es el
resultado de la unión de otras
dos: "biología" y "tecnología". Y
es que la biotecnología es
exactamente eso: tecnología
biológica. Si te paras a
pensarlo, los seres vivos
pueden ser considerados
maquinarias biológicas.
Utilizamos maquinaria biológica
en forma de moléculas para
movernos, obtener energía de
lo que comemos, respirar, pensar... Pero, ¿y si pudiéramos utilizar esa maquinaria
para resolver problemas de nuestra vida cotidiana?.

La biotecnología consiste precisamente en la utilización de la maquinaria biológica


de otros seres vivos de forma que resulte en un beneficio para el ser humano, ya
sea porque se obtiene un producto valioso o porque se mejora un procedimiento
industrial. Mediante la biotecnología, los científicos buscan formas de aprovechar
la "tecnología biológica" de los seres vivos para generar alimentos más
saludables, mejores medicamentos, materiales más resistentes o menos
contaminantes, cultivos más productivos, fuentes de energía renovables e incluso
sistemas para eliminar la contaminación.

BIOTECNOLOGÍA EN LA SALUD: LA MEDICINA HECHA A MEDIDA.

La Biotecnología está presente en la Medicina y en la Salud animal, participando


tanto en el diagnóstico como en el tratamiento de enfermedades. Con la
Biotecnología cambia el concepto de la Salud, dirigiéndonos hacia una medicina
cada vez más personalizada. Esto significa que podemos tener tratamientos
“hechos a medida” para nosotros, así nos curan de forma más eficaz. Cada vez
más medicamentos en nuestro hogar son de origen biotecnológico.

Pero¿cuándo empezó la Biotecnología en la Medicina? A partir del descubrimiento


del ADN por Watson y Crick, se empezó a desarrollar lo que se llama Biología
Molecular, que ha permitido descubrir genes, determinar su función en el
organismo y estudiar su participación en el desarrollo de enfermedades. Así, la
secuenciación del Genoma Humano ha marcado un antes y un después en la
historia de la medicina al permitir el estudio de las bases genéticas de las
enfermedades (el 80% de las enfermedades adultas tienen una base genética con
influencia de factores ambientales y existen miles de genes relacionados con el
desarrollo de enfermedades). De hecho, la investigación de genes y proteínas
(genómica y proteómica), la ingeniería genética y sus aplicaciones han permitido
el desarrollo de nuevas herramientas que están revolucionando la prevención, el
diagnóstico, el tratamiento y la curación de enfermedades.

La biotecnología de la salud se aplica en la actualidad al diagnóstico molecular


para la detección de infecciones y enfermedades de orígen genético. También se
utiliza para el desarrollo de nuevos fármacos, diseñando y produciendo nuevas
proteínas que pueden utilizarse para tratar un gran número de enfermedades
como infecciones, diabetes, enfermedades cardiovasculares e incluso el cáncer.
Dentro de este apartado va cobrando cada vez mayor importancia la denominada
“medicina personalizada” que consiste en el estudio de la respuesta de cada
paciente a los fármacos, basándose en su perfil genético.

La Biotecnología también ha cambiado la manera en la que se diseñan las


vacunas. Tradicionalmente, las vacunaciones se realizaban inactivando el virus
para el que se quería vacunar, inyectándolo posteriormente en las personas.
Ahora las vacunas se producen mediante ingeniería genética y contienen
moléculas aisladas que inducen la respuesta inmune.

La terapia celular también es biotecnología y consiste en el uso de células madre


para tratar enfermedades. Estas mismas células madre se usan en la ingeniería
de tejidos, que consiste en la construcción de sustitutos biológicos de órganos y
tejidos en el laboratorio. Un ejemplo de ingeniería de tejidos es la fabricación de
piel en el laboratorio para implantar a los quemados.

Una aplicación de la biotecnología aún en desarrollo es la terapia génica, que


consiste en la introducción de material genético en las células de un ser humano
para prevenir o curar ciertas enfermedades.

BIOTECNOLOGÍA EN LA ALIMENTACIÓN: DE LOS ALIMENTOS PARA


COMER A LOS ALIMENTOS PARA ESTAR SANOS

El interés por nuestra alimentación actual y futura está creciendo a medida que se
van introduciendo en el sector alimentario las nuevas tecnologías y en particular la
Biotecnología.

Nunca se ha dispuesto de una oferta alimentaria tan variada, tan segura y de tanta
calidad como la actual, lo que comporta un incremento de la esperanza de vida y
una disminución de las intoxicaciones alimentarias, y esto es debido en gran parte
a la Biotecnología.

La Biotecnología alimentaria utiliza técnicas y procesos que emplean organismos


vivos o sus sustancias para producir o modificar un alimento, mejorar las plantas o
animales de los que provienen, o desarrollar microorganismos que intervengan en
su elaboración. También participa en el control y seguridad de los alimentos que
ingerimos.

Como casi todo lo que comemos (animales, vegetales o alimentos fermentados)


tiene un origen biológico, la biotecnología de los alimentos es sin duda la más
antigua de todas las biotecnologías. Los primeros hombres en utilizar la
Biotecnología fueron los sumerios hace 7.000 años, ya que producían alimentos
como la cerveza, el vino, el pan, el yogur y el queso haciendo uso del bioproceso
de la fermentación (utilización de bacterias y levaduras que procesan la leche y la
transforman en yogur y queso, o procesan la uva o la cebada y la transforman en
vino o cerveza).

Lo que está cambiando en el sector alimentario es que hoy en día queremos que
aquello que comemos mantenga nuestras constantes energéticas y satisfaga
nuestras apetencias sensoriales, pero también pretendemos que sea beneficioso
para nuestra salud. En este marco surgen los nuevos desarrollos de la
alimentación como los probióticos o los nutracéuticos.

BIOTECNOLOGÍA EN LA AGRICULTURA: EN SINTONÍA DESDE LOS INICIOS


DE LA CIVILIZACIÓN

La agricultura tiene como objetivo el cultivo y producción de alimentos que


incorporamos a nuestra dieta y nos aportan energía y nutrientes. La agricultura es
una actividad muy primitiva y hace pensar que no tiene mucho que ver con la
ciencia, la tecnología y la biotecnología. Sin embargo, la realidad es muy distinta.
Los inicios de la Agricultura se sitúan hace más de 10.000 años en el Oriente
Próximo, cuando el hombre abandonó sus hábitos nómadas, se hizo sedentario y
empezó a utilizar la agricultura y la ganadería para producir alimentos,
domesticando de manera consciente pero intuitiva especies naturales para
obtener mejores especies de trigo, cebada o centeno.

La revolución biotecnológica llega a los cultivos en el siglo XX. Desde los años 60,
los avances tecnológicos, como la utilización de abonos enriquecidos mediante
procesos químicos, permitieron aumentar la productividad de los cultivos en todo
el planeta, llegando a triplicarse por ejemplo el mercado mundial de cereales. En
esta última década, las plantas transgénicas han dado lugar a cultivos más
eficientes y más rentables a nivel productivo, nutritivo y económico y son más
respetuosas con el medio ambiente.

Los nuevos productos de cultivo que las técnicas biotecnológicas van generando,
incluidos los transgénicos, antes de ser comercializados se someten a estudios
exhaustivos para demostrar que no tienen riesgos para la salud del consumidor o
el medio ambiente y por lo tanto son seguros. En España, los Ministerios de
Sanidad y Consumo, y Medio Ambiente, Rural y Marino son las autoridades
nacionales que, como en el resto de países de la Unión Europea, valoran los
alimentos que se les presentan y dan su autorización para el consumo.

BIOTECNOLOGÍA EN EL MEDIO AMBIENTE: EL LUGAR PARA LA AMISTAD

Con la Revolución Industrial (siglo XVIII), la Historia Moderna evoluciona


drásticamente desde una economía agraria y artesana a otra dominada por la
industria y en la que se produce un aumento exponencial de la población mundial.
Todo esto exigirá un vertiginoso incremento del uso de recursos naturales, así
como la obtención de ingentes cantidades de desechos contaminantes y con ello
los inicios de los verdaderos dañinos con el medio ambiente.

Dos siglos más tarde y conscientes del daño que se está haciendo al planeta, los
ciudadanos reclaman la preservación del medio ambiente como un derecho
universal, lo que ha conducido en la década de 1990 al desarrollo de la
Biotecnología ambiental.

La Biotecnología ambiental no sólo es positiva sino realmente necesaria para


proteger los recursos naturales y el medioambiente, ya que ayuda a reducir,
controlar y resolver las catástrofes medioambientales debidas a la acción
inadecuada del hombre, mediante estrategias de “bioprevención” y
“biorremediación”.

La Biotecnología ambiental se encarga por ejemplo del tratamiento de aguas


residuales y basuras haciendo uso de microorganismos. También puede limpiar y
corregir catástrofes naturales – como los derrames en el mar de combustibles
fósiles o la recuperación de suelos calcinados– haciendo uso de bacterias y
plantas o trabajar conjuntamente con la Biotecnologia Industrial para la
elaboración de biocombustibles a partir de materias primas vegetales o utilizar
enzimas para actividades industriales, lo que reduce notablemente la
contaminación y permite el mejor cumplimiento de las normativas de protección
ambiental
BIOTECNOLOGÍA COMO APOYO A LA INDUSTRIA: EFICACIA Y RESPETO
AL MEDIOAMBIENTE

Un ser vivo es una máquina capaz de procesar compuestos para transformarlos


en energía, biomasa y otros subproductos.

Lo que hace a esta máquina tan especial es que las materias primas que utiliza y
los productos finales que genera se integran en ciclos naturales en los que se
reutilizan los residuos y así se cierra el ciclo sin generar residuos finales
contaminantes. Además, estas reacciones se producen en condiciones muy
óptimas: a temperatura ambiente, en fases acuosas no tóxicas y sin necesidad de
un alto aporte de energía.

Todas estas características tan especiales del ser vivo las utiliza la Biotecnología
Industrial para la fabricación de sustancias y productos con el menor impacto
medioambiental posible y de una manera altamente eficaz.

Las soluciones aportadas por la Biotecnología Industrial mejoran los procesos


industriales de la siguiente manera:

 Se sintetizan y elaboran compuestos haciendo uso de reacciones biológicas


en las que intervienen enzimas y microorganismos, en lugar de reacciones
químicas. Tal es el caso de la elaboración de la Vitamina C o el ácido
cítrico para la industria alimentaria, la síntesis del ácido adípico (precursor
del nailon) a través de reacciones en las que participan microorganismos o
la obtención de aminoácidos para alimentación animal.
 Se utilizan materias primas renovables y fuentes de energía de origen
biológico, ambas por definición inagotables, eliminando la dependencia de
fuentes fósiles como carbón o petróleo. Tal es el caso de los
biocombustibles, obtenidos a partir de materia prima vegetal, que ya se
utilizan como carburantes para coches en algunos países, o la utilización
de biomateriales en lugar del plástico.
 Se aprovechan residuos agrícolas, forestales o industriales, a los que da un
valor añadido para su reutilización y se evita su acumulación o eliminación
de manera tóxica. Por ejemplo, a partir de desechos de cultivos agrícolas o
de productos alimenticios se pueden producir abonos enriquecidos
(compost) u obtener extractos proteicos para elaborar productos de
alimentación animal, gracias a bioprocesos en los que participan
microorganismos y enzimas
 Se produce un mayor respeto por el medio ambiente, ya que se generan
menos residuos tóxicos, se consume menos energía y se emiten menos
gases de efecto invernadero en la producción industrial. Por ejemplo, el uso
de biodetergentes permite que las reacciones se hagan a menor
temperatura, se reduce el gasto de energía y agua en un 50% y se liberan
menos sustancias tóxicas al agua.

http://www.biopositivizate.com/es/que_es_la_biotecnologia.html

PRODUCTOS TRANSGÉNICOS

Los alimentos transgénicos son aquellos que han sido producidos a partir de
un organismo modificado mediante ingeniería genética y al que se le han
incorporado genes de otro organismo para producir las características deseadas. 1
En la actualidad tiene mayor presencia los alimentos procedentes
de plantas transgénicas, como el maíz o la soja.

HISTORIA
La ingeniería genética o tecnología del ADN
recombinante es la ciencia que manipula secuencias
de ADN (que normalmente codifican genes) de forma
directa, posibilitando su extracción de
un taxón biológico dado y su inclusión en otro, así
como la modificación o eliminación de estos genes.
En esto se diferencia del mejoramiento genético
clásico basado en la selección, que modifica los
genes de una población de forma indirecta, mediante
cruces dirigidos. La primera estrategia, de la
ingeniería genética, se circunscribe en la disciplina
denominada biotecnología vegetal. Cabe destacar
que la inserción de grupos de genes y otros procesos
pueden realizarse mediante técnicas de biotecnología
vegetal que no son consideradas ingeniería genética, como puede ser la fusión de
protoplastos.
La mejora de las especies que serán usadas como alimento ha sido un motivo
común en la historia de la Humanidad. Entre el 12 000 y 4000 a. C. ya se realizaba
una mejora por selección artificial de plantas. Tras el descubrimiento de
la reproducción sexual en vegetales, se realizó el primer cruzamiento intergenérico
(es decir, entre especies de géneros distintos) en 1876. En 1909 se efectuó la
primera fusión de protoplastos, y en 1927 se obtuvieron mutantes de mayor
productividad mediante irradiación con rayos X de semillas. En 1983 se produjo la
primera planta transgénica. En estas fechas, unos biotecnólogos logran aislar un
gen e introducirlo en un genoma de la bacteria Escherichia coli (E. Coli). Tres años
más tarde, en 1986, Monsanto, empresa multinacional dedicada a la
biotecnología, crea la primera planta genéticamente modificada. Se trataba de una
planta de tabaco a la que se añadió a su genoma un gen de resistencia para el
antibiótico Kanamicina. Finalmente, en 1994se aprueba la comercialización del
primer alimento modificado genéticamente, los tomates Flavr Savr, creados por
Calgene, una empresa biotecnóloga. A estos se les introdujo un gen antisentido
con respecto al gen normal de la poligalacturonasa, enzima que provoca la
degradación de las paredes celulares en los frutos maduros, de manera que el
fruto aguanta más tiempo sin estropearse una vez cosechado, y tiene mayor
resistencia a los daños por su manipulación, como rasguños o golpes. Pero pocos
años después, en 1996, este producto fue retirado del mercado de productos
frescos, en gran medida a causa de su insipidez, y también porque, aún sin
descomponerse, acababa resultando poco apetecible, con una piel blanda, un
sabor extraño y cambios en su composición. Estos tomates se siguen usando para
la elaboración de conservas y zumos.
En el año 2014, los cultivos de transgénicos se extienden en 181,5 millones de
hectáreas de 28 países, de los cuales 20 son países en vías de desarrollo. En el
año 2015, en Estados Unidos, el 94 % de plantaciones de soja lo eran de
variedades transgénicas, así como el 89 % del algodón y el 89 % del maíz.

Los caracteres introducidos mediante


ingeniería genética en especies destinadas a
la producción de alimentos comestibles
buscan el incremento de la productividad (por
ejemplo, mediante una resistencia mejorada a
las plagas) así como la introducción de
características de calidad nuevas. Debido al
mayor desarrollo de la manipulación genética
en especies vegetales, todos los alimentos
transgénicos corresponden a derivados de plantas. Por ejemplo, un carácter
empleado con frecuencia es la resistencia a herbicidas, puesto que de este modo
es posible emplearlos afectando sólo a la flora ajena al cultivo. Cabe destacar que
el empleo de variedades modificadas y resistentes a herbicidas ha disminuido la
contaminación debido a estos productos en acuíferos y suelo, aunque en algunos
casos, el uso de estos herbicidas (glifosato y amonio glifosinado) puede ir
acompañados de otros herbicidas más contaminantes.
Las plagas de insectos son uno de los elementos más devastadores en
agricultura. Por esta razón, la introducción de genes que provocan el desarrollo
de resistentes a uno o varios órdenes de insectos ha sido un elemento común a
muchas de las variedades patentadas. Las ventajas de este método suponen un
menor uso de insecticidas en los campos sembrados con estas variedades, lo que
redunda en un menor impacto en el ecosistema que alberga al cultivo y por la
salud de los trabajadores que manipulan los fitosanitarios.
Uno de los factores que suelen mencionarse respecto a la prohibición de cultivos
transgénicos es la imposibilidad de la coexistencia entre los cultivos
convencionales y los genéticamente modificados, debido a la entrecruza del polen
llevada a cabo por el viento o los insectos polinizadores. Sin embargo, el gobierno
de Cataluña demostró que con el aislamiento de los cultivos, estableciendo una
distancia de 30 metros entre uno y otro, así como un retraso de 11 días en las
fechas de siembra, se ha logrado en España la existencia simultánea de las dos
alternativas en el cultivo de maíz.
La FAO Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura estima que por efecto del cambio climático, para el 2050 el decremento
en la productividad agrícola será del 9 al 12 % de las cosechas.

El uso de especies transgénicas en la


agricultura no sólo aumenta la productividad
promedio al minimizar las plagas de insectos
y maleza, sino que también hace un uso
más racional de los agroquímicos,
reduciendo los costos económicos,
sanitarios y ambientales asociados. Los
cultivos transgénicos también presentan
mayor resistencia a climas adversos y crecen en tierra seca y salina, lo cual podría
representar una solución al problema de reducción en las cosechas.
Gregory Jaffe, director de biotecnología en el Centro para la Ciencia en el Interés
Público asegura que: «Los cultivos transgénicos actuales son seguros para comer
y su plantación no entraña riesgos para el entorno».
Se han aprobado más de cien cultivos transgénicos para consumo tanto humano
como animal en un lapso de 15 años, y de acuerdo con la Organización Mundial
de la Salud, son tan seguros como los convencionales.
Recientemente se están desarrollando los primeros transgénicos animales. El
primero en ser aprobado para el consumo humano en Estados Unidos fue un
salmón AquaBounty (2010), que era capaz de crecer en la mitad de tiempo y
durante el invierno gracias al gen de la hormona de crecimiento de otra especie de
salmón y al gen "anticongelante" de otra especie de pez.
Por otro lado, la práctica de modificar genéticamente las especies para uso del
hombre, acompaña a la humanidad desde sus orígenes (ver domesticación), por lo
que los sectores a favor de la biotecnología esgrimen estudios científicos para
sustentar sus posturas, y acusan a los sectores anti-transgénicos de ocultar o
ignorar hechos frente al público.
Por su parte, los científicos resaltan que el peligro para la salud se ha estudiado
pormenorizadamente en todos y cada uno de este tipo de productos que hasta la
fecha han obtenido el permiso de comercialización y que sin duda, son los que
han pasado por un mayor número de controles.
La Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en
inglés) por su parte indica con respecto a los transgénicos cuya finalidad es la
alimentación:
Hasta la fecha, los países en los que se han introducido cultivos transgénicos en
los campos no han observado daños notables para la salud o el medio ambiente.
Además, los granjeros usan menos pesticidas o pesticidas menos tóxicos,
reduciendo así la contaminación de los suministros de agua y los daños sobre la
salud de los trabajadores, permitiendo también la vuelta a los campos de los
insectos benéficos. Algunas de las preocupaciones relacionadas con el flujo de
genes y la resistencia de plagas se han abordado gracias a nuevas técnicas de
ingeniería genética.
Resumen de las conclusiones de "El Estado Mundial de la Agricultura y la
Alimentación 2003-2004" (Freen Facts)

La Organización Mundial de la Salud dice al respecto:


Los diferentes organismos OGM (organismos genéticamente modificados)
incluyen genes diferentes insertados en formas diferentes. Esto significa que cada
alimento GM (genéticamente modificado) y su inocuidad deben ser evaluados
individualmente, y que no es posible hacer afirmaciones generales sobre la
inocuidad de todos los alimentos GM. Los alimentos GM actualmente disponibles
en el mercado internacional han pasado las evaluaciones de riesgo y no es
probable que presenten riesgos para la salud humana. Además, no se han
demostrado efectos sobre la salud humana como resultado del consumo de dichos
alimentos por la población general en los países donde fueron aprobados. El uso
continuo de evaluaciones de riesgo según los principios del Codex y, donde
corresponda, incluyendo el monitoreo post-comercialización, debe formar la base
para evaluar la inocuidad de los alimentos GM.
Transferencia horizontal
Se ha postulado el papel de los alimentos transgénicos en la difusión de
la resistencia a antibióticos, pues la inserción de ADN foráneo en las variedades
transgénicas puede hacerse (y en la mayoría de los casos se hace) mediante la
inserción de marcadores de resistencia a antibióticos. No obstante, se han
desarrollado alternativas para no emplear este tipo de genes o para eliminarlos de
forma limpia de la variedad final y, desde 1998, la FDA exige que la industria
genere este tipo de plantas sin marcadores en el producto final. La preocupación
por tanto es la posible transferencia horizontal de estos genes de resistencia a
otras especies, como bacterias de la microbiota del suelo (rizosfera) o de
la microbiota intestinal de mamíferos (como los humanos). Teóricamente, este
proceso podría llevarse a cabo por transducción, conjugación y transformación, si
bien esta última (mediada por ADN libre en el medio) parece el fenómeno más
probable. Se ha postulado, por tanto, que el empleo de transgénicos podría dar
lugar a la aparición de resistencias a bacterias patógenas de relevancia clínica.
Sin embargo, existen multitud de elementos que limitan la transferencia de ADN
del producto transgénico a otros organismos. El simple procesado de los alimentos
previo al consumo degrada el ADN. Además, en el caso particular de la
transferencia de marcadores de resistencia a antibióticos, las bacterias del medio
ambiente poseen enzimas de restricción que degradan el ADN que podría
transformarlas (este es un mecanismo que emplean para mantener su estabilidad
genética). Más aún, en el caso de que el ADN pudiera introducirse sin haber sido
degradado en los pasos de procesado de alimentos y durante la propia digestión,
debería recombinarse de forma definitiva en su propio material genético, lo que,
para un fragmento lineal de ADN procedente de una planta requiriría una
homología de secuencia muy alta, o bien la formación de
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un replicón independiente. No obstante, se ha citado la penetración de ADN
intacto en el torrente sanguíneo de ratones que habían ingerido un tipo de ADN
denominado M13 ADN que puede estar en las construcciones de transgénicas, e
incluso su paso a través de la barrera placentaria a la descendencia. En cuanto a
la degradación gastrointestinal, se ha demostrado que el gen epsps de soja
transgénica sigue intacto en el intestino. Por tanto, puesto que se ha determinado
la presencia de algunos tipos de ADN transgénico en el intestino de mamíferos,
debe tenerse en cuenta la posibilidad de una integración en el genoma de la
microbiota intestinal (es decir, de las bacterias que se encuentran en el intestino
de forma natural sin ser patógenas), si bien este evento requeriría de la existencia
de una secuencia muy parecida en el propio ADN de las bacterias expuestas al
ADN foráneo. La FDA estadounidense, autoridad competente en salud pública y
alimentación, declaró que existe una posibilidad potencial de que esta
transferencia tenga lugar a las células del epitelio gastrointestinal. Por tanto, ahora
se exige la eliminación de marcadores de selección a antibióticos de las plantas
transgénicas antes de su comercialización, lo que incrementa el coste de
desarrollo pero elimina el riesgo de integración de ADN problemático.

Inserción de "ADN foráneo"


Un aspecto que origina polémica es el empleo de ADN de una especie distinta de
la del organismo transgénico; por ejemplo, que en maíz se incorpore un gen propio
de una bacteria del suelo, y que este maíz esté destinado al consumo humano. No
obstante, la incorporación de ADN de organismos bacterianos e incluso
de virus sucede de forma constante en cualquier proceso de alimentación. De
hecho, los procesos de preparación de alimento suelen fragmentar las moléculas
de ADN de tal forma que el producto ingerido carece ya de secuencias
codificantes (es decir, con genes completos capaces de codificar información. Más
aun, debido a que el ADN ingerido es desde un punto de vista químico igual ya
provenga de una especie u otra, la especie del que proviene no tiene ninguna
influencia.
Esta preocupación se ha extendido en cuanto a los marcadores de resistencia a
antibióticos que se cita en la sección anterior pero también respecto a la
secuencia promotora de la transcripción que se sitúa en buena parte de las
construcciones de ADN que se introducen en las plantas de interés alimentario,
denominado promotor 35S y que procede del cauliflower mosaic virus (virus del
mosaico de la coliflor). Puesto que este promotor produce expresión constitutiva
(es decir, continua y en toda la planta) en varias especies, se sugirió su posible
transferencia horizontal entre especies, así como su recombinación en plantas e
incluso en virus, postulándose un posible papel en la generación de nuevas cepas
virales. No obstante, el propio genoma humano contiene en su secuencia multitud
de repeticiones de ADN que proceden de retrovirus (un tipo de virus) y que, por
definición, es ADN foráneo sin que haya resultado fatal en la evolución de la
especie (de hecho estas secuencias víricas han sido de gran importancia en la
evolución de las especies, tanto de humanos como de otros animales); estas
repeticiones se calculan en unas 98.000 o, según otras fuentes, en 400.000. Dado
que, además, estas secuencias no tienen por qué ser adaptativas, es común que
posean una tasa de mutación alta y que, en el transcurso de las generaciones,
pierdan su función. Finalmente, puesto que el virus del mosaico de la coliflor está
presente en el 10% de nabos y coliflores no transgénicos, el ser humano ha
consumido su promotor desde hace años sin efectos deletéreos.
Alergenicidad y toxicidad
Se ha discutido el posible efecto como alérgenos de los derivados de alimentos
transformados genéticamente; incluso, se ha sugerido su toxicidad. El concepto
subyacente en ambos casos difiere: en el primero, una sustancia inocua podría
dar lugar a la aparición de reacciones alérgicas en algunos individuos
susceptibles, mientras que en el segundo su efecto deletéreo sería generalizado.
Un estudio de gran repercusión al respecto fue publicado por Exwen y Pustzai
en 1999. En él se indicaba que el intestino de ratas alimentadas con patatas
genéticamente modificadas (expresando una aglutininade Galanthus nivalis, que
es una lectina) resultaba dañado severamente. No obstante, este estudio fue
severamente criticado por varios investigadores por fallos en el diseño
experimental y en el manejo de los datos. Por ejemplo, se incluyeron pocos
animales en cada grupo experimental (lo que da lugar a una gran incertidumbre
estadística), y no se analizó la composición química con precisión de las distintas
variedades de patata empleadas, ni se incluyeron controles en los experimentos y
finalmente, el análisis estadístico de los resultados era incorrecto. 37 Estas críticas
fueron rápidas: la comunidad científica respondió el mismo año recalcando las
falencias del artículo; además, también se censuró a los autores la búsqueda de
celebridad y la publicidad en medios periodísticos.
En cuanto a la evaluación toxicológica de los alimentos transgénicos, los
resultados obtenidos por los científicos son contradictorios. Uno de los objetivos
de estos trabajos es comprobar la pauta de función hepática, pues en este órgano
se produce la detoxificación de sustancias en el organismo. Un estudio en ratón
alimentado con soja resistente a glifosato encontró diferencias en la actividad
celular de los hepatocitos, sugiriendo una modificación de la
actividad metabólica al consumir transgénicos. Estos estudios basados en ratones
y soja fueron ratificados en cuanto a actividad pancreática y testículo. No
obstante, otros científicos critican estos hallazgos debido a que no tuvieron en
cuenta el método de cultivo, recolección y composición nutricional de la soja
empleada; por ejemplo, la línea empleada era genéticamente bastante estable y
fue cultivada en las mismas condiciones en el estudio de hepatocitos y páncreas,
por lo que un elemento externo distinto del gen de resistencia al glifosato podría
haber provocado su comportamiento al ser ingerido. Más aun, el contenido
en isoflavonas de la variedad transgénica puede explicar parte de las
modificaciones descritas en el intestino de la rata, y este elemento no se tuvo en
cuenta puesto que ni se midió en el control ni en la variedad transgénica. Otros
estudios independientes directamente no encontraron efecto alguno en el
desarrollo testicular de ratones alimentados con soja resistente a glifosato o maíz
Bt.
Propiedad intelectual
Un argumento frecuentemente esgrimido en contra de los alimentos transgénicos
es el relacionado con la gestión de los derechos de propiedad
intelectual y/o patentes, que obligan al pago de regalías por parte del agricultor al
mejorador. Asimismo, se alude al uso de estrategias moleculares que impiden la
reutilización del tomate, es decir, el empleo de parte de la cosecha para cultivar en
años sucesivos. Un ejemplo conocido de este último aspecto es la tecnología
Terminator, englobado en las técnicas de restricción de uso (GURT), desarrollada
por el Departamento de Agricultura de EE.UU. y la Delta and Pine Companyen la
década de 1990 y que aún no ha sido incorporada a cultivares comerciales, y por
supuesto no está autorizada su venta. La restricción patentada opera mediante la
inhibición de la germinación de las semillas, por ejemplo. Cabe destacar que el
uso del vigor híbrido, una de las estrategias más frecuentes en mejora vegetal, en
las variedades no tradicionales pero no transgénicas también imposibilita la
reutilización de semillas. Este procedimiento se basa en el cruce de dos líneas
puras que actúan como parentales, dando lugar a una progenie con
un genotipo mixto que posee ventajas en cuanto a calidad y rendimiento. Debido a
que la progenie es heterocigota para algunos genes, si se cruza consigo misma da
lugar a una segunda generación muy variable por simple mendelismo, lo que
resulta inadecuado para la producción agrícola.
En cuanto a la posibilidad de patentar las plantas transgénicas, éstas pueden no
someterse a una patente propiamente dicha, sino a unos derechos del obtentor,
gestionados por la Unión Internacional para la Protección de Nuevas Variedades
de Plantas. Argentina, Brasil, España, Bolivia y Chile se encuentran en esa unión,
siendo un total de 66 en diciembre de 2008 (entre los países no participantes
destaca EE. UU.). Para la UPOV en su revisión de 1991, la ingeniería genética es
una herramienta de introducción de variación genética en las variedades
vegetales.46 Bajo esta perspectiva, las plantas transgénicas son protegidas de
forma equivalente a la de las variedades generadas por procedimientos
convencionales; este hecho necesariamente exige la posibilidad de emplear
variedades protegidas para agricultura de subsistencia e investigación científica.
La UPOV también se pronunció en 2003 sobre las tecnologías de restricción de
uso como la Terminator mencionada anteriormente: de acuerdo con la existencia
de un marco legal de protección de las nuevas variedades, se indica que la
aplicación de estas tecnologías no es necesaria.
https://es.wikipedia.org/wiki/Alimento_transg%C3%A9nico
CONCLUSIÓN

La palabra "biotecnología" es el resultado de la unión de otras dos: "biología" y


"tecnología". Y es que la biotecnología es exactamente eso: tecnología biológica.
Si te paras a pensarlo, los seres vivos pueden ser considerados maquinarias
biológicas.

Los alimentos transgénicos son aquellos que han sido producidos a partir de
un organismo modificado mediante ingeniería genética y al que se le han
incorporado genes de otro organismo para producir las características deseadas. 1
En la actualidad tiene mayor presencia los alimentos procedentes
de plantas transgénicas, como el maíz o la soja.

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